- Definición
- Figuras de significación o
tropos - Figuras de
dicción - Figuras de
repetición - Figuras de
construcción
Figuras retóricas, palabra o grupo de
palabras utilizadas para dar énfasis a una idea o
sentimiento. El énfasis deriva de la desviación
consciente del hablante o creador con respecto al sentido literal
de una palabra o al orden habitual de esa palabra o grupo de
palabras en el discurso. Las
nuevas investigaciones
retóricas y lingüísticas han analizado y
revisado la clasificación de las figuras según la
retórica tradicional. Es el caso, entre otros, de Roland
Barthes, Jean Cohen, Tzvetan Todorov, Gérard Genette y el
Grupo µ. Sin poner en discusión el mayor o menor
rigor de las diferentes clasificaciones propuestas, para
simplificar su estudio puede hablarse de figuras de
significación o tropos (antítesis y
oxímoron, antonomasia, comparación o símil,
concepto,
eufemismo, hipérbole y lítotes, ironía,
metáfora, metonimia y sinécdoque, paradoja,
personificación, sinestesia); figuras de dicción,
que afectan a la composición de la palabra (calambur,
metátesis, paragoge, paronomasia); figuras de
repetición (anáfora, apóstrofe,
clímax y anticlímax, exclamación,
interrogación, onomatopeya); figuras de construcción, que afectan a la estructura
sintáctica (anacoluto, asíndeton y
polisíndeton, hipérbaton, pleonasmo, quiasmo,
zeugma). Es importante tener en cuenta que, como en toda
clasificación, no siempre son rígidos los límites
entre unas y otras figuras. Por otra parte, la nueva
retórica tiende cada vez más a buscar denominadores
comunes en lugar de insistir en la aridez del mero
catálogo.
En la antítesis se produce aproximación de
dos palabras, frases, cláusulas u oraciones de
significado opuesto, con el fin de enfatizar el contraste de
ideas o sensaciones. Ejemplo de antítesis son los
siguientes versos de Lope de Vega, en un poema que se refiere
a la dificultad de consolar a un desdichado: "Fuego es
el agua,
el céfiro pesado,/ sierpes las flores, arenal el
prado". En el oxímoron se produce conjunción de
opuestos, como ocurre con el adjetivo "agridulce". Es
también el caso de la "música
callada" de san Juan de la Cruz. La palabra oxímoron
es, ella misma, un oxímoron, ya que deriva del griego
oxys, que significa ‘agudo’, y moron, que
significa romo.- Antítesis y oxímoron
- Antonomasia
Esta figura consiste en servirse de un adjetivo —que
funciona como apelativo— o de una perífrasis que
sustituyen a un nombre propio, partiendo de la idea de que le
corresponde de manera incuestionable. Está muy
relacionada con la metonimia y la sinécdoque, dado que
implica una relación en la que lo específico
(el individuo)
es identificado mediante una fórmula genérica
(la especie). Así, por ejemplo, Simón Bolívar es el Libertador; Jesucristo es
llamado el
Salvador; Aristóteles, el Estagirita; Alfred
Hitchcock, el maestro del suspense. La antonomasia
también incluye el procedimiento
contrario: muchos nombres propios se han convertido en
representación de los atributos del personaje
originario y se utilizan como sustantivos comunes. En este
caso, lo genérico es sustituido por lo individual.
Así ocurre con ‘donjuán’,
‘quijote’, ‘celestina’,
‘hércules’,
‘tarzán’.El símil establece un vínculo entre dos
clases de ideas u objetos, a través de la
conjunción comparativa ‘como’: "tu cabello
sombrío/ como una larga y negra carcajada"
(Ángel González); ‘cual’ y
fórmulas afines como ‘tal’,
‘semejante’, ‘así’; flexiones
del verbo ‘parecer’, ‘semejar’ o
‘figurar’. También deben tenerse en cuenta
aquellos términos que indican parentesco o
imitación. Entre otros ejemplos, se encuentra el
tópico literario clásico del "sueño
hermano de la muerte";
los versos de Luis de Góngora "Negro el cabello,
imitador undoso/ de las obscuras aguas del Leteo"; o los de
Francisco de Rioja "Pura, encendida rosa,/ émula de la
llama que sale con el día". La aposición
también puede establecer una relación
comparativa, como en este texto de
Jorge Luis Borges: "esa
ráfaga, el tango, esa
diablura".
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