- Análisis de la
práctica educativa - Obtención de
indicadores - Selección de una
problemática - Definición del
problema - Determinación de
objetivos - Elaboración del plan de
abordaje - El Cronograma
- Investigación del
problema elegido - Acopio de
fuentes - Conceptualización del
problema - Selección de
estrategias - Elaboración de
instrumentos - Aplicación
de los instrumentos - Recolección
de la información - Procesamiento de
datos - Interpretación
de los resultados - Conclusiones
- Consideraciones
prospectivas - Informe de los
resultados de la investigación
¿Cómo podríamos elaborar un esquema
para desarrollar un diagnóstico en la escuela?
Obviamente, no es posible pensar en un modelo
único para tal efecto, pues, como hemos visto, la estructura de
un diagnóstico dependerá directamente de diversas
circunstancias: la naturaleza del
problema, el contexto, los recursos, el
tiempo, la
formación académica del investigador, las
preferencias metodológicas, etc.
Sin embargo, sí es posible hacer referencia a
algunos momentos y apartados que, por lo general, son
considerados en la estructura de la mayoría de los
diagnósticos aplicados en el ámbito educativo,
algunos de los cuales ya han sido abordados en el
Capítulo VI, correspondiente a La
Investigación. Veámoslos.
1. Análisis de la práctica
educativa.
Este paso inicial es fundamental en la construcción del diagnóstico, pues
consiste en localizar una problemática general
verdaderamente relevante, pero que, a la vez, sea susceptible de
solución.
No obstante, aunque parece fácil, es esta tal vez
una de las etapas más difíciles del trabajo, pues
puede ocurrir que el investigador principiante opte por un
proyecto
demasiado ambicioso. En ese sentido, en ningún momento
debe perderse la objetividad respecto de los recursos y
posibilidades reales, así como las limitaciones del propio
investigador.
Tal vez uno de los obstáculos más comunes
al que se enfrenta el investigador principiante es el de empezar
a manifestar sus ideas por escrito. Es frecuente que en este
momento muchos piensen en abandonar la empresa. Lo
que yo puedo recomendar es que se debe escribir conforme se vaya
investigando, anotando ideas extraídas de los documentos
consultados, o ideas del propio investigador, todo aquello que se
le venga a la mente. No importa que las ideas aparezcan
inicialmente desordenadas e inconexas; más tarde se
podrán organizar.
Puede presentarse también el hecho de que en la
elección de la problemática se anteponga la
intención de resolverla rápidamente y que, durante
el transcurso del trabajo, esta expectativa ocasione
desánimo en el investigador, por no estar preparado para
asimilar que, en no pocas ocasiones, la investigación puede resultar lenta y hasta
tediosa, pues la solución efectiva de ciertos problemas
requiere de mucho tiempo, decisión y, desde luego, la
aportación de capacidades personales, tales como el
pensamiento
lógico y hasta la intuición.
En nuestro caso específico resulta deseable
remitirse al análisis de la práctica docente
propia, con el fin de localizar una problemática. Sin
embargo, es indiscutible que existen problemas más
allá de nuestra propia actividad docente. Por
ejemplo:
a) ¿Ha sido adecuada, en términos de
eficiencia y
eficacia, la
actividad directiva de la escuela?
b) ¿Se aprovechan óptimamente los recursos
generales con los que cuenta la institución?
c) ¿Se ha sistematizado el análisis de los
resultados obtenidos con la aplicación de distintos
métodos
didácticos?
d) ¿Qué situaciones extraescolares afectan
el proceso de
enseñanza–aprendizaje?,
etc.
2. Obtención
de indicadores.
Así pues, es recomendable la elaboración
de una relación de dificultades generales que el profesor
enfrenta cotidianamente, dificultades en las que pueden verse
involucrados alumnos, contenidos, procedimientos
técnico-metodológicos, autoridades escolares,
autoridades de la comunidad, padres
de familia,
docentes,
etc.
Procede, entonces, intentar una jerarquización de
las problemáticas detectadas y confrontarlas con los
recursos que posee el diagnosticador, debiendo considerar
también, como ya ha sido señalado, sus
limitaciones, con el fin de advertir, en una primera
aproximación, las posibilidades de intervenir en su
solución.
Las situaciones que se advierten irregulares o
insatisfactorias, como pueden ser la relación
escuela-comunidad, los problemas de enseñanza y de
aprendizaje, el ambiente
escolar, etc., constituyen formalmente los primeros
indicadores.
3.
Selección de una problemática.
De hecho, esta selección
constituye el primer momento del proceso investigativo, y algo
muy importante es la circunstancia de que los indicadores
contribuyen a facilitar la decisión del investigador para
elegir una problemática determinada. Y aunque puede
parecer ocioso, reiteraré que ésta no deberá
ser ajena al ámbito de la práctica cotidiana del
profesor. (Ver "La elección del tema", p. 100)
Al inicio, esta parte de la investigación aparece
muy general, y hasta un poco confusa. Sin embargo, conforme se
avanza en la investigación se va también perfilando
con mayor precisión, reduciéndose en su
dimensión exclusivamente a sus elementos y relaciones
básicas. (Ver "Planteamiento del
problema", pp. 100-106)
Los elementos que conforman al problema son las
características y factores de la situación
problemática.
La delimitación clara del problema posibilita su
solución en gran medida, pues un enfoque objetivo del
mismo le da dirección al proceso investigativo.
Recordemos a Einstein se le atribuye el haber afirmado que la
correcta definición de un problema resulta más
importante que la propia solución.
Con relación al diagnóstico, el problema
se aprecia, inicialmente, cuando una situación se advierte
insatisfactoria. Ya de manera objetiva se dice que es la
discrepancia entre el ser y el deber ser es decir,
entre realidad-normatividad.
Un "problema" es el conjunto de circunstancias que
obstaculizan la consecución de un fin
determinado.
Enseñanza y aprendizaje, desarrollo de
la
personalidad, metodologías para la enseñanza de
la lecto-escritura,
planeación de actividades, evaluación
del aprovechamiento escolar, etc., constituyen
problemáticas muy amplias y complejas de las cuales, si se
desea obtener una respuesta o una solución concreta,
necesariamente habrá que derivar una cuestión
más específica.
De tal manera que el problema puede ser enunciado en
forma interrogativa o como expresión del mismo.
¿Qué temas pueden, en nuestro ámbito
resultar interesantes para ser abordados a través de una
investigación, que bien podría iniciar con un
diagnóstico? He aquí algunas
sugerencias.
1. Impacto de la
televisión en los niños
de 6 a12 años.
2. Hábitos de lectura en
un grupo
determinado de profesores de las escuelas primarias de la
región.
3. Hábitos de lectura de profesores de español de las escuelas secundarias de la
región.
4. Actitudes de
los profesores ante la normatividad oficial.
5. Relaciones maestro-padres de familia.
6. Comparación del desarrollo educativo entre
los medios
urbano y rural.
7. Factores asociados con la deserción
escolar.
8. Factores asociados con la reprobación
escolar.
9. Impacto de los programas de
actualización en los docentes.
10. Mitos y
realidades de la Carrera Magisterial.
11. Criterios empleados en la evaluación
escolar.
12. Actitudes de los padres de familia ante la
disciplina
escolar.
13. Uso de las bibliotecas
escolares y municipales.
14. Uso de medios audiovisuales en las escuelas
primarias o secundarias.
15. Factores fundamentales para la elección de
la carrera de profesor.
16. Problemas disciplinarios más comunes en las
escuelas primarias de la región.
17. Criterios esgrimidos para la selección de
los textos de las asignaturas de las escuelas
secundarias.
18. Actividades económicas de los docentes,
ajenas a la enseñanza.
19. Comparación entre algunas
metodologías para la enseñanza de la
lecto-escritura.
20. Estado
actual de la enseñanza de la informática en las escuelas
secundarias.
21. Vigencia y actualidad de los programas de
informática ofrecidos por distintas instituciones.
22. ¿Qué actividades realizan en los
períodos vacacionales los alumnos de las escuelas
primarias?
23. Capacidades de los profesores de educación primaria y secundaria en el
aspecto ortográfico.
24. Capacidades de los profesores de educación
primaria y secundaria en el aspecto de la redacción.
25. Valor
predictivo de los exámenes de admisión en las
escuelas.
26. Influencia de las religiones dentro de las
escuelas.
27. El civismo. Su impacto en la vida de la
comunidad.
28. Estudio comparativo entre alumnos que cuentan con
antecedente de preescolar y
otro que no lo tiene.
29. La asignación de puestos y ascensos en el
campo educativo.
30. Valoración social de la profesión
magisterial.
Pero, antes de elegir definitivamente el problema que se
va a investigar conviene considerar algunas
cuestiones:
a) ¿Es realmente significativo el
problema?
b) ¿El problema es novedoso o ya existen
suficientes estudios acerca del mismo?
c) ¿Es posible su solución?
d) ¿Su solución haría alguna
diferencia concreta en la práctica educativa?
e) ¿Puedo desarrollar la
investigación?
Con relación a este último inciso, el
investigador debiera plantearse algunas cuestiones. Por
ejemplo:
— Decisión y constancia
personales.
— Competencias
teóricas y técnicas
para llevar a cabo la investigación.
— Nivel de vinculación con el universo de
la investigación.
— Recursos económicos.
— Tiempo necesario.
— Apoyos en general.
5.
Determinación de objetivos.
Es importante tomar en consideración si los
objetivos se refieren a investigaciones
descriptivas o participativas. En el primer caso, el investigador
deberá clarificar qué resultados son exclusivamente
aplicables a la muestra y
cuáles a todo el universo de la
investigación. Recuérdese que este tipo de
investigaciones, por su carácter descriptivo, debe orientarse al
ser y no al deber ser.
En cuanto a los objetivos correspondientes a las
investigaciones de tipo participativo, debe cuidarse que
éstos concuerden con los resultados obtenidos en la
investigación, evitando en lo posible los intereses
personales.
6.
Elaboración del plan de
abordaje.
Es absolutamente indispensable planear el trabajo a
realizar. Puede iniciarse elaborando una relación de
encabezados de cada parte del trabajo para que, una vez
enlistados, proceder a organizarlos secuencialmente y por
capítulos. Esta estructuración nos permite
conformar una especie de esqueleto del trabajo
investigativo.
Lo anterior no es difícil si consideramos que
todo plan de abordaje se constituye con tres partes: introducción, desarrollo y conclusiones. A
partir de cada una de ellas deberá realizarse la
relación de los encabezados aludidos en líneas
anteriores.
Durante el diseño
del plan de abordaje se tomarán en cuenta las limitaciones
a las que habrá de enfrentarse el investigador, como por
ejemplo: tiempo disponible, dinero,
disponibilidad de recursos
humanos, informativos, técnicos, aspectos sociales,
políticos, etc.
Como puede inferirse de su nombre, se trata de un
esquema de tiempo que resulta muy útil para el
investigador, pues le permite fijar, con bastante
aproximación, el tiempo que habrá de emplearse en
el desarrollo de cada etapa del proceso investigativo, a la vez
que, bien observado, hace posible controlar la tendencia a
prolongar el tratamiento de cada etapa de la
investigación. Y es que algunas de estas etapas no pueden
iniciarse si no se han concluido otras.
Igualmente, la sistematización del trabajo con
base en un cronograma permite fijar, con bastante
aproximación, el tiempo que habrá de emplearse en
el desarrollo de cada etapa. Aunque, al elaborar el cronograma,
es necesario que sean considerados los contratiempos que pueden
demorar el desarrollo de la investigación, tales como: el
trabajo de campo, periodos de inactividad por vacaciones, etc.
Por ello, recomiendo utilizar la llamada fórmula PERT, cuyas
iniciales corresponden a Planned Evaluation and Review Technique
(Evaluación Planeada y Técnica de
Revisión):
TE = TO + 4M +
TP
6
En donde:
TE = tiempo estimado
TO = tiempo óptimo (si no se presenta
algún contratiempo)
M = tiempo medio
P = tiempo pesimista
En México se
maneja una adaptación de la fórmula, planteada
así:
TE = TO + TM +
4P
6
8.
Investigación del problema elegido.
Una vez concluida la estructuración del
cronograma, resultará bastante más sencillo abordar
la investigación específica del problema que ha
sido derivado de la problemática general.
Para ello, es indispensable tener presentes algunas
ideas y conceptos relacionados con la
investigación.
9. Acopio de
fuentes.
La bibliografía que servirá de apoyo
durante la investigación juega un papel muy importante en
su desarrollo. Igualmente, el
conocimiento de las investigaciones precedentes acerca del
problema que se trata evitará el desgaste inútil y
las duplicaciones innecesarias.
No obstante, en el tipo de investigaciones que
previamente han sido realizadas, deberá tenerse presente
el grado o nivel de coincidencia con la nueva
investigación. Concretamente en:
• Los procedimientos empleados en las
investigaciones anteriores.
• Los instrumentos utilizados para recolectar las
informaciones.
• Los universos investigados.
• Las variables
analizadas.
• El punto en que concluyeron las investigaciones
anteriores.
La observación de las cuestiones anteriores
permitirá determinar los procedente o no de la
investigación a realizar.
El investigador deberá familiarizarse con las
referencias bibliográficas, y documentales en general,
pues saber a qué fuentes recurrir, dónde
localizarlas, cómo consultarlas le habrá de ahorrar
mucho tiempo y sus actividades podrán desarrollarse de
manera más ordenada.
Entre las principales fuentes de datos se
encuentran algunos documentos de carácter oficial, tales
como: censo escolar, registro de
inscripción, proyecto anual de actividades, actas de la
asociación de padres de familia, actas del consejo
técnico escolar, registros de
asistencia y calificaciones, planes de clases, libro de
registro de la cooperativa
escolar, inventarios,
informes,
etc.
10.
Conceptualización del problema.
En este apartado deberá puntualizarse el
problema, abordando la aclaración y delimitación
semántica, teórica, contextual de
los términos utilizados para plantear dicho problema. Lo
anterior, con el fin de evitar interpretaciones desviadas de la
original intención de la investigación.
Existen diversas formas de definir los términos.
Se puede recurrir a la etimología, comparaciones,
diferencias con otros términos de significados cercanos,
analogías, excepciones, clasificaciones, metáforas,
definiciones de varios autores, etc.
Así pues, han de definirse con la mayor claridad
las variables o conceptos a considerar, evitando al máximo
las ambigüedades.
Con base en lo anterior, se hace posible conceptualizar
el problema, poniendo el máximo cuidado en ello, pues con
justa razón muchos afirman que el planteamiento adecuado
de un problema constituye, de hecho, la mitad de su
solución.
Para desarrollar esta parte del trabajo, el responsable
del mismo habrá ya determinado qué tipo de
investigación realizará. Así, por ejemplo,
tal vez ha optado por una investigación
descriptiva, o bien por la llamada
investigación participativa, que está
muy en boga por cierto. En cualquiera de los anteriores casos, la
decisión de realizar el trabajo con base en determinado
tipo de investigación resulta definitoria para la
estructura del proceso correspondiente.
El contexto es el universo en el que se
desarrollará la investigación, y en él se
deben ponderar aquellas características que puedan influir
durante el desarrollo de la investigación, así como
en los resultados de la misma. (Consultar p. 108)
Pero para satisfacer las intenciones de este texto
habré de referirme exclusivamente al campo
escolar.
Existen diferentes estrategias y
estilos para contextualizar la problemática seleccionada.
En esta parte, me permito sugerir una técnica de
«embudo», iniciando por aspectos más generales
y concluir en un espacio muy específico.
Por lo que toca a la comunidad, parece indicado
desarrollar los siguientes aspectos:
– Descripción geográfica
– Reseña histórica
– Aspecto político
– Situación económica
– Realidad socio-educativa
Para el efecto se hará necesaria la consulta de
fuentes bibliográficas, tales como libros,
mapas,
monografías, archivos, etc.,
registrando la información en fichas de
trabajo, de resumen, textuales, bibliográficas,
hemerográficas y otras.
Con relación a la escuela, resulta
apropiado abordar su descripción específica
considerando, entre otros, los aspectos que a continuación
se enlistan:
– Estado físico
– Administración de la
institución
– Cuestiones
técnico-pedagógicas
– Las relaciones escolares
Para presentar una descripción elemental del
grupo, considérense los siguientes
apartados:
– Descripción general
– El examen diagnóstico
– Clasificación del grupo
La selección racional de las estrategias a seguir
en un proyecto de
investigación reviste la mayor importancia, pues una
vez que se ha optado por determinados procedimientos, no es
fácil volver atrás. Más bien, se puede
enriquecer posteriormente anexando estrategias complementarias,
conforme vayan apareciendo nuevas condiciones y nuevos datos en
la investigación.
Esta selección generalmente debe realizarse
durante las primeras etapas de la investigación. Sin
embargo, si tomamos en cuenta que la definición del
problema no es un asunto sencillo, tampoco lo será la
selección de las estrategias, ya que este paso es
consecuencia del primero. Por ello, en la práctica en muy
contadas ocasiones la selección de estrategias se realiza
con absoluta claridad y definición.
Así, a veces la selección de estrategias
es más una decisión intuitiva o preferencial, que
el resultado de un auténtico proceso de reflexión.
Más aún si consideramos que la estrategia
pudiera, incluso, constituir un elemento del propio problema que
se investiga, y no una simple receta sin relación con
éste. Es decir, no se trata únicamente de empalmar
artificialmente cualquier estrategia a un problema con
características específicas.
13.
Elaboración de instrumentos.
Existen diversos instrumentos para recolectar
información, según se trate de una
investigación documental, (que como ya vimos
puede adoptar diversas modalidades) o de una
investigación de campo.
13.1 Para la investigación
documental. En el caso de una investigación
documental bibliográfica tiene como fuente de
información básica a la biblioteca,
que se define como una institución encargada de guardar,
adquirir, seleccionar, organizar, y facilitar libros. Aunque
conviene establecer que en la biblioteca
también se manejan otro tipo de materiales.
La aparición de las nuevas
tecnologías de la información como el
ordenador o computadora, han propiciado fuertes
cambios en diversos campos de la actividad humana, y la
investigación no ha sido la excepción.
Por medio de una computadora es
posible conectarse a un revolucionario sistema de
comunicación llamado red de
Internet. Este sistema, aunque todavía no es
utilizado masivamente en nuestro país, por lo reciente de
su aparición y también por su costo actual,
está cambiando estructuralmente los procesos no
solamente investigativos, sino de la
comunicación en general.
La investigación documental bibliográfica
recurre a instrumentos de recolección de
información específicos y que hasta hoy han sido
los ortodoxos. Tal es el caso de la ficha bibliográfica,
para la cual habitualmente se utiliza un rectángulo de
cartulina que contiene, elementalmente, los datos que en seguida
se presentan.
1. Nombre del autor, comenzando por los apellidos.
Deben separarse los apellidos del nombre, interponiendo una
coma. Si existen dos autores, se anotan los nombres en el orden
en el que aparecen en la portada del libro. Si se trata de tres
o más autores, únicamente habrá de
consignarse el nombre del primer autor y, en seguida, la
locución latina et al, que significa y
otros.
2. Título del libro, generalmente
subrayado.
3. Editorial.
4. Número de la edición y de la colección, si esta
existiera. En el caso de que se trate de la primera
edición de la obra, no se anota.
5. Lugar y año de la
publicación.
6. Número de páginas.
Pero, repito, las fichas pueden adoptar distintos
modelos, de
acuerdo a las características del objeto de estudio y, en
el caso concreto de
las fichas
bibliográficas, conforme a las necesidades. Así
por ejemplo, puede tratarse de una ficha bibliográfica de
título, de tema, con prólogo, con traductor, con
compilador, etc.
La investigación documental
hemerográfica se apoya, principalmente, en la
hemeroteca, que es la institución en la que
pueden consultarse publicaciones periódicas, o sea,
impresos que se publican en intervalos regulares de
tiempo.
Estas publicaciones pueden ser periódicos,
revistas, boletines, publicaciones oficiales, etc., y aunque cada
uno, como en el caso de las fichas bibliográficas, a
formatos específicos para registrar la información
correspondiente.
Otra fuente de información importante a la que
suele recurrirse, tanto en la investigación
hemerográfica como en la investigación
bibliográfica, es el archivo. Este es una
sección o departamento cuya función
primordial es la de conservar la memoria,
mediante el resguardo de documentos que hace posible la
consignación sistemática de la historia de muy diversos
asuntos.
La investigación documental
videográfica se apoya, para obtener la
información, en la filmoteca, cuyos objetivos son
los de localizar, obtener, clasificar, restaurar y difundir todos
aquellos documentos relacionados con la cinematografía,
tales como películas, videocasetes, diapositivas,
etc.
Así, por ejemplo, una ficha videográfica
correspondiente a una película debe contener los datos
básicos de la misma.
La investigación documental
iconográfica tiene su fuente principal de
información en el museo. El museo es un
espacio que expone y/o informa acerca de pinturas, esculturas,
piezas arqueológicas, maquetas, etc. Por tal motivo
existen diferentes tipos de museos: artísticos,
históricos, arqueológicos, tecnológicos, de
historia natural, etc. Como ya lo he reiterado, existen diversos
modelos de fichas para el registro de
información.
La investigación documental
audiográfica recurre a la fonoteca o
a la discoteca para obtener la información
específica. La fonoteca es un
espacio que tiene por funciones la
recopilación, clasificación y difusión de
grabaciones. Por ejemplo: discos, audiocasetes, etc., en los que
se conservan conferencias, cursos, recitales, programas de
radio,
muestras musicales, etc.
Además de las anteriores, existen otros tipos de
fichas que no se limitan al asentamiento de los datos generales,
sino que son portadoras de planteamientos, razonamientos o
interpretaciones del autor. Se caracteriza por constituirse en
una especie de medio para la realización de comentarios,
críticas, conclusiones, etc., que sobre los documentos
elabora el propio investigador. Se trata de las fichas de
trabajo.
Este material resulta especialmente importante porque
constituye una parte esencial de la investigación de tipo
documental, "debido a que en ellas se van acumulando las notas
básicas que posteriormente serán vertidas en el
trabajo final. De hecho podría decirse que constituyen el
esqueleto de éste.
La elaboración de fichas de trabajo deberá
estar vinculada estrechamente con las actividades que preceden y
propician el desarrollo de la investigación. No se trata
de reproducir fichas por el sólo hecho de llenar espacios
vacíos. El esquema de trabajo y su objetivo
determinarán el acopio de material,
señalarán la perspectiva del trabajo e
indicarán con precisión el tipo de material, el
orden y profundidad que éste deberá tener. De este
modo, la calidad de las
fichas va a depender de la lectura
eficiente y del análisis crítico de los textos que
se manejen.
La ficha de trabajo está conformada por tres
partes (las cuales resalto, a título personal).
1. Datos para identificar la fuente. Se
asientan en el ángulo superior izquierdo. Basta con el
nombre del autor, comenzando por el apellido con
mayúsculas, el título de la obra y las
páginas a que se haga referencia. Puede abreviarse el
título, en caso de ser muy extenso, mediante el uso de
puntos suspensivos.
2. Tema. En el ángulo superior derecho
se anota el nombre del tema y del subtema, si lo hay,
correspondientes a la ficha, de acuerdo al plan de trabajo. Es
conveniente escribir el tema con lápiz para que, en caso
de emprenderse otra investigación diferente, la ficha
puede ser reclasificada en el fichero y sirva, de esta manera,
para futuros trabajos.
3. Texto. Ocupa la mayor parte de la tarjeta y
representa propiamente el cuerpo de la ficha. De acuerdo a las
necesidades, puede usarse más de una ficha en caso de
que el espacio de una sola sea insuficiente.
A continuación se verán brevemente cinco
de los principales tipos de fichas de trabajo que se emplean en
la investigación documental.
Ficha textual.
En ella se efectúa la trascripción literal
de un párrafo
que contenga algunas ideas relevantes para la
investigación que se realiza.
Es necesario atender a las siguientes indicaciones para
la elaboración correcta de una ficha textual:
— Registrar solamente la información
más significativa.
— Siempre deberá ser escrita la cita
textual entre comillas.
— La cita textual debe ser breve, unitaria y
presentar de preferencia una sola idea. Puede haber supresiones
textuales, siempre y cuando se especifiquen mediante el uso de
tres puntos suspensivos. En caso de que la omisión sea
más extensa, se anotará una línea completa
de puntos para señalar que se ha suprimido un largo
fragmento.
— Cuando dentro del texto que se transcribe
aparece algún error ortográfico,
tipográfico, sintáctico o de otro tipo, no debe
corregirse, sino que se anotará inmediatamente
después la abreviatura "sic" entre paréntesis,
que significa: así, textualmente, en el
original.
— Cuando la cita alude a un dato que se
proporcionó con anterioridad, y sin el cual la
comprensión cabal del texto se dificultaría, se
indica dicho dato entre corchetes: "Era proclamado [Lutero]
como el creador del cisma…"
— Solo se debe usar la cita textual cuando la
idea no pueda ser sustituida, o bien cuando no pueda expresarse
con otras palabras: asimismo, debe utilizarse como elemento
para probar y apoyar alguna idea, crítica, comentario o punto de
vista.
Ficha de paráfrasis
En esta ficha el investigador expresa la idea de un
texto con sus propias palabras. Es necesario tener en cuenta que
no se debe distorsionar la idea que trata de expresarse. La
paráfrasis no se escribe entre comillas.
Ficha de resumen
En este tipo de ficha se asientan las recapitulaciones o
extractos realizados por el investigador a través de su
propia capacidad de síntesis.
Tampoco se consigna entre comillas.
Ficha de comentario
Es una de las más complejas, pues en ella se
registra lo que primero se ha asimilado del contenido de un texto
y que se expresa posteriormente mediante ideas personales.
Representa, por tanto, la manifestación de
críticas, juicios u opiniones del investigador. Este tipo
de ficha es fundamental, porque llega a constituir, aunque
parcialmente, la redacción misma del trabajo.
Ficha de uso múltiple
Se caracteriza porque sirve para registrar una gran
variedad de información, procedente de las más
diversas fuentes, como asesorías especializadas,
diálogos, conferencias, exposiciones de clase,
apuntes, pláticas, asambleas, presentaciones,
etc."
Para la elaboración de esta ficha, resulta
recomendable únicamente cambiar la sección dedicada
a la fuente y que se anota en el margen superior izquierdo,
utilizando formas como las que en seguida presento:
Notas de la clase Análisis de la
práctica docente
Mtra. Gabriela Ávila de la Cruz
25/enero/’05
Conferencia
Métodos cuantitativos y métodos
cualitativos
Mtro. J. Héctor Raymundo Carmona
Higareda
14/febrero/’05
Conversación con la Coordinadora del Taller de
Titulación
Mtra. Rosa Martha Esquivel Ibarra
01/marzo/’05
Indicaciones generales del Asesor de
investigación
Mtro. José Luis Raya Silva
29/junio/’05
Es importante mantener los datos esenciales que permitan
dar cuenta precisa de la fuente, por lo cual no se debe olvidar
la consignación del tema que se trate en el margen
superior derecho.
Sin embargo, a muchas personas las tarjetas les
resultan demasiado pequeñas para realizar sus anotaciones
y prefieren emplear una carpeta con hojas sueltas, tamaño
carta.
Conforme se van acumulando las notas, se va subdividiendo el
contenido de la carpeta, por temas.
Así, cuando se hace necesario agregar alguna nota
extra o comentario, generalmente en la hoja siempre habrá
espacio disponible.
13.2 Para la investigación
de campo. En cuanto a la investigación de
campo, en seguida presentaré las generalidades
correspondientes a dos formas que adopta: la
observación y la interrogación,
así como los instrumentos generalmente empleados en
ellas.
La observación
Se ha dicho que la ciencia se
inicia observando y que, después de un largo proceso, al
final regresa a observar, para obtener su convalidación
definitiva.
Por eso, afirman W. J. Goode y P. K. Hatt en su obra
Métodos de investigación social, "el
sociólogo ha de adiestrarse en observar cuidadosamente. Si
llega a ser un gran observador, comenzará sus
investigaciones teniendo mayor número de datos a su
disposición, y será menos probable que olvide que
su objeto es estudiar el comportamiento
social, y podrá mantener más fácilmente una
comprobación continua de sus conclusiones.
La observación puede asumir muchas formas y es, a
la vez, la más antigua y la más moderna de las
técnicas para la investigación. Incluye tanto las
experiencias más casuales y menos reguladas, como los
registros filmados más exactos de la experiencia llevada a
cabo en laboratorios. Hay muchas técnicas para la
observación, y cada una de ellas tiene sus usos. Puesto
que el estudiante ha de ser capaz de escoger cuáles son
los instrumentos más adecuados para sus proyectos de
investigación, bien merece la pena de que expongamos
estos procedimientos, desde el menos formal hasta el más
formal.
Todos nosotros notamos algunas cosas y dejamos ver
otras. Nuestras preferencias y nuestra atención, la amplitud y profundidad de
nuestros conocimientos, y las metas que queremos alcanzar, todo
ello entra en juego para
determinar nuestra pauta de observación selectiva. Pocos
son los estudiantes que toman nota consciente del comportamiento
social. Por vía de ilustración de este punto, el estudiante
puede hacer uso, a solas o como componente de un grupo, de la
prueba que indicaremos a continuación. Si lo hace en
grupo, un estudio de las diferencias entre los individuos que lo
componen puede llegar a ser provechoso. Hágase una visita
a la fábrica, un bazar, una biblioteca o aunque sea a una
asamblea de un club. Durante el período de
observación, tómense notas de lo que se vea, y
redáctese
una relación completa de la visita. A continuación,
analícese cuidadosamente el relato para ver cuánto
de él se ocupa en el comportamiento social. Muchos
estudiantes habrán registrado la articulación de
distintos procesos que tienen lugar en la línea de
montaje, o la exhibición del aparador del bazar, y el
comportamiento social habrá recibido muy poca
atención. Otros, responderán emocionalmente a lo
tenebroso de la fábrica, a su ruido, a la
rapidez del paso de las labores; otros más, harán
comentarios acerca de la vulgaridad de las mercancías del
bazar, o de lo absurdo de las proposiciones formuladas por los
socios del club. Quizá haya algunos estudiantes que anoten
el comportamiento social anómalo o sorprendente, es decir,
los puntos de interés
literario: el pobre que dormía en la biblioteca, el
trabajador que parecía estar maldiciendo al grupo de
estudiantes cuando éstos pasaban frente a él, la
dependiente de mostrador que estaba mascando goma mientras
explicaba las ventajas del perfume que intentaba vender, o el
incidente que hizo que dos socios del club casi llegaran a las
manos.
No obstante, serán relativamente pocos los que
registren puntos que probablemente tengan mayor importancia
sociológica, tales como las técnicas de
comunicación utilizadas por los obreros de una
fábrica ruidosa cuando hay un espacio que los separa; el
comportamiento deferente de los trabajadores respecto al
sobrestante; el rápido cambio en el
comportamiento propio del papel que desempeña la vendedora
cuando deja de hablar con una compañera de trabajo para
hacerlo con una cliente; las
distribuciones de edad y sexo de los
trabajadores que figuran en diferentes unidades de trabajo; las
asignaciones de valores,
implícitas en los debates de las asambleas de club; las
diversas actividades sociales que aparentemente quedan atendidas
por la biblioteca; o la pauta jerárquica informal de
poder que se
nota entre los socios del club. En una palabra, no es probable
que nos mostremos conscientes de un comportamiento social
"manifiesto", y serán muy pocos los de entre nosotros que
anoten la acción
recíproca social que está desarrollándose
alrededor nuestro.
Si en la prueba que acabamos de sugerir el estudiante
encuentra que ha tomado nota, principalmente, de puntos que
guardan más que nada conexión con la
situación material, las relaciones de ingeniería o las pautas económicas,
el primer procedimiento
manifiesto para mejorar su poder de observación consiste
sencillamente en crearse el hábito de estar alerta por lo
tocante a los fenómenos sociales. Quizá el
estudiante sonría al recibir este consejo, pues suena como
si le recomendáramos una perogrullada. Sin embargo, la
verdad es que notamos algunos fenómenos sociales, ya que
constantemente estamos ajustándonos a nuevas situaciones
sociales.
Cobramos conciencia de las
diferencias de condición o estado y de papeles, en virtud
de que actuamos en forma diferente respecto a personas de
ocupaciones y estratos sociales diversos, incluso respecto a
distintos miembros de nuestra familia -padre, abuelo, hermano,
primo lejano, etc.
Por otra parte, puede ser verdad que no hayamos
formulado conscientemente tales diferencias. Podemos "sentir"
antagonismo estando entre amigos, o bien podemos desconfiar de
las intenciones de un extraño, sin hacer intento alguno de
registrar los indicios que nos llevan a este sentimiento. Por lo
tanto, el sencillo hecho de cobrar conciencia de esta falla puede
hacer que veamos muchos puntos del comportamiento social a los
que antes habíamos dedicado muy poco
pensamiento.
La observación simple: no regulada,
participante y no participante.
La mayor parte de los conocimientos que las personas
tienen de las relaciones sociales dimanan de la
observación no regulada, ya sea con participación o
sin ella. En este caso, la regulación o control, se
refiere al hecho de uniformar o estandarizar las técnicas
para la observación o, en algunos casos, las variables de
una situación experimental. Es decir, hemos aprendido
cosas del comportamiento social, gracias a las situaciones de las
que hemos sido testigos o en las que hemos tomado parte, y
nuestras observaciones no estuvieron comprobadas por otros
observadores, ni por un conjunto de puntos determinados que
debían anotarse, ni por un bosquejo detallado de lo que
era de esperar en los experimentos.
Sin embargo, las observaciones científicas surgen
de las experiencias más casuales respecto a un tema
formalizado hasta el máximo, y de mediciones abstractas de
variables mediante el empleo de
instrumentos de precisión. Incluso cuando la ciencia ha
crecido ya considerablemente, no quedan arrinconadas las
sencillas formas de mirar y escuchar. Estas no sólo
contribuyen al fundamental y variado conocimiento
acerca de las relaciones sociales por el que todos comenzamos
nuestros estudios, sino que son las principales técnicas
de recopilación de datos para muchas de las
investigaciones modernas.
Examinemos, en primer lugar, los usos y problemas
propios de la observación sin regular y sin
participación. Este procedimiento es el que se emplea
cuando el investigador puede disfrazarse de modo que se le acepte
como miembro del grupo. Por ejemplo, en su estudio de los
vagabundos, Nels Anderson viajó y vivió a menudo
con estos hombres, sin revelar jamás que era
sociólogo. Hace poco ha habido un estudio de los
músicos profesionales de los salones de baile, llevado a
término por un estudiante que ellos aceptaron como
pianista. El grupo inglés
"Mass Observation", dedicado a hacer encuestas, ha
utilizado varias técnicas simuladoras. Un observador puede
entremezclarse como trabajador entre otros obreros, o trabajar
como mensajero en una barbería.
Para llegar a ser observador participante, el
sociólogo no necesita llevar al cabo exactamente las
mismas actividades que los demás. En lugar de ello, puede
hacer el intento de encontrar algún otro papel que sea
aceptable para el grupo, sin que divulgue su verdadera finalidad.
Es decir, puede encontrar dentro del grupo un papel que no altere
las pautas usuales de comportamiento del mismo. Por ejemplo,
puede ingresar en la comunidad como historiador local, o
botánico, para registrar las relaciones sociales
informales de aquélla.
El antropólogo sigue también en parte esta
pauta, ya que por lo general, si se lo permiten, toma parte en
actividades tribales. Vemos, pues, que la observación
participante puede variar desde una afiliación total al
grupo hasta una pertenencia a él, sólo durante una
parte del tiempo. Puede darse por seguro que, si
los componentes de grupo no tienen conciencia del fin perseguido
por el observador, es menos probable que se afecte su
comportamiento. De este modo, estamos en posibilidad de registrar
el comportamiento "natural" del grupo.
Además, de acuerdo con el grado en que el
estudiante sea un verdadero participante, muchas de sus
reacciones emocionales serán similares a la de los
verdaderos componentes del grupo. Puede lograr acceso a un cuerpo
de información, que difícilmente sería
posible obtener sólo mirando de manera desinteresada.
Sentirá el agotamiento y el regocijo de la danza tribal,
el frío y el hambre del vagabundo, la amargura del obrero
de siderurgia al que el sobrestante trata a gritos y denuestos.
Así, también, adquiere una experiencia mucho
más profunda mientras, al mismo tiempo, está en
posibilidad de tomar nota del verdadero comportamiento de los
participantes.
A causa de que su período de participación
puede durar meses, la gama de materiales de tal modo reunidos
será mucho más amplia que la que obtendría
con una serie de programas, incluso largos, de entrevistas.
Está, además, en posibilidad de registrar el
contexto que da sentido a las expresiones de opinión,
sobrepasando la riqueza del cuestionario
usual. También puede comprobar la verdad de las
afirmaciones hechas por distintos componentes del
grupo.
Sin embargo, este instrumento tiene inconvenientes,
igualmente manifiestos, que deberán ponderarse antes de
que se le emplee en la investigación de campo. Aunque
parezca paradoja, en el mismo grado en el que el investigador
llega a ser verdaderamente participante, va disminuyendo
también el ámbito de su experiencia. Toma dentro
del grupo una posición particular, con un círculo o
camarilla bien definidos de amistades. Aprende y sigue la pauta
de actividad que es característica de los componentes del
grupo y, por ello, es menos capaz de descubrir lo que hacen los
individuos que están en el borde o margen de aquél.
Si hay una jerarquía de poder, o una
estratificación de prestigios, pasa a ocupar un lugar
dentro de ellos y, de este modo, se le cierran muchos conductos
de información. Además, el papel que llegue a
desempeñar puede ser de importancia, de modo que realmente
haga cambiar el comportamiento del grupo.
De igual modo, en el mismo grado en que tome parte
emocionalmente llegará también a perder la
objetividad que es su solo activo de más valor. En lugar
de registrar, reacciona airadamente. Busca prestigio a
satisfacción de su ego, en lugar de observar este
comportamiento en los demás. Se apiada de la tragedia y no
puede registrar el efecto que la misma produce en sus
compañeros de grupo. También, a medida que va
aprendiendo los modos "correctos" de comportamiento llega a
tenerlos tanto por seguros que
acaban pareciéndole perfectamente naturales. Por
consecuencia de ello, a menudo deja de anotar estos detalles. Son
algo tan corriente y cotidiano, que no parece que merezcan
atención alguna.
Por último, está claro que con la
observación, tanto participante como no participante, no
queda resuelto el problema de regularla. La experiencia va
haciéndose única, muy personal y propia, en el
mismo grado en el que el observador se convierte en participante,
de modo que un segundo observador no estaría en
posibilidad de registrar los mismos hechos. Hay, pues, menos
normalización de los datos. Además,
debido a que el comportamiento del grupo no viene muy afectado
por el observador, éste tiene que esperar pasivamente los
sucesos. No puede organizar un experimento expresamente buscado,
y tampoco trastornar la situación social para cambiar
así su posición -para escuchar de escondidas un
intercambio de frases, para ver mejor, etc.- o abandonarla para
observar algún suceso de mayor importancia. En una
palabra, su papel de observador se encuentra algo obstaculizado
por el hecho de ser participante.
La observación sin participación da
respuesta a algunas de estas objeciones. El antropólogo
pasa realmente de un papel a otro mientras está en el
campo. Por ejemplo, puede ir a una excursión de pesca como
participante en ella; pero, durante los preparativos de una
ceremonia religiosa de importancia, entrevistará
formalmente a los principales participantes en la misma, o
grabará los cantos rituales en el curso de la ceremonia.
Este cambio se facilita por el hecho de que no es probable que
las pautas de la sociedad
cambien en modo importante alguno por la presencia de un
forastero si el papel de éste está adecuadamente
definido.
Sin embargo, como podrá entender el estudiante,
la sola observación sin participación es
difícil. No tenemos ningún conjunto tipo de
relaciones o de pautas de papeles, que pueda desempeñar
quien, no siendo miembro del grupo, se encuentra siempre
presente, pero jamás es participante. Tanto el grupo como
el extraño a él, probablemente se sientan a
disgusto. Y, naturalmente, en muchas situaciones de
investigación, al extraño al grupo le es casi
imposible ser verdadero participante en todos los aspectos. Por
ejemplo, el sociólogo no puede hacerse delincuente para
poder estudiar así una pandilla de enemigos de la ley, sin que con
ello corra el peligro de ir a dar a la cárcel. Ni tampoco
puede ser miembro verdadero de una pandilla juvenil, de una secta
espiritista, de una brigada de policía, etc.
Por otra parte, tampoco es necesario que su desempeño de un papel sea total. Hay la
posibilidad de tomar parte en un gran número de tareas del
grupo, de un modo que evite la molesta dificultad de una falta
total de participación, mientras se trabaja como
observador y entrevistador respecto a otras actividades. Esta ha
sido la pauta clásica seguida en la investigación
social. La siguió Le Play, hace ya un siglo, en su
estudio de las familias de la clase trabajadora de Europa, y
también los Lynds en sus modernos estudios de
Middletown.
En estas encuestas, los investigadores viven como
miembros de la familia,
como participantes en las actividades de la comunidad, toman
parte en juegos y
bailes, e incluso en grupos de
estudios. De todos modos, señalan claramente que su
finalidad es la de recopilar hechos.
La observación sin participación es, pues,
por lo general "cuasi participante". Desempeñar los dos
papeles es más sencillo que hacer el intento de
disfrazarse totalmente. Por otra parte, lo que es también
necesario es un buen plan para entrar al grupo. En el estudio de
Merton acerca de la vivienda, el equipo investigador
estableció un plan cuidadosamente estudiado para lograr
una doble entrada en la comunidad: reservadamente, en el nivel
superior del director del plan de viviendas y,
públicamente, en el nivel de las organizaciones
comunales. Así, eludieron el problema de que se les
identificase con el director, mientras, al mismo tiempo,
conseguían el permiso oficial que era necesario para poder
llevar al cabo una labor de campo efectiva. En su estudio de los
"muchachos de las esquinas" de un mísero barrio de
italianos, Whyte logró su entrada presentándose
como historiador local bajos los auspicios de Doc, un miembro
clave de una de las pandillas. De parecida manera, en un estudio
sin participación hecho por un grupo de ventas que
obraba por propio acuerdo, este grupo se sirvió del
procedimiento de abordar, ante todo, a un representante sindical,
pero también obtuvo permiso de la dirección antes
de que realmente entrase en el grupo.
La experiencia adquirida por casi todos los
investigadores de campo indica que, después del
período inicial de presentaciones y explicaciones, los
miembros de un grupo o comunidad aceptan su presencia como
justificada y legítima. Si los contactos establecidos en
la primera entrevista son
satisfactorios, se facilitan los subsiguientes. Aunque en nuestra
sociedad no está aún claro el papel del
investigador social, sí es suficientemente conocido para
que no haga necesaria una muy estudiada
justificación.
(…) El investigador cuenta, pues, con varios
papeles útiles entre los que puede escoger. Es un
forastero y, por ende, menos afectado emocionalmente por la
situación social. Así, pues, los verdaderos
miembros del grupo o comunidad se sienten relativamente en
libertad para
hablar de tensiones y cuestiones delicadas que no
tratarían ni con quienes son sus íntimos. El
investigador es por otra parte alguien que escucha, y
además alumno ávido de aprender que, por su avidez,
da a entender su creencia de que la comunidad o el grupo tienen
importancia. Como es natural, para lograr una mayor acción
recíproca, puede pasar a su papel de participante, de
manera que no sigue siendo siempre un simple
extraño."
En la siguiente página, presentaré un
cuadro que he adaptado de una idea que Rob Walker nos ofrece en
su obra Métodos de investigación para el
profesorado.
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