"Propender a la educación política es propender
a que se enriquezca la inteligencia
del pueblo con los datos y nociones
que le sirvan para dirigir su razón a la
consecución de los fines sociales. Es propender a que
esté en aptitud de dirigirse por sí mismo; de tal
modo que al cabo las leyes que se den,
para regular su actividad, no sean el resultado de impulsos
inconscientes, sino la expresión clara y compendiosa de
los dictados de la razón colectiva".
Enrique José Varona
(1849-1933)
Filósofo, pedagogo; su nombre completo es Enrique
José Varona y Pera quien nació en Puerto
Príncipe (hoy ciudad de Camagüey en Cuba) el
día 13 de abril de 1849. Se graduó de bachiller en
el Instituto de Matanzas en 1891, y de Licenciado en
Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana
en 1892, doctorándose el siguiente año.
Participó en la política activa primero en
el Partido Liberal Autonomista, pasando luego, al
Partido Conservador Nacional donde fue su Vice-Presidente
en 1907, y Presidente en 1912.
Falleció en La Habana el 19 de noviembre de
1933.
El fracaso
colonial de España.
Este título corresponde a un par de conferencias
dictadas por Varona en el Steinway may los días 12
de noviembre y 30 de diciembre de 1896 (seis años antes de
la independencia
de Cuba del dominio español).
En esa intervención, Varona hace un enfoque
positivista en el cual dentro de determinados parámetros
se presenta la forma de colonización de las grandes
naciones imperiales; situación ésta, muy alejada
del llamado Imperio Español.
En su argumentación señala lo siguiente:
"Como en la evolución de los seres orgánicos la
generación marca el
máximum de desarrollo,
es, por decirlo así, una forma extrema de crecimiento, en
la evolución de las sociedades la
colonización marca la forma más completa de la
expansión nacional. Pero lo mismo que hay generaciones
prematuras o demasiado tardías, que dan productos
endebles, cuando no poco viables, hay colonizaciones que no son
plenamente normales, y es así, la primera pregunta que nos
impone nuestra pesquisa es: ¿Fue normal la
expansión de España? Para que lo sea la de
cualquier sociedad han
de concurrir en ella las condiciones siguientes: población no escasa, industria
floreciente, capital
abundante, sanas ideas políticas.
De ninguna de ellas podía gloriarse
España".
Resulta extraño, pero muy interesante el anterior
análisis de Varona sobre las condiciones
que debe tener una nación
hegemónica para imponerse sobre otra, y es que en
realidad, no le falta razón a este juicio que luce por lo
demás, muy acertado.
Para que una potencia se
precie como tal, debe tener un grado de desarrollo que se
manifieste en diversos órdenes más allá de
lo puramente militar. Debe estar muy por encima en lo
económico, social, demográfico, político,
cultural y tecnológico.
Entendemos en Varona y así lo constatamos
en el desarrollo de su conferencia, que la situación
española estaba muy alejada de esos elementos
condicionales. España tenía una economía desesperada,
y producto de
ella fue la venta de sus
joyas por parte de la reina para poder
financiar el primer viaje de Cristóbal
Colón.
La población española según
Varona, era muy escasa después de medio siglo de
este acontecimiento en América. Apenas llegaba a unos quince mil
españoles (tan solo trescientos inmigrantes por
año).
España estaba arruinada antes de la
colonización. Así lo dice cuando sostiene:
"La pobreza ha
sido siempre planta indígena en España…Lejos de
traer capitales a América, lo que precipitó a los
españoles a sus riesgosas aventuras fue el ansia de
buscarlos".
Pero no sólo era la baja población
española y su situación económica delicada
la que estaba apartado del arquetipo varoniano sobre lo que debe
ser un pueblo colonizador, sino que también, estaban sus
formas políticas. Así no los refiere Varona cuando
expresa: "Mientras en la América inglesa, el
espíritu de autonomía local nace robusto y va
siempre en aumento, en la española nace raquítico,
y muere apenas nace.
La construcción de los caminos en Roma y su famosa
Vía Apia nos recuerdan la necesidad que tiene cada
Imperio de poder estar conectado con todas sus colonias. Pero con
el caso español, era todo lo contrario. De ahí, que
Varona nuevamente nos indicara lo siguiente: "El comercio
internacional, dificultado con rigor extremo por las leyes, era
casi imposible por falta de comunicaciones. En un mismo territorio las
poblaciones importantes vivían del todo aparte, por las
incomodidades de los caminos, donde por acaso existían. Se
ha llegado a decir que en esta deficiencia intervenía una
idea política. Depons afirma que los españoles
creían peligroso que hubiera un buen camino entre La
Guaira y Caracas".
No es que España hubiera querido intencionalmente
haber mantenido incomunicadas las colonias entre sí para
evitar acuerdos entre ellas que fueran perjudiciales para la
colonia española; sino lo que es más grave, es que
esta circunstancia se derivaba de su propia incapacidad para
lograr esas comunicaciones. Lo observamos, cuando aún
apreciamos que sus contactos directos con esas colonias era
exageradamente escaso.
Así no los transmite Varona al observar lo
siguiente: "Una vez al año salían los galeones
de Porto Belo y la flota de Veracruz y se reunían en La
Habana, para seguir en conserva hasta Sevilla, más tarde
hasta Cádiz. En vez de una circulación regular y
continua, se tenía una circulación intermitente que
determinaba un aflujo anormal de mercaderías, en ciertas
épocas, seguido de parálisis".
En lo cultural, la condición de las colonias
hispanoamericanas no lucía mejor. No solamente se negaba a
ciudades como Mérida la posibilidad de crear sus
universidades, sino también, la matemática, la geometría, el pilotaje estaban
prohibidos.
Cuando existían universidades sus clases eran
dictadas en un mal latín. No se enseñaba ni bien ni
mal en castellano.
Según Varona, la concepción española del
aprendizaje de
la lengua
castellana estaba sintetizada en la famosa frase del Virrey Gil
de Lemos que ordenaba su utilización sólo para
"leer, escribir y rezar".
Y es que la sociedad americana, dentro del dominio
español estaba dividida racialmente según
Varona al más purista sistema de clases
brahmanista como en el caso peruano, entre los que se encontraba
como grupos raciales
los blancos europeos, los blancos americanos, indios, negros,
mulatos, mestizos, chinos, cuarterones, quinteros, zambos,
zambos-chinos, chinos-cholos, y unas quince variedades
más.
En Venezuela,
encontramos que la clasificación que se hace es de
blancos, indios, negros y de sus distintas mezclas en
mestizos, castizos, mulatos y zambos. El blanco con indio da el
mestizo; el mestizo con el blanco produce el castizo, y el
castizo con el blanco, es blanco nuevamente.
En el caso del blanco con el negro, el resultado es el
mulato; y en el del negro con el indio, sería el
zambo.
Para Varona España se encontraba dentro de un
situación política antievolucionista y
antipositivista apartada del desarrollo global de las naciones
del mundo. Así lo refiere cuando advierte: "Mientras
todo se transformaba en torno suyo, las
industrias, las
ciencias, las
leyes, las ideas, España permanecía ciega y
adherida, como pulpo colosal e inerte, a la vieja roca de la
tradición".
Sobre la educación.
Varona va a tratar el tema de la educación, si
bien con cierto conservadurismo con relación a las
mujeres; no así, en sus consideraciones generales sobre la
misma (la educación); sus sistemas de
exámenes; el papel que debe desempeñar la universidad en la
formación de sus educandos, y el perfil que éstos
deben tener dentro de las exigencias que espera de ellos la
sociedad.
Sobre las mujeres, llega a expresar lo siguiente:
"…la temprana relajación de los vínculos de
familia ha
emancipado en ciertos países a no pocas jóvenes; y
todo esto ha llevado a las mujeres a las industrias, a las
profesiones, a las carreras científicas, reservadas hasta
hace poco a los hombres".
Por ello, plantea la diferencia existente entre las
condiciones sociales que existen entre los niños y
las niñas, oponiéndose con ello, a que se les
coloque con una misma enseñanza sin tomar en consideración
los requerimientos de cada sexo. La mujer
está más destinada a las labores domésticas
y a su condición natural de ser madre, por lo que la
función
de maestra es más adecuada a su naturaleza.
¡Toda madre debe ser maestra!, proclama Varona, a la
par que debe recibir como modelo de
asignaturas, las que se estipulan según la Ley (para
entonces vigente) del 21 de diciembre de 1880 en Francia.
Éstas comprendían Enseñanza
Moral, Lengua
Francesa, Literatura Antigua y
Moderna, Geografía y
Cosmografía, Historia Nacional y
Universal, Aritmética, Elementos de Geometría,
Química,
Física e
Historia Natural, Higiene,
Economía Doméstica y Labores, Nociones de Derecho
Usual, Dibujo,
Música y
Gimnasia.
Piensa que: "…antes de dedicar una niña a
una carrera, para que compita con el hombre, es
decir, antes de dar una dirección anormal a su vida, conviene pesar
cuidadosamente el pro y el contra".
A lo que concluye parafraseando la frase de
Withers-Moore: "Las mujeres están constituidas para
ser, y deben ser, no hombres, sino madres de
hombres".
Igualmente Varona (adelantándose positivamente a
su tiempo), hace
una crítica
al sistema de evaluaciones estudiantiles cuando dice:
"Nosotros vamos de año en año experimentando los
funestos resultados del sistema vigente en la enseñanza
pública ─cuya síntesis
puede reducirse a esto: exámenes reiterados con
sujeción a un programa─…Desde luego si se estudia
meramente para pasar en unos exámenes, el programa
es un instrumento más o menos abonado para ese objeto;
porque es claro que si me propongo responder a una serie de
preguntas convenidas de antemano, lo mejor que puedo hacer, y
quizás lo único, es aprenderme una serie de
respuestas convenientes. Pero si se estudia para conocer
una materia, el
programa, no sólo deja de ser un instrumento adecuado,
sino que se convierte en estorbo peligroso".
En una defensa abierta de la libertad de
cátedra frente a la sumisión que ahoga y esclaviza
la enseñanza a través de los programas de
educación, dice Varona lo siguiente: "Dos condiciones
son requisito indispensable en la enseñanza, libertad en
el que enseña para que pueda despertar interés en
el que aprende; el programa es enemigo jurado de toda libertad y
de todo interés. Se ha de enseñar lo mismo, del
mismo modo y en el mismo espacio de tiempo. Poco importa
cuál sea la capacidad del alumno, cuál su aptitud;
en tantos días lectivos ha de aprender a contestar tantas
preguntas, ni un día más ni un día menos; ni
una pregunta más ni una pregunta menos".
Por ello trayendo una frase de Izoulet dice Varona lo
siguiente: "un pueblo que se confía a los mediocres, se
suicida".
Frases de Enrique
José Varona.
"La sociedad es un organismo. La correlación
que existe entre sus partes componentes no permite que
estén dañadas las entrañas, sin que se
resientan las extremidades. Las condiciones sociales forman la
roca viva sobre que descansa el edificio social, cuya vistosa
fachada son las instituciones
políticas".
"El alma de Cuba,
formada y concebida en el dolor de la esclavitud y de
la derrota, se ha hecho visible, se ha hecho carne, en el heroico
esfuerzo con que hoy arrastra a su pueblo, a todo su pueblo, a la
lucha y al sacrificio".
"El nudo de la dificultad está en esto: o la
mujer que se
dedica a las profesiones que hasta ahora les han sido
extrañas, y que exigen la dedicación más
asidua, acepta el celibato…y esto constituye una pérdida
positiva para la sociedad…o se casa, y con muy contadas
excepciones tiene que renunciar a su carrera; lo que constituye
una pérdida positiva para el individuo".
"La enseñanza
universitaria ha de ser por tanto eminentemente liberal; es
decir, que debe fecundar cada espíritu, para que
éste vuele con sus propias alas, y escoja por su propio
impulso la región del espacio, que le promete más
dilatados y luminosos horizontes".
"De aquí las tendencias extremas y
contrapuestas en que se agita convulso el pensamiento
contemporáneo, y el andar vacilante y temeroso de los
pueblos modernos entre estas nuevas rocas.
Simplégades del individualismo anárquico y el
socialismo
tiránico".
Miguel Omar Cevedo Marín