Ionización del aire y contaminación electromagnética. Causas, efectos y soluciones
- Resumen
- La contaminación
electromagnética - La vida en el campo
eléctrico - La ionización del
aire - Los radicales libres y la
salud - Soluciones al
problema - Bibliografía
En el mundo moderno, de alto desarrollo
tecnológico
pero también de grandes
perturbaciones al entorno ambiental,
surgen nuevos agentes que no sólo
perturban el equilibrio hombre-naturaleza
sino que, además, generan una gran
cantidad de problemas
sobre la salud física y mental de
todos los habitantes del planeta.
Son ellos: La ionización
positiva, la
contaminación electromagnética y los radicales
libres.
No obstante, también se han
desarrollado varios métodos y
estrategias
para contrarrestar su agresiva acción.
La ionización (positiva y negativa) surge
a partir de fenómenos naturales y su efecto es bien
conocido desde la antigüedad. La concentración de
iones positivos, nocivos para la salud humana, se ha venido
incrementando en los últimos tiempos como consecuencia del
desarrollo tecnológico de la humanidad. De igual manera,
el uso y el abuso de la energía electromagnética
(sin la cual ya no es posible concebir nuestra actual
civilización) han generado otra serie de problemas de
salud
pública y de salud
ocupacional en lo que se conoce como polución o
contaminación electromagnética, que tiene el
agravante de ser, además, un ENEMIGO SILENCIOSO E
INVISIBLE.
Finalmente, como producto de
nuestros hábitos alimenticios y la incorporación de
la química a
la industria
alimenticia, ha aparecido otro fenómeno, de particular
agresividad, conocido como los radicales libres los
cuales, adicionalmente, se ven influenciados por la inducción de cargas positivas sobre el
organismo. En este artículo se hace un breve recorrido por
la naturaleza de
estos fenómenos y sus causas y efectos sobre la salud,
pero especialmente se hace énfasis en las diferentes
soluciones
planteadas para neutralizar su acción.
Ingo. Hernán Londoño
Moreno.
Ingeniero Electrónico Universidad de
Antioquia,
Gerente General "BOHR INGENIERÍA
LTDA."
Ingo. Nelson Rúa
Ceballos.
Ingeniero Electrónico Universidad
de Antioquia,
Gerente Comercial "BOHR INGENIERÍA
LTDA."
¿Se ha sentido usted cansado, enfermo, con dolor
de cabeza, con problemas de visión, irritable, no puede
dormir adecuadamente, sufre de insomnio crónico, tiene
alteraciones gástricas o cardiovasculares, etc, y todo
ello sin una causa aparente y sin que responda a ningún
tratamiento médico convencional? ¡CUIDADO! PUEDE SER
LA CONTAMINACIÓN ELECTRO-MAGNÉTICA, producto de los
avances
tecnológicos que nos hacen más fácil la
vida y de los que, definitivamente, ya no nos podemos desprender
en una civilización tan tecnificada como la
nuestra.
Por otra parte, surge el problema de la
IONIZACIÓN POSITIVA, natural o inducida, con sus efectos
sobre la salud. A los dos problemas anteriores se suma uno nuevo,
los RADICALES LIBRES, que no son otra cosa sino átomos o
moléculas ionizadas (iones positivos) y que, según
las últimas investigaciones
clínicas, tienen enorme incidencia sobre la
aparición de tumores y cánceres, sobre el
envejecimiento y otras alteraciones orgánicas
degenerativas y progresivas. Enté-rese, a
continuación, de cómo puede descargarse de la
electricidad
nociva y de cómo puede neutralizar la acción de los
campos electromagnéticos y de los radicales
libres.
LA CONTAMINACION
ELECTROMAGNETICA
Electromagnetismo, vida y
civilización
La energía
eléctrica es tan necesaria, hoy en día, que ya
no es posible para el hombre
moderno imaginar un mundo sin ella. El progreso de los pueblos
está íntimamente ligado a ella. Gracias a la
electricidad y al magnetismo son
posibles la radio,
la
televisión, las telecomunicaciones, el desarrollo industrial, la
automatización de las oficinas, el avance
de la medicina, los
computadores, la investigación cientí-fica, y todas
las comodidades del hogar moderno: los equipos de sonido, las
colchas eléctricas, las secadoras, las afeitadoras, las
aspiradoras, el horno microondas, la
nevera, la estufa, la lavadora, el reloj despertador,
etc.
Por otra parte, muchos de los fenómenos en
el universo
son de naturaleza eléctrica. La vida no sería
posible sin el electro-magnetismo, somos un cuerpo
eléctrico, como se puede comprobar a partir de la
actividad eléctrica del corazón y
del cerebro, en los
procesos de
conducción nerviosa y en otros órganos del cuerpo.
La tierra
misma posee su propio campo
magnético.
No obstante, es importante, tener precauciones con las
cargas eléctricas (positivas y negativas) y con los
campos electromagnéticos (EM) ya que pueden dar origen
a problemas orgánicos o funcionales y su acción
puede depender de un sinnúmero de parámetros y
condiciones: campos estáticos o variables en
el tiempo,
radiaciones ionizantes o no ionizantes, energía, potencia,
intensidad y frecuencia, etc., así como de los
parámetros eléctricos del sujeto receptor:
permitividad, per-meabilidad, conducción y resistencia
eléctrica, etc, los cuales pueden variar mucho de una
persona a
otra. Además, dichos campos también pueden llegar a
tener efectos benéficos; de ahí su uso en diagnóstico (Imagenología), terapias
médicas, rehabilitación física y
cirugía.
Los campos electromagnéticos están por
todas partes y sus efectos se hacen sentir en todo el planeta, en
nuestro entorno (hogar-oficina), en el
cuerpo humano,
en las células, y
hasta en las cadenas de ADN y
ARN.
Algunas fuentes de
radiación
electromagnética
En síntesis,
todo aparato de tipo eléctrico o electrónico aporta
radiación en forma de campo electromagnético en
mayor o menor grado y, si bien muchos de ellos generan niveles de
radiación que están por debajo de los niveles
máximos permitidos, otros los sobrepasan por sus altas
intensidades, lo cual se agrava por el hecho de que, en muchos
casos, las personas están expuestas a ellos sin
ningún tipo de protección y durante períodos
muy prolongados de tiempo y, como si fuera poco, la
fricción con el aire es una fuente adicional de cargas
eléctricas estáticas.
a. b. c. d. e.
- Líneas de alta tensión y transformadores.
- Antenas de radio (AM, FM),
TV, Microondas. - Celulares y Radioteléfonos.
- Computadores y televisores.
- Electrodomésticos diversos.
La incidencia de la frecuencia y de la intensidad de
campo (energía)
El efecto de un campo electromagnético sobre el
tejido vivo se entiende en términos de la interacción de la materia con la
energía, con el consiguiente desencadenamiento de diversos
fenómenos biológicos de tipos eléctrico,
físico y químico. Los parámetros de
mayor incidencia, y mejor estudiados, son la frecuencia y
la intensidad de campo. Hoy se sabe que tanto las
radiaciones ionizantes como las no ionizantes ejercen
efectos de diverso orden sobre las células, cuya
acción va desde lo terapéutico hasta lo nocivo. Las
radiaciones no ionizantes son aquellas con longitudes de
onda mayores de 100 nm y con energía cuántica
inferior a 12 eV.
Problemas de salud atribuidos a los campos
E.M.
Son muchos y variados los problemas ocasionados por los
campos, algunos son: dolores de cabeza, cansancio, estrés,
problemas de la visión (visión doble o borrosa),
nerviosismo, irritabilidad, insomnio; alteraciones
cardiovasculares, gástricas y del sistema
inmunológico, etc; además, las cargas y los campos
pueden interferir fuertemente con muchos tratamientos
médicos.
EL CAMPO ELÉCTRICO
Suponiendo que no existieran fuentes artificiales
de electricidad y de magnetismo, o de cualquier tipo de
radiación electromagnética, el ser humano
estaría expuesto todavía a la influencia del campo
magnético y del campo
eléctrico terrestres.
Campo magnético
Terrestre
Campo eléctrico
terrestre
Dentro del campo eléctrico natural el ser humano
se vería expuesto a la concentración de cargas
eléctricas según su posición como puede
apreciarse en las siguientes figuras:
Al estar inmerso dentro de las líneas de flujo
del campo eléctrico terrestre, el cuerpo se comporta como
un conductor eléctrico y, según esté en
contacto con la tierra
física o aislado de ella, modificará las
líneas de dicho campo según se ve en las figuras
siguientes.
Finalmente, las formas de ciertas construcciones
favorecen la concentración de iones, además de los
fenómenos naturales como las nubes, los vientos, la
fricción con el aire, etc.
Desde tiempos remotos es conocido el efecto nocivo sobre
la salud física o psíquica que ejercen ciertos
vientos, cuya característica peculiar ha podido
establecerse en un exceso de cargas eléctricas y de iones
cargados positivamente.
"No pronunciarás ninguna sentencia de muerte cuando
sople el Sharav", se lee en el Talmud.
Cuando en Ginebra y otras ciudades de Europa Central
sopla el Foehn (llamado "Viento de las Brujas"), se desencadenan
riñas en los hogares, suicidios y asesinatos, y se
registra un mayor número de accidentes de
tráfico; inclusive, algunos cirujanos retrasan las
operaciones si
se anuncia la aparición del Foehn.
Así mismo, algunos otros vientos tienen mala
fama. Los vientos Chinook, en las Montañas Rocosas; el
Santa Ana de California; el Siroco en Italia; el
Mistral en la Costa Azul; la Tramontana en Cataluña; el
Poniente en Levante o el Sur en Cantabria. De igual forma, los
fenómenos meteorológicos como tornados, ciclones y
huracanes que periódicamente azotan las zonas costeras de
América
y del Caribe, son otras manifestaciones de dichos
vientos.
Existe una característica común a todos
estos vientos: su enorme carga eléctrica positiva o
el predominio de iones positivos (+) con respecto a los iones
negativos (-); pero este desequilibrio iónico
también lo hallamos permanentemente en el interior de
industrias,
viviendas y oficinas. Existe una gran cantidad de elementos y
situaciones que vician el aire y que, sobre todo, reducen de
forma alarmante la concentración de iones negativos,
altamente favorables para la salud.
Algunos ejemplos típicos de estas situaciones y/o
elementos se encuentran a menudo en locales habitados o
frecuentados por un gran número de personas, salas de
espera gimnasios; además, en deficiente
ventilación, el empleo del
aire
acondicionado, la calefacción, el humo del tabaco, la
contaminación del aire, los terminales de
vídeo, la televisión, las computadoras,
los pararrayos radiactivos, las centrales nucleares, las
líneas de alta tensión, los transformadores, el uso
de materiales
sintéticos y fibras que generan grandes cargas
electrostáticas, las instalaciones eléctricas de
las edificaciones y todos los aparatos electrodomés-ticos,
así como algunos materiales de construcción – cemento, gres
– que emiten partículas cargadas positivamente (+) o
ciertas dosis de radiactividad ligeramente ionizante,
especialmente en ambientes cerrados.
En la naturaleza, no sólo los vientos generan
iones positivos; se ha demostrado que todos estos dispositivos
eléctricos y situaciones varias generan grandes
concentraciones de iones positivos (+), altamente perjudiciales
para la salud.
Entre los muchos trastornos orgánicos que los
investigadores han podido relacionar con el exceso de iones
positivos (+) se destacan los dolores corporales, las jaquecas
acompañadas de náuseas, los vahídos, las
contracciones nerviosas de los ojos con irritación de los
mismos, la fatiga desmesurada, los desvanecimientos, los
desequilibrios salinos (Calcio – Magnesio), la acumulación
de agua, las
dificultades respiratorias, las alergias y asmas, los problemas
cardíacos y circulatorios, la baja presión
sanguínea, la pérdida de reflejos, la mayor
sensibilidad al dolor, las inflamaciones, las hemorragias, las
embolias pulmonares, las trombosis, y la hipersecreción de
serotonina (hormona del estrés), entre otros, con todas
las consecuencias y problemas que de ellos se derivan.
También están relacionadas con el exceso
de ionización positiva en el aire, algunas afecciones
psicológicas como el desequilibrio emocional, la
irritabilidad, la indiferencia vital y la apatía, el estado
meditativo y ausente, el agotamiento, el bajo rendimiento
académico y laboral, la
depresión, el mayor índice de
intentos de suicidio, la
ansiedad, y cierta inducción a la
drogadicción.
Todos estos trastornos – catalogados como subjetivos –
son difíciles de estudiar y correlacionar, pero no deja de
sorprender que sean comunes para la mayoría de las
personas que permanecen o viven en zonas o locales con elevadas
ionizaciones positivas (+).
Ahora sí, seguramente, empezaremos a encontrar
respuestas a esos grandes interrogantes que hemos llevado por
mucho tiempo y que, tal vez nunca habíamos podido
dilucidar. ¿Por qué a veces llego tan cansado a
casa después de una jornada laboral normal? Por qué
me irrito tan fácilmente en algunas ocasiones? Por
qué algunos lugares o ambientes (oficinas, salas de
espera, etc.) me producen tanto estrés? Por qué me
deprimo?, etc.
Son interrogantes que, tal vez, nunca los hemos podido
responder de una manera lógica.
Pero la explicación puede ser tan sencilla que
parecería increíble: ALTAS CONCENTRACIONES DE IONES
POSITIVOS EN EL AIRE QUE RESPIRAMOS.
LOS RADICALES
IBRES Y LA SALUD
Una explicación científica del
fenómeno
Toda la teoría
anterior no tendría validez si no se contara con una
explicación y con una fundamentación
científica. Inicialmente, los estudios e investigaciones
de Felix Gad Sulman, de la Universidad de Jerusalén, y los
trabajos de los norteamericanos Albert P. Krueger, de la
Universidad de California, y el Dr. Robert Beck, establecen como
causa de disfunción orgánica el desequilibrio
eléctrico, y descubren el complejo mundo de la
bioelectricidad.
El francés Claude Vicens ha corroborado esa
incidencia. La hipótesis de la importancia de los iones y
la de ionización quedó corroborada en 1991,
año en el cual se adjudicó el premio Nobel de
Medicina a los científicos alemanes Erwin Neher y Bert
Sakman, por su labor investigadora sobre la
comunicación celular a través de los
intercambios iónicos del interior y exterior de las
células.
Pero una explicación concreta del
fenómeno, a nivel orgánico, está dada por la
acción de los radicales libres. Recordemos que en
la materia cada átomo esta
constituido por un núcleo provisto de cargas
neutras y positivas, así como por una nube de
electrones, cargados negativamente, que gravitan alrededor
del núcleo como los planetas giran
alrededor del Sol.
Atomo equilibrado: 7 Protones y 7
Electrones
Por regla general, las cargas negativas de los
electrones corresponden numéricamente y equilibran con
exactitud, a la carga positiva del núcleo.
Consecuente-mente, el átomo en ese estado resulta
neutro, en equilibrio.
Pero dicho estado se ve continua-mente modificado en
numerosos átomos y moléculas, al aportarles ciertas
dosis de energía (a través de la radiación
ambiental o de forma artificial, como por ejemplo por la
acción de los computadores, los transformadores, el humo
del cigarrillo, etc, tal como se había mencionado
anteriormente).
El resultado de este fenómeno es que serán
"arrancados" uno o varios electrones. En consecuencia, el
átomo queda cargado positiva-mente. El átomo
así alterado, que poseerá mayor carga positiva que
negativa, será considerado un ión
positivo.
Por el contrario, cuando los electrones libres
arrancados a algún átomo son capturados por
átomos neutros, estos se cargarán negativa-mente,
convirtiéndose de este modo en iones
negativos.
Cuando estos iones atómicos entran a formar parte
de la composición de una molécula
eléctricamente neutra, ésta se electriza y
constituye un ión, que puede ser negativo o positivo. Al
ión positivo se le da el nombre de radical
libre.
Átomo cargado negativamente.
Exceso de Electrones:
7 protones, 8 electrones: Ión
Negativo.
Átomo cargado positivamente.
Deficiencia de electrones:
7 protones, 6 electrones: Ión
Positivo.
La Investigación médica ha estudiado en
los últimos años el efecto de los radicales libres
en el organismo. Se trata de los ya mencionados iones positivos,
o sea átomos o moléculas que han perdido un
electrón, por lo que están cargados
positivamente.
Ya decíamos que las radiaciones ionizantes, los
rayos ultravioleta y otros factores ya mencionados, así
como la contaminación del aire, el humo del cigarrillo,
las pantallas de TV y computadores, etc., incrementan la cantidad
de radicales libres en nuestro organismo.
Estos compuestos desempeñan un papel crucial en
la génesis del cáncer y de las enfermedades
cardiocirculatorias. Al tratarse de átomos o
moléculas a los que les falta un electrón en el
organismo, intentan recuperar ese electrón en el propio
organismo y lo hacen de forma agresiva.
Cuando este proceso se
desarrolla en el interior de las células, éstas
pierden gran parte de su capacidad defensiva. Los radicales
libres (o iones positivos) llegan a dañar el núcleo
de las células, afectando al propio material
genético, por lo que la célula
se degenera, transformándose en cancerígena.
Se sabe, por ejemplo, que el colesterol en la sangre interviene
en la formación de la arteriosclerosis, en los infartos de
miocardio y en otras enfermedades circulatorias.
Pero el colesterol es, de hecho, una sustancia
necesaria, que cumple funciones
relacionadas con la metabolización y la
redistribución de los lípidos
(grasas). Se
vuelve peligroso a partir del momento en que se forman
depósitos de esta sustancia en nuestras venas y arterias,
y ahora se sabe que se debe a las reacciones
químicas que sufre a causa de los radicales libres o
iones de carga positiva (+). Es decir, sólo cuando estas
moléculas oxidantes han modificado la composición
del colesterol, éste llega a depositarse en nuestras
venas, y no con anterioridad.
Algunos estudios aportan el cono-cimiento sobre el papel
que pueden estar ejerciendo estos radicales libres en
enfermedades tan dramáticas como el mal de Parkinson, la
artritis reumatoide y la enfermedad de Alzheimer,
así como en ciertos tipos de cáncer.
¿Cuáles son las causas de la
acumulación de radicales libres en nuestro
organismo?
1. El aire que respiramos es uno de los
factores claves en la génesis de radicales libres, pues
con él inhalamos contaminación, humo de tabaco,
polvo, etc. Todas estas sustancias suelen estar cargadas
positivamente (predominan los iones positivos), por lo que
contribuyen a las reacciones químicas internas en el
organismo, sobre todo en las vías respiratorias y
también en el riego sanguíneo, que debe
purificarse y enriquecerse en los pulmones,
convirtiéndose en uno de los precursores del
cáncer pulmonar.
2. La radiación ambiental (natural o
artificial) es otro factor importante que incide en la
génesis de radicales libres en nuestro organismo. Las
radiaciones ionizantes, el gas
radón, los rayos ultravioleta y otros, elevan el
contenido de radicales libres en nuestro interior.
3. Otra parte de radicales libres acumulados en
nuestro cuerpo proviene del metabolismo de nuestro propio
organismo y está muy ligada a la dieta, y a la
ausencia de ciertas sustancias tales como las vitaminas C,
E y A, antioxidantes por excelencia.
1. ¿Cómo contrarrestar el efecto de
la ionización positiva?
Un aire con mucha contaminación o lleno de humo,
o el aire de locales o espacios poco ventilados, con aire
acondicionado, o con mucha gente o con computadores, etc, es un
aire excesivamente cargado de iones positivos (+), lo cual
favorece la génesis de radicales libres. El aire limpio y
cargado de iones negativos (-) será un aliado de nuestra
salud, facilitando la oxigenación celular y la
circulación sanguínea.
Un aire cargado de iones negativos (-) permanentemente,
a cualquier hora y ante cualquier circunstancia, sólo
podrá lograrse artificial-mente por medio del uso de
un IONIZADOR ELECTRÓNICO. De cualquier otra forma
es totalmente imposible. Porque, aunque en muchas ocasiones se
generan iones negativos de una manera natural, como por ejemplo
durante una tormenta (ya que los altos voltajes de los rayos
pueden ionizar el aire), y aunque usted puede aislarse y vivir en
un lugar que esté aireado naturalmente, sin aire
acondicionado, sin calefacción, sin aglomeración de
personas, sin humo de cigarrillo, sin cables, ni tomas, ni
suiches eléctricos, sin lámparas ni luz
eléctrica, sin computadores, sin televisores y sin
electrodomésticos, nunca podrá evitar aquellos
vientos cargados de iones positivos, ni las condiciones
ambientales que anteceden a una lluvia (que siempre cargan el
ambiente de
iones positivos), etc.
Definitivamente se hace imperativo el uso de IONIZADORES
ELECTRÓNICOS. Los ionizadores son dispositivos que puedan
generar cantidades copiosas de iones negativos (-). ¡Pero
cuidado! cuando elija un ionizador electrónico, tenga
presentes las siguientes recomen-daciones:
– Asegúrese de que el ionizador genere
realmente iones negativos (-). Algunos ionizadores
disponibles en el mercado
generan iones positivos y otros, negativos y positivos
indistintamente. Si usted no se asegura de este aspecto, puede
convertir su problema en uno mayor.
– El Ionizador no debe generar ozono en niveles
superiores a 0.1 partes por millón (ppm). Algunos
fabricantes diseñan y comercializan (o simplemente
copian) sistemas de
Ionizacion, de los que suele desconocerse la cantidad de ozono
que pueden generar.
No confunda Ozonizador de aire con
Ionizador de aire. El Ionizador debe generar iones
negativos en abundancia y poco ozono ya que éste cuando se
encuentra en grandes concentraciones en el aire, puede generar
efectos dañinos, por su alta reactividad.
Muchos Ionizadores disponibles en el mercado (sobre todo
los de bajo costo) adolecen
de estos y algunos otros problemas. Elija una marca de
reconocida seriedad.
2. Cómo contrarrestar la acción de
los campos electromagnéticos. Desde el punto de
vista de la radiación ambiental existen,
teóricamente, varias formas de protegerse:
– Podríamos diseñar un traje con un
casco especial de tal forma que nos ofrezca un blindaje
contra todas las radiaciones provenientes del medio, tanto las
naturales (como las radiaciones cósmicas, la luz
ultravioleta, etc,) como las artificiales (provenientes de
computadores, transformadores, cables eléctricos etc.).
Como es obvio, esta solución además de no ser
práctica (por no decir imposible) resultaría
demasiado costosa.
– Los filtros anti-estática/anti-radiación para
pantallas de computador
sólo reducen la exposición a la radiación de los
campos eléctricos VLF/ELF y a la electricidad
estática que vienen de frente pero no protegen contra
las demás líneas de campo. No es entonces una
solución de fondo ni sufíciente.
– Una solución más acertada
podría ser la de blindar más bien la fuente
que está generando la radiación. En este
orden de ideas, se tendrían que diseñar carcasas
y forros construidos en materiales especiales (normalmente
aleaciones
metálicas) para usar con computadores, televisores,
transformadores, etc. Pero existen dos problemas: por un lado,
la solución es costosa (los materiales y la
construcción de estos empaques cuestan mucho dinero) y
por otro lado, hay fuentes de radiación que son muy
difíciles de blindar, como las radiaciones
cósmicas, los rayos ultravioleta, todas las señales de radio que conviven en el aire
(Emisoras, Canales de TV, Telefonía Celular), etc.
– Hay otras soluciones más simples pero
sólo tienen acción transitoria, y muchas veces no
es factible acceder a ellas por razones prácticas. Ellas
son: caminar descalzo sobre la arena o sobre la grama mojada, o
sobre la tierra física a la que se le haya hecho
algún tratamiento previo para mejorar su conductividad
eléctrica.
– También podrían desconectarse los
electrodomésticos mientras no están en uso,
alejarse a la mayor distancia posible de las fuentes de
radiación, o utilizar los equipos lo menos posible, o
prescindir de ellos, pero todo esto puede no ser
práctico ni posible.
– En los últimos años, y gracias a las
recomendaciones emanadas del desarrollo de la
Ingeniería Inversa, se está optando por
una solución absolutamente sencilla, barata,
práctica y eficaz. Se trata de un sistema que
descarga la energía estática del cuerpo humano
y neutraliza la acción de la radiación
ambiental. Es un pequeño dispositivo que se conecta
al cuerpo de la persona (en la mano o el pie general-mente) y
que descarga a la tierra física toda la
radiación que proviene del ambiente, eliminando
así toda probabilidad de
que estas radiaciones se queden en el cuerpo humano generando
malestares e induciendo radicales libres, como
anotábamos anteriormente.
Además de constituir un camino directo a
tierra para que la radiación no atraviese el cuerpo
humano, este sistema permitirá descargar toda la
energía estática que su cuerpo ha acumulado
durante todo el día, y que puede generarle tantos males.
Es, en síntesis, un descargador eléctrico y un
neutralizador de la acción inducida por los campos
electro-magnéticos.
3. Cómo contrarrestar la acción de
los radicales libres.
Para evitar la acumulación de radicales libres
provenientes del metabolismo de
nuestro organismo, se sugiere evitar el consumo de
grasas saturadas, grasas animales, fritos
y refritos; en cambio, son
aconsejables los aceites vírgenes y de presión en
frío, que suelen contener sustancias, sobre todo
vitaminas, que protegen las células, de los destructivos
radicales libres.
Las frutas y verduras frescas, con sus grandes dosis de
vitaminas, también son altamente recomendables; cuando la
alimentación no es lo suficientemente
balanceada, es imperativo el uso de complementos minerales y
vitaminas (como la A, E y C) con gran acción
neutralizadora de los radicales libres, por su gran poder
antioxidante.
En conclusión, es claro que en la vida
moderna, además de UNA BUENA DIETA, se hace
imperativo el uso de los IONIZADORES DE AIRE (o
generadores de iones negativos) y de los sistemas
NEUTRALIZADORES DE LA RADIACIÓN AMBIENTAL
(preferiblemente aquellos que utilizan el concepto de
Ingeniería Inversa).
De lo contrario, usted se verá irremediablemente
sometido, hora tras hora, día tras día, durante
todo el resto de su vida, a la temible y agresiva acción
de los radicales libres, irritado y estresado permanentemente,
hasta desembocar en un cáncer o en alguna otra enfermedad
crónica o degenerativa.
Todavía está a tiempo. A partir de hoy
mismo hágale frente al problema y combata los radicales
libres, la ionización positiva y la contaminación
electromagnética. ¡No espere hasta mañana
para hacerlo, su salud es lo primero! Aumente sus expectativas de
una vida larga y saludable y ahórrese los costos generados
por los problemas de dicha contaminación.
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Por
Hernán Londoño M.
Nelson Rúa C.
INGENIERÍA BIOMÉDICA