- Resumen
- Currículum, perspectivas
de análisis para un concepto
polémico - Reflexionemos: ¿Desde el
programa al currículum o desde el currículum al
programa? - Conclusiones
- Bibliografía
"Lo deseable en innovación educativa no consiste en que
perfeccionemos tácticas para hacer progresar nuestra
causa, sino en que mejoremos nuestra capacidad de someter a
crítica nuestra práctica a la
luz de nuestras
creencias y a la luz de nuestra
práctica".
Stenhouse
La temática curricular constituye una de las
problemáticas científicas actuales de mayor
incidencia en la práctica educativa. La
implementación del currículum en la
institución es un elemento esencial para el desarrollo del
proceso de
enseñanza – aprendizaje,
siendo el análisis de este dentro del salón de
clases un factor importante que ha de tenerse en cuenta cuando el
camino como profesionales de la educación es la
formación integral de la
personalidad de nuestros discentes.
La problemática curricular resulta una
preocupación fundamental en nuestros días, la
búsqueda de una educación formativa y
el dejar atrás concepciones sumativas y extremadamente
cuantitativas en el proceso de enseñanza aprendizaje
incluye sin lugar a dudas la perspectiva con que abordemos el
curriculum,
por lo que resulta tema primordial en el trabajo de
los profesionales de las ciencias de la
educación.
Palabras Claves: curriculum, práctica
educativa, proceso de enseñanza – aprendizaje,
educación, problemática curricular.
La educación, en tanto producto de la
sociedad
cambiante e histórico-culturalmente situada y dirigida al
hombre como
ser social, erige ante sí retos sobre cómo
prepararlo para la vida y cómo permitirle enfrentar los
desafíos postmodernos en su integralidad. La
educación es la vía para la formación
paulatina de las nuevas generaciones para su auto
transformación y la transformación de la
sociedad.
La educación se da en un proceso de intercambio
dentro de una actividad determinada, en este caso el proceso
pedagógico, donde hay comunicación y el individuo
asume, a partir de la socialización, determinados valores,
determinadas conductas con respecto a su actividad, a su objeto,
que es la realidad en la que se mueve, jerarquizando valores,
transformando esa realidad y auto
transformándose.
El encargo social que la sociedad deja en manos de las
instituciones
educativas es enorme, la formación del hombre para
responder a demandas de su tiempo de su
época es quehacer de los profesionales de la
educación.
Los centros de educación
superior tienen en sus manos un importante papel debido a que
los estudiantes antes de vincularse a la actividad laboral terminan
su formación de pregrado en estas instituciones
universitarias. La necesidad de dirigir con calidad la
formación de profesionales universitarios y de egresados
de los diferentes niveles de la educación, en general,
constituye un problema que se plantea la institución
escolar.
Cuando se tratan estos temas referidos a la
formación del profesional en el pregrado uno de los
elementos que no puede pasar por alto es referido al
currículum. El diseño
curricular es un elemento imprescindible a tener en cuenta a la
hora de plantearnos y solucionar este problema.
La temática curricular constituye una de las
problemáticas científicas actuales de mayor
incidencia en la práctica educativa. El dominio de este
tema es de interés no
sólo para quienes elaboran, desde cualquiera de los
criterios y niveles de elaboración, el currículum,
sino también, y de manera muy especial, para quienes lo
ejecutan –docentes y
estudiantes, y participan activamente en su evaluación.
En la Educación Superior, dada la naturaleza de
la misma, por ser promotora de cambios y transformaciones en el
más amplio espectro educativo, y por el papel que
históricamente ha desempeñado, de impulsora y
guía de transformaciones educacionales y de investigaciones
sociales, se acrecienta su importancia.
La formación integral de la personalidad
de nuestros discentes resulta una preocupación fundamental
en nuestros días, la búsqueda de una
educación formativa y el dejar atrás concepciones
sumativas y extremadamente cuantitativas en el proceso de
enseñanza aprendizaje incluye sin lugar a dudas la
problemática curricular, que es centro de toda
controversia en el ámbito educativo.
La implementación del currículum en la
institución es un elemento esencial que debe analizarse,
pero además la implementación del currículum
dentro del salón de clases es un factor tan esencial como
el primero. Las interacciones del profesor y los
estudiantes en el proceso de formación a través de
la clase es
fundamental. El cómo maneja el profesor el programa, las
posibilidades que tiene de influir en este, la calidad de su
elaboración.
El análisis del currículum oculto, y otros
muchos procesos e
interacciones en la clase son fundamentales para comprender toda
la complejidad del currículum en la institución
educativa, por lo que pretendemos realizar reflexiones acerca del
tema y dar una mirada al currículum desde la dinámica del centro educativo y del
salón de clases.
El análisis de la problemática curricular
debe ser tema de interés para el docente, en busca del
perfeccionamiento del proceso de enseñanza- aprendizaje en
las instituciones educativas.
Currículum,
perspectivas de análisis para un concepto
polémico.
La palabra currículum es de origen latín y
etimológicamente significa "carrera", "lo que está
sucediendo u ocurriendo".
El concepto de currículum es, probablemente, uno
de los más controvertidos de todos los que normalmente se
encuentran en cualquier análisis disciplinar de la
educación desde que en 1918 apareció dando nombre
al libro de
Bobbitt " The Curriculum".
Franklin Bobbit definió el currículum de
dos maneras: una, como el rango total de experiencias, dirigidas
o no, comprometido en desarrollar habilidades del individuo, y la
otra, como la serie de experiencias de entrenamiento
conscientemente dirigidas que las escuelas emplean para completar
y perfeccionar ese desarrollo, y es en este sentido en que los
profesionales de la Pedagogía emplean el término. Sin
embargo, Bobbit, que desarrolló las primeras concepciones
de lo que debería ser un currículum en la
metáfora de la escuela como una
industria, fue
traducido por Arrieta, 1995, en una definición de
currículum como aquella serie de cosas que los niños y
jóvenes deben hacer y experimentar a fin de desarrollar
habilidades que lo capaciten para decidir asuntos de la vida
adulta (Angulo, 1994).
Ralph Tyler, quien ha jugado un papel importante en el
desarrollo de la teoría
curricular, escribió en 1949 que el currículum son
todas las experiencias de aprendizaje planeadas y dirigidas por
la escuela para alcanzar sus metas educacionales. Hilda Taba, en
1962 planteó que todos los currículum están
compuestos de ciertos elementos. Usualmente contiene una
declaración de metas y de objetivos
específicos; indica alguna selección
y organización del contenido; implica o
manifiesta ciertos patrones de aprendizaje y enseñanza y
finalmente incluye un programa de evaluación de los
resultados (citado en Portuondo, 1997)
Robert Gagné, 1967, define el término como
una secuencia de unidades de contenido arreglada de tal forma que
el aprendizaje
de cada unidad puede ser realizado como un acto simple, siempre
que las capacidades descritas por las unidades específicas
precedentes (en la secuencia) hayan sido ya dominadas por el
alumno.
Glatthorn analizó que las definiciones variaban
tanto en amplitud como en énfasis. Unos plantearon que
eran todas las experiencias escolares, otros un plan o conjunto
de resultados; Dewey enfatizó que era un medio de
transmisión sistemática de la experiencia cultural
de la raza, otros valoraron su utilitarismo (Angulo,
1994).
El propio Glatthorn proporcionó la siguiente
definición: el currículum es el plan hecho para
guiar el aprendizaje en las escuelas, usualmente representado en
documentos de
diversos niveles de generalidad, y la actualización de
esos planes en la clase, según lo experimentan los alumnos
y lo recogen los observadores; son aquellas experiencias que
ocurren en un ambiente de
aprendizaje que también influye en lo que se
aprende.
Para Stenhouse, 1975, el currículum es un
proyecto
global, integrado y flexible que muestra una alta
susceptibilidad, para ser traducido en la práctica
concreta instruccional. En ese sentido deberá portar bases
y principios
generales para todos los procesos considerados (planificación, evaluación y
justificación del proyecto educativo), los cuales
podrán ser retomados por las instituciones y los docentes
como un marco orientador para la práctica escolar, como un
proceso de solución de problemas.
Glazman y de Ibarrola, 1978, se refirieron al
currículum como plan de estudios, sin embargo más
tarde concordaron con Acuña y colaboradores, 1979,
Figueroa y Díaz-Barriga, 1981, en concebir el curriculum
como un proceso dinámico de adaptación al cambio social,
en general, y al sistema
educativo en particular (citado en Fuentes,
1997).
Arnaz, en 1981, definió el término
como un plan que norma y conduce explícitamente un proceso
concreto y
determinante de enseñanza-aprendizaje que se desarrolla en
una institución educativa. Es un conjunto interrelacionado
de conceptos, proposiciones y normas,
estructurado en forma anticipada a acciones que
se quieren organizar; en otras palabras, es una construcción conceptual destinada a
conducir acciones, pero no las acciones mismas, si bien, de ellas
se desprenden evidencias que
hacen posible introducir ajustes o modificaciones al plan. Se
compone de cuatro elementos: objetivos curriculares, plan de
estudios, cartas
descriptivas y sistema de
evaluación.
Por su parte, Alicia de Alba, 1991,
señaló que el curriculum es una síntesis
de elementos culturales (conocimientos, valores, costumbres,
creencias, etc,) que conforman una propuesta
político-educativa pensada e impulsada por diversos
grupos y
sectores sociales cuyos intereses son diversos y contradictorios,
propuesta que está conformada por aspectos
estructurales-formales y procesales-prácticos, así
como por dimensiones generales y particulares que
interactúan en el devenir de los currículum.
(citado en Portuondo, 1997)
Llama la atención la definición de Ochs que
cita Lewy en su Manual editado
para la UNESCO, en la que el autor comenta que el término
se emplea, generalmente, para designar indistintamente un
programa para cierta asignatura o para un curso determinado, un
programa de una asignatura determinada durante un ciclo completo
de estudio o el programa total de distintas asignaturas para un
ciclo completo o incluso para la totalidad de los ciclos. De esta
forma el currículum queda reducido al programa.
Para Otmara González el currículum
constituye un proyecto sistematizado de formación y un
proceso de realización a través de una serie
estructurada y ordenada de contenidos y experiencias de
aprendizaje articulados en forma de propuesta
político-educativa que propugnan diversos sectores
sociales interesados en un tipo de educación particular
con la finalidad de producir aprendizajes significativos que se
traduzcan en formas de pensar, de sentir, valorar y actuar frente
a los problemas complejos que plantea la vida social y laboral en
particular la inserción en un país
determinado.
Plantea además Otmara que en cualquier nivel de
enseñanza, el currículum se expresa y desarrolla en
dos planos fundamentales: estructural-formal en las definiciones
de política
educativas sobre el currículo, disposiciones oficiales,
jurídicas en los planes, programas, textos
y guías de estudio: y en un plano
procesual-práctico en su modus operandis, es decir, al
operacionalizarse a través de las jerarquías
institucionales y desarrollar una determinada propuesta
curricular en el salón de clases y en el trabajo
curricular extraúlico como lo son las tareas escolares,
las visitas, los trabajos en la producción o los servicios y
otros.( González, 1994).
Como puede analizarse existen disímiles
conceptualizaciones con respecto al currículum, algunas de
estas con una visión más amplia y otras con una
visión más reduccionista, algunos
reduciéndolo al programa de la asignatura o el plan de
estudios, solo que el currículum es más que esto,
no es solo algo estructurado sino que debe analizarse en su
operacionalización, en su implementación, desde el
aula pero además fuera de esta, en las experiencias de
aprendizaje dentro y fuera del salón de clases. Tal es
así que el currículum llega a ser reconocido por
profesionales de la educación como todo lo referente al
actuar diario en la institución educativa.
Resulta importante reconocer además la influencia
del currículum en la formación de la personalidad
de los estudiantes, tal como expresara Fátima Addine "El
currículum es un proyecto educativo integral con carácter de proceso, que expresa las
relaciones de interdependencia en un contexto histórico –
social, condición que le permite rediseñarse
sistemáticamente en función
del desarrollo
social, progreso de la ciencia y
necesidades de los estudiantes, que se traduzca en la
educación de la personalidad del ciudadano que se aspira a
formar"( Addine, 2000)
Debe señalarse que en este sentido investigadores
acerca del tema plantean la necesidad de tener en cuenta los valores a
la hora de el desarrollo del curriculum, a la hora de concebirlo,
tratando de trabajar en el desarrollo de la personalidad de
nuestros discentes. "Es necesario que la educación
superior universitaria, promueva la creatividad y
la originalidad bajo propuestas viables que integren la magnitud
de la problemática, con la elaboración de un
planeamiento
didáctico, ético y práctico que involucre
los valores en los temas contenidos en los programas que ofrezca
la institución en las distintas las disciplinas. La
construcción de un currículo pertinente no
sólo deberá corresponder entonces a uno de los
objetivos principales del quehacer universitario, sino que
deberá tender a fortalecer la integridad de la praxis en los
campos en que el estudiante se desenvolverá en un futuro
como profesional"(Romana, 2006).
En las instituciones universitarias cada vez se hace
más habitual que el plano estructural-formal se concrete
en la elaboración de tres documentos fundamentales, el
perfil profesional, el plan de estudios y los programas docentes.
Por ser elementos componentes del currículum de cualquier
nivel de enseñanza, carrera universitaria, deben partir de
una concepción sistematizada de la formación
profesional en la que se precise la función que cada uno
tiene y los vínculos que existen entre ellos.
Reflexionemos:
¿Desde el programa al currículum o desde el
currículum al programa?
Cuando se hace un cuestionamiento podríamos
preguntarnos por qué surge. Realmente la complejidad del
proceso de enseñanza aprendizaje suscita una serie amplia
de interrogantes y polémicas a resolver. En el proceso
educativo se dan interrelaciones disĺmiles no solo entre
individuos sino además entre procesos y componentes de
este proceso, la doble interacción, la doble influencia entre
estos elementos es común.
En este caso nos referimos a la relación entre el
currículum y el programa, relación bidireccional
desde nuestro criterio. El currículum contempla el
programa como uno de los documentos que lo conforman, de igual
forma el perfeccionamiento de programas con vistas a una mayor
calidad en el proceso de enseñanza aprendizaje influye en
el diseño curricular.
Aunque partamos de la importancia del programa y la
relación de este con el currículum, nos impulsa la
tarea de reflejar la complejidad del proceso educativo desde la
institución, el salón de clases, desde el papel del
profesor, conociendo la enorme responsabilidad que reviste la formación
integral del profesional de estos tiempos, ante el implacable
desarrollo de la ciencia, ante
la necesidad de innovación, de solucionar
problemáticas sociales, ecológicas, técnicas a
nivel mundial que esperan respuesta.
El profesor trabaja directamente con el programa de la
asignatura que imparte, con un plan de estudios, sus clases deben
ir dirigidas a la formación de un profesional que responda
un perfil según las demandas sociales. Las incongruencias
que puedan existir en un programa son detectadas por un profesor
competente. El estudio de los programas a fondo constituye un
elemento esencial a la hora de priorizar la calidad del proceso
de enseñanza aprendizaje y su continuo
perfeccionamiento.
Desde antaño las modificaciones en los programas
educativos han sido fruto de cambios conceptuales
psicológicos y pedagógicos( Rosseau, Montesori,
Decroly, Freinet , entre otros ). Cuando se aborda el tema de la
evaluación educativa ha de decirse que debe hacer se
referencia a la evaluación no solo del aprendizaje, sino
además de programas y la evaluación
institucional.
La valoración de programas tuvo su momento
álgido en los años 60- 70 cuando la
Asociación Norteamericana de Investigación educacional patrocinó
un conjunto de estudios y de monografías sobre
evaluación del currículum. Se buscaba un sistema de
evaluación que permitiera superar los trabajos de Tyler en
1942, que se centraban en la congruencia entre los objetivos
prefijados y logros conseguidos con una perspectiva
básicamente sumativa y cuantitativa.
Cronbach consideró que los estudios de
valoración de programas educativos tenían como
objetivo
principal proporcionar ayuda para guiar el perfeccionamiento del
currículum. De hecho, los proyectos
curriculares no son documentos o propuestas definitivas, ni han
de tener voluntad de mantenerse a lo largo del tiempo sin
ningún cambio.
Por el contrario, los proyectos curriculares deben
contemplarse más bien como hipótesis iniciales de trabajo, que han de
contrastarse después en la práctica educativa, y
deben ser revisados y modificados de acuerdo con la experiencia
(Martina, 1997).
Un rasgo esencial de los planes y programas de estudio
es su permanente revisión y actualización. Se dice
que es una tarea inacabada, por buenas realizaciones y propuestas
que se alcancen, necesitan contrastarse y adecuarse a la
realidad, respondiendo a las innovaciones del conocimiento y
a las variantes que tienen las poblaciones a las que se dirigen.
Se necesita una actitud
crítica, propositiva, diferente, por medio de la cual se
reduzcan las distancias existentes entre lo deseable y lo
real.
El concepto de programa hace referencia a los documentos
explicitadores de los objetivos y contenidos de un nivel
educativo y que tienen un ámbito geográfico de
aplicación más o menos amplio, nación,
región. La existencia del programa se justifica en tanto
que la tradición pedagógica no da suficientes
garantías para poder
prescindir de un marco general de referencia como el que
suministra el programa. El diseño de programas debe
responder a las exigencias de la comunidad
educativa y a la posibilidad para integrar lo antiguo y lo nuevo,
debe tener la flexibilidad suficiente para generar
dinámicas de contraste y diferenciación didáctica, posibilitar modelos de
intervención colaborativa. Desde una perspectiva formal se
le exige contener una serie de requisitos que lo hagan
inteligible y aplicable. Entre los elementos que integran su
estructura se
encuentran: Fundamentación, pertinencia, a quienes va
dirigido, objetivos, contenidos, actividades, métodos de
enseñanza, medios y
recursos
necesarios, evaluación.
Cuando se piensa en la práctica curricular, el
pensamiento se
dirige al nivel que nos es más cercano, el nivel micro, es
decir el que se realiza en la institución, en las
disciplinas, en las asignaturas y en las clases, los
protagonistas principales de esta práctica son los
profesores y los alumnos, que por lo general en esta fase puede
desempeñar un rol más o menos activo en dependencia
de las concepciones teórico metodológicas que se
asuman. Relacionado con esta reflexión es que consideramos
la necesidad cada vez más creciente de que el profesor, a
partir de su propia práctica y vinculado
sistemáticamente al estudio de los principales presupuestos
teóricos, pueda aportar y sugerir transformaciones al
currículum. Por eso es razonable el criterio de Stenhouse
cuando afirma "Lo deseable en innovación educativa no
consiste en que perfeccionemos tácticas para hacer
progresar nuestra causa, sino en que mejoremos nuestra capacidad
de someter a crítica nuestra práctica a la luz de
nuestras creencias y a la luz de nuestra
práctica".
La labor del profesor debe estar caracterizada en la
dimensión del desarrollo curricular por enfrentar
constantemente las tareas de diseño, adecuación y
rediseño, aunque muchas veces esto no ocurre.
Se plantea que las instituciones educativas de calidad
son aquellas que permiten generar en su seno los mecanismos de
adaptación a nuevas y cambiantes condiciones del
aprendizaje y que el proceso de renovación curricular es
un paso metodológico esencial para desarrollar los
instrumentos programáticos y la visión
organizacional a largo plazo que permita adaptar la
práctica educativa para que ésta sea capaz de
responder a nuevas condiciones de manera proactiva y
constante.
Carlos R Ruano plantea: "La transformación
curricular conlleva, por lo menos, dos aspectos. El primero
consiste en el grado de correspondencia de los contenidos a
incluir dentro del programa de estudios con respecto a las metas
cognitivas y profesionales que se persiguen. Es decir, la manera
en que se integran las asignaturas dentro del marco de referencia
programático. Para ubicar dicho grado de correspondencia
contenidos-programa, un ejercicio de autoanálisis a nivel
curricular debe iniciarse a partir de la concepción misma
de currículum" .
Los programas deben cumplir una serie de requisitos a la
hora de conformarse y para su evaluación. Sería
interesante preguntarse si siempre los programas de estudio dan
respuesta real a los requisitos fundamentales para ser
elaborados.
Un programa debe dar respuesta a necesidades de
formación de un egresado, en el caso de la
Educación Superior. Se responde a un perfil del
profesional a competencias que
debe presentar el graduado de esa especialidad, por tanto, el
programa debe ser pertinente, fundamentado en las necesidades que
lo originan, para qué es el programa, a quién va
dirigido. Se debe contemplar la clasificación y
contextualización de los objetivos del programa, la
coherencia entre estos y el perfil del profesional, los
conocimientos a desarrollar y este sistema de conocimientos debe
ser coherente con los contenidos, las habilidades a
formar.
Se debe tener en cuenta además la
acomodación de contenidos con respecto al contexto, los
recursos existentes, el control de
proceso, concebir la evaluación, el manejo de
materiales de estudio y una serie de indicaciones
metodológicas y organización que den respuesta a
estos elementos.
En ocasiones podemos percatarnos de la existencia de
contenidos que están planificados para ser impartidos en
una asignatura a un futuro profesional, y nos preguntamos
¿son estos contenidos lo más necesarios atendiendo
a su formación como futuro profesional de esa
área?.
Otmara González cita algunos criterios dados por
J Villaroel en relación a desaciertos que los profesores
detectan en la práctica pedagógica relacionados con
el currículum y que atañen en alguna medida a los
programas de estudio. Plantea que se trata de modelos que
reproducen las características y relaciones de la sociedad
a la que sirven en la medida en que los contenidos de planes y
programas no están orientados al desarrollo nacional, por
lo que se da una incongruencia y falta de coherencia entre estos
elementos.
Según Otmara González generalmente los
currículum vigentes se caracterizan porque son
currículum estáticos y cerrados elaborados de forma
jerárquica donde existe poca implicación por parte
de los profesores, no existe una armónica relación
entre los componentes fundamentales del diseño curricular
(perfil, plan de estudios y programas de formación). Es
frecuente que los planes se elaboren sin ser precedidos de
perfiles profesionales, y que las materias se impartan sin tener
en consideración la función que cada una tiene en
la formación profesional.( González, 1994) Esto
avala los planteamientos realizados anteriormente con referencia
a las dificultades en relación a la coherencia en el
programa entre los contenidos que se imparten, los objetivos y el
perfil del profesional al que responden, además se plantea
que los contenidos se presentan en forma de paquetes de
conocimientos ya elaborados, listos para ser asimilados,
favoreciéndose la enseñanza de carácter
sumativa, intelectualista, en muchas ocasiones
favoreciéndose la instrucción sobre la
educación, la información sobre la
formación.
Como puede analizarse aún falta mucho por
perfeccionar en el ámbito educativo referente al
diseño curricular, así como en la práctica
educativa. Los programas y planes de estudio deben ganar en
coherencia y la labor del profesor debe ser más activa,
debe trabajarse con vistas a que el profesor se sienta
protagonista del proceso y no un mero reproductor de algo
preestablecido.
Debemos añadir además que el
currículum no puede alejarse de la interacción
entre alumno- profesor y el conjunto de experiencias que se dan
en el proceso de enseñanza aprendizaje, por ello en la
literatura se
abordan denominaciones como:
Currículum vivido, como aquel que se produce
cotidianamente en la práctica de la enseñanza y que
es el que efectivamente vivencia el estudiante durante su
formación.
Pero muchas veces contenidos que no son explicitados en
planes y programas se manifiestan de forma implícita en
los aprendizajes, tanto dentro del aula como en otros espacios
escolares. De aquí que se hable, a partir de P. Jackson,
de un currículum oculto. Que se expresa no solo a partir
de las interacciones en la institución educativa , fuera
del aula, sino que ha llegado a manifestarse dentro del aula
siendo conocimientos trasmitidos por el profesor, por eso se
señalaba la importancia de analizar cómo el
profesor realizaba la implementación del programa.
(González, 1994) En relación a esto debe serse muy
cuidadoso pues muchas veces este currículum oculto es una
fuente de obstáculos para lograr las finalidades del
currículo formal o pensado.
La dinámica en el proceso de enseñanza es
mucho más amplia, más enriquecedora que cualquier
planificación que pueda realizarse. La experiencia del
profesor, sus vivencias, conocimientos, sus motivaciones
modifican de alguna forma el proceso, por eso cada vez que se
realicen reflexiones acerca del curriculum, del programa , de los
planes de estudio se debe tener como premisa el reconocimiento
del papel activo de los sujetos que se implican, de la existencia
de un sujeto concreto con características
personológicas que mediatizan el proceso .
Si nos planteamos entonces la interrogante que dio
inicio a estas reflexiones podremos decir que lo más
importante no está en la direccionalidad del proceso sino
en la capacidad de lograr un proceso de aprendizaje con calidad ,
el curriculum desde una visión formal, desde su
dimensión pensada contempla el programa como uno de sus
componentes, rige, pauta y debe existir una coherencia entre cada
uno de los documentos que lo conforman , ahora , es innegable
reconocer el carácter cíclico de las relaciones
entre el currículum y el programa, entre cada uno de los
documentos que lo conforman, cómo el perfeccionamiento de
un programa trae implicaciones de orden curricular. Reconocer el
curriculum en la amplitud que se merece es unos de los elementos
esenciales que debemos tener en cuenta al analizar la
temática, darnos cuenta que el currículum va
más allá de cada uno de estos componentes.
Reconocer además que el rol de profesor implica un margen
de flexibilidad a la hora de manejar el programa de la asignatura
y el plan de estudios en dependencia de las necesidades y
características de su grupo y de
cada uno de los estudiantes, es el profesor un facilitador del
proceso de aprendizaje, que tiene en sus manos documentos que lo
guían en su accionar pero además que como
personalidad se implica en el proceso y lo permea con su
experiencia.
Si se parte de la necesidad del desarrollo de la
personalidad de nuestros egresados y de su formación
integral, si se pretende la atención a las
particularidades individuales de los estudiantes se acepta
entonces que es el profesor una figura insustituible , que es
capaz de darse cuenta de cómo se desarrolla el proceso de
enseñanza aprendizaje a lo interno del grupo y que puede
necesitar darle un vuelco a su accionar independientemente de la
existencia de un programa prediseñado. Sin dejar de
reconocer la importancia y necesidad de estos documentos
curriculares para la calidad de la formación de los
estudiantes y futuros profesionales.
El currículum oculto es un ejemplo de cómo
puede modificarse el proceso de enseñanza y aprendizaje
aún con la existencia de un programa o un curriculum
pensado.
Es por eso que al analizar la institución
educativa así como el proceso de enseñanza
aprendizaje es necesario reconocer el currículum de una
forma amplia, así como analizar las interacciones que se
establecen entre sus componentes, relaciones de
interfuncionalidad, de condicionamiento mutuo, además debe
decirse que las percepciones que del proceso tienen los
estudiantes y profesores, las vivencias, las interacciones que se
dan entre alumno y profesor, de estos con el curriculum son
sumamente importantes a la hora de evaluar la calidad del proceso
y analizar la temática curricular.
La temática curricular, el análisis del
currículum y su implementación en las instituciones
educativas es en nuestros días un elemento esencial a la
hora de comprender la dinámica de los procesos que se dan
a lo interno de un salón de clases y a lo interno de un
centro educacional.
Las relaciones que se establecen entre cada uno de los
documentos o componentes del currículum, relaciones
bidireccionales y de interinfluencia , se verifican desde la
práctica educativa y a través del rol del profesor
y de cada uno de los implicados en el proceso, incluyendo a los
estudiantes que se convierten en evaluadores del accionar
práctico de cada docente y de cada funcionario de la
institución, que vivencian el currículum y aunque
muchas veces no lo nombran como tal lo viven día a
día y lo valoran desde su aprendizaje, desde sus
motivaciones y desde sus experiencias y vivencias.
El estudio y la reflexión constante en
relación a los programas y los planes de estudio deben
caracterizar a la institución. La revisión, la
evaluación es fundamental tratando de darle al profesor un
papel protagónico, pues las incongruencias que puedan
existir en un programa son detectadas por un profesor
competente.
El perfeccionamiento de programas con vistas a una mayor
calidad en el proceso de enseñanza aprendizaje influye en
el diseño curricular y con esto en la formación
integral del discente.
Debe tenerse en cuenta además que el papel del
profesor y su accionar práctico se encuentran permeados
por características de su personalidad , por su
experiencia en el desempeño del rol, por sus conocimientos,
por lo que existen modificaciones al programa que surgen en
ocasiones en la propia interacción alumno – profesor
, las cuales son reconocidas como parte de un currículum
oculto, que en ocasiones podrían valorarse como
"imperceptibles" , pero que se presentan sin lugar a dudas en
nuestro accionar y llegan a convertirse en significativas para
los estudiantes dentro del currículum vivido .
Comprender la complejidad del proceso de
enseñanza aprendizaje en su totalidad y la importancia de
la formación integral de los futuros profesionales
traerá consigo la necesidad de trabajar en base a
currículum flexibles como una característica
esencial para la atención individualizada a partir de las
características de cada estudiante, buscando
educación además de instrucción.
Todavía queda mucho por avanzar en
relación a la temática curricular y a la
comprensión de la necesidad de romper con visiones
tradicionalistas e inflexibles del currículum, la
teorización y la práctica muchas veces no van de la
mano y los discursos
sobre educación formativa se alejan de la actuación
real. El cambio auténtico de las representaciones
tradicionalistas que se presentan en cuanto al tema de la
educación, de una educación sumativa a una
educación formativa requieren de tiempo, esfuerzo,
superación y conciencia de
necesidad por lo que van más allá de la
teorización y se enmarca en un actuar práctico y en
una autoevaluación constante de nuestro desempeño
como docentes. Una mirada al currículum desde la
institución educativa deja ante nosotros
problemáticas sin resolver aún, pero con
solución desde nuestra labor como profesionales de la
educación.
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el
currículo de educación
profesional? ¿Un currículo para la
formación de
valores?. - http://www.monografias.com/trabajos18/transversalidad-educacion/transversalidad-educacion#transv
Autora:
Lic Lida Cabanes Flores
Licenciada en Psicología
Actualmente cursa estudios de maestría en
Psicopedagogía.
Profesora de la Universidad de Camagüey,
Cuba.
Categoría del trabajo: Psicología o
Pedagogía