Uno de los misterios mas grandes de la historia es que en un
periodo relativamente breve, los gentiles que
habitaban la geografía de la
actual Europa se
rindieran al Mesías de Israel y
abandonaran sus ídolos y sus dioses formando lo que la
historia ha dado en llamar: la cristiandad. .
Nada podía hacer pensar que un poderoso y
orgulloso Imperio y hasta aquellos que fueron sus enemigos
enconados como los celtas y los escitas, se
convirtieran masivamente a una fe nacida en una región
marginal y hasta pobre del mundo de entonces. Y una parte
importante de la explicación de este insondable misterio
que cambio
radicalmente la historia de la humanidad consiste en reconocer
que los "gentiles" que abrieron su corazón al
Mesías de Israel no eran gentiles, sino israelitas, o
"hijos de Israel", aunque parecían (y parezcan) gentiles y
a si mismos se vieran como tales.
Esto es lo que procuraremos brevemente demostrar: que
por lo menos en su inmensa mayoría los "cristianos" de
todas las denominaciones y de todas las épocas llevan y
llevaron en sus genes la semilla física de Abraham y
son descendientes de las diez tribus norteñas llevadas
al destierro por el emperador asirio Sargon II en el 722
A.C.. Y es que el Mesías de Israel, naturalmente, se
preocupa en primer lugar por los israelitas, especialmente por
los israelitas perdidos entre las naciones.
Moisés llevo al exilio y a la libertad a las
tribus de Israel, si bien lo siguieron también
eventualmente una "grande multitud de toda clase de
gentes" (Exodo 12:38).
Del mismo modo, la Palabra del Mesías de Israel
fue enviada en primer lugar a los "hijos de Israel" la
descendencia perdida y "zarandeada" ente las naciones de las
tribus norteñas llevadas al cautiverio y el exilio por el
emperador asirio Sargon II, y luego esparcida entre las naciones,
y fue casi como de paso, aunque como un corolario muy
importante y previsto en el plan general de
redención de la humanidad del Eterno, que su Palabra fue
tambien luz a las naciones (Isaías 49:6) entre las
cuales esta descendencia estuvo y está mezclada,. esto es:
todas las naciones de la tierra.
El misterio entonces de porqué los "gentiles" se
convirtieron al Mesías de Israel esta en Mateo
15:24:
"El respondiendo,
dijo:
No soy enviado sino a las
ovejas perdidas de la casa de Israel"
Esta declaración tan rotunda e hiriente en el
contexto en que fue pronunciada es la piedra angular para
entender la "evangelización" que vino después. Esta
estuvo dirigida a un colectivo muy especial: la "casa de Israel",
que es precisamente una parte de la nación
de Israel separada en dos reinos en el
año 930 A.C., luego de la muerte de
Salomón, que conformo el Reino del Norte o de "Israel" con
capital en
Samaria, separándose asi del Reino del Sur o de "Juda con
capital en Jerusalem".
Y esta parte "norteña" de la nación
original de Israel había sido esparcida –
"zarandeada" (Amos 9:9, Oseas 7:8) – entre las naciones y no
estaba en torno del
Mesías en los días de su ministerio
terrenal.
Por eso esa drástica afirmación a sus
discípulos ante el clamor de misericordia de la mujer
siro-fenicia: que lo seguía: se trataba de enfatizar la
urgencia de alcanzar primeramente al Israel disperso y no a los
gentiles representados en ese momento por esa mujer que rogaba
su misericordia.
Luego levantaría al apóstol Pablo para
alcanzar a los gentiles y a los reyes y también a los
"hijos de Israel" (Hechos 9:15). Pero ahora importaba enfatizar
que la operación de búsqueda y rescate de
los "hijos de Israel" dispersos entre las naciones era
prioritaria sobre todo. Y esta prioridad fue confirmado en las
instrucciones que nuestro Señor dio a sus
discípulos registradas en Mateo 10:5:
" A
estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones,
diciendo:
Por camino de gentiles no
vayáis, y en ciudad de samaritanos no
entréis"
Es decir, el evangelio no fue a los gentiles
primariamente – solo el apóstol Pablo fue enviado
a los gentiles, no los doce apóstoles del Cordero
que hicieron una obra portentosa – no registrada en el NT por
voluntad de Dios/Elohim- entre los "hijos de Israel" de la
dispersión – sino que fue a un colectivo especial y
preciso que en los días del ministerio del Señor en
la tierra
habitaban preferentemente los territorios de Escitia y
Celtia – y bolsones del Imperio Romano –
a donde se dirigieron prestos a transmitir el mensaje del
advenimiento del Mesías de Israel muchos de "los doce"
inmediatamente después de que fueron perseguidos y
empujados desde Jerusalem al cumplimiento urgente de la misión
diseñada por el Mesías.
Esta fue la dirección principal de la misión: el
occidente, pero otros irían hacia el oriente en
búsqueda de los "israelitas" mezclados en Persia, India,
Afganistán, y aun China. Y otros
hacia el África.
Y en Hechos 10:36 de nuevo se confirma quienes son los
destinatarios principales del mensaje de los
apóstoles:
"Dios envió mensaje a los
hijos de Israel,
anunciando el evangelio de la paz
por medio
de Jesucristo; éste es
Señor de todos".
De modo que la primera cosa que tenemos que aprender de
la sorprendente conversión de los "gentiles" al
Mesías de Israel es que estos eran en gran parte (y son),
en realidad, los "hijos de Israel" (del Reino de Israel
norteño) esparcidos entre las naciones ignorantes de su
pasado. A estos se refiere la expresión:
"plenitud de los
gentiles" (Romanos 11) que es un termino
técnico para referiste a este colectivo en misterio como
lo explica el Rabino, Moshe Yoseph Koninchowsky ("Your
Arms To Israel"):
"Podemos mirar a Moisés,
el autor de Génesis, para explicarnos un poco mas lo
que, de hecho, significa "la plenitud de los gentiles¨.
Sabemos, por lo que dice en Romanos 11:25-26 que TODO ISRAEL
(EFRAIN Y JUDA) SERA EVENTUALMENTE SALVO CUANDO "LLEGUE LA
PLENITUD DE LOS GENTILES." En Génesis 48:19c, el
patriarca Israel (Jacob) colocó su mano derecha cruzada
sobre la cabeza de su nieto Efraim y profetizó diciendo:
"y su semilla se convertirá en melo hagoyim" o la
plenitud de los gentiles. ¿Lo ha captado usted?
¡Esta semilla o esperma de Efraim / Israel, un día
se convertirá en "la plenitud de los gentiles" o una
"multitud de gentiles." Si permitimos que las Escrituras
interpreten las Escrituras, podremos entender las
enseñanzas del Rav Shaúl! ¡El nos
enseñó que cuando "la plenitud de los gentiles" o
todos los descendientes físicos de Efraim / Israel, los
gentiles de los últimos tiempos, sean
salvos, entonces todo Israel estará bien y
perfectamente a salvo!
Y también nos explica el rabino, Moshe Yoseph
Koninchowsky porqué el termino "Israel" tiene una
connotación muy precisa en gran parte de la
profecía que lo circunscribe a los descendientes de
Efraín y Manases, la tribu líder y
la mas numerosa de las diez tribus norteñas que dieron la
mayor cantidad de "gentiles" de ascendencia hebrea. Así,
refiriéndose a la adopción
de Efraín y Manases como hijos (siendo nietos) por
Jacob/Israel dice:
"El
adopta a estos dos hijos de manera que José, su hijo
más querido, pueda recibir una doble porción de
bendición a través de ambos hijos (Génesis
48: 22). En Génesis 48:16 él llama a estos dos
nietos "Israel", puesto que él no sólo los adopta
sino que declara proféticamente que la promesa
física de multiplicidad global vendría a
través de ellos. Luego de declarar dejen que mi
nombre sea invocado sobre ellos, significando que ellos son
los hijos de Israel, él ora que ellos lleguen a ser
una multitud. El Término Hebreo usado aquí
para multitud puede leerse como: "una abundante multitud de
peces".
Es interesante recordar que no fue sino nuestro Mesías
Yahshúa quien declaró que El nos haría
pescadores de hombres. ¿Podrían muchos de los
hombres a quien El se refería ser la "abundante
multitud" de Efraim y Manases?
De modo que cuando nuestro Señor llamó y
separó a sus disculpas para hacerlos
"pescadores de hombres" ya
tenia en mente, no a Judá ni a los gentiles, sino a la
"casa de Israel" – también llamada "Efraín" por ser
esta su tribu líder y por ser Efraín el
"primogénito" (Jeremías 31:9) designado de Jacob en
lugar del impetuoso Rubén. Sin la "casa de Israel" – o un
remanente salvo de ella – nunca podría llegar
a ser levantado el Reino prometido por los profetas a TODO
ISRAEL.
La cristiandad esta compuesta entonces de
"efrainitas" que desconocen su ascendencia hebraica
precisamente porque uno de los castigos mas duros impuestos por
YaHVéH al pueblo rebelde y apostata del "Reino de
Israel" norteño fue que se olvidaran de "sus fiestas sus
lunas nuevas y sus días de reposo, y todas sus
festividades" (Oseas 2:11), es decir de toda su conciencia
nacional codificada en estas celebraciones solemnes, y
adoptaran en cambio las "fiestas" de las
naciones.
Lo que debe esperar la cristiandad de hoy no es
la revelación de un mayor respeto y
amor por el
pueblo judío que en su enorme mayoría no solo ya lo
tiene, sino que es el único apoyo que hoy posee
el Estado de
Israel para sostener su agónica situación en medio
de enemigos juramentados. Especialmente por parte del pueblo
cristiano norteamericano.
Este respeto hacia el judío y lo
judío ya no es un misterio ni un objetivo a
alcanzar entre los cristianos.
Aun la Iglesia
Católica produce en estos días numerosos gestos de
amistad al pueblo
judío que dejan atrás, muy atrás, antiguos
prejuicios que parecían profundamente enraizados e
irrenunciables. En este sentido no necesitamos seguir rascando
heridas que ya no existen.
Lo que la cristiandad va a recibir en estos
días es la revelación del cielo de su
descendencia israelita, de sus raíces
físicas hebraicas, y eso va a ser tan sorprendente para
ella que conmoverá hasta las entrañas a "las
iglesias de Jesucristo", clausurando su ciclo histórico
– o su lugar en el plan del Eterno – por el dolor
convulsivo de la separación en ellas de la cizaña y
el trigo. Esta será la purificación prometida
en donde "cada uno" dentro de ellas recibirá de acuerdo a
su testimonio, como afirma el mensaje del Señor a las
siete iglesias. Esto se hará en medio de
persecución.
Entonces el trigo – el "remanente de Jacob"
– volverá a la tierra
bíblica de Israel para habitar de nuevo una
geografía gloriosamente restaurada de sus heridas
milenarias, hermosa como lo prometieron los profetas, bendita
hasta lo inimaginable y corazón de un bendito mundo
nuevo. Esto se llama en la profecía la
restauración del tabernáculo caído de
David. Y la cizaña ira al fuego
eterno.
Carlos Canosa
(enero del 2006)