Algunas reflexiones sobre el genocidio de la sociedad argentina
Implementado por la gestión
De La Rua – Cavallo
"La visión lúcida de la situación
más sombría es ya en sí misma un acto de
optimismo: ella implica de hecho que esa situación es
pensable, es decir que no nos encontramos perdidos en ella como
en una selva oscura y que podemos por el contrario arrancarnos al
menos por el espíritu, sostenerla bajo nuestra mirada y
así superarla ya y tomar nuestras resoluciones frente a
ella, aún cuando esas resoluciones sean desesperadas."
Jean-Paul Sartre,
¿Qué es la literatura?, París,
1948.-
La presente colaboración es ante todo el
resultado, primero afectivo-padecido y luego
afectivo-activo-afirmativo de lo que en nosotros provocó
el anuncio del último, pero no final, ajuste del binomio
De la Rúa? Caballo. Nuestra primera intención
teórica es, por tanto, el encuadramiento de la dinámica que da origen a estas medidas, de
ellas mismas en su implementación, y de los resultados
sociales, políticos, monetarios y económicos dentro
del marco coyuntural en el que surgen como decisión
política
de la actual gestión.
No obstante, el esfuerzo conceptualizador que hemos
llevado a cabo arroja más claridad sobre la
dinámica socio-política y económica
argentina desde la década del setenta en particular, dando
a los distintos períodos (dictadura militar
– democratización – menemismo) una nueva racionalidad de
largo plazo que apuntala y a su vez convalida nuestras hipótesis y conclusiones, como intentaremos
explicar. Es éste el nivel local del análisis que nos permite realizar la
interfase teórica con los procesos del
capitalismo
globalizado en su estadio IMPERIO.
Y ello, debido a que, nuestras elites locales y sus
representaciones políticas
han sistemáticamente, desde los años setenta,
diseñado e implementado por etapas un proyecto que hoy
surge a la luz, a nuestro
entender, con toda claridad. Ese diseño
consiste en, en lo local, pasar en lo que compete a la sociedad
argentina, de un cierto estado de NO
SOCIEDAD, debido a sus fragilidades constitutivas como
formación social periférica industrializante, a un
estado de SOCIEDAD CERO, conforme al programa de
déficit cero recientemente implementado.
En lo global, este diseño capitalista aberrante
de las clases dominantes y del capital
concentrado argentino demuestra que nuestro país ha sido
líder
en la implementación de procesos de desagregación
política y social mediatizados? aunque no
únicamente? por políticas neoliberales que
detrás de la mitificación de la llamada globalización y de las políticas de
ajuste cuya última generación aquí
analizamos, remiten en última y real instancia a una
modalidad?imperio? del capitalismo que hace cuestionar la
pertinencia misma, de ahora en más, del mismo nombre de
capitalista para caracterizar el modo de producción.
Queremos decir con ello, que más que una nueva
fase o diferencia de grado en la acumulación mundial de
capital, podemos asistir a un cambio de
naturaleza en
el llamado capitalismo, cosa que por otra parte hacen de una u
otra manera quienes denominan, como Toni Negri, Imperio a la
actual fase, o desde otros ámbitos, como el propio en
recientes artículos,?crisis
civilizatoria?. En otros términos, en este trabajo se
despliegan hipótesis que
superan de mucho por su potencial teórico el estricto
esfuerzo de conceptualización del programa de
déficit cero.
Se puede a través de él, pensamos,
alimentar la hipótesis de que Argentina es una postal del
futuro de un capitalismo que ha abandonado toda racionalidad
global política y económica, dejando de ser, como
lo pretendió desde que Adam Smith le
diera forma literaria, un proyecto de sociedad, o, dicho en
términos más estrictos, un MODO DE
SOCIALIZACIÓN. Afincamos dicha afirmación en el
hecho de que, a nuestro entender, los distintos análisis
de izquierda en lo político o de corte crítico
marxista en lo teórico, han desestimado la relevancia
constitutiva y constituyente que para el capitalismo como modo de
socialización tiene el elemento?legitimidad
política? y de agente de socialización.
En un país capitalista medianamente razonable, si
es que la razón puede asistir a la explotación, a
la alineación y a la violencia
constitutivas del capitalismo, el Estado
tiene ciertas funciones que
pueden agruparse en dos ámbitos:
- Las relativas a la reproducción dinámica, intensiva y
equilibrada de la relación social capitalista, es decir
del sistema de
dominación. - Las inherentes a la búsqueda de consensos,
arbitrajes y compromisos sociales mínimos que aseguren
legitimidad política al sistema que permita ocultar el
rasgo de violencia que es constitutivo del Estado
capitalista.
Es decir, el capitalismo ha sido históricamente
una dialéctica entre el afán desmedido de lucro de
los empresarios, rentistas y financieros, las regulaciones que el
Estado, como capitalista colectivo ideal, es decir, dotado de una
racionalidad global que desconocen naturalmente los capitales
individuales, ha debido ir estableciendo para compatibilizar ese
afán de explotación con la legitimidad
política y, dominando estos desequilibrios
intra-capitalistas y estas voluntades consensuales de los
Estados, la lucha de clases.
Lucha de clases que ha permitido al proletariado las
sucesivas conquistas, hasta fines de los setenta del siglo XX, y
al capital intensificar su acumulación tecnológica
debido a ese mismo enfrentamiento con los trabajadores que lo
llevaba a sustituirlos por maquinaria y tecnología. La lucha
de clases, en este sentido, ha sido, aunque sumamente costosa
para la clase
trabajadora, virtuosa en por lo menos dos niveles. Por un lado,
ha permitido la intensificación capitalista del proceso de
acumulación a través de la coerción interna
que hace patente el antagonismo entre la lucha por el salario y las
condiciones de trabajo y la tasa de ganancia, que llevan al
capitalista en particular y al capital en general a intensificar
la sustitución de trabajo por capital.
Por el otro, y nada menor para los afanes de
reproducción regulada sistémica del modo de
producción, la lucha de clases ha permitido la
institucionalización creciente de sus conquistas gremiales
y sociales, dotando así al sistema de los niveles de
legitimidad política que le son constitutivamente
indispensables y generando, por otra parte, niveles de
regulación social a través de los mecanismos
distributivos del ingreso que de ella se desprenden, que
permitieron al capitalismo el crecimiento inédito en
tasas, en legitimidad política y en intensidad de la
acumulación que se registraron en los bellos treinta
años (1945-1975) para el mundo desarrollado. Es en este
sentido que sostendremos que el devenir capitalista argentino en
particular y global en general han obstruido esta capacidad de la
lucha de clases de ser virtuosa al capital a través de los
mecanismos de expansión de la demanda agregada
de la sociedad salarial y de la posibilidad de una sociedad
salarial misma, que es condición indispensable en tanto y
en cuanto el capitalismo quiera plantearse como proyecto de
sociedad y como modo de socialización.
TESIS DEL ESTADO
GENOCIDA DE LA RUA-CAVALLO:
De acuerdo a los preliminares citados, es función
del Estado el garantizar una serie de estrategias de
desarrollo, de
funciones sociales, de seguridad del
empleo,
la
educación, la previsión social, etc. El
modelo
instalado por la dictadura y
sus representados económicos y políticos,
perfeccionado por el menemismo durante los años noventa y
continuado por la Alianza no respeta estos prerrequisitos que
ningún liberal en serio se atrevería a cuestionar.
En este sentido, más allá de las formas fenomenales
de los procesos de privatización inspirados en el neoliberalismo, el caso argentino es
paradigmático y casi una postal del futuro del devenir
capitalista ya que la privatización primera y originaria
ha sido LA PRIVATIZACIÓN DE LO POLÍTICO. Entendamos
esto como que lo político del capitalismo es absorbido
completamente por los comandos del
IMPERIO y de los llamados mercados, como
señalan Toni Negri y Michael Hardt en su obra
IMPERIO.
Es en este sentido que decíamos que en cierta
forma, a partir de los años setenta y del comienzo de las
políticas de desregulación financiera, cambiaria y
comercial, se inhibe el efecto virtuoso que para el capitalismo,
nada paradójicamente, habían tenido las luchas
sociales y de clases. La privatización de lo
político en el caso Argentino durante el menemismo,
posible debido al carácter desintegrador que en lo social y
en lo económico imprimió el proceso militar y que
los albores de la democracia no
supieron desandar, es eso, el hecho de que el capitalismo
repliega sobre sí la totalidad de lo político. De
esta manera, la esfera formal, discreta y diferenciada de lo
político, que en el capitalismo había permitido la
ilusión democrática y de igualdades formales en
materia de
derecho, todo ello es retirado por el capital sobre sí
mismo, en Argentina de manera precoz aunque sumamente cruda en
particular, y en el capitalismo global en general. Es por eso que
la crisis del sistema, la clase y la representatividad
políticas en Argentina se dan de manera anticipada
respecto de lo que se convertiría en su devenir en todo el
mundo capitalista. A procesos como éste remite la primera
elección presidencial fraudulenta en la?madre? de las
democracias occidentales, como fue el caso de la elección
de Bush Jr. en los Estados Unidos,
así como a estas dinámicas debe referirse la
caída de todo velo democrático ante los recientes
sucesos represivos durante la reunión del G-8 en
Génova.
Para intentar redondear un poco esta idea que no
obstante deberá seguir abierta a lo largo de todo el
análisis como su hipótesis fundante y que, creemos,
arroja nueva luz sobre la dictadura de los setenta, las
fragilidades alfonsinistas y la aberración del menemismo
en los noventa, después de los radicales movimientos
contestatarios del capitalismo del mayo francés del 68 y
del movimientismo operario (cordobazo en argentina en los
sesenta, autonomismo operario en el otoño caliente
italiano en los setenta, para citar sólo algunos
ejemplos), en fin luego de ese nivel de radicalidad en la lucha,
el capital en su forma de relación social y su
representante político, el Estado, se privatizan, atomizan
concentradamente y deciden que el juego
terminó. Que se acabó la fiesta del fordismo, de
las conquistas sociales, de los convenios colectivos, en suma del
derecho en el cual habían cristalizado las luchas
políticas, sociales y gremiales desde el siglo
XIX.
Es sorprendente en este sentido como las clases
dominantes en Argentina, así como sus poderes represores y
agentes políticos anticipan esta decisión
política de terminar con la política como se la
había entendido hasta entonces. Creemos que esto da una
posible llave de intelección diferente tanto a la
dictadura militar como a las políticas monetarias,
neoliberales y de desregulación que inaugurarán en
los fines de los setenta y comienzos de los ochenta los gobiernos
de Reagan y Thatcher. Es ese repliegue de lo político
sobre los llamados mercados, eufemismo que esconde las nuevas y
difusas formas del poder
concentrado global, el que determina la dinámica en la que
se instalan los diversos procesos de ajuste económico en
Argentina y en el capitalismo en general y a cuya
expresión y última generación podemos ahora
sí volver a analizar.
En consecuencia con lo que estábamos diciendo
respecto de las funciones del Estado capitalista al comienzo de
este capítulo, el diseño de los presupuestos
fiscales de todo orden, naturaleza y jurisdicción deben
hacerse por fuera de los diseños de ingresos
fiscales. Luego, una vez establecidos los niveles de gasto
público total, se decantan los ingresos necesarios al
cumplimiento de las funciones del Estado liberal y capitalista.
Dentro, por cierto, de límites de
razonabilidad: estrategia de
desarrollo modernizante y mínimamente equitativa,
necesidades y previsiones sociales básicas que garanticen
la reproducción social y las que las luchas sociales y
sindicales hayan históricamente determinado como formas
incorporadas al derecho. Nada más, pero nada menos. El
sistema
tributario en particular y el fiscal en
general deben solventar esos niveles de gasto. Todo esto,
obviamente dentro de un contexto sistémico capitalista que
funcionó hasta la llamada decisión política
de los años setenta en el sentido de que?se acabó
la fiesta?. Lo que demuestra el caso argentino es que con esa
decisión de los capitalistas individuales, mediatizadas
por los gobiernos de turno y toleradas por una alertagada
sociedad civil
LO QUE SE ACABÓ ES LA SOCIEDAD.
PORQUE NO ES LA RECAUDACIÓN LA QUE DETERMINA EL
GASTO SINO EL GASTO ESTRATÉGICO, CIENTÍFICO, SOCIAL
Y PREVISIONAL EL QUE DETERMINA EL NIVEL DE RECURSOS
PÚBLICOS NECESARIOS. SUCEDE QUE BAJO EL ESQUEMA CAVALLO-DE
LA RUA PRIMERO LO PRIMERO? LO QUE DETERMINA EL GASTO ES EL NUEVO
ORDENAMIENTO DEL PODER GLOBAL IMPERIAL, O SEA, EL PAGO DE LOS
INTERESES POR LA DEUDA EXTERNA.
PODER IMPERIAL EN SU FORMA MÁS BASTARDA, YA QUE ES LA DEL
CAPITAL FINANCIERO. EL DINERO COMO
MERCANCÍA EVACUADO DE SOCIALIZACIÓN, DE
POLÍTICA, SALVO QUE SE ENTIENDA A LA MONEDA COMO PRIVADA
DE Y PRIVATIZADA POR LO POLÍTICO DE ESTE NUEVO CAPITALISMO
IMPERIO.
Sucede así que, paradójicamente, la
moneda, que era desde sus inicios al ser creada por los
Estados-Nación
nacientes, la mercancía política por excelencia,
deviene, en manos de los llamados mercados, la mercancía
de la despolitización, de la transfiguración de las
antiguas soberanías nacionales, la mercancía de la
des-socialización. Es por ello que al comenzar con la
desregulación financiera a fines de los setenta, Reagan
hace mucho más que?devolverle la libertad a los
mercados?, lo que hace es dar rienda suelta a la fracción
del capitalismo más atomizada, más irracional,
menos política. Sobre esos átomos incipientes
iniciales cabalgarán luego las reales transformaciones
deseadas por los capitales más concentrados que decidieron
cortocircuitar la lucha de clases, comenzar la destrucción
sistemática del derecho formal burgués y alieanar a
los gobiernos, crecientemente corruptos e irrepresentativos de
todo afán de legitimidad política en el cual basar
las políticas económicas reclamadas por el nuevo
poder global en vías de constitución.
Todo esto sucede, insistimos, a medida que comienza a
quedar caduco el cuadro de razonamiento de un Estado capitalista
que resiste los dispositivos analíticos en materia de
teoría
del Estado marxista hasta el llamado debate
alemán de la derivación del Estado, en lo
teórico, y en lo que respecto al devenir del capitalismo
hasta fines de los años setenta, en lo político.
Sucede que a partir de ese momento y como reacción de los
capitalistas individuales ante el frontal cuestionamiento de los
años sesenta y setenta, las categorías
analíticas de Estado, trabajo asalariado y sociedad
salarial, entre otras, sufrirán una brutal
transformación no de grado sino de naturaleza debido a la
citada reacción de los capitalistas individuales a partir
de fines de los setenta. Y no podría haber sido de otra
manera ya que esos movimientos, no esperan ya nada del Estado
liberal burgués representante formal del bienestar
general, por el contrario, su propio PODER CONSTITUYENTE como
multitudes en acción
afirmativa es la negación de los presupuestos de soberanía, de contrato, de
delegación y de institución misma del Estado
Capitalista.
Así como los movimientos sociales de esos
años? y que vemos renacer renovada y recreativamente
actualmente en los movimientos capitalistas mal llamados
anti-globalización? no?van por el Estado? al viejo estilo
revolucionario sino que?su afirmación es la
negación del Estado?, lo mismo sucede a nivel de los
movimientos autonomistas operarios que no van, según la
tradicional lógica
de la lucha de clases, por?el salario y las condiciones de
trabajo? sino que su lucha afirmativa es la?negación misma
del trabajo asalariado y la reapropiación libertaria del
trabajo? desde el mismo imaginario en que los movimientos
sociales van por la vida y no por las mercancías que el
Estado de bienestar de posguerra ayuda a procurarse. Hay una
vital simultaneidad en cuanto al reclamo de ambas formas de
expresión libertaria, que es la firme acción en
aras de la reapropiación de la vida, o BIOPOLÍTICA,
como la llamarán Foucault y
Negri.
Volviendo al escenario local y actual, en la Argentina
del postmenemismo delaruista contamos con cuatro clases de
monedas y con cuatro clases correspondientes de ciudadanía, al mejor estilo de las
jerarquías político-represivas y capitalistas nazis
por lo que es de la moneda que detentan los privilegiados, y con
estrellas de distintos colores
según el grado de exclusión de la población. Fuertes en el sentido represivo,
fascista: LA VIOLENCIA DE LA MONEDA. Esto no es un modelo
antagónico, eso lo fue en los setenta; este no es un
modelo de puja distributiva, eso lo fue en los ochenta; este no
es un modelo atomizante en lo social y disolvente en lo
político, ese fue el menemismo. ESTE ES UN MODELO DE
GENOCIDIO AL CUAL LOS TÉRMINOS LIBERAL, CAPITALISTA Y
REPRESIVO LE QUEDAN CORTOS.
En una sociedad política e institucionalmente
consolidada a la manera liberal, sólo puede haber una
moneda, ya que la moneda es el símbolo más eminente
de lo político como cristalización de una
soberanía política y monetaria del Estado que es
eficaz en presentarse fetichizadamente como representante del
bien común y garante del bienestar general. Por lo tanto
el estallido de monedas de diversa naturaleza, solidez y
confiabilidad es síntoma de desagregación
política y de disolución social. En este sentido el
estallido de la moneda argentina, ya seriamente hipotecado desde
el plan de
convertibilidad de Cavallo en los noventa, es la
manifestación de un modelo político de
socialización capitalista periférica, al menos para
el caso argentino, pero que creemos anticipa devenires para otras
formaciones sociales contemporáneas en consonancia con la
monopolización de?lo político? por parte del
IMPERIO y de las redes de poder y comando
globalizado que antes citábamos como respuesta del poder
ante los cuestionamientos de radicalidad alternativa mencionados
con respecto a hace tres décadas y hoy recreados por los
movimientos anti-globalización neoliberal desde Seattle a
Génova.
Antes de avanzar en la clasificación de monedas y
formas de afiliación, desafiliación en devenir o
exclusión
social, cabe un rápido reparo respecto del proceso
hiperinflacionario vivido por nuestro país a fines de los
ochenta y comienzos de los noventa. Ello permitirá
esclarecer, a nuestro entender, la siniestra conexión
entre el actual estallido monetario con su correlato de
disolución social y los procesos económicos y
sociales de la dictadura y de la experiencia alfonsinista, para
demostrar la radical funcionalidad del ajuste actual a ese
proyecto genocida. Ante todo debemos aclarar mínimamente
ciertos conceptos respecto de la hiperinflación, lo cual nos obligará
a remontarnos groseramente a la década de los cuarenta
para entender la genealogía de ese proceso. Ante todo el
concepto.
Como hemos dicho y ha sido brillantemente tratado por
Michel Aglietta en?La violencia de la moneda?, la moneda no
sólo es signo de valor, la
moneda en una sociedad capitalista y salarial (o sea que asegura
su cohesión social dinámicamente hablando a
través de la provisión masiva e incluyente de
empleo) es el símbolo más eminente de lo
político. Es la representación común, es la
POSIBILIDAD MISMA DE UN COMÚN, DE UN?SOCIAL?. Es por ello
que una situación hiperinflacionaria es siempre
síntoma de una crisis política y de alianzas de
clases y fracciones de clase y es vivida por la sociedad como una
total AMENAZA DE MUERTE. La
hiperinflación disuelve lo común, hace estallar lo
público y lo social (al menos en su formalidad
capitalista) en un infinito imparable de privados que compiten
violentamente entre sí para hacer valer sus monedas
privadas particulares por sobre las restantes, mientras que la
moneda que sufre la acometida hiperinflacionista y violenta es
poseída por los menos protegidos, por los más
dependientes de lo público.
Decíamos que la hiperinflación es el
emergente de una crisis política, y, en efecto, en el caso
argentino su desencadenamiento fue consecuencia que la
concentración aberrante del poder económico
instalada desde el proceso militar y la participación en
la toma local de decisiones de las potencias capitalistas, de las
agencias internacionales como el Banco Mundial
y el F.M.I. y los operadores financieros no se
correspondían ya con el grado de aspiración
aún en épocas de Alfonsín de
soberanía política y monetaria. Por tanto
debía provocarse una crisis política de la mayor
envergadura, que permitiese un trasvasamiento de soberanía
política y monetaria como la que aspiraban los capitales
concentrados locales, los internacionalizados y la banca extranjera
y sus agentes. En otros términos, había que
destruir el austral, como último remedo de
soberanía y de sociedad.
Es en este sentido que los episodios hiperinflacionarios
son la consecuencia hoy lógica de los procesos
desencadenados en los sententa, porque ponen a la sociedad frente
a la amenaza de su destrucción total, lo cual la
sitúa políticamente hablando en un estado de
estupor que le permite aceptar cualquier solución
política a la crisis que la amenaza de muerte. Toda salida
de hiperinflación es una resolución política
a una crisis y se fenomenaliza a través de la
cristalización de nuevas alianzas de clases y
sectores.
La particularidad de la salida de la híper
argentina es que el menemismo gestiona esa salida de crisis con
los sectores que apostaron a la destrucción de lo
público y que exigen como moneda de cambio la virtual
destrucción del Estado en materia de soberanía
política y de autonomía monetaria. Esos sectores
son los que detentan la moneda fuerte, el dólar, o sea los
sectores exportadores de commodities agropecuarias o
industriales, parte de la banca nacional, la banca extranjera,
países e instituciones
acreedoras y empresas
transnacionales. Pero esos sectores pactan la salida de la crisis
a condición de que el nuevo peso tenga garantía
fija en dólares. Allí es donde entra Cavallo con su
Plan de Convertibilidad. Retrospectivamente visto, el plan de
convertibilidad es de una ingeniosidad política extrema.
Permite instalar la ilusión de que un peso equivale a un
dólar para que la sociedad acepte las sucesivas
condiciones y ajustes, privatizaciones y expropiaciones de lo que
había logrado históricamente gracias a su
aún temor a la crisis hiperinflacionaria. El peso aparece
así durante los noventa fetichizado detrás de una
ley
proveniente de un estado él mismo vaciado de
soberanía. Pero el peso debía sostenerse el
tiempo que la
economía
necesitara para que los poderes económicos locales
globales ajustaran posiciones mientras que detrás de la
inflación cero secretamente se instalaba en el país
la violencia infinita y la atomización disolvente. El
modelo era inviable desde hacía diez años? por no
decir cuarenta, como aclararemos luego . pero hubo una sola
moneda llamada peso y fue fetichizada e ilusoriamente fuerte
mientras se desguazaba toda fuente de ganancias impensables en el
resto del mundo y mientras los llamados mercados financiaban su
propia reproducción a tasas dinámicamente
crecientes y de inmejorable rentabilidad.
HASTA QUE LLEGA EL TIEMPO DEL ESTALLIDO DEL PESO EN EL ESTALLIDO
DE DIVERSAS MONEDAS.
Hasta que, dicho de otro modo, la tan temida muerte
social durante la hiperinflación terminó por
hacerse realidad durante una década de inflación
cero, de manera tal que los escenarios teatralizados de la
híper de los ochenta terminaran siendo una parodia
respecto de la realidad de desagregación social y
política que emerge actualmente en la sociedad argentina.
La coherencia de los intereses que representa Cavallo, a quien
los representantes de nuestro pueblo han votado poderes
extraordinarios y a quien el llamado presidente de la Nación
colocó como superministro es mucho más fuerte,
siniestra y genocida que mucho de lo que se ha dicho hasta ahora.
Su presencia en el Banco Central?
casualmente la institución responsable de la
administración monetaria? con el proceso, su llamado a
los intereses extranjeros a cortar el financiamiento
para catalizar el fin del plan primavera y desatar la
híper que querían los poderes? casualmente
también gestión monetaria? y su plan de
convertibilidad? decisión de política
monetaria si las hay? convergen ahora en el estallido de la
moneda, de lo social, de lo público. Colocan a la sociedad
frente al temerario escenario del que pagó todo precio social
y político durante el menemismo para escapar. Sólo
que esta vez no son imágenes
por t.v., son la realidad del genocidio instrumentado durante
tres décadas. Si no fuera porque Cavallo es un mero
personero de intereses a los que vendió su alma, y su
pueblo, podría decirse que es de una ingeniosidad
típica de un psicótico.
Pero antes de encarar las tipificaciones en
dégradé de monedas y ciudadanías,
recién dijimos tres décadas, y antes, cuando
insinuamos una genealogía de la hiperinflación nos
remontamos a los años cuarenta y a su vez lo que sigue
aclarará, esperamos, el concepto anticipado en la introducción acerca de la NO SOCIEDAD que
como se verá, es políticamente lamentable, pero
menos perverso que el de la SOCIEDAD CERO que nos quieren imponer
actualmente la dupla De la Rua? Cavallo.
Muy breve y groseramente expuesto, podría decirse
que durante los años cuarenta el cambio de régimen
de acumulación económica desde la economía
agroexportadora hacia la naciente industria no
fue un éxito.
La Argentina de 1880-1940 no fue justa, pero fue
dinámicamente hablando eficiente desde el estricto
lineamiento de un régimen de acumulación. La
Argentina de 1940 en más quizo ser justa por tiempos, pero
el Estado de los cuarenta fracasa en su intento de revolución
industrializante?por arriba?, cosa que no le sucedió a los
estados brasileño, chileno o mexicano.
Las razones de este fracaso nos exceden tanto en los
límites temáticos de esta colaboración como
en nuestras competencias,
pero es un hecho que el conjunto de Estado/burguesía
industrial/sindicatos/resto de la sociedad civil no
creó un conjunto sino justo por lo menos eficiente de
reproducción económica dinámicamente
potentes, modernizante, capitalistamente intesiva y mundialmente
inserta de acuerdo con los devenires de la división
internacional del trabajo. ES EN ESTE SENTIDO QUE DECIMOS QUE A
PARTIR DE LA DECANDENCIA DEL MODELO AGROEXPORTADOR SE CREA UNA
NO-SOCIEDAD.
Esta NO-SOCIEDAD intenta, por imprevisiones de los
sucesivos gobiernos, letargo sindical y falta de espíritu
schumpeteriano de sus sectores económicos, todo ello bajo
un manto de pasividad por parte de la sociedad en general, muchas
veces promovida por el autoritarismo represor, intenta entonces,
a través de distintos dispositivos macroeconómicos
(excedentes comerciales de posguerra, superávit inicial de
la seguridad
social, inflación, deuda externa, deuda externa, entre
otros) de postergar su inviabilidad, en términos
estrictamente capitalistas de democracia formal
periférica. Esta?deuda? de la sociedad que estalla en la
hiperinflación no es otra cosa que la deuda de la sociedad
argentina consigo misma, como formación social capitalista
con pretensiones democráticas y de Estado de Bienestar. Y
esa deuda es síntoma de una profunda crisis
política, crisis que a partir de cierto momento
será impostergable demorar. Allí entonces la
emergencia de la mayor emergencia política, la
hiperinflación como disolución de la moneda que
presagia la disolución de lo social.
Dejamos a la historia y al juicio
público el hecho de si la única salida de semejante
crisis social era, como lo instrumentaron a sus tiempos y
movimientos Alfonsín, Menem, De la Rua
y Cavallo, por no mencionar las responsabilidades de la U.C.R.,
del P.J., de la Alianza y de las izquierdas e intelectuales,
incluidos nosotros, fue la única posible.
Creemos que no, y es lo que parece afirmarse desde
múltiples y variados sectores y lugares de resistencia
social, que expresan con una vitalidad inaudita y digna del mayor
respeto, el
respeto por la vida social, la perseverancia de la sociedad en su
ser. Esas multitudes son las que no figuran en los planes de los
poderes del IMPERIO , locales-globales, pero están
surgiendo a pesar del chantaje, la atomización disolvente
en la violencia, la fetichización y el engaño
padecidos durante una década. Por no hablar de las
anteriores. Ahora sí al tema que se nos demora
tanto.
A partir del ajustazo de déficit cero de De la
Rua? Cavallo se instala necesariamente en Argentina la
concreción del proyecto iniciado con la dictadura
económica. En este caso se tratará de desaparecidos
sociales o económicos, de pertenencias privilegiadas NO YA
A UN CUERPO SOCIAL SINO AL IMPERIO. Como el imperio no conoce
centro ni periferia, el lugar que se ocupa es independiente del
país, aunque obviamente el nuestro no lleva las de ganar
en términos de población favorecida.
PERO ESTO ES MUY IMPORTANTE, DADO ESTE ESTADO DE COSAS,
LA PERTENENCIA NO ES YA EN TÉRMINOS DE NACIÓN SINO
DE SISTEMA IMPERIAL GLOBAL.
Esto no es políticamente irrelevante ya que, como
veremos, los únicos portadores de un proyecto
político radicalmente alternativo son los excluidos y las
alianzas que se vayan dando dentro de las categorías
degradadas de ciudadanía. Vamos ahora sí a las
monedas:
1. EL DÓLAR, QUE DETENTAN LOS CAPITALES Y
GRUPOS
SOCIALES CONCENTRADOS Y GLOBALIZADOS Y QUE TIENEN
GARANTÍA DE LA RESERVA FEDERAL DE ESTADOS UNIDOS, PORQUE
SU POSESIÓN NO DEPENDE YA DE LAS RESERVAS DEL BANCO
CENTRAL. ESTAS CLASES DESENTENTIDAS DEL DEVENIR NACIONAL
ESTÁN GLOBALIZADAS Y NO SE PREOCUPAN POR LA
CONVERTIBILIDAD. LA FUNCIÓN POLÍTICA Y SOCIAL DE LA
CONVERTIBILIDAD QUE FUE FETICHIZAR LAS RELACIONES SOCIALES HASTA
ESTE MOMENTO DEJA DE SER RELEVANTE Y NO DEBIERAN SORPRENDERNOS
DEVALUACIONES DEL PESO O MULTIPLICACIÓN DE BONOS BASURA, LO QUE
REMITE A LO MISMO.
2. LOS BONOS DE LA DEUDA PÚBLICA DETENTADOS POR
LOS LLAMADOS MERCADOS, ES DECIR ESPECULADORES PRIVADOS, ENTIDADES
FINANCIERAS LOCALES Y EXTRANJERAS, AFJP Y OPERADORES
INSTITUCIONALES Y DIVERSOS. A ELLOS, SE LES GARANTIZA CERTEZA Y
USURARIA RENTABILIDAD DESDE EL ÚLTIMO AJUSTE DE DE LA
RUA-CAVALLO COMO PRIORIDAD INCUESTIONABLE. SON LOS QUE OCUPAN UN
LUGAR PRIVILEGIADO EN LA CONFIGURACIÓN
SOCIO-POLÍTICA DEL IMPERIO.
3. EL PESO ARGENTINO PARA LAS CLASES MEDIAS MEDIAS Y
BAJAS EMPOBRECIDAS CUYOS INGRESOS SON EN PARTE EN PESOS
GARANTIZADOS POR UN BANCO CENTRAL CUYA CONVERTIBILIDAD
DURARÁ LO QUE DURE EL DESGUACE Y EL RESTO CON LA MONEDA
CUARTA, EN BONOS BASURA O MENORES
INGRESOS PARA TRABAJADORES Y JUBILADOS, A PARTE DE RECORTE EN LAS
PRESTACIONES
SOCIALES. LOS BONOS BASURA QUE EMPIEZAN A FLORECER PARA
LOS
4. INCLUIDOS EN EL MUNDO DEL TRABAJO PRECARIZADO, EN
NEGRO, ETC PERO NO TODAVÍA EXCLUIDOS. Y ALGUNOS PESOS EN
VÍA DE DEVALUACIÓN UNA VEZ ASEGURADOS LOS CAMBIOS
PARA LAS DEUDAS EN DÓLARES DE LA PRIMERA CLASE DE
CIUDADANÍA.
1. LOS PRIVILEGIADOS LOCALES-GLOBALES DETENTORES DE
DÓLARES GLOBALIZADOS, ÉLITES MUNDIALIZADAS Y
CUADROS JERÁRQUICOS DE GRANDES CORPORACIONES. ESTOS
POSEEDORES DE LA MONEDA FUERTE DEL IMPERIO DEFINEN SU PERTENENCIA
A LA CIUDADANÍA GLOBAL Y ESTÁN DIVORCIADOS DEL
DEVENIR DE LA SOCIALIZACIÓN LOCAL. AÚN MÁS,
SU PERTENENCIA EN TÉRMINOS DINÁMICOS A LA
CIUDADANÍA IMPERIAL SE NUTRE DE LA PROFUNDIZACIÓN
DEL PROCESO DE DESAGREGACIÓN NACIONAL. LA
GENEALOGÍA DE ESTA CORRELACIÓN SE REMONTA A LA
SALIDA DE CRISIS HIPERINFLACIONARIA DE LOS NOVENTA Y A LA
IMPLEMENTACIÓN DEL PLAN DE CONVERTIBILIDAD DURANTE EL
MENEMISMO, DONDE ESTABA CLARO QUE LOS DETENTORES DE MONEDA
FUERTE? EXPORTADORES DE COMMODITIES, EMPRESAS PRIVATIZADAS, AFJP
Y SISTEMA
FINANCIERO GLOBALIZADO CONSTITUÍAN EL NÚCLEO
DEL NUEVO RÉGIMEN DE ACUMULACIÓN ARGENTINA FUNDADO
EN LAS ALIANZAS QUE PERMITIERON LA SALIDA DE LA
HIPERINFLACIÓN.
2. LOS REASEGURADOS LOCALES-GLOBALES POR EL
ÚLTIMO AJUSTE YA QUE EL PAGO DE SUS TÍTULOS ES EL
OBJETIVO
PRIMERO DE LA RECAUDACIONES DEL FISCO. ESTOS TAMBIÉN, COMO
LA CATEGORÍA ANTERIOR, GOZAN DE LA CIUDADANÍA
GLOBAL, CON LA DIFERENCIA EN CUANTO A LOS PROCESOS
DINÁMICOS DE INTEGRACIÓN A ELLA RESPECTO DEL
GRUPO
ANTERIOR, DE QUE EN ESTE CASO PARA QUE ESOS BONOS SEAN SUSTITUTOS
CAUSI-PERFECTOS DE MONEDA FUERTE SE TIENEN QUE ASEGURAR EN EL
ORDEN GEOPOLÍTICO PROCESOS DE PÉRDIDA DE
SOBERANÍA TERRITORIAL Y DE DESAGREGACIÓN DE LA
NACIÓN EN CONSONANCIA CON EL?PLAN COLOMBIA? O LA
INSTALACIÓN DE BASES DE CONTROL
MISILÍSTICO U OTROS DE ORIGEN NORTEAMERICANO EN NUESTRO
PAÍS, COMO YA ACONSEJAN LOS GURÚES DEL
ESTABLISHMENT INTERNACIONAL. ELLO ES ASÍ YA QUE ESTA
INCLUSIÓN DE LA ARGENTINA EN EL SISTEMA DE DEFENSA Y DE
OCUPACIÓN TERRITORIAL POR PARTE DE LOS ESTADOS UNIDOS ES
LO ÚNICO QUE DA GARANTÍA DE QUE ESOS BONOS DE LA
DEUDA EXTERNA ARGENTINA COTICEN A VALORES
RENTABLES PARA LOS ESPECULADORES FINANCIEROS Y ASEGUREN EL
RECICLAJE DE LA
DEUDA MÁS ALLÁ DE LA INVIABILIDAD DE HECHO DE SU
PAGO A CORTO, MEDIANO Y LARGO PLAZO.
3. LOS MIGRANTES HACIA LA DESAFILIACIÓN SOCIAL
PASANDO POR EL SUBEMPLEO Y PRECARIZACIÓN, O SEA LAS CLASES
MEDIAS MEDIAS Y BAJAS TRADICIONALES CON ESTRELLA AMARILLA QUE
SEÑALA PELIGRO DE EXCLUSIÓN. LA FRAGILIDAD DE SU
CONSISTENCIA CIUDADANA ES CORRELATIVA A LA FRAGILIDAD DEL PESO
ARGENTINO QUE LOS TIENE COMO DETENTORES MIENTRAS SE PROFUNDIZA EL
SISTEMA DE CONCENTRACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA DEL
PODER Y DE LAS DOS MONEDAS FUERTES? DÓLARES Y BONOS DE LA
DEUDA EXTERNA -. EL PESO ES SÓLO ASÍ UNA MONEDA DE
TRANSICIÓN HASTA EL MOMENTO EN QUE ESTOS GRUPOS SOCIALES
ADQUIERAN FINALMENTE EL ESTATUS DEGRADADO QUE ESTÁ
DESTINADO A LA MONEDA QUE POSEEN Y QUE SE IRÁ DETERIORANDO
A MEDIDA QUE SE PERFECCIONEN LOS INSTRUMENTOS DE
DOMINACIÓN DEL IMPERIO Y SE PROFUNDICE EL DETERIORO DEL
SISTEMA DEMOCRÁTICO FORMAL HASTA ESTOS PROCESOS CONOCIDO
EN EL PAÍS.
4. LOS YA INSTALADOS EN LA DESAFILIACIÓN
PAULATINA A MEDIDA QUE SE ASEGURA LA CERTIDUMBRE DE LOS DOS
PRIMEROS GRUPOS Y LA TRANSICIÓN DESAFILIADORA DEL GRUPO
ANTERIOR. ESTRELLA ROJA QUE INDICA PELIGRO DE NO
REPRODUCCIÓN DEL GRUPO SOCIAL. LOS DETENTORES DE ESTA
FORMA MENOS VALORIZADA DE MONEDA CORRELATIVA A LA FORMA
MÁS DETERIORADA DE CIUDADANÍA DENTRO DEL
RÉGIMEN DOMINANTE? YA QUE EXCLUÍMOS AQUÍ
RADICAL Y ALTERNATIVAMENTE A LA QUINTA CIUDADANÍA SOBRE LA
CUAL NOS EXTENDEREMOS A CONTINUACIÓN? SON VIRTUALMENTE
EXPULSADOS DEL RÉGIMEN DE SOCIALIZACIÓN EN
DISOLUCIÓN CON EL ÚNICO LÍMITE QUE ESTABLECE
EL EJÉRCITO DE RESERVA NECESARIO A LA PROVISIÓN DE
MANO DE OBRA PRECARIZADA SALARIAL Y LABORALMENTE SEGÚN LAS
NECESIDADES QUE LA NUEVA DIVISIÓN INTERNACIONAL DEL PODER
Y DE LA ACUMULACIÓN DEL IMPERIO DESTINEN A LA ARGENTINA.
LA QUINTA MONEDA Y EL CARÁCTER GERMINAL, RADICAL Y
ALTERNATIVO AL SISTEMA DOMINANTE: LA QUINTA
CIUDADANÍA:
5. LOS DESECHADOS DEL SISTEMA, PIQUETEROS, DESOCUPADOS,
EXCLUIDOS, DISCRIMINADOS, ASENTAMIENTOS, MOVIMIENTOS CAMPESINOS,
POBLACIONES INDÍGENAS. ESTRELLA NEGRA SEGÚN LOS
PRONÓSTICOS DE LOS GURÚES. CIELO POR ASALTO
SEGÚN LA PERSEVERANCIA DE LA VIDA, LA LIBERTAD Y LA
DIGNIDAD.
ESTAS ÚLTIMAS SON SUS MONEDAS, QUE NO INCLUIMOS EN LA
CLASIFICACIÓN ANTERIOR PORQUE PERTENECEN A UN NUEVO
IMAGINARIO POLÍTICO Y SOCIAL Y NO A UN RÉGIMEN
DECADENTE.
Los procesos sociales impresos por estas
políticas no se juzgan estática
sino dinámicamente. Al privilegiar el pago de la deuda
externa por sobre la deuda social y desarrollista, la Alianza
apuesta no al DÉFICIT CERO.
ESO ES UNA FALACIA. SIEMPRE HABRÁ DÉFICIT
SI NO CAMBIAMOS ESTE RÉGIMEN POLÍTICO PORQUE ELLO
ES NECESARIO AL CHANTAJE PARA BAJAR AÚN MÁS LOS
INGRESOS DE LOS SECTORES MEDIOS Y BAJOS
Y PORQUE ES EL ARGUMENTO DEL RIESGO
PAÍS. NO HABRÁ DÉFICIT CERO. ELLO NO ES
FUNCIONAL AL MODELO DE?SOCIEDAD CERO?, DE DESTRUCCIÓN DE
LA NACIÓN. Y SOCIEDAD CERO ES GENOCIDIO. Y
DESTRUCCIÓN DE LA NACIÓN ES TRAICIÓN A LA
PATRIA.
Por Prof. Marcelo Matellanes*
*Profesor TIT
Marcelo Matellanes. Cátedra de Economía
Internacional Facultad de Ciencias
Sociales – UBA