La Política Sexual de Reinaldo Arenas: Realidad, ficción y la verdadera historia de la revolución cubana
- La
Revolución Cubana trajo la libertad - Medidas innovadoras de la
Revolución Rusa - Retirada
contrarrevolucionaria sobre los derechos
homosexuales - Cuba no es inmune a la
realidad - Unidades militares de
ayuda a la producción (UMAP) - La "revolución
sexual" de Arenas - Emancipación de la
mujer - Promiscuidad o la
autoestima - Los orígenes de la
ideología sexista - Arenas
reinventado - Arenas como
escritor - Ejemplos de resistencia y
renuncia - Identificación y
análisis de errores - Pasos hacia
atrás - La trayectoria de
Arenas - Final
trágico - Contra la
discriminación homosexual - Desaparición de
tabúes - Fidel Castro habla sobre
el tema - Películas reflejan
avances - Contraste con Estados
Unidos - La lucha por cambios
respaldados por la revolución - La puerta está
abierta
La trayectoria de los derechos de los homosexuales en Cuba ha sido objeto de
desinformación y mala información desde hace
décadas. Una reflexión histórica sobre el tema,
del activista político Jon Hillson, de Los Ángeles, a propósito de
una película dedicada a difamar y a tergiversar la realidad
sobre el tema.
La trayectoria de los derechos de los homosexuales en
Cuba ha sido objeto de desinformación y mala
información desde hace décadas. Los esfuerzos previos
por los enemigos de Cuba para usar las deficiencias del gobierno en los años 60 y 70
en esta área se vieron coronados con el "documental" de
Néstor Almendros Conducta Impropia, producido en
1984 y lleno de fabricaciones, distorsiones y verdades a medias.
Pero la campaña comenzó a irse a pique debido a los
significantes cambios que se dieron en Cuba. Esta evolución está
simbolizada en la película de Tomás Gutiérrez
Alea: Fresa y Chocolate (estrenada en Estados Unidos en 1994) en la que
se critican aspectos dogmáticos del Partido Comunista de
Cuba e impugnan los prejuicios en contra de los
homosexuales.
Sin embargo, ahora vuelve Antes que Anochezca, la
mañosa y biónica hija de Conducta Impropia, como un
intento de resucitar la cruzada anticubana de su precursor
desacreditado. Pero no nos sorprende. Mientras que los
ideólogos de la ultraderecha simplemente niegan los logros
irrefutables de la Revolución, los enemigos más astutos
del gobierno cubano durante mucho tiempo han visto en su
política hacia los homosexuales una oportunidad para
atacarlo. Esto sirve a la campaña central de Washington
contra Cuba —la supuesta violación de los "derechos humanos" por parte del
gobierno— campaña que comenzó prácticamente
con la victoria de la Revolución y continúa sin pausa
desde entonces.
La ampliación de los derechos de los homosexuales
en Cuba en la última década y media —y el fin a
la política más onerosa hacia los homosexuales quince
años antes— es corolario a la ampliación de los
derechos del pueblo trabajador en la isla. Más y más
tabúes se han desmoronado frente al creciente debate y la discusión
sobre temas políticos, económicos y
culturales.
Un estudio de estos procesos será muy
útil para aquellos que quieran esclarecer y responder a las
interrogantes de Antes que Anochezca, particularmente los
aspectos de la homosexualidad.
LA REVOLUCIÓN CUBANA
TRAJO LA LIBERTAD
Los resultados liberadores de la primera Revolución
Socialista en América crearon un
clima de libertad sin precedentes en
Cuba. Reformas profundas —empezando por el desmantelamiento
de la policía secreta de Batista, hasta la abolición de
las leyes racistas— desató
un florecimiento del arte, la cultura y la música, y el acceso popular a
éstas. A medida que las prioridades de los trabajadores y
los pobres del campo asumían un papel más importante,
nació un movimiento de liberación
de la mujer. Esto desafió la
realidad y el legado de la opresión y discriminación de la
mujer, así como su estatus
de segunda clase. Los centros infantiles
se convirtieron en un derecho. Se relajaron dramáticamente
las severas leyes del divorcio. Para 1963, la
ley contra el aborto se abolió y el
derecho a la libertad de reproducción se
institucionalizó.
Aunque estos cambios radicales afectaron a los
homosexuales, la revolución cubana no
llevó a cabo las medidas innovadoras que realizaron los
bolcheviques durante los primeros meses de la revolución rusa. Es
más, hubiera sido prácticamente imposible que la nueva
generación que tomó el poder en 1959 supiera de
dichos avances.
MEDIDAS INNOVADORAS DE LA
REVOLUCIÓN RUSA
En diciembre de 1917, el régimen soviético
eliminó las leyes reaccionarias en contra de los
homosexuales de la tiranía zarista. Esta acción sin precedentes
fue resultado del lanzamiento de nuevos programas y políticas destinadas a la
emancipación del sexo femenino. El doctor
Grigorii Batkis, Director del Instituto de Higiene Social de Moscú, en
1923 escribió en su libro La Revolución
Sexual en Rusia "La relación del
derecho soviético al ámbito sexual se basa en el
principio de que las demandas de la gran mayoría del pueblo
corresponden y están en armonía con las conclusiones de
la ciencia
contemporánea".
Explicó que "La legislación soviética se
basa en el siguiente principio: La absoluta ausencia de
interferencia del estado y la sociedad en asuntos sexuales,
mientras nadie sea lesionado y mientras los intereses de la
persona no sean usurpados ni
invadidos… la legislación soviética trata a [las
practicas homosexuales] exactamente igual que la llamada
relación sexual ‘natural’. . Todo tipo de
práctica sexual es asunto privado". [énfasis en el
original]
"La Revolución [de Octubre] no dejó en pie
ningúna de las viejas leyes despóticas e infinitamente
no científicas; no siguió el camino de la
legislación reformistas burguesa, la cual, con sutilezas
jurídicas, todavía mantiene el concepto de propiedad en el campo sexual y
en última instancia exige que la doble moral siga imponiéndose
sobre la vida sexual. Estas leyes siempre ocurren al ignorar a la
ciencia", explica el doctor
Batkis. Repitiendo la teoría y la práctica
bolchevique, el doctor colocaba la liberación de la mujer en
el derrocamiento de las relaciones de propiedad capitalistas y la
sobreexplotación del sexo femenino dentro de dicho sistema.
"No hay sociedad en el mundo entero que tenga estas
metas, cuyos problemas no han sido
confrontados por ninguna revolución previa", escribió
Batkis.
RETIRADA
CONTRARREVOLUCIONARIA SOBRE LOS DERECHOS
HOMOSEXUALES
La política contrarrevolucionaria liderada por
Stalin que coronó a la reacción burocrática a
finales de 1920 y principio de los años 30, necesariamente
atacó los aspectos más progresistas de la ley
soviética para consolidar su dominio indiscutible. A medida
que este régimen conservador consolidaba sus privilegios y
beneficios expulsando a los trabajadores del actuar
político, y del gobierno, desarticulaba la libertad
artística y literaria, reducía los logros críticos
obtenidos por las mujeres y daba carácter oficial a
restricciones políticas, culturales y sociales. Stalin
intervino personalmente para criminalizar la homosexualidad en
1934, imponiendo una condena federal de 5 años de
prisión por actos consensuales entre hombres adultos. En
1935, para consagrar aún más las normas de la "nueva familia" el gobierno
ilegalizó al aborto, el cual había sido
legalizado en los primeros meses del régimen
revolucionario.
El notable novelista ruso Máximo Gorki, reducido a
servir de cómplice o señuelo de la casta gobernante,
anunció en un folleto subvencionado por el estado que "en los
países fascistas, la homosexualidad, que arruina a los
jóvenes, florece sin ningún castigo. En el país
donde el proletariado ha obtenido audazmente el poder, la
homosexualidad ha sido declarada como un crimen social y es
severamente castigada". Todo esto definía la posición
"comunista" respecto a los homosexuales: un lastimoso eco de la
reacción y prejuicio capitalista,
expresada en vocabulario marxista.
La seudo ciencia estalinista mantenía que la
homosexualidad era una manifestación de la "decadencia
burguesa" y una "degradación de la moral". Freud, quien aconsejó que la
homosexualidad era un fenómeno sexual que ocurría
naturalmente, fue proscrito. En la URSS las mujeres que
tenían múltiples partos eran retribuidas con dinero y condecoradas con
medallas. Hasta 1971, la recién publicada Gran Enciclopedia
Soviética, definía a la homosexualidad como "una
perversión sexual que consiste en una atracción
antinatural entre personas del mismo sexo. Ocurre en los dos
sexos. Los estatutos penales de la URSS, los países
socialistas y hasta algunos estados burgueses, penalizan la
homosexualidad". Y esto, después de que la rebelión de
Stonewall en la ciudad de Nueva York en 1969 se convirtiera en el
inicio simbólico del movimiento moderno por la
liberación homosexual. Hasta 1973 esto fue también la
perspectiva, en palabras más "científicas", de la
asociación de siquiatras más prestigiosa en los Estados
Unidos.
Fue en el contexto de esta "ortodoxia" que los
revolucionarios cubanos alcanzaron su mayoría de edad, en
los años 50, al adoptar el marxismo, primero en el
Partido Socialista Popular pro moscovita, el cual accedió a
también tomar las armas en el último año
de la guerra revolucionaria. Su
liderazgo y miles de cuadros
representaron un componente importante en la serie de grupos revolucionarios que
surgieron después de la toma del poder en 1959, culminando
en la formación del Partido Comunista de Cuba en 1965. Este
proceso llevó a la nueva
generación a establecer relaciones con la URSS, China y el "movimiento
comunista mundial". Fue a través de este lente distorsionado
que vieron la marcha de la historia y la última palabra
sobre cuestiones que antes estuvieron en disputa. Fue en este
año del 2001 que la asociación de siquíatras de
China abandonó su posición histórica que la
homosexualidad es una enfirmidad.
Para alcanzar una posición "en armonía con las
conclusiones de la ciencia contemporánea", los jóvenes
revolucionarios cubanos enfrentarían la tarea titánica
de limpiar un camino en medio de la basura del "marxismo oficial"
en todos los campos, buscando una vía hacia las ideas
emancipadoras y las experiencias del joven régimen
soviético, dirigido por el partido bolchevique de Lenin.
Estos fructíferos debates, documentos, resoluciones y
archivos de los
acontecimientos fueron sepultados por los infalibles comisarios
del "socialismo desarrollado". Sus
instructores, catecismos y manuales —reforzados por
los golpes de garrotes y botas— no permitieron ninguna
pregunta, peor aún oposición.
Careciendo de toda conexión viva con la más
avanzada posición científica de las primeras
generaciones de revolucionarios, los militantes cubanos surgieron
en un entorno internacional en el cual la homosexualidad era
severamente reprimida en el llamado mundo desarrollado, un
tabú incalificable en el Tercer Mundo y condenada como un
crimen contra la naturaleza por quienes, en
nombre del comunismo, tenían las
riendas del poder en el resto del planeta.
CUBA NO ES INMUNE A LA
REALIDAD
No se podía esperar que la revolución cubana
ni entonces ni en retrospectiva, diera un salto por sí sola
sobre tan grandes obstáculos históricos e
internacionales. Es más, algunos —por ignorancia o
demagogia, o ambos— identificaron la homosexualidad
masculina con la pornografía y la comercialización del sexo
endémico en La Habana antes del triunfo de la
revolución. La atracción al sexo homosexual
ilícito era un componente de la industria de la prostitución que esclavizaba
y explotaba cerca de 100 000 mujeres (en una población de seis
millones de habitantes) para servir al negocio del turismo, convertiendo a La Habana en el
burdel más grande del Caribe. El negocio del sexo
encasilló perfectamente junto a otros negocios lucrativos como los
casinos, el juego y la droga; elementos soeces que
embadurnaron a Cuba.
Tomará tiempo y será necesario llevar a cabo
luchas para resolver las contradicciones entre el contenido
profundamente progresista de los cambios realizados
colectivamente por el pueblo cubano, por un lado y, por el otro,
la homofobia. Este fenómeno se basa en la poderosa
combinación del machismo (con sus cimientos en las
relaciones sociales y económicas del capitalismo colonial) y el
atraso cultural que refleja, reforzado por la reacción
clerical y el oscurantismo de la Iglesia Católica. Todo
esto apuntalado por la tutela "científica" de
Moscú.
Mientras que se aceptaba que "un homosexual" podía
tener "una correcta posición política", Fidel Castro dijo al
periodista norteamericano Lee Lockwood en una entrevista extensiva en 1965
(publicada como el libro Cuba de Castro, Fidel de Cuba) "nunca
hemos creído que un homosexual pueda personificar las
condiciones y requisitos de conducta que nos permita considerarlo
un verdadero revolucionario, un verdadero comunista. Una
desviación de esa naturaleza choca con el concepto que
tenemos de lo que debe ser un militante comunista".
"Pero sobre todo", continuó el dirigente cubano,
"no creo que nadie tenga una respuesta definitiva sobre la causa
de la homosexualidad. Creo que debemos considerar cuidadosamente
este problema. Pero seré sincero y diré que los
homosexuales no deben ser permitidos en cargos donde puedan
influenciar a los jóvenes". El dirigente cubano hizo este
planteamiento en el contexto de "las condiciones en las que
vivimos" —cuando todavía la huella de Bahía de
Cochinos y la Crisis de Octubre estaba
viva— y la necesidad de "inculcar en nuestros jóvenes
el espíritu de disciplina, de lucha, de
trabajo. Esta actitud quizá no sea
correcta, pero es nuestra sincera opinión".
UNIDADES MILITARES DE AYUDA A
LA PRODUCCIÓN (UMAP)
Las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP) fueron
iniciadas en 1965 por el gobierno cubano. En ellas se basa Antes
que anochezca para alegar generalizados arrestos de homosexuales.
Soldados y policías cubanos llevaron a miles de supuestos
delincuentes, desde homosexuales y lesbianas hasta Testigos de
Jehová, a campamentos de trabajo para cumplir con obligaciones militares que el
gobierno consideraba que no se podían realizar en las
fuerzas armadas. El proyecto de las UMAP, al modo de
explicación, se llevó a cabo en el contexto más
amplio de una movilización militar en toda la isla de casi
todos los ciudadanos aptos para ser entrenados en la defensa
militar. Se impuso esta necesidad con base en la experiencia
cubana con la invasión de Bahía de Cochinos patrocinado
por Estados Unidos, el apoyo de Washington para las bandas
terroristas en las montañas del Escambray y la amenaza del
ataque nuclear por parte de Estados Unidos durante la "crisis de
los misiles" –- de octubre, 1962 —unos años
antes. Además, en la primavera de 1965, Washington
envió a más de 20 000 soldados para aplastar una
rebelión popular en la vecina Republica
Dominicana.
Los deberes de la UMAP se enfocaron principalmente en la
zafra de la caña de azúcar. A diferencia de
otras iniciativas del gobierno, poco se habló en la prensa cubana sobre las UMAP. De
todos modos este programa fue objeto de protestas
en Cuba por la Unión Nacional de Escritores y Artistas de
Cuba (UNEAC), así como por importantes aliados
internacionales de la revolución.
Los cubanos entrevistados por el poeta nicaragüense
Ernesto Cardenal entre 1970 y 1971 en su caluroso libro, En Cuba
(dedicado "al pueblo cubano y a Fidel"), hablan libremente en
oposición a la UMAP y algunos opinan sobre su abolición
en 1967. Un joven poeta miliciano dijo a Cardenal: "Yo estuve
allí [en las UMAP]… no como preso sino como miliciano.
Sí, carcelero digamos. Yo vi los malos tratos, pero solo
hacíamos guardia. A Fidel le contaron lo que allí
había. Una noche asaltó una posta de guardia y la
capturó y se metió dentro, como que fuera preso, para
ver qué trato les daban. Se acostó en una hamaca. Los
presos dormían en hamacas. Los despertaban golpeándolos
con sables; o si no, les cortaban las cuerdas de la hamaca.
Cuando uno de los guardias levantó el sable se encontró
con la cara de Fidel; casi se muere." El joven describió
otros abusos que Fidel observó. "Esa es otra de las
hazañas de Fidel", dijo, "Fidel es el hombre de los asaltos
[visitas inesperadas]".
Castro "suprimió" los campos, dijo el miliciano a
Cardenal, pero "nadie los menciona". Otro joven que trabajó
en el campamento explica que a pesar de la experiencia "nosotros,
en el UMAP descubrimos que la revolución y el UMAP eran
separables. Y nos dijimos: no nos iremos de Cuba, para hacer que
esto malo no sea malo… A los tres años terminó el
UMAP con el discurso de Fidel".
Un "joven marxista revolucionario" contó una
historia a Cardenal. "A cien jóvenes de la Juventud Comunista se les
quitó su carnet y toda otra identificación y fueron
entregados como presos al UMAP. A ver cómo los trataban. Fue
una operación secretísima. Ni sus familiares supieron
de este plan de la JC. Ellos después
contaron lo que les hicieron. Eso hizo que el UMAP
acabara".
"Consideramos que [UMAP] fue una cosa realmente triste
en la historia de Cuba", dijo Monika Krause, una de las pioneras
sexólogas de la Cuba revolucionaria, en una entrevista con
la revista Gay Community News, de
Boston. "Fue una expresión de ignorancia de una inexplicable
aversión a la homosexualidad. Creemos que ha sido una
obligación de nuestro sistema cambiar esas actitudes que llegaron a crear
las UMAP. Porque en una sociedad socialista no puede haber
discriminación".
LA "REVOLUCIÓN SEXUAL"
DE ARENAS
En contraste, Arenas afirma en la película que su
círculo luchó contra la represión "teniendo
sexo".
En su libro, describe una conversación con un
compañero —después de un viaje a la Isla de
Pinos, donde afirma que tuvieron sexo con "todo un
regimiento"— donde los dos "hacen un inventario de los hombres con los
que habíamos dormido hasta ahora, esto fue por 1968.
Llegué a la conclusión, después de complicados
cálculos matemáticos, que he tenido sexo con cinco mil
hombres aproximadamente". Su amigo llegó a una cifra
similar. Ellos no fueron "los únicos que se dejaron llevar
por este tipo de furia erótica: todo el mundo lo hizo: los
reclutas [de las Fuerzas Armadas] quienes pasaban meses de
abstinencia, y toda la población". (Todo esto, mientras que
alega que un supuesto pogromo arrasaba toda la isla en contra de
los hombres homosexuales).
"Creo", escribió Arenas, "que la revolución
sexual en realidad fue el resultado de la represión sexual
existente". Puesto que este dato muy valioso sugiere un interés político de
Arenas, está equivocado desde cualquier óptica.
La revolución sexual en Cuba comenzó con la
lucha por emancipar a la mujer de siglos de opresión,
explotación y atraso, forjado por el colonialismo y la
dependencia del país de la metrópolis imperialista. El
paso decisivo de este proceso fueron los esfuerzos por incorporar
a las mujeres en actividades económicas productivas. La
ocupación de la mujer antes de 1959 fue principalmente como
campesinas superexplotadas o en la servidumbre doméstica o
en los burdeles o las casas de juego que eran propiedades de
inversionistas estadounidenses y de la mafia. Al forjar la
independencia económica
para las mujeres, se empezó a liberarlas del matrimonio obligatorio y de su
aislamiento y opresión en el hogar, centro de su trabajo
"gratuito".
En este contexto, el nuevo gobierno abolió el
mercado del sexo, cerró los
prostíbulos e inauguró un programa especial para educar
y entrenar a las prostitutas cubanas para que tuvieran un
empleo efectivo. Prohibió
la pornografía, ley que se mantiene hasta hoy día. El
divorcio pasó a ser un procedimiento sencillo para
obtener y el control de la natalidad, como
otros medicamentos, pasó a ser gratuito. Cada vez mas, los
matrimonios informales pasaron a ser paralelos a los matrimonios
civiles, y los hijos de esas uniones—o los hijos de padres
solteros— recibían un trato equiparado del gobierno.
En la actualidad en Cuba no existen niños "bastardos". Este
concepto reaccionario fue reemplazado con la responsabilidad social sobre el
cuidado de los niños, además de crear condiciones y la
conciencia que eliminó la
definición de mujer, esposa y niño como propiedad de
los hombres.
La creciente confianza que las mujeres cubanas tienen de
sí mismas se manifiesta en las misiones internacionalistas:
desde la alfabetización en las montañas de Nicaragua
frente a las amenazas de los contras, hasta la participación
en combates en Sudáfrica contra las tropas del apartheid.
Hoy, más de la mitad de los 1.1 millones de miembros de las
Milicias Territoriales, las fuerzas de defensa nacional de Cuba,
son mujeres. Indiscutiblemente, los antiguos estereotipos y
estructuras sexuales y de
género han sucumbido ante
estos progresos revolucionarios. Es más, han menguado las
expresiones de violencia contra la mujer,
basadas en miles de años de opresión, tales como son
las violaciones y abusos físicos, las cuales han declinado
cualitativamente y son dramáticamente más bajas que en
cualquier otro lugar del mundo.
La batalla por la igualdad de la mujer está
respaldada por la revolución y se lucha en el contexto de
forjar una nueva ética de solidaridad humana en la construcción de una
sociedad libre. Da un enfoque más agudo al objetivo de la lucha que
comenzó en las montañas de la Sierra Maestra: crear
nuevos hombres y mujeres que se transforman en la acción de
liberar a su país y a ellos mismos. Estos esfuerzos
permanentes han integrado como socios insustituibles a la ciencia
y la educación en la lucha
para confrontar y vencer los prejuicios, que incluyen cuestiones
sexuales.
En su lucha por la igualdad, las mujeres cubanas y sus
aliados, inicial e inevitablemente tuvieron que afrontar resistencia en una gama de
cuestiones como empleos en trabajos tradicionalmente reservados
para hombres y la "doble carga" del trabajo doméstico y el
empleo, y además en el ámbito de la libertad sexual.
"La participación de la mujer en la revolución fue una
revolución dentro de la revolución", dijo Fidel Castro
en una reunión de la dirigencia de la Federación de
Mujeres Cubanas en 1966, "y si nos preguntaran cuál es la
cosa más revolucionaria que la revolución está
haciendo, diríamos que es precisamente esto, la
revolución que está ocurriendo entre las mujeres de
nuestro país".
En el transcurso de dicha movilización
política y lucha, se han creado nuevos valores a medida que la
sociedad se ha transformado, la cual es una meta establecida por
la dirigencia central de la revolución.
Esto ha generado una moralidad que va mucho
más allá de la "ética" que rige las relaciones humanas en
cualquier otro país. Los logros que plasman estos principios centrales forman el
marco para la expansión de los derechos homosexuales.
(Muchos de los desafíos que las mujeres emprendieron y
vencieron en esta temprana etapa de la nueva sociedad están
documentados en Las Mujeres y la Revolución Cubana, una
colección hecha por Elizabeth Stone en la que incluye
importantes discursos y documentos; y
Mujeres Cubanas Ahora, de Margaret Randall, que narra una serie
de experiencias personales y luchas políticas de mujeres.)
Ciertamente, la batalla por la emancipación de las mujeres
no está precisamente terminada. Pero se la está
librando con un pueblo con una conciencia política más
avanzada y en un estado de derechos más elevado que en
cualquier otro país del mundo.
Para Arenas, la lucha por la liberación de la mujer
no existió. Un sinnúmero de encuentros sexuales (en su
caso, entre hombres) —la cantidad siendo el único
criterio— es una versión compartida por muchos
autoproclamados defensores de la "revolución sexual". Esta
definición ha servido solamente para vaciar el concepto de
su esencia histórica y cuajar su contenido social y
revolucionario en una búsqueda sin pausa por la
satisfacción sexual individual, como el objetivo central de
la vida. No hay nada progresista acerca de esto. Es la respuesta
pornográfica a la represión sexual que deshumaniza
ambos géneros, independientemente de la orientación
sexual. Contrariamente al axioma de auto indulgencia del poeta
William Blake, el "camino de los excesos" no "conduce al palacio
de la sabiduría". Las consecuencias de este tipo de
creencias están documentadas en el innovador libro sobre la
pandemia del SIDA llamado Y la Banda
Continúa Tocando [And the Band Played On], por Randy
Shilts.
El credo sexual de Arenas era lo contrario a lo que la
revolución quería inculcar en los hombres y mujeres
libres quienes han descubierto sus talentos y capacidades como
respuesta a los complicados desafíos: autoestima. La liberación
sexual humana emancipada de los grilletes de normas represivas,
requiere de un punto de partida tan digno como para negar los
fetichismos alienantes y abusivos que definen el sexo y la
sexualidad.
LOS ORÍGENES DE LA
IDEOLOGÍA SEXISTA
La ideología patriarcal,
producto milenario, tuvo como
su génesis el triunfo de los hombres sobre las mujeres en la
batalla por el excedente de la producción social. Esta
histórica derrota del matriarcado puso a la familia en el centro del
ascenso de la propiedad privada y el estado, como lo describe
Federico Engels en Los Orígenes de la Propiedad Privada, la
Familia y el Estado.
"Lo que podemos suponer actualmente sobre la
regulación de las relaciones sexuales
después de la inminente desaparición de la
producción capitalista es, principalmente, de carácter
negativo, limitado mayormente a lo que desaparecerá",
escribió Engels. "¿Pero qué se añadirá?
Esto será decidido por el desarrollo de una nueva
generación: una generación de hombres que nunca en su
vida tuvieron la ocasión de comprar la entrega de una mujer
ya sea con dinero o con otros medios de poder social; y de
mujeres que nunca se han visto obligadas a entregarse a
ningún hombre sin otra
consideración que no sea amor verdadero, o de no
entregarse a su amado por miedo a consecuencias económicas.
Una vez que estas personas aparezcan, no tendrán que
preocuparse por las cosas que nosotros creemos que deben hacer.
Ellos establecerán su propia práctica y su propia
opinión pública, de
acuerdo a eso, con la práctica individual de cada uno y ese
es el fin de esto".
La obligación económica de casarse, la
subordinación de la mujer al aislamiento de las
monótonas labores domésticas no remuneradas y deberes
"maternos", y el domino sobre ellas por el patriarca, son las
bases materiales de la
ideología sexual que las oprime, una ideología que
necesariamente coloca a la homosexualidad más allá de
lo intolerable. La ideología en contra de los
homosexuales—basada en el dogma religioso, en una ciencia
falsa, o ambos—sirve para reforzar el papel procreador de
la mujer. La represión, las presiones sociales, violencia, y
hasta tortura, se utilizan para imponer dicha ideología.
Supuestamente para defender la "civilización" —es
decir— para mantener las normas culturales opresivas de la
sociedad burguesa.
En épocas de crisis del capitalismo, esta
ideología reaccionaria necesita de un chivo expiatorio
homosexual, así lo hacen las organizaciones ultra derechistas
y fascistas al atacar al homosexualismo como una fuente de crisis
social, a pesar de que su verdadero blanco es la clase
trabajadora y su cohesión. Así, en Estados Unidos, el
fanatismo anti homosexual fue un elemento clave de la plataforma
de "primero América" del ultra derechista y candidato a la
presidencia, Patrick Buchanan, por parte del Partido de la
Reforma. Buchanan es un destacado enemigo del derecho al aborto,
la acción afirmativa y los "extranjeros
ilegales".
El carácter emancipador de "la revolución
sexual" se determina en la medida que entendemos y afrontamos
estos temas, ya que inevitablemente es producto de luchas
más amplias, de luchas revolucionarias más decisivas
para derrocar al capitalismo y comenzar con la construcción
del socialismo.
En una reseña publicada en el periódico español El País, sobre
el libro Antes que Anochezca (Autobiografía), el escritor
cubano anticomunista Guillermo Cabrera Infante, apunta
elogiosamente: "Hay tres pasiones que rigieron la vida y la muerte de Reinaldo Arenas:
la literatura (no como un juego,
sino como un fuego que consume), el sexo pasivo, y la actividad
política. De las tres, la pasión dominante fue
evidentemente, el sexo. No sólo en su vida, sino
también en su trabajo. Fue un cronista de un país ya no
regido por el impotente Fidel Castro, pero por el sexo.
Vivió una vida que comenzó y terminó efectivamente
en lo mismo: desde el principio un largo, continuo acto sexual".
Como otras personas que han renegado a Cuba, Cabrera Infante se
obsesiona con la figura de Castro para negar la base popular de
la revolución, sin la cual Fidel y la dirigencia de la cual
es parte, hubieran sido derrocados hace muchísimo tiempo.
Entrevistado en Conducta Impropia, Cabrera Infante afirmó
que el trato que en Cuba se le dio a los homosexuales era similar
a la exterminación Nazi de los judíos en
Auschwitz.
Aunque Arenas se deleitaba de su destreza y avaricia
sexual, Schnabel, sabiendo que actualmente esa promiscuidad es
mal vista, por arte de magia sanea la vida de Arenas. El director
restaura los frenéticos actos sexuales anónimos como
algo dulce, la lujuria mohína matizada con una inocencia
campestre.
En 1967 fue publicada la novela de Arenas, Celestino
antes del Alba (Singing from the Well),
que fue premiada en 1963 y aún se consigue en Cuba. Su
trabajo fue bien recibido por Alejo Carpentier, una figura clave
en la emergente escuela del realismo mágico, cuyo
trabajo influyó en la obra de Gabriel García Márquez. Pero a
diferencia de Carpentier, Arenas tomó una trayectoria que lo
puso en un camino de enfrentamiento no sólo con las
políticas erróneas en el nombre de la revolución,
sino con la lucha del pueblo cubano por su liberación, la
cual encontraría solución a tales prácticas. Si
Arenas hubiera sido capaz de ceñirse a este complejo
proceso, su talento —que se expone en trabajos vibrantes
como La Vieja Rosa, el cual evoca de alguna manera al joven
García Márquez y el novelista extraordinario
portugués José Saramago— quizás se hubiera
inoculado del debilitante veneno de la obsesiva amargura que
definió y deformó sus últimos trabajos. Es solo
años después de su muerte y con la promoción de la nueva
película que él ha sido "redescubierto" por los
críticos sofisticados del imperio como un "gran escritor".
Casi todos sus libros fueron publicados de
nuevo este año, gracias a la función que tiene el autor:
enemigo "culto", gay y por lo tanto muy útil en la
campaña implacable de Washington en contra de la
revolución cubana. Pero en su vida real nunca fue capaz de
darse cuenta, como lo hizo el joven cubano que trabajó en el
campamento de UMAP y que explicó a Ernesto Cardenal que "la
revolución y UMAP eran seprables. Y dijimos: no nos iremos
de Cuba, para hacer que esto malo no sea malo."
EJEMPLOS DE RESISTENCIA Y
RENUNCIA
La vida y el lugar de José Lezama Lima, autor de lo
que se considera la mejor novela cubana, Paradiso
—quien fue atacado en los 1960 por diversos críticos
de pacotilla por ser "disidente" y por el tema homosexual
implícito de su lírica— también representa
una alternativa a Arenas, a pesar que la película trata de
pintarlo como un enemigo cosmopolita de la revolución.
Lezama Lima, que era homosexual, defendió al gobierno cubano
y a Fidel Castro en conversación con Ernesto Cardenal en
1970, cuando decía que no era un "animal político".
Lezama Lima permaneció en La Habana hasta su muerte. Un
miembro joven del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba me
dijo el año pasado que él, como otros estudiantes de
literatura cubana, había
leído la exuberante y extraordinaria novela de Lezama Lima
en la secundaria."Es mi novela favorita", me dijo. Recientement,
se ha publicado una nueva edición de
Paradiso.
"Paradiso nunca ha sido censurada", dijo el cineasta
cubano Tomás Gutiérrez Alea a la revista Cineaste en
1995. "Lo que pasó fue que después de la
publicación del libro, toda la impresión fue retirada
por tener un pasaje en uno de sus capítulos con referencias
al homosexualismo. Esta acción represiva fue idiótica.
Sin embargo, más tarde, el libro circuló
libremente".
Pablo Armando Fernández, quien "confesó" su
supuesta debilidad ideológica con relación al caso del
poeta Heberto Padilla, ya mencionado, y que por un tiempo no pudo
publicar su poesía
—aprendió la industria de imprenta para
sobrevivir— también rechazó la tentación de
abandonar su país. Ahora ha recibido los mejores premios
nacionales de poesía y defiende la soberanía de Cuba en
presentaciones y lectura de sus poemas en sus viajes a Estados
Unidos.
Mientras tanto, Padilla emigró a los Estados Unidos
en 1979 y se convirtió en mercancía arrendada de los
propagandistas anticubanos. Esto, incluyó su
colaboración en Conducta Impropia. En esa película,
Padilla se expuso al ridículo bochornoso al decir que "la
dirigencia cubana", mientras perseguía a "hombres
homosexuales" evitaba hostilidad contra las lesbianas porque
éstas les "excitaban. Nada excita más a la mente cubana
primitiva que dos mujeres en la cama".
IDENTIFICACIÓN Y
ANÁLISIS DE ERRORES
No obstante la partida de Padilla y su posterior
evolución hacia la derecha, su maltrato —y los
maltratos que recibieron otros intelectuales y
artistas— fueron condenados por los líderes cubanos.
Abel Prieto, presidente de la UNEAC y el miembro más joven
del Buró Político del PCC dijo en una entrevista a la
revista contrapunto, a mediados de 1990: "Estoy seguro que el caso de Padilla fue
un error" y se refirió al exiliado como "un buen
poeta".
"La famosa autocrítica de Padilla fue una trampa
ridícula en la cayeron los compañeros que participaron
en eso. Gente muy valiente, revolucionaria e intelectual creyeron
en esos operativos y autocrítica", dijo Prieto.
Refiriéndose al documental que se hizo en esa época
aclamando las confesiones de Padilla, Prieto dijo que la
película "Es muy triste, porque se asemeja a una caricatura
de los procesos en Moscú". El uso de caricatura, es la
palabra clave. Después de todo, si hubiera existido en La
Habana un verdadero régimen "estilo Moscú", hoy Cuba
sería como una Bulgaria tropical y la historia sería
muy diferente, dejando a los pueblos del mundo en una
posición mucho más difícil.
Prieto agregó que el documental, en realidad, fue
una expresión de "bufonería". No fue una historia de
los acontecimientos impuestos por un estrato
burocrático endurecido que tenía el propósito de
expulsar a la clase trabajadora del ámbito político
para asegurar, mediante el abandono de la práctica de la
solidaridad internacional, su cómoda existencia.
Precisamente porque Cuba nunca fue un "satélite" de
la URSS —para el eterno pesar de Washington— su
dirigencia fue capaz de encabezar una lucha para adrizar la
revolución cuando se iba a la deriva y ponerla sobre el
rumbo original. Estos avances políticos en Cuba hacen
posible comprender que el asunto de Padilla se dio, como Prieto
indicó en contrapunto en "un clima de miopía o de
delirio". Abel Prieto es el actual Ministro de Cultura de
Cuba.
Antes que Anochezca utiliza una voz superpuesta
—que hace creer a la audiencia que es la de Fidel
Castro— para justificar previos maltratos. El narrador no
identificado entona las palabras de un discurso de Castro frente
a los intelectuales cubanos en aquel tiempo, "dentro de la
revolución, todo; fuera de la revolución, nada". De
hecho, lo que el líder cubano dijo fue
sustancialmente diferente: "contra la revolución,
nada".
Precisamente cómo aplicar lo anterior siempre ha
sido un tema de constante elaboración, práctica y
debate: todo en un ambiente incesante de
implacable hostilidad de Estados Unidos, que ha aumentado en los
años 90.
En 1970, tres años después del asesinato de
Che Guevara en Bolivia y el posterior declive
del movimiento revolucionario en América Latina, la dirección central cubana
no pudo movilizar a la población en el grado suficiente para
cumplir con la meta de cosechar 10 millones
de toneladas de azúcar, la cual a la larga resultó ser
utópica. Este revés para el régimen revolucionario
cambió la correlación de las fuerzas políticas en
contra de aquellas dirigidas por Fidel Castro a favor de una
integración económica
más profunda con Moscú. Esta decisión, y la
política y cultura concomitantes a esta relación,
trajeron consecuencias inesperadas. A partir de entonces, Cuba
dejó a un lado su plan de lograr la autosuficiencia en la
producción de alimentos a favor de integrarse
al Consejo de Ayuda Mutua Económica, que federaba los planes
económicos de la URSS y los países del Tratado de
Varsovia.
Este fue el trasfondo del I Congreso Nacional de
Educación y Cultura
realizado en 1971, y no el arresto coincidental de Heberto
Padilla. Fuera de Cuba, ese arresto fue criticado por figuras
leales a Cuba, tales como Carlos Fuentes, Gabriel García
Márquez y Jean Paul Sartre. Ellos se distinguieron
de otros escritores e intelectuales quienes aprovecharon la
injusticia del momento para romper relaciones con la
revolución.
En su más flagrante resolución, el congreso
declaró: "El carácter sociopatológico de las
desviaciones homosexuales ha sido reconocido. Se resolvió
que todas las manifestaciones de desviación homosexuales
serán firmemente rechazadas y se evitará su
propagación". Esta proclamación dio impulso para negar
empleos a los homosexuales en cualquier institución que
influyera en la juventud. Así mismo, el congreso
declaró que los homosexuales no deberían "representar a
Cuba" fuera del país.
Esta campaña estimuló protestas en Cuba de
artistas, escritores y otros, así como de partidarios de
Cuba en el exterior con impecables credenciales revolucionarias.
Joseph Hansen, líder veterano del Partido Socialista de los
Trabajadores, quien desde los primeros días de la
revolución informó con gran esmero acerca del
desarrollo de este proceso y ayudó a obtener apoyo para la
revolución, comentó en 1978, en la introducción a una
colección de sus artículos que "la ridiculización
de los homosexuales" era una "mal indicio" de problemas más
profundos, pero no insuperables. Su libro se titula Dinámica de la
Revolución Cubana: una Perspectiva Marxista.
Caminando por La Habana un día muy caluroso en
agosto de 1980, para refrescarme entré en el vestíbulo,
con aire acondicionado, de la
Embajada Checa. Cuando entré vi un anuncio que decía
"Desviacionismo Ideológico", una escalofriante
formulación hecha por la burocracia soviética y su
norma de amalgamar, estigmatizar y prohibir su galaxia de
enemigos, tanto reales como imaginarios. Allí, en una
vitrina de cristal, estaba la prueba de cargo, proporcionada por
el Ministerio del Interior de Cuba: una copia de La
Revolución Traicionada por Leon Trotsky; una revista de la
liberación de gays y erotismo homosexual y un folleto
Zionista. A pesar de la agradable temperatura la sala estaba
desocupada.
Afuera, muchos cubanos se preocupaban por las repetidas
amenazas de Moscú en contra del movimiento sindical polaco
Solidaridad. "Estamos en contra de la intervención", me
dijeron muchos de ellos, preocupados de las represalias de EEUU a
dicha situación.
La segunda novela de Arenas, a pesar de haber recibido
una mención por méritos por la UNEAC, fue rechazada
para la publicación hasta que fueran borradas las
referencias a la homosexualidad. Arenas lo rechazó y
comenzó a sacar clandestinamente sus libros fuera de Cuba.
Fue arrestado en 1973 por abuso sexual de menores, cargo
que él rechazó. Este hecho esta retratado en la
película como una trampa al casto Arenas, sin ningún
fundamento. Sin embargo, en sus memorias Arenas escribió
sobre la ocasión en que él y un amigo "tuvieron sexo en
un manglar con algunos muchachos jóvenes".
Fue encarcelado pero se escapó, convirtiéndose
en un fugitivo.
Debido a las crecientes proclamas contrarrevolucionarias
de Arenas y a sus contactos con embajadas extranjeras con el
propósito de enviar sus escritos fuera del país,
hicieron que el gobierno cubano lo declarara agente de la
inteligencia
norteamericana.
Es capturado nuevamente. Su encarcelamiento aparece en
la película, en una escena imaginada por Hieronymus Bosch.
Arenas firma una humillante confesión y gracias al poder
persuasivo de Johnny Depp, queda libre. Luego, la película
se adelanta rápidamente y muestra su vida como un ocupante
ilegal junto a otros cubanos descontentos hasta el año 1980,
en que parte junto a los 125,000 ciudadanos por el puerto de
Mariel. (En la promoción más reciente de la
película se repiten las calumnias en contra de la
política de Cuba durante el "éxodo del Mariel". Antes
que Anochezca no reconoce lo que Washington hizo para promover la
inmigración y a la vez
denegarla, algo que produjo más tensiones en la isla.
Mientras 125,000 cubanos abandonaron el país, más que
cinco millones marcharon en una muestra de lealtad a la
revolución, una movilización nacional histórica
que no existe en la película.)
Los próximos 10 años de la vida de Arenas se
condensan en pocos momentos en la película.
La llegada de Arenas, y sus experiencias en Miami
—mencionadas brevemente en su libro— están
completamente ausentes en la película. Esto era,
quizás, porque creía que esa ciudad era "una caricatura
de Cuba, lo peor de Cuba", debido a su arrogancia extremadamente
machista. Para "el infierno" que era Cuba, anunció que Miami
era "el purgatorio", una proclamación que, sumada a su
abierta homosexualidad, no lo congració mucho con los
organizadores de la ultraderecha en el sur de la Florida. Arenas
utilizó esta tensión para perpetuar el mito que él no era ni de
"izquierda" ni de "derecha", como si su preferencia sexual le
permitiera trascender un juicio basado en el contenido
político de sus actos.
Cuando se mudó a la ciudad de Nueva York, Arenas se
convirtió en un organizador de acciones en contra de la
revolución cubana. Incluyendo su propia gira de
conferencias, la colaboración con Néstor Almendros en
la producción de Conducta Impropia y las campañas de
petición para denunciar a la "dictadura de Castro". Todos
estos proyectos, descritos con gusto en
sus memorias, son suprimidos de la película.
En 1984, su cuento La Estrella que
más Brilla, apareció en inglés. Está
dedicada a su amigo Nelson Rodríguez Leyva, quien en 1971
detonó una granada de mano en el fallido atentado de
secuestrar un avión de Cubana de Aviación a los Estados
Unidos. Éste fue capturado, enjuiciado y ejecutado más
tarde. Arenas aplaudió este acto armado. "A menudo pienso en
ese momento cuando, granada en mano, volando sobre la isla con
sus campos de concentración y cárceles, Nelson, en el
aire, al fin libre, quizá
por primera vez en su corta vida".
Arenas mira brevemente la última década de su
vida en los Estados Unidos, una triste reconstrucción de su
vida en Cuba: anónimas e innumerables relaciones sexuales,
encuentros imaginarios con "brujas", diatribas monomaníacas
contra Fidel Castro y un interminable desdén por las figuras
literarias —sus rivales más famosos— que
defendían a Cuba. Carlos Fuentes, vitupera, se comporta
"como una computadora… el extremo
opuesto de lo que consideraría ser un verdadero escritor".
Eduardo Galeano es "un hombre de paja de Fidel Castro". Gabriel
García Márquez es "un oportunista de nacimiento. Su
trabajo, no sin méritos, está saturado de populismo barato".
Sobre todo, Arenas se convirtió en una persona
políticamente paranoica, viendo a lo que llamó "agentes
castristas" en todas partes. La raíz de esta fobia no era su
presencia, sino el hecho de que Arenas encontraba frecuentemente
a defensores de Cuba en sus charlas. En vista a sus respuestas,
se imaginó que recibía "amenazas de muerte de la
Seguridad de Estado de Cuba" y
alegó que hasta era objeto de atentados para asesinarlo,
robos y allanamientos secretos de su casa.
Nada de esto, con excepción de una rápida
referencia a la vida sexual de Arenas, se encuentra en la
película. La película se disuelve rápidamente en
la trágica soledad de su muerte, haciendo amplio uso de una
licencia cinematográfica con el guión para efectos
dramáticos. Lo desalojan de un apartamento. Debilitado por
el SIDA, fue hospitalizado,
pero por falta de seguro médico, le dan de alta y regresa
enjuto a su nueva morada. Sin duda, esta es una condena de la
vida infrahumana en Estados Unidos, y sirve para proteger la
credibilidad de la película y sus credenciales liberales.
Estos "sufrimientos del exilio" escribió Arenas en su
"carta de despedida", junto con
"las enfermedades que haya podido
contraer en el destierro seguramente no las hubiera sufrido de
haber vivido libre en mi país".
Arenas se suicidó. Pero el director Schnabel,
aparentemente en un intento de buscar una cuota extra de
simpatía, reconstruye el suicidio como un acto de eutanasia a manos de su amigo
cercano Lázaro Gómez.
La predicción de Arenas desde su lecho de muerte en
1990 de que Cuba "será libre" —hizo eco a las
embriagadas esperanzas de todos los reaccionarios
cubanoamericanos: celebrar la primera navidad pos soviética en
La Habana— demostró ser tan hueca al igual como su
vida trágica ya en sus postrimerías.
En 1975, la Corte Suprema Cubana invalidó la
Resolución Número 3 del Consejo de Cultura, antecesor
del Ministerio de Cultura. Esta ley había sido utilizada
para implantar las declaraciones contra los homosexuales del
Congreso Cultural de 1971, acordando "parámetros" que
limitaban el empleo de los homosexuales en el arte y la
educación.
En 1975, después de extenso debate y discusión
popular, Cuba adoptó su Código de la Familia.
Entre otros grandes cambios, ratificó la igualdad entre
hombres y mujeres para el cuidado de los niños y otras
responsabilidades, institucionalizando aun más la igualdad
de la mujer como una meta de la nueva sociedad.
En 1979 el nuevo Código Penal despenalizó la
homosexualidad.
En 1981, el libro En Defensa del Amor, escrito por la
doctora Sigfried Schnabl, se convirtió en el libro más
vendido en Cuba, debido a su tratamiento franco y honesto de la
sexualidad humana. "La homosexualidad", Schnabl escribió, no
es una enfermedad, sino una variante de la sexualidad
humana".
"No hay normas morales o sentimientos
‘naturales’ inherentes en la humanidad",
explicó. "La sola inclinación natural es el deseo
sexual en sí; las costumbres específicas con que las
personas satisfacen sus deseos y todo lo que ocurre entre los
sexos es producto de una cultura específica". Así, el
legado del fanatismo o la intolerancia contra la homosexualidad
en la cultura de la Cuba revolucionaria debe ser rechazado.
"Sería erróneo descalificar a un homosexual [o
lesbiana] por su preferencia sexual o interpretar la
homosexualidad como una debilidad de carácter, algo que
desgraciadamente muchas personas hacen, por ignorancia, falta de
entendimiento y prejuicio".
Al poco tiempo de esto, el Ministerio de Cultura de Cuba
publicó el popular libro de Schnabl, titulado El Hombre y la
Mujer en la Intimidad, en el que se dedica un capítulo
entero a la homosexualidad. El libro apareció por primera
vez en 1979. Enumera y rechaza toda una serie de supersticiones
que supuestamente explican el origen de la homosexualidad. "Todas
estas ‘teorías’, que hasta
muy recientemente apoyaban ciertos especialistas", Schnabl
escribió, "no tienen ni el más mínimo fundamento
científico".
CONTRA LA DISCRIMINACIÓN
HOMOSEXUAL
Los homosexuales no "sufren de homosexualidad", explica
Schnabl, "más bien, de las dificultades que resultan de su
condición en la vida social", eso es, prejuicio en contra
del homosexual. Explícitamente ella se opone, en este libro
publicado por el gobierno, a todas las sanciones en contra de los
homosexuales.
Lo que las personas adultas hacen en privado, de mutuo
acuerdo, no viola la calidad moral de la sociedad y,
por tal razón, no hay necesidad de tomar acciones en su
contra. Los homosexuales, como el resto de ciudadanos, merecen
consideración y reconocimiento por sus logros, objetivos y conducta", declara
Schnabl.
Citando estos y otros pasajes en una respuesta a
Conducta Impropia, Tomás Gutiérrez Alea, comentó
en Granma, el periódico del Partido
Comunista de Cuba: "Esto no quiere decir que la publicación
de tan solo un libro, aunque sea muy ‘oficial’,
significaría automáticamente que un fenómeno
social profundamente arraigado en los siglos de nuestro pasado
católico y español, desaparecerá
automáticamente. Sin embargo, tal libro, donde entre otras
cosas, aparece el criterio más actualizado sobre la
homosexualidad, es sin duda un valioso instrumento que el estado
cubano pone a disposición de aquellos que deseen hacer suya
la causa de los que son discriminados, marginalizados y que se
les hace sufrir opresión y prejuicio de cualquier
tipo".
El reproche de Gutiérrez a Almendros por haber
falsificado conscientemente en su "documental" la duración y
el carácter de la UMAP, puede aplicar a Schnabel. "Almendros
conoce muy bien que las mentiras más infames pueden ser
fabricadas de verdades a media", escribió Gutiérrez.
"Él conoce por ejemplo, que la UMAP, los campamentos de
trabajo donde muchos homosexuales fueron llevados para pasar el
servicio militar, fueron un
error y acabaron en un escándalo que afortunadamente
terminó con la desaparición de éstos y con una
política de rectificación". El Village Voice y The
Militant reimprimieron el artículo del legendario director
cubano, poco después de su publicación en
Cuba.
En 1986, dirigido por Fidel Castro, el Partido Comunista
Cubano realizó un profundo proceso de crítica, debate y
discusión, cuyo objetivo era revisar la política económica y
modo de organización laboral orientado hacia la
Unión Soviética. Los valores revolucionarios
cubanos habían sido corroídos tan por la burocracia, la
corrupción y la inercia
generada por esos métodos, que la
revolución había comenzado a "salirse de su curso",
explico Castro. El propio partido, dijo Castro al Comité
Central, había empezado a "echarse a perder".
Efectivamente, esta profunda campaña de
"rectificación de errores y tendencias negativas" se
convirtió, como declaró el líder cubano, en "una
revolución dentro de la revolución". Su objetivo no
"era solamente rectificar los errores cometidos en los
últimos 10 años" reiteró Castro, "o errores
cometidos a través de toda la historia de la
revolución, sino que rectificación está
encontrando la manera de resolver errores que vienen desde hace
cientos de años". (Dos discursos cruciales sobre el proceso
de rectificación de errores se publicaron en la revista New
International [410 West St., New York, N.Y.10014].)
El alcance de este proyecto sin precedentes
—especialmente el momento en que los revolucionarios
cubanos lo adoptaron— abrió numerosos temas para
debatirlos, desde los métodos económicos que sacaron de
su curso al país, hasta políticas en la cultura, las
artes y las relaciones sociales.
Uno de los resultados fue darse cuenta que, no obstante
el uso de Estados Unidos de la inmigración como un arma en
contra de una Cuba bloqueada, las migraciones más recientes
como las del Mariel, incluyeron a miles de ciudadanos
—algunos de ellos homosexuales— que habían sido
enajenados y maltratados por las prácticas erróneas
llevadas a cabo en nombre de la revolución.
Hace más de una década entrevisté a un
joven obrero cubano, conocido por sus compañeros de la
fábrica como un homosexual, que salió de Cuba por
Mariel "por la aventura", dijo. Carlos, empezó
rápidamente a darse cuenta lo que había dejado
atrás. Vivió experiencias que eventualmente le hicieron
comunicarse con la Brigada Antonio Maceo, un grupo, en Miami y Nueva
Jersey, de cubanos, de nuevas generaciones que están a favor
de la revolución. Regresó a Cuba de visita cuando el
proceso de rectificación estaba en pleno brío y
visitó la fábrica donde solía trabajar para
dirigirse a una asamblea de 700 compañeros de trabajo.
Mientras caminaba hacia la tribuna, los obreros se levantaron en
una gran ovación.
Una consecuencia de la calamidad económica que
sacudió a Cuba cuando la URSS y sus aliados se derrumbaron,
y con ellos el 85 por ciento del comercio de la isla, fue la
desaparición del aglutinante que mantenía aferrado al
orgáno político de la revolución cubana, las
influencias socioculturales de la Unión Soviética:
cánones soviéticos "ortodoxos" y "realismo socialista"
que siempre fueron ajenos al espíritu rebelde de la
revolución y su dirigencia central. Ahora, cuestionamientos
históricos y debates; personalidades políticas e
intelectuales una vez consideradas prohibidas; o "teorías"
una vez consideradas sagradas o restringidas por la "autocensura"
se hicieron accesibles y abiertas a cuestionamiento, investigación y
crítica. Este proceso viviente todavía no
acaba.
En 1987, una nueva orden policial prohibió el acoso
de personas debido a su apariencia o manera de vestir, lo cual se
hacía amparándose en estatutos en contra de la conducta
"ostentosa".
En 1988, Fidel dijo en una entrevista en la televisión de Galicia,
España, que "una cierta
rigidez" había gobernado las actitudes sobre los
homosexuales. Mientras que "Dios necesitó siete días
para hacer el mundo", explico, "tienen que comprender que para
rehacer este mundo, para destruir un mundo como este que hemos
tenido aquí y para hacer uno nuevo, no había mucha
luz, había mucha
oscuridad al principio y mucha confusión sobre una serie de
problemas. Nuestra sociedad, nuestro gobierno, nuestro
partido[ahora] tiene ideas más claras, más sabias e
inteligentes sobre muchos de estos problemas. Debido a que
podemos cometer errores, obsesivamente seguimos la idea de que lo
que es justo, correcto y mejor para el pueblo, y lo que es
más humano para nuestro pueblo y nuestra sociedad. Sin
embargo, la meta no es fácil… Creo que cada vez nos
acercamos más al criterio correcto para construir el mundo
que queremos. De todos modos, creo que aún tenemos muchas
faltas y que futuras
generaciones tendrán que continuar perfeccionando este nuevo
mundo".
En 1992, en el congreso de la Unión de Jóvenes
Comunistas, Vilma Espín, presidenta de la Federación de
Mujeres Cubanas (FMC), y veterana dirigente del Partido
Comunista, cuestionó a un psicólogo que en una
presentación planteó puntos de vista prejuiciosos sobre
el homosexualismo. Espín, de acuerdo a Sonja de Vries en
Cuba Update, explicó que era necesario cambiar este tipo de
ideas y no la orientación sexual de los homosexuales. "La
opinión de esta tan respetada revolucionaria de tantos
años es una expresión significante del cambio de ideas en la
dirigencia cubana", dijo de Vries.
FIDEL CASTRO HABLA SOBRE EL
TEMA
En 1992, Fidel Castro respondió a varias preguntas
sobre cuestiones sexuales planteadas por el antiguo oficial del
gobierno Sandinista de Nicaragua, Tomás Borge, en el libro
Un Grano de Maíz. Este volumen, que abarca una serie de
temas, fue publicado en La Habana. Como muchos libros en Cuba,
este trabajó se agoto rápidamente y luego no se lo
podía conseguir. Los comentarios de Castro son poco
conocidos fuera de Cuba. Vale la pena citarlos
extensamente.
"Tú hablas de discriminación sexual", dijo el
dirigente cubano a Borge, "te dije que nosotros hemos erradicado
la discriminación sexual. Podría decir con más
precisión que hemos hecho el máximo que puede hacer un
gobierno, que puede hacer un Estado por erradicar la
discriminación sexual de la mujer. Podríamos referirnos
más bien a una lucha larga, que ha sido exitosa, y ha
obtenido muchos resultados en el campo de la discriminación
de la mujer. Pero eso no se puede afirmar de manera absoluta. Hay
todavía machismo en nuestro pueblo, creo que en un nivel
mucho más bajo que en cualquier otro pueblo de América
Latina, pero hay machismo. Esto ha formado parte de la
idiosincrasia de nuestro pueblo durante hace siglos y tiene
muchos orígenes desde la influencia árabe en
España hasta otras influencias de los propios
españoles, porque nosotros el machismo lo obtuvimos de los
conquistadores, como recibimos otros muchos malos
hábitos.
"Esa fue una herencia histórica, en
algunos países, más que en otros, pero en ninguno se
luchó más que en el nuestro, y creo que en ninguno se
alcanzaron más éxitos tangibles y prácticos que en
el nuestro. Esta es real, eso lo vemos, se ve todavía y,
sobre todo, entre la juventud. Pero no podemos decir que haya
habido una erradicación total, absoluta de la
discriminación sexual, ni podemos bajar la guardia. Hay que
continuar luchando en este sentido, porque es una herencia
histórica, ancestral, contra la cual se ha luchado mucho; se
ha avanzado y se han obtenido resultados, pero hay que seguir
luchando.
"No voy a negar que, en cierto momento, este cosa
machista influyó también en un enfoque que se
tenía hacia el homosexualismo. Yo personalmente
—tú me estás preguntando mi opinión personal—, no sufro de este
tipo de fobia contra los homosexuales. Realmente, en mi mente,
esto nunca ha estado eso y jamás he sido partidario, ni he
promovido, ni he apoyado políticas contra los homosexuales.
Eso correspondió, yo diría, a una etapa determinada y
está asociado mucho con esa herencia, con esa cosa del
machismo. Trato de tener un argumento más humano y más
científico del problema. Esto muchas veces se convierte en
tragedia, porque hay que ver cómo piensan los padres;
incluso hay padres que tienen un hijo homosexual y eso se
convierte para ellos en tragedia, y uno no puede sentir sino pena
porque una situación de ésas ocurra y se convierta
también en una tragedia para el individuo.
"No veo la homosexualidad como un fenómeno de
degeneración, sino lo veo de otra forma. El enfoque que he
tenido es de otro tipo: un enfoque más racional,
considerándolo como tendencias y cosas naturales del ser
humano que, sencillamente, hay que respetar. Esta es la
filosofía con que veo estos problemas. Creo que más
bien hay que tener consideración hacia una familia que sufre
esas situaciones. Ojalá que las familias mismas tuvieran
otra mentalidad, tuvieran otro enfoque cuando ocurre una
circunstancia de esa naturaleza. Y soy absolutamente opuesto a
toda forma de represión, de desprecio, de menosprecio o
discriminación con relación a los homosexuales. Es lo
que pienso".
Borges le preguntó al líder cubano si un
homosexual podía ser miembro del Partido Comunista de Cuba,
y Castro respondió: "Te digo que ha habido bastantes
prejuicios en torno a todo eso, es la verdad,
es la realidad, no lo voy a negar, pero ha habido otros
prejuicios de otro tipo contra los cuales nosotros más bien
centramos nuestra lucha.
"Había, por ejemplo, una forma diferente de juzgar
la conducta personal del hombre y la mujer. Eso lo tuvimos
durante anos en el Partido, y yo libré batallas y
discutí mucho en torno a todo eso. Si se daba la infidelidad
matrimonial por parte del hombre no constituía un problema,
una preocupación, y en cambio se convertía en objeto de
discusiones en núcleos cuando existía una infidelidad
conyugal por parte de la mujer. Había una forma diferente de
juzgar las relaciones sexuales de los hombres y las relaciones
sexuales de las mujeres. Tuve que combatir duro, fortísmo,
contra las profundas tendencias enraizadas que no eran producto
de una prédica o de una doctrina elaborada sobre eso, o de
una educación en ese sentido, sino todos estos conceptos
machistas y prejuicios que existían en el seno de nuestra
sociedad.
"Por cierto, no te contesté la pregunta del amor
libre. No tengo absolutamente ninguna objeción. No sé
lo que tú entiendes por amor libre. Interpretándolo
como la libertad de amar, yo no tengo ninguna
objeción".
Las palabras de Castro demuestran que ha habido avances
y que todavía existen desafíos. Hoy cada vez son
asumidos por las generaciones nuevas de revolucionarios cubanos,
muchos de los cuales han sido influenciados y educados por la
lucha por la liberación de la mujer, los derechos de los
homosexuales y en oposición a la violencia contra los
homosexuales en el mundo entero.
El espíritu crítico y el impacto del proceso
de rectificación y el debilitamiento de las influencias
soviéticas después de los hechos de 1989-90, son el
trasfondo para la producción de la película Fresa y
Chocolate en 1993, dirigida por Tomás Gutiérrez Alea.
La amplia acogida y los debates que provocó, la convirtieron
en un fenómeno político. Más de un millón de
cubanos vieron la película, probablemente la película
más vista de todos los tiempos en Cuba. Recibió
numerosos premios de cine en Cuba y el
extranjero.
La película es una crítica a las miras
estrechas, a los aspectos doctrinarios del Partido Comunista de
Cuba y la Unión de Jóvenes Comunistas en los años
70 y principios de los 80. Hace ver que la decisión de
abandonar el país no es sólo por presión de Estados Unidos o
debilidad personal, sino por el precio que pagó la
revolución por las deficiencias y errores que ocurrieron
bajo su bandera. Se menciona las injusticias de las UMAP, que
raramente se habla. Los prejuicios contra los homosexuales son
sometidos a una disección fulminante. La implicación
clara de la película es que estas actitudes y acciones son
contrarias al humanismo de la
revolución. (La película se basa en la obra de teatro hecha en 1992, El lobo, el
bosque y el hombre nuevo, y proviene de un
relato breve escrito por Senel Paz.)
Gutiérrez, cariñosamente conocido como
Titón, explicó en una entrevista con Cineaste en 1995,
que escogió 1979 como época de escenario para la
película porque ese año representó "el fin de una
etapa histórica, porque la salida por Mariel ocurrió en
1980 y las cosas comenzaron a cambiar. El período antes de
1979 fue además la época de más represión en
contra los homosexuales".
"En ciertas etapas" de la revolución, Titón
explicó, "a los homosexuales se les había prohibido
cierto tipo de empleos. Se les había prohibido enseñar,
por ejemplo, porque implicaba contacto con la juventud. Ahora
existe mayor flexibilidad en las oportunidades de trabajo para
los homosexuales. En el caso de representar a Cuba en el
exterior, por ejemplo, el nombramiento de representantes se
manejaba con guantes de seda cuando se trataba de homosexuales.
Muchos se oponían a dar nombramientos a los homosexuales
porque se los consideraba más vulnerables a escándalos
y chantaje, pero las cosas son muy diferentes hoy en día
para los homosexuales. Hoy, muchos homosexuales cubanos son
abiertos sobre su orientación sexual. Otros no lo están
—como en cualquier otro lugar— pero hay un nuevo
nivel de conciencia al respecto del homosexualismo".
En La Habana en 1994, un joven artista cubano
revolucionario me contó una historia de la vez que fue a
visitar a su padre, un campesino, "que era una
comunista muy firme". Aramis me dijo que se había dejado
crecer el pelo hasta los hombros desde su ultima visita, algo que
hasta principios de los 90 era mal visto y considerado como un
símbolo de adaptación a los valores corroídos de
la sociedad consumista de Occidente."Me dijo ‘eres un
maricón con el pelo así, córtatelo o te marchas de
mi casa’ Recogí mi mochila y empecé a marcharme.
Le dije ‘se supone que eres un comunista, que estás
por la libertad, por los seres humanos. Soy tu hijo, debes de
amarme, sea o no un homosexual. ¿Qué tipo de comunista
eres tú? Y empecé a marcharme. No me dijo nada.
Llegué a la puerta y entonces me dijo, ‘Espera. Tienes
razón. Puedes quedarte, no tienes que cortarte el pelo.
Tengo que pensar sobre estas cosas’. Nos abrazamos y me
quedé".
Uno pude imaginarse repetidas escenas como esa
—que nos hacen recordar los dilatados conflictos familiares en
Estados Unidos en los años 60 debido a la "brecha
generacional"— los cuales también expresaron
desacuerdos y conflictos políticos–ocurriendo en miles de
familias cubanas debido a que las jóvenes generaciones se
enfrentan a los viejos tabúes que conviven
incómodamente con las perspectivas revolucionarias de sus
padres.
Gay Cuba, una documental realizada entre EEUU y Cuba en
1994 por Sonja de Vries, trata sobre la historia y los logros de
la revolución cubana como el prisma para explorar
francamente la evolución del tratamiento de la
homosexualidad y de los homosexuales. Examina los cambios de
actitudes y la creciente aceptación de los hombres
homosexuales y las lesbianas en la sociedad y cultura. Algunas
entrevistas particularmente
demuestran los avances: debates entre soldados, comentarios de
jóvenes cubanos y la posición expresada por obreros
industriales, incluyendo una fábrica cuyo secretario general
del sindicato es homosexual. La
Federación de Mujeres Cubanas mostró la película
en La Habana.
El siguiente año, apareció el documental
cubano Mariposas en el Andamio, dirigido por Margaret Gilpin y
Luis Felipe Bernaza. Narra la historia de travestís cubanos
de clase trabajadora, quienes se integraron en la vida de un
suburbio de la Habana llamado La Guinera, y de como ellos
trabajan para construir una coalición con las mujeres
líderes de un brigada de construcción local, y sus
actuaciones en el comedor de los trabajadores.
Para 1997, el número de personas diagnosticadas con
VIH/SIDA en el Condado de Los Angeles fue 10 veces mayor que el
número de personas diagnosticadas con VIH/SIDA en Cuba. El
condado tiene una población un poquito menor a la de Cuba.
Los servicios de atención médica para
personas con VIH en Cuba—desde servicios externos hasta
residenciales y hospicios—son gratuitos y voluntarios. La
educación patrocinada por el estado, aprovecha los
conocimientos de las personas con VIH para que hablen en escuelas
sobre como protegerse durante el sexo y prevenir el virus.
El ambiente de polarización política que
alimenta el odio ultraderechista hacia los homosexuales
—como el caso del joven homosexual Matthew Shepard, quien
fue torturado y asesinado a golpes en 1998 por matones en el
estado de Wyoming— no existe en Cuba. Leyes que proscriben
la sodomía como las que se promulgaron en Nicaragua a
principios de 1990, o que se usaron para remover de su puesto y
encarcelar a un ministro en Malasia, o que ya se mantienen en
algunas de los estados de Estados Unidos por los tribunales
superiores y venerables jueces, no existen en Cuba.
Los escuadrones de la muerte que "limpian" las ciudades
de Brasil y de Colombia de "maricas" y otras
supuestas lacras sociales u otros actos relacionados a la
violencia contra los homosexuales, no son una parte de la
realidad cubana.
En las canciones de los raperos cubanos no cantan de
pegar o de matar a mujeres, "putas" y homosexuales, "maricones"
como es típico en la música "gangsta rap" en Estados
Unidos.
Los homosexuales y lesbianas cubanos tienen custodia de
sus hijos biológicos y pueden adoptar. La posición del
Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba
es que la homosexualidad es una expresión normal del
comportamiento humano y este
ha sido su enfoque desde los principios de los 90.
Frente a estos logros, Washington y los mercaderes de la
iluminación cultural de
Estados Unidos andan sobre cimientos poco firmes cuando condenan
a Cuba de supuestas violaciones a los derechos de los
homosexuales.
Los avances en Cuba confirman que para que los
homosexuales y las lesbianas allí, existe un espacio mayor
en donde pueden participar de los beneficios y desafíos de
la vida cotidiana, más que en cualquier otro país del
Tercer Mundo. Cuba es un ejemplo para las decenas de millones de
hombres y mujeres homosexuales que buscan su libertad.
Todavía hay muchos problemas por resolver. Cómo dijo un
joven homosexual cubano que entrevisté en 1998, "¿Por
qué se puede ver una película de aventura como las de
Stephen Seagal en la televisión, pero nunca han
pasado Fresa y Chocolate?"
LA LUCHA POR CAMBIOS
RESPALDADOS POR LA REVOLUCIÓN
Más avances en Cuba serán determinados por
iniciativas informadas en la defensa de la revolución. La
conclusión de Tomás Gutiérrez Alea en 1984 de que
el rechazo oficial de la homofobia es "un instrumento de lucha
que el estado cubano ha puesto a disposición de aquellos que
estén interesados en hacer suya la causa de los que son
discriminados, marginados y que se les hace sufrir por prejuicios
y opresión de todo tipo" es una verdad más actualizada
que nunca.
Recientemente, y más a menudo y duramente, Fidel
Castro y Raúl Castro han hablado sobre la necesidad de
encarar la "marginalización" de los negros y las mujeres
—faltas de la sociedad cubana donde la legislación
sobre la igualdad ha sido insuficiente para resolver problemas
reales. Este tema ha sido tratado en la prensa cubana, y por
varios activistas políticos y se plantea como un
desafío a las organizaciones actuales y en la formación
de nuevas organizaciones. Por ejemplo, la recientemente creada
Colores Cubanos, afiliada a la
UNEAC, interviene por que haya un reflejo más conciente de
las características multinacional, multirracial y
multicultural del país en la producción nacional
artística, musical, cinematográfica, televisiva y de
literatura.
En una entrevista televisada nacionalmente a finales del
año 2000, Raúl Castro habló sobre estos temas: "El
futuro tendrá que ser uno de lucha", dijo que todavía
"hay mucho más terreno que cubrir" incluyendo, "derechos que
debemos de conquistar o reconquistar. Estos están entre los
principales objetivos para empezar la batalla de ideas". La
conquista y reconquista de derechos sólo se obtendrá
luchando, y los resultados formarán nuevas generaciones de
gente más libre, más completa y hombres y mujeres
cubanos con más confianza en sí mismos. Y hay
conciencia en los revolucionarios cubanos de que, el movimiento
hacia adelante en su país en todas las cuestiones, está
ligado a los avances mundiales en las luchas contra la
opresión y la explotación. Estas, como lo atestiguan
las actuales condiciones internacionales, están tomando un
impulso cada vez mayor.
El enfoque de Raúl Castro se suma a los esfuerzos
para ampliar las expresiones y prácticas de humanidad y
liberación social, que incluye a los homosexuales. Un
elemento clave que favorece el desarrollo en esta esfera ha sido
la interacción de la lucha
internacional por la liberación homosexual con la
revolución cubana, particularmente en el ambiente más
abierto que comenzó a mediados de los 80. Al mismo tiempo,
los valores progresistas forjados por la lucha internacional en
los años 60 y 70 contra la guerra, el racismo, la represión y la
liberación de la mujer —que gestaron
políticamente el movimiento de liberación
homosexual— fueron fortalecidos por el ejemplo cubano de
desafiar el status quo burgués imperante.
Como corresponde, todos estos cambios permitieron a
algunos modificar cualquier tipo de conclusiones políticas
oficiales sobre Reinaldo Arenas. En realidad, el ambiente de
solidaridad de la revolución había educado a un joven
del campo que estaba en la miseria antes de 1959, inspirando y
desarrollando sus genuinos talentos y dones. En el caso de Arenas
este es un hecho, independientemente de su posterior
evolución anticomunista. Me enteré de esto por
casualidad por una conversación en 1995 con un poeta cubano
que estaba de gira en los Estados Unidos. Hablábamos de
escritores cubanos y surgió el nombre de Reinaldo Arenas.
Conociéndolo solamente por su reputación política,
dije algo peyorativo. El poeta me miró detenidamente y me
dijo, "sabes, no puedes entender la literatura contemporánea
cubana sin leer a Reinaldo Arenas".
A principios de los años 60, Fidel Castro
declaró que la revolución cubana "debe ser una escuela
de pensamiento sin
restricciones". Esa libertad sería absolutamente necesaria
para la supervivencia de un pueblo libre y soberano solamente a
90 millas de los Estados Unidos. Fue un requisito básico
para los nuevos hombres y mujeres que estaban aprendiendo como
desarrollar una nueva nación en el laboratorio de su
revolución, como defenderla y dar su solidaridad a toda
lucha internacional en contra de la injusticia y la
explotación, con las que se identifican incondicionalmente.
La capacidad de Cuba de resistir durante cuatro décadas todo
tipo de presiones diseñadas por el gobierno de Estados
Unidos, sin abandonar ni un solo principio de la revolución,
verifica su graduación con honores de esa
escuela.
Ganar la "batalla de ideas" es el lema actual en Cuba,
algo que Fidel ha declarado hace más de tres décadas,
el cual mantiene toda su vitalidad original y su urgencia. En esa
escuela, los revolucionarios cubanos han demostrado a todos
aquellos que hacen un esfuerzo por estudiar y aprender de sus
experiencias, que incluso los más profundos errores
cometidos en el curso de la lucha pueden ser encarados,
analizados y resueltos. Este método político
solamente ha fortalecido la confianza en sí mismos de parte
de los trabajadores cubanos, ayudando a preparar a las nuevas
generaciones de luchadores y líderes.
Todas estas pruebas irrefutables
demuestran que allí hay un proceso lleno de vida y
liberador. Todos los días, la revolución cubana hace
una contribución decisiva a todos las personas que luchan
por un mundo justo y humano y precisamente por eso desean
emularla.
Los Angeles, 22 de marzo del 2001
*
http://www.seeingred.com/Issues/4.2.html
Esta sección tiene fines educativos, auspiciada por
CENESEX – Centro Nacional de Educación Sexual y la
colaboración del Centro Nacional de Prevención
ITS-VIH/SIDA
La Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de
la Sexualidad (SOCUMES) es miembro de la ILTGA
Jon Hillson es un activista político y sindicalista
en Los Ángeles. Ha participado en defensa de la
revolución cubana desde 1969, organizando numerosas
delegaciones a Cuba, la cual ha visitado en siete ocasiones. Ha
escrito extensamente sobre la revolución cubana y sobre la
solidaridad con este país. En 1998, el periódico La
Opinión, de Los Angeles, el diario en español de mayor
circulación en Estados Unidos, publicó en primera plana
su artículo sobre la lucha contra el SIDA en Cuba y la
educación sexual en la isla. En los últimos diez
años más de dos docenas de sus poemas han aparecido en
varias publicaciones del país. La traducción de La
Política Sexual de Reinaldo Arenas: Realidad, ficción y
la verdadera trayectoria de la Revolución Cubana es del
artículo que apareció en SeeingRed (www.SeeingRed.com).
©Seeing Red y Jon Hillson, 2001.
Por Jon Hillson