¿Es posible fortalecer la
institucionalidad en el Perú?
- El Factor Institucional :
origen etimológico y acepciones - Posibilidades de su operatividad
en el Perú - Conclusiones y
Recomendaciones - Bibliografía
- Notas
El objeto del presente trabajo es
presentar el escenario que rodea a las posibilidades de
fortalecimiento de la Institucionalidad en el Perú,
partiendo del hecho histórico que la misma siempre ha
mostrado un alto grado de debilidad, lo que tal vez nos explicite
las razones por las cuales la ciudadanía peruana prefiere
comúnmente a un régimen autoritario como el de
Fujimori en lugar de uno formalmente democrático como el
actual.
Para evidenciar nuestro objetivo,
debemos identificar nuestra hipótesis que persiga responder a la
pregunta antes planteada e indagar sobre posibles caminos de
reforzamiento institucional en el Perú.
Nuestra motivación
estriba en el hecho de que el descrédito en el cual
cayeron los partidos
políticos llamados "tradicionales" a principios de los
años noventas, ha originado que se acentúe
notablemente la tendencia de la ciudadanía a preferir a un
régimen autoritario-populista que realice obras tangibles,
aunque saquee al Fisco, como el de Fujimori, en lugar de uno
formalmente democrático, que se desenvuelva bien
macroeconómicamente, pero que no evidencie palpablemente
los síntomas generales del crecimiento alcanzado y que
también presente casos de corrupción, como el de Alejandro
Toledo.
En este orden de ideas, desarrollaremos dos temas
centrales en sus respectivos capítulos : el factor
institucional, su origen etimológico y acepciones y las
posibilidades de la operatividad de este concepto en
nuestra peculiar realidad nacional, incidiendo en la llamada
"Corrupción Institucionalizada", para
finalmente concluir indicando las posibles vías de
reforzamiento institucional, tratando de responder a la pregunta
planteada.
1.- El Factor
Institucional : origen etimológico y acepciones
Nuestra generación nació durante los
años setentas, auge de los gobiernos militares en
Sudamérica y siempre hemos escuchado reiteradas
expresiones acerca de la "debilidad institucional"
existente en el país. Seguramente, nuestros padres y
abuelos también habrán experimentado una
sensación similar, por lo que antes de emprender nuestro
camino, debemos definir que es una
"Institución".
1.1.-
Etimología
Institucionalidad es el reinado de las
Instituciones, las que provienen del latín
"institutio", como derivado del verbo "instituere" (in
= hacia; stituere = de stare) que significa el proceso en que
se llega a algo permanente, hacer que algo surja como entidad
estable, aludiendo a ordenamientos de la vida social (rerum
vitae communis). Las "Institutas" del Emperador Justiniano
revitalizan en el Siglo VI d.c. la idea de estabilidad que
acompañaba al orden socio – político
mantenido durante la llamada "Pax Romana" y al auge del Imperio Romano,
lo que será motivo de añoranza durante las
centurias de desorden que originó su decadencia y
caída.
1.2.- Acepciones
Habitualmente se entiende porhttp://www.eumed.net/cursecon/0/recomiendo.phtml/t_blank
"institución" cualquier organismo o grupo social
que, con unos determinados medios,
persigue la realización de unos fines o
propósitos.
En el ámbito político, tenemos una amplia
gama de exponentes entre las diversas entidades públicas y
en la sociedad civil,
encontramos a los gremios, sindicatos,
clubes de madres, comités de autodefensa, federaciones
empresariales, etc.
Sin embargo, dentro de la literatura económica,
se utiliza el concepto "institución"
como algo más genérico: la forma en que se
relacionan los seres humanos de una determinada sociedad o
colectivo, buscando el mayor beneficio para el grupo. Son
los usos, hábitos, costumbres o normas por los
que se rigen las relaciones sociales y económicas entre
los miembros del grupo.
El beneficio de la institución es mayor cuanto
más eficiencia genere
en la economía y más minimice los costos de
transacción y de información. Eso será más
posible cuanta más experiencia posean los agentes que
participen de dicha institución, más sencillas sean
las reglas y menor sea el número de individuos que las
tienen que ejecutar.
http://www.eumed.net/cursecon/1/degas-bolsa.jpg/t_blank
Para que ese objetivo sea posible, esas relaciones
estarán guiadas por un conjunto de normas o reglas que
auto limitan o restringen el ámbito de actuación de
los individuos, unas llamadas formales y otras
informales.
Reglas formales son las normativas de carácter jurídico y las leyes. Las reglas
informales, consisten en los hábitos y conductas
costumbristas adoptados por el colectivo. Son reglas no escritas,
pero que son aceptadas y adoptadas por el colectivo para el buen
funcionamiento del mismo. Ambos tipos de reglas (que existen
porque el hombre vive
en sociedad), por sí solas, no son suficientes, si no se
enmarcan en el contexto socioeconómico presente y si no
gozan de cierta flexibilidad a los posibles cambios de dicho
entorno.
En el marco de las ciencias
empresariales, el término "institución" se aplica
de forma imprecisa (a veces de forma unívoca (contrapuesta
a la analógica) o también ambigua) cuando se le
predica de la empresa como
tipo de "institución económica y
social".
En el contexto de la corriente teórica
institucional actual (1) una institución es definida como
un "conjunto de estructuras y
actividades cognitivas, normativas y reguladoras, que suministran
estabilidad y sentido al comportamiento
social. Las instituciones
son soportadas por distintos factores – culturas, estructuras y
rutinas – y operan en distintos niveles de
jurisdicción".
Rupert Lay (2) ofrece la siguiente definición
:
'Institución' designa un sistema social,
en el que las interacciones que generan ese mismo sistema son
reguladas por valores, que
aseguran la existencia del sistema y, si es posible, extienden el
influjo de esa unidad social. Caso de ser necesario, las
interacciones también están determinadas
mediatamente por intereses subjetivos, actitudes
valorativas, necesidades y/o expectativas (en contra de lo que
sucede en una 'comunidad de
comunicación'), pero lo básico es
que vengan determinadas por los valores
transsubjetivos de una sociedad.
1.3.- Uso
jurídico
El término "Institutiones" designaba
sólo una parte del Código
Justiniano (Corpus Iuris Civiles I), luego se le
aplicó a designar las distintas partes del Derecho
Romano. Modernamente, el concepto comienza a adquirir
importancia en el marco de la discusión provocada por las
ideas del Escuela
Histórica del Derecho (en Alemania) y
luego en el de la discusión sobre la sociedad de la
corriente hegeliana y marxista.
Al secularizar el concepto del Estado, al que
no se considera ya como un "orden" instaurado por Dios, o en
virtud del
Derecho Natural, sino como un polo de integración social (visto en la perspectiva
de energías y factores analizables al nivel de lo
científico), el Estado es
considerado como una entre otras formas de instituciones, tal vez
la más representativa de todas.
2.- Posibilidades
de su operatividad en el Perú
Trataremos de visualizar caminos que nos podrían
llevar a fortalecer la Institucionalidad en el Perú.
Así, si hablamos de debilidad de las instituciones
nacionales, nos enfrentamos a un doble problema :
- Por un lado la fragilidad de las entidades
públicas o privadas representativas del nuestro
colectivo social - Por el otro, nuestra particular concepción de
las costumbres existentes, las que algún estricto
moralista podría calificar de inmorales en muchos
sentidos. Esto se explica por nuestro peculiar devenir
histórico, las convulsiones sociales que no han
permitido que arraigue una determinada estructura
social, con instituciones sólidas, que encarnen
determinados valores e ideas.
La debilidad institucional existente en nuestro
país facilita en gran medida el fortalecimiento de
prácticas corruptas. En cierto modo, la cultura de
"Pepe el Vivo" que reina en nuestro medio, conduce a privar a las
instituciones de su sustento moral y
así vemos por ejemplo que la Policía Nacional es
vista como un mercado de
transacciones mercantiles, en lugar de un medio de
protección de los derechos fundamentales del
ciudadano.
A guisa de ejemplo, pasaremos breve revista a
revisar los llamados "los picos de la corrupción" (Las
décadas de los años 1850`s, 1920`s y 1990`s), para
luego entrar al terreno propiamente dicho de la
elaboración de Sistemas de
Fortalecimiento de nuestra endeble y alicaída
institucionalidad.
2.1.- La "Corrupción
Institucionalizada". Los Picos de la
Corrupción
En primer lugar, una definición general de la
corrupción es el uso de un cargo público en
beneficio propio (3). Los casos de corrupción son varios e
incluyen entre otros, al soborno, la extorsión, el
fraude, la
apropiación de fondos públicos con fines privados y
la malversación de fondos públicos por
políticos y funcionarios del Estado.
En Perú, todas estas modalidades de
corrupción se han dado, ya sea por la presencia de
magistrados, jueces y funcionarios públicos corruptos como
por la existencia de un servicio de
inteligencia,
que se encargaba de extorsionar y sobornar a quienes se opusieran
al régimen.
Esta corrupción institucionalizada desde el
poder
terminó por eliminar la independencia
de muchas instituciones como la Sunat, el Poder Judicial y las
FF.AA. Por otro lado, el alto grado de corrupción ha
dejado como una de sus principales consecuencias un alto nivel de
incertidumbre, que ha afectado el nivel de percepción
de los inversionistas extranjeros, así como su
disposición a invertir en el país.
Describiremos un fenómeno de desarrollo
casi patológico en nuestra Historia republicana : la
corrupción. Fijamos el tema en la República por dos
motivos palpables : no tenemos forma de medir su alcance durante
el Virreynato o bajo los Incas y
además, solamente disponemos de Presupuestos
Generales de la Hacienda Pública desde mediados del Siglo
XIX.
Podemos pensar que únicamente ha existido en gran
escala durante el
régimen de Fujimori por haber sido directamente plasmada
en los famosos "vladivideos" de Vladimiro Montesinos, pero no
debemos olvidar la existencia de antecedentes que pueden ser
vistos como indicios o conatos de pruebas, como
por ejemplo la agenda de Carlos Manrique en el caso CLAE o la
célebre "libreta verde" que Henry Meiggs utilizaba para
apuntar los sobornos que pagaba en la época de la construcción de las grandes vías
férreas.
Todo esto es materia de
probanza, no tanto de veracidad o falsedad y con la actual
tecnología, resulta posible acceder a
medios antes vedados a la opinión
pública. En suma, siempre ha existido
corrupción, pero ahora podemos filmar y grabar a sus
actores.
De esta manera, tomaremos como base de análisis principalmente lo expresado por
Alfonso W. Quiroz (4), cuando indica que la debilidad
institucional existente en nuestro país facilita en gran
medida el fortalecimiento de prácticas
corruptas.
En cierto modo, la cultura de "Pepe el Vivo" que reina
en nuestro medio, conduce a privar a las instituciones de su
sustento moral y así vemos por ejemplo que la
Policía Nacional es vista como un mercado de transacciones
mercantiles, en lugar de un medio de protección de los
derechos fundamentales del ciudadano. Así, pasaremos acto
seguido a revisar lo que el autor identifica como "los picos de
la corrupción"
a.- Década de 1850 : el Guano y Ramón
Castilla
El apogeo de este fertilizante fue canalizado por los
gobiernos peruanos de ese entonces mediante el sistema de las
"consignaciones". Esto es lo que piensa
textualmente don Jorge Basadre, el más grande conocedor de
la Historia Republicana del Perú, sobre el Mariscal
Ramón Castilla y su papel en el drama del guano de las
islas :
"De acuerdo con ese carácter arbitrario de su
personalidad,
carecía de un criterio profundo, en lo que se refiere a
las cuestiones políticas
y sociales. Para él la situación política se le
presentaba frente a las siguientes palabras: subir, durar. No se
preocupaba tanto de encarar los problemas,
sino de encarar las situaciones. Aun cuando encaró algunos
problemas, como por ejemplo la libertad de
los esclavos y la supresión del tributo de los indios, los
encaró como simples situaciones, pues dejó de
realizar, tanto la emancipación de los esclavos como la
abolición del tributo, en todo el período de seis
años que gobernó entre 1845 y 1851 y
proclamó ambos principios cuando lo creyó
conveniente; y más tarde quiso restablecer el tributo. Por
inconsciencia o indiferencia permitió que en sus gobiernos
empezara y prosiguiera el vicioso sistema de expendio del guano
basándose en consignaciones, fuente de males
trascendentales; y toleró la dación de la ley de la
consolidación de la deuda que también dio lugar a
numerosos fraudes. Y por todo ello es que fundamentalmente
debemos escatimarle una admiración total a su
personalidad." (5)
En suma, surge una nueva casta dominante, la llamada
"oligarquía", alrededor del sistema de consignaciones del
guano y el índice de corrupción en esta
época ya puede ser medido, toda vez que ya existen
Presupuestos y pueden calcularse los déficit, la
evasión tributaria, el endeudamiento público
interno, etc. Los casos más clamorosos de pillajes contra
la Hacienda en ésta época se dan bajo el gobierno de
Echenique, combatido duramente por Castilla por la escandalosa
aprobación de acreencias contra el Fisco a favor de
particulares excediendo largamente el Presupuesto. En
lugar de fortalecernos para enfrentar la creciente amenaza
proveniente de Chile, se dilapidaron los fondos públicos y
poco pudieron rescatar los funcionarios honrados. Lo mismo
sucedió durante la década de 1870 y el salitre,
aunque en menor medida.
b.- Década de 1920 : las exportaciones y Augusto B.
Leguía
Algo similar sucedió bajo el Oncenio de Augusto
B. Leguía (1919-1930), además de los otros cuatro
años de su primer período, en los cuales se
tejió una maraña de poder centralizada en la
naciente agroindustria del azúcar
en el norte y el algodón
en el sur.
Fue un decenio caracterizado por una "dictadura
civil", similar a la de Fujimori y con una propia Constitución (la de 1920), animada por
deseos de reelegirse indefinidamente y cayó envuelta en
escándalos generados en su seno, igual que
ocurriría setenta años después.
El Oncenio fue la continuación de la
República Aristocrática, la que detentó el
poder durante casi veinte años continuos entre 1895 y
1919, con el breve interregno golpista de Oscar. R. Benavides
(1914-1915). Si sumamos este período hasta la caída
de Leguía en 1930, observamos que durante un tercio de
siglo se estableció una estructura
económica y social que duró hasta el golpe
velasquista de 1968.
El período de Leguía constituyó el
clímax de este sistema, el cual desbordó los marcos
convencionales de la República Aristocrática y
acabó por explotar entre escándalos de
corrupción que incluso sobrepasaron las fronteras
nacionales (v.g. Tratado Salomón – Lozano entre
Perú y Colombia en
1922).
Curiosamente, el período de Leguía se
extendió aproximadamente por el mismo lapso de tiempo que el
de Fujimori, el cual pasaremos a reseñar a
continuación, ambos se dieron a sí mismos sus
propias Constituciones (1920 y 1993) y también finalizaron
en medio de turbulencia política, con Tribunales de
Sanción o Comisiones Investigadoras posteriores y con
sucesivos períodos transitorios (Samanez Ocampo en 1930 y
Paniagua en 2000) que duraron aproximadamente nueve meses cada
uno.
La diferencia estriba en el hecho que la
transición de Samanez Ocampo desembocó en una
guerra civil
entre 1930 y 1933, lo que Jorge Basadre llamaba expresivamente
"los años terribles", mientras que la de Paniagua
estableció un régimen democrático, pero con
el constante fantasma del autoritarismo siempre presente ante
cada traspiés del gobierno de Toledo.
En este sentido, la premisa fundamental radica en el
hecho que durante períodos de alta corrupción, como
los tres que son aquí acotados, su monto asciende al cinco
por ciento del PBI, mientras que en épocas de baja
corrupción como la República Aristocrática
por ejemplo, llega al dos o tres por ciento. Cuando llega a su
cúspide, pasa el treinta por ciento del Presupuesto, la
prensa
protesta, se generan escándalos y caen gobiernos, como
ocurrió en las décadas de 1850, 1920 y 1990
(6).
Tanto en la década de 1850, como en la de 1920 y
1990, fueron rebasados estos límites,
cayeron gobiernos, se conformaron Comisiones y Tribunales que a
nada llegaron, se produjeron convulsiones sociales y el
péndulo histórico dio su centenaria vuelta en cada
caso, con el advenimiento de gobiernos democráticos, pero
efímeros.
Basadre señala en "La promesa de la vida peruana"
(1958) que la vida peruana, idea tan deseada por próceres
y patriotas, se ha visto traicionada por tres tipos de personajes
nefastos, a los que pintorescamente llama los podridos, los
congelados y los incendiados. Los primeros encarnan a la
corrupción, el mal endémico latinoamericano y
quisieran convertir al país en una ciénaga con sus
viles manejos. Los segundos se quedaron congelados en el tiempo y
sólo interactúan con los que consideran sus iguales
o sus inferiores, es decir miembros de la llamada
oligarquía cuya mentalidad no pasa de 1968. Los terceros
son los que se "queman sin iluminarse", su máximo anhelo
es hacer explotar todo y convertir al país en una inmensa
hoguera.
Aparte de la clarividencia propia del autor, debemos
reconocer que la Historia del Perú es cíclica o
pendular y así como en sus palabras se puede reconocer
fácilmente a Montesinos o Abimael Guzmán por
ejemplo, también debemos aceptar que personajes como
aquellos han existido y existirán en nuestro medio.
Así, pasemos ahora a un período que tiene muchas
semejanzas con la época de Augusto B. Leguía y que
acabó de un modo similar.
c.- Década de 1990 : el Neoliberalismo
y Alberto Fujimori
Los sucesos acaecidos durante la caída del
régimen de Fujimori son muy recientes y revelan la
existencia de una compleja red de mafias en su
interior, articuladas entre sí, pero desde 1998, con un
claro dominio de
Montesinos en el espectro. Es la primera vez que la
corrupción en el poder toma un claro cariz delincuencial y
objetivamente obvio.
Los diversos "caciques" (Fujimori, Montesinos, Camet) se
reparten tajadas del poder y delimitan sus ámbitos de
influencia, pero con intereses comunes que interceptan esas
esferas. La prensa ataca duramente desde 1997 y su gobierno cae
por la divulgación de un video
(Kouri-Montesinos).
Igual que sucedió con el Oncenio de Leguía
con el "crack" de 1929, la crisis de las
bolsas de valores asiáticas arrastró al gobierno de
Fujimori a una recesión que dura hasta hoy, mientras que
el saqueo de los fondos públicos crecía acorde a la
posición dominante que Montesinos iba asumiendo y poco a
poco iba superando el treinta por ciento del presupuesto, por lo
que no alcanzaba para cubrir las necesidades básicas de la
población en materia alimentaria, de
salud, de
educación,
etc.
Por ende, solamente cuando nos encontramos en una
situación alimentaria deficitaria, reclamamos y
protestamos, no porque defendamos la democracia.
Mientras nos alimente, no importa cuanto robe, se dirán
muchos, pero solamente cuando el desfalco atenta contra los
subsidios estatales, ahí recién se emprenden las
tardías protestas.
En el plano económico, muy determinante del
proceso político nacional, observamos que los procesos de
estabilización y ajuste estructural desarrollados durante
los dos periodos gubernamentales de Alberto Fujimori, en los
cuales se tomaron una serie de medidas orientadas a restaurar los
equilibrios básicos de la economía, después
del desbalance producido por la hiperinflación del gobierno de Alan
García, recurriendo a un fuerte ajuste estructural,
originaron la toma de una serie de decisiones políticas
orientadas a promover la eficiencia y la competitividad
del sistema económico y la consolidación de las
instituciones del país.
Pero las decisiones respecto de la política
económica y el ajuste estructural se realizaron sobre
un horizonte cortoplacista, ya que, a pesar de lograrse en el
corto plazo la estabilización macroeconómica ante
la hiperinflación heredada del gobierno del APRA, no se
implementó una estrategia de
desarrollo integral y coherente que permitiera efectuar reformas
estructurales a mediano y largo plazo, sobre todo respecto de las
instituciones del Estado.
En vista de la poca coordinación intersectorial existente en el
Poder
Ejecutivo y de la carencia de un sistema de planeamiento
estratégico que diese coherencia a las
políticas gubernamentales, no se contó con la
presencia de un elemento clave para ampliar los horizontes
reformistas : las capacidades del gobierno no se han elevado
significativamente, lo que no permite poner en práctica
dicha reforma (quimioterapia institucional).
Durante el fujimorato, a pesar de mantenerse las
principales decisiones de política económica en el
tiempo, no se sentaron las bases de una reforma institucional,
porque el estilo de conducción del gobierno no
promovía una gestión
transparente, además de existir escaso debate
público y poca materialización en los procedimientos de
consulta abiertos a sectores significativos de la sociedad
peruana, todo esto aunado a la falta de planes y programas al
respecto.
Asimismo, al eliminarse el Instituto Nacional de
Planificación, dejó de funcionar una
entidad planificadora central que evaluara el gasto
público.
En suma, a pesar de que el gobierno de Fujimori
consiguió éxitos al contener el deterioro de la
calidad de
vida y al disminuir el ritmo de aumento de la pobreza
absoluta, las reformas económicas acentuaron la
desigualdad del ingreso y del consumo y una
creciente brecha entre ricos y pobres, lo que, aunado al
deterioro originado por la crisis económica de fines de
los años ochentas, debilitó aún más
nuestro ya de por sí frágil sistema institucional,
originando una especie de escalada en la corrupción al
interior del aparato de poder, la que incluso superó a la
mostrada por el gobierno aprista en cuanto a su organización criminal y poder
político-militar.
Todo esto originó que la falta de claridad en el
manejo del gasto
público y las dificultades para fiscalizar su empleo durante
el fujimorato desembocó en una explosión social, la
que efectivamente se dio desde Septiembre del año 2000,
cuando el país observó a través de los
tristemente célebres "vladivideos", como se manejaban los
fondos públicos.
Hasta el momento, las investigaciones
en marcha a más de cuatro años después de la
caída y fuga de Fujimori no concluyen y continúan
los procesos entablados a por lo menos un millar de personas
involucradas en hechos delictuosos dentro del poder, lo que nos
da un atisbo acerca del grado y la profundidad de la
corrupción en el manejo del poder en la década de
1990. Esperemos que no concluyan en el vacío, como el
joven Basadre se quejaba cuando integraba el Tribunal de
Sanción Nacional creado en 1930 para investigar y penar a
los miembros de la corrupción de la década de 1920
o como ocurrió con la revisión de la escandalosa
sobre valorización de los créditos de particulares contra el estado
en tiempos de Echenique, cuando el Presupuesto alcanzaba apenas
el millón de soles y dichas acreencias fueron infladas a
veintitrés millones de soles.
En ambos casos los mayores saqueadores quedaron impunes
y sólo encontraron su fin tanto Leguía como
Castilla, en cierto modo asumiendo caracteres de tragedia griega,
sumidos en la más profunda pobreza y
carestía, el primero tísico en la prisión de
El Callao y el segundo consumido por las fiebres sobre las
ardientes arenas de su natal Tarapacá.
Ni Echenique ni los barones del azúcar o Mariano
Ignacio Prado prófugo en 1879, tuvieron un fin parecido.
En la actualidad, los peruanos que apostaron por la democracia no
cuentan ni siquiera con un consuelo revanchista similar, toda vez
que Fujimori se encuentra bajo la protección del gobierno
nipón, negando ser peruano, sino afirmando su origen
japonés y a la vez tentando la Presidencia para el 2006,
con un apoyo ciudadano extrañamente elevado.
Todo esto se explica por la debilidad institucional
peruana, siempre palpable, pero nunca tanto como en el
período posterior a 1980, originando un desplome del
sistema formal el 5 de Abril de 1992.
2.2.- Oralidad vs.
Escribalidad
El mundo escribal, donde predomina la escritura,
corresponde a una realidad netamente europea, tangible desde la
invención de la imprenta
(circa 1450) y originó una uniformización social
que hasta hoy aglutina a los europeos, a pesar de cualquier
diferencia nacional o regional. En esa atmósfera, donde el
número de lectores crecía año tras
año, fue más fácil que las instituciones
profundicen en la psique colectiva, además de la ayuda del
elemento religioso, con contenido fuertemente ético como
el Protestantismo.
En nuestro medio, la conquista española
creó un enorme corte traumático : la
desaparición del Incanato y los tres siglos de
Colonialismo nos marcaron para siempre. Una minoría
letrada y escribal dominaba a una inmensa masa de
aborígenes orales, tratando de imponer instituciones que
no correspondían a las ya existentes desde hace
siglos.
Un ejemplo de este choque cultural lo encarna el Padre
Valverde, incitando a atacar a Atahualpa en Cajamarca porque la
Biblia no significaba nada para él, proveniente de un
mundo religioso no escrito y en el que los dioses provienen de
una experiencia sensitiva directa con la naturaleza.
El desarrollo de la Institucionalidad en un
contexto dominado por una cultura netamente oral, pasando
ya a la cultura electronal, las que se asemejan más
entre sí que con cualquier carácter de la
cultura escribal, deberá pasar necesariamente por
explotar un punto típico de la oralidad y de la
electronalidad : la comprensión por cercanía, no
por semejanza.
Es un directo mensaje a los políticos, la
población no se identifica con ellos ni con su mensaje
debido a que, a pesar de tener una extracción social
similar y hasta étnicamente iguales, sus actitudes, su
derroche, su alejamiento del sufrimiento cotidiano de las masas,
originan un distanciamiento cada vez más grande y
así los esfuerzos de la esfera oficial por enraizar
instituciones escribales en las que casi nadie cree caen en el
vacío porque ellos mismos no dan el ejemplo y se acercan a
la ciudadanía.
Así, nadie entiende la prisa y la necesidad de
firmar un Tratado de libre
Comercio con los Estados Unidos ni
piensa que es importante el denominado acuerdo Nacional, porque
en ambos casos la población no ha sido consultada
directamente y por ende no se siente representada en las esferas
oficiales.
3.- Conclusiones
y Recomendaciones
Concluimos que sí resulta posible fortalecer la
institucionalidad en el Perú, si entendemos y aceptamos
nuestro transfondo cultural. La razón fundamental por la
cual un gran sector de la población añora a
Fujimori o a regímenes autoritarios, radica en el hecho de
la crónica debilidad institucional de nuestro contexto
nacional. Debemos fortalecerlas y opinamos que para ello es
necesario:
- Revitalizar y reformular el Acuerdo Nacional (la
llamada "concertación" de los años ochenta),
para así dotar de consenso a la actuación del
gobierno en materia de desarrollo nacional, acercando a la
población no tanto su texto como
sí su contenido, explicado de modo práctico y
concreto,
así como someterlo íntegramente a consulta
popular.Oriente. Tal vez así podrían
extenderse los criterios de algunos "reductos de eficiencia"
que existen en nuestra Administración Pública a todos
los sectores de la misma. - Aumentar las capacidades del gobierno, reformando al
Estado y especialmente al Poder Judicial,
de lo contrario no se podrá llevar adelante ninguna
reforma estructural a mediano o largo plazo. Debe
reestructurarse la carrera pública (el Servicio Civil),
reformulando una Ley del Escalafón de la Administración Pública con
criterios modernos. Este reforzamiento de la burocracia,
aislándola de las presiones políticas, así
como la restauración de un nuevo ente rector de la
planificación y supervisión del gasto público,
constituyeron los dos pilares sobre los cuales se asentó
la reforma institucional llevada a cabo por los países
de nueva industrialización (NIC) de
Extremo - Reforzar el desarrollo de la regionalización,
la descentralización y de la participación ciudadana en los Gobiernos
Locales, tema en los que ya existen avances, sobre todo en el
aspecto edil, pero en el ámbito regional sólo la
Región Lambayeque da señales de haber encontrado el camino
para fortalecer su gobierno regional, mientras que los
demás copian los ritualismos y arrastran los problemas
del Gobierno Central. - Poner énfasis en la aplicación de las
normas sobre transparencia fiscal y en
la rendición de cuentas de
los funcionarios públicos. - Vincular a los procesos de privatización con políticas de
objetivos de
mediano y largo plazo, predominando el criterio de calidad,
oportunidad y cobertura en los servicios
públicos. El caso de las empresas
generadoras de energía de Arequipa fue un claro ejemplo
de como no se debe proceder al respecto. - Aplicar a cabalidad la nueva Ley de Partidos
Políticos y reglamentarla adecuadamente, cubriendo los
temas que se dejaron pendientes de precisiones, como el
relativo a los Partidos Regionales. - Modernizar la
educación escolar, dotándola de contenido
ético y entendiéndola como un medio para alcanzar
el desarrollo
personal y no como un fin en sí misma, fomentando
reflexión y análisis, no el memorismo de textos
que los escolares ya no leen.
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DUNCAN RICARDO MASSON CABRERA
Santiago de Surco, Febrero de 2005