Análisis de la situación económica desde 1990 hasta la actualidad.
Devaluación-recesión
- Objetivos
- Introducción
- Aplicaciones de la
metodología del análisis económico en la
Argentina - Convertibilidad
sinónimo de crisis - Fin del programa y comienzos del
nuevo modelo. Devaluación monetaria - El intercambio comercial en la
Argentina post convertibilidad - Sectores a
los que afecta la devaluación
monetaria - Luchar pese
a todo - Conclusión
- Bibliografía
- Realizar un análisis de la citación
económica Argentina desde 1990 a la
actualidad. - Analizar los impactos que tuvo la convertibilidad en
la economía
Argentina y el impacto de la devaluación
PARTE II
Ley: 23928
Interrogamos al pasado para obtener la
respuesta del futuro,
no para volver en la melancólica
contemplación o
para restaurar formas abolidas, sino
para que nos enseñe
cuales son los métodos
con que se defrauda el presente e impedirlo.
Arturo Jauretche. Escritos
inéditos
CONVERTIBILIDAD
Ley: 23928
A lo largo de la historia
Argentina, la mayoría de los cambios que han sucedido
están ligados estrechamente a cambios por variables
exógenas (las que están fuera del modelo) y
otras por variables endógenas (las que están dentro
del modelo), pero aquí se hará referencia a las
variables endógenas, en este caso la
CONVERTIBILIDAD.
Es claro que las políticas
económicas generan importante cambios, y mucho mas grave
son estos cambios cuando dichas políticas generan efectos
negativos, como por ejemplo: recesión
económica.
Pero ¿qué significa recesión
económica?
La recesión económica, a grandes rasgos,
se ve reflejada en la baja productividad,
déficit fiscal, gran
deuda externa,
una balanza
comercial deficitaria, altas tasas de
interés, deflación, inflación, etc. y
como efecto de todo esto EL DESEMPLEO que
trae aparejado mas indicadores,
como ser los altos índices de delitos,
desnutrición y problemas en
la salud entre
otros.
Pero para adentrarnos en el tema que nos compete es
necesario entender como fue que se llegó a la
recesión mas grande de la historia; por lo tanto la
pregunta es: ¿Cuál fue el generador de aquella
crisis?. Por
lo tanto a continuación veremos lo negativo de la
Convertibilidad y comprobar que esta fue uno de los causales mas
importante de la crisis de los 90.
Antecedentes y comienzos
Como todo tema e ideologías tiene sus seguidores
y detractores, perjudicados y beneficiados, quienes lloran y
quienes ríen cuando desaparece, lo mismo iba a pasar con
este "plan
mágico" (porque hizo desaparecer millones)
Nuestro país no fue la primera vez que iba a
"sufrir " un plan económico así, ya que en 1822,
cuando se fundó el primer banco del
país: el Banco de Buenos Ayres, ya existía un
modelo con iguales características.
El Banco de Buenos Ayres estaba autorizado para emitir
billetes (primer papel moneda en circulación) que eran
convertibles en metálicos a razón de 1 peso billete
= 1 peso plata ( 8 reales) y 17 pesos por una onza de oro (8
escudos), y viceversa.
En 1826, ceso la convertibilidad ya que el Banco de
Buenos Ayres se había quedado con escasas reservas en oro
y plata a causa de la guerra con el
Brasil y la
creciente especulación. Como consecuencia de ello fue
absorbido por el naciente Banco Nacional de las Provincias Unidas
del Río de la Plata.
Al iniciar sus actividades debía responder con
160000 onzas de oro por 2.7 millones de pesos papel en
circulación, teniendo en las bodegas tan solo 11000
monedas de oro.
Fue así como comenzó un nuevo periodo en
el que el Banco Nacional comenzó a funcionar bajo el
sistema de
inconvertibilidad, o como la llamamos hoy
devaluación, y siguió haciéndolo
durante 40 años mas, en sus diversas etapas como ente
oficial: La Casa de la Moneda (1836), el Banco, la Casa de la
Moneda (1854) y el Banco de la Provincia de Buenos Aires
(1863).
En 1867, el Banco de la Provincia de buenos Aires
reforma la Convertibilidad hasta 1876 por medio de sus oficinas
de cambio entre
400 y 425 pesos papel por onza de oro.
Además eran convertibles los billetes emitidos
por una serie de bancos
particulares pero en pequeños valores a
plata, y desde la creación del Banco Nacional, en 1873,
los billete que esta institución mixta, (la que era
impulsada por el exPresidente Domingo Faustino sarmiento)
ponía en circulación.-
En 1876, como se expresó, vuelve la
inconvertibilidad, tras nuevas contingencias políticas y
económicas.
Cinco años después al dictarse la Ley General de
Monedas se determinó un sistema en base al peso oro y al
peso plata.
En 1984, el gobierno se
inclinó por el patrón oro. De esta forma, a fines
de 1883, organizada la convertibilidad de papel moneda en oro (un
peso papel por un peso oro sellado) solo estaban autorizados a
emitir el Banco Provincia, el Nacional y tres Bancos
mas.
En el periodo conocido como la "Crisis del Progreso",
entre 1885 y 1899, cayeron varias instituciones
bancarias, el Banco Nacional, el Provincia (que surgiría
posteriormente en 1906) y los bancos nacionales garantidos, entre
otras, regresándose nuevamente la
inconvertibilidad.
Hacia fines de 1899, el Congreso restablece la
Convertibilidad un peso papel por cuarenta y cuatro centavos oro
sellado. A pesar de la notable devaluación del peso papel,
la convertibilidad se mantuvo durante 15 años.
Como consecuencia de la primera guerra
mundial (1914), las autoridades Argentina decidieron como
medida preventiva suspender por tiempo
indeterminado la salida de oro del país.
Finalmente, el periodo de inconversión
duró trece años. Pero, en 1927, duramente la
presidencia de Marcelo T. de Alvear, la caja volvió a
cambiar oro por billetes y viceversa.
La quiebra de la
bolsa de Wall Street en 1929, sumió el mundo entero en la
depresión económica mas profunda que
se haya conocido. A igual que en la guerra de 1914, con la crisis
de 1929, se produjo un éxodo de oro en la Caja de
Conversión. Por esa época salieron del país
200 millones de pesos oro, que representaba el equivalente de las
inversiones
norteamericanas en el país del periodo
1927-1928.
Para impedir la salida del oro, en diciembre de 1929,
Irigoyen cierra la Caja, muy similar al "corralito financiero"
del año anterior. De esa manera, la vieja convertibilidad
murió.
Estadísticamente, la antigua convertibilidad, de
un total de 107 años, perduró solo 31, en los
siguientes periodos:
1822-1825
1867-1876
1883-1885
1899-1914
1927-1929
APLICACIONES DE LA
METODOLOGÍA DEL ANÁLISIS ECONOMICO EN LA
ARGENTINA.
Entre las tantas características de la economía argentina
(entre 1991 y 2001), la apertura, desregulación y privatización de los servicios,
fueron efecto de políticas que tuvieron como objetivo la
reducción de la participación del Estado en la
economía, al igual que el desmantelamiento de los
principales instrumentos del modelo de sustitución de
importaciones de
la posguerra.
Dichos procesos,
junto con el de integración del MERCOSUR,
generaron grandes cambios en la dinámica macroeconómica. Ya que la
reciente creación del bloque económico entre
Brasil, Argentina, Uruguay y
Paraguay,
perseguía entre sus principales objetivos la
libre circulaciones de bienes y
servicio, y la
reducciones de los aranceles,
facilitando aún mas el ingreso de productos
importados a nuestro país.
El Plan de Convertibilidad comprende los siguientes
ítems.
- Marco Internacional
- Marco político, legislativo e instrumental y
la dinámica del modelo - Sectores de la economía
- Precios y salarios
- Sector público
- Sector externo
- Sector monetario y financiero
- Ahorro e inversión
- Empleo y desempleo
- Distribución del ingreso y la
pobreza
A continuación se pasa a desarrollar, los que a
criterio del investigador, son los de mayor
importancia.
1. MARCO INTERNACIONAL
La política
económica Argentina de los años
90
En América
Latina se ha denominado a la década de los 80 como la
década de la perdida. Así fue, en efecto, como
consecuencias de políticas macroeconómicas derivadas de la
elevada crisis del petróleo y la consiguiente
acumulación del endeudamiento externo provocado por
prestamos -a veces no tan evaluados- otorgados a la
región, potenciados por tasas de interés
fuertemente positivas y que cuadriplicaban, en ciertos casos, las
tasas de crecimiento del ingreso de las economías de la
región.
El resultado fue la situación de default y
la consiguientes interrupción del crédito
externo, llevando a ajustes fuertemente recesivos que no
aseguraban el pago de una deuda desproporcionada respecto del
tamaño de las economías.
Los planes de "ayuda" del FMI estaban
relacionados con la posibilidad de obtener una
acreditación internacional que de señales
a la banca privada y
publica. El objetivo fue poder prestar,
o refinanciar, a partir de que el país aceptó los
ajustes externos y la estabilidad interna ante situaciones de
crisis.
Estos programas
debieron asegurar el pago de prestamos externos.
En 1960 y 1985, la mayoría de los planes de
estabilización eran ortodoxos. Se caracterizaban por una
"maxidevalución" que provocaba un proceso
inflacionario, una redistribución del ingreso a favor de
los bienes transables y en contra de los salarios
vía incremento de los precios.
También se aplicaban políticas monetarias y
fiscales restrictivas.
Las medidas impulsadas reducían la
absorción domestica de consumo e
inversión a nivel privado y público,
aumentando las tasa de
interés; sumado a ello se generaba una baja del
déficit externo o una mejora en el superávit
externo.
Pero como ya se insinuó, el volumen alcanzado
por el endeudamiento sumado la vulnerabilidad de las
economías regionales, configuró un caso diferente
para el que había que dar soluciones
alternativas a las ya conocidas, es así como comienza a
perfilarse a fines de la década de 1980 el pensamiento
del Consenso de Washington.
Esta denominación fue adoptada por Jhon Willimson
al editar trabajos presentados en una conferencia
organizada por el Institute for International Economics en 1989
en Washington.
Las áreas en las que deberían concentrarse
de acuerdo con este enfoque para contribuir a estabilizar las
economías son:
- Disciplina fiscal
- Control del gasto público
- Mejoramiento del sistema impositivo
- Liberación del sistema
financiero - Mantenimiento de un tipo de cambio fijo,
competitivo, estable y único. - Liberación comercial (apertura
externa) - Inversión extranjera
- Privatización de las empresas
públicas - Desregulación y reforma del
Estado - derecho de propiedad
(transferencia de empresas públicas al sector
privado. - Otro tema de importancia: que las propuestas no
dificulten el cumplimiento de las metas respecto de la
equidad
social, la protección del medio
ambiente, la lucha contra el narcotráfico, la defensa de los
derechos
humanos, la promoción de la democracia.
El pensamiento acerca de cómo encarar la crisis
de la deuda, comenzó a denominar bajo el término de
reformas estructurales a todas las medidas de políticas
tendientes a liberizar mercados
internos, privatizar empresas estatales, abrir las
economías al Comercio
Internacional y a los flujos de capitales.
El objetivo declarado de la implementación de las
reformas estructurales señaladas eran erradicadas de la
herencia
histórica de América
Latina, es decir la
pobreza.
- Cambio demográfico.
- Distribución del ingreso.
- Situación de empleo.
- Prestación de servicios
sociales. - Condiciones prevalecientes en materia de
educación y formación de
recursos
humanos.
La Convertibilidad Argentina, como se vio, se basa
claramente en estas propuestas y, en consecuencia, en sus
objetivos.
Diez años después de haberse puesto en
marcha el plan de Convertibilidad, existe un acuerdo generalizado
reconociendo que los resultados no se correspondieron con los
objetivos.
Se hace énfasis en los incrementos de los niveles
de pobreza, distribución regresiva del ingreso,
aumentos en la desocupación, desmejoramiento educativo e
incremento de la fragilidad externa vía acumulación
de la deuda externa.
Joseph E. Stiglitz sostuvo que las políticas
propuestas generarían fuertes crecimientos
económicos a partir de una distribución mas
eficiente de los recursos,
producto de la
liberación, la estabilidad y la correcta fijación
de precios.
Así mismo manifestó que estas
políticas son incompletas y a veces equivocadas.
Afirmó que debió complementarse el funcionamiento
de los mercados con políticas públicas asegurando
la competencia,
fomentado la educación, el
avance tecnológico y la transparencia.
También subrayó el reclamo de mayor
humildad y reconocimiento respecto de que no pueden siempre
tenerse todas las respuestas que aseguran el logro pleno de los
objetivos cualquiera que sea el programa.
En otro sentido, Michel Camdessus, afirmó que no
hay que insistir en las reformas solo considerando lo resultante
de las nuevas realidades derivadas de la profundización
del proceso de globalización. Asegura que los resultados
alcanzados no son consecuencia de implementaciones incompletas de
las reformas propuestas.
No obstante, la mecánica recesiva de los nuevos programas
se mantuvo. En los dos shocks externos que sufrió
la convertibilidad en 1995 y 1999, la necesidad de recomponer la
oferta de
divisas se
vializa a través de una fuerte caída de nivel de
actividad.
En 1995, después del efecto tequila, la Argentina
tuvo un superávit comercial, aunque esto no alcanzó
para el pago de los intereses. Aún así, con una
fuerte recesión, se mantuvo un déficit en cuenta
corriente del cual solo pudo salirse merced a un decidido apoyo
de los organismos internacionales de crédito.
Durante la crisis del 1999, bajaron también las
importaciones pero disminuyeron las exportaciones
simultáneamente; aquí también el
crédito externo permitió, merced a un fuerte
incremento de la deuda externa, sostener la
convertibilidad.
2. LOS MARCOS POLÍTICOS, LEGISLATIVOS E
INSTRUMENTAL Y LA DINAMICA DEL MODELO.
La economía Argentina de los 80 se
caracterizó por un nivel de alta inflación, bajo
crecimiento
económico, desmonetización y elevados
desequilibrios de las cuentas fiscales
y externas, en un nuevo contexto internacional de altas tasas de
interés y flujos de capitales negativos como -según
ya hemos dicho- en toda la región
latinoamericana.
En 1989 y 1990, se habían producido dos picos
inflacionarios, entre ellos no había tenido éxito
un programa de estabilización basado en un tipo de cambio
flotante y restricciones monetarias, que generó altas
tasas de interés y depreciación del tipo de cambio.
En marzo de 1991, se aprobó la Ley de
Convertibilidad (23928, el 27 de marzo de 1991) donde la tasa de
cambio fue 1 a 1(tipo de cambio fijo). Este fue un instrumento
que se basaba en generar un ancla al nivel de precios –con
tipo de cambio fijo y una política
monetaria fija-.
La ley obligaba al Banco Central a comprar y vender
divisas a una paridad u$s1=$1. Estando obligado a respaldar el
100% de la base monetaria con reservas en oro y divisas de libre
disponibilidad, aunque un porcentaje de dicho respaldo pudo
construirse con los títulos públicos emitidos en
moneda extranjera a su valor de
cotización a precio de
mercado.
En una primera etapa, esta proporción de
títulos en las reservas no tenia un limite máximo.
Luego se estableció un máximo del 10% (según
el articulo 37 de la ley 23990/91) hasta que en la ley de
la Carta
Orgánica del Banco Central, se incrementó el
porcentaje al 20%.
Por otro lado la Convertibilidad, ratifica la vigencia
de Banco Central como un organismo independiente y regulado por
la propia carta organiza
que surge de una ley de la Nación.
Características de la
Convertibilidad:
- NOMINALIDAD: el tipo de cambio
nominal fijo es de u$s1=$1. - INSTITUCIONALIDAD: se
estableció por ley el claro objetivo de eliminar la
discrecionalidad en las decisiones y dar señal muy
fuerte para lograr la estabilización (aunque
también resultó una dificultad para salir en
casos de crisis o retrasos cambiarios muy pronunciados, como
el que provocó la devaluación de Brasil en
1999) - RESPALDO Y CONSISTENCIA: se
exigió que el 100% de la base monetaria, debe ser
respaldado con reservas en oro y divisas de libre
disponibilidad (aunque se autoriza en promedio a respaldar un
20% con títulos públicos emitidos en moneda
extranjera, contabilizados a su valor de mercado.
Esta cláusula de respaldo es una señal a
los poderes del Estado para obtener financiamiento
genuino, control del gasto
y déficit públicos.
Es así como se congela el crédito interno,
con la consiguiente imposibilidad de financiar a los sectores
públicos y financieros. Este congelamiento no
impidió los déficit fiscales ya que fueron
financiados mediante el uso del crédito externo,
incrementando significativamente la deuda externa
Argentina.
Además de las tres características
anteriormente nombradas surgió la necesidad de una cuarta,
para que funcione bien la Convertibilidad que fue la de
flexibilidad de los precios y los salarios.
La baja económica y el desempleo son una
manifestación de los desequilibrios externos en un sistema
de cambio fijo y convertibilidad.
Además de todo lo expuesto anteriormente, se
produjeron simultáneamente reformas estructurales tales
como la apertura de productos importados, desregulación de
ciertos mercados y privatizaciones de empresas públicas, que
transformaron la economía de la Argentina en mas
abierta.
La dinámica de la Convertibilidad cuando el
shock estabilizador fue exitoso en la primera etapa el
salario (por baja
súbita de inflación) se recompuso el mecanismo de
financiamiento y crédito que incrementaron el consumo, la
inversión y por lo tanto la demanda agregada
con un crecimiento explosivo de las importaciones.
En efecto, el consumo y la inversión aumentaron
cerca del 50% entre 1991 Y 1994 (mas del 10% anual acumulativo)
pero la balanza comercial que en 1990 había tenido un
superávit de casi u$s 8200 millones pasó a un
déficit de 5700 millones en 1994.
Hemos visto que la tasa de evaluación
entre 1991 y 1999 fue cero, ello implicó que la moneda
Argentina se apreciara y no se produjera una rápida
convergencia con los precios internacionales.
La apreciación cambiaria afectó a la
producción local provocando un sesgo
antiexportador e incentivando las importaciones. Paralelamente,
al implementarse reducciones en las barreras comerciales
(impuestas por el MERCOSUR), los productores locales requirieron
llevar a su productividad para compensar al caída del tipo
de cambio real y la apertura comercial importadora.
Lamentablemente, y producto de este macabro programa
enceguecedor, entre 1991 y 1994, aumentaron mas las importaciones
que las exportaciones, creció tanto el déficit
comercial como las intereses de la deuda externa, que provocaron
un gran déficit en cuenta corriente (en 1994) cercano al
5% del PBI.
Pero la crisis no fue provocada solamente por la ley
23928, si analizamos lo que decía Michel Camdemssus sobre
los procesos globalizadores se observó que la Argentina, a
fines de 1994 y 1995, "bebió" un "trago fuerte" que
causó un estado de "ebriedad" que hasta la fecha la
vivimos.
No estamos hablando nada más ni nada menos que
del "efecto tequila", el mismo que contribuyo a una caída
en el PBI del 4% y suba de la tasa de desempleo que trepó
al 17%. El consumo se redujo aproximadamente un 8% y la
inversión cayó mas del 15%.
En síntesis,
entre 1975 y 1999, quince años antes del plan de
convertibilidad, la Argentina tuvo una caída de su PBI
(per. capita), alta inflación y déficit fiscal en
promedios, mayores al 6% del PBI. En el mismo periodo el mundo
creció en un promedio acumulado del 30% mientras que la
Argentina disminuyó su PBI global alrededor de un
10%.
Con la convertibilidad y las reformas económicas
de los años 90, privatizaciones, desregulaciones, apertura
comercial, integración al MERCOSUR y reformas en la Carta
Orgánica del Banco Central, el país presentó
un crecimiento del PBI y de la inversión superior al 50%,
bajó el déficit fiscal a menos del 2% respecto del
PBI, y la monetización económica creció
notoriamente permitiendo la expansión del crédito
doméstico (créditos personales).
No obstante, el "modelo"; que de modelo no tenia nada;
tuvo rigidez y efectos adversos en la desocupación, la
distribución de la renta y la pobreza, así como
fuerte dependencia respecto del ingreso de capitales extranjeros,
con un notorio crecimiento de la deuda externa y gran fragilidad
ante shocks exógenos, que mas adelante se
detallarán.
3. EL MARCO ECONOMICO REAL.
Continuando con el análisis
macroeconómico, la Argentina de la década de 1980
se caracterizó por un agotamiento del modelo industrial.
Las transformaciones producidas en el modelo argentino a fines de
1980 y principios de los
90’ con la implementación de la convertibilidad,
implicaron una sustancial desaparición de gran parte del
sector fabril, especialmente el compuesto por pequeños
establecimientos.
Distinta suerte corrieron aquellos sectores que se
integraron a los cambios internacionales en la producción,
ya que lograron una importante modernización como
consecuencia directa de este plan, como por ejemplo YPF Repsol,
Telefónica de Argentina, etc.
Así mismo, existió otro sector del cual
sus ventas
dependían fuertemente del envío de sus productos a
los países del MERCOSUR, teniendo como contrapartida una
escasa integración en la producción interna. Por
ejemplo, la gran mayoría de los productores de
cítricos de Entre Ríos (Concordia)
Una gran parte del sector industrial se vio perjudicado
las elevadas tasas de interés, altas tarifas, y una moneda
nacional sobrevaluada atada al dólar (tipo de cambio
fijo), haciendo que la inversión se orientara
especialmente a los bienes no transables.
En cuanto a la productividad de la industria
nacional, es posible reconocer dos etapas.
La primera se extiende desde 1991 hasta 1993 y estuvo
caracterizada por la perdida del empleo como consecuencia de la
desaparición de empresas que no pudieron adaptarse a
la apertura importadora.
En cambio la segunda etapa se caracteriza por un
incremento en la inversión y la reorganización a
partir de 1994, que se benefició con el aumento de la
demanda de
Brasil a medida que prosperaba el MERCOSUR.
Así fue como la falta de crédito, el tipo
de cambio fijo, diferencias en los precios básicos
(tarifas e impuestos),
políticas de subsidios a la radicación de industrias
extranjeras y un escaso estímulo para la
acumulación de capital,
pusieron a las empresas nacionales en un situación
desventajosa frente a competidores como Brasil, los países
Asiáticos (con sus devaluaciones) y Europa (con sus
subsidios).
Concluyendo, la modernización industrial que
experimentó la Argentina no ha logrado compensar su falta
de competitividad, debido a la restricción que
imponen dichas asimetrías.
Todo ello se vio profundizado por la ausencia de
política
activa que fomenten el desarrollo de
la industria, en especial de las pequeñas y medianas
empresas que integran dicho sector y que han sido los mas
afectados por el programa.
CONVERTIBILIDAD VS. EMPLEO
Se vio que el plan de convertibilidad en sus comienzos
tuvo éxito en materia de estabilización y
crecimiento. Pero también se observó una gran
batalla con el empleo que hasta el día de hoy "la guerra
continúa".
Este plan tuvo etapas que expresan la evolución de los indicadores
laborales.
- Al iniciarse el plan de Convertibilidad el desempleo
era bajo. Pero existieron ciertos indicadores que
manifestaron algunos desajustes en el mercado laboral:
una baja tasa de actividad y una alta tasa de empleo, la
que ocultaba desempleo encubierto y un importante sector de
la población estaba ocupado en
actividades de baja productividad.La demanda del trabajo
tuvo un comportamiento dispar: por un lado, el
sector productor de bienes no comerciables
internacionalmente (no Transables) incorporó
trabajadores; por otro lado, el sector productor de bienes
expuestos a la competencia externa (transables),
"expulsó" mano de obra, ya que para competir con los
bienes importados se debía aumentar la productividad
y mejorar la tecnología.Por otra parte, si bien es cierto que la oferta de
empleo se aumentó al comienzo de la Convertibilidad,
esto fue como consecuencia del aumento del
salario.No obstante, desde 1993, las cesantías
obligaron "a los trabajadores secundarios a ingresar al
mercado laboral para completar el presupuesto familiar (efecto trabajador
adicional)".Como resultado, existió una creación
neta de empleos, del orden de los 600000 puestos de
trabajos, pero vez se produjo un aumento del número
de desempleados, cercano a los 700000 entre los años
1990 y 1994. - El primer cambio se evidenció en 1993, cuando
la tasa de desempleo trepó del 9.3% al 9.6%.En octubre de 1993, el desempleo era del 9.3%,
alcanzó un máximo, en mayo de 1995, del 18.4%
y bajó cerca de dos puntos en octubre de ese mismo
año (16.6%). Entre 1993 y 1995 se esfumaron mas de
300000 puestos de trabajo, y la tasa de subocupación
subió del 9.3% al 12.5%Además la cifra de desempleados
aumentó alrededor de 900000.Esta estaba ligado estrechamente al periodo
recesivo que atrasaba la economía
Argentina. - A partir de 1994, debido a los cambios en el
contexto internacional, al subir las tasas de interés
internacionales, disminuir el ingreso de capitales y el
efecto Tequila, la crisis se agravó desembocando en un
proceso recesivo. - Entre 1996, los indicadores del mercado de trabajo,
debido a la reactivación de la economía,
mejoraron sensiblemente: el desempleo cayó del 16% al
12.4% y surgieron mas de 1300000 puestos de
trabajo. - Sin embargo, a mediados de 1998, se inició
la quinta etapa de nuevo deterioro de los indicadores
laborales, paralelamente en una nueva fase recesiva del ciclo
económico. La baja en el crecimiento de todo el 1999
(cercano al 4%) acentuó el desempleo.
Estos cinco puntos, determinan una clara derrota del
empleo en la batalla contra la Convertibilidad, hoy esta
convertibilidad es retada, el desarrollo es posible
CONVERTIBILIDAD SINÓNIMO DE
CRISIS
Hacia 1997, la deuda
externa
comenzará a
reducirse,
y hacia fin de siglo será
insignificante.
Domingo Cavallo
1993.
Cuando fue presentada la Convertibilidad en la sociedad
consideraba solo tres temas:
- La deuda
publica (externa) - Le desocupación
Se analiza a continuación cada uno de los
ítems.- LA DEUDA PÚBLICA EXTERNA: En marzo de
1981, alcanzó 17170 millones de dólares.
Como subsecretario de Estado y Presidente del Banco
Central en 1981 y 1982, el actual jefe del equipo
económico propició en aquel tiempo
garantías de tipo de cambio a una multitud de
empresas privadas, y así promovió la
elevación de esa deuda, sin contrapartida a favor
de la población, a 42 mil millones de
dólares. Esta es la deuda que recibió el
presidente Alfonsín en 1983.
- LA DEUDA PÚBLICA EXTERNA: En marzo de
- La errónea estructura
de precios vigentes.
Por primera vez el Dr. Menem, recibe
la presidencia a comienzos de 1989, y la conducción de
la economía, esta vez con una deuda
pública de 50 mil millones de
dólares.
Luego de cuatro años y medio la deuda
pública alcanzó los 82 mil millones de
dólares. Además, las autoridades de la
época consumieron los 20 mil millones generados por la
venta de
"las joyas de la abuela", es decir las empresas del
Estado.
Esos 20 mil millones debieron haberse utilizado para
bajar la deuda pública desde los originales 50 mil
millones de dólares con que el Ministro recibió
la conducción económica en 1989.
Los economistas y el pueblo se pregunta ¿es
razonable hacer subir la deuda externa desde el equivalente de
30 mil millones a 82 mil millones sin contrapartida de obras
beneficio de la población? ¿es razonable
subordinar a la política económica al pago de la
deuda externa pasando por el hambre y la desocupación de
millones de compatriotas que no recibieron, sino en
ínfima proporción, la contrapartida de obras
públicas a su favor?.
b) La desocupación aumentó en
todo el país de un promedio de 6.5% en 1991 al 17% en el
año 1998.
La verdad es que la economía nacional se
achicó con esta política económica. Por
eso les deben reducir la coparticipación a las
provincias y, por eso, la situación económica y
social angustiosa del interior. La pregunta es ¿vale la
pena un plan que "destruye empleos", todo para pagar la deuda
externa?
- Como concausa de los anteriores nombrados,
está el tema de los precios relativos distorsionados
que atacan fuertemente los sectores productores de bienes
transables. Estos sectores experimentaron las tasas mas alta
de crecimiento de la productividad en todas las
economías modernas. En lugar de ser alentadas por el
plan de Convertibilidad, fueron castigados.
Comparación con otros planes
económicos de otros tiempos.
Si se cree que la Convertibilidad Argentina fue la
única que causó crisis se estaría omitiendo
parte de la historia mundial. Otros países ya la han
experimentado con los mismos efectos que causo la de
Argentina.
Alemania tenía una convertibilidad que impulsaba
el por aquel entonces Presidente Milton Weimer en los años
’20. Haciendo un cuadro comparativo podríamos decir
que el periodo entre 1989 y 2001, se asemeja al alemán de
1923-1933,0 en lo que refiere a los efectos de la
convertibilidad.
Analicemos. En 1923 Alemania no
pudo pagar las pesadas reparaciones de la guerra que le impuso el
Tratado de Versailles, y los franceses en represalia, ocuparon la
cuenca alemana del Ruhr, rica en carbón y en acero. Los
obreros respondieron con una huelga de
brazos caídos, y el gobierno de Weimer decidió
apoyar la huelga y pagar los sueldos de los trabajadores con
emisión monetaria, la que provocó la hiperinflación de 1923 culminando el
20 de
noviembre de ese mismo año.
En dicho mes la tasa de inflación llegó
al 20% diaria.
A partir de diciembre de 1923 la hiperinflación
alemana se frenó mediante un programa de tipo de cambio
fijo y emisión monetaria con respaldo solamente.
Prohibiéndose luego la emisión de billetes para
evitar el aumento del gasto
público.
Al año siguiente no hubo inflación, hubo
una expansión económica. Pero el tipo de cambio
real quedo sobrevaluado sustancialmente.
Desde 1926 hasta 1932 Alemania trató de devaluar
para pagar su deuda externa por la vía de la
deflación interna de precios. Con este programa se
vivió un proceso de desocupación fuerte con
intentos de rebaja de salarios por la vía de la
recesión y la deflación, tal como el que
padeció la argentina en los años 90.
El fracaso del intento alemán por devaluar la
deflación desembocó en la deuda externa y
reactivó la economía alemana. Luego intento una
política exterior expansiva que terminó en 1945 con
60 millones de muertos.
PARTE II
FIN DEL
PROGRAMA Y COMIENZOS DEL NUEVO MODELO
DEVALUACIÓN
MONETARIA
"Un peso es igual a un
dólar,
pero solo dentro de la
Argentina.
Afuera, un peso es papel
pintado."
Rodolfo Terragno.
1994
Introducción
Era de esperar, luego de 10 años, y en medio de
una crisis económica, que el sector político
temblara, en cada promulgación del pueblo.
El ex Presidente Fernando de la Rúa
aparecía en los medios de
comunicación garantizando " un peso, un dólar",
cuando día a día los ahorristas retiraban los
depósitos y la compra de dólares aumentaba y
aumentaba, en medio de feriados cambiarios.
Nadie esperó que un 20 de diciembre de 2001, el
modelo que supo sacar a la Argentina de la hiperinflación,
empezara a resquebrajarse.
Luego de la renuncia de Dr. De la Rua, el plan
seguía en pie, y luego de sesenta y tres horas
después aún con la asunción del Dr. Adolfo
Rodríguez Saá, el uno a uno agonizaba en medio de
un manto negro que no permitía ver la realidad.
La colosal depresión, el creciente desempleo,
endeudamiento, y con las reservas del Banco Central extenuadas
por la fuga de capitales, el "encierro" de los depósitos,
ahorros y sueldos en el sistema bancario, paralizaron el movimiento
económico y financiero.
Se acentuó la cesación de pagos interna y
externa de miles y miles de personas y empresas, y dejó
sin fondos al vasto segmento de la economía informal y de
los sectores de menores recursos. El último "artilugio" de
Domingo Cavallo fue el disparador de la enorme revuelta popular
que le puso punto fin al gobierno de la maltrecha
Alianza.
Pero resulta un serio error de diagnóstico considerar que la crisis actual
es el resultado de problemas específicos o aislados unos
de otros como el desfase cambiario, la distorsión de los
precios relativos, falta de competitividad, desequilibrio fiscal,
marginalidad
social y subconsumo o excesivo endeudamiento.
Lo que se produjo fue una eclosión o estallido de
todos estos factores en una realidad única de
depresión, deflación, cesación de pagos,
fuga de capitales, hiperdesempleo e hiperpobreza.
La precipitación de la crisis y su desenlace
sorprendió a políticos y empresarios, quienes solo
tenían borradores de correcciones a los planes que
multiplicaba frenéticamente Cavallo.
Así, el nuevo gobierno (que asumió en
diciembre de 2001) heredó una pesada carga, con la
político e institucional que es el resultado de un acuerdo
provisorio entre las distintas corrientes que tienen estrategias
diferentes y divergentes entre sí.
Así se abrió una breve etapa de
transición en donde deberían haber resuelto
problemas, contradicciones, divergencias, intereses contrapuestos
y penurias, que se fueron acumulando al menos desde la primera
crisis de la Convertibilidad en 1994.
La pregunta del millón fue si el presidente
provisional electo le pondría punto final a la
Convertibilidad o dejaría esa tarea al gobierno que
días mas tarde vendría.
Dentro de los partidos
políticos había quienes sostenían que un
gobierno provisional es ideal para que llevara adelante esa
"pesada" y "sucia" tarea, mientras no faltaba los que opinaban
que si lo hacía un gobierno débil una eventual
devaluación, flotación o desdolarización
(pesificación) las consecuencias podrían ser
incontrolables. Y con el antecedente de los sucesos del 19 y 20
de diciembre, la crisis social podría volver a
estallar.
Pero no dudó en dar anuncio a las primeras
decisiones que en comienzo fueron tomadas con agrado por el
pueblo y por el sector, entre las más importantes se
recuerda:
·La suspensión del pago de la deuda externa, algo
que solo dos países hicieron en América latina: el
Perú de Alan García, en 1985 y Ecuador, hace
apenas unos pocos años. Rodríguez Saá
prometió que todo ese dinero
sería utilizado "sin dudar y sin excepción" para
crear puestos de trabajo.
· La creación de una tercera moneda "para
inyectar liquidez al consumo popular". Con ello se
devolvería el recorte del 13 por ciento que le impuso al
salario de los estatales el anterior Gobierno.
· Ratificación de la
Convertibilidad. "Son falsas las opciones de la dolarización o devaluación que
presentan a la Convertibilidad como el mal de la sociedad
Argentina", afirmó el presidente R. Saá
sentenciando por mas tiempo la Argentina y demorando mucho mas la
reactivación.
Pero entre tantos festejos, algarabía y gritos de
seguidores se prior izaba el nuevo bono nacional (El Argentino,
el cual nunca estuvo en circulación) y la
suspensión de la deuda pública, siendo unos de los
menos hablado el del fin de la convertibilidad.
Pero dos días después y luego de brindar
en las fiestas navideñas, los rumores cada día eran
mas fuertes, los feriados cambiarios continuaban y los ahorristas
se proclamaban frente a los bancos para que liberen sus
depósitos.
Frente a esto, otra mentira que duraría poco
tiempo volvía a la boca de los argentinos, el nuevo bono
ya era un hecho, la fecha de circulación había sido
programada para enero. Al mismo tiempo el secretario de Hacienda
Rodolfo Frigeri decía "es una salida ordenada de la
Convertibilidad", confirmando que no habría
devaluación ni dolarización, simplemente
querían que el cambio en la paridad del peso/dólar
no causare mas inconvenientes y que se vaya dando
paulatinamente.
En medio de tantas "buenas noticias", los
importadores desconfiaban de cada paso y de los rumores de una
fuerte devaluación.
Ante la incertidumbre de qué iba a pasar con la
paridad del peso y el dólar, los eslabones de la cadena
comercial empezaban a acusar el impacto de una posible salida de
la Convertibilidad.
Algunos comerciantes y fabricantes de productos
sensibles a la importación, con precios establecidos en
dólares, decidían retirar sus productos de
la venta ante el temor de no poder reponerlos en un futuro
mediato.
Incluso, los mayoristas endurecieron las condiciones de
pago para sus clientes:
Empresas que aceptaban cheques a 30
días, sólo se aceptaba en dólar, y
únicamente contado, en el caso de cheques a 30 días
en dólares o cheques en pesos a 15 días, en el
mejor de los casos.
Paralelamente, también los fabricantes de
golosinas aumentaron un 5% sus precios. En casi todos los
rubros se achicó la financiación de 90 a 30
días en pesos, y existían recargos del 20% en la
financiación en pesos.
En el rubro de los electrodomésticos, algunos
hipermercados o comercios grandes (con posibilidad de tomar
recaudos) –tal es el caso de Musimundo-, retiraron
mercaderías.
Esta actitud de los
comerciantes no fue una sorpresa: volvió a reflotar
la especulación por la cultura
inflacionaria argentina. La gente no se olvidó y la
reacción era tratar de protegerse ante cualquier
cosa.
Mientras unos recomendaban que los consumidores compren
antes del colapso otros opinaban lo contrario. Los rumores de la
Devaluación eran día a día mas fuertes y los
inversores extranjeros que tenían inversiones en
dólares se veían afectados directamente.
Entre ellas las principales empresas de origen español
que operan en el país reforzaron sus presiones ante el
Gobierno y manifestaron su oposición a cualquier
intento de devaluación, como así
tambiénal cambio en las tarifas de los servicios
privatizados, los que hasta el día de hoy luchan para un
aumento en ellas.
Entre otros grupos que
presionaban al gobierno nacional para evitar la
devaluación (según fuente: Diario Clarin y Pagina
12) encontramos: directivos de Repsol-YPF, Aguas de Barcelona,
Gas Natural,
Telefónica, Edesur, BBVV-Francés, Río-
Santander, Dycasa, Prosegur, Mafpre- Aconcagua y Acesa (Acceso
Oeste).
Los empresarios expresaron la inquietud que
existía por el lanzamiento de la nueva moneda denominada
"Argentino", que tendría un uso generalizado para el pago
de sueldos y facturas. Pero para las compañías de
servicios, el principal temor pasaba por la depreciación
que pueda sufrir la nueva moneda y la forma de trasladar esa
variación a las tarifas finales.
Entre tanto temor y en medio de la acumulación de
stock de los productos importados -por temor al aumento de los
precios- la caída de las importaciones seguía
aumentando.
Una caída del 39% en las importaciones
producía que a balanza comercial en noviembre (de
2001), tuviera un superávit de 770 millones de
dólares,
de enero a noviembre del mismo año las ventas al exterior
totalizaron 24.711 millones de dólares, un 3% más
que los 24.021 exportados durante el mismo período del
año 2000.
Se trataba del nivel más bajo de lo que iba del
año, reflejando la profundidad de la recesión, como
también el factor de convergencia que comenzó a
regir a mediados de 2001.
Este panorama impulsó el superávit del
2001 a 5.331 millones de dólares, lo cual
sextuplicó los 843 millones que se habían obtenido
durante el mismo período del año
anterior.
Pero se acercaba el final de año mas duro de los
gobiernos democráticos, encontrándonos con el
último día de Rodríguez Saá, ya que
sorprendió al pueblo con su renuncia, dejando fuera del
sistema todos los planes que se habían presentados en esos
escasos días.
Pero no fue poco el tiempo, ya que llegaba el cuarto
Presidente en lo menos de 12 meses.
Eduardo Duhalde, tomaba el mando del cuerpo de bomberos,
y en medio de un incendio debía maniobrar para poder
apagar el incendio de una Argentina quebrada.
Nuevamente las esperanzas relucían en el
país, mientras en Entre Ríos, sucedía todo
lo contrario. El nuevo Presidente, no dudó en tomar una de
las decisiones mas dura, comunicar a la Nación
que el final de la Convertibilidad había
llegado.
En su mensaje ante la Asamblea, Duhalde, dijo que se
comprometía "a realizar un gran esfuerzo personal para
resolver la crisis y poder transferir la banda presidencial a
otro ciudadano electo por el pueblo argentino dentro de dos
años".
Sin embargo remarcaba que "es el momento de decir la
verdad, la Argentina está quebrada, está fundida".
Inmediatamente aclaró que "desde mañana, sin
delegar la responsabilidad en la recuperación de la
paz social que me compete, estaremos trabajando junto con las
fuerzas políticas, laborales y no gubernamentales en la
implementación inmediata de salvación
nacional".
El Presidente sostuvo que "mi compromiso a partir de hoy
es terminar con un modelo agotado que ha sumido en la
desesperación a la mayoría del pueblo, para sentar
la base de un modelo que recupere la producción y el trabajo de
los argentinos, y promover una justa distribución de la
riqueza".
A medida que pasaban los días, los nuevos
ministros comenzaban a trabajar, presentando la nueva paridad del
peso frente al dólar.
El grupo de
economistas que acompañaba al ministro, Jorge Remes
Lenicov, analizaban las alternativas del nuevo plan
económico para salir de la Convertibilidad.
La propuesta que tuvo mayor consenso fue la de aplicar
una "devaluación controlada" del peso: la que fue
del orden del 30%, para establecer una nueva paridad de 1,30
peso por cada dólar.
Según los planes oficiales, el Gobierno
intentó mantener estable esa paridad durante 90
días, para luego ir fijando el valor del peso en base
a una canasta de monedas, integrada por el dólar, el euro
y el real brasileño.
Estos cambios se concretaron a través de una
Ley de Emergencia Económica que el Gobierno
aspiró a que sea aprobada por las dos Cámaras del
Congreso. Siendo aprobada por una unanimidad.
Esa ley, columna vertebral del plan que buscaba aplicar
Remes Lenicov, no fijaba el nuevo tipo de cambio sino que
autorizaba al Poder
Ejecutivo a establecer la paridad con el dólar que
considerara conveniente.
Esa Ley de Emergencia daba por terminada la
Convertibilidad e instrumentaba la
"desdolarización" (o como le llamamos hoy en día
pesificación de las deudas) de diversos contratos en
dólares y entre los cuales se destacaban los
correspondientes a las tarifas de los servicios
públicos y los alquileres.
El equipo del Ministro de Economía trabajó
contrarreloj para que todos los cambios estuvieran instrumentados
antes de la apertura de los mercados (porque en esos
días se había decretado feriado cambiario),
para así proceder a enviar el proyecto de
Presupuesto 2002.
Este esquema se completaría con una
"pesificación" parcial del sistema financiero: se
pasarían a pesos todas las deudas en dólares
tomadas por los particulares en los últimos
años.
Esto incluyó los créditos hipotecarios,
los prendarios y los préstamos personales. La idea fue
aplicar esa conversión después de la
devaluación, lo que implicaría que la deuda en
pesos sería mayor. Pero se compensó al deudor
con una reducción de intereses y mayores plazos para
pagar.
De todos modos, lo que se considera un hecho es que
ninguna de las alternativas en danza para
salir de la convertibilidad podría sostenerse sin un
respaldo del FMI. Es por eso que hasta el día de hoy
continúan las negociaciones.
Dentro del cúmulo de medidas que se analizaron,
se mencionó una que inquietó a los representantes
del sector agropecuario: la reimplantación de
retenciones a las exportaciones. De esta forma, el Fisco se
quedaría con una porción de la renta extraordinaria
que recibirían esos sectores por la depreciación
del peso respecto del dólar.
En la misma línea de pensamiento iría otra
decisión: aplicar un impuesto
extraordinario a las exportaciones de las petroleras, para
capturar parte de la supuesta mejora de rentabilidad
que obtendrían por la devaluación.
La declaración de "emergencia" facilitó
esos cambios en las reglas de juego,
invocando que la salida de la Convertibilidad estaría
rompiendo el equilibrio
entre usuarios y prestadores de servicios. Simultáneamente
se propondría a las empresas privatizadas renegociar
algunos aspectos de los contratos para compensar las alteraciones
financieras: podrían tener más plazo de
concesión o dilatar el plan de inversiones, por
ejemplo.
A medida que pasaban los días y una vez
"enterrada" la Convertibilidad, la nueva etapa
comenzaba.
La salida del 1 a 1 trajo varios cambios para la gente y
para los empresarios. El dólar pasó a costar
1,35 o 1,40 peso y se estancó en ese valor al menos
por unos días, a pesar que lo planeado fue que sea
por tres meses.
Las exportaciones se liquidaban con ese valor en las
primeras semanas. Y también algunas importaciones, pero no
todas: las que no eran consideradas vitales para el desarrollo de
la economía se las liquidaba en el mercado libre,
donde el precio del dólar se fijaba según la oferta
y la demanda.
La suba del dólar produjo un aumento en el precio
de los productos importados y de aquellos de
fabricación nacional que tienen algún componente
importado.
También se encarecieron en el mercado interno los
productos que se exportan con mejor rentabilidad en el
exterior (granos, carnes, combustibles).
El productor exigiría precios mayores para
venderlos en el país. Un ejemplo de esto sería el
trigo, cuyo aumento derivó en subas en subproductos como
la harina y, por ende, impactando sobre la precio del
pan.
El caso mas claro fue el de los combustibles, ya que su
aumento fue del 98% en menos de 8 meses, generando aumento en la
mayorías de los productos, y obviamente una
disminución en la demanda de centenares de
ellos.
Si las reglas microeconómicas dicen que a menos
precio mayor es la demanda, la pregunta es ¿porqué
accionistas de las empresas petroleras siguieron aumentando los
precios a pesar de que la cotización
bajó?.
La respuesta que se manifestó es que sé
prior izaba la maximización de los beneficios,
importándole mas que el desarrollo del mercado interno, ya
que al ser alto el precio los consumidores compraban
combustibles, lo que no generaba problemas para las petroleras ya
que lo que no se vendía se exportaba a mejor
precio.
Inevitablemente este tipo de cambio no afectó la
producción local, para lo que el Gobierno sostenía
que la devaluación no debía provocar una
suba de precios de los productos de fabricación nacional
en el caso de lo que no tenían insumos importados ni
costos de
producción dolarizados.
Los aumentos obedecerían a las expectativas
negativas de productores, fabricantes y comerciantes que
buscaban cubrirse frente a la depreciación del peso. Por
eso, Duhalde convocó a supermercadistas y fabricantes
de alimentos
para acordar un comportamiento racional, que evite que la
devaluación afecte a los consumos básicos del
sector de menos recursos.
Obviamente esta nueva paridad por un tiempo
generó grandes problemas en las empresas. Los costos en
moneda local son menores por la devaluación. Por
ejemplo, la incidencia de los salarios, medida en dólares,
es más baja. Antes de la devaluación eso se lograba
mediante rebajas saláriales directas. Sin embargo, la
tecnificación de los procesos productivos generó
una mayor utilización de insumos
importados.
Así día a día, el dólar iba
subiendo su precio hasta llegar a $3.88, a fines del 2002,
limitándose mas y más las importaciones y una
fuerte demanda del exterior de nuestros productos.
Obviamente, que este importante cambio trajo aparejado
que los consumidores dejaran de consumir y se volviera a otros
productos que habían desaparecido.
En este contexto y con la presencia de un dólar
fijado en alrededor de los $ 3 fueron surgiendo nuevas empresas y
otras que habían dejado de existir en los comienzos de la
Convertibilidad, ya que su producción en el país no
convenía porque era mas barato traerlos del exterior, con
todas las consecuencias que le traían
aparejada.
He aquí la nueva etapa de la cual se presenta
esta tesina, la nueva era, la era de la sustitución de
importaciones, la era del cambio, la era de la producción
propia, la época en la que debemos ajustar los botines y
salir a la cancha nuevamente para devolverle la felicidad a todos
los argentinos
La industria Argentina en el escenario
posconvertibilidad.
a) Principales características de la
época.
En la prolongada crisis que sufrió el sector
manufacturero en los últimos años de la
Convertibilidad sobresalen los siguientes aspectos:
- Desindustrialización: este
proceso se agudiza así como también el de la
reestructuración regresiva del sector manufacturero
local. Hoy la industria argentina tiene el mismo
tamaño que hace un cuarto de siglo, es mucho menos
industrial que entonces y ha decrecido la creación
de fuentes
de trabajo.La apertura comercial con la compra en el exterior
de insumos y productos finales, principalmente encarados
por las firmas industriales de mayor tamaño, produjo
un fuerte debilitamiento de la producción fabril
afectando principalmente a las Pymes. - La producción industrial se ubica en
las primeras etapas del proceso productivo (proviene
de la agroindustria) cae así el valor agregado y la
elaboración productiva. - Destrucción de los puestos de
trabajo: las políticas económicas de
los 90 conlleva a una fuerte disminución de obras que
se ocupan de dar actividad a los asalariados, deteriorando
los ingresos de
los trabajadores. Esto trajo la regresión en la
distribución fabril, pasando a empresarios al sector,
gran parte de los recursos de la productividad. - Concentración
económica: La producción se
concentró en un reducido número de empresas
(las 100 firmas mas grandes alcanzaron el 50% de la
producción total) estas empresas son fuertes
exportadoras con alta capacidad para hacerlo, además
tienen capitales que controlan las importantes firmas
líderes en sus respectivos mercados. - Extranjerización: la mayor
concentración de la producción industrial se
manifiesta en la extranjerización de la
producción, con nuevas modalidades de
radicación de firmas transnacionales, lo que provoca
la declinación de grupos económicos
locales. - Reestructuración de los grupos
económicos: los grandes grupos
económicos mantienen e incrementan su
participación en la agroindustria incrementando el
proceso de internacionalización financiera.Esto se debió a que económicamente
no tenían los recursos económicos suficientes
para como para hacer fuerte a sus propios procesos
productivos. - Predominio del contexto
macroeconómico: el proceso de
liberación comercial incidió en desmedro de las
pequeñas y medianas industrias dándose el caso
de que las pymes debieron enfrentar tasas de interés
muy superiores a las que pagaban las grandes
firmas. - Recesión del ingreso: mientras
que las firmas industriales lideres se desenvolvían en
forma exitosa los trabajadores de estos grupos sufrieron la
disminución del ingreso y muchas pequeñas
empresas se vieron inmersas en la crisis.
Así vemos que hay un doble proceso de
transferencia de los ingresos: desde el trabajo al capital y el
capital de las pequeñas y medianas firmas hacia las de
mayor tamaño.
b) Globalización.
Después de la devaluación y el quiebre de
la política económica dominante de los 90 parece
abrirse una nueva etapa plagada de interrogantes, el
desafío es recuperar el tiempo perdido construyendo una
perspectiva propia que tengan en consideración a los
distintos sectores como condición necesaria para resolver
la crisis.
1) El neoliberalismo, o sea, el fundamentalismo
globalizador, plantea que la revolución
científico-tecnológica provoca la
desaparición de los espacios nacionales como ámbito
primario de la actividad económica y social. Las
personas serían hoy individuos que integran tejidos y
redes
transnacionales, organizados a partir de las decisiones de los
centros que ejercen el poder en el orden global. Es decir,
las corporaciones y los mercados
financieros mundiales más un reducido grupo de grandes
potencias, encontrándose en primer lugar los Estados
Unidos.
Los Estados nacionales y la democracia representativa en
América Latina constituyen un anacronismo del viejo
orden. Las únicas decisiones que se consideran viables
redundan en la transmisión de señales
amistosas a los titulares del poder global y el
renunciamiento a la existencia de una moneda nacional y otros
instrumentos propios de conducción autónoma de la
economía.
En esta lógica,
Argentina constituye un caso de estudio apasionante ya que es el
país que aplicó, hasta sus últimas
consecuencias, el fundamentalismo globalizador. Los aparentes
éxitos iniciales, en el transcurso de la década de
los 90, hicieron creer que, efectivamente, la estrategia
adoptada era correcta. Los hechos terminaron por demostrar
exactamente lo contrario.
El fundamentalismo globalizador es funcional, en primer
lugar, a los mercados financieros especulativos. Prosperan
con el aumento de la demanda de crédito y el arbitraje de
activos y pasivos
financieros, aunque no tengan nada que ver con la actividad real
de la producción, inversiones, comercio y
empleo.
Por eso, es en la actividad financiera donde proliferan
los más fervientes epígonos del neoliberalismo.
Sobre todo, en países de la periferia, como el nuestro,
que no lograron construir un fuerte sentido de pertenencia a un
destino común y una perspectiva propia del comportamiento
del sistema. En tales casos, sucede que las elites
económicas más influyentes conciben la
acumulación de poder en una función
subordinada a los intereses transnacionales. Carecen así
de la capacidad de impulsar modelos de
desarrollo integrados e inclusivos del conjunto de la sociedad,
abiertos al mundo y capaces de establecer relaciones
simétricas no subordinadas con la
globalización. El resultado inevitable es el subdesarrollo,
gran desigualdad en la distribución del ingreso, fracturas
profundas en la sociedad, inestabilidad institucional y
vulnerabilidad de la seguridad
jurídica y el régimen de contratos. Argentina es
hoy un ejemplo notable.
El neoliberalismo está actualmente jaqueado en
todo el mundo. La ortodoxia, bien vista por los mercados y
promovida por el FMI, está siendo muy criticada por su
incapacidad de enfrentar las crisis y ordenar el comportamiento
de los mercados. En el terreno académico, son cada vez
más y más notables las voces que se alzan para
cuestionar los supuestos del fundamentalismo globalizador. La
evidencia empírica es abrumadora.
Por una parte, las sucesivas crisis en mercados
emergentes y burbujas especulativas – incluso en los
países desarrollados- generan un gran "efecto rebote", lo
que de una manera u otra afectan indistintamente a diferentes
sectores de la economía Argentina. Por otro lado, el 90%
del producto total de la economía mundial en el que
confluyen el comercio, las inversiones y la información se componen realmente por un
80% de los propios mercados internos de los estados nacionales.
En una suerte de desmitificación se podría afirmar
que las economías mundiales están constituidas casi
en su totalidad por la dinámica y el consumo de los
mercados internos, siendo la exportación un porcentaje mínimo en
materia de circulación de bienes, constituyendo el fuerte
del pequeño porcentaje de la exportación el
importante caudal de divisas que les deja el intercambio de
dichas materias primas y/o manufacturas.
Para decirlo de otra manera, la exportación
aislada no supone el crecimiento del país. Es solamente
una condición necesaria, pero no suficiente. La
volubilidad de la situación del Comercio Internacional
hace que cualquier proceso de desarrollo industrial, -a
excepción de los encarados por empresas internacionales
para su comercio intra firmas-, deba emprenderse teniendo en
cuenta un mercado interno estable y creciente.
"Mercado interno y mercados de exportación son,
en consecuencia, dos brazos de una misma pinza que los argentinos
debemos utilizar para tomar el problema del subdesarrollo
crónico, ponerlo en la fragua del crecimiento y
convertirnos en la nación que sea merecedora de tal
apelativo."
Dentro de estos datos, se analiza
la participación del sector obrero, los que en gran parte
(entre 8 y 9 de cada 10 trabajadores en el mundo) se los destina
a que produzcan para el mercado interno de sus respectivos
países. Apenas el 10% del producto mundial corresponde a
las actividades transnacionalizadas. Y solo el 20% de la
producción mundial traspone las fronteras nacionales. En
síntesis, entre 1 y 2 de cada 10 ocupados trabaja para la
economía global.
En cuanto a la inversión, más del 90%
de la producción mundial se financia con el ahorro interno
de los países. O sea, que las inversiones de las
filiales de las corporaciones transnacionales solo aportan el 10%
de la inversión total.
A su vez, el 95% de la inmensa masa del movimiento de
capitales financieros, que se refleja en movimientos diarios de
los mercados cambiarios, del orden de los dos billones de
dólares, son de carácter especulativo no vinculados a la
economía real.
Al mismo tiempo, el enfoque endógeno de la
teoría
del desarrollo, destaca que los tejidos productivos y sociales,
las instituciones, los valores,
los procesos acumulativos de capital, tecnología y
eficiencia en
la
administración de recursos, se construyen, en
primer lugar, dentro de cada sociedad en su propio espacio
territorial, abierto y vinculado al mundo, pero apoyado en la
solidez de los vínculos interiores fundados en la historia
y la cultura de cada sociedad. Nada de esto puede importarse ni
aprenderse en un manual adquirido
en Washington, Londres o Frankfurt, cada sociedad, cada
país, construye su trayectoria y su realidad. En todo
caso, su éxito depende de la eficacia de sus
respuestas a las oportunidades y amenazas que plantea la
globalización.
Es preciso reflexionar sobre la naturaleza de
la
globalización y el desarrollo para salir del
callejón sin salida en el cual el neoliberalismo ha
encajado a la Argentina. Nuestra experiencia revela que el
costo de las
políticas neoliberales terminaron por desubicar al
país en el sistema internacional en todas las áreas
principales de la globalización. Las respuestas
fundamentalistas no pudieron ser peores.
EL INTERCAMBIO
COMERCIAL EN LA ARGENTINA POST CONVERTIBILIDAD
Durante el periodo 1990-2001 se produjo un significativo
incremento comercial (185.7%), debido tanto al incremento de las
exportaciones como de las importaciones -aunque sus variaciones
no han sido proporcionales, observándose que estas ultimas
han tenido un crecimiento pronunciado con respecto a las
exportaciones, en datos sería: 398.5% contra
115.4%.
Al comienzos de 2002 se produce un sinceramiento de la
debacle nacional con sus efectos sobre los sectores y sus
agentes económicos. Por lo tanto, y en el contexto del
abandono de la paridad $1=US$ 1, de la Ley de Convertibilidad, de
la restricción a la libre de los depósitos
bancarios y de la persistente recesión respaldada por los
guarismos sobre el desempeño de nuestro PBI apuntando mas
arriba, resulta interesante someter a análisis el
comportamiento del intercambio comercial argentino para el
periodo enero-septiembre de 2002.
A tal efecto se adecuan a los fines comparativos, los
valores anuales de 2001, periodo apuntado en el párrafo
anterior.
Intercambio Comercial | |||||
Período | Exportaciones en millones U$S | Exportaciones variaciones % | Importaciones en millones U$S | Importaciones variaciones % | SALDO |
1990 | 12352.5 | — | 4076.7 | — | 8275.9 |
2001 | 26610.1 | 115.4% | 20321.1 | 398.5% | 6288.9 |
FUENTE: elaboración propia del |
Durante los primeros tres trimestres de la
devaluación se ha observado las siguientes
variaciones:
- Tanto las exportaciones como las importaciones han
experimentado sendas caídas, del orden del 6.9% y
60.6%, respectivamente.
Estas variaciones se corresponden con la existencia de
un nuevo esquema cambiario, posconvertibilidad, que torna mas
atractiva la exportaciones de nuestras producciones, en tanto
desalienta las importaciones.
No obstante ello, las ventas en los primeros meses no
se han incrementado, -solo han disminuido levemente en
comparación con los valores alcanzados por nuestras
compras
externas- debido a la necesaria adecuación productiva
que las empresas, en muchos casos, deben realizar para abordar
la experiencia exportadora. Los bajos niveles de
inversión por el escaso capital de
trabajo y la disminución de los créditos
productivos, así como también la dependencia de
bienes intermedios y de capital, que desmantelada la industria
nacional, es menester adquirir en países extranjeros. Un
dato para destacar es que el paupérrimo volumen que
exhiben las importaciones tienen que ver con la
modificación significativa del tipo de
cambio.
Intercambio comercial | ||||||
Periodo | Exportaciones en millones | Exportaciones variaciones | Importaciones en millones | Importaciones variaciones | Saldo | Variaciones % |
2001 | 20442 | — | 16543.7 | — | 3898.3 | — |
2002 | 19035 | (6.9) | 6526.0 | (60.6) | 12509 | 220.9 |
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