"Los estudios sobre el colapso de los estados y
civilizaciones antiguas se fundamentan en el análisis de fenómenos
socioculturales concretos, y aportan así excelentes
indicios acerca de la configuración social de las sociedades
colapsantes. En consecuencia, este tipo de evidencias
ofrecen nuevas perspectivas con las cuales estudiar las
condiciones del surgimiento del estado".
N. Yofee y G. L. Cogwill (eds.), The Collapse of
Ancient States and Civilizations, Tucson and London, The
University of Arizona Press, 1995, 3°. Ed., p.2
El debate sobre
surgimiento del Estado no tiene en el ámbito
académico un consenso generalizado, ni está cerca
de tenerlo; analizar la transición de la fase
tardía Uruk al surgimiento de las ciudades-estados
súmeras, incorporando como elemento articulador la
noción de colapso, será el objetivo de
este trabajo,
intentando de esta manera dar cuenta de la pertinencia del debate
para el área mesopotámica. Para comenzar se
realizará un análisis de los alcances de los
conceptos a utilizar, dando luego lugar a un estudio del
período, que será contrastado con las fuentes, para
finalizar respondiendo a la pregunta inicial: ¿hubo
colapso?, y si así es, ¿qué colapsó?
¿cómo influyó esto en la aparición de
las ciudades-estado súmeras?
Colapso es un elemento cuya primera
significación hace referencia a una conclusión,
finalización abrupta por agotamiento: es algo
irreversible, es la culminación de un proceso. Pero a esta
definición inicial, es necesario agregarle ciertos
matices: colapso, al tiempo que
implica finalización, determina en un mismo movimiento un
inicio: lo que colapsa, suele dar paso al surgimiento de algo
nuevo. Asimismo, siguiendo el planteo realizado por Yoffee, es
necesario diferenciar entre distintos alcances que puede tener el
colapso: de esta manera, diferencia entre lo que es el
colapso de una institución política (como es
el Estado) y
el colapso de una civilización (entendiendo
así la caída de toda una organización cultural que trasciende lo
meramente político). En esta diferenciación se
puede observar una gradación muy distinta, siendo posible
que una civilización sea testigo de continuos
colapsos estatales, sin por esto perder sus raíces
culturales; asimismo, un colapso a nivel
civilización significaría un final determinante de
toda una cultura: es la
hipótesis de Yoffee que la Mesopotamia
acudió a un colapso civilizatorio hacia el siglo VI
a.c., asimismo, tuvo colapsos previos que no significaron
un derrumbe cultural, sino que por el contrario, hubieron pautas
culturales que se mantuvieron a lo largo de toda la historia mesopotámica
independientemente de la existencia de un Estado centralizado
(1). Coincidiendo con esta hipótesis, en
estas líneas se intentará demostrar cómo
existieron en la Mesopotamia fenómenos socioculturales
concretos que se mantuvieron a pesar del colapso que
sufrió Uruk, principal difusor de estas pautas; de esta
manera, coincidiendo con Yoffee se le otorgará importancia
a los elementos que perviven luego de un colapso,
matizando así la severidad del mismo (2).
Para comenzar, es necesario caracterizar a la cultura
Uruk: la misma se desarrollo en
la zona sur de la llanura Mesopotámica (actual Iraq), entre
los años 3500-3000 a.c. subdividido en Uruk antiguo:
3500-3200 a.c. y Uruk tardío: 3200-3000 a.c.). Heredero de
la cultura ‘Ubaid (c. 4500-3600 a.c.), Uruk presentó
cambios demográficos, ideológicos,
socioeconómicos y tecnológicos, en un sistema en el que
sus factores interactuaron (según Liverani, 1995: p. 97).
Claro ejemplo de la revolución
urbana (análisis que Liverani toma de Childe, al que
agrega otros elementos), en la fase Uruk surgieron las grandes
organizaciones: templos y palacios comenzaron a
formar el centro de la incipiente vida pública (tomando un
rol central estos elementos que habían visto su
aparición en la fase anterior; los templos
característicos de esta etapa son Kullab y Eanna), siendo
los lugares en los que se realizaban las actividades
administrativas y se concentraban los excedentes (evidenciando
así una diferenciación social que había
comenzado en la fase anterior); en relación a esto Redman
relaciona Uruk con el surgimiento de la ciudad, del estado, de la
civilización.
Para explicar el brusco cambio
organizativo que ocurrió, es necesario tener en cuenta
diversos factores: la base son los excedentes agrícolas,
con rendimientos elevados de cereales y una red de comunicaciones
por vía fluvial que permiten la integración regional; al mismo tiempo, se
realizan ordenaciones hidráulicas (que ya eran practicadas
desde la revolución neolítica), con iniciativas
locales coordinadas, dando lugar al surgimiento de un sistema de
canales; asimismo, la tecnología
agrícola obtiene avances, con agricultura de
regadío y arado de sembradera, respondiendo a la
organización planificada de la producción agrícola; continuando, el
crecimiento de la población (interno, por el aumento de la
producción alimenticia) produce un crecimiento del centro
urbano, decreciendo el campo que lo rodeaba: las ciudades,
caracterizadas por la diversificación (a diferencia de las
aldeas homogéneas) presentan un aspecto urbanístico
complejo (templos, palacios, y otros edificios públicos),
así como murallas para cuidar el patrimonio (de
mercancías, de conocimientos y habilidades y el patrimonio
ideológico). Los templos y palacios se conforman
así en aparatos redistributivos, de excedentes,
retribuciones, servicios,
mercancías; al tiempo que organizan el trabajo de
los especialistas (despersonalizado, creciente por el crecimiento
demográfico) en el que prevalece la cantidad sobre la
calidad
(producto de la
utilización del torno en la
producción de cerámicas, utilización que ya
se daba en el período ‘Ubaid), y dentro de cada
especialización se da una marcada relación
jerarquizada: se convierte, según Liverani, en una
sociedad
estratificada en clases (3).
La producción especializada (elementos
cerámicos característicos, instrumentos de piedra,
textiles) y la necesidad del estrato social de mayor
jerarquía de diferenciarse, llevaron a la
implantación de una muy importante red de intercambio con otras
ciudades, buscando así conseguir bienes de
prestigio: Liverani menciona que este ‘comercio’ (4) (que habría comenzado
en el período neolítico) fue en términos de
‘centro-periferia’, primando en éste el
‘intercambio desigual’, y dando lugar a los
mercaderes a obtener ‘ganancias’ propias, al
desarrollar un comercio alternativo al administrado por los
centros urbanos (estos elementos se encuentran en Liverani, 1995:
p.124, quedando expuesta la inmensa cantidad de anacronismos en
los que cae éste autor). Con este enfoque, Liverani
construye un modelo (en el
que se aproxima a Alzage) en el que da por sentado que esa
expansión comercial de Uruk se da por una necesidad
fundamental que es el intercambio, dando lugar a una
expansión estatal (en la que no faltarán grupos de
pobladores de Uruk que se mudarán a estas
‘colonias’ para desde allí organizar el
intercambio).
Este tipo de mirada debe ser matizada, ya que se basan
en la tipología cerámica coexistente en las diversas
colonias, la cual no es nada más que un indicador al igual
que otros, no siendo sus hipótesis de comercio-estado
corroborada por otras fuentes; en relación a esto,
Liverani toma la fuente "Enmerkar y el señor de
Aratta" (única fuente que hace mención de
Aratta) para dar un ejemplo del comercio que se realizó
Uruk con otras ciudades: una mirada crítica
y menos ingenua (que Liverani no realiza) es necesaria para
cuestionar la legitimidad de esta fuente, y así poder observar
que se trata de una construcción intelectual (es una fuente
súmera que corresponde al ciclo épico de la fase
tardía de Uruk), de esta manera, cae la interpretación: no existe la avanzada
comercial que Liverani ve en Aratta (donde veía la
implantación de colonias comerciales), porque la
existencia de Aratta misma se encuentra en entredicho.
Por otro lado, hay que señalar que en esta
complejización creciente de Uruk tuvo lugar el surgimiento
de determinados elementos culturales específicos: sellos,
garantía de que los recipientes intercambiados no sean
violados, cuyos motivos (repertorio glíptico ) reflejaban
la sociedad Uruk al mostrar su ideología (en el Sello cilíndrico de
la fase de Uruk con motivo agrícola, es fácilmente
observable una escena típica de la vida
mesopotámica, haciendo referencia al trabajo
agrícola; este tipo de cilindros apareció en
lugares como Lagash, Ur y Kish), cretulaes que cambian a
tablillas logonumérica dando origen a la escritura
logoiforme, unas convenciones objetivas y despersonalizadas de
medidas (sistema sexagesimal, el cual es utilizado incluso para
medir el tiempo) controladas por la
administración central, una comparación de
valores
establecido por la administración, elección de una
mercancía para que funcione como valor
normalizado, concepciones astronómicas y cálculos
numéricos y estandarización del valor de los
productos,
entre otros.
Todos estos elementos que sirven a la mejor administración son conocidos y adoptados
por las ciudades que realizaban intercambios con Uruk, dando
así lugar a una marcada influencia cultural de Uruk sobre
estas (6): esto puede ser visto en diferentes fuentes, volviendo
a "Enmerkar y el señor de Aratta", se encuentran
aquí diversos elementos que dan cuenta de la continuidad
de la influencia de Uruk en el protodinástico (que es el
momento en que se data esa fuente, en el período
épico de Uruk). Aratta debe construir un templo a Inanna:
se observan divinidades que se trasladan, otorgando legitimación; es el rey el que toma la
iniciativa de conseguir el lapislázuli, siendo el
intercambio a larga distancia controlado por las organizaciones
estatales; la escritura pertenece a una elite que dirige las
actividades de ese Estado (se escribe para conocimiento
de aquellos que puedan leerlo), por lo que esta fuente quiere
mostrar ante la élite que Enmerkar es un legítimo
rey que puede traer bienes para los dioses locales
imponiéndose ante el Sr. de Aratta (nótese que
éste no recibe un nombre); asimismo, se puede observar en
esta fuente el intercambio realizado de materias primas por
bienes suntuarios (los que permiten ahondar la
diferenciación social) y de construcción que no se
encontraban en Uruk, asimismo el movimiento que hacen estos
productos (bajando de la montaña y confluyendo en el
centro) connotan una mirada etnocéntrica con eje en
Uruk.
Por otra parte, en otras fuentes del período
protodinástico, se pueden encontrar elementos propios de
la cultura Uruk: en "Gilgamesh y Agga" aparecen dioses de
esta cultura (Inanna, lo que muestra
cómo seguía otorgando legitimidad), lo mismo que en
"La estela de los buitres" (por otra parte estas fuentes
muestran problemáticas típicas de la Mesopotamia,
como la irrigación, esenciales para la formación
del Estado); en "Enki y Ninhursag" se observan productos
que vendrían de otras zonas por intercambio (hay que poder
realizar nuevamente una lectura
crítica de esta fuente, ya que por más que tenga
elementos que no son contrastables empíricamente
–como ser la existencia de Dilmund- tiene elementos que
muestran pautas de organización social que son
importantes). Por otra parte, en el texto de
Nissen se observa cómo Uruk tuvo una influencia cultural
en Babilonia y en Susiana, ciudades-estado posteriores (7)
(analiza los perfiles de asentamiento basándose en las
formas de cerámica y escritura, mostrando
heterogeneidad).
En consecuencia, esta influencia de Uruk permite indagar
la formación de una cultura común
mesopotámica, formación continua desde el
período ‘Ubaid hasta el protodinástico, en la
que la cerámica (tomada como elemento arquetípico
de las variaciones culturales) habría seguido un proceso
continuo, abarcando toda la región (8). El paso de la fase
Uruk a la fase Jemdet Nasr (c.3100-2900 o.) daría cuenta
del final del sistema de intercambios que había formado
Uruk, por motivos no aclarados (9); lo que sí es certero
es el posterior cierre tanto de Uruk como de las otras ciudades,
reproduciendo en su interior las pautas organizativas que
venían manifestando, dando lugar a la formación de
un proceso de regionalización que acabaría por dar
nacimiento a las ciudades-estado: se observa cómo la
influencia que Uruk ejercía sobre las demás era
importante en términos culturales, pero no vital, ya que
éstas pudieron tener un desarrollo posterior muy
importante; es así cómo se vuelve necesario matizar
anacronismos del tipo de considerar a Uruk como un estado
imperialista con colonias dominadas (que es la imagen que otorga
el trabajo de Liverani), no siendo posible comprender el
surgimiento del Estado sólo desde una óptica
comercial.
De esta manera, queda claro cómo lo que colapsa
cerca del 3000 a.c. es el sistema de colonias de intercambio que
había formado Uruk en su fase tardía. Uruk
continúa existiendo (su máximo apogeo en
urbanización y demografía es determinado hacia mediados
del dinástico antiguo -según Redman 1990:
p.338-341-), las ciudades con las que comerciaba a larga
distancia por bienes de prestigio (Irán, el norte de
Siria) también, pero se da una regionalización:
estas ciudades se vuelcan sobre sí mismas. Es probable que
un sistema estatal mesopotámico se podría haber
formado si Uruk hubiera continuado con su influencia (aunque no
es posible hacer historia contrafáctica), pero lo cierto
es que el surgimiento de estas ciudades-estado autónomas,
aunque con grandes semejanzas culturales, son el producto del
influjo y posterior caída de Uruk: a pesar de que
continúen los contactos ‘comerciales’ a larga
distancia, éstos no alcanzan para explicar por si mismos
el surgimiento de estas ciudades-estado (ni la existencia de un
Estado mayor formado por Uruk), sino que hacen falta tener en
cuenta otros factores (como ser la centralización y el direccionamiento de las
obras de irrigación, elementos típicos entre los
procedimientos
necesarios para la consolidación de una estructura
estatal). Resulta respondida así la pregunta inicial,
quedando asentado cómo a pesar de un colapso
estatal (como fue lo ocurrido con Uruk), la configuración
social de las sociedades vinculadas a éste continuaron
teniendo una identidad
cultural unívoca tomada de Uruk; así se puede
volver a afirmar que son mucho más importantes los
elementos que perviven luego de un colapso, que la
estructura que colapsa.
Concluyendo, fue la intención de este trabajo
mostrar cómo hay elementos que se sitúan en un
nivel más profundo de una civilización, que la
configuran y le dan identidad, sin que exista un inevitable
desarrollo (típico de los planteos evolucionistas) de
estos elementos que converja en la formación de un Estado
superior: no hay nada predeterminado que lleve a la
formación de éste, sino que la especificidad de
cada caso particular es lo que determina el desarrollo que estos
tomarán, evidenciándose así cómo la
evolución de los sistemas sociales
a una forma estatal no es algo universal.
- Bard, K., "Hacia una interpretación de la
ideología en la evolución de la sociedad
compleja" Publicación de la cátedra. - Campagno, M., "Parentesco, intercambios, conflictos.
Cosideraciones sobre el surgimiento del Estado en Egipto". en
Daneri Rodrigo A. (ed.), Relaciones de intercambio entre
Egipto y el Mediterráneo Oriental (IV-I milenio
a.C,), Buenos Aires,
2001. - Campagno, M., Surgimiento del Estado en Egipto:
cambios y continuidades en lo ideológico. Sin
Datos."Pesquisas en la sociedad
pre-estatal" - Cervelló Autuori, J., Egipto y
África. Origen de la civilización y la monarquía faraónicas en su
contexto africano. Sabadell, 1996. cap. 4. - Clastres, P., Investigaciones en Antropología Política.
Barcelona, Gedisa, 1994. "Arqueología de la violencia:
la guerra en la
sociedad primitiva" - Cruz-Uribe, E., "A Model for the Political Structure
of the Ancient Egypt" en Silverman D. (ed.), For His Ka:
Essays Offered in Memory of Klaus Baer. The Oriental
Institute of the University of Chicago, 1994. Traducción de Marcos
Cabobianco.. - Frankfort, H., Reyes y Dioses.
Barcelona, Revista de
Occidente, 1976. "Introducción" - Godelier, M., "Procesos de
constitución, la diversidad y las bases
del Estado", en Revista Internacional de Ciencias
Sociales. UNESCO, 1980. - Kemp, B., El Antiguo Egipto, Anatomía de una
civilización. Barcelona, Crítica, 1992.
"Las bases intelectuales del Estado" - Liverani, M., El Antiguo Oriente.
Barcelona, Crítica, 1995. "Introducción", cap.
4 y 5. - Nissen, H.,"Organización política y
zona de asentamiento" en Cuyler Young y otros (eds.), The
Hilly Flanks and Beyond: Essays on the Prehistory of
Southwestern Asia Presented
to E.J. Braidwood. Chicago, 1982. Publicación de
la cátedra UNLu, - Redman, Ch.,Los orígenes de la
civilización..Barcelona, Crítica, 1990,
cap. 7y8. - Service, E., Los orígenes del estado y
de la civilización. Madrid,
Alianza, 1984. cap.4. "La institucionalización del
poder" - Yoffee, N., "Orienting Collapse","The Collapse of
Ancient Mesopotamian States and Civilization" en Yofee, N. y
Cowgill, G. L. (eds.), The Collapse of Ancient States and
Civilizations. 3ra. ed. Tucson ans London, The
University of Arizona Press, 1995. Traducción de Juan
Manuel Tebes,
- Enmerkar y el señor de Aratta: 3er. milenio Ur
III. - Enki y Ninhursag: 3er. Milenio, Ur III
- Gilgamesh y Agga: 3er milenio, alrededor de
-2700 etapa de Ur III(-2100- 2000 a.C) - La realeza descendió del cielo: época
de Isin previo a la 1a. dinastía babilónica
(-1900 a.C.). - Los cilindros sellos con motivos agrícolas:
Uruk tardío (-3500 a –3200).
Notas
- "…’Mesopotamia’ existió
predominantemente como un patrón celular de
ciudades-estados que raramente actuaron en concierto
político. Sin embargo, en los milenios antes de la
existencia del estado y cientos de años luego de
él, puede demostrarse un sentido cultural compartido muy
específico de Mesopotamia, que es independiente (…) de
la presencia del estado mesopotámico…" (Yoffee,
1995: 13) - "…De hecho, aunque el colapso debe ser
investigado como una reestructuración drástica de
las instituciones sociales en la ausencia de un
centro político, lo que ocurría luego del colapso
es tan importante como el proceso mismo…" (Yoffee, 1995:
5) - "…el aumento de la productividad
agrícola es la premisa fundamental que asegura a las
comunidades unos excedentes alimentarios gracias a los cuales
pueden mantener especialistas a tiempo completo, creando un
polo distributivo central. El ‘salto’ más
llamativo es el demográfico y urbanístico, pero
el más substancial es el organizativo. El origen de la
ciudad es el origen del estado y de la estratificación
socioeconómica…" (Liverani, 1995: p.
97-98) - "…existen relaciones que atraviesan todo Oriente
Próximo: se trata de relaciones que, con un
término tal vez anacrónico, se suelen llamar
comerciales…" (Liverani, 1995: p. 75) - Esta hipótesis de surgimiento del Estado es
trabajada por Lamberg-Karlousky, siendo así resaltado el
comercio a larga distancia de bienes de prestigio como
determinante unilineal. Es necesario mencionar la falencia de
este tipo de análisis, que más allá de su
mirada evolucionista no suelen tener en cuenta la incidencia de
otros factores, ni los elementos propios del caso
específico analizado -como ser los problemas de
salinización del Éufrates. - "…Hacia el 3600 a.c., cuando se inicia el
período conocido como Uruk, la primacía del sur
de Mesopotamia en el desarrollo del urbanismo ya estaba
asegurada. (…) el conjunto de artefactos que caracteriza el
período Uruk y el sistema cultural que representa ya se
habían extendido por toda la llanura de Mesopotamia e
incluso por zonas más alejadas…" (Redman, 1990:
325) - "…lo que llamamos cultura de Uruk Tardía
en Babilonia creció continuamente a partir de una
tradición local más vieja, mientras que en
Susiana esta cultura fue traída desde el exterior, muy
probablemente de Babilonia…" (Nissen, 1982:
11) - "…Sin embargo es necesario hacer hincapié
que a pesar de un aspecto general diferente la cerámica
del período de Jemdet Nasr es parte de una línea
ininterrumpida de desarrollo desde el periodo de Ubaid en
adelante…" (Nissen, 1982: p.:9) - "…de una forma bastante repentina, tal como
aparecieron, desaparecen las avanzadillas exteriores, y da la
impresión de que la cultura Uruk en su fase más
tardía (nivel III de Enana) se encierra en si misma. Es
difícil decir si esta caída se debe a una
crisis de la
metrópoli (Uruk), que ya no es capaz de sostener su red
de contactos comerciales como lo hacía antaño, a
algún tipo de ‘rechazo’ por parte de las
culturas indígenas, o bien a una combinación de
varios factores…" (Liverani, 1990: p. 135)
Pedro B. Quiroux