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Formación de competencias laborales: Hacia una Pedagogía Profesional




Enviado por alexortiz2004



    1. Caracterización del
      aprendizaje profesionalizador en el enfoque de las
      competencias laborales
    2. Decálogo del aprendizaje
      profesionalizador
    3. Concepción
      metodológica del proceso de enseñanza –
      aprendizaje profesionalizador
    4. Competencias laborales y
      pedagogía profesional
    5. Principios
      básicos

    La educación técnica y la formación
    de competencias laborales se ha priorizado en el sistema
    educativo en los últimos cinco años, lo que ha
    determinado la creación de un número considerable
    de énfasis comerciales, industriales y empresariales en
    las instituciones educativas.

    Los directivos de estos centros y sus docentes tienen
    que estar preparados teórica, práctica y
    metodológicamente, ellos necesitan y esperan experiencias
    pedagógicas de avanzada, soluciones derivadas de
    diagnósticos y experimentos que pueden servir de base para
    aplicaciones masivas en la práctica escolar.

    De la misma manera, aun con las limitaciones existentes
    en materiales y otros recursos, la formación de las
    competencias laborales debe encaminarse al logro del rigor y la
    efectividad necesarios para la adecuada preparación de los
    estudiantes.

    El trabajo metodológico debe proyectarse
    atendiendo a estas características y su desarrollo debe
    estar encaminado a lograr una elevación sustancial de la
    calidad de la enseñanza en los diferentes tipos de
    instituciones educativas, a mejorar la preparación de los
    docentes y directivos, a perfeccionar la integración entre
    la teoría y la práctica, entre la docencia, la
    producción y la investigación, a lograr que las
    instituciones educativas constituyan una unidad político –
    pedagógica en la que todos participen y obtener, en
    consecuencia, egresados con una mejor preparación para el
    trabajo.

    Tales objetivos han de lograrse mediante un trabajo
    metodológico coherente, concebido y proyectado en
    función de las particularidades de la formación por
    competencias laborales.

    La Pedagogía General ha aportado muchísimo
    a la formación de técnicos, sin embargo,
    ésta no brinda aun respuesta suficiente a los problemas de
    la formación por competencias laborales. Ella no ha
    elaborado aun las bases teóricas para esta
    metodología de enseñanza.

    Es necesario investigar las regularidades del proceso de
    formación de las competencias laborales, descubrir la
    dinámica del mismo con las condiciones actuales y futuras
    y estudiar las formas y mecanismos apropiados para la
    implantación y utilización de esas
    regularidades.

    La educación técnica y tecnológica
    reclama la elaboración de una teoría con
    determinado nivel de generalización, lo cual
    posibilitaría su aplicación con diversas
    condiciones y en muchos tipos de énfasis (comerciales,
    industriales, empresariales).

    La formación de las competencias laborales
    necesita una concepción científica propia acerca
    del modo de formar y superar a los futuros trabajadores, que
    esté acorde con lo más avanzado de la ciencia
    pedagógica en el mundo, con nuestras mejores tradiciones
    culturales e históricas, y con las posibilidades de
    exigencias actuales de nuestra sociedad.

    Es necesario elaborar un marco teórico conceptual
    que sirva como punto de partida para el perfeccionamiento de la
    teoría pedagógica acerca de la formación de
    las competencias laborales y como base para las transformaciones
    que necesita el proceso pedagógico en la actualidad. De
    ahí que se pretenda ofrecer a la práctica
    pedagógica profesional sugerencias argumentadas
    teórica y metodológicamente para el
    perfeccionamiento del proceso de formación de las
    competencias laborales.

    La Pedagogía Profesional como ciencia
    pedagógica que estudia el proceso de formación de
    las competencias laborales es el resultado cognoscitivo de la
    actividad teórica específica que va dirigida al
    reflejo científico de la práctica pedagógica
    profesional que se ha convertido en objeto del
    conocimiento.

    Las experiencias de los más destacados
    profesores, directivos y supervisores de la formación
    técnica y profesional deben analizarse, sistematizarse,
    generalizarse sistemáticamente y difundirse, ya que
    contienen elementos de lo nuevo, de lo original y
    progresivo.

    Para la conformación de este libro, primeramente
    se estudiaron los momentos más significativos en el
    desarrollo histórico de las concepciones teóricas
    acerca de la Pedagogía, su carácter
    científico, su objeto de estudio, sus categorías,
    principios y regularidades.

    Este estudio no pretende detallar la historia de la
    Pedagogía, sólo intenta, desde las perspectivas de
    los problemas de la formación de competencias laborales,
    buscar algunas concepciones teóricas que sirvan de
    guía para asumir de una manera más consciente y
    responsable las necesarias transformaciones que exigen la
    escuela, la empresa, la enseñanza, el profesor y el
    instructor de hoy.

    Aunque son muy embrionarios los criterios aquí
    expuestos, criticables y rechazables en algunos casos,
    constituyen una sólida base para continuar reflexionando y
    encontrando posibles soluciones a las complejas situaciones que
    enfrenta la formación de competencias laborales en la
    actualidad.

    La observación científica y las
    anotaciones hechas sobre la propia práctica
    pedagógica profesional abren un espacio para la
    reflexión y el debate.

    CARACTERIZACIÓN DEL APRENDIZAJE
    PROFESIONALIZADOR

    EN EL ENFOQUE DE LAS COMPETENCIAS
    LABORALES

    En la actualidad existe una diversidad de enfoques
    acerca del aprendizaje, en este sentido se habla del aprendizaje
    activo, también se alude al aprendizaje productivo, se
    promueve un aprendizaje significativo y vivencial, se promociona
    un aprendizaje problémico y creativo, se insiste en la
    necesidad de que el aprendizaje sea formativo, y ha proliferado
    últimamente el término "aprendizaje
    desarrollador".

    Ahora bien, el currículum escolar orientado a la
    formación de competencias laborales requiere de un tipo de
    aprendizaje diferente a los anteriores, este tipo
    específico de currículo precisa de un aprendizaje
    profesionalizador.

    ¿Por qué es necesario un aprendizaje
    profesionalizador?

    ¿En qué se distingue este tipo de
    aprendizaje de otros enfoques del aprendizaje descritos por
    diversos autores, como son: aprendizaje activo, aprendizaje
    productivo, aprendizaje creativo, aprendizaje significativo,
    aprendizaje formativo y aprendizaje desarrollador?.

    Todas las definiciones de aprendizaje descritas en la
    literatura, independientemente de la teoría
    psicológica y de la base filosófica que las
    sustentan, tienen un aspecto en común: conciben el
    aprendizaje como cambio y transformación que ocurre en
    quien aprende. Sin embargo, la diferencia entre los
    investigadores se enmarca en las vías metodológicas
    y mecanismos mediante los cuales se produce este cambio, las
    condiciones psicopedagógicas en que transcurre, el rol
    protagógico de quien aprende y de quien enseña, los
    resultados de esa transformación y las peculiaridades que
    adquiere este proceso de aprendizaje.

    Es necesario también analizar el aprendizaje con
    un enfoque profesionalizador, plantear sus características
    fundamentales y esbozar la concepción metodológica
    del proceso de enseñanza – aprendizaje profesionalizador,
    que se basa en las principales relaciones que se dan en el
    proceso pedagógico profesional, las que se expresan,
    manifiestan y materializan en las siguientes
    tríadas:

    • Profesor – trabajador en formación
      (estudiante) – instructor (trabajador de la
      empresa).
    • Escuela técnica o tecnológica – empresa
      familia y comunidad.
    • Docencia – producción –
      investigación.
    • Selección – formación –
      capacitación profesional.

    El enfoque del aprendizaje profesionalizador parte de la
    concepción materialista dialéctica del mundo, del
    hombre y de su desarrollo, de la teoría histórico –
    cultural como fundamento psicológico de la relación
    entre educación y desarrollo, como base del aprendizaje,
    como comprensión del proceso de aprendizaje y desarrollo
    humano y como soporte didáctico para su
    investigación y aplicación en la práctica
    escolar.

    En este sentido se define el aprendizaje
    profesionalizador como un proceso cognitivo – afectivo del ser
    humano o de un colectivo, mediante el cual se produce la
    apropiación y sistematización de la experiencia
    profesional y de la cultura tecnológica, propiciando que
    el trabajador en formación, es decir, el estudiante,
    transforme la realidad productiva de las empresas, mediante su
    accionar en el proceso pedagógico profesional,
    desarrollando sus competencias laborales, inmerso en los procesos
    de actividad y comunicación, facilitando el cambio en
    función del beneficio, el desarrollo humano y el progreso
    social.

    ¿Cuál es el resultado del aprendizaje
    profesionalizador?

    ¿Qué se aprende en este tipo
    específico de aprendizaje?

    ¿Cuál es el contenido de este
    aprendizaje?

    El resultado del aprendizaje profesionalizador es la
    apropiación y sistematización de la experiencia
    profesional significativa para el trabajador en formación,
    así como la cultura tecnológica acumulada en los
    procesos profesionales de las entidades productivas en donde se
    desempeña profesionalmente.

    En el aprendizaje profesionalizador el contenido del
    aprendizaje coincide con los resultados directos del mismo, o
    sea, el trabajador en formación aprende las competencias
    laborales y profesionales necesarias para desempeñarse con
    éxito en la actividad laboral, pero lo hace inmerso en ese
    contexto laboral significativo para él, asimilando,
    apropiándose y sistematizando la cultura organizacional de
    las empresas y las experiencias laborales acumuladas en
    éstas, pero no cualquier experiencia, sino solo aquella
    que resulta significativa para él, en dependencia de sus
    necesidades, motivaciones e intereses.

    El aprendizaje profesionalizador posibilita al
    trabajador en formación la sistematización creadora
    de la cultura tecnológica y desarrolla sus competencias
    profesionales en íntima relación con los procesos
    de actividad y comunicación.

    Estas competencias profesionales se van formando en el
    propio proceso pedagógico profesional, es decir, en el
    propio proceso de aprender la profesión o el
    énfasis de la institución educativa, que en el
    aprendizaje profesionalizador, como su nombre lo indica, es un
    proceso profesionalizado, un proceso de cambio que ocurre en el
    estudiante (trabajador en formación), durante el
    desarrollo del énfasis o de la profesión,
    según el nivel de educación que se
    trate.

    El aprendizaje profesionalizador es un proceso por
    cuanto en él, el trabajador en formación se
    transforma y transita de un momento inicial a otro final
    cualitativamente superior, cumpliendo distintas etapas de
    formación y desarrollo de sus conocimientos, habilidades y
    valores: las competencias profesionales.

    Este es un elemento importante que diferencia el
    aprendizaje profesionalizador de cualquier otro enfoque del
    aprendizaje, de los mencionados anteriormente.

    No basta con que el trabajador en formación
    cambie y se transforme, es necesario que ese cambio implique un
    nuevo nivel de desarrollo de sus competencias profesionales que
    le permita una interacción más efectiva con la
    realidad productiva de las empresas y un desempeño
    profesional competente y con éxito, o sea, el aprendizaje
    profesionalizador favorece la formación de un trabajador
    altamente calificado, competente y competitivo, es decir, que
    tenga un alto desarrollo de sus competencias profesionales y de
    su capacidad de satisfacer demandas económico –
    productivas y ofrecer, por tanto, su aporte eficiente a la
    empresa y a la sociedad.

    DECÁLOGO DEL
    APRENDIZAJE PROFESIONALIZADOR:

    • Significativo.
    • Formativo.
    • Transformador.
    • Activo.
    • Creativo.
    • Desarrollador.
    • Implicativo.
    • Anticipativo.
    • Problémico.
    • Vivencial.

    Significativo

    El aprendizaje profesionalizador es significativo porque
    lo que va a aprender el trabajador en formación adquiere
    para él un significado y un sentido personal, en
    función de su profesión, por lo que se convierte en
    algo importante y necesario para lograr sus metas y
    propósitos laborales, o sea, el contenido del aprendizaje
    se hace imprescindible para avanzar en su preparación
    técnica, tecnológica y profesional.

    Formativo

    Lo formativo en este sentido se refiere a que el
    trabajador en formación se apropia de los valores
    principales acumulados por la sociedad, en interacción con
    el grupo escolar de su institución educativa y con el
    colectivo laboral de la empresa donde se desempeña
    profesionalmente, se transforma a sí mismo, adquiere
    responsabilidad en este proceso de aprendizaje en función
    de su crecimiento profesional y personal.

    Transformador

    En el aprendizaje profesionalizador, lo transformador se
    entiende como aquello que permite al trabajador en
    formación actuar sobre la realidad productiva de las
    empresas y transformarla, modificarla, para apropiarse así
    de la cultura tecnológica inmersa en ella y sistematizar
    sus conocimientos y habilidades profesionales. En este sentido,
    el futuro trabajador es competente para solucionar problemas
    profesionales, identificar conceptos técnicos, y descubrir
    el conocimiento profesional de una manera amena, interesante y
    motivadora.

    Activo

    El aprendizaje profesionalizador es activo en el sentido
    de que una exigencia básica para la estructuración
    del proceso de enseñanza – aprendizaje profesionalizador
    es precisamente la búsqueda activa del conocimiento
    profesional por parte del trabajador en formación,
    teniendo en cuenta las acciones didácticas a realizar por
    éste para que tenga verdaderamente una posición
    activa y protagónica en las diferentes etapas del
    aprendizaje: desde la orientación, durante la
    ejecución y en el control de la actividad de
    aprendizaje.

    Creativo

    El aprendizaje profesionalizador es creativo porque el
    trabajador en formación se apropia de los conocimientos,
    habilidades profesionales y normas de comportamiento que le
    permiten la aplicación creativa a nuevas situaciones
    profesionales o de aprendizaje.

    El aprendizaje creativo exige que el trabajador en
    formación sea capaz de aplicar los conocimientos
    profesionales en situaciones de aprendizaje nuevas para
    él, es decir, solucionar problemas profesionales cuya
    situación le es desconocida y, por consiguiente, debe
    concebir el modo de su solución y construir los
    procedimientos necesarios para lograrlo, de una manera original,
    autónoma y aplicando un pensamiento divergente.

    Desarrollador

    El carácter desarrollador del aprendizaje
    profesionalizador está dado en que se promueve el
    desarrollo integral de la personalidad del trabajador en
    formación, no solo se apropia de conocimientos y de
    habilidades profesionales, sino que se forman en él
    sentimientos, motivaciones, valores, convicciones e ideales,
    garantizando la unidad y equilibrio entre lo cognitivo, lo
    afectivo – motivacional y lo valorativo en el desarrollo y el
    crecimiento profesional y personal del futuro
    trabajador.

    Además de lo anterior, se desarrolla la capacidad
    de aprender a aprender, a ser autodidacta, y en vez de
    transmitirle conocimientos, el trabajador en formación se
    apropia de estrategias de aprendizaje continuo y perpetuo, para
    que aprenda a lo largo de toda su vida laboral, a partir del
    dominio de motivaciones para aprender a aprender y de la
    necesidad de una autoeducación permanente.

    Implicativo

    En el aprendizaje profesionalizador el trabajador en
    formación se siente implicado no solo en relación
    con los contenidos técnicos que va a aprender, con la
    experiencia profesional que va a adquirir y con la cultura
    tecnológica, sino también en relación con
    los procesos de actividad y comunicación y con los
    procesos profesionalizados del aprendizaje: el proceso
    pedagógico profesional.

    Anticipativo

    El aprendizaje profesionalizador es anticipativo en
    tanto se adelanta a los cambios dinámicos que se
    producen en el mundo productivo y en este sentido el trabajador
    en formación adquiere en el proceso pedagógico
    profesional las herramientas laborales y procedimientos
    profesionales que configuran las principales competencias de su
    profesión, lo cual le permite adaptarse con una mayor
    rapidez a las modificaciones del mundo laboral y a las exigencias
    tecnológicas de la época, y no solo adaptarse de
    una manera pasiva sino que se convierte en un participante activo
    dinamizador de los procesos profesionales en el ámbito
    empresarial y productivo.

    Problémico

    El aprendizaje profesionalizador es problémico
    porque las competencias laborales se adquieren en el proceso de
    solución de problemas profesionales, que constituyen la
    base para configurar los conocimientos técnicos, las
    habilidades profesionales y los valores de la profesión,
    por lo que en este sentido el proceso laboral se entiende como un
    proceso de solución de contradicciones inmersas en el
    ámbito empresarial.

    Vivencial

    Lo vivencial en el aprendizaje profesionalizador se
    materializa cuando el aula de clases constituye la vida misma del
    sujeto y no cuatro paredes cerradas, cuando se emplean
    estrategias metodológicas mediante las cuales se enfrenta
    al estudiante a problemas de su vida cotidiana, problemas
    vinculados con el énfasis de la institución
    educativa o con la profesión, y en este sentido la empresa
    se convierte en un gran salón de clases.

    CONCEPCIÓN METODOLÓGICA DEL PROCESO
    DE ENSEÑANZA – APRENDIZAJE
    PROFESIONALIZADOR:

    Esta concepción metodológica se basa en
    las principales relaciones que se dan en el proceso
    pedagógico profesional, que se expresan, manifiestan y
    materializan en las siguientes tríadas:

    • Profesor – trabajador en formación –
      instructor.
    • Escuela técnica – empresa – familia y
      comunidad.
    • Docencia – producción –
      investigación.
    • Selección – formación –
      capacitación profesional.

    Profesor – trabajador en formación –
    instructor:

    En el proceso pedagógico profesional se evidencia
    una relación importante: profesor – trabajador en
    formación – instructor.

    En este sentido es importante tomar como punto de
    referencia algunas premisas:

    El aprendizaje profesionalizador es un proceso de
    carácter sistemático, intencional y flexible, que
    propicia la obtención de determinados resultados
    (conocimientos, habilidades intelectuales y psicomotoras, normas
    de conducta y valores).

    El profesor o instructor debe planear, organizar y
    dirigir el proceso pedagógico profesional, teniendo en
    cuenta estimular y suscitar actividades propias de los
    trabajadores en formación para el aprendizaje
    profesionalizador.

    El trabajador en formación debe estudiar con el
    fin de obtener los resultados propuestos. El estudio es
    más efectivo cuando el trabajador en formación
    interpreta los objetivos del aprendizaje profesionalizador como
    objetivos personales, propios, cuando los subjetiviza, los hace
    suyos y se implica en su propio proceso de aprendizaje
    profesionalizador.

    En este sentido, se puede determinar como objeto de la
    Pedagogía Profesional el sistema de objetivos, contenidos,
    métodos, procedimientos y técnicas de
    enseñanza y la sistemática evaluación del
    aprendizaje profesionalizador así como las formas de
    organización, planeamiento y valoración del proceso
    de trabajo docente profesional.

    De esta forma el aprendizaje profesionalizador es
    efectivo si transita por un proceso de trabajo que ejecutan el
    profesor, el instructor y los trabajadores en formación de
    manera integrada, actuando acorde a un objetivo común. En
    síntesis, se puede afirmar que los componentes
    fundamentales del proceso de aprendizaje profesionalizador forman
    la base de los estudios de la Pedagogía Profesional a
    partir del contenido de la propia pedagogía.

    Escuela técnica – empresa – familia y
    comunidad:

    El desarrollo de un aprendizaje profesionalizador no es
    posible al margen de la unidad escuela técnica – empresa –
    familia y comunidad, por ello, la empresa no puede ser
    sólo un centro de producción, sino
    simultáneamente una importante institución
    educativa encargada sobre todo de la superación
    profesional del trabajador y de la preparación del
    trabajador en formación, o sea, del estudiante; al igual
    que la familia y la comunidad, que deben convertirse en
    verdaderos agentes educativos, socializadores de la cultura
    acumulada por la humanidad.

    Asimismo, la escuela técnica no puede ser
    sólo un centro educacional sino a la vez una entidad
    productiva, con la misión de preparar un trabajador
    competente, competitivo y altamente calificado.

    En la vinculación escuela técnica –
    empresa – familia y comunidad, se presentan algunas
    deficiencias:

    • El vínculo casi nulo de la actividad docente
      con la actividad práctica empresarial.
    • La actividad laboral casi nunca se organiza como
      parte intrínseca del proceso pedagógico de la
      escuela técnica, para que forme una unidad en el proceso
      pedagógico profesional.
    • Algunos profesores y padres de familia no se sienten
      comprometidos con la situación económica,
      productiva y financiera de las empresas del
      territorio.
    • Los instructores, en muchos casos rechazan a los
      estudiantes y no se sienten responsabilizados con la
      educación y el aprendizaje profesionalizador de los
      mismos.
    • Los profesores no conocen las diversas actividades
      laborales que pueden desempeñar los estudiantes en la
      empresa una vez graduados, lo cual limita la preparación
      de éstos en la escuela técnica.
    • La familia y la comunidad no se sienten responsables
      del aprendizaje profesionalizador de los trabajadores en
      formación.

    Los aportes teóricos realizados en este libro
    deben contribuir a dar respuesta a la solución de estos
    problemas.

    Docencia – producción –
    investigación:

    El perfeccionamiento de los métodos
    pedagógicos contribuye al logro de un aprendizaje
    profesionalizador en los estudiantes, pero esto no resulta
    suficiente, sino que es necesario emplear los métodos de
    aprendizaje en forma de sistema, con una concepción
    didáctica profesionalizadora.

    Los métodos profesionalizados de aprendizaje
    deben emplearse tanto en la escuela técnica como en la
    empresa, tanto en actividades docentes como extradocentes,
    extraescolares, productivas y de investigación,
    sólo así contribuirán al aprendizaje
    profesionalizador de los estudiantes.

    En el proceso de aprendizaje profesionalizador lo
    académico, lo laboral y lo investigativo no tienen
    existencia independiente. Deben organizarse de forma tal que las
    actividades docentes e investigativas que desarrolla el
    trabajador en formación estén coordinadas de manera
    sistémica y en función de las actividades laborales
    que deben ejercer en condiciones directas o simuladas.

    Cada componente debe existir en relación con el
    otro y debe estar presente en los demás. Los tres deben
    constituir un sistema. Las situaciones de aprendizaje planteadas
    en las actividades docentes deben preparar a los futuros
    trabajadores para la realización de la actividad laboral y
    garantizar la discusión y el control de los resultados de
    las actividades laborales, las cuales deben constituir
    pequeñas investigaciones que se lleven a cabo con todo
    rigor científico y que permitan comprobar hipótesis
    previamente trazadas.

    En el proceso de enseñanza – aprendizaje
    profesionalizador es necesario lograr la vinculación de la
    teoría con la práctica y la aplicación de lo
    que el trabajador en formación estudia a la vida sobre la
    base de la realización de actividades prácticas que
    contribuyan a solucionar problemas cercanos a él y a la
    comunidad en que vive, a partir del propio contenido de
    aprendizaje: la cultura tecnológica.

    Debe manifestarse la vinculación del estudio con
    la actividad laboral en función de la formación de
    hábitos, una disciplina y amor por el trabajo, de modo tal
    que el futuro trabajador pueda llegar a sentirlo como una
    necesidad individual y social que permite su desarrollo
    pleno.

    El trabajador en formación se desarrolla desde el
    punto de vista profesional y personal en la medida en que
    asimila, se apropia y sistematiza una serie de conocimientos
    socioculturales y profesionales, y cuando participa en
    actividades prácticas con otras personas (profesor,
    instructor, otros trabajadores, familia, comunidad) que saben
    más que él acerca de esos conocimientos
    profesionales.

    Selección – formación –
    capacitación profesional:

    La escuela técnica o tecnológica tiene la
    alta responsabilidad de seleccionar al futuro trabajador en los
    niveles educativos precedentes, motivarlo, comprometerlo, darle
    una preparación básica para el aprendizaje
    profesionalizador, luego tiene que formarlo en el proceso
    pedagógico profesional, ofrecerle una preparación
    profesionalizada e integral que le permita integrarse de manera
    activa, creadora y transformadora a la actividad empresarial, a
    la comunidad y a la sociedad, y por último, debe continuar
    su proceso de educación, mediante el desarrollo de
    procesos de capacitación profesional que le permitan
    mantenerse actualizado en los cambios que se produzcan en la
    ciencia, en la técnica y en las tecnología
    más modernas.

    COMPETENCIAS LABORALES Y PEDAGOGÍA
    PROFESIONAL:

    OBJETO DE ESTUDIO

    Según Roberto Abreu Regueiro (1994) en las
    empresas se desarrolla un proceso educativo que es dirigido por
    un trabajador o instructor designado a esos efectos, sin embargo,
    no todos los trabajadores influyen de igual manera sobre los
    estudiantes incorporados a las prácticas laborales en las
    empresas, ya que hay conductas que desvían al estudiante
    de su objetivo esencial y de su normal comportamiento.

    La estructuración del proceso de educación
    en la entidad productiva es similar a la educación en las
    actividades prácticas que desarrolla el estudiante en la
    escuela, con la diferencia de que en la fase de
    preparación se le deben informar a los estudiantes las
    características del colectivo laboral, sus tradiciones, el
    clima sociopsicológico existente, su conducta moral, entre
    otros aspectos que se consideren importantes en dependencia de la
    situación concreta de dicha empresa. Desde hace ya
    algún tiempo se viene hablando de la necesidad una
    Pedagogía para la formación de competencias
    laborales que permita la preparación de un trabajador
    acorde a las exigencias de la sociedad.

    A este tipo específico de Pedagogía un
    grupo de investigadores del Instituto Superior Pedagógico
    para la Educación Técnica y Profesional (ISPETP),
    la ha denominado Pedagogía Profesional,
    considerándola como "la ciencia pedagógica que
    estudia la esencia y tendencia de desarrollo del Proceso
    Pedagógico Profesional [nosotros agregaríamos
    también las regularidades y perspectivas del mismo];
    así como la teoría y metodología para su
    dirección".
    (Abreu,1996)

    El profesor trabaja en función de formar la
    personalidad de un futuro trabajador, por tanto, no puede dejar
    de tener presente las influencias del instructor de la empresa,
    quien se convierte en un docente también para el
    estudiante, por lo que resulta de obligatorio cumplimiento la
    inclusión del instructor (trabajador de la empresa) en las
    actividades docentes que desarrolla la escuela, lo cual se logra
    a través del proceso pedagógico
    profesional.

    Según Roberto Abreu Regueiro, el proceso
    pedagógico profesional es "el proceso de
    educación que tiene lugar bajo las condiciones
    específicas de la escuela politécnica y la entidad
    productiva para la formación y superación de un
    trabajador competente".
    (Abreu,1996)

    René Cortijo Jacomino, en el Libro de Texto
    "Didáctica de las Ramas Técnicas: una alternativa
    para su desarrollo", resultante del proceso investigativo
    desarrollado en opción al título académico
    de Máster en Pedagogía Profesional, define el
    proceso pedagógico profesional como "el sistema de
    actividades académicas, laborales e investigativas que se
    llevan a cabo en la institución docente y en la entidad
    productiva para formar la personalidad del futuro
    profesional".
    (Cortijo,1996)

    Cortijo asume esta definición considerando como
    institución docente tanto las de nivel medio como las de
    nivel superior.

    Dentro de la esfera específica de la
    formación de competencias laborales actúan
    diferentes ciencias, junto a la Pedagogía Profesional se
    encuentran también la economía, la ciencia del
    trabajo, la sociología, la psicología, la medicina,
    las ciencias jurídicas y otras (Abreu,1994).

    La Pedagogía Profesional tiene la función
    teórico – investigativa de determinar las regularidades
    del proceso pedagógico profesional, y la técnico –
    constructiva que comprende la proyección del sistema de
    formación de competencias laborales, que si bien requiere
    para su realización de la intervención de otras
    ciencias, ella en sí tiene su propio objeto de estudio
    como ciencia particular.

    Al respecto, en la tesis de maestría de Abreu
    (1996) se precisa que el objeto de estudio de la Pedagogía
    Profesional es precisamente el proceso pedagógico
    profesional, que se convierte en el escenario fundamental, dado
    su carácter sistémico, para satisfacer el encargo
    social de la escuela: la formación de las competencias
    laborales.

    En lo que se refiere a los postulados de la
    Pedagogía Profesional como ciencia pedagógica de la
    educación técnica y profesional, y a su objeto de
    estudio, se han asimilado los criterios científicos de la
    antigua URSS y Alemania, sin conjugarlos, en ocasiones, con la
    rica experiencia pedagógica profesional latinoamericana ni
    con las condiciones sociopolíticas e
    histórico-concretas del desarrollo del
    continente.

    Se aprecia el imperativo de profundizar en esa
    dirección para poder consolidar las bases teóricas
    y metodológicas de la Pedagogía Profesional y
    contribuir al perfeccionamiento de la práctica educacional
    y productiva de las escuelas en función de la
    formación de las competencias laborales de los
    estudiantes.

    El análisis que se presenta tiene como
    propósito esencial, incursionar en la contemporaneidad
    como punto de referencia, para conocer los problemas que se
    discuten en cuanto al carácter de ciencia
    pedagógica particular de la Pedagogía Profesional
    que permitan tomar una posición consecuente al respecto.
    Para ello se han seguido, fundamentalmente, las observaciones de
    autores de Europa y Latinoamérica.

    Objeto de estudio

    Si nos basamos en la integración y
    reconceptualización de los hallazgos de un conjunto de
    autores, entre ellos, María del Rosario Patiño
    Rodríguez, Rafael Fraga, Roberto Abreu Regueiro, Ida
    Hernández Ciriano y René Cortijo Jacomino, en sus
    propias reflexiones teóricas y en trabajos de
    investigación, se puede fundamentar la
    consideración de la Pedagogía Profesional como rama
    de la Pedagogía, para la formación de las
    competencias laborales.

    La Pedagogía Profesional tiene un objeto propio,
    no comprendido en el campo de otras ciencias, posee un
    método para abordar la investigación y
    realización de su objeto, y por último, ha llegado
    a organizar el resultado de sus investigaciones para constituir
    un sistema unitario de leyes y principios de carácter
    general. Reúne las condiciones de una rama de la
    Pedagogía.

    Uno de los temas menos tratado por los profesionales de
    la Pedagogía Profesional es su estatuto
    epistemológico, la teoría de su ciencia particular,
    es decir, su objeto de estudio, su cuerpo conceptual, su
    metodología, sus técnicas operativas, su campo de
    acción y de investigación, sus presupuestos
    básicos y sus relaciones en el proceso pedagógico
    profesional, cuestión que no sucede así en otras
    profesiones o disciplinas.

    La Pedagogía Profesional posee su propio objeto
    de estudio, su sistema categorial, sus principios y
    regularidades, que constituyen teorías con un nivel de
    conocimiento y desarrollo suficiente como para deslindarla de
    otras ciencias pedagógicas, ganar su autonomía e
    independencia como tal y ser considerada como rama de la
    Pedagogía.

    El objeto de estudio de la pedagogía
    profesional
    es el descubrimiento de regularidades, el
    establecimiento de principios, la definición de
    presupuestos básicos y la delimitación de las
    principales relaciones que contribuyan de una manera
    científica a organizar, dirigir y estructurar el proceso
    pedagógico profesional con el fin de contribuir al
    cumplimiento de la misión de la Educación
    Técnica y Profesional: la formación de las
    competencias laborales de los estudiantes.

    Proceso de formación de las competencias
    laborales

    Según el enfoque pedagógico de este autor,
    el proceso pedagógico profesional es el
    sistema de actividades docentes, extradocentes, extraescolares,
    productivas y de investigación que se llevan a cabo en la
    escuela y/o en la empresa para formar la personalidad de los
    futuros profesionales y técnicos y superar a los
    trabajadores de la esfera de la producción y los
    servicios, en función de la formación de sus
    competencias laborales.

    El cumplimiento de la misión de la
    Educación Técnica y Profesional, la
    formación de las competencias laborales, demanda la
    elaboración de una teoría pedagógica
    profesional que tenga como base los conocimientos sobre la
    educación laboral y tecnológica de los
    estudiantes.

    Para que este sistema se ajuste en gran medida a los
    objetivos y tareas de la formación de trabajadores
    altamente calificados, competentes y competitivos es necesario
    prever científicamente tanto el incremento de las
    exigencias que se plantearán a los trabajadores en
    relación con las exigencias sociales y el progreso
    científico – técnico, como también el
    desarrollo de la Pedagogía Profesional.

    De ahí que la Pedagogía Profesional
    estudie las leyes y regularidades de la educación de los
    estudiantes en el proceso de formación de competencias
    laborales. Ella elabora el sistema científicamente
    fundamentado de medidas y condiciones en correspondencia con los
    objetivos y tareas para la formación de trabajadores
    competentes, competitivos y altamente calificados.

    Garantizar una adecuada concepción,
    organización e instrumentación del proceso de
    formación de las competencias laborales requiere
    inevitablemente del accionar teórico, metodológico
    y científico de los docentes, directivos y supervisores
    que mediante la profundización en el estudio de
    regularidades, en la aplicación de métodos de
    enseñanza más efectivos, en la
    sistematización, la determinación y
    jerarquización de sus leyes, principios y
    categorías, en la generalización de las
    experiencias pedagógicas de avanzada puedan, partiendo de
    la práctica del propio proceso pedagógico
    profesional, trasladarse a dicha teoría y de ahí
    volver a la práctica para perfeccionarla, transformarla, y
    en consecuencia, lograr la excelencia educacional, o mejor
    expresado, la excelencia pedagógica
    profesional.

    COMPETENCIAS LABORALES Y
    PEDAGOGÍA PROFESIONAL:

    PRINCIPIOS BÁSICOS

    Los principios básicos para la formulación
    de una Pedagogía Profesional que contribuya a elaborar una
    propuesta de enseñanza encaminada al perfeccionamiento del
    proceso pedagógico profesional y consecuentemente, la
    construcción de una práctica pedagógica
    profesional reflexiva, son:

    Formación de competencias
    tecnológicas

    La formación de las competencias
    tecnológicas presupone un pleno desenvolvimiento del
    estudiante y su perfeccionamiento. Las competencias
    tecnológicas deben preparar al estudiante, trabajador en
    formación, para participar en el proceso de
    perfeccionamiento de la escuela técnica. Debe preparar al
    alumno para la comprensión del ejercicio del trabajo,
    mediante el acceso al conocimiento científico,
    tecnológico, artístico, humanístico; en fin,
    acceso a la cultura tecnológica.

    La formación de las competencias
    tecnológicas busca también la unidad entre
    teoría y práctica, en la medida en que establece
    nuevas formas de relaciones sociales. Se aproxima así al
    mundo del trabajo y de la producción, propiciando una
    comprensión de fundamentos científicos
    tecnológicos de los procesos productivos, teniendo en
    cuenta la unidad de la teoría con la práctica en la
    enseñanza de cada disciplina técnica o áreas
    tecnológicas.

    Las competencias tecnológicas deben vincular las
    capacidades instrumentales del estudiante con las capacidades de
    pensar, de estudiar, de analizar, de tomar decisiones, por
    consiguiente la Pedagogía Profesional enfatizará en
    el empleo de métodos y técnicas que estimulen la
    iniciativa de los alumnos y organicen las acciones
    didácticas del profesor o el instructor en función
    de los objetivos del trabajo docente profesional con
    relación a los contenidos específicos del
    énfasis que estudian.

    Es necesario tener una concepción de competencias
    tecnológicas a partir de las especificidades de las
    diferentes áreas del conocimiento profesional que componen
    el plan de estudio del énfasis en
    cuestión.

    Desde el punto de vista didáctico, la
    Pedagogía Profesional debe considerar las especificidades
    implícitas en las áreas del conocimiento
    profesional.

    Esas especificidades orientan la definición de
    los objetivos comunes con relación a la educación,
    un proyecto político – pedagógico, la
    selección y organización de los contenidos
    profesionales que deben ser ampliados y los que deben ser
    profundizados y sistematizados, a través de las diferentes
    formas de enseñar; y aplicando consecuentemente la
    fundamentalización y la
    profesionalización.

    Para estructurar el proceso del trabajo
    pedagógico, el profesor o el instructor de asignaturas
    técnicas debe incorporar a sus reflexiones y a su
    práctica pedagógica profesional, el concepto de
    competencias tecnológicas. El profesor, al estructurar su
    proceso de enseñanza profesional debe comprender y ver a
    la escuela como el local capaz de propiciar en el alumno el
    acceso a la cultura tecnológica, al saber sistematizado y
    al mismo tiempo, prepararlo para el mundo de trabajo en la
    práctica social.

    La escuela no puede ser reducida únicamente a su
    plan de estudios, sino que es necesario realizar un
    diagnóstico previo de las características
    culturales y tecnológicas del entorno que la rodea y de
    las peculiaridades más distintivas de los estudiantes y su
    seno familiar.

    No se trata de enseñar un simple cuerpo de
    conocimientos técnicos desarticulados del contexto social,
    se trata sobre todo, de posibilitarle al alumno la
    comprensión histórico – social de los fundamentos
    científicos y tecnológicos de la sociedad en que
    vive.

    Se trata de fomentar una didáctica participativa
    donde el aula deje de ser el local docente donde uno
    enseña y el otro aprende, donde uno habla y el otro
    escucha, para convertirse en un espacio para el intercambio
    afectivo entre iguales, y que la comunicación se convierta
    en fuente generadora de riqueza espiritual y profesional, a
    partir de las ideas y criterios de los sujetos de la
    educación, para lo cual el docente tiene que asumir el
    riesgo que implica el debate profesional.

    Es por ello que Abreu plantea que "debe elevarse la
    disposición y habilidades de todo aquel personal que
    recibe la responsabilidad pedagógica de atender a los
    alumnos en la entidad productiva, pues ellos (los trabajadores y
    dirigentes de la producción) son también portadores
    de una Pedagogía Profesional, ya sea en forma de
    experiencia (práctica) o en teoría al igual que los
    profesores, dirigentes e investigadores de la Educación
    Técnica y Profesional".
    (Abreu,1996)

    Se coincide con Abreu en que "Igual que el profesor
    de la escuela politécnica debe conocer los aspectos
    esenciales del proceso de producción donde se integran sus
    alumnos, el trabajador debe conocer los fundamentos
    pedagógicos […] que le permitan comprender y atender al
    alumno o grupo de ellos que le sean asignados".

    (Abreu,1996)

    El profesor necesita tomar como punto de partida para su
    reflexión, la necesidad de propiciar la
    reunificación de la ciencia y de la tecnología como
    proceso productivo. Esa manera de ver el papel de la
    Pedagogía Profesional, implica una formación de
    técnicos que propicie el basamento científico –
    tecnológico y teórico – metodológico, de tal
    modo que ellos puedan producir el conocimiento profesional con un
    carácter efectivamente innovador.

    Formación de competencias
    laborales

    La escuela se encarga de preparar al estudiante para
    continuar aprendiendo a través de la profundización
    y consolidación de los conocimientos adquiridos en la
    educación básica y media. Esa formación debe
    ser respaldada por la adquisición de principios
    científicos, metodológicos e históricos,
    criterios básicos que rigen el mundo del
    trabajo.

    La escuela deberá también propiciar una
    formación que unifique ciencia y trabajo, trabajo
    intelectual y trabajo instrumental. El proceso de
    formación de las competencias laborales tiene lugar en el
    medio social de la escuela, el taller docente, los laboratorios,
    las áreas de campo, los talleres y áreas de trabajo
    de la empresa, etc.

    El trabajo como principio educativo expresa el enfoque
    crítico del papel de la Pedagogía Profesional, se
    fundamenta en la unidad entre ciencia, técnica y proceso
    productivo.

    Es esta reunificación el punto de partida para el
    planteamiento de una nueva propuesta político –
    pedagógica para la escuela ya que en el trabajo concreto
    toda actividad es teórica y práctica, es
    científica y técnica, es intelectual e
    instrumental.

    En este sentido, el trabajo es entendido en su
    concepción más amplia como cultura
    tecnológica, como actividad reflexiva, como principio del
    proceso de transmisión – asimilación –
    producción del conocimiento científico y
    tecnológico. En fin, el trabajo es visto como la propia
    producción de la existencia humana, como realidad compleja
    y contradictoria que forma parte de la vida de todas las
    personas.

    El trabajo docente, como práctica social,
    constituye el ejercicio profesional del profesor, representa su
    compromiso con el proceso de planeamiento de la formación
    de las competencias laborales, es decir, el compromiso de
    explicitar los objetivos y ubicándose conscientemente a
    favor de la mayoría de los alumnos, seleccionando y
    organizando los contenidos curriculares, escogiendo
    métodos, procedimientos y técnicas de
    enseñanza, definiendo una validación
    sistemática.

    De un lado los profesores e instructores trabajan con un
    proceso de planeamiento de la enseñanza de su disciplina;
    por otro lado, el trabajo docente necesita una apropiación
    creativa de los contenidos curriculares.

    Esto significa que la Pedagogía Profesional
    ofrece una contribución indispensable a la
    formación de los futuros técnicos, a respaldar el
    concepto de trabajo como una actividad planeada, consciente y
    dinámica, contribuyendo a distinguir determinados
    objetivos de aprendizaje profesional.

    En una escuela técnica agrícola,
    industrial o de economía, la cuestión del
    desarrollo del intelecto no puede desligarse del desarrollo de
    competencias y habilidades profesionales rectoras.

    El alumno necesita de una instrumentalización al
    mismo tiempo teórico – técnica para realizar el
    trabajo intelectual de forma creativa.

    Teniendo en cuenta que el alumno realiza trabajo
    concretamente, él desarrolla las capacidades de pensar,
    planear, reflexionar y validar, en la medida que pensar y hacer
    son dimensiones inseparables del trabajo intelectual.

    En este sentido, el profesor debe crear su propia
    didáctica, su práctica de enseñanza
    profesional en situaciones didácticas específicas
    en consonancia con las especificidades de la disciplina
    técnica que imparte en el contexto social en que la
    escuela se desarrolla y considerando el entorno en el que
    está insertada.

    Estos presupuestos se convierten en indicaciones
    importantes para la Pedagogía Profesional en su objeto de
    estudio, ya que cuanto mayor sea el dominio del contenido
    específico y didáctico por el profesor, mayor
    será su autonomía, mayores sus posibilidades de
    creatividad. Esto es una forma que auxiliará a los
    docentes a construir su propia
    profesionalización.

    COMPETENCIAS LABORALES Y
    PEDAGOGÍA PROFESIONAL:

    PRINCIPALES RELACIONES

    La escuela debe ser considerada como una unidad
    estructural y funcional del cambio pedagógico profesional,
    debe intervenir en los procesos formativos desde la historia, el
    perfil y los estilos que le sean propios, y en los que radica su
    fuerza para realizar la labor formativa.

    De hecho tiene por objetivo preparar un ciudadano para
    el trabajo, inmerso en el trabajo, el que permite formar un
    trabajador en múltiples dimensiones
    profesionales.

    La enseñanza profesional asegura en los alumnos
    la integralidad de la educación básica, que asocia
    la educación general con las bases de una educación
    tecnológica y laboral.

    Una enseñanza profesionalizada posibilita al
    alumno la comprensión histórico – social de los
    fundamentos científicos y tecnológicos del contexto
    sociopolítico, económico y cultural.

    Desde el punto de vista de la Pedagogía
    Profesional, se entiende el proceso de formación de las
    competencias laborales como un todo, un conjunto de componentes
    interrelacionados.

    Esa visión relacional considera el proceso
    pedagógico profesional como un proceso dinámico, en
    constante movimiento. Por lo tanto, la tarea principal y
    más completa del profesor es buscar la unidad entre las
    siguientes esferas:

    • Formación de competencias laborales y
      Sociedad.
    • Teoría y práctica.
    • General y específico.
    • Intelectual e instrumental
      (técnico).
    • Ciencia y trabajo.
    • Contenido y forma.
    • Profesor, alumno e instructor.
    • Institución educativa y empresa.
    • Instructivo y educativo.
    • Cognitivo y afectivo.
    • Unidad y diversidad.
    • Docencia, producción e
      investigación.
    • Universal y particular.
    • Formación y capacitación
      profesional.

    La unidad entre estas relaciones no significa
    simplicidad. Estas relaciones deben converger ya que cada una de
    ellas por separado no puede explicar y comprender la integralidad
    del proceso pedagógico profesional.

    Esas relaciones forman una unidad, ninguna puede ser
    considerada por sí sola, ni de manera mecánica o
    aislada. En este sentido, existe el imperativo de superar la
    discusión dicotómica que muchas veces se
    efectúa entre las relaciones ya citadas.

    Estas relaciones a veces en la práctica escolar
    son analizadas de forma contrapuesta, en vez de ser analizadas de
    manera integrada, o sea, debe analogarse el proceso
    pedagógico profesional a partir del análisis y
    comprensión de las condiciones, intereses y necesidades de
    la sociedad y la educación técnica y
    profesional.

    Por tanto, la enseñanza profesional no puede ser
    entendida aislada del contexto social ni de las situaciones que
    constituyen el contexto de los alumnos. De esta manera, los
    problemas de la enseñanza profesional no pueden ser
    comprendidos si no son referidos a la sociedad en que se
    sitúan.

    A continuación se explicarán cada una de
    estas relaciones:

    • Formación de competencias laborales y
      Sociedad:

    La formación de las competencias laborales y la
    Sociedad no pueden ser consideradas como realidades
    independientes, sino que la enseñanza profesional debe ser
    vista como un fenómeno político, precisamente por
    traducir objetivos e intereses de grupos, social y
    económicamente diferentes.

    La escuela tiene ante sí un enorme
    desafío: es necesario dejar de ser definitivamente simples
    repetidores del conocimiento técnico acumulado y responder
    a la exigencia de la sociedad de ser fundamentalmente productores
    de conocimientos y saber profesional.

    Sólo de esta forma la educación
    contribuirá al progreso social, teniendo en cuenta que el
    trabajador es su actor principal, pero para ello hay que formarlo
    y perfeccionarlo en la escuela, por cuanto para construir la
    sociedad hay que construir a un trabajador de nuevo tipo, un
    trabajador de nuestro tiempo, que adquiera las habilidades
    prácticas necesarias para que muestre un adecuado
    desempeño profesional, pero que adquiera además la
    capacidad de pensar, sentir y actuar según los
    requerimientos de la sociedad.

    • Teoría y práctica:

    Otro vínculo básico que se considera
    importante resaltar es respecto a la unidad entre teoría y
    práctica. No se oponen, y no debe haber dicotomía
    entre ellas. Lo que debe haber es una constante relación
    recíproca.

    En la medida en que ese propósito pueda ser
    extendido la práctica se torna cada vez más
    esclarecida y controlada por la teoría, y la teoría
    cada vez más ligada a la realidad productiva. La
    teoría y la práctica no existen aisladas, una no
    existe sin la otra, por lo que se encuentran en indisoluble
    unidad.

    En investigaciones realizadas por la Dra. Ida
    Hernández Ciriano (1994) se demuestra que los más
    genuinos exponentes de las necesidades educacionales de la
    América Latina desde hace más de un siglo, se han
    venido preocupando por los asuntos antes mencionados.

    Un ejemplo del pasado es Simón Rodríguez
    (1771-1854), quien decía que la enseñanza
    debía ser experimental y que debía relacionarse
    siempre con la naturaleza.

    Entendía que la educación debía ser
    social y para el ejercicio pleno en la vida, pensaba que el
    individuo debía formarse en un oficio. En el "Proyecto de
    Reforma Escolar" para Venezuela, Simón Rodríguez
    plantea:

    "Los artesanos y los labradores son una clase de
    hombre que debe ser atendida como lo son sus ocupaciones.
    […]

    Las artes mecánicas están en esta
    ciudad y aún en toda la provincia como vinculadas en los
    pardos y morenos. Ellos no tienen quien los instruya; a la
    escuela de niños blancos no pueden concurrir: la pobreza
    los hace aplicar desde sus tiernos años al trabajo y en
    él adquieren prácticas, pero no técnicas:
    faltándoles éstas, proceden en todo al tiento; unos
    se hacen maestros de otros y todos no han sido ni aún
    discípulos…"
    (Adolfo,1990).

    En esta cita de Simón Rodríguez se
    advierte su preocupación por la enseñanza del
    oficio en correspondencia con las peculiaridades del mismo, se
    aprecia la dimensión social de las competencias laborales
    en relación con el contexto social.

    Un educador de trascendencia latinoamericana y universal
    fue el Héroe Nacional de Cuba, José Martí
    Pérez (1853 -1895), quien en la mayoría de los
    trabajos de contenido expresamente pedagógico,
    argumentó su idea de que se debía educar para la
    vida. En un artículo que escribió para el
    periódico La Nación de Buenos Aires, el 14 de
    noviembre de 1986, expresó:

    "El remedio está en desenvolver a la vez la
    inteligencia del niño y sus cualidades de amor y
    pasión, con la enseñanza ordenada y práctica
    de los elementos activos de la existencia en que ha de combatir,
    y la manera de utilizarlos y moverlos.

    El remedio está en cambiar brevemente la
    instrucción primaria de verbal en experimental, de
    retórica en científica; en enseñar al
    niño a la vez que el abecedario de las palabras, el
    abecedario de la naturaleza."
    (Martí,1976).

    Es perfectamente apreciable en estas líneas la
    idea de romper con la enseñanza verbalista y trasladar el
    aula a la sociedad.

    Martí le dio gran importancia al desarrollo de la
    agricultura en América. Admiraba las riquezas de la
    naturaleza americana y entendía que con la
    enseñanza de materias útiles a la agricultura
    podrían obtenerse más y mejores frutos;
    proponía enseñar:

    ".. Naturaleza y composición de la tierra, y
    sus cultivos; aplicaciones industriales de los productos de la
    tierra; elementos naturales y ciencias que obran sobre ellos o
    pueden contribuir a desarrollarlo: he ahí lo que en forma
    elemental, en llano lenguaje, y con demostraciones
    prácticas debiera enseñarse…"

    (Martí,1976).

    Aquí no sólo enfatiza lo que debe
    enseñarse, sino también cómo debe hacerse.
    Su concepto de la enseñanza científica y
    experimental implicaba vinculación con la vida, con la
    práctica. Martí combatió el formalismo y el
    verbalismo, vicios que todavía hoy afectan la
    enseñanza profesional y la educación en
    general.

    En el año 1883, en un artículo dirigido a
    La Nación de Buenos Aires plantea:

    "Puesto que a vivir viene el hombre, la
    educación ha de prepararlo para la vida. En la escuela se
    ha de aprender el manejo de las fuerzas conque en la vida se ha
    de luchar. Escuelas no deberían decirse, sino talleres. Y
    la pluma debía manejarse por la tarde en las escuelas;
    pero por la mañana la azada".

    (Martí,1976).

    Obsérvese como Martí constantemente
    recuerda la relación de las escuelas con las necesidades
    de la vida.

    • General y específico:

    El proceso de formación de las competencias
    laborales debe ser capaz de integrar los conocimientos
    científicos y tecnológicos en general y el proceso
    de producción de la existencia humana.

    El desafío de integrar la educación
    general como base fundamental de la formación de
    competencias laborales es una gran tarea de los profesores en la
    actualidad.

    • Intelectual e instrumental:

    Otro vínculo básico de la formación
    de competencias laborales es la relación entre lo
    intelectual y lo instrumental.

    Generalmente lo que se observa en la práctica
    escolar de los docentes de asignaturas básicas es la
    enseñanza profesional encaminada a desenvolver en los
    alumnos una cultura general desvinculada del objetivo de
    formación técnica y profesional o viceversa, y
    absolutizando los conocimientos vinculados a la educación
    general.

    En este sentido, la dicotomía entre lo
    intelectual y lo instrumental es colocada por el propio profesor,
    al no reconocer que los alumnos se preparan para el ejercicio de
    las competencias laborales desempeñando funciones
    intelectuales e instrumentales del sistema productivo en el
    conjunto de relaciones sociales.

    Georg Kerchenstainer (1854-1932), notable pedagogo
    alemán, considerado por muchos el padre de la
    Pedagogía Profesional, plantea por primera vez, en 1920,
    el concepto de Pedagogía Profesional y plasmó sus
    ideas pedagógicas en su escuela modelo de
    Munich.

    Él sostenía que la educación tiene
    por finalidad formar ciudadanos útiles y, por tanto, la
    escuela debe ayudar al educando a escoger una ocupación y
    acostumbrarlo a mirar cualquier oficio como un aporte a la
    comunidad.

    Agregaba que si el impulso natural hacia el trabajo
    físico es la tendencia dominante en el escolar, entonces,
    hay que dar preferencia a su formación vocacional por
    medio de talleres y labores domésticas, más si se
    tiene en cuenta que, la actividad manual contribuye al
    desenvolvimiento integral del sujeto.

    La preparación para el trabajo y la
    formación de las competencias laborales debe
    proporcionarla la escuela combinando la enseñanza con el
    trabajo manual y técnico, el estudio en los libros con
    tareas vinculadas a la práctica. Los contenidos
    técnicos deben estar relacionados con elementos que
    permitan su aplicación práctica.

    En el plano educativo, la formación de las
    competencias laborales debe lograr:

    • Desarrollar habilidades profesionales rectoras, de
      coordinación motriz, con el manejo de instrumentos y con
      el uso de materiales diversos para su
      transformación.
    • Formar hábitos de trabajo físico con
      distintas herramientas simples (albañilería,
      carpintería, soldadura, agricultura).
    • Despertar el interés hacia tareas necesarias
      en la vida común (construir un mueble, repararlo,
      pintarlo; realizar conexiones eléctricas), así
      como construir objetos artísticos de utilidad o de
      adorno, poniendo en juego la imaginación creadora y la
      fantasía.
    • Sentir amor al trabajo.
    • Establecer la vinculación entre el trabajo
      manual y el trabajo intelectual.
    • Ofrecer la oportunidad para que se manifiesten
      libremente las aptitudes, tendencias e inclinaciones de los
      estudiantes.
    • Apreciar la significación que tiene el trabajo
      en general, trabajo abstracto, como el único medio, con
      la naturaleza, para la producción de bienes materiales y
      espirituales.
    • Comprender la importancia del estudio de las leyes de
      la naturaleza y acumular experiencias.
    • Entender el esfuerzo colectivo de las tareas cuando
      son varios los alumnos que en ellas intervienen, como por
      ejemplo en el trabajo de albañilería o en el de
      la agricultura.
    • Apreciar el valor del tiempo.

    Como elemento de esta actividad laboral el alumno debe
    reconocer los fundamentos de la producción de un modo
    directo. Las prácticas de producción en los
    talleres no pueden proporcionar al estudiante más que una
    idea muy limitada de cómo se producen los bienes
    materiales. Hace falta salir de la escuela y conocer los centros
    de trabajo en actividad productiva intensa.

    Una idea rectora que rige todo el pensamiento
    pedagógico de José Martí es la
    combinación del estudio con el trabajo. El trabajo manual
    junto con el intelectual era a su juicio condición
    indispensable de la educación. A estos efectos
    decía:

    "Ventajas físicas, mentales y morales vienen
    del trabajo manual… El hombre crece con el trabajo que sale de
    sus manos… Y detrás de cada escuela un taller
    agrícola, a la lluvia y al sol, donde cada estudiante
    sembrase un árbol… De textos secos, y meramente lineales
    no nacen, no, las frutas de la vida."

    (Martí,1976)

    Aquí se aprecia la importancia que desde aquella
    época ya se le confería a la educación en la
    propia vida.

    • Ciencia y trabajo:

    Por otro lado, la unidad entre ciencia y trabajo
    establece nuevas formas de relación para exigir otra
    concepción de la formación de competencias
    laborales: no ver la enseñanza profesional como una
    transmisión de conocimientos profesionales, sino lograr
    instrumentalizar al alumno, y además que sea capaz de
    comprender críticamente la realidad social donde se
    inserta, posibilitando una actuación consciente sobre ella
    a través de su ejercicio profesional.

    El trabajo es inherente e indispensable a la vida
    humana, es la base de su existencia. El trabajo considerado como
    medio educativo tiene
    implicación:

    • Económica.
    • Social.
    • Psicológica.
    • Moral.

    La implicación económica es evidente, ya
    que permite la producción de bienes materiales
    indispensables para la subsistencia de la persona y la
    colectividad.

    En lo social, el hombre que trabaja es un ciudadano
    útil, positivo, productivo; solo aquellos que no trabajan
    implican potencialmente peligros diversos para la
    comunidad.

    En lo psicológico, el hombre sólo se
    realiza plenamente mediante el trabajo. La personalidad del
    hombre que trabaja es más coherente, liberada de las
    desviaciones intelectualistas (consecuencia de la falta de
    contacto con la realidad, con la práctica).

    El trabajo es reconstituyente del equilibrio espiritual
    y ejercita el dominio de sí mismo.

    En lo moral, las exigencias del trabajo:
    responsabilidad, honestidad, método, perseverancia,
    resistencia (más espiritual que física), son las
    condiciones formales de la conducta moral.

    El trabajo para Kerchenstainer no constituye un fin sino
    un medio para la educación de la voluntad y el
    carácter moral.

    No se debe confundir el trabajo manual con las acciones
    de aplicación práctica de los conocimientos
    logrados en cada actividad docente profesional. Toda clase tiene
    una dimensión teórica y otra
    práctica.

    Ahora bien, la escuela no debe reducirse a la actividad
    práctica de los alumnos sin basamento científico,
    esto desnaturaliza su esencia; debe ser, necesariamente escuela
    de producción de bienes materiales, de valor
    económico, que incremente los recursos económicos
    de la escuela y la comunidad, en función de la
    formación de las competencias laborales.

    Pero para ello, los énfasis a elegirse para una
    institución educativa determinada deben responder a la
    realidad, recursos y necesidades de las zonas: agrícolas,
    pecuarias, mineras, comerciales o, turísticas,
    etc.

    Las instituciones educativas, como escuelas de
    producción, revisten las mismas características de
    las empresas de la comunidad.

    La esencia de la formación de las competencias
    laborales es educar mediante el trabajo productivo; en otros
    términos, el trabajo en la escuela debe llegar a ser
    contenido y método de enseñanza, porque nada
    enseña mejor al hombre que la experiencia laboral. Es un
    aprender que se resuelve en un hacer, que, para llevarse a
    efecto, implica el aprender.

    El estudio, las habilidades prácticas y las
    asignaturas técnicas están en función del
    trabajo (trabajos grupales y trabajos individuales). Veamos un
    ejemplo en que se unen la ciencia y el trabajo, en una
    experiencia educativa y didáctica completa:

    Un alumno fabrica un par de zapatos, para ello, empieza
    estudiando la geometría: la línea recta, los
    ángulos, el círculo, sus medidas; pasa luego al
    estudio de las ciencias naturales, ocupándose de las
    propiedades de la madera, el hierro, el cuero, y por
    último, revisa el sistema métrico decimal y las
    técnicas de áreas afines.

    Este es el método de los complejos que se parece
    al método de proyectos, muy divulgado por la
    Pedagogía Profesional.

    Para una mayor eficiencia del trabajo escolar, la
    formación de las competencias laborales comprende la
    necesidad de familiarizar a los alumnos con los principios
    básicos de la producción moderna y situarlos en
    condiciones favorables para su incorporación al trabajo
    productivo, ya que el trabajo es la primera condición de
    la vida humana.

    Los alumnos deben comprender que todo lo que existe en
    la sociedad, las creaciones de los hombres y los medios para
    satisfacer sus necesidades, son fruto del trabajo.

    Los objetos, las cosas, los valores materiales de
    cualquier naturaleza que el hombre utiliza para su vida, para su
    comodidad y bienestar, así como los medios de
    destrucción, todo sintetiza trabajo humano.

    El hombre mismo, su vida, su cultura, su
    formación individual, su pensamiento y el lenguaje, todo
    es un resultado directo de su actividad, es decir, de su
    trabajo.

    Con él, el hombre se modifica, pone en movimiento
    las energías naturales de su cuerpo, las manos y los
    dedos, la cabeza y los pies, su sistema muscular y su sistema
    nervioso, manifiesta sus aptitudes y desarrolla
    capacidades.

    Para vivir, el hombre ya no puede tomar directamente de
    la naturaleza los medios necesarios, sino que debe producirlos.
    Así, con ayuda de los instrumentos transforma las materias
    primas y crea los bienes necesarios para la existencia humana, de
    acuerdo con propósitos previamente
    determinados.

    Todos los seres humanos deben prepararse para el
    trabajo. Esta es una exigencia de la vida social. He aquí,
    pues, uno de los objetivos del proceso de formación de las
    competencias laborales.

    El trabajo es el gran educador del hombre. Forma la
    voluntad, despierta iniciativas, estimula la tenacidad, favorece
    los sentimientos de dignidad personal, la confianza en las
    propias fuerzas, produce satisfacciones morales, desarrolla el
    sentido del deber y es fuente de las más elevadas
    satisfacciones humanas.

    • Contenido y forma:

    Otra relación que debe ser analizada es respecto
    al contenido y forma. Los conceptos de contenido y forma son
    definidos de manera diferentes. Estos no pueden ser considerados
    en sentido estricto, sino que deben ser comprendidos con una
    visión más amplia y crítica.

    El concepto de contenido tiene un carácter
    eminentemente social y, por tanto, histórico. Este debe
    atender a los intereses de la sociedad. También la forma
    no puede ser entendida independiente, ya que forma y contenido
    están interrelacionados. La forma debe estar siempre
    relacionada a las finalidades sociales de la
    educación.

    La forma de enseñar del profesor cumple una
    función social específica, a través de la
    transmisión, asimilación y producción de
    saber profesional, sin embargo, se aprecia también,
    implícitamente, una concepción educativa que
    contribuya a conservar y superar sus condiciones y necesidades de
    la sociedad.

    La relación contenido y forma constituye una
    unidad indisoluble. Esta unidad está determinada en el
    hecho de que uno no puede existir sin el otro. El contenido tiene
    siempre una forma y esta tiene un contenido.

    • Profesor, alumno e instructor:

    Dentro del aula se muestra otra relación
    importante: profesor – alumno – instructor. En este sentido es
    importante tomar como punto de referencia algunas
    premisas:

    • La formación de las competencias laborales
      es un proceso de carácter sistemático,
      intencional y flexible, observando la obtención de
      determinados resultados (conocimientos, habilidades
      intelectuales y psicomotoras, normas de conducta, valores,
      etc.).
    • El profesor o instructor debe preparar, organizar y
      dirigir el proceso de formación de las competencias
      laborales, teniendo en cuenta estimular y suscitar
      actividades propias de los alumnos para el aprendizaje
      profesional.
    • El alumno debe estudiar con el fin de obtener los
      resultados propuestos. El estudio es más efectivo
      cuando el alumno interpreta los objetivos de la
      enseñanza profesional como objetivos personales,
      propios, cuando los subjetiviza, los hace suyos y se implica
      en su propio aprendizaje profesional.

    En este sentido, se puede determinar como objeto de la
    Pedagogía Profesional el sistema de objetivos, contenidos,
    métodos, procedimientos y técnicas de
    enseñanza y la sistemática evaluación del
    aprendizaje profesional así como las formas de
    organización, planeamiento y valoración del proceso
    de trabajo docente profesional.

    De esta forma la formación de las competencias
    laborales se traduce por un proceso de trabajo a ser realizado
    por el profesor o el instructor y por los alumnos, actuando
    acorde a un objetivo común. En síntesis, podemos
    decir que los componentes fundamentales del proceso
    pedagógico profesional forman la base de los estudios de
    la Pedagogía Profesional a partir del contenido de la
    propia pedagogía.

    • Institución educativa y
      empresa:

    La formación de las competencias laborales no es
    posible al margen de la unidad escuela – empresa, por ello,
    esta última no puede ser sólo un centro de
    producción, sino simultáneamente una importante
    institución educativa encargada sobre todo de la
    capacitación profesional del trabajador y de la
    preparación del trabajador en formación, o sea, del
    estudiante; asimismo, la primera no puede ser sólo un
    centro educacional sino a la vez una entidad productiva, con la
    misión de preparar un trabajador competente, altamente
    calificado y competitivo.

    En la vinculación escuela – empresa se presentan
    algunas deficiencias:

    • El vínculo casi nulo de la actividad docente
      con la actividad práctica empresarial.
    • La actividad laboral casi nunca se organiza como
      parte intrínseca del proceso pedagógico de la
      escuela, para que forme una unidad en el proceso
      pedagógico profesional.
    • Algunos profesores no se sienten comprometidos con
      la situación económica, productiva y financiera
      de las empresas del territorio.
    • Los instructores, en muchos casos rechazan a los
      alumnos y no se sienten responsabilizados con la
      educación y el aprendizaje profesional de los
      mismos.
    • Los profesores no conocen las diversas actividades
      laborales que pueden desempeñar los alumnos en la
      empresa una vez graduados, lo cual limita la
      preparación de éstos en la escuela.

    Los aportes teóricos realizados en este trabajo
    deben contribuir a dar respuesta a la solución de estos
    problemas.

    • Instructivo y educativo:

    José Martí planteó que la
    educación debe preparar al hombre para la vida. Partiendo
    de esta idea martiana corresponde al docente dirigir el proceso
    pedagógico profesional de manera tal que junto a lo
    cognitivo, se garantice la formación de las convicciones,
    capacidades, ideales, sentimientos del trabajador que va a vivir
    y participar de una manera activa y transformadora en las
    empresas de la sociedad.

    Es por ello que la educación debe concebirse en
    estrecha vinculación con la vida y con los intereses y
    necesidades de los trabajadores, lográndose a partir de lo
    instructivo, la educación y desarrollo de la personalidad
    del estudiante, considerándolo como un trabajador en
    formación.

    La unidad entre lo instructivo y lo educativo se logra
    con la organización y dirección acertada de la
    actividad laboral de los alumnos y la adecuada
    comunicación, que se aleje del academicismo y se acerque a
    la profesionalización, es decir, con la aplicación
    de un estilo pedagógico facilitante, en el que se produzca
    un mayor acercamiento docente entre los estudiantes y el
    profesor.

    La unidad educación – instrucción debe
    satisfacer la necesidad de preparar a un trabajador que satisfaga
    las exigencias de la sociedad, un trabajador competente,
    preparado para el cambio tecnológico, pero que a su vez
    sea un agente de cambio.

    Para ello, es necesario el incremento sistemático
    del tiempo de actividades independientes de los estudiantes, al
    situarlo en función de su propio aprendizaje profesional y
    autocontrol, y para la detección y solución de
    problemas profesionales que se produzcan en la esfera de la
    producción y los servicios.

    Se deben crear situaciones que posibiliten aprovechar
    las experiencias de los alumnos, así como crear un clima
    de seguridad y confianza entre los estudiantes y el profesor o el
    instructor.

    El profesor o el instructor deben demostrar la
    importancia de los contenidos objeto de estudio en el proceso
    pedagógico profesional.

    • Cognitivo y afectivo:

    Los conocimientos, hábitos y habilidades que
    posean un sentido personal para el alumno, provocan una efectiva
    regulación de la conducta y viceversa, aquellos motivos
    proclives a la escuela y al aprendizaje profesional, facilitan la
    asimilación de los contenidos de las asignaturas y la
    adquisición de determinadas normas de conducta.

    Esta relación también permite dilucidar el
    hecho de que la obtención simple del conocimiento
    profesional no implica automáticamente su
    manifestación conductual, sino solo cuando resulta
    relevante para la personalidad en su reflejo afectivo – volitivo.
    Por eso las operaciones cognitivas en la escuela tienen que ser
    portadoras de un contenido emocional favorable para poder cumplir
    los objetivos y desarrollar las competencias laborales de los
    estudiantes.

    Fernando González Rey y Albertina Mitjáns
    Martínez han demostrado en sus investigaciones (1990) que
    por la propia esencia humana todos los elementos que se integran
    en la personalidad tienen una naturaleza cognitiva y afectiva, es
    imposible delimitar un hecho o fenómeno psicológico
    puramente afectivo o puramente cognitivo en el funcionamiento
    normal del hombre.

    Entre las principales cualidades que debe desarrollar un
    futuro trabajador está el colectivismo, por lo que el
    proceso de formación de las competencias laborales debe
    lograr el fortalecimiento del espíritu colectivista, el
    respeto mutuo, la disposición a la ayuda, la franqueza, la
    actitud crítica y la autocrítica.

    Solo en el colectivo y con su ayuda se puede dirigir el
    trabajo educativo en la formación del futuro trabajador.
    El alumno pertenece a varios grupos: su grupo clase, el colectivo
    laboral de la empresa y a otros grupos informales, y todos ellos
    ejercen su acción formativa.

    Algunas vías esenciales para transmitir a los
    estudiantes la experiencia de los trabajadores son la
    relación de los alumnos en los colectivos de trabajo en
    las empresas, la realización de tareas productivas y la
    participación en sus reuniones. Todo ello, sobre la base
    de tener en cuenta las particularidades individuales y grupales,
    para propiciar el desarrollo adecuado de su
    personalidad.

    Para lograr los objetivos planteados anteriormente es
    importante que la entidad productiva se convierta en una gran
    escuela, pero más importante es que los trabajadores vayan
    adquiriendo cada día más conciencia de la necesidad
    de su incorporación a la sociedad con agresividad y
    espíritu transformador, en tanto que constituyen los
    motores impulsores de la misma.

    En este sentido adquiere una importancia de primer orden
    la integración escuela – empresa, con el fin de aprovechar
    las posibilidades reales y concretas para la dirección del
    desarrollo de la personalidad el grupo de trabajadores en
    formación (estudiantes) a través del proceso
    productivo, empleando las diversas modalidades de
    integración existentes.

    El docente y sus métodos de enseñanza
    juegan un importante papel en la formación de las
    competencias laborales, y además, las actividades
    prácticas que realicen los estudiantes en las diversas
    empresas, las cuales deben ser utilizadas en función de
    una mejor preparación del futuro graduado y como una
    vía de transformación de la realidad productiva, lo
    cual se logra con la aplicación consecuente de una
    Pedagogía Profesional.

    Las condiciones mencionadas anteriormente exigen el
    desarrollo actual de una Pedagogía de la formación
    de competencias laborales, sustentada en las peculiaridades de
    este tipo de competencia y encaminada a su perfeccionamiento,
    acorde con los requerimientos actuales.

    Estas concepciones han sido objeto de profundo
    análisis en las obras dedicadas a la Pedagogía
    Profesional (Batishev S. V., Beliaeva A., Wolfgang R.) de Rusia y
    Alemania respectivamente y en la incipiente Pedagogía
    Profesional cubana (Roberto Abreu, René Cortijo Jacomino,
    Ana Miriam Hernández, María del Rosario
    Patiño, Rafael Fraga, Ida Hernández Ciriano, entre
    otros).

    Aunque son muy embrionarios los criterios aquí
    expuestos, criticables y rechazables en algunos casos,
    constituyen una sólida base para continuar reflexionando y
    encontrando posibles soluciones a las complejas situaciones que
    enfrenta la formación de competencias laborales en la
    actualidad.

     

     

     

    Autor:

    Alexander Luis Ortiz Ocaña

    CENTRO DE ESTUDIOS

    PEDAGÓGICOS Y DIDÁCTICOS

    CEPEDID

    BARRANQUILLA

    2005

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