Estilos de aprendizaje y rendimiento académico en estudiantes de la Universidad
Católica Santo Toribio de Mogrovejo
- Resumen
- Marco
teórico - Rendimiento
académico - Metodología de la
investigación - Resultados
- Discusión
- Conclusiones y
recomendaciones - Bibliografía
El presente trabajo de
investigación se elaboró y
desarrolló para identificar los estilos de aprendizaje de
mayor predominancia en los estudiantes de primer año de la
Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo (USAT),
permitiendo así ser una herramienta docente muy
útil. Asimismo para poder
determinar el grado de correlación entre los estilos de
aprendizaje y el rendimiento académico de los estudiantes
de primer año de las carreras profesional de la
Universidad.
Para ello se aplicó el Cuestionario
de Honey Alonso de Estilos de Aprendizaje (CHAEA), validado y
sometido a pruebas de
confiabilidad. Los resultados obtenidos indican que el estilo de
aprendizaje de mayor predomina en los estudiantes del primer
año de estudios generales de la USAT, es del tipo
Reflexivo, seguido por el Teórico, Pragmático y
Activo.
La Prueba no paramétrica de Friedman nos indica
que sí existe diferencia estadística significativa en las
puntuaciones de los cuatro estilos de aprendizaje en los
estudiantes del primer año de la USAT y mediante la Prueba
no paramétrica de Kruskual Wallis nos indica que existe
diferencia estadística significativa para el Rendimiento
Académico en función a
las siete carreras profesionales en los estudiantes del primer
Año de la USAT. Finalmente el desarrollo de
esta metodología utilizando el instrumento
cuestionario CHEA se considera de mucha utilidad e
importancia en el ámbito de la investigación
educativa universitaria permitiendo al profesor una
línea referencia en cuanto a los estilos de aprendizaje de
mayor predominancia de sus estudiantes pudiendo desarrollarse y
completarse en futuros estudios en los cuales se puedan
relacionar con otras variables de
la psicopedagogía
Abstract
The present research work was designed and developed to
identify the preferred learning styles of the first year students
of the University Catholic Santo Toribio de Mogrovejo (USAT), let
it to be a teaching tool very useful. In addition to determine
the level of correlation among the learning styles and academic
yield of the first year of students of the professionals careers
of the University. For this I applied the Honey Alonso Learning
Style Test, validated
and submitted to trusty test. The results obtained showed the
most preferred learning style in the first year students of the
USAT was Reflexive followed in a decreased order by Theoretical,
Pragmatic and Active.
The Non parametric Friedman Test showed us that there is
significant difference in the punctuations of the four learning
styles in the first year students of the University and by the
Non parametric test of Kruskual Wallis showed us that there is
significant difference for the academic yield about the seven
professionals careers in the first year students of the
University. Finally the develop of this methodology used the
Honey Alonso Learning Style Test is considered very important in
the university educative research field let to the professor a
reference about the most preferred learning style of his students
and the possibility to do further futures studies are required to
determine if preferred styles and others variables of the
psychopedagogy.
Por lo general se acepta que no todos aprendemos de la
misma manera ni al mismo ritmo ya que cada uno de nosotros
utiliza su propio método o
estrategias.
Así los estilos de aprendizaje se definen como los rasgos
cognitivos, afectivos y fisiológicos que sirven como
indicadores
relativamente estables, de cómo los discentes perciben,
interaccionan y responden a sus ambientes de aprendizaje (Keefe,
1988).
Tanto desde el punto de vista del profesor como del
estudiante, el concepto de los
estilos de aprendizaje resulta especialmente interesante porque
nos ofrece una teoría
sustentada en sugerencias y aplicaciones prácticas con
grandes posibilidades de conseguir un aprendizaje mucho
más efectivo. Y por tanto cuanto mayor sea la información que el formador recabe del
discente, mayores serán las posibilidades de acercamiento
entre los tres vértices del triángulo del proceso de
aprendizaje: estudiante, profesor y materia de
estudio.
Por todo ello, el
conocimiento del estilo de aprendizaje predominante en las
aulas universitarias podría ser una herramienta docente
muy útil para adaptar el estilo de enseñanza del profesorado de cara a un
mejor rendimiento académico (Duda y Riley, 1990; Lemmon,
1982) a la vez que permitiría diseñar métodos de
evaluación más apropiados para
comprobar el progreso de los estudiantes en general (Lochart y
Schmeck, 1983). Así mismo para los estudiantes
sería de una gran utilidad porque podrían
planificar el aprendizaje
según sus estilos, evitando así bloqueos y
optimizando sus resultados (Alonso y cols., 1994).
El instrumento de diagnóstico del estilo personal de
aprendizaje utilizado en esta investigación fue el
Cuestionario Honey-Alonso de Estilos de Aprendizaje (CHAEA)
(Alonso y cols., 1994). Basado en teorías del
aprendizaje de tipo cognitivo, este cuestionario coincide con
el inventario ya
clásico de Kolb (1984) al atender a dos dimensiones
principales durante ell proceso de aprendizaje: por un lado el
cómo percibimos la nueva información y por otro
cómo procesamos lo que percibimos. En función de la
primera dimensión, el proceso de aprendizaje se presenta
como un bajo el indicador constructor "Activo" en un extremo y el
indicador constructor "Teórico" por el otro. En el segundo
caso nos encontramos ante otro indicador en cuyos extremos se
encuentran las categorías "Pragmática" y
"Reflexiva
El objeto de estudio del presente trabajo de
investigación "Estilos de aprendizaje y rendimiento
académico en estudiantes de la Universidad Católica
Santo Toribio de Mogrovejo" es el análisis de las estrategias que conforman
los estilo de aprendizaje de los estudiantes y su
correlación sobre el rendimiento académico en
aquellos estudiantes que cursan el primer año de la
diferentes carreras profesionales de por el hecho que las
organizaciones
empresariales y educativas, según Driscoll y Vergara
(1997), tomado por Capella y otros (2003), actualmente se
encuentran bajo un proceso que implica la "transmisión de
conocimientos" a la "construcción del conocimiento"
y desde este enfoque se considera que una comunidad de
aprendizaje infunde en una cultura de
aprendizaje, en ella en donde el aprendizaje y la creatividad
son apoyados y estimulados a través de estrategias que
ayudan a los que aprenden a establecer metas posibles y a regular
el propio comportamiento
para lograr las metas.
En todos los países del mundo se vienen dando
cambios en las concepciones y estrategias de los sistemas
educacionales. Los actuales consensos sobre cambio y
transformación, privilegian a la educación, al
conocimiento y al aprendizaje como factores centrales del
crecimiento, desarrollo y la competitividad
de las naciones, por lo que tenemos la necesidad de educar y
formar a nuestros alumnos para que respondan a esta sociedad
cambiante, donde existe una creciente demanda de
habilidades de aprendizaje.
Uno de los indicadores que permite modelar el
comportamiento y la capacidad de desarrollar una meta cognitiva
es el estilo que son las conclusiones a las que llegamos acerca
de la forma como actúan las personas, es decir las
características estilísticas que son los
indicadores de superficie de dos niveles profundos de la menta
humana: el sistema total de
pensamiento y
las peculiares cualidades de la mente que un individuo
utiliza para establecer lazos con la realidad. Estos estilos de
aprendizaje son considerados variables educativas sustentadas en
la forma o camino individual de interacción con el entorno en el proceso
mismo de aprendizaje.
Por otro lado la variable educativa rendimiento
académico es entendida como una medida de las capacidades
que responden o que son indicativas y se manifiestan, en forma
estimativa, lo que una persona ha
aprendido como consecuencia de un proceso de instrucción o
formación, así mismo, desde la perspectiva del
estudiante, se define al rendimiento como la capacidad de
respuesta de éste frente a estímulos educativos,
susceptible de ser interpretado según objetivos o
propósitos educativos preestablecidos.
Así mismo también es definido como el
grado de logro o resultado de los objetivos establecidos en los
programas
oficiales de estudio o de la acción
educativa sobre el sujeto, valorado y acreditado por el propio
sistema
educativo. Actualmente existe una visión muy optimista
acerca de las facultades humanas para la instrucción y los
potenciales humanos para el aprendizaje, especialmente en las
orientaciones instrumentales de la educación. Para
algunos autores, la noción relativa a que cuando se
entregan a todos los alumnos las más apropiadas
condiciones o ambientes de aprendizaje, éstos son capaces
de alcanzar un alto nivel de dominio.
En cambio Gardner (1994) ha puesto de manifiesto el
problema que han tenido que afrontar todas las sociedades
modernas al momento de resolver el problema educativo; esto es,
supeditar sus propias opciones al mundo del desarrollo y la
industrialización de la sociedad. Esto ha significado que
cualquiera que sea el tipo de sociedad, ha tenido que adaptarse a
formas tradicionales de transmisión del conocimiento, y
por ende, a los criterios restringidos de evaluación y de
aceptación de rendimiento por parte de los alumnos.
Postula en su defecto, actuación, logros, proyectos
contextualizados, significativos y auténticos, derivados
de instrucciones diferenciadas.
Por ello se sustenta que tanto los estilos de
aprendizaje, como reflejo de la interacción de los
estudiantes, con el rendimiento académico se pueden
establecer en una correlación que permita efectivamente
determinar en principio cuáles son aquellos estilos de
aprendizaje que presentan aquellos estudiantes que egresan de un
sistema educativo escolar e ingresan a un sistema universitario,
específicamente a nuestra universidad, en donde fieles a
nuestra axiología se fortalece no en la
enseñanza o la simple transmisión del conocimiento
sino la construcción del mismo pero integrando actitudes y
habilidades de allí es que se correlaciona con el
rendimiento académico el cual a pesar de ser un
parámetro complejo de determinar podemos definirlo en los
resultados justamente a partir de esta aplicación
integradora de las actitudes, habilidades y conocimientos que
generan los estudiantes del primer año de las diferentes
carreras profesionales.
Al establecer ambas variables estilos de aprendizaje y
rendimiento académico nos permitirá reorientar
cómo son los mecanismos de aprendizaje por parte de
nuestros estudiantes y así establecer estrategias
más efectivas para un logro significativo en la mejora del
rendimiento académico. Según Rafael Cellorio (1999)
manifiesta la influencia notable sobre el rendimiento
académico de indicadores pedagógicos como el
estudio de los estilos de aprendizaje, así como la
percepción del profesor, técnicas de
estudio y otras variables. Honey y Mumford (1986) quienes
basándose en las teorías
y cuestionarios de Kolb establecieron una taxonomía
a partir de la aplicación de su propio cuestionario CHAEA.
Honey afirma que todo el mundo fuera capaz de experimentar,
reflexionar, elaborar hipótesis y aplicarlas.
Es decir que todas las virtualidades estuvieran
repartidas equilibradamente, pero lo cierto es que los individuos
son más capaces de una cosa que de otra Los estilos de
aprendizaje serán la interiorización por parte de
cada sujeto, de una etapa determinada del ciclo de aprendizaje
sustentado en un modelo activo,
reflexivo, teórico y pragmático y así
permitirá proporcionar datos
significativos sobre el aprendizaje individual y el aprendizaje
de otros miembros del grupo discente
, con los que debe compartir su caminar diario en las sesiones de
aprendizaje.
Esta investigación abarca el objetivo de
identificar los estilos de aprendizaje de mayor predominancia en
los estudiantes de primer año de la Universidad
Católica Santo Toribio de Mogrovejo, permitiendo
así ser una herramienta docente muy útil, y
determinar el grado de correlación entre los estilos de
aprendizaje y el rendimiento académico de los estudiantes
de primer año de las carreras profesional de la
Universidad.
Para cumplir este gran objetivo, se debe analizar y
comparar los estilos de aprendizaje entre los estudiantes del
primer año de las diferentes carreras profesionales;
analizar y comparar el rendimiento académico semestral de
los estudiantes de primer año de las diferentes carreras
profesionales; y analizar los estilos de aprendizaje que permitan
evaluar un mejor rendimiento académico en los
estudiantes.
En las primeras décadas del siglo veinte se
originaron muchas corrientes psicológicas con tendencia al
conocimiento del hombre. Se han
dividido en tres grandes bloques: teorías
psicológicas cuyo paradigma es
el conductismo o
reflejo condicionado, teorías cognoscitivas que se ubican
dentro del paradigma constructivista y las corrientes
psicológicas cuya teoría es el
estructuralismo
Una de las corrientes teóricas
contemporáneas del aprendizaje como es la del
condicionamiento estímulo – respuesta (Skinner 1971),
ha sido la base conceptual de las tecnologías
educativas vigentes en el Perú y gran parte del mundo
hasta los años ochenta. Para los defensores de dicha
teoría el aprendizaje es un cambio conductual que se
produce por medio de estímulos y respuestas, y que se
relacionan por medio de principios
más o menos mecánicos.
El otro enfoque teórico es el de las
teorías cognoscitivas de la familia del
campo de la gestalt, bajo
este enfoque el aprendizaje es un proceso de obtención o
modificación de insights, perspectivas o patrones del
pensamiento. Al pensar en los procesos de
aprendizaje de los alumnos, dichos teóricos prefieren los
términos de persona a organismo, ambiente
psicológico a medio físico o biológico, e
interacción a acción o reacción.
Desde una perspectiva cognitiva del aprendizaje, se
vienen haciendo numerosas propuestas. Entre ellas, tenemos las de
Jean Piaget
(Psicología
Genética o
Teoría del Desarrollo Cognitivo), David Ausubel
(Teoría del Aprendizaje
Significativo), J. Bruner (Teoría del Aprendizaje por
Descubrimientos), y Lev S. Vigostky (Teoría Sociocultural
del Aprendizaje). A partir del gestáltico, surgieron
varias escuelas, una de las cuales es la teoría del campo
cognitivo, con su mejor representante Kurt Lewin (1990). El cual
se fundamenta en el concepto de campo o espacio vital, así
todos los sucesos psicológicos, ya sean el actuar, pensar,
soñar, esperar confiadamente, o cualquier otro, son
función de un espacio vital de la persona, es decir, del
conjunto formado por ella y su ambiente, concebidos como una
constelación de fuerzas interdependientes.
La corriente pedagógica del cognitivismo,
considera al aprendizaje como un proceso de modificación
interna, con cambios no sólo cuantitativos sino
también cualitativos; se produce como resultado de un
proceso interactivo entre la información que procede del
medio y el sujeto activo.
Esta corriente ha encontrado un campo muy fértil
de aplicación en la educación, tanto para explicar
el desarrollo psicológico de los niños y
adolescentes,
como para orientar el aprendizaje escolar e inclusive en la
educación
superior universitaria. Según Capella, 2001, las
diferentes instituciones
educativas peruanas en la actualidad están aplicando un
nuevo paradigma educativo, oficialmente denominado "nuevo enfoque
pedagógico" el cual se centra fundamentalmente en el
aprendizaje del estudiante y no en la enseñanza por parte
del profesor. Esta es una corriente mundial, que llega
tardíamente al Perú, y está cambiando los
procesos de enseñanza – aprendizaje, generándose
paulatinamente una nueva cultura educativa.
El enfoque constructivista ha logrado su apogeo en los
últimos años y por medio del mismo los estudiantes
poseen estructuras
cognitivas a partir de las cuales perciben y procesan sus
experiencias por este hecho el aprendizaje debe iniciarse con el
conocimiento de aquel repertorio cognitivo, sólo de esta
manera se podrán lograr aprendizajes
significativos.
En este sentido el proceso de
enseñanza-aprendizaje es una relación horizontal
entre profesores y estudiantes. La concepción de esta
teoría se basa en que las funciones
psíquicas se adquieren en el plano interpersonal, para
luego internalizarse, es decir desde lo social-externo a lo
individual-interno. Por ello la importancia de la
interacción social en el aprendizaje ya que el educando en
cualquier etapa de su vida aprende de manera más efectiva
en contacto y en colaboración con los demás,
entonces esta relación entre el individuo y el ambiente es
una gran contribución de la teoría del
campo.
Según estos enfoques, la comprensión de la
conducta (en
nuestro caso, el estilo de aprendizaje del estudiante y el estilo
de enseñanza del docente), requieren conocer no
sólo las experiencias pasadas, las actitudes actuales, y
las expectativas futuras de una persona, sino también su
contexto o situación inmediata. Como afirma Piaget (1984,
1999, 1994), el proceso de modificación interna originado
por la interacción información – sujeto, es
lo que origina aprendizajes significativos (Ausubel) que se
generan en un contexto social y cultural organizado (Vigotsky).
Como plantea Bruner, "el educador debe construir un andamiaje
para que el alumno pueda asumir conscientemente y bajo su propio
control, la tarea
que antes sólo podía hacerla con ayuda".
El reconocimiento de los estilos de aprendizaje en los
estudiantes universitarios puede ayudar a constituir ambientes
que propicien una buena disposición para producir un
aprendizaje eficaz. Las distintas teorías existentes sobre
estilos de aprendizaje, son modelos
explicativos que han sido obtenidos de situaciones
experimentales, y que pueden ayudar a entender relativamente el
funcionamiento real de los procesos naturales del aprendizaje
informal y formal.
Así las personas perciben y adquieren
conocimientos, tienen ideas, piensan y actúan de manera
distinta. Además tienen preferencias hacia una o
más estrategias cognitivas que les ayudan a dar
significado a una nueva información. Por tanto cuando
aprende un nuevo concepto, algunas personas pueden centrarse en
los aspectos detallados del mismo, mientras que otras se centran
en los aspectos lógicos; algunos son más
independientes y quieren aprender solos, mientras que otros, en
el caso de los estudiantes, prefieren estudiar junto a otros
compañeros o cerca de sus profesores; algunos prefieren
leer o asistir a conferencias, mientras que otros prefieren
realizar actividades prácticas. Entonces, el
término estilo de aprendizaje se refiere a aquella
estrategia o
enfoque que permite de manera más específica,
recopilar, interpretar, organizar y pensar sobre nueva
información (Gentry 1999).
Es posible encontrar distintas definiciones sobre
estilos de aprendizaje, entre otras: Keefe (1988) los define como
"los rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos, que
sirven como indicadores relativamente estables, de cómo
los discentes perciben, interaccionan y responde a sus ambientes
de aprendizaje".
Para Honey y Mumford (1982) los estilos de aprendizaje
son una descripción de las actitudes y
comportamientos que determinan la forma preferida de que un
individuo pueda aprender. El modelo teórico de Schmeck
(1980) hace mención de tres dimensiones de estilos de
aprendizaje, a saber: procesamiento profundo, procesamiento
elaborativo y procesamiento superficial. En la dimensión
primera el estudiante basa su aprendizaje en las asociaciones que
le sugiere el concepto, más que al concepto mismo, es
decir el estudiante toma más tiempo en
pensar que en repetir, pone atención a los rasgos semánticas y
es capaz de clasificar, comparar, contrastar, analizar y
sintetizar.
En el segundo procesamiento la información se
hace personalmente más relevante, y el estudiante la
elabora pensando en ejemplos personales y logra expresarse en sus
propias palabras.
En la tercera dimensión la estrategia que utiliza
el estudiante prefiere asimilar la información tal como la
recibe en vez de re-expresarla, replantearla o repensarla,
atendiendo más a los aspectos fonológicos y
estructurales de la información. Invierten mucho tiempo
repitiendo y memorizando información en su forma
original.
A pesar de la cantidad y diversidad de acepciones que se
pueden encontrar sobre estilos de aprendizaje, es posible
establecer que la mayoría de los autores coinciden en que
trata de cómo la mente procesa la información, del
cómo es influenciada por las percepciones de cada
individuo, todo con la finalidad de lograr aprender
eficazmente.
El logro de una estrategia de aprendizaje de mayor
calidad
garantiza la permanencia del conocimiento, pero además y
principalmente conforma un sistema que trasciende el modo de
afrontar una situación particular. Por esta razón
es importante tener presente las características de los
estilos de aprendizaje, al planificar la labor educativa. Los
estilos de aprendizaje pueden cambiar y conforme los estudiantes
avanzan en este proceso, descubren mejores formas o modos de
aprender.
Los estilos de aprendizaje son modificables en
función a su mejora y perfeccionamiento permanente,
ningún estilo dura toda la vida y conforme avancen en su
propio proceso permiten desarrollarse dependiendo del enfoque que
se oriente. En diferentes situaciones los estilos se presentan
variados de acuerdo a la edad y niveles de exigencia en la tarea
de aprendizaje. En estudiantes universitarios estos estilos
permiten identificar y mejorar los estilos personales de cada uno
de ellos, enseñarle con sus estilos de aprendizaje
predominantes y seleccionar metodologías educativas
según los estilos de aprendizaje del grupo.
En consecuencia, si la meta del
educador es que el estudiante aprenda a aprender, el que este
último identifique su propio estilo de aprendizaje, le
permitirá: controlar su propio aprendizaje, diagnosticar
sus puntos fuertes y débiles, identificar las condiciones
en que aprende mejor, aprender de la experiencia de cada
día y superar las dificultades que se le presentan en su
proceso de aprendizaje. Entonces, ¿cuál es la
aplicabilidad didáctica que tienen los estilos de
aprendizaje en el aula o salón de clase?, la
respuesta es que los distintos estilos de aprendizaje requieren
distintos modos de enseñar y que es de importancia
identificar el estilo predominante de los estudiantes.
Conociendo la predominancia de algún estilo se
podrá utilizar metodologías y recursos que
estén al alcance de los docentes y
estudiantes concientes de sus preferencias en cuanto a cada
estilo de aprendizaje, se hagan esfuerzos por
optimizarlos.
Las personas aprenden de diferente forma y estas
diferencias dependen de muchos aspectos: quiénes somos,
dónde estamos, cómo nos visualizamos y qué
nos demandan las personas, (Mc Carthy, 1987). Cada uno de
nosotros procesamos la información de acuerdo con el
estilo de aprendizaje de preferencia. Estas preferencias
responden en la forma en que se procesa la información en
nuestro cerebro. En los
estudios realizados por el Roger Sperry y asociados, ellos
encontraron que los dos hemisferios cerebrales procesan la
información de manera diferente, que somos especies con
dos cerebros, cada uno con un proceso mental diferente y, por
último, que ambos hemisferios son igualmente importantes.
Por lo tanto, el educador debe ayudar a nuestros estudiantes a
desarrollar el uso de ambos hemisferios del cerebro y a
desarrollar e integrar varios estilos de aprendizaje. Es decir,
debemos proveer experiencias de aprendizaje que permitan a los
estudiantes memorizar, interactuar, demostrar, practicar,
preguntar, reflexionar, evaluar, crear, crecer, .El aprendizaje
nos abre a nuevas formas de pensar y de hacer las cosas. Eso
significa salirnos de nuestra zona cómoda y
flexibilizarnos ante nuevas experiencias. Nos permite abrazar lo
confuso y errático, a admitir que no tenemos todas las
respuestas, a estar dispuestos a descomponer las cosas en sus
partes para crear nuevas combinaciones.
El contexto del proceso de enseñanza –
aprendizaje depende de características sociales,
físicas y personales del aprendiz, así como del
contenido y del ritmo para aprender. Un elemento importante para
facilitar el proceso de enseñanza – aprendizaje es
ayudando al aprendiz a reconocer su estilo de aprendizaje. Estos
estilos se presentan como una combinación de
características cognoscitivas, afectivas y una
psicológicas que sirven como indicadores relativamente
estables sobre la manera de cómo los aprendices perciben,
interactúan y responden a su ambiente.
Los estilos de aprendizaje se ajustan dependiendo de la
tarea a realizarse y al estilo de enseñanza que se utiliza
en el salón de clase. Los estilos de aprendizaje han sido
tema de estudio en el campo de la educación y han servido
para iniciar cambios significativos en el proceso de
enseñanza-aprendizaje. Varias universidades
norteamericanas han adaptado la práctica de identificar
los estilos de aprendizaje de los estudiantes con el fin de
diseñar estrategias de enseñanza a tono con el
perfil del grupo.
Linda Silverman (1988), recalca que se debe exponer a
los estudiantes frente a diferentes experiencias de aprendizaje
para que ellos ganen confianza, muestren interés en
aprender, desarrollen destrezas de razonamiento, análisis,
solución de problemas y
desarrollen otros estilos de aprendizajes. Una buena experiencia
de aprendizaje reta las capacidades del aprendiz, por lo tanto,
se debe establecer un balance al propiciar maneras alternas para
aprender. La literatura nos señala
que existe una brecha cuando los estilos de enseñanza del
profesor y los estilos de aprendizaje de los estudiantes no
corresponden.
Esta situación puede provocar desinterés
en el estudiante así como pobre aprovechamiento
académico, participación, asistencia, e
insatisfacción. Esta información nos hace
reflexionar que debemos estar más conscientes sobre las
diferencias entre los estilos de aprendizaje y las estrategias de
enseñanza que tenemos disponibles. Implica que el educador
debe ser atento, flexible y receptivo a las necesidades del
educando. (Brundage and Mackaracher, 1980). El balance entre
ambos aspectos estimula la colaboración y la
participación del aprendiz en el proceso de
enseñanza – aprendizaje, haciendo que sea más
significativo y efectivo.
Según Capella, Riera y otros, (2003), los
estilos, son las conclusiones a las que llegamos acerca de la
forma cómo actúan las personas., pueden resultar
útil para clasificar y analizar los comportamientos., sin
embargo, tiene el peligro de servir de simple etiqueta. Aunque
para ciertos autores el estilo es un concepto superficial
compuesto por comportami8enots externos, pero al ser una
expresión o manifestación externa es consecuencia
de algo tiene un fondo más intrínseco.
Desde una perspectiva fenomenológica, las
características estilísticas son los indicadores de
superficie de dos niveles profundos de la mente humana: el
sistema total de pensamiento y las peculiares cualidades de la
mente que un individuo utiliza para establecer lazos con la
realidad.
Este punto de vista significa que las
características personales como la preocupación por
el detalle o el uso fácil de la lógica
para determinar la verdad, la búsqueda de significados, la
necesidad de opciones, no son simples casualidades sino aspectos
muy unidos a elementos psicológicos. Por otro lado tenemos
que los estilos educativos, se aprenden en la interacción
con los demás, y además se confirman, modifican o
adaptan. En el lenguaje de
Lewin se trataría de field forces (campo de
fuerzas) y, según otros autores, locus of control
(lugar de control). Los elementos del estilo de
aprendizaje y educativo son dinámicos y están
siempre en relación, necesitan un espacio amplio de tiempo
para que puedan ser estudiados a fondo.
Ello por cuanto el concepto de educación es
más amplio, dirige su atención no solamente al
aprendizaje, sino también a la manera en que un individuo
se compromete, se orienta o combina varias experiencias
educativas.
Leichter, afirma que el centrarse en el estilo de
aprendizaje, implica un cambio básico en el enfoque de los
problemas educativos. Sin embargo, el número de variables
a estudiar es muy elevado y difícil de controlar. Por eso
hay quienes trabajan los estilos de enseñanza y los
estilos de aprendizaje, conceptos que tienen menor alcance pero
que resulta más cercano y concreto.
En relación al debate sobre
las teorías del aprendizaje y sobre los estilos de
aprendizaje se debe partir de la definición de
aprendizaje, Alonso (1997), precisa que el "Aprendizaje es el
proceso de adquisición de una disposición,
relativamente duradera, para cambiar la percepción o la
conducta como resultado de una experiencia."
Los comportamientos característicos de los
estudiantes en base a cuatro aspectos importantes del
funcionamiento cognoscitivo:
- Las cualidades espaciales se refieren al espacio
concreto y al espacio abstracto. El espacio concreto lo
conectamos con los sentidos;
el espacio abstracto con la inteligencia; las emociones, la
imaginación y la intuición. - El tiempo es controlado por el orden y la
estructuración de las realidades, este orden puede ser
secuencial (lineal) o aleatorio (no lineal,
multidimencional). - Los procesos mentales de deducción e inducción.
- Las relaciones, que se mueven dialécticamente
entre reafirmarse en su individualidad y compartir y colaborar
con los otros.
La mente humana es capaz de utilizar estos elementos
bipolares de diferente forma, según situación en
que se encuentre. Cada persona tiene una predisposición a
relacionarse mejor con ciertas condiciones para su crecimiento y
desarrollo personal.
Kolb (1984), menciona dentro de su modelo de aprendizaje
el concepto de estilos de aprendizaje y lo describe como "algunas
capacidades de aprender que se destacan por encima de otras como
resultado del aparato hereditario, de las experiencias vitales
propias y de las exigencias del medio ambiente
actual."
Llegamos a resolver de manera característica, los
conflictos
entre el ser activo y reflexivo y entre el ser inmediato y el
analítico. Algunas personas desarrollan mentes que
sobresalen en las conversiones de hecho dispares en
teorías coherentes, y, sin embargo, estas mismas personas
son incapaces de deducir hipótesis a partir
de su teoría o no se interesan por hacerlo; otras personas
son genios lógicos, pero encuentran imposible sumergirse
en una experiencia y entregarse a ella.
Ante este panorama de definiciones es fácil estar
de acuerdo con Curry (1983), cuando afirma que uno de los
obstáculos más importantes para el progreso y
aplicación de las teorías de los estilos de
aprendizaje en la práctica educativa, es la
confusión de definiciones y el amplio panorama de
comportamientos que pretenden predecir los modelos de estilos de
aprendizaje.
Considero que una de las definiciones más claras
y ajustadas es la que propone Keefe (1988), precisando que: "los
estilos de aprendizajes son los rasgos cognitivos, afectivo y
fisiológicos, que sirven como indicadores relativamente
estables, de cómo los discentes perciben, interaccionan y
responden a sus ambientes de aprendizajes".
Cuando hablamos de estilos de aprendizaje tenemos en
cuenta los rasgos cognitivos, incluimos los estudios de
psicología cognitiva que explicitan la diferencia en los
sujetos respecto a las formas de conocer. Este aspecto cognitivo
es el que caracteriza y se expresa en los estilos cognitivos. Los
cuatro aspectos fundamentales nos ayudan a definir los factores
cognitivos:
- Dependencia-independencia de campo.
- Conceptualización y
categorización. - Reflexividad entre a impulsividad.
- Las modalidades sensoriales.
El factor dependencia-interdependencia en situaciones de
aprendizaje, los dependientes de campo prefieren mayor estructura
externa, dirección e información de retorno
– feedback – , están más a gusto con la
resolución de problemas en equipo. Por el contrario, los
independientes de campo necesitan menos estructura externa e
información de retorno, prefieren la resolución
personal de los problemas y no se sienten tan a gusto con el
aprendizaje en grupo. Kagan (1963) citado por Revilla y Capella
(2003) ha investigado durante años el factor de
conceptualización y categorización. Los sujetos
demuestran consistencia de cómo forman y usan los
conceptos, interpretan la información, resuelven
problemas.
Hay quienes prefieren un enfoque relacional contextual y
otros un enfoque analítico-descriptivo. La
dimensión reflexividad-impulsividad parece cercana a la
noción de "precaución" y"aceptación de
riesgo",
objetiva las diferencias en rapidez y adecuación de
respuesta ante soluciones
alternativas que exigen un pronunciamiento. Las modalidades
sensoriales preferidas por los sujetos permiten organizar la
información en: visual o icónico, orientada al
pensamiento espacial; auditivo o simbólico que lleva al
pensamiento verbal y cinético que lleva al pensamiento
motoro.
Cada persona aprende de manera distinta a las
demás: utiliza diferentes estrategias, aprende con
diferentes velocidades e incluso con mayor o menor eficacia incluso
aunque tengan las mismas motivaciones, el mismo nivel de
instrucción, la misma edad o estén estudiando el
mismo tema. Sin embargo, más allá de esto, es
importante no utilizar los estilos de aprendizaje como una
herramienta para clasificar a los estudiantes en
categorías cerradas, ya que la manera de aprender
evoluciona y cambia constantemente.
El estudiante universitario es un ser desarrollado en lo
físico, en lo psíquico, en lo social, capaz de
actuar con autonomía en su grupo social y que decide sobre
su propio destino. Este tipo de educación se fundamenta en
dos postulados: se necesita aprender bajo cualquiera
condición biopsicosociológica, mediante una
realidad física
y social que constantemente se modifica y así poder
enfrentarse con éxito a
cada situación específica.
Revilla (2000) destaca, finalmente, algunas
características de los estilos de aprendizaje: son
relativamente estables, aunque pueden cambiar en situaciones
diferentes, son susceptibles de mejorar cuando se trabaja con
estudiantes según su propio estilo de aprendizaje
así aprenden con más Según Woolfolk,
1996:12, los educadores prefieren hablar de ‘estilos de
aprendizaje’, y los psicólogos de ‘estilos
cognoscitivos’, para este autor las preferencias son una
clasificación más precisa, y se definen como las
maneras preferidas de estudiar y aprender, tales como utilizar
imágenes en vez de texto,
trabajar solo o con otras personas, aprender en situaciones
estructuradas o no estructuradas y demás condiciones
pertinentes como un ambiente con o sin música, el tipo de
silla utilizado, etc.
Otros autores, por último, sugieren hablar de
‘preferencias de estilos de aprendizaje’ más
que de ‘estilos de aprendizaje’. La preferencia de un
estilo particular tal vez no siempre garantice que la
utilización de ese estilo será efectiva de
allí que en estos casos ciertos estudiantes pueden
beneficiarse desarrollando nuevas formas de aprender.
En las últimas décadas se han elaborado
todo tipo de teorías y modelos para explicar las
diferencias en la forma de aprender. Pero, de todas esas
teorías y modelos ¿cuál es la buena?, la
respuesta es que todas y ninguna. La palabra "aprendizaje" es un
término muy amplio que abarca fases distintas de un mismo
y complejo proceso. Cada uno de los modelos y teorías
existentes enfoca el aprendizaje desde un ángulo distinto.
Cuando se contempla la totalidad del proceso de aprendizaje se
percibe que esas teorías y modelos aparentemente
contradictorios entre sí no lo son tanto e incluso se
complementan.
Una posible manera de entender las distintas
teorías es el siguiente modelo en tres pasos:
- El aprendizaje parte siempre de la recepción
de algún tipo de información. De toda la
información que recibimos seleccionamos una
parte. - Cuando analizamos como se efectuó un
análisis previo de la información podemos
distinguir entre alumnos visuales, auditivos y
kinestésicos. - La información que seleccionamos la tenemos
que organizar y relacionar. El modelo de los hemisferios
cerebrales nos da información sobre las distintas
maneras que tenemos de organizar la información que
recibimos y una vez organizada esa información la
utilizamos de una manera o de otra.
Naturalmente, esta separación en fases es
ficticia, en la práctica esos tres procesos se confunden
entre sí y están estrechamente relacionados. El
hecho de que se tenga una mayor tendencia en seleccionar la
información visual, por ejemplo, afecta a nuestra manera
de organizar esa información. No podemos, por tanto,
entender el estilo de aprendizaje de alguien si no le prestamos
atención a todos los aspectos., Gardner rechaza el
concepto de estilos de aprendizaje y dice que la manera de
aprender del mismo individuo puede variar de una inteligencia a
otra, de tal forma que un individuo puede tener, por ejemplo, una
percepción holistica en la inteligencia lógico –
matemática
y secuencial cuando trabaja con la inteligencia
musical.
Así mismo Gardner rechaza la noción de los
estilos de aprendizaje como algo fijo e inmutable para cada
individuo. Pero si enfocamos el estilo de aprendizaje como las
tendencias globales de un individuo en el momento de aprender y
si partimos de la base de que esas tendencias globales no son
algo fijo e inmutable sino que están en continua evolución, vemos que no hay
contraposición real entre la teoría de las inteligencias
múltiples y las teorías sobre los estilos de
aprendizaje.
La explicación viene sustentada por el hecho de
que en a teoría de las Inteligencias Múltiples,
Gardner define la inteligencia como el conjunto de capacidades
que nos permite resolver problemas o fabricar productos
valiosos en nuestra cultura. Además define ocho grandes
tipos de capacidades o inteligencia: lingüística,
lógico-matemática, corporal-kinestésica,
musical, espacial, naturalista, interpersonal e intrapersonal.
Todos desarrollamos las ocho inteligencias, pero cada una de
ellas en distinto grado. Aunque parte de la base común de
que no todos aprendemos de la misma manera.
Honey, Mumford y Alonso (1986) basándose en
teorías y cuestionarios de Kolb – Learning Style
Inventory (1984), establecieron una taxonomanía a partir
de la aplicación a de su propio cuestionario CHAEA. Lo
ideal, afirma Honey (1986), es que todo el mundo sea capaz de
experimentar, reflexionar, elaborar hipótesis y
aplicarlas.
Es decir, que todas las virtudes estuvieran repartidas
equilibradamente. Pero lo cierto es que los individuos son
más capaces de una cosa que de otra. Los estilos de
aprendizaje serán la interiorización por parte de
cada sujeto, de una etapa determinada del ciclo. Por tanto los
estilos, en consecuencia, para Honey y Mumford son también
cuatro, que a su vez son las cuatro fases de un proceso
cíclico de aprendizaje: activo, reflexivo, teórico
y pragmático. Siendo la clasificación que se
presenta la siguiente:
ESTILO ACTIVO, Las personas que tienen
predominancia en estilos activos se
implican plenamente sin perjuicio en nuevas experiencias. Son de
mente abierta, nada escépticos y realizan con entusiasmo
las tareas nuevas. Son personas que se desarrollan en el presente
y les fascina vivir nuevas experiencia. Piensan que por lo menos
una vez hay que intentarlo todo. Al terminar una actividad entran
rápidamente en otra, les aburre los plazos largos, son
personas leales al grupo, se involucran en los asuntos de los
demás y centran a su alrededor todas sus
actividades.
ESTILO REFLEXIVO, les gusta considerar las
experiencias y observarlas desde diferentes perspectivas. Son
personas prudentes que gustan considerar todas las alternativas
posibles antes de realizar un movimiento.
Disfrutan observado la actuación de los demás,
escuchan a los demás y no intervienen hasta que se han
adueñado de la situación. Crean a su alrededor un
aire ligeramente
distante y condescendiente.
ESTILO TEÓRICO, adaptan e integran
las observaciones dentro de las teorías lógicas y
complejas. Enfocan los problemas de forma vertical, escalonada,
por etapas lógicas. Tienden a ser perfeccionistas.
Integran los hechos en teorías coherentes. Les gusta
analizar y sintetizar. Son profundos en sus sistemas de
pensamiento, a la hora de establecer principios, teorías,
y modelos. Buscan la racionalidad y la objetividad, huyendo de
los subjetivo y lo ambiguo.
ESTILO PRAGMÁTICO, el punto fuerte
de las personas con predominancia en estilo pragmático es
la aplicación práctica de ideas. Descubren el
aspecto positivo de las nuevas ideas y aprovechan la primera
oportunidad para experimentarlas. Les gusta actuar
rápidamente y con seguridad con
aquellas ideas y proyectos que le atraen. Tienden a ser
impacientes cuando hay personas que teorizan. Pisan la tierra
cuando hay que tomar decisiones o resolver un problema. Su
filosofía es "siempre se puede hacer mejor", "si funciona
es bueno".
El término 'estilo de aprendizaje' se refiere al
hecho de que cuando queremos aprender algo cada uno de nosotros
utiliza su propio método o conjunto de estrategias. Aunque
las estrategias concretas que utilizamos varían
según lo que queramos aprender, cada uno de nosotros
tiende a desarrollar unas preferencias globales. Esas
preferencias o tendencias a utilizar más unas determinadas
maneras de aprender que otras constituyen nuestro estilo de
aprendizaje.
Las diferencias o variaciones en un proceso de
aprendizaje son el resultado de muchos factores, como por ejemplo
la
motivación, el bagaje cultural previo y la edad. Pero
esos factores no explican porque con frecuencia nos encontramos
con alumnos con la misma motivación
y de la misma edad y bagaje cultural que, sin embargo, aprenden
de distinta manera, de tal forma que, mientras a uno se le da muy
bien redactar, al otro le resultan mucho más fácil
los ejercicios de gramática. Esas diferencias si
podrían deberse, sin embargo, a su distinta manera de
aprender.
Tanto desde el punto de vista del alumno como del punto
de vista del profesor el concepto de los estilos de aprendizaje
resulta especialmente atrayente porque nos ofrece grandes
posibilidades de actuación para conseguir un aprendizaje
más efectivo.
Muchos autores han establecido definiciones sobre
rendimiento académico. Carpio (1,975) define rendimiento
académico como el proceso técnico pedagógico
que juzga los logros de acuerdo a objetivos de aprendizaje
previstos; Supper dice, rendimiento académico es el nivel
de progreso de las materias objeto de aprendizaje; Aranda
considera que es el resultado del aprovechamiento escolar en
función a diferentes objetivos escolares (1,998) y hay
quienes homologan que rendimiento académico puede ser
definido como el éxito o fracaso en el estudio, expresado
a través de notas o calificativos.
En el Perú la deserción y repitencia en la
universidad indican con claridad que el proceso de
admisión no ha podido detectar a quienes realmente
valían para los estudios universitarios; que por muy
variados motivos; un número significativo de alumnos no ha
sabido responder a las exigencias que le hubieran conducido a
logros satisfactorios en la universidad. (Montes,
1,992).
Pero, ¿Cómo se realiza la
evaluación del rendimiento académico?. Esta se
realiza con instrumentos y calificaciones asignadas por los
profesores, pero estas no tienen un cero absoluto, es decir no
son escalas de razón. Las calificaciones obtenidas por los
alumnos en las diferentes asignaturas, criterio usado para medir
el rendimiento, no permite una comparación válida,
ni del rendimiento de cada alumno en las distintas asignaturas,
ni de los alumnos en la misma materia.
Esto, debido a que las pruebas que se utilizan no
están estandarizadas, y la confiabilidad de las
calificaciones son muy bajos. Sin embargo dado que sería
imposible estandarizar todas las evaluaciones usadas se toman las
calificaciones como un parámetro de medición que sugiere el rendimiento del
alumno en determinada materia, por otro lado probablemente los
sesgos se producirán de igual manera al hacer
comparaciones de una asignatura a otra, e incluso en la misma
materia. Una manera de contrarrestar los sesgos en la
evaluación es no tomar las notas obtenidas tal y como se
presentan sino reajustar ese puntaje obtenido al creditaje de
cada curso de tal manera que puedan obtenerse pesos ponderados
por cada asignatura.
Algunos estudios realizados para identificar el
rendimiento académico manifiestan la importancia de usar
los créditos de las asignaturas para asegurar
la exactitud y precisión de las variables. Fournier (1984)
enfatiza que los créditos son de enorme utilidad no solo
para labores de diagnóstico, sino sobre todo a nivel de
investigación sobre rendimiento ya que posibilita un
manejo mas exacto de esta variable, facilitando la
comparación de grupos de
escuela a Al
momento de buscar las causas del fracaso escolar se apunta hacia
los programas de estudio, la masificación de las aulas, la
falta de recursos de las instituciones y raras veces al papel de
los padres y su actitud de
creer que su responsabilidad acaba donde empieza la de los
maestros.
Por su parte, los profesores en la búsqueda de
solución al problema se preocupan por desarrollar un tipo
particular de motivación de sus estudiantes, "la
motivación para aprender", la cual consta de muchos
elementos, entre los que se incluyen: la planeación, concentración en la
meta, conciencia
metacognoscitiva de lo que se pretende aprender y cómo se
pretende aprenderlo, búsqueda activa de nueva
información, percepciones claras de la retroalimentación, elogio y
satisfacción por el logro y ninguna ansiedad o temor al
fracaso (Johnson y Johnson, 1985). El éxito escolar, de
acuerdo con la percepción de Redondo (1997), requiere de
un alto grado de adhesión a los fines, los medios y
los valores de
la institución educativa, que probablemente no todos los
estudiantes presentan.
Aunque no faltan los que aceptan incondicionalmente el
proyecto de vi
da que les ofrece la Institución, es posible que un sector
lo rechace, y otro, tal vez el más sustancial, sólo
se identifica con el mismo de manera circunstancial.
Aceptan, por ejemplo, la promesa de movilidad social y
emplean la escuela para alcanzarla, pero no se identifican con la
cultura y los valores
escolares, por lo que mantienen hacia la Institución una
actitud de acomodo, la cual consiste en transitar por ella con
sólo el esfuerzo necesario. O bien se encuentran con ella
en su medio cultural natural pero no creen o no necesitan creer
en sus promesas, porque han decidido renunciar a lo que se les
ofrece, o lo tienen asegurado de todos modos por su
condición social y entonces procuran disociarse de sus
exigencias.
Sería excelente que todos los alumnos llegaran a
la escuela con mucha motivación para aprender, pero no es
así. E incluso si tal fuera el caso, algunos alumnos
aún podrían encontrar aburrida o irrelevante la
actividad escolar. Asimismo, el docente en primera instancia debe
considerar cómo lograr que los estudiantes participen de
manera activa en el trabajo de
la clase, es decir, que generen un estado de
motivación para aprender; por otra parte pensar en
cómo desarrollar en los alumnos la cualidad de estar
motivados para aprender de modo que sean capaces "de educarse a
sí mismos a lo largo de su vida" (Bandura, 1993) y
finalmente que los alumnos participen cognoscitivamente, en otras
palabras, que piensen a fondo acerca de qué quieren
estudiar.
METODOLOGÍA
DE LA INVESTIGACIÓN
Se aplicó el cuestionario Honey-Alonso de Estilos
de Aprendizaje (Alonso, Gallego y Honey, 1994), que consta de 80
preguntas, este cuestionario es un instrumento de
diagnóstico del estilo personal del aprendizaje; y se basa
en teorías del aprendizaje de tipo cognitivo, cuyos
autores más sobresalientes son: D. KOLB (1984), B. JUCH
(1987), P.HONEY y A. MUMFORD (1986). Todos ellos, coinciden en la
definición y desarrollo del proceso del aprendizaje como
un proceso cíclico dividido en cuatro etapas, en las que
influiría en un alto porcentaje las experiencias vividas,
las circunstancias medio-ambientales, y lo heredado.
Este cuestionario CHAEA ayuda al estudiante y
profesor a perfeccionar y mejorar el aprendizaje considerando las
preferencias durante el proceso educativo. Así mismo ayuda
a los estudiantes en aplicar técnicas
de auto-observación y puedan detectar la forma en
que aprenden según el contexto en que se encuentran: aula,
grupo de trabajo, tutoría, taller o laboratorio,
etc., de modo que pudiesen comprobar cuánto de su estilo
cambia según las situaciones y cuáles son las
preferencias que se mantienen estables.
Por ello en la metodología planteada se
trabajó adicionalmente con el registro de
evaluaciones y así poder identificar el aspecto
académico, traducido en calificaciones,
interrelacionándolos con los estilos obtenidos mediante la
aplicación de este instrumento. Se trabajó con
estudiantes del primer año de estudios de la Universidad
Católica Santo Toribio de Mogrovejo con el objetivo
primero de identificar los estilos de aprendizaje (Estilo Activo,
Reflexivo, Teórico y Pragmático) con mayor
predominancia; a una muestra
conformada por 452 estudiantes de ambos sexos, pertenecientes a
las siete carreras profesionales que fueron seleccionados por un
muestreo
aleatorio simple.
El cuestionario se aplicó de manera
anónima a los estudiantes seleccionados en la muestra,
durante un plazo máximo de 30 minutos, para lo cual se
coordinó con los Jefes de carrera correspondiente a cada
Escuela Profesional. Además se efectuó una breve
presentación de la investigación y del
cuestionario, tratando de no generar la introducción de variables extrañas y
no controladas al momento de la aplicación de los
instrumentos, haciendo especial hincapié en que se
contestara todos los ítems.
La metodología fue aplicada tomando como
referencia las investigaciones
similares realizada por Alonso, Gómez, Capella y otros,
quienes al poner en práctica este cuestionario y su
posterior análisis para determinar las estilos que
predominaban en los diferentes grupos a los cuales se les
aplicó este cuestionario, sin embargo al relacionarlos
directamente con el rendimiento académico y saber
verdaderamente si la predominancia de un estilo de aprendizaje
está relacionado con el dicho rendimiento.
Prueba de Confiabilidad del Cuestionario de Honey
– Alonso de los Estilos de Aprendizaje
Se aplicó el cuestionario Honey-Alonso de Estilos
de Aprendizaje (Alonso, Gallego y Honey, 1994) , que consta de 80
preguntas a los estudiantes del primer año de estudios de
la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo en le
año 2003; con el objetivo de identificar los estilos de
aprendizaje (Estilo Activo, Reflexivo, Teórico y
Pragmático) con mayor predominancia; a una muestra
conformada por 452 estudiantes de ambos sexos, pertenecientes a
las 07 carreras profesionales, seleccionados por un muestreo
aleatorio simple.
Se utilizó el cuestionario Honey – Alonso de
Estilos de Aprendizaje (Alonso, Gallego y Honey, 1994) que consta
de 80 preguntas (20 ítems para cada uno de los cuatro
estilos) a las que se responde dicotómicamente
manifestando si está de acuerdo (signo +), o en desacuerdo
(signo -).
La puntuación máxima que se puede alcanzar
en cada estilo es 20. En este sentido convendría matizar
que la puntuación obtenida en cada uno de los estilos es
relativa y así no significa lo mismo obtener una
puntuación de 13 en estilo activo que un 13 en estilo
reflexivo.
Para conocer el grado de confiabilidad (fiabilidad,
consistencia o precisión de una escala) del
cuestionario, se utilizó el coeficiente ALFA DE
CRONBACH.
Para ello se calcularon primero las varianzas de cada
ítems y la varianza total de la escala. También se
ha calculado el coeficiente ALFA DE CRONBACH para cada
estilo de Aprendizaje, de forma que hemos calculado la
consistencia interna de cada estilo.
TABLA N° 01
COEFICIENTE ALFA DE
CRONBACH.
(80 items , 452 estudiantes)
α = 0.81
TABLA N° 02
COEFICIENTE ALFA DE CRONBACH PARA
CADA ESTILO DE APRENDIZAJE.
(20 items , 452 estudiantes)
ESTILO DE APRENDIZAJE | ALFA DE CRONBACH |
ACTIVO REFLEXIVO TEORICO PRAGMÁTICO | 0.58 0.65 0.62 0.54 |
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