Partes: 1,
- Introducción
- Ubicación
Geográfica - Antecedentes
Históricos - Sistema
Antártico - Situación de las
Reclamaciones de Soberanía sobre la
Antártida - La
cuestión de la Antártida en el seno de las
Naciones Unidas - Protocolo al
Tratado Antártico sobre Protección al Medio
Ambiente - Conclusiones
- Bibliografía
La Antártida, o continente blanco como se lo
suele denominar, ha sido foco de interés de
la comunidad
internacional desde su descubrimiento. Aún hoy sigue
maravillando su belleza natural, que como expresa el autor
Sabaté Lichtschen1 "no podrían concebir
ni la imaginación del poeta ni la fantasía del
pintor", y alimentando la avidez del ser humano por extender su
conocimiento
del mundo que lo rodea, aventurándose cada vez
más.
Este interés que fuera sólo
económico a fines del siglo XVII, con la caza de ballenas
y focas, fue transformándose con los primeros desembarcos
y exploraciones en el continente, a principios del
siglo XVIII, que llevó a conocer la existencia de diversos
recursos
naturales y fue acrecentando el interés por investigar
científicamente las nuevas tierras y así comprender
la importancia de esta región, a fines de dicho siglo y
hasta nuestros días en virtud de los avances
tecnológicos alcanzados por el
hombre.
Es así que los Estados han buscado la forma de
actuar en conjunto, cooperando en sus investigaciones,
preocupándose por crear un marco jurídico que
permitiera la protección de este invaluable espacio
natural, obligándose a través de pactos, tratados,
convenciones a respetar, proteger y preservar los recursos de la
región y mantenerla fuera de las acciones
bélicas, en fin, de todo accionar humano que pusiera en
peligro el equilibrio
natural existente.
Esta importancia que se otorga al continente no es
producto de
ideas sino de realidades, hoy palpables para el ser humano al
encontrarse con las consecuencias de su accionar irrespetuoso
hacia el medio ambiente
que lo rodea y le provee los recursos para subsistir
¿Cómo no proteger aquello que nos permitirá
continuar existiendo como especie?
Lógico es entonces el convencimiento de los
Estados en preservar este sector que es entre otras cosas la
reserva más importante de agua dulce (
aproximadamente el 90% del mundo), y los esfuerzos, no exentos de
dificultades en virtud de intereses
económico-políticos por controlar el cumplimiento
de los principios convenidos, han ido en aumento desde la Segunda Guerra
Mundial para el logro de un sistema efectivo
de protección de la región que como reza el
preámbulo del Tratado Antártico : " Reconociendo que es de
interés de toda la humanidad (…)".
1 Sabaté Lichstchein, Domingo, Problemas
Argentinos de Soberanía Territorial, Buenos Aires,
Abeledo Perrot, 1985 3ra. ed., p. 15.
Existen diversos criterios para determinar el
área geográfica que abarcan los espacios polares:
ártico y antártico, pero para éste
último, en virtud de sus características
peculiares, se determinó el de línea de la
convergencia antártica, en que el límite
está dado donde las aguas se hunden bajo las más
calientes que se desplazan hacia el sur. A diferencia del
ártico en el espacio antártico predomina la
estructura
helada rodeada de un amplio cinturón marítimo y su
temperatura es
mucho más fría.
Este continente, con más de 14 millones de Km2 y
el 10 % de la superficie continental del mundo, es de
posición geográfica circumpolar circunscripta en su
mayor parte por el Círculo Polar Antártico
(66º 33’ S) y se extiende más allá del
casquete polar meridional hasta la convergencia Antártica,
abarcando el continente polar austral y el océano
antártico. En general, su forma es circular con un largo
brazo – la península antártica- ,que se
prolonga hacia América
del Sur, con dos grandes escotaduras, los mares de Ross y Weddell
y sus plataformas de hielo. Se encuentra cubierto por una capa de
hielo permanente, que alcanza un promedio de 2.000 metros de
espesor.
La Antártida consta de dos zonas
geológicas importantes: antártica oriental y
antártica occidental. La más grande es la
antártida oriental que se extiende por el hemisferio
oeste, en su mayor parte, siendo un escudo precámbrico
cubierto por miles de metros de hielo. El relieve de
altiplanicie es el más extendido y contiene considerables
elevaciones como la del Rey Haakon VII de 2805 metros.
En cuanto a la Antártida occidental, se encuentra
casi en su totalidad dentro del hemisferio oeste, siendo una
continuación de los Andes sudamericanos; formada por un
conjunto ortográfico alpino, glaciólogos y
geólogos especulan con la posibilidad de que se
convirtiera en un archipiélago si la capa de hielo se
retirase. La zona cubierta de hielo alcanza en esta parte el
mayor espesor, habiéndose calculado la existencia de
más de 4.000 metros de hielo de profundidad.
Los suelos
antárticos se clasifican como suelos secos de desierto
polar y se encuentran en varios valles en desglaciación y
en partes de la península Antártida. Las zonas
libres de hielo continuo colonizadas y potencialmente
colonizables por la flora y fauna son
sumamente escasas.
Durante el invierno, la Antártida alcanza el
doble de superficie en virtud de la cantidad de hielo marino que
se forma en su periferia. La capa de hielo se mueve
continuamente, grandes ríos de hielo drenan el interior
del continente formando barreras de hielo y los valles costeros
drenan partes de la masa continental al mar. El hielo se extiende
en forma de plataformas flotantes y permanentes siendo la
más grande la plataforma de Ross, que tiene cerca del
tamaño de Portugal y España
juntos.
El aislamiento de la Antártida del resto del
mundo ha permitido evitar la polución común a los
otros continentes, por ello la nieve y el hielo son los
más puros del mundo.
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