1.1- REFERENCIA HISTORICA, GEOGRAFICA, POLITICO Y
SOCIAL
Los hebreos, pueblo de nómades semitas, aparecieron en el
Asia Anterior alrededor del
siglo XIII a.C. Estos se asentaron en la zona de Palestina, al
sur de Fenicia. Esta zona esta delimitada al oeste, por el mar
Mediterráneo; al este, por el río Jordán y el Mar
Muerto; al norte, por las montañas del Líbano y al sur,
por la península del Sinaí. Es un territorio menos
fértil que Egipto y Mesopotamia, pero presenta
llanuras aptas para el pastoreo y el cultivo, por lo que
será codiciado por los vecinos del desierto. Esta
región se llamo primitivamente el país de Canaan debido
a que sus primitivos pobladores fueron los cananeos. Cerca del
1500 a.C. llegaron tribus de origen ario, los filisteos, y
denominaron a la zona Philistina, nombre del cual deriva la
palabra Palestina. Posteriormente se asentaron los hebreos,
singular pueblo, que no formo un poderoso Estado o un Imperio, pero que
sorteando avatares mantuvo su vigencia hasta la actualidad.
La sociedad israelita estaba
íntimamente relacionada con su religión. El núcleo de la sociedad
hebrea es la familia. Esta es
patriarcal. El padre es la máxima autoridad. Existían
también los esclavos; que se obtenían por compra o por
ser prisioneros de guerra; no se los trataba con
crueldad. En los tiempos de nómades, los hebreos vivían
en tiendas con pocos muebles. Esta forma de vida les facilitaba
su traslado en búsqueda de pasturas para sus rebaños.
Luego de asentarse en Palestina, habitaron en casas de piedra,
rodeados de huertos, conformando poblados.
El pueblo hebreo, tuvo una organización social
patriarcal. Según la Biblia, llegan a Palestina dirigidos
por su patriarca Abraham. "Hebreo" quiere decir "Gente del otro
lado". Fueron desde las riberas del Eufrates hasta el Valle del
Nilo, en donde abarcaron por caer bajo el yugo de los
faraones.
Los hebreos fueron sometidos a cruel servidumbre en Egipto.
Moisés los rescato de tan lamentable estado. Fue así
mismo el más grande legislador y organizador de su pueblo.
El Decálogo o los Diez Mandamientos, los cuales eran la
palabra de Dios sirvieron para dicho propósito. Además
de crear nuevas instituciones religiosas: el
reposo del Sábado, las grandes fiestas: la Pascua (en
recuerdo de la liberación del estado de servidumbre), el
Pentecostés (en memoria de la publicación de
los Diez Mandamientos, la de los Tabernáculos (en
remembranza de su vida en el desierto), y el Jubileo.
Josué, que sucedió a Moisés, condujo al pueblo
al valle de Jordán ( Canaàn, la tierra prometida).
Después de Josué se independizaron políticamente
las tribus, lo que trajo consigo cierta anarquía que
aprovecharon los pueblos vecinos para someter a los hebreos.
Al fin, deciden crear la realeza teocrática. Saúl
fue el primer rey. Le sucedió David (1056-1016). Con su
sucesor Salomón (1016-976), alcanzo el país su
máximo esplendor. En su época se edifico el templo de
Jerusalén, el mismo escribió el bello libro: " El cantar de los
cantares " (976). Muerto Salomón ,los hebreos se dividieron
formando dos reinos: Israel y Judà. Tanto
el uno como el otro fueron víctimas de los conquistadores
asirios y caldeos. La religión misma se fue corrompiendo, al
grado de verse amenazada por los cultos extranjeros.
Los Profetas: En esta época aparecen los profetas,
anunciando las desdichas del pueblo y defendiendo la
religión de Moisés. Entre ellos sobresalen:
Isaías, Jeremías, Daniel y Ezequiel. (Los cuatro
profetas llamados mayores). El reino de Israel con capital en Sumaria,
sucumbió en el año 721, el reino de judà, con
capital en Jerusalén, en 606. Puesto que los judíos fueron deportados
en masa a Asiría, se habla de un cautiverio babilónico,
que se prolongo hasta el año 536; posteriormente cayeron
bajo el dominio de los persas.
Más tarde Alejandro Magno se adueño
de Palestina (332). Durante el Helenismo fueron víctimas
de los Ptolomeos; después de los Sirios. Gozan de una
liberación efímera, gracias a los Macabros, pero al
termino del año 70 d. de J.C. es destruida
Jerusalén.
La Biblia: Es la colección de los libros sagrados, compuesta
entre el año 1200 a. de J. C. Se encuentra redactada en
distintas formas literarias (crónica, narraciones
históricas, himnos, refranes, cartas, leyes, etc. Y en diversas
lenguas: hebreo, arameo y griego.
Contiene:
- El Pentateuco a los cinco libros de Moisés
(Thora)
- El Génesis o la Creación del Mundo.
- El Éxodo o salida de Egipto.
- El Levítico o las leyes del culto.
- Los números o censo del pueblo.
- El Deuteronomio o Segunda Ley
- Los libros históricos ( Josué, Los Jueces, Los
Reyes, Las Crónicas, etc.) - Los libros poéticos (Job, Salmos, Proverbios, El
Eclesiastés, El Cantar de los Cantares). - Los profetas.
En la Biblia se respira un hondo monoteísmo, la gran idea
que aportaron los hebreos a la posteridad, unida a la idea de un
Mesías. Mas el Mesías vendrá a rescatar al
hombre, el cual
emprenderá el éxodo de esta tierra hacia la eternidad. La
salida de Egipto a la tierra prometida, es un símbolo
(Pedagogía del
Éxodo). Así culmina la alianza del hombre con Dios.
El Talmud. Es otro libro sagrado de los judíos, redactado
muchos años después de la destrucción de
Jerusalén. Contiene la Tradición, Doctrinas,
Ceremonias, etc., que observaron los judíos con tanto rigor
como la misma ley de Moisés. Existen dos Talmudes: El
Jerosolimitano y el Babilónico. Para el pueblo judío el
segundo es más valioso que el primero.
1.2- LA EDUCACION EN ISRAEL
1.2.1- LA EDUCACION FAMILIAR
Fue, durante siglos, la única forma de educación
existente en Israel, y aun cuando advinieron otras formas,
continuó siendo la educación fundamental. Era una
obligación para la familia educar a sus hijos,
según el precepto de Moisés que reproduce la Voluntad
de Dios: "Enseñaréis estas palabras a vuestros hijos
para que las mediten, hablando de ellas cuando estéis en
casa, o de camino, al acostaros y al levantaros"
( Deut. XI, 19. ) Porque dicha educación miraba no
sólo a la salvación individual, sino y principalmente a
la integración en la
tradición nacional: del cumplimiento de la Ley dependía
la subsistencia de Israel como pueblo de la Alianza, y para este
cumplimiento se requería la transmisión por vía de
enseñanza.
La historia educativa de los
hebreos ha variado al compás de sus mudanzas políticas y sociales. En un
principio se ciñe a la vida patriarcal del pueblo. La
educación tenía su centro de gravedad en la familia: El
padre era el maestro principal, no había escuelas de
ningún genero.
El patriarca es la fuente y símbolo de la educación.
En el cobra la ley un sentido de realidad.
El Pentateuco rige minuciosamente la vida de la niñez.
Prescribe las normas morales, las ideas
religiosas, las festividades, la historia, etc,. que el niño
debe aprender desde los más tiernos años. Sobre esta
base religiosa e histórica se le enseña al niño
la lectura y escritura. El mandato de
escribir en los umbrales de las puertas, fragmentos de la ley,
encierran virtualmente la obligación de enseñar a leer
y escribir.
Se enseñaba a los jóvenes y niños con los siguientes
contenidos:
a- La Ley de Dios: sus mandamientos y preceptos, referidos a
la totalidad de la vida, según se leen en la Thora
(los cinco primeros libros de la Biblia, también conocidos
como Pentateuco) y en los libros sapienciales,
principalmente
b- La oración: en la que los Salmos ocupan un
lugar de privilegio.
c- La Historia Sagrada: que abarca la religión, fundida
con la historia de Israel; la geografía; la historia de los pueblos
circundantes y su cultura; las leyes del culto,
leyes morales y civiles.
d- La música, bajo sus diversas
manifestaciones: canto, instrumentos, danza, todo ello de gran
importancia en la vida de Israel.
e- La escritura, cuya enseñanza no era obligatoria, pero
no era inusual. Por otra parte, y a diferencia de lo que
ocurría en la Mesopotamia y en Egipto, su dominio no
confería dignidad, era tan sólo un
servicio.
f- El oficio, habitualmente propio de cada familia, y
trasmitido de padres a hijos.
g– La educación de la mujer no era desatendida en
Israel, contrariamente a lo que sucedía en otras
culturas. En más de un pasaje de la historia sagrada el
protagonismo pertenece a la mujer, lo cual pone de relieve su preparación, y
la posibilidad que tenía de incidir en los acontecimientos
con sus palabras y con sus actos. Además se les
enseñaba a las mujeres:
– Las Sagradas Escrituras, como miembro que era del
pueblo de Dios, compañera de su esposo, educadora de sus
hijos y piedra fundamental de su casa.
– Hilar, tejer, habilidades indispensables para familias de no
gran fortuna, que en todo momento debían satisfacer la mayor
parte de sus necesidades con sus artesanías.
– Cocinar.
– Cuidar los rebaños, tarea en la que trabajaba
ayudando a los varones de la familia.
– La administración de los
bienes: la economía doméstica quedaba en
manos de la mujer, quien debía manejar valores (oro y plata), campos y ganado,
siervos y siervas, las compras y hasta el comercio, cuando
convenía.
- El buen gobierno de la familia, con la
formación en las virtudes que lo hacían posible:
honestidad, prudencia,
fortaleza, mesura, bondad y compasión, solicitud por los
demás, laboriosidad y previsión, y una profunda
religiosidad (sentido de la presencia de Dios, y espíritu
de oración).
1.2.2- LA EDUCACION DEL PUEBLO EN LA LEY
La lectura de la Ley es el modo
inicial de la educación pública, y había sido
prescripta con obligatoriedad por Moisés:
"Y les dio Moisés esta orden: Al cabo de cada siete
años, en la celebración periódica del año de
remisión, en la fiesta de los Tabernáculos, cuando
viene todo Israel a presentarse delante de Yahvéh tu Dios en
el lugar por Él elegido, leerás esta Ley en presencia
de todo Israel. Congregarás al pueblo, los hombres y las
mujeres, los niños y los extranjeros que moran dentro de tus
puertas, para que oigan y aprendan a temer a Yahvéh, Dios
vuestro, y cuiden el cumplimiento de las palabras de esta
Ley"( Deut. XXXI, 10-12. )
También se leía la Ley al pueblo en ocasiones
extraordinarias, como al regreso del cautiverio de Babilonia, o
cuando el rey Josías halló el texto de la Ley en las
ruinas del Templo profanado por su antecesor Manasés. La
lectura iba acompañada por una explicación a cargo de
los levitas, y luego podían reunirse los jefes de familia
con los sacerdotes y levitas para profundizar el estudio, y
llevar luego la instrucción a sus familias.
Durante el cautiverio de Babilonia surgió la SINAGOGA,
institución en la que los judíos deportados, lejos de
su Templo por otra parte ya destruido, y en tierra de paganos
de perversas costumbres, se reunían periódicamente
para rezar y hacer memoria de su religión, procurando al
mismo tiempo vivir según la Ley. También se meditaban
las profecías, que habían advertido reiteradamente al
pueblo y a sus gobernantes sobre las consecuencias de sus
muchos pecados, de los que no se habían convertido en su
momento.
Los MAESTROS eran los escribas, quienes traducían los
textos sagrados del hebreo al arameo (lengua hablada en Babilonia),
los exponían, los interpretaban y los explicaban, para
posibilitar su cumplimiento.
Al regresar a Palestina, las sinagogas se multiplicaron, al
punto de haber ciudades que contaban con varias.
También la sinagoga era un lugar para la instrucción
del pueblo, mediante la lectura periódica de la Ley. Los
lunes y jueves, tradicionales días de mercado y de audiencias
judiciales, se realizaban oficios en este sentido; pero la
ceremonia principal tenía lugar el Sábado.
También los PROFETAS se cuentan entre quienes ejercieron
una actividad educativa entre los hebreos, en los reinos de
Judá e Israel durante el período anterior al cautiverio
de Babilonia para el primero, y de su destrucción a manos de
Asiria para el segundo, y durante el cautiverio de Babilonia.
El profeta era un hombre llamado por Yahvéh para ser Su
portavoz. Hasta contra su voluntad, debía anunciar la
Voluntad de Dios y sus designios; también comunicaba a los
hombres un futuro preñado de recompensas o de castigos,
condicionado por la conducta de aquél o de
aquéllos a quienes se dirigía.
Los profetas habitualmente se dirigían a los reyes
(EDUCACIÓN DEL GOBERNANTE), guiando sus decisiones de
acuerdo a la Voluntad de Dios –en las campañas
bélicas, en los actos administrativos y en su conducta
personal–, y al pueblo
(EDUCACIÓN DEL PUEBLO), al que exhortaban a la
conversión pues a menudo caía en la idolatría y
pervertía sus costumbres.
El retrato del gobernante ideal era:
– un hombre de su pueblo,
– alejado de los tres grandes peligros que acechan a todo
hombre: el exceso en el placer, en la riqueza y en el poder,
– que diariamente busque en la Ley de Dios la norma de su
gobierno, y que en su cumplimiento encuentre la justicia,
- y que considere su posición con humildad, sabiendo que
ha sido elegido por Dios para el servicio de sus hermanos.
1.2.2.1- LA ESCOLARIZACION.
El estudio era tenido en gran aprecio entre los israelitas,
pues era la condición indispensable para el conocimiento y el
cumplimiento de la Ley y de los preceptos que la pormenorizaban,
cumplimiento que aseguraba la efectividad de la Alianza con
Yahvéh. Pero con el auge de la Sinagoga, la importancia que
habían cobrado sus miembros (en especial los Doctores de la
Ley), el peso religioso de los fariseos (judíos de estricta
observancia de la letra) y la codificación exhaustiva y
excesiva de la preceptiva religiosa, se había llegado a
olvidar que el valor del Libro Sagrado
residía en su comunicación de la Voluntad
de Dios, y se lo convirtió en un objeto de culto por sí
mismo.
1.2.3- LA EDUCACION ELEMENTAL.
El cautiverio que padecieron los hebreos en Egipto, no
dejó de tener efectos en su vida educativa. Una vez
rescatados de esta servidumbre, aparece la forma colegiada de
instrucción.
Las llamadas escuelas de los profetas instruían sobre los
servicios religiosos, tan
importantes en un estado teocrático. La música y la
poesía tenían gran
importancia. También estudiaban la legislación, la
medicina, que llegaron a
despertar mucho interés.
Con Salomón se perfecciono el sistema educativo rudimentario
de los hebreos. En sus bellos proverbios se percibe el aliento
moral y religioso que animaba
a la educación.
El origen de la escuela elemental. Entre los
judíos fue una institución tardía. De ella no
habla la Biblia. Gámala dispone que cada ciudad tenga por lo
menos una escuela, y si la ciudad tiene un rió que la divida
en dos partes, debe tener por lo menos dos escuelas. Por eso el
Talmud alaba su memoria diciendo: " Su nombre será recordado
con satisfacción ". La disciplina en un principio fue
rígida; la escuela se hallaba organizada en tres clases: la
mingrah, la mishnath y la guemara. A la primera acuden los
niños hasta los 10 años. A la segunda asisten los
niños de 10-15 años y en la tercera la instrucción
se refiere sobre todo a las ciencias naturales.
La jornada era de doble escolaridad, según la costumbre
de la época.
El MAESTRO era el sofer o escriba, pero más
comúnmente el hazzán, su asistente, quien
también tenía a su cargo aplicar la dura
disciplina.
El CONTENIDO de la enseñanza era todo lo referente a la
religión: la Thora o Pentateuco, los libros
históricos, los sapienciales, los de los profetas, los
salmos…, todo. Se estudiaba la lengua aramea, la hebrea y, en
algunas ciudades importantes, también el griego. A
diferencia de las escuelas de los escribas, pero en común
con la educación griega y la helenística-romana, era
más importante saber leer que saber escribir. Todo contenido
era oportuno para proveer instrucción y formación
religiosa y moral.
La educación manual. Probablemente los hebreos
son los primeros que reconocen un valor a la educación
manual. La costumbre de que el intelectual este iniciado en
algún oficio manual, significo también para los hebreos
una doble seguridad en la vida.
A pesar de las mudanzas que experimenta, al correr de los
tiempos la educación hebrea conserva el ideal
teocrático: Dios como principio y fin, como maestro y
modelo de la formación
del pueblo. El dotado de perfección humana es el hombre bueno y piadoso. La
formula de este tipo histórico de la educación la
expresa de modo preciso el Levítico: "Sed santos como yo, el
Eterno, soy santo"
La organización educativa de los hebreos produjo
magníficos resultados, pero su mejor rendimiento estriba en
su concepto y práctica de la
formación religiosa y moral de la juventud.
La trasmisión oral era el modo más común de
enseñanza, lo que supone un modo peculiar de
comunicación con el oyente que posibilite la fijación
de los contenidos.
Hay, una retórica (el arte de hablar) propiamente
hebrea, eminentemente poética, sugestiva, plena de coloridas
imágenes de la vida real
que apelaban a la sensibilidad del auditorio, familiarizado con
ese mundo concreto del que se
hacían brotar historias; multiplica los desarrollos de un
mismo tema, al modo de variaciones; utiliza símbolos,
comparaciones… Todo ello permitía una intuición a
partir de la cual se daba la elaboración interior y la
extracción de lo que podemos llamar una "lección", una
lectura que enriquece, al modo del alimento que, asimilado,
provoca un crecimiento.
Dentro de los recursos técnicos de dicha
retórica podemos citar: la parábola; la paradoja; la
reiteración de palabras; los desarrollos con variación
de imágenes; los proverbios, máximas o refranes; la
secuencia numérica; el paralelismo; la antítesis; el paralelismo
antitético; las imágenes.
1.2.4- LA EDUCACION SUPERIOR.
Tenía lugar en la "Casa de Investigación o de Estudio",
en la que recibían su formación el escriba, pero
también el rabino y el doctor de la Ley.
En otros tiempos el escriba había sido el sabio (no por
saber escribir, sino por su actitud ante la
Sabiduría): consejero de reyes, funcionario de gobierno,
juez, cronista del reino, mensajero real o embajador, secretario
privado y maestro. Ahora, el escriba había quedado relegado
a la función de maestro
elemental, y el concepto de sabio se había desplazado hacia
rabinos y doctores.
El escriba debía ser persona de situación
económica desahogada, no sólo por el tiempo que
demandaba su formación (la lectura y la meditación de
los textos sagrados, juntamente con el aprendizaje de lenguas,
cálculo, astronomía, algo de
ciencias varias, la historia
de muchos pueblos y su geografía, como así también
su sistema de gobierno y
legislación, el derecho, las costumbres…, y todo ello para
una tal valoración que fuera dable esperar luego un consejo
prudente, una decisión atinada), sino también porque su
espíritu no debía quedar atrapado en el mundo de lo
material, en el negocio y los intereses: debía aplicarse por
entero a la Palabra de Dios, a entenderla y ponerla en
práctica.
Los rabinos eran, fundamentalmente, maestros: maestros de
doctrina (por la predicación) y maestros de vida (a
través del consejo y la guía espiritual). Llevaban una
vida itinerante, recorriendo pueblos y ciudades, enseñando
en las plazas, en las sinagogas, junto a los ríos o en las
montañas, y también en las casas. El pueblo en general
los escuchaba, pero un grupo más reducido los
seguía, acompañándolos en sus desplazamientos y
participando más íntimamente de su vida y su doctrina:
eran los discípulos. Si el rabino tenía cierta fama
reconocida, podía ser constituido juez de asuntos menores y
cuestiones domésticas por los propios habitantes de un
lugar.
Finalmente tenemos al doctor de la Ley, personaje de gran
autoridad y prestigio, vinculado a la Sinagoga y al
Sanedrín: teólogo, maestro, legislador y juez. La
sabiduría de los doctores, y su enseñanza, se
encuentran recopiladas en el Talmud (siglos II a XIII
d.C.), que recoge la tradición erudita de Israel desde al
menos el siglo I a.C.
Se llegaba a ser doctor de la Ley tras largos años de
aprendizaje junto a un doctor,
escuchando respetuosamente sus lecciones (lectura de los textos
sagrados, explicación de los mismos, exégesis,
casuística, determinación o definición de tesis,
etc.), memorizando la doctrina, asistiendo a las discusiones
entre los maestros. Los discípulos interrogaban y eran
interrogados, en forma privada o pública. También
debían procurar vivir de acuerdo a la Ley, hasta en sus
prescripciones más pormenorizadas. Cuando el maestro
consideraba que su discípulo se hallaba suficientemente
preparado para enseñar y comentar, lo dejaba ir para que
abriera su propia escuela: Israel contaba con un nuevo doctor de
la Ley, un nuevo sabio por su doctrina y por su vida, para
edificación del pueblo a través de la instrucción
y el ejemplo.
1.3- EL FIN DE LA EDUCACION.
Qadosch, santidad, es el ideal educativo religioso-moral
más pleno, al que está llamado por vocación y
alianza todo miembro del pueblo israelita. Así, qadosch no
sólo implica la pertenencia a un pueblo, sino también
compromiso y heroísmo por cuanto la meta de dicho ideal sobrepasa
la fuerza humana: se trata de
imitar la santidad de Dios mismo. Pero, a diferencia de la
experiencia ético-religiosa de otros pueblos, el Hebreo
frente a dicho ideal asume su vocación de nómada
espiritual sin desesperarse confiando en que Yahveh, por más
tortuoso que sea el camino, lo cubrirá con su sombra y lo
guiará hacia un lugar seguro.
Qadosch, es una propiedad primeramente
religiosa, diferente a la santidad socrática-platónica,
más vinculada a la ética racional y a la
práctica de la justicia. Como fenómeno religioso, de fe
y de relación con la divinidad, qadosch expresa el supremo
ideal moral del pueblo de Israel, quien con plena conciencia histórica
reconoce que Yahveh lo ha liberado, le ha otorgado las leyes y es
quien lo santifica.
2.1- RESEÑA HISTORICA Y BIOGRAFICA.
Los profetas anunciaron con mucha anticipacion una
religión espiritual, la que abrazarían todos lo pueblos
y que seria un complemento y perfección de la antigua
religión judía. También enseñaron que Dios
enviaría a un Mesías (del hebreo Meschiah:
sinónimo de Christos, que significa ungido, consagrado por
Dios), y anunciaron su origen, nacimiento y el modo de cómo
cumpliría su obra.
Durante el imperio de Augusto y de acuerdo a las
profecías, nació en Belén, el Mesías
prometido: Jesucristo.
Sus padres fueron una doncella de la tribu de Judá,
llamada María, que lo concibió virgen, y José, que
ejercía el humilde oficio de carpintero.
El tierno niño fue adorado por los pastores y por los
tres reyes magos de oriente, pero luego fue llevado a Egipto,
pues Herodes el Grande, rey de los judíos, deseaba su
muerte y ordeno la
exterminación de todos los niños, menores de dos
años, nacidos en Belén.
Muerto el tirano, la Sagrada Familia regreso a Palestina y se
radico en Nazareth, ciudad de Galilea. Allí Jesús paso
su infancia y según los
Evangelios "crecía y se fortificaba lleno de sabiduría,
y la gracia del Señor moraba en El".
A los treinta años, Jesús partió de Nazareth y
llego a las orillas del río Jordán, donde fue bautizado
por el profeta Juan Bautista, quien ya había anunciado los
judíos, que el reino de Dios estaba cercano.
Luego Jesús se dirigió al desierto, donde allí
ayunó cuarenta días, a cuyo termino inicio su
predicación o vida publica, que duraría tres
años.
El Mesías recorrió Judea, Samaria y Galilea, y
mientras predicaba su doctrina, realizaba milagros con lo que
demostraba su divino poder.
Entre sus numerosos discípulos eligió a doce de los
más humildes y les dio el nombre de Apóstoles, es decir
enviados. Sobre estas doce columnas debía levantarse la
Iglesia de Dios.
Parte del pueblo de Israel creyó en Jesús, pero fue
combatido por los sacerdotes de la religión mosaica
(fariseos y seduceos) quienes lo acusaron de impostor.
Los judíos que habían soportado el cautiverio y la
dominación extranjera, (en ese momento estaba bajo el yugo
romano como provincia del imperio) esperaban un Mesías rico
y poderoso que los liberara de los romanos y extendiera por el
mundo la religión mosaica. Pero Jesús con su
mansedumbre, humildad y pobreza no era el príncipe que ellos
esperaban. A causa de esto fue perseguido.
La noche anterior a su muerte, Jesús cenó en en
Jerusalén con sus apóstoles y luego se retiro al huerto
de Getsemaní para hacer oración. Allí fue apresado
por un grupo de soldados, guiados por el traidor Judas
Iscariote.
Abandonado por sus discípulos, Jesús fue conducido
ante el Gran Sanhedrín o tribunal religioso de Israel, que
lo condeno a muerte. Pero la sentencia no podía cumplirse
sin el consentimiento de Poncio Pilatos, procurador romano de
Judea.
Al día siguiente (viernes) el Salvador compareció
ante el tribunal, mostrando sobre su cuerpo, las huellas de los
castigos recibidos. Se le acusaba de perturbar la tranquilidad
publica y tramar una revolución contra el
emperador, pretendiendo ser el Mesías.
Pilatos reconoció la inocencia de Cristo, pero por
cobardía ante las iras del populacho, ratifico la
sentencia.
Entregado a la turba exaltada, Jesús inicio el camino que
conducía la suplicio, llevando sobre sus hombros una pesada
cruz y precedido por dos ladrones, también condenados a
muerte. La crucifixión debía verificarse en el
Gólgota, pequeña colina rocosa situada fuera del
recinto urbano. Durante la marcha, la multitud lo insultaba y no
se compadecía de sus atroces dolores. Jesús rogaba a
Dios, diciendo "Perdónalos Padre mío, porque no saben
lo que hacen".
Despojado de sus vestiduras, fue clavado en la cruz y así
permaneció desde el medio día hasta las tres de la
tarde, en que falleció. Sus ultimas palabras fueron "Padre
mío, en tus manos encomiendo mi espíritu".
Según consta en las Sagradas Escrituras, Jesús
resucitó al tercer día y abandono el sepulcro, que
había sido cerrado. Durante cuarenta días se
apareció esporádicamente a los apóstoles para
instruirlos en el cumplimiento de su misión. Por ultimo,
Jesús se elevó a los cielos.
2.1.2- LA DOCTRINA CRISTIANA.
La doctrina y moral predicada por Cristo originaron una nueva
religión, que se llamo Cristianismo y cuyo emblema
fue la cruz, en que pereció el Divino Maestro.
Jesús enseñó la existencia de un solo Dios
eterno e inmaterial, infinito y todopoderoso. Esta divinidad
espiritual anima a todo el universo y a diferencia de
otras religiones, cesa la
confusión entre el Creador (Dios) y lo creado (naturaleza).
El cristiano cree en la inmortalidad del alma y debe amar a Dios sobre
todas las cosas y al prójimo como así mismo. Uno de los
caracteres mas destacados del Cristianismo es la infinita bondad
del Padre que esta en los cielos. En su nombre, Jesús
pronunció el Sermón de la Montaña, que enumera las
bendiciones divinas para todos los hombres de corazón puro y dulce. Es, en
realidad, un resumen de su doctrina.
Rodeado de sus discípulos, el salvador dijo:
"Bienaventurados los pobres desprendidos de los bienes de este
mundo, porque de ellos es el reino de los cielos".
"Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán
consolados".
"Bienaventurados los mansos para con sus semejantes, porque
ellos poseerán la tierra de los elegidos".
"Bienaventurados los que tiene hambre y sed de justicia,
porque ellos serán hartos".
"Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzaran
misericordia".
"Bienaventurados los de corazón puro, porque ellos
verán a Dios".
"Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán
llamados hijos de Dios".
"Bienaventurados los que sufren persecución, por causa de
justicia, porque de ellos es el reino de los cielos".
"Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen y
rogad por los que os persiguen".
"Vosotros sois la sal de la tierra, la luz del mundo, porque sois hijo
de vuestro Padre que esta en los cielos, que hace que su sol
salga sobre malos y buenos y llueva sobre justos y pecadores".
(Mt. V, 3-10)
2.1.3- ORIGINALIDAD DEL CRISTIANISMO.
Mientras los griegos y romanos rendían culto a una serie
de ritos sin sentido, cuyo carácter sagrado e
importancia se basaba en su antigüedad, el Cristianismo
estableció un dogma que cambio la naturaleza y forma
de adoración. En vez de las frías divinidades paganas,
mostró un Dios bondadoso, creador y dueño omnipotente,
que no tenia pueblo ni raza privilegiadas. Proclamo la
fraternidad universal, que no excluye a nadie, ni siquiera a los
enemigos y enseño el respeto por los deberes sociales:
la caridad, la solidaridad, la misericordia y el
perdón de los pecados.
El cristiano se relaciono con Dios , no con alimentos y bebidas, sino con un
humilde acto de fe: la plegaria. Además, aparto al hombre de
las miserias terrenales y le enseño el recto comportamiento en esta vida
transitoria para obtener la eterna felicidad en el cielo.
2.1.4- EL NUEVO TESTAMENTO.
La segunda parte de la Biblia constituye el Nuevo Testamento
(escrito en lengua griega), conjunto de libros escritos por
discípulos de Cristo, bajo su divina inspiración.
Comprende: Los Evangelios, Los Hechos de los Apóstoles, Las
Epístolas y El Apocalipsis.
- Los cuatro Evangelios según San Mateo, San Marcos, San
Lucas y San Juan, son los principales documentos que contienen la
Revelación cristiana y nos permiten conocer la vida y
milagros del Divino Maestro. - Los Hechos de los Apóstoles escritos por San Lucas en
Roma, luego de haber
compuesto su Evangelio. Es un importante documento que relata
la historia de los orígenes de la Iglesia hasta el
año 62. Contiene también una exposición completa de la
predica de los apóstoles. - Las Epístolas o cartas dirigidas a los Apóstoles
a los primeros fieles, en cuales cometan los Evangelios e
instruyen a los cristianos. - El Apocalipsis, también llamado Revelación, es
obra de San Juan el Evangelista y trata principalmente sobre
revelaciones misteriosas relativas al fin del mundo.
2.2- EL MAGISTERIO DE JESUS.
2.2.1- PERFIL PEDAGOGICO DE CRISTO
Jesús se presenta como un rabino o maestro itinerante.
Pero no era un maestro común, como bien notaron los que lo
seguían, porque:
• Enseñaba con autoridad: – Quienes Lo
escuchaban estaban poseídos de admiración por su
enseñanza, porque Su palabra era llena de autoridad.
Jamás un judío se hubiera atrevido a enseñar
colocándose como sujeto y fuente de sus afirmaciones; los
maestros, escribas, sacerdotes, y los doctores de la Ley hablaban
precisamente en nombre de la Ley ("Como dice la Ley…, como
dicen las Escrituras…").
• Su autoridad como maestro provenía del Padre, que
era Dios: Jesús hablaba no apoyado en la autoridad de la
Ley, sino directamente en la de Dios, a Quien llamaba Padre, y a
Quien decía haber escuchado. No era la suya una
relación con Dios a través de los sacerdotes sino una
relación directa, filial. Jesús hablaba de Su Padre,
Dios.
• Pero Él mismo, Su propia palabra es Verdad
liberadora del hombre, porque siendo hombre perfecto, manifiesta
al hombre su verdadero ser, que es de Dios y para Dios.
– "YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA; nadie va al Padre
sino por Mí." (Jn. XIV)
• Su enseñanza es original y, a la vez, una
recreación y
perfeccionamiento de lo ya existente:
– "No vayáis a pensar que Yo he venido a abolir la Ley
y los Profetas. Yo no he venido para abolir, sino para dar
cumplimiento…"(Mt. V, 17-18)
Al tiempo que confirma la Ley, la enseñanza de Jesús
invita a profundizarla, a espiritualizarla, a crecer.
• Es un maestro universal: se dirige a todos, a los
judíos y todos los hombres. Con gran escándalo de los
judíos se dirige, no sólo a todos los hombres, sino
también –y casi podríamos decir
"principalmente"– a los que son pecadores, porque vino como
médico para los enfermos, porque los sanos no tienen
necesidad de médico.
• Se presenta como un guía experto y seguro para
la vida del hombre, y lo invita a seguirlo:
- "Yo soy la luz del mundo. El que Me siga, no andará en
tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida." (Jn. VIII,
12) - Sobreabundan los textos evangélicos que nos muestran
la respuesta de quienes lo siguieron, y de aquéllos que se
negaron a hacerlo.
• Sabe del amor pedagógico (a
diferencia de los maestros de la época): Jesús no se
impacientaba cuando instruía al pueblo, no le gritaba, no
recurría a castigos físicos; contestaba las preguntas
sin soberbia ni suficiencia, y respetaba la libertad y los tiempos de cada
uno.
• Es un maestro que se presenta como criterio y norma de
conducta, algo que ningún judío había osado hacer
abiertamente, y en nombre propio:
Jesús es un maestro:
que enseña con autoridad una doctrina original;
que aduce la revelación del Padre como fuente de Su
autoridad;
que se ofrece como guía, invitando a que Lo sigan
todos,
porque es maestro universal, criterio y norma de conducta.
2.2.2- ¿A QUIENES ENSEÑABA?
Si bien Jesús enseñaba a todos, no lo hacía de
manera indiferenciada, no enseñaba a todos de la misma
manera. Había diversos niveles, dados por el modo de acceso
al Maestro, la capacidad de intelección, las situaciones
personales, etc. La pedagogía de Cristo se presenta como una
pedagogía diferenciadora. En efecto, enseña:
a) Al pueblo, que es testigo de los milagros de Cristo y por
ellos Lo admira y asiente a Su predicación, aun sin
entenderla demasiado. De alguna manera podríamos decir que
configuran una masa y, como tal, son más bien pasivos y su
relación con el Maestro, superficial.
b) A los discípulos, entre los que también podemos
distinguir diferentes niveles:
– los setenta y dos que reciben la misión de preparar la
venida del Señor en las ciudades que Él quería
visitar;
– los doce apóstoles, elegidos por Cristo, los cuales
conviven con el Señor, reciben la misión de la
predicación del Reino, les es dado conocer el sentido de
las parábolas, los misterios del reino de los cielos, y la
profecía de la Pasión, Muerte y Resurrección del
Señor. Finalmente, Cristo hace de estos apóstoles
"maestros";
- los discípulos escogidos: Pedro, Santiago y Juan, que
acompañan al Señor en momentos especiales.
c) A otros: el ciego de Jericó, José de Arimatea, el
publicano Leví, las mujeres que seguían a Jesús
(María Magdalena, Juana, Susana y otras), Marta, María
y Lázaro, Nicodemo, con quienes el Maestro se encuentra en
circunstancias muy personales, como personales son los
diálogos que mantenía con ellos y la instrucción
que recibían a través de los mismos.
A lo largo de la vida pública de Cristo, y a través
de Sus palabras, parece surgir siempre una y la misma
exhortación dirigida al hombre, mostrándole como bienes
a procurarse, como perfección a alcanzar, nada menos que LA
SANTIDAD, LA PERFECCIÓN, LA INFANCIA ESPIRITUAL.
- La Santidad, como obra de Dios.
B) La Perfección, como propósito del hombre ante la
invitación divina.
- "Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre
celestial es perfecto." No se trata, obviamente, de que el
hombre realice en sí la perfección de Dios (Dios es
Dios, y el hombre es hombre y no es Dios). Se trata, en
definitiva, de la imitación de Cristo, hombre perfecto en
cuanto hombre (se trata entonces del hombre imitando a un
hombre, del hombre buscando su perfección como hombre), y
también perfecta imagen del Padre en cuanto es
Su Hijo: porque quien ha visto a Cristo, ha visto al Padre,
según Él mismo lo dice a Tomás.
C) La Infancia Espiritual como estado que hace posible la
perfección evangélica, porque el infante, el niño,
necesita en todo a su padre, todo se lo pide, de él lo
espera todo, a
él tiende, hacia él camina. Y su padre lo escucha y
responde dándole amorosamente cuanto necesita, y teniendo el
mejor cuidado lo conduce hacia sí y le sale al encuentro.
Así debe ser el hombre para con su Padre Dios.
Estas ideas estaban ya en el Antiguo Testamento, y la figura
del rey David y el texto de muchos de los salmos compuestos por
él lo muestran claramente. Pero Jesús hace de ellas
algo más que la vivencia o la opción de un hombre
peculiar; las presenta como la única manera posible de ser
hombre delante de Dios, válidas y necesarias por
consiguiente para todo hombre. Por eso su prédica, su
enseñanza, gira en torno a ellas y las presenta con
cierta sistematicidad.
2.2.4- EL IDEAL EDUCATIVO.
No es otro que el propio Maestro, puesto que EL CRISTIANO HA
DE SER COMO OTRO CRISTO.
Es preciso, por tanto, el estudio de Cristo el hombre, de sus
sentimientos y de sus disposiciones y actitudes, porque sólo
puede imitarse lo que se conoce, se admira y se ama como bueno,
como un bien.
2.2.5- EL CONTENIDO DE LA EDUCACION.
Tal vez podríamos condensar la idea central de la
enseñanza de Cristo en esa realidad que es el Reino de los
Cielos, porque esta expresión habla de Dios –en Quien
consiste el Reino–, de la felicidad del hombre
–llegar a Él y vivir en Él–, y de la vida
del hombre –como camino hacia el reino–. O, dicho con
otras palabras, el Reino de los Cielos es el sentido último
del ser del hombre y de su vida, porque lo ubica como criatura
(ubicación en el ser) de Dios, hijo (ubicación en su
familia) del Padre y ciudadano (ubicación en su patria) del
Reino.
El contenido o saberes se basaban en:
- la fe en Jesucristo, como el Hijo de Dios Padre, como el
Mesías prometido (esto supone toda la fe judía, ya
que Cristo se presenta como el cumplimiento de las promesas
contenidas en las Sagradas Escrituras. Esta fe, si bien es un
acto de conocimiento ("la luz de la
fe"), no debe quedarse en un acto de conocimiento, sino que
debe llevar a la unión amorosa con Él, para la vida.
Es una fe operante –operante por el amor–, tanto en el
plano individual cuanto en el plano comunitario (todo hombre
es, para el cristiano, "otro rostro de Cristo" para amar.) b) los Mandamientos, cuyo cumplimiento continúa
siendo condición para la amistad con Dios, para
entrar en la Casa del Padre. Pero este cumplimiento, más
que una imposición, debe ser una necesidad del amor a
Dios y, como tal, ir siempre más allá de la
mínima exigencia de la letra: el amor diligente.Entre los Mandamientos, uno, el primero, resume la
plenitud de la fe y del amor ("Amar a Dios, tu Padre sobre
todas las cosas"). En él se trata del amor ordenado (el
orden en las preferencias).En íntima conexión con lo anterior, la conducta
recta. En efecto, no puede hablarse de amor sin lealtad, sin
esa verdad de vida última y honda que fundamenta la
confianza (paradójicamente, no la confianza de Dios,
sino nuestra confianza en Él).- la Nueva Alianza, de la que Cristo es sacerdote y
víctima, en cumplimiento de lo profetizado y prometido en
las Escrituras.
d) el estudio de las Sagrada Escrituras, porque:
• no es posible desear lo que no se conoce;
• es preciso conocer la Voluntad de Dios para
obedecerla;
• hay que escudriñar los signos de los tiempos para
cumplir el plan de Dios.
El Señor mismo explica los libros sagrados a los
discípulos de Emaús y reprocha a los fariseos y a los
saduceos su falta de inteligencia de las
Escrituras, falta que proviene de las tinieblas de sus
corazones.
- la oración, reiteradamente recomendada por el Maestro
como medio eficacísimo para obtener la Voluntad Divina, y
a tal punto que enseñó a sus discípulos a orar
(el "Padrenuestro").
2.2.6- LA METODOLOGIA.
La comunicación de Jesús con sus oyentes sigue las
habituales pautas de la conversación oriental: sobreabunda
en imágenes de la vida cotidiana, cargadas de afectividad, y
apela a recursos retóricos usuales en la escuela y en la
sinagoga. Por otra parte, y como buen judío, hace constantes
referencias a la Sagrada Escritura, que reinterpreta.
Sin embargo, la relación de Cristo con sus oyentes
variaba según el número y las características de
los mismos.
2.2.7- LA DISCIPLINA.
En toda educación la disciplina ha ocupado un lugar muy
importante, y no se halla ajena a la actividad de Cristo
educador. Pero, a diferencia de lo acostumbrado en otras
culturas, y en la misma tradición hebraica (nos referimos al
uso y abuso de los castigos físicos), Jesús
también usaba de la advertencia, de la prevención y del
elogio. Sin embargo, no están ausentes de su disciplina el
reproche suave o reconversión y el reproche severo, y hay
–con este sentido educativo– abundantes referencias a
recompensa, castigo y juicio final.
2.3- LA EDUCACION APOSTOLICA.
Después de la crucifixión de Jesús, los
apóstoles comenzaron a predicar la "Buena Nueva"; primero en
las aproximidades de Jerusalén, luego por las comunidades
judías orientales, y finalmente por todo el mundo
greco-romano.
La persuasiva y poderosa palabra de los apóstoles, tuvo
rápida aceptación entre los humildes, esclavos y
obreros. Así surgieron las primeras comunidades cristianas,
en cada una de las ciudades visitadas por estos "mensajeros de la
buena nueva". Antes de retirarse de una población para continuar
su predica, los misioneros dejaban organizados a todos los
llamados hermanos. Estos llevaban una vida austera, de acuerdo
con las normas establecidas por Jesús, y se reunían
diariamente para celebrar un culto muy sencillo.
Los presentes escuchaban la lectura del Evangelio o de las
Epístolas; cantaban alabanzas y oraban a Dios. La principal
ceremonia se efectuaba por la noche, en recuerdo a la última
cena que celebro Jesucristo con sus discípulos.
Consistía en una comida fraternal, llamada Agape, en la cual
los cristianos, luego de purificar sus pecados por medio de la
confesión, tomaban la Eucaristía, es decir el pan y el
vino consagrados (Cuerpo y sangre de Cristo).
El que deseaba ingresar en la comunidad, debía renunciar a
todo culto pagano y recibir la instrucción cristiana. Luego
ingresaba en la Iglesia por medio de la ceremonia del Bautismo,
la cual consistía en sumergir al converso en una cuba llena de agua y luego vestirlo de ropas
blancas. Entonces era considerado, Neófito, porque
recién nacía a la vida cristiana.
2.3.1- LA CATEQUESIS.
"Id y enseñad a todos los pueblos" (Mt. 28,16-20) dice
Cristo a sus discípulos; y estos aceptan la misión
encomendada por el Maestro enseñando de viva voz la verdad
de salvación.
La Catequesis (enseñar de viva voz) significó tanto
la acción de enseñar
como el objeto mismo de la enseñanza. Este modo de conferir
la verdad al pueblo comienza a ser un sencillo dialogo sobre las palabras y
hechos de Cristo hasta que evoluciona en un proceso de instrucción
más complejo, para entrar en el seno de la Iglesia a
través del bautismo y predicar la sagrada liturgia de los
fieles. La Catequesis presenta diferentes modelos, progresivamente mas
complicados, según los distintos periodos de la
expansión del Cristianismo.
En primer lugar el modelo más simple esta reproducido en
los discursos de San Pedro,
referidos a los Hechos de los Apóstoles; tratan, en esencia,
de la fe en Dios y en su hijo Jesucristo, de la Penitencia y del
Bautismo, y de la Resurrección y el Juicio Final. Los
Evangelios sinópticos responden a este primitivo diseño de Catequesis.
Posteriormente la Catequesis extiende un poco su contenido y
se configura en torno al Credo o Símbolo de los
Apóstoles, a instrucciones sobre el Bautismo, la
Eucaristía y la oración dominical, y a la moral cristiana inspirada
en los Mandamientos de la Ley de Dios.
2.3.2- LA DIDACHE.
Es muy probable que a finales del siglo I se hiciera ya el uso
de la Didaché, el texto didáctico más antiguo que
conocemos en su genero (debió escribirse en el año 50 y
el 70 de nuestra era) destinado a la instrucción cristiana
que recoge de forma resumida normas de organización y
liturgia de actos comunitarios, así como algunos comentarios
sobre la vida, la muerte, el fin del mundo y otros temas. Puede
dividirse en cuatro partes:
- La primera – del capitulo I al VI – es una
invitación a seguir el camino de la vida y apartarse del
de la muerte; describe los
vicios de los paganos y persuade al lector de los beneficios de
una buena educación familiar cristiana. - La segunda – del capitulo VII al X – reviste
carácter litúrgico y se refiere a los sacramentos y
sobre todo a la Eucaristía. - La tercera – del capitulo XI al XV – contiene
las instrucciones para la elección de los obispos y
diáconos; se ocupa, además, de los apóstoles, de
los profetas y de los maestros, de su formación, de su
conducta, y de su misión en las nuevas comunidades
cristianas. - La cuarta y ultima – el capitulo XVI – es una
visión apocalíptica del fin del mundo y de la venida
gloriosa y triunfante de Jesús.
2.3.3- EL CATECUMENADO (DISCIPLINA DE LO ARCANO)
Se instituye a principios del siglo III y se
extiende hasta finales del siglo V. En esencia es el periodo de
instrucción en el que se prepara el Catecumeno ( el que esta
dispuesto a entrar en la comunidad cristiana) para recibir el
bautismo y pertenecer a la Iglesia, desde el punto educativo
constituye un hecho de interés.
Son varios los ordenes de los catecumenos: El primero es el de
los Auditores, quienes reciben instrucciones fuera de la Iglesia
y escuchan solamente las homilías dedicadas a todos los
catecumenos, aunque no se consideran infieles porque desean ser
cristianos, sin embargo en algunas practicas litúrgicas no
podían estar presentes como si lo fueran; el segundo grado
de catecumenado, los catecumenos propiamente dichos, se iniciaba
con una recepción solemne en la que el obispo le
imponía las manos sobre su cabeza, haciéndole la
señal de la cruz sobre la frente, al tiempo que le
preguntaba cuál eran su razón y voluntad de pertenecer
a la Iglesia; en este periodo se les sometía a veces a
pruebas de testimonio,
exigiéndole una vida pura e irreprochable; el tercer orden
comprendía a los que pedían ser bautizados; se les
llamaba Competentes o Elegidos, después de ser examinados
sobre sus conocimientos sobre el Credo, en una
ceremonia solemne, por Pascuas o Pentecostés, se
inscribía su nombre en los registros de la Iglesia.
3- FUENTES DE INFORMACION
(BIBLIOGRAFIA)
– Bailey, A.E. La vida cotidiana en los tiempos
bíblicos. Buenos Aires: Hachette, 1947.
– Blazquez, J.M. Historia del mundo antiguo – Oriente
– Los Hebreos, tomo 10. España: Akal, 1989.
– Capitán Díaz, A. Historia del pensamiento pedagógico en
Europa. Madrid: Dykinson, 1984.
– Galino, M. A. Historia de educación – tomo I –
(edades antigua y media) Segunda edición. España:
Gredos, 1968.
– Heaton, E.W. La vida en tiempos del Antiguo Testamento.
Madrid: Taurus, 1959.
– Larroyo, F. Historia general de la pedagogía. México: Porruá,
1946.
– Rops, D. La vida cotidiana en Palestina, en los
tiempos de Jesús. Barcelona: Mateu, 1965. – Sher, J. Hechos
de Israel – Publicado por el centro de información de Israel. –
Ubieta, J. A. Sagradas Escrituras – Biblia de
Jerusalén Ilustrada (Antiguo y Nuevo Testamento) Barcelona:
Nauta, 1972.
Roberto José Lemos-Garay
Cátedra de Historia de la Educación
I.
Facultad de Filosofía y Letras.
Universidad Nacional de Cuyo.
Mendoza-Argentina.
Año: 2004