Varsovia, Pacto de (oficialmente, Tratado de
Amistad,
Colaboración y Asistencia Mutua), alianza militar
compuesta por ocho países comunistas europeos,
creada para contrarrestar el rearme de la República
Federal de Alemania, popularmente llamada Alemania
Occidental, y su ingreso en la Organización del Tratado del
Atlántico Norte (OTAN). El tratado fue firmado en
Varsovia (Polonia) el 14 de mayo de 1955 por Albania,
Bulgaria, Checoslovaquia (hoy República Checa y
Eslovaquia), República Democrática de
Alemania (en la actualidad parte de la reunificada
República Federal de Alemania), Hungría,
Polonia, Rumania y la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS). La alianza estaba
dominada por la URSS, que mantenía un estricto
control
sobre los otros estados firmantes del pacto.En 1961 Albania rompió relaciones
diplomáticas con la URSS a causa de diferencias
ideológicas y en 1968 abandonó el Pacto de
Varsovia.Desde mediados de la década de 1950 hasta
la de 1980, dos fueron los órganos que ejecutaron
las funciones
del Pacto de Varsovia: el Comité Político
Consultivo y el Mando Unificado de las Fuerzas Armadas,
ambos con sede en Moscú. Según los
términos del tratado, el Comité
Político Consultivo coordinaba todas las
actividades, excepto las puramente militares, y el Mando
Unificado de las Fuerzas Armadas ejercía la dirección sobre las tropas asignadas
a éste por los estados miembros. Se acordó
que el Mando Unificado quedara bajo dirección
soviética.La única acción militar del Pacto de Varsovia
fue dirigida contra un Estado
miembro: Checoslovaquia. (En el otoño de 1956, la
URSS llevó a cabo de forma unilateral la
invasión de Hungría, otro Estado miembro del
Pacto de Varsovia). En agosto de 1968, como respuesta a una
serie de reformas liberalizadoras promulgadas por el
gobierno
checoslovaco, conocidas como la primavera de Praga, tropas
de la URSS, Polonia, Hungría, Bulgaria y Alemania
Oriental (República Democrática de Alemania)
invadieron Checoslovaquia y forzaron el retorno a un
régimen afín a la ortodoxia soviética.
Rumania se opuso a la invasión, por lo que no
participó en ella, pero continuó siendo
miembro del Pacto.A pesar de que el Pacto de Varsovia fue
oficialmente renovado en 1985 para otros veinte
años, la transformación política de la Europa
oriental, a fines de la década de 1980,
debilitó profundamente a la
organización. La URSS inició la
evacuación de sus tropas de otros países del
Pacto de Varsovia y la República Democrática
de Alemania abandonó la alianza para unirse a la
República Federal de Alemania, logrando la
reunificación de Alemania, en octubre de 1990. Todas
las funciones militares conjuntas cesaron a finales de
marzo de 1991, y en julio los dirigentes de los seis
países miembros restantes acordaron la
disolución de la alianza.- Pacto de Varsovia
(1955-1991)Desde el mismo momento de la división, los
católicos del norte se convirtieron en una
minoría con desventajas en temas como empleo,
vivienda y participación efectiva en la actividad
política. En 1968 organizaron el Movimiento Pro-Derechos
Civiles para protestar por lo que consideraban un trato
discriminatorio, que a menudo provocaba reacciones
violentas. Los protestantes moderados reconocían la
necesidad de reformas, pero a ello se oponía
fuertemente la facción conservadora del Partido
Unionista en el poder.
Las tropas británicas, que fueron enviadas a Irlanda
del Norte en 1969 para ayudar a la policía local (la
Royal Ulster Constabulary, RUC), se establecieron de forma
permanente para garantizar la autoridad británica sobre la
provincia y reducir la reacción protestante, si bien
se convirtieron en el objetivo
de los atentados terroristas del IRA.En 1972, los británicos abolieron el
Parlamento de Irlanda del Norte e impusieron un gobierno
directo. En un referéndum celebrado en 1973,
boicoteado en gran medida por los católicos, el
electorado de Irlanda del Norte volvió a optar por
el mantenimiento de la unión con Gran
Bretaña, rechazando su reagrupamiento con la
República de Irlanda. La violencia creció en los años
siguientes. Dos mujeres de Belfast, Mairead Corrigan y
Betty Williams, recibieron el Premio Nobel de la Paz en
1976 por sus acciones
para reconciliar a las dos comunidades enfrentadas de
Irlanda del Norte. Sin embargo, su tarea fue inútil;
los intentos de acercar a ambos grupos
no dieron ningún resultado.Mientras tanto, el denominado IRA Provisional (el
ala más radical de este grupo)
mantenía una presión terrorista constante, al
tiempo
que algunos extremistas protestantes se equiparaban a ellos
mediante la constitución de varias organizaciones terroristas que iniciaron su
particular campaña de atentados.En 1979, el IRA asesinó a lord Mountbatten
(último virrey de la India),
y ese mismo día hizo caer en una emboscada a un
grupo de soldados británicos, muriendo 18 de ellos.
El asesinato de lord Mountbatten fue condenado
unánimemente.Más adelante, en 1981, el IRA
utilizó una nueva táctica para recuperar su
quebrantada popularidad: los miembros que se encontraban
detenidos en prisiones británicas comenzaron una
huelga
de hambre y cada nueva muerte a
la que ésta daba lugar iniciaba un nuevo ciclo de
violencia.Mientras tanto, la división entre las
comunidades norirlandesas permanecía tan marcada
como siempre, sin que se vislumbrara una solución.
La conferencia
intergubernamental creada en 1985 fue recibida por muchos
como un paso importante para la cooperación en temas
de seguridad, economía y sociedad, y para alcanzar una paz
definitiva. Sin embargo, los unionistas protestantes y
algunos nacionalistas irlandeses denunciaron ese acuerdo.
Al comienzo de la década de 1990 las tropas
británicas todavía patrullaban las calles de
Londonderry y Belfast, mientras que el IRA seguía
lanzando esporádicos ataques terroristas sobre
civiles británicos y personal
militar en las islas Británicas y en la Europa
continental.El 31 de agosto de 1994, después de 25
años de lucha, el IRA anunció un alto el
fuego incondicional y solicitó el inicio de
conversaciones de paz. No obstante, 9 de febrero de 1996 el
IRA rompió dicha tregua al perpetrar un atentado con
bomba en Londres, y responsabilizó de la ruptura al
gobierno británico; era el inicio de una nueva etapa
de violencia marcada por atentados esporádicos que
se prolongaría a lo largo de varios
meses.La determinación a favor de continuar con
el proceso
de paz ya iniciado por parte de los primeros ministros de
Gran Bretaña y la República de Irlanda, John
Major y John Bruton, respectivamente, hizo que, pese a la
persistencia de los atentados y los disturbios callejeros,
dieran comienzo en el castillo de Stormont, próximo
a Belfast, las conversaciones de paz con la presencia de
los principales partidos
políticos norirlandeses, incluido el Sinn
Féin, pese al rechazo inicial de los grupos
protestantes de sentarse a la mesa con quienes no
condenaban los atentados del IRA.La victoria electoral de los laboristas en las
elecciones celebradas en el Reino Unido en mayo 1997, unida
al alto el fuego declarado del IRA el 19 de julio,
permitieron un desarrollo efectivo de las conversaciones de
paz. Los atentados cometidos por grupos terroristas
católicos y protestantes disconformes con las
negociaciones no impidieron la buena marcha de las mismas,
como pusieron de manifiesto las dos reuniones mantenidas
—en diciembre de 1997 y marzo de 1998— en
Downing Street, residencia oficial del primer ministro
británico, entre Tony Blair y representantes del
Sinn Féin, encabezados por Gerry Adams, toda vez que
este partido católico había hecho renuncia
explícita y pública en el mes de septiembre
de la violencia como forma de actuación
política.La firma de un acuerdo de paz el viernes 10 de
abril de 1998 por parte de los principales partidos
norirlandeses y de los primeros ministros del Reino Unido y
de la República de Irlanda, vino a confirmar los
deseos de poner fin a la violencia de una vez por
todas. - Conflicto en
Irlanda del Norte (1969)Francisco Franco Bahamonde (1892-1975), militar y
político español, jefe del Estado (1936-1975),
responsable del régimen autoritario (franquismo) que
se inició durante la Guerra
Civil (1936-1939) y concluyó con la
muerte del titular.Nació el 4 de diciembre de 1892 en El
Ferrol (Ferrol, localidad coruñesa que
recibió la denominación oficial de El Ferrol
del Caudillo durante la dictadura franquista). En 1907
ingresó en la Academia Militar de Toledo. Tres
años después recibió el grado de
segundo teniente de Infantería. Con 20 años
comenzó su carrera militar en el Ejército de
África, lo que le permitió cosechar
méritos y ascensos por acciones bélicas
durante la guerra de Marruecos. Tras una breve estancia en
la península Ibérica, durante la cual
contrajo matrimonio
en 1923 con Carmen Polo, perteneciente a la alta sociedad
asturiana, retornó al norte de África ese
mismo año para mandar la primera bandera del Tercio
Extranjero (Legión). A partir de entonces se produjo
la aceleración de la que sería una brillante
carrera militar, que le llevó a ascender a general
de brigada en 1926, convirtiéndose en el general
más joven de Europa.Durante la dictadura del general Miguel Primo de
Rivera, que había dado comienzo en 1923,
desempeñó el cargo de director general de la
Academia General Militar de Zaragoza desde 1928. Pocos
meses después de la proclamación de la II
República, que había tenido lugar en abril de
1931, Manuel Azaña, el entonces ministro de la
Guerra del gobierno provisional republicano, decretó
el cierre de dicha institución castrense y el
consiguiente cese de Franco al frente de la
misma.Finalizada la etapa de gabinetes reformistas
formados por republicanos y socialistas, intervino como
asesor del ministro de la Guerra, Diego Hidalgo
Durán, en la represión de la
insurrección revolucionaria de Asturias (octubre de
1934) y en 1935 asumió la jefatura del Estado Mayor
por designación del nuevo ministro de la Guerra,
José María Gil-Robles.Tras el triunfo electoral del Frente Popular
(febrero de 1936) el gobierno presidido por Azaña le
destinó a la comandancia general de Canarias. Desde
este puesto intervino en el levantamiento militar contra el
gobierno republicano, iniciado el 17 de julio en Marruecos
y origen de la Guerra Civil. Llegó a Tetuán
el 19 de julio para tomar el mando del Ejército de
África. El 20 de julio moría en accidente de
aviación el general José Sanjurjo, quien
debía dirigir la insurrección militar. Entre
otros acuerdos, la Junta de Defensa Nacional constituida el
24 de julio en Burgos por los militares sublevados y
presidida por el general Miguel Cabanellas
distribuyó el mando del Ejército rebelde del
Norte y del Sur entre los generales Emilio Mola y Francisco
Franco. No obstante, poco después se resolvió
la unidad de mando militar y político a favor de
Franco.El 29 de septiembre de 1936 fue nombrado por la
Junta de Defensa Nacional generalísimo de las
fuerzas militares sublevadas y jefe del gobierno. El 1 de
octubre asumió esos cargos, a los que él
mismo añadió el de jefe del Estado. Con esta
medida, Franco dispondría en adelante de plenos
poderes, que ejerció hasta su muerte. El
fallecimiento en accidente de aviación del general
Mola (junio de 1937) le liberó de un posible
competidor.Otro tanto sucedió al ser fusilado en
noviembre de 1936 en la cárcel de Alicante
José Antonio Primo de Rivera, el fundador de Falange
Española. En efecto, el 19 de abril de 1937
promulgó el Decreto de Unificación que, so
pretexto de superar las divisiones en el seno de las
fuerzas políticas colaboradoras en el
alzamiento militar, unía a Falange con los
tradicionalistas (carlistas) y ponía bajo la
jefatura directa del caudillo (título recibido por
el propio Franco) a Falange Española Tradicionalista
y de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (FET y de
las JONS), único partido autorizado por el
régimen, y pronto diluido bajo la expresión
"Movimiento Nacional".Sin haber finalizado la contienda, Franco
presidió el 30 de enero de 1938 el primer gobierno
de su larga dictadura. Desde que terminó la guerra
el 1 de abril de 1939 y hasta su muerte (acaecida el
20 de
noviembre de 1975 en Madrid),
monopolizó un régimen que se confunde con su
titular: el franquismo. Hasta junio de 1973, cuando por
primera vez cedió la jefatura del gobierno a su
"mano derecha", el almirante Luis Carrero Blanco, Franco
fue al mismo tiempo jefe del Estado, del gobierno y del
Ejército.El periodo durante el cual ejerció el poder
el general Franco, así como el régimen
político creado por éste ha recibido el
nombre de franquismo. Comprende un dilatado proceso que
entremezcla continuismo y cambios durante casi cuatro
décadas. Desde el Alzamiento (denominación
que los sublevados dieron al inicio de su rebelión
con la que comenzó la Guerra Civil), nadie
dudó de que, en caso de vencer, el régimen
previsto sería una ruptura respecto del pasado
republicano. Así lo fueron las primeras instituciones gubernamentales creadas para
la España "nacional" (nombre con el que
los sublevados reconocían el territorio sobre el que
ejercían su control) en plena Guerra Civil: Junta de
Defensa Nacional (julio-octubre de 1936), Junta
Técnica de Estado (octubre de 1936-enero de 1938) y
primer gobierno presidido por Franco, que serían el
germen de la dictadura.Los apoyos recibidos desde el principio
permitían presumir el futuro político del
"Nuevo Estado" que, por su larga duración,
pasó sucesivamente por las fases de dictadura
personal, totalitarismo autoritario de "pluralismo
limitado" y tecnocrático o, como gustó
repetir su creador, de democracia orgánica.En cualquier caso, se trató de un
régimen sin ningún carácter democrático, no
sólo por su origen (sedición generadora de
una guerra civil) sino por su posterior desarrollo,
caracterizado por el mando personal del caudillo, la
inexistencia de partidos políticos, de
división de poderes y de libertades, así como
por el fuerte control ejercido desde el poder, cuya
naturaleza coincidía con la ideología franquista:
antiliberalismo, anticomunismo, antirrepublicanismo,
nacionalismo, concepción
jerárquica y autoritaria y nacionalcatolicismo. En
su última fase, sin abandonar el trauma de la Guerra
Civil y la despolitización como recursos, se incorporaron otros factores: la
ideología desarrollista, un nuevo sistema
educativo y el europeísmo, junto con el evidente
cambio
de la estructura
social que tuvo efecto desde la década de
1960.Con todo, y hasta el final, el franquismo
defendió a ultranza la trama ideológica de
los llamados principios
del Movimiento: unidad e integridad de la patria,
confesionalidad del Estado, la monarquía tradicional como forma de
gobierno (aunque no apareció la figura del monarca)
y el corporativismo, que definía la
representatividad a través del municipio, el
sindicato vertical (nacionalsindicalismo) y
la
familia.Este fue, en efecto, el proceso
institucionalizador del Nuevo Estado, no consumado hasta
enero de 1967 con la promulgación de la Ley
Orgánica del Estado que culminaba las denominadas
siete Leyes
Fundamentales, el peculiar acercamiento al
constitucionalismo del régimen franquista: Fuero del
Trabajo
(marzo de 1938), Ley Constitutiva de las Cortes
Españolas (julio de 1942), Fuero de los
Españoles (julio de 1945), Ley del Referéndum
Nacional (octubre de 1945), Ley de Sucesión a la
Jefatura del Estado (julio de 1947), Ley de Principios
Fundamentales del Movimiento Nacional (mayo de 1958) y la
ya citada Ley Orgánica del Estado.Quedaba como resquicio de cara al futuro la
proclamación en 1969 del príncipe de
España como sucesor a título de rey, en una
monarquía instaurada, que no restaurada. El
fallecimiento de Franco propició de alguna manera en
1975, y sin que el dictador se lo hubiera propuesto, la
monarquía democrática bajo el reinado del
nieto de Alfonso XIII, Juan Carlos I, poniendo de
manifiesto la inviabilidad del "franquismo sin Franco". El
proceso posterior al deceso del general se conoce como
transición a la democracia.Todo este proceso de lento y tímido
aperturismo demandado por el desarrollo
económico de la década de 1960 y que
según cabía esperar debía conllevar un
desarrollo político, tropezó con las
tensiones entre los llamados inmovilistas (falangistas
ortodoxos) y los conocidos como aperturistas en cuestiones
tales como la sucesión en la jefatura del Estado, la
apertura hacia los países de la órbita
soviética, el asociacionismo o la atención de las demandas expresadas
por la conflictividad laboral,
en definitiva: el posible camino hacia la
democracia.Si, como se ha dicho, un amplio sector del pueblo
aceptó el franquismo, al menos en los dos primeros
decenios, y siempre como un mal menor tras una cruenta
guerra civil, tampoco faltó la presencia de una
oposición política. En los primeros
años ésta estuvo a cargo de las guerrillas
que actuaron en determinadas zonas del territorio
español, así como de la oposición
democrática llevada a cabo desde el exilio
(republicanos, monárquicos seguidores de Juan de
Borbón y Battenberg, socialistas y comunistas) cuyo
punto álgido fue el Congreso de 1962, que la
prensa
oficial descalificó como "contubernio de
Munich".A todo ello deben unirse las huelgas y conflictos laborales (el recién
nacido sindicato Comisiones Obreras consiguió
infiltrarse en las instituciones autorizadas, en tanto que
la socialista Unión General de Trabajadores (UGT)
mantuvo la lucha clandestina) y estudiantiles (contrarios
al oficial Sindicato Español Universitario, SEU) y,
en el último tramo, las actuaciones de grupos
ligados a la Iglesia
católica que marcaron distancias con el
régimen después del Concilio Vaticano II
(1962-1965), sin olvidar la acción de grupos
terroristas como la organización independentista
vasca ETA. Sin embargo, este abanico opositor fue a la
postre débil y no logró sus propósitos
de vencer al régimen, que actuó con dureza a
la hora de reprimirlo.Otro tanto ocurrió con las relaciones
exteriores. El franquismo consiguió superar el
aislamiento internacional al que estuvo sometido el
régimen durante la década de 1940 por haber
mantenido, bajo la capa de neutralidad en la
II Guerra
Mundial, la amistad con las potencias del Eje.
España, en un primer momento, quedó fuera de
la Organización de las Naciones
Unidas (ONU),
creada en 1945. Pero la Guerra
fría modificó el panorama y obligó
a aceptar la situación española.Los pilares de este reconocimiento internacional
se plantaron en 1953 con la firma del Concordato con la
Santa Sede y la de los pactos económicos y militares
con Estados
Unidos (Convenio de Amistad y Cooperación).
Ambos hicieron saltar el cerco impuesto
hasta entonces a Franco. En 1955 España
ingresó en la ONU, si bien antes lo había
hecho en otras organizaciones internacionales, como la
Organización Mundial de la Salud
(OMS), la UNESCO y la Organización Internacional del
Trabajo (OIT). El presidente estadounidense, Dwight David
Eisenhower, visitó Madrid en diciembre de 1959.
Desde finales de 1969, coincidiendo con la llegada al
Ministerio de Asuntos Exteriores del tecnócrata
Gregorio López Bravo, la diplomacia española
inició una apertura hacia los países del
entorno soviético, en un principio con
carácter comercial y más tarde en forma de
relaciones diplomáticas plenas.En lo que respecta a las relaciones con Latinoamérica, la política
exterior franquista cabalgó sobre las conveniencias
de cada momento. Los gobiernos latinoamericanos se
dividieron al iniciarse la Guerra Civil en torno a
la actitud
que deberían adoptar frente al conflicto y aunque México (presidida durante la guerra
por Lázaro Cárdenas) mantuvo siempre una
política de firme defensa de las instituciones
republicanas, que se prolongó hasta la muerte de
Franco y la celebración de las primeras elecciones
democráticas en 1977, los demás países
fueron reconociendo al dictador y su régimen, sin
excepción. Franco, por otra parte, encontró
apoyo y simpatía en los gobernantes autoritarios
latinoamericanos de todas las épocas: las actitudes personales y gubernamentales del
argentino Juan Domingo Perón, el dominicano Rafael
Leónidas Trujillo o el chileno Augusto Pinochet
fueron una buena muestra
de ello.De otro lado, a las buenas relaciones con los
países musulmanes expresadas en las visitas de los
jefes de Estado de Arabia Saudí, Jordania, Irak,
Irán y Egipto,
cabe añadir el reconocimiento español a la
independencia del territorio de Marruecos
bajo su protectorado (1956), el reconocimiento de los
derechos de dicho país sobre Ifni (1969) o la
independencia de Guinea Ecuatorial (1968). En el ocaso del
franquismo (octubre de 1975), el rey marroquí
Hasan II organizó la Marcha Verde sobre el
territorio del Sahara Español, lo que supuso
abandonar éste en manos de Marruecos y
Mauritania.Sin quebrar el monolitismo del sistema,
los principales grupos colaboradores en los gobiernos
franquistas fueron militares, falangistas,
monárquicos, católicos y tecnócratas.
Salvo en los dos últimos gabinetes (presididos por
Luis Carrero Blanco desde junio hasta diciembre de 1973, y
por Carlos Arias Navarro, que sustituyó a
éste tras su asesinato a manos de ETA), todos
tuvieron como presidente a Franco, responsable único
de los equipos ministeriales, sujetos en la duración
y composición a su exclusiva voluntad. Según
la coyuntura (cierre autocrático o
liberalización política) se mantuvieron o
fueron sustituidos, siempre al compás de la astucia
del general que tuvo especial empeño en mezclar las
distintas "familias" del régimen dando la
impresión de un falso pluralismo, por cuanto no se
reconocía la existencia de partidos
políticos.Algunos de los principales ministros de los
gobiernos presididos por Franco fueron, además de
los ya mencionados Carrero Blanco, Arias Navarro y
López Bravo: Ramón Serrano Súñer,
Francisco Gómez Jordana, Juan Antonio Suances,
José Enrique Varela, Alberto Martín Artajo,
Agustín Muñoz Grandes, Fidel Dávila,
José Antonio Girón, Raimundo Fernández
Cuesta, Joaquín Ruiz Giménez, José
Solís Ruiz, Manuel Fraga Iribarne, Alberto
Ullastres, Camilo Alonso Vega y Torcuato
Fernández-Miranda.Por último, y en otro orden de cosas, la
economía y la política económica sufrieron
una interesante evolución a lo largo de los cuarenta
años de gobierno franquista. El primer periodo,
transcurrido desde 1939 hasta 1951, fue una etapa de
autarquía que acusó los efectos de las
guerras
civil y mundial. Durante ese primer periodo España
experimentó una auténtica depresión que contrastaba con la
recuperación europea, lograda por la ayuda prestada
por el Plan
Marshall y de la cual no disfrutó el país
gobernado por Franco.La década de 1950 actuó como bisagra
en la que se produjo un crecimiento debido a la
liberalización, la mejora de las relaciones
exteriores y los ingresos
procedentes del turismo y
los numerosos emigrantes. La década de 1960 fue una
década de expansión que había dado
comienzo con el Plan de Estabilización de 1959 y
continuó hasta 1973, respondiendo en cierto modo al
esquema propuesto por la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE):
energía barata, precios
favorables en alimentos y
materias primas, reservas de mano de obra barata procedente
del sector primario, aumento de la población activa y expansión
del mercado
internacional. - Muerte de
Francisco Franco Bahamonde (1976)Mitterrand, François (1916-1996),
presidente de Francia (1981-1995). Nacido en Jarnac,
estudió derecho, literatura
y ciencias
políticas en la Universidad de París. Sirvió
en el Ejército francés durante la
II Guerra Mundial y participó en la Resistencia durante la ocupación
alemana de Francia. Fue elegido parlamentario de la
Asamblea Nacional en 1946. Más tarde fue ministro
para los Territorios de Ultramar (1950-1951), ministro del
Interior (1954-1955) y ministro de Justicia
(1956-1957). En 1965 disputó infructuosamente a
Charles de Gaulle la presidencia de la República,
como candidato de la izquierda no comunista. En 1971
resurgió como líder del renovado Partido
Socialista. Con el apoyo de los comunistas, compitió
de nuevo por ese cargo con Valéry Giscard d'Estaing
en 1974 y perdió por un estrecho margen. En 1981
Mitterrand desafió por segunda vez a Giscard,
obteniendo la victoria, por lo que se convirtió en
el primer presidente socialista de la V República.
En el ámbito interior, nacionalizó bancos y
algunas de las grandes industrias y aumentó los beneficios
económicos de la clase
trabajadora. Con la victoria de la derecha en las
elecciones para la Asamblea Nacional de 1986, Mitterrand
tuvo que compartir el poder, en lo que se dio en llamar
'cohabitación', con el nuevo primer ministro
conservador Jacques Chirac. Mitterrand fue reelegido
presidente de la República en las elecciones de
1988. Le sucedió en este cargo Chirac al resultar
triunfador en las elecciones de 1995, a las que Mitterrand
ya no se presentó. Falleció el 8 de enero de
1996 en París. - Victoria
socialista en Francia
con François Mitterrand (1981) - Políticas
del Glasnost y la Perestroika
1.5.1 Perestroika (en ruso,
‘reestructuración’), término empleado
para referirse a la reforma económica realizada en la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
(URSS) al final de la década de 1980. La palabra
comenzó a utilizarse cuando, en 1985, Mijaíl
Gorbachov pasó a ser el máximo dirigente
soviético. Esta política ya estaba en la fase de
diseño
antes de su elección, pero fue en el pleno del
Comité Central del Partido Comunista de la Unión
Soviética (PCUS) de abril de 1985 cuando se decidió
que era crucial para rescatar al Estado del colapso
económico y que había que llevarla a la
práctica inmediatamente.
La perestroika habría de convertirse en un plan
sistemático y en una estrategia
concreta para el desarrollo del país. La reforma alcanzaba
todas las áreas del sistema soviético: la ciencia y
la tecnología, la reorganización de la
estructura
económica y los cambios en la política de inversión. Su objetivo era convertir una
gestión
muy centralizada en un sistema más descentralizado, basado
en cierto grado de autonomía local y autogestión.
Otros objetivos
eran: reducir el alcoholismo y
el absentismo laboral, permitir a las empresas tomar
decisiones sin consultar a las autoridades políticas,
así como el fomento de la empresa
privada y de sociedades
conjuntas con un número limitado de
compañías extranjeras. Su contrapartida en el mundo
de la cultura y de
los medios de
comunicación fue la glasnost.
Hacia el final del mandato de Gorbachov, la perestroika
empezó a recibir críticas tanto por los que
pensaban que las reformas se aplicaban con demasiada lentitud
como por los que temían que destruyera el sistema
socialista y lo sustituyera por la anarquía. En ambos
casos se temía que el país se dirigiera al colapso.
En 1991 Mijail Gorbachov perdió el poder tras un fallido
golpe de
Estado. Borís Yeltsin se convirtió en su
sucesor, abandonando el comunismo y
conduciendo a la URSS a su desintegración.
1.5.2 Glasnost (en ruso, ‘apertura’ o
‘transparencia’), política llevada a cabo
junto a la perestroika por Mijaíl Gorbachov, dirigente de
la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (URSS) desde 1985 hasta 1991. Mientras que la
perestroika se ocupaba de la reestructuración
económica de la Unión Soviética, la glasnost
pretendía atenuar las políticas restrictivas que
impedían la libertad de
expresión y la libre circulación de las ideas.
Permitió el debate
público sobre cuestiones políticas, alentando por
tanto las críticas a la política y a la sociedad
soviéticas. Los medios de
comunicación obtuvieron mayor libertad para expresar
opiniones que antes hubiesen sido condenadas. Permitió
conocer tanto los errores del gobierno soviético, como el
accidente nuclear de 1986 en Chernobil.
Gorbachov también autorizó la
liberación de cierto número de prisioneros
políticos y la emigración de algunos refuseniks
(disidentes). El objetivo de la glasnost era crear un debate
interno entre los ciudadanos soviéticos, y alentar una
actitud positiva y el entusiasmo por las reformas en la
Unión Soviética. Sin embargo, la política se
mantuvo por su propia inercia al empezar la gente a hablar con
más confianza justo cuando los problemas de
la sociedad soviética se hicieron evidentes y el programa de
reformas económicas empezó a fallar. En 1991, tras
un golpe de Estado fallido, Gorbachov abandonó el poder y,
una vez disuelta la URSS, Borís Yeltsin se
convirtió en el máximo dirigente de la
Federación Rusa. Las libertades de prensa y de
discusión en Rusia en la
actualidad son mucho mayores que bajo el comunismo, pero el
futuro a largo plazo de los medios de
comunicación y de la opinión
pública sigue siendo incierto.
1.6 España:
Premios Nacionales 2000
Durante los meses de octubre y noviembre, el Ministerio
de Educación
y Cultura hizo pública la concesión de los
distintos Premios Nacionales para el año 2000.
El 3 de octubre, Luis Mateo Díez (Villablino,
1942) obtuvo el Premio Nacional de Narrativa por su libro La ruina
del cielo. La obra galardonada lleva al lector a la España
de la década de 1930, al pequeño pueblo imaginario
de Celama. En ella, un médico, Ismael Cuende, cuenta las
vidas de cerca de 400 seres ya desaparecidos que forman parte de
una cultura rural hoy casi perdida.
El 18 de octubre fue anunciada la concesión del
Premio Nacional de Ensayo 2000 al
filósofo Javier Echevarría (Pamplona, 1948) por su
libro Los señores del aire. En
él, el autor aborda el tema de la sociedad de la información y los cambios que ésta
genera en la organización social contemporánea, en
la vida cotidiana y en las mentalidades. Subraya el autor la
necesidad de regular y democratizar lo que él llama el
tercer entorno.
El Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial
recayó el 20 de octubre en Biblioteca Nueva
por su "tarea en la recuperación de fondos
históricos".
El 24 de octubre, el jurado del Premio Nacional de
Literatura Dramática hizo pública la
concesión de este galardón a Domingo Miras por sus
obras Una familia normal y
Gente próspera, textos escritos hace casi una treintena de
años y que el propio autor califica de
"realistas".
El 25 de octubre le fue concedido el Premio Nacional al
Fomento de la Lectura al
conocido escritor Fernando Sánchez Dragó, por su
programa de televisión
Negro sobre blanco, dedicado al mundo del libro y que gira en
torno a una conversación con un autor sobre su
obra.
La obra colectiva Símbolos de España, publicada por el
Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, y que
salió a la luz en 1999, se
llevó el Premio Nacional de Historia el 30 de octubre.
Bajo la coordinación de Carmen Iglesias, Faustino
Menéndez Pidal, Begoña Lolo y Hugo O’Donnell
realizaron en ella un estudio de la bandera, el himno y el escudo
de España a lo largo de su historia.
El filólogo barcelonés Martín de
Riquer obtuvo el 31 de octubre el Premio Nacional de las Letras,
en reconocimiento a una vida dedicada al estudio de la literatura
medieval.
Guillermo Carnero (Valencia, 1947) fue galardonado el 9
de noviembre con el Premio Nacional de Poesía
por su libro Verano inglés,
un conjunto de 30 poemas
escritos a raíz de su experiencia en una universidad
inglesa.
El Premio Nacional de Diseño recayó, el 10
de noviembre, en la empresa Akaba y
en el diseñador gráfico Mario Eskenazi (Buenos Aires,
1945).
El actor catalán Ramón Fontseré
(Torelló, Barcelona, 1956), de la compañía
teatral Els Joglars, fue galardonado con el Premio Nacional de
Teatro el 16 de
noviembre por su trabajo en la obra Daaalí. El mismo
día fue anunciada la concesión del Premio Nacional
de Circo al equilibrista, contorsionista y acróbata
Enrique Moreno.
El 21 de noviembre, se anunció la
concesión del Premio Nacional de Danza a la
compañía 10&10 y a la coreógrafa La
Ribot, exponentes de la danza contemporánea en
España.
El 26 de noviembre, el editor y escritor Emilio Pascual
ganó el Premio Nacional de Literatura
Infantil y Juvenil por su obra Días de Reyes Magos, un
libro destinado a lectores adolescentes.
El 27 de noviembre se hizo pública la
concesión del Premio Nacional de Música en la
modalidad de interpretación a Manolo Sanlúcar,
por su obra Locura de brisa y trino, con poemas de Federico
García Lorca, y el Premio Nacional de Música en
la modalidad de composición a José Manuel
López López, por su obra Movimientos y por su
aportación como compositor invitado en el Conservatorio de
la ciudad francesa de Dijon.
El Premio Nacional de Artes Plásticas fue
concedido el 30 de noviembre al escultor Juan
Muñoz.
Husayn I o Hussein I (1935-1999), rey de
Jordania (1952-1999), una de las más destacadas
personalidades de la historia de Oriente Próximo y
defensor de la paz entre Israel
y sus vecinos musulmanes.Nacido el 14 de noviembre de 1935 en
Ammán, pertenecía a la dinastía
Hachemí, era hijo del príncipe y futuro rey
Talal y nieto del emir de Transjordania y primer rey
jordano, Abdullah ibn Husayn (Abdalá I).
Estudió en Jordania, Egipto (Victoria College de
Alejandría) y Gran Bretaña (Harrow School
de Londres y Real Academia Militar de Sandhurst). El 20
de julio de 1951 presenció el asesinato de su
abuelo en Jerusalén, y el 11 de agosto del
año siguiente fue proclamado rey de Jordania,
sucediendo a su padre, el rey Talal, que había
sido inhabilitado para gobernar debido a sus trastornos
mentales. Fue coronado en 1953, cuando llegó a la
mayoría de edad y finalizó la labor del
Consejo de Regencia que gobernaba en su
nombre.Los primeros años de su reinado
estuvieron marcados por numerosos atentados contra su
vida, y su gobierno se vio dificultado por el desacuerdo
con líderes árabes más radicales,
especialmente el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser,
que desaprobaban su política
prooccidental.En 1957 prohibió los partidos
políticos después de sofocar con ayuda
estadounidense una revuelta promovida por seguidores de
Nasser. Tras el fracaso en 1967 de la coalición
árabe en la guerra de los Seis Días contra
Israel, Jordania perdió Cisjordania y la zona
árabe de Jerusalén, al tiempo que las
organizaciones palestinas que se habían asentado
en el reino acrecentaron su implantación en el
país. Husayn I se opuso a ellas y se produjo la
guerra civil de septiembre de 1970 (enfrentamiento
conocido con el nombre del grupo terrorista que los
provocó: Septiembre Negro), en la que la victoria
del Ejército jordano obligó a los
guerrilleros palestinos (fedayines) a salir de Jordania.
La cuestión palestina siguió dominando la
política jordana durante las décadas de
1970 y de 1980. Contrajo su cuarto y último
matrimonio en 1978, cuando se casó con la
estadounidense Lisa Hallaby, que recibió el
título regio de reina Noor (Nur).En julio de 1988, después de meses de
manifestaciones por parte de los palestinos de la
Cisjordania ocupada por Israel (Intifada), Husayn I
cedió los derechos de negociación de ese territorio a la
Organización para la Liberación de
Palestina (OLP). Su rechazo a condenar la invasión
iraquí de Kuwait de 1990 ayudó a mantener
su popularidad en Jordania, pero su posición
neutral en la consiguiente guerra del Golfo
Pérsico (1991) debilitó las relaciones con
Estados Unidos y con algunos antiguos aliados
árabes, que entonces lucharon contra
Irak.Tras el acuerdo de paz entre Israel y la OLP de
1993 (firmado por el dirigente palestino Yasir Arafat y
el ministro de Asuntos Exteriores israelí
Simón Peres), Husayn I, como soberano de la
nación árabe con mayor
población de refugiados palestinos,
defendió el papel de Jordania en la
formulación de los acuerdos regionales de paz. En
noviembre de 1993, los jordanos participaron en las
primeras elecciones multipartidistas del país
desde 1956 y apoyaron la estrategia de su rey para
establecer la paz entre Jordania e Israel, que finalmente
fue firmada el 26 de octubre de 1994. Al año
siguiente, le fue concedido el Premio Príncipe de
Asturias de la Concordia.En enero de 1997 medió en las
negociaciones entre israelíes y palestinos y
logró que se iniciaran acuerdos respecto a
Cisjordania y Hebrón, a cargo del primer ministro
israelí, el derechista Benjamín Netanyahu,
y del presidente de la Autoridad Nacional Palestina,
Yasir Arafat. En julio de 1998 acudió a una
clínica de Rochester (Minnesota, Estados Unidos)
para recibir quimioterapia contra un cáncer
linfático y el 20 de octubre de 1998 se
incorporó a la cumbre entre Arafat y Netanyahu que
había dado comienzo en Washington cinco
días antes y se prolongó en el
estado de Maryland hasta el día 23 de ese
mes.Regresó a su país el 20 de enero
de 1999. Tres días después comunicó
a su hermano Hasan la decisión de retirarle el
título oficial de heredero (que le había
otorgado en 1965 y le había permitido
desempeñar el cargo de regente durante la ausencia
del Rey). El día 25 de ese mes designó
heredero a Abdullah ibn al-Husayn (Abdalá),
primogénito fruto de su segundo matrimonio
—contraído con la británica Toni
Gardiner, cuyo nombre regio fue el de reina Muna—,
al cual ya había dado ese título poco
después de su nacimiento, si bien en 1965
recayó en Hasan. Al día siguiente hubo de
volver a la clínica estadounidense de Rochester
tras sufrir una recaída, dejando como regente a su
hijo Abdalá. Falleció en Ammán el 7
de febrero, un día después de haber
regresado definitivamente a Jordania. Abdalá
juró su cargo como rey constitucional el
día de la muerte de su padre, a quien
sucedió como Abdalá II.- Hussein I sube al poder en Jordania
(1952) - Revolución Cultural en
China
- ASIA
La Revolución
Cultural Mientras los comunistas luchaban por construir la
sociedad china,
aparecieron diferencias entre Mao, que favorecía una
ideología comunista pura y los intelectuales,
profesionales y burócratas, que querían un
acercamiento más racional y moderado que animara la
eficacia y
productividad
del país. En mayo de 1956, los dirigentes del partido
preocupados por las críticas de los moderados, más
pragmáticos, lanzaron una campaña animando a los
chinos a "dejar florecer cien flores, dejar luchar a cien
escuelas de pensamiento."
Los intelectuales fueron instados a exponer sus quejas al sistema
para que los problemas pudieran ser identificados y solucionados.
A comienzos de 1957 Mao amplió la campaña de las
"cien flores", invitando a la libre crítica
de la política gubernamental. Se asumió, por
supuesto, que tales críticas se encontrarían dentro
del marco del comunismo. Sin embargo en junio de 1957 se
volvieron a imponer estrictos controles sobre la libertad de
expresión, que pusieron fin a la denominada "primavera
de Pekín".
Ampliación de la división La
escisión entre Mao y los moderados se amplió. En
1959 abandonó la presidencia de la República y le
sucedió el moderado Liu Shaoqi; sin embargo, retuvo parte
de su poder. La influencia de Mao se vio disminuida
posteriormente por el fracaso económico que supuso el Gran
salto adelante. La escisión se convirtió en un
conflicto público en 1966, cuando Mao y sus seguidores
lanzaron la Revolución Cultural proletaria para erradicar
lo que perdurara de las ideas y costumbres burguesas y para
recuperar el celo revolucionario del primitivo comunismo chino.
Mao también quería debilitar la burocracia del
partido, ahora atrincherada en los privilegios y modernizar el
sistema educativo para beneficiar a los trabajadores rurales y
manuales.
Estudiantes autoproclamados guardias rojos, a los que se
unieron grupos de trabajadores, campesinos y soldados
desmovilizados, tomaron las calles para manifestarse a favor de
Mao, a veces violentamente, convirtiendo a los intelectuales,
funcionarios estatales y del partido y trabajadores urbanos en
sus principales objetivos. Se desmontó la estructura
central del partido ya que se destituyó a los numerosos
altos dignatarios, entre los que se encontraba el jefe de Estado,
Liu, y se los expulsó del partido. Se cerraron las
escuelas y la economía quedó paralizada.
Tensión internacional Durante 1967 y 1968
los enfrentamientos entre maoístas y antimaoístas,
así como entre diferentes facciones de los guardias rojos,
costaron miles de vidas. En algunas zonas la rebelión
condujo a la anarquía. Al final, se tuvo que recurrir al
ejército, dirigido por el ayudante de Mao, Lin Biao, para
restaurar el orden.
La Revolución Cultural tuvo un efecto adverso
sobre las relaciones exteriores. La actitud de los guardias rojos
inspiró comportamientos similares en Hong Kong que dieron
lugar a un caos económico y social. La propaganda a
favor de los guardias rojos y la agitación de los chinos
residentes en el extranjero dificultaron las relaciones con
muchos Estados, especialmente con la URSS, y la prueba positiva
de una bomba de hidrógeno china en 1967 no hizo sino
agravar la preocupación soviética. La
tensión entre las dos potencias fue aumentando mientras
los chinos acusaban a los dirigentes soviéticos de
imperialismo
después de que en 1968 la URSS invadiera Checoslovaquia.
En 1969 los crecientes ataques chinos sobre la policía
soviética en el río Ussuri, en Dongbei Pingyuan
(Manchuria), crearon una situación explosiva.
El desarrollo más radical en la educación de China
tuvo lugar entre 1966 y 1978. Durante la Revolución
Cultural de 1966 a 1969, se cerraron prácticamente todas
las escuelas del país. Los 131 millones de jóvenes
que estaban inscritos en las escuelas primarias y secundarias
tuvieron que abandonarlas; muchos se involucraron en los
esfuerzos de Mao por crear una nueva elite china, en la que
hubiera jóvenes críticos que revisaran los programas
políticos gubernamentales. En 1968 y 1969 se volvieron a
abrir, pero hasta el periodo de 1970 a 1972 todas las
instituciones de educación
superior permanecieron cerradas.
- El Ayatollah gobierna y reforma
Irán
Ayatolá (en árabe, Ayat Allah, signo
milagroso de Dios), título honorífico reservado a
juristas de excepción (mujtahids) de los imanes musulmanes
shiíes. El título es sin embargo propio de los
iraníes y no es utilizado generalmente por los imanes
shiíes del mundo árabe (por ejemplo, de Irak,
Bahrein y Líbano) o del subcontinente indio.
Jomeini, Ruhollah (c. 1900-1989), ayatolá
iraní, dirigió la Revolución Islámica
que derrocó al sha Muhammad Reza Pahlavi en 1979, y
fundó la República Islámica de Irán,
de la cual se convirtió en guía de la
Revolución (1979-1989). Nacido en la ciudad
desértica de Jomein y cuyo nombre real era Ruhollah Hendi,
se convirtió en discípulo de un respetado profesor del
islam y se
trasladó con él a Qom en 1922. Jomeini llegó
a ser un destacado teólogo islámico,
escribió más de 20 libros sobre
estos temas y en 1962 accedió a la jefatura de la comunidad
shií de Irán.
Crítico destacado de la dinastía Pahlavi
desde la década de 1930, fue arrestado en 1963, por
oponerse a medidas liberalizadoras (como la reforma
agraria y la emancipación de la mujer) y se
exilió, primero en Turquía y después en
Irak, donde vivió (1964) en la ciudad santa shií de
Najaf. Cuando fue expulsado de Irak (1978), encontró
refugio en un barrio de París. Desde allí
continuó su campaña contra el régimen del
sha Reza Pahlavi y contra su principal valedor, Estados Unidos.
Jomeini realizó grabaciones magnetofónicas que
incitaban a la desobediencia multitudinaria. Éstas fueron
introducidas ilegalmente en Irán y emitidas al pueblo por
radios de onda corta. De regreso a Irán en febrero de
1979, después de que el Sha huyera, Jomeini
presidió la Revolución Islámica que de hecho
eliminó de Irán toda influencia occidental,
así como toda la posible oposición al
régimen teocrático shií.
En noviembre de 1979 las diferencias de Jomeini contra
Estados Unidos condujeron al asalto de la embajada estadounidense
en Teherán y a la toma de 53 funcionarios estadounidenses
como rehenes, acción que después aprobó. La
nueva Constitución de la República Islámica
de Irán, aprobada en diciembre de 1979, le
convirtió en el supremo líder político y
religioso de forma vitalicia.
Su régimen apoyó activamente la
actuación de grupos terroristas y la propagación de
las creencias radicales fundamentalistas islámicas.
También prolongó la Guerra Irano-iraquí
(1980-1988) esperando derrocar a Saddam Husayn, acordando contra
su voluntad el alto el fuego final. A pesar del coste
económico y humano de su gobierno, Jomeini disfrutó
de un considerable apoyo popular dentro de Irán, aunque
aparecieron signos de que
su política más extrema no sobreviviría a su
muerte que se convirtió en un auténtico duelo
nacional y, en la actualidad, su tumba es centro de
peregrinaciones y de culto multitudinario.
- Guerra entre Irán e Irak
(1980-1988)
Irano-iraquí, Guerra, conflicto armado librado
entre Irán e Irak desde 1980 hasta 1988. La guerra
comenzó con la invasión de Irán por parte de
Irak el 22 de septiembre de 1980. Sus orígenes se
encuentran en la larga animosidad árabe-persa y en las
rivalidades regionales; en concreto, Irak
quería invertir la delimitación de fronteras entre
los dos estados, establecida en los Acuerdos de Argel (1975),
para conseguir la anexión de la región de Shatt
al-Arab. Además, Irak estaba preocupado por la propaganda
religiosa dirigida desde la nueva República
Islámica de Irán con el ayatolá Ruhollah
Jomeini al frente, contra el régimen baatista laico de
Bagdad, y especialmente temía perder la lealtad de sus
súbditos shiíes.
Sin embargo, la principal razón de la guerra fue
la creencia del presidente de Irak, Saddam Husayn, de que la
potencia militar
de Irán se había debilitado en gran medida por la
Revolución islámica de 1979, que derrocó al
sha (rey) Muhammad Reza Pahlavi, y que el apoyo que
conseguiría por parte Occidental le permitiría
obtener una fácil victoria, reconquistando Shatt al-Arab y
la provincia iraní de Juzistán. Pero, aunque las
fuerzas iraquíes obtuvieron éxitos al principio,
Irán contuvo a los invasores, reorganizó sus
fuerzas y se lanzó a la ofensiva. Hacia 1982, las tropas
iraquíes habían sido expulsadas de la mayor parte
de Irán, que rechazó la posibilidad de comenzar un
proceso de paz y continuó la guerra para castigar a
Irak.
Entre 1982 y 1987 las fuerzas iraníes organizaron
la ofensiva a lo largo de la frontera,
fundamentalmente en el sur, donde el principal objetivo era la
conquista de Basora. Los ataques iraníes sobre las
atrincheradas posiciones iraquíes recordaban a las
tácticas de desgaste de la I Guerra Mundial. Irak
comenzó entonces a utilizar gases
tóxicos. Con la ayuda de grandes donaciones y
préstamos de los estados árabes de la región
del golfo Pérsico, y el suministro de armamento (entre
otros, de la Unión Soviética y Francia) Irak
resistió impasiblemente, mientras su fuerza
aérea atacaba ciudades iraníes, instalaciones
petrolíferas y petroleros en el golfo Pérsico.
Irán tomó represalias contra los estados que
apoyaban a Irak.
Por sus tácticas, Irak buscaba implicar a
potencias exteriores en el conflicto, y en 1987, Estados Unidos y
otras potencias asumieron la responsabilidad de proteger los cargamentos en el
Golfo. Hacia 1988 Irán deseaba finalizar la guerra, pero
las fuerzas iraquíes reanudaron la ofensiva y en julio de
1988, Irán aceptó la resolución de paz 598,
adoptada por el Consejo de Seguridad de la ONU el 20 de julio de
1987. Finalmente se llegó a la paz el 20 de agosto de
1990, durante la guerra del Golfo Pérsico, sobre la base
del statu quo ante bellum (mantenimiento de la situación
territorial antes del enfrentamiento bélico). La Guerra
Irano-iraquí se saldó con un millón de
muertos (el 60% de ellos iraníes), y casi dos millones de
heridos, además de numerosos gastos materiales,
que dejaron la economía de ambos combatientes en una
situación muy precaria.
- Guerra del Golfo Pérsico
(1991)
La crisis que dio
origen al conflicto se inició el 2 de agosto de 1990,
cuando Irak, liderado por el presidente Saddam Husayn,
invadió y anexionó el emirato de Kuwait. El
objetivo aparente era controlar las reservas petrolíferas
kuwaitíes. Irak anexionó Kuwait formalmente el 8 de
agosto.
Entre agosto y noviembre de 1990, el Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas aprobó una serie de
resoluciones que culminaron en la demanda
expresa a Irak para que se retirara incondicionalmente de Kuwait
el 15 de enero de 1991. Una fuerza multinacional bajo los
auspicios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU),
que ascendió a 500.000 soldados de tierra, mar y
aire —principalmente de Estados Unidos, Arabia
Saudí, Gran Bretaña, Egipto, Siria y Francia (y que
contó con apoyo indirecto de otros muchos países,
entre ellos España)—, se reunió contra el
Ejército iraquí, estimado entonces en 540.000
soldados. La concentración de fuerzas, denominada
‘Operación Escudo del Desierto’, tuvo
inicialmente como fin proteger a Arabia Saudí de otro
ataque.
Bajo el mando del general estadounidense H. Norman
Schwarzkopf, la coalición multinacional inició un
intenso bombardeo aéreo de objetivos militares en Irak y
Kuwait 24 horas después del fin del plazo dado por la ONU
a Irak para que sus tropas abandonaran Kuwait. La
operación se conoció como ‘Tormenta del
Desierto’. Después de establecer la superioridad
aérea, las fuerzas de la coalición inutilizaron los
centros de mando y control iraquíes, especialmente de
Bagdad y Basora, y atacaron de modo implacable a la
infantería de Irak, que estaba atrincherada a lo largo de
la frontera saudí-kuwaití, así como a la
Guardia Republicana, compuesta por 125.000 hombres de elite que
se encontraban al sureste de Irak y al norte de Kuwait. Las bajas
de la coalición fueron relativamente pocas, no así
entre las de Irak.
Algunos aviones iraquíes fueron derribados;
muchos más fueron bombardeados en sus refugios o huyeron a
Irán. Irak tomó represalias lanzando misiles Scud a
Arabia Saudí e Israel, países no beligerantes
directamente; Estados Unidos, creyendo que la opinión
árabe se movilizaría contra la coalición,
contestó esta amenaza con misiles antimisiles Patriot y
ataques comando contra las lanzaderas de Scud.
A mediados de febrero, con bajas militares y civiles
cada vez más numerosas, Irak señaló su deseo
de retirarse de Kuwait. La coalición rechazó una
serie de ofertas condicionales iraquíes, en las que
sirvió de mediador la Unión Soviética. Por
su parte, las fuerzas aliadas iniciaron una ofensiva aire-tierra
coordinada, ‘Operación Sable del Desierto’,
abriendo brecha en la principal línea de defensa de Irak
en la frontera saudí-kuwaití y avanzando
rápidamente a través del sur de Irak para flanquear
la principal fuerza iraquí y bloquear el principal camino
de retirada de la Guardia Republicana.
El 27 de febrero, la ciudad de Kuwait había sido
liberada y miles de soldados iraquíes se habían
rendido, habían desertado o habían sido capturados
o muertos. Las bajas de las fuerzas de coalición fueron
sorprendentemente escasas: el 28 de febrero, cuando las operaciones
ofensivas habían finalizado, sólo 149 soldados
habían muerto y 513 habían sido heridos.
Los representantes iraquíes aceptaron los
términos aliados para una tregua provisional el 3 de marzo
y el cese del fuego permanente el 6 de abril. Irak aceptó
pagar indemnizaciones a Kuwait, revelar la localización y
alcance de sus reservas de armas
químicas y biológicas, y eliminar sus armas de
destrucción masiva. Sin embargo, más tarde, los
inspectores de la ONU se quejaron de que el gobierno de Bagdad
frustraba sus intentos de control de los acuerdos, por lo que la
ONU estableció sanciones económicas contra
Irak.
2.6 Oriente Próximo: roto el diálogo
entre israelíes y palestinos
Durante el mes de octubre, continuaron los violentos
enfrentamientos en Cisjordania y Gaza entre las fuerzas de
seguridad israelíes y manifestantes palestinos. Murieron
centenares de personas, sobre todo entre los palestinos. (Para
más información, véase el artículo de
septiembre de 2000 "Estalla una nueva Intifada".)
El 8 de octubre, el Consejo de Seguridad de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) condenó
el uso excesivo de la fuerza por parte del Ejército
israelí contra los palestinos.
Los esfuerzos diplomáticos encaminados a
encontrar una salida a la crisis resultaron todos infructuosos.
Éste fue el caso de la reunión mantenida el 6 de
octubre, en París, entre el primer ministro de Israel,
Ehud Barak, y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina,
Yasir Arafat, con la mediación de la secretaria de Estado
estadounidense, Madeleine Albright.
El 16 y 17 de octubre de 2000, después de dos
semanas de intifada, se celebró una nueva cumbre en la
localidad egipcia de Sharm el Sheij para intentar dar nueva vida
al proceso de paz, gravemente herido tras los últimos
acontecimientos. A la reunión asistieron el presidente
egipcio, Hosni Mubarak, el estadounidense, Bill Clinton, el
máximo representante de la Unión
Europea para la política exterior y de seguridad
común europea, Javier Solana, el rey Abdalá II de
Jordania y el secretario general de la ONU, Kofi Annan. En esta
reunión, Barak y Arafat llegaron a un acuerdo de alto el
fuego que incluía el restablecimiento del orden en un
plazo de 48 horas, la creación de un comité
encargado de investigar las causas de lo sucedido y la
reanudación de las negociaciones de paz.
No obstante, palestinos e israelíes continuaron
las hostilidades y se acusaron mutuamente de no respetar el
acuerdo de pacificación. El 20 de octubre, finalizado el
plazo que se concedieron Barak y Arafat en la cumbre de Sharm el
Sheij para finalizar con la violencia, el primer ministro
israelí anunció la suspensión del proceso de
paz.
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