Psicoterapia cognitiva orientada hacia el mejoramiento de las relaciones interpersonales en niños
- Fundamentación
teórica - Diseño
Metodológico - Análisis de los
resultados - Conclusiones
- Recomendaciones
- Bibliografía
- Anexos.
Desde principios del
siglo XX hasta la actualidad, y en el marco del desarrollo de
la ciencia
psicológica, numerosos especialistas han dirigido sus
esfuerzos al estudio de los trastornos psíquicos en la
infancia,
desde una amplia gama de posiciones teóricas y
metodológicas pero con el objetivo final
común de mejorar la calidad de la
vida infantil.
La presente investigación se incluye dentro de estos
esfuerzos por perfeccionar y sistematizar los métodos y
técnicas psicoterapéuticas que
permitan potenciar el desarrollo de la
personalidad infantil; específicamente trabajaremos
con niños con trastornos emocionales y / o
comportamentales, aspirando a lograr en ellos una mayor
adecuación tanto emocional como comportamental,
estimulando el equilibrio y
la armonía de la interacción del niño con el medio
social que le rodea.
En ella, partiendo del conocimiento
de que una de las principales áreas de
manifestación de los trastornos emocionales y
comportamentales es la de las relaciones interpersonales y de la
importancia que poseen estas en el desarrollo del individuo,
hemos diseñado una propuesta de intervención
dirigida hacia el mejoramiento de esta área conflictiva,
que se traduzca en cambios positivos en la problemática
general.
Con esta intención hemos diseñado un
programa
psicoterapéutico de corte cognitivo – conductual en
el que se utiliza el títere como recurso auxiliar en un
marco grupal, teniendo en cuenta las ventajas que posee este y el
hecho de que se ajusta perfectamente a nuestros objetivos
terapéuticos e investigativos.
El trabajo
está dividido en tres partes, la primera contiene las
bases teóricas en las que se fundamenta nuestro proyecto
investigativo, esta posee cuatro epígrafes que abordan,
las relaciones interpersonales a esta edad y su importancia en el
desarrollo del individuo; los trastornos del comportamiento y las
emociones,
relevancia de su estudio, peculiaridades y formas de
manifestación y aparición; y las bases
teóricas sobre las cuales se sustenta la psicoterapia
cognitivo–conductual que hemos implementado, aspectos
distintivos de esta, el títere como recurso auxiliar y la
psicoterapia de grupo con
niños.
La segunda parte contiene los aspectos
metodológicos en los que se basa el proyecto, abarca la
formulación y fundamentación del problema, el
planteamiento de los objetivos, la descripción de la muestra
seleccionada, las definiciones operacionales y las
técnicas y procedimientos
empleados.
La tercera parte abarca lo concerniente al análisis de los resultados, las
conclusiones derivadas de
estos y las recomendaciones.
De manera general con esta investigación
pretendemos contribuir a la constitución de enfoques
terapéuticos que enfaticen en el logro de un mayor
equilibrio y coherencia del intercambio social del niño, y
a la sistematización del títere, y el grupo como
recursos en
psicoterapia infantil.
Palabras claves: trastornos del
comportamiento y las emociones, relaciones interpersonales,
psicoterapia cognitiva.
Relaciones interpersonales. Características de
la edad que nos ocupa e importancia en el desarrollo del
individuo.
Las relaciones interpersonales son aquellas en las que
se establece una relación mutua entre individuos, que
tienen propiedades de reversibilidad y simetría, y en las
que existe la posibilidad real de reciprocidad. Las relaciones
interpersonales y la
comunicación son inseparables, ya que es precisamente
a través de la comunicación que la relación social
de realiza, que se revela como social y humana.
Estas relaciones desempeñan un importante papel
en el desarrollo psíquico en la ontogénesis, ya que
es a través del sistema de
interacciones, de la sutil red de relaciones que se
teje alrededor del niño desde su más temprana
infancia, que se trasmite al ser humano toda la cultura
material y espiritual de la sociedad, que
el niño asimila el medio e influye sobre él,
interactuando activa y dinámicamente con el mismo,
manifestándose este, como un factor de gran importancia
para el desarrollo de la personalidad.
El desarrollo individual del hombre se
lleva a cabo en el proceso del
establecimiento de las múltiples relaciones directas e
indirectas, mediatas e inmediatas, concientes e inconscientes con
el medio social circundante en el proceso de la comunicación
social que realiza y forma estas relaciones.
El hombre se desarrolla como hombre, gracias a su
naturaleza
social, y este desarrollo depende de la calidad del sistema de
relaciones sociales y prácticas socializadoras de los
adultos, la familia y
otros niños le ofrecen al niño; estas
prácticas propician los cambios psíquicos y
sociales de cada una de las etapas que atraviesa en su
desarrollo.
El proceso de socialización transcurre en diversos
escenarios o contextos: la familia, el grupo
escolar, la comunidad, el
grupo informal, etc. Y va poco a poco desarrollando la capacidad,
mediante el proceso de aprendizaje
social (el niño se apropia del sistema de creencias y
conductas culturales que se enseñan mediante actitudes y
lenguaje
verbal o extraverbal) a desempeñarse adecuadamente en cada
uno de estos escenarios o contextos, es decir, aprende a
controlar su comportamiento, a adoptar diferentes roles, se
adapta a un grupo social y a una comunidad más amplia
manteniendo una actitud
crítica
y asumiendo responsabilidades y obligaciones,
convirtiéndose en un miembro útil y aceptable en la
sociedad, que sea parte y a la vez contribuya a su
cultura.
Los procesos
psicológicos se agrupan en torno a las
relaciones que el niño establece con los demás,
consigo mismo y con el mundo que le rodea. Así, en las
relaciones sociales se expresan y construyen la capacidad de
interacción, el manejo de normas, la
autoconciencia, identidad,
manejo corporal, autoestima, el
reconocimiento de sí mismo como sujeto diferente de los
demás. Por todo ello el niño tiene absoluta
necesidad de la presencia del otro y la personalidad se construye
progresivamente mediante el contacto social y la
confrontación con los demás.
"El fomento del desarrollo social
tiene enorme importancia para la formación individual de
la personalidad infantil, el propio yo y la autoconciencia se
forman en la relación recíproca y dialéctica
con el medio social" G Clauss y H. Hiebsch, 1966.
De la situación social del desarrollo del
niño forman parte dos subsistemas sociopsicológicos
importantes; el subsistema "adulto-niño" al que en un
momento determinado del desarrollo del individuo se le suma el
subsistema "niño-niño".
Los adultos, fundamentalmente en los primeros
años de la vida de un niño, tenemos una alta
responsabilidad en su salud mental,
principalmente los padres en el desempeño de su función
educativa son impulsores de la construcción de los procesos
psicológicos propios de los seres humanos: la
comunicación, la interacción, el manejo de normas,
la identidad, la autoestima, el manejo corporal, la
comprensión de las relaciones de causalidad, la
representación de la realidad social; del desempeño
de las relaciones sociales y de la superación del debate entre
su egoísmo (que se debe a su poca capacidad de defensa e
inseguridad) y
la necesidad de acercamiento a los demás.
Los padres, en el proceso de las relaciones
interpersonales que se establecen dentro de un grupo familiar,
deben cumplir la tarea de potenciar el desarrollo
biológico, psicológico y social de sus
hijos.
Estas relaciones, esta educación y
estimulación que se lleva a cabo en el marco familiar son
sumamente importantes en la especie humana, a diferencia de los
animales, ya
que mientras el desarrollo de estos está casi totalmente
predeterminado de manera genética,
el hombre al
nacer tiene solo unos pocos reflejos incondicionados, es una
criatura muy indefensa, que necesita mucha protección y
una ayuda educativa muy intensa para que logre apropiarse de
todos los conocimientos necesarios para desenvolverse en la
sociedad, y que hasta ahora ha acumulado la humanidad a lo largo
de su devenir histórico.
Los padres deben incitar a que los hijos se desenvuelvan
con independencia
en el medio sociocultural, deben acomodar las normas a la edad de
estos ejerciendo estímulos para la superación de
las metas, brindando espacios para que tomen sus propias
decisiones y asuman sus responsabilidades, y sobre todo, deben
fomentar en ellos características positivas de
personalidad.
Con el ingreso del niño en la escuela se
modifica la posición del niño en la familia, este
es un paso importante para el desarrollo social ya que las
relaciones con el adulto comienzan a ser diferentes, el punto de
cristalización de sus relaciones sociales va
desplazándose, alejándose de los miembros de la
familia, el niño poco a poco va independizándose de
sus padres y comienza a relacionarse con otros adultos tales como
los maestros, y con otros niños de su misma
edad.
Estas relaciones con coetáneos son muy
importantes en el desarrollo de la personalidad infantil, el
formar parte de un grupo le permite a un niño su
manifestación como ser humano en un ambiente de
respeto mutuo, de
solidaridad, de
cooperación y participación en la toma de
decisiones; construir una vida grupal es abrir la posibilidad
en los niños de practicar progresivamente la
determinación de qué y el cómo de su
acción,
participando, diciendo y combinando sus intereses individuales
con los del grupo.
Trastornos del comportamiento y las emociones de
comienzo habitual en la infancia y la adolescencia.
El estudio de los trastornos emocionales y
comportamentales en la infancia y la adolescencia resulta de gran
importancia ya que el diagnóstico y tratamiento oportuno de
cualquier tipo de alteración redunda en un desarrollo
más armonioso de la personalidad infantil, favorece su
desenvolvimiento cómodo y adecuado en el medio social y le
proporciona por tanto, una mayor calidad de
vida; además este temprano abordaje de las
desviaciones del desarrollo psíquico tiene gran valor
profiláctico, ya que muchas de las tendencias
neuróticas en la adultez, tienen su origen en la infancia,
durante la cual existen más posibilidades de cambio debido
a la mayor plasticidad y flexibilidad de la personalidad en
formación del niño.
Dentro de esta clasificación del CIE –10 se
incluye una amplia gama de trastornos, como los
hipercinéticos, los disociales, los trastornos de las
emociones de comienzo habitual en la infancia y la adolescencia,
y los trastornos de tics; estos se expresan en las diferentes
esferas de la personalidad del niño, tanto la afectiva, en
la que se observan modos inadecuados de canalización y
expresión de emociones, ansiedades y culpas; la cognitiva,
con maneras erróneas de interpretar y valorar la realidad
y con inestabilidad en el aprendizaje, y
la conductual, con hábitos y comportamientos
inadecuados.
Un niño portador de un trastorno emocional y
conductual se manifiesta generalmente alejándose de las
formas que dan posibilidades de vida social armónica,
llegando en ocasiones a atacar las normas sociales, lo que
provoca perturbaciones para él y los que le rodean; todo
esto obstaculiza sus relaciones interpersonales, cuyas
dificultades pueden evidenciarse en comportamientos variados como
inhibición, hipersensibilidad, retraimiento, ansiedad de
separación, temor, excesiva dependencia, comportamientos
esquizoides, dificultad para establecer relaciones estrechas,
tendencia hacia el aislamiento, celos, envidia, hostilidad hacia
hermanos, rebeldía hostil manifiesta o encubierta,
perretas, robos, entre otros.
Los trastornos psíquicos en la infancia se
manifiestan a través de síntomas o cuadros
sindrómicos que se presentan como mecanismos de los que se
vale el niño para buscar un equilibrio con un medio que
percibe hostil, que no le permite la satisfacción de sus
necesidades y que le ocasiona frustración y estados de
tensión. Estos síntomas constituyen, por tanto, sus
defensas ante este medio, y son el resultado de la propia
dinámica familiar, escolar y social, del
contexto en el que ha ido desarrollándose la personalidad
desde sus inicios.
Entre los síntomas más frecuentes se
encuentran la timidez, el retraimiento, trastornos del
sueño, agresividad, intranquilidad, ansiedad,
hiperactividad, enuresis; estos, de cierta manera alivian el
malestar psicológico del niño y representan su
S.O.S., el indicador de que necesita ayuda, ya que carece de los
recursos psicológicos necesarios para resolver sus
conflictos de
manera ajustada.
Al abordar el estudio de los trastornos
psicológicos en la infancia debemos tener en cuenta que el
niño aún está en el proceso de
formación de su personalidad, por lo que consecuentemente
no debemos hablar de "patologías" o "enfermedades" estructuradas,
y por lo tanto, tampoco de cura.
Frecuentemente la línea que se para a un
niño sano y al que presenta trastornos psicológicos
o desviaciones en su desarrollo no está claramente
establecida, sino que resulta un espacio donde coexisten aspectos
indicadores de
alteración con aspectos que indican normalidad y en el que
radican las fuerzas que determinan la tendencia hacia una u
otra.
Debemos entonces, ver estos trastornos como desviaciones
del desarrollo normal, y su tratamiento e intervención
debe ser abordado en correspondencia con las peculiaridades de la
clínica infantil (la que requiere de métodos
particulares ajustados a la personalidad en formación del
niño) de manera sumamente flexible y creativa, y debe
dirigirse hacia la corrección de estas desviaciones,
buscando la adaptación del niño a su medio, la
relación armónica con sus semejantes, el equilibrio
en el desarrollo de su personalidad, el restablecimiento de su
espacio psicológico dentro del contexto
familiar, escolar y social y el respeto a su
individualidad.
Psicoterapia cognitiva en niños con trastornos
del comportamiento y las emociones.
El tratamiento de niños con trastornos
emocionales y / o comportamentales va dirigido en sentido
general, a lograr el equilibrio y bienestar psicológico
del niño, para ello debe dotársele de recursos
psicológicos que favorezcan su adecuación emocional
y adaptación a los contextos ambientales en los que se
desenvuelve; tratar de eliminar o al menos disminuir ansiedades,
culpas, estados de tensión interna que dificultan esta
adecuación.
Según el Dr. René Vega Vega (1986), las
aspiraciones de una psicoterapia pueden ser muy amplias y
sitúa como ejemplos las siguientes:
- Conocimiento de las causas medio ambientales capaces
de producir la sintomatología presentada por el
paciente. - Modificación de las causas medio ambientales
que se presume producen la sintomatología del
paciente. - Eliminación de estados de tensión
interna que dificultan la adecuación psicológica
del paciente. - Eliminación de sentimientos de
minusvalía u otro tipo de patología que hace
aparecer al paciente con algún grado de
timidez. - Facilitar relaciones interpersonales carentes de
hostilidad. - Ventilación de la problemática familiar
de manera de objetivar los factores que intervienen en la
producción de la sintomatología
presentada. - Modificar hábitos de conducta
inadecuados mediante actividades lúdicas
específicas. - Propender el acercamiento afectivo de alguna figura
educativa. - Facilitar la autovaloración como paso previo
al establecimiento de un sentimiento de seguridad y
disfrute personal.
¿Cómo logramos este bienestar
psicológico?, ¿Qué peculiaridades posee la
psicoterapia infantil?
Desde los primeros intentos, realizados a principios del
siglo XX, de abordar terapéuticamente a niños con
alteraciones psicológicas, y partiendo precisamente del
hecho de que quien requiere esta intervención es un
niño, se evidenció que la psicoterapia infantil,
como rama aplicada del conocimiento psicológico, lleva
implícitos aspectos esencialmente diferentes a la
psicoterapia de adultos, y se planteó la necesidad de
encontrar y desarrollar métodos terapéuticos que se
adapten al peculiar mundo psíquico del
niño.
El niño psíquicamente alterado no es, por
lo regular, no posee conciencia de
ello, este es conducido a la consulta por sus padres, no porque
tenga interés ni
demande ser atendido. Al no ser consciente de su
problemática, tampoco conoce los posibles beneficios de la
psicoterapia, por lo que su motivación
por esta es por lo general muy escasa o totalmente ausente. Esta
motivación, sin embargo, constituye un
factor muy importante para el éxito
del proceso terapéutico, por lo que es tarea del terapeuta
"enganchar" al pequeño con este.
La psicoterapia en general no debe enfocarse realizando
abstracción de la persona que es
tributaria de la misma del contexto de las reales relaciones
sociales en las que está inmersa, en el caso particular
del niño, y debido a que se encuentra aún en el
proceso de formación de su personalidad, los contextos
educativos y familiares son altamente determinantes de su
conducta, el medio social influye con mayor intensidad,
más directamente sobre su desarrollo, y puede sustraerse
menos voluntariamente a esta influencia, por lo que es
particularmente necesario visualizar en el proceso
psicoterapéutico, no solo al niño, sino al medio en
el que este se desenvuelve.
"La psicoterapia infantil, no puede explicarse como la
psicoterapia de un niño psicológicamente alterado,
sino que con mucha frecuencia es la expresión de un
contexto familiar, escolar y comunitario también alterado"
M. Roca, 1998.
En la psicoterapia de adultos, la comunicación
paciente-terapeuta se realiza, fundamentalmente a través
del canal verbal, en este sentido la psicoterapia infantil
resulta necesaria y esencialmente diferente, ya que el
niño no posee las facilidades de comunicación y
lenguaje que el adulto, y porque además las perspectivas
existenciales, el desarrollo del pensamiento,
la cosmovisión, las "lógicas" del niño y del
terapeuta son diferentes.
El especialista debe tratar de relacionarse con el
niño desde su lógica,
desde sus expectativas, para lo que se impone, la
búsqueda, perfeccionamiento y sistematización de
vías alternativas que nos permitan penetrar en el mundo
interno del niño, que potencien la eficacia de la
comunicación con este, que nos permitan comprender
claramente su problemática y que logren su
motivación con las actividades
psicoterapéuticas.
Son muy variadas las técnicas o recursos que se
han utilizado, y cada una de ellas posee sus
características propias y ventajas de utilización,
entre ellos se encuentran el dibujo, el
juego, el
títere, etc.
El títere es un valioso instrumento en
psicoterapia infantil, se adapta perfectamente a las necesidades
infantiles, siendo del agrado de la mayoría de los
niños, por lo que contribuye a la
motivación de estos con el proceso terapéutico;
este además facilita la expresión de vivencias,
emociones y pensamientos del niño al igual que la
concientización de ansiedades, culpas, tensiones,
conflictos y la búsqueda por parte de él, de
vías alternativas de solución a los problemas de
manera espontánea y natural, ya que la
representación es vivenciada por los niños como una
situación de juego. Posibilita la explotación a
favor de la psicoterapia de los recursos y potencialidades
psicológicas del niño, tanto emocionales como
intelectuales;
nos propicia el establecimiento de una relación
empática y la comunicación dentro de la misma, ya
que permite interactuar desde la lógica infantil y
respetar su personalidad. Por todo ello contribuye
considerablemente a los objetivos de cualquier psicoterapia,
más allá de la orientación teórica de
esta y de sus objetivos, los que de una manera u otra siempre son
contribuir a la salud mental y al equilibrio
psicológico del niño.
El títere como instrumento en psicoterapia puede
utilizarse en un contexto grupal, lo que supone una
potenciación de sus efectos terapéuticos, ya que
contaría además con todas las ventajas de la
psicoterapia de grupo, tales como la universalización, la
comprobación de la realidad, los efectos facilitadores del
grupo, y la seguridad de pertenencia a un grupo que enfrenta
problemas similares a los de él.
El grupo resulta de gran utilidad cuando
trabajamos con niños con trastornos del comportamiento y
las emociones, si coincidimos en aceptar que la afectación
fundamental que presentan estos se manifiesta en el área
de las relaciones interpersonales, así, en el grupo y
mediante las interacciones e intercambio que se propician, el
niño encuentra el espacio necesario para el ensayo y
perfeccionamiento de nuevos estilos de conducta, y para la
adquisición de habilidades sociales; permite
también el análisis y corrección de esquemas
de comportamiento inadecuados y una mejor adaptación a las
normas sociales; el grupo obliga a cada uno de sus integrantes al
reconocimiento y al respeto del otro y de sus acciones, los
conduce hacia la reflexión conciente o inconsciente sobre
sus conductas a través de la
comparación.
En el grupo infantil, el niño puede crear y vivir
relaciones de afectividad, confianza y seguridad, conocer a otros
niños, sentirse a gusto y no ser violentado en sus
expresiones, lo que le facilita el desarrollo de su
autoestima.
Estos son los elementos que conforman nuestro programa
psicoterapéutico de orientación
cognitivo-conductual, la cual parte de los presupuestos
teóricos de que este tipo de enfoque terapéutico en
niños, al igual que otras terapias cognitivas
conductuales, consiste en dotar al niño y sus allegados de
habilidades para el afrontamiento de diversas situaciones
problemáticas. Debemos tratar de desarrollar en ellos la
confianza-vs.-desconfianza, y obtener estabilidad emocional. Se
trata de lograr autonomía-vs.-vergüenza con las
tareas de que demanda la
socialización, desarrollar el sentido de la independencia
y la adaptación a las demandas de la cotidianidad, las
habilidades de aprendizaje, desarrollo de conceptos corporales,
la adecuada diferenciación sexual, valores
culturales y sentido del bien y del mal, conceptos de realidad
física y
social y desarrollo de habilidades relacionales con familia y
compañeros, el sentido de capacidad-vs.-inferioridad, el
dominio de las
tareas escolares, solución de problemas, relacionarse con
adultos, maestros y compañeros desconocidos, desarrollar
el sentido de la independencia dentro del grupo familiar y
desarrollar el autocontrol y tolerancia a la
frustración.
Problema: ¿Resulta efectivo un
programa de psicoterapia cognitiva grupal orientada al
mejoramiento de las relaciones interpersonales en niños
con trastornos de las emociones y del comportamiento?
Objetivo general:
- Evaluar la efectividad de un programa de psicoterapia
cognitiva grupal orientado hacia la estimulación del
equilibrio y coherencia del intercambio social del
niño.
Objetivos específicos:
- Diseñar un proyecto psicoterapéutico
cognitivo-conductual, dirigido a lograr el mejoramiento de las
relaciones interpersonales en los niños asistentes al
grupo. - Evaluar la evolución de las relaciones
interpersonales en el grupo terapéutico. - Evaluar la evolución de las relaciones
interpersonales de los niños en el marco
familiar.
Definiciones operacionales:
Relaciones interpersonales: son relaciones
sociales que se establecen entre los seres humanos cara a cara.
Se manifiestan como procesos dinámicos y
multideterminados. En esta investigación nos referimos a
las relaciones interpersonales que establecen los niños
tanto fuera como dentro del grupo, y estas se evaluarán
mediante varias categorías, las cuales han sido elaboradas
tomando en consideración estilos de comportamiento social
que se describen en la literatura poseen los
niños con trastornos de las emociones y / o del
comportamiento.
Trastornos emocionales y del comportamiento:
amplio grupo de trastornos en los que se aprecian alteraciones de
la esfera afectivo-motivacional y / o conductual, que
obstaculizan el equilibrio psicológico y la
adaptación social del individuo y dificultan tanto su
bienestar como el de los que le rodean; las alteraciones
conductuales se expresan más frecuentemente en
desorganización, pobre modulación, agresividad, y pueden llegar a
conductas disociales y las afectivo-motivacionales (que
constituyen más exageraciones de las tendencias normales
del desarrollo que fenómenos cualitativamente anormales en
sí mismos) en ansiedad, temores, obsesiones, fobias,
hipocondrías, timidez excesiva, estados de tensión
u otras.
Psicoterapia de grupo con títeres:
psicoterapia en la que se utiliza el títere como recurso
auxiliar en un contexto grupal, lo que optimiza las ventajas,
tanto del títere como del grupo; en ella se recrean
diferentes situaciones conflictivas de la cotidianidad de los
niños y se les ofrecen formas de enfrentamiento y estilos
de relación más socialmente ajustados para poder afrontar
sus problemas psicológicos; además en tanto
actividad grupal posibilita que los niños puedan expresar
libremente sus sentimientos, ensayar y perfeccionar nuevos
estilos de comportamiento, así como corregir y analizar
esquemas inadecuados de conducta.
Descripción de la
muestra.
La muestra inicialmente estaba conformada por once
niños entre 6 y 8 años de edad que acuden al COAP
(Centro de Orientación y Atención Psicológica), perteneciente
a la Facultad de Psicología de la
Universidad de La
Habana, conducidos por sus padres en busca de ayuda
psicológica; tres de ellos abandonaron la psicoterapia en
las primeras sesiones, quedando finalmente formada por 8 sujetos;
la siguiente tabla muestra la edad y sexo de cada
uno de estos.
Sujetos | Edad. | Sexo. |
# 1 | 8 años. | Masculino. |
# 2 | 7 años. | Femenino. |
# 3 | 8 años. | Masculino. |
# 4 | 6 años. | Femenino. |
# 5 | 8 años. | Femenino. |
# 6 | 7 años. | Femenino. |
# 7 | 8 años. | Femenino. |
# 8 | 7 años. | Masculino. |
Para la integración de la muestra se tomaron los
siguientes criterios:
- presencia de un trastorno de las emociones y / o del
comportamiento. - Edad: entre 6 y 8 años.
- Inteligencia normal: con el objetivo de lograr la
existencia en todos los miembros del grupo de un adecuado
desarrollo y estructuración del pensamiento de acorde a
su edad; lo que hace posible la comprensión de las
tareas terapéuticas y el aprendizaje de nuevos estilos
de relación y comportamiento. - Sin síntomas psicóticos ni cuadro
francamente neurótico: niños con estas
características podrían obstaculizar el proceso
psicoterapéutico; además estos necesitan una
atención más individualizada.
Técnicas y
procedimientos.
- Etapa inicial:
En esta se llevó a cabo la selección
de la muestra, la cual quedó conformada de la manera antes
referida; también se realizó la primera
aplicación del cuestionario a
padres (el cual se puede consultar en los anexos), cuyo objetivo
fue explorar las relaciones interpersonales de los niños
integrantes del grupo antes de la psicoterapia, en él se
evaluaron las categorías de las relaciones interpersonales
según los siguientes ítems:
- No interacción con los coetáneos
– Interacción con los coetáneos. (1, 8,
20) - No interacción con adultos –
Interacción con adultos. (7, 10, 17) - Dependencia – Independencia. (4, 9, 12, 24,
28) - Agresividad – Apacibilidad. (5, 15,
29) - Irritabilidad – Complacencia. (6, 16, 21,
26) - Negativismo – Cooperatividad. (2, 3, 18, 19,
27) - Violación de normas – Respeto de normas.
(11, 13, 22, 30) - Rechazo por el grupo – Aceptación por el
grupo. (14, 23, 25)
- Etapa Interventiva:
La investigación incluye un programa
psicoterapéutico de orientación
cognitivo-conductual orientado al mejoramiento de las relaciones
interpersonales, este se basó, al igual que otras terapias
cognitivo-conductuales, fundamentalmente en dotar al niño
de habilidades para el afrontamiento de diversas situaciones
problemáticas. En específico intentó
desarrollar el sentido de capacidad-vs-inferioridad, las
destrezas en la solución de problemas, en las relaciones
con adultos, maestros y compañeros desconocidos,
desarrollar el sentido de la independencia dentro del grupo, el
autocontrol y la tolerancia a la frustración.
Se utilizaron varias estrategias,
tales como la exposición, desensibilización en
vivo o imaginaria, refuerzo selectivo y diferencial y
fundamentalmente el modelado y el ensayo de
formas alternativas de conducta para manejar los problemas, para
ello, resultó de gran utilidad, el títere como
recurso psicoterapéutico en un contexto grupal.
Estructura de las sesiones:
La planificación de las sesiones no se
realizó antes del comienzo del programa
psicoterapéutico, sino que cada sesión se
diseñó en función de las inquietudes y
demandas que surgieran el proceso, así como de la
problemática psicológica de los niños
asistentes al grupo.
Esta constituyó un proyecto, no un esquema
rígido a seguir, por lo que se mantuvo abierta la
posibilidad de que ocurrieran variaciones en el transcurso de las
sesiones, en dependencia de los contenidos que emergieran en
ellas.
De manera general se constituyeron como
sigue:
- Recepción de los niños.
Actividad de juego que de alguna manera incluye los
nombres o elementos personales de los niños, de manera
que contribuya al progresivo conocimiento mutuo, a una mayor
interacción y un mayor sentimiento de grupo entre los
miembros de este. - Técnica de reconocimiento.
Contribuyen a la motivación de los
niños con las actividades terapéuticas, a la
eliminación de ansiedades, inhibiciones y tensiones y
en general al establecimiento en el grupo de un clima
psicológico favorable. - Técnicas
lúdico-pedagógicas.Las representaciones no tendrán un carácter expositivo, sino que
buscarán una estrecha interacción entre los
títeres y los niños. Este es el momento de la
sesión donde se implementan los recursos de la
psicoterapia conductual tales como la exposición
progresiva, desensibilización, el refuerzo, y el
modelado y el ensayo de estilos novedosos de comportamiento
en la solución de problemas y conflictos.Cada una de las sesiones posee objetivos
terapéuticos específicos.Sesión 1
Tema: presentación de personajes:
Objetivos: presentación y
familiarización de los niños con los personajes
que encarnan los títeres, dar a conocer los rasgos
característicos de cada uno, lograr la
identificación con el héroe de las historias
(Rubo), y la repulsa al antihéroe (Billo), el
contraste entre los comportamientos y actitudes de estos dos
personajes permitirá la diferenciación entre
los socialmente adecuados o no.Sesión 2.
Tema: la agresividad.
Objetivos: estimular el establecimiento de
relaciones sociales carentes de hostilidad y disminuir la
frustración e infelicidad que se produce como
consecuencia del rechazo que se crea en las personas que le
rodean, con vistas a lograr una más ajustada
interacción con el medio social.Sesión 3.
Tema: los Miedos.
Objetivos: lograra concienciación por parte
de los niños de lo absurdo de los miedos a los
peligros imaginarios, disminuir emociones negativas que
pueden desencadenar este tipo de miedos, y limitaciones en la
interacción social debido a la inseguridad, temor y
aislamiento que producen.Sesión 4.
Tema: las malas compañías.
Objetivos: facilitar la concienciación por
parte de los niños, de la influencia nociva que pueden
ejercer ciertos grupos e
individuos, que pueden estimular conductas desajustadas
socialmente, y que por tanto causan desadaptación
social y problemas en la estima de los
demás.Sesión 5.
Tema: rivalidad fraterna.
Objetivo: disminuir la desadaptación
emocional que se puede producir como consecuencia de este
conflicto
que tan frecuentemente se evidencia en la familia, ofrecer
alternativas más adecuadas de solución de
este.Sesión 6.
Tema: estilos inadecuados de
comunicación.Objetivo: estimular estilos más adecuados de
comunicación social, la capacidad de reflexión
y el cambio de actitudes de los niños en este
sentido.Sesión 7.
Tema: hipersensibilidad social.
Objetivo: estimular el establecimiento de nuevos
patrones de comportamiento social que permitan una mayor y
más saludable interacción con el medio, la
integración a grupos y actividades importantes a esa
edad, eliminar obstáculos en el proceso de
socialización y favorecer el desarrollo de la
autoestima, autoconfianza y seguridad en sí
mismos.Sesión 8.
Tema: hiperactividad. (en esta sesión
realizaremos solo media representación, dejando a los
niños que representen según soluciones
proporcionadas por ellos mismos, el final de la historia)Objetivo: estimular la capacidad de búsqueda
de alternativas de abordaje ante situaciones que generan
ansiedad e intranquilidad, disminuir dificultades en la
interacción social que la hiperactividad puede
provocar y aumentar la capacidad de reflexión ante
estas situaciones.Sesión 9.
Tema: enuresis.
Objetivo: estimular la corrección de estilos
de enfrentamiento incorrectos a conflictos interpersonales en
el seno familiar, y potenciar la adecuación de la
comunicación con las figuras paternas.Sesión 10.
Tema: se improvisarán pequeñas obras
acerca de las problemáticas principales de los
niños.Objetivo: estimular la capacidad de reflexión
y búsqueda de soluciones a conflictos
personales. - Representación de la obra.
Mediante juegos se propiciará que los
niños relaten con sus palabras lo sucedido en la
representación, su opinión acerca de los
comportamientos y actitudes de los personajes y de la obra en
general; se les esclarecerá cualquier asunto que les
resulte problemático de esta, lo que
contribuirá a que elaboren y concienticen tanto
cognitiva como afectivamente los contenidos de la
representación desde sus propias vivencias y
conocimientos. - discusión de la obre a través de
juegos de
discusión y diálogo: - Técnicas de cierre.
Permitirán disminuir y canalizar ansiedades y
tensiones que pueden haber surgido debido a la
representación y motivarlos para las próximas
sesiones.
- Etapa final o de evaluación de los resultados.
Se evaluará la evolución individual de los
niños en el área de las relaciones interpersonales,
para lo cual se utilizará la guía de observación (la cual se puede consultar en
los anexos), que se utilizará para cada sujeto
sesión por sesión en la cual se evaluarán
las siguientes categorías:
- No interacción con coetáneos _
Interacción con coetáneos:
Se refiere a la frecuencia de interacción con los
otros niños del grupo, los indicadores son:
- Interacciona con menos frecuencia que la
mayoría del grupo. - Interacciona con igual frecuencia que el resto del
grupo. - Interacciona con mayor frecuencia que el resto del
grupo.
Se calificará con un punto a la primera
opción, dos puntos a la segunda y tres puntos a la
tercera.
- No interacción con adultos –
Interacción con adultos:
Se refiere a la frecuencia de interacción de los
niños con las coordinadoras, los indicadores
son:
- Interacciona con menos frecuencia que la
mayoría del grupo. - Interacciona con igual frecuencia que el resto del
grupo. - Interacciona con mayor frecuencia que el resto del
grupo.
Se calificará con un punto a la primera
opción, dos puntos a la segunda y tres puntos a la
tercera.
- Dependencia – Independencia:
Se refiere a la capacidad o no de desenvolverse por
sí mismo en el medio social, los indicadores
son:
- Se subordina a los deseos, acciones y opiniones de
otros. - Necesidad excesiva de atención,
aprobación, supervisión o iniciativa de otros para
actuar en el grupo.
Se calificará con un punto si presenta los dos
indicadores, dos si presenta uno y tres si no presenta
ninguno.
- Agresividad – Apacibilidad.
Se refiere a la hostilidad o no con que se relaciona con
las personas que le rodean, los indicadores son:
- Grita, se burla, ofende o amenaza a otros miembros
del grupo o a las coordinadoras. (Agresividad
verbal). - Golpea o realiza acciones que puedan provocar
daño
físico a otros (Agresividad física)
Se calificará con 1 punto si presenta los dos
indicadores, dos si presenta uno y tres si no presenta
ninguno.
- Irritabilidad – Complacencia.
Se refiera a los estados emocionales que presenta, al
control sobre
ellos y a la duración de estos en el tiempo, los
indicadores son:
- Presencia de ira, enojo u otros estados emocionales
negativos. - Presencia de ira, enojo u otros estados emocionales
negativos y larga duración de estos en el
tiempo.
Se calificará con un punto si presenta la segunda
opción, dos a la primera y tres si no presenta
ninguno.
- Negativismo – Cooperatividad.
Se refiere a la capacidad de colaboración, a la
disposición a participar y ser parte del grupo, los
indicadores son:
- Negación a participar en las actividades,
manifestación de aburrimiento o
indiferencia. - Ausencia de conductas de cooperación y
ayuda.
Se calificará con un punto se presenta los dos
indicadores, dos si presenta uno y tres si no presenta
ninguno.
- Violación de normas – Respeto de
normas.
Se refiere a la capacidad de desenvolverse en un grupo
según las normas sociales, los indicadores son:
- Desconocimiento del contenido de las normas
sociales. - Violación de normas.
Se calificará con un punto si están
presentes dos indicadores, dos si está presente uno y tres
si no presenta ninguno.
- Rechazo por el grupo – Aceptación por el
grupo.
Se refiere al grado de preferencia y aceptación o
no de los demás integrantes del grupo, los indicadores
son:
- No son tomados sus criterios y deseos en el
grupo. - Existe indisposición al contacto e
interacción con él, manifestación de
manera verbal o extraverbal de afectos u opiniones negativos
con respecto a este.
Se calificará con un punto si están
presentes los dos indicadores, con dos si está presente
solo uno, y con tres si no está presente
ninguno.
Dos semanas después de la psicoterapia se
realizará una segunda aplicación del cuestionario a
padres con el objetivo de recibir una información adicional acerca de las
relaciones interpersonales y para conocer si han ocurrido cambios
en estas que se manifiesten fuera del marco grupal.
Se realizará también una entrevista
final a padres, semiestructurada, con el objetivo de conocer la
evolución de la problemática psicológica,
así como informarles la evolución de la
psicoterapia.
Análisis de las relaciones interpersonales
en el proceso terapéutico.
Como se observa en la gráfica la evolución
de las relaciones interpersonales en el grupo en general fue
positiva; logró potenciar en la mayoría de los
miembros del grupo la adquisición de habilidades que les
permitieran relacionarse más armónica y
coherentemente con el entorno social que les rodea, aumentar la
capacidad interacción y la calidad de la misma, ganar en
cuanto a capacidad de comprensión de la realidad social,
desenvolverse con mayor independencia, estimular la
colaboración, la solidaridad, la capacidad de trabajar en
conjunto, de combinar intereses individuales con los grupales, de
subordinar motivos, de aceptar y respetar las normas que rigen
una actividad grupal, de descentrarse de su problemática ,
tener en cuenta a otros, sus opiniones y sentimientos;
contribuyó además a que los niños tuvieran
estados emocionales más positivos y un mayor autocontrol
sobre estos y sobre su comportamiento; en el grupo los
niños en sentido general fueron capaces de crear
relaciones de afectividad, confianza, seguridad y
aceptación, ganaron en capacidad de reflexión y de
búsqueda de soluciones alternativas a sus
problemáticas y conflictos.
Evolución general por el
cuestionario.
Como se observa en el gráfico con la
aplicación inicial del cuestionario se puede constatar la
existencia en el grupo de dificultades en las relaciones
interpersonales antes de la psicoterapia relacionadas
fundamentalmente con las categorías
dependencia-independencia, agresividad –apacibilidad,
irritabilidad-complacencia, negativismo-cooperatividad, y
violación de normas-aceptación de normas;
también se aprecia que después del proceso
terapéutico y como consecuencia del mismo, se produjeron
mejorías notables en todas las categorías, es
decir, el proceso potenció cambios favorables capaces de
manifestarse fuera de los marcos grupales, de generalizarse a la
vida cotidiana de los niños, al medio social en el que
estos habrán de desenvolverse.
Como resultado de la entrevista
a padres se pudo constatar que el 75% de ellos notó una
mejoría en la problemática psicológica por
la que el niño acudió a consulta, el 12,5%
opinó que hubo un empeoramiento de esta
problemática, y el 12,5% que se mantuvo
estacionaria.
1- Como resultado de un programa de psicoterapia
cognitiva grupal, se efectuó un mejoramiento de las
relaciones interpersonales en niños con trastornos de las
emociones y del comportamiento.
2- Los cambios potenciados por el proceso
terapéutico en las relaciones interpersonales en sentido
general se generalizaron fuera del marco grupal.
1- Continuar investigando acerca de la importancia de
las relaciones interpersonales en la adecuación emocional
y comportamental en niños con este tipo de
trastornos.
2- Incluir en experiencias terapéuticas de este
tipo, otro tipo de recursos como el dibujo, el modelado, el
juego.
3- Incluir en investigaciones
posteriores la comprobación de la influencia que puede
tener el cambio de posturas educativas inadecuadas de los padres
en las relaciones interpersonales y en la problemática
psicológica de los niños asistentes a la
psicoterapia.
- Bierman, G.: Tratado de Psicoterapia infantil.
Editorial Expaxs, Barcelona, 1973. - Bozhovich, L.I.: La personalidad y su
formación en la edad infantil. Editorial Pueblo y
Educación, La Habana, 1976. - Caplan, G.: Emocional problems in early childhood.
Basics Books, INC New York, USA, 1955. - Castanedo C y Bueno J. A.: Conducta interpersonal y
prototipos de personalidad en alumnos de E.G.B. Universidad
Complutense de Madrid.
Tomado de Revista de
Psicología General y Aplicada, Vol 45. Editorial
Pirámide, S.A, Madrid, Julio 1992. - Clauss G y H Hiebdsh: Psicología del
niño escolar. Editorial Grijalbo, S.A México, 1996. - Deval J: El desarrollo
humano. Siglo XXI de España
Editores, S.A, Madrid, 1994. - Foros Santacana M.: Evaluación
psicológica infantil. Editorial Barcanova S.A,
1973. - García Morey A.: Psicoterapia Infantil. La
especialidad de las contradicciones. Mesa redonda
de psicoterapia. Facultad de Psicología, U.H,
1997. - García Perez, A. Psicoterapia cognitiva en
niños. Consideraciones teóricas. Facultad de
Psicología de la Universidad de La Habana. Tomado de la
Revista Cubana de Psicología. Vol. 14 No. 1,
1997. - Gesel A. y Ames L.B.: El niño de cinco a diez
años. Editorial Revolucionaria, 1992. - Heuyer G.: Introducción a la psiquiatría
infantil. Editorial Luis Miracle S.A., Barcelona
1998. - Kaplan H. Freeman A.: Tratado de psiquiatría.
Tomo 4. Edición Revolucionaria, 1982. - Kolominsky Ya. L.: La psicología de la
relación recíproca en los pequeños
grupos. - Laing R.: Percepción interpersonal. Amorrortu
Editores, Buenos Aires,
1969. - Long J.L.: La infancia inadaptada. Editorial Luis
Miracle, S.A., Barcelona, 1969. - Mendeguchía Quijada F.J.: Psiquiatría
infanto juvenil. Editorial del Castillo, S.A.,
1980. - Muller D.: Psicoterapia. Editorial Nuestro Tiempo,
1967. - Piaget J.: El criterio moral en el
niño. Editorial Fontanella S.A., Barcelona,
1974. - Roca Perara M.A.: Elementos básicos de
Psicoterapia infantil. Editorial Academia, La Habana,
1998. - Sainz manzanares, M.C: Entrenamiento
de niños socialmente desfavorecidos en habilidades para
resolver problemas
sociales. Tomado de la Revista de Psicología General
y Aplicada, Abril, 1996.Editorial Promolibro, Valencia, Enero,
1997 Vol. 50. - Silva F., Martínez R. y Ortet G.: La
evaluación de la orientación interpersonal.
Revisión de una línea investigativa. Tomado de
Revista de Psicología General y Aplicada. Editorial
Promolibro, Valencia, Enero, 1997 Vol. 50. - Woltman A.: The use of puppetry as a projective
method in therapy. Tomado de Anderson and Anderson: An
introduction to projective techniques. Ed. Prontice-Hall, INC,
Englewool, N.J,1951.
Anexo 1.
Cuestionario a padres.
Estimado padre:
El niño(a) ________________________ está
siendo atendido(a) en el COAP y resulta necesario para su
tratamiento que usted responda el siguiente cuestionario con la
mayor veracidad posible. Las preguntas se responderán
clasificándolas en una de las cinco respuestas ofrecidas:
nunca, poco, regularmente, bastante, muchísimo.
Items | Nunca. | Poco. | Regular- mente. | Bastante | Muchí-simo |
1- Se aísla frente a otros | |||||
2- No coopera con las actividades en las que | |||||
3- Se niega a hacer cualquier cosa que se le | |||||
4- Se muestra muy pendiente de ser | |||||
5- Grita y ofende a los otros. | |||||
6- Se enoja con frecuencia. | |||||
7- Se aísla frente a los | |||||
8- Prefiere jugar solo. | |||||
9- No soporta separarse de sus | |||||
10- No se relaciona con adultos poco | |||||
11- Se comporta inadecuadamente. | |||||
12- No hace nada por sí solo, necesita | |||||
13- No respeta las normas de disciplina. | |||||
14- Sus compañeros no aceptan sus | |||||
15- Pelea a golpes con sus | |||||
16- Se encoleriza e irrita | |||||
17- Rechaza la compañía de | |||||
18- Manifiesta aburrimiento e indiferencia ante | |||||
19- Tiende a hacer lo contrario de lo que se le | |||||
20- No le gusta jugar en grupo. | |||||
21- No es capaz de dominar la ira. | |||||
22- No sabe distinguir entre comportamientos | |||||
23- Los otros niños lo | |||||
24- Depende de la iniciativa de otras personas | |||||
25- Los otros niños lo | |||||
26- No tiene buen control de sí | |||||
27- No acostumbra a ayudar a otros. | |||||
28- No tiene confianza en sí | |||||
29- Es cruel con las personas. | |||||
30- Es incapaz de posponer la |
Anexo 2.
Guía de observación.
Categorías | 1 | 2 | 3 |
No interacción con coetáneos | |||
No interacción con adultos – | |||
Dependencia-Independencia. | |||
Agresividad- Apacibilidad. | |||
Irritabilidad-Complacencia. | |||
Negativismo- Cooperatividad. | |||
Mal manejo de normas – Manejo adecuado de | |||
Rechazo por el grupo – Aceptación |
Alina Alea García
Estudios realizados:
Licenciatura en psicología.
Máster en Desarrollo Social.
Ubicación laboral:
Profesora de la Universidad de Pinar del Río,
Cuba.
Fecha de realización del artículo: Marzo,
2005.
CATEGORÍA: Psicología
Clínica.