Erradicar la pandemia de la violencia de
género es el verdadero reto del siglo
XXI, mucho más que cualquier otro tipo de avance
científico, cultural o tecnológico. Si la
humanidad aprendiera a detectar, parar y prevenir esta
enfermedad histórica, se produciría un punto de
inflexión en su evolución: el fatuo "homo sapiens"
pasaría a ser persona, ser
humano.
Es la primera causa de muerte de
la mujer en
el mundo, pero también es la primera causa generadora de
guerras. El
niño que crece en el mito de la
superioridad del varón frente a la mujer,
incorpora a sus más íntimas creencias la de que
unos seres son superiores a otros sólo por su sexo. Es
fácil extrapolar esta idea a la de superioridad por la
raza, por la lengua,
etc.
Por otra parte, de la misma forma en la que el hombre
maltrata a la mujer, maltrata a la tierra,
suponiendo que ambas están ahí para su uso y
disfrute. Abusa de los recursos como
si fueran inagotables, contamina y destruye a la madre tierra, con
el mismo desprecio con que abusa sexualmente de mujeres y
niños, los entrena para la guerra o los
mata. Es este un lento suicidio del
ser humano y de su entorno, porque la mujer no es
posesión del varón, sino una sola cosa con
él, al igual que la tierra. Ambas no son un recurso
inagotable, a veces mueren.
El primer paso para afrontar el reto de la
erradicación de la violencia de género es
aprender a detectarla. Los grandes dictadores siempre
introducen sus doctrinas solapadamente, manipulan la
comunicación. La violencia de género suele
manifestarse en primer lugar cómo agresión verbal
en sus formas más encubiertas. Es muy importante conocer
sus mecanismos, porque las secuelas psicológicas de los
malos tratos psíquicos son igual o más graves que
las de los malos tratos físicos.
Siempre hay alguien que pregunta ¿por
qué ella no se va? en vez de preguntar ¿por
qué él la agrede? La sociedad
suele poner el centro de gravedad de los malos tratos en la
víctima, buscando las razones por las que merece o se
deja maltratar, y justifica al agresor diciendo que es un
enfermo o un borracho.
Las y los profesionales de salud, psicología,
asistencia social y otros especialista involucrados en el tema,
tienen un importantísimo papel que jugar en la
detección, atención, derivación de la
víctima y denuncia si fuera necesario.
La violencia contra la mujer es una medusa de
múltiples cabezas y hay que cortarlas todas, una a una,
pero al final hay que ir al corazón
de la bestia. Ese corazón es el nuestro, porque
inevitablemente estamos dentro de una cultura y
hemos mamado su veneno al igual que su néctar. Para
empezar a erradicar la violencia de género podemos
empezar a estar atentas a nuestro lenguaje
sexista, a la
educación que damos a nuestros hijos, a nuestros
roles en la sociedad, a las agresiones verbales solapadas que
aguantamos y, sobre todo, a nuestro pensamiento;
sí, como cuando sin darnos cuenta nos encontramos
sintiendo y actuando como seres humanos de segunda clase.
El presente trabajo de
investigación se desarrolla en las
siguientes partes:
El primer capítulo trata de GÉNERO y se
divide en: El concepto de
género, Diferencia entre Sexo y Género,
Comprensión del género en la familia,
El género como enfoque y perspectiva, El análisis de género, El contexto,
La visión de género, Las necesidades de
género, La condición y posición de la
población, Condición y
posición de la mujer en un proyecto de
desarrollo,
La condición de las mujeres, La posición de las
mujeres
El segundo capítulo enfoca a la VIOLENCIA
FAMILIAR: Qué es la violencia?, Definición de
algunos autores, Marco
teórico conceptual de violencia familiar, Teorías sobre la violencia familiar,
Teorías
sociológicas sobre la violencia familiar, Teorías
psicológicas sobre violencia familiar.
El tercer capítulo ve el tema central de la
monografía VIOLENCIA DE GÉNERO:
Qué es la violencia por razones de género?,
Cómo se da a nivel nacional e internacional, Viendo al
hombre como
parte de la solución, ¿Qué se está
haciendo para eliminar la violencia por razones de
género?, Hoja de Datos Sobre el
Asilo por Razones de Género, Ejemplos de violencia por
razones de género, Modalidades de la violencia de
género, La violencia está infradiagnosticada,
infradeclarada e infradocumentada.
Finalmente, tenemos las conclusiones en
relación al género y a la violencia de
género. Y la bibliografía
consultada.
1. El concepto de género:
El concepto de género se refiere a la construcción social de las relaciones
entre mujeres y varones, aprendidas a través del
proceso de
socialización, cambiantes con el tiempo que
varían entre una cultura a otra, y aun dentro de una
misma cultura.
El término fue utilizado en los años
setenta para describir las características de mujeres y
varones que son construidas socialmente, en contraste con las
que son determinadas biológicamente. Esta
distinción tiene implicancias muy
importantes.
(WILLIAMS, SUZANNE Y OTROS. Manual de
Capacitación en Género de OXFAM.
Edición adaptada para América
Latina y el Caribe. Lima, Atenea, 1997. Tomo
I).
Elemento constitutivo de las relaciones sociales
basadas en las diferencias percibidas entre los sexos, y una
forma primaria de relaciones significantes de poder".
Está conformado por cuatro elementos
interrelacionados en los que se expresa y a través de
los cuales se reproduce, los símbolos, los conceptos normativos, lo
político – socia –institucional y la
identidad
subjetiva. Supone un conjunto de ideas y comportamientos y el
rechazo a la validez interpretativa de dos esferas o mundos
separados: hombres y mujeres.
Postula que uno no puede ser comprendido sin el otro,
que uno de ellos no puede cambiar si no cambia el otro. El
concepto aparece entre las feministas a mediados de los
años 70 para insistir sobre el carácter eminentemente social de las
distinciones basadas en el sexo y rechazar los determinismos
biológicos que se apoyan en la diferencia
sexual.
El concepto pone énfasis en la
construcción social de los roles y en las relaciones
entre los géneros (en tanto que productos
culturales y no biológicos). Se reconoce así la
subordinación de las mujeres como un producto
social, situado en una cultura y un tiempo histórico
específico, resultado de arreglos sociales
privados.
(PINZÁS, ALICIA. Las mujeres, las palabras y
el mundo global. Lima, Flora Tristán, 1995. p.
19).
Se conoce como Género, el conjunto de
relaciones sociales basadas en las diferencias percibidas entre
los sexos, además es una forma primaria de relaciones
significativas de poder que se traducen en símbolos
culturales, conceptos normativos, instituciones y organizaciones
sociales e identidad subjetiva.
(SCOTT, JOAN. "El género: una
categoría útil para el análisis
histórico". En Género, conceptos básicos.
Lima, Facultad de Ciencias
Sociales, PUCP, 1996).
El concepto que se refiere a las diferencias
socioculturales que existen entre mujeres y hombres en
determinados períodos históricos y culturas. Las
sociedades
configuran una serie de responsabilidades, papeles y funciones y
determinan diferencias en el acceso a los recursos, en las
necesidades y en la visión del mundo de las mujeres y
los hombres de las distintas clases
sociales.
En el léxico del desarrollo, el género
es una variable de análisis que permite analizar los
papeles que desempeñan las mujeres y los hombres y sus
respectivas dificultades, necesidades y oportunidades. El
término "género" no es sinónimo de "mujer"
sino que hace referencia a los atributos socioculturales, al
análisis de las funciones de cada sexo y de sus
interrelaciones.
(PROGRAMA
MUNDIAL DE ALIMENTOS.
Glosario
sobre género. Roma, sin
editorial, 1995?, p. 27)
Es el sexo socialmente construido, nos referimos a
características, roles, espacios y rasgos de personalidad
que la sociedad asigna a varones y mujeres en función
de su sexo y a las relaciones entre ambos.
(ASOCIACIÓN BENÉFICA PRISMA.
Guía del asesor. Componente socio–humano.
Módulo género. Lima, Servigraf América, 1998. p. 17).
El concepto de género se desarrolla al interior
del debate
teórico feminista y su objetivo
fundamental fue evidenciar la fragilidad y falsedad de las
explicaciones biologistas de la subordinación de la
mujer. Se trató de distinguir dos esferas que se
confunden cuando se trata esta tema: la biológica y la
cultural.
Sexo alude a los aspectos físicos,
biológicos y anatómicos que distinguen lo que es
un macho y una hembra. Género por el contrario nos
remite a las características que social y culturalmente
se atribuyen a hombres y mujeres a partir de las diferencias
biológicas, constituyendo así lo que se conoce
como género masculino y género femenino. Cuando
asumimos una perspectiva de género pensamos en los dos
polos de la relación y no sólo en uno de
ellos.
Género no alude solamente a construcciones
socio – culturales y psicológicas. Implica
también mirar las relaciones que se desarrollan a partir
de estas construcciones, que son relaciones de
desigualdad.
Los roles, espacios, atributos y en general lo que
identifica como lo femenino tiende a ser subvalorizado.
El trabajo
doméstico es un buen ejemplo.
(CREATIVIDAD
Y CAMBIO.
Género; anotaciones para una reflexión. Serie:
Mujer. Lima, 1996. p 2).
2. Diferencia entre Sexo y
Género:
Veamos algunas ideas importantes que
nos servirán para desarrollar este importante
tema:
2.1 El término SEXO alude a las diferencias
biológicas entre hombres y mujeres (órganos
genitales y reproductivos) y que son naturales,
congénitas y universales, por lo tanto inmutables,
irreversibles.
- El término GÉNERO se refiere a las
diferencias construidas por la sociedad para hombres y
mujeres, a su forma de relacionarse y dividir sus funciones.
Estas diferencias se pueden modificar y cambian según
el tiempo, contexto y clase social, etnia,
edad, región, cultura, religión. Se expresan en "lo femenino"
y "lo masculino". Son las características sociales,
culturales, políticas, psicológicas,
jurídicas y económicas que hacen diferentes a
las mujeres y los hombres.
EL GÉNERO ES EL SEXO
SOCIALMENTE CONSTRUIDO
Las relaciones de género están
además interrelacionadas e implicadas en otras
relaciones sociales: de producción, etnicidad, nacionalidad, religión y otras de
carácter generacional. El sistema de
género como tal, no está aislado, que se articula
con otros sistemas de
relaciones sociales
DIFERENCIAS ENTRE SEXO Y
GÉNERO
SEXO | GÉNERO |
Diferencias biológicas entre mujeres y | Construcciones Sociales y |
Mujeres: Posibilidad de gestar y alumbrar. Posibilidad de dar de lactar. Desarrollo de los senos. Aparato reproductivo interno. Varones: Aparato reproductivo externo. Inviabilidad de gestar, alumbrar y dar de Producción de espermatozoides. Diferencias Principales: Cromosómicas:XX / XY Anatómicas: sistema reproductor, Fisiológicas: diferencias Varones: testosterona Mujeres: estrógenos y | Asignación diferenciada de Asignación diferenciada de atributos, Restricciones diferenciadas para varones y Prescripciones diferenciadas para mujeres y Derechos y obligaciones distintas para mujeres y Privilegios y exclusiones Vestido y ornamentos diferentes. Usos y costumbres sobre el arreglo personal diferenciado. |
Tomado de: Ministerio de la Mujer y Desarrollo
Social. Módulo de Capacitación especializada
sobre Derechos Humanos
con enfoque de género. Lima, 2003, página
8.
3. Comprensión del género en la
familia
Explica las diferencias de
características de varones y mujeres
Visibiliza la asignación de roles en
función del sexo.
Permite entender que el género se
aprende desde el nacimiento y nos enseña a comportarnos
para ser percibidos como mujeres y varones.
La Familia es
considerada como la Institución primaria para la
organización de las relaciones de género en
la sociedad.
Es en la familia donde la división del
trabajo, la regulación de la sexualidad y
la construcción social de los géneros se
encuentran enraizadas.
4. El género como enfoque y
perspectiva
El enfoque de género es una herramienta
teórica – metodológica desarrollada para analizar
los significados, prácticas, símbolos,
representaciones, instituciones y normas que las
sociedades elaboran a partir de la diferencia biológica
entre varones y mujeres. Contempla específicamente la
dimensión de las relaciones sociales y de las estructuras
de poder, y hace hincapié en la necesidad de entender
cómo se realizan estas relaciones en cada contexto
social y cultural. Como metodología aporta en el análisis,
los modos en que las diferencias sociales y de género
trascienden a las personas enraizándose en las
sociedades.
El enfoque de género explica el ordenamiento
social y la distribución desigual de los recursos,
las decisiones, el poder y el trabajo entre mujeres y hombres,
basados en las diferencias de género y en relaciones de
subordinación.
La perspectiva de género busca fortalecer la
familia, promover relaciones equitativas, armónicas y
solidarias entre varones y mujeres y la promoción de la igualdad de
derechos y
oportunidades para niños, niñas, jóvenes,
mujeres, varones y adultos mayores.
Esta perspectiva busca promover un conjunto de medidas
de equidad que
permitan compensar las desventajas que les impiden disfrutar
por igual, de los beneficios del desarrollo y tener un acceso
igualitario a las decisiones públicas y privadas. Es
considerada como la Visión a lograr en el largo
plazo.
Esta perspectiva considera los problemas
necesidades e intereses que surgen de las desigualdades
socialmente constituidas, para que mujeres y varones puedan
realizarse plenamente en su identidad, roles y capacidades, sin
discriminación alguna.
5. El análisis de género
El análisis de género ( * ), nos
permite visualizar dentro de un sistema que las relaciones
entre el género femenino y masculino son relaciones de
poder, donde lo masculino domina lo femenino
(subordinación).
A este sistema que subordina el género femenino
en el cual se encuentra la mayoría de las sociedades,
incluida la nuestra, se le llama Sistema Patriarcal.
El análisis de género nos evidencia que
actualmente la construcción social nos adjudica: ROLES
diferentes para cada sexo; ESPACIOS diferentes para cada sexo y
ATRIBUTOS diferentes para cada sexo:
Espacios y atributos para cada
sexo
6. El contexto
En este caso, se refiere a los diversos determinantes
que afectan, ya sea de manera positiva o negativa, una
situación. Para proceder a realizar un análisis
de género de una situación en particular, debemos
cruzar sus variables
con los siguientes determinantes:
( * ) El análisis de
género es una herramienta para examinar una
situación y cada uno de sus componentes teniendo en cuenta
especialmente el componente género. El análisis de
género nos permite visualizar dentro de un sistema las
relaciones entre el género femenino y masculino como
relaciones de poder, donde lo masculino domina lo femenino
(subordinación). El análisis de género nos
evidencia que actualmente la construcción social nos
adjudica: ROLES diferentes para cada sexo; ESPACIOS diferentes
para cada sexo y ATRIBUTOS diferentes para cada
sexo.
- La Situación de acuerdo a la edad: El
comportamiento de las mujeres no es igual a
los 18 años que a los 60. - La Unidad Doméstica: La composición
de la unidad, el tamaño, el ciclo biológico
(expansión, edad, hijos), la jefatura de hogar
(permanente, temporal) y el tipo de unidad doméstica a
la que pertenece. - La Clase social.
- El Factor étnico: La cultura y la raza a la
que pertenecen las mujeres.
7. La visión de género
Es una herramienta que permite percibir la realidad
desde un punto de vista que abarca un mayor espacio.
Esta herramienta considera de manera explícita
las diferencias de género determinadas por la sociedad y
las relaciones entre mujeres y hombres en un contexto
determinado.
Al considerar las relaciones de género como
relaciones de poder, su visión implica un contenido
político.
La visión de género busca volver a
definir el concepto y la práctica del desarrollo, al
igual que los elementos que tienen mayor o menor prioridad en
el cambio.
Plantea superar el conflicto
entre los espacios público y privado.
Tiene como propósito lograr la equidad entre
los sexos dentro del proceso de desarrollo y desafía la
posición subordinada de la mujer, reconociéndola
como participante activa en el desarrollo.
8. Las necesidades de género
Las necesidades son las aspiraciones más
importantes, comunes a todos los seres humanos. Sin embargo, al
tener distintas posiciones sociales, diferentes roles y
desigual acceso y control de
los recursos, resulta que hombres y mujeres tienen distintas
necesidades.
Las necesidades de género implican, de estas
aspiraciones, las que son comunes a las mujeres o los hombres,
en virtud de su ubicación social, de acuerdo a sus
atributos de género.
Las necesidades de género pueden clasificarse
como:
8.1 Necesidades prácticas de
género.
Son las necesidades que resultan de las condiciones
reales y actuales de vida. Se perciben inmediatamente y
tienen que ver con la sobrevivencia. Por ejemplo: Necesidad
de agua
potable, energía
eléctrica, abastecimiento de alimentos,
instalaciones sanitarias, etc.
8.2 Necesidades estratégicas de
género.
Son las que se derivan de la desigual
posición de hombres y mujeres en la sociedad,
así como del interés en el logro de relaciones de
equidad entre los sexos y de una sociedad más
equitativa.
Al inclinarse hacia la transformación y
flexibilización de los roles de género, no se
perciben de manera inmediata.
Apuntan hacia cambios en áreas como leyes, educación libre de sexismo, un modelo
económico participativo, vida sin violencia y ciudadanía plena para las
mujeres.
Uno de los valores
principales de los conceptos de necesidades prácticas y
estratégicas de género es el de permitir
visualizar el alcance y transformación potencial de los
proyectos de
desarrollo y de las organizaciones que involucran mujeres, a
fin de hacer real y efectivo el logro de sus metas de
desarrollo.
Cuando los proyectos o las organizaciones se limitan a
considerar necesidades prácticas, la tendencia
será que las mujeres se limiten a reproducir los roles
tradicionales de género, como ama de casa,
etc.
A la inversa, al contemplar exclusivamente las
necesidades estratégicas, se corre el riesgo de
atraer únicamente a mujeres para las que no resultan
reales las necesidades de sobrevivencia.
De manera más específica, a
continuación presentamos un cuadro en donde, con mayor
detalle, se definen y se dan ejemplos de lo que son tanto las
necesidades prácticas como las necesidades
estratégicas de género.
9. La condición y posición de la
población
9.1 CONDICIÓN: Contempla el bienestar material de
la población.
9.2 POSICIÓN: Toma en cuenta la estructura
de poder al interior de un grupo
social.
10. Condición y posición de la mujer en
un proyecto de desarrollo
El género como categoría de
análisis social permite ver e interpretar dos de las
dimensiones de la desigualdad
social:
La condición y la posición de las
personas, en particular la condición y la
posición desventajosas que tienen las mujeres en la
sociedad.
A continuación, se detallan los componentes
tanto de la condición como de la posición de las
mujeres.
11. La condición de las
mujeres:
Mejorar la condición de las mujeres significa
lograr satisfacer sus NECESIDADES PRACTICAS y garantizar la
sobrevivencia inmediata de todas las personas:
¿Y esto a que se refiere?
- Al estado
material de la Mujer - A su experiencia inmediata.
En el caso de las necesidades prácticas de una
comunidad
(en lo rural) o un Asentamiento Humano Precario (en lo urbano)
tenemos por ejemplo:
12. La posición de las mujeres:
Mejorar la posición de las mujeres se relaciona
con lograr satisfacer las NECESIDADES ESTRATÉGICAS,
tanto para el cambio de las estructuras sociales, como para las
relaciones de género.
Como ya hemos visto, estas necesidades no son
inmediatas y tienen dimensión política. Se
refieren a la ubicación en el ámbito
económico, político social de la mujer frente al
hombre. Y se puede medir en:
La desigualdad de sueldo entre mujeres y
hombres.
Su participación en cuerpo
legislativo.
Su vulnerabilidad a la pobreza y a
la violencia.
1. Qué es la violencia?
Esta preocupación por la violencia no parece
necesario justificarla, y menos en la era nuclear. Recordemos
además, que sólo la especie humana es capaz de
destruirse y de ejercer su propia fuerza
contra sí misma. Este comportamiento del ser humano ha
de hacer reflexionar forzosamente a quiénes se
interesan por la paz. La violencia es de difícil
justificación en nuestra época si se mira al
horizonte con las armas
nucleares y su capacidad de destrucción total.
DOMENACH lo ha expresado así:«Puesto que no se puede ya contar con la
violencia para detener la violencia, es preciso que cada
sociedad, y la humanidad entera, si quiere salvarse, hagan
prevalecer objetivos
ecuménicos sobre los intereses particulares. Es
preciso que una práctica del diálogo y una moral del
amor, o
simplemente de la comprensión, modifiquen las
instituciones y las costumbres»2. Definición de algunos
autoresVeamos, sin embargo, lo que se entiende por
violencia, pues es éste un concepto sometido a muy
diferentes interpretaciones.2.1 DOMENACH, es una definición poco compleja
y de fácil comprensión, violencia es «el
uso de la fuerza, abierta u oculta, con la finalidad de
obtener, de un individuo
o de un grupo, algo que no quiere consentir
libremente»- YVES MICHAUD define la violencia como «una
acción directa o indirecta,
concentrada o distribuida, destinada a hacer mal a una
persona o a destruir ya sea su integridad física o psíquica, sus
posesiones o sus participaciones
simbólicas». - MCKENZIE define la violencia como el
«ejercicio de la fuerza física con la
finalidad de hacer daño o de causar perjuicio a las
personas o a la propiedad; acción o conducta
caracterizada por tender a causar mal corporal o por
coartar por la fuerza la libertad
personal». - Para CURLE, violencia es lo mismo que «no
pacíficida», y para LAIN JOXE la violencia
tiene que ver con el intento de controlar a la sociedad
mediante la centralización del saber.
- YVES MICHAUD define la violencia como «una
- VIOLENCIA
FAMILIAR
Estas diferentes interpretaciones del concepto de
violencia son, suficientes para hacer comprensible algo
elemental: la necesidad de abandonar el concepto limitado de
violencia, en el sentido de asimilarlo simplemente a algunos
tipos de violencia física. La violencia no es solamente
un determinado tipo de acto, sino también una
determinada potencialidad. No se refiere sólo a una
forma de «hacer», sino también de «no
hacer»
3. Marco teórico conceptual de
violencia familiar
Son innumerables las formas de violencia familiar.
Puede pensarse en violencia hacia los mayores, entre
cónyuges, hacia los niños, las mujeres, los
hombres, los discapacitados, etc. Siempre es difícil
pensar un esquema típico familiar, debido a que la
violencia puede ser psíquica o física, y ocurre
en todas las clases sociales, culturas y edades. La
mayoría de las veces se trata de adultos hacia uno a
varios individuos.
Se caracteriza a la violencia familiar en la que
alguien con más poder abusa de otras con menos poder. El
término violencia familiar alude a todas las formas de
abuso que tienen lugar en las relaciones entre los miembros de
la familia. La relación de abuso es aquella en la que
una de las partes ocasiona un daño físico y/o
psicológico a otro miembro.
Este daño se puede dar ya sea por acción
o por omisión, y se da en un contexto de desequilibrio
de poder.
Para establecer que una situación familiar es
un caso de violencia familiar, la relación de abuso debe
ser crónica, permanente y periódica,
refiriéndonos así a las distintas formas de
relación abusiva que caracterizan un vínculo
familiar. Entre las principales características que
puede presentar una familia que sufre de violencia son las
siguientes:
Generalmente en las familias en las que aparece la
violencia familiar tienen una organización jerárquica fija o
inamovible, Además sus miembros interactúan
rígidamente, no pueden aportar su propia identidad,
deben actuar y ser como el sistema familiar les
impone.
Las personas sometidas a situaciones críticas
de violencia familiar presentan un debilitamiento de sus
defensas físicas y psicológicas, lo que
conduciría a un incremento en los problemas de salud.
Muchas padecen de depresión y enfermedades
psicosomáticas.También estas personas muestran
una disminución marcada en el rendimiento laboral. En los
niños y adolescentes
tienen problemas de aprendizaje,
trastornos de la
personalidad, etc.
Por lo general las personas que viven afectadas por la
violencia familiar, como se criaron dentro de este contexto,
tienden a reproducirlos en sus futuras relaciones.
4. Teorías sobre la violencia familiar ( *
)
4.1 Introducción
La violencia familiar es un término aplicado
al maltrato físico y emocional de una persona por
alguien que está en estrecha relación con la
víctima. El término incluye la violencia en el
hogar (a veces llamada pareja, hombres o mujeres golpeadas),
maltrato físico y abandono del niño, abuso
sexual del niño, maltrato del anciano y muchos
casos de agresión sexual. La violencia familiar se
puede constatar en cualquier país del mundo, sin
importar el sexo ni todos los estratos raciales,
étnicos, religiosos y socio – económicos.
Aunque las definiciones varían según la
cultura, la violencia familiar representa un importante
problema de salud
pública, debido a las muertes, heridas y sus
consecuencias psicológicas adversas. El daño
físico y emocional puede representar impedimentos
crónicos o de por vida para muchas víctimas. La
violencia familiar va asociada a un gran riesgo de
depresión, angustia, abuso substancial y
comportamiento autodestructivo, incluido el suicidio. Las
víctimas a menudo se convierten en agresores o
participan en relaciones violentas más tarde. Aunque
el enfoque de este documento es el bienestar de la
víctima, no se deben olvidar las necesidades del
agresor.
4.2 Teorías sociológicas sobre la
violencia familiar
Los sociólogos consideran que la violencia
familiar tiene sus raíces en la crisis que
padece la institución familiar, creada por la gran
cantidad de estresores externos a los que está
expuesta o por el cambio que están sufriendo las
normas sociales y culturales. Esta se ve exacerbada por la
alta valoración que la familia da a la privacidad, que
impide el control social de la violencia que puede haber en
su interior.
( * ) Tomado de: PROMUDEH – OPCIÓN.
Violencia familiar desde una perspectiva de género:
Consideraciones para la acción. Lima, NAS, 2000.
Página 130.
4.2.1 Teoría del aprendizaje social
Afirma que maltratar a la s mujeres es una conducta
aprendida que se adquiere a través de un modelo. Esta
teoría establece la correlación entre una
historia de
violencia familiar y el convertirse en víctima o
agresor en el futuro.
4.2.2 Teoría familiar sistémica o
teoría general de los sistemas
La teoría general de los sistemas es una
metateoría tal como la describió Von
Bertalanfy, pero es fundamentalmente un nuevo paradigma.
Es, además, un lente, entre otros, a través del
cual la familia aparece como una totalidad inserta en un
sistema mayor, el contexto social, en donde se localiza el
origen principal de la violencia familiar, por ello se
infiere que es en el mismo contexto de las relaciones
sociales – familiares que los actores pueden encontrar
mejores maneras de relacionarse, que les permitan crecer y
autoafirmarse sin someter a otros.
La teoría
general de sistemas ha recibido críticas en sus
aproximaciones a ciertos problemas
sociales como el de la violencia. Sin embargo es
importante señalar que estas críticas se deben
a lecturas funcionalistas de la teoría, ya que
lecturas dialécticas distinguen la idea de sistemas
abiertos, sistemas con más complejidad en sus
interrelaciones, más que una sumatoria de sistemas
recortados. La lectura
dialéctica toma en cuenta sistemas como la ideología y el sistema de creencias.
Asimismo, en la teoría sistémica es fundamental
el concepto de jerarquía, aunque la circularidad
esté siempre presente.
La idea de jerarquía es indispensable para
distinguir el peso diferente entre la responsabilidad del abusador y del abusado. La
terapia familiar sistémica resulta económica,
abarcadora, multiplicadora y preventiva en la medida que
permite observar, en toda su complejidad, a todo un sistema a
la vez, y de ser necesario apunta a la reconstrucción
y participación de las redes sociales que son
las que pueden consolidar los cambios favorables de los
sistemas familiares.
Consideramos que la institución familiar es
depositaria de la violencia en sus múltiples formas,
la vive, la reproduce, la genera, la sufre, pero
también, de acuerdo a nuestra experiencia, la familia
como sistema es capaz de encontrar nuevos y distintos cauces
a sus dificultades, que permitan desarrollarse a cada uno de
sus miembros de manera más sana. Una
intervención sistémica atiende a las secuencias
transaccionales, especialmente a los circuitos
retroalimentadores que aparecen como "causa" inmediata de las
escaladas de violencia, así como el proceso relacional
entre la pareja, la familia extensa y otros servicios
sociales que constituyen el sistema que mantiene al problema.
Sin embargo, aunque la terapia familiar sistémica haya
enfatizado tradicionalmente la causalidad circular, no debe
perderse de vista la existencia de jerarquías,
así como las diferencias sociales basadas en el poder;
esto significa que no todos los elementos de un sistema
tienen la misma responsabilidad en las interacciones
violentas…
4.2.3 Teoría de los recursos
Según esta teoría todos los sistemas
sociales (incluida la familia) se basan, en cierto grado, en
la fuerza o en la amenaza de hacer uso de la violencia.
Plantea que siendo la familia un sistema de poder como
cualquier otro, cuando un apersona no encuentre otro recurso,
existe mucha posibilidad de que utilice la violencia para
mantener su poder. Esta teoría da una
explicación individual y no social de los malos
tratos.
4.2.4 Teoría del intercambio
Esta teoría plantea que un miembro de la
familia será violento si el costo de
ser violento no sobrepasa los beneficios que se consiguen con
la violencia. El beneficio conseguido por los agresores es
una imagen de
"duros" aumentando así su poder y control en la
relación.
4.2.5 Teoría del estrés
De acuerdo a esta teoría la VF se manifiesta
cuando un individuo se encuentra bajo estrés y carece de recurso s personales
y de estrategias de enfrentamiento para mitigar su
impacto. Esta teoría se ubica también dentro de
las teorías sociológicas, donde se enfatiza en
el origen social del estrés que provoca la
violencia.
4.2.6 Teoría feminista
Esta perspectiva teórica considera que la
violencia es el reflejo de la relación desigual de
poder en las relaciones entre las mujeres y los hombres, y
que la raíz de la violencia la podemos encontrar en la
dimensión de dominio y
poder masculino en nuestra sociedad.
La causa subyacente de todas las agresiones contra
las mujeres se encuentra en el sexismo que existe en nuestra
sociedad.
Consideran indispensable tener en cuenta el
género, que hace referencia a las construcciones
sociales que contienen conceptos del sí mismo, rasgos
psicológicos y roles familiares, ocupacionales o
políticos asignados de forma dicotómica a los
miembros de cada sexo.
Existen cuatro cuestiones en el análisis de
la situación del maltrato donde las perspectivas
feministas coinciden:
- La utilidad
explicativa de los constructos género y
poder. - Análisis de la familia como una
institución que estructura las relaciones
heterosexuales de acuerdo al género y al
poder. - Comprensión y validación de las
experiencias de las mujeres. - Desarrollo de teorías y modelos
que reflejen de manera fidedigna las experiencias de las
mujeres.
Esta teoría centra su análisis en s
relaciones Mujer / Hombre y manifiesta que los hombres utilizan
la violencia física y/o el enfado y el maltrato
psicológico como estrategia de
control. La violencia masculina se encuentra en la estructura
social y no en la psico – patología individual
de los agresores.
Las Naciones Unidas
(1991), afirma que la violencia que sufren muchas mujeres,
tanto en países desarrollados como en los no
desarrollados, está relacionada con el estatus de
desigualdad de las mujeres en todas la sociedades y que su
origen tiene sus raíces en la estructura del matrimonio, en
al familia y en la sociedad, siendo imposible comprender su
naturaleza
sin tener en cuenta el contexto social e ideológico
dentro del cual la violencia ocurre.
Plantea que cualquier explicación debe ir
más allá de las características del
agresor, de la víctima, de la familia y de al sociedad,
y para erradicar la violencia en primer lugar, hay que
erradicar la desigualdad a nivel de género.
4.3 Teorías psicológicas sobre violencia
familiar
4.3.1 Teoría de indefensión
La teoría de la indefensión o la
desesperanza aprendida, planteada por Martín Seligman
en la década de los setenta, explica razones que
mueven a las mujeres a mantenerse en una relación
violenta y describe el desarrollo de la violencia
doméstica, teniendo como base tres situaciones
permanentemente presentes en estos casos:
• La
motivación de la mujer para cambiar su conducta
disminuye como consecuencia de episodios reiterados de
golpes.
• La mujer cree que su posible respuesta
fracasará. Al generalizar su indefensión cree
que no será capaz de alterar el final de la
situación.
• En este proceso, la mujer renuncia a tratar
de efectuar modificaciones, aprende a vivir asustada y a
creer que es imposible producir un cambio en la
situación conyugal.
4.3.2 Teoría de Leonore Walker
En 1979, Leonore Walker. utilizando el modelo de la
teoría del aprendizaje social de la desesperanza e
indefensión aprendidas, investigó por qué
las mujeres golpeadas no pueden visualizar alternativas en
situación de agredidas, concluyendo, entre otras cosas,
que al ser aisladas y golpeadas en etapas iniciales de su
relación, trataban de cambiar la situación con un
relativo éxito
traducido en la minimización o posposición la
violencia, pero pasado un tiempo este control empezaba a
disminuir y la violencia regresaba.
Con este enfoque y su experiencia de trabajo con
mujeres golpeadas, Leonore Walker desarrolló la
teoría del ciclo de la violencia conyugal, que se
convirtió en la teoría auxiliar para el
reconocimiento y tratamiento del problema en los últimos
quince a veinte años en América
Latina.
4.3.3 Teoría de la unión
traumática
Teoría que relaciona la conducta de lealtad de
las mujeres maltratadas con cuestiones específicas de la
situación de maltrato en vez de referirla a aspectos de
su personalidad o a cuestiones socio –
económicas.
Unión traumática es el desarrollo de una
unión emocional entre dos personas, donde una de ellas
amenaza, golpea, maltrata o intimida intermitentemente a la
otra.
Esta unión se manifiesta en actitudes o
expresiones positivas por parte de la persona
maltratada.
1. Qué es la violencia por razones de
género?
¿Por qué utilizamos el término
violencia por razones de género, en vez de "violencia
hacia la mujer y los niños", "violencia hacia la
pareja", violencia doméstica", o hasta "violencia
sexual"?
El género es lo que nos ayuda a conceptualizar
la violencia en términos más amplios – y
comprender el género es de vital importancia para
desarrollar estrategias de transformación personal y
social para eliminar la violencia y para lograr innumerables
metas del desarrollo relacionadas con este tema.
La violencia por razones de género incluye
todas estas otras descripciones de violencia, pero están
enmarcada en términos más amplios en el entendido
que las causas y soluciones a
la violencia son a la vez personales, políticas y
estructurales.
2. Cómo se da a nivel nacional e
internacional
La violencia por razones de género adquiere
muchas formas – física, sexual, psicológica,
libertades restringidas, coerción y amenazas – que se
producen tanto en el ámbito público como privado.
Los hombres, las mujeres y los niños, todos son
víctimas de esta "forma de género" de la
violencia. A pesar de ello, la violencia por razones de
género es predominantemente violencia del hombre o
violencias de los hombres.
Es violencia del hombre contra la mujer y los
niños, contra otros hombres y contra sí mismo. Es
conflicto bélico, es violencia conyugal, es
intimidación, son las palizas a los homosexuales, es
abuso infantil y es violación. Y es
más.
Los hombres son principalmente quienes usan la
violencia, y los hombres, sobre todo los más
jóvenes, son generalmente los más implicados en
otros tipos de violencia, tanto como víctimas como
practicantes de la violencia.
La violencia por razones de género se distingue
de otros tipos de violencia en cuanto a que están
enraizada en comportamientos prescritos, en normas y actitudes
basadas en el género y la sexualidad.
En otras palabras, está enraizada en discurso de
género sobre masculinidad y femeneidad (normas y
definiciones prescritas de lo que significa ser un hombre o una
mujer) – y en el lugar que ocupan los hombres y las mujeres con
relación a sí mismos y a otros grupos de
mujeres y hombres. Estos discursos de
género permiten o animan un comportamiento violento
dentro de un contexto de privilegio asumido y poder
jerárquico para ciertos grupos de hombres.
La violencia sobre la base de género es una
articulación de, o una coacción de,
jerarquías de poder y desigualdades estructurales
nutridas por sistemas de creencias, normas culturales y
procesos de
socialización.
En resumidas cuentas, la
violencia por razones de género tiene sus raíces
en la parte estructural y personal. Se centra en el patriarcado
– un sistema que coloca al hombre sobre la mujer (y sobre otros
hombres) e instila un sentido de derecho y privilegio en muchos
hombres. El patriarcado también institucionaliza los
contextos sociales, culturales y legales que permiten la
violencia sobre la base del género.
Pero, la violencia por razones de género
también se basa en las presiones, miedos y emociones
reprimidas que subyacen la "masculinidad hegemónica" o
muchas de las formas de dominio masculino aceptadas en muchas
culturas del mundo. A esto hay que añadir la experiencia
personal sobre violencia que tienen los individuos – siendo
alimentados en una cultura de violencia – y aprendiendo y
experimentando la violencia en el ambiente que
les rodea – la familia, los medios de
comunicación o la comunidad.
El alcance y los efectos de la violencia por razones
de género son profundos. La violencia por razones de
género es una plaga en todas las sociedades de todas las
regiones del mundo. Ningún grupo, sin tener en cuenta su
cultura, clase o situación, es inmune a su
devastación. Insidiosamente incapacita a las familias y
las alianzas, y a la capacidad de muchas a relacionarse entre
sí o con otros mediante el amor, la
compasión o el respeto. La
violencia extiende el miedo y el odio a uno mismo como un
virus – un
virus que consume los derechos básicos tanto de los
adultos como de los niños. En un sentido muy amplio, la
violencia por razones de género restringe los logros del
desarrollo, la paz y la libertad.
3. Viendo al hombre como parte de la
solución
¿Por qué debemos trabajar con el hombre
para eliminar la violencia por razones de género? Para
empezar, el hombre ocupa un lugar céntrico en todos los
actos de violencia, y la violencia es parte céntrica de
los que significa ser hombre en muchas culturas. Además,
la mayoría de los líderes políticos,
culturales y sociales del mundo – aquellos que ocupan un mejor
lugar para poder influenciar el cambio – también, son
hombres.
Cuando imaginamos dejar a los protagonistas claves y
las poderosos fuera de la estrategia general para prevenir la
violencia, nos damos cuenta de que trabajar con el hombre es un
elemento esencial para la prevención efectiva. Lo que es
más, como estamos hablando de violencia de
género, tenemos que recordar que el género es un
elemento importante en la vida de todos nosotros/as, de todos
los hombres y mujeres del mundo.
El hombre es un ser de género también, y
los hombres disfrutan de los privilegios y las consecuencias de
las políticas de género en las que viven.
Finalmente, trabajar en pos de una alianza más fuerte –
entre hombres y mujeres, y los diferentes actores que trabajan
para eliminar la violencia – se cosechará como
beneficios marginales una mejor calidad de
vida y unas mejores relaciones para los hombres, las
mujeres, los niños y las comunidades, y será el
ímpetu para innumerables ganancias adicionales del
desarrollo.
Al reconocer que la violencia por razones de
género está relacionada con el desarrollo de la
masculinidad (por ejemplo, la forma en la que un grupo define
"lo que significa ser hombre") y que estos están
informados por sistemas de creencias, normas culturales y
procesos de socialización – hemos ayudado a identificar
y reforzar los puntos de entrada de varias iniciativas para la
prevención de la violencia a nivel mundial que intentan
trabajar con hombres y jóvenes como socios.
Al prestar atención a las responsabilidades de
los hombres, vamos más allá de ver al hombre como
parte del problema simplemente, y empezamos a verlo como parte
de la solución al implicarlos directamente en las
estrategias de prevención e intervención. Sin
comprometer al hombre como socio, sin permitir que tanto el
hombre como la mujer comprendan su función y
responsabilidad en la eliminación de la violencia –
estaríamos intentar solucionar un problema
multidimensional desde una perspectiva muy limitada.
4. ¿Qué se está haciendo para
eliminar la violencia por razones de
género?
En respuesta a la epidemia de violencia por razones de
género, se han puesto en marcha una amplia gama de
iniciativas, programas y
políticas durante las últimas décadas para
ayudar a prevenir la violencia. Estos incluyen:
- Convenciones y campañas
internacionales - Políticas naciones de prevención e
igualdad - Defensa y medios de
comunicación - Políticas organizativas
- Organizaciones de la sociedad
civil orientadas hacia el género - Intervenciones a nivel local y
comunitario - Activismos personal
Muchas de estas iniciativas de prevención,
explícitamente reconocen la necesidad de trabar con
hombres y jóvenes como socios para animar al cambio
social en pos de un mundo menos violento.
5. Hoja de Datos Sobre el Asilo por Razones de
Género
La Convención de Ginebra de 1951 sobre el
estatus de los Refugiados (Convención de 1951) y el Acta
de Inmigración y Nacionalidad
de EE.UU. define al refugiado como una persona "afuera de su
país de nacionalidad que no puede o no quiere regresar
debido a la persecución o temores bien fundados de
persecución por razones de raza, religión,
nacionalidad, membresía en un grupo social particular, o
por creencias políticas."
El "género" no está definido como
categoría, pero las mujeres que sufren violencia de
género pueden ser incluídas en cualquiera de
cinco categorías y frecuentemente califican como grupo
social. Las Directrices para la Protección de Mujeres
Refugiadas promueven "el principio que mujeres que temen
persecución o discriminación severa por razones de
género deben ser consideradas miembros de un grupo
social para determinar su status de refugiadas." Mujeres que
sufren violencia de género también pueden ser
incluídas en las categorías políticas o
religiosas.
6. Ejemplos de violencia por razones de
género: ( * )
Con mucha frecuencia las mujeres sufren daños
que son específicos a su género, tales como la
mutilación genital femenina o el aborto
forzado, o que son cometidos contra las mujeres en mayor
frecuencia que contra los hombres, por ejemplo los ultrajes o
la violencia doméstica.
Las mujeres también sufren efectos
dañinos únicamente por ser mujeres, esto es, por
motivos de género, tales como las políticas del
Talibán en Afganistán.
Frecuentemente, las mujeres sufren daños a
manos de individuos privados, por ejemplo a manos de familiares
que las amenazan con asesinatos de honor o cónyuges que
las golpean.
( * ) Es importante señalar que los
organismos internacionales de derechos humanos establecen que las
formas de violencia de género mencionadas arriba
constituyen violaciones de derechos humanos.
La Convención de la ONU para la
Eliminación de Toda Forma de Discriminación
Contra las Mujeres (CEDAW) declara que "la
discriminación contra las mujeres es cualquier
distinción, exclusión o restricción hechas
por razones de género que afectan o tratan de
neutralizar o dañar el respeto, disfrute o ejercicio por
parte de las mujeres, sin importar su status marital, de la
igualdad de género, sus derechos humanos y libertades
fundamentales en los campos políticos,
económicos, sociales, culturales u otros."
La Declaración de la ONU para la
Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres declara
que "la violencia contra las mujeres incluye cualquier acto de
violencia de género que resulta, o puede resultar, en el
sufrimiento o daños físicos, sexuales o
psicológicos de la mujer, e incluye las amenazas de
tales actos, la coerción y privación arbitraria
de la libertad, sin importar si ocurren en la vida privada o
pública."
(Fuente: Amnistía Internacional, 600
Pennsylvania Avenue SE, Washington, D.C. 2003).
La violencia por motivos de género – en
diversas formas, inclusive la violación, la violencia
doméstica, los asesinatos "para restaurar la honra" y la
trata de mujeres – se cobra un enorme precio en
cuanto a la salud mental
y física. Cada vez se reconoce más que la
violencia por motivos de género es una importante
cuestión de salud pública y una grave
conculcación de derechos humanos
básicos.
En todo el mundo, al menos una de cada tres mujeres ha
sido apaleada, obligada a entablar relaciones
sexuales bajo coacción o maltratada de alguna otra
manera, muy frecuentemente por alguien que ella conoce,
inclusive su esposo u otro varón miembro de su familia;
una de cada cuatro mujeres ha sido objeto de sevicias durante
el embarazo.
Millones de mujeres necesitan atención
médica o sufren de otra manera los efectos de la
violencia por motivos de género; el temor a la violencia
coarta el intercambio de ideas y constriñe las opciones
en materia de
salud y las oportunidades en la vida de muchos otros millones
de mujeres.
Casi siempre, los malos tratos físicos van
acompañados de malos tratos
psicológicos.
Además, entre un tercio y la mitad de todos los
casos entrañan abuso sexual. Una gran proporción
de las mujeres que son objeto de sevicias están sujetas
a reiterados actos de violencia4.
La violencia contra la mujer constituye una
conculcación generalizada, aun cuando no suficientemente
reconocida, de sus derechos humanos. En consecuencia, en 1993
la Conferencia
Mundial de Derechos Humanos, celebrada en Viena, y en 1995 la
Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en
Beijing, dieron prioridad a este problema.
7. Modalidades de la violencia de
género
La violencia que padecen las mujeres comprende cuatro
modalidades, que van desde la agresión física,
con resultado de muerte en multitud de ocasiones, la violencia
sexual, la psicológica y la económica.
Los datos estadísticos revelan que entre un 35%
y un 40% de mujeres que viven emparejadas sufren malos tratos
físicos o psíquicos por parte del hombre, lo que
permite afirmar que miles de mujeres están bajo amenaza
de muerte.
Entrevista con Monserrat Boix, Fundadora de Red de Mujeres
La violencia de género ha tenido y tiene lugar
en todas las culturas actuales y en todas las escalas sociales.
Y está directamente asociada a las relaciones
asimétricas de poder entre mujeres y hombres que
determinan en última instancia, la posición de
subordinación y vulnerabilidad de las mujeres
independientemente de su situación
socioeconómica.
Las mujeres seguimos siendo ciudadanas de segunda
clase, en el ámbito social, económico, religioso
y político; seguimos encabezando los porcentajes de
pobreza, menor
salario,
precariedad laboral y bolsas de paro.
Nuestra presencia en la vida pública, en los puestos de
responsabilidad sigue siendo minoritaria. Mientras en el
ámbito privado, el trabajo de la mujer en el hogar es
invisible e infravalorado.
Se trata de un problema de salud pública debido
al tremendo impacto negativo que ejerce sobre la salud, la
morbilidad y la mortalidad de las mujeres y niñas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS)
constituye un atentado contra el derecho a la vida, a la
seguridad, a
la libertad, a la dignidad y a
la integridad física y psíquica de la
víctima y todo ello supone, por lo tanto, un
obstáculo para el desarrollo de una sociedad
democrática.
Las Naciones Unidas consideran que la violencia en
contra de las mujeres es un obstáculo para el desarrollo
por sus consecuencias sobre las economías de los
países. Al mismo tiempo tiene efectos sociales y
culturales. De acuerdo con el concepto de desarrollo
humano de las Naciones Unidas, la violencia contra las
mujeres afecta su bienestar, su seguridad, sus posibilidades de
educación y de desarrollo
personal.
Tomando como ejemplo el panorama español, según el trabajo
realizado por el grupo de la Universidad
de Alicante utilizando los datos de la Federación de
Mujeres Separadas y Divorciadas (1998-2001) y las denuncias por
violencia por el compañero íntimo, del Ministerio
del Interior (1997-2000), sólo en 1997, se practicaron
18.872 denuncias solamente por agresiones físicas, lo
que significa apenas un 5% de la violencia real, toda vez que
la mayoría de los abusos no se denuncian a la
policía, principalmente porque no existen instrumentos
jurídicos, sociales y económicos adecuados que
protejan a las víctimas, lo que hace que la violencia
contra las mujeres siga siendo en gran parte un delito
invisible. 75 mujeres, según datos del Ministerio del
Interior, han muerto a manos de sus maridos o
compañeros, 3 de las cuales fueron inmoladas por el
fuego; 350 mujeres sufrieron lesiones de consideración,
que van desde el apuñalamiento, fractura de huesos (rotura
del tabique de la nariz, rotura de miembros); otras lesiones de
consideración son la pérdida de audición
por rotura del tímpano y la pérdida de
visión parcial o total de uno de los ojos; en un
porcentaje, no cuantificado hasta el momento, habían
sufrido violación. Y todo ello con el agravante de que
la mayoría de los ataques por el agresor, letales o no,
se efectuaron en presencia de sus hijos, creando a menudo un
ciclo de violencia que se perpetúa de generación
en generación.
Tampoco debemos olvidar que la mortalidad de mujeres
por esta causa, supone diez veces más que el
número de víctimas que se cobra el terrorismo
político, y la sociedad no ha reaccionado.
8. La violencia está
infradiagnosticada, infradeclarada e
infradocumentada.
La prevención de la violencia es una prioridad
que exige un conocimiento
exhaustivo de su magnitud, y por lo tanto es necesario disponer
de sistemas de
información fiables y de generación de
conocimiento mediante la investigación, que orienten las
necesarias políticas para luchar contra ella.
Se deberían plantear políticas
intersectoriales que implicaran a justicia,
servicios sociales, sanidad y policía, al menos, y que
abordaran seriamente el problema.
Precisamente la campaña convocada por las
agencias de las Naciones Unidas por los derechos humanos de las
mujeres y las niñas, apunta a esa dirección, ya que está destinada a
promover y hacer conciencia
en todos los sectores de la sociedad sobre los costos
económicos, sociales y culturales de la violencia de
género.
4.1 SOBRE GÉNERO
- La única diferencia con que nacemos hombre y
mujeres es nuestro sexo. - Nuestras características físicas
corresponden a lo que heredamos de nuestros padres. Todas las
demás diferencias son sociales y culturales, llegando
a convertirse en "verdades absolutas" enfrentando a hombres y
mujeres como si fueran diferencias "naturales". - Estas diferencias sociales y culturales se han
abordado en los programas y proyectos como
GÉNERO. - De las diferencias de género se establecen
también roles para hombres y mujeres de manera
diferentes y contrapuestas. - Es a través de la vida familiar, la escuela,
la comunidad y los grupos en los que participamos que se
aprenden las diferencias de género. - No es suficiente flexibilizar algunos roles se
trata de practicar la tolerancia y
aceptar la diversidad que todos tenemos como personas
independientemente de sí se es hombre o
mujer. - La felicidad es algo a lo que tanto hombres y
mujeres aspiramos no debe estar condicionada por nuestro
sexo. - El género es lo que la mayoría de la
gente piensa que es (o que debe ser) un hombre y una mujer.
El género construye identidades sociales que atribuyen
características diferentes a cada sexo. En esta
construcción de identidades intervienen las diferentes
instituciones sociales: La familia, la escuela, la Iglesia,
los Medios de
Comunicación y la cultura en
general.
4.2 SOBRE VIOLENCIA DE GÉNERO
- En definitiva, nuestra intención a lo largo
de este trabajo de investigación ha sido demostrar
como en los últimos años un proceso de
denuncia, discusión y toma de conciencia social sobre
la violencia de género, incluyendo sus causas,
claramente vinculadas a la estructura de poder patriarcal y a
la cultura misógina que defiende, y sus consecuencias
en la vida, la salud y las legítimas expectativas de
millones de personas en todo el mundo cuyas vidas se ven
amenazadas por el simple hecho de haber nacido
mujer. - El acuerdo adoptado en la IV Conferencia Mundial
sobre la Mujer de Beijing (1995) en el sentido de que es
necesario dar reconocimiento institucional pero
también público al hecho de que los derechos de
las mujeres son derechos humanos, pone finalmente y de forma
clara las cosas en su lugar. El grave atentado contra los
derechos fundamentales que implica el recurso a la violencia
de género, sea física o psíquica, como
expresión de poder, es injustificable en cualquiera de
sus posibles manifestaciones. Tampoco es tolerable el manido
recurso a la tradición como forma de
justificación de determinadas prácticas que
atentan claramente contra la vida o la dignidad de las
mujeres, se produzcan dónde se produzcan. El respeto a
la diversidad cultural no debe servir de excusa para el
mantenimiento de situación de grave
desigualdad entre seres humanos. - Creemos, por tanto, que el amplio debate social que
implica un proceso de revisión y crítica en profundidad de muchas de
nuestras concepciones sobre el significado de ser hombre o
mujer, las normas sociales y de convivencia en las que nos
basamos, nuestras expectativas, nuestras aspiraciones, en
definitiva el diseño de la sociedad futura que
deseamos debe proseguir y ampliarse más.
Deberíamos ser capaces de generar como alternativa una
cultura de la igualdad, la paz y el respeto a la vida en
todas su manifestaciones. Para ello se requerirá el
compromiso de todas y todos, tanto individual como
colectivamente, de los organismos públicos, de las
ONGs, y, sin duda, también del mundo universitario. En
este sentido son cada vez más numerosos las
líneas de investigación sobre género, y
más activos
los grupos de investigadores/as que los llevan a cabo,
desarrollando propuestas novedosas como alternativas de
solución a la complejidad de la problemática y
construcción social del género
humano. - Para finalizar, nos parece importante remarcar que,
en el caso de la violencia contra las mujeres, su
consideración como problema social implica no
sólo una visibilización del problema sino
también una nueva forma de abordar su
explicación. Así, si desde un análisis
como problema individual se entendía esta violencia
como consecuencia de alguna situación o circunstancia
particular (situación socioeconómica,
psicopatología del agresor, etc.), desde su
consideración como un problema social pasa a
entenderse que la violencia contra las mujeres tiene su
origen último en unas relaciones sociales basadas en
la desigualdad, en un contrato
social entre hombres y mujeres que implica la presión de un género (el
femenino) por parte del otro (el masculino). Y, desde esta
nueva consideración, son necesarias actuaciones a
nivel social que impliquen un nuevo contrato
social, con nuevas medidas legislativas, modificaciones los
programas educativos, etc., para afrontar el problema y
superar sus consecuencias.
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Luis Pedro Menacho Chiok
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Lima – Perú
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