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Fundamentos bioecológicos de la jutía conga (página 3)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

Partes: 1, ,
4, 5

3.6.3. Grado de utilización en porcentaje de
las diferentes especies de plantas en las
formaciones vegetales estudiadas.

El estudio de la utilización de las diferentes
especies vegetales por las jutías congas en las cinco
formaciones vegetales presentes en el macizo forestal central de
la cordillera de Guaniguanico, permitió identificar un
total de 45 especies, a las cuales se les pudo determinar el
porcentaje de inclusión en la dieta de la especie objeto
de estudio.

Grado de utilización en porcentaje de las
diferentes especies de plantas en la vegetación de mogotes.

Tabla 3.12. Grado de utilización en la
vegetación de mogotes.

Plantas (Clasificación)

Partes consumidas.

GU (%)

R

H

C

F

Especies más utilizadas
(>50%)

Parthenocissus quinquefolia (Li)

   

x

64,91

Roystonea regia (Ar)

   

x

61,11

Guasuma tomentosa (Ar)

 

x

x

x

57,59

Sesamun orientale (Ca)

 

x

 

x

52,07

Spondias monbin (Ar)

   

x

51,49

Rivea corymbosa (Li)

 

x

  

50,44

 

Especies medianamente utilizadas
(49–25%)

 

Gerascanthus gerascanthoide (Ar)

 

x

x

 

38,59

Ficus menbranacea (Ar)

 

x

  

33,19

Gouania poligama (Li)

 

x

  

29,84

 

Especies poco utilizadas (<25%)

 

Phaseolus lunatus (Li)

 

x

  

18,01

Coffea arabica (Ca)

  

x

x

16,15

Panicum maximum (Hi)

 

x

  

12,42

Pisonia aculeata (Arb)

 

x

  

5,93

Citrus sinensis (Arb)

   

x

3,21

Momordica charantia (Li)

   

x

2,98

Simbología: GU-Grado de utilización.
Clasificación: Ar-Árboles; Arb-arbustos;
Lia-Lianas; Ca-Cultivos agrícolas; Hi-Hierbas. Partes
consumidas: R-Raíces; Hojas; C-Corteza; F-
Frutos.

La formación vegetal de mogotes es la más
favorecida en cuanto al número de especies vegetales que
presentaban valores con
mayor porcentaje de utilización (siete), siendo la posible
causa su mayor densidad de
jutías. Las especies más utilizadas fueron la
Parra, Guasima, Palma Real, Ajonjolí, Baría y
Aguinaldo Blanco; en el caso de la Guasima y la Palma Real, esto
pudiera deberse a que son las especies más distribuidas en
este ambiente y en
el caso de La Parra se observó una preferencia alta de los
frutos de esta liana. De todas las especies estudiadas en esta
formación vegetal, solo la Baría coincide con los
resultados obtenidos por Linares (2005) en una formación
con características similares en la península de
Guanacahabibes.

3.6.3.2. Grado de utilización en porcentaje de
las diferentes especies de plantas en la formación de
cuabal.

Tabla 3.13. Grado de utilización en el
cuabal.

Plantas (Clasificación)

Partes consumidas.

GU (%)

R

H

C

F

Especies más utilizadas
(>50%)

Psidium guajaba (Arb)

 

x

 

x

55,62

Acacia harpophyla (Arb)

 

x

 

x

54,99

Roystonea regia (Ar)

   

x

52,33

Guasuma tomentosa (Ar)

 

x

x

x

51,66

Chrisophillum oliviforme (Arb)

   

x

50,91

 

Especies medianamente utilizadas
(49–25%)

 

Erythroxylon havanense (Arb)

   

x

44,22

Panicum maximum (Hi)

 

x

  

29,44

 

Especies poco utilizadas (<25%)

 

Zanthoxylum martinicence (Ar)

 

x

  

22,19

Lonchocarpus domingensis (Ar)

 

x

  

13,29

Dichostachys glomerata (Arb)

 

x

  

17,81

Pisonia aculeata (Arb)

 

x

  

9,92

Citrus sinensis (Arb)

   

x

2,94

Brya ebenus (Arb)

 

x

  

1,09

Simbología: Como en la tabla 3.12.

En el Cuabal, con menor porcentaje de utilización
que la vegetación de mogotes, también están
presentes la Palma Real y la Guasima con porcentajes elevados de
uso por parte de las jutìas, junto a dos especies de
frutales (Guayaba y Caimitillo), relativamente abundantes en los
claros de esta formación vegetal.

Grado de utilización en porcentaje de las
diferentes especies de plantas en la formación
semideciduo.

Tabla 3.14. Grado de utilización en la
formación semideciduo.

Especies de plantas

Partes consumidas.

GU (%) utilización

R

H

C

F

Especies más utilizadas
>50%.

Guasuma tomentosa (Ar)

 

x

x

x

52,94

Eugenia jambos (Ar)

 

x

 

x

50,73

 

Especies medianamente utilizadas
(49–25%)

 

Leucaena leucocephala (Arb)

 

x

 

x

31,96

Citrus reticulata (Arb)

 

x

 

x

29,88

Luchea platypetala (Ar)

 

x

 

x

29,73

 

Especies poco utilizadas (<25%)

 

Roystonea regia (Ar)

   

x

23,19

Erythrina herteroana (Arb)

 

x

  

15,03

Zanthoxylum martinicence (Ar)

 

x

 

x

13,94

Spondias purpurea (Arb)

   

x

12,73

Annona muricata (Arb)

 

x

 

x

8,62

Manguifera indica (Ar)

x

  

x

2,91

Cecropia peltata (Ar)

 

x

  

2,08

Cedrela odorata (Ar)

 

x

  

1,11

Simbología: Como en la tabla 3.12.

Esta formación vegetal presenta porcentajes de
uso más bajos que las dos anteriores (mogotes y cuabal),
entre las especies más utilizadas del bosque semideciduo
aparece la pomarrosa, árbol muy abundante en esta
formación vegetal cuyos frutos son muy apetecidos por las
jutìas, también presentan un alto porcentaje de uso
el caimitillo y la Guasima. Estos resultados difieren de los de
Linares (2005), quien durante sus investigaciones
en un bosque semideciduo de Guanacahabibes, determinó que
esta formación vegetal es la más favorecida en
cuanto al número de especies utilizadas en la dieta por la
jutía con 22. Ello pudiera estar relacionado con el hecho
de que en el área del presente estudio, existe mayor
disponibilidad de alimentos y menor
densidad de jutìas.

Grado de utilización en porcentaje de las
diferentes especies de plantas en la vegetación de
pinares.

Tabla 3.15. Grado de utilización en la
formación de pinares.

Plantas (Clasificación)

Partes consumidas.

GU (%)

R

H

C

F

Especies medianamente utilizadas
(49–25%)

Panicum maximum (Hi)

 

x

  

44,21

Guasuma tomentosa (Ar)

 

x

x

x

39,82

Phaseolus vulgaris (CA)

 

x

 

x

32,29

Eugenia jambos (Ar)

 

x

 

x

25,93

 

Especies poco utilizadas (<25%)

 

Roystonea regia (Ar)

   

x

24,21

Tamarindus indica (Ar)

 

x

 

x

21,77

Ipomea batata (CA)

x

 

x

 

9,83

Chrisophillum oliviforme (Arb)

 

x

 

x

7,91

Acacia harpophyla (Arb)

 

x

x

 

5,07

Manguifera indica (Ar)

   

x

4,41

Cecropia peltata (Ar)

 

x

  

3,81

Luchea platypetala (Ar)

 

x

  

1,95

Burcera simaruba (Ar)

 

x

  

1,92

Percea americana (Ar)

 

x

  

1,67

Chrysophillum cainito (Ar)

   

x

1,09

Simbología: Como en la tabla 3.12.

En los pinares no se encontraron especies vegetales con
más de 50% de utilización, siendo las más
usadas dos especies de árboles
(Guasima y Pomarrosa), una hierba (Guinea) y un cultivo
agrícola (Fríjol), este último plantado
precisamente con el objetivo de
alimentar a la fauna
(Área Protegida Mil Cumbres, 2002), en este caso al Venado
de Cola Blanca (Odocoileus virginianus).

Grado de utilización en porcentaje de las
diferentes especies de plantas en la vegetación de
encinares.

Tabla 3.16. Grado de utilización en la
formación de encinares.

Plantas (Clasificación)

Partes consumidas.

GU (%)

R

H

C

F

Especies medianamente utilizadas
(49–25%)

Panicum maximum (Hi)

 

x

  

33,29

Guasuma tomentosa (Ar)

 

x

x

x

26,91

 

Especies poco utilizadas (<25%)

 

Roystonea regia (Ar)

   

x

23,97

Annona squamosa (Arb)

 

x

 

x

23,51

Ipomea batata (CA)

x

 

x

 

6,06

Psidium guajaba (Arb)

 

x

 

x

5,97

Acacia harpophyla (Arb)

 

x

x

 

5,93

Calocarpum mammosum (Ar)

 

x

 

x

5,51

Quercus oleoides (Ar)

   

x

5,44

Anacardium occidentale (Ar)

 

x

 

x

3,01

Citrus limon (Arb)

 

x

 

x

2,02

Cynodon dactylon (Hi)

   

x

2,44

Erythroxylon havanense (Arb)

   

x

2,06

Simbología: Como en la tabla 3.12.

En los encinares tampoco se encontraron especies
vegetales con más de 50% de utilización,
coincidiendo con los pinares en que la Guasima y la Guinea son
las de mayor porcentaje de uso, esto se debe probablemente a la
baja densidad de jutìas en ambas formaciones
vegetales.

3.6.3.5. Resumen del grado de utilización de
las plantas en las formaciones vegetales del área de
estudio.

En la tabla 3,17 en anexos y la figura 3,12 se resume el
grado de utilización de las plantas por las jutìas
congas

Figura 3,12: Resumen por grupos del grado
de utilización en porcentaje de las especies vegetales, en
el macizo forestal central de la cordillera de
Guaniguanico.

Los resultados del grado de utilización y del
índice de selectividad tienen un alto nivel de
coincidencia, tanto por formaciones vegetales como en toda el
área de estudio, esto se debe probablemente a las bajas
densidades poblacionales de jutías y a la gran cantidad de
plantas alimenticias, ya que permite a las jutías elegir y
consumir las especies más palatables, no viéndose
obligada a comer de plantas que no la atraigan, esto no sucede en
Guanacahabibes, donde Linares (2005) determinó que las
jutías se alimentaban incluso con especies como la Vera
(Polygala cuneata Gris), planta con sustancias
tóxicas.

3.6.4. Enfermedades,
parásitos y depredadores.

El examen médico-veterinario no arrojó
presencia alguna de endoparásitos ni huellas de
enfermedades (Laboratorio
Provincial de Veterinaria
(1985-1999).

Figura 3.13. Causas de muerte de
jutías congas ocurridas en el Área Protegida Mil
Cumbres en el período de 1983-2003.

Las causas de muertes de jutías ocurridas en el
Área Protegida Mil Cumbres, fueron mayormente debidas a
desnutrición (principalmente en
crías) y lesiones producidas por armas de caza, lo
que se corresponde con las observaciones realizadas por Mones y
Martínez (1983), Berovides (1987) y Berovides et al.
(1990), quienes señalaron que la jutía es un animal
muy rústico y que la mayor causa de muerte en sus
poblaciones no son las enfermedades, sino la depredación,
la edad y la desnutrición. Estos factores fueron
destacados también por Hernández (2003), en la
propia área de estudio.

Durante las pruebas de
campo no se encontraron ectoparásitos, con la
excepción de dos casos en los que se identificaron
garrapatas de los géneros Boophilus y
Anocentor.

Las pruebas de semilaboratorio realizadas por los
métodos de
flotación (6), migratorio (15), Bajda (9) y de
sedimentación (8), tampoco demostraron la presencia de
endoparásitos.

Algunos depredadores que no fueron observados, pero que
son siempre señalados por los campesinos, son el
majá de Santa María (Epicrates angulifer) que
depreda adultos, la lechuza (Tyto alba) y el
gavilán de monte (Buteo jamaicensis), que depredan
juveniles. También en esta área se han observado
ataques a jutías por manadas de perros
jíbaros (anexo 1).

Hace algunos años estuvo organizada la caza del
perro jíbaro por cazadores profesionales (Tabla 3.18 en
anexos; figura 3.14), que recibían su salario acorde
con la cantidad de animales
eliminados. Dicha medida produjo una considerable
reducción de la población de este depredador, sin embargo a
partir del 1990, cuando estos profesionales desaparecieron, el
control del perro
jíbaro se redujo (Área protegida Mil Cumbres, EFI
Costa Sur y EFI La Palma); realizándose solo de forma
ocasional mediante batidas, lo cual probablemente trajo un
crecimiento de las poblaciones de este depredador.

Figura 3.14: Resumen de la caza de perros jíbaros
por cazadores profesionales (Área Protegida Mil Cumbres,
EFI Costa Sur y EFI La Palma).

En cuanto al majá de Santa María, las
pérdidas causadas por este no son considerables en el
área (Área Protegida Mil Cumbres, 1980-2000; EFI
Costa Sur, 1980-2000 y EFI La Palma, 1980-2000).

Entre los depredadores, se ha considerado la acción
de esta naturaleza
ejercida por el hombre,
pues como quedó demostrado en el análisis de los factores reguladores de las
poblaciones de jutía conga, la actividad del hombre es el
principal factor que las reduce.

La caza de subsistencia es llevada a cabo mediante el
empleo de
diversos métodos, los cuales fueron revelados a
través de las encuestas
realizada (anexo 1), distinguiéndose los
siguientes:

Método de trampa: Es el más
económico, ya que las trampas las construye el cazador en
el lugar de caza, con materiales
provenientes del propio bosque, como lianas de Guaniquiqui
(Trichostigma octandrum L.), pero es la más
anticonservacionista de todos los utilizados, ya que en ocasiones
muere un gran número de estos animales sin ser
aprovechados, por el hecho de que muchos campesinos y
trabajadores de pequeñas ciudades colocan la trampa y van
a revisarla cuando "tienen tiempo",
encontrando a veces el animal muerto de hambre, sed o golpes
recibidos al caer en la trampa.

Método de caza con perros "jutieros": Con la
utilización de estos perros, que son de pequeño
tamaño para poderlos introducir en las cuevas donde se
refugian las jutías, la tarea se simplifica en extremo, ya
que el perro les sigue el rastro, las acorrala y
prácticamente realiza todo el trabajo,
llegando hasta a matarlas, si le dan oportunidad.

Otros métodos utilizados son: caza con lazos,
caza con armas de fuego (escopetas calibre 16 ó 12 y
rifles Berno-2, calibre 22) y la caza con lanzas y machetes
(Área protegida Mil Cumbres, 1980-2000).

El mayor porcentaje de la actividad cinegética se
realiza de noche, siendo muy característico el comportamiento
de la jutía: cuando es iluminada por linternas o fuentes de
luz de
fabricación casera se quedan completamente
inmóviles, como prestando atención al cambio de
iluminación producido, siendo aprovechado
éste instante por el cazador para proceder a su
captura.

3.6.5. Propuesta de áreas protegidas para la
conservación de la jutía conga en el macizo
forestal central de la cordillera de Guaniguanico.

Las áreas que reúnen las
características idóneas para ser declaradas como
áreas protegidas para la conservación de la
jutía conga son las siguientes:

Pan de Guajaibón.

Reserva de San Marcos.

El Abra de Sierra Chiquita.

El Caimito.

Los Pinos.

Bermejales.

Pico Chico.

Caracoles.

Pico Grande.

El Nido de los Perros.

Si se aprobara su declaración como refugios para
la jutía conga, estas áreas servirían como
poblaciones fuentes para el repoblamiento del área en el
futuro, este razonamiento concuerda con lo planteado por
Veselovsky (1973), quien realizó trabajos similares con
otras especies faunísticas. Entre estas áreas se
encuentran seis (Pan de Guajaibón, Reserva de San Marcos,
Abra de Sierra Chiquita, El Caimito, Los Pinos y Bermejales), que
están situadas en el territorio del Área Protegida
de Recursos
Manejados Mil Cumbres, pero esto no constituye un
obstáculo, ya que en su Plan de Desarrollo
está incluida la posible declaración de zonas con
otra categorización de protección dentro de esta
entidad Área Protegida Mil Cumbres, 1998).

3.9. Análisis de impacto ambiental
y social.

Al analizar el impacto ambiental que causa el manejo in
situ de la jutía conga en el macizo forestal central de la
cordillera de Guaniguanico, mediante el método de
valoración de sus atributos se obtienen los siguientes
resultados:

Signo:

La magnitud: Este atributo incluye la
extensión que, en este caso, como se trata del macizo
geográfico es parcial (2), también se incluye la
persistencia que en este caso como la recuperación
poblacional se pudiera lograr en relativamente poco tiempo, es
temporal con un valor de 1;
además se incluye el momento, que en dependencia del
tiempo de realización de las medidas para corregir el
impacto; en este caso es a mediano plazo, (valor=2), ya que el
primer paso es repoblar las micro reservas propuestas.

La importancia: Este atributo incluye la
intensidad que en este caso es media (2), ya que aun quedan
jutías y la reversibilidad, que en el presente caso es a
mediano plazo (2).

Posibilidad de medidas correctoras: Este atributo
depende de la introducción de medidas correctoras; en el
presente caso es en funcionamiento (3) ya que con la
aplicación de medidas biotécnicas adaptadas a cada
caso en particular, se pueden cambiar las condiciones de las
áreas.

Utilizando la fórmula de Harrison y Canter:
3(intensidad) + 2(extensión) + momento + persistencia +
reversibilidad + posibilidad de introducir medidas
correctoras.

Se sustituye y obtiene la siguiente
ecuación:

3(2) + 2(2) + 2 + 1 + 2 + 3 = 18.

Comparando el resultado (18) con la escala de la
metodología, cuyos valores oscilan entre 1
y 30; da un impacto ambiental significativo (Canter,
1998).

En cuanto al impacto social; se plantea que con la
aplicación de este trabajo, se
contribuye a resolver los siguientes problemas
sociales:

Mejoramiento del nivel proteico

de la alimentación de la
población, mediante el enriquecimiento de la dieta con una
fuente de alimento con alto nivel de nutrientes (carne de
jutías congas).

Creación de nuevas fuentes de empleo en el
área: (19 criadores y sus familiares se ocupan de esta
actividad, además de 47 solicitudes de organismos y
particulares para la asesoría en la iniciación de
la actividad).

Elevación del nivel cultural de la
población mediante el contacto con turistas, especialistas
y visitantes a las reservas propuestas.

La educación de las
nuevas generaciones, basada en la ética
ambiental. Hasta el momento se han impartido 51 conferencias y
charlas didácticas a obreros, estudiantes, escolares y
campesinos sobre el tema.

Fuente alternativa de alimentos durante la guerra de todo
el pueblo u otras situaciones extremas, ya que la
población de jutías de todos los criaderos
está conveniada con la Brigada de montaña del
MINFAR, como reserva de alimentos para situaciones
excepcionales.

La posible extirpación de la jutía conga
en esta área, puede traer consigo un impacto social muy
difícil de medir, pero siempre las consecuencias
serán negativas para los pobladores del macizo forestal
central de la cordillera de Guaniguanico. Los trabajos de
Iglesias (1994) y De La Ossa y Riaño (1997),
también destacan las consecuencias impredecibles, pero
siempre negativas de extinción parcial o total de especies
de la flora y la fauna, para la humanidad.

3.8. Análisis económico.

La valoración económica comienza por la
determinación de los valores de
la especie.

3.8.1. Valores de la jutía
conga.

La jutía conga tiene los siguientes valores
fundamentales:

Valor de subsistencia: durante la caza de subsistencia
el recurso (jutías) lo obtiene el usuario directamente del
bosque. Este valor no entra en los análisis
económicos.

Valor económico: A pesar de no tener un precio de
venta oficial las
jutías producto de la
caza se intercambian y se venden, tiene un valor monetario; esto
permite su análisis económico.

Valor recreativo: En el caso del Área Protegida
Mil Cumbres el recurso se disfruta como placer estético,
pero no se consume. No tiene valor monetario establecido, pero
puede calcularse.

Valor ecológico: El recurso brinda servicios
ecológicos al hombre, que en el caso de la jutía
puede ser dispersión de semillas. Las jutías
consumen semillas (como las de Algarrobo) y estas semillas
después de ser expulsadas con las heces fecales mantienen
su poder
germinativo (Valdés, 2003). No tiene tampoco valor
monetario establecido, pero puede calcularse.

Valoración económica.

Los beneficios económicos que obtiene la
humanidad de la conservación de plantas y animales son
difíciles de valorar, aunque este interesante tema ha
tenido importantes contribuciones. Puesto que los recursos
biológicos no tienen un valor de mercado en la
actualidad, se han desarrollado otros métodos para
asignarles valor económico.

En el presente trabajo se usa la fórmula de David
y Kerry (1992):

Valor económico total= valor de uso actual+ valor
de opción+ valor de existencia.

El valor de uso actual, determinado por el precio del
mercado subterráneo, fue de $45.00 en este último
año, Chamizo (2001) durante sus investigaciones en varias
localidades del país obtuvo un precio de mercado igual a
$38,12, estas diferencias se deben probablemente a que la
escasez de
jutías en el macizo forestal central de la cordillera de
Guaniguanico provoca una valoración mayor de este recursos
por los pobladores de esta área.

Valor de opción determinado por las encuestas fue
de $11,95.

El valor de existencia también determinado por
encuestas es de $38,52, Chamizo (2001) determinó un valor
de $27,90 durante sus encuestas en zonas con mayor densidad
poblacional de jutías.

Entonces:

Valor económico total de la jutía
conga=$95,47.

El valor económico de la especie es alto,
comparado con otros productos
forestales no madereros, a los cuales Valdés (2003) les
realizó la valoración económica en el macizo
forestal central de la cordillera de Guaniguanico.

Otro método que se utilizó fue el de
costo de
reposición, tomando el promedio de gastos por
jutías en los cinco criaderos existentes en la zona (tabla
3.19 en anexos), este valor osciló entre $31,77 y $38,90;
por lo tanto esto costará cada jutía que
podría utilizarse en la recuperación poblacional de
la especie en el área de estudio.

Al comparar los resultados del presente trabajo con los
obtenidos por Chamizo (2001), se observa que no coinciden, esto
se debe a que la realización de ambos trabajos difiere
tanto en tiempo, lugar y abundancia del recurso, a similares
conclusiones llegaron Mitchell y Carson (1989) quienes plantean
que el valor económico de un recurso natural depende de
factores tales como la abundancia, el lugar, la época y la
idiosincrasia de los seres humanos, entre otros.

Todos los componentes del medio ambiente
tienen un valor económico para la sociedad, en
el presente caso se intentó descubrirlo para la
jutía conga, con el objetivo de definir el tipo de
relación económica entre la especie y la sociedad.
Los componentes del medio ambiente carecen de precio, pero tienen
valor, porque cumplen una serie de funciones que
afectan positivamente al bienestar de las personas que integran
la sociedad (Asqueta, 1994).

CONCLUSIONES.

Los valores de abundancia de jutías / ha
encontrados en las diferentes formaciones vegetales estudiadas
variaron desde 1,81 en la vegetación de mogotes y 1,77 en
el material xeromorfo espinoso sobre serpentina (cuabal), hasta
0,95 en el bosque siempreverde (encinar), estos valores guardan
estrecha relación con la variación del grado de
antropización a que ha estado
sometido el macizo forestal central de la cordillera de
Guaniguanico.

Los valores de la densidad poblacional de la
jutía conga tienen una alta correlación inversa con
la actividad del hombre, lo que demuestra que este es el factor
principal que sitúa en peligro de extirpación a la
jutía conga en el área de estudio.

La jutía conga tiene un amplio espectro de
alimentación en el macizo forestal central de la
cordillera de Guaniguanico, que incluye un total de 79 especies
vegetales de las cuales la mayoría son árboles,
arbustos y cultivos agrícolas y utiliza diferentes partes,
destacándose entre estas las siguientes: hojas y los
frutos y las hojas + frutos.

La mayoría de las especies vegetales utilizadas
por la jutía conga en el área de estudio
están subexplotadas, por lo tanto el alimento no es la
causa del decline de la especie en esta área.

Las formaciones vegetales de mayores densidades de
jutías (vegetación de mogotes y cuabales),
presentan mayores índices de selectividad y más
altos porcentaje de utilización de las especies vegetales
que el resto de las áreas.

El manejo in situ de la jutía conga en el
área de estudio no traerá un impacto ambiental
negativo sobre el medio y producirá un impacto social
positivo contribuyendo a mejorar las condiciones de vida de los
pobladores del macizo forestal central de la cordillera de
Guaniguanico.

El alto valor económico que fue determinado para
la jutía conga en el macizo forestal central de la
cordillera de Guaniguanico, demuestra la posibilidad de que el
manejo de la especie sea sostenible
económicamente.

RECOMENDACIONES.

Desarrollar un programa de
divulgación ambiental entre los pobladores locales, a
través del cual se de a conocer el peligro de
extirpación (extinción local) de la jutía
conga (Capromys pilorides Say) en el macizo forestal central de
la cordillera de Guaniguanico.

Establecer un programa con el fin de proyectar el manejo
sostenible (in situ) de la jutía conga en el macizo
forestal central de la cordillera de Guaniguanico, en coordinación con los órganos locales
especializados (CITMA, Órgano de la Montaña, Cuerpo
de Guardabosques, Empresas
Forestales Integrales y
Empresa
Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna), para
detener y posteriormente eliminar el peligro de
extirpación de la especie en el área de
estudio.

Investigar los posibles efectos del perro jíbaro
sobre las poblaciones de jutías en el área de
estudio y si fuese necesario reactivar los programas de
disminución de la población de perros
jíbaros, mediante profesionales, controlados por los
técnicos en protección de la fauna en la Empresas
Forestales, el Área Protegida Mil Cumbres y la dirección Territorial del Cuerpo de
Guardabosques.

Elevar al CITMA una propuesta fundamentada de los
siguientes sitios: Pan de Guajaibón, Reserva de San
Marcos, El Abra de Sierra Chiquita, El Caimito, Los Pinos,
Bermejales, Pico Chico, Caracoles, Pico Grande y El Nido de los
Perros, para su aprobación como áreas destinadas a
la conservación de la jutía conga en macizo
forestal central de la cordillera de Guaniguanico.

Proponer a las entidades encargadas del manejo forestal
en la zona (Empresas Forestales Integrales y Área
Protegida Mil Cumbres), que incluyan en los planes de
reforestación y cultivos para la fauna aquellas especies
vegetales con mayor índice de selectividad (Guásima
cochinera, Algarrobo, Baría, Encino, Guayaba,
Marañón, Bejuco leñatero, Parra, Boniato,
Cafeto y Hierba de Guinea). Así como reducir la tala de
especies forestales que sirven de alimento a la jutía
conga (Guásima cochinera, Algarrobo, Baría, Encino,
Guayaba, Marañón).

Diseñar un proyecto de
manejo sostenible de la fauna en áreas montañosas
de la Provincia de Pinar del Río.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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