Comentarios al libro de
cuentos Spiks del autor puertorriqueño Pedro Juan
Soto. El libro presenta una serie de personajes
puertorriqueños en Nueva York hacia la década de
los años 50 cuando emigran grandes grupos de
puertorriqueños a Nueva York y los conflictos que
ese cambio produce
en ellos.
El cambio de una sociedad
agrícola a una sociedad industrial que aconteció de
forma acelerada en Puerto Rico a
partir de los años cuarenta produjo una corriente
migratoria a Estados Unidos,
principalmente a lugares como Nueva York y Chicago de grupos de
baja nivel educativo, en busca de mejores condiciones
económicas de vida. Aunque estos procesos de
migración han ocurrido en distintos
momentos de nuestra historia, es durante este
periodo, a partir de los años 50, cuando se crea el Estado
libre Asociado que se agudizan los problemas
sociales y económicos en la isla. Este traslado, a su
vez, llevó a escritores de esa generación, Pedro
Juan Soto, Rene Marqués, Emilio Díaz
Valcárcel, entre otros, a narrar ese período como
una época de desarraigo y lucha por sobrevivir.
Pedro Juan Soto (1928-2002), uno de los escritores de
ese grupo, quien,
desde su perspectiva personal,
plasmó su propia visión de ese mundo de cambios que
se dieron en la historia de Puerto Rico en ese momento y que se
reflejó en la literatura la época.
En 1956 publicó una recopilación de sus cuentos
bajo el título Spiks, en la que incorpora la amarga
realidad de los boricuas en Nueva York a la
literatura.
El texto
Spiks de Pedro Juan Soto consta de siete cuentos y unos
breves esbozos que el autor llama miniaturas, que presentan
imágenes de seres que viven o sobreviven en
la ciudad de Nueva York. Es un mundo que el autor conoció
y del que fue partícipe cuando estudiaba en esa ciudad. La
palabra "spiks" surge de la frase "I no spik english" que dio
paso a la identificación del puertorriqueño por los
anglosajones con la palabra "spik" para denotar grupos de
inmigrantes extraños a la urbe de Estados Unidos y cuya
pronunciación del idioma inglés
o la dificultad para hablarlo, era señalada como un
problema que denotaba su incapacidad para ser útiles a esa
sociedad. El autor indica que también se usaba esta
palabra de forma despectiva, para señalar al grupo de
origen mexicano, en ambos casos referentes al origen
hispánico.
Los relatos presentan tipos o seres que se encuentran
sumidos en conflictos con la sociedad, con miembros de su propia
familia o
consigo mismo, en una lucha de fuerzas que pocas veces entienden
y que son producto de su
propia personalidad y
del modo de responder al ambiente en
que viven. Seres que por hallarse fuera de su cultura de
origen, inventan respuestas, que a su vez, crean otros
conflictos, en un suceder de eventos que los
mantienen sumergidos en un mundo sin esperanza.
La acción
de los cuentos se da en Nueva York donde vivió y
trabajó el autor. La experiencia de Pedro Juan Soto en los
años 50 en esa ciudad da paso a la creación de
estos relatos, basados en personajes reales que él
conoció. Este dato, que destaca en cada cuento, hace
del relato una anécdota de la época, pero a la vez
sirve como el ojo de un observador de una sociedad en
transición. El autor se convierte en narrador del mundo
que él crea, relatando formas de resistencia adoptadas en
la diáspora.
Cada cuento presenta un personaje que muestra
algún aspecto de la naturaleza
humana que el autor usa para mover la acción;
así tenemos la amante sin conciencia de
culpa en el cuento La Cautiva, el pintor fracasado en el
cuento Garabatos, el retrasado mental en Los
Inocentes, la mujer
poseída por un espíritu en Ausencia, la
prostituta en Dios en Harlem, el muchacho inmaduro que
busca ubicarse en la sociedad de pandillas en el cuento
Campeones. Cada personaje es una muestra de la realidad
social que vivió el puertorriqueño en la
década de los años 50 en Nueva York y la respuesta
de los protagonistas. Fue una sociedad de emigrados y
desarraigados que se ubicaron en los estratos más bajos de
la ciudad. En su libro de análisis de la literatura
puertorriqueña la profesora Josefina Rivera de
Álvarez señala que Pedro Juan Soto:
"recoge un manojo de cuentos que se inspiran en
general en el tema del criollo humilde que vive en su submundo
particular en el corazón de
aquella ciudad, visto con enfoque neonaturalista de crudo
realismo y
marcada ironía"
El autor crea así un microcosmo del mundo de los
puertorriqueños donde encontramos altos niveles de
pobreza y
escasez material
de esa primera generación que se establece en Nueva York.
Es un mundo en que viven unos personajes separados de la isla de
Puerto Rico y transplantados a esa otra isla que representa Nueva
York. La ciudad se convierte en un marco que definirá las
acciones de
los personajes.
Allí viven tan atrapados por el mundo que los
rodea que no pueden moverse. Adonde llegan a vivir, allí
mismo permanecen, y sólo la ilusión de la isla, que
se convierte en una idea mística, se refleja en el
pensamiento y
el recuerdo.
Esa migración fue particularmente intensa en la
época en que el autor vivió y trabajó en la
ciudad. El texto, que enfatiza particularmente el uso e
imitación del habla de un puertorriqueño de los
años 50, de escasa educación y con
defectos de pronunciación clara, puede resultar un poco
extraña para un estudiante de hoy día, pero la
acción que ocurre en cada relato es tan
contemporáneo como hace 50 años.
Esto es así porque el autor lo que nos presenta
es rasgos humanos, pasiones humanas que son eternas y
universales. Los celos, el amor ciego,
la envidia, la pasión amorosa y el odio son algunas de
esas emociones humanas
que se suceden en los cuentos y que continúan ocurriendo
en la actualidad, como vemos todos los días en las
noticias de
los periódicos y la
televisión. Noticias de tragedias y muerte
acontecen continuamente los periódicos las presentan de
forma cruda y sin emoción, producto de las mismas pasiones
que presenta el autor.
La presencia de la cultura puertorriqueña como
elemento unificador es clave en el desarrollo de
los personajes. La cultura se manifiesta en el lenguaje,
en la comida, en el modo de vestir y en las supersticiones que
aparecen descritas en los cuentos. La transculturación, como puente entre esos
dos mundos, se manifiesta de forma cruda en las acciones de los
personajes.
En más de una ocasión se expresa como un
elemento de rebeldía y de oposición a la vida en
Nueva York, pero una rebeldía que acaba derrotada ante el
sistema
imperante. Ejemplo es la lucha inútil del vendedor de la
calle en el cuento Bayaminiña: "Y la
hojalata-¡clan! ¡clan!-, donde mismo se leía
BAYAMINIñA ya se ensuciaba de sangre, ya se
salpicaba de lágrimas…(p. 69)
Sin embargo, hay que recordar que estamos viendo
personajes de las primeras generaciones que llegaron al lugar.
Esa generación mantuvo durante muchos años una
visión de la isla, un recuerdo fantasioso al que
acudían constantemente y que señalan con la
constante idea de pensar en regresar. El personaje de la
prostituta en Dios en Harlem que pensaba "Los
dólares economizados para el viaje a Puerto
Rico-¿cuántos años hacía que no iba:
cuatro, cinco?" (pág. 87).
Clave para este análisis es que de esa
generación es de la que surgirá el
puertorriqueño criado y nacido allá, pero que mira
a la cultura puertorriqueña como elemento unificador. La
nueva generación que se crió en Nueva York
posteriormente, no pensaba necesariamente en vivir en la isla,
pero se mantiene aferrada en conocer lo que acontece en ella y
estudia y critica su historia y su literatura. La cultura se
convierte en elemento unificador y de conexión entre la
puertorriqueñidad de acá y el de afuera de la isla,
dos puertorriqueñidades.
Las historias que ocurren en los cuentos son una
expresión del pueblo que sufrió del proceso
migratorio que ocurrió en Puerto Rico en el Siglo XX.
Migración, primero del campo a la ciudad dentro de la isla
y luego la migración, promovida por el gobierno, de
puertorriqueños a Estados Unidos. Esos transmigrantes se
ubican en espacios nuevos que los obligan a tomar decisiones, en
muchos casos de día a día y van creando una serie
de relaciones sociales que afectan su familia y a todo el mundo
que los rodea. La situación que coloca a los personajes en
esas circunstancias proviene del traslado de ellos a Nueva York
en busca de mejores oportunidades de trabajo. La
facilidad del traslado de puertorriqueños a Estados Unidos
en los años 50 y 60 llevó a una emigración
masiva de grupos y familias fuera de la isla. Se creó la
ilusión de que se podía conseguir una mejor vida y
que se le facilitaría las condiciones de vida y
trabajo.
Esta emigración masiva ha sido la causante de que
hoy día vivan una gran concentración de
puertorriqueños en Nueva York y que la diáspora
haya sido un tema muy utilizado dentro de la literatura
puertorriqueña, como un elemento adicional de la
afirmación nacional. Esta masa de personas, que al
establecerse económicamente comienzan a tomar conciencia
de su situación, inicia también un proceso de
buscar su propia identidad en
el ambiente en que viven.
Este acontecimiento convierte la diáspora en uno
de los temas que estudios recientes están tomando como
fuente de investigación y reexamen.
Este estudio trasnacional lo señala el autor
mostrando personajes trágicos en los que este
desplazamiento humano que ha ocurrido entre la colonia y su
metrópoli ha creado un dolor de cabeza para la propia
metrópoli, cuando sus hijos colonizados han ingresado al
mundo del colonizador, reclamando una identidad. Las respuestas a
esta situación han sido variadas, desde el colonizado que
reclama una propia identidad diferente de la colonia, hasta el
caso del colonizado que niega su identidad y reclama una integración con la
metrópoli.
Pedro Juan Soto fue producto de esta situación,
ya que según señala en el libro, vivió y
trabajó en Nueva York hacia los años 50 mientras
realizaba estudios de maestría en educación.
Así que tenemos un autor que muestra unos personajes que
reflejan un mundo de colonizados en la metrópoli buscando
identificación y capacidad de sobrevivir en esa jungla en
que se convierte la ciudad.
Los relatos narran historias de dos mundos paralelos y
presentan personajes navegando en ambos mundos, el mundo real de
la ciudad donde la falta de una comunicación clara, por la incapacidad de
usar el idioma correctamente, se convierte en el obstáculo
principal y el mundo imaginado de la isla del recuerdo al que
acuden cuando el mundo real los agobia.
Se crea de esta forma un grupo de personajes
trágicos. Una tragedia porque el propio personaje no se da
cuenta la situación que vive o las decisiones que ha
tomado. La tragedia de la mujer que vive
poseída de un espíritu y que no la deja hacer nada
más con su vida, la tragedia de la joven de diecisiete
años que se convierte en amante del esposo de su hermana,
pero no se siente culpable, la tragedia de Puruco, que ve en el
triunfo en el billar la oportunidad de crecer, pero en el mundo
de la mafia y la vida fácil.
Por otro lado, los personajes evidencian su resistencia
en la fantasía y los sueños las posibilidades de un
mundo mejor, aunque ficticio. Así en cada oportunidad los
personajes fantasean, cuando el pintor fracasado le va a hacer el
regalo del dibujo a su
esposa en el cuento Garabatos lo que dibuja son dos
personajes fuertes, saludables y robustos rodeados de palmeras,
playa y sol: "para Graciela el pintaría un cuadro.
….Un cuadro con parecido, melancólico a aquellas
fotografías tomadas en las fiestas patronales de
Bayamón (p. 36). Cuando la madre desesperada porque
van a ingresar a su hijo a una institución mental en el
cuento Los Inocentes, reclama a viva voz " en Puerto Rico
esto no hubiera ocurrido" (pág. 44) vemos el viaje mental
continuo y fantasioso de los personajes que usan la
fantasía como método de
resistencia.
¿Podemos pensar en una cosmovisión del
autor? Los personajes que se presentan pertenecen a un mundo
marginado socialmente: una prostituta, un muchacho rebelde
buscando una identidad en el bajo mundo, un artista fracasado,
una muchacha amante de un hombre casado,
un demente, un vendedor deambulante y sin futuro. Sabemos que esa
no es la totalidad de la población que llega a Nueva York, pero el
autor escogió estos personajes para representarla y
seleccionó esas vidas. ¿Estamos viendo una
visión totalitaria de fracaso social? Esto merece una
discusión más detallada. Los personajes manejan su
realidad dentro de las circunstancias con las que viven y las
herramientas
con que cuentan para resolver los problemas en
la sociedad que los creó. Lo que vemos es un reflejo de
una sociedad que estaba en proceso de desarrollo y cambio social
intensivo donde el autor les dió a los personajes la
solución adecuada al mundo en que vivían en ese
momento histórico.
El idioma es una barrera para estos personajes que el
autor destaca desde el principio, y en realidad resultan ser dos
barreras. Primero están los propios personajes con su
pronunciación incorrecta en su propio idioma. El autor
imita su forma de pronunciar el español al
hablar, con sus aspiraciones de sonidos y su acotación
abrupta en la pronunciación. Este defecto del habla se
observa en los personajes, ya que el grueso de la
población que se traslada a la metrópoli sigue
hablando como lo hacían en la isla. En Nueva York se
forman núcleos urbanos donde todos se entienden y hace que
la pronunciación defectuosa sea lo normal.
El problema se agrava con el hecho de que esa
población que emigró fuera de Puerto Rico no iba en
busca de educación, si no en busca de trabajo. Los
defectos de una educación que fue interrumpida a temprana
edad no se corrigieron y esa población permaneció
utilizando el vocabulario de la isla, al que le fueron
añadiendo palabras inventadas del inglés, y que de
esa forma surgió un tercer idioma que sólo lo
entendía ese grupo, así en Puerto Rico llegamos a
escuchar palabras como "rufo" para indicar el techo de una casa,
"marketa" para señalar la tienda de
comestibles.
Y se da el caso de puertorriqueños que llegaban a
la isla, después de varios años de vivir en Estados
Unidos, hablando con una mezcla de palabras que resultaban
risibles. Por varios años fue tema de relatos literarios
que se presentaban de forma cómica ya por la
pronunciación como por los gestos de los
personajes.
Una de las interrogantes que se han planteado educadores
por muchos años es, por qué resulta tan
difícil para los estudiantes aprender inglés.
¿Cómo es posible que un estudiante que pasó
doce años estudiando termina su escuela superior
sin poder hablar
ni leer el idioma? El análisis de este problema se
resolverá cuando los estudios culturales demuestren que
ésta es una de las formas de resistencia que una colonia
presenta ante la metrópoli.
Pedro Juan Soto muestra esta cuestión en sus
relatos, pero establece también que no es un problema
sólo de idioma, sino, que es además un problema de
actitud, de no
querer ceder ante el mundo que lo rodea. La pronunciación
y el aprendizaje
del inglés se convierten en forma de resistencia ante la
situación en que están inmersos estos personajes
que viven en la ciudad de Nueva York. De ahí
también la añoranza que reflejan y manifiestan
constantemente los personajes que ante cada situación
adversa la imagen que se
crea son de la isla paradisíaca donde los problemas se
hubieran resuelto "de otra manera".
La cultura oral se convierte en el refugio del mundo de
los personajes. Todo se narra y se ubica dentro del idioma que
llevaron al llegar a Nueva York. La experiencia de
sociólogos y educadores puertorriqueños que han
vivido en Nueva York, señala que existen personas en la
ciudad que nunca han aprendido el idioma inglés y que se
mueven y viven perfectamente porque lo que necesitan de ese mundo
exterior lo conocen perfectamente. La ruta al trabajo es una sola
ruta de traslado de la que no se desvían nunca. De esa
ruta no pueden salir porque se desubicarían. Pero la
cultura se manifiesta en el pensamiento; el personaje de Puruco
achaca su suerte a la magia y la hechicería, el
pensamiento se convierte en arma de doble filo, donde se gana o
se pierde, gracias al poder de la magia: "cuidado con echarme
fufú" es la expresión de Puruco cuando empieza a
perder el juego de
billar. Esa manifestación de pensamiento donde el poder de
fuerzas ajenas a los personajes será una fuerza que
prevalecerá en muchas de las acciones de los
cuentos.
Spiks es un relato de los puertorriqueños
en Nueva York, pero el autor no hace referencia directa a
descripciones físicas. Las características de los
personajes las obtenemos por su reacción a los eventos que
ocurren: el hombre que
saca una navaja para amedrentar a otro, la mujer que se niega a
aceptar que recluyan a su hijo, la mujer que siente que en su
vientre se encuentra la salvación del mundo.
La descripción física más
completa la encontramos en el personaje de Puruco, donde se
enfatiza su cuerpo grueso y aniñado, ya que la
acción del cuento se da en un mundo donde el físico
del personaje es importante para demostrar su hombría. En
los cuentos se dan muchas instancias de descripción de los
personajes secundarios que también señalan los
choques culturales.
En el cuento Ausencia, la madre de Altagracia,
compara el estilo de vida
de su otra hija y señala que esa moda era del
lugar donde estaban viviendo y no podía luchar contra esas
fuerzas: "Pue …Eh la moda-dijo la madre-¿Qué
quiereh tú que yo haga si eh la moda? En Puerto Rico, en
mih tiempoh no se veían esas cosah……" (pág.
53).
La presencia de una cultura puertorriqueña
formada de la influencia religiosa del catolicismo por un lado y
la cultura afro-caribeña por el otro, se manifiesta en la
presencia constante de referencias a la virgen y a la presencia
de la brujería como fuerza subyacente a la actividad
humana. En el cuento Garabatos la esposa del pintor, en su
desespero ante la inacción de su esposo, clama a la virgen
por ayuda: "-¡Ave María Purísima, qué
padre, Dioh mío!" (Pág. 35).
El reclamo a fuerzas divinas, ocultas o religiosas y la
presencia del espiritismo se encuentra en el cuento
Ausencia donde el personaje principal indica que el marido
ausente se posesiona de ella y no la deja tranquila: "lo que yo
tengo-dijo Altagracia sazonando el café
con enfado-no me lo va a cural ningún doctol. Eh un
ehpíritu que me pelsigue y eso no lo curan loh
médico….." (Pág. 54). En Campeones la
fuerza que altera todo el ritmo del cuento es la fuerza que
Puruco dice que su contrincante esta usando para hacerlo perder
el juego de billar.
Pedro Juan Soto hace referencias directas de los
puertorriqueños según lo destacan sus personajes en
momentos de enfrentamiento de las dos culturas. Así se
encuentra en citas como " A Niu Yol no vienen loh Reyeh. A Niu
Yol viene Santa Cloh" del cuento Garabatos, "En Puerto
Rico no hubiera pasao ehto " del cuento Los Inocentes.
Esta constante referencia a la presencia de dos mundos paralelos
pero distintos, cercanos pero lejanos en distancia física,
destaca la resignación como reacción de amargura
ante los eventos que no pueden cambiar y el recurso de la
fantasía como resistencia.
En resumen, el contraste de la vida del autor es muy
importante al texto porque muestra el mundo que él
vivió y cuyas experiencias le permitieron crear los
personajes en su narración. Las experiencias en la ciudad
de Nueva York crearon un mundo y una cosmovisión
particular de los puertorriqueños de ese momento que
sirvió para la creación literaria, pero que le
permitió mostrar un mundo que reflejaba la cultura del
puertorriqueño en aquel momento.
Los personajes pudieron haber regresado o no a Puerto
Rico, eso no importa al texto. Lo que sí se destaca es que
fueron unos seres de cuya generación posterior
surgió esa humanidad que hoy forma el grupo de
puertorriqueños más grande fuera de Puerto Rico. El
colonialismo de Puerto Rico se convirtió en portal de
entrada al mundo de allá y en camino que ahora se
recorrerá en sentido contrario. Las generaciones
posteriores a este primer grupo humano que emigró a Nueva
York reclaman hoy día su afirmación
nacional.
Esas comunidades diaspóricas constituyen parte de
la nacionalidad
puertorriqueña porque siguen enlazadas a la Isla por
razón de una viva y frecuente tráfico de
personas y mercancías. La nación
puertorriqueña ya no puede encerrarse en la Isla, ya que
está formada por dos fragmentos distintos pero densamente
entretejidos: el de Puerto Rico propiamente y el de las
comunidades asentadas en Estados Unidos continental producto de
esa diáspora.
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Soto, Pedro Juan, Spiks, Río Piedras:
editorial Cultural, novena edición, 2001
Por
Juan A. Pastoriza
Profesor de historia y humanidades en la Universidad del
Turabo en Gurabo, Puerto Rico. Es director del Museo y Centro de
Estudios Humanísticos en esa institución
universitaria.
Categoría critica literaria, Puerto Rico,
historia de la literatura, diáspora