"Historia es algo que nunca
sucedió, contada por alguien que no estuvo
ahí"
Anónimo
Puede decirse que la hermenéutica (del griego
hermeneutikós, interpretación) en
términos generales es la pretensión de explicar las
relaciones existentes entre un hecho y el contexto en el que
acontece.
Aunque en un principio la hermenéutica
constituyó un campo cuya aplicación se vio
restringida exclusivamente a cuestiones de carácter bíblico, hoy en día
se emplea en el análisis e interpretación de textos y contextos
filosóficos, históricos, literarios,
científicos, etc.
Fueron los alemanes Friedrich Ernst Daniel
Schleiermacher (1768-1834), Wilhelm Dilthey (1833-1911) y Edmund
Husserl (1859-1938) quienes empleando a la hermenéutica
como método
pretendieron explicar toda manifestación de la vida del
hombre.
Ya específicamente, para la interpretación
de textos pueden citarse tres métodos
como los más importantes:
a) El análisis de contenido
norteamericano, que constituye la alternativa neopositivista de
investigación social empírica
más utilizada.
b) La semiótica
naturalista francesa.
c) La hermenéutica, misma que ha
sido empleada desde hace más de dos siglos por los
historiadores, principalmente.
Como dato curioso he de decir que correspondió a
la hermenéutica fundamentar la separación entre las
llamadas ciencias naturales y las ciencias
sociales, y dadas sus características originales,
cedió mucho terreno frente a la postura positivista del
análisis de contenido norteamericano.
Tal es la circunstancia por la cual la
hermenéutica no ha tenido en México un
impacto importante, aunque justo es decir que a últimas
fechas han despertado un vivo interés
las ideas de algunos autores de la escuela de
Frankfurt, como Walter Benjamin (1892-1940), Theodor Adorno
(seudónimo de Theodor Wiesengrund, 1903-1969) y
Jürgen Habermas (1929- ), entre otros, quienes intentan
vincular a la dialéctica marxista con la
hermenéutica, aplicadas concretamente a la investigación social.
Porque mucho se ha criticado la estructura que
presentan diversas investigaciones
sociales en México, fundamentadas en un marco
teórico referencial marxista, pero empleando procedimientos
investigativos de corte positivista, en el más puro estilo
norteamericano.
Los orígenes de la hermenéutica deben
buscarse en las intenciones por explicar la Biblia y los
clásicos grecolatinos. Más tarde, hacia el siglo
XIX, la hermenéutica constituyó un auxiliar
básico de la historiografía y de la jurisprudencia, y se esgrimió como concepto clave a
la comprensión, infiriendo que si bien
el lenguaje es
comprensible por otros seres humanos, al mismo tiempo tiene
el poder de
comprender a esos mismos seres humanos.
Seguramente una de las aportaciones más
discutidas de la hermenéutica fue su abierto rechazo a
considerar a la historia únicamente como una
sucesión de hechos (positivismo histórico).
Según la hermenéutica, el intérprete o
hermeneuta debe separarse de su tiempo, de sus juicios
personales, etc., e intentar lograr una contemporaneidad con el
texto de
referencia y el autor del mismo, interpretándolos,
renunciando a cualquier intención o normatividad de
actualidad.
En una posición más reciente, Hans Georg
Gadamer postula que la interpretación, sin ser normativa,
debe relacionarse con los problemas
actuales.
A partir de esta consideración, Habermas afirma
que el hermeneuta necesariamente debe tomar en cuenta las
circunstancias de enajenación y de dominación
institucional en el análisis de su posición y la
del autor-texto, evidenciando la distancia existente entre la
situación histórico-social del propio
intérprete y la correspondiente a la del
autor-texto.
Así, ya no se trata exclusivamente de interpretar
al autor-texto a través de una especie de intuición
psíquica como postularon Schleiermacher y Dilthey, sino de
recuperar la comprensión del mundo del autor-texto,
y aún superarla por medio de la
reflexión.
El denominado círculo hermenéutico
es un recurso explicativo a través del cual se establece,
desde una óptica
evidentemente dialéctica, que el todo siempre es
más que la suma de sus partes, pues los elementos
sólo resultan comprensibles dentro de todo el contexto,
pero también el contexto se explica en función de
sus partes y de las relaciones existentes entre las mismas: la
palabra, dentro de la frase; la frase, dentro del
capítulo; el capítulo, dentro de todo el texto; el
texto, inscrito en su tiempo, etc., y viceversa.
En el plano de lo más común, tal vez uno
de los principales rasgos por los cuales se descalifica al
proceso
hermenéutico, lo constituye la presentación del
trabajo final,
mismo que no se ajusta a la tradición cientificista de
presentar separadamente las reflexiones teóricas, las
estructuras
conceptuales clasificadas y otros criterios de
categorización.
Porque, al contrario, el procedimiento
hermenéutico ofrece como resultado final un trabajo en
forma de lectura que
choca a todas luces con los correspondientes a otros derivados de
procedimientos nomológicos o inductivos.
Con base en lo anterior, algunos autores, como Eduardo
Weiss, consideran que la hermenéutica guarda algunas
semejanzas con la etnografía, pues ambas realizan actividades
comunes como, por ejemplo, las observaciones que se registran en
el diario de campo, para su análisis posterior. Lo mismo
puede decirse del producto
final, pues en ambos casos, trátese de la
hermenéutica o de la etnografía, buscan la
comprensión de significado, apoyándose en el
relato.
La hermenéutica, como método, ha sido
empleada por la teología, la filosofía, la
historia, la jurisprudencia, la lingüística y hasta por el psicoanálisis. Pero es con Schleiermacher y
con Dilthey que la hermenéutica adquiere una
dimensión específicamente filosófica,
partiendo de dos concepciones fundamentales:
– La hermenéutica es el arte evitar el
malentendido.
– Si la totalidad de una obra tiene que ser
comprendida a partir de sus palabras y de la combinación
de las mismas, la comprensión plena del detalle
presupone que el propio conjunto ya es comprendido.
En la actualidad, entre las proposiciones
hermenéuticas más importantes se encuentran la de
Paul Ricoeur y la de Hans Georg Gadamer, autores que propugnan
por la existencia de una sola hermenéutica, y de los que
Gabriel Gutiérrez Pantoja recupera algunas ideas por
demás interesantes, como podrá verse en
seguida.
En el caso de Paul Ricoeur, Gutiérrez Pantoja
afirma que "la interpretación del comportamiento
humano, remitiéndose a la historia, no se contrapone
con las de las finalidades que persigue el ser humano, ambas se
complementan, aunque dialécticamente se unen y se niegan,
se integran y se transforman.
El entendimiento de esto, la comprensión, se
consolida solamente mediante la interpretación de la
dialéctica entre arqueología y teología. No
hay dos hermenéuticas, una de la historia y otra de la
aspiración, del deseo, solamente es necesaria una
hermenéutica filosófica, una hermenéutica
reflexiva sobre lo concreto, que
una las concepciones antagónicas
dialécticamente.
Con la finalidad de ilustrar los dos momentos de
arché y telos en un sólo proceso, Ricoeur dice:
"El hombre es
el único ser que es presa de su infancia; un
ser siempre en retroceso hacia su infancia; incluso atenuando el
carácter demasiado histórico de tal
interpretación pretérita, resulta que seguimos
emplazados frente a una anterioridad simbólica; de esta
forma, si interpretamos el inconsciente como el orden de los
significantes-clave respecto a cualesquiera sucesos temporalmente
interpretados nos remite a un sentido más simbólico
de la anterioridad, pero sigue ofreciendo al orden inverso del
espíritu el contrapolo que estamos buscando.
Digamos, pues, en términos muy generales: el
espíritu es el orden de lo terminal; el inconsciente es el
orden de lo primordial. Para explicar esta antítesis en la
forma más escueta posible, yo diría: el
espíritu es historia, mientras que el inconsciente es
destino; destino hacia atrás de lo infantil, destino
detrás de unos símbolos que ya están allá y
se reiteran independientemente…"
En síntesis,
según Ricoeur, durante la infancia se van adquiriendo
símbolos que se asientan en el inconsciente, para
manifestarse en cada momento de la historia del individuo.
Esta dialéctica entre espíritu e inconsciente es el
objeto de la filosofía reflexiva, que actúa como
una hermenéutica filosófica. La solución
entre la confrontación de las hermenéuticas, como
principio, está en la dialéctica entre
arqueología y teología.
Por tanto, la dialéctica se coloca en el centro
de la hermenéutica para comprender el símbolo. En
palabras del autor "Es preciso dialectizar el símbolo a
fin de pensar conforme al símbolo, y sólo
así resulta posible inscribir la dialéctica dentro
de la propia interpretación y regresar a la palabra viva.
Esta última fase de la reapropiación es la que
constituye el paso a la reflexión concreta.
Volviéndose a la escucha del lenguaje,
lenguaje, es como la reflexión pasa a la plenitud del
habla simplemente oída."
"No quisiera que nos engañásemos en lo
tocante al sentido de este último episodio: el retorno a
lo inmediato no es un retorno al silencio, sino al habla, al
lenguaje en su plenitud. No digo al habla inicial, inmediata, al
enigma espeso, sino a una palabra aclarada mediante todo el
proceso del sentido. Por eso la reflexión concreta no
conlleva concesión alguna a lo irracional, a la
efusividad. La reflexión vuelve a la palabra pero sigue
siendo reflexión, es decir intelección del sentido;
la reflexión se convierte en hermenéutica y no hay
otra forma de poder llegar a ser concreta sin dejar de ser
reflexión."
(…) Gadamer se apoya en el círculo
hermenéutico del todo y las partes, aunque aclara que "El
mismo concepto del todo sólo debe entenderse como
relativo. La totalidad del sentido que se trata de comprender en
la historia o en la tradición no se refiere en
ningún caso al sentido de la totalidad de la
historia… la finitud de la propia comprensión es el
modo en el que afirman su validez la realidad, la resistencia, lo
absurdo e incomprensible. El que toma en serio esta finitud tiene
que tomar en serio la realidad de la historia."
Una vez hechas estas precisiones, podemos exponer la
síntesis de lo que Gadamer considera como
comprensión y dónde y cómo se
realiza:
1. comprender es ponerse de acuerdo con alguien sobre
algo;
2. el lenguaje es, por tanto, el medio universal para
realizar el consenso o comprensión;
3. el diálogo es modo concreto de alcanzar la
comprensión:
4. todo comprender viene a ser así un
interpretar;
5. la comprensión, que se realiza siempre,
fundamentalmente, en el diálogo por medio del lenguaje,
se mueve en un círculo encerrado en la dialéctica
de pregunta y respuesta;
6. la dimensión lingüística de la
comprensión, indica que es la concreción de la
conciencia
de la historia efectual;
7. la tradición consiste en existir en el medio
del lenguaje, en cuanto el pasado se actualiza, se reconoce su
sentido a menudo con nuevas iluminaciones."
Derivado de esto, el autor propone en su texto: "La
comprensión sólo se convierte en una tarea
necesaria de dirección metodológica a partir del
momento en que surge la conciencia histórica, que implica
una distancia fundamental del presente frente a toda
transmisión histórica. La tesis de mi libro es que
en toda comprensión de la tradición opera el
momento de la historia efectual, y que sigue siendo operante
allí donde se ha afirmado ya la metodología de la moderna ciencia
histórica…"
Esta idea sobre la comprensión, Gadamer la aplica
a la acción
traductora, es decir la acción de traducir
textos.
Sobre ello, el autor dice: "Igual que en la
conversación con el fin de alcanzar este objetivo, uno
se pone en el lugar del otro para comprender su punto de vista,
también el traductor intenta ponerse por completo en el
lugar del autor. Pero esto no proporciona por sí solo ni
el acuerdo en la conversación ni el éxito
en la reproducción de la traducción. Las estructuras son claramente
parecidas.
El ponerse de acuerdo en una conversación implica
que los interlocutores están dispuestos a ello y que van a
intentar hacer valer en sí mismos lo extraño y
adverso. Cuando esto ocurre recíprocamente y cada
interlocutor sopesa los contraargumentos al mismo tiempo que
mantiene sus propias razones puede llegarse poco apoco a una
transferencia recíproca, imperceptible y no arbitraria de
los puntos de vista (lo que llamamos intercambio de pareceres)
hacia una lengua
común y una sentencia compartida.
Del mismo modo el traductor tiene que mantener a su vez
el derecho de la lengua a la que traduce y sin embargo dejar
valer en sí lo extraño e incluso adverso del texto
y su expresión. Sin embargo, tal vez esta descripción del hacer del traductor
esté demasiado recortada. Incluso en los casos extremos en
los que hay que traducir de una lengua a otra el tema apenas
puede separarse de la lengua. Sólo reproducirá de
verdad aquel traductor que logre hacer hablar al tema que el
texto le muestre, y esto quiere decir que dé con una
lengua que no sólo sea la suya sino también la
adecuada al original. La situación del traductor y la del
intérprete vienen a ser, pues, en el fondo la
misma… todo traductor es intérprete. El que algo
esté en una lengua extraña no es sino un caso
extremo de dificultad hermenéutica, esto es, de
extrañeza y de superación de la misma.
En realidad en este sentido determinado
inequívocamente son extraños todos los "objetivos" con
los que tiene que ver la hermenéutica tradicional. La
tarea de reproducción propia del traductor no se distingue
cualitativa, sino sólo gradualmente, de la tarea
hermenéutica general que plantea cualquier
texto."
El alcance de la hermenéutica va ligado
según Gadamer, a los alcances de la ciencia, en
donde existe un lenguaje que transmitir y comprender, o textos
que traducir, se hará evidente la necesaria presencia de
la hermenéutica.
Sobre las funciones de la
hermenéutica el autor afirma: "El fenómeno de la
comprensión y de la correcta interpretación de lo
comprendido no es sólo un problema específico de
las ciencias del
espíritu… el problema de la hermenéutica va
más allá de las fronteras impuestas por el concepto
de método de la ciencia moderna.
Comprender e interpretar textos no es sólo una
instancia científica, sino que pertenece con toda
evidencia a la experiencia humana en el mundo… El
fenómeno de la comprensión… tiene validez
propia dentro de la ciencia, y se resiste a cualquier intento de
transformarlo en un método
científico.
La presente investigación toma pie en esta
resistencia, que se afirma dentro de la ciencia moderna frente a
la pretensión de universalidad de la metodología
científica. Su objetivo es rastrear (lo mismo) la
experiencia de la verdad, que el ámbito de control de la
metodología científica ahí donde se
encuentre, e indagar su legitimación.
De este modo las ciencias del espíritu vienen a
confluir con formas de la experiencia que quedan fuera de la
ciencia: con la experiencia de la filosofía, con la del
arte y con la de la misma historia. Son formas de experiencia en
las que se expresa una verdad que no puede ser verificada con los
medios de que
dispone la metodología científica."
Así entendida la hermenéutica sale del
contexto rígido de la metodología de la ciencia
para establecerse como una metodología que busca la
comprensión de la verdad, donde y como quiera que se
encuentre, mediante la interpretación, el arte de la
hermenéutica."
En defensa de la hermenéutica, a la que se acusa
de carecer del rigor metodológico de la ciencia moderna,
Gadamer afirma que si bien la ciencia siempre buscará
apoyarse en una especie de profilaxis metodológica,
detrás de cualquier nuevo procedimiento
metodológico siempre, también, existirá la
fantasía creadora del que investiga.
Pablo Rico Gallegos,
en "La praxis posible
(teoría
e investigación para la práctica docente", Unidad
164 de la Universidad
Pedagógica Nacional, Zitácuaro, Michoacán,
México, 2001, pp. 292-297