- Fondo bíblico e
histórico - La personalidad y deidad
del Espíritu Santo. - La obra del Espíritu
Santo. - El bautismo en el
Espíritu Santo - Dones
espirituales y frutos - Otras
relaciones del Espíritu Santo
CAPÍTULO
I
- Introducción.
- El Espíritu
Santo en el Antiguo Testamento. - El Espíritu Santo en el Nuevo
Testamento. - El Espíritu Santo en la historia.
- Los Títulos (Nombres) del Espíritu
Santo y Su significado. - Los símbolos del Espíritu Santo y su
significado.
- INTRODUCCIÓN.
El estudio de la persona y de la
obra del Espíritu Santo debe ser necesariamente, para el
cristiano devoto, una cuestión de vital interés.
Estudiar lo concerniente al Espíritu Santo, es estudiar lo
concerniente a aquella actividad de Dios por medio de la cual El
se mueve para comunicarse a sí mismo, y para ministrar
aquellos que le pertenecen. El Espíritu Santo es
aquélla persona de la santa trinidad cuyo oficio es tocar
sobre el creyente, y servir como el canal divino que provee
comunión personal.
El
conocimiento de Dios por parte del creyente no puede nunca
ser completo si no conoce la tercera persona de la
Deidad.
El ministerio activo del Espíritu Santo marca la edad de
la Iglesia como
la "Edad del Espíritu", en contraste con la era de los
Evangelios que es descripta como la "Era del Hijo", y el Antiguo
Testamento que es llamado "La era del Padre". Todos aquellos que
están genuinamente en la Iglesia del Señor
Jesucristo, son producto de la
obra creativa del Espíritu Santo por medio de Sus
múltiples ministerios.
El Espíritu Santo morando en el creyente le
asegura la verdad que el Cristianismo
no es la mera mirada intelectual en la naturaleza de
una religión
filosófica. Contrastando conceptos analíticos o
naturalmente éticos, la doctrina Cristiana llega a ser una
fe vivificada con ímpetu dinámico y validez
convincente. La diferencia es debida al ministerio del
Espíritu Santo. Puede ser dicho que en la medida que el
creyente ha apropiado el Espíritu Santo, en esa medida ha
participado del poder del
Evangelio de Cristo Jesús.
Para el creyente, el Espíritu Santo es la llave a
toda dádiva y aproximación espiritual. Bien se ha
dicho: "El Espíritu Santo es la experiencia de Dios en el
creyente", y "El Espíritu Santo es la acción
viviente de Dios en el mundo". El Espíritu Santo en su
ministerio se concierne especialmente en transmitir al creyente
los frutos de la victoria de la obra consumada por Cristo sobre
el Calvario.
El estudio del Espíritu Santo permite al
creyente:
1. Apreciar más adecuadamente la naturaleza y la
persona de Dios.
2. Comprender mejor la naturaleza de la Iglesia como
cuerpo orgánico vivificado por el poder del
Espíritu Santo.
3. Comprender el plan de Dios para
el creyente y Su provisión divina para una vida Cristiana
victoriosa.
Al estudiar acerca del Espíritu Santo el creyente
no está estudiando acerca de un ser extraño;
él está estudiando a Dios. La naturaleza y el
ministerio del Espíritu Santo son exactamente los de Dios
el Padre y Dios el Hijo.
Las enseñanzas de las Escrituras concernientes a
la doctrina del Espíritu Santo son más limitadas
que aquella que conciernen al Padre y al Hijo. El Espíritu
Santo mismo es responsable de esto, pues El es autor de la
Escritura.
Modestamente el Espíritu Santo rehúsa sobrecargar
Su obra con detalles acerca de Sí mismo. Aún cuando
es positivo que Cristo haya hecho muchas referencias verbales
acerca del Espíritu Santo durante Su ministerio terrenal,
sin embargo no hay más que cinco referencias registradas
en las Escrituras, pronunciadas antes de la semana de Su muerte. Sin
embargo, fue necesario durante Sus últimos días
sobre la tierra, y
que Sus declaraciones concernientes al Espíritu Santo
fuesen preservadas, y por consiguiente, encontramos numerosas
referencias al Espíritu Santo en los discursos de
Jesús durante la semana de la Pasión.
B) EL ESPÍRITU SANTO EN EL ANTIGUO
TESTAMENTO.
El hecho de que la mayoría de las referencias al
Espíritu Santo se hallan en el Nuevo Testamento no es
suficiente razón para declarar que la doctrina del
Espíritu Santo no esta en el Antiguo Testamento. Al
considerar la doctrina del Espíritu Santo es esencial
apelar a toda la Biblia, pues cada parte de los registros
sagrados hacen su contribución apropiada. La Biblia es
para el hombre el
único origen de información divina revelada concerniente a
esta verdad. Hay una referencia al Espíritu Santo al
principio de la Biblia en Génesis 1.2, y otra al fin, en
Apocalipsis 22.17.
Dos palabras distintas son usadas en el idioma original
Hebreo: "RUACH" Y "NESHAMAH"
La primera significando el Espíritu de Dios o del
hombre
(determinado por el contexto), y la segunda significando el soplo
de vida del cuerpo. Existe una gran variedad de referencias al
Espíritu Santo en el Antiguo Testamento, un total de
ochenta y seis (86), y se hallan en veintidós (22) de los
treinta nueve (39) libros del
Antiguo Testamento. Todas estas referencias preparan el terreno
que luego ocupan los pasajes del Nuevo Testamento.
Entre los nombres usados para el Espíritu Santo
en el Antiguo Testamento, la expresión "El Espíritu
del Señor" ocurre por lo menos veinticinco (25) veces;
"Espíritu de Dios" catorce (14) veces; y "Espíritu
Santo" dos (2) veces. Aún cuando las enseñanzas o
están del todo desarrolladas, los rudimentos de la
doctrina están claramente trazados.
H.L. Turner declara: "Todo lo revelado acerca del
Espíritu Santo en el Nuevo Testamento, ya ha sido hallado
en el Antiguo Testamento, con una sola excepción. Esa es
la palabra "Bautizar".
C) EL ESPÍRITU SANTO EN EL NUEVO
TESTAMENTO.
Hay en el Nuevo Testamento doscientas sesenta y un (261)
referencias sobre el Espíritu Santo es especial y
directamente mencionado. Con la excepción de
Filemón, II y III de Juan, el Espíritu Santo es
mencionado en todos los libros del Nuevo Testamento.
El libro de Los
Hechos tiene cincuenta y siete (57) pasajes que se refieren
directamente al tema. Es el libro "especial" de las Escrituras
que se refieren al Espíritu Santo; y se nos dice
más acerca del ÉL aquí que en ningún
otro libro.
Una de las grandes características de los pasajes
del Nuevo Testamento acerca del Espíritu Santo, es la gran
variedad de nombres con que ÉL es conocido.
D) EL ESPÍRITU SANTO EN LA HISTORIA.
Fue solamente con el correr del tiempo que la
Iglesia transformó el legado escritural de la verdad
concerniente al Espíritu Santo en una formulación
doctrinal y teológica. Muchos de los Padres de la Iglesia
Primitiva y la mayoría de los primeros credos hicieron
referencia al Espíritu Santo, pero por o general la
doctrina no fue hecha objeto de controversia, y por consiguiente
no fue desarrollada. El credo de los Apóstoles que
simplemente dice: "Creo en el Espíritu Santo", data del
primer siglo en su compilación original.
Recién en el siglo cuarto (IV) le dio su forma
moderna. Es evidente que las primeras décadas de la
Iglesia por lo menos estaba entregada a la verdad de la
existencia y el ser del Espíritu Santo.
Uno de los primeros autores que mencionaron el
Espíritu Santo fue:
Clemente de Alejandría (155-220 D. C. ).
Escribió: "El espíritu Santo es uno y el mismo por
todas partes". Él enseñó que el
Espíritu Santo, descendiendo del cielo sobre el hombre, le
hacía capaz de contemplar las cosas divinas.
Tertuliano describió en el (160-222 D. C. ),
sobre el bautismo en aguas, una confesión
específica de fe en el Espíritu Santo es indicada,
antes de la inmersión. Tertuliano fue el primer Padre de
la Iglesia que usó el término "trinidad" aplicado
en referencia a las personas de la Deidad, colocando
consecuentemente al Espíritu en la misma base con el Padre
y con el Hijo.
En cierta ocasión Tertuliano se refirió al
Espíritu Santo como el "Vicario" de Cristo. Esta palabra
significa "substituto", pero desde entonces ha sido adoptada por
la Iglesia Romana y es usada para el Papa.
Orígenes (186-253 D. C. ) En una
declaración de las doctrinas de su tiempo dijo: "El
Espíritu Santo es asociado con el Padre y el Hijo en honor
y dignidad. No
es claro si fue o no engendrado. Él inspiró a los
escritores sagrados". De otros escritos es evidente que
Orígenes adoptó la posición de creer que el
Espíritu Santo es increado. Enseñó que el
ministerio del Espíritu Santo era para otorgar santidad, y
que la doctrina del Espíritu emanaba solamente de la
revelación.
Por otro lado no todos los registros antiguos concuerdan
con la ortodoxia.
Los Monarquíanos Al comienzo del (segundo) II
siglo, enseñaban que el Espíritu Santo no es
distinto del Padre y del Hijo.
Pelagio (360-420 D. C. ) rechazó la doctrina de
la obra creativa del Espíritu en regenerar a los
creyentes, y con esto comenzó una línea de
pensamientos que ha llegado a estar representada por el
Unitarianismo y ciertos liberales extremados.
La Escuela Macedonia
Anterior al concilio de Nicea (425 D. C. ) negó la
personalidad y la Deidad del Espíritu.
Hipólito (Siglo III) es responsable de haber
presentado al Espíritu Santo como una mera fuerza en vez
de una persona.
Aún los creyentes ortodoxos no siempre estaban de
acuerdo con la sana doctrina. Las funciones de la
Palabra y el Espíritu eran evidentemente
confundidas.
La Homilía de Clemente (95 D. C. ) Menciona al
Espíritu Santo, pero aparentemente adopta la
posición de que el Espíritu era un ser creado.
Aún cuando Tertuliano es considerado ortodoxo,
también se nota que él enseñó que el
Espíritu Santo era algo material, y que de alguna manera
el Espíritu mejoraba los efectos del bautismo en agua. En
términos generales, la doctrina del Espíritu que
nos han dejado los Padres de la Iglesia es fragmentaria y falta
de sistema, y en el
juicio de la mayoría de los eruditos modernos de la Biblia
sería declarada doctrina no-ortodoxa.
En el año 325 D. C. El Concilio de Nicea en su
Credo original solamente declaró: "Creemos también
en el Espíritu Santo". Fue más tarde en el
año 381 D. C. Cuando el Concilio de Constantinopla
preparó el Credo de Nicea más conocido, el cual
declaró que fe ortodoxa incluye creer: "En el
Espíritu Santo, el Señor y Dador de vida, quien
procede del Padre, quien con el Padre y el Hijo juntamente es
adorado y glorificado, quien habló por los Profetas". Es
aparente que esta versión corregida del Credo de Nicea,
quiso transmitir la idea de que el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo son seres no creados y que deben ser
adorados en conjunto como un solo Dios. Sin embargo, fueron
necesarios siglos de discusiones antes que finalmente el Credo
apareciera con la declaración que completó la
intención original del Credo.
Estas discusiones fueron conocidas como las
controversias de "Proceso" (que
precede).
En el siglo anterior al desarrollo de
las controversias de proceso, tuvieron lugar en dos Concilios de
la Iglesia:
1 – El Concilio de Alejandría (362 D. C.
).
2 – El Concilio de Constantinopla (381 D. C.
).
Trataron en parte de la doctrina del Espíritu
santo. La posición ortodoxa que mantenía que el
Espíritu era de la misma sustancia del Padre y el Hijo,
fue apoyada. Atanasio (300-373 D. C.) Durante este período
el campeón de la ortodoxia, quién refutó a
Arrio en el Concilio de Nicea, tuvo ocasión de disputa con
Macedonio, Obispo de Constantinopla. Este último
mantenía que el Espíritu Santo era un asistente y
sirviente de la Deidad con la posición de un
ángel.
Arrio, además de sus ideas confusas concernientes
a la deidad de Cristo, había declarado que el
Espíritu Santo era meramente un ser creado. Contra estos
dos opositores, Atanasio fue vencedor.
La controversia de proceso surgió en el principio
del Siglo V (quinto) y fue una disputa en cuanto a la
terminología usada en el Credo de Nicea. Se llegó a
la conclusión que la palabra latina "filioque" debiera ser
agregada de tal manera que se leyese: "Quien procede del Padre y
del Hijo". (La palabra filioque significa " y al
Hijo").
En el Concilio de Toledo en España en
el año 589 la palabra "filioque" fue oficialmente
insertada en el Credo por los clérigos del occidente
(romanos) que estuvieron presentes.
Más de un siglo anterior al Concilio de Toledo,
la Iglesia Oriental había abrazado las enseñanzas
de Theodoret, enseñanzas opuestas a la doctrina del
"proceso" del Espíritu del Hijo. Por lo tanto la
acción tomada en el Concilio de Toledo no fue aceptable a
la Iglesia Oriental. El punto de vista de la Iglesia Oriental era
que solamente Cristo podía ser descrito como "Procediendo
de" en su encarnación. Las diferencias suscitadas entre el
Oriente y Occidente en relación a la controversia del
proceso fueron una de las causas mayores que finalmente
produjeron la división entre las Iglesias del Oriente y
Occidente en el año 1054 D.C.
Debe ser notado que en conexión con el
Espíritu Santo la expresión "procede" es
bíblica: "…el Espíritu de verdad, el cual procede
del Padre.." Juan 15.26. Se mantiene el hecho de que el
Espíritu Santo, eternal y esencialmente procede como un
aspecto específico de la naturaleza divina.
Walvoord dice: "… Proceso tal como la
generación eterna de Cristo no es parte de
creación, comienzo de existencia, o análogo en
ninguna manera a las relaciones físicas comunes en la
esfera humana. Por el contrario. "Procede" de la misma naturaleza
de la Deidad, siendo esta necesaria a su existencia. Sin el
Espíritu Santo, la Deidad no sería lo que
es".
Por el hecho de que el Espíritu Santo procede del
Padre y del Hijo, no es más inferior, como tampoco lo es
Cristo en Su posición como resultado de la
"generación de Cristo".
A través de los siglos desde los tiempos
primitivos hasta el presente, los conceptos pertinentes al
Espíritu Santo muy rara vez han sido enfatizados
adecuadamente, pero por lo general entre aquellos quienes eran
verdaderos Cristianos, han sido mantenidos
ortodoxamente.
Excepciones a esto incluyen tales movimientos como los
místicos del siglo XVI (16)
quienes eran conocidos por "Luz Interior" ,
en los Socinianos del mismo siglo. Sebastián Frank, quien
murió en 1542, del movimiento Luz
Interior, enseño que el Espíritu Santo es una
posesión natural del hombre que le permite alcanzar
"vistazos de comprensión" en las Escrituras.
El Socinianismo adoptó la posición de que
el Espíritu Santo es nada más que el poder y la
influencia de Dios.
A medida que el antiguo liberalismo se
desarrolló, la persona del Espíritu Santo fue
más y más subordinada. Schleiermacher (1768-1834),
enseñó que el Espíritu Santo era una
emanación de Cristo y meramente una fuerza espiritual
obrante. Ritschl (1822-1889), transfirió la persona del
Espíritu a un concepto de un
poder impersonal que emanaba de Dios y que moraba en la
Iglesia.
El desarrollo final de tal dirección de pensamiento
trajo como resultado la oscuridad de distinciones, de tal manera
que la persona y el ser del Espíritu Santo se confunde con
cualquier buen propósito en el corazón
humano.
El movimiento de Oxford de Inglaterra en la
segunda mitad del siglo XVIII (18), trajo a la escena una disputa
pertinente al sentido del "Soplo Divino" del Espíritu o la
inspiración de las Escrituras.
Este movimiento, naturalmente, se identificó con
la iglesia del liberalismo y rechazó la tradicional
inspiración plenaria de las Escrituras. En los Estados Unidos de
América, medio siglo más tarde.
Horacio Bushnell (1802-1876) descontaba al Espíritu Santo
como agente especial en la salvación del hombre.
Además Buschnell mantuvo la idea de que el carácter de una persona era transmitido por
la generación natural y que solamente precisaba ser
nutrido y animado en vez del nuevo nacimiento.
Consecuentemente los maestros de esta época,
decidieron expulsar al Espíritu, tanto de Su ministerio en
relación a las Escrituras, como de Su ministerio en
relación al nuevo creyente.
La neo-ortodoxia de hoy da lugar a una entrega interior
y a una experiencia personal que tienen paralelos con una obra
genuina del Espíritu Santo, pero al efectuar una investigación precisa de las
enseñanzas de esta doctrina, la misma es hallada
tristemente fallida.
El concepto neo-ortodoxo del Espíritu Santo
aparenta ser cualquier cosa que uno desee hacerlo; un sentir de
convicción, un sentir de desesperación un sentir de
represión propia. No hay una comprensión genuina de
un Espíritu Santo divino y personal quien lleva a cabo una
obra milagrosa en el corazón y la vida del
convertido.
La entrega existencial de la neo-ortodoxia aparenta
sustituir en lugar de la regeneración milagrosa operada
por el Espíritu, la entronización del "ego"
interior.
Finalmente la heterodoxia de la neo-ortodoxia en su
doctrina del Espíritu Santo es también evidente en
su posición concerniente al ministerio del Espíritu
en inspirar e iluminar las Escrituras.
El punto de vista neo-ortodoxo no está dispuesto
bajo ningún punto de vista a colocar al Espíritu
Santo en la posición que le corresponde: En el centro de
la revelación de Dios. La neo-ortodoxia se contenta con
hablar acerca de la Escritura "inspiradora", y considera que la
obra que es hecha por el Espíritu Santo es hecha como una
obra subjetiva en el lector, en vez de un proceso objetivo que
garantiza un libro infalible.
E) LOS TITULOS (NOMBRES) DEL ESPÍRITU SANTO Y SU
SIGNIFICADO.
Las Escrituras nos presentan una amplia variedad de
designaciones en referencia al Espíritu Santo, muchas de
las cuales son vitalmente importantes para la comprensión
de Su naturaleza y el desarrollo de Su obra.
- EL ESPÍRITU SANTO.
Lucas 11.13 – "Pues si vosotros, siendo malos,
sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos,
¿cuánto más vuestro Padre Celestial
dará el Espíritu Santo a los que se lo
pidan?"
Este nombre enfatiza el carácter moral del
Espíritu, pero no significa que el Espíritu es
más santo que el Padre o el Hijo. Este título tiene
preferencia a Su carácter oficial.
El es el autor de Santidad. Este título lo
distingue de todo otro espíritu en el mundo.
A Él ha sido encomendada la obra de ejecutar
santidad divina en todo el universo, y en
el hombre. Este título, Espíritu Santo pone el
énfasis, no sobre la persona, sino sobre el poder, la
manifestación y la operación del
Espíritu.
Efesios 4.30 – "Y no contristéis al
Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados
para el día de la redención".Este título enfatiza el origen divino, el
carácter divino y el poder divino del Espíritu.
El Espíritu está específicamente
relacionado con el Padre, pues procede del Él.
Además representa al Padre aquí en la tierra, y
es el canal del poder de Dios. Hay once (11) títulos
en las Escrituras que prueban Su relación con el
Padre: Espíritu de Dios – Espíritu del
Señor – Espíritu de nuestro Dios –
Su Espíritu – Espíritu de Jehová
– Tu Espíritu – Espíritu del
Señor nuestro Dios – Espíritu del Padre
– Espíritu del Dios viviente – Mi
Espíritu – y Espíritu de Él. El
Espíritu Santo ha sido prometido por Dios, dado por
Él, y enviado de Él, con el fin que Él
cumpla la buena voluntad del Padre.- EL ESPÍRITU DE DIOS.
Romanos 8.9 – "… Y si alguno no tiene el
Espíritu de Cristo, no es de él".El Espíritu Santo está muy
especialmente relacionado con el Señor Jesucristo. El
imparte la vida de Cristo (Romanos 8.2), Él produce el
fruto de Cristo (Filipenses 1.11), Él revela las cosas
de Cristo (Juan 16.16), Él imparte el poder de Cristo
(Hechos 1.8 y Juan 14.12) y Él toma el lugar de Cristo
ascendido (Juan 14.16-18). Cinco (5) títulos
relacionan al Espíritu Santo con el Hijo:
Espíritu de Cristo – Espíritu de Cristo
Jesús – Espíritu de Jesús –
Espíritu de Su Hijo – Espíritu del
Señor. El Espíritu ministra para hacer a Cristo
presente en la Iglesia, y para formar a Cristo en el creyente
tan real como Él formó el cuerpo del
Jesús humano antes de Su nacimiento aquí en la
tierra. - EL ESPÍRITU DE CRISTO.
- EL CONSOLADOR.
Juan 14.26 – "Mas el Consolador, el Espíritu
Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os
enseñará todas las cosas, y os recordará
todo lo que yo os he dicho".
"Consolador" es el título dado al Espíritu
Santo en el Evangelio de San Juan capítulo 14.16. La
Palabra "Consolador" viene de la palabra "paracletos" en el
idioma original griego y significa: "Uno llamado al lado de otro
para el propósito de ayudarle". El Espíritu Santo
como Paracleto es Aquél que está listo para
proveer: coraje, fuerza, sabiduría, y gracia para toda
necesidad. Él puede suplir todo cuanto un compañero
amante puede proveer al corazón humano anhelante.
Él Espíritu Santo como Consolador representa al
Señor Jesucristo al creyente. El Espíritu es dado
para que Él sea a los creyentes aquí en la tierra
lo que Cristo sería si Él estuviere presente
personalmente.
- EL ESPÍRITU DE GRACIA.
Hebreos 10.29 – " … e hiciere afrenta al
Espíritu de Gracia?".
Aún cuando Cristo es el origen y la fuente de
Gracia, el Espíritu Santo es el canal por el cual esta
gracia es transmitida a la humanidad. Hace real en la vida de los
creyentes las provisiones potentes del don de la gracia. La
designación del Espíritu Santo por medio de este
título implica que su bondad para con los hombres no
depende de la dignidad de los hombres.
6. EL ESPÍRITU DE GLORIA
(GLORIOSO).
1º Pedro 4.14 – "Si sois vituperados por el nombre
de Cristo, sois bienaventurados, por que el glorioso
Espíritu de Dios…"
El espíritu Santo se dedica a traer gloria para
Dios, e impartir "gloria" en el corazón de los creyentes.
"Gloria" lleva en sí la idea de honor y de alabanza
ascripta en la adoración.
El Espíritu Santo, al llenar al creyente con un
sentido de lo divino, le mueve a rendir este honor y
alabanza.
Juan 16.13 – "Pero cuando venga el Espíritu
de verdad, él os guiará a toda
verdad…"Pero cuanto Dios es el autor de la verdad, Su
Espíritu, es el Espíritu de verdad. El
Espíritu es aquél que revela la vedad, un
testigo de la verdad, y la personificación de la
verdad, opuesto al espíritu de error. Una prueba bien
definida de que el creyente ha sido llenado del
Espíritu es si su vida y mensaje están en
armonía con la verdad. Fue Jesús quien dio este
título al Espíritu Santo. Lo usó tres
veces. Puede decirse que el Espíritu Santo
manifestó completamente Su palabra como
espíritu de verdad al inspirar a los escritores del
Sagrado Libro.Fue allí donde dio testimonio del Padre y del
Hijo en toda verdad. El error y el engaño están
en abierta contradicción con la naturaleza del
Espíritu Santo, y fue por esta causa que
Ananías y Safira perdieron la vida. Hechos
5.1-11.- EL ESPÍRITU DE VERDAD.
- EL ESPÍRITU DE VIDA.
Romanos 8.2 – "Porque la ley del
Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de
la ley del pecado y de la
muerte".
"Creo en el Espíritu Santo, el Señor, y
Dador de la vida" consta en el antiguo credo, El Espíritu
de vida nos libra de la ley del pecado, nos da vida espiritual y
produce en nosotros fruto. El Espíritu vivifica al hombre
muerto en delitos y
pecados, y les imparte nueva vida. En la presencia del
Espíritu Santo, la ley del pecado y de la muerte que es la
herencia
natural de hombre es reemplazada por un torrente de vida divina
que fluye dentro del creyente.
9. EL ESPÍRITU SANTO DE LA
PROMESA.
Efesios 1.13 – "En el también vosotros,
habiendo oído la
palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y
habiendo creído en él, fuisteis sellados con el
Espíritu Santo de la promesa".
Es así llamado porque el recibimiento de su poder
y de su gracia constituye una de las bendiciones sobresalientes
prometidas en el Antiguo Testamento. Ezequiel 36.27; Joel
2.28.
Él cumple las promesas del Señor en las
vidas de los creyentes y en el corazón del creyente da
seguridad de que
todas las promesas del Señor serán cumplidas. El
Espíritu Santo está relacionado con las promesas
concernientes al Señor Jesucristo en Su primera y segunda
venida, y también a las promesas de Dios a Cristo durante
su venida aquí en la tierra.
10. EL ESPÍRITU DE
ADOPCIÓN.
Romanos 8.15 – "…sino que habéis recibido el
espíritu de adopción,
por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!".
Cuando una persona es salvada, no solamente se le da el
nombre de hijo de Dios, y es adoptado en la familia
divina, sino que también recibe dentro de su alma la
conciencia de que
es participante de la naturaleza divina. El Espíritu Santo
que imparte esa conciencia al creyente de que es hijo de Dios, y
es Su presencia en el creyente la que constituye el impartimiento
de la naturaleza divina dentro del ser del creyente.
- El ESPÍRITU DE SABIDURÍA
Éxodo 28.3 – "…a quienes yo he llenado de
espíritu de sabiduría…"
Toda la sabiduría verdadera procede del
Espíritu Santo y Él es el autor y el canal de la
sabiduría. Véase en Isaías 11.2; Efesios
1.17.
12. EL ESPÍRITU DE ARDIMIENTO
(DEVASTACIÓN).
Isaías 4.4 – "Cuando el Señor lave las
inmundicias… con espíritu de juicio y con
espíritu de devastación (ardimiento)".
La función de
ardimiento del Espíritu enfatiza el ministerio del
Espíritu en buscar, refinar, consumir la escoria, e
iluminar. La palabra "ardimiento" se utiliza en la antigua
versión de Cipriano de Valera.
F) LOS SÍMBOLOS DEL ESPÍRITU SANTO Y SU
SIGNIFICADO.
Pardington dice: "La palabra SÍMBOLO, viene de
dos palabras griegas: SUN, que quiere decir justo; y la palabra
BALIO que quiere decir tirado; significando literalmente algo que
ha sido tirado junto con otra cosa, uno al lado del otro, el uno
para representar y explicar el otro. En otras palabras un
símbolo es un emblema material que muestra y
descubre una verdad espiritual".
Estos símbolos, son dados por Dios para que
podamos más fácilmente comprender lo que el idioma
mismo no puede explicar o expresar. Son empleados para describir
las operaciones del
Espíritu Santo.
1. EL FUEGO. – "… él os bautizará en
Espíritu Santo y fuego"
Mateo 3.11.
El fuego calienta, ilumina, purifica, prueba, produce
energía, y genera poder. El fuego consume el combustible,
y refina o purifica aquello que no puede ser consumido.
Espiritualmente, presenta la presencia de Dios en Su capacidad
como Juez. En el creyente, el Espíritu Santo, como el
poder de Dios, purifica el alma, consume la escoria, e imparte
pasión ardiente y gran celo. El Espíritu como fuego
ministra calor al
corazón y luz a la mente.
2. VIENTO. – "El viento sopla de donde quiere…
así es todo aquel que es nacido del
Espíritu". Juan 3.8.
El viento simboliza la obra redentora del
Espíritu como misteriosa, invisible, poderosa, penetrante,
que da vida, exhalarante y refrescante. Es invisible en su
operación e inesperado en sus consecuencias. De los
originales Hebreo y Griego, la palabra Espíritu puede ser
traducida: espíritu, o viento, o aliento. El
Espíritu Santo es el aliento (hálito), exhalado de
Dios. El Espíritu Santo es la atmósfera en la cual
el creyente vive.
Sin la constante renovación y vivificación
del Espíritu que imparte vida, el creyente no
podría sobrevivir. Véase Ezequiel 37.7-10. Job
dijo: "El Espíritu de Dios me hizo, Y el soplo del
Omnipotente me dio vida". Job 33.4.
3. AGUA. – "Mas el que bebiere del agua que yo le
daré, no tendrá sed jamás".
Juan 4.14.
El poder del Espíritu Santo hace en el terreno de
lo espiritual lo que el agua hace
en el orden material. E agua purifica, refresca, apaga la sed y
convierte el campo estéril en tierra fructífera.
Purifica lo que está manchado y restaura la limpieza; es
un símbolo muy apropiado de la gracia divina que no
solamente limpia el alma sino que le añade belleza. El
agua es un elemento indispensable de la vida física: el
Espíritu Santo es como un elemento indispensable de la
vida espiritual.
"Agua viva" es el agua en contraste con las aguas
estancadas de cisternas o pantanos; es un agua que salta a
borbotones y fluye siempre en comunicación con la o el material del cual
procede.
El creyente tendrá agua viva solamente mientras
esté en contacto con su divina fuente, que es Cristo
Jesús mismo. El Espíritu limpia de los
hábitos pecaminosos, y sirve como fuente que produce
ríos de santidad, y se transforma en un río de vida
que satisface las demandas del alma, refrescándola y
renovándola, para que Su presencia sea bendición al
que recibe, y a otros por medio del que recibe.
4. NUBE, LLUVIA Y ROCIO. Salmo 72.6; Salmo 133.3;
Oseas 14.5.
Así como la lluvia o el rocío desciende
sobre la tierra árida y seca para refrescarla, de la misma
manera el Espíritu Santo desciende sobre el alma del
creyente que responde a la voz del Espíritu.
5. SELLO. – "… fuisteis sellados con el
Espíritu Santo de la promesa".
Efesios 1.13.
Véase además Efesios 4.30 y 2ª
Corintios 1.22. El sello es puesto sobre una cosa de valor y denota
una transacción terminada, como así también
algo que es genuino, incambiable y de gran valor.
En los tiempos de la Biblia el sello demostraba la
propiedad,
daba autoridad y
prometía seguridad. Véase Daniel 6.17. En vista de
que el contrato de la
redención de Dios bilateral – hecho entre el Dios el
Padre y Dios el Hijo – la función del Espíritu es
la de servir como testigo, a fin de que nunca se dude de la
eficiencia de
la misma. Al mismo tiempo, el Espíritu mismo es el sello
que Dios el Padre pone en el corazón del creyente a fin de
asegurarle la certeza de una transacción completa. En todo
caso, cuando el Espíritu descansa sobre el creyente,
existe evidencia, indiscutible de que el mismo se ha apropiado de
la validez de la obra consumada en el Calvario.
6. ACEITE. – "El
Espíritu del Señor está sobre mí, por
cuanto me ha ungido
para dar buenas nuevas a los pobres…"
Lucas 4.18; Hebreos 1.9
En los tiempos de la Biblia, la unción con aceite
era usada primordialmente para limpiar, suavizar y relajar; y
para hermosura como sub-producto. Muchos de los rituales del
Antiguo Testamento requerían el uso del aceite, y en
solemne ceremonia de unción de aceite, los reyes, profetas
y sacerdotes fueron puestos aparte para su llamamiento divino. El
creyente ungido del Nuevo Testamento representa su real
sacerdocio, 2ª Pedro 2.9, pues por la virtud de la
unción del Espíritu, cada creyente es tanto
sacerdote como rey. Como aceite, el Espíritu es visto no
solo en la unción sino también en la
sustentación (aceite es alimento), proveyendo luz,
sanando, y suavizando. Así como fue prohibido imitar el
aceite de la unción en el Antiguo Testamento y usarlo para
propósitos seculares, de igual manera nadie puede imitar
con validez la unción del Espíritu
Santo.
7. PALOMA. – "… y he aquí los cielos le fueron
abiertos, y vio al Espíritu
de Dios que descendía como paloma, y venía
sobre él"
Mateo 3.16.
El interés del Señor en este suceso es
evidente por el hecho que se registra en los cuatro evangelios.
Una tradición judía traduce Génesis 1.2. de
la siguiente manera: "El Espíritu de Dios como una paloma
cobijaba el haz de las aguas". Las características de la
paloma son: gentil, tierna, graciosa, inocente, suave,
pacífica, pura, paciente, fácilmente contristada o
asustada y fiel. El hecho de que el Espíritu Santo es
representado como una paloma indica que Él nunca demanda ni
fuerza a los suyos; Él obra por medio de suaves directivas
o persuasiones. Cristo instruyó a los creyentes de ser
"sencillos como palomas", Mateo 10.16. El tener al
Espíritu Santo morando dentro como paloma es saber que uno
está en paz con Dios.
8. VINO. – "…Venid, comprad sin dinero y sin
precio, vino
…"
Isaías 55.1.
Es un símbolo de alegría, Salmo 104.15; un
ingrediente de la adoración, Joel 1.10; y un complemento
del pan, Jueces 19.19.
El vino del Espíritu es el estímulo
espiritual Divino que Satanás procura falsificar por medio
del estímulo del alcohol.
El vino es aquello que suelta las restricciones e
inhibiciones, da denuedo y produce abundancia de palabras.
El trabajo del
Reino requiere obreros vigorosos, entusiastas y estimulados, para
una realización de obra más efectiva. La
expresión de los observadores en el día de
Pentecostés fue cínica: Hechos 2.13. Fue en el
vigor y el estímulo de esta clase de
relación con el Espíritu Santo como los
apóstoles proclamaron el mensaje del Evangelio en ese
día y vieron tres mil almas añadidas a la
Iglesia.
9. ARRAS. – "… y nos ha dado las arras del
Espíritu en nuestros corazones".
2ª Corintios 1.22.
Las "arras" es la seña de pago de algo que
será pagado en su totalidad en un tiempo futuro.
Véase Números 13.2325. Las arras obligan a ambas
partes a cumplir su parte del contrato.
Cuando Dios da de Su Espíritu Santo al creyente,
ÉL se compromete a mantener para siempre Su
provisión para ese creyente. De igual manera, el creyente
al recibir el Espíritu se entrega a sí mismo a
perpetua fe en su Señor. El Espíritu Santo que Dios
da en esta vida es solamente un "arras", pero su otorgamiento es
prueba amplia de que bendiciones inagotables del mismo calibre
están disponibles, y que serán
derramadas.
Coro evangélico
ESPIRITU DEL TRINO DIOS, VEN SOBRE MI;
ESPIRITU DEL TRINO DIOS, VEN SOBRE MI;
QUEBRANTAME, TRANSFORMAME, CONSUMAME Y
LLENAME.
ESPIRITU DEL TRINO DIOS, VEN SOBRE MI.
CAPÍTULO
II
LA PERSONALIDAD Y
DEIDAD DEL ESPÍRITU SANTO.
A) PERSONALIDAD DEL ESPÍRITU SANTO.
- El Espíritu Santo tiene un oficio que
demanda una personalidad. - Pronombres personales aplicados al Espíritu
Santo. - El Espíritu Santo es identificado con otras
personalidades. - Hechos personales adscriptos al Espíritu
Santo. - El Espíritu Santo es susceptible al
tratamiento personal.
B) LA DEIDAD DEL ESPÍRITU SANTO.
- Nombres divinos dados al Espíritu
Santo. - El Espíritu Santo posee atributos
divinos. - El Espíritu Santo hace hechos y obras
divinas. - El Espíritu Santo está relacionado
con el Padre y con el Hijo. - La Escritura interpreta al Espíritu Santo
ser Dios.
- LA PERSONALIDAD DEL ESPÍRITU
SANTO.
La personalidad del Espíritu Santo es uno de los
aspectos más descuidados. Aún creyentes
responsables se refieren al Espíritu Santo como "eso" o
como "algo" en vez de considerarlo como ÉL, y en muchos
casos no existe el concepto de la posibilidad de una
relación personal entre el Espíritu y el creyente.
Él debe ser distinguido de una mera influencia,
emanación o manifestación.
El Dr. R. A. Torrey dice: "Es de suma importancia que
nosotros decidamos si el Espíritu Santo es solamente algo
misterioso y un poder maravilloso que nosotros en nuestra
debilidad e ignorancia podamos de alguna manera alcanzar y usar,
o si el Espíritu Santo es una persona, infinitamente
sabia, infinitamente santa, e infinitamente tierna, QUIEN va a
tomar posesión de nosotros y usarnos".
E el desarrollo de la historia, la iglesia
declaró como herejía las enseñanzas de los
Arrianos, Sabelianos y Socinios, quienes o bien rechazaron o
ignoraron la personalidad del Espíritu Santo.
Cada uno de estos grupos
trató de adherirse a la idea que el Espíritu Santo
es meramente la energía que eternamente procede de
Dios.
Esta posición ha caracterizado al movimiento
Unitario moderno.
Cambrón dice: "El nombre personal del
Espíritu Santo es desconocido. Se le designa con el
título "Espíritu Santo", lo que Él es; este
no es su nombre. El silencio de las Escrituras en relación
a su nombre es muy significativo. Retiene Su propio nombre para
que el nombre del Señor Jesucristo sea
exaltado".
"Personalidad" no es el cuerpo físico compuesto
de ojos, manos, pies, oídos, etc. La verdadera "persona"
es el espíritu dentro del cuerpo. El Espíritu Santo
es una persona; pero Él es un Espíritu que no posee
un cuerpo físico. No es necesario que el Espíritu
Santo tenga un cuerpo físico como nosotros para ser una
Persona. Los elementos esenciales de la personalidad son
cuatro:
- Intelecto – Poder de pensamiento. 1ª
Corintios 2.10-13; Juan 14.26. - Sensibilidad – Poder de sentir las cosas.
Romanos 15.30. - Voluntad – Poder de hacer a nuestro deseo.
1ª Corintios12.11. - Conciencia moral – Conocer el bien y el mal.
Juan 16.9; Juan 16.13.
1. EL ESPÍRITU SANTO TIENE UN OFICIO QUE DAMANDA
UNA PERSONALIDAD.
"Y yo rogaré al Padre, y os dará otro
consolador, para que esté con vosotros para siempre
…" Juan 14.16,17.
Fue Cristo mismo quien designo el oficio básico
principal del Espíritu Santo: CONSOLADOR. Otros oficios
incluyen el de: Autor, 2ª Timoteo 3.16; Maestro y
guía, Juan 14.26; Testigo de Cristo, Juan 15.26; y el de
Creador, Salmo 104.30.
En las Escrituras, solamente el Señor
Jesús usó la palabra CONSOLADOR para describir el
oficio del Espíritu Santo. Implicó con esto que el
Espíritu Santo habría de ser para los creyentes, lo
que Él había sido para sus discípulos
aquí en la tierra.
La palabra CONSOLADOR significa: instructor,
guía, abogado, uno que comparte, uno que da consejo,
gobernador, asistente ayudante o cuidador. Es además, la
palabra "Paracleto".
Ciertamente, ninguno de estos oficios puede ser
efectuado por una "mera influencia" impersonal.
El Señor Jesús prefirió hablar
acerca del Espíritu Santo como el CONSOLADOR , pues
esta palabra permite el uso de un pronombre personal
masculino. Juan 16.7 y 14. En el capítulo 16 de San
Juan el pronombre personal masculino "ekeinos" es usado dos
veces en referencia al Espíritu Santo. Una sana base
teológica ha sido usada al traducir Romanos 8.16 y 26
con la expresión "El Espíritu
mismo".- PRONOMBRES PERSONALES APLICADOS AL ESPIRITU
SANTO. - EL ESPÍRITU SANTO ES IDENTIFICADO CON OTRAS
PERSONALIDADES.
El hecho que el Espíritu Santo es la tercera
persona de la santa trinidad es prueba notable de Su
personalidad. Esto se ve en la fórmula de bautismo y en
las bendiciones de la Biblia.
Mateo 28.19 y 2ª Corintios 13.14.
El Espíritu se identifica con los creyentes al
hacer decisiones personales. Hechos 15.28. Aún cuando el
Espíritu es un Canal de Poder, sin embargo no es meramente
un poder mecánico ni inanimado. Las Escrituras hacen una
distinción entre el Espíritu y Su poder. Hechos
10.38 y 1ª Corintios 2.4.
En la manera de obrar, el Espíritu Santo y
nuestro Señor son uno. Si el Padre es una persona,
también lo es el Espíritu. 2ª Corintios
3.17.
- HECHOS PERSONALES ADSCRIPTOS AL ESPÍRITU
SANTO.
a) "todo lo escudriña, aún lo profundo de
Dios". 1ª Corintios 2.10.
b) El Espíritu Santo habla. Hechos 13.2, 21.11,
1ª Timoteo 4.1.
c) El Espíritu Santo intercede por
nosotros. Romanos 8.26.
d) El Espíritu Santo nos enseña. Juan
14.26, Nehemías 9.20.
e) El Espíritu Santo nos guía. Hechos
16.6, Romanos 8.14.
f) El Espíritu Santo testifica. Juan
15.26.
g) El Espíritu Santo participa o tiene
comunión. 2ª Corintios 13..13.
h) El Espíritu Santo obra milagros. Hechos
10.38.
i) El Espíritu Santo llama y pone en
puesto. Hechos 20.28.
Estos pasajes muestran operaciones personales del
Espíritu, tales como: Su hablar, Su dirigir y guiar, Su
retener y dar convicción, y todo esto solo puede ser
adscripto a una persona.
Tales características exceden la actividad de una
mera influencia o emanación. Todos aquellos que aceptan la
inspiración y veracidad de las escrituras deben sentirse
convencidos con el hecho de Su personalidad revelada por medio de
Sus acciones.
El Espíritu Santo puede ser afectado por las
acciones de personas de igual manera que cualquier otra
persona puede ser afectada pues:- El Espíritu Santo es
contristado. Efesios 4.30. - El Espíritu Santo es
enojado. Isaías 63.10. - El Espíritu Santo es resistido. Hechos
7.51. - Es posible rebelarse contra el Espíritu
Santo. Isaías 63.10. - El Espíritu Santo es mentido. Hechos
5.3. - El Espíritu Santo es afrentado. Hebreos
10.29. - El Espíritu Santo es
blasfemado. Mateo 12.31-32. - El Espíritu Santo puede ser
apagado. 1ª Tesalonicenses 5.19.
- El Espíritu Santo es
- EL ESPÍRITU SANTO ES SUSCEPTIBLE ALTRATAMIENTO
POERSONAL.
El Espíritu Santo en sí mismo es una
persona divina, distinta, viviente, poderosa e inteligente.
Él está vital íntimamente relacionado con el
Padre y el Hijo. Por cierto que Él no es meramente una
bendición, o sentimiento, influencia o la mera refulgencia
procedente de Dios el Padre, así como se exhala el aliento
del cuerpo. En la época del Antiguo Testamento, Él
reveló al Padre; en tiempos del Nuevo Testamento fue por
medio de Él que Cristo fue concebido, y es por medio de
Él hoy día que todo convertido recibe vida
espiritual que no debe ser restringida o medida por ningún
"recipiente" humano en el cual Él mora.
Se ha dicho: "Cristo es el abogado para con el Padre por
nosotros, mientras que el Espíritu Santo es nuestro
Abogado del Padre con nosotros". Él esta presente para
usar al creyente como canal divino, y de llevar a cabo la obra
del Reino sobre la tierra. Como persona, Él es bondadoso y
sabio, y digno de la confianza y rendición total del
creyente.
Sanders dice: "Si Él fuera meramente una
influencia, nuestro blanco constante sería:
¿Cómo puedo obtener más de esta influencia?
Pero si Él es una Persona Divina, nuestra actitud
consistente será: ¿Cómo puede él
tener más de mí?".
El Espíritu Santo hoy día busca ser para
los creyentes lo que Cristo fue para sus discípulos,
cuando anduvo sobre la tierra, los creyentes pueden disfrutar la
comunión del Espíritu, y en el proceso, humillarse,
a fin de que vivan bajo Su control. Es
particularmente en virtud del hecho de que el Espíritu
mismo es una persona, que en el proceso de relacionarse con los
creyentes, les es posible hacer real la persona del Señor
Jesucristo. Siendo ÉL mismo una persona le es posible
hacer partícipe al creyente la persona de
Cristo.
- LA DEIDAD DEL ESPÍRITU SANTO.
Como resultado de las disputas teológicas del
siglo IV (cuarto) y V (quinto) se llegó a la
afirmación de la deidad del Espíritu Santo en el
Concilio de Calcedonia en el año 451 D. C.
En su existencia esencial, el Espíritu Santo no
difiere de Dios el Padre y Dios el Hijo. Con ellos Él es
coigual y coeterno. Sus atributos son idénticos con los
del Padre y el Hijo, visto que en esencia ambos son deidad. Es
bien válido y correcto decir que el Espíritu Santo
es Dios.
Las Escrituras nombran a Dios o al Señor y al
Espíritu Santo en el mismo contexto, lo que indica que
los nombres son claramente intercambiables. Es así,
que el Espíritu es llamado Dios y Señor. Hechos
5.3-4; 1ª Corintios 12.4-6; 1ª Corintios 3.16;
2ª Corintios 3.17.- NOMBRES DIVINOS DADOS AL ESPÍRITU
SANTO - EL ESPÍRITU SANTO POSEE ATRIBUTOS
DIVINOS.
Cuatro de los atributos de la deidad son adscriptos al
Espíritu Santo:
a) Eterno Hebreos 9.14
b) Omnipresente (en todo lugar) Salmo
139.7-10.
c) Omnisciente (Sabe y conoce todo) Juan 14.26 y
16.13.
d) Omnipotente (todo poder) Lucas 1.35.
La vida de existencia propia poseída por el
Espíritu Santo le caracteriza definitivamente como Divino,
Romanos 8.2.
3. EL ESPÍRITU SANTO HACE HECHOS Y OBRAS
DIVINAS.
Muchas cosas llevadas a cabo por el Espíritu
Santo, solamente pueden se hechas por un ser divino: crear,
levantar a los muertos e impartir vida, regenerar, dar
convicción, y echar fuera demonios. El Espíritu
Santo es descrito en las Escrituras como el ejecutor del plan
divino; Él es el agente activo y el poder de la deidad.
Job 26.13; Romanos 8.11; Juan 3.5-7; Juan 16.8; Mateo
12.28.
El Espíritu Santo es el principio fundamental de
vida activa en todo el universo.
Adán vivió porque el Espíritu Santo
"Sopló aliento de vida", Génesis 2.7; y todo
organismo viviente desde este día, depende de él.
Job 33.4. El Espíritu Santo como principio de vida fue
responsable de la concepción del Señor
Jesús. Y como "Señor y dador de vida" pudo levantar
a Jesús de entre los muertos transformándolo en las
primicias de los que durmieron.
La inspiración de las Escrituras y el origen de
la profecía divina son obras del Espíritu Santo en
su deidad. 2ª Pedro 1.21. Todo esto ciertamente establece el
hecho de la deidad del bendito Espíritu Santo.
4. EL ESPÍRITU SANTO ESTA REALACIONADO CON EL
PADRE Y CON EL HIJO.
L a Escritura identifica explícitamente al
Espíritu Santo como un miembro de la deidad:
a) En el bautismo de Jesús Mateo
3.13-17.
b) en el mandato apostólico Mateo
28.19.
c) En la fórmula de bautismo Mateo
28.19.
d) En la
administración de la Iglesia Efesios 4.4-8 y 1ª
Corintios 12.4-6.
Aquí le vemos sobre la misma base de igualdad con
el Padre y el Hijo. El Espíritu Santo existe como el poder
y la virtud de Dios, y Él es el medio por el cual Dios
mismo se transmite y se comunica a hombre. La salvación
del creyente es llevada a cabo como un esfuerzo cooperativo por
la Trinidad co-igual y coeterna. Padre, Hijo y Espíritu
Santo son personalidades separadas, pero cada uno representando
la totalidad de la esencia divina, y por lo tanto disfrutando
relaciones el uno con el otro, y aplicando pronombres personales
el uno al otro. Cómo puede el Espíritu Santo ser
uno con Dios y el Hijo, y al mismo tiempo distinto de Dios y el
Hijo, constituye una parte del misterio de la
trinidad.
5. LA ESCRITURA INTERPRETA AL ESPÍRITU SANTO SER
DIOS.
En varias ocasiones, el Nuevo Testamento, al referirse
al Antiguo Testamento, adscribe al Espíritu Santo obras o
puntos de vista, que en el momento original fueron atribuidos a
Dios o al Señor. Compárese Isaías 6.8 con
Hechos 28.25; con Hebreos 3.7-9 y Jeremías 31.33 con
Hebreos 10.15,16. El Espíritu Santo es Dios, y por lo
tanto Él es el agente y ejecutor de los propósitos
divinos. El Espíritu de Dios mismo comunicándose al
hombre, de igual manera que el Hijo es Dios manifestándose
a sí mismo al hombre. Las características del
Espíritu Santo son tales que lo que es conocido de
Él, no puede ser predicado en ningún otro que no
fuera Dios mismo. Experimentalmente el creyente en quién
Dios el Espíritu Santo opera, dará gustosamente
testimonio de la realidad de la deidad del Espíritu
operando en él.
En la experiencia del creyente, hay un solo
Espíritu divino, el Espíritu Santo, y Él es
al mismo tiempo el Espíritu del Padre y el Espíritu
del Hijo.
CAPÍTULO
III
- La obra del Espíritu Santo en el Universo
físico. - La obra del Espíritu Santo en el hombre no
regenerado. - La obra del Espíritu Santo en el Antiguo
Testamento. - La obra del Espíritu Santo en el Señor
Jesucristo. - La obra del Espíritu Santo en la
Iglesia. - La obra del Espíritu Santo en el
creyente.
Es bien claro en las Escrituras que el
Espíritu Santo fue agente en la creación
original.Génesis 1.2; Salmo 33.6; Job 33.4; Job 26.13.
Y la función especial del Espíritu Santo parece
haber sido la de dar orden y organización a lo que estaba siendo
creado.La Escritura introduce al Espíritu Santo en
el segundo versículo de la Biblia para hacer evidente
su asociación con la obra creativa divina. El
Espíritu Santo además es el principio
básico de vida en todo el universo físico. No
solo en la vida de las plantas y
en la vida animal, pero también en la vida
humana.Desde la época de la creación original
hasta el presente, el Espíritu ha sostenido el
universo físico. Salmo 104.30.WALVOORD dice: "La creación ha sido ordenada
por Dios en tal manera, que en cierta medida se sostiene a
sí misma; pues la vida de las plantas y de los
animales
se perpetúan a sí mismas. Sin embargo,
detrás de todo este fenómeno maravilloso
está la obra del Espíritu Santo, sosteniendo,
dirigiendo y renovando".- LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL UNIVERSO
FÍSICO. - LA OBRA DEL ESPIRITU SANTO EN EL HOMBRE NO
REGENERADO.
El Espíritu Santo constantemente busca de guiar a
todos los hombres a buscar y a conocer a Dios. Sus esfuerzos son
resistidos por el hombre carnal y por el Adversario. Véase
Juan 14.17 y 1ª Corintios 2.14.
El espíritu Santo obra sobre la persona no
regenerada desde afuera; ÉL no mora el
inconverso.
La obra básica del Espíritu para con el no
regenerado es la de CONVICCIÓN. ÉL ministra para
proveer un "sentido de maldad – pecado" a fin de que el
hombre se sienta impelido a apropiarse de la justicia de
Cristo Jesús.
Hay un triple aspecto de la obra de convicción de
pecado:
- Descubrir el pecado.
- Denunciar el pecado.
- Pronunciar juicio sobre el pecado.
Consecuentemente es solamente por medio del ministerio
del Espíritu Santo que el pecador se convierte, y nunca
por el mero esfuerzo o argumento humano. Y como "Fiscal"
divino, el Espíritu Santo obra personalmente en las vidas
de los seres humanos. Cristo lo expresó claramente en San
Juan 16.7-11, donde tres aspectos son claramente
enseñados:
- El pecado de incredulidad. Versículo
9. - La justicia de Cristo. Versículo
10. - El juicio de Satanás. Versículo
11.
El Espíritu Santo hace efectiva la
predicación del Evangelio y el llamado a la
penitencia.
Una buena parte del ministerio del Espíritu Santo
consiste en Su testimonio de Cristo a través de las vidas
de los creyentes en los cuales ÉL mora.
El Dr. Torrey dijo: "El Espíritu Santo no tiene
otro medio de alcanzar a los inconversos excepto por medio de
nosotros que ya somos salvos". Nótese la
declaración de Pedro en Hechos 5.30,32.
C) LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL ANTIGUO
TESTAMENTEO.
Cristo en Juan 14.17, al decir "el Espíritu mora
con vosotros, y estará en vosotros", hizo notar el
contraste entre el creyente del Antiguo Testamento y el creyente
del Nuevo Testamento en su relación con el Espíritu
Santo. Las Escrituras en el A. T. indican lo
siguiente:
1. El Espíritu vino sobre
él Números 24.2; Jueces 11.29.
2. Llenado del Espíritu Éxodo 31.3;
Miqueas 3.8.
3. Posó sobre ellos el
Espíritu Números 11.25-26.
Cambrón dice acerca de la era del Antiguo
Testamento:
El Espíritu Santo los llenó pero nunca
hizo morada con ellos.
"Ningún creyente del Antiguo Testamento fue
bautizado con el Espíritu Santo. El bautismo inicial vino
el día de Pentecostés, cincuenta días
después que Cristo resucitó".
Véase Salmo 51.11; Éxodo 31.3,4.; Jueces
13.24,25; 2ª Pedro 1.21.
Puede ser dicho que en la era del Antiguo Testamento las
operaciones del Espíritu Santo estaban bajo la voluntad
soberana de Dios.
Turner clasifica el ministerio del Espíritu Santo
en el A. T. En cuatro:
Números 11.15,17; 1ª Samuel
10.6,10.- Políticamente, como con Moisés o
Saúl para dar poder e investidura.al avivamiento nacional. Jueces 6.34.
- Moralmente, como con Gedeón para prepararlo
para guiar al pueblo - Físicamente, como con Sansón
dándole fuerza, o como con Ezequiel dándole
energía. Jueces 14.6 y Ezequiel 2.2.- LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL
SEÑOR JESUCRISTO.
- LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL
- Intelectualmente, como con Bezaleel y sus ayudantes,
dándoles capacidad para construir el tabernáculo.
Éxodo 31.2,3; 35.31,35.
Toda la vida de Cristo aquí en la tierra fue
consistentemente identificada con el Espíritu Santo.
Notemos lo siguiente:
1. Su nacimiento Lucas 1.34,35.
2. Su bautismo en agua. Juan 1.32; Mateo
3.16.
3. Su tentación Mateo 4.1; Marcos 1.12; Lucas
4.1,2.
4. Su ministerio Lucas 4.14; 4.17,21; Isaías
61.1,2; 11.1,2.
5. Su muerte Hebreos 9.14; Lucas 9.30,31; Juan 2.19;
Mateo 16.21.
6. Su resurrección Romanos 1.4; 8.11; 1ª
Pedro 3.18; Juan .1,3.
7. Su ascensión Juan 1.33; Juan 16.7; Hechos
2.33.
En nuestra era podemos decir que el Espíritu
Santo no obra en el Señor Jesucristo sino que obra por
Él. Consecuentemente, el Espíritu Santo ministra
para revelar a Cristo al creyente y para reproducir en Él
la vida de Cristo.
E) LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN LA
IGLESIA.
La Iglesia debe su origen y existencia misma al
Espíritu Santo.
El día de Pentecostés el principio de vida
fue impartido a la Iglesia, y mientras que la Iglesia exista
aquí en la tierra, ese mismo Espíritu Santo
continuará morando en la Iglesia y dándole la vida
tan especial.
Hay un sentido en el cual el Espíritu Santo es
"Encarnado" en la iglesia, así como la segunda persona de
la Trinidad fue encarnada en la humanidad de Jesús. El
Espíritu Santo es aquél por medio de quien el
Señor Jesucristo se hace presente en Su Iglesia. El don
del Espíritu Santo el día de Pentecostés es
inseparable de la obra del Hijo sobre el Calvario.
El Espíritu Santo opera para edificar la Iglesia.
Efesios 2.22.
Fusiona a los creyentes que constituyen la iglesia.
1ª Corintios 2.13. y por morar en todos los creyentes, el
Espíritu provee unidad para la Iglesia. 1ª Corintios
3.16; Efesios 4.3.
Es la presencia del Espíritu Santo morando en los
creyentes e impartiendo la vida de Cristo que determina el hecho
que la Iglesia es un organismo y no una
organización.
Una de las contribuciones importantes del
Espíritu Santo a la Iglesia es constituida por el hecho
que ha dado y confirma la Palabra escrita. Por medio de una
intuición directa en el corazón del creyente el
Espíritu Santo constituye una declaración de que
Dios es el Autor de las Escrituras.
Todos los negocios y el
programa de la
Iglesia en la tierra deben estar bajo la dirección y la
guía del Espíritu Santo. Hechos 20.28; 15.28. La
Iglesia progresa en la medida que el Espíritu Santo es
permitido de ser el líder.
La unidad de la Iglesia es obra del Espíritu
Santo. Efesios 4.3. No es el deseo del Espíritu Santo de
proveer uniformidad, pero sí unidad con diversidad. Es
unidad espiritual, no unión organizacional.
- LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL
CREYENTE.
El Espíritu Santo se constituye en el poder y la
capacitación para el creyente, para toda
operación y función espiritual. Para que un
creyente pueda ser espiritual, se requiere la presencia y el
ministerio del Espíritu Santo. Su ministerio es interno,
tocando profundamente el ser en quien obra. El creyente no debe
estar satisfecho con tener una "teología" del
Espíritu Santo; debe tener un sentir viviente de Su
presencia y poder. El Espíritu Santo:
1. Regenera. Juan 3.5 – Tito 3.5 – Juan
3.6.
2. Da seguridad Romanos 8.16 – Efesios
4.30.
3. Mora en el creyente Romanos 8.9 – Juan 14.17
–1ª Corintios 3.16,17
1ª Corintios 6.19 – 2ª Corintios
13.5
4. Santifica Gálatas 5.22,23 – 1ª
Pedro 1.2
5. da fortaleza 1ª Tesalonicenses 1.5 –
Efesios 3.16.
6. Guía y dirige Romanos 8.14 – Juan
16.13 – Juan 14.26.
7. Ayuda al creyente en la adoración y en la
oración. 1ª Corintios 14.15 –
Efesios 6.18 – Romanos 8.26.
8. Vivifica Romanos 8.11.
9. Adopta Romanos 8.15,16.
10. Tiene comunión Filipenses 2.1 –
2ª Corintios 13.14.
11. Unge. 1ª Juan 2.20,27.
12. Sella. 2ª Corintios 1.22 – Efesios
1.13.
CAPÍTULO
IV
EL BAUTISMO EN
EL ESPÍRITU SANTO
- La naturaleza del Bautismo del
Espíritu. - Fondo histórico de la doctrina del Bautismo
del Espíritu. - El propósito del Bautismo del
Espíritu. - El proceso (Secuencias posibles) de recibir el
Bautismo del Espíritu. - La evidencia del Bautismo del
Espíritu. - Los resultados del Bautismo del
Espíritu. - El Bautismo del Espíritu y la
terminología del Nuevo Testamento. - El Bautismo Pentecostal distinto a la
conversión. - Bautismo del Espíritu y
Santificación. - Bautismo del Espíritu y plenitud día
por día.
La palabra "Bautismo" siempre implica el ser
completamente cubierto, y cuando la idea es relacionada con
el Espíritu Santo implica la saturación
completa del ser interior por la Tercera Persona de la
Deidad. Este bautismo es una comunicación directa
entre Dios y el hombre, y también debe ser un estado de
completa rendición.Aún la lengua
funciona de acuerdo al control del Espíritu. Santiago
3.8 – Hechos 2.4.La experiencia de recibir el bautismo del
Espíritu Santo es el último paso en el proceso
de modificar la carne y de rendirse al Espíritu.
Romanos 8.13.Frecuentemente, aún cuando no necesariamente
el bautismo del Espíritu Santo produce como resultado
una "sacudida emocional intensa" en el creyente, que llena el
alma de éxtasis celestial.La persona que recibe el bautismo del
Espíritu Santo, es inundado con gloria divina que
electrifica su naturaleza. Un Pentecostés personal
puede ser descrito como "un nuevo descubrimiento del
Señor Jesucristo viviente, hecho cuando Dios, el
Espíritu Santo comienza su morada en el creyente".
Debe ser por lo tanto recordado que las relaciones de la
persona, ya sean tenues o intensas, son las relaciones de la
carne y no son manifestaciones del Espíritu. Es obvio
que los ciento veinte (120) en el aposento alto fueron
movidos profundamente, pues dijeron de ellos: "Están
llenos de mosto". Hechos 2.13.La experiencia del bautismo del Espíritu
Santo libra al que busca de sí mismo y lo identifica
con la Deidad. Por primera vez, el creyente es sometido a la
operación sin límites de lo divino; un pequeño
"gusto" de lo que un día será amplio. 2ª
Corintios 1.22. y la Escritura hace claro el hecho que la
porción que recibe el creyente es solamente las arras
de lo que disfrutaremos. Efesios 1.13, 14.Loa teólogos evangélicos no
están de acuerdo con la posición Pentecostal,
sin embargo tienen su propia posición bien definida en
relación a la plenitud del Espíritu.Talbot dice: "Tiene más del Espíritu
el hombre que ha sido llenado del Espíritu, que
aquél que no ha sido llenado? No, por el contrario, el
Espíritu tiene más de algunos creyentes que de
otros".Cambrón dice: "Sería mejor decir ser
‘controlado’ por el Espíritu, en vez de
decir ‘llenado’ por el Espíritu". La
verdad básica es que: "NO ES CUANTO DEL
ESPÍRITU UNO TIENE, SINO CUANTO DE UNO TIENE EL
ESPÍRITU". Es evidente que para ser lleno del
Espíritu, no hay lugar para el ego.- LA NATURALEZA DEL BAUTISMO DEL
ESPÍRITU. - FONDO HISTÓRICO DE LA DOCTRINA DEL BAUTISMO
DEL ESPÍRITU.
La venida del Espíritu Santo en el día de
Pentecostés fue declarado como el cumplimiento
específico de Joel 2.18,19, profecía que
prometió la experiencia a todas las personas de diferentes
clases. Isaías 28.11; 1ª Corintios 14.22.
Juan el Bautista incluyó la predicción del
bautismo del Espíritu, como aspecto del ministerio del
Mesías que habría de venir. Lucas 3.16; Juan 1.33.
Durante su ministerio terrenal nuestro Señor se
refirió al cumplimiento de la profecía de Joel. Los
Evangelios registran ocho predicciones hechas por Cristo de un
derramamiento Pentecostal.
El Pentecostés original validó la obra de
Cristo, y constituyó un acontecimiento dispensacional al
venir a la tierra para morar en Su Iglesia, el Espíritu
Santo, el administrador
Divino, véase también Juan 14.16; Marcos
16.17; Juan 16.7; Hechos 1.5; Juan 7.37-39, Juan 14.26; Juan
15.26; Lucas 11.13; Lucas 24.49.
La fiesta de Pentecostés en el Antiguo Testamento
tomó lugar cincuenta (50) días después de la
Pascua. Representaba el comienzo de la cosecha.
Simbólicamente, el derramamiento inicial del
Espíritu en el día de Pentecostés fue el
comienzo de la cosecha del Evangelio. Los 120 tuvieron que
esperar, no porque no estuviesen listos para recibir, sino que
Dios no estaba listo para derramar su Espíritu. Sin
embargo, esos días de espera produjeron, sin lugar a
dudas, una medida de sumisión y rendición y
rendición sí mismos. Desde ese día, el
esperar no es descrito. Véase Hechos 10.44.
Aun cuando el Espíritu de Dios había
obrado anteriormente en la tierra, El no había establecido
su morada permanente en los corazones de creyentes para
constituirlos en Iglesia. El derramamiento del Espíritu
significaba que el Mesías había completado su obra
redentora y había ascendido a la gloria.
El pentecostal original fue un tiempo llamativo
fenomenal de carácter sobre natural. El público no
fue atraído por debate
teológico, sino por el milagro de las lenguas, y de las
lenguas de fuego y aun el impacto hecho sobre el edificio donde
estaban congregados, como si Dios dijera al mundo que el
derramamiento Pentecostal no era un incidente trivial.
Una experiencia similar al modelo de Loa
Hechos 2 continuó siendo normal en la Iglesia del Nuevo
Testamento. Hay un total de cinco casos en el libro de los Hechos
que describen un derramamiento Pentecostal similar en clases y
manifestación al caso original del día de
Pentecostés. El último caso registrado en la Biblia
está en Hechos 19, y esto tomó lugar unos veinte y
uno años después del derramamiento original. El
modelo Pentecostal parece haber sido bien autenticado y
establecido.
Testimonios de experiencias Pentecostales en la Iglesia
Primitiva, datan de la fecha de los primeros escritos de los
padres durante el II y III siglo:
Ireneo (130-202) escribió: "Llamamos personas
‘perfectas’ aquellas que han recibido el
Espíritu de Dios, y quienes por medio del Espíritu
de Dios hablan lenguas".
Clemente de Alejandría – Hacía
mención de "un derramamiento total del Espíritu
Santo".
Tertuliano – Durante la misma época hizo
mención de la continua manifestación de los dones
del Espíritu.
Crisóstomo (347-407) declaró: "Todo aquel
que era bautizado en tiempos apostólicos, inmediatamente
habló en lenguas; de inmediato recibieron el
Espíritu".
San Agustín (354-430) escribió:
"Todavía hacemos lo que los Apóstoles hicieron
cuando les impusieron las manos a los Samaritanos y pidieron el
descenso del Espíritu sobre ellos. Esperamos que los
convertidos hablen en nuevas lenguas".
A medida que se fue desarrollando la Iglesia Romana, el
aspecto fenomenal del bautismo en el Espíritu Santo
gradualmente se transformó en un ritual. Al llegar al fin
del siglo V (5), la practica general era que se constituía
una pequeña sala detrás del altar, y era usado como
el lugar donde recibir el Espíritu Santo. Luego de ser
bautizado en agua, el candidato pasaba a la sala de
oración, y allí el obispo el imponía las
manos y era ungido con aceite. El obispo pedía a Dios que
enviase el Espíritu Santo, pero también
gradualmente con el correr del tiempo, no se esperaba ninguna
manifestación. Consecuentemente, hoy día, la
ceremonia de la confirmación es el resultado, y la Iglesia
Romana mantiene que en el momento de ese rito el candidato recibe
el bautismo en el Espíritu Santo. No se hace
mención del hablar en lenguas.
A través de los tiempos la historia nos preserva
el registro de la
manifestación Pentecostal, no solamente entre el pueblo
evangélico pero también entre los miembros de la
Iglesia Romana, Monjes del siglo XIII (13) practicaban en hablar
en lenguas.
San Vicente Ferrer (1350-1419) tenía el don de
lenguas.
Francisco Xavier (1506-1552) misionero en la China,
según la Enciclopedia Católica hablaba en
lenguas.
Souer En su Historia de la Iglesia Cristiana (volumen 3,
página 406) dice: "El Doctor Martín Lutero fue un
profeta, evangelista, hablador en lenguas e intérprete en
una persona, investido con todos los dones del Espíritu
Santo".
Tomás Walsh – Ayudante de Juan Wesley,
escribió en su libro diario el 8 de marzo de
1750.
"Esta mañana el Señor me dio un lenguaje que
yo no conocía, elevando mi alma hacia ÉL en una
manera maravillosa".
R. Boyd – En su libro Pruebas y
Triunfos de Fe (1875), escribió acerca de los avivamientos
de D.L. Moody en Inglaterra: "Cuando llegue a los cuartos de los
jóvenes de la Asociación Cristiana de
jóvenes, la reunión encendida por el fuego
celestial, los jóvenes estaban hablando en lenguas y
profetizando. ¿Qué significaba esto? Simplemente
que el hermano Moody les había estado hablando durante la
tarde".
F.B. Meyer – Cuando visitó Estonia
encontró a congregaciones de bautistas en las cuales
escribió a Londres: "Dios está renovando entre esta
gente aquellas maravillosas manifestaciones que fueron evidentes
durante la primera predicación del Evangelio. El don de
lenguas se oye a menudo en las reuniones. Cuando estos mensajes
son interpretados significan lo siguiente: JESÚS VIENE
PRONTO OTRA VEZ; JESÚS ESTA CERCA; ESTEMOS
LISTOS".
Carlos G. Finney y D. L. Moody – Estos
Evangelistas dieron testimonio de experiencias espirituales que
eran positivamente Pentecostales en su naturaleza y en sus
resultados.
Al comienzo del presente siglo, en el día de
Año Nuevo de 1901, el Espíritu Santo
descendió en forma Pentecostal sobre un grupo de
estudiantes en un pequeño Instituto Bíblico en la
ciudad de Kansas en los Estados Unidos. Este derramamiento fue
precedido por estudios minuciosos de las Escrituras, y los
alumnos habían llegado a la conclusión de que la
evidencia del bautismo en el Bautismo del Espíritu Santo
era hablar en nuevas lenguas. De allí se esparció
en Texas y a California, donde el año 1906 tomó
lugar un gran derramamiento que a continuado a todas partes del
mundo en lo que va del siglo XX.
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