Muchos artistas y críticos de arte, inquietados
por su quehacer profesional inmediato -sin pretender una producción sistémica ni
sistemática en Estética– han incorporado generalizaciones
tanto a la Teoría
del Arte como a la Estética. Esto ha sido el resultado de
una incesante búsqueda de nuevos motivos de
inspiración, métodos y
modos de expresión; al calor de las
reflexiones que ello engendra, y fraguadas en una dinámica intrínseca con las demandas
del entorno socio-cultural. Tal es el caso de Regino E. Boti
(Guantánamo.1878-1958), bardo exquisito que aportó,
desde su crítica
literaria, ideas valiosas a la Estética y la
Teoría del Arte. Su producción devino paradigma
estético-artístico para los poetas del primer
renacimiento
lírico republicano en Cuba.
Boti vivió en un contexto de agudas
contradicciones y desmanes sociales. La salida a tal
situación se encuentra, según el poeta, en la
difusión cultural, la educación
estética y el arte.
La investigación aborda una nueva faceta del
autor: sus ideas estéticas contenidas en la crítica
literaria sobre Poética. Se asumen como sus lineamientos
fundamentales:
Regino Eladio Boti es conocido por haber levantado la
poesía
cubana de la crisis que
atravesaba en la primera década del siglo XX. Arabescos
Mentales (1913); fue la obra que le otorgó tal
mérito. Boti supo adaptarse a las nuevas exigencias que
imponía la lírica en cuba y América, de ello resultaron sus
producciones posteriores: La Torre Del Silencio, Kodak-
Ensueño y Kindergarten.
La crítica literaria de Boti no es tan conocida
como su poesía.
Autores interesados en rescatar y dar a conocer su crítica
han realizado un apasionado y serio trabajo.
Es digno reconocer a Emilio de Armas con la
selección Regino Boti.
Crítica literaria (1985), a Etna R.
Columbié con El Exegeta (1995) y Enrique Sainz con
su Trayectoria poética y crítica de Regino
Boti.
Al acceder a estas obras y a las publicaciones
periódicas donde Boti encontró espacio para su
pluma de crítico se constata la aplicación de un
erudito conocimiento
del poema, de la verificación y de la utilización
del idioma.
Las producción botiana en el terreno de la
crítica literaria rebasa el marco de esta. Entra en
generalizaciones sobre el arte y las relaciones que guarda el
proceso de
creación- obra –público y consideraciones
importantes sobre las categorías de la
estética.
Esta investigación tiene como objetivo
precisamente: Analizar las ideas estéticas de Rgino E.
Boti contenidas en su crítica literaria.
La estética en el sentido que aquí
interesa, como disciplina
filosófica va a tratar su objeto de manera generalizadora
sin centrarse en las determinaciones de un arte
específico. No se persigue en esta investigación
evaluar la estética botiana relacionada directamente con
la poesía como la analiza la crítica literaria,
sino de extraer el aspecto filosófico en ella contenida.
Aunque en momentos determinados se tenga que apelar a ejemplos de
la poesía en particular para formular
generalizaciones.
1.2.- Vida y obra de
Regino Eladio Boti Barreiro
Regino Eladio Boti Barreiro nace en la ciudad de
Guantánamo, antigua provincia de Oriente, el 18 de febrero
de 1878 y muere en la misma ciudad el 5 de agosto de
1958.
Al estallar la Guerra del 95
el joven se reunía con un grupo de
conspiradores guantanameros con el propósito de enrolarse
en el Ejercito libertador, su padre ante tal situación
decide enviarlo a estudiar a España y
así evita que su hijo se mezclara en la guerra.
En ese mismo año, 1895 cursa estudios en el
colegio Vilar, Barcelona, allí recibe clases de pintura,
también estudió en el Instituto Provincial de
Segunda enseñanza de Barcelona e inicia el
bachillerato, el cual no concluye. En este período
comprendido entre 1895 y 1898 en España es donde se
intensifican sus inquietudes intelectuales
y para entonces ha publicado sus dos primeros artículos en
dos periódicos guantanameros, esta actividad vinculada al
periodismo
Boti la va a continuar ejerciendo en varias publicaciones tanto
nacionales como extranjeras durante casi toda su vida.
A principio de 1899 regresa a Guantánamo, luego
inicia sus estudios en la ciudad de Santiago de Cuba y los
completa en La Universidad de
Harvard en Estados Unidos de
América. En 1917 se gradúa de Doctor en Derecho Civil en
la ciudad de la Habana y en 1942 a la edad de 64 años
obtiene el titulo de Doctor en Filosofía y letras, carrera
que también estudió en la capital
cubana.
Regino E. Boti se desempeñó en varios
trabajos, fue bodeguero y maestro público. En 1902 viaja a
Santo Domingo donde se hace maestro azucarero, funge como
ayudante de mayordomía y también aprende el oficio
de tabaquero, todo esto durante una estancia de sólo dos
años. Aunque no era de su gusto ejerció la
abogacía, también fue notario.
El guantanamero, se dedicó desde muy joven a la
poesía, acompañando su labor poética con
otras de facetas muy diferentes como la investigación
histórica y la crítica literaria. Escribió
una de las primeras biografías que se
conoce de El General Guillermo Moncada
(1911)
Gracias a sus constantes investigaciones
se conocen hoy muchos detalles a cerca de la ciudad de
Guantánamo y sus orígenes. Con su trabajo de
ingreso El 24 de febrero de 1895 (1919) pasa a formar
parte de la Academia de Historia de Cuba.
Boti colaboró en alrededor de sesenta
periódicos y revistas de Cuba y el extranjero en los que
publicó importantes artículos donde resaltan los
del orden crítico literario, a través de la
prensa daba
vida y ponía a la luz
pública lo más rico del quehacer poético de
la nación
conjuntamente con otros que en un principio eran del interior del
país.
Con la obra Arabescos Mentales (1913) Regino Boti
marca un
jalón dentro de la lírica cubana y da con ella
inicio al primer renacimiento poético de la republica y se
convierte de esta manera en el primer poeta de envergadura del
siglo veinte en Cuba. Boti es (…) el que rescata la
hidalguía poética cubana para el continente.
[Parra, Rissell (inédito)] y como afirman algunos autores,
es el primero que acoge el magisterio de José Martí.
Un basto conocimiento de la poesía y su historia,
le permitieron a Boti convertirse en un agudo crítico que
vino a ser resultado de su incansable búsqueda de un
método
propio de carácter científico " Sobre la base
de la interrelación dialéctica creación
– crítica, tradición –
renovación, se alza toda la critica poética de
Regino E. Boti(…)" ( Columbié E, R: 1995:24).
grandes exponentes de la poesía: Gertrudis
Gómez de Avellaneda, Julián del Casal, Rubén
Darío, El Cucalambé, Juan Marinello y
Nicolás Guillén.
En 1913 Boti escribe "La Avellaneda como
metrificadora", esta obra "(…) significó (…)
un momento relevante para la crítica cubana de la
época por su grado de especialización, su
precisión de juicio y lo particularizado del análisis". (Columbié E R: 1995: 29)
La métrica de la poetisa camagüeyana no había
sido estudiada con toda profundidad, hasta que lo hace Boti dando
a conocer los aportes de esta a la lírica y con lo que le
devuelve el lugar que ocupa ella dentro de la literatura de habla hispana
y demuestra elementos que la convierten en precursora de la
versificación modernista.
Con la muerte de
José Martí y
Julián del Casal la lírica cubana comienza a
atravesar por un período en que la producción
poética se queda a la zaga con respecto a las demás
naciones de Latinoamérica, donde la poesía
seguía evolucionando y había dado ya lo mejor del
modernismo.
En Cuba los poetas continuaban asidos al romanticismo,
este movimiento
había agotado todas sus posibilidades y se encontraba en
decadencia. La poesía "romanticoide", como refería
Boti, se caracterizaba, en lo general, por su insustancialidad y
pobreza
lexical.
Durante el siglo XIX hubo un florecimiento de la rica
tradición crítica en Cuba, que tuvo sus mejores
representantes en José Martí, Enrique José
Varona y Manuel Sanguily.
Por lo general en las dos primeras décadas de la
repùblica la critica cubana estaba desactualizada en
relación con las líneas de pensamiento y
la literatura más avanzadas de la época, por la
agonizante orientación positivista y el impresionismo
vació que nada aportaban al pensamiento renovador que
había caracterizado la centuria precedente.
Otros trabajos relevantes que muestran a Boti como
excelente crítico e investigador literario son "
Dilucidaciones métricas", escrito en 1914 y salido
a luz publica en 1921, los trabajos sobre Darío que
salieron entre 1918 y 1925, "Sincronismos a manera de
prólogo para el lector cubano de Crepúsculos
fantásticos, " La nueva poesía en Cuba:
Liberación, por Juan Marinello, Madrid 1927, "
Notas acerca de José Manuel Poveda, su tiempo, su
vida y su obra (1928), " Tres temas sobre la nueva
poesía"( 1928)," Motivos de son. La
poesía de Nicolás Guillén" y " El
Cucalambé popular ".
Gracias a las investigaciones de Boti acerca de
Darío dio a la luz versos desconocidos de este
último y pudo demostrar la autonomía del
nicaragüense sobre los versos de la Negra Dominga que se le
atribuían a Casal.
En materia de
estética, si algo viene a quedar manifiesto es el
eclecticismo del poeta. En el prólogo a Arabescos
Mentales (1913), el autor hace una exposición
declaratoria de sus ideas, dentro de las cuales está en
todo momento la presencia de una formación
ecléctica muy rica y diversa.
Él mismo lo afirma: "Lejos de ser sectario me
precio de
ecléctico. Suponérselo en arte, es una virtud.
Serlo, es triunfar". En la misma obra apela al verso para
patentizar: En la ortodoxia misma ∕ del Arte, visto luto
∕ porque me arrastra el cisma ∕ y odio lo impoluto.
Vacilo entre los polos estéticos.
Con este primer libro Boti
incursiona dentro del modernismo; hace poesía nueva,
negándose a producir dentro del romanticismo decadente al
que continuaban aferrados los poetas en los inicios de la
república, sin una mirada crítica que les
permitiera producir acorde con su tiempo. Esta poesía
"románticoide", como la refiere Boti, estaba caracterizada
por la insustancialidad y la pobreza
léxica.
Con Arabescos mentales Boti se ha ido por encima
de la parálisis cultural de los primeros diez años
de la república, llevando siempre como máxima una
lucha estética consecuente y se levanta de esta forma
contra los poetas neorrománticos. Boti entendía que
para que el poeta produzca una obra diferente dada su
individualidad, inscrito a una tradición dentro de un
conjunto de constantes, debe asumir una serie de experiencias
creadoras, un número de significados artísticos que
se han ido acumulando a través de toda la historia de la
producción poética.
La necesidad del contraste que permite lograr la
perfección es uno de los intereses del guantanamero que
siempre va a proponer desde una rica visión
dialéctica entre continuidad e innovación.
La oposición a la pobreza lírica del
romanticismo decadente y falta de asimilación flexible de
elementos de otro movimiento, además de la insistencia en
el contraste para lograr la perfección poética, son
las causas fundamentales que conducen a Boti a adoptar una
posición ecléctica dentro del ámbito de la
estética.
Las fuentes
teóricas de la estética botiana son variadas: las
francesas del siglo XIX, que además tuvieron fuerte
influencia en toda la América
latina; las del alemán Frederich Nietzsche
asimiladas por el cubano a través de tres obras
fundamentales de las que se vale para sus ensayos
críticos, estas son: El crepúsculo de los
ídolos, El origen de la tragedia y
Más allá del bien y el mal. En
el ensayo
"Sincronismos a manera de prólogo para el lector cubano de
Crepúsculos fantásticos remite al lector a
estas obras. Otras ideas que asimila el poeta guantanamero son
las del poeta norteamericano Emerson; con relación a la
naturaleza y
la obra de arte hay elementos pragmáticos que están
presentes en su estética.
En los ensayos críticos Boti hace una
aplicación de su erudito conocimiento del poema, de la
verificación y de la utilización del idioma; pero
además, entra en reflexiones mucho más
generalizadoras sobre el arte y las relaciones entre creador
– obra – público, que aunque no dejen de estar
vinculadas estrechamente con la poesía están mucho
más cerca de la estética en el sentido que
aquí interesa, como disciplina filosófica que va a
tratar su objeto de manera generalizadora sin centrarse en las
determinaciones de un arte específico.
No se persigue en esta investigación evaluar la
estética botiana relacionada directamente con la
poesía como la analiza la crítica literaria, sino
de extraer el aspecto filosófico en ella
contenida.
La batalla estética consecuente,
acompañada de una intensa labor de acendramiento del Yo
viene a manifestarse en la perfección formal de sus
poemas. Para
él, el verso sale del alma con el
primer impulso como un diamante en bruto y luego debe ser tallado
hasta lograr su perfección, concepción con la cual
se pronuncia contra la idea martiana de que el verso debe salir
ya pulido.
En el guantanamero se sobrepone el observador al poeta
porque lleva en su interior una gran contradicción entre
su empeño de lograr la perfección de la forma y su
inclinación a seguir la inspiración.
En lo que concierne al arte la "rebeldía y el
libre examen" debe ubicar necesariamente al creador en una
postura de asimilación de la tradición y el
constante renuevo desde una actitud
crítica, donde no debe perder de vista tanto lo objetivo
como lo subjetivo, con una mirada frente a lo exterior y lo
interior para que facilite la interrelación
dialéctica entre el motivo real de inspiración y el
sujeto creador. Este proceso de continuidad y ruptura es la base
de la mutación perfectible del alma humana que trae entre
sus diversas consecuencias los cambios en el poema.
Boti siempre está enfatizando sobre el aspecto
formal, pero no quiere decir que estuviera desacertada totalmente
su visión entre el contenido y la forma. Cuando la obra no
tiene impresa la visión original del artista, su sello, la
forma se estropea. La forma y el contenido deben tener un
equilibrio
porque si no se busca la correspondencia entre lo que el creador
quiere expresar y la forma para hacerlo, se arruina esta
última y la obra se vuelve insalvable pues no expresa el
contenido, es decir no cumple su función la
forma.
En criterio de Boti "la
personalidad está fundamentalmente en la forma" y se
encuentra además en armonía con el Gran Todo que
alcanza una de sus determinaciones en el "ritmo interior" del
poeta. En su obra debe estar su cosmovisión, su personalidad
que como se dijo anteriormente es el resultado de la
relación de su interior armónico con el Gran Todo,
esta reinará por encima de la lectura
tanto de críticos como de sociólogos, poetas y
filósofos.
El poeta con su concepción de que la originalidad
radica en la forma no se equivoca, porque es adecuado el
planteamiento de que cada artista tiene una forma original,
propia de expresarse; pero si algo lo limita es que confunde
maestría y originalidad con personalidad, según
él esta última radica fundamentalmente en la forma
cuando en realidad descansa mayormente en el contenido y por
supuesto este se expresa a través de la forma.
Antes de existir el hombre todo
en la naturaleza estaba situado, producto del
desarrollo
lógico- evolutivo. Sin embargo, lo que hace que dos obras
de arte estén situadas de manera desigual, que sean
diferentes radica precisamente en que son de naturaleza diferente
a los de los objetos del mundo natural, han sido creadas por el
hombre y
éste bajo la condición de artista pone en su obra
su personalidad que se manifiesta en la forma y que es
única e irrepetible; por lo tanto las obras son
diferentes, están "desigualmente situadas".
"El clasicismo no tiene fundamento racional de ser como
conquista definitiva en estética; y es inaceptable que se
nos quiera imponer como modelo cuando
en arte todas las tendencias pasan, se modifican, cambian y se
extinguen. Si infinitos adelantos, que corresponden al lado
práctico de nuestra vida, se han realizado ¿Por
qué en el orden artístico habríamos de
permanecer estacionarios?"( Boti, R. E.,1913:33 ) Así
declaraba Regino Boti en 1913 su apreciación
histórica del desarrollo del arte, de como cada
época tiene modelos
diferentes para la creación artística.
Los cánones de belleza cambian de época en
época en dependencia también del desarrollo
alcanzado hasta el momento por el hombre; con el adelanto
científico – técnico el mismo hombre va
creando nuevos objetos de disfrute estético y recreando
los antiguos, esto trae consigo un cambio en los
cánones estéticos.
Este proceso se opera de manera progresiva pero existen
cánones y obras de disfrute estético que han
trascendido y han sido asimilados por la modernidad, en
tal sentido él expresa: "Hoy no ya nos detenemos con gozo
contemplativo ante las ruinas de ciudades, tumbas y monumentos de
la civilización oriental, ante la clara euritmia de la
estatuaria griega (…) sino que reverenciamos también
estas otras innegables categorías de la belleza fruto de
nuestra era" (Boti, R. E., 1926: 66-67)
La conformación de cánones
estéticos y de la idea de lo bello en general depende del
contexto histórico; de las relaciones sociales y del
desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas. "Si un egipcio
despertara ahora (…) de su tumba (…) sería
incapaz de apreciar de improviso la belleza que hay en la
armazón de una locomotora, en la textura de un
dínamo (…)" (Boti, R.E, 19 26:66)
Para Boti existe una relación muy estrecha entre
lo singular y lo general en la obra de arte; es decir, que una
obra artística que tome como símbolo cualquier
elemento natural está representando con él a la
generalidad de la naturaleza, a través de una flor se
puede representar toda la naturaleza viva (el ejemplo no es de
Boti).
Cuando se representa la realidad social utilizando un
elemento natural para simbolizarla, desaparece lo que para el
hombre pueda existir de moral o amoral
en ella a través de la obra de arte, de su
forma.
En esta última consideración botaina, que
ha asimilado del poeta norteamericano Emerson, se pone de
manifiesto el peligro fundamental del eclecticismo, la
contradicción. Para Regino Boti la naturaleza tiene una
significación ética que
a medida que transcurre su obra va cobrando cuerpo. En su libro
El Mar y La Montaña cataloga a la naturaleza de
buena, utiliza elementos de ésta para representar la
eticidad; sin embargo, aquí se contradice de manera doble.
En primer lugar, niega la significación ética que
para él tiene la naturaleza y niega también que un
elemento natural puede representar o sugerir en una obra
cualidades éticas.
Es cierto que la naturaleza en sí no encierra
eticidad alguna, al igual que en sus cualidades físicas,
matemáticas o biológicas no es bella
o fea sin la intervención del sujeto que valora
estéticamente, el hombre, que hace corresponder su ideal
de lo bello o lo feo a la naturaleza según el contexto
histórico-social donde se desempeña,
tomándose siempre a él como centro. Muchas
cualidades morales o amorales pueden ser representadas en los
elementos naturales utilizándolo como símbolo, el
concepto mismo
de símbolo aclara parte de la problemática:
expresión por algún medio sensible, de algo
inmaterial.
Pero estas no desaparecen del todo en la obra ya
representada, por que como quiera que sea el autor escogió
precisamente elementos que dada la aprobación social
encierran cierto significado ético, por ejemplo, una
paloma que analizado por la biología es
simplemente un organismo sin caer en lo que significa para el
hombre, en la obra de arte adquiere otra connotación que
puede entre otras ser éticas. Difícilmente a
través de la paloma se represente en una obra la ruindad o
la agresividad o sumisión a través del león,
este último se considera también bello entre otras
cosas, por que posee cualidades que son ideales humanos:
destreza, fuerza y
resistencia.
Otra limitación que caracteriza a Boti dentro de
su eclecticismo estético es el utilitarismo de Emerson,
pero que tiene su origen en Sócrates,
reconoce como bello todo aquello que responde al fin para lo que
fue creado o trasformado, con lo que supedita lo bello a lo
útil.
La ley fundamental
de la belleza-la correspondencia entre lo real y lo
irreal-actúa tanto en la naturaleza como en los objetos
creados por el hombre. "El resultado de la actividad humana es
una realización del ideal y se valora con la medida de la
correspondencia entre el objeto real creado y el objeto que lo
origina y se plasma en el"(Kagan, M. 1984:131). Es comprensible
de que para determinar el valor
estético de un objeto baste con que este corresponda a la
finalidad ideal subjetiva y que debe existir una correspondencia
entre el objeto real y el ideal; que tienen a su vez que poseer
un carácter no sólo subjetivo sino también
objetivo, debe comprobarse por el funcionamiento práctico
del objeto y ser comprendido por los hombre que se sirven de sus
uso, lo perciben y valoran estéticamente.
No se debe caer en el extremo de absolutizar como rasero
para medir la belleza del objeto la comprobación del
funcionamiento práctico, útil de este.
Cuando se objetiva la correspondencia entre el objeto
real y su imagen ideal, la
medida de la belleza está en dependencia también
del nivel de maestría que tenga su creador, del arte y del
dominio
perfecto de oficio. La maestría como "capacidad de lograr
la medida suprema de ordenamiento de forma en los objetos creados
por el hombre" (Kagan, M, 1984:133) también pesa en la
conformación de un objeto y su belleza.
En un número de objetos de un mismo tipo, por
ejemplo dos mesas que se utilizan para comer, rinden la misma
utilidad pero
para un sujeto que las valora es más bella aquella que
haya sido creada con mayor maestría, tomando como criterio
para valorar esta última no sólo el exitoso
funcionamiento práctico de la mesa sino también su
aspecto, su forma.
El arte es ante todo para el guantanamero, un reflejo de
la realidad. De las formas naturales y de la realidad social es
que surgen idealizadas por el artista las formas
artísticas, y a medida que se va desarrollando la sociedad y el
nivel cognoscitivo del hombre van surgiendo nuevas imágenes
para el arte. Para el reconocido poeta el arte tiene un
carácter social y aún sin pretenderlos este se
manifiesta en la obra o está la tendencia a expresarse;
pero lo que no comparte es con la posición de algunos
artistas y en especial de los poetas de vanguardia en
Cuba, de expresar lo sociológico de la obra de arte de
manera implícita, por que se corre el peligro de que se
convierta en propaganda
política;
esto responde a su posición de repudio a la
política cubana que había sido en lo esencial desde
el inicio de la república pura
politiquería.
Por otra parte para Boti la verdadera obra de arte es
aquella que carece de intencionalidad y pretensiones, al respecto
declara: "el error, para mi, de nuestra lírica del
día, es que hace de lo sociológico como un programa,
anteponiendo la acción
social a la estética. Y nada mas deplorable que la
sociología en verso" (Boti, R. E.,
1928:129)
- El eclecticismo: por una parte este viene a ser una
respuesta de rebeldía contra la poesía
neorromántica en decadencia, y por otro su insistencia
en la necesidad del contraste para lograr la
perfección. - La visión histórica del arte en
general y de la poesía en particular, es lo que lo
conduce a un modo particular de hacer poesía de
acuerdo con los cánones de su tiempo. - No se debe denominar formalista de manera
categórica, porque aprecia muy adecuadamente la
relación entre contenido y forma; pero se pudiera
considerar como tercer lineamiento su énfasis en el
aspecto formal, como resultado de su búsqueda de
originalidad, la cual radicaba a su entender fundamentalmente
en la forma.
Boti Barreiro, Regino E. "La Avellanada como
metrificadora. Revista Cuba
contemporánea". t III, 1913, pp 373-390.
__________________. Dilucidaciones métricas.
Revista Cuba contemporánea, t XXVI, 1921, pp
332-369.
___________________. Versos inéditos y
desconocidos de Rubén Darío. Revista Cuba
contemporánea t XXXI, 1923, pp 260-283.
_____________________ . Martí en Darío.
Revista Cuba contemporánea, t XXXVII 1925, pp
112-124.
____________________ Sincronismos a manera de
prólogo para el lector cubano de "Crepúsculos
fantásticos". Revista Cuba contemporánea t XL,
1926, pp 64-79.
____________________ La nueva poesía en cuba.
Revista Cuba contemporánea t XLIV, 1927, pp
55-71.
Armas de, Emilio. "Regino E. Boti. Crítica
Literaria".Edit. Academia. Instituto Cubano del Libro, la
habana 1987.
Columbié Ena, R. El exégeta. Edit. El
Mar y La Montaña. Guantánamo. 1990
Autor:
Orleydis Alba
Sánchez