- *
- Pensar y
criticar * - Identificar el problema y
la conclusión * - Razones *
- Ambigüedad *
- Conflictos de
valores * - Supuestos
descriptivos * - Falacias *
- Evidencia *
- Causas
rivales * - Engaños
con las la estadísticas * - Omisión
de información * - Otras
posibles conclusiones *
Manual para el curso
Razonamiento Crítico y
Lógica
Facultad de Ciencias
Económicas
Este manual es una
traducción libre de
Browne, M. Neil y Keely, Stuart M. (1998).
Asking the Right Questions. A Guide to Critical Thinking.
Upper Saddle River, New Jersey: Prentice Hall.
Contiene, además, ejemplos tomados de otras
fuentes,
adaptados
a la realidad de Guatemala.
El responsable del curso no reclama ninguna
originalidad
sobre lo que aquí se
expone.
1
La esponja y la criba de
oro
¿A qué se parece más pensar:
a absorber la información como una esponja, o a cribar
oro?
Obviamente, es importante reunir información, pero eso
también lo hacen las computadoras,
y mejor que nosotros…
De hecho, pensar es escoger. No a todo ponemos la
misma atención. Como cuando vamos a una fiesta, y
en una esquina alguien empieza a hablar de nosotros, somos
capaces de poner en sordina todas las demás voces y
concentrarnos en la conversación que nos interesa.
Nuestros criterios, nuestras valoraciones, actúan como
filtros.
Si pensar es escoger, y escoger es utilizar
criterios, de lo que se trata es de tener buenos criterios. Por
ejemplo, si para escoger mis amistades tengo un criterio racial,
voy en camino de convertir en un racista de miedo. Si para
escoger los libros me fijo
sólo en las tapas, tragaré mucha basura. Si
sólo leo las columnas de opinión de aquellos que
sé que piensan como yo, lo único que haré
será reafirmar mis convicciones, y corro el riesgo de
volverme cerril e intransigente.
Otro caso: la publicidad. Nos
bombardean con mensajes que pretenden hacer que compremos, no por
la calidad del
producto, sino
por una causa accidental: porque es la elección de Cindy
Crawford, o la de James Bond, o porque los que llevan tales
pantalones lucen despreocupados (me viene flojo), etc. La
publicidad, muchas veces, trata de impresionarnos para que no
pensemos mucho…
La mejor manera de escoger (la mejor manera de
pensar) es hacer preguntas. Cuando leemos algo con lo que estamos
de acuerdo, es bueno preguntarse: ¿por qué estoy de
acuerdo con lo que dice este señor?, y lo mismo cuando
leemos algo que no nos parece. ¿Por qué no nos
parece o no estamos de acuerdo? Alguien definió
intelectual como aquel que lee con un lápiz en la
mano.
Cuidado: nuestras preferencias personales pueden
desviar nuestro juicio. Si somos antigobiernistas, es probable
que no veamos las inconsistencias de una columna en la que se
ataca al gobierno, por
ejemplo.
(En el caso de las columnas de opinión y
de los editoriales, es claro que tienen una intención, y
que se manejan intereses políticos y económicos.
Pero aún cuando la intención fuera criticar por
política,
hay mejores y peores maneras de hacerlo.)
En las ciencias
sociales, o en temas de política, no se trata de
llegar a la respuesta correcta. Si existiera una sola respuesta
correcta, la gente pensante dejaría de discutir sobre
ellas. Precisamente eso es lo que las hace tan atractivas: que se
puede seguir discutiendo.
Ahora bien, el hecho de que no exista la
respuesta correcta en estos temas, no significa que no existan
mejores o peores explicaciones, mejores o peores descripciones.
Ciertamente, describir las vacas como los animales que
tiene corazón,
patas y nariz, es una descripción verdadera, pero seguramente
podemos construir una mejor. ¿Llegaremos a la
definición perfecta de la vaca? Tal vez no, pero siempre
podemos valorar. ¿Y cuáles son los criterios de
valoración? Cada generación (o cultura) los
construye. Por ejemplo, decir que la vaca es una animal que da
leche que
sirve para el consumo
humano, sirve para muchos, pero no serviría para los
mayas, en cuyo
lenguaje
"leche" designa únicamente la leche
materna.
Pensar y sentir
Éste es un punto clave: la influencia de
los sentimientos y de la voluntad en nuestro pensamiento.
No existe el pensamiento químicamente puro, desprovisto de
supuestos, gustos y valoraciones. Como dicen Browne y Keely
(1998): "Cuando ud. encuentra una conclusión, lo hace
teniendo [a sus espaldas] una historia. [Todos tenemos
nuestra historia.] Usted ha aprendido a preocuparse por ciertas
cosas, a apoyar determinados intereses, y a rechazar otros. De
manera que siempre empieza a pensar críticamente dentro de
un conjunto de opiniones. Tiene compromisos emocionales con esas
opiniones [no lo puede negar]. Esas son sus opiniones, y es
comprensible que se sienta protegido por
ellas".
¿Es malo tener opiniones y creencias?
Está claro que no. Lo que estaría mal sería
no pensar en lo que creemos. Si es cierto que cuando pensamos
creemos (nadie piensa en el vacío, al pensar
necesariamente utilizamos creencias), también es cierto (o
debe ser cierto) que cuando creemos, pensamos.
Prevenidos, entonces, para que nuestras emociones o
afiliaciones no nos enturbien la vista y nos impidan comprender
lo que otros dicen o escriben. Charles Peirce escribió que
"la lectura
auténtica consiste en ponerse en la posición del
autor y asimilar su forma de pensar". Browne y Keely recomiendan:
"cuando lea, trate de evitar que los sentimientos le impidan ver
las razones que sostienen aquellos con lo que en principio no
está de acuerdo" (p. 8).
Tampoco debemos creer que porque alguien sostenga
una opinión contraria a la nuestra nos está
atacando. La actitud
adecuada: la caridad. Como dice Elizabeth Leseur: "No aceptar
todo, sino tratar de comprenderlo todo; no aprobar todo, sino
perdonarlo todo; no aceptar todo, sino buscar el grano de verdad
que está contenido en todo. No rechazar ninguna idea o
deseo, por torpe o débil que parezca."
Por otra parte, no somos máquinas
de evaluación
de argumentos. Los sentimientos son importantes. De hecho,
"muchos de nuestros sentimientos o emociones son el resultado de
un pensamiento profundo" (Browne y Keely, p. 9), de haber pensado
mucho las cosas. Ojalá sea éste nuestro
caso.
2
IDENTIFICAR EL PROBLEMA
Y LA CONCLUSIÓN
Antes de evaluar la posición de otro,
averiguar cuál es esa
posición
En general, los que escriben editoriales,
columnas, libros, artículos de revista o
conferencias, tratan de cambiar nuestra percepción
de las cosas. Si queremos reaccionar razonablemente a sus
argumentos, primero debemos identificar la controversia o
problema (issue), así como la tesis o
conclusión que tratan de presentarnos. La
conclusión de alguien es el mensaje que intenta
transmitirnos; su propósito es modificar de alguna manera
nuestras creencias.
Al terminar este tema, ud. será capaz de
responder la primera de las llamadas preguntas críticas:
¿Cuál es el problema y la
conclusión?
Tipos de problemas
Veamos algunos ejemplos de problemas que
nos preocupan: (note que están puestos en forma de
pregunta):
¿Hubo irregularidades en la venta de
Telgua?
¿Es cierto que los observadores de la
ONU
proporcionaron información secreta al gobierno
norteamericano?
¿Es cierto que el cartílago de
tiburón es anticancerígeno?
¿Es cierto que el gobierno actual ha
descuidado la
educación?
¿Cuáles son las causas de la
devaluación de nuestra
moneda?
¿Favorecerá la moneda única
a la Unión
Europea?
¿Cuáles son las causas de la
guerra contra
Saddam Hussein?
Todas estas preguntas tienen una cosa en
común: exigen respuestas. Esas respuestas son un intento
de describir el mundo tal como es, como fue, o como será.
Por ejemplo, respuestas posibles para los dos primeros problemas
son: "Sí, hubo irregularidades en la venta de la
telefónica nacional"; "Sí, los observadores de la
ONU actuaron como espías para el gobierno norteamericano",
etc.
A temas como estos se les llama problemas
descriptivos. "Reflejan nuestra curiosidad por descubrir patrones
o un cierto orden en el mundo" (Browne y Keely, p. 15). En
contraste, los problemas prescriptivos son aquellos que tratan de
responder a preguntas sobre cómo deberían ser las
cosas. Ejemplos de problemas prescriptivos:
¿Debe destituirse a un presidente por
mentir a un jurado?
¿Puede juzgarse a exmandatarios en
países distintos al suyo?
¿Es bueno el salario
mínimo?
¿Es bueno controlar la tasa de cambio?
¿Es bueno el impuesto sobre la
renta?
¿Deben ser los pobres la atención
central de cualquier gobierno?
¿Debe aplicarse la pena de muerte
en caso de secuestro?
¿Debería legalizarse la marihuana?
¿Debería aprobarse el aborto en caso
de violación?
¿Qué es lo mejor para la
protección del medio
ambiente: la educación y la
protección estatal, o la privatización?
¿Debe el Estado
proporcionar servicios de
salud
gratuitos?
¿Son positivas las reformas
constitucionales?
Estos temas tocan problemas morales, en
definitiva. Preguntan sobre qué es lo correcto y lo
incorrecto, deseable o indeseable, bueno o malo. Las respuestas
que se espera, por tanto, tienen carácter prescriptivo.
No siempre un problema es totalmente descriptivo
o totalmente prescriptivo. Ejemplo: ¿qué beneficios
aporta el IGSS? El problema de hecho o descriptivo es la eficiencia del
sistema de salud
y seguridad
pública, pero implícito existe un problema
prescriptivo: ¿debe el estado
proporcionar los servicios de salud y seguridad
social, o solamente debe garantizar que toda la población tenga acceso a los
mismos?
¿Cuál es el
problema?
¿Cómo llegamos a determinar
cuál es el problema o la pregunta clave? A veces es
fácil, porque quien escribe nos lo dice. Se expresa en el
primer párrafo, o incluso en el título. Si
el problema queda especificado con claridad, generalmente
encontraremos frases como las siguientes:
El problema que abordo es si los impuestos son muy
altos en nuestro país.
¿Es correcto que se impida a los agentes
de tránsito multar a los choferes del transporte
urbano?
¿Debería darse instrucción
sexual en los colegios?
¿Por qué los alumnos llegan cada
vez peor preparados en matemáticas a la universidad?
¿Fue lesiva para los intereses de la
nación
la venta de la telefónica?
Desafortunadamente, no siempre queda tan claro
cuál es el problema. En esos casos, la regla que se aplica
es la siguiente: inferir el problema a partir de la
conclusión. No podemos evaluar críticamente un
argumento hasta que no tengamos claro cuál es la
conclusión.
Buscar la
conclusión
Para encontrar la conclusión debemos
preguntarnos: ¿Qué es lo que el escritor o el
conferenciante está tratando de probar?, o bien:
¿Cuál es su punto? La respuesta será la
conclusión.
Al buscar la conclusión, lo que de hecho
buscamos es un enunciado o conjunto de enunciados que el escritor
quiere que nosotros creamos. El quiere que creamos en su
conclusión con base en otras suposiciones. En suma, la
estructura de
un argumento persuasivo es la siguiente: Esto porque
aquello. Esto es la conclusión; aquello se refiere a
lo que apoya la conclusión. A esto se llama proceso de
inferencia.
Las conclusiones se infieren; esto significa que
son el producto de un proceso de razonamiento. Las conclusiones
son ideas que requieren otras ideas (generalmente aceptadas o que
no necesitan demostración) para sostenerse. Así,
cuando alguien sostiene que algo es verdadero o que
debería hacerse tal o cual cosa, pero no proporciona
razones para que le creamos, de hecho no puede decirse que
esté presentando una conclusión, sino una simple
opinión o conjetura.
Ejemplo:
Nos oponemos al retiro obligatorio por edad.
Creemos que la edad no es una base apropiada o razonable para
determinar si un individuo
puede o no cumplir con su trabajo.
El enunciado "nos oponemos al retiro obligatorio
por edad" es la respuesta que el autor proporciona a la pregunta
de si la gente debería retirarse obligatoriamente al
llegar a una cierta edad. Esa es su conclusión: que no. Y
el autor apoya esa conclusión o creencia con otro
creencia: que la edad no es una base apropiada o razonable para
determinar si una persona puede
cumplir con sus trabajo.
Hacer una inferencia es, entonces, creer en algo
porque uno piensa que está apoyado en otra cosa. Otro
ejemplo:
"No deberían existir barreras
arancelarias, porque el proteccionismo no es saludable para
mejorar la calidad de la producción en un
país."
No es fácil dar con la conclusión.
Es muy frecuente que los lectores o el público en una
conferencia
"no den con el punto" (cuál es el punto, qué es lo
que el autor está tratando de probar).
Pistas o claves para descubrir la
conclusión
Primera pista: averigüe cuál es el
problema. ¿Cómo? Búsquelo en el
título o en el primer párrafo.
Segunda pista: busque palabras clave.
Generalmente, la conclusión va precedida por palabras
indicadoras que advierten que lo que sigue es la
conclusión. Por ejemplo:
por consiguiente
por lo tanto
sin embargo
de esta manera
de aquí que
en suma
en resumen
de aquí se sigue que
se concluye que
esto muestra
que
esto indica que
esto sugiere que
esto prueba que
no es tal cosa, sino
podemos deducir que
se puede inferir que
esto apunta a la
conclusión
el punto que estoy tratando de probar es
que
en mi opinión
queda entonces claro que
la explicación más obvia, por tanto,
es que
es bastante probable que
lo más probable es que
de hecho
lo cierto es que
como consecuencia
debería quedar claro que
en resumidas cuentas, lo que
parece claro es que
podemos estar seguros de
que
Cuando uno ve estas palabras o similares, puede
estar seguro de que lo
que sigue es la conclusión. Desafortunadamente, no siempre
encontramos tales palabras clave o indicadoras. Si embargo,
cuando nosotros escribamos, deberíamos dirigir la
atención hacia nuestra tesis o conclusión
utilizando estas palabras. Son como un signo de neón, que
llama la atención para que quien lea entienda que lo que
sigue es la conclusión o la tesis que
sostenemos.
Tercera pista: busque la conclusión en los
lugares más probables: el inicio o el
final.
Cuarta pista: Recuerde que una conclusión
no es:
ejemplo
estadística
definición
información sobre el
contexto
evidencia
razón
Consejo: subrayar la conclusión en lo que
uno lee.
Su tesis y la escritura
efectiva
Ya que sus lectores (el profesor y los
correctores) buscarán su tesis o conclusión en sus
trabajos, ayúdeles proporcionando la claridad que ella
merece. Es lo que usted quiere probar, lo que en definitiva
quiere decir, lo que Ud. sostiene, lo que piensa, lo que cree.
Enfatícela: trate de que no quede ninguna duda de que eso
es su conclusión sobre el problema que aborda. Esto le
ayudará a Ud. mismo a aclararse sobre qué es lo que
quiere decir. Al obligarse a declarar con claridad su tesis, es
más fácil que proporcione las razones necesarias, y
que siga un orden lógico.
3
Cuando alguien sostiene una opinión,
normalmente queremos saber cuáles son sus razones.
Así, cuando en la sección anterior decíamos
que alguien puede oponerse al retiro obligatorio por edad, de
inmediato se nos ocurre preguntar: ¿por qué?. Otros
ejemplos de opiniones que exigen una fundamentación
racional son:
El estado debe proporcionar servicios de salud
gratuitos.
Debería cerrarse la licenciatura en
economía
No debería existir el salario
mínimo
Debería construirse un nuevo
aeropuerto
Puestos así, nos quedamos con la
curiosidad de saber más; de saber cuáles son las
razones que se aducen para cada caso.
Las razones son "creencias, evidencias,
metáforas, analogías u otros enunciados que se
ofrecen para apoyar una conclusión" (Browne y Keely, p.
24).
(Es interesante notar que cuando alguien sostiene
una conclusión, es conveniente preguntarle por sus
razones, aun cuando nosotros también estemos de acuerdo
con esa conclusión. Por ejemplo, sin alguien sostiene que
el gobierno de Arévalo fue el gobierno más
democrático que ha tenido el país,
deberíamos preguntarle por qué piensa
así.)
Las conclusiones se juzgan por las razones. Una
conclusión vale lo que valen las razones que la
sostienen.
Recuerde:
ARGUMENTO (RAZONAMIENTO) = RAZONES +
CONCLUSIÓN
Cómo empezar a buscar las
razones
El primer paso para descubrir las razones es
abordar el razonamiento con una actitud interrogativa. La primera
pregunta que debemos hacer es: ¿por qué?. Se supone
que hemos identificado la conclusión; ahora se trata de
saber si esa conclusión que hemos identificado tiene
sentido o están bien fundamentada. Si un enunciado que
creemos que es una conclusión no responde a la pregunta:
¿por qué este señor o señora cree
esto?, no se trata de una razón.
Ejemplo: (Browne y Keely, p.
25):
(1) ¿Es el costo de los
servicios hospitalarios exagerado? (2) Un estudio reciente de la
Asociación Americana de Jubilados ofrece evidencia
confiable sobre este problema. (3) Auditorias
practicadas en las facturas de 2,000 pacientes muestran que los
hospitales cobran de más en un 15% de los casos. (4)
Además, entrevistas
realizadas a 400 pacientes mostraron un alto nivel de
decepción y enojo sobre los costos totales de
su hospitalización. (5) En suma: los servicios que ofrecen
los hospitales son exageradamente caros.
Lo que está después de "en suma" es
la conclusión ("los servicios que ofrecen los hospitales
son exageradamente caros").
Al preguntar: "¿por qué el autor
cree que los servicios hospitalarios son exageradamente caros?",
obtenemos las razones: porque un estudio confiable señala
que los hospitales cobran de más, y porque los pacientes
no están de acuerdo con lo que se les
cobra.
En este caso, razones equivale a evidencias: yo
creo que los hospitales cobran de más PORQUE un estudio de
auditoria muestra que…, y porque muchos pacientes se quejaron.
Pero no siempre razón equivale a
evidencia.
Ejemplo (Browne y Keely), p.
26:
(1) La eutanasia es
perjudicial para la sociedad
porque destruye los ideales de sacrificio, lealtad y valor para
soportar el dolor. (2) Algunos pacientes terminales aceptan su
dolor como expiación por sus pecados. (3) Debería
dejarse morir a estas personas como ellas quieren: sin la ayuda
de nadie que acelere el proceso de muerte.
¿Conclusión? "La eutanasia es
negativa para la sociedad". ¿Por qué cree el autor
que la eutanasia es negativa para la sociedad? (1) Porque
destruye los ideales de sacrificio, lealtad y valor para soportar
el dolor. (2) Porque muchas personas que quieren aceptar el dolor
como expiación por sus pecados, tienen derecho de
hacerlo.
Palabras indicadoras
Recuerde la estructura típica de un
argumento o razonamiento: esto porque aquello. "Aquello", son las
razones, y la palabra indicadora es "porque". Todos los
sinónimos de "porque" nos sirven: se debe a que, ya que,
primero: por una parte, el estudio muestra que, nos apoyamos
en…, etc.
Ejemplo: "Muchos piensan que hablar del problema
informático del año 2000 en un país como
Guatemala es exagerar, ya que creen (…) que para una
nación
tan atrasada como la nuestra ese tema no es verdaderamente
importante" (Mauricio López Bonilla, Prensa Libre,
31 de enero de 1999, p. 13).
Clases de razones
Como se vio antes, las razones pueden ser
creencias, evidencias, analogías u otros enunciados que se
usan para apoyar una conclusión. Muchas razones son del
tipo evidencia. Por evidencia se entiende "información
específica que alguien usa para probar que lo que
está diciendo es verdadero. Evidencias son datos, ejemplos
de la vida real, estadísticas, la opinión de los
expertos o autoridades, testimonios personales" (Browne y Keely,
p. 27). Dependiendo del caso, un tipo de evidencia es más
apropiado o fuerte que otro.
Preguntarse, al leer: ¿qué tipo de
evidencia se necesita para apoyar esta conclusión?, y
luego determinar si esa es la información que de hecho se
ofrece. Sobre la evidencia se discutirá más
adelante con más detalle.
Cuando el problema es de tipo descriptivo, lo
más probable es que las razones que se ofrecen sean del
tipo evidencias (no creencias). Ejemplo:
(1) El hecho es que las mujeres están
fumando más que los hombres en las universidades. (2)
Investigaciones recientes muestran que los varones
en las universidades han bajado su consumo de cigarrillos en un
40%, mientras que las mujeres lo han aumentado en un
60%.
¿Cuál es la conclusión? Que
las mujeres universitarias están fumando más que
los hombres. Se trata de una conclusión o enunciado
descriptivo. El resto del párrafo proporciona la evidencia
–las razones que apoyan la conclusión–.
Recuerde que la conclusión no es razón o evidencia.
Es una creencia apoyada en razones o en otras
creencias.
En enunciados o conclusiones prescriptivas, las
razones son enunciados prescriptivos (creencias), o bien
enunciados descriptivos (es decir, creencias más
evidentes). Ejemplo:
(1) Con respecto a la controversia sobre la
inflación de calificaciones, me gustaría hacer unas
cuantas preguntas. (2) ¿Qué pasa si no se distingue
–por medio de las calificaciones– a los buenos
estudiantes de los estudiantes promedio? (3) ¿Es que
existe un sistema de castas en nuestra sociedad basado en el
punteo académico?
(4) ¿Son superiores los estudiantes que
tienen mejores calificaciones? (5) En la mayoría de los
casos, las calificaciones no son un indicador fiel del aprendizaje; son
sólo una medida de qué tanta información
puede absorber y devolver un estudiante en un corto
período de tiempo. (6) De
cualquier manera, los alumnos retendrán la
información que les interesa y les parece importante. (7)
¿Por que no eliminamos las calificaciones y motivamos la
curiosidad innata y el deseo de aprender que todos
tenemos?
El problema aquí es si debemos eliminar
las calificaciones. La respuesta del autor es que sí, que
debemos eliminar ese sistema (oración 7). Busquemos ahora
las razones (recuerde: la pregunta que debemos tener en mente es
"¿por qué cree el autor que debemos eliminar el
sistema de calificaciones?")
Notar que no se presenta ningún tipo de
evidencia, ni datos, ni estadísticas; sólo
creencias. Las oraciones 2 y 3 constituyen una razón: que
no es importante distinguir a los buenos estudiantes de los
regulares. Este es un enunciado prescriptivo: indica una
posición del autor, sobre cómo cree él que
debería estar organizado el mundo. Las oraciones 4 y 5
agregan una segunda razón: las calificaciones no son un
buen indicador del aprendizaje. Se trata de una creencia sobre el
sistema de calificaciones. La oración 6 da una tercera
razón: los estudiantes retienen la información que
les interesa (esto implica que las calificaciones no les ayudan a
aprender). Note que aquí podría proporcionarse
evidencia de algún tipo, si se quisiera (entrevistas,
resultados de encuestas).
Poner orden
No todos los argumentos están tan bien
organizados como el ejemplo de los hospitales… "Algunas veces
un conjunto de razones apoyan una conclusión, y esa
conclusión, a su vez, sirve como razón principal
para otra conclusión. Las razones pueden estar apoyadas
por otras razones" (Browne y Keely, p. 29). Ante esta
situación, se impone la necesidad de poner orden. Veamos
un ejemplo de un razonamiento complejo:
(1) ¿Tienen los médicos
obligación moral de
proveer servicios gratuitos a aquellos que no pueden pagar? (2)
Sí, la tienen. (3) Primero, la sociedad restringe la
práctica médica a los graduados, con lo cual los
médicos tienen un monopolio de
claros beneficios. (4) Por tanto, parece razonable que el gremio
reconozca la responsabilidad que tienen de atender a quienes no
pueden pagar por sus servicios.
(5) Segundo, la obligación moral de cada
médico de proporcionar servicios gratis deriva de una
comprensión de su función
específica. (6) Los médicos no pueden ser
comparados con los plomeros o con los mecánicos, o con
otros técnicos que tratan con objetos. (7) Los problemas
de salud, al contrario de los problemas con los carros, no son
negociables o aplazables. (8) Si queremos considerar la
profesión médica como una profesión que
busca más que el simple negocio, es esencial que los
médicos ayuden a algunas personas sin exigir un pago a
cambio.
Diagrama del
razonamiento anterior:
(3) =====> (4) =====> (2) <===== (8)
<===== (5) <===== (6) <=====(7)
La oración 4 y la 8 responden a la
pregunta "¿por qué es cierto que
(2)?"
A veces es conveniente parafrasear un conjunto de
razones, como en el argumento anterior:
Párrafo 1: lo que dice, en resumen, es que
los médicos tienen una deuda con la
sociedad.
Párrafo 2: el papel de los médicos
es especial; los médicos no son
businessmen.
Lógica invertida
Para leer, es bueno buscar primero la
conclusión y luego las razones. Para pensar, sin embargo,
el proceso es el contrario: primero las razones, luego la
conclusión. Esto, para evitar la tentación de
"inventar razones" sólo para defender una opinión.
Podemos tener opiniones, y al examinar las razones que tenemos
para sostener tal o cual opinión, puede que cambiemos de
opinión, porque descubrimos que las razones no son
suficientes.
Las razones y la
escritura
Consejos prácticos al escribir: 1)
Mantener las razones que conducen a una misma conclusión
juntas, en un mismo párrafo. 2) Secuencia lógica:
de la conclusión final a la razón principal que
sostiene esa conclusión, y luego a la razón para
esa razón.
4
Para comprender y evaluar un argumento debemos
identificar la conclusión y las razones que se ofrecen.
Ahora bien, puede suceder que una conclusión tenga otra
interpretación posible, esto es, que pueda
querer decir otra cosa: que sea ambigua. Ejemplo: la
televisión es dañina para los niños.
¿Qué quiere decir dañina? ¿En
qué sentido es dañina?
Existen muchos términos ambiguos o poco
precisos en nuestro idioma. ¿Qué entendemos por
libertad,
abuso, corrupción, violencia,
discriminación? No podemos evaluar una
conclusión hasta habernos asegurado del significado
preciso de sus términos. Ejemplo (Browne y Keely, p. 36):
cuando alguien dice que no debería publicarse tal revista
porque es obscena, tenemos que preguntar qué entiende
él por "obscena" (¿lenguaje, pornografía, amarillismo?). Puede ser que
el argumento esté bien construido, y que las razones
lleven a la conclusión (la obscenidad destruye los valores
familiares, la familia es
la
célula de la sociedad, por tanto, la obscenidad es
perjudicial para la sociedad), pero puede suceder que por
obscenidad se entienda algo completamente distinto de lo que
nosotros tenemos en mente.
Otro tema que genera muchos debates: el neoliberalismo. ¿Qué entienden por
neoliberalismo los que lo acusan de ser un sistema
injusto?
"Un término o frase es ambigua cuando su
significado es tan incierto (en el contexto del discurso
examinado) que se necesita una clarificación antes de
juzgar si el razonamiento es válido" (Browne y Keely, pp.
36-37).
Ejemplo (Browne y Keely, p.
37):
Cada vez más se mantiene vivas a muchas
personas por medios
artificiales. Esto está causando problemas en los planes
de pensión y de seguridad social. Desafortunadamente,
parece que nuestra economía es incapaz
de proveer conjuntamente los cuantiosos recursos
médicos que exigen las personas de tercera edad y los que
exigen los demás grupos
sociales. Por eso propongo que cambiemos de actitud: que no
pensemos en términos de una vida larga, sino de una vida
de calidad. Cuando la contribución social de una persona
llega a ser mínima, sea cual sea su edad,
deberíamos perder el miedo al suicidio. A los
adultos que desean escapar de las miserias que acompañan a
la vejez
debería permitírseles que abandonen el mundo, sin
ser censurados.
No está claro que es lo que el autor
está sugiriendo, porque no sabemos qué se debe
entender por contribución social.
¿Contribución económica solamente?
¿Es que los ancianos no pueden contribuir a la sociedad de
otra manera? Si quiere decir contribución
económica, lo que propone es muy fuerte. Si quiere decir
contribución al bien de las personas más
próximas, tal vez su conclusión no se
sostiene…
Localizar las palabras
ambiguas
Primero: buscar las palabras ambiguas sólo
en la conclusión y en las razones.
Segundo: tener en mente que las palabras ambiguas
suelen ser abstractas (como igualdad,
responsabilidad, bien común, justicia).
Tercero: adoptar una posición contraria a
la del autor. Ejemplo: los concursos de belleza son denigratorios
para la mujer. Si por
denigrante entendemos algo que degrada en consideración
social, no se ve por qué pueden ser denigratorios (tal vez
lo contrario).
Asegurarse de que no exista
ambigüedad
Una vez que hemos localizado posibles
términos ambiguos, el siguiente paso es preguntarse:
¿entiendo lo que quiere decir el autor por tal cosa? Los
obstáculos que se presentan (que nos pueden ocultar una
posible ambigüedad) son:
Primero: pensar que entendemos bien lo que el
autor quiere decir. Adquirir el hábito de preguntar
"¿qué quiere decir por…?", o "¿qué
entiende usted por…?". Ejemplo:
"Cigarrillos Lucky Smoke conservan el buen sabor
con sólo 3 mg de alquitrán"
Problema: ¿Qué cigarrillos
comprar?
Conclusión: Compre cigarrillos Lucky
Smoke
Razón: Tienen buen sabor, y sólo 3
mg de alquitrán.
¿Existe algún término
ambiguo? ¿Qué debemos entender por "buen sabor"?
¿Afecta a la conclusión que "buen sabor" signifique
un sabor fuerte, o que signifique un sabor suave? Si significa lo
primero, yo no los compraría… La publicidad generalmente
está llena de ambigüedades, a
propósito.
Ejemplo 2:
Es hora de tomar medidas activas para reducir la
cantidad de violencia en la televisión. El efecto adverso de tal
violencia es claro, como evidencian muchos estudios recientes.
Varios estudios indican que la gente que ve mucha televisión tiende a sobrestimar el peligro
de violencia física en la vida
real. Otros estudios muestran que los niños que ven mucha
televisión se vuelven insensibles a la violencia real.
Muchos otros estudios demuestran los efectos adversos de la
violencia en televisión.
Problema: ¿debemos hacer algo contra la
violencia en televisión?
Conclusión: Debemos tomar medidas activas
para reducir la violencia en televisión.
Razón principal: la violencia en
televisión tiene efectos adversos o
negativos
Antes de decir si estamos o no de acuerdo con el
razonamiento del autor, debemos preguntarnos: ¿Qué
entiende el autor por "violencia en televisión"?
¿Está definido en algún lugar del
razonamiento? ¿Qué quiere decir "tomar medidas
activas", "varios estudios", "ver mucha televisión",
"sobrestimar", "insensibles", "muchos estudios", "efecto
adverso"?
Antes de "acusar" a un autor de ambigüedad,
debemos revisar el contexto de su texto. Por
contexto se entiende el entorno del escritor, el uso aceptado de
los términos dentro de esa controversia particular, y las
palabras y enunciados que se encuentran antes y después de
la posible ambigüedad (Browne y Keely, p. 41). Ejemplo:
"derechos
humanos" significa cosas distintas para un europeo que para
un norteamericano. Como se advierte en el libro, un
miembro del partido gobernante en Noruega al hablar de derechos humanos se
estará refiriendo al derecho a ser empleado, a recibir
servicios médicos, a tener casa, etc., mientras que un
senador de Estados Unidos
piensa más que todo en el derecho a la libre
expresión del pensamiento, en libertad de profesar la
religión
que uno quiera, de viajar, de formar asociaciones,
etc.
Los escritores generalmente aclaran cuál
es el significado que pretender dar a un término
potencialmente ambiguo. Ejemplo:
"Varios estudios señalan que la
mayoría de las personas que se someten a psicoterapia
obtienen beneficios. De hecho, un estudio reciente muestra que
después de diez sesiones de psicoterapia, dos terceras
partes de los participantes reportaron tener menos
ansiedad."
La frase "obtener beneficios" sería
ambigua, si no nos explicaran que en este contexto significa
"reportar menos ansiedad". (A pesar de todo, "menos ansiedad"
sigue siendo ambigua: ¿cuánto es
menos?)
Al identificar o aclarar qué es lo que el
autor entiende por determinado término, estamos en
posición de poder rechazar
o aprobar su definición, y consecuentemente, aprobar o
rechazar su razonamiento.
No basta el diccionario
Con lo dicho hasta aquí, se
comprenderá por qué las definiciones de diccionario de
los términos clave muchas veces no son útiles.
¿Cómo definiría el diccionario "problemas de
fondo", "violaciones a los derechos humanos", "nueva sociedad",
etc.? Hace falta ver el contexto, o bien, si es en la
argumentación oral, pedirle a nuestro interlocutor que nos
explique qué entiende por los términos
potencialmente ambiguos.
Ejemplo:
La educación no está declinando en
calidad en las universidades. En mis entrevistas, encontré
que la gran mayoría de los estudiantes y profesores
respondieron que ellos no veían un declive en la calidad
de la educación.
Obviamente, el término ambiguo es "calidad
de educación". El diccionario no nos es de mucha ayuda.
Hay que pedir a nuestro interlocutor que nos explique qué
entiende por calidad de educación. Podría
ser:
– el promedio de las calificaciones de los
alumnos
– la habilidad de los estudiantes para pensar
críticamente
– el número de profesores que tienen
doctorado
– la cantidad de horas de estudio que se requiere
para ganar un examen
En este caso, además, tenemos que contar
con lo que los estudiantes entrevistados entienden por calidad de
educación. No es suficiente con hacer una pregunta tan
genérica como: "¿crees tú que la calidad de
la educación bajado en nuestra universidad?". Si ustedes
fueran los entrevistados, deberían preguntar de inmediato:
"¿qué debo entender por calidad de
educación?".
Ambigüedad
intencional
La ambigüedad no siempre es un accidente. A
veces es a propósito. Esto sucede con frecuencia en los
discursos
políticos, que buscan atraer el mayor número de
simpatizantes a una causa.
¿Qué hacer con el lenguaje
ambiguo?
Tenemos la obligación de hacer preguntas
para aclarar el significado de los términos ambiguos. Pero
si esa aclaración no se nos proporciona, simplemente
podemos ignorar el argumento. Se trataría de un
razonamiento irremediablemente defectuoso.
5
Cuando alguien trata de convencernos de su punto de
vista, puede ser muy astuto: puede presentar sólo las
razones que son consistentes con su argumentación. Por eso
es que a primera vista, la mayoría de argumentos nos
parecen correctos. Pero en un argumento, además de las
razones explícitas (las que leemos) existen razones
implícitas. Las razones implícitas pueden ser tan
importantes, o más, que las explícitas. Veamos la
importancia de estas razones en el siguiente
razonamiento:
El gobierno debería prohibir el
fabricación y venta de cigarrillos. Cada vez hay
más evidencia para probar que fumar tiene efectos
dañinos en los fumadores activos y en los
pasivos.
A primera vista, la razón apoya la
conclusión. Si el gobierno quiere prohibir un producto, es
claro que debe proveer evidencia que muestre que tal producto es
dañino. Pero es posible que la razón aportada sea
verdadera y que, sin embargo, no soporte la conclusión.
¿Y si Ud. cree que es responsabilidad de cada persona, y
no del gobierno, cuidar de la propia salud? Si es así, la
razón aportada (que el cigarrillo es dañino para la
salud) no apoya la conclusión (que el gobierno
debería prohibirlo). El anterior razonamiento es
convincente sólo si Ud. está de acuerdo con ciertas
ideas implícitas que el autor da por da por
válidas. En este caso, la idea aceptada como válida
es que el gobierno tiene la obligación de velar por la
salud de las personas.
En todos los argumentos existen ideas supuestas.
Normalmente, estas ideas no se declaran. Uno tiene que
encontrarlas, leyendo entre líneas. Estas ideas son como
enlaces ocultos en el razonamiento, el pegamento que hace que el
argumento se mantenga unido. Para entender a fondo un argumento,
hay que descubrir estas ideas ocultas o supuestos.
Los supuestos son:
1. escondidos o no declarados (en la mayoría de
los casos)
2. asumidos (cuando algo se da por sentado)
3. importantes para determinar la
conclusión
4. necesarios para que el argumento tenga
sentido
5. potencialmente engañosos
¿Dónde buscar los supuestos? Se dan en el
paso de las razones a la conclusión.
Conflictos de valores y
supuestos
¿Por qué la gente no se pone de acuerdo
sobre el aborto, o sobre
el divorcio?
¿Por qué unos grupos impulsan
las reformas constitucionales y otros las rechazan? Porque
existen conflictos de
valores.
En los argumentos éticos o prescriptivos, los
valores de una persona influyen en las razones que aporta, y
consecuentemente, en la conclusión que sostiene. De hecho,
las razones apoyan la conclusión sólo si
están supuestos ciertos valores. Ejemplo:
"No hay que legalizar las drogas. Las
drogas son las
causantes de la violencia y el crimen en las calles."
Razón: las drogas causan violencia y otros
crímenes.
(Razón oculta o supuesto): la seguridad es
más importante que la libertad de
elección.
Conclusión: no hay que legalizar las
drogas.
Los supuestos más importantes son los que se
refieren a la jerarquía de valores: qué valores son
los más importantes, para la sociedad y para cada persona.
Ejemplo: ¿qué es más importante, la libertad
o la igualdad?, ¿el bienestar material o el espiritual?,
¿la lealtad o la amistad?,
etc.
Cómo descubrir valores
Los valores, dijimos, moldean la conclusión.
¿Qué son "valores"? Son ideales que la gente
considera dignos de aprecio. Los seres humanos tomamos decisiones
y actuamos de una forma u otra porque nos guiamos por ciertas
ideas. Lo importante en la vida del ser humano es… el trabajo, la
amistad, seguir la conciencia,
el dinero, el
poder, etc. Si alguien es muy sociable y comunicativo, por
ejemplo, no cabe duda de que tiene en alta estima (ocupa un lugar
alto en su escala de
valores) la amistad y la gente. Otro valor importante, que
definirá nuestra posición respecto a temas como la
pena de muerte, el aborto, la guerra, las drogas: la santidad de
la vida humana. ¿Considero más importante la
justicia que la vida de una persona, aunque esta persona haya
cometido un crimen atroz? (pena de muerte). ¿Considero
más importante la vida de un no nacido que las posibles
complicaciones que puede traer a una víctima de
violación? (aborto).
Otra guía para descubrir nuestros valores:
cómo quisiéramos que fueran los demás, o
qué estándares de conducta
quisiéramos que siguieran nuestros hijos (que sean leales,
sinceros, laboriosos…)
De los valores a los supuestos
Lo que hace que las personas lleguen a diferentes
conclusiones sobre problemas prescriptivos es la diferente
intensidad con la que cada uno defiende ciertos valores. Estas
diferencias de prioridades o de lealtades pueden verse con
facilidad cuando hay pares de valores en conflicto. Por
ejemplo: ¿qué valora Ud. más: la competencia o la
cooperación?, ¿la igualdad de oportunidades o la
igualdad de todos ante la ley?
Las preferencias de un escritor por ciertos valores a
menudo no son declaradas, pero seguramente serán
determinantes para entender por qué llegó a tal
conclusión y no a otra en su razonamiento. Tales
preferencias se conocen como supuestos valorativos o juicios de
valor.
Las preferencias de un autor por ciertos valores en un
debate
particular no tienen por qué ser las mismas en otro
debate. Todos sostenemos nuestros valores hasta cierto punto.
Ejemplo: alguien puede considerar que la vida es sagrada, y que
por lo tanto el aborto es un crimen; pero en el caso de la pena
de muerte puede estar de acuerdo en que se aplique a los
secuestradores.
Conflictos de valores típicos
Si uno conoce cuáles son los conflictos de
valores más comunes, puede reconocer con más
facilidad los supuestos de un autor. Ejemplos de conflictos de
valores y de las respectivas controversias son:
1. Lealtad vs. honradez
¿Debería usted informar a sus padres que
su hermana consume drogas?
2. Competencia vs. cooperación
¿Esta de acuerdo con el sistema de calificaciones
(y con el cuadro de honor)?
3. Igualdad vs. individualismo
¿Estaría justificado un número
mínimo de diputados indígenas?
4. Orden vs. libertad de expresión
¿Deberían ir a la cárcel los
extremistas?
5. Seguridad vs. emoción
¿Son lícitos los deportes altamente
peligrosos?
6. Generosidad vs. éxito
material
¿Es aconsejable dar ayuda a los
limosneros?
7. Tradición vs. novedad
¿Debería facilitarse el
divorcio?
8. Estado de derecho
vs. justicia social
¿Deben las leyes favorecer a
los sectores más pobres o necesitados?
Algunos conflictos de valores involucran más de
un par de valores. Por ejemplo, en la situación sobre
ayudar a no a los limosneros, además de "generosidad
versus éxito material", podemos pensar que es un conflicto
de "competencia versus cooperación" (es decir, si lo
conveniente es dejar que la gente compita y luche por sobresalir,
o si lo conveniente es que aprendamos a compadecernos de los
demás), o bien de "eficiencia versus estabilidad social"
(lo eficiente es la competencia, pero tantos limosneros en las
calles son un peligro para la seguridad), o de "responsabilidad
colectiva versus responsabilidad individual" (¿debemos
como sociedad preocuparnos de los limosneros, o bien dejar que
cada uno lucho por su existencia?)
Las consecuencias
En los argumentos prescriptivos, una posición con
respecto a un problema conduce a determinadas consecuencias.
Entonces, una manera para descubrir las preferencias valorativas
es preguntarse por qué ese autor no desea esas
consecuencias. Ejemplo: si alguien dice que no deberían
construirse plantas nucleares
porque causan contaminación ambiental, está claro
que esa persona valora el cuidado de la naturaleza y
el ambiente por
encima de la eficacia y la
economía. En este caso:
Razón explícita: las plantas nucleares
producen contaminación
(Razón implícita, valor: preservar el
ambiente natural es más importante que la energía
barata)
Conclusión: no deberían construirse
plantas nucleares
Es decir: no deberían construirse plantas
nucleares si valoramos más la conservación del
ambiente que la energía barata.
Puede ser que alguien sostenga un valor hasta cierto
punto, como ya se vio. Ejemplo: los impuestos son necesarios…
siempre y cuando no sobrepasen el 50% de mis ingresos. Esta es
la razón por la que muchas personas que comparten valores
llegan a diferentes conclusiones: no todos sostienen un valor
hasta el mismo punto.
En resumen: para descubrir el valor asumido por un
escritor, hacerse la pregunta: "¿por qué tal
consecuencia, presentada como razón, parece ser tan
deseable para el escritor o el expositor?".
Más pistas para descubrir
valores
Muchas controversias sociales son análogas:
comparten características. Por ejemplo: ¿debe
regularse el tipo de
cambio?, ¿es bueno el salario mínimo?,
¿deben regularse los precios de la
canasta básica?, ¿deben existir farmacias
estatales? En el fondo, la controversia aquí es sobre si
el estado debe intervenir en la economía y en el mercado. Es
bastante probable que un partidario del libre mercado responda
con un no rotundo a todas las preguntas anteriores. Esto nos
indicaría que esa persona valora más la libertad de
mercado que la seguridad social, y además es probable que
valore más la responsabilidad individual que la colectiva,
y la creatividad
más que el orden y la planeación…
6
Llegados a este punto, deberíamos estar en
capacidad de localizar los supuestos valorativos de un argumento,
que son como ciertos enlaces ocultos que mantienen unido el
argumento. Al encontrar esos supuestos valorativos, podemos decir
que hemos descubierto los ideales por los que se mueve el autor,
o cómo quisiera él que fuera el mundo.
Ejemplo:
Todos aprenden mucho con el profesor Varela. A sus
alumnos les encantan sus clases.
Veamos:
Conclusión: Usted aprenderá mucho con el
profesor Varela.
Razón: A sus alumnos les encantan sus
clases.
Aquí falta algo para pasar de la razón a
la conclusión, ¿no cree? La razón aportada
soporta la conclusión SI:
1) Los comentarios de los alumnos son un indicador fiel
de la calidad de las clases de un profesor.
2) Se asume cierta definición de aprendizaje: una
que diga que aprender es interesante, divertido.
Entonces, el esquema queda así:
Los alumnos del Prof. Varela gozan con sus
clases
Los comentarios de los alumnos son buen indicador de la
calidad de la enseñanza
Se aprende más cuando uno se divierte
===============================================================
Usted aprenderá mucho con el Profesor
Varela
Los dos supuestos anteriores son del tipo descriptivo:
creencias sobre cómo funciona el mundo, el hombre, la
educación…
El problema que surge aquí, y que es lo que uno
debe examinar con cuidado, es: ¿son esos supuestos
–o mis supuestos, en el caso de que sea yo quien defienda
un argumento– confiables? ¿En qué me baso?
¿Qué idea tengo del hombre?
Notemos que un razonamiento será VÁLIDO si
se establece bien la conexión entre las razones, los
supuestos y la conclusión. No hace falta que estemos de
acuerdo con los supuestos del autor (nosotros podemos tener otros
supuestos). Lo importante es que estemos dispuestos a examinar
críticamente nuestros supuestos, dado el caso de que se
presente una duda razonable.
Pistas para descubrir supuestos
Para descubrir supuestos hay que llenar los
vacíos que se dan en el paso de las razones a la
conclusión. (Hay muchos saltos en el vacío
aquí, como cuando decimos: "entonces quiere usted decir
que tal cosa", y nuestro interlocutor, al darse cuenta de lo que
su razonamiento implica, dice: "bueno, no quiero decir
exactamente eso…")
Ejemplo: en una noticia de Prensa Libre del
viernes 26 de febrero (1999) se lee lo siguiente:
Christian Tomuschat, con voz pausada pero firme, dijo:
"En el marco de las operaciones
contrainsurgentes, efectuadas entre 1981 y 1983, en ciertas
regiones del país, agentes del Estado cometieron actos de
genocidio en contra de grupos del pueblo maya".
La conclusión del señor Tomuschat es que
agentes del Estado cometieron actos de genocidio. Si se pregunta
qué se entiende por genocidio, la respuesta está en
la misma noticia, pocos renglones más adelante: "se
entiende por genocidio la matanza de miembros de un grupo, la
lesión grave a la integridad física y mental, el
sometimiento a condiciones de existencia que conlleven su
destrucción total, así como medidas destinadas a
impedir los nacimientos en el grupo". El supuesto oculto
aquí es que el Estado de Guatemala, durante los
años señalados, actuó contra la
población maya por ser maya. ¿Es eso lo que el
señor Tomuschat sostiene? ¿No cabe la posibilidad
de que elementos del Estado actuaron contra esas personas por su
ideología política, y no por su
pertenencia a un grupo étnico? (Por otra parte, es curioso
que las ejecuciones llevadas a cabo por los grupos guerrilleros
no se califiquen de genocidio, sino de "ejecuciones arbitrarias
de miembros de sus mismas organizaciones",
aunque esos miembros también hayan sido mayas.)
Entonces, ¿cómo encuentra uno esos
supuestos ocultos? Browne y Keely dicen que con "trabajo duro,
imaginación y creatividad" (Browne y Keely, p. 69). Yo
añadiría que conociendo el contexto.
Las pistas que Browne y Keely:
Piense siempre en la brecha entre la conclusión y
las razones. Es cómo pensar: "¡Hey! No tan de
prisa"
Busque las ideas que pueden apoyar esa
conclusión. Algunas veces una razón se presenta sin
apoyo concreto; sin
embargo, la posibilidad de la razón depende de la
aceptación de unas cuantas ideas dadas por sentado. Esas
ideas son, precisamente, los supuestos descriptivos.
Ejemplo:
Conclusión: Debería invertirse más
en la educación de las niñas indígenas del
país.
Razón: Si se hace esto bajará la tasa de
natalidad.
¿Cuáles son las ideas que se dan por
sentadas?
1) El dinero se
invertirá de manera efectiva.
2) La fecundidad es una decisión de las mujeres,
más que de los hombres.
3) Que queremos bajar la tasa de natalidad.
Segundo: identifíquese con el escritor o
conferenciante. Es decir, trate de comprender cuál es su
visión del mundo.
Tercero: tome la posición contraria. Si usted
puede imaginar a alguien que no estaría dispuesto a
aceptar la conclusión, es más fácil que
descubra los supuestos. Es decir: que la desavenencia puede estar
no en la estructura del argumento (en las razones y la
conclusión), sino en los supuestos (que hacen que esa
persona no quiera pasar de esas razones a esa
conclusión).
Cuarto: infórmese. Entre más familiarizado
esté con todos los aspectos de un problema, más
fácil le será localizar los supuestos.
Una razón no suficientemente probada no es lo
mismo que un supuesto. Así, en el ejemplo de las
niñas de arriba, puede que no esté suficientemente
probado que las mujeres educadas tienden a tener menos hijos;
pero esto no es un supuesto, simplemente, una razón no
bien fundamentada (si es así). Un supuesto se da siempre
en el paso de la razón a la conclusión.
Ejemplo:
La inmensa atracción por el rock entre
estudiantes universitarios está teniendo un impacto
negativo en su rendimiento académico. Los libros ya no
despiertan el entusiasmo que ahora se dirige hacia la estrella
rock de la semana. ¿Cómo podemos esperar que los
estudiantes entiendan un pasaje de Platón
cuando se han acostumbrado a los ritmos excitantes y primitivos
del rock? Esa música proporciona
éxtasis prematuros, como una droga, un
éxtasis que por supuesto los libros no pueden
proporcionar. Además, con la difusión de los
walkmans los estudiantes están continuamente conectados
con la música. Con tanto tiempo dedicado a la
música, es claro que los estudios tienen que
sufrir.
No solamente resulta que la música está
compitiendo por ganar la atención de los estudiantes, sino
que ahora también quiere convertirse en fuente de
inspiración y de respuesta a problemas personales y
universales. El artista de rock generoso o con
preocupación social es el héroe de los
jóvenes. Las soluciones que
tales estrellas ofrecen, sin embargo, son puras simplificaciones.
Los complejos problemas de nuestro mundo no pueden ser resueltos
en una canción de cinco minutos. A pesar de todo, los
estudiantes absorben las palabras de estos músicos
millonarios con más reverencia que la que muestran hacia
las lecciones de sus profesores.
Conclusión: El rock está teniendo un
impacto negativo en la educación
superior.
Razones:
1) Los libros requieren más esfuerzo que la
música; no pueden competir con la gratificación
fácil e instantánea que proporciona la
música rock.
2) La atención que ponen a la música se la
restan a los estudios.
3) Los estudiantes están absorbiendo mensajes
simplificados de parte de las estrellas del rock, en vez de ideas
complejas de sus profesores.
Busquemos los supuestos descriptivos.
Preguntémonos, "¿existe alguna base para creer que
las razones puedan no ser verdaderas?". O bien: Supongamos que
las razones son verdaderas, existe otra forma en que la
conclusión pueda, a pesar de todo, ser falsa?
Veamos las dos primeras razones. Ninguna de las dos
sería cierta si fuera el caso que la excitación de
los sentidos
puede ir a la par de la concentración. Tal vez escuchar
música rock reduce la tensión, y se puede poner
más atención a lo que se lee… De manera que un
supuesto descriptivo aquí es que la música rock no
proporciona un efecto relajante. Además, para que la
segunda razón sea verdadera, debe ser cierto que el tiempo
que se usa para escuchar música es tiempo que se resta al
estudio (tal vez sea tiempo que simplemente les
sobra).
Pero supongamos que las dos primeras razones son
verdaderas. Puede no ser el caso, sin embargo, que la
música rock tenga un impacto negativo en los estudios si
los estudiantes están tan motivados para estudiar que
están dispuestos a soportar cualquier impacto negativo. De
manera que el supuesto que conecta las dos primeras razones con
la conclusión es que los estudiantes no están lo
suficientemente motivados como para sobreponerse al
obstáculo que significa la distracción que ofrece
el rock. Otro supuesto aquí es que los que escuchan rock a
menudo son los mismos que estarían, de otra forma,
interesados en el trabajo académico.
Veamos la tercera razón. Es verdad sólo si
los estudiantes procesan esos mensajes de la música rock
de la misma manera que procesan los mensajes que leen en los
libros y escuchan en las clases. Tal vez los primeros son
procesados como entretenimiento, y no como conocimiento
cierto (filosófico o científico). De manera que un
supuesto aquí es que los estudiantes no saben discriminar
entre los mensajes del rock y los de las clases.
7
Hasta aquí nos hemos ocupado más que todo
en identificar la estructura de los argumentos: saber distinguir
la conclusión de las razones y los supuestos. De
aquí en adelante nos interesará más bien
evaluar los argumentos. Desde luego, identificar las razones y la
conclusión es parte del proceso de evaluación, pero
una persona crítica
no se queda allí: buscará evaluar la calidad de los
argumentos (recordar: hay mejores y peores formas de defender una
idea o conclusión).
El primer paso en este nivel del proceso de
evaluación es examinar la estructura del razonamiento para
determinar si el comunicador ha utilizado un supuesto discutible,
o ha tratado de engañarnos de alguna manera. Esas formas
de engañar, que parecen razonamientos correctos pero que
en realidad no lo son, se conocen como falacias. Una falacia es
un razonamiento sólo aparentemente correcto.
Los "trucos" más comunes (las formas que adoptan
las falacias) son:
1. proporcionar razones que requieren supuestos
incorrectos o falsos,
2. distraer nuestra atención, presentando
información irrelevante para la
conclusión,
3. proporcionar soporte para la conclusión que
depende de que se acepte la conclusión (círculo
vicioso o begging the question).
Vamos un caso (en Browne y Keely, p. 79). En el
otoño de 1988, el candidato presidencial George Bush
respondió a una controversia acerca de si la familia de su
candidato vicepresidencial Dan Quayle lo había ayudado a
entrar en la Guardia Nacional para evadir el servicio
militar en Vietnam de la siguiente manera:
Dan Quayle sirvió en la Guardia Nacional,
inscribiéndose en una unidad que tenía vacantes en
ese tiempo, y ahora él está siendo atacado por los
políticos… Es cierto: él no fue a Vietnam, pero
su unidad no fue enviada. Pero hay otra verdad: él no
huyó a Canadá, tampoco quemó su tarjeta de
inscripción militar ni quemó la bandera
estadounidense!
Note que el Sr. Bush presentó su "razón",
y no tenemos motivo para dudar de ella (de que sea cierto lo que
afirma). Pero esa "razón" no es relevante para la
conclusión. El problema es si la familia de Quayle le
ayudó a evitar el reclutamiento
militar, no si él es un patriota. Hasta donde se sabe,
Quayle tampoco fue un respondón con su madre, ni
copió en los exámenes. Pero estos hechos tampoco
son pertinentes. Más que presentar una razón
apropiada, Mr. Bush apela a nuestras emociones y nos distrae del
verdadero problema; comete una falacia en su
razonamiento.
Entonces, la pregunta para tener en mente en este
clase y en las
dos siguientes será: ¿existe alguna falacia en el
razonamiento?
Evaluar los supuestos
Si ha sido capaz de localizar los supuestos en un
razonamiento (especialmente los descriptivos), está en
capacidad de identificar supuestos cuestionables y falacias.
Entre más cuestionable o discutible sea un supuesto, menos
pertinente es para la conclusión. Algunas "razones"
implicarán supuestos que usted simplemente no puede
aceptar. Otras serán tan irrelevantes para la
conclusión que tendrían que proporcionarse
supuestos absurdos para dar el paso a la conclusión. Esos
razonamientos claramente deben ser rechazados, por
falaces.
Veamos otro ejemplo (Browne y Keely, p. 80):
Conclusión: La Comisión Federal de
Comunicaciones
no debería prohibir los anuncios de bebidas
alcohólicas en radio y
televisión.
Razones:
(1) Si permitimos que la CFC prohíba
estos anuncios, pronto prohibirá los anuncios de otros
productos, que
también son dañinos para la salud (la leche, los
huevos, los dulces…)
(2) Ninguna acción
del gobierno federal será eficaz para eliminar
completamente el consumo de alcohol. La
"prohibición" (1919-1933) no funcionó.
Primero: la aceptación de la primera razón
depende de que supongamos que una vez que permitimos que se tomen
acciones en
razón de un caso, será imposible parar las acciones
en casos similares. Eso no es cierto: existen muchos mecanismos
legales para prevenir esas prohibiciones, si se considera que son
injustificadas.
La credibilidad de la segunda razón es dudosa
porque el enlace entre la evidencia y la razón descansa en
el supuesto de que la prohibición de anunciar bebidas
alcohólicas tiene como fin eliminar el consumo de alcohol;
pero eso no es cierto: la intención es disminuir el
consumo de alcohol.
Falacias más comunes
Existen muchas falacias. Algunas tienen nombre, otras
no. No es necesario conocer todas las falacias que existen para
estar en condición de descubrirlas. Si aprenden a hacer
las preguntas correctas, aprenderán a identificar las
falacias, aunque no sean capaces de señalar su
nombre.
Ejercicios
En los siguientes pasajes, (1) identifique el problema,
la conclusión y las razones; (2) identifique los supuestos
(pregúntese: "¿qué hace falta suponer para
que tal razón apoye la conclusión?"); (3)
pregúntese: "¿son correctos o aceptables estos
supuestos?". Si descubre un supuesto claramente erróneo,
habrá descubierto una falacia (luego le daremos los
nombres), y podrá decir que el razonamiento es
inválido.
I
El flúor es uno de los
químicos más tóxicos que existen. Es tan
potente que se usa para corroer el vidrio. La idea
de poner ese tipo de químico en el agua potable
es simplemente perversa. La flourización es una amenaza
para la salud.
Por otra parte, muchas organizaciones médicas se
oponen a la fluorización. Por ejemplo, la
Asociación Médica de Texas declinó
recomendarla. Sin embargo, no es difícil explicar por
qué algunos médicos favorecen la
fluorización. Por citar un caso: uno de sus defensores
más destacados ha sido el Doctor Danger, decano y profesor
investigador de nutrición en la
escuela de
medicina de la
universidad estatal. En los pasados seis años, el Dr.
Danger recibió más de $350,000 de parte de los
productores de alimentos, los
refinadores de azúcar,
los productores de aguas gaseosas, y los representantes de los
productores de químicos y drogas. Todos los nutricionistas
saben que son precisamente las aguas gaseosas y las harinas
refinadas las causas principales de una dentadura defectuosa.
¿Sorprende entonces que los productores de estos alimentos
se muestren tan activos en ayudar a que los productores de
químicos los protejan?
Problema: ¿Debería fluorizarse el agua
potable?
Conclusión: No
Razones:
1. El flúor es el químico tóxico
más peligroso que existe;
2. Muchas asociaciones médicas se oponen a la
fluorización. La Asociación médica de Texas
declinó recomendarla.
3. Algunos médicos se han beneficiado
personalmente al recomendar la fluorización. El Dr. Danger
recibió grandes sumas de dinero de ciertos grupos
económicos durante el tiempo que el recomendó la
fluorización.
Supuestos y falacias:
Para que la primera razón apoye la
conclusión, es necesario suponer que flúor es lo
mismo que fluorización, lo cual no es el caso. Se comete
aquí una falacia, llamada de equivocación. Para que
la segunda razón apoye la conclusión, hace falta
apelar a una autoridad: se
está saliendo del punto: no discute por qué es mala
la fluorización, sino solamente que tal institución
declinó recomendarla. El punto aquí es que no
muestra cuál es la evidencia que supuestamente tiene la
Asociación médica de Texas, sólo dice: "son
una asociación importante, por lo tanto hay que
escucharla".
Página siguiente |