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Algunas características de la comunicación entre jóvenes y adolescentes en el inicio de relaciones interpersonales en la comunidad




Enviado por victoria



    1. Resumen
    2. Desarrollo
    3. Referencias

    RESUMEN

    En el trabajo se
    exponen algunas características de la comunicación entre jóvenes y
    adolescentes que se encuentran por primera vez. Se destacan las
    diferencias entre la idea que se formaron los jóvenes con
    respecto a los adolescentes y la primera impresión, los
    temas de conversación y los principales momentos del
    proceso. Se
    reflexiona acerca del papel de los contenidos y las
    características de las interacciones para el logro de la
    armonía.

    ABSTRACT.

    The article expose some caractheristics of youth and
    adolescent communication in a first met face to face. It treats
    the differences betwen the idea that the young boys had formed
    about adolescents and the first impretion, the conversation
    themes and the principales moments of the process. The author
    reflects about the rol of the contents and the charactheristics
    of interactions in order to the armony.

    DESARROLLO

    El encuentro con una persona
    desconocida no sólo puede constituir una etapa en el
    inicio de las relaciones interpersonales sino que, desde el punto
    de vista de la comunicación es también un momento
    con sus particularidades.

    Ese contacto, que puede durar breves minutos,
    comprende una diversidad de fenómenos que lo hacen
    psicológicamente complejo. El tiempo de
    duración no impide esta riqueza de contenido. Es por ello,
    que ha sido estudiado tanto dentro del proceso de relaciones
    interpersonales como en los aspectos más vinculados a la
    comunicación.

    Durante varios años hemos realizado un trabajo en el
    que jóvenes estudiantes universitarios establecen
    relaciones interpersonales con adolescentes de la comunidad, con el
    propósito de realizar una influencia educativa individual.
    Para profundizar en algunos aspectos de la comunicación
    tomamos 30 parejas al azar y obtuvimos algunas conclusiones sobre
    el primer encuentro, mediante autoinformes.

    En la experiencia referida, cada estudiante asume la
    atención de un adolescente del cual
    sólo conoce nombre y lugar de residencia. El proceso de
    creación de vínculos que permanecerán a lo
    largo de todo un período escolar tiene su momento inicial
    en el encuentro que se produce por primera vez entre los
    jóvenes y los desconocidos adolescentes.

    Uno de los fenómenos estudiados en ese
    encuentro permitió establecer diferencias entre la
    imagen de la
    persona desconocida y la primera impresión en el contacto
    con ella. (González, B y Vilariño, J,
    2002).

    Los cambios más significativos están en
    aspectos que fueron incluidos en la imagen y aumentan su
    frecuencia en la primera impresión, tales
    como:

    • Elementos físicos y de apariencia personal
      ——- de 37,5% a 72,5%
    • Habilidades para establecer relaciones ————
      de 20% a 45%
    • Actitud ante los demás
      —————————— de 15% a 37,5%
    • Reacciones expresivas emocionales —————
      de 15% a 37,5%

    Aparecen un grupo de
    aspectos que disminuyen con la primera impresión, ellos
    son:

    • Inmadurez ——— de 15% a 1,5%
    • Con problemas—– de 30% a 2,5%

    Los resultados del estudio de este fenómeno,
    independientemente de la influencia de la situación,
    corroboran cómo los patrones sobre las personas se
    enriquecen a partir de contactos con individuos concretos y las
    nuevas impresiones en la actividad conjunta. (Bodaliov, 1986).
    Por otra parte se muestra el peso
    de la apariencia personal y física en ambas
    imágenes.

    Durante la observación del otro en la formación
    de la primera impresión, los elementos que emergen
    evocan la persona del observador. Los aspectos que se
    distinguieron aunque se refieren al otro, evidencian la
    búsqueda de cómo soy percibido. Se destacan las
    cuestiones que tienen que ver con la aceptación propia por
    el otro: las habilidades para relacionarse, reacciones
    emocionales que manifiestan cómo recibe al interlocutor,
    etc.

    El fenómeno de la primera impresión
    constituye uno de los más relevantes en este primer
    contacto
    . No obstante, también presenta otras
    particularidades que permiten profundizar en el proceso
    comunicativo.

    Si se tiene en cuenta que este momento, en las parejas
    estudiadas, no es fortuito ni accidental, por cuanto es previsto
    por el joven y va dirigido a iniciar una relación con
    fines educativos, todo su contenido debe contribuir a
    ello.

    El fracaso en ese vínculo inicial ponen en
    peligro el objetivo. Para
    que esto no ocurra deben ponerse en juego
    habilidades y lograrse adecuadamente el intercambio. Cuando se
    alcanza un funcionamiento congruente, puede considerarse
    que se ha logrado la armonía. Si esto no es
    así, se puede llegar a otros resultados como la discordia
    total o parcial. (Hargreaves, 1979)

    Uno de estos aspectos sobre el que se ha reflexionado es
    la conversación, prestándosele importancia al
    inicio y mantenimiento
    de la misma y a los temas que se abordan. (Caballo, 1993).
    Algunos autores han profundizado en la manera en que se debe
    iniciar la conversación con un desconocido. (Gambrill y
    Richey, 1985)

    En el caso de los estudiantes prevaleció
    iniciarla con el saludo, la presentación y
    trasmitir el objetivo del encuentro (74%). Sólo el
    7% la inició añadiendo a lo anterior la solicitud
    de cooperación, el brindar ayuda, dar una
    valoración positiva al sujeto y en un caso, realizar una
    pregunta.

    Aun cuando se plantea que si una persona muestra de
    manera muy directa sus intenciones en una relación inicial
    puede atemorizar al otro (Caballo, 1993), los estudiantes la
    iniciaron intentado disminuir ese estado en el
    adolescente. Expusieron, con tacto, los objetivos. A
    esto contribuyó el lugar en que se encontraron, que en
    casi la totalidad de los casos fue la casa de los adolescentes,
    lo que valoraron de positivo.

    El tema obligado como se ve es el del objetivo del
    encuentro, al que le siguen en frecuencia la familia y
    la escuela. Es significativo que después del
    objetivo aparecen temas muy variados por lo que la familia y
    la escuela a pesar
    de su frecuencia, no ocuparon el primer orden. Estos temas
    reflejan los intereses de ambos interlocutores, pero requirieron
    otros contenidos de preámbulo para ir avanzando en la
    comunicación mediante transiciones progresivas hasta los
    más significativos.

    La variedad de temas tratados en esos
    contactos puede corroborar lo que se ha planteado de que al
    inicio de la conversación no es tan importante lo que se
    dice, sino la conducta no
    verbal que lo acompaña. (Caballo, 1993).

    Si tiene valor el
    inicio de la conversación para que el encuentro (primer
    contacto) transcurra bien, más lo tiene el mantenimiento
    de la misma. Sostener durante más de cinco minutos una
    charla con una persona desconocida requiere habilidades,
    especialmente si ese vínculo es intencional por una de las
    partes.

    Para mantener la conversación los jóvenes
    utilizaron toda una serie de estrategias. La
    de mayor frecuencia fue buscar temas de interés
    (51,7%). Además fueron utilizadas las de estimular la
    participación (26,4%) del adolescente en la
    conversación y mostrar interés
    por él (23%). Esta última se expresó de
    diferentes formas: retroalimentación, mostrar estados de
    ánimo, responder dudas.

    Como se puede apreciar la conversación tuvo como
    soporte la variedad de temas tratados pero más que
    constituir ellos el centro del contacto fueron un recurso para
    comunicarse. En este caso, las habilidades comunicativas se
    convierten en el elemento fundamental para el éxito.
    Los temas sirvieron para evitar contradicciones, estimular el
    diálogo y
    avanzar en el intercambio.

    El fin de la comunicación también tuvo sus
    particularidades, por cuanto la mayoría de los
    jóvenes la concluyeron mostrando cómo se
    sintieron y su disposición para un
    próximo encuentro (75,8%). Solo pocos casos la
    terminaron solicitando cooperación para otro
    momento o agradeciendo el cumplimiento del
    objetivo.

    Para que la comunicación pudiera iniciarse,
    mantenerse y finalizar es lógico que se requiere lograr la
    armonía entre los interlocutores. Acerca de esta
    cuestión, los datos informan
    como aspectos que contribuyeron a ella, los siguientes: evitar
    barreras (37,7%), retroalimentar con expresión de acuerdo
    (13,7%), seleccionar un tema común (13,7%), reforzar el
    objetivo (134,7%), dar oportunidad para expresarse al otro
    (13,7%).

    La armonía en el proceso comunicativo es
    un elemento de un contenido psicológico significativo ya
    que en esas interacciones que se producen están
    implícitas ambas personalidades como totalidad y en este
    caso, no hay conocimiento
    mutuo previo. El intercambio tiene que lograr el acuerdo o
    consenso, en el que influyen no sólo los temas,
    sino los medios
    utilizados y las habilidades para evitar barreras, ser agradable
    e implicar progresivamente al otro.

    Las parejas que se encontraron, jóvenes y
    adolescentes, aunque están cercanos en sus edades y esto
    los asemeja, presentan diferencias. Esas diferencias pueden
    influir en que no sea tan fácil lograr el "rapport" como
    se ha reconocido en la literatura. (Little, 1980;
    Bodaliov, 1986).

    La armonía requiere conductas coordinadas
    que están dirigidas al objetivo y que se expresan en
    contenidos comunicativos. (Andreeva, 1984). Durante la
    realización de las conductas coordinadas en el primer
    encuentro, éstas pueden seguir un camino que va desde una
    manifestación alterada del vínculo hasta la
    tolerancia, pasando por el restablecimiento.
    (Filomov, 1984)

    Los cambios que muestran el proceso hacia la
    armonía hasta llegar al consenso fueron observados por los
    jóvenes en los siguientes indicadores:
    incremento de la atención, disminución progresiva
    del nerviosismo, aumento de la comunicación, más
    confiado, aceptación. Los jóvenes actuaron en el
    sentido de ayudar al otro a relajarse, lo que es indispensable en
    una buena comunicación. (Walton, 1991)

    Las limitadas barreras que se presentaron durante
    el intercambio están referidas a diferentes puntos de
    vista, niveles culturales distintos, introducir temas delicados,
    rapidez al hablar, incomprensiones de vocabulario. En la
    mayoría de los casos ellas no se produjeron, lo que se
    debe a que fueron previstas y evitadas.

    Las conductas coordinadas que más se manifestaron
    fueron: la interacción verbal (34%) donde juega un
    papel importante el lenguaje y
    los temas; y con un peso más elevado las vinculadas con el
    objetivo del encuentro (66%).

    Se produjeron acuerdos bilaterales relacionados con el
    objetivo los que lógicamente fueron estimulados por
    el estudiante y aceptados por el adolescente. En esos acuerdos
    aceptados está implícita la imagen de la
    personalidad del estudiante que se ha formado el adolescente,
    de sus intenciones, de sus actitudes, de
    su confiabilidad, de sus sentimientos.

    Por otra parte, también incluye la imagen de la
    personalidad
    del adolescente que es captada por el estudiante y que mediatiza
    la interacción. Ambas imágenes, que
    tienen un rol esencial en el intercambio, van emergiendo del
    comportamiento
    de cada participante.

    En el caso del estudiante, al actuar con un
    propósito, lo hace con un sinnúmero de
    interacciones (no acciones) que
    pueden ser consideradas componentes estructurales del proceso
    comunicativo y que han sido aprendidas como habilidades.
    (González, 1999)

    Estas interacciones realizadas por el estudiante se
    conforman sobre la base de ambas personalidades. Ese importante
    elemento constitutivo de la interacción se traduce
    fundamentalmente en lenguaje no
    verbal o en contenidos propiamente comunicativos (estrategias,
    manejo de los silencios; despertar interés; expresar
    afectividad, seleccionar argumentos idóneos; captar,
    vencer y evitar barreras, etc.)

    En los tres momentos de la conversación se tuvo
    en el centro de la atención a la otra persona, lo que
    determinó el comportamiento del estudiante. En todos los
    casos el encuentro logró su objetivo y creo
    condiciones para uno próximo. El estudio realizado
    evidencia la riqueza comunicativa del mismo.

    Como se ha expuesto, la inclusión de temas
    variados de la vida cotidiana constituyen un recurso para la
    interacción, por lo que la cuestión esencial no
    está en su contenido sino en cómo se expresa y si
    se tienen en cuenta las personalidades que se relacionan. El
    elemento esencial en este contacto está en la
    calidad de las
    interacciones del sujeto cognoscente, de su personalidad y la
    capacidad de éste para captar la del otro, lo que matiza
    todo el proceso comunicativo.

    Referencias

    . Andreeva, G.M (1984) Psicología
    Social, URSS.

    . Bodaliov, A.A (1986) El desarrollo
    de la percepción del hombre por
    el hombre en
    la comunicación, en Antología de la Psicología
    pedagógica y de las edades, Editorial Pueblo y Educación, Cuba.

    . Caballo, U.E (1993) Manual de
    evaluación y entrenamiento
    de las habilidadessociales, Siglo veintiuno editores, SA,
    España.

    . Filomov, L.V (1984) La estrategia de
    la interacción de contacto y la manifestación de
    la personalidad, URSS, citado por Martínez, O (1994) en:
    Las bases psicológicas de las relaciones
    interpersonales, FAR, Cuba.

    . Gambrill, E. D y Richey, C.A (1985) Taking charge of
    your social life, citado por Caballo, U.E (1993) en Manual de
    evaluación y entrenamiento de las habilidades sociales,
    Siglo veintiuno editores, SA, España.

    . González, B y Vilariño, J (2002)
    Imagen y primera impresión, en Rev. Cubana de
    Psicología, Vol.19, No.1.

    . González, B. (1999) Reflexiones sobre la
    categoría comunicación, Cuba (en
    publicación).

    . Hargreares, D. (1979) Las relaciones interpersonales
    en la
    educación, Narcea, SA, Madrid,
    España.

    . Little, P. (1980) Communicating with people at work,
    E.U.

    . Walton, D. (1991) Sabe Ud. comunicarse, Mc Grow Hill,
    Colombia.

     

     

    Datos del autor:

    Dra. Berta Gonzalez Rivero

    CEPES, UH, Cuba

    Dra. en Ciencias
    Psicologicas

    CEPES, U. H.

    Enviado por:

    Victoria Ojalvo

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