- Objetivos del
trabajo - Resumen
- Antecedentes
- Desarrollo
- Características del
concurso - Las obras
- Beneficiarios
- Conclusiones
- Gracias
- Recomendaciones
- Bibliografía
1-Enriquecer el
conocimiento, sobre el desarrollo de
música
infantil en nuestro territorio, a partir del impulso que se da a
la misma con el evento "Planeta Azul".
2- Valorar la situación actual de la
creación musical infantil en el territorio y su
interrelación con el evento "Planeta Azul".
La temática musical infantil en nuestro
territorio, adquiere grandes dimensiones a partir de 1989, con la
realización del evento "Planeta Azul", sin embargo se
carece de un instrumento en el que se resuman los éxitos
de este , motivo por el cual este trabajo
está dirigido especialmente al logro de la
divulgación de la música infantil, aunque
además de esto se puede apreciar en el mismo
características, desarrollo y deficiencias que el concurso
ha presentado de forma general, así como los diversos
valores
expresados en las obras premiadas. Finalmente podemos decir que
esta labor constituye un llamado a la conciencia de
todas aquellas personas que guarden un pedacito de niñez
en su corazón.
La música para niños,
niñas y adolescentes
siempre ha constituido una polémica a todo lo largo del
proceso
histórico-cultural de los pueblos, por la poca importancia
que se le ha concedido, logrando de esa forma que la joven parte
de nuestra sociedad
pierda lo que debería constituir sus raíces para
posterior desarrollo en la vida, es decir, los valores
vitales insertados en su música.
A través de la presente investigación queremos demostrar el
verdadero valor que
contiene lo antes expuesto y el papel fundamental que juega en
ello el concurso internacional de música infantil "Planeta
Azul", que tiene su surgimiento y cede en nuestra
provincia.
La promoción, divulgación, el apego por
parte de nuestros niños con sus letras es nuestro
verdadero objetivo; para
lograrlo daremos a conocer una breve reseña sobre la
esencia de este concurso y las medidas que deben ser tomadas para
conservarlo y enriquecerlo después de analizar a
profundidad datos precisos
sobre el mismo.
Ayudar en la construcción del entorno infantil es
nuestro lema: "HÁGANLO SUYO TAMBIÉN".
A modo de reseña o trayectoria del evento podemos
plantear que en el período de los años 80 se
comenzó a pensar en la necesidad de crear canciones
encaminadas a preservar el planeta, desde que era una etapa
preñada de amenazas, peligros y rencillas políticas,
de exterminio de la humanidad a partir de guerras
nucleares y bacteriológicas. El deterioro de la ecología mundial y
los abandonos propios de cada nación
al respecto, hizo pensar en la necesidad de contribuir con las
manifestaciones del arte y la
literatura a la
sensibilización de estos problemas.
¿Quién mejor que los niños y
jóvenes para transmitir este mensaje? En estos años
no se conocían antecedentes de un trabajo
sistemático para la creación e interpretación de la música para
niños de diferentes edades, existía un escaso
repertorio infantil y solo se interpretaban canciones
transmitidas por la radio y
la
televisión nacional.
La temática de música infantil, aunque se
ha trabajado de forma fortuita, no contaba en nuestra provincia
con un espacio organizado y coherente que diera la posibilidad a
creadores y artistas de trabajar sistemáticamente, con
ritmos, música y textos que reflejaran intereses
infantiles y que a su vez fueran fáciles, contagiosos y
motivadores a los gustos de niños y
adolescentes.
Así surge en 1989 la primera edición
de Planeta Azul, la cual, como se esperaba, tuvo una gran acogida
y aceptación por parte de la grey infantil en particular y
en términos generales por todo nuestro pueblo.
Se ha comprobado que no es amplio el repertorio
cancionístico infantil, por lo que es evidente la
necesidad de que infantes puedan disfrutar de un abanico musical
variado y ameno, adecuado a sus edades, con lo que se
evitaría que los mismos se vean en la necesidad de repetir
incesantemente ritmos de adultos que les enseñan y
adentran en un mundo que no les pertenece, y simultánea e
indiscriminadamente les alejan de su mundo, donde tantas cosas
bellas les quedan por aprender.
De todo ello se infiere la necesidad de crear ritmos,
música y textos que reflejen intereses infantiles y que a
su vez tengan el don de ser fáciles y motivadores para
contrarrestar la influencia propagandística de canciones
de adultos que se escuchan más. El doloroso escuchar en
labios de niños canciones que hablan de amor, sexo,
traición y demás, y cuyo significado incluso
desconocen.
Se conocía de la existencia de autores con
inquietudes con respecto a la creación infantil, solo les
faltaba el espacio que las instituciones
culturales podían brindarle y de ahí surgió
la determinación de su creador, el especialista de
música Pedro Luis Rodríguez Arencibia, de crear un
espacio para un evento de música infantil, que
llevaría el nombre de "Planeta Azul", inspirado en un
cuadro del conocido pintor pinareño Miguel Angel Ceuret,
su fundador, Pedro Luis ha sido un creador constante de la
música para niños en sus diferentes acepciones,
musicalizando obras de teatro para sus
compañeros instructores, tales como: "Conejín",
"Doñita Bella y Doñita Abeja", y además la
musicalización de las obras "El Cochero Azul", de Dora
Alonso y "Cuentos de
Valle Grande" de Aurora Martínez y la "Canción del
Pionero", con la que obtuvo 4 premios nacionales.
La primera edición de concurso "Planeta Azul", se
convoca en 1989 con un carácter municipal, al que fueron invitados
autores de otros municipios.
En esta oportunidad se recibieron 87 obras, quedando
seleccionadas 15 de ellas para la realización del
espectáculo competitivo, ya en esta primera edición
se observó la aceptación que tuvo el evento, con el
que colaboraron muchos factores que se entusiasmaron con la
iniciativa.
Agrupaciones y músicos se brindaron para
orquestar las obras: la selección
de los intérpretes fue una experiencia positiva y
agradable, pues se convocaron muchos niños de los niveles
de primaria y secundaria que se presentaron para defender las
obras finalistas. Esta acción
incrementó la cantera de solistas infantiles,
estableciendo un movimiento
grande en la formación y promoción de niños
que optan por una plaza en cada edición que se convoca,
otro logro a destacar de la 1era edición y que se mantiene
como puntal de solidez fue la colaboración de los
organismos y empresas, con
aportes modestos logrando que la premiación del concurso
cumpla grandes objetivos,
pues cada niño, además del estímulo moral que le
proporciona la participación en el evento, es premiado
además con un incentivo material.
A partir de ese entonces, el concurso se ha hecho una
realidad y aunque se tienen deficiencias y dificultades sobre las
cuales se deben trabajar, es cierto que el evento ha contribuido
a resolver ese gran problema que constituía la
creación y difusión de música infantil,
además de incentivar a los creadores del género que
encuentran en Planeta Azul, el marco propicio para dar a conocer
sus obras.
Tales ediciones del evento que han transcurrido nos
ponen en condiciones de contar hoy día con un conjunto
considerable de creadores y artistas que de manera
sistemática cultivan el género y para los cuales el
evento se ha convertido en el motor que impulsa
y estimula a trabajar cada vez, con más ahínco, lo
cual los pone ansiosos por la llegada del certamen;
además, ello ha contribuido al crecimiento y
probación del concurso, que felizmente, en la actualidad,
se ha convertido en Evento Internacional, aprobado por el Palacio
de las Convenciones.
A ello debemos sumar que colateralmente a la
música, que constituye el objetivo básico del
mismo, se le han ido incorporando las demás
manifestaciones del arte y la literatura.
El mismo se caracteriza por estimular a los autores y
exponentes de la música infantil, de forma tal que se
propone un espacio de promoción musical infantil a los
cultivadores del género, carentes de este tipo de
espectáculo, que tanto bien le hace a los seres humanos en
las edades tempranas.
Otra de las características del evento es que
alrededor de la música, que constituye el plato fuerte del
mismo, participan otras manifestaciones del Arte que posibilitan
fomentar el gusto estético en los niños, lo que da
un carácter integrador y multidisciplinario al
certamen.
Estos certámenes han servido de estímulo y
satisfacción, pues algunos de sus participantes integran
hoy grupos musicales
de nuestra provincia, como es el grupo
"Atabey", así como muchos han derivado en reconocidos
solistas.
En cuanto a los jurados de este evento, se han ido
fortaleciendo cada vez más, integrándose a ellos
personalidades destacadas del arte y la literatura de la
provincia y la nación.
Muchas experiencias positivas han venido transformando
las concepciones iniciales del evento, entre las que podemos
destacar:
– La ampliación de la convocatoria a nivel
municipal primero, después provincial y actualmente,
internacional.
– La ampliación de los géneros musicales
que representan la cubana, como el son, la guajira, la habanera.
El uso de la orquesta acompañante, que en sus inicios se
enriqueció mucho, agregándole a su formato
instrumentos tales como la trompa, y los clarinetes, y sobre todo
el coro de apoyo.
Desde la 7ma edición hacia acá, las
orquestaciones se hacen con máquinas
de ritmo, lo cual facilita el desarrollo general del
evento.
Los textos de las obras que se presentan en este
concurso deben indicar como ven los niños su planeta,
especialmente si se hace énfasis a la delicadeza,
expresividad y fantasías que ellos emanan a esta temprana
edad.
Ejemplos que verifican lo antes expuesto hay muchos y
dentro de ellos podemos citar: Amanecer una obra compuesta
por Remberto Rico y Samuel Concepción. La misma constituye
una dulce tonada que inspira un mensaje matizado de lo
autóctono, de lo cubano, cuando se refiere a la palma, al
café,
al gallo. Con mucha ternura nos invita a todos a cantar, se
remonta a nuestras raíces cuando hace del campo su amigo.
Finalmente demuestra esa gama de cariño que emanan los
niños cuando canta por la perdurabilidad del amor. Existen
otras donde se hace alusión a la fealdad de las mentiras y
a la sublimidad de la paz. Estas son : Rehilete y
Chupetín y Por la paz, ambas premiadas en 1999.
La primera con un encantamiento sin igual, ya que nos demuestra a
través de un muñeco que los niños no porque
se caractericen por su ingenuidad son tontos y nadie tiene el
derecho a engañarlos. La otra con una sensibilidad
especial le canta a ese conjunto de tranquilidad, armonía
y sosiego que nos trasmite a todos la paz y que tan necesaria es
actualmente en el mundo para el mejoramiento de la vida
humana.
Duende Montuno es otra de las galardonadas, esta
en el año 2000, compuesta por Marcelina Rodríguez y
Luis, la misma aborda el tema de un pequeñín que
llama a un duende montuno durante la noche para jugar y que le
brinde alegría. Aquí podemos apreciar la
fantasía y la magia que nos demuestra su potencialidad
imaginativa.
Otras están cubiertas de ilusiones de mundos
encantadores e irreales, que son propios en la mente de los
amiguitos a quienes se dedican. Un ejemplo es: Después
de la lluvia, cuyos autores son Yenia M. González y
José Iván Careaga, premiada en el 2001.La misma
infunde sentimientos de igualdad,
amistad,
sencillez. Esta canción nos inunda de afecto y lo
más importante trasmite la idea de que las cosas buenas
reinen por encima de las malas. En fin es una exhortación
a luchar por un mundo menos contaminado y más
puro.
Otras han coincidido en su premiación no solo por
el contenido de su letra sino también por ser la preferida
del público asistente, un ejemplo de esto lo es :
Espantapájaros de la autoría de
Néstor Montes de Oca y Makiel Torres. La misma nos
demuestra que en la vida todo posee algo hermoso aún
más si se mira con los ojos del corazón y para un
niño esto es mucho más fácil y cotidiano.
Además podemos apreciar como este muñeco que
relativamente aporta sensaciones de fealdad y miedo
también puede sentir amor.
Estos son algunos entre los cuantiosos ejemplos que se
pudieran citar y analizar, donde quedan reflejados la gama de
valores y sentimientos que se pueden infundir dentro de una
canción a un infante.
Este evento, abarca sin embargo, un espectro mucho
más amplio, ya que con su realización se consagra
la obra de creadores y artistas que encuentran en el concurso el
marco propicio para desarrollarse y dejar una obra que pase a
engrosar nuestro universo de
música infantil.
Los mayores de la casa, incluyendo los de la 3era edad,
encuentran en la realización del evento, el lugar ideal
donde pasar un rato de solaz esparcimiento, al tiempo que nos
recreamos con todo lo valioso que hacen nuestros niños y
vuelve inevitablemente a despertar en cada uno de nosotros, ese
poquito de muchacho que todos llevamos dentro.
Nuestra población infantil, que son los primeros
destinatarios del Concurso, disfrutarán de un espacio que
refleje los intereses infantiles y que a su vez tenga la propiedad de
contagiar y motivar a nuestros infantes.
Los artistas del género tendrán un espacio
donde dar a conocer sus obras, lo cual sin dudas,
constituirá motivo suficiente para estimular la
creación del género. Por tanto, podemos decir que
hay motivos suficientes para que creadores y artistas esperen
ansiosos la llegada de cada una de las ediciones de Planeta
Azul.
Este trabajo constituye una pequeña y sencilla
muestra
investigativa a la que le atribuímos una importancia de
gran magnitud, ya que nos demuestra lo que ocurre actualmente con
la música infantil en nuestro territorio.
Ha quedado plasmado el valor imperecedero que se le debe
conceder a esta parte de la cultura que
forma el antecedente del pensamiento de
esta parte de la sociedad para su posterior
desarrollo.
Hacemos hincapié en la divulgación y
promoción de estas obras, ya que constituyen un factor
fundamental para lograr un mayor desempeño de las mismas .
Este evento que es algo más que un concurso , es
una verdadera fiesta de sonido, color y
alegría para esos "locos bajitos" y para todos los que de
una u otra forma, vivimos los momentos anuales en la magia de
"Planeta Azul". Por eso los invitamos a que contribuyan para que
este mundo de sueños y fantasías que se fabrica
todos los años durante tres días primaverales logre
alcanzar sus metas y cumplir sus objetivos.
Hay criterios que dichos públicamente pueden
parecer ofensivos para algunos, como por ejemplo las
críticas realizadas a la duodécima edición
del Concurso Internacional de Música para niños y
adolescentes, Planeta Azul por René Valdés y
Miriela Mijares.
Cita de las críticas textualmente por:
René Valdés:
Lo primero que debo decir es que la preselección
de las obras finalistas no fue la mejor pues adoleció de
simplista y reiterativa en cuanto a textos, y no sobrepasó
el manido y edulcorado lenguaje de
ediciones anteriores; no basta la perfección formal si el
contenido no ofrece una dosis de creatividad y
emoción que lleve al niño a repetir una
canción.
Lo segundo está dirigido a los evidentes
descuidos en el vestuario de los intérpretes que, en
algunos casos, resultó frívolo, ajeno a los
presupuestos
del evento y al espíritu de las canciones; pienso que la
dirección artística debe ser
más exigente en próximas oportunidades, en este
sentido.
El audio intentó en todo momento contra la
calidad sonora
y no creo que siempre haya sido culpa de los equipos
técnicos sino, más bien de impericia
humana.
La tercera cuestión que menciono, a pesar de no
ser un especialista musical, es referida a la línea
melódica y los arreglos orquestales. Parece que alguien
olvidó que se trata de un concurso de música para
niños y no de un festival de la OTI, pues hubo casos en
que las exigencias vocales sobrepasaron las facultades de los
intérpretes.
El absoluto triunfo de Espantapájaros, de la
autoría de Néstor Montes de Oca y Makiel
Gonzáles lo demuestra; número lleno de
fantasía, humor y alegría infantil; pensado no para
sí sino desde el niño que habita en los corazones
de quienes nunca dejarán de serlo.
El tributo a Luis Rodríguez, creador del
concurso, constituyó el momento más alto de las
tres noches del concurso; bien pensado, sin estridencias ni
sentimentalismos inciertos, emotivo, con buen gusto;
adoleció sin embargo, del necesario anuncio de que las
obras interpretadas respondían a su
creación.
Hemos logrado uno de los festivales de música de
niños más importante del país, no permitamos
que condescendencias y fragilidades a la hora de exigir manchen
un planeta azul que ya es amado y defendido por todos.
Miriela Mijares:
Todo nace un día. Y todo lo que nace, si quiere
un lugar en lo hermoso y duradero, debe pasar de semilla a flor y
de flor a fruto. Dicho de un modo más popular, si las
cosas van a hacerse, mejor hacerlas bien, por ejemplo la
duodécima edición del concurso Planeta Azul
debió haber estado al
menos en flor.
A estas alturas hablar de los defectos del audio o del
horario que considero inapropiado sería rondar la
superficialidad.
Estos problemas de forma no pueden compararse con un
arrastre de errores que atentan contra la calidad final del
evento cultural más esperado de la provincia.
La organización en general, con doce
años de experiencia, debió haber sido
óptima. El divorcio
evidente entre las instituciones que coauspician este evento,
hace cada vez más insalvable la distancia entre la noche
de presentación y el corazón satisfecho.
Quien esté frente a un escenario oscuro
aún, no puede saber como sabemos los que por diversas
razones estamos detrás de las cortinas, del sacrificio
innombrable que es ya cantar, componer, actuar, dirigir, bailar
en el concurso Planeta Azul: ensayos
superficiales de los coros, problemas con el tiempo de entrega de
los backgrounds, agotadoras y apresuradas jornadas de
grabación, desatención a las condiciones
mínimas de descanso y alimentación de los
niños, adaptación a última hora de un
guión que debe entregarse, inexplicablemente, antes de la
selección de las obras finalistas, unidos a los
improvistos a los que nada escapa, explican la agonía si
el deseo de brindar un espectáculo digno para "los que
saben querer", es mayor que nuestras fuerzas.
Si existe un presupuesto, si
el talento de nuestros niños y profesionales es meritorio
y garantiza ya desde un inicio la calidad de cualquier empresa que
podamos proponernos; si tantos esperan durante un año por
nosotros, ¿qué nos cuesta ser más serios y
más responsables?
¿Es tan difícil hacer las cosas en el
tiempo requerido y lograr que nuestro trabajo se convierta desde
el primer momento, en un acto de amor ? ¿Porqué
dejarlo todo para la última semana, para el último
día, para el último minuto?
Este concurso ha ido creciendo enfermo. Son
raquíticos los temas que abordan las canciones finalistas.
La falta de imaginación, la reiteración, la
banalidad y la simpleza nada tienen que ver con los anhelos y
sueños infantiles. Se confunde la
ñoñería con la ternura. No siempre la
fantasía, los duendes, las mariposas o símbolos como el ala de la flor nos llevan
justamente al corazón de los niños. Ni tampoco un
evento de música para ellos puede convertirse en un
derroche de tecnicismos ni leyes formales,
ajenos a la sensibilidad infantil. ¡ Deténganse
cuando un niño canta mientras juega o baña su
perro¡ Esa es la verdadera canción para ellos: la
que pueden recordar aún después que se cerró
la puerta del teatro. Así, sin grandilocuencias, un
sencillo espantapájaros alzará los brazos de las
niñas y los niños y cuidarán juntos las
hortalizas de Juan.
Textos realmente bellos pueden perderse en la madeja de
una música inadecuada como es el caso de la canción
Duende Descalzo y quizás, en una oportunidad más
conveniente, Tío Luis reciba su justicia para
su fina y sencilla poesía.
Por estar tan alejada de nuestra realidad, en
temática y sonoridad, una obra como Romance de
Germán y Cristina debió cederle el puesto a otras
en el concurso que quedaron fuera. En algunos textos primó
el mal gusto y la banalidad, algo inexplicable en este tipo de
concursos, entablando una polémica contradicción
con lo planteado en el ya tradicional evento teórico que
se celebra entre el jurado y los autores.
Con todo lo dicho pensarán que abogo por la
desaparición del Planeta Azul. Ese criterio ronda
sombrío, entre dientes y no lo comparto. No
haríamos nada con cambiar el nombre o la
escenografía si los problemas de fondo tienen más
salud que
nuestros propósitos.
No se trata de plegarnos ante el facilismo y la
irresponsabilidad: mientras nos acompañen, seguiremos
cometiendo los mismos errores. No se trata de complicarnos: todo
es más sencillo cuando se piensa y se organiza bien, con
sensatez y amor. No se trata de cruzarnos de brazos, ni de
ofendernos, ni dolernos con la crítica
que toca nuestro hombro y nos hace volver la cabeza: en el pasado
están también los éxitos, los de todos los
años, que han logrado que la sala del teatro Zaidén
se colme con sonada algarabía.
Un vestuario más o menos vistoso o apropiado, un
audio que estruja los sonidos o un pequeño error en el
bocadillo de cualquier personaje, apenas importan cuando el
corazón del Planeta comienza a palpitar levemente. Cabe
preguntarse, como en la canción ¿Adónde va
el azul?, y la respuesta nos responsabiliza a todos.
El Planeta no puede conformarse con haber nacido. Tiene
que alcanzar la madurez de la fruta. Hoy tiene un nombre pero
mañana, como tantos otros concursos que no encontraron el
modo de perdurar, podría ser solo un recuerdo. ¡Y
eso no nos lo perdonarían jamás nuestros
niños!
A pesar del esfuerzo de mochos, si dejamos que avance
por un camino incierto, no tendrá otro destino que
desaparecer porque dentro de cinco años ya no serán
montañas, sino universos de problemas y esa carga si es
imposible de soportar, ¿qué palabras
podríamos decir, entonces, a la memoria de
Luis, cómo esconderíamos la culpa, si vamos con el
sueño de su vida entre las
manos…¡roto!?
Como resultado de unas entrevistas
realizadas a algunos pioneros y encuestas a un
grupo de ellos en la escuela"Antonio
Maceo"de nuestra localidad, específicamente de quinto
grado, nos ha posibilitado palpar aún más la
realidad en cuanto a logros y deficiencias que ha tenido en el
transcurso de los años Planeta Azul.
El 40٪ de estos desconocía totalmente hasta
ese momento en que conversamos con ellos, de la existencia del
concurso. Los demás aunque incluso han sido parte del
público en las ediciones pasadas, nos comentaron que
dichas canciones prácticamente donde solo las han
escuchado es en el teatro y con muy poca frecuencia en el parque
de diversiones "Paquito González", en Tele Pinar y en
Radio
Guamá.
Ellos nos decían muy convencionalmente que
preferían una fiesta con música para adultos
(reggae, pop, salsa, baladas) que las propias de su
edad.
Descubrimos en nuestra visita que existen muchos
niños que les gustaría concursar y que
además tienen cualidades para hacerlo.
Además de percatarnos de la situación
existente respecto a la música infantil en esta edad
escolar, nos dimos a la tarea de investigar que ocurría en
los círculos infantiles y para ello entrevistamos a
algunas titas de los mismos, las cuales nos comunicaron que
poseían grabaciones con música infantil
especialmente para determinadas actividades; pero que la
mayoría de estas canciones eran pertenecientes al concurso
"Cantándole al Sol" y que solo una minoría
representaban a Planeta Azul.
Después de analizar toda esta serie de
dificultades proponemos que la música infantil gane en
divulgación, que se haga más habitual en la radio,
en nuestro telecentro, en las instituciones infantiles. Que se
creen más peñas en los centros culturales, parques
u otros lugares donde sea posible que los menores amen la
música de los sueños y las
fantasías.
Otra opción puede ser la creación de
talleres en las escuelas donde cada niño pueda descubrir
los talentos que guarda en su interior para aportar su granito de
arena en el desarrollo de la música infantil.
En síntesis,
debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para
lograr que este concurso no muera, sino, que perdure y que sus
canciones sean tarareadas, para que nuestros niños
aprendan a vivir con ellas y a amarlas.
Recomendamos a todas las personas que conocen de la
existencia de este concurso, que concienticen en la importancia
que tiene que los niños canten sus canciones y
ayúdennos en esa difícil tarea que es
lograrlo.
- Proyecto Planeta Azul
- Cancioneros correspondientes a los años: 1998,
1999, 2000, 2001, 2002. - Tabloide de crítica Arpón
- Entrevistas realizadas a personas instruidas en el
tema (compositores, trabajadores de la casa de cultura: Pedro
Junco ) - Encuestas a pioneros de la escuela primaria "Antonio
Maceo"
Queremos brindar un agradecimiento especial al jefe
del departamento de Planificación y Control del
Programa
Cultural en la casa de la cultura Pedro Junco: Alejandro Medero
Valdés.
Autoras:
Lic. Amarilis León Paredes
Lic. Tomasita Cruz Vigoa