Monografias.com > Agricultura y Ganadería
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Control biológico de plagas



Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. Ventajas, desventajas, riesgos y
      beneficios del control biológico
    3. Alcance y futuro del control
      biológico
    4. Atributos ecológicos de
      enemigos naturales efectivos
    5. Taxonomía de insectos
      entomófagos
    6. Conceptos y metodología
      taxonómica
    7. Interrelaciones entre
      sistemática y control
      biológico
    8. Usos y utilidades de la
      clasificación e
      identificación
    9. Biología y comportamiento
      de búsqueda de los parasitoides
    10. Reproducción y desarrollo
      en himenópteros
    11. Tipos de parasitismo y relaciones
      competitivas
    12. Importancia de la
      superfamilia chalcidoidea para el control biológico de
      plagas
    13. Cría masiva de agentes de
      control biológico
    14. Cría
      de insectos entomófagos y técnicas de
      producción
    15. Control de
      calidad
    16. El control biológico
      en Cuba
    17. Conservación,
      introducción y aumento de enemigos naturales como
      estrategias de control biológico en
      Cuba
    18. Depredadores y
      parasitoides de artrópodos
    19. Bibliografía

    RESUMEN

    El presente trabajo es una
    breve reseña sobre el control
    biológico y su importancia para el manejo de plagas
    dañinas a la agricultura.
    Aspectos de vital importancia como los atributos de enemigos
    naturales, importancia de la taxonomía
    para el control biológico, la cría masiva de
    enemigos naturales y su control de
    calidad así como la actualidad del control
    biológico en Cuba, son
    algunos de los tópicos tratados en esta
    revisión bibliográfica.

    INTRODUCCION.

    El control biológico fue originalmente definido
    como "la acción
    de parásitos, depredadores o patógenos que
    mantienen poblaciones de otros organismos a un nivel mas bajo de
    lo que pudiera ocurrir en su ausencia" (DeBach, 1964). Como tal
    el control biológico se distingue de otros formas de
    control de
    plagas por actuar de una manera denso-dependiente, esto es;
    los enemigos naturales se incrementan en intensidad y destruyen
    una gran porción de la población cuando la densidad de esta
    población se incrementa y vice-versa (DeBach y Rosen,
    1991).

    Este fenómeno natural de regulación de
    plagas manejado por el hombre a
    través del realce de la intervención de agentes de
    control biológico, plantas y
    herbívoros provisto de bases ecológicas se dio a
    conocer en la decada de los 70 del siglo pasado como Manejo
    Integrado de Plagas (MIP) (van des Boshch et al, 1982)

    La Organización Internacional de Lucha
    Biológica (OILB) define el control biológico como
    "la utilización de organismos vivos, o de sus productos,
    para evitar o reducir las pérdidas o daños causados
    por los organismos nocivos". Desde este punto de vista se
    incluyen en este concepto no solo
    los parasitoides, depredadores y patógenos de insectos y
    ácaros, sino también el de fitófagos y
    patógenos de malezas así como feromonas, hormonas
    juveniles, técnicas
    autocidas y manipulaciones genéticas.

    Pérez Consuegra, (2004).hace referencia a una
    definición más reciente de control biológico
    enunciada por Van Driesche y Bellows (1996) que expresa que "el
    control biológico es el uso de parasitoides, depredadores,
    patógenos, antagonistas y poblaciones competidoras para
    suprimir una población de plagas, haciendo esta menos
    abundante y por tanto menos dañina que en ausencia de
    éstos", considerando esta definición bastante
    amplia y que incluye todos los grupos de
    organismos con capacidad para mantener y regular densidades
    poblacionales de organismos plaga a un nivel bajo, por lo tanto
    todos pueden considerarse agentes de control biológico y
    estar incluidos en la categoría de enemigo
    natural.

    De acuerdo con Huffaker (1985), la premisa del control
    biológico descansa en que bajo ciertas circunstancias
    muchas poblaciones son llevadas a bajas densidades por sus
    enemigos naturales. Este efecto se origina de la interacción de ambas poblaciones (plaga y
    enemigo natural), lo cual implica una supresión del tipo
    denso-dependiente que se traduce como el mantenimiento
    de ambas poblaciones en equilibrio.Bajo este concepto la población
    del enemigo natural depende a su vez de la población de la
    plaga, es decir, la interacción de poblaciones significa
    una regulación y no un control (Summy and French 1988;
    Rodriguez del Bosque, 1991)

    Existen tres técnicas generales de Control
    biológico; importación o control biológico
    clásico, incremento y conservación. Cada una de
    estas técnicas se puede usar bien sea sola o en
    combinación en un programa de
    control biológico. En el control biológico
    clásico, los enemigos naturales son deliberadamente
    importados de una región a otra con el propósito de
    suprimir una plaga de origen exótico. En el control
    biológico aumentativo, la eficacia de
    aquellos enemigos naturales que se encuentran en el lugar es
    realzada por liberaciones de individuos criados en insectario.
    (Ehler, 1990)

    La técnica de incremento involucra la producción masiva y colonización
    periódica de enemigos naturales por lo que este tipo de
    control biológico se ha prestado para el desarrollo
    comercial. Hay cientos de productos de control biológico
    disponibles comercialmente para el control de plagas de
    invertebrados, malezas y fitopatógenos (Anónimo,
    1995)

    En cualquier esfuerzo de control biológico, la
    conservación de enemigos naturales es un componente
    crítico. Esto implica identificar el (los) factor (es) que
    pueden limitar la efectividad de los enemigos naturales y
    modificarlos para incrementar la efectividad de las especies
    benéficas. En general la conservación involucra
    bien sea, reducir los factores que interfieren con los enemigos
    naturales o suministrar los recursos que
    necesitan los enemigos naturales en su medio
    ambiente, y estos requerimientos pueden ser acceso a
    hospederos alternativos, recursos alimentarios para los adultos,
    refugios o microclimas adecuados

    Sería deseable que el primer paso en el control
    biológico consistiera en conservar (preservar la actividad
    de sobrevivencia y reproducción) a los enemigos naturales
    nativos (o ya presentes en un cultivo) a fin de incrementar su
    impacto sobre las plagas (Anónimo, 1990).

    En este sentido, la conservación de los
    entomófagos va dirigida preferentemente contra plagas
    endémicas, no obstante también incluye el
    mejoramiento de las posibilidades de establecimiento de especies
    introducidas para el control biológico de plagas
    exóticas o incrementar la eficiencia de
    especies criadas masivamente en laboratorio
    (Trujillo, 1991)

    El énfasis de la estrategia por
    conservación está en el manejo del agroecosistema y
    su finalidad es proporcionar un ambiente
    favorable para la actividad, sobrevivencia y reproducción
    de los enemigos naturales que habitan en una región
    determinada y para lograr el éxito
    es necesario conocer los factores que afectan las poblaciones de
    enemigos naturales en un agroecosistema y a partir de ahí
    diseñar estrategias de
    manejo que den prioridad a las que tengan impacto positivo
    (Pérez Consuegra, 2004)

    Lamentablemente, la conservación es la estrategia
    de control biológico que menos atención recibe por parte de los
    agricultores y en términos económicos la mayor
    contribución del control biológico no está
    en los programas de
    introducción, producción masiva y
    liberación de enemigos naturales sino en la actividad
    natural de éstos. (Pérez Consuegra,
    2004)

    Ventajas,
    desventajas, riesgos y
    beneficios del control biológico.

    El control biológico cuando funciona posee muchas
    ventajas (Tejada, 1982; Summy and French, 1988) entre las que se
    pueden destacar:

    • Poco o ningún efecto nocivo colateral de los
      enemigos naturales hacia otros organismos incluido el hombre.
    • La resistencia de
      las plagas al control biológico es muy rara.
    • El control biológico con frecuencia es a largo
      término pero permanente.
    • El tratamiento con insecticidas es eliminado de forma
      sustancial.
    • La relación coste/beneficio es muy
      favorable.
    • Evita plagas secundarias.
    • No existen problemas
      con intoxicaciones.

    Entre las limitaciones que tiene el control
    biológico se pueden citar:

    • Ignorancia sobre los principios del
      método.
    • Falta de apoyo económico.
    • Falta de personal
      especializado.
    • No está disponible en la gran mayoría
      de los casos.
    • Problemas con umbrales económicos
      bajos
    • Enemigos naturales mas susceptibles a los plaguicidas
      que las plagas.
    • Los enemigos naturales se incrementan con retraso en
      comparación a las plagas que atacan, por lo cual no
      proveen una supresión inmediata.

    El beneficio del control biológico se puede
    valorar en términos de éxitos o fracasos (DeBach,
    1968). Un éxito completo se obtiene cuando se utiliza el
    control biológico contra una plaga importante y sobre un
    área extensa a tal grado que las aplicaciones de
    insecticidas se vuelven raras.

    El éxito sustancial incluye casos donde las
    ganancias son menos considerables ya que la plaga y el cultivo
    son menos importantes o cuando el área cultivada es
    pequeña o porque ocasionalmente se requiere el uso de
    insecticidas. El éxito parcial es donde el control
    químico permanece como necesario pero se reduce el
    número de aplicaciones y el área tratada es
    pequeña.

    En términos económicos, los beneficios
    cuando los hay, son tan espectaculares como los
    ecológicos; se ha calculado un retorno aproximado por cada
    dólar invertido en control biológico clásico
    de una plaga de 30:1, mientras que para el control químico
    la relación es 5:1 (DeBach, 1977; Hokkanen,
    1985)..

    El riesgo. La
    introducción de agentes de control biológico
    frecuentemente se declara por ser ambientalmente segura y sin
    riesgos, sin embargo, existen evidencias que
    indican que esta aseveración no es del todo cierta. La
    mayoría de los fracasos de control biológico se han
    debido a errores por la carencia de planificación y pobre evaluación
    de los enemigos naturales antes de una introducción. En
    algunos casos los errores han sido tan funestos que se ha
    provocado la extinción de otras especies. Actualmente se
    reconoce que algún riesgo es inherente en los programas de
    control biológico como en cualquier otra estrategia de
    control

    Alcance y futuro
    del control biológico.

    A pesar de los problemas que continúan
    enfrentando los ecólogos para la aplicación exitosa
    de programas de control biológico, en el futuro el uso de
    control biológico como parte del Manejo de plagas debe ir
    en ascenso debido al incremento en el número de plagas
    resistentes a los insecticidas, contaminación del medio ambiente y el
    incremento de las regulaciones que prohiben el uso de productos
    químicos (Summy and French, 1988).

    También los programas de control biológico
    clásico continúan siendo necesarios debido a que
    las plagas exóticas continúan expandiéndose
    por el mundo debido al auge del comercio y los
    enemigos naturales exóticos pudieran ser utilizados para
    el control de plagas nativas (Hoy, 1985).

    En los países en desarrollo, donde es altamente
    elevado el costo de los
    insecticidas y muy frecuente la resistencia de las plagas a
    estos, el control biológico tiene una aplicación
    especial no ha sido ampliamente explotado. Por lo tanto, el
    control biológico constituye para América
    Latina el método de control de plagas más
    viable, ecológicamente recomendable y autosostenido
    (Altiei et al, 1989)

    La agricultura comercial a gran escala que
    involucra cultivos con complejos problemas de plagas, requiere
    esencialmente de la aplicación de métodos de
    control químico y cultural, asociado a un uso cuidadoso de
    enemigos naturales. Para convertir estos sistemas a otros
    totalmente dependientes del control biológico se
    requerirá de un proceso
    escalonado de conversión agroecológica que incluye
    el uso eficiente de pesticidas, la sustitución de insumos
    (reemplazo de insecticidas químicos por insecticidas
    botánicos, finalizando con el rediseño del sistema
    agrícola diversificado, que deben proveer las condiciones
    medioambientales necesarias para el desarrollo de enemigos
    naturales permitiendo al agroecosistema auspiciar su propia
    protección natural contra las plagas (Nicholls y Altieri,
    1994).

    Sistemas de cultivo diversificados, como los basados en
    policultivos, agroforestería o uso de cultivos de
    cobertura en huertos frutales, han sido el tópico
    fundamental de muchas investigaciones
    recientes. Estos se relacionan con la amplia evidencia que ha
    emergido de la actualidad de que estos sistemas de cultivo son
    más sustentables y conservan mejor los recursos
    naturales (Vandermeer, 1995). Muchos de estos atributos de
    sustentabilidad están asociados con los altos niveles de
    biodiversidad
    funcional (incluyendo enemigos naturales) inherentes a los
    sistemas complejos de cultivos. La clave es identificar los
    servicios
    ecológicos deseados y determinar así las mejores
    prácticas que se podrían implementar para
    incrementar los componentes de biodiversidad.

    ATRIBUTOS
    ECOLÓGICOS DE ENEMIGOS NATURALES EFECTIVOS

    Desde el punto de vista económico, un enemigo
    natural efectivo es aquel capaz de regular la densidad de
    población de una plaga y mantenerla en niveles abajo del
    umbral económico establecido para un determinado
    cultivo.

    Aunque se han utilizado una gran diversidad de especies
    de enemigos naturales en una gran cantidad de programas de
    control biológico, las especies que han demostrado ser
    efectivas poseen en común ciertas características
    que deben ser consideradas en la planeación
    y conducción de nuevos programas. En general, los enemigos
    naturales más efectivos comparten las siguientes
    características:

    (a) Adaptabilidad a los cambios en las condiciones
    físicas del medio ambiente.

    (b) Alto grado de especificidad a un determinado
    huésped/presa.

    (c) Alta capacidad de crecimiento poblacional con
    respecto a su huésped/presa.

    (d) Alta capacidad de búsqueda, particularmente a
    bajas densidades del huésped/presa.

    (e) Sincronización con la fenología del
    huésped/presa y capacidad de sobrevivir períodos en
    los que el huésped/presa esté ausente.

    (f) Capaz de modificar su acción en función de
    su propia densidad y la del huésped/presa, es decir
    mostrar densidad-dependencia.

    La capacidad de búsqueda ha sido señalada
    como el atributo individual más importante, debido a que
    esta habilidad permite que el enemigo natural sea capaz de
    sobrevivir incluso a bajas densidades de su huésped/presa.
    Sin embargo, un enemigo natural no tendría una capacidad
    de búsqueda sobresaliente si no posee otra o varias de las
    demás características mencionadas. Por lo tanto, el
    enemigo natural ideal debe poseer una buena combinación de
    todos los atributos posibles.

    Por supuesto que la regulación de una
    población de plagas se logra idealmente a través de
    una buena combinación de factores de mortalidad en todas
    las etapas fenológicas de la plaga. Los programas de
    control biológico deben incluir parasitoides de huevos,
    larvas (diferentes estadios) y pupas.

    Control biológico de plagas introducidas vs.
    plagas endémicas

    Los primeros éxitos de control biológico
    se lograron contra plagas de origen extranjero (control
    biológico clásico), al importar enemigos naturales
    del lugar de origen. Se pensó en el pasado que el control
    biológico clásico estaba limitado al control de
    plagas exóticas. Sin embargo, se ha demostrado en diversos
    casos que la importación de enemigos naturales
    exóticos tiene potencial para regular las plagas
    endémicas o nativas.

    Uno de los casos más sobresalientes lo representa
    el control exitoso de un coleóptero minador de la hoja del
    cocotero, una plaga nativa de Fiji, a través de la
    introducción de un parasitoide originario de Java donde
    parasita otras especies de minadores. Se obtuvo un control
    completo durante el primer año.

    Control biológico de plagas de cultivos
    perennes vs. anuales

    Aunque el control biológico clásico se ha
    logrado exitosamente en una gran diversidad de cultivos, la
    evidencia indica que la probabilidad de
    éxito es mayor en los perennes que en los anuales. Esto se
    debe básicamente a que los cultivos perennes se asemejan
    más a los ecosistemas
    naturales, es decir los disturbios provocados por las labores de
    cultivo son mucho menores en los cultivos perennes que en los
    anuales. Consecuentemente, la probabilidad de establecimiento de
    los enemigos naturales introducidos es menor en los cultivos
    anuales. Esto no significa sin embargo, como algunos lo han
    señalado, que la práctica del control
    biológico clásico sea exclusiva de cultivos
    perennes. Como alternativas al control biológico
    clásico en cultivos anuales, se ha practicado
    frecuentemente las modalidades de conservación e
    incremento.

    Control biológico con depredadores vs.
    parasitoides

    Los programas exitosos de control biológico han
    incluido con mayor frecuencia la utilización de
    parasitoides que depredadores. La utilización limitada de
    los depredadores se debe principalmente a ciertas desventajas con
    respecto a los parasitoides: los depredadores son menos
    específicos (contra especies y etapas de desarrollo),
    menor adaptación, menor movilidad, y menor eficiencia
    alimenticia que los parasitoides. Sin embargo, no puede negarse
    la importancia de los depredadores en el contexto general de
    control natural.

    Algunos opinan que el papel de los depredadores ha sido
    subestimado, y que deberían considerarse con mayor
    frecuencia en programas de control biológico.

    El primer caso exitoso de control biológico hace
    más de un siglo, incluyó la utilización de
    un depredador, la catarinita Rodolia cardinalis, la cual
    logró un control espectacular de la escama algodonosa de
    los cítricos en California.

    Utilización de enemigos naturales
    polífagos vs. monófagos

    La mayoría de los casos exitosos de control
    biológico han sido logrados a través de la
    utilización de enemigos naturales con hábitos
    alimenticios restringidos a una especie de plaga. El uso de
    agentes específicos en el control biológico de
    maleza es obvio debido al riesgo que implica importar agentes
    polífagos, que pudieran convertirse en plagas de cultivos
    comerciales.

    En el caso de enemigos naturales de plagas, la
    especificidad es un requisito para lograr una asociación
    más estrecha entre las densidades de la plaga y el enemigo
    natural (=regulación). En general, se considera a los
    enemigos naturales específicos como más efectivos y
    confiables.

    Introducción de múltiples especies vs.
    "la mejor"

    Se ha criticado la importación múltiple,
    es decir la introducción simultánea o secuencial de
    varias especies de enemigos naturales a una área
    determinada. Los argumentos se basan en que ésta
    práctica ha provocado el desplazamiento competitivo de
    algunas de las especies importadas.

    Un ejemplo de esta situación es el caso del
    control biológico de la escama roja de los cítricos
    en California, E.U.A., en donde tres especies de Aphytis fueron
    importadas sucesivamente y una de ellas desplazó a las
    otras. Para evitar esta situación, esta corriente sugiere
    importar "la mejor" especie de enemigo natural después de
    realizar estudios detallados.

    Esta corriente ha sido severamente criticada, ya que los
    resultados de las importaciones
    múltiples han sido satisfactorios; incluso en los casos en
    que se ha provocado el desplazamiento competitivo, las especies
    sobrevivientes fueron las más adaptadas y agresivas, lo
    que incrementa las probabilidades de éxito. El caso de la
    escama roja es uno de los casos exitosos de control
    biológico.

    Además se critica que la realización de
    estudios detallados antes de liberar enemigos naturales para
    liberar sólo "la mejor" no son prácticos ni reales.
    Se carece aún de la capacidad para seleccionar una especie
    como la "mejor" entre varias, y asegurar que esta especie
    logrará un mejor papel que las "descartadas". Existen por
    supuesto algunos criterios y atributos que pueden utilizarse en
    la preselección de especies a liberar, pero no a tal grado
    de considerar una como la "mejor" y concentrase en ésta.
    La mejor prueba que puede tener un enemigo natural es su
    liberación en el área problema y observar su
    capacidad de adaptación y control.

    El éxito en muchos casos de control
    biológico en donde se ha practicado la importación
    múltiple radica en que las especies se complementan en su
    actividad; es muy improbable que el grupo de
    enemigos naturales coincidan en sus hábitats y nichos
    ecológicos.

    Control biológico de plagas directas vs.
    indirectas

    Se ha sugerido que el control biológico
    sólo es factible contra plagas indirectas (daños en
    cualquier parte de la planta, excepto el producto que
    se comercializa, generalmente el fruto) e imposible contra plagas
    directas (daños en el fruto). Esto ha sido rebatido con el
    éxito de varios programas de control biológico,
    incluyendo el de la escama del olivo en California,
    E.U.A.

    En conclusión, algunos conceptos seguirán
    siendo polémicos y seguramente otros emergerán al
    desarrollarse nuevas teorías
    y corrientes. Sin embargo, los puntos de controversia mencionados
    arriba sugieren en general que el control biológico no
    está limitado a ciertas áreas geográficas,
    cultivos, o plagas. La gran variedad de casos exitosos indican
    que el control biológico no tiene límites.

    TAXONOMÍA
    DE INSECTOS ENTOMÓFAGOS

    La Taxonomía representa un elemento básico
    en la conducción de trabajos aplicados de control
    biológico. La clasificación de organismos ha tenido
    gran importancia desde los tiempos de Aristóteles y hoy en día, 24 siglos
    después de sus inicios sigue siendo de primera necesidad
    para el hombre.

    La utilidad de la
    biosistemática dentro de un contexto general la
    estableció muy bien Knutson (1980), quien menciona que "la
    biosistemática en un sentido clásico no
    únicamente provee las claves a la literatura técnica
    sino también representa un marco conceptual de trabajo que
    permite comparaciones realistas de características
    biológicas y tiene una capacidad predictiva". Borror et
    al. (1989) califican a la Sistemática como
    fundamentalmente importante porque representa la
    cimentación sobre la cual están basadas otras
    disciplinas biológicas.

    En la planificación de todo proyecto de
    investigación es indudable la necesidad de
    búsqueda de literatura, como punto de referencia y
    conocimiento
    de antecedentes sobre algún tema o especie en
    particular.

    Es de suma importancia determinar la especie del
    organismo con el cual se trabaja. El éxito o fracaso de un
    proyecto de
    investigación depende de trabajar con la
    especie correcta y si se presenta un complejo de especies
    será difícil desarrollar y ejecutar las medidas
    más adecuadas para solucionar un problema. Muchos ejemplos
    sobre este punto son tratados en DeBach (1964), Huffaker &
    Messenger (1976). Múltiples disciplinas biológicas
    se benefician al interrelacionar con la Taxonomía, por
    ejemplo la Genética,
    Citología, Fisiología, y Toxicología entre otras.

    CONCEPTOS Y
    METODOLOGÍA TAXONÓMICA

    Conceptos

    La unidad básica en Sistemática es la
    especie. El concepto de especie biológica más
    aceptado es "grupo de individuos o poblaciones que son capaces de
    entrecruzarse y producir descendencia fértil y bajo
    condiciones naturales están reproductivamente aislados de
    otros grupos". Especies hermanas son pares o grupos de especies
    cercanamente relacionadas, las cuales son reproductivamente
    aisladas pero morfológicamente
    idénticas.

    El reconocimiento de las limitaciones de
    aplicación del concepto de especie biológica y la
    existencia de complejos de "especies hermanas" ha promovido la
    necesidad de integrar varios parámetros para la
    determinación de una especie. La Morfología, distribución geográfica,
    reproducción, pruebas
    bioquímicas y citológicas, así como ecología y comportamiento
    de los organismos en estudio, son necesarios para la correcta
    "identificación" de parasitoides.

    El uso del los términos Taxonomía,
    Sistemática y Biosistemática es materia de
    controversia. Para algunos especialistas, la Taxonomía y
    la Sistemática tienen diferentes objetivos; el
    proveer nombres, describir organismos y proveer clasificaciones y
    claves es propio de Taxonomía, mientras que investigar la
    historia de la
    evolución e interrelaciones entre
    organismos es tarea de la Sistemática. Para otros autores
    ambos términos son usados indistintamente así como
    también el término
    Biosistemática.

    Métodos

    En todo estudio taxonómico es necesario contar
    con la ayuda de diversos materiales,
    equipo, y aplicar métodos especiales:

    Colección. Es necesario contar con una
    colección nacional de referencia para la correcta
    determinación de las especies entomófagas en
    estudio. También, es de gran utilidad el contar con
    colecciones especiales que estén formadas por series de
    insectos, debidamente conservados, incluyendo todos los datos
    bioecológicos disponibles. Es de suma importancia que todo
    estudio en el que se involucren insectos entomófagos,
    forme una serie de especímenes de referencia ("voucher
    specimens") y sean depositados en una colección nacional
    para consultas posteriores.

    Preservación.

    Las formas clásicas de preservación de
    parasitoides son: montajes en seco sobre triángulos de papel ("papel suizo"),
    montados con alfileres entomológicos, incluidos en
    bálsamo de Canadá o líquido Hoyer y
    preservados en alcohol al
    70%. En microhimenópteros el uso de una secadora de punto
    crítico logra excelentes especímenes de
    colección, sin alteración de forma del cuerpo y
    flexibles para su montaje. También, puede utilizare el
    acetato de amilo, principalmente para macrohimenópteros.
    Diversos métodos de recolecta y preservación de
    insectos son tratados por Guzmán & González
    (1991), Grissell & Schauff (1990), Martin (1977) y Noyes
    (1982).

    Datos de colecta y equipo. Todos los datos
    bioecológicos deben registrarse en un cuaderno de campo y
    posteriormente crear una base de datos.
    Tradicionalmente son incluidos algunos datos de colecta
    directamente en las etiquetas de los especímenes, que por
    la limitación de tamaño no es posible incluir toda
    la información; por esta razón es
    importante establecer un número de referencia o código
    que relacione los especímenes de colección con las
    notas de campo y laboratorio.

    Fuentes de información. Un factor importante en
    el desarrollo de un trabajo taxonómico es contar con
    varios recursos como fuentes de
    información.

    La literatura taxonómica específica es la
    principal forma de allegarse de antecedentes en un tema en
    especial. También, catálogos y revisiones son de
    inestimable ayuda.

    Actualmente la metodología taxonómica está a
    la par de los grandes logros tecnológicos. Las principales
    actividades en las que se requiere del empleo de
    algún tipo de metodología por los taxónomos
    son las áreas de identificación, descripción y
    clasificación.

    Identificación. La determinación de las
    especies es fundamental en proyectos de
    control biológico. El proceso de identificación
    puede ser realizado bajo varias formas: comparación con
    colecciones de referencia, uso de claves, descripciones,
    ilustraciones y por especialistas. Para la identificación
    por claves de familias de Hymenoptera del mundo y géneros
    de Chalcidoidea de Norteamérica específicamente se
    puede consultar a Gibson et al. (1997).

    Alternativas de determinación taxonómica.
    Los métodos más comunes en la determinación
    de una especie son a través de claves, descripciones y
    comparaciones con colecciones de referencia. Esto es el resultado
    del empleo tradicional del concepto morfológico de la
    taxonomía, pero en la actualidad, en algunos grupos de
    insectos se hace necesario el uso de nuevas formas como la
    Citotaxonomía, Quimiotaxonomía y "Taxonomía
    Fenetista".

    Por ejemplo, nuevas técnicas citológicas
    permiten estudios cromosómicos, los cuales son
    útiles en la comparación de especies cercanamente
    relacionadas, además observación de patrones cromosómicos
    son de extrema importancia en establecer líneas
    filéticas. También, se puede utilizar un
    método reciente para la identificación de complejos
    de especies es a través del uso de la Reacción de
    las Cadenas de Polynucleotidos ("PCR Polynucleotids Chain
    Reacction").

    INTERRELACIONES ENTRE SISTEMÁTICA Y
    CONTROL BIOLÓGICO

    Las formas más importantes en las que la
    Taxonomía apoya al Control Biológico son: (1)
    Proveer identificación; (2) proveer literatura; (3)
    proporcionar asesoría; y (4) preservación de
    material.

    Importancia del control biológico en la
    sistemática

    Las formas en que el Control Biológico ayuda a la
    Taxonomía incluyen: (1) Proveer información
    básica y material de campo; (2) técnicas y
    materiales para bioensayos; y (3) guías para
    diferenciación de poblaciones y especies. Flander (1953b)
    (citado por DeBach 1964) estudió la biología de 45
    especies de afelínidos incluidos en 12 géneros y
    resumió las características biológicas de
    tal manera que desarrolló una clave compuesta para los
    géneros de Aphelinidae.

    Sabrosky (1955) discutió algunas de las ayudas
    más importantes que los técnicos que trabajaban en
    Control Biológico podrían hacer por los
    taxonómos:

    1. Proporcionar una lista de hospederos y
    parásitos (material criado, estados inmaduros asociados,
    datos de distribución, otros rasgos bioecológicos
    observables, etc)

    2. Técnicas como las usadas en genética,
    citogenética, serología y cromatografía.

    3. Proporcionar claves de posibles diferencias de
    poblaciones y subespecies, especies relativas (especies hermanas)
    y especies biológicas.

    USOS Y UTILIDADES DE LA
    CLASIFICACIÓN E IDENTIFICACIÓN

    Identificación

    La identificación correcta de una especie
    representa lo siguiente: (a) es el primer paso en el desarrollo
    de métodos de control de una plaga; (b) proporciona una
    clave para comprender la información publicada sobre la
    biología, comportamiento y ecología de los
    insectos; (c) es un elemento esencial en la ejecución de
    la cuarentena de las plantas; (d) es esencial en la
    exploración en busca de parasitoides y depredadores; y (e)
    es importante en la investigación sobre la resistencia a
    insectos en variedades de cultivos o razas de animales

    La importancia de la identificación
    específica correcta del huésped (presa), la
    determinación de hábitats nativos y la
    identificación de enemigos naturales.es resaltada por
    numerosos autores que coinciden en que un resultado fallido o
    exitoso dependen de una correcta identificacion de las especies
    involucradas (Van Den Bosch & Mesenger (1973; Huffaker &
    Messenger 1976; Delucchi et al. (1976)

    La identificación correcta es importante en todas
    las etapas y fases de control biológico, incluyendo: (1)
    La fase de exploración; (2) fase de importación;
    (3) cría masiva y liberación; y (4)
    evaluación. La cría masiva de
    microhimenópteros parasíticos podría ser
    rápidamente contaminada por especies indeseables. Por
    ejemplo, en el control biológico de la escama de San
    José Quadraspidiotus perniciosus en Europa, la
    cría masiva de Prospaltella perniciosi fue aparentemente
    invadida por la relacionada especie ineficiente P. fasciata,
    liberándose algunos cuatro millones de individuos de la
    especie equivocada antes de que su identidad
    fuera determinada por especialistas, por lo que P. fasciata nunca
    se estableció en Alemania del
    Oeste. Rosen & DeBach 1970 (citado por Huffaker &
    Messenger 1976).

    Clasificación.

    La clasificación refleja relaciones
    genéticas, facilita la predicción según la
    especie de plaga de que se trate y su erradicación final.
    Sus objetivos principales incluyen:

    1. Proporcionar un sistema conveniente de archivo para
    registrar hechos acerca de la vasta ordenación de plantas
    y animales vivientes.

    2. Intentar expresar, a través del sistema de la
    nomenclatura,
    los grados de relación entre la variedad de poblaciones de
    plantas y animales existentes en todo el mundo.

    Desde el punto de vista de la biología aplicada
    lo que interesa es el grado de predicción que poseen esas
    clasificaciones. La capacidad integral de predicción de
    las buenas clasificaciones se ha usado muchas veces con
    éxito en la búsqueda del lugar de origen de plagas
    introducidas en la investigación de parásitos
    potenciales. Ejemplo B. Aonidiella aurantii, la escama roja de
    California fue colocada en el género
    Chrysomphalus (género Sudamericano) buscándose
    infructuosamente en esa región. Estudios
    taxonómicos ubicaron correctamente esta plaga dentro de
    Aonidiella (género oriental), obteniendo enemigos
    naturales más prometedores.

    BIOLOGÍA Y
    COMPORTAMIENTO DE BÚSQUEDA DE LOS
    PARASITOIDES

    En casi todos los grupos de insectos se pueden encontrar
    especies entomófagas entre las cuales el consumo de
    otros insectos (adultos o inmaduros) varía desde meramente
    incidental, hasta totalmente obligatorio.

    Las especies de insectos que tienen potencial de uso en
    programas de control biológico de plagas son aquellas cuya
    dieta esta compuesta primordialmente de otros insectos. Los
    insectos entomófagos se pueden categorizar en dos grupos:
    depredadores y parasitoides (parásitos). Tanto los adultos
    como los inmaduros de los depredadores son de vida libre y
    consumen la misma dieta (presas) o muy parecida. Generalmente,
    los depredadores necesitan devorar varias presas para completar
    su ciclo biológico, aunque hay especies que pueden
    completarlo a expensas de una sola.

    A diferencia de los depredadores, sólo los
    inmaduros de los parasitoides se desarrollan a expensas de los
    huéspedes, mientras que los adultos son de vida libre y
    frecuentemente se alimentan de mielecillas, néctares o
    desechos orgánicos de origen vegetal o animal. Sin
    embargo, existen muchas especies parasíticas que deben
    alimentarse de los hospederos para poder producir
    huevos.

    Los parasitoides, presentan numerosas adaptaciones
    biológicas, morfológicas y de comportamiento que
    los distinguen tanto de las especies depredadoras como de las
    fitófagas.

    A pesar de que aún no se ha establecido un
    acuerdo unánime, el término parasitoide se utiliza
    frecuentemente en la literatura entomológica para
    referirse a los insectos que parasitan a otros artrópodos.
    Algunos de los argumentos que apoyan la opinión de que los
    parasitoides se diferencian de los parásitos verdaderos
    son los siguientes: 1) los parasitoides atacan grupos de la misma
    categoría taxonómica o muy similar, 2) sólo
    los estados inmaduros tienen hábitos parasíticos,
    3) la diferencia de tamaño entre los

    parasitoides y sus huéspedes no es muy
    pronunciada, y 4) normalmente los parasitoides matan a sus
    huéspedes al finalizar su desarrollo inmaduro o antes. Los
    argumentos anteriores parecen convincentes, de tal manera que la
    diferenciación de los términos es razonable y el
    uso de la palabra parasitoide resulta adecuado.

    Los órdenes de insectos que poseen las especies
    más importantes para el control biológico aplicado
    son Hymenoptera y Diptera. En estos dos últimos
    órdenes se concentra la mayoría de las
    especializaciones derivadas de las
    relaciones simbióticas que se establecen entre los
    parasitoides y sus huéspedes.

    REPRODUCCIÓN
    Y DESARROLLO EN HIMENOPTEROS

    El comportamiento d los parasitoides es diverso y
    complejo, por lo que se precisa de un conocimiento detallado de
    sus características y de su conducata para su uso y
    conservación. Laterminología que se utiliza
    frecuentemente para describir a los parasitoides y su
    comportamiento permite separalos en tipos a partir de diferentes
    criterios (Pérez Consuegra, 2004)

    La forma de reproducción en Hymenoptera
    parasítica es una de las adaptaciones más notables
    que poseen los insectos entomófagos. A las especies de
    parasitoides que son exclusivamente partenogenéticas se
    les denomina TELIOTOCAS. En éstas, la progenie está
    compuesta exclusivamente de hembras a las que se les denomina
    uniparentales o impaternadas. Las especies que normalmente son
    partenogenéticas, pero que ocasionalmente producen machos
    se designan como DEUTEROTOCAS. Al igual que el resto de los
    Himenópteros, la mayoría de las especies de
    parasitoides son facultativamente partenogenéticas y se
    les llama ARRENOTOCAS.

    Los huevos fertilizados dan origen a hembras y de los no
    fertilizados se originan los machos. Las hembras son biparentales
    y los machos uniparentales; a este sistema genético se le
    denomina HAPLODIPLOIDE. Las categorías mencionadas no son
    discretas, mas bien existe un continuo entre ellas. En cuanto a
    la producción de huevos, las hembras se pueden clasificar
    como PROOVIGÉNICAS cuando emergen del pupario con su
    dotación de huevos completa, en este caso los adultos no
    siempre requieren alimentarse; y SINOVIGÉNICAS cuando los
    huevos se producen durante el estado
    adulto, las hembras incluidas en esta categoría usualmente
    deben alimentarse para poder producir huevos y con frecuencia
    presentan un periodo de preoviposición durante el cual los
    maduran.

    El lugar de oviposición varía con la
    especie de parasitoide y puede ser dentro o sobre el
    huésped. a los parasitoides que se desarrollan en el
    exterior del huésped se les denomina ECTOPARÁSITOS.
    Los parasitoides que se desarrollan sobre el huésped,
    dentro de su pupario o celda pupal, también se les
    considera ectoparásitos.

    Con frecuencia las hembras de las especies
    ectoparasíticas paralizan temporal o permanentemente a los
    huéspedes, de manera que su progenie se alimenta sobre
    individuos cuyo crecimiento se interrumpe, este tipo de
    parasitoides es conocido como IDIOBIONTES. Cuando los
    parasitoides se desarrollan en el interior del huésped se
    les llama ENDOPARÁSITOS.

    Es común que las especies endoparasíticas
    se desarrollen en huéspedes que continúan
    creciendo, por lo que se les conoce como KONIOBIONTES (Van
    Driesche y Bellows, 1996). Si de cada huésped se
    desarrolla un solo parasitoide se dice que éste es
    SOLITARIO. El parasitismo GREGARIO se da siempre que se
    desarrolle y sobreviva más de un parasitoide de una sola
    especie a expensas de un huésped.

    La oviposición y el desarrollo de los
    parasitoides puede iniciarse desde la etapa de huevo del
    huésped y terminar en la misma o cualquier etapa
    posterior, de tal manera que existen parasitoides de huevos
    (Mymaridae, Trichogrammatidae, Scelionidae); huevo-larva o
    huevo-ninfa (Braconidae: Cheloninae, Platygastridae); larva
    (Braconidae, Encyrtidae, Tachinidae); larva-pupa (Braconidae,
    Ichneumonidae, Eulophidae, Tachinidae); pupa (Chalcididae,
    Eulophidae, Ichneumonidae) y adulto (Braconidae: Euphorinae,
    Eulophidae). (Doutt, 1964)

    TIPOS DE PARASITISMO
    Y RELACIONES COMPETITIVAS

    Los parasitoides se pueden clasificar de diferentes
    maneras tomando en cuenta las relaciones que se establecen entre
    sus huéspedes y otros parasitoides. Debido a sus
    hábitos, una misma especie puede incluirse
    simultáneamente dentro de diferentes
    categorías.

    Se denomina PARASITOIDES PRIMARIOS a los que atacan
    insectos que no son a su vez parasitoides, es decir de fitofagos
    y depredadores. PARASITOIDES SECUNDARIOS O HIPERPARÁSITOS
    se les llama a los que atacan a los parasitoides primarios.
    (Doutt y DeBach, 1968)Dentro de los hiperparásitos se
    incluyen también los parasitoides terciarios y
    cuaternarios, pero generalmente estos son de menor importancia y
    no son deseables para los programas de control biológico.
    En cambio, es muy
    importante tener en cuenta aquellas especies en las cuales los
    machos son hiperparásitos de las hembras de su propia
    especie Este fenómeno denominado ADELFOPARASITISMO o
    AUTOPARASITISMO se puede observar en la familia
    Aphelinidae dentro de los géneros Encarsia y Coccophagus.
    En las especies con machos hiperparásitos, las hembras
    vírgenes ovipositan en huéspedes que contienen
    hembras de su misma especie en la etapa pupal, de esos huevos no
    fertilizados se originan machos que se desarrollan como
    parasitoides secundarios a expensas de las hembras. (Williams y
    Polaszek, 1996)

    Los parasitoides también se pueden clasificar de
    acuerdo al rango de hospedante en MONOFAFOS cuando parasitan una
    sola especie de hospedante, OLIGOFAGOS cuando parasitan pocas
    especies de hospedantes y generalmente están estrechamente
    relacionadas y POLIFAGOS cuando parasitan un amplio rango de
    especies hospedantes.

    El parasitismo puede definirse de acuerdo con el
    número de especies de parasitoides primarios que ataquen a
    un solo huésped. Se denomina parasitismo SIMPLE al
    desarrollo una sola especie a expensas de un huésped, ya
    sea el parasitoide gregario o solitario. El SUPERPARASITISMO
    ocurre cuando el número de parasitoides de una misma
    especie que se desarrollan a expensas de un solo huésped
    es excesivo y no todos llegan al estado adulto
    o los adultos que emergen son de menor tamaño o menos
    activos de lo
    normal. (Doutt y DeBach, 1968)

    Cuando dos o más especies de parasitoides
    primarios atacan a un solo huésped el parasitismo se
    designa como MÚLTIPLE. En el parasitismo múltiple
    las dos o más especies de parasitoides primarios pueden
    ser gregarias o solitarias, o una combinación de esos
    hábitos. Durante el parasitismo múltiple se
    establecen relaciones competitivas tanto entre los adultos por
    los sitios de oviposición, como entre los inmaduros por la
    posesión del huésped.

    La competencia entre
    los adultos se denomina Extrínseca y entre los inmaduros
    Intrínseca. Una de las especies puede ser
    Extrínseca o Intrínsecamente superior, inferior o
    equivalente con respecto a la otra. Una especie que es
    extrínsecamente superior pero intrínsecamente
    inferior normalmente parasitan una mayor proporción de la
    población del huésped, pero la
    intrínsecamente superior elimina a los inmaduros de la
    primera cuando coinciden en el mismo huésped.

    Ya que es remoto que ambas especies parasiten
    exactamente a los mismos individuos, es de esperarse que el
    parasitismo total sea siempre mayor o al menos igual que al que
    se obtendría en ausencia de la especie
    intrínsecamente superior.

    Importancia de la Superfamilia Chalcidoidea
    para el control biológico de plagas.

    (Tomado de John S. Noyes. The Natural History Museum.
    Department of Entomology. Universal Chalcidoidea Database. Last
    up date 30 sept 2003.

    http://www.nhm.ac.uk/entomology/chalcidoidea/index.html
    )

    La Superfamilia Chalcidoidea pertenece al Orden
    Himenoptera (abejas, hormigas y avispas). Según Noyes,
    2003 alrededor de 22 000 especies han sido descritas y
    catalogadas. La mayoría de las especies miden menos de 3
    mm promediando los 1,5 mm y los más pequeños pueden
    medir 0,11 mm (Mimaridae: Dicopomorpha echmepterys). Su
    pequeño tamaño puede hacer extremadamente dificil
    su colecta y estudio y como resultado reciben comparativamente
    menos atención de los especialistas taxonomos.

    Clasificación.

    La superfamilia en el presente se divide en 19 familias
    separadas, con más de 90 subfamilias reconocidas. La
    familia
    más larga es Eulophidae con casi 4 500 especies incluidas
    seguida por Encyrtidae y Pteromalidae. La relación
    filogenética entre varios grupos está pobremente
    estudiada y es sujeto de estudio usando una combinación de
    métodos morfológicos y moleculares. La superfamilia
    Mymarommatoidea es un ejemplo de esto. Este grupo fue incluido
    inicialmente junto con los calcidoideos como la familia
    Mymaridae, pero en años recientes ha sido tratada como una
    superfamilia y reconocida como un grupo hermano de Chalcidoidea.
    Existen ahora algunas evidencias de que pudiera estar mas
    estrechamente relacionada con los proctotrupidos de la familia
    Diapriidae.

    Los calcidos como agentes de control
    biológico.

    La superfamilia Chalcidoidea es el grupo más
    exitoso usado en el control biológico aplicado. Alrededor
    de 800 especies diferentes han sido asociadas con programas de
    control biológico de una u otra forma. Dos familias en
    particular, Aphelinidae y Encyrtidae han probado ser
    extremadamente exitosas para el control de plagas, aunque
    especies de muchas otras familias han sido utilizadas tambien con
    éxito. El efecto beneficioso de los calcidos es
    ususalmente revelado solo cuando el indiscriminado uso de
    insecticidas pasa a su erradicacion y consecuentemente se
    erradica la población de la plaga.

    Entre los Afelinidos, el género Encarsia es uno
    de los más importantes grupos de parasitoides explotados
    para el control biologico. Muchas especies han demostrado su
    importancia en el control de moscas blancas (Aleyrodidae) e
    insectos guaguas (Diaspididae). Como otros muchos calcidos, las
    especies de Encarsia también ejercen un efectivo control
    contra plagas sin que hayan sido deliberadamente usadas para el
    control biológico.

    Otros géneros de afelinidos que también
    incluyen agentes exitosos de control pertenecen a los
    géneros Eretmocerus para el control de moscas blancas y
    Aphytis para el control de Diaspididos.

    Encyrtidae es una de las mas importantes familias para
    el control biológico de insectos plaga (Noyes y Hayat,
    1984). Un gran número de especies pertenecientes a la
    familia han sido asociadas con programas de control
    biológico clasico a través del mundo.

    Algunos de los más espectaculares éxitos
    han sido alcanzados en el control de pseudocóccidos usando
    encirtidos como enemigos naturales. Muchas especies han sido
    usadas exitosamente contra una gran variedad de plagas de
    importancia economica, especialmente especies de Coccoidea que
    infestan plantas perennes.

    Especies que han sido particularmente usadas con
    éxito son: Habrolepis dalmanni, introducido desde América
    en Nueva Zelanda para el control de Asterolenium variolosum, una
    seria plaga del roble; Anagyrus dactylopii introducida en hawaii
    desde Hong Kong para el control de Nipaecoccus vastator una plaga
    de los citricos; Tetracnemoidea brevicornis introducida en
    América del Norte y Nueva Zelanda desde Australia para el
    control de Pseudococcus fragilis una plga de los citricos y el
    más conocido es el éxito de Anagyrus lopezi para el
    control de la chinche de la yuca Phenacoccus manihoti a
    través del desierto subsahariano. Este pseudococcido fue
    notado por primera vez en el Congo en 1973 en los mediados de los
    80 se ha extendido por el Africa
    subsahariana completa destruyendo la principal fuente de carbohidratos
    al menos para 200 millones de personas.

    CRÍA MASIVA DE
    AGENTES DE CONTROL BIOLÓGICO

    A pesar de que el control biológico por aumento
    es ya una práctica rutinaria en algunos cultivos en varios
    paises (China,
    Rusia,
    Holanda, Estados Unidos,
    Francia, Gran
    Bretaña, México,
    etc.), los sistemas agrícolas que lo usan aún no
    son extensivos. Ya que las áreas que emplean dicha
    metodología de control de plagas apenas constituyen el 1%
    del mercado de
    plaguicidas (King, 1998).

    La cría masiva de insectos entomófagos, la
    calidad,
    cosecha, almacenamiento,
    distribución y liberación para controlar insectos y
    ácaros plaga, son las limitantes más grandes para
    que el control biológico por aumento se haga más
    extensivo (King, 1998). Pero además, no se puede perder de
    vista que la expresión aparentemente mecánica y rutinaria de esta estrategia de
    control biológico no debe confundirse con la carencia de
    sustento científico del diseño
    de la práctica (Trujillo, 1992).

    Los parasitoides son los enemigos naturales más
    utilizados en programas de control biológico de plagas de
    insectos. La mayoría (85%) son del Orden Hymenoptera y
    unos pocos (15%) son Dipteros (Carballo, 2002)

    Quizá la primera y más importante
    decisión en la cría masiva de agentes de control
    biológico es seleccionar a la especie idónea para
    suprimir la plaga de interés y
    las condiciones en las cuales se debe reproducir y liberar. Ahora
    bien, resulta obvio que estas decisiones deben estar sustentadas
    científicamente por un conjunto de conocimientos de
    biología, ecología y comportamiento de las plagas y
    sus enemigos naturales; así como del entorno
    ecológico particular

    Aún cuando la cría de insectos
    entomófagos para su uso en programas de control
    biológico puede tener diferentes propósitos
    (cuarentenas, estudios de biología, etc.), producir gran
    número de insectos entomófagos en un laboratorio o
    insectario para su liberación contra una plaga puede
    resultar impracticable y según Etzel et al (1999), aunque
    el arte y la ciencia de
    criar ha avanzado tremendamente en los últimos
    años, un gran número de factores deben tenerse en
    cuenta a la hora de emprender un programa de cría masiva,
    tales como la reproducción del hospedante, el uso de
    plantas hospedantes, y los factores de calidad entre
    otros.

    Para consultar más definiciones de cría
    masiva se puede revisar a Chambers (1977). Según este
    mismo autor, cría masiva es la producción de
    insectos que satisfacen los objetivos para los que fueron criados
    con una relación costo beneficio aceptable, y que exceden
    en número (de diez mil a un millón de veces) la
    productividad
    media de la población de hembras nativas.

    CRÍA DE INSECTOS
    ENTOMÓFAGOS Y TÉCNICAS DE
    PRODUCCIÓN

    En general, los insectos entomófagos pueden
    presentar más problemas para su cría en laboratorio
    que los insectos fitófagos. Aún cuando existen
    dietas artificiales para algunos insectos entomófagos, con
    mucha frecuencia estos se deben criar sobre un huésped o
    presa natural o no natural. Como consecuencia de esto, la
    cría de una especie de parasitoide o depredador puede
    requerir hasta tres organismos diferentes, estos son: el insecto
    entomófago, el huésped natural y la planta o dieta
    sobre la cual se alimenta el huésped (Waage et al., 1985;
    Hagen, 1987).

    La cantidad de insectos que se pueden obtener en un
    insectario depende del grado al cual los insectos
    entomófagos, sus huéspedes y las plantas o dietas
    estén adaptados al medio artificial, y de la factibilidad de
    las técnicas de producción. Debido a las
    características especializadas de la cría de cada
    especie entomófaga, únicamente es posible tocar
    principios amplios en las técnicas de cultivo. Para
    abundar acerca de estas técnicas de producción
    masiva se puede consultar a Finney y Fisher (1964), Morrison y
    King (1977), King y Morrison (1984), Van Lenteren
    (1988).

    Cría en dieta artificial, "in
    vitro"

    Muy pocos enemigos naturales se han criado en dietas
    totalmente artificiales sin demeritar alguna de sus
    características deseables. Singh (1984) cita algunas
    especies de insectos entomófagos para los cuales se ha
    desarrollado una dieta artificial, y algunas de las ventajas y
    desventajas de criarlos en éstas. Según Cohen et
    al, (1999) el uso de dietas artificiales y técnicas de
    cría automatizadas pudieran disminuir los costos de
    producción e incrementar la capacidad reproductiva en
    la cría de enemigos naturales; las dietas artificiales
    pudieran constituir un elemento exitoso como suplemento
    alimenticio durante el embarque y su práctica podria
    eliminar los problemas de cuarentena que tienen que ver con el
    uso de hospedantes de sustitución para las
    crías.

    Quizá como ejemplo de un logro exitoso reciente,
    en el desarrollo de una dieta artificial para insectos
    entomófagos, se deba citar a los trabajos de Rojas et al.,
    (1996) y Rojas (1998), mismos que han demostrado la factibilidad
    de la cría masiva del parasitoide Catolaccus grandis
    (Burks) en dietas totalmente artificiales, y sin merma en
    capacidad de búsqueda del huésped (Anthonomus
    grandis).

    Cría en un huésped natural o sistemas
    de cría natural

    Se denomina sistema de cría natural a los
    sistemas que producen agentes de control biológico sobre
    su huésped natural y a su vez dicho huésped fue
    criado en alguno de sus hospederos (plantas) naturales. Este
    sistema de producción generalmente es uno de los
    más caros y en muchas ocasiones lo pone en desventaja
    comercial con otros métodos de control.

    Además, se debe asegurar que huéspedes no
    paralizados no serán material biológico que pudiera
    contribuir a reinfestaciones de la plaga en campo o invernadero.
    Por esta razón, con frecuencia los huéspedes
    naturales en crías masivas han sido tratados con medios
    físicos (calor,
    radiación, frío) o se separan por
    medios mecánicos (Van Driesche y Bellows,
    1996).

    Desafortunadamente, algunos enemigos naturales y sus
    atributos biológicos deseables sólo se pueden
    mantener cuando se desarrollan en sus huéspedes naturales.
    Como uno de los ejemplos de estos sistemas se puede citar a
    Phytoseiulus persimilis, este ácaro se produce
    generalmente en tres fases: a) producción de plantas de
    frijol, b) producción de la presa (Tetranychus urticae
    Koch) sobre las plantas de frijol, y c) producción de P.
    persimilis sobre T. urticae.

    Si se desea averiguar a cerca de la metodología
    de reproducción de esta especie se pueden consultar los
    trabajos de Morrison y King (1977). Otros ejemplos de sistemas de
    este tipo son: Encarsia formosa parasitoide de Trialeurodes
    vaporariorum, parasitoides de minadores, y parasitoides de piojos
    harinosos (Van Driesche y Bellows, 1996).

    Cría en un huésped
    alternativo

    Los insectos que se utilizan como huéspedes de
    insectos entomófagos pueden dividirse en naturales y
    alternativos. El huésped natural es atacado en campo por
    la especie de interés; el huésped alternativo no es
    atacado en campo, de manera natural, por el insecto de
    interés pero en determinadas circunstancias puede actuar
    como huésped adecuado para el desarrollo del
    entomófago en el insectario (Finney y Fisher, 1964; Waage
    et al., 1985).

    Existen varios criterios para seleccionar a un
    huésped alternativo, todos ellos se dirigen a facilitar el
    manejo y a disminuir los costos de
    producción. Entre los criterios básicos se pueden
    señalar que la especie a seleccionar sea aceptada con
    facilidad por el entomófago, que no tenga diapausa o
    hibernación, que su cría no sea costosa, que tenga
    altas tasas de incremento, y que tenga resistencia al manejo y a
    las enfermedades
    (Feede et al., 1982).

    Un ejemplo claro del uso de huéspedes facticios
    para la producción masiva de un parasitoide es el caso de
    Trichogramma spp. Este parasitoide de huevos de varios ordenes de
    insectos (especialmente lepidópteros), usado mundialmente
    en programas de control biológico por aumento, se
    cría casi exclusivamente sobre huevos de Anagasta
    kuehniella o Sitotroga cerealella, huéspedes que presentan
    menor costo y dificultad para su cría (King y Morrison,
    1984; Waage et al., 1985; Van Drieche y Bellows, 1996; Arredondo
    y Perales, 1994).

    Desde que Flanders (1947, 1949) describió las
    cualidades del hospedante vegetal de sustitución, se sabe
    como multiplicar infinidad de cochinillas diaspinas sobre estos
    hosapedantes artificiales, que van desde limones parafinados
    (Tashiro, 1966), tubérculos de papa, frutas de diferentes
    cucurbitaceas hasta hojas enraizadas (Avidov, 1970; BeBach y
    White, 1960; Euverte, 1967; Flanders, 1949).Frutos de calabaza
    Cucurbita moschata, variedad rosa, enperfecto estado de
    conservación, conservando el pistilo d la flor y bajo
    condiciones adecuadas para su conservación son ideales
    para su utilización por periodos de hasta 3-4 meses para
    la cría de cochinillas (Euverte, 1967).

    En condiciones de insectario y laboratorio el uso de
    Cucurbita pepo L. fue el sustrato adecuado para la cría de
    Selenaspidus articulatus Morg. Y Chrysomphalus aonidum L. para el
    desarrollo de Aspidiotiphagus sp (Hymenoptera: Aphelinidae)
    (Ceballos y Hernández, 1986). Frutos de calabaza Cucurbita
    moschata y papas greladas (Solanum tuberosum Lin) han sido
    utilizados con éxito para la cría de chinches
    harinosas en Cuba (Martínez, 2000) Utilizando la especie
    de pseudococcido Planococcus minor se ha desarrollado una
    metodología de cría del parasitoide Leptomastix
    dactylopii (Hymenoptera: Encyrtidae) que ha sido generalizada en
    los Laboratorios provinciales de Sanidad Vegetal de nuestro
    país (Ceballos y Martínez, 2002).

    CONTROL DE
    CALIDAD

    Hasta aquí se ha señalado la importancia y
    ventaja que representan los organismos criados en el laboratorio
    para su posterior liberación en el combate de plagas.
    Desafortunadamente, al mantener a un grupo de insectos por varias
    generaciones en un insectario donde se proporcionan factores
    abióticos estables (temperatura,
    luz, humedad,
    viento), y factores
    bióticos constantes (alimento); además de la
    ausencia de competencia por huéspedes, por pareja sexual,
    por sitios de apareamiento, y sin necesidad de

    desplazamiento para localizar los recursos, son factores
    que pueden provocar que los insectos criados en el laboratorio
    pierdan algunas características deseables que presentaban
    los insectos silvestres con los que se originó la colonia
    (Martínez, 1994).

    Por esta razón, es imprescindible que se realicen
    medidas de control de calidad en la cría de agentes de
    control biológico, que eviten que se pierdan algunas de
    las características deseables, y que mantengan un
    estándar de calidad en los insectos producidos. Es muy
    probable que algunos de los efectos de la domesticación
    sean inevitables, pero tomar ciertas precauciones puede minimizar
    su impacto (Martínez, 1994).

    El control de calidad es un procedimiento
    esencial para desarrollar, mantener y mejorar la
    producción y calidad de cualquier agente de control
    biológico (Leppla, 1984). Debido a la importancia del
    tema, se han relizado gran número de trabajos que definen
    y plantean ciertos criterios básicos para la puesta en
    práctica del control de calidad (Huettel, 1976; Boller y
    Chambers, 1977; Chambers y Ashley, 1984; Moore et al., 1985;
    Martínez, 1994).

    El control de calidad en la cría de cualquier
    insecto debe involucrar a todos los aspectos que puedan influir
    en su desempeño final. Estos aspectos deben tener
    revisiones periódicas y recomendaciones para mejorar el
    sistema de cría (Boller y Chambers, 1977; Leppla,
    1984).

    Por su parte Huettel (1976) señaló que
    cualquier característica que se quiera evaluar sobre los
    insectos criados en laboratorio se debe expresar como la
    diferencia entre éstos y los insectos silvestres. Es
    decir, que el estándar de calidad más apropiado
    está representado por los insectos silvestres.

    Respecto a la inspección mínima y
    periódica en las crías de insectos se puede
    señalar a componentes de la biología y
    comportamiento que son importantes para su supervivencia, por
    ejemplo: talla, capacidad de búsqueda, dispersión,
    longevidad, competitividad
    sexual, proporción de sexos, fecundidad, etc.

    De acuerdo con Boller (1977) y Barlett (1984) citados
    por Martínez (1994), existen algunas recomendaciones
    básicas que se deben considerar para tener una cría
    de insectos que conserven características deseables y se
    disminuya el impacto de la domesticación, entre
    éstas:

    a) Establecer estándares de calidad y determinar
    las pruebas que proporcionen los indicadores

    b) Iniciar una colonia de insectos con el mayor
    número de organismos posible

    c) Usar jaulas grandes para el apareamiento, corrientes
    de aire que
    remuevan las feromonas acumuladas, y tratar de inducir el
    comportamiento de vuelo en los organismos

    d) Ajustar las densidades de cría para producir
    competencia sin llegar a la sobrepoblación

    e) Proporcionar condiciones ambientales adecuadas, pero
    también inducir fluctuación de temperatura y luz en
    diversas fases del ciclo de vida

    f) Mantener colonias separadas con condiciones
    únicas y cruzarlas sistemáticamente con el fin de
    mantener la variabilidad genética o, si fuera posible,
    introducir insectos nativos o silvestres periódicamente a
    la colonia, con las precauciones debidas para evitar
    hiperparásitos o patógenos

    g) Desarrollar marcadores genéticos,
    morfológicos o bioquímicos para estudios
    poblacionales de los insectos que se liberan en el
    campo

    EL
    CONTROL BIOLOGICO EN CUBA

    La década del 30 del siglo pasado marcó el
    punto de partida del desarrollo del control biológico
    aplicado en Cuba, a partir de la inauguración del primer
    laboratorio de control biológico en el Batey del Central
    "Mercedes" (hoy "Seis de Agosto) para la reproducción
    masiva de Lixophaga diatraeae Townsend para el control de
    Diatraea saccharalis F., plaga principal del cultivo de la
    caña de azúcar
    en nuestro país. (Fernández, 2002)

    La introducción en Cuba en 1928 de Rodolia
    cardinalis
    Mulsant para el control de I.
    purchasi y de Eretmocerus serius en 1930 para el
    control de Aleurocanthus woglumi Ashby, plagas que hasta
    hoy día superviven en poblaciones tan bajas que su
    daño es
    insignificante, constituyeron también dos eventos
    significativos y exitosos de control biológico

    En el período prerevolucionario las estrategias
    para el control de plagas se basaron fundamentalmente en
    prácticas culturales y en el uso de plaguicidas de
    naturaleza
    inorgánica y el énfasis de los científicos
    estaba en la identificación y registro de
    organismos nocivos en general. (Faz, 1987)

    Las decadas del 70 y el 80 del siglo pasado dirigieron
    los esfuerzos del control de plagas al uso de plaguicidas, sin
    embargo en este período se establecieron los sistemas de
    señalización con métodos de monitoreo y
    avisos de plagas de insectos , ácaros y enfermedades
    fungosas, y en la segunda mitad de los 70 se puso en
    práctica el manejo preventivo, el desarrollo del control
    biológico y los primeros programas de Manejo Integrado de
    Plagas que fue adoptado como política oficial del
    Estado Cubano en fecha tan temprana como 1982), permitió
    la creación de los Centros Reproductores de
    Entomófagos y Entomopatógenos (CREE). (Pérez
    y Vázquez, 2001

    En la etapa actual, el control de plagas se realiza
    básicamente en el contexto de programas de manejo
    integrado los cuales tienen un enfoque agroecológico,
    predominando la tendencia a la integración de alternativas de control no
    químico en varios cultivos como el cafeto, caña,
    pastos y otros (Pérez y Vázquez, 2001).

    La ley de Medio
    Ambiente de 1997 incluye las "Normas Relativas
    a la Agricultura Sostenible" que entre otros expresa la necesidad
    del uso racional de medios biológicos y químicos
    con vistas a la reducción de la contaminación ambiental así como el
    manejo preventivo e integrado de plagas y enfermedades con
    atención especial al uso de los recursos de la diversidad
    biológica lo que Cuba está en el camino que hace
    posible el cambio hacia el paradigma del
    ambientalismo que permiten implementar el manejo d plagas, y
    aunque aún falta mucho para alcanzar esta meta el objetivo es
    continuar disminuyendo la dependencia de los productos
    químicos.

    Y en este contexto, un aspecto esencial para el
    desarrollo de las diferentes estrategias de manejo
    ecológico de plagas es la existencia de políticas
    estatales que contribuyan a su éxito Uno de los objetivos
    es la sustitución de plaguicidas por medios
    biológicos y de hecho la disminución de insumos son
    consideradas como éxitos productivos asociados a la
    eficiencia con repercusión en la salud humana y calidad
    ambiental (Pérez Consuegra, 2004).

    Conservación, introducción y aumento
    de enemigos naturales como estrategias de control
    biológico en Cuba.

    A diferencia del control biológico clásico
    y por aumento que generalemnte están dirigidas al control
    de una sola especie, la conservación es una estrategia
    preventiva que promueve la regulación de un conjunto de
    poblaciones fitófagas presentes en agroecosistemas, y es
    esta precisamente la estrategia que más posibilidades
    tiene en el manejo de plagas en la agricultura
    sostenible.

    La conservación es también una estrategia
    muy conveniente para el control de especies introducidas ya que
    las altas poblaciones y la invasión de hospedantes con
    elevadas tasas de reproducción pueden reducirse cuando se
    aplican programas de manejo que consideran la conservación
    de los enemigos naturales nativosque son ricos y diversos en los
    agroecosistemas cubanos y que interactúan con las
    poblaciones de la especie introducida (Vázquez et al
    2001).

    El control biológico clasico o importación
    de enemigos naturales generalmente es utilizado para el control
    de una especie "exótica", "introducida" o como se ha dado
    en llamar "emergente". Lo más común es que los
    enemigos naturales se introduzcan después que la plaga a
    regular haya hecho su aparición, pero puede darse el caso
    que ante el peligro de introducción de una plaga muy
    peligrosa los enemigos naturales sean introducidos antes de su
    llegada; tal es el caso de la cochinilla rosada del hibisco
    Maconellicoccus hirsutus (Green), la cual a partir de su
    introducción en Granada se ha diseminado
    rápidamente en la rgión del Caribe (Martínez
    et al, 2001). El coccinélido Cryptolaemus
    montrouzieri
    se introdujo en Cuba con ese objetivo y
    está distribuido para su cría masiva en los
    Laboratorios Provinciales de Sanidad Vegetal del país
    (Milán et al, 2001).

    El control biológico por aumento, a partir de la
    reproducción masiva y liberación de grandes
    cantidades de enemigos naturales, es una solución cuando
    la colonización permanente no es factible o cuando se
    pretende reducir el uso de plaguicidas. En la etapa actual de la
    agricultura cubana, es a esta opción a la que se le dado
    prioridad y el mayor éxito se ha alcanzado en la
    producción masiva y aplicación de patógenos
    de insectos.

    La producción masiva y liberación de
    enemigos naturales requiere de investigaciones básicas que
    abarcan la biología y ecología y en primer lugar su
    selección, que está basada en el
    principio del control de la plaga bajo las condiciones en que se
    va a reproducir y liberar. Existen otros aspectos de vital
    importancia como la calidad de las crías, la efectividad
    de los enemigos naturales liberados y los costos y beneficios que
    no solo se reducen a los costos económicos sino
    también los beneficios ecológicos y sociales
    (Pérez Consuegra, 2004).

    Partes: 1, 2

    Página siguiente 

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter