- 1.
Introducción - 2. Alternativas en el
diseño de las sociedades de la Información y el
discurso del progreso - 3. Por un desarrollo
socialmente ecuánime de los sistemas
telemáticos. Introducción a la
problemática de la Estratificación Digital
(Digital Divide) - 4. Variables generales
de la Estratificación Digital - 5. Categorías de
la Estratificación Digital
- 5.1. Equipamiento o
Hardware - 5.2. Infraestructura de
Acceso - 5.3. Lugar de acceso a
las TIC - 5.4. Conectividad a la
Red o Garantía de Estar "On-line" - 5.5. Disponibilidad de
la Información - 5.6. Objetivos y formas
de aprendizaje que permiten diferentes oportunidades de
uso
Abstract
Se parte de la idea de que para el desarrollo de
una Sociedad de la
Información concebida para satisfacer determinadas
necesidades de los ciudadanos tendrán que tenerse en
cuenta tanto los requisitos técnicos como los sociales. El
autor postula, como punto de partida, que la introducción de las TIC en la vida
política,
económica y social permite expandir la democracia (en
su sentido estricto de gobierno del
pueblo) a ámbitos y posibilidades anteriormente vedados.
En el articulo se analizan algunos elementos discursivos sobre
los que se asienta el imaginario social de las Sociedades de la
Información. De forma particular, se examina el Discurso del
Progreso. Se presta especial atención a la problemática de la
Estratificación Digital (Digital Divide) que se centra en
el estudio de los discursos y
prácticas asociadas con las desigualdades y diferencias
que se establecen en la Sociedad Red. Se pretende resumir las
principales genealogías, características y
parámetros de la Estratificación Digital generada a
partir de la instalación masiva de sistemas
telemáticos. En el artículo se presta
atención especial al contenido y objeto de la
información e invita a reflexionar sobre el problema de la
exclusión digital desde la perspectiva del sistema operativo
utilizado y sus resultados "históricos" en las formas de
conceptualizar al ordenador y las diversas formas de planificar
el aprendizaje
y uso de la
computadora. Se analiza la utilización de Software Libre
y de GNU/LINUX como uno de
los sistemas
operativos que parece presentar mejores perspectivas para
desarrollar los potenciales creativos de los usuarios.
En los últimos años se ha producido un
cambio
tecnológico que ha tenido en las llamadas
Tecnologías de la Información y las Comunicaciones
(TIC), uno de sus más claros exponentes. En concreto, ha
sido espectacular el aumento de las CMC. El uso del ordenador
tiene un crecimiento exponencial y su penetración prosigue
extendiéndose cada vez a más esferas sociales, ya
sean relacionadas con el mundo laboral o con el
tiempo de ocio
[1].
Algunos autores han visto en este proceso una
serie de cambios cualitativos en nuestras sociedades, un proceso
constituyente de la llamada "Sociedad de la Información" o
"Sociedad Red" [2]. Los estudios relacionados con la Sociedad
Red, pretenden analizar el impacto social de este cambio y su
potencial de transformación. Para cumplir adecuadamente
con este objetivo,
entiendo que resulta necesario que investigadores pertenecientes
al ámbito de las TIC, tanto en el campo de la ingeniería telemática, como en el campo
sociopolítico, trabajen de forma conjunta. Y ello no
sólo para estudiar estos fenómenos desde una doble
perspectiva [3], sino también para aprovechar la sinergia
generada por la combinación de estas dos perspectivas [4].
Por ello, creo que es conveniente utilizar un planteamiento
multidisciplinar que sea capaz de tomar en consideración
diferentes enfoques científicos. Este articulo se enmarca
en el seno de las tareas de investigación del proyecto
VOTESCRIPT (1), en el cual colaboran diferentes
investigadores pertenecientes a diversas disciplinas. Es en este
entorno multidisciplinar donde hay que situar las reflexiones de
este escrito, que se encuentra intelectualmente comprometido en
una línea de investigación que pretende la
indagación, desarrollo e implementación de sistemas
que contribuyan a la mejora de los derechos ciudadanos y
minimicen los efectos negativos que pueden tener sobre ellos el
asentamiento de la Sociedad de la Información. Estos
sistemas se apoyan en las ventajas proporcionadas por los
servicios
telemáticos de seguridad
avanzados y las demandas detectadas mediante análisis sociológicos.
Precisamente, es conveniente señalar la
importancia de los análisis sociales debido a que el
desarrollo de la Sociedad Red está condicionado por las
tecnologías que se apliquen, y las líneas de
investigación tecnológicas abren y cierran puertas
a posibles escenarios sociales. La mayor parte de las veces,
estas actuaciones se producen sin motivación
consciente y sin percatarse de sus posibles implicaciones. Al
igual que se hacen estudios de impacto medioambiental,
desde aquí se propone que se tenga en consideración
el impacto social de la aplicación de las
innovaciones tecnológicas y se analicen las perspectivas
que promueven o vedan, ya que no de forma automática
todo avance tecnológico es socialmente positivo. Esta
afirmación contradice en parte lo que creo identificar
como discurso dominante en torno al progreso
y la tecnología. Desde mi perspectiva, parte
fundamental del problema en torno a los modelos de
gestión
de la Sociedad de la Información, y por ende de los
desequilibrios sociales de su construcción, tienen su origen en los
discursos que rodean y mistifican el mundo de la informática.
2. Alternativas en el
diseño
de las sociedades de la Información y el discurso del
progreso
A la hora de valorar las actuaciones sociales, políticas
y jurídicas que impulsan la construcción de una
Sociedad Red, un problema metodológico a afrontar,
consiste en deconstruir todo una serie de ideas-fuerza y
lugares comunes que han sido dados por sentado sin el menor
análisis crítico.
Una idea clásica de la cultura
Occidental es la concepción lineal del tiempo y de la
Historia; la idea
de progreso, que se encuentra presente de una u otra forma desde
el judaísmo, modificada en su versión cristiana,
adaptada luego por la filosofía occidental, y
todavía perceptible en el liberalismo y
el marxismo.
Conforme a este entendimiento, hay una ruta trazada por la que
discurre el tiempo, que nos lleva al futuro. La humanidad sigue
esa ruta, de forma tal que cada generación recibe el
testigo del progreso de la anterior. Hay una
evolución, y este progreso evolutivo es beneficioso
para la sociedad y, en definitiva, para la Humanidad. Estamos en
un proceso de permanentes avances y esta progresión se
realiza básicamente a través de la
"tecnología" (2). Sorprendentemente, los discursos
en torno a la tecnología y al imparable avance de la
Humanidad y el progreso no han sufrido demasiadas modificaciones
en el último siglo y medio. Por ser muy ilustrativo al
respecto, reproduzco aquí las palabras de un comunicador
social del siglo XIX, Daniel Webster, paladín de la idea
ilustrada de que las innovaciones de la ciencia y
la mecánica traen consigo el progreso social
universal. El presente texto es el
discurso de inauguración de una línea ferroviaria
en Lebanon, New Hampshire, en 1847: "Es una Era extraordinaria,
ésta en la cual vivimos. Todo es novedoso al mismo tiempo.
El mundo nunca antes ha visto algo igual. Yo no esperaba verlo.
Nadie puede pretender discernir el final. Pero todo el mundo sabe
que esta Era destaca por la investigación científica de los
cielos, de la tierra, y
de lo que está debajo de ella. Y quizás aun sea
más destacable por la aplicación de la
investigación científica a la actividad de la vida.
Los ancianos nunca vieron algo parecido. Los
contemporáneos no habían visto nada parecido hasta
nuestra generación. Nosotros vemos el océano
navegable y la tierra firme
atravesadas por el poder del
vapor y la inteligencia
comunicada eléctricamente. Verdaderamente ésta es
una Era maravillosa. Lo que queda por delante de nosotros nadie
lo puede decir. Lo que queda sobre nosotros apenas nadie lo puede
comprender. El progreso de esta época ha sobrepasado el
entendimiento humano" [5].
En la misma línea, y en lo relativo al carácter acríticamente optimista de
ciertos discursos futuristas, desde hace más de treinta
años cada aparición de una técnica es
saludada y glosada con el mismo discurso optimista, como
argumenta Lucien Sfez desde Le Monde Diplomatique:
¿La
televisión? Era el acontecimiento de la aldea global.
La comunidad
reencontrada gracias a la pequeña pantalla
reduciría las amenazas de guerra,
haría desaparecer el abismo entre militares y civiles y
provocaría la progresión "a grandes pasos de todos
los territorios no industrializados, como China,
India, y
África"(McLuhan). Y esto era en la década de los
años 60" [5].
Conforme al discurso del progreso, estos avances se
asemejan a una evolución (3): están los que
van por delante (la vanguardia que
avanza marcando el camino) y aquellos que los siguen. Solo hay un
camino, una ruta, no hay caminos alternativos. Por supuesto que
en esta evolución, aquellos sujetos
tecnológicamente adaptados están llamados a
triunfar y liderar el proceso. Mientras que aquellos que no
abracen entusiasta y concienzudamente las nuevas
tecnologías, se quedaran atrás y
perderán el tren del progreso. Frecuentemente, se utiliza
la expresión "quedarse atrás" a secas, sin que le
acompañe el objeto de "ese quedarse atrás".
¿Quedarse atrás en el camino del progreso?
¿quedarse atrás en el mercado de
trabajo, que
supuestamente demanda
habilidades informáticas? ¿quedarse atrás
del futuro?
Esto nos lleva a plantearnos la siguiente pregunta: hoy
en día, ¿quienes establecen lo que es progreso,
a través de qué discursos, y desde qué
posiciones de poder?
Entiendo que es una reflexión a tener presente en
todo proyecto que pretenda intentar subsanar "la disparidad en el
acceso a ordenadores y su uso, entre los diversos grupos
sociales, económicos y raciales" como define Pinkett
lo que nosotros hemos denominado Estratificación
Digital [6]. Parece igualmente evidente que la
exploración de las múltiples posibilidades de la
Democracia y la Participación basadas en sistemas
telemáticos requiere de una Sociedad Red de pleno acceso
para todos y con las mismas oportunidades. De forma inherente al
desarrollo de la Democracia Digital, y para que esta sea
universal, han de solucionarse los problemas que
conlleva la Estratificación Digital.
Por ello, resulta de sumo interés la
puntualización que Leo Marx establece
sobre la visión liberal del discurso del progreso y la
matización contemporánea que ha sufrido. El
progreso de la sociedad se entendía como la mejora de toda
la población. La sociedad era concebida como
un todo en la que la prosperidad de tu vecino terminaría
redundando en la tuya propia. Pero hoy en día, el progreso
de la sociedad, no se mide por el avance de dicha sociedad como
un todo, sino que se focaliza más en los avances
tecnológicos.[7]
El acceso a estos avances tecnológicos, limitado
a ciertas élites, provoca desarrollos sociales que
incrementan las desigualdades en varios planos. Utilizando la
terminología de Warllestain en su concepción de la
Economia-Mundo, en ciertos aspectos telématicos se observa
el aumento de las diferencias y jerarquías entre el Centro
y la Periferia, así como las que se dan internamente tanto
en los países del Centro como en los de la Periferia.
(También es cierto que la introducción de las
nuevas tecnología representa un instrumento que rompe
algunas de las barreras Centro-Periferia anteriormente
existentes, como es el caso de acceso a la información
contenida en páginas
web).
En esta línea, Jan van Dijk denuncia como estos
avances tecnológicos y su desarrollo social
incrementan las desigualdades y señala varias tendencias
en la sociedad actual. En concreto llama la atención sobre
las políticas que permiten las desigualdades materiales.
"Son las políticas de privatización y estimulación de la
economía
de mercado en casi todos los países. Nos están
llevando a la comercialización de lo que antes era
información publica, [?] y la privatización de
la
educación. Inevitablemente, estas políticas
expanden las posibilidades de desigualdades digitales"[8]. Y pone
como ejemplo que gente con pocos ingresos y bajo
nivel educativo hará uso de los contenidos baratos y
simples de Internet, mientras que los
sectores de la población con grandes ingresos y altos
niveles de educación
harán uso de los contenidos caros y avanzados que ofrece
la Red.
Por otra parte, toda esta percepción
en torno al discurso del progreso, establece una visión
(pre)determinada del futuro (4). Como se desprende de los
análisis cualitativos (5), existe todo un
imaginario discursivo que identifica la Sociedad de la
Información con el futuro, incorporando como
características de este futuro-presente, experiencias
ajenas a las que conforman la realidad cotidiana. De tal forma
que, en el discurso dominante, se asume como cotidiano que hoy en
día cualquiera puede hacer la compra por Internet,
consultar al medico, entrar en contacto con algún
político, o realizar una videoconferencia, aunque solo un
reducidísimo porcentaje de la población haya
realizado alguna vez una de estas actividades. Se asume con la
certeza de que es un futuro definido, establecido y que (se
quiera o no) llegará. Tanto es así que al
referirnos a ese futuro-presente hablamos de "La" Sociedad de la
Información, "La" Sociedad Red. La única, la que
será-es, la que está determinada, empezando
aquí y ahora, un ahora que dura ya casi una
década.
Así, frecuentemente nos encontramos con discursos
francamente optimistas en los que, a mi juicio, se confunden
hipotéticas posibilidades futuras con la realidad actual.
O lo que sería más grave, adolecen de una falta de
capacidad de análisis, confundiendo la realidad personal del
"analista", con la del resto de la población del planeta.
Así Barlow, gurú de la Sociedad Red, afirma que "el
ciberespacio representa la promesa de un nuevo espacio social,
global, sin soberanía ni jerarquías, en el que
cualquier persona, en
cualquier sitio puede expresar aquello en lo que crea sin
ningún miedo" [9]. Como se argumenta y explica a lo largo
de este articulo, es cuando menos ingenuo pensar que "cualquier
persona, en cualquier parte del mundo" tenga cerca y/o pueda
disponer de una conexión a Internet. Parece olvidarse
Barlow que alrededor de 2/3 de la Humanidad ni tan siquiera han
realizado una llamada por teléfono en su vida (6).
Al margen de la agradable sensación de
utopía que pretenden transmitir dichos discursos y que
podemos encontrar a diario en los medios de
comunicación, en la mayoría de ellos no se
encuentran elementos teóricos válidos, ni en la
exploración de las posibilidades, ni en la
identificación de tendencias presentes en el actual
desarrollo de las TIC. Desde mi perspectiva, discursos
sistémicos y acríticos como los de Barlow, u otras
quimeras similares, mas bien debieran de ser circunscritas al
campo de la literatura y la ciencia
ficción (7).
En contraste con este tipo de formulaciones, coincido
con Robins cuando cabalmente afirma; "creo que urgentemente
deberíamos proponernos la tarea de desilusionarnos. No hay
ningún mundo alternativo ni un futuro perfecto en el
ciberespacio y la realidad
virtual. Vivimos en un mundo real y debemos reconocer que
desde luego no nos encontramos precisamente en una
situación en la que podamos hacer lo que nos dé la
gana. Las instituciones
que desarrollan y promocionan las Nuevas Tecnologías
existen sólidamente en este mundo. Y debemos darles
sentido en términos de su realidad social y
política, y es en este contexto en el que tenemos que
valorar su significado e importancia. Porque estamos en un mundo
limitado materialmente y dividido socialmente que nos debe
recordar hasta qué punto estamos necesitados de hacer
política" [10].
Planteado el enfoque, pasemos a describir la
multiplicidad y complejidad de la temática que define a la
Estratificación Digital.
Como hemos planteado, una nueva problemática
socio-política generada directamente por la
implantación masiva de servicios telemáticos es lo
que denominamos Estratificación Digital (en ingles
Digital Divide). Hasta hace un par de años, la
mayoría de los estudios a este respecto eran de origen
norteamericano. El nombre bajo el cual se conoce este campo de
estudios es Digital Divide (literalmente división
digital). Es un termino que fue socialmente producido y
connotado a través de los medios de
comunicación y los políticos profesionales.
Pronto se hizo rápidamente popular, pero más
allá del ámbito ambiguo de los medios de
comunicación, parece que adolece de un
nivel mínimo de precisión o rigor académico.
El término es ya centro de una fuerte polémica en
cuanto a su falta de precisión: es vago y no abarca la
complejidad del problema. Es difícil encontrar una
definición que tenga un consenso en los ámbitos
académicos, y muchos textos plantean la revisión
del término adoptado (8).
Un punto de partida para definir la "digital divide",
sería considerar que pretende establecer e investigar las
diferencias y desigualdades producidas por la introducción
de ordenadores personales y otros tipos de "tecnología de
la computación y la
comunicación" dentro de las sociedades. Así,
abarca o incide sobre temáticas tales como la desigualdad,
el
conocimiento y los ordenadores. Otras especificaciones
podrían extender su ámbito a la etnicidad, la
cultura, clase social,
pobreza y el
ciberespacio, como McGee nombra a las categorías de su
colección de artículos sobre el tema (9). Lo
cierto es que nos encontramos ante un área de estudios que
en la práctica abarca al conjunto de la Sociedad de la
Información y que hace referencia a su composición
y organización.
En español,
digital divide ha empezado a traducirse como "brecha
digital", denominación que traslada todas las limitaciones
y carencias del termino inglés.
A nuestro juicio, el término
estratificación aquí propuesto,
refleja más claramente la multiplicidad de factores y su
jerarquización social. Una primera diferencia (radical en
la conceptualización que se establece con esta nomenclatura) es
reconocer que no hay una única división, una
única brecha que divida a la sociedad entre
"analfabetos informaticos" y aquellos que saben usar las
tecnologías de la información y la
comunicación, sino varias "divisiones" o "brechas". Es
ésta una diferencia conceptual que en el término
ingles se recoge bajo la pegadiza definición de los
haves, y los have-nots, y que desde mi juicio
constituye un error de fondo que complica enormemente la
explicación y percepción de la
estratificación digital. Como se puede comprobar en
la literatura al respecto, resulta difícil establecer
categorías y clasificaciones dada la multiplicidad de
conexiones y solapamientos temáticos a los que nos
enfrentamos. El cuestionamiento de las implicaciones del termino
digital divide está presente en una buena parte de
los análisis de la cuestión, si bien,
mayoritariamente también usan la nomenclatura de
haves y have-nots.
Por todo o anterior, y como definición del nuevo
término de Estratificación
Digital formulamos que se trata del ámbito
de investigaciones
que se centra en el estudio de los discursos y prácticas
asociadas con las desigualdades y diferencias en: el acceso a
computadores, infraestructura de entrada a la red y
adquisición de conocimientos e
información, que se dan entre las distintas
clases
sociales, así como por género,
edad, nivel educativo, etnia, idioma,
zona en la cual se habita, convicciones políticas o
religiosas, etc.
Como se deduce tras una lectura de
Tardieu [11], y aunque pueda parecer extraño, la
relación entre desigualdades sociales y ordenadores ha
sido estudiada por lo menos durante los últimos veinte
años. Es cierto, que la forma y enfoque de acercarse al
problema han sufrido profundos cambios. Al principio el ordenador
personal era visto como una herramienta de trabajo intelectual
cuya utilidad se
focalizaba en desarrollar las capacidades de los alumnos a
través del aprendizaje de
informática. Y en el diseño de la enseñanza de este aparato, tenían
importancia clave los entendidos en la materia, de
forma que sus enseñanzas tendían a reproducir un
aprendizaje dirigido básicamente a desarrollar la
capacidad de programar (crear programas), o ser
capaz de leer y entender el organigrama
(estructura del
programa) o el
código
de programación. En este esquema podemos fijar
la atención en dos asuntos relevantes:
El primero de ellos estaría relacionado con lo
que concierne al cómo y el para qué
se enseñaba el uso de ordenadores. Este es un aspecto muy
interesante y frecuentemente relegado en los estudios sobre las
Sociedades de la Información, al que prestaremos debida
atención en el apartado 5.6. El segundo aspecto
importante, radica en cómo se determina actualmente el
grado de penetración de las Tecnologías de la
Información y la Comunicación en nuestras
sociedades. ¿Qué parámetros se utilizan para
medir nuestro grado de "cibersociedad"?
En un ámbito de expertos e iniciados, como era la
situación anterior, era relativamente sencillo determinar
quien estaba o no en el mundo de los ordenadores, en la Sociedad
de la Información. Para manejarse con un ordenador se
debían de conocer los comandos del
sistema
operativo. Ademas, las conexiones a través de las redes se realizaban
frecuentemente mediante UNIX,
debiéndose conocer los comandos básicos para su
manejo. Fue más tarde que hicieron su aparición los
interfaces de fácil uso (user friendly), cuyo exponente
actual lo representan las diversas series de Windows de
Microsoft, y
en menor medida los sistemas
operativos del Machintosh de Apple.
A partir de la generalización de esta
práctica empieza a ser cada vez más complicado
determinar quien "está" y quien "no-está". De
aquellos de nosotros que disponemos de relativamente potentes
computadores y navegamos por la red, ¿Cuantos podemos
decir que conocemos y utilizamos una parte importante de las
capacidades de nuestros ordenadores? A la hora de determinar lo
que es un internauta nos encontramos con un problema
similar. ¿Lo determina la posesión de una
conexión a la Red o el tipo de uso que hacemos del
ciberespacio? ¿se puede encuadrar en la misma
categoría de internautas a quien cotidianamente
utiliza consulta de páginas, videoconferencia, descarga de
archivos,
colgar información en la red, saber buscar y encontrar lo
que le interesa, ect., con aquellos que esporádicamente
utilizan alguna que otra aplicación como el correo
electrónico o la navegación circunscrita a las
versiones electrónicas de los periódicos
importantes (10)?
Desde mi perspectiva, la respuesta es negativa. Desde la
invención del sistema de World Wide
Web, y con la consiguiente entrada en la red de mayores
porcentajes de la población sin excesivos conocimientos
informáticos, las actividades a realizar en el
ciberespacio se han multiplicado, y muchas de ellas no son sino
apéndices virtuales de practicas que ya se daban en la
vida real (11). Sin pretender descalificar ciertos empleos
de la red, los dos modelos descritos arriba predeterminan
posibilidades muy diferentes de uso y explotación de los
recursos del
Ciberespacio. Contabilizar ambos modelos bajo la misma
categoría de internautas, sin más
matizaciones, entiendo que conduce a crear confusión y
pobres análisis sobre la situación actual y
posibilidades de desarrollo de "La Sociedad de la
Información".
En términos parecidos, una tendencia dominante en
el análisis social, marcada por el esquema de los "haves"
y los "have-nots", se ha centrado generalmente en contabilizar el
número de ordenadores, y conexiones a la Red. Nos
encontramos con una forma de abordar el problema muy marcada por
las tendencias mercantilistas, según las cuales la
solución es la venta masiva de
ordenadores y conexiones a Internet. Para justificar esta
política, se han utilizado propagandisticamente técnicas
cuantitativas de investigación de una forma simple e
inadecuada, al ser pocas las veces que se tenía en cuenta
los usos que se hacían de los computadores (12).
Este empeño simplista en preponderar el número de
ordenadores, también queda cuestionado por algunas
estadísticas que muestran como en los
últimos años, el incremento en la
adquisición de ordenadores, no conlleva necesariamente un
incremento en su uso. Según un estudio de Arbitron
realizado en los EEUU, en 1999 tan solo el 53% de los
propietarios de un PC lo usaban [12], tendencia que
también se puede observar en nuestro país. En el
2000 el 36.4% de la población decía poseer un
ordenador, mientras que declaraba usar un ordenador el 30%. En
esta ultima cifra se incluyen también a los que sin poseer
uno de ellos, sí lo utilizan (en el trabajo,
centro de estudios, ect). En el 2001 estas cifras pasaron al
41.9% y al 34%, respectivamente [13].
4. Variables
generales de la Estratificación Digital
De lo anterior se deduce que la conceptualización
y categorización de la Estratificación Digital
encierra una serie de particularidades y detalles que resulta
difícil abarcar. El esquema aquí propuesto,
pretende identificar seis parámetros que abarcan el
acceso a computadores, infraestructura de entrada a la red y
adquisición de conocimientos e información.
Dichos parámetros serán: a) el equipamiento o
hardware, b)
infraestructura de acceso, c) lugar de acceso, d) conectividad a
la red, e) disponibilidad de la información, y f) el
contenido en cuanto a las formas de aprendizaje y a la
definición de objetivos.
Cada uno de ellos habrá de ser considerado bajo las
variables de clase social, así como por género,
edad, nivel educativo, etnia, idioma, zona en la cual se habita,
convicciones políticas o religiosas, etc.
La clase social es una categoría de
análisis con tradición en Europa y que va
más allá de la simple cuantificación de
ingresos, que suele ser el dato a considerar en la mayoría
de los estudios anglosajones. Como otras muchas variables
aquí planteadas, la clase social remite a la
situación económica, pero también al
capital
cultural, y al capital social, con la consiguiente diferencia de
oportunidades de partida que conllevan.
El género es una variable que se impone
como resultado de los análisis cualitativos o
cuantitativos. Se refleja tanto en los números de acceso,
como en los usos y es una variable que necesita frecuentemente
ser relacionada y contextualizada con otras, como por ejemplo, el
país en el que se habita. Es una de las divisiones
más evidentes e interesantes en la medida que refleja
cómo el diseño de las nuevas sociedades de
la Información reflejan las viejas costumbres y
tradiciones patriarcales de nuestras sociedades.
Como en anteriores innovaciones tecnológicas la
edad también resulta clave. Es cierto que
dependiendo de los países (y su nivel de desarrollo), la
edad de resistencia a los
ordenadores cambia. A no ser que se plantee el paso del tiempo
como factor corrector de esa resistencia (13), los
científicos sociales deben considerar las particularidades
especificas de esos sectores de la población y ver
qué aspectos podrían provocar un cambio de actitud. Por
ejemplo, analizar las políticas de introducción al
uso de ordenadores (generalmente orientadas al ocio) que algunos
centros de la tercera edad están realizando.
El nivel educativo y la educación juegan
en este ámbito de estudios un papel fundamental. Se dibuja
como uno de los espacios sensibles en los que desarrollar
políticas correctoras de la Estratificación
Digital. Esta cuestión se aborda con más
detenimiento en el punto 5.6.
La etnia es una variable cuya utilización
resulta imprescindible en países como EEUU, Reino Unido o
Francia. En
nuestro país, en la medida que aumenta la inmigración extranjera, cada vez se
consideran más los aspectos específicos de las
etnias y las comunidades que las componen.
El idioma afecta en varios sentidos. En nuestro
entorno, porque una persona que no domine cierto nivel de
castellano, es
obvio que se encuentra en franca desventaja a la hora de adquirir
cualquier conocimiento.
Además, tenemos que considerar el absoluto dominio que el
inglés tiene en la sociedad de la información. No
solo es el lenguaje
base en la innovación y la programación, sino
que acapara una inmensa mayoría (68.3 %) de los contenidos
de las páginas web. Le siguen en
presencia el Japonés, el Alemán, el Chino, y el
Francés [14]. Por supuesto que un hispano-hablante
tendría suficientes páginas en castellano para
visitar durante toda su vida, pero el desconocimiento de ciertos
idiomas le imposibilita el acceso a otros millones de
páginas.
Los ideales y actividades políticas
también aparecen como variable de la
estratificación digital, en la medida que existen en la
red algunas tendencias intentar bloquear ciertos tipos de
información (generalmente de forma ilegal o alegal) e
incluso a privar a algunos individuos del acceso a la red. Por
ejemplo, provocando la clausura del servidor que
provee a un colectivo u organización. Este es un asunto de
especial relevancia política, inscrito en el ámbito
de los ciberderechos, al que prestaremos algo más de
atención en el apartado 5.4.
Evidentemente, la conceptualización de la
estratificación digital difiere en su enfoque y
características dependiendo de las zonas y
países que se consideren. Obviamente, las situaciones
en los EE.UU., Europa, Asia, Oriente
Medio, Latinoamérica o Africa contienen
diferencias de fondo que deben de ser tenidas en cuenta en las
soluciones
propuestas.
El presente estudio se ajusta sobre todo al
análisis de los factores a tener en cuenta en las
sociedades que se encuentran inmersas en un desarrollo masivo de
las TIC. Es decir, en aquellas sociedades en las que existen
iniciativas (públicas o de mercado) tendentes a conseguir
que el conjunto de la población tenga acceso a estas
nuevas tecnologías. Es conveniente insistir que en los
países (del desarrollo del subdesarollo
económico (14)) con significativos niveles de
pobreza la preocupación por la Estratificación
Digital pasa a un segundo plano en comparación con las
necesidades de supervivencia cotidiana que tienen
planteadas.
Un último aspecto a considerar en cada uno de los
parámetros descritos a continuación radica en
evaluar las políticas públicas y
gubernamentales para subsanar o acrecentar la
Estratificación Digital. Obviamente, la
construcción de una Sociedad Red igualitaria y
democrática está íntimamente ligada a las
problemáticas socioeconómicas y políticas
que se dan actualmente en nuestras sociedades.
5. Categorías de la
Estratificación Digital
Podríamos establecer seis puntos,
parámetros o categorías de análisis para
entender, comprender y poder corregir las diversas facetas de la
Estratificación Digital:
Es decir, el ordenador sus accesorios y periféricos. Entre estos periféricos
destacaremos la impresora,
módem, escáner,
lector de CD-ROM o
DVD, grabadora
de CD o DVD,
cámaras web, etc. Resulta obvio que dependiendo del tipo
de ordenador, memoria, velocidad y
equipo accesorio, se tendrán diferentes posibilidades de
rentabilizar los recursos que ofrece el propio ordenador y la red
de redes, la Internet.
5.2. Infraestructura de
Acceso
En este punto, en apariencia meramente técnico,
es posible identificar diversos proyectos
políticos y económicos que condicionan las
posibilidades "socio-digitales". Mitchell plantea: "conectarse a
una nueva clase de utilidad plantea un problema obvio. Como con
el agua, el
gas o la
electricidad,
las comunidades de bajos ingresos necesitan conseguir
tuberías "en este caso, tuberías
electrónicas para la información digital- para
conectarse a puntos de distribución potencialmente
importantes"[15].
Por lo tanto, en la categoría infraestructura
de acceso, englobamos dos aspectos bien diferenciados: por
una parte, la calidad de estas "tuberías"
digitales, y por otra, su topología o
diseño.
5.2.1. En cuanto a la calidad
técnica hemos de distinguir diversos aspectos. Entre otros
cabría destacar: a) la velocidad de acceso, b) el "caudal"
(throughput) o volumen de
datos que
permite, c) el grado de protección o la privacidad de las
comunicaciones. d) el modelo de
"tuberías" que conectan con el servidor (por módem
vía línea telefónica (14.4, 28.8, o 56 Kbps
(15)), RSDI, ASDL, cable, o satélite), e)
disponibilidad o capacidad del servidor: tanto horaria, como sus
posibilidades para hacer frente a una concurrencia masiva, f) el
enganche de esas tuberías a la red, de forma que no se
produzca un cuello de botella que infrautilice las capacidades de
nuestra instalación de salida.
A la hora de proporcionar garantías de privacidad
existen multitud de elementos en juego, tanto
técnicos como de concepción político-social.
Para un análisis detallado de la seguridad y privacidad
ver el capítulo de este mismo libro
"Provisión de protocolos de
anonimato para la protección de la privacidad y el
desarrollo de la democracia electrónica en las CMC".
5.2.2. En cuanto al diseño de su
estructura, nosotros abogamos porque ésta debiera
de huir del modelo de difusión. En ésta
existe un emisor productor del contenido, y varios receptores
casi sin capacidad de decisión sobre la información
recibida. Es el modelo clásico que podemos encontrar en
la radio, los
periódicos o la televisión. Coincido con Mitchell cuando
plantea que "las conexiones debieran de ser de dos sentidos, y
simétricas [?]. Conexiones de dos sentidos
asimétricas, como aquellas establecidas por las
televisiones por cable, permiten que grandes cantidades de
información fluyan en una dirección pero tan solo permiten que una
pequeña cantidad fluya de vuelta. Conexiones de dos
direcciones simétricas, como las que se dan en la
línea telefónica, permiten intercambios de
información desde posiciones iguales: ésta es una
importante dimensión de equidad en el
mundo digital" [15].
De hecho, la importancia del diseño de la
estructura se ejemplifica también en la concepción
de modelos de Democracia Digital. Aplicando los Modelos de
Tránsito de Información, obtendremos diferentes
esquemas y nociones de la equidad en el flujo de
información. Llegados a este punto deberíamos
introducir brevísimamente algunos conceptos y
clasificaciones de las ciencias de
sociales, y más concretamente de la Comunicación.
Nos centraremos en el concepto de los
llamados Modelos de Tráfico de Información (MTI),
que se refieren a las formas que adoptan las comunicaciones en el
ámbito político entre el centro, detentador del
poder
ejecutivo y legislativo, y las unidades locales, o
ciudadanos. Podemos distinguir cuatro modelos
básicos:
- Alocución (allocution): Se le
denomina a la distribución simultanea de
información desde un centro que sirve como fuente y que
decide y selecciona la información que es conveniente
distribuir, hacia una audiencia de unidades locales
destinatarias. - Consulta (consultation): En cierta
forma, es el proceso inversa: las unidades locales son las que
realizan la selección de la información a la
que quieren tener acceso, si bien la fuente de
información y base de
datos de la cual elegir, está determinada por el
centro y ubicada en él. - Registro (registration): Es la
recolección de información por parte del centro,
que determina tanto qué asuntos tienen importancia, como
la forma o el intervalo de tiempo establecidos para recoger la
información requerida. Esta información es
enviada al centro por las unidades locales, que en este proceso
son las fuentes de
información. - Conversación (conversation): Es
el intercambio de información entre dos o más
unidades locales a través de un medio compartido, sin
pasar necesariamente por un centro. Tienen capacidad para
determinar tanto qué asuntos tienen importancia, como el
tiempo, la forma o la velocidad de la comunicación
establecida entre ellas para el intercambio de
información.
Como fruto de la conceptualización de los Modelos
de Tráfico de Información y de su aplicación
a las TIC, seriamos capaces de diseñar un primer esquema
con tres diferentes perspectivas sobre la Democracia
Telemática en lo relativo al trafico de información
[16].
En la figura 1, se representan estos tres modelos de
Democracia Digital conforme a la estructura del flujo de
información, teniendo en cuenta lo formulado
anteriormente. El primero, el modelo de Internet, es en el
que las líneas de demanda y suministro de
información son de igual intensidad entre el centro y las
unidades locales, así como entre las propias unidades (se
utiliza Consulta y Conversación). En el segundo, el
modelo Infocrático, la relación entre el
centro y las unidades locales están guiadas por fuertes
suministros de información desde las unidades al centro
(se enfatiza Registro). Por último se recoge el
modelo de Mercado o Marketing,
que gráficamente es el inverso del infocrático; es
decir, el centro determina y distribuye la información a
las unidades (se basa en Alocución).
5.3. Lugar de acceso a las
TIC
Según muestran algunas estadísticas
nacionales e internacionales, amplios sectores de la
población usan ordenadores o acceden a Internet fuera del
domicilio. En los estudios norteamericanos se evidencia que este
tipo de acceso es mayoritario entre los miembros de las etnias
hispana y afroamericana, generalmente por carecer de computadores
o conexión en el hogar [17].
Este parámetro muestra la
importancia de valorar el entorno desde el cual se accede. Las
dispares condiciones entre el hogar (pagando), un centro de
estudios (generalmente con accesos limitados temporalmente) o el
trabajo (condicionado a las condiciones que fije la empresa)
marcan diferentes tipos de acceso y uso. Además, se puede
suponer que por término medio, la calidad de los
equipamientos, programas y conexiones disponibles en el centro de
trabajo o de estudios sea superior a la de aquellos que se tengan
en propiedad.
Otros puntos de acceso podrían ser un cybercafe
(o lugares de pago) o un Centro de Acceso para la Comunidad (CAC,
lugares de acceso gratuitos muy extendidos en EEUU). En ambos
casos se constata la falta la intimidad, comodidad y tranquilidad
que proporciona un entorno más personal como el que
presumiblemente se puede poseer en el hogar.
5.4. Conectividad a la Red o
Garantía de Estar "On-line"
En la conectividad a Internet se obtiene una puerta de
entrada a la Red. Ese acceso, permite tanto explorar la red como
ser localizado en ella; es decir, tener una localización
virtual, ya sea una dirección de correo electrónico
o una página
Web. Este punto hace referencia a dos aspectos relacionados
con la conectividad. El primero es el relativo a los costes y el
segundo a la garantía de permanencia y duración en
el tiempo de la conexión pactada.
En el primer aspecto, la conectividad tiene unas cuotas
de acceso: desde la mera tarifa de conexión
telefónica hasta el precio que
muchos servidores cobran
por proporcionar acceso. La tendencia indica que buenas calidades
de conexión conllevan tarifas elevadas en el mercado.
Dependiendo de cuanto se esté dispuesto a pagar, se
podrá tener acceso a mejores y más rápidos
servidores.
El segundo aspecto esta también ligado a lo
pecuniario, pero más orientado hacia lo que se ha venido
en denominar ciberderechos. Es razonable pedir ciertas
garantías de la permanencia en el tiempo de esta
ubicación virtual. Actualmente este ciberderecho, se ve
amenazado, al menos, en tres aspectos. Para aquellos que utilicen
servidores privados gratuitos, estos podrían
unilateralmente cambiar su carácter y exigir una cuota de
pago. Para aquellos que pagan cuota, ésta puede ser
alterada en función de
criterios de rentabilidad y
mercado. Por ultimo, también puede darse que los
contenidos de una página web incomoden a algún
poder, y este pueda presionar (lobby) al
servidor y obligarle a rescindir el acuerdo y a descolgar la
pagina web en cuestión.
Si bien es cierto que en el ciberespacio y a falta de
mediación legal, hasta ahora ha sido más poderosa
la "solidaridad
Internáutica" que la presión de
los tradicionales poderes fácticos, siendo famosos los
sitios censurados que han recibido masivos ofrecimientos para
colgar un mirrow (replica de la página, con
idéntica dirección). Además, en el
ciberespacio el intento de censura suele llevar parejo una mayor
difusión de los contenidos de la página que se
pretendían censurar, como fue el caso de McDonalds
(16). Estas acciones de
censura pueden incluso alentar acciones de represalia por parte
de la comunidad ciber, provocándole al censor grandes e
irreparables perdidas económicas o de imagen
(17).
El concepto de los ciberderechos aparece
íntimamente ligado al de democracia en las sociedades de
la información. El ciberespacio está constituido
por una serie de características nuevas que dan pie a
nuevas prácticas y a nuevos derechos ciudadanos que sirven
para proteger las comunicaciones en el ciberespacio y, en
consecuencia, la intimidad y privacidad de nuestras vidas. La
representantes gubernamentales españoles sostienen que
nadie ha de tener más o menos derechos por estar en
Internet y que la LSSI (Ley de Servicios
para la Sociedad de la Información y Comercio
Electrónico) intenta homologar las situaciones de la vida
real con las que pueden presentarse en Internet [18]. Desde mi
punto de vista, esta argumentación esconde un intento de
acortar las posibilidades que ofrece el ciberespacio y yerra en
su enfoque. Hasta ahora las leyes regulaban
basándose en la realidad cotidiana que todos conocemos.
Sin entrar ahora a cuestionar los valores
básicos que pretendían proteger o el cómo
esta organizado el código penal en sus delitos y
penas, lo que sí está claro es que Internet es un
espacio distinto con reglas de funcionamiento
distintas.
Un ejemplo de cómo la "homologación" de
las prácticas cotidianas provocaría una
alteración radical y sustancial de nuestros derechos
podemos encontrarla en el proyecto de Documento Nacional de
Identidad
electrónico (e-DNI). La existencia de esta tarjeta
inteligente (y la homologación de comportamientos en la
red), da pie a la pretensión de identificar digitalmente a
cualquier usuario que navegue por la red, bajo la excusa de que
en la vida real tenemos la obligación de portar el DNI.
Mientras que en la vida real la identificación sirve
precisamente para identificarse en caso de necesidad, en
el ciberespacio dicha identificación crea un registro, de modo
que todos los datos sobre nuestras operaciones y
actividades quedan almacenadas. Dichos ficheros (o copias
paralelas) podrían estar centralizados de forma tal que en
un momento concreto y mediante una petición de ordenador
se obtendrían los datos de todas nuestras actividades
durante años. Pasamos de tener la obligación de
identificarnos por requerimiento de la autoridad
competente ante la posibilidad de comisión de un delito (o
sospecha del mismo) a tener que identificarnos permanentemente.
Equivaldría a considerarnos sospechosos crónicos
hasta que se demuestre lo contrario, es decir, una Sociedad de la
Información basada en el control y la
vigilancia [19].
Además no resulta en modo alguno tranquilizadora
las practica de ocultación de los borradores de la LSSI al
conjunto de la ciudadanía por parte del gobierno
Español (18). En general, parece fundamentada la
sospecha de que muchas iniciativas gubernamentales no pretenden
proteger los ciberderechos, sino que más bien van en su
detrimento (19). Frente esta indefensión
institucional, pueden diseñarse mecanismos e
infraestructuras tecnológicas (suficientes por sí
mismas) que permitan a los ciudadanos la defensa de sus
ciberderechos. Este conjunto de prácticas y medidas de
seguridad, necesarias en una Democracia Digital se enmarca en lo
que ya conceptualizamos como Seguridad Cívica
[20].
Como aviso a navegantes, cabe denunciar que tras los
atentados venganza del 11 de Septiembre, se plantea una ola de
restricciones a las libertades de navegación y se
justifican practicas anteriormente existentes (y
sistemáticamente ocultadas) para el control de nuestras
actividades cotidianas en el ciberespacio. Al respecto, cabe
destacar que la existencia de la red de origen norteamericano
paragubernamental (e ilegal) de escuchas y espionaje con nombre
clave ECHELON (20 ) no evitó, ni parece que
previó, dichos atentados. Entre otras cosas porque los
grupos
criminales o secretos pueden disponer de recursos
tecnológicos no excesivamente complejos (por ejemplo,
esteganografía) que les permitan intercambiar secretos
dificilmente detectables [4]. Ello demuestra que el objetivo
fundamental de este espionaje sistematizado, justificado sobre la
base de la seguridad y el fantasma del terrorismo, no
es otro que la monitorización, seguimiento y control de
las actividades del conjunto de los ciudadanos, y el espionaje
industrial, como fue en su día investigado y denunciado
por una comisión del Parlamento Europeo.
(21)
5.5. Disponibilidad de la
Información
Acerca de Internet, una de las suposiciones de origen
más frecuentes es considerar que toda la
información está disponible para todo el mundo. No
obstante, en la red se puede observar un creciente proceso de
restricciones en el acceso a la información. Este proceso
está relacionado con el desplazamiento de Internet desde
tendencias sin ánimo de lucro, hacia la creciente
comercialización que sufre hoy en día [1]. Son
muchas las Páginas Web que piden al usuario un pago previo
al acceso a la información. Esto implica desventajas para
las clases populares. Como se comentaba anteriormente, esta
realidad puede dar lugar a que gente con pocos ingresos se limite
a navegar por los contenidos gratuitos y más
congestionados de Internet, mientras que los sectores de la
población con alto poder adquisitivo podrán hacer
uso de los contenidos caros y exclusivos que ofrece la
Red.
De forma similar, existe otra forma de filtrar a los
navegantes en función de su poder adquisitivo. En muchas
páginas Web comerciales, el acceso a la información
es gratuito pero se requiere un número de tarjeta de
crédito
para acceder al contenido. Esta practica comenzó a ser
usada por las paginas de contenido sexual para adultos, y
supuestamente garantizaba la mayoría de edad,
verificándola con la del poseedor de la tarjeta. Al
margen, de la evidente ineficacia de esta medida (quien teclee el
número que aparece en al tarjeta no tiene porque ser el
propietario), esta medida ha sido imitada por otras paginas de
comercio electrónico, como forma de seleccionar a los
navegantes, y engrosar sus bases de datos de
cara al marketing y el spam (22). Así,
aquellos sectores de la población que carecen de tarjeta
de crédito quedan imposibilitados para acceder a estas
páginas. Internet, definida por muchos como un nuevo
mundo, con nuevas reglas, libres de las constricciones del mundo
material, va imitando de forma creciente las reglas y
características del mundo "real".
5.6. Objetivos y formas de
aprendizaje que permiten diferentes oportunidades de
uso
Se trata de analizar un aspecto frecuentemente olvidado
o relegado al hablar de Estratificación Digital: la
determinación de qué objetivos y qué fines
se persiguen con los proyectos de desarrollo de la Sociedad de la
Información, es decir, para qué se quieren
los computadores. Estos objetivos y posibilidades de uso, se
encuentran en gran medida determinados por los programas que se
enseñan a manejar y la forma en que, consecuentemente, son
usados.
En este apartado se abordan los elementos
específicamente discursivos de las Sociedades de la
Información. Si bien a lo largo de este articulo, se ha
tratado de caracterizar la Estratificación Digital
mediante categorías que posibiliten su
análisis, las problemáticas detectadas en cada una
de éstas se derivan directamente del planteamiento que se
adopte en lo relativo a las políticas de difusión y
aprendizaje del manejo de las nuevas tecnologías. Nos
encontramos, por tanto, ante la categoría que determina
los discursos que subyacen en la construcción de las
sociedades de la información. Por tanto, abordaremos
aquí los objetivos que se pretenden cubrir a través
de las TIC, la educación en los nuevos usos, la
formación y aprendizaje proporcionada a la
ciudadanía, los contenidos más significativos a los
que se otorgan mayor importancia, y los usos que con estas
políticas se condicionan o provocan.
Por desgracia, con demasiada frecuencia, cuando se
trazan estrategias para
favorecer el desarrollo de la Sociedad de la Información,
y establecer "puentes" para salvar la supuesta "brecha" que
separa de ella a muchos ciudadanos, generalmente sólo se
plantea la compra y distribución masiva de ordenadores, y
la impartición de cursos convencionales de manejo de
herramientas
del oligopolio
Microsoft. Es esta una perspectiva orientada a resultados, en la
que se fija como objetivo la de aumentar el numero de ordenadores
y conexiones. Conseguido este objetivo, fijado desde directrices
de mercadotecnia
o estatales de planificación, se valora como un resultado
positivo en si mismo, sin plantearse que uso se le esta dando a
esa infraestructura y si se adapta o responde a las necesidades
reales de la población. Por contra, hay proyectos que
parten de las necesidades de las comunidades que van a utilizar
las redes y basándose en ellas, diseñan programas
que, además, tienden a ser abiertos (permiten la
extensión y particularización de
funcionalidades).
Consecuentemente con esto, podemos distinguir dos
modelos básicos a los que denominaremos planteamiento
cerrado o bloqueado y planteamiento expansivo.
5.6.1. Planteamiento Bloqueado o Cerrado. Es el
planteamiento que, actualmente se ha situado como socialmente
mayoritario, sobre todo a raíz de la
mercantilización masiva de Internet y los PCs. Aquí
ubicamos aquel software que se sitúa bajo el modelo de
difusión (apartado 5.2.2) y que generalmente no
permite al usuario crear sus propias aplicaciones. Además,
está construido bajo código cerrado, es decir, que
el código de programación (lo que constituye el
programa) y quizás algunos de sus usos y aplicaciones son
desconocidos para los usuarios. Desde la perspectiva de los
ciberderechos, podría convertirse en un problema en la
medida que el usuario ignora qué es lo que realmente puede
hacer el sistema operativo bajo el cual organiza su ordenador
personal (23). Este software está diseñado
por empresas que
generalmente producen en función de lo que consideren
apropiado y rentable. Los usuarios han de elegir entre aquello
que está disponible en el mercado, se ajuste o no a sus
necesidades reales o a las posibilidades de su
equipamiento.
Esta misma estrategia de
ventas es la
que subyace bajo uno de los problemas fundamentales de la
Sociedad de la Información: Los ordenadores personales
están, por definición, anticuados al poco tiempo de
ser adquiridos. Los fabricantes de ordenadores y software (en
especial el dúo Intel-Microsoft) han diseñado el
mercado de forma que en cuestión de días
habrá una innovación que convierta al modelo
recién comprado en el penúltimo modelo. Esto no es
fruto directo de una innovación
tecnológica, sino más bien de una apropiada
dosificación de las mejoras tecnológicas. Resulta
más rentable convertir en anticuados ordenadores
adquiridos hace apenas un par de años y garantizar
así una más que satisfactoria gráfica de
ventas (24). No son grandes las diferencias (velocidad de
procesamiento, capacidad de memoria, etc) pero el software
ofertado suele tenerlas en consideración. Así nos
encontramos con un curioso efecto: los ordenadores se convierten
en inservibles, no porque no funcionen correctamente, sino porque
merced a una planificada mercadotecnia los periféricos y
software disponibles en el mercado son incompatibles con nuestros
antiguos ordenadores personales. El ejemplo más sangrante
es el sistema operativo Windows (recordemos la renovación
de ordenadores que provocó el Windows95 por insuficiencia
de la memoria RAM) que
está diseñado conscientemente para consumir
más recursos de ordenador de los que serían
estrictamente necesarios. Es decir, se opta por el derroche
frente al ahorro de
recursos (25). Así nos encontramos que ordenadores
absolutamente inservibles para la navegación en Red bajo
Windows, como es el caso de un ordenador de potencia
equivalente a un 386, podrían encontrar un uso más
que razonable bajo el sistema operativo Linux.
A pesar de lo descrito en el párrafo
anterior, sorprende constatar que el uso más extendido y
frecuente de un PC sea el de editar textos. Se adquieren modernos
y actualizados PCs para, principalmente, utilizarlos a modo de
mejoradas máquinas
de escribir. Ésta sigue siendo la aplicación reina,
si bien su distancia frente a otras aplicaciones ha ido
disminuyendo en los últimos años, y en concreto
frente a las aplicaciones relacionadas con la Internet, como son
navegadores y
correo electrónico. (Conviene insistir en que su
utilización, sin tener en cuenta la porción de
tiempo que se le dedica, sigue estando restringida, incluso en
los países ricos, a porcentajes aún minoritarios de
la población). Esto, unido a que casi la mitad de los
poseedores de un PC en EEUU reconocen no darle apenas uso [12],
debería hacer reflexionar profundamente sobre las
directrices que provocan estas dinámicas.
En cuanto al aprendizaje, la mayor parte de la gente que
aprende a desenvolverse con un PC lo hace obligada por
requerimientos del trabajo o los estudios. Actualmente, en la
mayor parte del Mundo, aprender a manejar un computador se
traduce en aprender a desenvolverse en el sistema operativo
Windows y sus aplicaciones. Una amplia mayoría de las
actividades escolares o de iniciación al uso de
ordenadores, ya sean iniciativas sociales (como las CACs, de
EEUU) o institucionales se basan en la enseñanza del
entorno Windows, así como de sus sucesivas
actualizaciones. Dichas actualizaciones, para gran parte de los
usuarios, llegan antes de que se dominen las anteriores. Desde
ésta perspectiva, se concibe a las comunidades de usuarios
más como clientes o
consumidores que actúan como estudiantes pasivos, que como
posibles productores activos de
información.
Sin embargo, como comentábamos anteriormente, es
previsible que estas políticas no afecten a todos por
igual. Es probable que existan diferencias entre gente con pocos
ingresos y bajo nivel educativo que harán uso de los
contenidos baratos y simples de Internet (26), mientras
que los sectores de la población con grandes ingresos y
altos niveles de educación harán uso de los
contenidos caros y avanzados que ofrece la Red. Este
planteamiento tiene unas repercusiones manifiestas en lo que se
refiere a las hipotéticas diferentes posibilidades de
participación política a
través del ciberespacio.
Plantea Jan Dijk que con el aumento de la
penetración de las TIC en los hogares, escuelas y lugares
de trabajo, merced a la mejora de las facilidades de uso (user
friendly) de estos sistemas y a la previsible
incorporación de mayores porcentajes de la
población, las diferencias de usos irán
irremediablemente en aumento. Esta situación, concluye Jan
Dijk, es un proceso inevitable. Esto provoca una
contradicción aparente consistente en que un incremento de
los "puentes" que pretenden solventar las problemáticas de
la Estratificación Digital en algunas de sus
categorías más "técnicas" (acceso a
ordenadores, infraestructuras de entrada a la red, lugares de
acceso) provocan un aumento proporcional de las posibilidades y
prácticas de uso. Es decir, ciertas políticas de
"corrección" de las desigualdades (en lo que se refiere a
la propiedad de PCs) consiguen el efecto contrario, es decir
aumentar uno de los aspectos más significativos de la
estratificación digital: el uso que se la da a las nuevas
máquinas.
Pero a pesar de las mejoras en las facilidades de uso, y
la consiguiente disminución del temor a los computadores
(computer-fear), existen sectores sociales que se resisten
a la implantación de los sistemas informáticos. Es
un rechazo personal que se mantiene frente al discurso
(favorable) socialmente omnipresente sobre la informática.
Aunque mayoritario entre las personas de edad avanzada, este
rechazo atraviesa a todas las edades (incluidos jóvenes) y
sectores sociales: un rechazo manifestado bajo la
consideración de que los ordenadores, en su vida
cotidiana, les parecen poco o nada útiles, necesarios e
interesantes (27).
Es menester preguntarse sobre los porques de ese
rechazo. Y quizás unirlo a las reflexiones de Jan Dijk
cuando planteaba que el aumento de las diferencias de uso como
consecuencia del mayor acceso a las TIC era algo inevitable,
inherente a la construcción de nuestras sociedades
y de difícil solución. Frente a esto cabe ir
más allá y sugerir que quizás la causa de
ambos problemas se encuentre en la construcción
sistémica (y exógena a la población) de las
motivaciones. La estructura material y discursiva puede hacer
énfasis en otros aspectos de las Tecnologías de la
Comunicación y la Información que motiven el
interés personal en la medida que tengan más
significado para la gente. A esos otros planteamientos,
mayoritarios en los inicios de la red, es a los dedicaremos el
siguiente apartado.
5.6.2. Planteamiento Expansivo Aquí
incluiremos el conjunto de prácticas y software
diseñado de acuerdo con las demandas específicas de
los ciudadanos en sus comunidades o barrios. Por ejemplo, los
grupos de vecinos deberían de definir sus demandas
sociales y materiales. A partir de estas peticiones se
analizaría la forma en que la telemática pudiera
ayudar, aplicando o incluso creando los programas requeridos para
alcanzar los objetivos propuestos. La diferencia inicial con lo
descrito en el epígrafe anterior radica en el proceso de
diseño de los programas y en quién determina
los objetivos perseguidos. Otra diferencia estriba en la forma en
que se enseñan y como posteriormente este conocimiento se
aplica y desarrolla. Estos programas están pensados para
que la comunidad usuaria, tras una pequeña fase de
entrenamiento,
sea capaz de generar sus propias aplicaciones y hacerlas
funcionar. La idea es que el grupo aplique
los programas, y si es posible, sea pronto reconstruido en
función de nuevas necesidades. De esta manera, el software
esta diseñado en una forma que permite su
expansión. A un nivel local existen experiencias, como por
ejemplo, las realizadas en comunidades de New Jersey, con
programas base como el MUSIC (Multi-User Sessions In Community)
[21]. A nivel global, hallamos sistemas software de
generación libre como LINUX, o GNU, que carecen de
patentes de uso y son construidos de forma colectiva por el
conjunto de usuarios.
Como corolario de este apartado y la
clasificación en seis categorias, cabe decir que la
amplísima problemática relacionada con la
Estratificación Digital no queda aquí en absoluto
cubierta: tan solo se dibuja un marco de partida teórico
desde el cual poder empezar a investigar. Decíamos que
elegíamos el término Estratificación Digital
frente al de "brecha digital" porque refleja más
claramente la multiplicidad de factores involucrados y su
jerarquización social. De hecho, creemos que la forma de
estudiar esta temática, lejos de ser binaria (dos lados de
la brecha y un "puente" como solución) debiera de ser de
múltiples variables. No hay una brecha, sino muchas;
superpuestas y solapadas, y por tanto no necesitamos un puente,
sino muchos.
[1] Kubicek, H; Duton, W. & Williams R. The
Social Shaping of Information Superhighways. Frankfurt-,
Campus Verlag, 1997.
[2] Castells, M. The information Age. Economic,
Society and Culture. Vol I, II & III. Oxford. Blackwell
Publishers, 1996-1997.
[3] Agre, P. E. and Rotenberg M., Editors. Tecnology
and Privacy: The New Landscape. The MIT Press. Cambridge,
Massachuset, EEUU, 1998.
[4] Carracedo J. and Carracedo J.D. Use of Security
Protocols for Privacy and Anonymity Protection in the Internet
Communications. En Exploring Cyber Society, Armitage,
J.& Roberts J., Editors. University of Northumbria at
Newcastle Press, 1999
[5] Marx, Leo. Information Technology in Historical
Perspective, en Schon, D; Sanyal, B. & Mitchell, W.
(eds). High Technology and Low-Income Communities. Prospects
for the Positive Use of Technology. Cambridge, MIT Press,
1999.
[6] Pinkett, R. Bridging the Digital Divide:
Sociocultural Constructionism and an Asset-Based Approach to
Community Technology and Community Building in a Low-Income
Community. PhD. Thesis Proposal, 2000. http://web.media.mit.edu/~rpinkett/papers/index.html
[7] Sfez, L. Internet y los embajadores de la
comunicación. Le Monde Diplomatique. Marzo. Madrid. L.
Press. .
[8] Van Dijk, J. Widening Information Gaps and
Policies of Prevention, en Hacker, L &
van Dijk, J. (eds). Digital Democracy. Issues of theory &
Practice. Sage Publications, 2000.
[9] Barlow, J.P. Thinking Locally, Acting
Globaly. Cyber-Rights Electronics List,
1996.
[10] Robins, K. Cybersapece and the world we live
in. En New Media in Social Context. London. Lawrence &
Wishart, 1996.
[11] Tardie, B. Computer as Community Memory: How
People in Very Poor Neighborhoods Made a Computer Their Own,
in Schon, D; Sanyal, B. & Mitchell, W. (eds). High
Technology and Low-Income Communities. Prospects for the Positive
Use of Technology. Cambridge, MIT Press, 1999.
[12] Arbitron New Media. PC home ownership doubles
while home usage stagnates reveals pathfinder study, 1999,
http://www.arbitron.com/article4.htm (citado por Van Dijk,
ibid).
[13] Centro de Investigaciones Sociológicas.
Barómetro de Septiembre del 2000 y de Septiembre del 2001.
www.cis.es.
[14] http://www.aui.es.
[15] Mitchell, W. The question of Access, in
Schon, D; Sanyal, B. & Mitchell, W. (eds). High Technology
and Low-Income Communities. Prospects for the Positive Use of
Technology. Cambridge, MIT Press, 1999.
[16] Van Dijk, J. Models of Democracy and Concepts of
Communication, en Hacker, L & van Dijk, J. (eds). Digital
Democracy. Issues of theory & Practice. Sage Publications,
2000.
[17] NTIA. Falling through the Net.
http://www.ntia.doc.gov/ntiahome/digitaldivide/ (1995,
1997, 1999).
[18] Ciberpaís, El País Jueves 7 de
Febrero, 2002.
[19] Carracedo, JD. To what extent is the scheme of
panopticism useful in the age of global electronic communication
to make sense of the concepts of power, discourse and
surveillance, En, Armitage, J.& Roberts J., (eds)
Exploring Cyber Society. University of Northumbria at
Newcastle Press, 1999.
[20] Carracedo Gallardo, J.A. y Carracedo Verde, J.D.
Telemática y Sociología. Apuntes para una
Investigación Multidisciplinar: Tarjetas de
Crédito Anónimas y Democracia
Electrónica. Primer Congreso Iberoamericano de
Telemática, Cartagena de Indias, Colombia, Agosto
de 2001.
[21] Shaw, A & Shaw, M. Social Empowermetn
through Community Network, en Schon, D; Sanyal, B. &
Mitchell, W. (eds). High Technology and Low-Income
Communities. Prospects for the Positive Use of Technology.
Cambridge, MIT Press, 1999.
[22] Williams, F. et al. Research Methods and the New
Media. New York: Free Press, 1988 (según cita de Van
Dijk (ibid)).
[23] Rafaeli, S. Interactivity: from new media to
communication en R.P. Hawkins et al (eds), advancing
comunnication Science. Newbury Park/Beverley Hills/London. Sage,
1988 (segun cita de Van Dijk (ibid)).
[1] – VOTESCRIPT: Votación
Electrónica Segura basada en Criptografía Avanzada. Proyecto de
investigación subvencionado dentro del Plan Nacional de
I+D+I, del Ministerio de Ciencia y Tecnología,
(código TIC 2000?1630-C01). El desarrollo del proyecto, se
ha abordado mediante un equipo interdisciplinar. Está
dividido en dos subproyectos coordinados: Uno con sede en el
Departamento de Ingeniería y Arquitecturas
Telemáticas, DIATEL (Universidad
Politécnica de Madrid) y el otro en el Departamento de
Ciencia Política y de la
Administración III (Universidad Complutense de
Madrid). La coordinación de los trabajos se lleva de
forma que la elección de la arquitectura
final del sistema se realiza teniendo en cuenta las posibilidades
tecnológicas y los condicionantes jurídicos y
sociales que determinen su aceptación por el ciudadano y
el adecuado respeto de los
derechos democráticos.
[2] – Para una interesante genealogía del
termino tecnología, mirar Leo Marx, 1999.
[3] – También el término
evolución, muy usado junto al de progreso,
está fuertemente conNOTATXTdo y reinterpretado socialmente
(darwinismo social).
[4] – Es curioso observar la formulación
de la segunda pregunta del barómetro del CIS de Septiembre
del 2000. "¿sabe Ud. que en un futuro
próximo a través de su teléfono
móvil podrá (Ud.) conectarse a Internet?" La
negrita es mía.
[5] – Entre otros, del análisis de los
grupos de discusión realizados en el proyecto
VOTESCRIPT.
[6] – Ver los datos en
www.digitalpartners.org
[7] – Un curioso glosario de
futuras posibilidades sociales y personales que "verán" la
luz merced al
ciberespacio y la realidad virtual lo encontramos en el articulo
de Kevin Robins. Ver bibliografía.
[8] – Aeste respecto, Steve Cisler nos
proporciona una interesante critica y genealogía del
término Digital Divide.
http://home.inreach.com/cisler/divide.htm
[9] – http://www.zmag.org/Mcgee.htm
[10] – Esta última práctica ya
ocupaba porcentajes importantes del tiempo de navegación
según los barómetros de Septiembre 2000 y 2001 del
CIS.
[11] – Cabe mirar las encuestas del
CIS, Estudio General de Medios, o OJD.
[12] – Frecuentemente nos encontramos con
titulares tales como, tal país va por delante pues tiene
un tanto por cien de ordenadores en propiedad y de acceso a
Internet. Es un esquema parecido al de medir el desarrollo de un
país por el número de vehículos por
habitante, pero que obvia las diferencias en las posibilidades de
uso entre estos dos artilugios.
[13] – Sin eufemismos, considerando un periodo de
tiempo razonable se producirá el fallecimiento y
renovación de la población resistente.
También es necesario hacer constar que junto a una
resistencia mayoritaria, también existe en nuestro
país un sector de edad avanzada entusiasta de las TIC como
se deduce de las investigaciones cualitativas llevadas a cabo
dentro de VOTESCRIPT.
[14] – En términos del FMI serían
países subdesarrollados, aunque la realidad
política estriba en que ese subdesarrollo
económico está adecuadamente planificado por el
propio Fondo monetario
Internacional y el Banco Mundial
para satisfacer las necesidades del primer
mundo.
[15] – Kbps: Kilo Bits por segundo.
[16] – http://www.mcspotlight.org/
[17] – Esto fue lo que ocurrió con el
gigante del comercio electrónico e-Toys que tuvo su
página web (su medio de ventas) colapsada durante
días provocando una caída en picado de sus acciones
y perdidas multimillonarias. Para más informacion cabe
visitar las páginas de la
organización de la campaña
www.rtmark.com, o el articulo
http://www.heise.de/tp/english/inhalt/te/5843/1.html.
[18] – Al respecto se pueden visitar y comparar
la pagina del borrador oficial www.setsi.mcyt.es, con las
www.mienten.com y www.kriptopolis.com. Dado el
carácter temporal de las paginas web, la referencia
escrita sería el ciberp@is, El País Jueves 7
de Febrero, 2002.
[19] – La iniciativa "clipper-chip"
estadounidense, la prohibición del uso de
criptografía vigente en Francia hasta hace poco tiempo, la
red de escuchas ilegal ECHELON, etc., son ejemplos claros de esas
tendencias.
[20] – Existe abundante bibliografía sobre
sus implicaciones y formas de "protegerse" frente a esta red.
Cabe teclear Anti-Echelon en www.google.org y
obtendremos abundante información. Aunque obsoleto un buen
artículo del Le Monde Diplomatique:
http://www.galeon.com/pandemonium/biblio/09echelon.html
[21] –
http://www.europarl.eu.int/tempcom/echelon/pdf/prechelon_es.pdf
[22] – Spam; envío masivo de correo
electrónico, generalmente de carácter
comercial.
[23] – Han sido varias las polémicas y
denuncias públicas a Microsoft que le acusan, entre otras
cosas, de haber insertado en Windows programas que le permiten
acceder al disco duro del
usuario cuando está conectado a Internet. Para más
información negativa sobre Microsoft buscar en
www.google.org, bajo las palabras
"anti-Microsoft".
[24] – Además, contrariamente a la
tendencia de finales de los ochenta y principios de los
noventa, los PCs nuevos (de mesa) son proporcionalmente cada vez
más caros, si bien han aumentado en número los
periféricos "básicos".
[25] – La cantidad de memoria que necesita un
fichero en Word es, por
regla general, varias veces superior a la que necesitaría
si se almacenase en formato RTF. Por otra parte, cabe recordar
que en las investigaciones federales norteamericanas a Microsoft
se descubrió que dentro de las líneas de I+D de
Microsoft se investigaba como aumentar las incompatibilidades de
sus sistemas con los de otras empresas, para así
consolidar su posición dominante.
[26] – Entre otros el uso de juegos en red,
tendencia constatada por en los estudios de Nielsen Media
Research,
http://www.nielsenmedia.comunicación.news.
[27] – En lo referente a España, se
pueden consultar las encuestas del CIS, mencionadas
anteriormente.
Jose David Carracedo Verde
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