- El sistema excretor en los
invertebrados - Aparato excretor en los
vertebrados - La regulación
osmótica: osmorregulación en
peces - Referencias
bibliográficas
Durante el proceso de
evolución de los animales
surgieron sistemas
excretores que permitieron la adaptación a muchos
ambientes distintos. Los animales que sobreviven hasta la
actualidad, demuestran su capacidad de excreción y
osmorregulación para responder favorablemente al
ambiente.
Existen diferentes medios
osmóticos, así también diferentes sistemas
excretores y osmorreguladores de los animales, para mantener un
medio interno adecuado (homeostasis)
que le permite sobrevivir en esta lucha constante por la
vida.
Los productos de
excreción se relacionan con la nutrición del
animal. Si se consume alimentos ricos
en glúcidos y lípidos, se elimina poco desecho
nitrogenado. Si se consume alimentos ricos en proteínas, se elimina abundante desecho
nitrogenado en la orina. Estos nutrientes aportan los elementos
(aminoácidos) necesarios para el crecimiento,
formación de estructuras
y renovación de tejidos, aunque
aportan pocas calorías.
EL SISTEMA
EXCRETOR EN LOS INVERTEBRADOS.
INVERTEBRADOS SIN SISTEMA EXCRETOR.
Las esponjas y los celentéreos carecen de
órganos excretores especializados, por ello los desechos
nitrogenados son eliminados por toda la superficie
corporal.
El principal desecho nitrogenado que eliminan es el
amoníaco (NH3), clasificándose por esa
razón como amoniotélicos.
También pueden producir úrea y
ácido úrico en pequeñas cantidades, los
productos excretados salen por el simple mecanismo de
difusión.
INVERTEBRADOS CON SISTEMA EXCRETOR.
Platelmintos.
Las planarias poseen protonefridios como
órganos excretores. Los protonefridios están
constituidos por células
flamígeras, provistas de cilios y una desembocadura
tubular que termina en un poro excretor (llamado
nefridióporo).
Las células flamígeras favorecen por
medio de sus cilios, la movilización de agua, sales
minerales y
amoníaco hacia el tubo excretor. A lo largo del .tubo
excretor se reabsorbe parte del agua y sales minerales, los
desechos salen por el nefridióporo.
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Nemátodos.
Los nemátodos marinos poseen una célula renoidea o renete, en la cavidad
seudocelómica que desemboca a través de un poro
excretor.
En los nemátodos terrestres más
evolucionados se presenta un sistema tubular, los
túbulos en H, que consta de dos tubos longitudinales y
uno transversal, los cuales desembocan a través de un
conducto en un poro excretor. Excretan amoníaco y
úrea.
Anélidos.
Los órganos de excreción en las
lombrices, son metanefridios. Estos metanefridios están
constituidos por nefrostomas y túbulos complejos, que
antes de abrirse al exterior forman una dilatación
llamada vejiga. Los nefridióporos están situados
al exterior, algunos culminan en el intestino
(enteronefridios).
Para realizar la excreción, el líquido
celómico del somite anterior penetra por el nefrostoma,
y a medida que pasa a través del túbulo, se
transforma en orina. Conforme la orina se forma a lo largo del
tubo, van variando las concentraciones de los elementos que la
forman, lo que nos indica que sustancias se reabsorben y
cuáles se eliminan, así como el control del
agua según las necesidades del organismo. Eliminan
principalmente úrea.
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Moluscos.
Los moluscos constan de un par de metanefridios
tubulares, denominados Órganos de Bojanus. Uno de los
extremos de estos nefridios está en contacto con
ell1uido celómico de la cavidad pericárdica a
través del nefrostoma y terminan en el otro extremo,
desembocando en la parte posterior de la cavidad del manto por
un nefridióporo.
La orina, al final, está constituida
principalmente de amoníaco en los moluscos
acuáticos, y de ácido úrico, en
terrestres; la orina es transportada a la cavidad del
manto.
Artrópodos.
En este phyllum encontramos gran diversidad de
adaptaciones para la excreción, dada la variabilidad de
formas y adaptaciones a diferentes hábitat, tal vez gran parte del éxito
de este grupo se
debe a la capacidad de reabsorción total o parcial del
agua, de tal forma que su orina puede ser líquida o
sólida.
En arácnidos los órganos excretores son
nefridios muy modificados, llamados glándulas coxales.
Además tienen los tubos de Malpighi.
Las glándulas excretan orina diluida, mientras
los tubos tienen la capacidad de excretar una orina
sólida cuyos desechos son principalmente a base de
guanina pudiendo también excretarla en forma de
cristales. En crustáceos, los órganos
osmorreguladores son las glándulas antenales o las
glándulas maxilares. Estas glándulas constan de
un saco terminal y uno o varios túbulos excretores, en
el saco se acumula por filtración el líquido u
orina que es conducida por los túbulos hacia la vejiga
que desemboca justo en la base de las antenas o
maxilas.
Las branquias intervienen en la eliminación de
amoníaco y son sus verdaderos órganos excretores.
Probablemente en insectos, los túbulos de Malpighi
alcanzan mayor especialización que en los demás
artrópodos. En las partes proximales del tubo suele
reabsorberse agua y iones inorgánicos que regresan a la
hemolinfa, en otras ocasiones es el epitelio del bulbo rectal
el que regresa estas sustancias.
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Equinodermos.
En este phyllum no encontramos un verdadero sistema
excretor, sin embargo, el sistema hemal desempeña en
parte estas funciones, ya
que por él circulan sustancias de desecho,
principalmente amoníaco y células llamadas
celomocitos que engloban a las sustancias excretadas,
éstas se transportan hacia las pápulas o hacia
los pies ambulacrales y pasan al exterior.
La difusión del amoníaco hacia el
exterior, se realiza también por áreas delgadas
de la superficie corporal, como los pies ambulacrales y
pápulas branquiales.
APARATO
EXCRETOR EN LOS VERTEBRADOS.
En los vertebrados, los principales órganos
excretores son los riñones, estos son los que se
encargan de eliminar los desechos (productos del metabolismo
celular) y el exceso de agua.
Los riñones de los vertebrados tienen un
desarrollo
evolutivo, presentándose una sucesión de dos a
tres estadios denominados: pronefros, mesonefros y
metanefros.
RIÑÓN PRONEFROS.
Está localizado en la región delantera
del cuerpo, es el primero en aparecer, y lo encontramos en
todos los embriones de los vertebrados. Presentan nefrostomas
que se comunican con la cavidad celómica y los vasos
sanguíneos.
RIÑÓN MESONEFROS.
Está localizado más centralmente en el
cuerpo. Es el segundo en aparecer y lo encontramos en peces y
anfibios. Presenta nefrostoma atrofiado, tomando la función
filtradora la cápsula de Bowman que se une al
glomérulo. Los reptiles, aves y
mamíferos también lo presentan
pero en estadio embrionario.
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RIÑÓN METANEFROS
Está localizado más caudalmente en el
cuerpo. Es el riñón más avanzado de los
vertebrados, está presente en reptiles, aves y
mamíferos. Los nefrostomas han desaparecido, no existe
comunicación con el celoma. El tubo
colector forma una cápsula que está unida
íntimamente a los vasos sanguíneos que forman un
glomérulo.
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LA
REGULACIÓN OSMÓTICA: OSMORREGULACIÓN EN
PECES.
Animales de Agua Dulce.
El agua dulce es extremadamente diluida y tiene una
concentración de sal muy inferior a la de la sangre de peces
de aguadulce. De esta manera el agua por
ósmosis tiende a ingresar al cuerpo del pez, y las sales
se pierden por difusión al exterior a través de
las branquias. Sus mecanismos de regulación
son:
El exceso de agua es bombeado al exterior por los
riñones que tienen muchos glomérulos, formando
una abundante orina diluida.
Las células absorbentes de sales localizadas en
las branquias transportan activamente iones desde el agua a la
sangre. También recuperan sales de los
alimentos.
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Animales de Agua Salada.
Peces Óseos. Al tener una
concentración salina más baja que el agua marina
circundante, los peces marinos tienen a perder agua y ganar
sales. Para compensar la pérdida de agua los peces
óseos beben agua de mar, la sal es transportada por la
sangre hasta las branquias donde son segregados al exterior por
células secretorias de sales. Sus riñones
presentan pocos glomérulos formando una orina escasa y
concentrada.
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Peces Cartilaginosos. La
composición de sales de la sangre de un pez
cartilaginoso es similar a la de los peces óseos. La
sangre también transporta úrea que la
mayoría de animales excretan en la orina. El
riñón de los peces cartilaginosos conserva
úrea y permiten que se acumule en la sangre. La
úrea sanguínea junto con las sales
sanguíneas hace que la concentración interna
supere ligeramente la del agua marina, solucionando de esta
manera su problema de pérdida de agua.
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