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El Evangelio de Judas




Enviado por Halmar Sequén



    Monografía destacada

    El texto se llama
    "El Evangelio Prohibido de Judastraducción fidedigna
    del idioma original Copto.

    Es un evangelio Apócrifo, del cual se hallaron
    los pergaminos originales.
    Palabras Clave:   Judas,  Evangelio,
    Prohibido, Apocrifo, Gnóstico

    Estando Jesús reunido con sus Discípulos,
    le preguntó Santiago: "Maestro, ¿qué debemos
    hacer para comprender mejor su Mensaje?".

    El Maestro dijo: "Alrededor del Sol, hay muchos Planetas y
    cada uno de ellos ocupa su lugar y su distancia entre ellos y
    el Sol y entre
    los demás Planetas; así vosotros deberéis
    ocupar vuestro lugar y distancia alrededor del Sol, procurando no
    estar ni demasiado cerca, ni demasiado lejos. Y entre Ustedes,
    mis discípulos, esto debe ser en equilibrio,
    permitiendo así, como los Planetas, que cada uno reciba
    únicamente la Luz que necesite
    para su propia sobre vivencia; habiendo concordancia en la Luz
    que viene del Sol y la Luz que viene del Padre".

    En este momento interrumpe Judas y le dice: "Maestro,
    sabemos que Usted es el Enviado del Padre, pero a nosotros
    ¿Quién nos ha enviado?".

    Contesta el Maestro: "Mi Padre me ha enviado a Mí
    para enseñar a vosotros; mi Padre los ha enviado para que
    me escuchen".

    "La Parábola de quien da y de quien recibe, es
    semejante a una semilla que cae en la tierra,
    nace, crece y fructifica y su fruto le es dado a quien
    sembró la semilla; así como Yo hago la Voluntad de
    mi Padre, vosotros también deberéis hacer la
    Voluntad de mi Padre, porque con vosotros somos UNO".

    Dice Judas: "Entendido, Maestro, pero,… si yo hago lo
    que Usted me enseña, ¿ya lo es todo?".

    Responde el Maestro: "Lo que Yo te enseño es para
    que tú lo vivas y así puedas llegar como Yo he
    llegado, a hacer la Voluntad de mi Padre".

    Judas, mostrando un poco de impaciencia, vuelve y
    replica: "Yo estoy haciendo lo que Usted me enseña,
    ¿indica esto que ya soy UNO con Usted?".

    Contesta el Maestro: "Nosotros somos UNO, como mi Padre
    es UNO conmigo, pero tú no puedes todavía hacer lo
    que Yo hago,.. Porque el Sol alumbra a todos sus Planetas, pero
    los Planetas, ni aún todos reunidos, podrían dar ni
    una décima parte de Luz hacia el Sol; por eso es necesario
    que vosotros os convirtáis en vuestro propio Sol, en
    vuestra propia Luz, y así alumbrándose y alumbrando
    a otros, le corresponderíamos con nuestra Obra a mi Padre
    que me ha enviado".

    "Porque, sepan Ustedes, que las tinieblas no son
    más que partes que no están integradas ni con la
    Voluntad, ni con la Luz de quien me envió. Las tinieblas
    están en quien tiene parte con ellas, por eso hay que dar
    a la tierra lo que
    es de la tierra; a las aguas lo que es de las aguas; al aire lo que es
    del aire; al fuego lo que es del fuego y a la Luz lo que es de la
    Luz".

    "Así, vosotros comprenderéis que ni
    siquiera estas carnes que tenemos, estos huesos que
    tenemos, esta sangre que
    tenemos, esta mente que tenemos, nos pertenece; sólo nos
    pertenece, por herencia de mi
    Padre, la Luz que os doy con mi Palabra. Por eso he dicho
    «Que la tierra y los cielos pasarán, más mi
    Palabra no pasará»".

    "Porque la Palabra me la ha dado mi Padre para que ELLA
    lleve la Luz que a vosotros os falta y puedan ser UNO conmigo, y
    YO seré UNO con mi Padre".

    Continuando, el Maestro dice a sus Discípulos:
    "¿Qué creen Ustedes que debemos hacer para que el
    mundo nos comprenda?".

    Cada uno de ellos emitió su criterio.

    Judas replicó: "Yo creo que el mundo poco a poco
    entenderá cuál es nuestro
    propósito".

    El Maestro, dijo: "Judas, tú lo has dicho, pero
    dime ¿cuál es nuestro
    propósito?".

    Judas guardó silencio. El Maestro volvió a
    interrogar: "Judas Iscariote, ¿cuál es nuestro
    propósito?".

    Judas, levantando la mirada, le dijo: "Señor,…
    pienso que nuestro propósito es enseñar a la gente
    a hacer la Voluntad de quien le envió".

    El Maestro, mirando las estancias que habían a su
    alrededor, dijo: "Un rebaño de ovejas no obedecen a su
    dueño porque sean de él, porque él las ha
    pagado con sus denarios; obedecen a su pastor porque él se
    hace amigo de ellas, cuida de ellas, les da alimento y las
    defiende del lobo".

    "Así vosotros deberéis tener vuestro
    rebaño, cuidar de él, defenderlo de los lobos,
    más comprendedme, Judas, ese rebaño no os
    pertenece, no lo habéis comprado, porque él
    pertenece a quien me envió".

    "A ese rebaño debéis alimentarlo. El
    día que os propongáis dar alimento a vuestras
    ovejas, no llevéis en vuestra mano el látigo,
    llevad alimento, así este rebaño entenderá
    que os preocupáis de alimentarlo; mas cuando sepáis
    que cerca de vuestro rebaño anda el lobo, salid y llevad
    en vuestra mano el látigo para espantarlo de las ovejas; y
    llevad espada para que os defendáis, si fuese
    atacado".

    Replica Judas, y dice: "He comprendido, … pero todo el
    mundo no está en este rebaño".

    Contesta el Maestro, y dice: "En una selva nacen muchos
    árboles
    de la misma especie, unos crecen demasiado y sobresalen de los
    otros; otros escasamente nacen, pero entre todos componen una
    selva".

    "Así vosotros deberéis comprender que hay
    que crecer sobre los demás en Espíritu sin que con
    esto estemos separando los de menor crecimiento; sólo hace
    la Voluntad de mi Padre el que ha crecido y no se deja dar sombra
    de los demás".

    Dice Judas: "Entendido, pero, ¿cómo
    sé si he crecido lo necesario para ya hacer la Voluntad de
    mi Padre?".

    Replica el Maestro: "La Luz se identifica por borrar las
    sombras. Las sombras se identifican opacando la Luz".

    "Así vosotros comprenderéis que la Verdad
    es mi Padre. Cuando la hayáis encontrado, Ella no os
    dejará sombras ni en vuestras mentes, ni en vuestros
    corazones, por lo tanto, comprenderéis que YO SOY LA
    LUZ".

    "El que esté conmigo y me tenga a Mí, no
    andará a oscuras y así habrá comprendido
    que, en la selva, es el árbol que no recibe sombra de los
    demás".

    "Recuerden que el viento sopla y mueve las ramas y las
    hojas del árbol y sólo desprende las que
    estén maduras o secas; así ese árbol queda
    despejado".

    "Así vosotros comprenderéis que el viento
    debe llevarse de Ustedes todo lo inútil, lo que no sirve,
    para que seáis purificados de todas las inmundicias que
    recogéis de la tierra".

    Estando el Maestro con sus Discípulos parados
    frente al lago NAGAFEC, dijo: "Los peces nadan
    con suma perfección, pero no pueden volar, ni tampoco
    caminar".

    Se acerca Judas y le dice: "¿Qué quieres
    decir con esto?".

    El Maestro contesta: "Hijos míos, el hombre es
    el Rey, por lo tanto, debéis aprender a
    caminar".

    Judas le dice: "Pero nosotros sabemos
    caminar".

    Contesta el Maestro: "Vosotros camináis porque Yo
    os he enseñado, porque YO SOY EL CAMINO, nadie llega al
    Padre sino por Mí".

    "También vosotros deberéis aprender a
    nadar como los peces".

    Judas dice: "Es muy difícil hacerlo".

    El Maestro vuelve y observa el lago y dice: "El lago
    está tranquilo, sólo lo salpica el viento cuando
    sopla; la vida es un lago que debe permanecer tranquilo; si lo
    salpica el viento peligra el nadador. Por eso es que tú
    ves muy difícil nadar como los peces; aunque el lago se
    salpique por el viento, el pez, en su interior, está
    tranquilo".

    En ese momento el Maestro miraba a los aires y
    veía a las aves volar y
    dijo: "¡Conque perfección vuelan las aves!,
    así vosotros también deberéis aprender a
    volar como ellas".

    Judas lo interpela y dice: "Usted nos está
    hablando de cosas que para nosotros son demasiado
    difíciles".

    El Maestro le dice: "Judas, tú aprenderás
    estas cosas para que cuando Yo vaya a mi Padre tú las
    hayas hecho y las enseñes a quienes crean en
    Mí".

    "Te digo que el hombre debe
    volar como las aves, porque el hombre es Espíritu y el
    reino del Espíritu no está en la
    tierra".

    "Todo lo que os digo hoy, Ustedes no me entienden,
    porque vosotros habéis creído en Mí y estas
    cosas las hago Yo por Ustedes, pero cuando Yo vaya a mi Padre, mi
    Padre iluminará vuestro entendimiento para que vosotros
    hagáis por la Humanidad lo que Yo he hecho por vosotros, y
    así se cumplirán las Escrituras y la
    Palabra

    de «Quien esté conmigo y escuche mi
    Palabra, también estará con EL que me envió
    y recibirá su Luz»".

    "Por lo tanto, os digo a vosotros, mis hermanos, que
    la muerte
    cuando llega desprende el Alma de la
    materia y
    así el Alma no piensa más en la materia, porque
    para ella ya no existe; piensa en EL que la envió, espera
    en EL, confía en EL.

    "Por lo tanto, vosotros que habéis creído
    en Mí y escucháis mi Palabra, debéis
    despojaros de lo que no os corresponde para que en
    Espíritu os elevéis al seno de mi
    Padre".

    Replica Judas: "De lo que tenemos aquí,
    ¿qué no nos corresponde?".

    Contesta el Maestro: "Ya os he dicho que ni vuestros
    huesos, ni vuestras carnes, ni vuestros padres, ni vuestros
    hijos, ni lo que habéis aprendido de vuestros antepasados
    os sirve, ni os corresponde".

    "Sólo la Palabra que ha abierto las puertas de
    vuestro Espíritu y os ha llevado a beber de la fuente de
    la Sabiduría, será la que os conduzca por lo
    desconocido; lo que no conoce vuestra mente, ni vuestro yo,
    porque ellos no podrán llegar donde Ustedes, como
    Espíritu, han de llegar".

    Estando el Maestro con sus Discípulos en casa de
    Marta, les dice: "Os voy a enseñar a vivir como el aire,
    como la tierra, como las aguas y como el fuego".

    Se acerca Judas y le dice: "Maestro, ¿no
    será conveniente que estas cosas se hagan en otro
    lugar?".

    El Maestro le dice: "Judas, nosotros somos UNO SOLO, hoy
    hacemos estas cosas aquí, tú más tarde las
    harás en un lugar secreto para que no se profanen,
    porque…. ¿qué sacamos con darle de comer a un
    cerdo en un alfaro nuevo?; ensucia la comida y ensucia el
    alfaro".

    "Para vosotros la Palabra es alimento, por lo tanto, os
    digo: «Aprended de Mí para que
    enseñéis textual como os
    enseño»".

    Se dirigió a todos y dijo: "Vosotros veis la
    tierra quieta, mas ella gira alrededor de la Vida, que es el
    Sol".

    "Nosotros estamos aquí quietos como la tierra,
    pero espiritualmente no estamos quietos; estamos girando
    alrededor de la Vida, por lo tanto, en estos momentos somos la
    Tierra que da alimento a la Vida que es el
    Espíritu".

    Se detuvo un momento y dijo: "Todos nosotros, en este
    momento, somos el Aire, porque nos despojamos de una materia que
    es tierra y volamos por los aires con la libertad del
    Espíritu….."

    Guardó un poco de silencio y dijo: "Nosotros
    todos, en este momento, somos el Agua,
    porque nos hemos convertido en la fuente eterna del
    Espíritu; de ella bebemos para nutrir el cuerpo y calmar
    la sed del Alma….".

    Guardó un poco de silencio y dijo: "Todos
    nosotros, en este momento, somos un Fuego abrasador, porque nos
    hemos convertido en el Fuego del Espíritu que a todos nos
    devora, nos limpia y nos purifica".

    "Así, queridos hermanos, nuestros cuerpos y
    nuestro Espíritu se integran para prepararnos hacia la
    Resurrección".

    Le dice Judas: " Maestro, nosotros sabemos que todo lo
    que Usted hace es para que nosotros también lo hagamos,
    pero…. ¿cuándo lo podemos hacer?".

    El Maestro le dice: "Todos vosotros sois UNO conmigo y
    estas cosas podéis hacer, pero hoy no las hacéis
    porque Yo estoy con vosotros".

    "Cuando Yo vaya a mi Padre, vuestro Padre vendrá
    a vosotros y seréis como Yo y haréis todas estas
    cosas y muchas más".

    Contesta Pedro y le dice: "Maestro, Usted resucita
    muertos, cura leprosos, saca demonios de los poseídos,
    ¿por qué no nos enseña a
    hacerlo?".

    El Maestro contesta: "El Discípulo no es
    más que su Maestro, pero es justo que aprenda lo que se le
    enseña".

    "Una medicina no es
    más que la enfermedad, pero, por la gracia de Dios,
    cura".

    "Vosotros erais muertos que Yo resucité; erais
    leprosos que Yo sané; erais poseídos de demonios
    que Yo os saqué; erais ciegos y Yo os puse a ver; erais
    sordos y Yo os di oídos; andabais a oscuras y Yo os he
    dado la Luz".  

    Dice Judas: "Maestro, y ¿cómo hacemos para
    que el mundo nos crea lo que nosotros hemos vivido, lo que
    nosotros hemos visto, como testimonio?".

      Dice el Maestro: "Dos higueras nacen en el
    huerto, una de ellas no da frutos, la otra da muchos frutos;
    ¿a cuál de las dos se acerca el que tiene
    hambre?".

      "Así vosotros debéis hacer, dar
    buenos frutos para que el que tiene hambre llegue donde vosotros
    a alimentarse de vuestros frutos".

      Dice Judas: "Maestro, entendido, pero tengo dudas
    de mí mismo, pienso que el día que esté
    solo, lejos de su presencia, no lo pueda hacer".

      Contesta el Maestro: "Antes de que Yo me retire,
    tú tienes que haber muerto".

      Contesta Judas, diciendo: "Pero por su Gracia yo
    he resucitado de entre los muertos".

      Y dice el Maestro: "Sí, así es,
    pero necesitas morir nuevamente, y para esto es necesario que
    tú te dediques a eliminar tus sombras; a eliminar lo que
    has sido; a eliminar lo que otros han pensado de ti y tú
    has creído; a eliminar tus pensamientos que son los que te
    alejan de la capacidad que ya tienes por mi Gracia".

      Estando el Maestro reunido con los
    Discípulos, les dijo: "¿Quién de vosotros me
    dice lo que debemos hacer en el día de
    mañana?".

      Unos opinaron: "En el día de mañana
    estaremos en el Templo"; otros: "En el día de
    mañana estaremos en ayuno".

      Dijo el Maestro: "El Hijo del Hombre es como el
    Sol, al que tiene frío le da calor; es como
    las nubes, donde hace falta lluvia, lleva el agua; es como
    la madre amorosa, cuando el hijo tiene hambre, le
    alimenta".

      "Así pues, el día de mañana
    estaremos dando de comer al hambriento, dando de beber al
    sediento, dando calor a quien tiene frío, para que se
    cumpla la Palabra: «Que todo lo que está bajo el
    Sol, ha sido creado por el Señor y sólo EL
    velará por sus criaturas e hijos»".

      "Por eso os digo que si no tenéis una
    ofrenda para Dios, velad primero que si alguien ha tenido hambre
    y no le disteis de comer; ha tenido sed y no le disteis de beber;
    ha tenido frío y no le disteis abrigo. Esa ofrenda que
    llevas, aún no la presentes todavía, porque
    sería inútil dar a Dios una ofrenda que se la hemos
    negado a nuestro hermano".

      Replica Judas y le dice: "Maestro, pero la
    Ley de
    Moisés nos enseña a amar a Dios sobre todas las
    cosas y Usted nos manda a servir primero al hombre".

      Y el Maestro contestó: "¿Qué
    Padre justo y sensato se sentaría a la mesa a comer, si
    sus hijos tienen hambre".

      "Así mismo es el Padre: esto nos hace
    entender la trascendencia que tiene para nosotros la Vida que
    llevamos, cómo la vivimos, cómo nos
    comportamos"

      Salió el Maestro al campo con sus
    Discípulos y en el camino le salían muchas personas
    a consultarle, otros le seguían.

      Cuando llegaron a la cima del Monte EHOS, el
    Maestro se detuvo y miró a la multitud y dijo a sus
    Discípulos: "Estas gentes buscan curar sus males".
    Mandó que se sentasen y empezó a
    hablarles…..

      Pasaron las horas y Pedro se le acercó y
    le dijo: "Maestro, estas gentes buscan ser curadas y ya es tarde
    y son muchos".

      El Maestro guardó silencio y
    continuó hablándoles……

      Pedro se acercó a Judas y le dijo: "El
    Maestro dijo que estas personas necesitaban ser curadas, es tarde
    y son muchas".

      Judas se acercó al Maestro y le dijo:
    "Maestro, se hace tarde y los enfermos son muchos".

      El Maestro le miró y le dijo: "Judas,
    cuando tú tienes hambre, buscas pan para alimentarte;
    cuando tienes sed, buscas el agua para calmar tu sed".

      "Así la Palabra del Hijo del Hombre es el
    Pan que calma el hambre, es la fuente para calmar la
    sed".

      Replica Judas y dice: "Maestro, eso yo lo
    entiendo, pero ellos tienen enfermedades, muchas de
    ellas inmundas".

      Replica el Maestro: "Quien come del Pan y bebe el
    Agua de la Vida Eterna, nunca volverá a tener hambre ni
    sed y sus males desaparecerán de él, porque tiene
    en su interior la Gracia que la Palabra le ha
    dejado…."

      "Quien tiene un cultivo de trigo, primero retira
    las malezas, posteriormente, le pone riego, no sea que con el
    riego se alimenten también las malezas".

      "Así el Hijo del Hombre, primero retira
    las malezas del Pueblo y, posteriormente, le da a tomar de la
    Fuente de Vida que le curará todos los males".

      Dice Judas: "Maestro, lo entiendo, pero se hizo
    tarde, es necesario regresar porque la noche nos hace
    difícil el camino".

      El Maestro contesta: "La noche se ha hecho para
    el descanso, pero el Hijo del Hombre, en las noches, vela por su
    Pueblo".

      "Así que vosotros, mis Discípulos,
    estaréis conmigo en vela para que estos chiquititos puedan
    descansar en paz".

      Dice Judas: "Maestro, todos estamos lejos de los
    lugares de descanso, estamos en el campo".

      El Maestro contesta: "Hijo mío, lo
    único que necesitas para descansar bien es estar en
    Paz….".

      "Porque,…. ¿qué sacas con estar
    en el lugar de tu descanso, si no tienes Paz?, aquí
    estamos en Paz, por lo tanto, lo único que necesitamos es
    descansar".

      Se acerca Judas a los demás
    Discípulos y les dice: "El Maestro ha ordenado que
    descansemos aquí esta noche y no regresar a nuestros
    lugares".

      Los Discípulos todos opinaron que era
    necesario hablar con el Maestro y regresar a los lugares de
    destino.

      Se acercaron al Maestro y le dijeron: "Maestro,
    estamos en el campo, hace frío y somos mucha
    gente".

      El Maestro les dice: "Hijos míos, si
    vosotros estáis conmigo, debéis estar con mis
    Hermanos, (señalando a la multitud)".

      "A vosotros os es fácil regresar a vuestro
    destino, conocéis el Camino y Yo os he enseñado a
    andar a oscuras, mas a estos pequeñitos, no.".

      "El frío que hace aquí, sólo
    nos hace sentir las carnes; el hambre que hace aquí,
    sólo nos hace sentir una necesidad; pero la Palabra nos
    une con el Padre".

      "Así se cumplirá la Palabra que
    dice: «Quien tiene la Palabra, nada le hace falta porque en
    Ella está contenido el alimento y la
    medicina»".

      "Hijos míos, cuando el cuerpo descansa en
    paz, el Alma nos reconforta y en este momento, mi Alma es su
    Alma".

      Yendo Jesús con sus Discípulos
    hacia Cafarnaum, les dijo: "Hijos míos, este camino nos
    llevará a un lugar muy distante de
    aquí".

      Se acerca Pedro y le dice: "Maestro,
    ¿cuál es la finalidad de este viaje?".

      El Maestro le contesta: "Pedro, iremos a predicar
    la palabra a nuestros hermanos que, como vosotros, anhelan
    conocerme y conocer a quien me envió".

      Se acerca Pedro y le dice: "Maestro, ¿es
    que en Cafarnaum está quien le envió?".

      Contesta el Maestro y dice: "Quien me
    envió está aquí con vosotros. EL ES LA
    VERDAD. Yo os digo a vosotros, hermanos, que la VERDAD y la
    PALABRA son la misma cosa, pero es más fácil
    conocer la Palabra que conocer la Verdad. La Palabra se oye y
    parte de ella se comprende, más la Verdad no se puede
    oír, ni se puede ver porque es la Luz que ilumina nuestro
    Espíritu; en ella está la Verdad. Yo os
    enseño la Palabra, más mi Padre les
    enseñará a conocer la Luz, porque EL ES LA
    VERDAD".

      Dice Judas: "Maestro, todos nosotros le
    acompañamos donde va a predicar y le aprendemos sus
    enseñanzas, pero, ¿no sería mejor que las
    gentes vinieran a nosotros y no nosotros ir a las
    gentes?".

      Contesta Jesús: "Las aves de rapiña
    y los zorros duermen en sus cuevas y guaridas y sólo salen
    de allí cuando tienen hambre, a buscar qué comer.
    Así es el hombre. Sale al campo y a las ciudades a buscar
    el pan para saciar su hambre, porque su cuerpo lo necesita, pero
    no busca al Hijo del Hombre que le dará a comer el Pan de
    la Sabiduría".

      "Los hombres tienen hambre de lo que el mundo
    brinda, mas vosotros tenéis hambre de lo que mi Padre os
    da: Sabiduría y Amor; por lo
    tanto, debemos ir donde ellos a darles de vuestro alimento;
    así ellos, más adelante, vendrán a buscar el
    alimento que mi Padre os da".

      Dice Judas: "Maestro, hay ciudades más
    cerca donde podemos ir a predicar la Palabra".

      El Maestro le contesta: "Judas, hijo mío,
    con un denario podéis comprar cien panes; un pan abastece
    a uno de vosotros, cien panes abastecen a cien de vosotros.
    Así, pues, debemos buscar donde se puedan abastecer
    más almas que necesiten de mi Palabra, porque ellas, cada
    una, pondrá un denario, y cien serán cien denarios
    que alimentarán la necesidad de cien más, y
    así mi Palabra será oída por cien que me
    escuchan y cien que no me escuchan; cumpliéndose
    así la Escritura que
    dice: «Dos mujeres están moliendo, una será
    tomada y otra será dejada»".

      Le dice Judas; "Maestro, todo aquel que escuche
    su Palabra, ¿será redimido?".

      Replica el Maestro: "Mi Palabra es Vida, el que
    la escuche y la hace, será UNO conmigo; el que la escuche
    y no la hace, será como aquel que emprende un camino por
    el desierto y como al momento de salir no tiene sed, no lleva
    agua para beber en el camino; donde le dé sed, se
    sentirá morir y ni siquiera tendrá fuerzas para
    regresar al punto de partida; por eso os digo, hijos míos,
    que deberéis beber todos los días de la fuente de
    la juventud y de
    la sabiduría para que nunca, aunque andéis por el
    desierto, volváis a tener sed".

    LA PALABRA

      Estando Jesús reunido con una
    multitud, entre la cual estaban sus Discípulos, EL
    predicaba su Mensaje y decía que el Hijo del Hombre era
    semejante al aire que sólo dejaba de activar la vida en
    una persona cuando
    sus funciones vitales
    cesaban en ese organismo, que así era su Misión.

      Se acercó Judas y le dijo: "Maestro,
    sabemos que muchos de estos nos atacan y lo atacan a Usted; nos
    rechazan y rechazan su Doctrina".

      El Maestro le dijo: "Judas, comprende que
    así es, pero mi reino no es de aquí; en cambio estas
    gentes son de aquí".

      "Te digo que no pienses así para que no
    seas como ellos que son de aquí".

      "La Palabra se oye por un instante y
    desaparece; cuando las gentes la van a interpretar, no hay en
    ellos de esa palabra sino un recuerdo de lo que
    escucharon".

      "Es posible que algunos le den la razón
    a la Palabra, otros le quiten la razón, pero, ante mi
    Padre, ni los unos, ni los otros tienen la razón, porque
    el eco de la Palabra que han escuchado ya se ha ido y no queda
    en ellos sino un recuerdo de lo que han oído".

      "Por lo tanto, os digo, hijos míos, que
    estéis atentos, con ojo avizor para que, cuando
    escuchéis la Palabra que viene de Mí,
    tengáis las puertas de vuestro entendimiento abiertas y
    no me rechacéis como estos otros; no vaya y sea que
    cuando queráis escuchar la Palabra ya me haya retirado a
    mi Padre y entonces vosotros, como estos, sólo
    tendréis un recuerdo de lo que escuchasteis; sin
    embargo, mi Palabra seguirá siendo como la fuente de
    aguas cristalinas en la que «Quien bebiera,
    calmará su sed»". Guarda silencio el
    Maestro.

      Interpela Judas y le dice: "Maestro, si eso es
    así, cuando Usted se retire, ¿quién
    tendrá la Palabra que viene de su Padre?".

      Contesta el Maestro: "YO SOY LA PALABRA. El que
    encarne la Palabra me tiene a Mí; pero no olvides, Judas
    Iscariote, que vendrán muchos en mi nombre diciendo que
    tienen la Palabra. Estos serán impostores porque la
    Palabra que viene de mi Padre, sólo YO la digo;
    así pues, todo quien diga tener la Palabra y no me tenga
    a Mí, es como el que se baña con el agua que
    muchos se han bañado; no es pura, está llena de
    impurezas, por lo tanto, no limpia, quizás ensucia
    más".

      "Así, hermanos míos, vosotros
    deberéis cuidar la Palabra como me cuidáis a
    Mí, porque en Mí como en la Palabra, está
    la Sabiduría que viene de mi Padre".

      Le dice Judas: "Maestro, la Ley de
    Moisés dice  No jurar en vano, ni en nombre de
    Dios, ni de la tierra, ni de los cielos -, quiere decir que
    quien haga esto ¿ya se ha unido a Ti?".

      Le contesta el Maestro: "Hijos míos, a
    un prisionero le amarran grillos en los pies y en las manos
    para que no pueda hacer movimientos libres, ni andar;
    así también le sucede a todo el que adentro tenga
    a Satanás. Nunca podrá hacer la Voluntad de mi
    Padre, porque EL se lo impide".

      "Si no puede hacer la Voluntad de quien me
    envió, tampoco podrá tener la Verdad que SOY YO y
    su Palabra sólo hablará de lo que tiene en su
    corazón".

      Dice Judas: "Comprendido Maestro, si eso es
    así nosotros lo entendemos y lo hacemos, pero esta
    multitud ni lo entiende ni está dispuesta a hacerlo,
    entonces ¿para qué los tenemos
    aquí?".

      Dice el Maestro: "Dios hizo los cielos y la
    tierra, El me ha enviado a Mí. Hizo las aguas para
    calmar la sed, hizo la tierra para que sobre ella
    anduviéramos y diera frutos para alimentarnos; hizo el
    aire para respirar y vivir; hizo el sol para que nos diera luz
    y calor; creó rebaños de ovejas; hizo los
    pájaros del campo, creó las fieras de los
    bosques, las aves de rapiña; todos ellos comen del fruto
    de la tierra, necesitan de la luz y del calor; toman el agua
    para calmar la sed; respiran el aire para vivir".

      "Así es el hombre, sin embargo, entre
    sí se persiguen los unos a los otros".

      "Yo vine al mundo para dar de comer al
    hambriento con el pan de la Sabiduría, para dar de beber
    al sediento de las aguas puras; para mostrarle la luz y darle
    calor al desnudo y para que respire el hálito porque SOY
    LA VIDA".

      Dice Judas: "Maestro, Usted nos habla de todas
    estas cosas, pero a la vez, cada día, nos repite que
    algún día se retirará de la tierra. Pero
    si Usted es LA VERDAD, EL CAMINO Y LA VIDA, después de
    irse, ¿qué VERDAD nos deja?; ¿qué
    CAMINO nos deja si no existe?; qué VIDA nos deja si
    Usted se retira?".

      Contesta el Maestro y dice: "Judas, mi
    corazón se conmueve al escuchar tus palabras. Por tus
    preguntas comprendo que eres chiquitito; pero te digo,
    después que Yo me vaya, sobre vosotros llegará el
    Espíritu de Verdad que os corresponde a cada uno y EL os
    enseñará y os hará vivir todo cuanto os
    enseñé, y así se cumplirán las
    Escrituras que dicen «Que debemos permanecer alertas
    porque el Espíritu de Dios en cualquier momento llega,
    sólo necesitamos estar preparados »"

      Estando Jesús en casa de Marta con sus
    Discípulos, llega María Magdalena y le dice: "Mi
    prima va a dar a luz, le manda a llamar".

      El Maestro se levanta y sale; se le acerca
    Judas y le dice: "Maestro, ¿será de tanta
    necesidad la ida suya?, …. y la enseñanza que nos está dando
    ¿cuándo nos la va a dar?".

      Contesta el Maestro: "Judas, la Vida y la
    Muerte son
    una misma cosa; sólo se diferencian en que, quien tiene
    Vida eterna, nunca muere y quien no la tiene, se va y no
    regresa".

      Dice Judas: "Maestro, y ¿qué
    tiene que ver esto con el parto de
    Sara?".

      El Maestro dice: "Judas, el parto es una cosa,
    pero la Vida que nace es otra".

      "YO SOY LA VIDA y estoy donde está la
    Vida; YO SOY LA PALABRA y vosotros deberéis estar donde
    esté la Palabra".

      "La enseñanza que os doy aquí, en
    casa de Marta, es la misma que os voy a dar en casa de Sara.
    Porque vosotros hoy estáis conmigo, moriréis y
    volveréis a nacer y si continuáis conmigo, os doy
    la misma enseñanza, porque YO SOY LA PALABRA, y recuerda
    Judas: «Los cielos y la tierra pasarán, pero mi
    Palabra no pasará»".

      Llegando donde Sara daba a luz, se detuvo y les
    dijo a los Discípulos: "Vosotros deberéis
    aprender a respetar la Vida porque sois la Vida como
    YO".

      "El que es digno y muere, mi Padre le recibe en
    el cielo y vosotros ¿de qué os
    preocupáis?".

      "El que es indigno y muere, el Demonio le
    recibe en el infierno, ¿para qué os
    preocupáis?".

      "El que nace en la tierra debemos recibirlo,
    darle afecto y cariño y enseñarle la Palabra para
    que se haga Hijo de mi Padre, como vosotros".

      "Así comprenderéis todos que un
    Pastor vive pendiente de las ovejas preñadas para que el
    ternerillo, al nacer, no lo devoren las aves de
    rapiña".

      Guardó silencio el Maestro y, viendo al
    recién nacido, respiró profundo. Judas le dijo:
    "¿Qué le pasa Maestro que respira
    profundo?".

      El Maestro le miró y le dijo: "Judas, el
    aire que circunda la tierra es la Vida que YO represento; es
    tanta la abundancia de este que toda criatura respira de
    él y nunca se agota".

      "Así mismo es la Sabiduría que
    viene de mi Padre; todo el mundo la tiene en mayor o menor
    proporción y nunca se agota; lo contrario, se acrecienta
    más en todo hombre que me escucha a
    Mí".

      Le dice Pedro: "Maestro, yo estoy sorprendido
    de todo lo que nos enseña. Pienso que no podremos
    practicarlo todo".

      Le dice el Maestro: "Pedro, cerca de la ciudad
    pasa un río; todas las personas de esa ciudad beben de
    esa fuente; se bañan con esa agua, preparan sus alimentos con
    el agua de ese río. El río nunca se agota, sin
    embargo, todas las personas disponen del agua que necesitan
    para sobrevivir".

      "Así vosotros beberéis de esa
    agua, os bañaréis con esa agua, es decir,
    tendréis el agua que necesitéis; daréis de
    beber a vuestros invitados, mas la fuente no se secará,
    ni el río mermará su cauce".

      "Así pasa con mi Palabra; cada quien la
    recibe como una fuente inagotable de Vida; por muchos que
    beban, nunca se agotará, porque es mayor el cauce que el
    consumo".

      Regresó el Maestro con sus
    Discípulos a casa de Marta. Llegando allí los
    invitó a sentarse y empezó a hablarles y les
    dijo: "Estamos complacidos de haber presenciado hoy un
    nacimiento. Es un acontecimiento que nos hace ver la Gracia de
    mi Padre; sin embargo, este nacimiento tiene que ver con este
    mundo de pecado".

      Le dice Judas: "Maestro, sabemos que quien le
    envió es sin mancha y lo que EL hace, lo hace sin
    mancha; ¿por qué nos dice que el nacimiento que
    acabamos de presenciar tiene que ver con la Gracia de su Padre
    y se ha sucedido en este mundo de pecado y por el
    pecado?".

      El Maestro le dice: "Judas, el pecado lo hizo
    por un proceso
    original, pero el pecado es Muerte; él no hubiera podido
    infundirle Vida a esa criatura. Por la Gracia de mi Padre tiene
    Vida, aunque haya sido hecho de pecado".

      Dice Judas: "Maestro, si eso es así,
    entonces nosotros que somos UNO con Usted y estamos en el
    mundo, ¿cargamos las mismas culpas y somos hechos de
    pecado?".

      Dice el Maestro: "Cada uno de vosotros
    habéis sido hechos de pecado y por el pecado, por lo
    tanto, es que ni los huesos, ni las carnes, ni la sangre
    heredarán a mi Padre, sólo lo incorruptible que
    es el Espíritu. Después de purificados,
    seréis UNO, con EL que me envió".

      "Así vosotros, también,
    seréis UNO conmigo y así como YO me he vestido
    con una carne, con unos huesos y con una sangre incorruptible
    para continuar con vosotros, así también vosotros
    deberéis vestiros con unas carnes, unos huesos y una
    sangre incorruptible para poder llegar
    donde YO he llegado".

     

     

    Halmar Sequen

    Guatemala

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