Durante la última década el Ecuador ha
atravesado una grave crisis
económica, la misma que fue acentuada por el
fenómeno de la dolarización, que provocó que el
sucre se devaluara a niveles nunca antes presentados, provocando
su desaparición y que el país adoptará como
moneda válida al dólar.
Este medida afectó directamente a la clase
más desposeída de la sociedad,
provocando el crecimiento de los niveles de pobreza e
indigencia en el país., disminuyendo a niveles
mínimos su poder
adquisitivo, presentándose además una serie de
fenómenos económicos que contrajeron la economía a nivel
nacional, incrementando el desempleo en el
país, ocasionando que el ingreso familiar no pueda cubrir
ni la canasta básica.
Bajo este panorama desalentador, gran parte de los
ecuatorianos al no tener un ingreso fijo que les permita
satisfacer sus necesidades básicas, optaron por ofertar su
fuerza
laboral en el
extranjero, puesto que en ciertos países se alcanzaban
niveles de remuneración sensiblemente más elevados
que los que se podría obtener en el Ecuador, por esta
causa varios países de Europa y los
EEUU, comenzaron a captar personal para
realizar trabajos pesados, pero que representaban una esperanza
para quienes atravesaban problemas
económicos, por lo tanto pese a representar muchos
esfuerzos e inclusive ingresar como ilegales a otros
países, se endeudaron para viajar y arriesgaron lo poco
que tenían con la finalidad de alcanzar mejores ingresos
económicos que les permita cubrir las necesidades
básicas de su familia, pero
sobre todo con el afán de obtener una remuneración
más digna, para mejorar su nivel de vida y el de sus
hijos.
De este hecho ha dado como resultado que muchos de nuestros
compatriotas sean explotados y tratados de
manera infrahumana, sufriendo abusos pero sobre todo afrontar la
soledad y la separación de su familia, esposos e
hijos.
Este fenómeno denominado migración,
ha provocado que se desintegre el núcleo familiar, que es
la base de toda sociedad, ya que niños y
adolescentes
están al cuidado de sus abuelos, tíos y otros
familiares, quienes no les pueden brindar el cariño,
afecto y sobre la educación y
guía que necesitan, muchos de ellos entregándose a
las drogas, el
alcohol o
integrándose a pandillas o refugiándose en otros
vicios.
Pese a que la migración ha aportando ingresos
considerables a la economía del país, por el
ingreso de divisas,
mejorando la calidad de
vida de muchos ecuatorianos, esta ha provocado un
fenómeno social que requiere de la intervención de
la iglesia, con
la finalidad de inculcar en los niños y jóvenes
valores de
ética y
moral, que en la sociedad actual se están
desvaneciendo, justamente por la falta de guías y el
ejemplo que debe impartirse en el núcleo familiar.
También es importante el rol del estado ya que
éste debe implementar nuevas fuentes de
ingreso, que permitan a los ecuatorianos invertir su esfuerzo y
tiempo en su
país, ya que el mismo cuenta con un sin número de
riquezas que pueden ser explotadas, pero sobre todo permitan a
los ecuatorianos mejorar sus habilidades innatas, con el
afán de crear y desarrollar unidades productivas que les
permita generar ingresos propios, para satisfacer sus necesidades
y las de sus familias sin tener que optar por la migración
que genera la desintegración y la pérdida del
núcleo de la sociedad que es la
familia.
También es necesario implementar reformas curriculares
a nivel de primaria y secundaria que incluya las cátedras
de moral y
cívica, para incentivar en la niñez y la juventud el
respeto a las
normas de
moral y buenas costumbres que al momento se están pasando
por alto y que provocan el incremento de la delincuencia y
las pandillas en varios sectores de la sociedad, generando la
inseguridad y
sobre todo la pérdida de jóvenes y niños que
son el futuro de la patria.
Por lo expuesto se requiere que la sociedad exija al estado
que éste entregue a los ciudadanos planes y proyectos guiados
a disminuir los niveles de migración, mediante la
creación de fuentes de ingresos adicionales, que den
posibilidades laborales a los ecuatorianos evitando que los
mismos por necesidad abandonen su país y sus familias,
aportando al crecimiento de otros países en desmedro del
país en el que nacieron, olvidando las potencialidades que
les ofrece el Ecuador.
La microempresa es
una respuesta válida a este fenómeno, mediante el
financiamiento
adecuado y la guía y asistencia técnica
básica, muchos ecuatorianos pueden generar sus propias
unidades productivas que les generan ingresos suficientes para
cubrir sus necesidades y generar pequeños negocios, para
desarrollarlos y convertirnos en pequeñas empresas
familiares , que aporten al mejoramiento de los estándares
de vida de todos sus componentes, generando fuentes de empleo y por
ende aportando a la economía nacional, para amenguar de
cierta forma los problemas por los cuales esta atravesando los
ecuatorianos.
Esta labor nos involucra a todos, puesto que requiere de la
presencia de toda la sociedad civil,
para exigir a los gobiernos de turno, la atención necesaria a este problema.
entregando soluciones en
el corto plazo, ya que caso contrario, mucha de nuestra fuerza de
trabajo,
seguirá buscando en otros países lo que no pueden
obtener en el suyo, perdiendo nuestro país la posibilidad
de crecer y salir del subdesarrollo
en el que no han sumergido las potencias económicas
mundiales, las cuales se aprovechan de estos problemas para
obtener beneficios propios, como es la mano de obra barata y
explotada.
Debemos luchar porque esta realidad cambie y aportar un
granito de arena para buscar soluciones que permitan al ecuador
salir de la crisis.
Mi trabajo estará basado en investigaciones
realizadas en libros,
internet y
revistas, también tendrá mucho de lo que he
leído y he escuchado acerca de la migración de los
ecuatorianos hacia EEUU y Europa.
Que se den más oportunidades de trabajo para que las
personas no tengan que salir del país y así las
familias no se desintegren por estos motivos.
Que se trate de crear más formas de trabajo por ejemplo
ayudar a las personas con prestamos u otra forma de conseguir
dinero para
que puedan trabajar dentro del país mismo.
Que el presidente y el gobierno controle
la migración e informe todo lo
que sea al respecto de la migración.
Que se de más información acerca de lo que pasa cuando
las personas emigran y los peligros y traumas que pueden sufrir
sus familiares en especial los niños ya que muchas veces
las personas que se quedan con ellos los maltratan y hasta abusan
en todos los sentidos de
ellos.
Que antes de migrar las personas busquen una opción
más difícil de conseguir pero segura y que no usen
no busquen la salida más fácil como lo es la
migración.
Determinar las causas y consecuencias de la migración
en la sociedad ecuatoriana.
Posiblemente a más de las huelgas y protestas,
ningún otro hecho ha servido como indicador de la
frustración de los ecuatorianos en tiempo de crisis, como
son las olas masivas de migración, en los últimos
dos años, las redes de migración
tradicional que unían al Ecuador y a los Estados Unidos
(particularmente en el área metropolitana de las ciudades
de New York y Chicago) se han intensificado, mientras los
ciudadanos han forjado nuevos lazos con España y
otros países de Europa. Ciudadanos de todas las clases y
etnias han buscado un alivio a la crisis eligiendo salir; en los
primeros seis meses de 1999, 172.320 personas salieron a
España y esta cifra tuvo incrementos fijos una vez que la
crisis se intensificó. En el sur del Ecuador, en las
provincias de Azuay y Cañar, en donde la migración
ha sido una parte del paisaje social, económico y
político desde finales de los 60, el número de
detenciones de emigrantes que trataban de llegar a los Estados
Unidos ilegalmente aumentó significativamente, mientras la
crisis amenazaba más vidas.
La migración laboral -como una estrategia de
supervivencia en tiempos de crisis financiera- a menudo no toma
la forma deseada por aquellos que se involucran en ella. Para las
familias campesinas de la sierra, la migración
frecuentemente forma parte de una estrategia para generar
múltiples ingresos que pueden incluir la producción agrícola y
artesanías, adicionalmente a la migración laboral
interna e internacional. De aquí que, la migración
frecuentemente vincula la separación de los miembros de la
familia en la medida en que algunos de ellos viajan hacia fuentes
de trabajo fuera de los dominios familiares, mientras otros
deciden quedarse, para desarrollar otro tipo de trabajo cerca de
sus hogares. Cualquiera que sea la configuración de las
ganancias económicas de esta estrategia, usualmente genera
costos
emocionales y sociales para los miembros de la familia
involucrados.
En las provincias de Azuay y Cañar, la migración
de parientes a los EEUU ha afectado a las familias rurales. En
los últimos años, en la medida en que las
oportunidades de desempleo y subempleo han disminuido, cientos
han asumido el riesgo de migrar
hacia los EEUU, particularmente hombres jóvenes, muchos
recién casados y generalmente con niños
pequeños, que alguna vez miraron hacia las herencias de
tierra como la
forma de construir sus propios hogares, ahora fijan su mirada en
los EEUU, especialmente hacia New York y Chicago, a trabajos en
restaurantes y servicios.
Desde la mitad de la década de los 60, se estima que
alrededor de 400.000 ecuatorianos, casi el 80% de las provincias
de Azuay y Cañar, han migrado a los Estados Unidos y se
estima que el 70% han entrado a los EEUU como indocumentados.
A pesar de que las corrientes de emigrantes fuera de Azuay y
de Cañar, se facilitan por las rutas clandestinas usando
la economía informal de prestamistas o "chulqueros" y
coyotes, éstos no han podido escapar al escrutinio de los
periodistas y los investigadores sociales locales, varios
reportajes, tesis,
artículos publicados y libros, han prestado considerable
atención a los efectos sociales de la migración en
las comunidades de la región Azuayo-
Cañari1. Particular interés ha
concentrado las presunciones sobre los efectos que la
migración tiene en la vida de las mujeres y niños
que han sido abandonados cuando los esposos migran. Respecto a
los niños; profesores, trabajadores de salud
pública y los representantes de las iglesias locales
han reportado un marcado decrecimiento en el desempeño de las escuelas más pobres
y un incremento en el uso de drogas y
alcohol, casos de depresión
y violencia
(Ochoa, 1998; Pinos y Ochoa, 1999). Con una pequeña
variación, los investigadores han basado su
explicación a estos problemas en la destrucción de
las familias, la célula
de la sociedad, precipitada por la migración.
En las comunidades emigrantes, los problemas con los
niños forman parte de un discurso
recurrente sobre la migración, en el bajo Cañar las
madres en particular marcaban su preocupación hablando
sobre un pronunciado incremento de un grupo de
nuevos desórdenes en los niños, que se manifiestan
en una pena extrema, ira explosiva, actos de maldad y violencia,
sumados a un rechazo general al llevar a cabo las actividades
diarias. Casos de nervios -el término más
comúnmente utilizado por la gente para referirse a la
totalidad de comportamientos individuales- se manifiestan en los
niños cuando son separados de sus padres por largos
periodos de tiempo, casi siempre en casos en los que el padre ha
migrado a los EEUU. Compartiendo una serie de síntomas
comunes con la depresión euro americana, los nervios
empiezan con una profunda tristeza y desesperación
expresadas en el dolor de corazón
por la pérdida, pero pronto transformadas en expresiones
abiertas de ira; si esto no se controla, conduce a las
víctimas a agredir su cuerpo y en el peor de los casos a
intentos de suicidio.
En Ecuador, al igual que en la mayor parte de América
Latina, los nervios son una enfermedad popular, sin embargo,
éstos han sido típicamente entendidos como una
aflicción de las mujeres adultas y no se los asocia
generalmente a los niños. En mi investigación, me refiero a las discusiones
sobre esta nueva enfermedad centrada especialmente en los
niños, con mayor frecuencia en los varones, cuyos
síntomas se atribuyen al haber sido abandonados por sus
padres, o generalmente al sufrimiento consecuencia de la
negligencia familiar.
La migración es un gran fenómeno social que
afecta a todos los ecuatorianos ya que estos son la mayor
cantidad de emigrantes que viven en España porque la
economía ecuatoriana ha ido decayendo cada día
más por ejemplo 7000 ecuatorianos aproximadamente cada mes
desde el 2001, la municipalidad de Madrid ha
dicho que la cantidad de emigrantes ecuatorianos ha aumentado 15
veces desde el 2001.
La migración ecuatoriana en estos últimos
años se ha convertido en el bote salvavidas de el Ecuador,
según algunos analistas como Alberto Acosta, los
emigrantes aportan con aproximadamente 1400 millones de
dólares anuales a la economía ecuatoriana
convirtiéndose en el segundo aporte económico
más importante después del petróleo estos ingresos que van hacia las
familias de los emigrantes han permitido la circulación de
dinero (dólares) lo cual hace que la economía
ecuatoriana no termine por hundirse completamente.
Obviamente este fenómeno migratorio mundial de
movilidad, se produce en su mayor parte por falta de trabajo, el
subempleo, la pobreza. En
realidad, son los factores económicos de un proceso de
globalización sin justicia
social, que desde luego ha originado una presión
migratoria en los últimos veinte años, en el
Ecuador con una incidencia mayor a partir del año
2000.
La constitución de la Republica del Ecuador,
al igual que la de todos los países democráticos,
establece la libertad de
sus ciudadanos de salir y entrar de sus territorios, habiendo
migrado en total, en los últimos diez años unos dos
millones y medio de Ecuatorianos, de los cuales más o
menos un millón y medio viven en los Estados Unidos de
Norteamérica principalmente en la ciudad de New York; un
poco más de medio millón en España siendo al
momento la comunidad
Ecuatoriana la que encabeza el mayor número de inmigrantes
80% legales y el 20% de indocumentados, seguido de Marruecos,
Colombia,
Perú y otros países ; otro medio millón de
ecuatorianos tenemos en varios países del espacio de
Schegen de la Comunidad Europea, como en Italia, Alemania, Gran
bretaña, etc.
Cabe destacar que el Ecuador no solamente es un país de
emigrantes sino también, un país receptor de
inmigrantes, así tenemos colombianos y peruanos, que han
ingresado atraídos por el valor del
dólar que frente al cambio de sus
monedas de origen tiene mejor poder adquisitivo, en el caso de
los hermanos colombianos también han ingresado al Ecuador
por los problemas que cruza su país Colombia.
Para el Ecuador, así como para los países de la
región, que tiene una apreciable corriente migratoria, las
remesas han constituido indudablemente un instrumento de desarrollo y
el lado positivo del fenómeno o problema social de la
inmigración, a tal punto, que el en Ecuador
se contabiliza como el segundo rubro de ingreso o transferencia a
la cuenta corriente de la balanza de pagos,
después de la exportación de productos
primarios como le petróleo,
superando a los productos tradicionales como le banano y
atún.
En el mes de marzo del presente año, el BID
anunció, que en el año 2003, las remesas hacia
América
Latina y el Caribe alcanzaron los 38.000 millones de
dólares, sobrepasando los montos combinados de la inversión
extranjera directa. De los cuales el Ecuador recibió
mil seiscientos cincuenta y seis millones de dólares
(1.656).
El 83% de los emigrantes han coincidido en manifestar, que la
principal causa de haberse desplazado a otro país, es
enviar dinero a sus familias, cuyos receptores que se benefician
de estos envíos representan a un 14% de ecuatorianos
adultos, casi tres cuartas partes de mujeres que gana menos de
500 dólares.
Aproximadamente el 61% de los receptores de las remesas, la
usan en gastos diarios;
pagan la renta, compran comida o medicinas, mientras que el 22%
lo dedican a inversiones a
largo plazo y el 17% a gastos superfluos o lujos.
Como ustedes saben, millones de personas se desplazan hacia el
norte o hacia el sur, para enviar sus remesas que constituyen una
de las expresiones más importantes de la
globalización, que buena parte de los países de
la región se sostienen por sus emigrantes que trabajan
legal o ilegalmente fuera en los países de primer
mundo.
Es necesario anotar, que gran parte de los fondos producto de
las remesas que envían los emigrantes latinoamericanos a
sus países de origen, se gastan en tramites por un valor
de más de 4.000 millones de dólares por concepto de
envíos y manipulaciones en el envió de moneda,
según el BID, van a mano de las agencias remesadotas,
convirtiéndose en un negocio lucrativo, mientras los
perdedores resultan ser quienes trabajaron para ganar ese
dinero.
En cuanto al cobro por transacción de remesas, y si es
un envío urgente, dependiendo de la agencia, se ha llegado
ah cobrar el 29,25 % del valor remitido. Mientras en el negocio
pro el diferencial cambiario se ha cobrado hasta 5 centavos por
cada dólar o una comisión de 0,2 por ciento.
Los países latinoamericanos, están apoyando
diferentes acciones y
buscan la definición de políticas
de modernización para bajar el costo de las
remesas y facilitar el envío, a través de una mayor
regularización y supervisión de las casas de cambio y el
fortalecimiento de las plataformas financieras.
El arma más eficaz para combatir la pobreza en Latinoamérica no proviene de los gobiernos
ni de la ayuda exterior, sino de las remesas de los emigrantes.
Las remesas se han convertido en una de las principales fuentes
de ingreso, según un informe del banco
Interamericano de desarrollo.
Desde hace 5 años ha existido una influencia masiva de
ecuatorianos hacia el exterior, los pobres y los excluidos de
este país se han convertido en emigrantes, en su
mayoría irregulares, que por la prensa son
calificados como ilegales. Han llegado a EEUU, España,
Italia, Inglaterra.
Parten de Cañar, Loja, Manabí y Guayas, provincias
en las que la incidencia de la pobreza en el campo fluctúa
entre el 78% a 86%.
La emigración se desató por una crisis compleja,
que tiene que ver, entre cosas, con el fracaso del modelo
neoliberal, en el cual una de sus causales es la deuda externa. Y
la emigración, por otro lado, vía remesas de los y
las ausentes, sostiene directamente la economía nacional.
El dinero que
envían los ecuatorianos desde el exterior representa un
pilar fundamental para sostener el consumo en la
dolarización y, por ende, significa un ingreso importante
para cerrar el creciente desbalance comercial y por cierto el
déficit crónico de la balanza de servicios,
ocasionado por la sangría de la deuda externa.
A los efectos rápidamente descritos y analizados, que
requieren todavía una mayor profundización
económica, habría que complementarlos con un
análisis social, cultural y
político, pues es claro que el tema no se agota en lo
económico; la emigración representó una
válvula de escape social indiscutible y provocará
diversos cambios en la estructura
social y hasta política del Ecuador,
un país que por efectos de ella, para bien o para mal, no
volverá a ser lo que era antes.
La migración en el Ecuador no es un fenómeno
nuevo. La migración Internacional es la más
reciente y común, las referencias más tempranas la
sitúan en los años cincuenta, para la zona del
Austro del país, luego de la crisis de la
exportación de sombreros de paja toquilla. Pero la
migración masiva contemporánea tiene su origen a
fines de los noventa. Esta migración es particularmente
importante no solo a nivel de las familias y comunidades
afectadas sino a nivel nacional, por la gran cantidad de población movilizada y las ingentes
cantidades de remesas recibidas del exterior.
Esta nueva emigración es masiva y como tal ocurre a
partir de la crisis económica de Ecuador, afines de los
noventa. Solo en el año 2001, salieron alrededor de medio
millón de personas, y el saldo entre las que entraron y
salieron, favorable a las salidas, equivalió al 3% de la
PEA; esto según los registros
oficiales, que, vele aclarar, no dan cuenta del importante
desplazamiento informal.
En este sentido, el nivel de afectación de la
migración internacional en las familias ecuatorianas es
importante. Según la "Encuesta de
medición de indicadores
sobre la niñez y los hogares" del instituto nacional de
estadísticas y Censos, realizada en el
2000, el 7.3% de los hogares del país se habría
encontrado directamente afectado por la migración de
población en búsqueda de trabajo.
En segundo lugar los patrones de procedencia y destino de la
migración han cambiado. Si bien la región sierra de
Ecuador sigue concentrando la mayoría de emigrantes, en la
costa se registran las mayores tasas de crecimiento de la
población emigrante, sobre todo en los sectores urbanos.
Ello va de la mano con el mayor crecimiento de la pobreza y el
desempleo en esta región y sector.
En cuanto al destino de la emigración, el gran cambio
ha sido el mayor traslado hacia países europeos,
principalmente España, en lugar de estados Unidos, destino
habitual de los emigrantes ecuatorianos hasta
1995.
En tercer lugar, como en casos anteriores, la mayor parte de
los emigrantes son jóvenes, hijos o hijas de hogar, sin
embargo, los jefes de hogar y cónyuges participan cada vez
más. Ello sugiere que las condiciones de
desestímulo en el país son cada vez mayores y la
gente esta dispuesta a asumir mayores riesgos. Se
puede esperar, entonces, por un lado, mayores impactos en las
familias y, por otro lado, la continuación de la
emigración por reunificación familiar.
En cuarto lugar, la emigración ecuatoriana
contemporánea tiene mucho que ver con una estrategia
económica familiar y, en este sentido, se identifica por
la migración interna, la diferencia esta en la escala de la
movilidad, tanto espacial como económica. Por un lado, la
emigración compromete a más de un miembro de la
familia, y, por oro lado, si
bien existen desiciones individuales, la aprobación y
soporte de la familia es muy importante, en términos
económicos y extraeconómicos.
En quinto lugar, los que migran al exterior no son los
más pobres, por las obvias barreras de costo, migra la
gente con cierto ingreso, experiencia laboral y
calificación, entonces más allá de una
estrategia de supervivencia, la migración es
también una estrategia familiar de movilidad: lo que busca
con nuevas oportunidades un mejor futuro, que no se vislumbra en
Ecuador, ni con mayor capacitación, por tanto, los factores
influyentes no son solo económicos.
Los ecuatorianos se han visto favorecidos por los acuerdos de
1962 en el que los ecuatorianos tenían un acceso libre
hacia España como turistas sin ninguna visa, ahora las
autoridades españolas son mucho más exigentes
porque no son muy amables al momento de recibir a los
ecuatorianos porque los de migración antes de aceptar el
acceso de los ecuatorianos turistas les hacen muchas preguntas
como cuanto dinero tiene, cuan estable es su economía y si
tiene un pasaje de regreso y los aceptan solo si se convencen de
lo contrario tiene que regresar inmediatamente hacia el
Ecuador.
Por este motivo los ecuatorianos emigrantes dejan en el
Ecuador una cuenta con 2000 o 2500 dólares para así
poder burlar a las autoridades de España, pero los
ecuatorianos tienen una ventaja al viajar hacia los países
bajos ya que las autoridades de dichos países no son muy
exigentes con respecto a los emigrantes y por lo tanto no hacen
muchas batidas o búsquedas de emigrantes ecuatorianos.
Lo novedoso en el fenómeno migratorio actual requiere
de una comprensión más completa que la que
aquí ofrecemos, aún así la evidencia
disponible sugiere varios rasgos notables. Primero, la
emigración masiva estuvo precedida al menos por dos
grupos de
emigrantes. Los Otavaleños estaban presentes, aunque en
números pequeños a finales de los años
setenta o comienzos de los ochenta y los Lojanos quienes parecen
estar subrepresentados en la proporción de emigrantes
ecuatorianos, han emigrado a España para trabajar, al
menos desde principios de los
años noventa y pueden haber sido los que prepararon el
camino para la familia y amigos una vez que la economía
ecuatoriana se deterioró.
Otras regiones de la sierra, parecen haber enviado más
emigrantes a España que las provincias costeras, con una
excepción importante. Los emigrantes del tradicional "eje
central" de las provincias de Azuay y Cañar se unieron
relativamente más tarde a esta corriente migratoria, y en
cantidades relativamente menores.
De los casi 37,000 ecuatorianos registrados al ingresar a
España en 1999, sólo 2,000 parecen ser originarios
de las provincias de Azuay o Cañar. Este hecho puede ser
explicado, por dos factores: 1) Centro-Sur del Ecuador
había ya enviado miles de emigrantes a los Estados Unidos
y por consiguiente el potencial de la fuente migratoria
estaría agotado en comparación a otras regiones, y
2) la mayoría de las familias del Centro – Sur, incluso de
aquellas rezagadas de las fases iniciales de emigración,
tienen miembros familiares inmediatos o lejanos en los Estados
Unidos, por lo que esperarían el acceso en base a redes
que enlazan los dos lugares. Dado que las redes transnacionales a
los Estados Unidos son dependientes de las conexiones sociales y
económicas y están geográficamente
concentradas en las provincias de Azuay y Cañar, la
mayoría de los otros ecuatorianos no tienen acceso a estas
redes que perpetúan las conexiones con Nueva York y
Estados Unidos.
La falta del requisito visa y el costo relativamente bajo de
emigrar a España, sin embargo, pone menos
obstáculos para migrar y aparentemente más
oportunidades de empleo para las mujeres. Una
investigación preliminar señala que las redes que
unen al Ecuador y a España se basan en los hogares, pero
la rapidez de la emigración y la escala nacional de
emigración, al igual que las entrevistas a
ecuatorianos en España en el 2000 sugieren que tener
familia establecida en España que conozca sobre el
cómo migrar, acerca de posibilidades de alojamiento y
oportunidades de empleo, facilita la emigración, aunque
esto no haya sido un requisito previo. Algunos emigrantes han
partido sin familia o amigos que esperen por ellos; otros han ido
con débiles conexiones.
Un segundo rasgo interesante acerca de la migración
ecuatoriana a España es que lograron encajar dentro de una
economía española que continúa demandando
mano de obra de bajos salarios,
semicalificados, y con preferencia, en el caso de los hombres
para trabajos agrícolas y hacia las mujeres para el
servicio
doméstico. España parecería ser entonces, un
destino lógico para los emigrantes ecuatorianos dadas las
similitudes culturales y de idioma, pero hasta mediados de los
años ochenta, España era un país de
emigrantes con una consistente tasa de desempleo entre 15% y 20%.
Sin embargo, desde mediados de los años ochenta,
España se ha vuelto un destino importante para los
emigrantes documentados e indocumentados. A finales de los
años setenta y comienzos de los ochenta, cuando la
economía española entra en auge, muchos jornaleros
agrícolas españoles pudieron encontrar mejores
trabajos, creando así un vacío en la oferta de
empleo.
De manera similar, conforme los ingresos de la clase media
aumentaron, la demanda para
servicio doméstico puertas adentro también
aumentó, pero las mujeres españolas que llenaban
esos puestos pudieron encontrar otro empleo escapando de esta
forma de trabajo.Tanto las labores agrícolas como las de
servicio doméstico fueron cada vez más ocupados por
inmigrantes del norte de África, América Latina y
Asia, muchos
de los cuales habían obtenido permisos de trabajo de corto
plazo.
Una fuerte asimetría de género se
desarrolló conforme las posiciones de servicio
doméstico fueron ocupadas mayoritariamente por mujeres,
principalmente de República Dominicana, Perú y las
Filipinas y los trabajos agrícolas fueron ocupados
mayoritariamente por hombres del norte de África y en
menor grado de América Latina y Asia. La demanda para el
servicio doméstico y la labor agrícola persiste y
el gobierno español ha
buscado cubrir esta demanda concediendo entre 86.000 y 126.000
permisos de trabajo por año durante los años
noventa.
Los emigrantes ecuatorianos encajaron en el agrupamiento
ocupacional por género y en la concentración
geográfica de Latinoamérica, especialmente respecto
a los inmigrantes dominicanos que arribaron antes que ellos. A
pesar de que la mayoría de informes de
prensa ecuatoriana ponen énfasis en el número de
hombres que trabajan en agricultura y
en la construcción, la corriente migratoria a
España fue liderada por mujeres, y la mayoría de
ecuatorianos que viven allí son mujeres. En 1997
más del 58% de los emigrantes con destino a España,
unos 62.3% de ecuatorianos registrados por las autoridades en la
Comunidad de Madrid en 1999 y 67% de ecuatorianos con residencia
y con visas de trabajo válidas, eran mujeres
Este patrón de migración dominado por mujeres
refleja el aumento en la demanda para ocupaciones donde aquellas
dominan: servicio doméstico puertas adentro, limpieza,
cuidado de niños y ancianos; ello se refleja, en
términos de la política laboral española, al
haber emitido, entre dos tercios a tres cuartas partes, de los
permisos de trabajo para ecuatorianos, a mujeres. Conforme el
número de permisos de trabajo españoles se
cuadruplicó de menos de 2.000 en 1995 a más de
8.000 en 1999, más del 66% de éstos se
concedió a mujeres, las cifras muestran que para 1998,
cerca de un 74% de los concedidos eran para el servicio
doméstico; sólo 8,5% para agricultura, la
mayoría de los cuales se concedió a hombres. Las
mujeres están migrando a partir de una variedad de
situaciones familiares. Algunas se están uniendo a
parientes masculinos en España, pero muchas son solteras o
emigran sin sus esposos.
Esto difiere de la corriente migratoria hacia EE.UU. donde es
raro que las mujeres casadas emigren antes de la salida de su
marido, y muchas emigran después de que su marido les
auspicia. Este modelo de mujeres que lideran la corriente de
emigración para trabajar mayoritariamente en el servicio
doméstico en Madrid y Barcelona concuerda con el modelo
establecido por peruanos y otros emigrantes Latinoamericanos. Si
las experiencias de las mujeres ecuatorianas son similares a lo
que Escrivá reporta sobre las experiencias de mujeres
peruanas en Barcelona, puede entonces esperarse que las mujeres
estén siguiendo a su familia y amigos a España y
que sus motivos iniciales para emigrar estén
íntimamente ligados a las carreras y supervivencia de
miembros inmediatos de la familia, pero la autonomía y el
escape de una sociedad con hogares patriarcales, también
son factores importantes. Además, se da el caso de muchas
mujeres relativamente bien educadas que pueden ganar
autonomía, pero experimentan un estatus social y
económico inferior en comparación al que tuvieron
en su lugar de origen.
Sin embargo, la mayoría de los ecuatorianos llega a
España sin un permiso de trabajo e inmediatamente contacta
a amigos y familiares para buscar trabajo y/o un patrocinador que
pueda hacer una oferta de contrato formal.
Los inmigrantes usan lugares de reunión públicos
como los parques de El Retiro y El Oeste en Madrid, donde miles
socializan cada domingo y se enteran sobre oportunidades de
empleo. Aquellos con suficiente suerte para obtener un permiso de
trabajo están usualmente restringidos a un empleo de corto
plazo y con sueldos relativamente bajos. En 1998, el 56.6% de los
permisos de trabajo eran válidos para un año o
menos y 76% para dos años o menos.
Los Inmigrantes ganan consistentemente menos que los nativos
españoles, incluso en trabajos similares. Las
domésticas puertas adentro ganan entre 400 y 600
dólares por mes, más comida y vivienda, los
jornaleros agrícolas en la Provincia de Murcia ganan
aproximadamente 3,75 a 4,50 dólares por hora, y los
obreros de la construcción pueden ganar hasta 6,75
dólares la hora.
Un tercer rasgo notable que ha sido reportado, aunque no
está documentado formalmente, es que los ecuatorianos en
España provienen de una variedad de situaciones y
posiciones económicas así como de grupos
étnicos, y van desde trabajadores pobres de zonas rurales
y urbanas, a quiteños relativamente acomodados poblaciones
indígenas, mestizas y blancas. Vidal y Moreno reportan
tres grupos económicos entre los emigrantes ecuatorianos:
los que no pueden cubrir sus gastos diarios en el país,
aquéllos que pueden cubrir sus necesidades básicas
diarias pero no pueden lograr un estándar de vida
más alto, y gente de la clase media y media alta cuyo
bienestar económico cayó considerablemente como
resultado de la crisis económica.
Aquellos que están económicamente mejor y que
tienden a ser también mestizos o blancos, informan que se
sienten humillados realizando trabajos que solamente
realizarían personas indígenas o pobres en el
Ecuador. Algunas ecuatorianas que trabajan actualmente como
domésticas puertas adentro en España, hace
sólo algunos años contrataban domésticas en
el Ecuador.
Una última característica significativa de la
migración masiva tiene relación con los cambios
operados por el que ocurrió conforme gobierno
español en materia de
políticas para inmigrantes y que por consiguiente
atrapó a los ecuatorianos en un "experimento legal". La
legislación aprobada en enero del 2000 dio a los
inmigrantes "ilegales" amplios derechos incluyendo
garantías para la educación, cuidados
médicos, el derecho de libre reunión y protesta, la
reunificación familiar y el adherirse a sindicatos; se
podría multar a los inmigrantes ilegales, pero la
deportación era improbable.
También proveía residencia a inmigrantes
ilegales que pudieran probar, entre otras cosas, haber estado en
España antes del 1 de Junio de 1999. La mayoría de
esta legislación fue sin embargo deshecha, cuando el
conservador José María Aznar del Partido Popular,
ganó la mayoría en la Legislatura y
por ende la Presidencia, en Marzo del 2000, aprobándose
una nueva legislación bastante similar al "Immigration and
Reform Control Act"
aprobada en los Estados Unidos en 1986. La nueva ley si bien
continuó con la amnistía para los inmigrantes que
vivían en España antes del 1 de Junio de 1999, pero
buscó reducir la inmigración ilegal eliminando
muchos de los derechos otorgados por la legislación
anterior, cerrando las fronteras, e incrementando la
presión y multas para empleadores que contraten
inmigrantes sin los permisos de trabajo. Al máximo de la
controversia, la legislación estipula la expulsión
inmediata de los inmigrantes ilegales y extiende de dos a cinco
años el lapso de tiempo que los inmigrantes
tendrían que permanecer en España para ser
elegibles para obtener la residencia. También obliga al
gobierno a hacer acuerdos bilaterales con los países
fuente de la población inmigrante ilegal a
España.
En este marco, en Enero del 2001 Ecuador y España
firmaron el primero de cuatro acuerdos bilaterales que
España firmaría en los siguientes siete meses. Los
acuerdos tienen la intención de reducir el trafico de
inmigrantes y dar un trato preferencial a los obreros de los
países fuente. "La operación Ecuador" estipula los
permisos de trabajo y/o residencia de un número no
especificado de ilegales ecuatorianos que vivían en
España antes del 22 de enero del 2001 para lo cual
debían manifestar su acuerdo en retornar voluntariamente,
mientras que el gobierno español acordó pagar por
los vuelos a Quito y el
retorno a Madrid.
Los ecuatorianos mostraron sus reservas frente a la promesa
española y la Asociación Rumiñahui, de
residentes en España etiquetó al acuerdo de absurdo
y una traición a los emigrantes ecuatorianos. A pesar del
escepticismo ecuatoriano, la subestimación hecha por
España sobre cuantos ecuatorianos se inscribirían
en ese programa, y el
caos que causaron las declaraciones públicas
contradictorias, 24.884 ecuatorianos se inscribieron en el
programa para fines de febrero, a pesar de que España
sólo devolvió a 4.069 ecuatorianos a Ecuador para
su "regularización". Los otros 20.789 recibieron permisos
de trabajo o residencia sin retornar al Ecuador. El legalizar a
casi 25.000 ecuatorianos incrementa el número de
ecuatorianos con permiso de residencia a más de 55.000,
pero indudablemente deja a decenas de miles sin este estatus
legal.
La continuación de la migración a los Estados
Unidos y el éxodo masivo a España han ampliado el
rol del Ecuador dentro de la economía global en tanto
exportador de personas y como un importador de remesas. El
Fondo Monetario
Internacional estima que las remesas aumentaron de menos de
100 millones de dólares en 1994 a 840 millones en 1998. Si
estas cifras son relativamente exactas, las remesas se han
tornado en la segunda fuente más importante de ingresos
desde el exterior, seguida solamente por las exportaciones de
petróleo. Conforme la emigración ha cambiado de un
fenómeno predominantemente regional a un fenómeno
de carácter nacional, los hogares de todo el
Ecuador están entrando en una economía migratoria,
con la consiguiente dependencia de las remesas, experiencia que
los hogares en Azuay y Cañar han vivido por más de
una década.
Aún así, esta forma de dependencia
económica no debe ser condenada tan a la ligera; migrar en
busca de oportunidades económicas no es nuevo y las
remesas proporcionan oportunidades a las personas que han estado
excluidas de la economía ecuatoriana. Los hogares a lo
largo de la Sierra del Ecuador durante muchas décadas
necesitaron combinar la producción agrícola con las
ganancias fuera de sus tierras, lo cual requirió
comúnmente de migraciones internas, hacia la costa o
centros urbanos.
La migración internacional es una extensión
radical de la migración doméstica, requiriendo
ausencias de largo plazo y un riesgo económico y personal
mayor, pero también posibilita un incremento sustancial en
el ingreso del hogar, algo que la migración
doméstica no provee.
En este sentido, la migración les permite controlar sus
ingresos y economías en tanto no dependen del manejo de
las políticas económicas nacionales; las remisiones
no son controladas por el gobierno, ni son los emigrantes
forzados a simplemente esperar por el goteo de los auges de
exportación del banano o el camarón. Más
bien, los emigrantes y sus familias asumen enormes riesgos para
ganar dinero en economías de altos salarios evitando la
incertidumbre de la economía ecuatoriana para mejorar su
posición económica.
Las transferencias de los emigrantes son dedicadas a numerosos
gastos dependientes de varios factores, que no están
necesariamente limitados a la posición del emigrante
dentro de la familia ampliada, tales factores son: entre otros,
el lapso de que el emigrante ha estado lejos, las emergencias
familiares, las deudas, y la intención de reunir a la
familia en el exterior. Pagar la deuda que obtuvieron para la
emigración y pagar las necesidades básicas
incluyendo la educación de los niños son
normalmente las primeras prioridades de las remesas, seguido por
adquirir o construir una casa moderna, también financiar
la emigración indocumentada de un miembro cercano de la
familia y la adquisición de tierras.
Después de que la deuda ha sido pagada y las grandes
inversiones en una casa y posiblemente en una parcela de tierra –
lo que normalmente ocurre dentro de los tres primeros
años, gastan las remisiones en artículos suntuarios
como equipos de sonido y otros
electrodomésticos, sin embargo, las remesas pueden
disminuir a una cantidad de subsistencia mensual o bimensual,
cantidad que pagará muchas de las necesidades
básicas, pero no permitirá ningún ahorro en el
Ecuador.
Hay evidencia para demostrar que, aunque las remesas de los
emigrantes son el segundo rubro de exportación más
rentable del Ecuador pueden ocasionar altos costos. Muchas
comunidades han perdido a la mayoría de sus residentes y
el deterioro social trae como resultado otros males sociales.
V EFECTOS POSITIVOS Y
NEGATIVOS DE LA MIGRACIÓN
- Efectos económicos positivos para el
Ecuador
Desde el año 2000 por efecto del proceso migratorio el
Ecuador empezó a contabilizar valores trascendentes
provenientes de las remesas, alcanzando un ingreso de 1.364
millones de dólares, para incrementarse en el año
2001 a 1.415 millones de dólares.
En el año 2002, según el fondo Multilateral de
Inversiones del BID, América Latina y el Caribe, captaron
32.000 millones de dólares por concepto de remesas, de esa
cifra llegaron al Ecuador 1.575 millones de dólares,
distribuidos de la siguiente manera: el 58% del dinero
proveniente de Europa, de los cuales el 44% es de España
con 385 millones de euros equivalentes a 450 millones 400 mil
dólares; un 38% de los Estados Unidos de
Norteamérica; y, 5 millones de dólares que se
recibieron de Italia, constituyéndose en los países
que más envíos realizaron.
Pese a la incidencia negativa en la sociedad ecuatoriana, la
migración ha tenido cierto efecto positivo ya que gracias
a todo el dinero que ingresa al país por las remesas, ha
aportado para que la economía ecuatoriana no haya
decaído por completo y sobre todo haya podido mantenerse
de pie para sobrevivir.
- Efectos sociales que los emigrantes han sufrido
En muchos de los países a los que migraron, han sido
tratados como personas inferiores, asignándoles tareas
pesadas que son consideradas denigrantes, sufriendo atropellos y
siendo víctimas de pandillas, en varias ocasiones
golpeados y robados; como es el caso de los cabezas rapadas o
skinheads, quienes no solo los maltratan físicamente sino
moralmente, e inclusive alcanzando niveles de afectación
sicológica.
Al llegar son maltratados, las mujeres sufren de abusos,
teniendo que acceder a todo lo que los españoles o
norteamericanos deseen, haciendo que la mujer sea
degradada por completo y que su autoestima
quede en los suelos.
- Efectos culturales
La migración no solo ha dejado efectos sociales y
económicos sino también culturales por ejemplo: la
música
ahora es utilizada como un medio para expresar todo lo que la
migración ha traído consigo por ejemplo en la
música nacional siempre es utilizada como un medio de
desahogo y la mayoría trata sobre lo que ha pasado desde
el momento que llego a un a tierra extraña hasta todo lo
que han hecho para lograr ser tratados como personas.
- Efectos psicológicos
No solo los emigrantes son los que sufren sino también
sus familias que quedan desamparadas, pero los niños son
los que reciben todo tipo de abusos como pueden ser sexuales,
físicos, psicológicos ya que no tienen quien los
defienda, las personas que se quedan a cargo con el dinero que
recibe no les dan ni siquiera de comer, les crean unos traumas
tan grandes que pueden afectar a su forme de pensar y actuar.
Los problemas psicológicos afectan a los emigrantes que
se encuentran en países lejanos ya que la
desesperación por no encontrar un trabajo o una
economía estable les hace que hagan cosas fuera de la
cordura o que se refugien en el alcohol.
La migración no es una salida fácil, ya que no
todo lo que se planea va a resultar no todas las personas que han
emigrado han logrado hacer que los traten como personas y los que
lo han logrado no ha sido de un día para el otro por este
motivo es mejor tratar de buscar otras salidas aunque en nuestro
país esto va a ser muy duro ya que cada día en
lugar de mejorar, el país sigue empeorando.
La migración pese a tener efectos negativos en la
sociedad, tiene su lado bueno para la economía del
país, ya que permite sostenerla, porque el dinero que
mandan los emigrantes a través de las remesas, es el
segundo ingreso más importante después del
petróleo, por este motivo al país le conviene que
sigan existiendo emigrantes que desde afuera mantengan el dinero
circulando y así ayudan a que la economía de este
país no termine por hundirse, pero afecta directamente al
núcleo de la sociedad
La familia, puesto que sus integrantes han recibido la
incidencia de este fenómeno, puesto que la
desintegración familiar, ha provocado que la sociedad
sufra de efectos como son la delincuencia, las pandillas, el
alcoholismo,
la
drogadicción, entre otros males, provocando que la
niñez y la juventud equivoque los pasos a seguir y no
tenga rumbo cierto en el futuro.
Por lo tanto es importante que el gobierno y los
políticos busquen una salida urgente a este mal, ya que se
requiere de otro medio para reactivar la economía del
país, generando fuentes de ingreso, que permita que los
ecuatorianos desarrollen otras formas de ingreso en su
país, explotando las potencialidades que este les brinda,
mediante el esfuerzo y la cooperación mutua
Revista DINERS del mes de mayo pág. 25, 26, 27 y 28
http//www.ecuadormigrante.org
http//www.migraciónecuatoriana.com
http//www.migraciónydeudaexterna.com
http//www.google.com
MARÍA JOSÉ GAVIÑO
5TO SOCIALES
SANTO DOMINGO DE GUZMÁN