"A los
soñadores ingenuos
de los que la mayoría se
ríe,
pero a los que la misma
mayoría
quisiera imitar"
El mercado
laboral, como
muchos otros rubros que miden el crecimiento de un país,
se encuentra en la mayor de las crisis. La
baja actividad económica es la razón fundamental
de la falta de empleos y por otro lado crece el número
de personas con edad de no merecer un empleo.
Actualmente existen 41* millones de personas dispuestas a
participar en alguna actividad laboral.
La mayoría de las ocasiones las personas que
despiden están en los mejores años de su vida,
habiendo acumulado vasta experiencia y después de haber
aportado cierta cantidad al Seguro
Social durante los años laborados. Por ejemplo, si
te despiden a los 40 años te falta un buen tramo para
recibir una pensión que tal vez no llegues a recibir.
Este es el momento de tomar la mejor alternativa, el autoempleo
–haciendo gala de la palabra de moda de este
sexenio- y poner un "changarro" es la forma en que muchos
desempleados han encontrado la forma de obtener un ingreso.
Pero no se trata de cualquier changarro, debes pensar en algo
más seguro, que
sirva de patrimonio y
bienestar a tu familia, me
refiero concretamente a negocios que
operan bajo el esquema de franquicia.
Hoy las franquicias
son percibidas como un negocio "seguro", donde el inversionista
tiene la posibilidad de manejar un negocio propio, que
está probado su funcionamiento en el mercado en, que
genera rendimientos y su recuperación está
previamente calculada para determinado tiempo.
Sabemos que toda empresa
requiere de dedicación y esfuerzo al que se debe dedicar
más de ocho horas, pero que con gusto harías. La
propuesta que oferta este
escrito, es que, trabajes en un negocio que permanezca en el
mercado con el respaldo de una marca conocida,
infórmate con un desarrollador de franquicias y
éste puede ser el consultor, el asesor o el mismo
dueño de una franquicia exitosa que se encuentre
operando en el mercado, otra opción es buscar información en las universidades sobre
este tipo de negocios.
La dinámica del sistema de
franquicias está hoy día en evolución, crecimiento y reingeniería; por tanto, cabe mencionar
que existen una serie de ventajas que se presentan para las
partes involucradas en este sistema de negocios. El que
adquiere una franquicia, evita los riesgos en
el trabajo y
tiempo que conlleva el inicio de cualquier negocio y se
involucra de inmediato en una actividad comercial ya instalada
cuyos beneficios serían: operar con una marca
reconocida, seleccionar un mejor punto de venta, tener
un negocio probado y operarlo en forma sistemática y
ordenada, además de recibir capacitación para todo el personal y
asistencia técnica durante los años que dura el
contrato.
Como todo cuesta, hay que investigar el valor de la
cuota inicial por el uso de marca y el desembolso adicional por
acondicionar y equipar el local hasta ponerlo en
marcha.
En este rubro se debe ser cuidadoso y sobre todo, es
esencial investigar antes de comprometerse en pagos posteriores
como el pago de las regalías y sus beneficios, poner
mucho énfasis en las cláusulas que contiene el
contrato en cuanto a los derechos y obligaciones
de ambas partes para evitar futuras contingencias y que los
beneficios sean equitativos.
Esta información no es lo suficientemente amplia
para que usted decida ser su propio dueño de un negocio.
Repito, infórmese antes de decidir y sobre todo no pierda
el tiempo, pregunte por las franquicias que más se ajustan
a su presupuesto o
asóciese con otra persona que se
encuentre en situación similar. Busque el giro que sea
acorde a sus habilidades y conocimientos pero sobre todo no se
aventure a poner un negocio que no conoce.
Dra. Soledad Narváez
Guzmán
* Financiero del martes 25 de agosto.