- Definición
- Aspectos
históricos - Bases de la
adicción - Efectos a nivel
celular - Efectos a largo
plazo - Tratamientos
- Conclusiones
- Anexos
- Bibliografía
En la actualidad los seres humanos consumen gran
diversidad de sustancias psicoactivas que producen sin numero de
efectos sobre el Sistema Nervioso
Central, que a largo plazo pueden convertirse en causantes de
adicciones
provocando un deterioro progresivo del organismo.
Entre la amplia variedad de sustancias de este tipo
podríamos decir que la cocaína es
una de las que genera mayor dependencia psicológica,
despertando nuestro interés
debido a que estimula una amplia gama de receptores que provocan
sensación de euforia y bienestar en quienes la
consumen.
En este momento no existe ningún tratamiento
totalmente eficaz contra la adicción a la cocaína
lo que nos ha llegado a la investigación sobre biofarmacos que
reduzcan la dependencia a estas sustancias.
En este trabajo
monográfico trataremos de ampliar el
conocimiento del lector a cerca de estas sustancias y su
efecto por medio de una descripción de los procesos
fisiológicos que ocasionan al ser consumidas.
2. Definición
La
cocaína es el más poderoso estimulante del sistema nervioso
que proviene de sustancias naturales. Es un alcaloide que se
extrae de las hojas de la planta Erythroxilon coca, originaria de
América
del Sur y se presenta como un polvo compuesto por pequeños
cristales blancos
Los derivados de la cocaína se obtienen del
arbusto de la coca (la boliviana o "huanaco", la colombiana o
"novagranatense" y la "trujillense" del Perú).
La producción de la cocaína como tal se
realiza mediante la transformación de las hojas de coca en
pasta de cocaína y después, ésta en
clorhidrato de cocaína. Para ello se precisan sustancias
catalizadoras entre las que se encuentran el éter, el
ácido sulfúrico, y la gasolina.
La dependencia física es
controvertida pero si es la droga
psicoactiva más problemática en cuanto al grado de
dependencia psicológica.
Desde tiempos ancestrales, en Sudamérica la
planta fué considerada como un regalo de los dioses por
sus capacidades de mejorar la fatiga y aumentar el estado de
ánimo.
El imperio Inca fue de los primeros en mantener un
cultivo constante de la misma pero la llegada de los
españoles impidió, en sus inicios, su consumo y
cultivo, promoviendo posteriormente su uso para aumentar las
producciones en las minas. Monárdes llevó la planta
a España,
pero ésta no produjo los efectos placenteros vistos en
Sudamérica; quizá por las largas condiciones de
traslado que existían en esa época.
La cocaína fue extraída de la planta en
1859 por Albert Neiman y su uso en fechas posteriores se
extendió de diversas formas. La asociación de la
cocaína con vino fue llamada Vin Mariani y fue una bebida
reconocida y recomendada para su uso por el papa León
XIII. El uso de la cocaína para el tratamiento de la
adicción a la heroína fue propuesta por Sigmund
Freud.
A finales del sigo XIX la cocaína era utilizada
en la elaboración de la bebida conocida desde esa fecha
como coca-cola pero
en 1901 fue eliminada en su elaboración. Previamente su
utilidad como
anestésico local fue propagada en cirugía
oftalmológica y de nariz, así como para aliviar el
dolor dental. Las complicaciones del abuso de la cocaína
se conocen desde hace más de un siglo y por eso su
prohibición en un número considerable de
países
La cocaína es un potente estimulante del sistema nervioso
central. Después de su administración por cualquier vía, la
cocaína llega al cerebro y
estimula de forma directamente los centros de
recompensa.
Sus efectos pueden durar de minutos a varias horas. El
blanco de la cocaína, así como de otras drogas de
consumo ilícito se encuentra en la sinapsis. Esta
estimulación la realiza a través de la
inhibición del transportador de la dopamina en los
circuitos
dopaminérgicos localizados en el área tegumental
ventral, el núcleo acumbente y la corteza prefrontal
(sistemas de
recompensa). La ocupación del receptor de dopamina esta
relacionado con la dosis, es decir, a dosis más altas,
mayor el porcentaje del transportador inhibido.
Esta inhibición lleva a una rápida y muy
marcada elevación en las cantidades de dopamina en la
hendidura sináptica de dichos centros modificando el
metabolismo de
las neuronas principalmente de la glucosa, como
ha sido demostrado en estudios de metabolismo realizados con
tomografía por emisión de positrones en pacientes
adictos crónicos.
También se ha demostrado que en la región
postsináptica induce la producción de AMPc y
modifica la síntesis
proteica, elevando las frecuencias de los impulsos nerviosos en
estos sitios. Ver cuadro anexo N-1
La administración crónica de
cocaína conduce a depleción de los niveles de
dopamina y disminución de la síntesis de la misma
en las neuronas dopaminérgicas. Esta disrupción
neuroquímica probablemente explica las bases
físicas de abstinencia más que las
psíquicas, hecho que ha modificado los conocimientos en
los aspectos neurobiológicos de la
adicción.
A la fecha no existe un receptor específico
reconocido en donde actúe la cocaína, esta es una
de las principales razones por la que no se ha creado un
tratamiento farmacológico eficaz para el control de la
adicción de esta sustancia.
En la vía de la dopamina en una persona normal;
una neurona que
transmite el impulso nervioso libera la dopamina
(neurotransmisor) el cual luego se enlaza a los receptores de
dopamina en las neuronas receptoras; un potencial de acción,
se propaga luego en la neurona receptora después de que
esto ocurre, los receptores de la dopamina en la neurona que
transmite el impulso nervioso, actúan como bombas para
retornarla a la neurona y así usarla de nuevo
La cocaína se enlaza a los receptores de
dopamina, bloqueando su funcionamiento. Como resultado de esto
los niveles de dopamina se incrementan en la sinapsis, y como
consecuencia, la neurona receptora se estimula
continuamente.
Este estimulo constante de las neuronas provoca la
euforia.
Además la cocaína actúa sobre los
receptores de serotonina y norepinefrina y por consiguiente, los
niveles de estos neurotransmisores se incrementa. La serotonina
juega un papel similar a la dopamina. La norepinefrina estimula
la respuesta del sistema nervioso simpático ocasionando
taquicardia, incremento de la presión
arterial, taquipnea, midriasis, incremento de la temperatura
corporal y diaforesis.
Cuando pasan estos efectos, el consumidor entra
en un estado
anímico opuesto, en el que se presenta depresión,
ansiedad y temor.
Con dosis altas, los usuarios pueden padecer paranoia y estados
de psicosis
aguda.
Las complicaciones psiquiátricas: irritabilidad,
crisis de
ansiedad, disminución de la memoria y
de la capacidad de concentración. Además en ciertos
casos aparece la "psicosis cocaínica" que consiste en un
brote de ideas paranoicas que llevan a la persona a un estado de
confusión, pudiendo producir verdaderas crisis de pánico,
y de cuadros alucinatorios, etc.
La apatía sexual o impotencia.
La bulimia y
anorexia nerviosa.
Las alteraciones neurológicas (dolores de cabeza
y los accidentes
vasculares como el ictus cerebral)
Las arritmias cardiacas
Los problemas de
asma o
dificultades para respirar
La perforación del tabique nasal.
Los riesgos de
mortalidad perinatal, abortos y problemas nerviosos en el
recién nacido lo hacen un problema muy importante en
embarazo y
lactancia
Existen diversas alternativas para la elaboración
de vacunas contra
la cocaína entre las que cabe mencionar el empleo de
colinesterasas, anticuerpos catalíticos,
inmunización activa y anticuerpos monoclonales.
La ausencia de un receptor específico hace
difícil ofrecer alternativas de bloqueo de receptores o de
terapia sustitutiva. Los diversos receptores
dopaminérgicos estimulados por la presencia de altas
cantidades de dopamina en la hendidura sináptica han sido
estudiados en la búsqueda de estrategias de
tratamiento; principalmente los receptores D2 de dopamina.
Algunos ensayos
clínicos han sido evaluados con agonistas de receptores
del tipo D3.
7.1 Bloqueo de receptores y terapia
sustitutiva
Diversos ensayos con fármacos que actúan a
nivel de los receptores de dopamina han sido llevados a cabo
principalmente con neurolépticos, antidepresivos
tricíclicos y agonistas dopaminérgicos. La base de
estos tratamientos se apoya en investigaciones
efectuadas sobre los centros de recompensa y del principal
neurotransmisor involucrado en su expresión que es la
dopamina.
Los fármacos que bloquean la recaptura de
monoaminas han sido utilizados como es el caso de la desipramina
pero los resultados no han sido claramente convincentes tal vez
debido a que este medicamento actúa más sobre la
norepinefrina.
La amantadina es un fármaco de uso antiviral que
tiene la capacidad de aumentar la liberación de dopamina
de las terminales nerviosas dopaminérgicas permitiendo una
mejor oferta del
neurotransmisor en las vías respectivas. Su uso en el
tratamiento de la adicción a la cocaína ha sido
útil en la detoxificación de algunos pacientes, su
principal inconveniente es la vida media corta que tiene por lo
que las respuestas a tratamiento a largo plazo no son tan
efectivas.
Los diversos receptores conocidos hasta la fecha
permiten planear una estrategia de
bloqueo de receptores como: D1, D2 y D3 de dopamina.
Los resultados han sido variables
considerando que el mecanismo de acción en este sentido es
la de bloquear el receptor pero no inhibir el transportador,
sitio donde actúa la cocaína. El flupentixol es un
bloqueador de los receptores de dopamina D1 y D2. Su uso en el
tratamiento de pacientes adictos a la cocaína ha dado
resultados variables; no obstante reduce la ingesta de la droga
así como las tasas de recaídas.
La bromocriptina es un agonista de los receptores D2 de
dopamina. Esta estimulación parece disminuir la avidez de
pacientes adictos a la cocaína, así como la
abstinencia en estudios controlados.
Ensayos controlados que llevan como fin el modular la
respuesta gabaérgica han dado resultados promisorios con
el uso de baclofen. Su acción es a través de la
estimulación de receptores GABA. Los resultados han
demostrado una reducción importante en la
autoadministración de cocaína por lo que su uso
debe ser tomado en cuenta dentro de los programas de
tratamiento en estos pacientes.
Otros fármacos en investigación, como el
BP 897, tienen una acción selectiva de agonista parcial de
receptores D3, ha sido investigada con resultados favorables en
abatir la conducta de
búsqueda en pacientes adictos.
Esta investigación parece ser prometedora ya que
una de las causas de recaídas de los pacientes es
precisamente el fenómeno de la avidez y búsqueda
prolongada. Recientemente se han sintetizado una serie de
bloqueadores de la recaptura de monoaminas, cuyo principal efecto
es el de actuar como pro droga y que sus metabolitos asemejen a
la molécula adictiva con poco o nula actividad. Su base de
acción lenta y duración prolongada esta basada en
prevenir el abuso de este tipo de bloqueadores de los
transportadores.
Por otro lado, la investigación en inhibidores
del transportador de dopamina ha tomado gran interés en la
búsqueda de una alternativa de manejo para este tipo de
adicción. Basados en la acción directa sobre los
receptores de dopamina se han desarrollado análogos que
simulen la acción de la cocaína, su limitante es el
riesgo
potencial de abuso que puede existir en ellos, por lo que, al
igual que los inhibidores de monoaminas deben poseer las
características de acción lenta y de
duración prolongada.
7.2 Vacunas
La ausencia de un receptor específico para la
cocaína ha estimulado a diversos grupos de
investigadores a buscar nuevas estrategias de bloqueo a nivel
periférico con anticuerpos específicos a la
cocaína. Si se une la cocaína a un transportador o
antígeno proteico se ha podido inducir una
respuesta inmune en animales de
experimentación.
Los resultados han sido prometedores ya que la
producción de anticuerpos específicos de tipo
Ab2beta han sido obtenidos en ratas permitiendo bloquear a la
cocaína en la sangre
periférica evitando su ingreso al sistema nervioso
central; asimismo, esta vacuna disminuye la
autoadministración de la droga, lo que promete ser una
gran posibilidad terapéutica en un futuro próximo.
Se requiere de estudios clínicos aún antes de
disponer de este tipo de tratamiento.
Los tratamientos biotecnológicos a la
adicción a la cocaína son una opción de cura
para aquellas personas que han mostrado una dependencia hacia
estas sustancias, debido a que es imposible erradicar el consumo
de estas en la sociedad
mundial; cabe mencionar que estos tratamientos deben ir
acompañados de terapias psicológicas.
Debemos tener en cuenta que el mejor tratamiento en
contra de la adicción a la cocaína no esta en la
producción de un biofarmaco, sino en la prevención
educativa.
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César Medina Culma
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Paola Rey Suárez