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Teorías Sociológicas



    1. La obra de
      Comte: el positivismo
    2. Durkheim y la sociología
      educativa
    3. Conceptos
      sociológicos
    4. Conceptos
      socioeducativos
    5. El
      funcionalismo
    6. El funcionalismo
      estructural
    7. El
      evolucionismo
    8. El
      organicismo
    9. El marxismo
    10. La sociología
      comprensiva de Max Weber

    "Es peligroso tener razón en aquellas cosas en
    las que los poderosos están equivocados"

    Voltaire

    Etimológicamente, la palabra
    sociología es un término
    híbrido, pues se integra con una voz latina,
    socius, compañero y la voz griega logos,
    tratado.

    En un concepto muy
    general, la sociología es el estudio de la
    formación y del funcionamiento de la sociedad. Y en
    una acepción más específica y
    contemporánea, se dice que es la ciencia que
    tiene por objeto el estudio de las relaciones
    humanas, empleando para ello, sistematizadamente, la observación, la verificación
    empírica, la teoría
    y la razón.

    A pesar de que el gran público considera que esta
    rama del conocimiento
    fue fundada por el filósofo francés Augusto Comte
    (1798-1857), los especialistas consideran que tal mérito
    corresponde al también francés Claude-Henri de
    Rouvroy, más conocido como el conde de Saint-Simón
    (1760-1825), quien definió a la sociología como la
    ciencia de las
    instituciones,
    de su origen y funcionamiento.

    Aunque la siguiente relación parece demasiado
    extensa, debo anticipar que, dadas las características de
    este texto,
    serán el positivismo,
    el marxismo y la
    sociología comprensiva, los tres paradigmas que
    trataré con mayor amplitud.

    • la obra de Comte: el positivismo
    • Durkheim y la sociología de la
      Educación
    • el funcionalismo
    • el funcionalismo estructural
    • el evolucionismo
    • el organicismo
    • el marxismo
    • el materialismo
      dialéctico
    • la sociología comprensiva

    LA OBRA DE COMTE:
    EL POSITIVISMO

    Este filósofo francés colaboró tan
    estrechamente con Saint-Simón que resulta difícil
    establecer qué ofrecieron a la sociología,
    separadamente, cada uno de ellos. Sin embargo, existe una
    coincidencia general en atribuir a Comte el gran trabajo de
    analizar todas las ciencias
    teóricas de su tiempo, que
    él llamó filosofía positiva,
    con el fin de formular un sistema de
    leyes para
    gobernar y corregir el funcionamiento de la sociedad.

    Algunas de sus ideas más conocidas son las
    siguientes:

    El teorema de la jerarquía de las
    ciencias
    . Comte pensaba que las ciencias son
    teóricas o prácticas y que en el caso de las
    primeras, existía una jerarquía cuyo punto
    más alto lo ocupaba la sociología. En esa
    estructura
    cada parte depende de su respectiva inferior, pues aborda
    fenómenos más complejos y
    específicos.

    La ley de las tres
    etapas
    . En ella Comte establece que el progreso del
    conocimiento pasa, indefectiblemente, por tres períodos
    de desarrollo:
    teológico, metafísico y positivo.

    Las correlaciones sociales existentes
    entre las etapas intelectuales básicas y las etapas del
    desenvolvimiento de la vida material del hombre,
    sentimientos predominantes y tipos de unidades sociales y de
    orden, según puede apreciarse en el siguiente
    cuadro.

    Comte prestó especial atención a la primera etapa del aspecto
    intelectual, la denominada teológica, tal vez
    porque los campos correspondientes a las dos restantes no
    habían evolucionado como la primera, y la
    subdividió en cinco subetapas mencionando sus respectivas
    aportaciones al progreso social.

    FETICHISMO

    Familia

    POLITEÍSMO (Imperios
    Orientales)

    Estado, propiedad territorial

    POLIETEÍSMO INTELECTUAL (Grecia)

    Aportaciones intelectuales

    MONOTEÍSMO SOCIAL (Roma)

    Patria

    MONOTEÍSMO DEFENSIVO
    (Catolicismo)

    Emancipación de la
    mujer y de los trabajadores

    Sin embargo, afirma que en la etapa positiva
    el hombre
    encuentra la explicación racional de los fenómenos,
    adquiriendo, así, la posibilidad de formular las leyes que
    los unen entre sí.

    A Comte también se le asocia, yo diría que
    hasta mnemotécnicamente, con la doctrina
    positivista.

    El positivismo se define como la teoría que no
    admite ninguna otra realidad que la de los hechos, susceptibles
    de verificación, que pueden ser percibidos por los
    sentidos.

    Uno de sus más importantes preceptos, cuyo autor
    es Comte, establece que toda proposición que no es
    estrictamente reducible al simple enunciado de un hecho
    particular o general, no puede tener ningún sentido real o
    inteligible.

    Comte es, pues, el formulador de esta teoría,
    cuya ramificación se ha extendido grandemente, pues su
    enfoque es aplicable tanto a cuestiones filosóficas, como
    sociológicas, psicológicas, educativas,
    etc.

    En cuanto al positivismo sociológico, que es el
    que nos ocupa, éste postula un principio fundamental: la
    sociedad está condicionada por el saber. Por eso una de
    sus preocupaciones mayores es la búsqueda del conocimiento
    positivo, por medio del cual, según esta teoría, es
    posible la perfección de la sociedad.

    El positivismo advierte en la ciencia el recurso ideal
    para dirigir la acción,
    manifestando un carácter definitivamente pragmático.
    Tal es el espíritu otro de sus postulados básicos:
    Saber para prever, prever para obrar.

    Precisamente a través de esta formulación,
    Comte intentó crear una nueva ciencia, la
    sociología, que originalmente él denomino física social. Con
    ella, y mediante el estudio de los fenómenos sociales,
    creyó posible establecer la supremacía de la
    filosofía positivista, lo cual daría como resultado
    la felicidad de los hombres, como ya he reseñado
    antes.

    Pero, en conclusión, al reducir el conocimiento
    científico al ámbito exclusivo de la
    experiencia sensible, cancela, de manera absoluta, la posibilidad
    de la existencia de conocimientos fundados fuera de los límites de
    la pura experiencia.

    La obra de Comte ha sido injustamente minimizada, pues
    se afirma que muchas de sus ideas ya habían sido expuestas
    con anterioridad. Además, se argumenta que la
    aportación de Comte no es realmente una teoría
    sociológica, sino más bien una especie de temario
    sociológico en el que únicamente sugirió
    soluciones.

    No fueron pocos los que hicieron mofa de este gran
    filósofo, debido a sus excentricidades, entre las que no
    sólo se cuenta su ridícula pretensión de
    modificar el régimen político y económico
    establecido por el emperador Nicolás I de Rusia (1796 –
    1855), a quien envió un ejemplar de su
    Filosofía positiva, conminándolo a
    aplicar sus principios e
    iniciar reformas para elevar así a ese país a la
    categoría de sociedad positiva.

    Otra de sus excentricidades era su creencia en la
    higiene cerebral, por lo que se abstenía totalmente
    de leer las obras de otros autores, de tal suerte que se
    aisló completamente del movimiento
    intelectual, científico y artístico de su
    época. A pesar de que desde 1826, y hasta su muerte,
    sufrió graves problemas
    mentales que lo orillaron en alguna ocasión a intentar
    suicidarse, tuvo muchos seguidores en su país y en el
    extranjero, convencidos de que Comte estaba llamado a ser el sumo
    sacerdote de una nueva religión dirigida por
    sociólogos-sacerdotes, que tarde o temprano
    gobernaría al mundo.

    DURKHEIM Y LA
    SOCIOLOGÍA EDUCATIVA

    Pero, completamente al margen de esta clase de
    seguidores, Comte tuvo en Emile Durkheim (1858
    – 1917) a uno de sus discípulos más ilustres, a
    quien se ha considerado, ni más ni menos, como el padre de
    la sociología educativa.

    Debido a que Durkheim también recibió
    fuertes influencias de otros pensadores, se le suele identificar,
    indistintamente, como un brillante representante tanto del
    positivismo, como del funcionalismo, del que me ocuparé
    más adelante.

    La obra de Durkheim se puede dividir en dos grandes
    áreas: la propiamente sociológica y la
    educativa, y estas son algunas de sus principales
    aportaciones en cada una de ellas.

    CONCEPTOS
    SOCIOLÓGICOS

    • DIVISIÓN DEL TRABAJO
      SOCIAL.

    Aborda las formas de integración social, definiendo el
    significado de solidaridad
    mecánica y de solidaridad
    orgánica, con las que alude a la integración en
    las sociedades
    primitivas y en las modernas, respectivamente.

    En el año de 1895, Durkheim precisa:

    – La circunstancia de que los hechos sean
    externos y presionen a los sujetos.

    – Los hechos sociales deben ser considerados como
    cosas.

    – La determinación de las causas que originan
    los hechos debe ser siempre previa al análisis de las funciones que
    cumplen tales hechos.

    Para Durkheim existen tres tipos de
    suicidio:

    El suicidio egoísta.

    El suicidio anómico.

    El suicidio altruista.

    Aplicando las anteriores reglas metodológicas,
    afirma, de manera categórica, que en los tres tipos de
    suicidio se encuentran causas de carácter social,
    negando la posibilidad que el suicidio pueda ser determinado
    por causas psicológicas, biológicas o
    geográficas.

    • FORMAS CLASIFICATORIAS.

    En estrecha colaboración con Marcel Mauss (1872
    – 1950), estudió los fenómenos de interacción en las sociedades no
    industrializadas. Con el propio Mauss, y a partir de la forma
    social de organización, pretendió derivar
    las categorías lógicas del pensamiento.

    • FORMAS DE LA VIDA RELIGIOSA.

    Realiza un análisis profundo de los efectos
    integradores y de continuidad, propio de la religión en
    las sociedades primitiva y moderna.

    CONCEPTOS
    SOCIOEDUCATIVOS

    • En sus obras SOCIOLOGIA Y EDUCACIÓN
      y LA EDUCACIÓN MORAL,
      se advierte un enfoque abiertamente funcionalista, pues pondera
      el valor de
      la
      educación como factor de orden e integración
      de la sociedad.
    • En la última de sus obras de
      carácter socioeducativo, HISTORIA DE LA
      EDUCACIÓN Y DE LAS DOCTRINAS PEDAGÓGICAS,

      publicada de manera póstuma, en 1932, cambia
      radicalmente su apreciación, en relación a las
      dos anteriores. Afirma que la educación es un poderosísimo
      instrumento al servicio de
      los intereses de los grupos
      dominantes, quienes, a través de ella, aseguran el
      control del
      poder en la
      sociedad

    EL
    FUNCIONALISMO

    El pensamiento de Durkheim ha influido notablemente
    diversos campos del conocimiento humano. Su teoría
    funcionalista alude, en términos generales, al uso de la
    función, considerada ésta como la
    manifestación externa de un objeto, en un determinado
    sistema de relaciones.

    Aunque el término función nos
    remite a la idea de la actividad particular que realiza cada
    objeto, sea cual fuera su condición y clase, para esta
    teoría, la función es
    un concepto que, además de expresar las relaciones
    existentes entre los elementos de un conjunto, manifiesta el
    carácter de la dependencia de dichos elementos.

    Pero todavía queda pendiente la pregunta:
    "¿Qué es el funcionalismo? Es esta una pregunta que
    no puede contestarse fácilmente, porque las palabras
    función y funcional (la anotación en
    cursiva es mía) en sociología y en antropología cultural, reciben sentidos
    diferentes y sin relación entre sí. A veces, y
    particularmente en la obra de Sorokin, se emplea la palabra
    función en el sentido matemático, significando una
    variable cuya magnitud está determinada por la magnitud de
    otra.

    Más frecuentemente, la palabra función se
    refiere a la aportación que una parte hace a un todo, por
    ejemplo a una sociedad o una cultura; este
    es el sentido atribuido muchas veces a "función" por
    antropólogos tan destacados como A. R. Radcliffe-Brown,
    Ralph Linton y Bronislaw Malinowski, y también,
    germinalmente, en los escritos de Durkheim. (Nosotros usamos la
    palabra función en este sentido cuando decimos que la
    función del gobierno es
    asegurar la paz y el orden en la sociedad.) Como modalidad de
    este segundo significado el término función se
    amplía en ocasiones para designar también las
    aportaciones que el grupo hace a
    sus individuos (verbi gratia, las de la familia
    para la supervivencia de los bebés), o las de los grupos
    grandes a grupos pequeños. Además, el punto de
    vista funcional se refiere frecuentemente a la importancia de la
    integración de las partes en todos, o lo que es casi lo
    mismo, a la interdependencia de las partes.

    También se encuentra este uso en las obras de los
    autores que acaban de mencionarse. Finalmente, la
    expresión "análisis funcional" se emplea para
    designar el estudio de fenómenos sociales como operaciones o
    efectos de estructuras
    sociales específicas, tales como los sistemas de
    parentesco o los de clases; por consiguiente, suele aparecer en
    la forma compuesta estructural-funcional,"  a la que
    me referiré en el siguiente apartado.

    El funcionalismo ha impactado a la fisiología, a la psicología, a la
    educación, entre otros campos. Por lo que corresponde a
    ésta última, denominada específicamente
    teoría funcional de la educación, el
    ejercicio adecuado de las funciones docentes,
    directivas, administrativas, etc., es lo que garantiza el
    éxito y
    la solidez de un sistema
    educativo.

    Aunque Durkheim, aún en la actualidad, sigue
    teniendo gran influencia entre muchos teóricos,
    también es cierto que son muchos los que impugnan su obra,
    sobre todo en lo referente a la teoría funcionalista, de
    la cual critican su exagerada apreciación de la
    integración social y la falta de conceptualización
    respecto de la socialización diferencial en las distintas
    clases
    sociales.

    Considero necesario anotar que varios estudiosos del
    trabajo teórico de Durkheim consideran que estos problemas
    fueron corregidos por el autor en su obra Historia de la
    educación y de las doctrinas
    pedagógicas
    , cuyo enfoque, como ya dije en
    otro apartado, se opone radicalmente a la posición
    funcionalista que, por mucho tiempo, sostuvo.

    Uno de los autores que más influencia ha recibido
    de Durkheim es, sin duda alguna, el norteamericano Talcott
    Parsons (1902-1979), quien, apoyándose en algunas tesis del
    funcionalismo, formuló la llamada sociología
    de la acción
    y constituyéndose, al lado del
    también norteamericano Robert K. Merton (1910- ), como uno
    de los exponentes principales del
    estructural-funcionalismo o funcionalismo
    estructural,
    teoría que a continuación
    describo brevemente.

    EL
    FUNCIONALISMO ESTRUCTURAL

    Esta teoría, también denominada
    estructural-funcionalismo, afirma que para acceder al
    conocimiento de la realidad social, se debe partir de principios
    teóricos que Parsons denominó sistemas de
    referencia
    .

    Los sujetos sociales construyen sistemas de
    relaciones
    interactivas que Parsons clasifica en tres
    tipos:

    El sistema cultural, constituido por los
    patrones de conducta,
    símbolos, creencias, etc. Es el objeto de
    estudio de la antropología social.

    El sistema de la personalidad, que se integra a
    partir de la apropiación individual, o
    internalización que el sujeto realiza de las normas sociales
    del grupo en el que interactúa.

    El sistema social, considerado a partir de dos
    estructuras que lo determinan: la división social del
    trabajo y la estratificación social que, planteados
    así, integran el objeto de estudio de la
    sociología.

    Recurriré a un ejemplo un poco burdo: el
    funcionalismo estructural concibe a la sociedad como un enorme
    casillero, con varios niveles (estratos sociales), y
    considera que los individuos ocupan, cada uno, necesariamente
    determinado sitio (status social) dentro de alguna casilla
    de esa enorme estructura. Sus actuaciones o papeles
    desempeñados dentro de ese status, se denominan roles
    del sujeto.

    Cuando una sociedad ha sido capaz de establecer patrones
    conductuales que garantizan su equilibrio y
    supervivencia, se dice que se trata de una sociedad
    funcional
    .

    Merton supone la existencia de dos alternativas: que los
    roles desempeñados por el sujeto sean voluntarios y
    reconocidos (manifiestos) o no deseados ni reconocidos
    (latentes).

    En este último caso pueden presentarse,
    más tarde o más temprano, lo que Merton llama
    "disfunciones", es decir, comportamientos sociales que rompen con
    los patrones vigentes y que ponen en riesgo el
    equilibrio y la seguridad del
    grupo social.

    Ante estas circunstancias, el sistema recurre al
    empleo de
    mecanismos de control que pueden de índole diversa, pues
    van desde las sanciones jurídicas, la presión de
    la opinión
    pública (controles externos), hasta la inducción de sentimientos de culpa,
    vergüenza (controles internos), etc.

    Las críticas más frecuentes que se le han
    hecho al funcionalismo estructural son las que menciono a
    continuación.

    • Se trata de una teoría conservadora, pues
      considera que son funcionales los factores que preservan la
      existencia de un determinado sistema.
    • La consideración del cambio
      social como una situación anormal, limita grandemente a
      esta teoría, pues le impide explicarse dicho
      cambio.
    • El funcionalismo estructural no advierte la
      existencia de la estructura económica de la
      sociedad.

    EL
    EVOLUCIONISMO

    Algunos llaman a esta teoría spencerismo,
    debido a que su autor fue el británico Herbert Spencer
    (1820-1903).

    La teoría evolucionista posee una ley
    general
    aplicable al universo entero,
    desde luego incluido el estudio de la sociedad. Esta ley general
    constituye la síntesis
    de siete leyes concebidas originalmente por Spencer. De ellas,
    las tres primeras son básicas y las restantes cuatro son
    complementarias.

    Ley de la persistencia de la fuerza.

    • Ley de la indestructibilidad de la
    materia.

    • Ley de la continuidad del
    movimiento.

    • Ley de la persistencia de la relación
    entre las fuerzas.

    • Ley de la transformación y equivalencia
    de las fuerzas.

    • Ley del movimiento desde la menor resistencia
    hasta la mayor atracción, y

    • Ley de la alternación o del ritmo del
    movimiento.

    La ley general aludida es la expresión unitaria
    del resultado de las siete leyes enlistadas. La ley general de la
    evolución establece que, a partir de una
    homogeneidad indeterminada e incoherente, se transita hacia una
    heterogeneidad bien definida y coherente.

    Spencer explica así la evolución natural y
    social, esta última en la transición de la
    familia a la tribu, posteriormente al pueblo
    para culminar con el Estado.

    Concibe dos tipos de sociedad, partiendo de sus
    estructuras fundamentales: la sociedad militar y la sociedad
    industrial. A la sociedad militar le atribuye las
    características que a continuación se
    expresan:

    • Gobierno centralizado (monárquico, por
    lo general).

    • Prioridad para la satisfacción de las
    necesidades de la guerra.

    • Régimen coercitivo.

    • Religión autoritaria.

    • Estratificación rígida de
    clases.

    • Cultura predominantemente
    masculinista.

    • Regulación absoluta de los aspectos
    vitales de la sociedad.

    • El hombre al servicio de la comunidad.

    • En la sociedad industrial, Spencer advierte
    estas características:

    • Tendencia hacia la democracia y
    la paz.

    • Existencia de múltiples centros de vida
    económica.

    • El poder lo comparten una gran cantidad de
    individuos.

    El Estado al
    servicio del hombre.

    Spencer impugna al socialismo por su
    evidente inclinación a incrementar la intervención
    del Estado, pues
    considera que esto siempre conduce a la implantación de
    comunidades militarizadas.

    También fue un severo crítico de Comte, y
    es autor de una segunda teoría, la de la analogía
    orgánica, que más adelante trato, y en la que
    compara, para determinados fines, a la sociedad con un organismo
    biológico.

    Spencer alcanzó gran popularidad, sobre todo
    después de 1852, después de su visita a los
    Estados
    Unidos, en donde sus ideas fueron acogidas con gran
    entusiasmo.

    En realidad, no se exagera cuando se afirma que Spencer
    es el segundo padre de la sociología. Sus ideas
    predominaron de manera exclusiva durante más de tres
    décadas. Y aunque al final de su vida él mismo
    advirtió la declinación de la vigencia de su
    teoría, ésta dio origen a otras escuelas
    sociológicas que, alternativamente, enfocaron sus
    estudios, no a partir de una determinada fase evolutiva de la
    sociedad, como hace el evolucionismo, sino enfatizando sus
    análisis en trono a la estructura y funcionamiento de la
    sociedad, soslayando abiertamente el estudio de las etapas del
    desarrollo
    social.

    Algunos de estos nuevos enfoques, derivados de la
    teoría spenceriana los explico de manera sucinta en el
    cuadro siguiente.

    TEORÍAS

    DESCRIPCIÓN

    REPRESENTANTES

     

     

    DARWINISMO

    SOCIAL

    Recibe este nombre porque aplica a la sociedad,
    los principios de la selección natural y de la
    variabilidad. Sin embargo, Charles Darwin, de quien toma el nombre, no
    abordó problemas de filosofía
    social.

    El cambio social depende absolutamente de lo de
    la ciencias
    naturales a la sociología
    biológica.

    Aplicación indiscriminada de la metodología (aunque también
    recurre al empleo de datos
    históricos y etnográficos).

    Formulación de la teoría de los
    antagonismos sociales.

    Ponderación de la importancia
    sociológica de la imitación.

    Destaca el aspecto normativo de la vida
    social.

    WALTER BAGEHOT

    (1826 – 1877)

    LUDWIG
    GUMPLOWICS

    (1838 – 1909)

    ALBION W. SMALL

    (1854 – 1926)

    GUSTAV

    RATZENHOFER

    (1842 – 1904)

     

     

    EVOLUCIONISMO

    PSICOLÓGICO

    Atribuye a la mentalidad un papel preponderante
    en la evolución.

    Predilección por los neologismos
    estructurados con voces griegas y latinas.

    La evolución inicia con la
    génesis (fuerzas impulsivas) y culmina con
    la telesis (conocimiento y
    previsión).

    Las fuerzas sociales son fuerzas
    psíquicas.

    Estudio de la genética social.

    La unidad de investigación es el socius
    (el hombre relacionado con otro hombre).

     

    LESTER F. WARD

    (1841 – 1913)

    FRANKLIN H.
    GIDDINGS

    (1855 – 1931)

     

     

    EVOLUCIONISMO

    ECONÓMICO

    Pretende demostrar que el desarrollo social
    depende de un factor primordial: la
    tierra libre, es decir, la tierra
    que aún no tiene dueño. Así,
    mientras no existió la propiedad de la tierra, no
    se manifestó tampoco ninguna división de
    clases sociales.

    Realiza una curiosa clasificación
    socioeconómica, basada en Dante, Petrarca y
    Boccaccio, en cuyas obras estarían representadas
    determinadas clases sociales.

    Para esta teoría, la sociología es
    una ciencia que vincula a la economía y al derecho.

     

    ACHILLE LORIA

    (1857 – 1943)

     

    EVOLUCIONISMO

    TECNOLÓGICO

    El hombre es lo que hace.

    La clase ociosa es el
    cáncer del orden social.

    La sociedad es un mecanismo industrial cuyas
    estructuras están conformadas por las
    instituciones económicas.

    La tecnología destruye las viejas
    estructuras sociales, pues las fuerzas mecánicas
    toman el sitio de las fuerzas humanas.

     

     

    THORSTEIN
    VEBLEN

    (1857 – 1929)

     

    EVOLUCIONISMO

    DEMOGRÁFICO

    La evolución social está
    determinada totalmente por la creciente densidad de la población.

    Existen cinco etapas evolutivas en los grupos
    sociales: la aldea, la ciudad, la
    metrópoli, la capital y la
    federación
    .

    Separa a la ideología de la sociología,
    asignando a la primera el estudio de la filosofía,
    la religión y el arte.

     

    ADOLPHE COSTE

    (1842 – 1901)

    EVOLUCIONISMO

    RELIGIOSO

    Afirma que la religión es el motor
    de todos los cambios sociales.

    La razón no puede ser el factor
    fundamental del progreso, El hombre pensante es
    individualista y antisocial, pues no marcha al parejo que
    los grupos sociales.

     

    BENJAMIN KIDD

    (1858 – 1916)

    En el cuadro que sigue, el lector podrá apreciar
    algunos ejemplos acerca de la manera como el evolucionismo
    explica elementos, fenómenos, acontecimientos, etc., del
    mundo social.

    C A S O

    E T A P A S

    HUMANIDAD

    Recolección de
    alimentos

    Cacería

    Cría de ganado

    Agricultura

    Industria

    CIVILIZACIÓN

    Esclavismo

    Feudalismo

    Capitalismo

    Socialismo

    GRUPO SOCIAL

    Horda

    Clan

    Gens

    Fratria

    Tribu, etc.

    FAMILIA

    Promiscuidad sexual

    Familia matriarcal

    Familia patriarcal

    Familia conyugal

     

    RELIGIÓN

    Magia

    Animismo

    Totemismo

    Deidades personales

    Etc.

    TECNOLOGÍA

    Edad de la madera

    Edad de la piedra

    Edad del bronce

    Edad del hierro

    Etc.

    EL
    ORGANICISMO

    El pensamiento de Spencer también alcanzo a los
    teóricos de esta escuela, pues el
    organicismo concibe a los fenómenos sociales como un todo
    orgánico. Aún más, se pronuncia por una
    equivalencia entre la sociedad y un organismo vivo. Así
    pues, la construcción de una teoría social
    sólo es posible sobre una base
    biológica.

    Entre los autores organicistas más reconocidos se
    encuentran los alemanes Paul Lilienfeld (1829-1903) y Albert G.
    Schäffle (1831-1903), así como los franceses Alfred
    Fouillée (1838-1912) y René Worms
    (1869-1920).

    Para los organicistas, los grupos sociales no son,
    metafóricamente, como un organismo
    biológico, sino que realmente son organismos de
    tipo animal, aunque de naturaleza
    superior: las carreteras y las construcciones conforman el
    esqueleto del cuerpo social; los productos
    mercantiles, las células;
    el intercambio comercial es la locomoción; la
    infraestructura tecnológica son los músculos; los
    medios
    informativos y de comunicación, el sistema nervioso,
    etc.

    EL
    MARXISMO

    Durante muchos años el alemán Karl Marx
    (1818-1883) fue considerado principalmente como economista,
    debido a sus importantes aportaciones a esta disciplina.

    Sin embargo, la obra de Marx es
    gigantesca, pues lo mismo contribuyó al desarrollo de la
    economía, que de la política, la
    filosofía, la sociología, etc.

    Las influencias básicas del pensamiento de Marx
    deben remontarse a tres fuentes
    principales:

    • La dialéctica (invertida) del
    alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel
    (1770-1831).

    • El socialismo del conde de Saint-Simon,
    a quien ya he citado anteriormente.

    • Las ideas económicas expresadas por
    británico Adam Smith
    (1723-1790).

    La lógica
    de Hegel fue su modelo para
    crear el materialismo dialéctico, sólo que Hegel
    desarrolló su dialéctica enfocada hacia las ideas,
    mientras que Marx lo hizo en función del mundo
    material.

    Existen dos características fundamentales del
    análisis dialéctico marxista que lo hacen diferente
    del resto de teorías
    sociológicas. Veamos.

    En general, las teorías
    sociológicas coinciden en considerar que las influencias
    sociales se rigen, indistintamente, por la ley causa-efecto, de
    manera unidireccional. El método
    dialéctico de análisis, por su parte, establece que
    el elemento A puede tener efecto sobre el elemento B, pero
    igualmente es posible que el elemento B pueda influir
    también sobre el elemento A.

    En otras palabras, cuando un sociólogo
    dialéctico alude a la causalidad, se remite a una
    totalidad en la que se da una reciprocidad de las relaciones
    existentes entre los factores sociales.

    Para Marx, los valores no
    pueden segregarse de los hechos sociales. Entendida esta
    simbiosis, el análisis de los fenómenos sociales
    debe ser acompañado de un análisis de sus
    implicaciones valorativas.

    La mayoría de los sociólogos no marxistas,
    afirma que los hechos sociales y los valores son
    aspectos que deben ser estudiados de manera separada.

    Para Marx, resulta impensable el estudio serio de una
    unidad social aislada, es decir, el marxismo adopta,
    permanentemente, una perspectiva de tipo relacional, que no se
    limita el interés
    exclusivo por la relación existente entre los
    fenómenos sociales presentes, sino que incluye la
    consideración de fenómenos sociales pasados y
    futuros.

    Así, los sociólogos dialécticos no
    únicamente manifiestan su preocupación por el
    estudio de los antecedentes y la razón histórica
    del presente, sino también por el destino del grupo
    social.

    "Lo más conocido de la dialéctica tal vez
    sea su interés por el conflicto y la
    contradicción (Elster, 1985). Fue de ese
    interés del que se derivaron otros subproductos, como la
    preocupación por el proceso de
    cambio y por la creación de un programa
    político.

    Pero lo que más nos importa aquí es que la
    dialéctica provoca interés por los conflictos y
    las contradicciones que se dan entre los diversos niveles de la
    realidad social; el interés sociológico más
    tradicional se inclina, en cambio, por los modos en que estos
    diversos niveles se mezclan, de forma bastante clara, dentro de
    un todo cohesivo. Aunque Marx era consciente de que las
    ideologías de los capitalistas se entremezclaban con sus
    intereses objetivos,
    pretendía centrarse en cuestiones como el conflicto
    entre las grandes estructuras creadas por los capitalistas y los
    intereses del proletariado.

    Para Marx, la contradicción última en el
    seno del capitalismo se
    da tal vez en la relación entre la burguesía y
    proletariado.

    En términos de Marx, la burguesía produce
    el proletariado, y al producir y expandir esta clase, los
    capitalistas producen sus propios sepultureros. El capitalista
    produce el proletariado al obligar a los trabajadores a vender su
    jornada laboral a cambio
    de salarios
    ínfimos. A medida que el capitalismo se expande, aumenta
    la cantidad de trabajadores explotados y el grado de esa
    explotación. El creciente grado de explotación
    genera una oposición cada vez mayor del proletariado. Esta
    oposición provoca una mayor explotación y
    opresión, y el resultado probable es una
    confrontación entre las dos clases en la que el
    proletariado, desde el punto de vista de Marx, es probable que
    triunfe.

    A pesar de la importancia que para Marx tenía la
    futura sociedad comunista, sorprendentemente dedicó poco
    tiempo a describir ese mundo. De hecho, criticaba a los
    socialistas utópicos que escribían libro tras
    libro sobre sus maravillosas imágenes
    de la sociedad futura.

    La tarea más importante para Marx era el
    análisis crítico de la sociedad capitalista
    contemporánea. Creía que su crítica
    contribuiría a derrotar al capitalismo y a crear las
    condiciones para el nacimiento de un nuevo mundo socialista.
    Habría tiempo, pues, de construir la sociedad comunista
    una vez derrotado el capitalismo." 

    Los conceptos de falsa conciencia y conciencia
    de clase
    son fundamentales en la teoría
    marxista.

    Por falsa conciencia, Marx
    dice que debe entenderse la apreciación incorrecta que, en
    el capitalismo, tienen tanto trabajadores como capitalistas sobre
    la manera como funciona el sistema y del papel que
    desempeñan dentro de ese sistema.

    Por conciencia de clase, debe entenderse la
    comprensión clara y definida por parte del trabajador,
    acerca de cómo funciona el capitalismo y cómo le
    afecta.

    Con alguna frecuencia podemos comprobar que no son pocas
    las personas que creen que el materialismo dialéctico, el
    materialismo
    histórico y el marxismo son
    sinónimos.

    El término marxismo comprende,
    desde luego, un campo mucho más amplio que el
    correspondiente a los materialismos dialéctico e
    histórico.

    Por ello, considero conveniente reiterar algunas
    precisiones.

    El marxismo constituye todo un sistema propuesto no
    únicamente por Marx, sino también por el
    alemán Friedrich Engels (1820-1895) y muchos importantes
    continuadores, como el ruso Vladimir Ilich Uliánov Lenin
    (1870-1924) y el chino Mao Tsé Tung (1893-1976), entre
    otros.

    El marxismo, como antes dije, es un sistema de ideas
    integrado por un complejo conjunto de tesis de muy diversa
    índole, que abordan cuestiones epistemológicas,
    antropológicas, religiosas, etc.

    No obstante, por el aspecto que ahora nos ocupa, y que
    es el sociológico, diré que en él se puede
    apreciar la íntima vinculación de cinco grupos de
    tesis:

    • Una crítica del
    capitalismo.

    • La teoría del materialismo
    histórico.

    • Una interpretación de la historia.

    • Una teoría para la práctica de
    la revolución y

    • La sociedad ideal: el comunismo.

    CRÍTICA DEL CAPITALISMO. Esta tesis
    hace énfasis en describir al capitalismo, cuya esencia es
    la propiedad privada, como un sistema que no únicamente
    domina la vida económica, sino que, para subsistir, y a
    través de legitimaciones ideológicas, como el
    idealismo y la
    economía
    política, también impone su hegemonía
    sobre la cultura, la política, la educación,
    etc.

    La burguesía, que es la clase que ostenta el
    poder, basa la explotación en la plusvalía,
    consistente en un valor añadido a un bien, pero que es
    ajeno al trabajo de quien lo produce.

    LA TEORÍA DEL MATERIALISMO
    HISTÓRICO
    . Para definir esta teoría,
    resulta muy propio recurrir a un párrafo
    contenido en el prólogo de una obra de Carlos Marx,
    Contribución a una crítica de la economía
    política
    , publicada por primera ocasión en el
    año de 1859:

    "El modo de producción de la vida material determina el
    carácter general de los procesos de la
    vida social, política y espiritual. No es la conciencia de
    los hombres lo que determina su existencia, sino al contrario: la
    existencia social determina su conciencia."

    De tal manera que el materialismo histórico
    considera que el modo de producción condiciona el modo de
    vida en general. El motor de la historia es la lucha de clases y
    está constituida por el conjunto de modos de
    producción. Esta tesis puede sintetizarse de la
    siguiente manera:

    • Una teoría estructural del cambio
    social.

    • Una teoría de la acción humana y
    la conciencia.

    • Un principio metodológico.

    La primera establece que la sociedad comprende una
    infraestructura (fuerzas productivas y relaciones de
    producción) y una superestructura (instituciones
    ideologizadas e ideologizantes). Dentro de esta
    consideración, la infraestructura prevalece sobre la
    superestructura y se pondera la importancia del conflicto y de la
    lucha de clases, sin soslayar que, en ocasiones, nuevas fuerzas
    de producción pueden cambiar el modo de producción
    y propiciar el surgimiento de determinados tipos de relaciones
    sociales.

    La segunda de las teorías señaladas
    establece que la acción humana no es absolutamente libre,
    ni totalmente determinada. Así, los hombres construyen su
    historia, si bien esto no lo hacen bajo circunstancias elegidas
    por ellos.

    La conciencia posee una muy relativa autonomía,
    pues su contenido esta determinado directamente por las
    relaciones materiales de
    existencia.

    En relación al precepto metodológico, esta
    teoría postula que el análisis histórico y
    social necesariamente debe partir de la existencia material de
    los hombres y no de su conciencia, pues la existencia material
    está constituida por condiciones reales, mientras que la
    conciencia se integra con lo imaginario (motivaciones, ideas,
    etc.).

    LA INTERPRETACIÓN DE LA HISTORIA.
    Establece seis fases en el desarrollo de la historia, misma que
    está determinada por el modo de
    producción:

    • El esclavismo

    • El feudalismo

    • El capitalismo

    • El imperialismo

    • El socialismo

    • El comunismo

    Concibe a la lucha de clases como el motor de la
    historia.

    LA TEORÍA PARA LA PRÁCTICA DE LA
    REVOLUCIÓN
    . A partir de la
    contradiccióny el conflicto entre las
    fuerzas productivas y las relaciones de producción, Marx
    explica la posibilidad del cambio que propicie la
    transición del capitalismo al socialismo.

    LA SOCIEDAD IDEAL. Para Marx, la sociedad
    ideal es el comunismo, en donde el hombre vive en el
    reino de la libertad,
    y que constituye única posibilidad de que el propio hombre
    puede ser omnilateral, es decir, desarrollado en todos los
    sentidos.

    Finalmente, señalaré algunos puntos
    fundamentales de la sociología marxista.

    • Todos los procesos sociales son
      cambiantes.
    • El hombre, utilizando sus conocimientos,
      participa del desarrollo de procesos naturales y sociales,
      modificando con su intervención las condiciones de
      realización y ajustando los resultados a sus
      necesidades.
    • El trabajo constituye la actividad social, por
      excelencia.
    • El hombre, al margen de su voluntad o de su
      conciencia, ocupa un sitio determinado en la sociedad (clase
      social).
    • Las clases sociales son el producto
      de la división de los medios de
      producción.
    • La clase social y el momento histórico
      determinan la ideología del individuo,
      reproduciéndolo en más de un
      sentido.

    La teoría de la reproducción social encuentra su
    auténtica continuación en las llamadas
    teorías de la reproducción cultural,
    ambas procedentes, por lo tanto, del marxismo. Dentro de las
    teorías de la reproducción cultural, algunas de las
    más trascendentes son las estructuradas por los
    considerados neomarxistas Pierre Bourdieu, Jean-Claude
    Passeron, Christian Baudelot, Roger Establet, Samuel Bowles,
    Herbert Gintis, Basil Bernstein, Antonio
    Gramsci, Luís Althusser y Henry Giroux.

    La teoría de la reproducción cultural
    postula que:

    – El cambio social es el resultado de la
    contradicción entre la técnica y la
    producción y el reparto de la riqueza que se produce,
    aunque el cambio no altera de manera fundamental a la
    estructura.

    – El hombre, paulatinamente, se enajena cuando se
    somete a sus propias obras (religión, tecnología,
    etc.).

    – La educación es una agencia social por medio
    de la cual se controla el poder, y de ninguna manera la
    educación promueve el cambio, ni mucho la
    liberación de las clases sometidas. Aunque la
    educación contribuye a la movilidad social, ésta
    es factor de consolidación de la estructura de las
    clases sociales. Así, las jerarquías escolares se
    transforman, dentro de la estructura, en jerarquías
    sociales, perpetuando con ello la existencia del sistema
    capitalista.

    – Los profesores, dentro de la estructura,
    generalmente son impotentes para transformarlo,
    constituyéndose simplemente en agentes pasivos o, en el
    peor de los casos, en conscientes reproductores
    mecánicos del sistema.

    – La escuela transmite y legitima la cultura impuesta
    por la clase hegemónica, convirtiendo,
    paradójicamente, en ilegítima la propia cultura
    escolar.

    – La escuela acostumbra al alumno a ver las relaciones
    escolares como las relaciones del trabajo, ocultando las
    transformaciones reales que la escuela
    produce.

    – El curriculum
    escolar es la base de una dominación presente y
    futura.

    LA
    SOCIOLOGÍA COMPRENSIVA DE MAX WEBER

    Esta teoría fue concebida por el alemán
    Max Weber
    (1864-1920) y para poder explicárnosla de una manera
    más clara, resulta conveniente tener presente el hecho de
    que Weber
    consideraba que las ciencias naturales y las ciencias
    sociales son completamente diferentes. Así pues,
    concentró sus esfuerzos en crear una teoría
    sociológica que, apoyándose en los puntos de vista
    más trascendentales de ambas, superara la supuesta
    incompatibilidad entre las mencionadas ciencias sociales y
    ciencias naturales. Para mayor referencia, léase el primer
    capítulo.

    La sociología de Max Weber, es también
    conocida como sociología comprensiva, porque,
    según el autor, el nivel óptimo de la
    comprensión de los fenómenos sociales se alcanza,
    siempre y cuando dicha comprensión sea causalmente
    adecuada
    y, al mismo tiempo, adecuada en lo
    significativo
    .

    De esta aseveración se derivan, por lo menos, dos
    preguntas obligadas:

    ¿En qué consiste la
    comprensión causalmente adecuada?

    – ¿Qué es la comprensión
    adecuadamente significativa
    ?

    Para Weber, la causalidad adecuada consiste simplemente
    en la probabilidad de
    que un acontecimiento sea el antecedente de otro, y pueda
    así establecerse una generalización (en el sentido
    de que es probable que se presente siempre la misma
    secuencia).

    La verstehen (comprensión,
    en alemán), como Weber la utilizó, es más
    que la internalización de los elementos observados. Es un
    procedimiento
    de análisis racional que no se limita a la mera
    demostración de relaciones funcionales, sino que va
    más allá, pues posibilita la
    comprensión de las acciones y
    hasta las intenciones de los sujetos.

    Dicho en otros términos, Weber intentó
    adecuar los recursos
    metodológicos de la hermenéutica (ver capítulo
    correspondiente)
    para comprender a los actores, sus
    intenciones y, aún más, la historia
    toda.

    La sociología se vio enormemente enriquecida con
    otra original contribución de Weber: el tipo ideal o
    puro
    (por más que algunos afirmen que Comte
    había ya hecho alusión al citado tipo
    ideal).

    El tipo ideal es la denominación
    más popular de la famosa concepción
    sociológica weberiana, pero tal vez hablar de tipo
    puro
    resulta más adecuado, puesto que define mucho
    más claramente el sentido que el autor le otorga a este
    concepto metodológico.

    El tipo ideal no debe considerarse como una hipótesis. Se trata de un instrumento para
    analizar hechos históricos y acontecimientos concretos.
    Es, pues, una herramienta conceptual, una construcción
    mental que no puede ser localizada empíricamente en
    ningún sitio de la realidad, porque se estructura a partir
    de la exageración de uno o más rasgos observables
    en la realidad y por una gran cantidad de fenómenos
    concretos individuales, acentuados de manera unilateral en una
    construcción analítica unificada.

    No se piense que el tipo ideal procede del mundo real.
    Más bien se deriva de las exageraciones unilaterales de lo
    fundamental que sucede en el mundo real. De ahí que el
    tipo será más útil para la
    investigación sociológica, en la medida en que
    resulte mayor su exageración.

    Un ejemplo muy simple sería el de un debate
    político ideal que contendría diversos elementos
    fundamentales, entre otros: sujetos polemizantes, espacio amplio
    y adecuado, medios informativos, numeroso público,
    moderadores, capacidades retóricas de los ponentes,
    participaciones del público, tiempo límite para
    cada intervención, etc.

    Un debate político típico no tiene
    necesariamente que contar con todos esos elementos. Lo relevante
    es el conocer los elementos que son susceptibles de
    comparación con los que conforman el tipo
    ideal.

    La conjunción de los elementos de un tipo ideal
    no obedece a un criterio caprichoso o arbitrario, pues han sido
    seleccionados lógicamente, en razón de su
    comparabilidad.

    Weber delineó una gran cantidad de tipos ideales,
    tipos que, aún dentro de su diversidad, tuvieron en
    común la manera como fueron concebidos. He aquí
    algunos.

    • El tipo ideal estructural, constituido
    por formas obtenidas de la acción social.

    • El tipo ideal de acción, basado
    en las motivaciones personales de un actor
    determinado.

    • El tipo ideal histórico, ubicado
    sincrónicamente, es decir, el tipo localizado en una
    época histórica específica.

    • El tipo ideal de la sociología,
    que alude a fenómenos socio-históricos
    típicos.

    Con relación al aspecto educativo existe un
    interesante trabajo de F. A. Andrade en el que afirma que la
    escuela, en el Estado Moderno "funge como la institución
    encargada de ejercer el control estatal sobre la
    educación, en el terreno de la transmisión ordenada
    de conocimientos, de habilidades y de valores culturales. En
    otras palabras, el Estado se preocupa por detentar el monopolio
    legítimo de las instituciones educativas, a fin de cumplir
    con sus funciones: cuidar los "intereses pedagógicos" de
    la sociedad.

    Para desempeñar su función social, la
    escuela asume una estructura similar a la de las instituciones
    burocráticas que hemos descrito.

    Obsérvese el tipo de escuelas, facultades,
    centros, institutos, colegios de enseñanza superior que proliferan en
    nuestro medio. Tratemos de idear un ejemplo de escuelas que
    reúna el cuadro de características más
    típicas, más comúnmente
    observadas.

    En primer lugar, esta "escuela" persigue determinados
    objetivos: impartir educación para formar
    profesionistas; organizar y realizar investigaciones
    en los campos de su(s) especialidad(es); difundir los
    conocimientos generados, a través de la publicación
    de libros,
    revistas, folletos, conferencias, etc.

    Para cumplir con su propósito se organiza por
    áreas, departamentos, secciones, centros, etc.: de
    historia, de economía, de derecho, de física, de
    biología,
    de matemáticas, de administración, etc.

    Cada una de estas secciones ofrece determinados cursos,
    desarrolla investigaciones, en fin, un conjunto de actividades
    específicas. Además, tiene la facultad de expedir
    grados y títulos a aquellos individuos que reúnan
    los requisitos solicitados en cada caso.

    Esta organización posee un cuadro de
    autoridades: una junta de gobierno; un rector; en consejo
    de directores; consejos consultivos; los directores de cada
    área, departamento, centro; profesores e investigadores;
    los estudiantes; cuerpo administrativo. En cada uno de estos
    sectores se ejerce la autoridad en
    virtud del cargo que se ocupa. Así, por ejemplo, un
    profesor es
    obedecido por sus alumnos, por la autoridad que le delega su
    función de docente; por los superiores que lo apoyan; por
    los diplomas que lo acreditan como tal; por el estatuto en que se
    inscribe su actividad y, en última instancia, por todo el
    edificio institucional que lo respalda.

    En el estatuto o reglamento correspondiente se
    señala cómo está compuesto y cuánto
    dura cada cargo; cómo funciona, cuáles son los
    requerimientos para ocupar cada cargo, de qué tipo de
    nombramiento o contratación se trata; sus facultades y
    funciones; sus derechos y obligaciones;
    las licencias, permisos que serán concedidos, en general
    las prestaciones
    de que se goce; las condiciones de ingreso y permanencia; las
    responsabilidades y sanciones.

    Dentro de esta jerarquía funcional existe la
    posibilidad de que ante un conflicto, la resolución de una
    autoridad inferior pueda ser sometida a revisión por
    autoridades superiores.

    Por otra parte, en cada escuela se lleva un sistema de
    registro de
    todos y cada uno de sus miembros mediante cédulas o
    expedientes. En algunas instituciones, dado el adelanto de la
    técnica y el número de personas que agrupa, se
    instrumentan procesos mecánicos más sofisticados
    como, por ejemplo, el uso de la
    computadora.

    Otra característica relevante es el sistema de
    exámenes que se aplica como instrumento de
    acreditación de las cualidades requeridas en cada caso.
    Existen exámenes de ingreso tanto a nivel del personal docente
    y administrativo, como del estudiantado.

    Para ingresar como profesor, los exámenes
    incluyen el grado de dominio de la
    materia, la capacidad expositiva, manejo de grupos,
    etc.

    En el área administrativa, por ejemplo, para
    contratar a una secretaria se llevan a cabo pruebas que
    pretenden medir la rapidez en la toma de dictado, la habilidad
    mecanográfica, la calidad del
    trabajo, etc.

    Respecto a los estudiantes, éstos se someten a
    exámenes de admisión, exámenes ordinarios,
    extraordinarios, de regularización. Los temas sobre los
    que versan se basan en el programa que haya comprendido el curso
    respectivo. Los exámenes se realizan en la forma y
    términos estipulados en el reglamento, y conforme a este
    mismo se estima su extensión y validez. Queda
    también previsto un examen final, profesional o de grado,
    que sustentarán aquéllos que hayan concluido los
    programas de
    estudio en cualquiera de las especialidades que se cursen en la
    escuela. La aprobación de estos exámenes da derecho
    a que la institución expida un documento
    crediticio.

    Hasta aquí hemos descrito un cuadro de
    características de las instituciones escolares, muy
    simular al de las organizaciones
    burocráticas que presentamos anteriormente, con lo que se
    confirma la presunción de tomar a la escuela moderna como
    una institución burocrática. Ahora podemos
    preguntarnos sobre su sentido.

    El desarrollo de la burocratización demanda un
    determinado tipo de educación, acorde con el proyecto social
    que sustenta.

    Este tipo de educación estará,
    naturalmente, inspirado en la racionalidad. El predominio de la
    acción racional, de la burocratización, se observa
    a distintos niveles.

    Nosotros podemos ver claramente este fenómeno en
    la tendencia actual de sistematizar el proceso de
    enseñanza-aprendizaje, para
    lo cual se diseña un enorme andamiaje tecnológico
    que hace más funcional el desarrollo educativo.

    Se establecen programas con actividades fijas,
    distribuciones de tiempo, metodologías que permiten
    alcanzar los objetivos propuestos en el menor tiempo, al menor
    costo y con el
    mayor rendimiento.

    Elementos indispensables para echar a andar y mantener
    este sistema son la disciplina y el control escolar.

    La disciplina racional es "la realización
    metódicamente ejercitada, precisa e incondicionalmente
    opuesta a toda crítica, de una orden recibida así
    como la íntima actitud
    exclusivamente encaminada a tal realización". De
    aquí se deriva la posibilidad de uniformar, en cierto
    grado, las acciones ordenadas. Pongamos como ejemplo una clase de
    literatura donde
    el profesor presenta a sus alumnos una serie de reglas
    métricas a las cuales se debe ajustar el verso. Lo que
    él pretende es que sus alumnos conozcan esta norma
    literaria. Exigirá que demuestren su aprendizaje
    repitiendo las normas que se les han enseñado. De nada
    sirve que a alguno se le ocurra hacer un verso cumpliendo los
    requisitos estipulados, por parecerle que, a más de
    cumplir el objetivo
    propuesto, le permita desarrollar su inventiva. Su acción
    será sancionada negativamente porque no fue esa la orden
    recibida, no importando si para ello realizó un mayor
    esfuerzo.

    La disciplina presupone el "adiestramiento"
    para lograr una acción más rápida y
    eficiente; está al servicio de la obtención de un
    óptimo, racionalmente calculado, de energía
    física y psíquica de los sujetos
    adiestrados.

    El otro elemento que contribuye a mantener el orden
    dentro de la escuela es el control. En las instituciones
    educativas occidentales, Weber señala a los
    exámenes especiales como un instrumento de control, en la
    medida que sirven de filtro para aquellos individuos que
    reúnen los requisitos del sistema burocrático. El
    examen prescribe qué y cómo ha de contestarse. Los
    sujetos mejor adiestrados estarán en condiciones de pasar
    más fácilmente estos exámenes.

    Los exámenes especiales están
    estrechamente vinculados con otra premisa de la educación
    burocrática: la especialización en todas y cada una
    de las actividades sociales.

    Dice Weber que las "instituciones educativas
    occidentales y continentales, especialmente las superiores, se
    encuentran bajo el imperativo predominante de atender a aquella
    "formación cultural" que cultiva las enseñanzas
    cada día más indispensables para el burocratismo
    moderno: la enseñanza de especialidades".

    El saber experto, especializado, constituye el centro de
    gravedad del proceso educativo, en función de las
    crecientes necesidades de la complejización de los medios
    materiales de producción de las sociedades capitalistas;
    de la búsqueda de una mayor racionalización en
    todas las esferas sociales.

    Cabe comentar que en este ideal de formar
    "especialistas" se encuentra implícita una
    fragmentación del conocimiento y de la sociedad en
    general, lo cual promueve una visión del mundo en donde,
    paradójicamente, cada individuo no es más que un
    engrane de una máquina gigantesca que lo acosa y reduce,
    que se impone y mantiene por su superioridad técnica
    basada en el saber científico y especializado.

    Otro aspecto relevante del tipo de educación
    predominante en la civilización occidental es su
    carácter democrático.

    En páginas anteriores habíamos visto que,
    históricamente, la
    organización burocrática se yergue por lo
    general, sobre la base de una nivelación de diferencias
    económicas y sociales.

    Weber señala que en las sociedades occidentales
    modernas la burocratización sigue el fenómeno de
    democratización que se observa. Esto es porque la burocracia se
    apoya en un régimen legal de orden formal, general y
    abstracto, que por la igualdad
    jurídica se adecua a la búsqueda de la democracia,
    con el consiguiente rechazo de ciertos privilegios conferidos al
    individuo.

    Para Weber, la democratización no designa
    necesariamente la reducción del poder ejercido por los
    funcionarios, por las autoridades, en favor de un mayor dominio
    directo del pueblo. "Lo decisivo es más bien la
    nivelación de los grupos dominados con respecto a los
    grupos dominadores, burocráticamente articulados". Esto se
    basa en la suposición de que en principio todos los
    individuos pueden ejercer funciones de dirección, en cuanto tengan la
    calificación requerida.

    El principio básico liberal de igualdad de
    oportunidades apremia la democratización de la
    educación. Esta se da en dos sentidos:

    Democratización económica, entendida como
    exigencia de una enseñanza gratuita que permita un acceso
    a la escuela, libre de restricciones devenidas de privilegios
    elitistas o de un tratamiento especial o personalista.

    Para que esto se realice, la burocracia debe proveer de
    una infraestructura económica que permita abrir a todos
    las puertas de la escuela. Esto lo consigue principalmente a
    través de la recaudación fiscal de
    fondos destinados a este propósito.

    Democratización pedagógica, que se traduce
    en derecho a la educación, por encima de la diferencia de
    sexos, razas, religiones, etc.

    Los exámenes especiales de los que ya hemos
    hablado, representan un instrumento de selección
    democrática de los más "aptos", puesto que para
    acreditarlos se aplican criterios pedagógicos que no
    consideran favoritismo alguno.

    Cuando Weber examina este supuesto señala que
    tales "criterios pedagógicos", que se visten de
    neutralidad, pretendiendo atender únicamente al desempeño de los alumnos en clase, ocultar
    efectivos condicionamientos sociales que posibilitan o no una
    competencia
    realmente equilibrada dentro del salón de
    clases.

    El proceso educativo, el "adiestramiento" que se
    requiere para aprobar los exámenes, implica una serie de
    gastos y de
    tiempo considerables, frente a los cuales los "costos
    intelectuales" son relativos. El obstáculo fundamental
    para acceder al éxito en este tipo de pruebas está
    dado por las determinaciones sociales extraescolares,
    indisolubles con la sola voluntad o "esfuerzo"
    individual.

    Correlacionar la educación y la
    estratificación social permite desprender esta
    conclusión:

    Históricamente, la educación ha jugado un
    papel considerable en relación a la estimación o
    prestigio social que se disfrute. Ha servido de arma para
    legitimar una posición social determinada. Weber expresa
    en "Estamentos y clases" que el tipo de educación
    formalmente recibida pasa a ser categoría definitoria de
    la "situación estamental", es decir, en la
    pretensión de privilegios, o la ausencia de éstos,
    en la consideración social.

    En el capitalismo, la clase que ocupa el peldaño
    más alto en la escala social,
    los grupos dominantes, empresarios o propietarios, comparten
    entre sí un acceso privilegiado a las oportunidades
    educativas, por ser ellos quienes poseen los medios
    económicos suficientes para cubrir el alto costo que
    representa entrar, permanecer y alcanzar un desempeño
    feliz en la escuela.

    A quienes salen airosos escolares se transforman en
    ventajas económicas. Weber dice que, comparativamente,
    toman el lugar que en las sociedades antiguas ocupó la
    prueba de linaje respecto a la legitimidad, a la paridad de
    status, e incluso a la posibilidad de ocupar un cargo
    oficial.

    "El clamor por la creación de títulos en
    todos los sectores en general se halla al servicio de la
    formación de una capa privilegiada en los negociados
    oficiales y en los despachos particulares". Se forma una casta
    meritocrática, fundada en el poder "imparcial" de los
    exámenes especiales. Se limita la oferta de
    puestos, monopolizándose a favor de los poseedores de los
    susodichos diplomas.

    A través de la organización escolar
    institucionalizada, el Estado burocrático distribuye entre
    los individuos sometidos a su acción de adiestramiento y
    calificación, grados jerarquizados que se materializan en
    títulos, diplomas, que hacen las veces de salvoconductos
    para participar en el mercado de
    trabajo.

    Los exámenes especiales, como símbolo de
    la moderna dinámica educativa, responden a una
    estrategia de
    selección de los técnicos, empleados y
    especialistas, que serán reclutados principalmente para
    ingresar en las filas de la burocracia del Estrado o de la empresa
    capitalista.

    Weber considera que la selección social es un
    fenómeno social ineludible, empezando por la
    selección biológica. Pueden eliminarse ciertos
    criterios estimados como violentos, determinados objetos y
    direcciones de la lucha, pero prevalecerán otros medios
    que posibiliten el triunfo en la competencia abierta o latente de
    las probabilidades de vida, de sobrevivencia.

    En la sociedad contemporánea la educación
    se vuelve un medio cuyo monopolio representa una situación
    privilegiada en la competencia social.

    Pasemos ahora a tratar el problema del papel del
    profesor dentro de este espectro burocrático.

    Weber define a los profesores como "funcionarios" de la
    educación: desempeñan un trabajo profesional
    conforme a los objetivos, métodos y
    normas que de manera general marque la institución
    escolar. Ocupan un lugar dentro de la jerarquía de
    autoridades.

    El profesor es un especialista que reúne un
    conjunto de saberes específicos que transmite a sus
    alumnos. Esta tarea la debe realizar dentro de un marco de
    libertad de cátedra, pero guiándose en todo momento
    por criterios objetivos, técnicos y
    científicos.

    Weber hace varios señalamientos al respecto, en
    el sentido de que la función de educador se debe realizar
    con tal profesionalismo que en ningún momento se
    justifique permitir que éste exprese juicios derivados de
    su propia visión del mundo.

    La cátedra no es lugar de propagación de
    profecías personales, sino un espacio donde los problemas
    se han de resolver por medio de concienzudos análisis
    técnicos.

    Exhorta incluso a que los estudiantes exijan de sus
    docentes:

    "- Capacidad de conformarse con el cumplimiento de una
    tarea dada.

    – Admitir ante todo los hechos y separar la
    comprobación fáctica de la valoración;
    y

    – Reprimir la exposición de gustos y sentimientos
    personales".

    El profesor, naturalmente, tiene una posición y
    es libre de expresar sus juicios políticos y morales fuera
    del ámbito universitario; lo contrario equivaldría
    a caer en una "falsa neutralidad ética"
    inexistente; pero debe abstenerse de expresar estos juicios de
    valor cuando esté desempeñando su papel de maestro,
    debe ser imparcial y desapasionado. De lo contrario,
    estaría haciendo un uso errado de la autoridad que le
    confiere su cargo, en cuanto que, nos dice Weber, en "el aula es
    el profesor el que habla en tanto que los oyentes han de callar;
    para hacer su carrera, los estudiantes están obligados a
    asistir a las clases del profesor y en ellas no se permite a
    nadie hacerle críticas. Me parece de una absoluta falta de
    responsabilidad que el profesor aproveche estas
    circunstancias para marcar a los estudiantes con sus propias
    opiniones políticas".

    La tarea educativa debe concebirse como una introducción a un amplio espectro de
    cultura; como un poner al servicio de los estudiantes los
    conocimientos y la experiencia en el terreno científico,
    para que sean ellos quienes tomen una posición a partir de
    sus propios principios.

    Tipos educativos

    En páginas anteriores se aclaró que Weber
    partía del establecimiento de las instituciones
    burocráticas, entre las cuales está la escuela,
    como del tipo de organización predominante en la
    civilización occidental moderna, para proceder a realizar
    un análisis comparativo con otras culturas.

    En el terreno educativo, pone de manifiesto que la
    inclinación hacia un realismo
    racional y hacia la formación de expertos profesionales es
    un fenómeno particular del tipo escuela burocrática
    que domina en las sociedades modernas.

    Mediante estudios históricos pone de relieve la
    existencia de distintas formas y contenidos
    educativos.

    En la Edad Media, la
    finalidad de la educación era formar al "hombre culto", en
    el sentido de enseñar un conjunto de cualidades que
    distinguían el modo de vivir del caballero. En Alemania, por
    ejemplo, la antigua calificación demandaba el dominio en
    los hábitos que constituían el estilo caballeresco,
    para poder obtener un feudo.

    En la historia antigua de otras culturas el calificativo
    de hombre cultivado se aplicaba con otros significados.
    Así, en China,
    la
    personalidad culta encerraba conocimientos de la escritura y la
    literatura; en Grecia, tenía un carácter
    gimnástico, musical, etc. En todo caso, las aptitudes que
    posibilitan la pertenencia a la capa de los señores no se
    basaba en un suplemento de saber especializado, tal como se dan
    en las instituciones educativas contemporáneas.

    En muchas culturas asiáticas de la
    antigüedad encontramos sistemas sacro-jurídicos que
    establecían la educación mágica, ordenada de
    tal suerte que el novicio era iniciado a través de un
    proceso que comprendía pruebas de valor, torturas, etc.,
    que le conferían determinados grados de
    consagración.

    Estos y otros tipos educativos (educación
    monacal, militar, laica, jurídica, burocrática,
    etc.), sirven de marco de referencia para contrastarlos con el
    tipo profesional contemporáneo y subrayar su
    especificidad, sus rasgos comunes y aquellos que incluso se
    contraponen. Son un patrón, una guía que orienta al
    investigador para definir el modelo educativo predominante en una
    cultura, en un tiempo y espacio determinados.

    En todos los casos, la educación tiene un
    carácter eminentemente social e histórico; estas
    coordenadas determinan las condiciones de posibilidad de que se
    desarrolle, que predomine uno u otro tipo ideal con las
    características particulares que toma en las situaciones
    reales específicas."

    Por último, deseo citar un comentario que
    escuché algún día, en algún lugar que
    por el momento no logro recordar, pero que ocupó, y ocupa,
    espacios en mis reflexiones. El comentario de referencia es una
    afirmación en el sentido de que la sociología de
    Max Weber es una especie de desesperado debate con el fantasma de
    Karl Marx. Se lo comparto, respetado lector.

     

    Pablo Rico Gallegos,

    en "Elementos teóricos y metodológicos
    para la investigación educativa", Unidad 164 de la
    Universidad
    Pedagógica Nacional, Zitácuaro, Michoacán,
    México,
    2005, pp. 91-114

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