CAPÍTULO I
- DEFINICIONES
- El suelo es el
material suelto no consolidado que resulta inicialmente de la
alteración meteorológica o de la
disgregación física de las
rocas y que,
bajo la influencia de los seres vivos, evoluciona hasta formar
un sistema
complejo. de estructura
estratificada y composición
específica. - formación natural superficial, mineral,
vegetal y animal, de estructura muelle y variable en extremo y
espesores diferentes, resultante de la transformación de
la roca madre por acción de los agentes biológicos y
físicos. - Mezcla de minerales,
materia
orgánica, aire y agua en
proporciones variables.
El suelo forma la capa superior de la litosfera y habitan en
él una infinidad de organismos. - Sustrato sobre el que se desarrollan la
mayoría de organismos que viven sobre o dentro de la
litosfera. Mezcla de minerales (arcilla, limo, arena,
guijarros), materia orgánica en descomposición,
organismo vivos, agua y aire.
- TIPOS DE SUELO
Existen básicamente tres tipos de suelos: los no
evolucionados, los poco evolucionados y los muy evolucionados;
atendiendo al grado de desarrollo del
perfil, la naturaleza de
la evolución y el tipo de humus.
Estos son suelos brutos muy próximos a la roca
madre. Apenas tienen aporte de materia orgánica y carecen
de horizonte B.
Si son resultado de fenómenos erosivos, pueden
ser: regosoles, si se forman sobre roca madre blanda, o
litosoles, si se forman sobre roca madre dura. También
pueden ser resultado de la acumulación reciente de aportes
aluviales. Aunque pueden ser suelos climáticos, como los
suelos poligonales de las regiones polares, los (o desiertos pedregosos), y los
ergs, de los desiertos de
arena.
1.2.2 Suelos poco
evolucionados
Los suelos poco evolucionados dependen en gran medida de
la naturaleza de la roca madre. Existen tres tipos
básicos: los suelos ránker, los suelos rendzina y
los suelos de estepa.
Son más o menos ácidos
y tienen un humus de tipo
moder o mor. Pueden ser fruto de la
erosión, si están en pendiente,
del aporte de materiales
coluviales, o climáticos, como los suelos de tundra y
los alpinos.- Los suelos ránker
Se forman sobre una roca madre carbonatada, como la
caliza, y suelen ser fruto de la erosión. El humus
típico es el
mull y son suelos
básicos. - Los suelos rendzina
- Los suelos de estepa
Se desarrollan en climas continentales y
mediterráneo subárido. El aporte de materia
orgánica es muy alto, por lo que el horizonte A
está muy desarrollado. La
lixiviación es muy escasa. Un tipo
particular de suelo de estepa es el suelo chernozem, o brunizem o
las tierras negras; y según sea la aridez del
clima pueden
ser desde castaños hasta rojos.
1.2.3
Suelos muy evolucionados
Estos son los suelos que tienen perfectamente formados
los tres horizontes. Encontramos todo tipo de humus, y cierta
independencia
de la roca madre. Los suelos típicos son:
- Los suelos pardos
- Los suelos lixiviados
- Los suelos podsoles
- Los suelos podsólicos
- Los suelos ferruginosos
- Los suelos ferralíticos
- Los suelos gley
- Los suelos pseudogley
- Los suelos solonetz
- Los suelos solods
- Los suelos halomorfos
CAPÍTULO II
2.1 CONCEPTO
Un suelo se puede degradar al acumularse en él
sustancias a unos niveles tales que repercuten negativamente en
el comportamiento
de los suelos. Las sustancias, a esos niveles de
concentración, se vuelven tóxicas para los
organismos del suelo. Se trata pues de una degradación
química
que provoca la pérdida parcial o total de la productividad del
suelo.
Hemos de distinguir entre contaminación natural,
frecuentemente endógena, y contaminación antropica,
siempre exógeno.
Los fenómenos naturales pueden ser causas de
importantes contaminaciones en el suelo. Así es bien
conocido el hecho de que un solo volcán activo puede
aportar mayores cantidades de sustancias externas y
contaminantes, como cenizas, metales pesados,
H+ y SO4=, que varias centrales térmicas de
carbón.
Pero las causas más frecuentes de
contaminación son debidas a la actuación
antrópica, que al desarrollarse sin la necesaria planificación producen un cambio
negativo de las propiedades del suelo.
En los estudios de contaminación, no basta con
detectar la presencia de contaminantes sino que se han de definir
los máximos niveles admisibles y además se han de
analizar posibles factores que puedan influir en la respuesta del
suelo a los agentes contaminantes.
2.2 FACTORES INFLUYENTES EN LA
CONTAMINACIÓN:
Que pueden tomar los diferentes aspectos:
2.2.1 Vulnerabilidad
Representa el grado de sensibilidad (o debilidad) del
suelo frente a la agresión de los agentes contaminantes.
Este concepto
está relacionado con la capacidad de amortiguación.
A mayor capacidad de amortiguación, menor
vulnerabilidad.
El grado de vulnerabilidad de un suelo frente a la
contaminación depende de la intensidad de
afectación, del tiempo que
debe transcurrir para que los efectos indeseables se manifiesten
en las propiedades físicas y químicas de un suelo y
de la velocidad con
que se producen los cambios secuenciales en las propiedades de
los suelos en respuesta al impacto de los
contaminantes.
2.2.2 Poder de
amortiguación
El conjunto de las propiedades físicas,
químicas y biológicas del suelo lo hacen un sistema
clave, especialmente importante en los ciclos
biogeoquímicos superficiales, en los que actúa como
un reactor complejo, capaz de realizar funciones de
filtración, descomposición, neutralización,
inactivación, almacenamiento,
etc.
Por todo ello el suelo actúa como barrera
protectora de otros medios
más sensibles, como los hidrológicos y los
biológicos. La mayoría de los suelos presentan una
elevada capacidad de depuración.
Un suelo contaminado es aquél que ha superado su
capacidad de amortiguación para una o varias sustancias, y
como consecuencia, pasa de actuar como un sistema protector a ser
causa de problemas para
el agua, la
atmósfera,
y los organismos. Al mismo tiempo se modifican sus equilibrios
biogeoquímicos y aparecen cantidades anómalas de
determinados componentes que originan modificaciones importantes
en las propiedades físicas, químicas y
biológicas del suelo.
2.2.3 Biodisponibilidad
Se entiende la asimilación del contaminante por
los organismos, y en consecuencia la posibilidad de causar
algún efecto, negativo o positivo.
2.2.4 Movilidad
Se regulará la distribución del contaminante y por tanto
su posible transporte a
otros sistemas.
2.2.5 Persistencia
Se regulará el periodo de actividad de la
sustancia y por tanto es otra medida de su
peligrosidad.
2.3 CAUSAS
La mayoría de los procesos de
pérdida y degradación del suelo son originados por
la falta de planificación y el descuido de los seres
humanos. Las causas más comunes de dichos procesos
son:
2.3.1 Erosión
La erosión corresponde al arrastre de las
partículas y las formas de vida que conforman el suelo por
medio del agua (erosión hídrica) y el aire
(erosión eólica). Generalmente esto se produce por
la intervención humana debido a las malas técnicas
de riego (inundación, riego en pendiente) y la
extracción descuidada y a destajo de la cubierta vegetal
(sobrepastoreo, tala indiscriminada y quema de la vegetación).
2.3.2 Contaminación
La contaminación de los suelos se produce por la
depositación de sustancias químicas y basuras. Las
primeras pueden ser de tipo industrial o domésticas, ya
sea a través de residuos líquidos, como las aguas
servidas de las viviendas, o por contaminación
atmosférica, debido al material articulado que luego
cae sobre el suelo.
2.3.3 Compactación
La compactación es generada por el paso de
animales,
personas o vehículos, lo que hace desaparecer las
pequeñas cavernas o poros donde existe abundante
microfauna y microflora.
2.3.4 Expansión urbana
El crecimiento horizontal de las ciudades es uno de los
factores más importantes en la pérdida de suelos.
La construcción en altura es una de las
alternativas para reducir el daño.
2.4 AGENTES
Cuando en el suelo depositamos de forma voluntaria o
accidental diversos productos como
papel, vidrio, plástico,
materia orgánica, materia fecal, solventes, plaguicidas,
residuos peligrosos o sustancias radioactivas, etc., afectamos de
manera directa las características físicas,
químicas y
de este, desencadenando con ello innumerables efectos sobre seres
vivos.
2.4.1 Plaguicidas
La población mundial ha crecido en forma
abismante en estos últimos 40 a 50 años. Este
aumento demográfico exige al hombre un gran
desafío en relación con los recursos
alimenticios, lo cual implica una utilización más
intensiva de los suelos, con el fin de obtener un mayor
rendimiento agrícola.
En agricultura,
la gran amenaza son las plagas, y en el intento por controlarlas
se han utilizado distintos productos químicos.
Son los llamados plaguicidas y que representan
también el principal contaminante en este ámbito,
ya que no sólo afecta a los suelos sino también,
además de afectar a la plaga, incide sobre otras especies.
Esto se traduce en un desequilibrio, y en contaminación de
los alimentos y de
los animales.
A) Tipos de plaguicidas
Existen distintos tipos de plaguicidas y se clasifican
de acuerdo a su acción.
- Insecticidas
Se usan para exterminar plagas de insectos.
Actúan sobre larvas, huevos o insectos adultos. Uno de los
insecticidas más usado es el DDT, que se caracteriza por
ser muy rápido. Trabaja por contacto y es absorbido por la
cutícula de los insectos, provocándoles la muerte.
Este insecticida puede mantenerse por 10 años o más
en los suelos y no se descompone.
Se ha demostrado que los insecticidas órgano
clorados, como es el caso del DDT, se introducen en las cadenas
alimenticias y se concentran en el tejido graso de los animales.
Cuanto más alto se encuentre en la cadena -es decir,
más lejos de los vegetales- más concentrados
estará el insecticida. Por ejemplo si se tiene:
En todos los eslabones de la cadena, existirán
dosis de insecticida en sus tejidos. Sin
embargo, en el carnívoro de 2do. orden, el insecticida
estará mucho más concentrado.
Hay otros insecticidas que son usados en las actividades
hortofrutícolas; son biodegradables y no se concentran,
pero su acción tóxica está asociada al
mecanismo de transmisión del impulso nervioso, provocando
en los organismos contaminados una descoordinación del
sistema
nervioso.
- Herbicidas
Son un tipo de compuesto químico que destruye la
vegetación, ya que impiden el crecimiento de los vegetales
en su etapa juvenil o bien ejercen una acción sobre el
metabolismo de
los vegetales adultos.
Fungicidas
Son plaguicidas que se usan para combatir el desarrollo
de los hongos
(fitoparásitos). Contienen azufre y cobre.
2.4.2 Actividad minera
La actividad minera también contamina los suelos,
a través de las aguas de relave. De este modo, llegan
hasta ellos ciertos elementos químicos como mercurio (Hg),
cadmio (Cd), cobre
(Cu), arsénico (As), plomo (Pb), etcétera. Por
ejemplo: el mercurio que se origina en las industrias de
cemento,
industria del
papel, plantas de cloro
y soda, actividad volcánica, etcétera.
Algunos de sus efectos tóxicos son:
alteración en el sistema nervioso y renal. En los niños,
provoca disminución del coeficiente intelectual; en los
adultos, altera su carácter, poniéndolos más
agresivos.
Otro caso es el arsénico que se origina en la
industria minera. Su existencia es natural en la II
Región. Este mineral produce efectos tóxicos a
nivel de la piel,
pulmones, corazón y
sistema nervioso.
2.2.5 Basura
La destrucción y el deterioro del suelo son muy
frecuentes en las ciudades y sus alrededores, pero se presentan
en cualquier parte donde se arroje basura o
sustancias contaminantes al suelo mismo, al agua o al
aire.
Cuando amontonamos la basura al aire
libre, ésta permanece en un mismo lugar durante mucho
tiempo, parte de la basura orgánica (residuos de alimentos
como cáscaras de fruta, pedazos de tortilla, etc.) se
fermenta, además de dar origen a mal olor y gases
tóxicos, al filtrarse a través del suelo en
especial cuando éste es permeable, (deja pasar los
líquidos) contamina con hongos, bacteria, y otros
microorganismos patógenos (productores de enfermedades), no
sólo ese suelo, sino también las aguas
superficiales y las subterráneas que están en
contacto con él, interrumpiendo los ciclos
biogeoquímicos y contaminado las cadenas
alimenticias.
2.5 CONSECUENCIAS
Dada la facilidad de transmisión de contaminantes
del suelo a otros medios como el agua o la atmósfera,
serán estos factores los que generan efectos nocivos, aun
siendo el suelo el responsable indirecto del
daño.
La presencia de contaminantes en un suelo supone la
existencia de potenciales efectos nocivos para el hombre, la
fauna en general
y la vegetación. Estos efectos tóxicos
dependerán de las características
toxicológicas de cada contaminante y de la
concentración del mismo. La enorme variedad de sustancias
contaminantes existentes implica un amplio espectro de afecciones
toxicológicas cuya descripción no es objeto de este trabajo.
De forma general, la presencia de contaminantes en el
suelo se refleja de forma directa sobre la vegetación
induciendo su degradación, la reducción del numero
de especies presentes en ese suelo, y más frecuentemente
la acumulación de contaminantes en las plantas, sin
generar daños notables en estas. En el hombre, los efectos
se restringen a la ingestión y contacto dérmico,
que en algunos casos a desembocado en intoxicaciones
por metales pesados y más fácilmente por compuestos
orgánicos volátiles o
semivolátiles.
Indirectamente, a través de la cadena
trófica, la incidencia de un suelo contaminado puede ser
más relevante. Absorbidos y acumulados por la
vegetación, los contaminantes del suelo pasan a la fauna
en dosis muy superiores a las que podrían hacerlo por
ingestión de tierra.
Cuando estas sustancias son bioacumulables el riesgo se
amplifica al incrementarse las concentraciones de contaminantes a
medida que ascendemos en la cadena trófica, en cuya cima
se encuentra el hombre.
Las precipitaciones ácidas sobre determinados
suelos originan, gracias a la capacidad intercambiadora del medio
edáfico, la liberación del ion aluminio,
desplazándose hasta ser absorbido en exceso por las
raíces de las plantas, afectando a su normal
desarrollo.
En otros casos, se produce una disminución de la
presencia de las sustancias químicas en el estado
favorables para la asimilación por las plantas. Así
pues, al modificarse el pH del suelo,
pasando de básico a ácido, el ion manganeso que
está disuelto en el medio acuoso del suelo se oxida,
volviéndose insoluble e inmovilizándose.
A este hecho hay que añadir que cuando el pH es
bajo las partículas coloidales como los óxidos de
hierro,
titanio, cinc, etc.… que pueden estar presentes en el
medio hídrico, favorecen la oxidación del ion
manganeso.
Esta oxidación se favorece aun más en
suelos acidificados bajo la incidencias de la luz solar en las
capas superficiales de los mismos, produciéndose una
actividad fotoquímica de las partículas coloidales
anteriormente citadas, ya que tienen propiedades
semiconductoras.
Otro proceso es el
de la biometilización, que es un proceso por el cual
reaccionan los iones metálicos y determinadas sustancias
orgánicas naturales, cambiando radicalmente las
propiedades físico-químicas del metal. Es el
principal mecanismo de movilización natural de los
cationes de metales pesados.
Los metales que ofrecen más afinidad para este
proceso son: mercurio, plomo, arsénico y cromo.
Los compuestos argometálicos así formados
suelen ser muy liposolubles y salvo casos muy puntuales, las
consecuencias de la biometilización natural son
irrelevantes, cuando los mentales son añadidos
externamente en forma de vertidos incontrolados,
convirtiéndose realmente en un problema.
Aparte de los anteriores efectos comentados de forma
general, hay otros efectos inducidos por un suelo
contaminado:
- Degradación paisajística: la presencia
de vertidos y acumulación de residuos en lugares no
acondicionados, generan una perdida de calidad del
paisaje, a la que se añadiría en los casos
más graves el deterioro de la vegetación, el
abandono de la actividad agropecuaria y la desaparición
de la fauna.
- Perdida de valor del
suelo: económicamente, y sin considerar los costes de la
recuperación de un suelo, la presencia de contaminantes
en un área supone la desvalorización de la misma,
derivada de las restricciones de usos que se impongan a este
suelo, y por tanto, una perdida económica para sus
propietarios.
2.6 CONTROL
Se puede definir el tratamiento y recuperación de
suelos contaminados como un conjunto de operaciones que
se deben realizar con el objetivo de
controlar, disminuir o eliminar los contaminantes y sus
efectos.
Una de las posibles divisiones de los sistemas de
tratamiento se establece en función de
tres categorías de actuación:
2.6.1 No recuperación
Cuando se opta por la medida de no recuperación
del espacio, se debe tener en cuenta que se parte de un espacio
contaminado, aunque el estudio de viabilidad determine esa
opción. Así pues, se tiene que registrar la
localización real del espacio.
Esta sencilla solución evita una gama de
problemas importantes generados a posterior, por un uso del suelo
para el que ya no es adecuado (agricultura, residencial, espacios
de ocio,…).
2.6.2 Contención o aislamiento
Consiste en establecer medidas correctas de seguridad que
puedan controlar la situación presente, impidiendo la
progresión de la contaminación en el medio y
mitigando riesgos
relacionados con esta dispersión de
contaminantes.
- Aislamiento: Consiste en aislar el foco emisor de la
contaminación, limitando el potencial de migración y difusión de los
contaminantes mediante la construcción de barreras
superficiales y/o subterráneas, de forma que se impida
la movilización horizontal de los contaminantes. Esta
tecnología suele usarse como medida
temporal para evitar la generación de lixiviados, la
entrada de los contaminantes en los cursos de agua o la
infiltración en las aguas
subterráneas. - Reducción de las volatilizaciones: Pretende
suprimir las corrientes de aire, para evitar la
volatilización de compuestos orgánicos. Los
métodos
incluyen la reducción del volumen de
poros del suelo, mediante la adición de agua, o por
compactación o el sellado de la capa superficial del
suelo mediante coberturas(con membranas sintéticas,
arcillas, asfalto, cemento,…). - Control de lixiviados: El objeto es impedir la
dispersión de contaminantes a través de las aguas
recogiendo los lixiviados procedentes del suelo contaminado en
aquellas situaciones en que ello sea posible, como en
vertederos controlados de residuos
sólidos urbanos. Otro sistema de control
consiste en el bombeo de las aguas subterráneas
afectadas por la lixiviación de los
contaminantes.
2.6.3 Recuperación
La elaboración de un plan de
saneamiento precisa una cierta delimitación del resultado
mínimo a alcanzar.
Se dividen en dos tipos de tratamiento y/o
recuperación de suelos en dos grandes grupos:
- Tratamiento IN SITU, que implican la
eliminación de los contaminantes sobre el propio
terreno, sin remoción del mismo. - Tratamiento EX SITU, en los que se produce la
movilización y traslado del suelo a instalaciones de
tratamiento o confinación.
Amador Félix Inga Salvador