- Maduración y cosecha de
la hoja - La maduración de la
hoja y sus componentes orgánicos - Peso seco de la
hoja - Fisiología y
bioquímica del curado del tabaco - Curado del
tabaco - Conducción del curado al
aire - Algunos manejos a realizar
durante el proceso del curado al aire - Curado en
hojas - Manejo de cujes durante el
curado natural - Curado controlado para
tabaco de "capas" - Bibliografía
El tabaco no es
alimento, ni ropa, ni albergue; pero aún así se le
ha calificado de la hierba más soberana que la tierra ha
ofrecido al hombre" (
Blanchard, 1965).
Constituye el cultivo del tabaco negro
un renglón de suma importancia económica para
nuestro país, pues las hojas producidas son exportadas en
"rama" y sobre todo a partir de ellas se elaboran los "puros" de
mayor calidad en el
mercado mundial.
Esta peculiaridad de los "cigarros cubanos" determina que el
bloqueo prácticamente no afecte este renglón
exportable y por otro lado garantiza mercados estables
a precios
elevados y que aún exportando 171 millones de puros (
cifra planificada para 2001) Suárez, (2001), no se
satisfagan las altas demandas, de este exclusivo producto
cubano.
Buenos precios, mercado ilimitado y desde hace algunos
años estimulación económica adicional a
productores y obreros del sector hacen que hoy el tabaco sea para
los pinareños fuente de bienestar común con
repercusión económica y social.
En una población de más de 700,000
habitantes, es fácil constatar que esta producción decide en la vida de los
pinareños. Los vegueros de Vuelta Abajo aportan alrededor
del 60% de la hoja que se cosecha en el país,
aproximadamente un 35% de la capa , todo el capote y la tripa
para el torcido de exportación . La combinación
clima,
suelo y una
cultura
inigualable del cultivo, ha dado a esta región su bien
ganada fama mundial ( Suárez, 1999).
Para la confección de Puros se requieren al menos
de los componentes siguientes: tripa o relleno, capote y capa,
teniendo como particularidad los " Habanos" ser uno de los pocos
en el mundo que se fabrican con materia prima
totalmente del país.
El factor que determina los volúmenes de puros
para la exportación en Cuba lo es la
envoltura del mismo, ya que se cuenta con tripas y capotes
suficientes. Es por ello de vital importancia desarrollar
investigaciones que eleven la calidad de este tipo
de tabaco y que a la vez reduzca al mínimo el empleo de
insumos de importación, con vista a lograr la tan
ansiada y necesaria rentabilidad
económica, social y ambiental en este importante
cultivo.
Uno de los pocos cultivos que requieren del curado lo es
el tabaco, constituyendo este proceso un
factor de gran significación para la obtención de
altos rendimientos y calidad debido a que la composición
química
que tiene la hoja en el momento de la recolección sufre
una serie de cambios en las diferentes fases del curado, dichas
transformaciones dependen de la calidad de la materia prima
y de las condiciones ambientales tales como: temperatura,
humedad relativa y velocidad del
aire, y del
manejo que el productor realice durante el proceso.
El curado comprende tres fases: Amarillamiento, curado
del limbo y reducción de la vena central, requiriendo cada
una de ellas condiciones ambientales diferentes. Uno de los
inconvenientes que caracterizan el curado natural es la
imposibilidad de garantizar las condiciones ambientales
requeridas para cada fase (Cuba, 1998).
El curado controlado posibilita regular las condiciones
ambientales en cada fase con el consiguiente incremento de la
calidad de la hoja. Es posible duplicar y triplicar los
porcentajes de "capas" de exportación cuando se compara
esta tecnología con la tradicional, conllevando
ello a que se eleve el consumo de
portadores energéticos.
MADURACIÓN
Y COSECHA DE LA HOJA
Antes de abordar los aspectos concernientes a la
curación de los diferentes tipos de tabaco cultivados en
el mundo y Cuba, se impone la necesidad de definir la madurez
técnica y fisiológica de la hoja del
tabaco.
Se plantea por Atanasov, (1965) que la madurez
técnica es el momento apropiado para la
recolección, porque está en dependencia del momento
óptimo de cosecha. Rosa, (1981) afirma que la madurez de
la hoja cosechada está directamente relacionada con la
posición de la hoja en la planta y con el número de
hojas de ella, y depende del crecimiento y desarrollo del
cultivo. Por otra parte, considera que cuando una hoja ha
alcanzado el estadio de senescencia, es llamada a estar
"fisiológicamente" madura, y los cambios internos en la
bioquímica
de la hoja y muchos constituyentes químicos que se han
formado durante el crecimiento comienzan a degradarse.
Llanos (1979), define la madurez fisiológica como
el punto en el cual se establece un equilibrio
entre los procesos de
síntesis y de degradación,
sobrepasada el mismo comienza la senectud
Igualmente Long (1974) considera que la madurez
fisiológica es aquella donde la hoja tiene el
máximo de materia seca . Igualmente se ha clasificado el
tabaco "maduro" como aquel que ha alcanzado el máximo de
masa y producido los constituyentes químicos
idóneos, para ser después curado y obtener de
él un producto final más favorable,
(Anónimo, 1979).
Refiere Hamid (1979 ) que el tiempo de
cosecha es uno de los factores que afecta la calidad de la hoja
de tabaco lo que muchas veces es descuidado por los agricultores,
sin saber que, tanto la cosecha temprana, como tardía
tienen efecto similar sobre la calidad de la hoja, y solo la
cosecha de la hoja técnicamente madura dará un
rendimiento alto por hectárea, con excelentes propiedades
físicas, químicas y
organolépticas.
Señala también que el grado de madurez es
una de las influencias más importantes en la calidad del
tabaco. Los tabacos maduros tienen un sabor suave y agradable, en
tanto que la hoja inmadura es áspera, bastante amarga y
generalmente desagradable.
Merker ( 1969 ) refirió que algunos autores
pudieron comprobar que las hojas recogidas poco antes de la
maduración o exactamente en madurez técnica,
presentaban la mejor combustibilidad; en cambio estando
demasiado inmaduras éstas perdían tales
características.
Por su parte Pack y Junmila ( 1952 ) indicaron que el
tabaco cosechado completamente "maduro" cura más
rápidamente, por lo que permanece menos tiempo expuesto a
cualquier eventualidad en esta fase, y en general se dañan
menos que las hojas cosechadas inmaduras
La madurez se manifiesta por signos
particulares que permiten determinar el momento más
favorable para la cosecha. Observa Moseley ( 1963 ) que las hojas
de tabaco al alcanzar la madurez pierden mucho en su resinosidad
y al tacto adquieren una sensación aterciopelada y son
más turgentes.
Gisquet e Hitier ( 1961) verificaron que al aproximarse
a la maduración, la hoja toma un color verde claro
y su tenor de clorofila disminuye.
Para el tabaco cubano, Padilla ( 1958) describió
el comienzo de la maduración de las hojas de la planta, en
la cual " éstas experimentan cambios visibles en el tinte
de las hojas superiores o "coronas", apareciendo un color verde
amarillento y en dicho instante las hojas del centro de la planta
, ya ostentan a su vez una coloración verde mate, con un
tinte amarillo ligero, limpia de pelos glandulares o tricomas".
Además, la nerviación central presenta un color
blanco perla muy limpio, cuando se observa por el envés de
la hoja.
Por ultimo, Rosa ( 1981) plantea que la madurez es una
característica difícil de juzgar y depende del
color de la hoja, su tamaño y posición en la
planta, resultando además importantes las
características físicas, tales como el "bubbling"
de la hoja, la cantidad de manchas verdes en ésta y la
sensación de densidad, cuerpo,
textura y elasticidad.
LA MADURACION
DE LA HOJA Y SUS COMPONENTES ORGANICOS.
Entre otros , Tso (1972) y Arakawa et al. (1974), son de
la opinión de que los cambios en las propiedades física
químicas durante el proceso de curación dependen,
fundamentalmente, de las condiciones en que se recolectó
la hoja y, en especial , del grado de madurez.
Según Green (1966) los constituyentes de la hoja
de tabaco pueden ser divididos en dos amplios grupos, aquellos
que son esenciales para el crecimiento normal de la planta y de
ese modo influyen en la calidad de la hoja, y los que se forman
en la hoja como resultado del crecimiento, y ejercen así
una influencia más inmediata en la calidad de la
hoja.
Pertenecientes al primer grupo tenemos
el ejemplo del nitrógeno, potasio y elementos trazas y al
segundo, los azúcares y alcaloides como la
nicotina.
También Grigorescu (1965), observó la
influencia del metabolismo de
la hoja después de la cosecha ( como la hidrólisis
del almidón, degradación de materiales
péctidos, polipéptidos y de la clorofila) en la
calidad de la hoja, además de la importancia que tienen
las características químicas que alcanza una hoja
durante su etapa de cultivo para lograr una buena
calidad.
Es sabido que la composición química de la
hoja de tabaco varía con las características
genéticas, condiciones ambientales y cada forma de
producción y manipulación (Chaplin ,
1980).
Tso (1972) menciona que existen importantes y grandes
diferencias en la composición química entre los
distintos tipos de tabaco , en cuanto al contenido de carbohidratos
y fracciones nitrogenadas, concuerda Kasturi (1971) al demostrar
que las hojas sometidas a distintos tipos de curado son
diferentes en su composición química y los
componentes que más se diferencian son los azúcares
totales, almidón y polifenoles.
Los compuestos fenólicos tienen un efecto
significativo en el aroma, sabor y propiedades biológicas
del humo del cigarro y contribuyen al color de la hoja curada,
(Rey, 1984).
Según Garner (1946) los polifenoles aparecen en
cantidades considerables en las hojas de tabaco y no sólo
afectan el color y otras propiedades de la hoja curada, sino se
cree que juegan un papel esencial en los procesos de
oxidación – reducción durante el crecimiento
de la planta.
En muestras de tabaco de diferentes fuentes
genéticas, Tso (1969) encontró que el contenido
total de polifenoles varía en un rango de 0,52 a 2,61
%.
Penn y Weybrew (1958) enumeraron sólo cuatro
compuestos principales de los polifenoles: el ácido
clorogénico, la rutina, la escopolina y la escopoletina,
otros autores como Oawlowska (1970) consideran que el
ácido clorogénico y la rutina son los
constituyentes fenólicos más importantes , debido a
sus influencias sobre la calidad degustativa de
éste.
Existen alrededor de 16-18 aminoácidos en las
hojas de tabaco curado, presentándose en mayor
proporción el ácido glutámico, arginina,
aspargina y prolina (Rey, 1984).
Johnson (1975) afirma que durante la curación de
la hoja, las proteínas
sufren hidrólisis y se convierten en aminoácidos
libres para intervenir en la composición final de la hoja
de tabaco.
León (1983) señala que las
transformaciones de color de verde a amarillo y a diferentes
tonalidades de carmelita que sufren las hojas de tabaco, e
producto de la degradación de su clorofila.
La calidad del tabaco es inferior cuando se produce una
transformación parcial de la clorofila, lo cual lo hace no
apto para el consumo.
Si la velocidad de deshidratación es alta, la
clorofila es más retenida.
La degradación de la clorofila A, B llega por
determinados procesos a la Clorina.
Factores que influyen en la degradación de la
clorofila se encuentran, los ácidos,
las clorofilazas,. el calor y la
oxidación.
Lo ácidos conllevan a la pérdida de Mg de
la clorofila siendo reemplazado por un átomo de
hidrógeno que da lugar a la feofitina A o B
correspondiente.
Al colectar hojas de plantas de
desarrollo similar , en estadios diferentes Nalivko y Burlakina
(1967) observaron en hojas técnicamente maduras 42,2 g de
materia seca por metros cuadrados de hoja curada; en hojas con
amarillez marginal 43,7 g y 49,5 g para un amarilleo
generalizado.
Gisquet (1961) señala que el porcentaje de
pérdida de materia seca en la variedad "Paraguay" es al
final de la curación, en hojas cosechadas antes de la
madurez, de 24,5%, en hojas de madurez técnica, 23.0% y en
hojas cosechadas después de la madurez 20,9 %.
También las coronas cosechadas en madurez técnica
tuvieron 12.6 % de pérdida y las hojas del centro en
iguales condiciones 21,2%.
Sisler (1974) reporta que la respiración en las hojas de tabaco decrecen
rápidamente con el aumento de la temperatura por encima de
53 ºC.
Johnson y Hassler (1963) reportaron que el escape de
dióxido de carbono
durante el curado específicamente en el amarillamiento se
producen con el incremento de temperatura desde 27 – 43
ºC, con una correspondiente acumulación de
carbohidratos.
Suggs y Mohapatra (1989) realizaron una investigación dándose a la luz que durante
la etapa inicial el brillo de la hoja de tabaco, esta sometida
durante la curación a temperaturas bajas estables, con
alta humedad relativa, para permitir cambios metabólicos
necesarios para el desarrollo de las características de
color amarillo o naranja, significando que la respiración
se realiza a través de la oxidación de los
azúcares y otros metabolitos ocurriendo durante las etapas
del proceso del curado, porque los productos de
la respiración fundamentalmente el agua y el
dióxido de carbono, se desprenden de la hoja en el tabaco
Virginia.
Investigaciones realizadas por Kereka y Benedek (1993),
demuestran que la calidad del tabaco está determinada por
la biología,
bioquímica y cambios químicos ocurridos durante el
proceso de curación, dándose a conocer que
solamente fueron medidos algunos componentes químicos
importantes (carbohidratos, nitrógeno total,
reducción de azúcares, nicotina) y que hay una
estrecha relación entre la calidad, categorías de
calidad y las características químicas en el
curado, la cantidad de azúcar
reducida y nitrógeno total, varían
considerablemente dependiendo del programa de
curación, el contenido de nicotina no sufre cambios
significativos.
Un contenido bajo de alcaloides generalmente indica una
mejor calidad, mientras que un contenido alto indica un tabaco
más fuerte.
El principal alcaloide presente en el tabaco, la
nicotina, ejerce una influencia sensitiva en su aroma y
fragancia; así como cuando se presente un elevado
contenido de carbohidratos, aunque en el caso especial de la
celulosa, esta
ejerce una influencia negativa en la calidad del tabaco en
general. Los componentes del nitrógeno presentan una
correlación inversa con la calidad del tabaco.
Nagi-Zade (1989) señala que el proceso de secado
tiene especial importancia en la producción de tabaco. En
todas las zonas tabacaleras es conveniente aplicar en
determinadas proporciones el secado natural, combinado y
artificial y para ello se han proyectado utilizar secaderos
solares y termogeneradores, plantea que en los años 84
hasta el 86 se trabaja en casas de tabaco para curado con
energía
solar. Refiere que la energía solar suministra el 37 %
de la energía calorífica total.
Un grupo de científicos alemanes constituidos por
Bux, Arnold, Serrano y Müllbaner (1997), crearon una casa de
curación de tabaco para capas con auxilio solar, en
cooperación con la compañía brasileña
agrocomercial.
Este nuevo sistema reduce el
costo de
energía hasta un 90% comparado con la casa tradicional de
curación, también reduce el tiempo de curado hasta
un 50% y permite un mayor volumen de hojas
para ser curadas a un tiempo determinado.
Desde 1995 una planta solar preseries con capacidad para
60 ton de hojas verdes por año ha estado en
operación en Alemania,
teniendo un tiempo de vida útil, la cubierta de la casa
entre 7 –10 años, (Walton, 1981).
FISIOLOGIA Y
BIOQUIMICA DEL CURADO DEL TABACO.
Refiere Tso, (1972) que las plantas o las hojas que
entran en el local de curación se mantienen vivas por
algún tiempo. Su fisiología se corresponde al principio con
la de las plantas que permanecen en un estado de falta de aportes
de nutrientes por una sequía excesiva. Las hojas consumen
sus reservas durante estos primeros días en el
secadero.
Las hojas recién cortadas contienen de 80 a 90 %
de su peso en agua; el resto
son sustancias sólidas (materia seca). Al terminar el
curado contendrán de 15 a 25 % de agua y el resto de su
peso será materia seca. La cosecha de hojas
correspondiente a una hectárea de superficie puede
producir unos 12 000 Kg de agua durante el curado (Llanos, 1981;
Hawka, 1984).
Ya antes de cosechar, los síntomas de madurez de
la hoja, que conoce el agricultor, se hacen patentes por una
degradación y desaparición del pigmento verde, la
clorofila, que deja visible otros pigmentos amarillos y rojizos
,(xantofilas y carotenos), que estaban ya presentes en la
hoja.
Durante la primera fase del curado continua este proceso
que se manifiesta por el cambio de color de las hojas del verde
al amarillo (Obabko, 1938; Chaplin et. al. 1980)
.
El calor en esta primera fase acelera el cambio de color
de las hojas. Otras transformaciones químicas que no se
denotan a la vista, tienen lugar simultáneamente. Los
procesos bioquímicos más importantes que se
desarrollan en los tejidos de la
planta son: la respiración y la hidrólisis ,Rosa
(1981) y Rey (1984). La primera es una oxidación o
combustión lenta y la segunda consiste en
la combinación de las sustancias que componen los tejidos
con el agua a formar moléculas más
sencillas.
Estas reacciones bioquímicas precisan de calor,
humedad y presencia de oxigeno para
desarrollarse. El resultado es la transformación de las
complicadas moléculas de proteínas e hidratos de
carbono complejos, en moléculas cada vez más
simples, tales como, azúcares sencillos,
aminoácidos elementales, amoniaco, anhídrido
carbónico, agua, etc (Tso . 1969; Sheidow .
1973).
La primera fase del curado tiene lugar acompañada
de profundas transformaciones químicas y una moderada
pérdida de agua. Una vez que las células
mueren se intensifica el proceso físico de
evaporación de agua desde los tejidos de las hojas. Las
reacciones
químicas, que tan intensamente se han desarrollado
hasta ese momento, continúan a un ritmo mucho más
lento y las transformaciones de la composición de las
hojas son menos intensas (Burton, 1989).
CAMBIOS INDUCIDOS
POR EL PROCESO DE CURADO
Al tratar la hoja curada será conveniente agrupar
los compuestos químicos de acuerdo con su actividad en el
proceso. Frankenburg (1946) y Tso (1972) propuso tres grupos
principales:
Grupo estático.
Grupo del nitrógeno.
Grupo dinámico.
Aquí se considerara el curado natural
independiente del artificial.
Curado al aire: Aquí se distinguirá el
realizado por hojas y en plantas enteras.
Efectos en el grupo estático: No se han advertido
cambios significativos en los valores de
fibra cruda, lignina, celulosa y pentosanas. Las sustancias
solubles en éter disminuyen generalmente en 20 % mas o
menos, en el tabaco recolectado por hojas y mucho más en
la hoja curada con el tallo, aunque no esta claro si esta
reducción es debida a una desaparición o a una
conversión en compuestos insolubles en éter. La
clorofila desaparece claramente y es importante que se mantenga
la humedad adecuada hasta que su desaparición sea
completa. Los pigmentos amarillos menguan, pero tal como lo
indica la coloración amarilla intermedia, en menor
proporción. Jensen (1962) observo una perdida total de mas
de 60 % de beta caroteno.
Tabla 1. COMPOSICIÓN MEDIA DE LAS HOJAS DE
TABACO RECIÉN COSECHADAS (FRANKENBURG,
1946)
GRUPO | PORCENTAJE DEL PESO | |
CIGARRO | CIGARRILLO | |
ESTÁTICO | 54,0 | 42,5 |
Cenizas | 14,0 | 12,0 |
Fibra cruda | 9,5 | 10.0 |
Pentosanas | 3,0 | 2,0 |
Pectinas | 7,0 | 7,0 |
Compuestos solubles en éter | 7,0 | 7,5 |
Taninos (fenoles y polifenoles) | 2,5 | 2.0 |
Ácido oxálico | 2,0 | 2.0 |
DINÁMICO | 31.0 | 42.0 |
Carbohidratos | 3.0 | 23.0 |
Ácidos orgánicos solubles en | 11.0 | 11.0 |
Compuestos no identificados | 17.0 | 8.0 |
DEL NITRÓGENO | 42.0 | 15.1 |
Nitrógeno total | 4.1 | 2.7 |
Nitrógeno proteico | 2.87 | 2.03 |
Nitrógeno soluble | 1.23 | 0.67 |
Aminoácidos + Amidas | 0.041 | 0.027 |
Nitrato | 0.246 | 0.189 |
Alcaloides | 0.492 | 0.27 |
No identificados | 0.246 | 0.135 |
Aminas | 0.205 | 0.054 |
Los polifenoles se oxidan con facilidad y ello dificulta
su estudio. No se han advertido cambios en fenoles mas taninos
durante el curado, pero el ácido clorogénico y la
rutina, se oxidan por completo y los productos resultantes son
los causantes del color marrón del producto final. La
escopolina no esta presente en los tabacos curado al aire, en
tanto que la escopolina se detecta en la hoja curada de modo
natural. La estabilidad relativa de estos compuestos en la hoja
verde, en contraste con el comportamiento
de esta en los tabacos a curar, ha originado varias teorías
(Frankenburg, 1946)
Babler (1958); Walker y Villey, 1974). han resumido las
dos más probables: En primer lugar se afirma, que los
polifenoles y las enzimas oxidantes
no están en contacto en la célula
viva y solo lo establecen cuando la muerte permita
la permeabilidad; en segundo lugar el potencial redox debe
aumentar, lo que depende de la muerte de
la célula
también.
Hay pruebas de que
la sequía incrementa el potencial redox, lo que puede
explicar el color que adquieren las hojas afectadas por la
sequedad. Las hojas recolectadas aun cuando no están
maduras tienen bajo potencial redox (Obabko, 1938).
La oxidación de los polifenoles es una
distinción importante entre el curado al aire y el
realizado en atmósfera
artificial.
Efecto en el grupo del nitrógeno: Son muchos los
cambios que se producen en este grupo. Vickery y Pucher (1931) y
Vickery y Meiss (1953) registraron una perdida de 6 % del total
del N en curado de hojas de tabaco cultivadas a la sombra y
recolectadas individualmente. Akaike (1966) comunico una perdida
de N del 30 % en hojas de tabaco Burley curadas con el
tallo.
El cambio principal de los compuestos nitrogenados es la
digestión proteica. Vickery y Meiss (1953) descubrieron
que algo mas del 50 % de las proteínas celulares
desaparecía de las hojas cortadas en los primeros seis
días de curado, pero que estas sufrían
después poca alteración, lo que era sugerente de
que las enzimas necesarias se volvían inactivas al morir
las células por deshidratación.
La proteolisis origina compuestos nitrogenados solubles,
pero el ligero aumento en nitrógeno aminoácido
soluble es suficiente a justificar la cuantía de la
disgregación proteínica. Lo que sí ocurre es
que se forman cantidades considerables de asraguina, que en
trabajos desarrollados por Vickery y Meiss (1953) este compuesto
equivalió a 7,2% de los productos orgánicos al
final del curado, en lugar de insignificante cantidad registrada
en la hoja verde, ratificado por Scott (1965). Hay también
un aumento de amoniaco que procede de la desaminación del
aminoácido.
El nitrógeno en forma de nitrato es más
abundante en los tabacos curados al aire que en los curados en
atmósfera artificial, ocupando el lugar mas destacados los
de cigarro. Araiba (1968) comunica que constituía el 53,6
% del nitrógeno soluble de las hojas verdes de sombra
estudiadas. No hay pruebas de que desempeñe papel alguno
en el curado y al final del proceso el contenido de la hoja queda
virtualmente inalterado. Generalmente hay ligeras pérdidas
de nicotina.
El resultado final de estos cambios para el tabaco de
sombra recolectado en etapas sucesivas es que el contenido
relativo de proteínas y nitrógeno soluble, que se
inicio en la hoja verde con alrededor de 60 y 40 %
respectivamente, se convierte en 27 y 73 %%, aproximadamente, en
la hoja curada.
Efectos en el grupo dinámico: Las actividades de
este grupo son muy complejas, y los cambios, considerables.
Refiere Suggs (1989) que las cantidades de almidón y
azucares en la hoja verde son altamente variables en
periodos breves, pero los contenidos iniciales en tabacos curados
al aire son bajos. Desaparecen por hidrólisis de poli y
disacáridos a monosacáridos, y, por
oxidación, en anhídrido carbónico y agua. La
hidrólisis es un proceso rápido, pero la
oxidación es lenta y puede retrasarse totalmente si el
secado es rápido y las hojas han sido cosechadas en un
estado avanzado de madurez. La oxidación es el proceso
normal de respiración de la planta (Tso T.
1969).
Sin embargo, los tabacos curados al aire son tratados en
condiciones opuestas, y las pérdidas de hidratos de
carbono son rápidas y considerables. Vickery y Meiss
(1953) hallaron cantidades insignificantes de almidón en
las hojas de envolturas cultivadas a la sombra de dos a cuatro
días después de iniciado el curado, y Jensen (1962)
comunicó que el almidón suele estar ausente del
tabaco curado de cigarro.
La pérdida de peso seco debida al curado siempre
excede considerablemente a la debida a perdidas de hidratos de
carbono determinadas, y gran parte de las restantes procede de
compuestos dinámicos no identificados, considerando que
estas sustancias se convertían por oxidación en
anhídrido carbónico y agua y que su contenido
original estaba inversamente relacionado con el contenido de
carbohidratos del tabaco verde (Jensen, 1962)
Los ácidos orgánicos son casi todos
ácido cítrico y malicio con solo cantidades muy
pequeñas de otros como fórmico, acético,
succínico, etc. Los malicies y cítricos tienden a
variar en relación inversa, con mayor proporción de
cítrico en las hojas jóvenes y de malicies en las
hojas más antiguas y maduras. Durante la primera parte del
curado hay una fuerte conversión de ácido malicio
en cítrico, tanto en las hojas separadas del tallo, como
en las recolectadas junto a el.
En los tabacos curados en atmósfera artificial
esta conversión ácida se reduce al
mínimo.
Según Moncada (1983) el proceso de curado se
refiere a los cambios sufridos por las hojas de tabaco bajo
condiciones reguladas de temperatura y humedad, siendo los
objetivos al
curar tabaco el mantener la vida en la hoja hasta llegar a la
etapa de amarillamiento, parar toda actividad bioquímica y
enzimática mediante la remoción de humedad para
lograr la etapa de fijación de color y preservar la hoja
mediante la total deshidratación. Varios regímenes
de ventilación, temperatura y humedad son empleados para
lograr los resultados considerados como deseables en diferentes
tipos de tabaco.
El curado fundamentalmente es un proceso de secado o
pérdida de agua en condiciones controladas para que las
plantas o las hojas separadas de las mismas, mantengan el mayor
tiempo posible su actividad biológica, a fin de que los
cambios químicos y bioquímicos se produzcan del
modo mas apropiado para conseguir un producto de alta calidad.
Este proceso puede hacerse con las plantas completas o bien con
las hojas que se han separado de las plantas al tiempo de
cosechar o cuando se procede a su cuelgue en el secadero.
(Llanos, 1981)
El proceso de curación se realiza de formas
diferentes para los distintos tipos de tabaco y también
para los diferentes formas de cosecha Mari y Hodal (1984).
Distinguimos así el curado por planta del curado por hoja.
Según el mecanismo de extracción de agua de las
hojas se pueden distinguir las modalidades de curado
siguiente:
Curado al aire, empleado en los tabacos negros y
Burley.
Curado al sol, empleado en el tabaco de tipo
Oriental.
Curado al fuego, utilizado a los de tipo
Kentucky.
Curado controlado empleado en los tabacos de tipo
Virginia y en los utilizados a producir envolturas para
puros.
Cada forma de curado requiere un tipo de tabaco sobre el
que actuar y da un producto adecuado a una clase de
consumo o calidad industrial propia del proceso seguido
(variedad, cultivo y curado). (López , 1977)
CONDUCCION DEL
CURADO AL AIRE.
Jeffrey (1946), señaló que para este
método de
curado se requiere un promedio de humedad relativa entre 65% –
70% que normalmente será más elevado durante
periodos nocturnos.
De la misma forma en el curado al aire se conocen tres
fases: Amarillamiento, fijación del color y secado de las
venas (Cuba 1998).
Akehurst (1973), indicó que el curado al aire se
utiliza para los tabacos de los tipos Burley, Maryland y tabacos
negros. Refiere además que aunque el curado al aire es un
proceso natural, es esencial facilitar la continua
eliminación de la humedad para conseguir los mejores
resultados, lo que a su vez implica evitar un secado demasiado
rápido en los climas secos, así como un secado
excesivamente lento en los climas húmedos.
Albo (1983), ratificado por Tomita (1995), plantearon el
cuidado de la necesidad del aire para que el Tabaco Burley
desarrollara su calidad, sin embargo, consideraron como una
dificultad el hecho del período de tiempo tan largo
necesario para obtener un producto adecuado. También
señalaron la influencia negativa de las variaciones
climáticas en la calidad de las hojas curadas.
Para el Tabaco Negro cubano curado al aire, Cuba, (1998)
considera como òptimo que los parámetros de
temperatura y humedad relativa se mantengan entre 21
0C y 25 0C y entre 70% y 75%
respectivamente.
El curado es una parte delicada del proceso productivo
del tabaco. Una buena calidad de cosecha en el momento de
recolectar puede verse malograda después por un curado
deficiente, bien por falta de medios, o por
desconocimiento o poca atención por el cultivador. El curado se
limita a mantener la calidad que ha logrado obtenerse en la fase
agrícola del tabaco, ello quiere decir que por medio de
este proceso no es posible producir un incremento de la
composición química que trae la hoja del campo, la
que se ha obtenido a través de los diferentes procesos
fisiológicos que tienen lugar en la planta.
Díaz.,(1998), citando (Llanos, 1981)
Así refiere que para describir mejor la
conducción del curado es conveniente distinguir tres fases
sucesivas, desde que el tabaco se cuelga en el local de
curación hasta que esta completamente curado. Estas
son:
– Cambio de color del verde al amarillo;
amarilleo.
– Fijación del color final de la hoja o secado
del limbo, por ser este proceso físico el que predomina en
esta etapa.
– Secado de la vena de la hoja.
Amarilleo: Refiere Llanos (1981) que las hojas o
plantas entran al local de curado aproximadamente con 85 % de
humedad. Las hojas presentan mas o menos acusados los
síntomas típicos de madurez que habían
empezado a notarse en el campo y que expresan profundos cambios
en su fisiología y en su composición
química. Estos cambios bioquímicos se aceleran
durante la primera fase del curado. Por medio de la
respiración de los tejidos, de la transpiración o
evaporación de agua que contiene y de la hidrólisis
de las sustancias químicas que lo componen, las hojas
pierden así la mitad de su contenido inicial de agua y
aproximadamente un 20 % de materia seca. El peso total de la hoja
queda así reducido a un 55-60 % de su peso
inicial.
Los cambios químicos de descomposición por
hidrólisis y respiración y la eliminación
del agua por evaporación deben desarrollarse lentamente
para que puedan irse elaborando los componentes químicos
que van a ser positivos a la calidad de la hoja. Esto requiere
una alta humedad relativa, una temperatura algo superior a la del
exterior y una aireación moderada. Las cifras indicativas
son:
Humedad relativa 75-85 %,
Temperatura = 28-32 C,
Velocidad del aire = 3-5 m / minuto,
Mantener estas condiciones depende del estado de la
atmósfera en el exterior y de la regulación de la
ventilación del local de curación
Secado del limbo de la hoja: Es criterio de
Akehurst (1973) y Cuba, (1998) que en esta fase, la hoja ya no
respira y las pérdidas de agua se producen solo por
evaporación. Las reacciones químicas
continúan pero son mucho menos intensas que durante la
fase anterior. La pérdida de sustancia seca en esta fase
es mucho menor que en la anterior.
La evaporación de agua de los tejidos de la hoja
debe hacerse mas activa. Las pérdidas de agua son del
orden del 66 % de la que contenía al comienzo de esta
fase. Según la velocidad con que se evapora el agua, la
hoja adquiere colores
distintos.
El principio de esta fase es especialmente importante
para la fijación del color definitivo. Un secado
rápido origina un color mas claro, amarillento o naranja.
Una desecación lenta permite que las hojas vayan
adquiriendo un color más oscuro propio de los tabacos
curados al aire. La evaporación en esta fase del curado
requiere de un mayor gasto de energía, debido a que la
hoja esta mucho más seca que al principio
El manejo de la ventilación natural del local de
curación o el aporte de calor permiten llevar a buen fin
esta fase del curado, para lo que se requiere más
temperatura y menos humedad que en la primera fase. Unas
condiciones medias normales en la casa de curación son las
siguientes:
Temperatura = 30-38 ºC
Humedad relativa = 50-65 %,
La pérdida total del peso de la hoja desde el
principio del curado hasta el final de esta fase es
aproximadamente un 75 % de su peso inicial. La
característica más sobresaliente de esta fase es el
cambio de coloración del amarillo a diferentes tonalidades
del carmelita como consecuencia de la oxidación de los
polifenoles en presencia de las diastasas oxidantes y la
condensación de las quinonas. Ello está relacionado
con la humedad relativa presente en el local de curación,
a mayores valores de la misma más oscuros serán los
colores y viceversa.
La duración del secado del limbo de la hoja varia
entre 20 y 25 días, dependiendo de las condiciones
ambientales imperantes en el desarrollo de la fase, la
composición química de las hojas, en función de
su posición en el tallo y el manejo que del local de
curación haga el productor.
Secado de la vena central: Es criterio de estos
autores que al comienzo de esta fase la hoja ha tomado su color
definitivo. El agua contenida en ella esta retenida en mayor
proporción por la vena central debido a su naturaleza
leñosa. Esta agua de la vena retenida con mas fuerza que la
del parénquima de la hoja es preciso eliminarla para que
la hoja quede definitivamente curada y pueda iniciarse el proceso
de fermentación. En caso contrario, al
elevarse la temperatura en dicho proceso, el agua en exceso que
contienen las venas de las hojas es expulsada, echando a perder
las que están en contacto con ellas en el pilón o
masa de hojas en fermentación.
Durante esta fase las reacciones químicas
continúan a un ritmo atenuado y la pérdida de
materia seca es insignificante. El peso del agua evaporada viene
a ser del 80 % de la que contenía al principio. Para
facilitar la evaporación del agua de las venas se requiere
más temperatura y menos humedad que en las fases
precedentes.
Frecuentemente, conviene acortar esta ultima fase, para
lo que es preciso en ocasiones suministrar calor artificial. Las
condiciones óptimas para reducir la humedad de las venas
en esta fase son las siguientes:
Temperatura = 40-45 ºC,
Humedad relativa = 25-35 %,
Para comprobar que la vena ha quedado bien seca, basta
con doblarla entre los dedos, si esta bien seca, cruje y se parte
con facilidad. Al final del curado, la humedad de la hoja puede
haberse reducido hasta un 10 % del peso total de la misma. Estas
hojas excesivamente secas, se rompen al tocarlas, lo que
imposibilita descolgar las mismas. Esta fase demora entre 15 y 20
días, dependiendo de diferentes factores.
La evolución de los contenidos de agua,
materia seca y peso total de la hoja durante el curado natural se
aprecia en la Tabla 3 (Llanos, 1981).
Tabla 2. Evolución de los contenidos en agua,
materia seca y peso seco total durante el curado.
Primera Fase Amarillamiento | Segunda Fase Curado del Limbo | Tercera Fase Secado de la vena | |
Agua | 85-40 (47%)=45 (80%) | 45-30 (66%) = 15 (58%) | 15-12 (80 %)= 3 (21 %) |
Mat. Seca | 15-3(20%)=12 (20%) | 12-1 (10%) = 11 (42 % ) | 11-0 = 11 (79 %) |
P. total | 100-43 = 57 (100 % ) | 57-31 (54%)= 26 (100%) | 26-12 (46 %)=14 (100%) |
De modo general se puede decir que el proceso de curado
dura alrededor de 45-55 días ( 4-6 para el amarilleo,
25-30 para el secado del limbo y 15-20 para la reducción
de la vena central) en dependencia de las condiciones ambientales
que se han presentado durante el mismo, la composición
química de las hojas y los manejos de la casa de
curación que ha realizado el productor.
ALGUNOS MANEJOS A
REALIZAR DURANTE EL PROCESO DE CURADO AL AIRE.
Plantea Cuba (1998) que es necesario:
– Evitar las altas o bajas humedades relativas
prolongadas. Bajo condiciones ambientales normales debe
permanecer la casa de curación abierta durante el
día y cerrada por la noche. En el caso del tabaco de "sol
en palo", que es propenso al "sahorno" (hojas hinchadas,
frías y húmedas), si ello sucede, es aconsejable
ponerlo en el tendal al sol durante el día y guardarlo en
la casa de curado durante la noche.
– Cuando hay tiempo lluvioso y húmedo se debe
cerrar el local de curación y subir los "cujes"
sacudiéndolos para eliminar la excesiva humedad. Si al
inicio del curado se presenta baja humedad relativa se deben
cerrar las ventanas ubicadas en el Norte y Noreste y abrir las de
la oeste Sur. Regar agua en el piso a medida que el tabaco se va
secando y subir los "cujes" hacia la parte superior y
prensarlos.
– Los "cujes" ensartados durante el día se
podrán subir al día siguiente, siempre que se
mantengan separados (sin que las hojas se toquen) no debiendo ser
colocados cerca del techo.
– No mezclar tabaco seco y verde (recién
ensartado) en el mismo "aposento".
– Cuando se presente neblina la casa de curado no se
deberá abrir hasta que no se haya disipado.
– Si se presenta una humedad relativa mayor del 85 %
durante 48 horas o más, hay que aplicar calor artificial
(de 15-20 ºC mayor que la temperatura ambiente al
tabaco de sol o ensartado y palo y de 8-11ºC al tapado). Se
cierra la casa y el tabaco se sube a medida que se va
secando.
– En el tabaco tapado cuando la humedad relativa es
superior del 70 % hay que ventilar la casa de
curación.
– Cuando la temperatura es inferior a 18 ºC no se
debe abrir la casa, se aplica agua al piso y se van subiendo los
"cujes" a medida que el tabaco va secando. Durante el curado del
limbo y secado de la vena central, se debe abrir la casa de
curación para que el aire active el proceso físico
de secado.
– Controlando a todo lo largo del proceso las
condiciones de humedad y temperatura y manteniéndolas en
el grado más conveniente pueden evitarse, normalmente, los
accidentes mas
frecuentes que sobrevienen en el curado y que perjudican la
calidad del tabaco; todo ello a condición de no intentar
curar más hojas que las que admite un aprovechamiento
prudente de la casa de curado. En caso contrario, los accidentes
pueden ser originados por acción
de gérmenes patógenos, principalmente hongos, que viven
y se desarrollan sobre las hojas durante el curado. El contacto
entre las hojas que se han colocado muy juntas favorece el
mantenimiento
de humedad en su superficie y el desarrollo de estos
microorganismos parásitos o saprofitos.
El curado al aire de los tabacos puede hacerse por hojas
o por plantas. Cuando se hace de la primera forma, estas pueden
haberse cosechado en su estado de madurez en el campo o bien
haberse deshojado después de cosechar por plantas Bernard,
(1995) citando a (Pérez, 1986).
En el primer caso la calidad y el rendimiento del
producto se benefician ya que las hojas van adquiriendo madurez
desde la parte inferior del tallo hasta la superior.
Por eso, cada piso foliar requiere ser cosechado en el
momento en que sus hojas lleguen a su estado de madurez. Cuando
se recolecta por plantas enteras, unas hojas estarán
pasadas de madurez (las inferiores), otras no habrán
llegado (las superiores) y solo las del centro de la planta
estarán convenientemente maduras (Bustios (1999) citando a
(Llanos, 1981).
Como inconveniente del curado por hojas puede
señalarse que: La cosecha y cuelgue del tabaco por hojas
exige mas atención y gasto de mano de obra en esos
momentos. Parte de este mayor gasto de jornales se ahorra cuando
se descuelga el tabaco después de curado, pues ya no hay
que deshojarlo, pero la recolección coincide normalmente
con otras labores y trabajos agrícolas, por eso muchos
cultivadores prefieren cosechar y colgar por plantas enteras, lo
que les resulta más expeditivo al poder
concentrar estos trabajos en menos días (Garvin, 1962;
Maw, 1985).
MANEJO DE CUJES
DURANTE EL CURADO NATURAL
Debe plantearse que durante el proceso de curado
natural, resulta de gran importancia el manejo que de los "cujes"
se realice. Este movimiento
debe realizarse, según plantea Cuba, (1998) que cuando la
humedad relativa este en valores mayores de 75 %, se debe evitar
daños a las hojas.
La manera en que se ejecuta esta labor se refleja en el
siguiente cuadro:
Tabla 3. Movimientos que se realizan en la casa de
curado
TIPO DE TABACO | RETOQUES | DIAS DE ENSARTADO | DISTANCIA (cm) |
TAPADO | 1o | 8 | 20 |
2o | 14 | 20 | |
3o | 18 | 10 | |
4o | 24 | 5 | |
Final | 30 (basales y | Unidos | |
Final | 40 50 (superiores) | Unidos |
CURADO
CONTROLADO PARA TABACO DE "CAPAS".
La curación controlada en los tabacos para
"capas", es una tecnología de reciente introducción en Cuba y se basa
fundamentalmente en proporcionarle al tabaco en curación
las condiciones climáticas adecuadas para su normal
desarrollo.
Plantea Cuba (1998) que:
1- Amarillamiento: Durante el mismo, el tabaco que
presenta una humedad inicial de aproximadamente el 90 % y un
color verde más o menos intenso, pierde entre un 30-40 %
del contenido acuoso inicial y cambia al amarillo verdoso con
aparición de manchas carmelitas, fundamentalmente en el
borde y ápice de las hojas que se desarrolla hacia el
interior del limbo. Las temperaturas comienzan en 30 ºC y
concluyen en 32 ºC y humedades relativas que oscilan entre
92 y 85 %. La duración es de hasta 10 días para
algunos tabacos.
2- Desarrollo del color: Comienza a partir de los 7-8-10
días y concluye cuando el paño presenta color
carmelita, durante esta fase la temperatura varia entre 32-34
°C y la humedad relativa se reduce entre 85 y 75 %. El
proceso demora entre 8-12 días en dependencia del
tabaco.
3- Secado de paños y venas: Caracterizada por la
extracción del agua innecesaria de la hoja, tanto del
paño como de la vena con temperaturas aumentan de 34-36
°C y humedades relativas que se reducen de 65 y 75 %. Tiene
una duración entre 6-8 días en dependencia del
corte a curar.
De manera general el proceso de curado controlado del
tabaco de "capas", demora aproximadamente de 24 a 30 días
dependiendo del manejo adecuado de las condiciones establecidas y
del corte de tabaco que se trate.
Aspectos a tener en cuenta en el desarrollo de la
curación.
1- Las cámaras de curación: Deben poseer
un aislamiento adecuado al calor que impida la
condensación del vapor de agua en su interior, lo que
puede dañar el tabaco en proceso, fundamentalmente el
situado en el piso superior por el goteo de agua sobre el mismo
desde el techo.
2- La uniformidad del tabaco en las bandejas y la no
existencia de espacios vacíos en los diferentes niveles,
tanto al inicio como al final de las cámaras, provoca mala
circulación del aire a través del tabaco, lo que
puede originar afectaciones en diferentes zonas de la
cámara.
3- El sistema de control con las
termo resistencias
húmedas y secas en buen estado de funcionamiento. Se
comprobaran extrayendo el porta sondas y retirándole al
bulbo húmedo su gasa humedecedora. Después de
cierto tiempo con el microprocesador
sin programa se oprime la tecla CONSIGNA, la temperatura
húmeda y la seca deben de presentar valores similares ( se
acepta de 0,5 C de diferencia), de no ser así es necesario
proceder al ajuste del sistema . Esta operación se
realizara cada vez que se vaya a iniciar un ciclo de
curación y persigue que realmente los parámetros
seleccionados sean los que se establezcan en el interior de las
cámaras.
4- Las ventanillas de aspiración y de
sobrepresión deben cerrar correctamente, principalmente
las de aspiración que inciden directamente sobre el
control de la humedad relativa. Si esta llegara a quedar algo
abierta la humedad relativa tendera a disminuir de forma
progresiva, siendo esta una de las causas que produce tabaco con
colores abigarrados (coloración verde amarillenta sobre
fondo carmelitoso).
5- Las cámaras deberán ser llenadas
siempre con tabacos de un mismo corte y vega garantizando el
mismo estado de maduración.
6- La tela de gasa que cubre el bulbo húmedo
situado en el porta sonda debe ser lavada para retirar de la
misma las resinas y sustancias extrañas que impiden el
normal humedecimiento de dicho bulbo y evitar así errores
en el establecimiento de la humedad relativa del aire.
7- El llenado de la cámara de tabacos para
"capas" no debe extenderse a mas de dos días porque puede
provocar desfasajes durante el amarilleo
.8- Se evitará por todos los medios cerrar y
abrir la puerta de las cámaras, si es necesario hacerlo se
realizara discretamente y durante el menor tiempo
posible.
9- Es necesario prestar atención al
desprendimiento de olores a tabacos afectados por exceso de agua
que pudiera producirse a partir del sexto día de
curación, en caso de presentarse esta situación es
necesario disminuir humedad (5-10 % sobre el nivel
preestablecido) durante 4-5 horas, si el olor persistiera se
repetirá esta operación nuevamente.
10–En caso de falla prolongada del fluido
eléctrico ( más de 4 horas) antes de encender
nuevamente la cámara es necesario ventilarla durante
más o menos 15-20 minutos (apagando el quemador y abriendo
las ventanillas de aspiración mediante la opción
MANUAL que nos
brinda el cuadro de mando) y después comenzar a
restablecer los parámetros a los niveles anteriores a los
del corte del fluido eléctrico de manera lenta (empleando
el sistema de sonda de seguridad) no
más de un grado Celsio por hora.
11- A partir del sexto día puede presentarse que
el tabaco es incapaz de producir el nivel de humedad adecuado a
un buen desarrollo de la curación por lo que es necesario
inyectarle agua al aire a producir similar efecto. Esto se logra
mediante la conexión periódica de la bomba de agua
con que están equipados estos sistemas
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