- El Tema
- El Problema
- Fundamentación
- Objetivo
- Población a
estudiar - Metodología de
investigación - Instrumentos de
recolección de datos- encuesta - Marco Teórico.
¿Qué es el síndrome del
Burnout? - Perfil de los
estudiantes - Clasificación del perfil
de los estudiantes - Análisis de los datos
recolectados - Nuevos
problemas - Nuevo
objetivo - Población a
estudiar - Metodología de
investigación - Instrumentos de
recolección de datos- entrevista - Análisis de los datos
recolectados - Conclusión
- Consideración
final
"Cuando pones la proa visionaria
hacia una estrella y tiendes el ala hacia tal excelsitud
inasible, afanoso de perfección y rebelde a la
mediocridad, llevas en ti el resorte misterioso de un
ideal."
José Ingenieros
De El
hombre mediocre (1961)
Burnout en inglés
significa lo que en español
llamamos agotamiento, es una expresión coloquial derivada
de otra que partiendo del verbo intransitivo burn en su tiempo
participio pasado y tomando la forma burn out, verbo transitivo
que significa quemarse, se explica como estar quemado y se usa
para definir la situación de autoexigimiento en
demasía, caracterizada por la presencia de estrés,
fatiga emocional y despersonalización.
Se conoce familiarmente en el ámbito profesional
como síndrome de estar quemado, se lo llama
específicamente "SÍNDROME DEL BURNOUT".
El tema a investigar es:
EL BURNOUT EN ESTUDIANTES
UNIVERSITARIOS DE LA FACULTAD DE CIENCIAS
ECONÓMICAS Y DE ADMINISTRACIÓN.
Considerando el tema, nos resta formularnos
la pregunta sobre cuál es el problema que queremos
investigar:
¿SE MANIFIESTA EL BURNOUT EN LOS ESTUDIANTES
UNIVERSITARIOS DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y DE
ADMINISTRACIÓN?
Asistiendo a clases diariamente vemos en
varios de nuestros compañeros de estudio que habiendo
comenzado los mismos con mucho entusiasmo, día a
día este decae y se convierte en desentendimiento de las
obligaciones,
cansancio, sentimiento de vacío o de fracaso, baja
autoestima,
falta de concentración y deseos de abandonar los estudios
entre otras cosas. Quizás las obligaciones del estudio los
sobrepasan o talvez tengan más de una obligación,
ya sea trabajo o
familia. Esta
observación nos hizo reparar en cómo
cumplen con los trabajos prácticos que deben presentar o
cómo se preparan ante un examen parcial: a último
momento, a las apuradas, presionados por el plazo exiguo y las
circunstancias desalentadoras.
En una conversación informal, una docente nos
dice:-"sucede que sufren del síndrome del
estudiante".
¡Eureka!, tenemos un tema para investigar. Primero
buscamos información sobre el tema y lo hallado dice
muy poco, no hay estudios serios, profundos, ni reales, sobre el
mismo, todo queda en una especie de leyenda que afecta a muchos
estudiantes pero sin parámetros precisos.
La declaración de un joven en una página Web
nos devela algo del misterio:
-"Un intento de encontrar la razón de que en
los momentos en que tengo que estudiar se me ocurran un
millón de ideas creativas que me obligan a dejar de
estudiar. Esta historia es una de esas
ideas, porque ahora debería estar
estudiando.
Yo nunca he sido de los que se pueden pasar horas y
horas sin levantar la vista de los libros. Me
distraigo con cualquier cosa. El ordenador al lado de mi
escritorio es la distracción número uno.
Después suelo escuchar
unos cuantos discos y me pongo a dibujar
tonterías.
Cada cierto tiempo vuelvo a mirar el libro durante
unos diez minutos, después intento hacer un ejercicio que
nunca acabo porque es más fácil mirar las soluciones. Mi
conciencia lucha
un poco para que no pase a mirar el resultado, pero muy poco.
Entonces pienso que la nota del examen depende mucho más
de si he prestado atención en clase y de si
entiendo la materia que de
que haga un ejercicio más o menos.
Y vuelta a empezar. Cuando ya son las diez o
así me digo que mañana aún puedo repasar un
poco, si es que me quedan más días. El
último día concluyo que mi destino ya está
echado y que como casi no queda tiempo no podré estudiar
mucho más. Eso sí, siempre queda tiempo para ver un
poco la tele."*
Las afirmaciones de otra joven estudiante nos enfrentan
con esta situación:
-"Tengo veinticinco años, estoy matriculada en
el tercer curso,
tengo pendiente ocho exámenes y de seguir
así no los haré
nunca. El hecho es que ahora veo delante un muro que
me parece insalvable. Es como si en mí convivieran dos
personas:
una a la que le gustan los estudios y que sabe lo que
debe hacer, y otra que piensa que no es justo ni siquiera
alegrarse por haber aprobado un examen, porque nunca
conseguirá graduarse, y que arrastra un fuerte sentimiento
de culpa…El resultado es que paso días enteros
bloqueada en relación con el estudio sin otra perspectiva
que la del fracaso."*
Este síndrome está reconocido
y existe, ¿cómo podemos estudiarlo en nuestros
compañeros? En búsqueda de información
descubrimos que también se le llama síndrome del
quemado o burn out y que los estudios existentes se han aplicado
sólo sobre profesionales. Entonces innovemos,
apliquémoslo sobre nuestros compañeros, apelando a
la buena fe y predisposición de los mismos para colaborar
en este estudio.
*www.hipocondria.org/hipocondriademagogica/síndrome
del estudiante.
*Saber amarse. Pasquale Ionata. Editorial Ciudad Nueva
(1996).
Considerando la validez, la veracidad y
objetividad de los datos aportados
en el marco
teórico como así también la consecuente
formulación del perfil de los estudiantes con su
calificación respectiva y la observación curiosa de
la cual deriva esta inquietud, nos planteamos como objetivo
principal:
DETECTAR LA PRESENCIA DEL SÍNDROME DEL BURNOUT
EN LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DE LA FACULTAD DE CIENCIAS
ECONÓMICAS Y DE ADMINISTRACIÓN.
Expresado así este objetivo y
considerándolo en sí mismo muy ambicioso y amplio y
conscientes de que una investigación de tal envergadura nos
sería poco menos que imposible de desarrollar, trabajamos
en una muestra reducida
de la población estudiantil universitaria para
dar por lo menos una idea de lo que pretendemos
alcanzar.
Definido el objetivo principal e inmediato del presente
trabajo nos preguntamos si el resultado del mismo será de
utilidad de
aquí en adelante, independientemente del mismo esperamos
del presente estudio sirva para sentar las bases de una futura y
prolífica investigación, la cual aborde esta
temática en profundidad con herramientas
más específicas y con profesionales idóneos
conocedores de psicología, de
psiquiatría, de stréss; lo nuestro pretende ser
sólo un granito de arena, un aporte al estudio serio de
esta sintomatología para ayudar a aquellos que la sufran a
superarla y poder
desarrollarse espiritual e intelectualmente.
Centramos nuestro estudio en un grupo reducido
de alumnos, de la carrera de Contador Público Nacional que
están cursando la materia Introducción a la Investigación
Social y alumnos de la carrera Licenciatura en Administración de empresas que están
cursando las materias Organización Contable y Administrativa,
Introducción a la Investigación Social y Comportamiento
Organizacional, que se forma con un total de treinta personas
de edad, género,
estado civil y
ocupación variadas.
Para la presente investigación se
procura explorar este fenómeno de tipo social sobre el
cual se conoce poco o nada trabajando con la información
obtenida tal como se presentan, indagando en la población
seleccionada las características representativas de la
causa que nos lleva a realizar este estudio.
La recolección de los datos pertinentes se hace a
través de una encuesta
cerrada con gradación, ésta interroga sobre las
conductas y las actitudes que
los sujetos encuestados manifiestan.
INSTRUMENTOS
DE RECOLECCIÓN DE DATOS
Encuesta
La encuesta, basada en un cuestionario
destinado a diagnosticar el síndrome, obtenido en un
portal sobre estrés y trauma,* está conformada por
un grupo de treinta frases afirmativas, distribuidas y
seleccionadas de acuerdo a los tres niveles en los cuales se
clasifica el perfil del estudiante afectado por el
síndrome del burn out y que se explica a
continuación.
Primer nivel. Agotamiento emocional. Se responde
con frecuencia ocasional y alta a las siguientes
afirmaciones:
a- me siento cansado y agotado,
b- tengo cefaleas,
c- me siento somnoliento,
d- me siento resentido y desilusionado con mis
estudios,
e- me siento ansioso y frustrado,
f- reacciono en demasía cuando hay conflictos,
g- estoy aburrido de mis estudios,
h- me siento emocionalmente vacío,
i- estoy buscando otra carrera que me guste
más,
j- estoy demasiado sensible.
*Burnout: agotamiento profesional. WWW.estréstraumático.com
Segundo nivel. Despersonalización. Se
responde con alta frecuencia a las siguientes
afirmaciones:
a- me siento desvinculado de quienes me
rodean,
b- me siento poco apreciado,
c- estoy irritable y gruñón,
d- me siento herido emocionalmente,
e- me siento aislado,
f- estoy fumando o bebiendo o comiendo más de lo
habitual,
g- siento que hay demasiada expectativa con mis
estudios,
h- soy crítico de otros,
i- estoy dedicado a mis estudios,
j- conozco que se espera de mí en el
estudio.
Tercer nivel. Realización personal. Se
responde con baja frecuencia a las siguientes
afirmaciones:
a- me relaciono con mis compañeros,
b- soy capaz de concentrarme,
c- me siento feliz y energizado por mi
estudio
d- siento afecto por mis compañeros,
e- disfruto estar alrededor de otras
personas,
f- me siento parte del curso,
g- soy capaz de realizar mis estudios
correctamente,
h- soy feliz por estudiar lo que me gusta,
i- me siento productivo y útil en mis
estudios,
j- mis estudios son significativos y
satisfactorios.
Las respuestas a la encuesta están guiadas hacia
las siguientes alternativas para cada afirmación con los
siguientes ítems:
a- todo el tiempo,
b- frecuentemente,
c- en ocasiones,
d- nunca.
Para la clasificación de las respuestas se
consigna una puntuación para cada ítem:
a- todo el tiempo: cuatro (4) puntos,
b- frecuentemente: tres (3) puntos,
c- en ocasiones: dos (2) puntos,
d- nunca: un (1) punto.
Se considera puntuación baja entre diez (10) y
veinticinco (25) puntos y puntuación alta entre
veintiséis (26) y cuarenta (40) puntos.
Puntuación alta en el primer nivel nos habla de
una presencia de agotamiento emocional, puntuación alta en
el segundo nivel nos revela una situación de
despersonalización y puntuación baja en el tercero
nos muestra baja realización personal. Por lo
tanto podemos concluir que puntuación alta en los dos
primeros niveles y baja en el tercer nivel definen la presencia
del síndrome.
En el anexo exponemos el modelo de la
encuesta que se realizó. Las afirmaciones no están
ordenadas por nivel y esto es a propósito para no orientar
las respuestas, de igual modo las alternativas no están
dispuestas en orden ascendente ni descendente en escala de
calificación para evitar la mecanicidad del trazo al
contestar.
¿Qué es el Síndrome del
burnout?
Se trata de un síndrome
clínico descrito en 1974 por Freudemberg, psiquiatra, que
trabajaba en una clínica para toxicómanos en Nueva
York. Observó que al año de trabajar, la
mayoría de los voluntarios sufría una progresiva
pérdida de energía, hasta llegar al agotamiento.
Síntomas de ansiedad, de depresión,
desmotivación y agresividad.
En la misma década, la psicóloga social
Cristina Maslach, lo describió como un síndrome de
agotamiento emocional, despersonalización y baja
realización personal.
Particularmente se lo trata como una afección
laboral que se
manifiesta en médicos, enfermeros, docentes,
editorialistas, policías, bomberos, jueces, fiscales,
psiquiatras, psicólogos y también en vendedores y
administrativos que atienden público.
Algunos factores que lo desencadenan son la demanda
permanente no manejable, cuando se está sujeto a continuas
peticiones de atención o solución, el no poder
desconectarse de la actividad fuera del horario de trabajo, tener
la mente permanentemente ocupada por los problemas y
las responsabilidades laborales, la edad, el sexo, el estado
civil, los horarios agobiadores, el salario.
Con respecto a la edad, aunque no parece influir mucho,
se considera que hay en la vida de toda persona un
período de sensibilización entre los veinte y los
treinta años cuando se desarrollan las primeras
experiencias laborales y en el cual se produce una
transición de las expectativas idealistas a la
práctica cotidiana.
En lo que se refiere al sexo, el femenino sería
el más vulnerable, quizás por la doble carga que
soporta en muchos casos, rol profesional y tarea
familiar.
En lo relacionado con el estado civil no hay unanimidad
aunque se manifiesta más en las personas casadas o con una
pareja estable con existencia de hijos
pequeños.
El horario laboral influye sólo cuando es
extremadamente intenso.
En lo que a la antigüedad en el trabajo se
refiere ya dijimos de los primeros años, pero
también se produce una mayor asociación con el
síndrome en profesionales con más de diez
años de experiencia.
Este síndrome se desarrolla evolutivamente, en
una primera etapa tiene lugar un disbalance entre las demandas y
los recursos, se
produce una especie de stress
psicosocial. En una segunda etapa se produce un estado de
tensión psicofísica. Y en una tercera etapa, una
serie de trastornos en la conducta o
cambios conductuales. En general el síndrome es insidioso,
afecta en forma variable unos u otros días. Se tiende a
negar su presencia pues se vive como un fracaso profesional y
persona
Se perciben síntomas como la sensación de
estar enfermo, pérdida de la memoria,
desorganización del pensamiento,
sensación de injusticia, agresividad,
conflictividad con los
semejantes, aislamiento, pérdida de
energía, sentimiento de vacío, desmotivación
y cese de los deseos de trabajar.
El síndrome crece día a día o
decrece según las experiencias cotidianas, nadie es
inmune, cualquier persona en cualquier profesión o
actividad es candidato a contraerlo.
Consecuentemente con lo que se viene exponiendo podemos
decir que se manifiesta en los siguientes aspectos:
psicosomáticos: fatiga crónica, dolores de cabeza,
falta de sueño, úlceras, pérdidas de peso y
dolores musculares; conductuales: ausentismo laboral, abuso de
drogas como el
café,
tabaco, alcohol y
fármacos, superficialidad en el contacto con los
demás y violencia;
emocionales: aburrimiento, impaciencia, irritabilidad,
desorientación, desconcentración y
depresión; laborales: falta de comunicación, disminución de la
calidad de los
servicios y
merma en la capacidad de las tareas.
Hay un factor de tipo personal y tiene que ver con el
hecho de hasta que punto hay un desajuste entre las expectativas
propias y la realidad cotidiana y cual es el grado de
adaptación entre ambas. Básicamente hay tres tipos
de expectativas, las altruistas: de poder ayudar a los que
necesitan y a los que sufren, las profesionales: de ser
competente y considerado como tal, las sociales: de tener cierto
prestigio social acompañado de buenos ingresos
económicos. Talvez si nos detenemos brevemente sobre estas
expectativas comprendamos mejor la prevalencia del
burn-out.
Expectativas altruistas: se registra a la par de la
labor, profesional o no, un acompañamiento a las
cualidades técnicas
de valores como
empatía, ternura, delicadeza, tolerancia,
flexibilidad, respeto, pero
frecuentemente y de forma sutil entran en dilema con los
requerimientos que actualmente se exigen, por lo que es
difícil mantener un equilibrio
maduro entre los aspectos positivos de estas expectativas y sus
aspectos neuróticos.
Expectativas profesionales: la necesidad de ser y
sentirse competente se fundamenta en dos premisas importantes,
saber lo que hay que hacer y principalmente poderlo
hacer.
Expectativas sociales: prima la íntima necesidad
de ser reconocido por el grupo de amigos, compañeros y la
sociedad en
general, cuando esto no se da, juegan un papel importante las
percepciones que se tienen sobre el nivel de ingresos a veces
inferior al de otros profesionales, la suma de responsabilidades
en ocasiones superiores a la de los demás y la
sensación de sentirse acosados, perseguidos y maltratados
socialmente.
A todo esto se suman el llamado goteo emocional, es
decir la proximidad al sufrimiento cotidiano, la mayor
implicación emocional en las actividades, la
incertidumbre, la
falta de apoyo, el aumento de la posibilidad de cometer
errores, una extralimitación de la agenda diaria, la
enemistad
Como consecuencia del desconocimiento, conflicto de
intereses, dificultades de comunicación que derivan en un
diálogo de
sordos y hasta la situación estresante de percibir todo
como indeseable, impredecible e incontrolable.
El síndrome de burnout se puede medir por medio
de una escala llamada la escala de Maslach que se aplica
internacionalmente desde 1986, tiene alta consistencia interna y
gran fiabilidad, mide en primera instancia el desgaste laboral y
profesional y se complementa al medir los tres aspectos del
síndrome, cansancio emocional, despersonalización y
realización personal al trabajar sobre los sentimientos y
actitudes del las personas involucradas.
La escala se divide en tres subescalas, la de
agotamiento emocional: valora la vivencia de estar exhausto
emocionalmente por las demandas del trabajo; la de
despersonalización: valora el grado en que cada uno
reconoce actitudes de frialdad y distanciamiento; la de
realización personal: evalúa los sentimientos de
autoeficacia y realización personal en el
trabajo.
El síndrome de burnout se puede tratar pero la
principal dificultad se da en la resistencia de
los afectados para reconocer y admitir en ellos mismos los
problemas emocionales. Actualmente es considerado como una
enfermedad y se trata con dos métodos
terapéuticos: las técnicas cognoscitivas
conductuales y la psicoterapia,
por lo cual precisan si o si de un psicólogo y
eventualmente de un psiquiatra.
El síndrome de burnout se puede prevenir y en
esto es de real importancia el proceso
personal de adaptación de las expectativas que se tienen a
lo cotidiano de la realidad, una fuerte formación en
emociones,
como manejarlas y controlarlas, un equilibrio natural de las
áreas vitales de la vida en sí misma como lo son
la familia,
los amigos, las aficiones, el descanso, el trabajo y la construcción de una atmósfera, un
clima de
espacios comunes y objetivos
comunes que se satisfagan en equipo y en el mejor de los casos
entre amigos.*
En la realidad de los estudiantes vista por los docentes
y psicopedagogos se habla de trastornos de deficiencia de la
atención y se analizan los mismos según ciertos
síntomas que
*a-Síndrome de burnout. (2001). Padilla, Carlos
A.- Gonzáles, Rafael P.
b-Beneficios de las intervenciones del estrés
laboral. (2001).Klingk, Vander
c- El síndrome burn-out o de estar quemado
WWW.Psicologia-online.com
d-El síndrome de quemarse por el trabajo. (2003).
Ménard, Jean Denis
e-Biblioteca de
consulta WWW.Consultapsi.com
f-Síndrome de desgaste profesional. Guevara,
César. Revista
Colombia
Médica WWW.Bioline.org.br
se identifican como: "distracción, es decir que
se presta poca atención continuada a las tareas,
impulsividad, se explica en como el control de los
impulsos está afectado, Hiperactividad, se manifiesta en
la actividad excesiva y agitación física.
Se determina por la inhabilidad para mantener enfocada
la atención, aunque esto no significa que el individuo sea
incapaz de aprender, sino que lo hace de forma
diferente.
Una persona con trastornos de deficiencia de
atención puede mostrar alguna de estas
características: aislamiento o distanciamiento, pobre
realización académica, alguna incapacidad de
aprendizaje,
excesiva ansiedad o timidez, dificultad para mantener la
atención, dificultad para organizar tareas, olvido de las
tareas diarias, facilidad para distraerse.
Una persona con trastornos de deficiencia de
atención con hiperactividad puede mostrar alguna de las
siguientes características: manifiesta inquietud con las
manos y con los pies, demuestra estar incómodo en su
asiento, habla excesivamente, a veces responde con brusquedad,
tiene dificultades para esperar en una fila, impulsividad,
fuertes explosiones de temperamento."*
Establecido el marco teórico en el cual podemos
descubrir que la sintomatología del burnout laboral tiene
sus paralelos relativos con los síntomas del trastorno de
deficiencia de atención en los estudiantes, podemos
abocarnos a estudiar el burnout en los estudiantes
universitarios.
*El trastorno de deficiencia de atención.
Piedrahita Moreno, José Manuel.
Saga Ediciones (2005)
Con la intención de analizar la
presencia del burnout en los estudiantes, debemos trasladar lo
que conocemos de este síndrome a la esfera propia del
claustro estudiantil universitario. Debemos comprobar si para el
grupo de alumnos que estudiaremos podemos definir a este
síndrome como el resultado positivo del agotamiento y
negativo de la eficacia,
también son importantes las variables
psicosociales como la tendencia al abandono y el rendimiento
académico, el grado de compromiso con sus estudios y el
deseo de abandonar la carrera que se cursa, confrontado con la
felicidad y satisfacción por la carrera
elegida.
La actitud puede
compararse con la de un empleado, mientras este renuncia porque
ya no aguanta más, el estudiante deja de ir a clases, no
tiene ánimo para ello y sobre todo no le
importa.
La presión
del tiempo para presentar determinados trabajos y la
disposición de horarios muy ajustados relacionada con la
merma del rendimiento.
El perfil no debería ser el mismo para varones y
mujeres o para casados y solteros.
El estilo de vida
que llevan cuando se acercan los exámenes con
hábitos insanos como el exceso del consumo de
café, cigarrillos y hasta tranquilizantes vinculado al
rendimiento mental.
Y por último el contexto social en el que se
desenvuelven.
CLASIFICACIÓN DEL PERFIL DE LOS
ESTUDIANTES
Determinamos, basados en la escala de
Maslach, elaborada precisamente por Cristina Maslach,* tres
niveles para describir el perfil del estudiante afectado por el
burnout:
Primer nivel. Agotamiento emocional. Se
caracteriza por un estado de cansancio mental y emocional por las
demandas del estudio y los trabajos prácticos.
Segundo nivel. Despersonalización.
Se caracteriza por actitudes de frialdad y
distanciamiento.
Tercer nivel. Realización personal.
Se caracteriza por los sentimientos de autoeficacia y
realización personal en los estudios.
*Se puede medir el síndrome del burnout?
www.diezminutos.org
ANÁLISIS DE LOS DATOS
RECOLECTADOS
Una vez encuestada esta muestra de treinta
personas dentro del universo
estudiantil universitario, encontramos que está conformado
por un 70% de personas de sexo femenino y un 30% de personas de
sexo masculino, el 73% son jóvenes menores de veinticinco
años y el 27% son jóvenes mayores de veinticinco
años, el 36% trabaja y el 64% no lo hace.
Dentro del total de la mujeres encuestadas,
el 71% de ellas es menor de veinticinco años y el 29%
mayor de dicha edad, el 33% trabaja y el 67% no.
En el total de los varones encuestados, el 67% de ellos
es menor de veinticinco años y el 33% es mayor, el 44%
trabaja y el 56% no.
Se obtuvo a las afirmaciones del primer nivel un 63% de
puntuación considerablemente baja, un 17% de
puntuación alta y un 20% de puntuación
límite de 25 puntos aproximadamente.
Con respecto a las afirmaciones del segundo nivel, se
obtuvo un 63% de puntuación considerablemente baja, un 17%
de puntuación alta y un 20% marcada por los 25 puntos
aprox.
En lo que se refiere a las afirmaciones del tercer nivel
se obtuvo un 37% de puntuación considerablemente baja, un
54% de puntuación alta y un 9% de puntuación media,
señalada por una calificación de 25 puntos
aproximados.
El 63% que alcanzó puntuación baja en el
primer nivel, también la alcanzó en el segundo
nivel.
El 17% que consiguió puntuación alta en el
primer nivel, también la consiguió en el segundo
nivel.
El 20% que logró una puntuación
límite en el primer nivel, también la logró
en el segundo nivel.
Con respecto al tercer nivel, los resultados fueron
diferentes, un 37% obtuvo puntuación considerablemente
baja, un 54% alta y un 9% media en los 25 puntos
aproximadamente.
Coincidentemente ese 37% de puntuación baja en el
tercer nivel está constituido por aquellos que obtuvieron
puntuación alta y media en el primer y segundo
nivel.
De la misma manera, ese 63% que alcanzó
puntuación baja en el primer y segundo nivel, está
conformado por aquellos que obtuvieron puntuación media y
alta en el tercer nivel.
Del total de los encuestados que obtuvieron
puntuación baja en el primer y segundo nivel, un 79% son
mujeres, un 87% de éstas son menores de veinticinco
años y de éstas últimas el 85% no
trabaja.
Del total de los encuestados que obtuvieron
puntuación baja en el primer y segundo nivel, un 21% son
hombres, el 100% de estos es menor de veinticinco años y
de éstos últimos el 75% no trabaja.
Del total de los alumnos que alcanzaron
puntuación alta
en el primer y segundo nivel, un 20% son mujeres,
mayores de veinticinco años y trabajan.
Del total de los alumnos que alcanzaron
puntuación alta en el primer y segundo nivel, un 80% son
varones, un 75% de éstos son mayores de veinticinco
años y de éstos últimos el 100%
trabaja.
Del total de las personas que consiguieron
puntuación baja en el tercer nivel, un 54% son mujeres, el
50% de estas es mayor de veinticinco años y de
éstas el 67% trabaja.
Del total de las personas que consiguieron
puntuación baja en el tercer nivel, un 46% son varones, el
60% de estos es mayor de veinticinco años y de
éstos el 100% trabaja.
Por consiguiente obtenemos que el 63% de los alumnos
goza de buena salud emocional, fuerte
personalización y alta realización
personal.
En tanto encontramos un 20% de alumnos que tiene un
frágil equilibrio emocional un probable paso a la
despersonalización y una baja realización
personal.
Finalmente detectamos que un 17% de los alumnos padece
de agotamiento emocional, despersonalización y falta de
realización personal, de los cuales el 40% son mujeres y
el 60% son varones.
CONCLUSIÓN
En base a las respuestas obtenidas, la
calificación de aquellas que se identifican con la
presencia de los síntomas ya descritos y
contabilizadas:
DETECTAMOS LA PRESENCIA DEL SÍNDROME DEL
BURNOUT EN LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS.
De la población estudiada el 17%
padece de este síndrome, de cuyo total el 40% son mujeres
y el 60% son hombres.
Por lo tanto, estamos en condiciones de afirmar
que:
EL SÍNDROME DEL BURNOUT SE MANIFIESTA EN LOS
ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS.
Detectado ya el síndrome del burnout
en los estudiantes universitarios y apreciando que se manifiesta
en los mismos, surgen nuevas preguntas que brotan a borbotones de
nuestras mentes inquietas.
¿Afecta el burnout a los estudiantes
universitarios?, ¿provoca el bajo rendimiento
académico de los alumnos afectados?, ¿es causa de
deserción en los jóvenes que cursan estudios
universitarios?, ¿es consecuencia, el burnout, del exceso
de esfuerzo que deben emplear los educandos en la carrera
elegida?
Concretamente el problema es:
¿AFECTA EL BURNOUT A LOS
ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS EN LOS CUALES SE
MANIFIESTA?
Son muchas las preguntas sobre el
porqué del bajo rendimiento, la deserción y la
falta de motivación, éstas dan pie a nuevas y
más amplias investigaciones.
En el presente trabajo tratamos ahora de determinar como nuevo
objetivo:
ESTABLECER SI EL SÍNDROME DEL BURNOUT AFECTA A
LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS EN LOS CUALES SE MANIFIESTA,
CONDICIONANDO SU RENDIMIENTO Y/O CAUSANDO SU
DESERCIÓN.
POBLACIÓN A ESTUDIAR
La población a estudiar, aquella en
la cual se manifiesta el síndrome, está compuesta
por cinco alumnos que configuran el 17% del total de los treinta
alumnos encuestados. Dos son mujeres, una mayor de veinticinco
años y con trabajo y la otra menor de veinticinco
años y sin trabajo. Tres son hombres, dos mayores de
veinticinco años y con trabajo y uno menor de veinticinco
años y con trabajo.
METODOLOGÍA DE
INVESTIGACIÓN
Es importante notar lo ocurrido desde el
momento en que se realizó la encuesta, primeros
días de Octubre, hasta el momento de formular el nuevo
objetivo, últimos días de Octubre. En este lapso
cuatro alumnos desertaron en dos de las tres materias que
cursaban y uno abandonó la carrera.
Se decide entrevistar a estos cinco alumnos para
obtener
mayor información respecto de su estado
emocional, de su situación, de sus expectativas y de sus
sentimientos.
INSTRUMENTOS DE RECOLECCIÓN DE
DATOS
Entrevista
Se opta por hacerla de manera estructurada,
con un cuestionario preestablecido, cara a cara y en panel, donde
los dos miembros del presente equipo de trabajo formulan en forma
amena y sencilla preguntas cerradas y con gradación en una
primera instancia y preguntas abiertas en una segunda
instancia.
La primera secuencia de preguntas tiende a confirmar los
datos obtenidos en la encuesta, por ello las preguntas son
similares, las respuestas del mismo tenor y la
calificación idéntica.*
Las preguntas son:
1- ¿te sientes emocionalmente cansado?
2- ¿te sientes agotado en tus
estudios?
3- ¿te sientes fatigado cuando te levantas por la
mañana?
4- ¿comprendes difícilmente a tus
docentes?
5- ¿tratas a tus compañeros como si ellos
fueran objetos impersonales?
6- ¿reunirte con tus compañeros todos los
días significa un gran esfuerzo?
7- ¿te has vuelto insensible a los problemas de
quienes te rodean?
8- ¿te sientes frustrado con tus
estudios?
9- ¿estás estudiando demasiado?
10-¿te despreocupa lo que le sucede a los
demás?
*Se puede medir el síndrome del burnout?
www.diezminutos.org
11-¿reunirte a estudiar con tus compañeros
te produce estrés?
12-¿te sientes con pocas fuerzas para seguir
adelante?
13-¿sientes que tus compañeros te
presionan demasiado para que cumplas tu parte en las
obligaciones?
14-¿te sientes confundido respecto de tus
intereses al elegir esta carrera?
Las preguntas 1, 2, 3, 6, 8, 9 y 12 tienden a determinar
el nivel de agotamiento emocional.
Las preguntas 4, 5, 7, 10, 11, 13 y 14 apuntan a medir
el nivel de despersonalización.
Como en la encuesta las respuestas cerradas y con
gradación son:
1- todo el tiempo (4 puntos)
2- frecuentemente (3 puntos)
3- en ocasiones (2 puntos)
4- nunca (1 punto)
Se considera puntuación baja de 7 a 14 puntos y
puntuación alta de 15 a 28 puntos. Puntuación alta
en ambos niveles nos hablan de agotamiento emocional y
despersonalización.
La segunda secuencia de preguntas, abiertas
éstas, dan al entrevistado la posibilidad de explayarse
sobre su situación y sus emociones.
Las preguntas son:
1-¿te entusiasma seguir estudiando o planeas no
hacerlo más?
2-Cuándo te fijas una meta, ¿qué
haces para seguir el camino hacia su
consecución?
3-¿qué obstáculos se interponen
entre tú y tus estudios?
4-esos obstáculos ¿de qué manera
afectan tu rendimiento personal en lo cotidiano?
5- en el transcurso del último mes de clases
¿cómo has rendido habitualmente con respecto a leer
los apuntes y preparar los trabajos prácticos?
6-¿cuáles fueron las causas que te
llevaron a dejar de cursar las materias?
7- si haces el esfuerzo ¿cómo crees que
podrás superar los obstáculos en tu
camino?
8- ¿por qué estás decidido a no
continuar cursando?
9- trata de esbozar sencillamente una idea de
cómo vencer esa decisión.
10- trata de plantearte cómo hacer para seguir en
carrera.
ANÁLISIS DE LOS DATOS
RECOLECTADOS
Una vez realizadas las entrevistas,
las respuestas a las primeras catorce preguntas con un alto
puntaje nos hablan claramente de la presencia de los
síntomas del burn out, confirmando los resultados de la
encuesta.
Con respecto a las respuestas obtenidas a partir de las
diez preguntas últimas, se puede reconocer la falta de
entusiasmo por seguir estudiando, una especie de estancamiento
personal, frustración que lleva al alejamiento de los
objetivos que se habían planteado al decidir estudiar,
apatía, indiferencia y falta de voluntad.
Un malestar común a los entrevistados es la
sensación de no poder hacer nada para revertir esta
situación en la que se encuentran con la carrera a medio
hacer y casi perdida.
El caso del estudiante que abandonó la carrera es
apenas diferente en este sentido, pues si bien no ve
solución al tema, ya planea fijarse nuevas metas,
superando esa sensación de impotencia que le
aquejaba.
En lo que respecta a la mujer mayor de
veinticinco años, influyeron en el agotamiento emocional
las presiones laborales y familiares, las muchas horas en
acción,
las obligaciones del hogar y el ritmo frenético de las
actividades, lo que determina pocas horas de descanso y nula
dedicación al ocio. Tiene hijos que cuidar y educar por lo
cual su propio tiempo se reduce aún más.
En lo referente a la mujer menor de
veinticinco años, influyó sustancialmente la
distancia de su vivienda al edificio universitario, lo que la
llevaba a perder dos horas diarias y a veces hasta tres en
viajes de
colectivo para cubrir esa distancia, considerando que algunos
días tenía clase mañana y tarde. A esto se
le suma su obligación de colaborar en el hogar y una
relación amorosa en conflicto.
En el caso de los hombres, éstos se ven agobiados
por las horas que deben dedicar al cursado de las materias, las
cuales se suman y acumulan excesivamente a las horas de trabajo,
restándole tiempo para leer, estudiar y realizar los
trabajos prácticos. Además de ser casados y con
hijos a quienes deben dedicarle tiempo para jugar o para
ayudarlos en sus tareas escolares. La falta de tiempo para
dedicarle a sus familias les lleva a tener enfrentamientos con
sus esposas y escenas de celo. Sus actividades laborales son
complejas lo cual produce cierto nivel de estrés que se ve
potenciado por las obligaciones incumplidas en las
aulas.
Finalmente, salvo el caso de quien debió
abandonar definitivamente los estudios, ninguno de los
entrevistados se mostró capaz de plantearse cómo
hacer para seguir en carrera sin rendirse de un momento a
otro.
Las respuestas son contundentes, los
síntomas innegables y la afección identificable. El
proceso de la falta de energía, la actitud negativa y la
insatisfacción es palpable en las personas
afectadas.
En consecuencia sólo nos resta concluir y
establecer que:
EL SÍNDROME DEL BURNOUT AFECTA A LOS
ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS EN LOS CUALES SE MANIFIESTA
CONDICIONANDO SU RENDIMIENTO Y/O CAUSANDO SU
DESERCIÓN.
El síndrome del burnout no afecta
sólo a profesionales, también a los estudiantes
universitarios, de todos modos alcanzamos a visualizar una
íntima relación entre ambas actividades cuando se
realizan simultáneamente, de lo cual podemos deducir que
quien trabaja y estudia si se ve afectado por el síndrome
como estudiante, seguramente también le afectará en
su desempeño laboral o profesional.
Quien sólo estudia pero tiene obligaciones
hogareñas, se verá afectado no sólo en el
estudio sino también en su vida familiar. Y quien debe
sobrellevar una carga emocional conflictiva verá
repercutir esta afección tanto en sus estudios como en su
intimidad.
El síndrome del burnout no es propio de
género, raza, estatus social, profesión o edad. Es
común a todos aquellos que realizan cualquier actividad o
más de una simultáneamente y se ven sobrepasados
por la falta de tiempo, el exceso de tareas, el incremento de
obligaciones y la conciencia sobre la imposibilidad de cumplir
con todo lo planeado y propuesto.
Podemos estar de acuerdo o disentir, aceptar lo expuesto
o no, complacernos con los resultados obtenidos a través
de la presente investigación o cuestionar su alcance, pero
lo importante es que conocimos algo nuevo, se puede profundizar y
desarrollar aún más.
La base está plantada, el primer paso está
dado, queda a quien corresponda y se interese, realizar un
trabajo más ambicioso, mejor organizado, desarrollado y
profundizado a fin de alcanzar resultados positivos y
fecundos.
A nosotros, simples estudiantes y curiosos, nos queda la
satisfacción de haber aprendido sobre las personas, sus
emociones, sus actitudes, sus valores.
SAN FERNANDO DEL VALLE DE CATAMARCA, 28 DE
octubre de 2005.
Alumnos:
Cano, L. Guillermo-
Martín, Andrés A
Nadie puede volver atrás sus
pasos
Para hacer un nuevo comienzo,
Pero cualquiera puede, desde ahora,
Empezar a caminar para hacer un final
feliz.