- El contexto histórico.
El fin de la 2da. Guerra Mundial - La conferencia de paz y la
cuestión alemana. La división del Reich
alemán - La guerra fría y el
nacimiento de la R.F.A. y la R.D.A. - La Construcción del
Muro - Escape hacia la
libertad - Las víctimas del muro de
Berlín - Consecuencias de la caída
del Muro - La caída del Muro y su
relación con el orden mundial - Conclusión
- Bibliografía
Existen derechos fundamentales,
inherentes a la persona humana,
que le corresponde por el solo hecho ser hombre. Estos
se encuentran profundamente vinculados a la idea de la dignidad
humana. La vida, la participación política, la identidad, la
libertad son
indiscutibles atributos propios de las personas. El muro de
Berlín se convirtió en la negación de
todos esos derechos intrínsicos del individuo.
El objetivo del
presente trabajo es
conocer y analizar las causas y las consecuencias de la
instalación de esta barrera que separó a un pueblo
desde 1961 hasta 1989 y destacar que, por sobre todos los
antagonismos, la voluntad de libertad y el ansía de elegir
su propio destino termina por imponerse.
Se eligió el tema porque el Muro de Berlín
fue el fiel reflejo de la "Guerra
Fría", del periodo que prosiguió al fin del
último conflicto
bélico mundial y de una nueva forma de enfrentamiento
entre las grandes potencias y para conocer, a través de
una investigación, los motivos y las
consecuencias de este hecho histórico.
EL FIN DE LA SEGUNDA GUERRA
MUNDIAL
Las consecuencias inmediatas de la Segunda Guerra
Mundial fueron catastróficas. Seis años de
combate dejaron a Europa
desvastada. Sólo las pérdidas humanas y materiales
hacían ya muy difícil pensar en su
reconstrucción. El número de muertos en Europa fue
del orden de 30.000.000 aproximadamente, el triple de la Primera Guerra
Mundial. Las pérdidas materiales fueron también
extraordinarias. En la Unión Soviética fueron
destruidas unas 1700 ciudades y unos 70.000 pueblos. Los
bombardeos terrestres y aéreos destruyeron gran parte de
ciudades como Berlín, Dusseldorf, o barrios enteros como
en Londres. Muchos puertos y vías de comunicación quedaron inutilizados; los
campos arrasados y las industria
destruidas o semidestruidas. (Vicens Vives, 1979)
A esta situación se le debe agregar las deudas
que los aliados europeos contrajeron con los Estados Unidos,
aproximadamente treinta millones de dólares y el impacto
psicológico que significó el descubrimiento de los
campos de concentración nazis y que se sumó al
terror latente en la población europea por las vicisitudes de la
guerra.
"Los Estados Unidos salieron de la guerra como
auténticos vencedores frente a una Europa destruida. Su
capacidad industrial se incrementó de forma
extraordinaria, sus campos no fueron arrasados y su marina
mercante superó al conjunto de la europea".
"Esta situación y el rápido resurgir de la
Unión Soviética facilitaron que de forma más
o menos inmediata estas dos potencias accedieran a ocupar el
papel hegemónico en el mundo de posguerra".
2
LA CONFERENCIA DE
PAZ Y LA CUESTIÓN ALEMANA. LA DIVISIÓN DEL REICH
ALEMÁN
Una vez finalizada la Segunda Guerra mundial
con la capitulación de los ejércitos alemán
y japonés, en mayo y septiembre de 1945, respectivamente,
se inició el largo proceso de
celebración de los Tratados de Paz,
comenzando en la conferencia de Potsdam (17 de Julio-1 de agosto
de 1945), con la presencia de Stalin, Truman y Atlee, en
representación de la Unión Soviética,
Estados Unidos y Gran Bretaña.
La llamada "cuestión alemana" fue uno de los
problemas
más importantes examinados en Potsdam; aunque
también se consideró el futuro de diversos
países europeos: Hungría, Rumania, Bulgaria,
Grecia,
Yugoslavia y Polonia. La Conferencia estableció las bases
y la estructura de
la división alemana.
El proyecto de los
Aliados para Alemania era
construir una unidad estatal unificada cuyo potencial,
administrado por los aliados, tenía como objetivo impedir
que volviera a desempeñar un papel protagónico en
la escena internacional. De acuerdo con esto, una comisión
interaliada debía asumir la
administración de Alemania sectorizada en áreas
de influencia; pero al objetivo no pudo llevarse a cabo debido a
que pronto surgieron divergencias en la interpretación de los pactos, que no
pudieron resolverse en las conferencias celebradas en
Moscú, París y Londres entre 1946 y
1947.
Potsmdan evidenció que la alianza forjada contra
el enemigo común: el Tercer Reich Alemán, se
debilitaba, se desvanecía ante la desaparición de
ese enemigo común. Europa y el mundo contemporáneo,
polarizado alrededor de las dos potencias antagónicas, los
E.E.U.U. y la Unión Soviética, se deslizaban hacia
una fuerte tensión política, hacia la
llamada "Guerra Fría".
A finalizar la guerra y firmar la capitulación
general Alemania y Austria quedaron militarmente ocupadas por el
ejército francés, británico, estadounidense
y soviético. Berlín y Viena quedaron divididas de
forma cuatripartita.
"El territorio del Reich alemán en sus fronteras
de 1937 fue dividido en junio de 1945 en las zonas de
ocupación británica, americana y francesa. Se le
incorporó económicamente a Francia–
aunque con una autonomía política restringida- el
territorio del Sarre, poblado por más de un millón
de alemanes. El poder
político y económico alemán lo
ejercerían ahora las potencias ocupantes".
LA GUERRA FRIA Y EL
NACIMIENTO DE LA REPUBLICA FEDERAL ALEMANA Y LA REPUBLICA
DEMOCRATICA ALEMANA
Se puede definir a la "GUERRA FRIA" como el estado de
tensión y de fricción constante entre dos o
más países, en el que cada uno de los antagonistas
adopta decisiones con el propósito de aumentar sus fuerzas
y debilitar las del otro, pero sin llegar a la guerra directa.
Podemos citar como fecha inicial de esta peculiar
situación política, la culminación de la
Segunda Guerra Mundial y, más concretamente, a partir de
la actitud
soviética respecto a su zona de ocupación en
Berlín.
La ciudad de Berlín fue hasta 1945 la capital de
Reich, fecha en que quedó ocupada por el ejército
"rojo"; y administrada después conjuntamente por las
cuatro potencias aliadas formando una Comandancia.
En el Protocolo de
Londres en 1944 se dispuso que el territorio de Berlín, en
su calidad de
territorio especial –fuera de las zonas de
ocupación- sería administrado conjuntamente por las
fuerzas armadas de E.E.U.U, el Reino Unido, y la Unión
Soviética; en un Protocolo Adicional se acordó
posteriormente la incorporación de Francia.
La rápida evolución en favor de la URSS en la Europa
oriental, como consecuencia de la situación
postbélica y la presencia del Ejército Rojo,
determinó una amplia área de influencia comunista
cuya imaginaria línea demarcatoria, que iba de Stettin a
Trieste, recibió de Churchill la gráfica
denominación de "telón de acero". El 5 de
marzo de 1946, el Primer Ministro Británico Winston
Churchill dijo "… desde Stettin, en el Báltico,
hasta Trieste, en el Adriático, una cortina de hierro ha
descendido a lo largo del continente".
A partir de 1947, los acontecimientos que consagraron la
ruptura entre los antiguos aliados se precipitaron. Los gobiernos
de coalición previstos para los países de la Europa
oriental no fueron duraderos. El proceso de concentración
del poder efectivo en manos de los partidos comunistas
nacionales, iniciado desde el mismo fin de la guerra,
afectó a Bulgaria, Rumania, Albania, Polonia,
Hungría y la en ese entonces Checoslovaquia.
"La creación por Stalin de la
"Kominform" (Oficina de
información comunista), en septiembre de
1947, destinada a asegurar la cohesión de los
regímenes prosoviéticos, la guerra civil de Grecia
(1946- 1949) y el golpe de Praga (1948) tuvieron su respuesta en
el feroz anticomunismo de la doctrina de Truman, la
aplicación del plan Marshall de
ayuda económica a las democracias europeas, la
consumación de la alianza atlántica con la
creación en 1949 de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte
(OTAN), que contribuyeron a ahondar las divergencias de uno y
otro bando y a tensar las relaciones hasta límites
peligrosos para la paz mundial".
"Hacia 1947, Estados Unidos e Inglaterra
plantearon la imposibilidad de administrar conjuntamente
Alemania. Posteriormente, ocasiona la ruptura con Rusia cuando
Molotov (representante de la U.R.S.S.) abandona la Conferencia de
París, reunida para discutir el Plan Marshall".
Tras el fracaso de esta Conferencia, resulta inevitable
crear dos entidades en Alemania: una que rigiera la zona
soviética de ocupación y la otra las tres zonas del
Oeste.
Ante el temor de la expansión del comunismo en
Europa y la gravedad de la situación económica, las
potencias occidentales tomaron una serie de medidas que marcaron
la profundidad de la grieta ideológica entre los
vencedores. Mientras en su sector la URSS organizaba la economía y la
sociedad de
acuerdo a principios
comunistas, EE.UU., Gran Bretaña y Francia fusionaron los
suyos y pusieron todos los medios para
una rápida reconstrucción del país. En este
sentido, los aliados occidentales no sólo condonaron gran
parte de las indemnizaciones de guerra de las que Alemania era
deudora, sino que aportaron importantes cantidades de capital,
sobre todo a través del plan Marshall estadounidense, que
derivaron en la reforma monetaria de 1948 y en la creación
de un marco de gran fortaleza, cuya introducción en la zona soviética
provocó, como reacción más espectacular y
preludio de la división del país, el bloqueo de
Berlín, entre el 24 de Junio de 1948 y el 12 de Mayo de
1949. (Vicens Vives, 1979)
En 1948, medidas soviéticas obligaron a la
administración alemana de la ciudad, a
limitarse a la parte ocupada por las potencias occidentales
(Berlín-Oeste). Los rusos nombraron una administración municipal, que bajo la
dirección de un "Burgomaeste", se
encargó de regir los destinos de esa parte de la ciudad;
abandonando el Consejo Aliado de Control y la
Comandancia Aliada.
"La partición de Alemania se consumó con
la constitución de la República Federal
de Alemania (RDF) por los occidentales, el 23 de Mayo de 1949
– gobernada por el canciller Konrad Adenauer y de la
República Democrática de Alemania (RDA) por los
rusos, el 7 de Octubre del mismo año, presidida por Walter
Ulbrich, entidades estatales que no ejercieron su soberanía hasta la derogación del
Estatuto de Ocupación en 1955".
Con los dos bandos bien delimitados, en 1946 comenzaron
las restricciones para ir de un lado a otro del territorio
berlinés y en 1957 directamente se prohibía dejar
la Alemania Oriental sin expreso permiso del gobierno.
"Antes de esas restricciones unas 500.000 personas
pasaban diariamente de una parte a la otra de la ciudad. Para
trabajar, para ver a sus parientes, a sus amigos. Para tratar, en
definitiva de reconstruir sus vidas y comenzar a ver el futuro
desde una mejor perspectiva. En los primeros seis meses de 1961,
más de 150.000 berlineses del Este se refugiaron en el
lado Occidental. Estos se sumaban a los cientos de miles que lo
hicieron desde el fin de la guerra".
A pesar de que la RDA era considerada una de las
naciones más productivas del bloque soviético, su
estándar de vida estaba por debajo del de la
República Federal Alemana. El "milagro económico de
la RFA hizo que cualquier comparación fuera favorable al
lado occidental de la ciudad. No era de extrañar que la
huida de la población, especialmente trabajadores
calificados, de la RDA a Berlín Occidental fuera cada vez
mayor, esperando encontrar mayores oportunidades.
Para el bloque oriental, la zona ocupada por las
potencias occidentales constituía algo insólito en
la división estricta de Europa, un enclave capitalista en
el mundo socialista. además, proporcionaba a los
habitantes de Berlín oriental y de toda Alemania del Este
un medio de participar en el "milagro económico de
Occidente". (Koch, 1972)
"…El contraste de los niveles de vida de uno y
otro lado se hizo evidente y ello contribuyo a fomentar la fuga
constante de ciudadanos al sector oeste. Tras exigir Kruschev la
retirada de Berlín de todas las tropas de
ocupación, el 13 de agosto de 1961, las fuerzas de
seguridad
germano-orientales cerraron con alambres de espino o ladrillos y
cemento 68 de
los 80 puntos de comunicación entre un sector y otro de la
ciudad…"
Para evitar esa verdadera sangría humana fue que
el gobierno de la RDA comandado por Ulbritch decidió la
construcción de la muralla. La
explicación pública de los funcionarios
"democráticos" fue bien distinta. Con esta medida se
buscaba proteger a los ciudadanos orientales de un eventual
ataque.
Una vez más los supuestos protegidos
serían quienes padecerían las
consecuencias.
"La "Operación rosa" fue gestada por el
secretario de Defensa del Consejo Nacional de la RDA; a las 16
hs. del 12 de agosto de 1961 Walter Ulbritch daba luz verde para la
operación con el corte del transporte y
vías de acceso. Los soldados germano orientales colocaron
alambre de espino en la línea de demarcación entre
Berlín Este y Oeste. Pronto, estas fortificaciones
temporales, se convirtieron en un muro de cemento de 5 m. de
alto, coronado con alambres y controlado por torretas de
vigilancia, nidos de ametralladoras y minas. Este complejo
sistema de muros,
vallas electrificadas y fortificaciones se extendió a lo
largo de " … 165 km. de cemento armado que cortaban 192
calles".
"Para controlar semejante extensión, el
Ejército de la R.D.A. desplegaba 14.000 soldados con
órdenes estrictas para custodiarlo y reprimir a quienes
osaran escalar sus paredes".
"El objetivo oficial del gobierno oriental fue el
"proteger a los habitantes de la RDA contra los ataques fascistas
occidentales". Sin embargo, el objetivo real era otro: impedir el
escape a la libertad de miles de ciudadanos disconformes con el
régimen comunista impuesto por la
Unión Soviética".
Quienes escapaban usaban una variedad de métodos y
estratagemas. Por ejemplo, en su primer año de existencia,
el muro fue embestido 14 veces por pesados camiones. La
mayoría de esos escapes de hecho ocurrieron en los
primeros meses, cuando la frontera aun
no había sido totalmente sellada.
En total 5.043 alemanes orientales, incluyendo 574
guardias fronterizos, lograron escalar el muro. El primero en
hacerlo fue Conrad Schuman, quien no perdió tiempo para
saltar sobre la alambrada de púas el 15 de de agosto de
1961.
Sesenta mil personas fueron sentenciadas por intentar
"huir de la República", y algunos simplemente por hacer
"preparativos". Quienes ayudaban a los fugitivos eran
sentenciados a cadena perpetua.
El escape más espectacular ocurrió en
octubre de 1964, cuando 57 residentes de Berlín Oriental
pasaron por debajo del muro. Desde el mes de abril de 1937
estudiantes y familiares de los fugitivos que vivían del
lado occidental habían cavado un túnel a una
profundidad de de 13 metros, con una longitud de 145 metros y 70
cm. de alto, enlazando una antigua panadería en la calle
Bernauer con algunos patios en la calle Strelitzer, en el lado
oriental.
Durante la noche del 28 de julio de 1965, la familia
Holzapfel consiguió la hazaña de escalar el Muro,
deslizándose por una cuerda arrojada desde el techo de la
Casa de los Ministerios en
el lado oriental y tensada del lado occidental por familiares al
tanto de su escape.
Quienes escapaban usando automóviles lo
hacían de dos formas. En una el fugitivo era atado debajo
del vehículo; en la otra se ocultaba dentro del
baúl, donde el tamaño del tanque de combustible
había sido reducido a tal fin.
Otro escape anecdótico fue el que protagonizaron
cuatro hombres, quienes enfundados en uniformes soviéticos
confeccionados por sus mujeres cruzaron el Muro sin ningún
problema, y hasta fueron saludados respetuosamente por los
centinelas.
Por último, es de destacar lo ocurrido en enero
de 1984 en la Embajada de U.S.A. en Berlín Oriental, en
donde seis alemanes orientales se refugiaron y, después de
dos días de intensas negociaciones, finalmente recibieron
de las autoridades el permiso para emigrar.(Guerrero,
1999)
LAS VÍCTIMAS
DEL MURO DE
BERLIN.
"Desde el mismo día de la construcción del
muro comenzaron los intentos de fuga hacia la Meca que
significaba el sector occidental. La primera víctima fue
un sastre berlinés de 24 años, Günter Litfrin,
que falló en su cometido de cruzar el muro.
El último integrante de esta fría y
terrible cronología, fue Chris Gueffroy, quien con tan
sólo 20 años, perdió la vida el 5 de febrero
de 1989, en el intento de conocer otro mundo.
… A su hermano Jürgen no se lo
encontrará en las fotos de aquellos
que hace 15 años se bañaron con las masas para
celebrar la caída del Muro, "aquella noche solo
lloré, de alegría, …No podía creer
que por fin se acabara aquel sistema criminal, que sometía
a una vigilancia continua, que obligaba por ley a denunciar
al padre o a la madre si resultaban sospechosos de deslealtad al
régimen, que mataba o vendía a sus
ciudadanos"
CONSECUENCIAS DE LA
CAIDA DEL MURO
"Para el bloque socialista significó una ruptura
radical con su pasado (economía planificada sin propiedad
privada; un estado
sobreprotector que les exigía ser ateos y
restringía la circulación de las personas; el pleno
empleo y el
consumo
reducido a lo necesario).
Tuvieron que sobreadaptarse al capitalismo,
un universo
desconocido por el aislamiento que el Muro había
impuesto.
Cayo en desuso el compromiso político al estilo
Sartre y gran
parte de una generación quedó fuera de onda salvo
si aceptaba los nuevos valores que
rendían culto al éxito,
al dinero y al
interés
individual por encima del bien común".
"El exorbitante costo que
suponía para Alemania Occidental absorber una Alemania
Oriental económicamente muerta era uno de los mayores
problemas que traía aparejados la caída del muro.
Esto fue bien aprovechado por los partidos de coalición
que apoyaban el programa del
Canciller Kohl, quienes en la campaña electoral formularon
diversas propuestas integradoras desde el punto de vista
económico, lo que les permitió captar el voto de la
mayoría de los alemanes orientales. Así, para
facilitar el paso de Alemania Oriental a la competitiva
economía de mercado, el
gobierno invirtió miles de millones de marcos en una red de seguridad
social que sirviera de contención a los flamantes
ciudadanos".
La privatización de las empresas
estatales del este en favor de las empresas del oeste fue
subsidiada masivamente por el Estado alemán (que se hizo
cargo de la deuda externa de
la RDA y de las deudas internas y externas de sus empresas), lo
que provocó una descomunal emisión monetaria y un
crecimiento espectacular del déficit fiscal. El
'costo' de la 'unidad alemana' ascendió a varios cientos
de miles de millones de dólares que ahora se pretende que
paguen los trabajadores del este y del oeste mediante la
reducción del seguro al
desempleado, de los subsidios familiares y el elevamiento de la
edad jubilatoria.
La anexión significó, efectivamente, una
enorme destrucción de fuerzas productivas: desaparecieron
las dos terceras partes del PBI industrial este alemán y
la desocupación trepó más
allá del 40% de la población activa. Esta
sangría sistemática del este sirvió para que
los capitalistas del oeste amasaran enormes beneficios y para que
la economía alemana escapara por un tiempo a la
recesión. Pero cuando la 'fiesta' de la
'unificación' pasó, dejó al descubierto una
crisis
capitalista agravada, pero por sobre todo, ha dejado en claro que
la unidad alemana sólo puede hacerla la dictadura del
proletariado y el socialismo.
La crisis 'oriental' se ha convertido, entonces, en una
crisis general; que la gigantesca masa de beneficios provocada
por el copamiento (subsidiado) de los mercados
orientales y la eliminación (también subsidiada) de
los competidores orientales por los grupos
occidentales, no haya alcanzado para elevar de una manera
decisiva la tasa de beneficio, es una demostración
inapelable de la envergadura de la crisis del capitalismo
alemán. La política capitalista frente a la crisis
apunta a la 'convergencia de los salarios' y a una
'flexibilización radical del mercado del trabajo en toda
Alemania'. Esto significa agudizar la competencia entre
los trabajadores mediante la eliminación de la estabilidad
en el empleo y la introducción de la famosa
'flexibilidad'; la burguesía trata de utilizar el desempleo
oriental para forzar la reducción de los salarios y las
condiciones de trabajo de los obreros del oeste. (De Privitellio,
L.J. Luchilo, Moneneyo y otros, 2002)
LA CAÍDA DEL
MURO Y SU RELACIÓN CON EL ORDEN MUNDIAL
Entre 1989 y 1991, el mundo experimentó, en
secuencia rápida, una serie de acontecimientos
drásticos (la caída del Muro de Berlín, la
reunificación de las dos Alemanias, el estallido interno
de la Unión Soviética, el término del Pacto
de Varsovia y la guerra en la antigua Yugoslavia), que
resultó en los siguientes hechos:
Fin de la guerra fría y del mundo bipolar,
emergiendo los Estados Unidos como potencia
hegemónica.
La Guerra del Golfo duró desde el 16 de enero al
27 de febrero de 1991 con la rendición incondicional de
Iraq.
El inicio de las reivindicaciones del Japón y
Alemania, grandes potencias económicas, pero alejadas
desde el fin de la Segunda Guerra Mundial de las decisiones
políticas mundiales. El Japón, al
recibir la negativa de Rusia de devolver las islas Curiles,
ciertamente reevaluará su estructura militar, hoy limitada
al 1% de su PBI por disposición constitucional impuesta
por los Estados Unidos durante la ocupación al final de la
Segunda Guerra Mundial.
Alemania reivindicó la retirada de las tropas de
la OTAN de su territorio, ya que no existe amenaza justificada.
Ambos, Japón y Alemania, desean tomar asiento como
miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. No se
justifica tomar parte del "Grupo de los
Siete" (líderes de las naciones más
industrializadas) si no se tiene la contrapartida del poder
político, a través del poder del veto, en el
órgano de mayor representación política en
el planeta.
Formación de mega-bloques
económicos y políticos. La formación del
NAFTA,
conformado por los Estados Unidos, Canadá y México,
sorprendió a los países de América
del Sur pues se constituía otro mega-bloque
económico en el eje Norte-Norte. Por ello se
concibió la creación del MERCOSUR, del
cual formaban parte inicialmente Brasil,
Argentina, Uruguay,
Paraguay y
Chile.
Interferencia cada vez mayor de la O.N.U., a
través del Consejo de Seguridad, en las querellas
regionales con el consecuente aumento del número de tropas
y el número de "Peace Keeping Forces" (Fuerzas de Mantenimiento
de la Paz). (Maestri, 2001)
El 13 de agosto de 1961 los soldados germano-orientales
junto a sus milicias rodearon Berlín oriental con alambre
de púas. Estas fortificaciones temporales fueron
rápidamente reemplazadas por un muro de concreto de 4
metros de altura por 166 kilómetros de largo, 45 de los
cuales cortaban la ciudad en dos partes.
De esta manera nacía el muro de Berlín
considerado por el bloque comunista como una barrera contra el
peligro de una invasión o de interferencias del mundo
occidental. Para Occidente, en cambio, el
muro se convirtió en el elemento más notorio de la
denominada "cortina de hierro".
El hormigón y el alambre de púa se
convirtieron en los únicos argumentos con los que el
régimen comunista contuvo la atracción que
ejercía el mundo libre.
Durante 28 años, el Muro de Berlín
separó amigos, familias y a una nación.
Durante los veintiocho años que el muro estuvo de
pie, más de cinco mil personas trataron de escapar.
Más de 100 murieron en el intento. Muchos fueron muertos
por la guardia fronteriza de la DDR.
El Muro se transformó en el mayor símbolo
de la guerra fría, esa partida que jugaban las grandes
potencias vencedoras, sobre todo Estados Unidos y la Unión
Soviética. Y también en una cruel vía de
escape para quienes querían huir en busca de un futuro
mejor.
Pero el Muro no solo se cobró vidas, fue una
divisoria de cemento que atravesaba 192 calles y marcaba dos
Berlines. Uno el de la libertad, el respeto a los
derechos
humanos, la potencia económica, la ciudad
próspera que quería dejar atrás el horror lo
más rápidamente posible. El otro, en cambio,
marcaba la falta de libertad, la dictadura comunista, el
desprecio por los derechos individuales de las
personas.
Así la histórica Berlín, capital
alemana desde la reunificación de 1871, fue una ciudad
separada, fragmentada, dividida. Con diferentes proyectos, con
diferente futuro.
El Muro separaba a los hombres no solo
físicamente sino los alojaba en compartimentos
ideológicos tan cerrados y contrapuestos que ni siquiera
podían compartir un espacio común.
Significó, por último, una división
de pensares que al final terminó por
derrumbarlo.
Alexander, Axel El gran escape en Revista
Viva, Buenos Aires. 7
de septiembre de 1999
De Privitellio, L.J. Luchilo, Moneneyo y otros
Historia del Mundo Contemporáneo Santillana, Buenos
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Janes Editores, Buenos Aires. 1991
Heller, Deane y David El Muro de Berlín
Plaza & Janes, Buenos Aires. 1965
Koch, H.W. Historia Mundial del Siglo XX
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Siglo XX. Edición
especial para La Nación Vol. 1 Salvat Editores
S.A, Madrid.
1996
Luzzani, Telma La caída del Muro, antesala de
un nuevo mundo en Diario Clarín, Buenos Aires.
9 de noviembre de 2004
Maestri, Eugenio El Muro. A cuarenta años de
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Berlín en Diario Ámbito Financiero,
Buenos Aires. 19 de noviembre de 2004
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Barcelona. 1997
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M. Gustavo Larrieu