- Resumen
- Conceptos de Educación
Virtual - El modelo Educativo de la
Educación Virtual - Aclaración de
Términos - La efectividad de la
Enseñanza Virtual - Modelo de la
Educación en Línea - Ventajas y desventajas de la
Educación Virtual - Algunos
Éxitos - El futuro de la Educación
Virtual - Conclusiones
- Referencias
- Bibliografía
En este trabajo se
presenta un breve análisis de la educación virtual
como un nuevo proceso de
aprendizaje y
transmisión del conocimiento a
través de las redes modernas de comunicaciones, para determinar su efectividad
mediante un breve análisis de sus éxitos y
fracasos, definiendo sus ventajas y desventajas así como
el futuro que se espera de ellas. Como primer punto se
conceptualiza a la educación virtual
para tener una apreciación general de ella y se analiza el
modelo
educativo que se debe implantar.
Como resultado de la breve investigación se encontró como
coincidencia que la educación virtual es una muy buena
alternativa de aprendizaje para aquellas personas que no pueden
acceder a una escuela
tradicional o llevar cursos de la forma tradicional.
También es una buena alternativa de aprendizaje por que el
modelo educativo que se debe desarrollar en ellas se basa en el
aprendizaje
significativo en el que el estudiante construye su propio
conocimiento y el profesor solo
le proporciona herramientas
para que lo construya, y de esta manera le sirva de por vida,
además de que el estudiante establece y organiza sus
tiempos de aprendizaje.
ABSTRACT
In this work a brief analysis of the virtual education
is presented as a new learning process and transmission of the
knowledge through the modern nets of communications, to determine
its effectiveness by means of a brief analysis of its successes
and failures, defining its advantages and disadvantages as well
as the future that one expects from them. As first point it is
conceptualized to the virtual education to have a general
appreciation of her and the educational pattern is analyzed that
should be implanted.
As a result of the brief investigation it was as
coincidence that the virtual education is a very good alternative
d learning for those people that cannot consent to a traditional
school or to take courses in the traditional way. It is also a
good learning alternative for that the educational pattern that
should be developed in them is based on the significant learning
in which the student builds her own knowledge and the alone
professor provides him tools so that it builds it, and this way
it serves him of for life besides that the student settles down
and you/he/she organizes her times of learning.
En la actualidad, como consecuencia de la
globalización que se ha manifestado en la mayor parte
del mundo, que ha traído consigo grandes avances en la
tecnología
y en la
comunicación, diversos campos de actividad se han
acogido de la nueva tecnología para proyectarse y
expandirse, debido a la facilidad y rapidez con que se puede
manejar gran cantidad de información. Uno de los campos que han
aprovechado y están aprovechando esta nueva
tecnología es el de la educación, ya que el
Internet es un
medio eficaz para garantizar la comunicación, la interacción, el transporte de
información y, consecuentemente, el aprendizaje,
en lo que se denomina enseñanza virtual, enseñanza a
través de Internet o teleformación.
Este tipo de entornos persigue el aprendizaje sin que se
produzca una coincidencia entre estudiante y profesor ni en el
espacio ni en el tiempo y
asumen las funciones de
contexto de aprendizaje que el aula desarrolla en el entorno
presencial.
La incorporación de las tecnologías de
información y comunicación en el ámbito
académico ha traído consigo no sólo el dar
soporte a las actividades curriculares y de investigación,
sino que ha propiciado el intercambio de información entre
alumnos y docentes de
una manera dinámica a través de la Red, lo que ha dado origen
al establecimiento de nuevos ambientes de aprendizaje basado en
el uso de Internet como medio difusor de
conocimientos.
Este enfoque de educación incorpora nuevos
modelos
pedagógicos de conducir el aula de clase para
convertirla en un campo abierto de conocimientos en donde el
docente debe desarrollar funciones de liderazgo al
plantear ideas, teorías
y métodos
colaborativos virtuales a fin de mejorar el proceso de
enseñanza aprendizaje. Por su parte el estudiante requiere
de un alto nivel de responsabilidad para administrar el tiempo
necesario en el desarrollo del
curso, por lo que debe mostrar eficacia personal,
practicar buenos hábitos y estrategias de
estudio, y disposición a aprender en un nuevo ambiente.
En la actualidad decenas de instituciones
tanto públicas como privadas están desarrollando y
ofreciendo programas de
educación virtual
Es un sistema de
educación en el cual los alumnos y los profesores no
están en el mismo lugar. (Jackson Bob).
Son aquellas formas de estudio que no son guiadas o
controladas directamente por la presencia de un profesor en el
aula, pero se beneficia de la planeación
y guía de los tutores a través de un medio de
comunicación que permita la interrelación
profesor-alumno. (José Luis García Llamas,
1986)
Es un conjunto de procedimientos
cuya finalidad es proporcionar instrucción por medios de
comunicación impresos y electrónicos o personas
que participan en un proceso de aprendizaje reglado, en lugares y
horarios distintos de los del profesor o profesores. (Michael
Moore, 1990)
Es una estrategia
educativa, basada en el uso intensivo de las nuevas
tecnologías, estructuras
operativas flexibles y métodos pedagógicos
altamente eficientes en el proceso enseñanza-aprendizaje,
que permite que las condiciones de tiempo, espacio,
ocupación o edad de los estudiantes no sean factores
limitantes o condicionantes para el aprendizaje.
El modelo educativo
de la educación virtual
El título de esta presentación es sin duda
pretencioso. Digamos de una vez que estamos lejos de contar con
un modelo pedagógico – por lo tanto teórico – que
oriente con claridad la formas de diseñar y llevar a la
práctica un proceso de enseñanza y de aprendizaje,
caracterizado por eso que llamamos "virtualidad". Por eso
preferimos el título en plural. Porque plurales y
cambiantes son las prácticas educativas y las reflexiones
teóricas con las que tratamos de comprenderlas y
mejorarlas.
No obstante, es evidente que el tema acapara el mayor
número de esfuerzos e iniciativas de los pedagogos y
educadores de todo el mundo. Esta profusión de trabajos
está logrando esclarecer los temas y problemas que
las tecnologías de la información y las
comunicaciones plantean a la educación. Contamos ya, si no
con modelos acabados, con un conjunto de principios que
permiten modelar la acción
educativa, al menos en algunos de sus componentes
esenciales.
Se considera imprescindible una breve aclaración
inicial de términos.
Por "modelo", entendemos estrictamente la
definición del diccionario:
ejemplar, patrón que se construye y luego se sigue o copia
en la ejecución" (Real Academia de la Lengua
Española 1977)
El término "pedagógico" hace
referencia a un cuerpo de conocimientos teóricos y
prácticos fruto de la reflexión sobre el
fenómeno de la educación intencional (Fullat 1984).
Con ello delimitamos el campo semántico del
término, destacando su carácter de "saber" acerca de los procesos de
formación del hombre; y
ciñéndolo exclusivamente al caso en que esa
formación sucede porque hay una intención
bilateral: enseñar algo a alguien que quiere
aprender.
El término "clase" puede parecer, en un
primer momento, desafortunado; hace inevitable referencia al
ambiente de enseñanza restringido a un espacio cerrado y
neutro, en el que se reúne un profesor con un grupo de
alumnos, generalmente numeroso, para ver qué aprenden de
lo que el profesor dice o demuestra, casi siempre mediante
comunicación verbal.
Pero es un referente inevitable al hablar de
virtualidad; lo virtual, por su naturaleza,
dice referencia a una realidad concreta, que se puede llamar
objetiva; en educación ha de ser el campus, la escuela, la
clase. "virtual". Por otra parte, esa idea convencional de
"tener clase" nos permitirá un buen contraste con una
forma diferente de concebir la clase: como un ambiente de
aprendizaje (Proyecto
CONEXIONES, 1988). Hablaremos, pues de la "clase" como un
ambiente que se organiza intencionalmente para favorecer la
construcción de conocimientos, habilidades
o actitudes
deseables.
Más complicaciones presenta el ponerse de acuerdo
sobre qué queremos decir con "virtual". Bette Collis
(1998) iniciaba el pasado año una conferencia sobre
universidad
virtual señalando la variedad de escenarios a los que se
aplica el término; desde la teleconferencia, hasta los
grupos de
investigación avanzada en laboratorios virtuales. Collis
ofrece una definición que parece adecuada a nuestros
propósitos: "El uso de la telemática con propósitos de
aprendizaje" ("Using telematics for learning-related
purposses").
Señala la autora que lo importante en su
definición es que deliberadamente se omite la idea de
"distancia"; el uso de la telemática hace irrelevante el
lugar donde esté la persona con la
que nos comunicamos, o la información con la que
trabajamos. De manera que una clase virtual es un ambiente de
aprendizaje que utiliza la telemática como entorno de
interacción y comunicación, en el proceso
intencional de enseñar-aprender.
Pretender hablar de un modelo pedagógico para
este tipo de ambiente de aprendizaje exigirá determinar en
qué formas el uso de la telemática podrá
permitir llevar a cabo alguna de las acciones
relacionadas con el aprendizaje, en forma mejor de como lo
estamos haciendo sin ella. O bien, determinar las mejores formas
de combinar la telemática, con los elementos
pedagógicos óptimos para mejorar la calidad de la
enseñanza y del aprendizaje.
La efectividad de
la enseñanza virtual
La pregunta de si la enseñanza virtual es
tan efectiva como la enseñanza presencial para el logro de
resultados de aprendizaje, continuará siendo objeto de
debates e investigaciones
durante mucho tiempo. En un reporte sobre el tema Phipps y
Merisotis (1999) señalan que los estudios realizados
pueden agruparse en tres categorías: los que contrastan
resultados alcanzados por los estudiantes, los que comparan las
actitudes de los estudiantes frente al aprendizaje a
través de estos medios, y los
que evalúan el nivel de satisfacción de los alumnos
con la enseñanza virtual. Por ejemplo, en una
investigación realizada por Shutte (1996), los estudiantes
de un curso sobre estadística social se asignaron
aleatoriamente a una clase virtual y a una clase
presencial.
Los contenidos de las clases y de los exámenes
fueron comparables para ambos grupos. Se encontró que los
estudiantes de la clase virtual obtuvieron mejores resultados en
las pruebas. El
investigador concluye que las diferencias en el desempeño pueden atribuirse a una mejor
capacidad de los estudiantes para colaborar entre ellos cuando
trabajan en línea. En efecto, se observó que los
estudiantes con un mejor desempeño en ambos grupos
también evidenciaron una mayor interacción con sus
compañeros. Shutte señala que este factor
colaboración es una variable clave que debe controlarse
cuidadosamente en futuros estudios.
Según Phipps y Merisotis (1999) la
mayoría de los estudios indican que los resultados de
aprendizaje que se obtienen utilizando tecnologías para
enseñar a distancia son similares a los que se obtienen
mediante la enseñanza tradicional. También comentan
que de acuerdo con resultados de muchas investigaciones, la
tecnología no es un factor tan importante para el
aprendizaje como la naturaleza de las tareas o actividades, las
características del alumno, la
motivación o la preparación académica
del instructor. Así mismo, estos autores cuestionan
algunos de estos estudios porque no han definido ni controlado
adecuadamente ciertas variables, y
porque se han apoyado más en métodos cualitativos
que cuantitativos. Muchas investigaciones manejan el supuesto
ilusorio de un "aprendiz típico", desconociendo así
la enorme diversidad de estilos cognitivos y formas de aprender
que caracterizan la población estudiantil.
Palloff y Pratt (2001), dos especialistas en el
tema de educación virtual, comentan que su experiencia de
trabajo con la enseñanza en-línea ha cambiado
significativamente la manera como se acercan a los alumnos en una
clase presencial; ya no centran su trabajo docente en
exposiciones orales de los contenidos de los libros; ahora
asumen que los estudiantes pueden leer estos contenidos, y por lo
tanto conciben la clase como un espacio para estimular el trabajo
colaborativo y autónomo.
En la educación virtual el aprendizaje
está centrado en el alumno y su participación
activa en la construcción de conocimientos le asegura un
aprendizaje significativo.
En la modalidad basada en Internet se definen los
contenidos y actividades para un curso partiendo de la estrategia
didáctica diseñada por el profesor.
El alumno realiza su proceso de aprendizaje a partir de dichos
contenidos y actividades, pero sobre todo, a través de su
propia motivación
por aprender, de la interacción con otros
compañeros y de la guía y asesoría de su
profesor.
El alumno de la educación virtual aprende de forma
más activa pues no sólo recibe la
instrucción del profesor, sino que aprende a través
de la búsqueda de información, la
autorreflexión y las diversas actividades que realiza de
manera individual y colaborativa.
Ventajas y
desventajas de la enseñanza virtual
Ventajas para el alumno:
- Se siente personalizado en el trato con el profesor y
sus compañeros. - Puede adaptar el estudio a su horario
personal. - Puede realizar sus participaciones de forma meditada
gracias a la posibilidad de trabajar off-line. - Podrá seguir el ritmo de trabajo marcado por
el profesor y por sus compañeros de curso. - El alumno tiene un papel activo, que no se limita a
recibir información sino que forma parte de su propia
formación. - Todos los alumnos tienen acceso a la
enseñanza, no viéndose perjudicados aquellos que
no pueden acudir periódicamente a clase por motivos como
el trabajo, la distancia, etc… - Existe feed-back de información, de manera que
el profesor conoce si el alumno responde al método y
alcanza los objetivos
fijados inicialmente. - Se beneficia de las ventajas de los distintos
métodos de enseñanza y medios didácticos
tradicionales, evitando los inconvenientes de los
mismos.
Para la universidad
- Permite a la universidad ofertar formación a
las empresas sin
los añadidos que suponen los desplazamientos,
alojamientos y dietas de sus trabajadores. - Permite a la universidad ampliar su oferta de
formación a aquellas personas o trabajadores que no
pueden acceder a sus cursos presénciales. - Permite superar la calidad de los cursos
presénciales. - Aumenta la efectividad de los presupuestos
destinados a la educación: en muchos países los
presupuestos de educación están congelados
aunque la demanda
aumenta. Mientras que la financiación disminuye, los
gobiernos piden niveles más altos y mayor relevancia del
factor "profesionalizador" de los cursos. - Responsabilidad del sistema
educativo: los gobiernos no sólo esperan que las
instituciones educativas mejoren su relación
coste-eficacia, sino que también esperan que
éstas justifiquen el uso que hacen del dinero
público
Desventajas
A pesar de las múltiples ventajas que ofrece el
recurso virtual no se pueden desconocer los riesgos
potenciales por el mal uso que se le puede dar, entre ellos
tenemos:
- La pasividad del sujeto frente a este medio, pues se
percibe como un "medio fácil". - Inexistencia de estructura
pedagógica en la información y multimedia
Tecnófobos y tecnófilos. - Dificultades organizativas, problemas técnicos
y altos costos de
mantenimiento. - Temor a que los estudiantes vean los medios con
pasividad de mirar un programa de TV
(telenovelas) caracterizado por una tendencia al facilismo
inmediato, inconveniente para aprender ciertos
contenidos. - La tendencia a trabajar cualquier aspecto o contenido
de forma virtual, dejando de lado el uso de medios más
sencillos como el retroproyector. - Falta de una estructura pedagógica adecuada,
diseñada intencionalmente teniendo en cuenta los
procesos cognitivos y las formas de aprender de los
estudiantes.
Algunos
éxitos y fracasos en educación
virtual
Según un artículo del New York
Times (Hafner, 2002), varios proyectos
importantes de educación virtual han resultado menos
rentables y exitosos de lo esperado. Por ejemplo la Universidad
de Columbia, en asocio con otras prestigiosas instituciones como
la Universidad de Chicago, la Universidad de Michigan, etc.,
inició hace algunos años un ambicioso proyecto
denominado www.Fathom.com para ofrecer cursos
en-línea a través de la Red, en la cual se
invirtieron más de 25 millones de
dólares.
El número de estudiantes interesados en los
cursos válidos para obtener un título
académico fue inferior a las expectativas, Fathom.com
decidió redireccionar su oferta de cursos hacia la
actualización, el entrenamiento
profesional y la educación permanente.
Según los directivos de este proyecto la
mayoría de la gente está poco familiarizada con el
aprendizaje en-línea, y este tipo de cursos pueden ir
generando mayor interés y
confianza en la enseñanza virtual (www.nytimes.com/2002/05/02
).
Otro programa de educación virtual que
según el artículo de Hafner (2002) no ha tenido el
éxito
previsto es el proyecto NYUonline de la Universidad de New York,
creado en 1998 con el objetivo de
ofrecer capacitación y entrenamiento a las
empresas. Los cursos desarrollados para este programa no estaban
dirigidos a la obtención de títulos
académicos, y se vendían como paquetes a los
clientes
corporativos. En dos años de funcionamiento la universidad
de New York invirtió en este programa cerca de 25 millones
de dólares; no obstante, las matrículas no
alcanzaron los niveles esperados, llegando a un punto
máximo de 500 alumnos. Por esta razón el programa
fue prácticamente cerrado, trasladando algunas de sus
funciones al Departamento de Educación Permanente de la
Universidad, donde debió estar desde su inicio
según opinión de uno de sus directivos. Una
lección aprendida de esta experiencia es que si una
institución universitaria quiere incursionar en el campo
de la educación virtual puede hacerlo sin tener que crear
nuevas unidades o centros académicos (www.nytimes.com/2002/05/02).
Contrastando con los dos ejemplos anteriores, la
universidad de Phoenix online es un caso particularmente exitoso
de educación virtual. En al año 1989 fue una de las
primeras en obtener acreditación para sus programas
vía Internet.
Su misión es
ofrecer una oportunidad a personas adultas que trabajan para que
adquieran los conocimientos y habilidades necesarias para
alcanzar sus metas profesionales, mejorar la productividad de
sus empresas o instituciones, y apoyar con liderazgo y servicio a sus
comunidades. Busca una enseñanza equilibrada entre la
teoría
y la práctica apoyándose en un equipo docente que
no sólo posee una preparación académica
avanzada, sino amplia experiencia en su ejercicio profesional.
Tiene alrededor de 37,600 estudiantes de pregrado,
maestría y doctorado, residentes en más de 70
países diferentes, y matriculados en programas de Negocios,
Administración, Tecnología,
Educación, y Enfermería. Esta universidad ofrece el 100%
del currículo a través de la Red.
Utiliza un formato asincrónico que resulta muy flexible y
conveniente para los alumnos. Los programas están
diseñados para que se puedan aplicar inmediatamente en el
ambiente de trabajo.
La Western Governors University es otro caso muy
exitoso de universidad virtual que merece destacarse. Fue fundada
en 1995 por los gobernadores de 19 estados en la región
occidental de los Estados Unidos.
Es una institución cuya enseñanza está
basada en competencias, y
que no otorga certificados o grados por un número
determinado de créditos aprobados. Tampoco opera bajo un
calendario académico tradicional; una clase puede empezar
cualquier día, algunas duran unas pocas semanas, otras
todo un semestre, y otras pueden durar lo que el alumno se demore
para estudiar todo el material del curso.
Ofrece actualmente ocho programas de pregrado y
postgrado en tres áreas: tecnologías de la
información, administración de negocios y
educación. Su catálogo en-línea ofrece
más de 1000 cursos de 45 universidades y proveedores
comerciales diferentes ( www.wgu.edu
).
A los estudiantes no se les exige tomar ningún
curso, y para obtener un título el único requisito
es aprobar una serie de exámenes. La función de
los profesores no es enseñar en el sentido convencional;
actúan como consejeros que determinan lo que el estudiante
sabe o desconoce, y los cursos que necesita para que pueda
afrontar con éxito las pruebas. Para obtener un
título se requieren competencias en dominios generales
como la escritura y
las matemáticas, y específicas del
área. Todo el proceso para alcanzar un grado
académico gira en torno al sistema
de pruebas.
El futuro de
la educación virtual
Según Miller y Miller (2000), se pueden
identificar cuatro factores que juegan un papel crucial en el
futuro de la educación virtual: la investigación
sobre su efectividad, los avances
tecnológicos, los costos y la competencia del
mercado, y la
respuesta a las influencias del mercado.
Los resultados que vayan arrojando las
investigaciones sobre la eficacia de los cursos virtuales como
medio de enseñanza y aprendizaje determinarán su
lugar y vigencia en el porvenir. Los avances tecnológicos
en equipos y programas para la comunicación en red
ofrecerán nuevas herramientas para la educación
virtual.
Los exploradores de Internet tendrán
opciones más sofisticadas para controlar diversos medios
audiovisuales, y los proveedores de conexión a la Red
ofrecerán servicios cada
vez más complejos y potentes, que simplificarán el
intercambio de información y el trabajo colaborativo, la
distribución y acceso a cursos con
estructuras hipermediales y un alto nivel de interactividad
(Miller y Miller, 2000).
Según el Departamento de Educación
de los Estados Unidos, en 1978 el número de cursos
universitarios a distancia era de 52.270, y la población
atendida alcanzaba unos 710.000 alumnos, lo que equivalía
a un 5% del total de alumnos matriculados en programas
presénciales de pregrado en ese país. Cabe
señalar que estos cursos se apoyaban en diversos medios
como el correo postal, el correo electrónico y las listas
de destinatarios; unos pocos utilizaban aplicaciones
informáticas, audioconferencias o videoconferencias.
Actualmente, según datos de la
Internacional Data Corporation, el número de alumnos que
están tomando cursos en-línea puede llegar a 2.23
millones, cifra equivalente a un 15% de la población
estudiantil universitaria (Ko y Rossen, 2001).
Es razonable suponer que el volumen creciente
de servicios de capacitación e información,
ventas, y
transacciones financieras que se están realizando en la
Red incentivarán cuantiosas inversiones en
una mejor infraestructura de comunicación. Con un ancho de
banda mayor, la enseñanza virtual podrá apoyarse
más en estrategias sincrónicas; así, en vez
de participar en una sesión de chat tecleando
comentarios, el docente y los alumnos pueden utilizar audio y
video para
hablar directamente entre ellos, hacer exposiciones, y cooperar
en tareas o proyectos. Las horas de oficina virtual
serán más usuales, apoyadas en plataformas
informáticas que permiten la comunicación
audiovisual entre docentes y alumnos, la utilización
conjunta de un programa, el examen y discusión de documentos en un
tablero electrónico (Ko y Rossen, 2001).
Las conexiones de alta velocidad
influyen igualmente en las formas de trabajo asincrónico,
que también pueden incorporar video, audio, o animaciones
tridimensionales. En ambientes de comunicación de banda ancha,
donde la interacción alumno-docente es más directa
y fluida, los docentes tienen la oportunidad de crear y
suministrar ellos mismos los contenidos, y controlar mejor el
desarrollo de los cursos, lo que influye significativamente en la
calidad e impacto de la enseñanza (Ko y Rossen,
2001).
Las plataformas de administración de
cursos, como WebCT, Blackboard, e-College, o Learning Space son
fundamentalmente sistemas
asincrónicos. Aunque incluyen la opción del chat,
una herramienta sincrónica, asumen que los alumnos se
conectan a una hora de su elección, examinan el material
disponible en el sitio y realizan la mayor parte del trabajo sin
estar conectados a la Red. No obstante, en ambientes con
conexiones de alta velocidad y comunicación
sincrónica se vive la experiencia de asistir a una clase
virtual, es decir, entrar a una hora determinada e interactuar
con el docente y los compañeros utilizando herramientas
que soportan el flujo de información de doble vía.
Este tipo de plataformas permiten que el profesor exponga en vivo
la clase, los estudiantes pregunten, hagan discusiones, observen
un video y lo analicen colectivamente, y respondan las preguntas
de un examen. El docente tiene pleno control de todas
estas actividades, por ejemplo puede interrumpir una
discusión para exhibir una fotografía
o un gráfico, presentar un documento, una serie de
diapositivas, o un video.
La educación virtual puede ser una
alternativa considerablemente más barata que la
enseñanza presencial. Se necesitan menos instructores,
menos aulas de clase, y menos personal administrativo para
atender un mayor número de alumnos. Esta reducción
en los costos está estimulando la oferta de cursos
virtuales en un número creciente de instituciones. A
medida que la universidades ofrezcan más cursos y
programas en-línea aumentará la competencia por
atraer estudiantes. Esta competencia, sumada a unos costos
menores, puede producir una caída dramática en el
número de alumnos matriculados en los programas
presénciales. A la luz de estas
circunstancias, la educación
superior sufrirá transformaciones profundas en su
filosofía y organización (Miller y Miller,
2000).
Aunque los medios, los gobiernos, o las
instituciones académicas sostengan que las nuevas
tecnologías de la comunicación y la
información son herramientas esenciales para la
educación actual, la fuerza que
jalonea estos cambios es el mercado. A medida que la
enseñanza virtual vaya penetrando la educación
superior, las universidades se verán obligadas a
introducir reformas que les permitan sobrevivir en un mercado
global, tales como: disminuir su planta de docentes, reducir
su infraestructura física, disminuir los
costos de la investigación y cobrar muchos servicios de
apoyo, eliminar la estabilidad de los docentes, y evaluar su
desempeño con criterios económicos. Estas fuerzas
podrían alejar la educación superior de sus
más caros ideales de democracia,
formación liberal e investigación (Miller y Miller,
2000).
Podemos considerar que el nuevo modelo educativo virtual
está plenamente implantado, soportado tanto desde su
perspectiva tecnológica como didáctica, y su uso se irá
incrementando en los próximos años. Concretamente,
en el caso de la enseñanza superior en nuestro
país, prácticamente todas las Universidades
públicas y privadas o bien imparten cursos virtuales en la
actualidad o bien han iniciado o realizado ya distintos proyectos
en el área de la teleformación.
En la educación virtual el aprendizaje
está centrado en el alumno y su participación
activa en la construcción de conocimientos le asegura un
aprendizaje significativo. Los profesores (facilitadores) ya no
centran su trabajo docente en exposiciones orales de los
contenidos de los libros; ahora asumen que los estudiantes pueden
leer estos contenidos, y por lo tanto conciben la clase como un
espacio para estimular el trabajo colaborativo y
autónomo.
En la actualidad decenas de instituciones tanto
públicas como privadas están desarrollando y
ofreciendo programas de educación virtual.
A medida que la enseñanza virtual vaya penetrando
la educación superior, las universidades se verán
obligadas a introducir reformas que les permitan sobrevivir en un
mercado global, tales como: disminuir su planta de docentes,
reducir su infraestructura física, disminuir los costos de
la investigación y cobrar muchos servicios de apoyo,
eliminar la estabilidad de los docentes, y evaluar su
desempeño con criterios económicos.
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CP. CONSTANTINO VÁZQUEZ
GARCÍA
CP. JORGE ARMANDO CARMONA
RODRÍGUEZ
LAE. MARIO ALBERTO BARRERA REYES
LAE. MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ
BAUTISTA
LIA. OTHÓN DARÍO CAMACHO
DÍAZ
CP. SONIA REYES REYES
CP. VALENTINA PÉREZ SEQUERA
MAESTRIA EN CIENCIAS DE LA
ADMINISTRACION
INFORMATICA ADMINITRATIVA
11 DE JUNIO DEL 2005.