Falta de erección. Disfunción eréctil. Impotencia. Tratamiento e investigaciones
- Aproximación a la
respuesta sexual - Fases de la respuesta
sexual - Disfunciones
sexuales - Disfunción sexual
erectiva - Aspectos
neurológicos - Sistema endocrino y actividad
sexual - Factores de
riesgo - Tratamiento
- Conclusiones
La disfunción eréctil es la incapacidad de
un hombre de
conseguir y/o mantener una erección suficiente para una
relación sexual satisfactoria. Si bien antiguamente era
conocido como impotencia, hoy se considera que el término
de "disfunción eréctil" es mas apropiado, teniendo
en cuenta las connotaciones negativas con las que algunas
personas asociaban la palabra impotencia. Muchos hombres tienen o
tendrán ocasionalmente un problema de erección en
algún momento de sus vidas, mientras que para otros
éste se convertirá en un problema frecuente.
Actualmente, esta condición afecta a más de 100
millones de hombres en todo el mundo.
La disfunción eréctil no debe ser algo vergonzoso;
no significa que se es estéril ni tampoco que no se pueda
tener un orgasmo o una eyaculación. Dado que está
demostrado que la capacidad eréctil no está
relacionada con el orgasmo y la eyaculación, los hombres
con disfunción eréctil deben dejar de ser acosados
por el mito de que
car! ecen de potencia y
virilidad. La disfunción eréctil es tratable en la
mayoría de los casos y si bien no es una condición
amenazante para la vida -aún siendo severa-, puede tener
un gran impacto en la autoestima del
hombre y en sus relaciones de pareja.
Marco teórico
1. Aproximación
a la respuesta sexual.-
Las reacciones sexuales del hombre y de la mujer
transforman los genitales inertes en un efectivo equipo de
reproducción. "El fláccido pene
urinario se convierte en el erecto falo reproductivo, en tanto
que el seco espacio potencial de la vagina se torna en un
receptáculo abierto, lubricado y congestionado" (Kaplan,
1974). En el hombre la
erección avanza hasta la eyaculación; en cambio en la
mujer, la
hinchazón y lubricación de los genitales culmina en
el orgasmo, es así como en la primera parte de la
reacción sexual consiste en la vasocongestión
genital. La segunda, el orgasmo, es básicamente una serie
de contracciones clónicas involuntarias de la musculatura
genital. (Encarta, 1997).
En el hombre, la erección se produce por
congestión de los vasos sanguíneos del pene. Se
expanden los vasos peneales y se cierran los canales venosos
especiales. La sangre queda
encerrada en "cavernas" especiales, y este mecanismo,
básicamente hidráulico, agranda el órgano.
El sistema nervioso
autónomo interviene en esta reacción: los nervios
para – simpáticos producen la dilatación de las
arteriolas, en tanto que los simpáticos controlan
probablemente el cierre de las válvulas
venosas (Kaplan, 1983). El orgasmo en el hombre es una
reacción diferente y consta de la emisión (que los
hombres perciben como una sensación de eyaculación
inevitable) y la eyaculación (contracciones de 0.8
segundos de duración de los músculos estriados
situados en la base del pene: el bulbo cavernoso y el isquio –
cavernoso) (Kaplan, 1983).
En la mujer ocurren dos cosas parecidas; en respuesta a
la excitación sexual se produce la vasocongestión
de los vasos sanguíneos de los labios y de los tejidos que
circundan la vagina, lo que también ocasiona la
lubricación vaginal. Por otro lado, a diferencia del
hombre, el orgasmo femenino tiene solo una fase (no tiene fase de
emisión) que consiste en contracciones de 0.8 segundos de
los músculos bulbo e isquio – cavernosos, y también
de los pubococcigeos. (Kaplan, 1983)
Cuando estas reacciones del hombre y de la mujer, o
cualquiera de sus componente, sufren un deterioro, el resultado
es una disfunción sexual.
Fases de la respuesta
sexual.-
Dentro de lo que se ha expuesto, es posible notar en
forma clara que el acto sexual se trata de una actividad
sumamente compleja, la cual debe ser vista como una unidad. Sin
embargo, a fin de analizar los múltiples aspectos de
ésta se han realizado varias divisiones. Una de ellas es
la que se refiere a las etapas del acto sexual, a
saber:
Fase de excitación: La primera
señal de excitación en el hombre es la
erección del pene. Un marcado aumento en su tamaño
y el crecimiento en ángulo en relación con el
cuerpo. Esa erección puede ser debida a
estimulación del pene propiamente tal o por una cadena de
pensamientos eróticos.
Masters y Johnson han denominado reacción
primaria a los estímulos sexuales, los cambios en la
vascularización que se dan en esa fase. La reacción
secundaria sería la contracción de varias fibras y
grupos
musculares. Se han encontrado otros cambios en la fase de
excitación en el hombre: aparece la tensión de los
músculos voluntarios en forma generalizada y puede haber
alguna contracción de grupos musculares involuntarios.
Aparece un aumento en las pulsaciones cardiacas y aumenta la
presión
sanguínea, los testículos
se ponen más firmes, se elevan y se aproximan al
cuerpo.
Para que exista la etapa de excitación se
necesita un grado de mínima tensión sexual. Luego
de completada la erección, esta fase puede extenderse
durante pocos instantes o aún hasta muchos minutos; esto
depende de las variaciones del estímulo sexual
afectivo.
En el estudio de Masters y Johnson la erección se
mantuvo en los sujetos durante largos periodos controlando con
cuidado la variación e intensidad de las técnicas
de estimulación. Durante una fase de excitación
prolongada, fue posible hacer que la erección se perdiera
intencionalmente y volviera a ganarse en varias ocasiones.
Así con situaciones de este tipo, la erección se
mantiene sin lograr la vaso – dilatación completa ni la
pérdida total de ella.
Diversos estímulos psicosensoriales se han
probado experimentalmente en el laboratorio
durante la fase de excitación. La erección puede
resentirse con facilidad, por la introducción de un estímulo no
sexual a pesar de mantenerse concomitantemente un estímulo
sexual. Ello puede ocasionar la pérdida parcial o,
aún completa, de la erección peneal, aunque se
mantenga el estímulo somático.
La estapa de "Plateau": El aumento del
órgano genital en el hombre se da en la fase de
excitación. Sin embargo, se puede decir que hay un aumento
paulatino en la corona del glande en la base del pene, que se da
en la fase de "plateau" o meseta. Eso se puede
acompañar de un mayor enrojecimiento de la región.
En esa fase, además, el diámetro de los
testículos aumenta en un 50% y se acortan más los
canales espermáticos. La elevación de los
testículos muestra que el
hombre ha llegado al "punto de no retorno" y que su orgasmo es
inminente.
El ritmo respiratorio aumenta, y siguen aumentando la
presión sanguínea y los latidos cardíacos ;
se aumentan las tensiones de los músculos voluntarios e
involuntarios
Orgasmo: A diferencia de los orgasmos
femeninos, los masculinos pueden ser considerados como tallados
en el mismo molde, mientras que los de las mujeres son
extremadamente variados. El hecho central del orgasmo masculino
son las contracciones rítmicas, las cuales se van dando en
forma acelerada y se van haciendo cada vez más distantes y
suaves. De todos modos, el hombre puede identificar,
subjetivamente la ocurrencia del orgasmo poco antes que se
de.
La eyaculación del semen que ocurre durante el
orgasmo, es un mecanismo más o menos complicado. Antes del
orgasmo, se produce la contracción de los canales
espermáticos que llevan el líquido que contiene las
células
espermáticas. La glándula prostática,
también colabora con fluidos que se encaminan hacia la
uretra. Esos fluidos se acumulan en un bulbo que se encuentra en
la uretra, cerca de la base del pene. Esos cambios se dan en la
primera etapa de la eyaculación, etapa en que se da la
sensación de que el orgasmo ocurre.
Durante la segunda etapa, una serie de contracciones del
bulbo, la uretra y del pene, proyecta el semen hacia afuera bajo
gran presión. Esa presión disminuye con la edad,
siendo menor en los hombres mayores.
Las modificaciones en los órganos genitales
durante el orgasmo, son acompañados de otros cambios en el
resto del cuerpo, relativos a la presión sanguínea,
respiración, etc. Esas contracciones
musculares, son muchas veces imperceptibles para el sujeto, pero
no es raro que se quejen de dolores musculares en diversas partes
del cuerpo.
2.1. Naturaleza y
causa de las disfunciones sexuales
En la antigüedad se creía que solo un
profundo conflicto
neurótico podía afectar las reacciones sexuales, y
que los únicos vectores de la
relación sexual eran los conflictos
gravemente patógenos y regresivos centrados en el temor
infantil, ilusorio e inconsciente de sufrir traumas si se gozaba
del sexo y que
solo era posible curar estos síntomas por medio de la
resolución de profundos conflictos inconscientes. (Kaplan,
1983).
Masters y Johnson propusieron que con frecuencia las
raíces de la psicopatología se originan en un
terreno mucho más inmediato. La ansiedad por el propio
desempeño, las inseguridades, tensiones,
angustia, etc., pueden causar (y, de hecho, causan) una gran
parte de las dificultades sexuales (Kaplan, 1983). Y esto es
absolutamente lógico, porque en términos
fisiológicos "la ansiedad sexualmente destructiva es la
misma cuando un hombre se aterroriza ante la posible
repetición de una dificultad erectiva inducida por el
alcohol, o
cuando se debe al retorno de los tabúes edipicos y al
temor de la castración" (Kaplan, 1983).
Por otro lado, las disfunciones sexuales tienen estrecha
relación con la salud, es así como la
arteriosclerosis, la hipertensión, depresión,
fármacos, lesiones y diabetes, son
causas muy comunes de disfunciones sexuales.
2.2. Disfunciones sexuales
características
Como ya dijimos anteriormente una disfunción
sexual es, a grandes rasgos, un deterioro en cualquiera de las
fases componentes de la reacción sexual (o en sus
reacciones), Kaplan (1983) describe seis disfunciones sexuales
características, tres del hombre y tres de la
mujer:
2.2.1. Frigidez
En donde la mujer frígida no experimenta
sensaciones eróticas ni placer sexual y no experimenta
señales
de excitación fisiológica (como, por ejemplo, la
lubricación).
2.2.2. Disfunción orgásmica
femenina
En donde la mujer posee capacidad de respuesta sexual,
goza de las sensaciones eróticas, y presenta una buena
reacción vasocongestiva, pero experimenta una dificultad
de grado variable para alcanzar un orgasmo
2.2.3. Vaginismo
En donde el cuerpo de la mujer impide las reacciones
sexuales porque el intento de penetración vaginal causa
una contracción espástica involuntaria de la
entrada de la vagina.
2.2.4. Eyaculación retardada
En donde el hombre tiene una inhibición
involuntaria del orgasmo (es un trastorno análogo a la
disfunción orgásmica femenina), el hombre con
eyaculación retardada puede sentir excitación
sexual y tener erecciones normales, pero, aunque reciba un
estimulo que debería ser ampliamente suficiente, tiene
dificultades para liberar su reflejo eyaculatorio.
2.2.5. Eyaculación precoz
En donde el hombre alcanza el clímax
rápidamente, debido a la carencia de un adecuado control
voluntario sobre el reflejo eyaculatorio.
2.2.6. Impotencia
En donde el hombre no puede conseguir una
erección o mantenerla el tiempo
suficiente para desarrollar una actividad sexual
satisfactoria.
2.3 La impotencia.
Existen varios parámetros para
clasificarla:
A. En cuanto a la forma:
Impotencia erectiva: es aquella en la cual la
imposibilidad de llevar a cabo el acto sexual está
conectada a la dificultad de erección del pene.
Impotencia eyaculatoria: las dificultades se
relacionan con la eyaculación precoz, por un lado, y con
la imposibilidad de eyaculación y de llegar al orgasmo,
por otro.
Impotencia procreativa: las dificultades se
asocian con la capacidad del hombre de participar en la fecundación.
Muchas veces éstas se superponen, ya sea como
síntoma o en cuanto a la etiología.
B. Según el grado:
Impotencia total: donde la imposibilidad de
erección es total, el pene permanece en su estado de
mayor flacidez.
Impotencia parcial: en la cual hay un grado de
erección disminuido que impide o dificulta la
penetración del pene en la vagina.
C. Criterio temporal:
Impotencia permanente: cuando el sujeto no ha
presentado jamás una erección en el transcurso de
su vida.
Impotencia constante: cuando la impotencia se
presenta desde el momento de su instauración, hasta su
desaparición.
Impotencia ocasional: cuando no aparece en una
forma constante, sino irregular en el tiempo.
D. Según la forma de
instalación:
Impotencia insidiosa: los episodios aparecen en
forma paulatina, en un aumento proporcional en relación a
los encuentros sexuales.
Impotencia aguda: los episodios aparecen en un
determinado momento, bien circunscrito en el tiempo, lugar y
situación.
E. Según el objeto:
Impotencia selectiva: es aquella en que los
episodios de impotencia se dan con una compañera
determinada y en una situación dada.
Impotencia no selectiva: es cuando el comportamiento
se manifiesta en todas las circunstancias y con todas las
compañeras.
D. Según la etiopatología:
impotencia psicógena
impotencia de orden organico
Se trata de una "inhibición recurrente y
persistente durante la actividad sexual, manifestada por el
fracaso parcial o completo del hombre en alcanzar o mantener la
erección hasta la conclusión del coito" ( Kaplan.
1987, pp. 473).
3.1 Diferencia entre impotencia y disfunción
erectiva:
Esta seria una de las formas de impotencia sexual, que
se puede dar con una nomenclatura que
incluya las diferentes categorías anteriormente dichas.
Dentro de esta se distinguen, entonces; la impotencia sexual
primaria donde el hombre no ha sido nunca capaz de obtener una
erección suficiente para la penetración vaginal; la
impotencia secundaria, en este caso el sujeto ha conseguido en
algún momento de la vida sexual la penetración de
la vagina, pero posteriormente la ha perdido.
Por otro lado, también es destacable la
impotencia selectiva, aquí el hombre es capaz de realizar
el coito en determinadas circunstancias, pero no en otras.
Respecto a la etiología los conflictos psicológicos
que producirían la impotencia se relacionan " con una
incapacidad para expresar el impulso sexuales razón del
miedo, ansiedad, cólera
o una prohibición moral"
(Kaplan, 1987, pp.176).
El uso del termino "impotente" no solo ahonda el
estigma, sino que resulta completamente equivocado como
definición. Los hombres con problemas de
erección no son impotentes, solo tienen disminuida la
capacidad para conseguir y / o mantener la rigidez del pene. Es
por eso que el término "disfunción eréctil
describe el problema en forma mucho mas precisa. La
disfunción puede presentar una amplia variedad de grados,
que van desde los hombres que son "impotentes" (en el más
puro sentido negativo) hasta aquellos cuyo problema es tan poco
que ni siquiera sus parejas son conscientes de su
existencia.
Dentro de las bases orgánicas se cuentan: la
tolerancia a
la glucosa,
hormonas,
función
hepática y tiroidea, la determinación de
prolactina, FH y FSH, entre otros. Por tanto es muy importante
una buena historia para determinarla
etiología de la disfunción. Así como
también enfermedades: infecciosas y
parasitarias, cardiovasculares. Trastornos: Renales y
urológicos, hepáticos, pulmonares, de la nutrición,
neurológicos y endocrinos. Y otros factores como:
envenenamiento, fármacos, genética,
intervenciones quirúrgicas.
Diagnostico disfunción sexual
erectiva:
El diagnostico se realiza a la luz de del juicio
clínico que tiene en cuenta el enfoque, intensidad y la
duración de la actividad sexual del paciente. Los
criterios involucrados serían:
"Inhibición recurrente y persistente de la
excitación sexual durante la actividad sexual, manifestada
por un fracaso parcial o completo en obtener o mantener la
erección hasta el final del acto sexual.
Debe coexistir un juicio clínico de que el
individuo
realiza actividades sexuales que son adecuadas en tipo,
intensidad y duración.
La alteración no es causada exclusivamente por
factores orgánicos (enfermedad física o
medicamentos)." (Kaplan, 1987, pp.477).
Donde se realizan pruebas para
determinar la base orgánica o psicológica del
trastorno, adquiriendo importancia también la
indagación de la historia del sujeto.
Indices estadísticos:
Se ha estimado que pocos hombres son impotentes a los 35
años; entre un 2- 4%. Sin embargo a los 80 años,
alrededor de 77% lo son.
La incidencia de la impotencia primaria en los hombres
de 35 años es de 1%. Donde el temor de padecerla aumenta
desde los 40 años, lo cual se asocia al estigma en
relación a la edad madura donde la impotencia
surgiría con la ansiedad y la necesidad de tener éxito
en la relación sexual. Siendo en mas del 50% de los
hombres tratados por
trastornos sexuales, la impotencia como queja
principal.
Es importante destacar que se estima que el 90% de los
casos de impotencia es por una causa
psicológica.
3.4. Causas generales de la disfunción
eréctil
En condiciones normales, cuando un hombre se siente
sexualmente excitado, su pene aumenta de tamaño,
poniéndose erecto y rígido, lo que le permite la
penetración en el sexo de su pareja. El pene suele medir
entre 7 y 10 cm de largo; en posición erecta el
tamaño se incrementa hasta unos 17 centímetros, de
hecho, un pene erecto contiene seis o siete veces el volumen de sangre
de un pene fláccido (Encarta, 1997).
La impotencia puede tener causas psicológicas.
Por ejemplo, si un hombre ha perdido su trabajo su
sentimiento de fracaso le puede conducir a padecer una impotencia
temporal. Con frecuencia puede asimismo estar ocasionada por
trastornos del sistema
sanguíneo, sistema nervioso, cerebro u
hormonas, así como por daño o
intervención quirúrgica en la pelvis o en el pene.
Sin embargo, la causa más común es
yatrogénica. Es decir, la impotencia puede estar
ocasionada por los medicamentos que toman para tratar otros
trastornos. Los diuréticos, los antidepresivos
tricíclicos, los bloqueantes de los receptores H2, los
betabloqueantes, las hormonas, etc. (Encarta, 1997)
Es posible determinar si la causa de la impotencia de un
hombre responde tan sólo a motivos psicológicos; si
experimenta con normalidad una erección durante la fase
MOR del sueño es improbable que exista alguna causa
orgánica para que sufra impotencia cuando se halle en
estado consciente. (Carlson, 1996). Sin embargo, en algunos
casos, una causa orgánica que no es lo bastante grave por
sí sola para producir impotencia puede hacer más
vulnerable su desarrollo si
también están presentes otros factores
psicológicos menores. (Carlson, 1996)
El fenómeno erectivo
¿Cómo se produce una
erección?
Una erección es el resultado de un complejo
proceso que
involucra los vasos sanguíneos y el sistema nervioso. La
anatomía
del pene está especialmente diseñada para responder
este proceso. El pene está conformado por dos estructuras
que se inician dentro de la pelvis y se desarrollan en forma
paralela hasta su extremo. Estas estructuras están
compuestas por un tejido esponjoso con gran cantidad de vasos
sanguíneos.
Generalmente, las paredes de estos vasos están
contraídas lo cual previene el exceso de sangre en el pene
y lo mantiene flácido la mayor parte del tiempo.
Cuando un hombre experimenta un estímulo sexual, los vasos
sanguíneos se expanden, permitiendo que una mayor cantidad
de sangre fluya rápidamente hacia el pene. De esta manera,
la sangre que ingresa al pene produce una
erección
Desde el punto de vista de la erección
propiamente tal, podemos decir que ésta es un estado
más o menos durable en el cual el pene permanece firme y
alongado, y que este mecanismo, obedece a reacciones
automáticas, controladas por el sistema nervioso
autónomo.
Podemos distinguir dos tipos de
erección:
Erección Cortical y
Erección Refleja
En la primera están presentes estimulaciones,
fundamentalmente, de fenómenos psíquicos. En la
segunda, se supone algún contacto sobre el órgano
genital masculino, principalmente el glande.
Anátomo – Fisiología
La estructura
anatómica del pene (figura 1) es el soporte ideal para la
vaso – dilatación como respuesta fisiológica
primaria al estímulo sexual.
El pene está formado por tres cuerpos
cilíndricos de tejido eréctil: los cuerpos
cavernosos y el cuerpo esponjoso. Los cuerpos cavernosos son dos
(derecho e izquierdo) ubicados en el plano dorsal, paralelos el
uno al otro, miden de 15 a 16 centímetros en estado
fláccido y 20 a 21 centímetros en erección.
El cuerpo esponjoso contiene además de tejido
eréctil, la uretra.
Las tres estructuras se encuentran rodeadas por una capa
fibrosa individual, la túnica albugínea y
circundadas por densas vainas.
En la base o raíz peneal, los cuerpos cavernosos
divergen para insertarse en las ramas del pubis y del
isquión (el arco púbico). Cada una de ellas
está rodeada por el músculo isquio – cavernosos, de
naturaleza estriada. El cuerpo esponjoso, a su vez, está
encapsulado por un músculo esquelético
constituyendo el bulbo esponjoso.
Los dos cuerpos cavernosos y el cuerpo esponjoso,
constituyen el tejido eréctil del pene que recibe sangre
arterial de las arterias pudendas internas. Estas ramas son: las
arterias dorsales del pene, que se encuentran cerca de la
superficie dorsal del pene en la túnica albugínea;
y por otra parte, las arterias cavernosas corren en sentido
longitudinal a través de cada cuerpo cavernoso; dos
arterias bulbo – uretrales corren longitudinalmente a
través del cuerpo esponjoso en dirección ventral con respecto a la uretra.
Estas arterias terminan en pequeños capilares que se abren
en forma directa en los espacios cavernosos.
El retorno venoso se realiza por la vena dorsal
superficial y por la vena dorsal profunda.. En el espesor de los
cuerpos cavernosos existen muchos compartimientos separados por
bandas o cordones de tejido fibroso llamadas
tubérculas. Estos compartimientos están
entremezclados con arteriolas cuya túnica íntima
contiene supuestamente pequeñas protuberancias que en
el estado de
contracción ocluyen de modo parcial su lúmen,
reteniendo la sangre en los senos cavernosos. Cuando las
arteriolas se dilatan, el flujo de sangre en el pene aumentan y
los senos se llenan. Se cree que las venas del pene contienen
válvulas que dificultan la salida de la sangre.
También se cree que la contracción del
músculo isquio – cavernoso ayuda a la erección por
constricción venosa secundaria; a este mecanismo se le da
poco valor en la
actualidad.
No todas las veces que se da la vaso – dilatación
se encuentra una causa de tipo erótico. Son también
capaces de determinar la erección los esfuerzos
físicos, como elevar una carga pesada (erección
parcial, generalmente) y se han visto erecciones debido a
procesos
irritativos. Hay aún erecciones de tipo espontáneo
que se dan al despertarse el sujeto, además de las
erecciones durante el sueño.
Las sensaciones sexuales pueden originarse en las
estructuras internas, tales como áreas irritadas de la
uretra, vejiga, próstata, vesículas seminales, los
testículos y los vasos eferentes.
Una de las causas de la "necesidad sexual", es
probablemente la saturación de los órganos sexuales
con secreciones. Las infecciones e inflamaciones de esos
órganos, algunas veces causan deseo sexual casi continuo.
Desde el punto de vista sensitivo, el glande contiene un sistema
sensorial periférico, altamente organizado, que transmite
al sistema nervioso
central, una modalidad de sensación, que puede ser
denominada como sensación sexual.
Los impulsos pueden ingresar en la médula espinal
desde áreas adyacentes al pene para incrementar la
estimulación durante el acto sexual. Por ejemplo, la
estimulación del epitelio anal, el escroto y las
estructuras perineales en general, pueden enviar impulsos a la
médula, los cuales aumentan la sensación
sexual.
Por lo tanto el acto sexual del hombre, resulta de un
mecanismo reflejo inherente integrado en la médula sacra o
lumbar y sus mecanismos pueden iniciarse debido a una
estimulación psíquica o estímulo sexual
directo.
El pene es un tubo cerrado, formado por tres haces de
tejido vascular unidos por tejido conjuntivo y cubiertos por
piel laxa. Dos
haces grandes de tejido, los cuerpos cavernosos, forman la parte
superior del pene y contienen numerosos compartimentos que se
llenan de sangre durante la excitación sexual, lo que
provoca la erección y rigidez del pene. Los nervios sacros
controlan el flujo de sangre hacia el interior de los cuerpos
cavernosos, debajo de éstos se encuentra el tercer haz de
tejido, el cuerpo esponjoso. Este haz está perforado por
la uretra. El extremo del pene ostenta un ensanchamiento muy rico
en terminaciones nerviosas sensitivas que recibe el nombre de
glande, que está cubierto por una capa cutánea
retráctil llamada prepucio.
El determinismo neurológico de la función
sexual es algo más que la excitación de las
vías nerviosas inferiores. Los reflejos sexuales de
congestión vaso – motor, la
excitación sensitiva localizada, etc., son los llamados
circuitos cortos. Son solamente parte de una
función más variable e imprevisible que ofrece
cantidades de respuestas motoras posibles y de excitaciones
complejas emanadas de todos los sentidos, de
impresiones afectivas y de afinidades intelectuales.
Al estudiar los procesos neurológicos sexuales
dejamos de lado los que incluyen zonas superiores de procesos
asociativos que deben ser considerados al estudiar el
fenómeno sexual en su totalidad. Al respecto, es poco
conocido el sistema neuropsíquico superior de la actividad
sexual, ya que los estudios con neurotransmisores son muy
recientes. Los resultados, aunque algo apresurados,
podrían indicar que la dopamina tiene una acción
estimuladora de las respuestas sexuales mientras que la
serotonina ejercería el efecto contrario. Quienes
apoyan esta teoría
han comprobado que niveles altos de prolactina (niveles altos de
prolactina suele ir acompañado de una hipoactividad
dopaminérgica) pueden producir impotencia en el
varón.
De todos modos, debemos considerar como una unidad el
sistema anátomo – fisiológico de la
regulación nerviosa de la función
sexual.
La excitación producida en cualquiera de las
ramificaciones se esparce en todo el sistema y por lo tanto, una
falla en el funcionamiento de un elemento se hará sentir
en la actividad sexual en su totalidad.
Las erecciones reflejas que aparecen como respuestas a
estimulación táctil de las zonas erógenas
aparecen sin discriminación entre un estímulo
sexual y un estímulo no sexual. Por el contrario la
erección psíquica se produce en respuesta a
estímulos mediados por el sistema nervioso central y, por
eso, probablemente no depende sólo de factores externos
como los visuales, sino que la acompañan también
procesos cognitivos. Los factores psíquicos usualmente
juegan un papel importante en el acto sexual masculino y pueden
iniciarlo – aún cuando no son lo único – puesto que
tenemos que focalizar nuestra atención, desde un punto de vista
neurológico, en tres factores:
Aparato periférico
Médula
Cerebro
El acto sexual en el hombre resulta de un mecanismo
reflejo inherente integrado en la médula sacra lumbar y
sus mecanismos pueden iniciarse de una estimulación sexual
directa.
La erección es inducida por la
estimulación de los nervios pre – sacros y
pélvicos. Esta reacción es el resultado de la suma
de estímulos psíquicos e impulsos afrentes llevados
al sistema nervioso central a través del nervio
pudendo.
Con relación a los órganos sexuales, el
sistema simpático, y para – simpático
desempeñan un importante papel para lo cual ambos se
encuentran en homeostasis.
El sistema nervioso simpático se compone de fibras que
emergen de la porción tóraco – lumbar de la
médula con comunicación de los centros superiores del
cerebro. El sistema para – simpático actúa sobre
los mismos tejidos y estructuras que el sistema simpático,
pero su acción es opuesta. Se origina en núcleos
específicos del cerebro asociados con determinados nervios
craneanos y la región sacra de la
médula.
En estados satisfactorios el sistema para –
simpático juega un papel importante, mientras que bajo
situaciones de miedo, preocupación y ansiedad, la sangre
dirigida hacia las estructuras somáticas por la
acción del simpático hace que se reduzca la
irritabilidad de los órganos sexuales y resulte la
disminución de la actividad o deseos sexuales.
La erección es acusada por estímulos para
– simpáticos que son originados en el centro para
simpático vasodilatador. Estos estímulos van de la
región sacra de la médula hacia el pene a
través de los nervios erectores. Esa función es
influenciada por la inhibición del centro simpático
vasoconstrictor. Como vemos, esta función, por el hecho de
estar regulada por el sistema nervioso autónomo invalida
cualquier esfuerzo del individuo por dominar el síntoma de
impotencia, provocando, por el contrario, un aumento de la
inhibición.
Normalmente el hombre que desea mantener una
relación no focaliza su atención en la
erección, o de hacerlo, el temor de no tenerla, lo afecta
de tal punto que si esta se presenta,, va a ser débil. Se
rompe así la armonía de la función sexual
automática, surgiendo la inhibición cortical, que
incluye componentes físicos y psicológicos y
sugiere la existencia de una mediación controlada por el
lóbulo temporal.
A pesar de las limitaciones para el estudio de la
acción del sistema nervioso central, que se relaciona con
el "conocimiento
sexual" y posiblemente funciona en integrar, analizar e
interpretar las diversas modalidades de sensaciones sexuales y
para iniciar una respuesta.
En un sistema nervioso central íntegro la libido
suficiente para sobrepasar el nivel atraviesa vías
hipotalámicas y se dirige a los centros erectores de la
médula, los cuales estimulan la erección del pene.
Ésta, retroalimenta a través de los impulsos
sensoriales, el lóbulo temporal, manteniendo y aumentando
la carga libidinosa en un proceso que se denomina circuito
reverberante, que mantiene el estado sexual y la
acción del individuo.
La región hipotalámica – hipofisiaria
(figura 2) es reconocida como ampliamente conectada con el
comportamiento sexual.
Sistema endocrino
y actividad sexual
El sistema endocrino actúa transmitiendo los
estímulos a través de la sangre, en forma de
sustancias químicas especializadas (hormonas). En
términos endocrinos, las glándulas sexuales
están en constante intercambio con la hipófisis (o
pituitaria) así como con el medio ambiente
y con otras glándulas. Para tener una visión global
de los problemas endocrinos que se relacionan con la actividad
sexual debemos recordar la hipófisis (figura 2). Al
respecto el lóbulo anterior de ésta, es
también glándula maestra, debido a las
múltiples indicaciones que ella tiene sobre las
demás glándulas.
De la hipófisis, parten las hormonas que regulan
las actividades de las gónadas – la hormona luteinizante
que tiene su acción sobre los testículos
determinando la producción de la hormona testicular. Por
otra parte, las funciones de la
hipófisis están reguladas por el hipotálamo
a través de la circulación
sanguínea.
En lo que respecta al sistema reproductivo propiamente
tal, sabemos que los testículos presentan dos grupos de
células especializadas, a saber: las células
Leydig, que son responsables de la síntesis y
secreción de la testosterona y el epitelio germinal, donde
ocurre la espermatogénesis.
Existen nervios que conectan al hipotálamo con
todas las regiones del cerebro. También recibe nervios que
proceden de las zonas erógenas (los genitales y los
pezones), de las vísceras (órganos internos) y del
sistema límbico. El hipotálamo tiene conexiones
vasculares con el lóbulo anterior de la hipófisis.
Estos capilares sanguíneos se conocen como sistema portal
hipotálamo-hipofisario, y conectan los lechos capilares
del hipotálamo con los lechos del lóbulo anterior
de la hipófisis.
3.6.1 Hormonas
Las células de Leydig están bajo el
control directo de la hormona ICSH (hormona estimulante de
la
célula intersticial) que no se puede distinguir de la
hormona luteinizante (LH) y son sensibles a la
gónadotrofina choriónica (CG). El epitelio
teleogerminal es mantenido y estimulado directamente por la
hormona estimulante del folículo hipofiario (PSH) e
indirectamente por la hormona ICCH a través del
andrógeno de las células de Leydig.
3.6.2 Función de la
testorterona
La testosterona es generalmente responsable por las
características masculinas del cuerpo. Se produce por
estimulación de la placenta en el feto y deja de
producirse en la infancia,
volviendo a aparecer después de los 11 o 13 años.
Así, se aumenta la producción desde la pubertad y en
la edad adulta, hasta los 40 años. Allí baja,
llegando a los 80 años a la quinta parte de los valores
máximos.
No está bien claro por el cual se inicia la
acción de la testosterona en la pubertad. Algunos se
refieren a alguna acción del tiempo sobre el
hipotálamo, que dejaría de secretar el factor
inhibidor de la gonadotrofina. La hipófisis anterior
empieza producir la gónadotropina y se aumenta la
función testicular. La testosterona es la responsable del
crecimiento del pene, del escroto y de los testículos,
además del aparecimiento de las características
sexuales secundarias.
¿Cuáles son las causas de la
disfunción eréctil?
En los hombres con disfunción eréctil, las reacciones
químicas que generan la erección no se producen
normalmente, de modo que los vasos sanguíneos no se
relajan lo suficiente y el pene no puede llenarse de sangre. Hace
un tiempo se creía, erróneamente, que la
disfunción eréctil era un problema
psicológico o una inevitable consecuencia de la vejez. Si bien
es cierto que la edad puede ser una de las causas, la
disfunción eréctil no es inevitable cuando un
hombre envejece. Por el contrario, hoy sabemos que la mayor parte
de los casos de disfunción eréctil están
asociados con las condiciones físicas.
Los factores de riesgo más
comunes en la disfunción eréctil son:
Condiciones que dificultan el flujo de sangre normal
hacia el pene, como presión arterial elevada, colesterol
elevado, diabetes y ateroesclerosis.
Traumatismos nerviosos por lesión o enfermedad,
que interrumpan la conexión entre el sistema nervioso y el
pene: lesiones en la médula espinal, esclerosis
múltiple, accidente cerebrovascular o cirugía de la
próstata (cáncer) o colon.
Problemas psicológicos, como ansiedad y estrés.
Otras condiciones, como afecciones renales o
hepáticas, depresión o desórdenes
hormonales.
Medicamentos que pueden ocasionar disfunción
eréctil como efecto colateral, incluyendo alguna de estas
categorías: diuréticos, antihipertensivos, drogas
reductoras del colesterol, medicamentos para la diabetes,
antidepresivos, algunas medicaciones utilizadas para tratar
el
cáncer, antinflamatorios no esteroideos y
antiepilépticos.
Tabaquismo, consumo
excesivo de alcohol y/o uso de drogas.
Causas más especificas de disfunción
eréctil pueden ser consultados a su
Urólogo.
La disfunción eréctil puede tratarse?
Sí. La buena noticia es que, sin importar la causa, la
mayor parte de los casos de disfunción eréctil son
tratables. Hoy existen diversas opciones de tratamiento entre las
cuales puede elegir
Podemos concluir que el fenómeno de
erección se encuentra comandado desde el punto de vista
neurológico, por los diversos niveles que el sistema
nervioso central y periférico presentan, vale decir, la
erección refleja se producirá al nivel de
médula y nervios periféricos, puede ser inhibida por
factores relacionados con el sistema simpático y para
simpático, y es influenciada por factores de tipo
cortical, relacionados con los aspectos afectivos y cognitivos
del comportamiento sexual
¿MEJORA LA FUNCIÓN ERÉCTIL
NATURAL A CONTINUACIÓN DE LAS INYECCIONES INTRACAVERNOSAS
DE DROGAS VASOACTIVAS? International Journal of Impotence
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DISFUNCIÓN SEXUAL INDUCIDA POR ANTIDEPRESIVOS
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Xavier Conesa
Psicología – Sexología
Universidad de Barcelona