Monografias.com > Agricultura y Ganadería
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Riego en el cultivo del tabaco




Enviado por ricardo



    1. Resumen
    2. Importancia económica del
      cultivo del tabaco
    3. Exigencias hídricas del
      cultivo del tabaco
    4. Elementos del régimen de
      riego en el cultivo del tabaco
    5. Conclusiones
    6. Bibliografía

    RESUMEN.

    Se realizo una recopilación bibliográfica
    sobre diferentes aspectos relacionados con el riego en el cultivo
    del tabaco, tales
    como la evapotranspiracion, los periodos críticos de
    exigencias hídricas, los coeficientes bioclimaticos de
    evapotranspiracion, los métodos
    para determinar el momento de riego, las normas totales y
    parciales, así como los intervalos entre riegos.
    También se incluyen algunos métodos y técnicas
    de riego utilizados en el cultivo tanto en la etapa de semillero
    como en plantación y su influencia en el rendimiento y
    calidad del
    tabaco.

    Todas las citas
    bibliográficas fueron consultadas y las mismas
    están contenidas dentro de libros,
    revistas científicas y folletos nacionales e
    internacionales, destacándose la red nacional de investigaciones
    del tabaco y el instituto de Investigaciones de Riego y
    Drenaje.

    Se encontró que el tabaco se riega por
    aspersión, por surcos y utilizando la técnica de
    riego localizado, el mismo no requiere de grandes
    volúmenes de agua, pero un
    déficit o exceso de ella, afecta el rendimiento y el
    valor de la
    producción. Utilizar un régimen de
    riego optimo, incrementa los rendimientos y mejora la calidad del
    producto

    INTRODUCCIÓN

    Se realizó una revisión
    bibliográfica sobre diferentes aspectos relacionados con
    el riego en el cultivo del Tabaco tales como:
    evapotranspiración, periodos críticos de exigencias
    hídricas, coeficientes bioclimáticos de
    evapotranspiración, métodos para determinar el
    momento de riego, normas parciales y totales así como los
    intervalos entre riegos. También se incluyen los
    métodos y técnicas de riego utilizadas y su
    influencia en el rendimiento y calidad de la cosecha del
    Tabaco.

    Todas las citas bibliográficas consultadas
    están contenidas en revistas científicas, libros y
    folletos nacionales e internacionales, donde se destacan las
    investigaciones realizadas por el Instituto de Investigaciones de
    riego y Drenaje, así como del Instituto de Investigaciones
    del tabaco y resultados de investigaciones del autor.

    Se encontró que el cultivo del tabaco se riega
    fundamentalmente por surcos y por aspersión y en estos
    últimos tiempos a cobrado alta vigencia la novedosa
    técnica de riego por goteo con resultados altamente
    satisfactorios tanto en rendimiento como en calidad en el
    tabaco negro
    tapado. Esta planta no requiere de altos volúmenes da
    agua, pero un déficit o exceso de agua afecta el
    rendimiento y el valor de la producción. Es por ello que
    la aplicación de un régimen de riego óptimo,
    incrementa los rendimientos y mejora la calidad del producto.

    Importancia
    económica del cultivo del tabaco

    El tabaco ocupa una posición sin paralelo entre
    las plantas de
    cultivo, con relación a algunos aspectos individuales,
    mientras que, en términos generales, esta planta ha
    logrado una situación realmente notable. Sus puntos
    más sobresalientes según Akehurst (1973) son los
    siguientes:

    – Es una de las poquísimas cosechas que llegan al
    mercado mundial
    totalmente en forma de hojas.

    – En muchos países es un importante instrumento
    en la política
    financiera y económica.

    – Como narcótico formador de hábitos, es
    objeto de constantes ataques encaminados a moderar o interrumpir
    su uso, pese a lo cual, su consumo se ha
    mantenido, incluso incrementado.

    Por otra parte, apuntó que el tabaco es un
    producto de gran intercambio comercial y que la cuarta parte del
    que se produce en el mundo, está sujeto a transacciones
    entre diferentes países.

    La producción mundial de tabaco, de acuerdo a las
    estadísticas de la F.A.O. (1997) indica que
    los países de mayor producción fueron China (3 210
    000 T), Estados Unidos
    (688 000 T), India (563 000
    T), Zimbabwe (215 000 T) e Italia (104 000
    T). Sitúa este anuario como los países de mayor
    rendimiento a Francia (2 984
    kg/ha), Canadá (2 706 kg/ha), Japón
    (2 605 kg/ha), Oceanía (2
    358 kg/ha), Estados Unidos (2 321 kg./ha), Zimbabwe (2 188
    kg/ha), Italia (2 000 kg./ha), Brasil (1 867
    kg./ha) y China (1 729 kg./ha).

    La fuente citada plantea que Cuba produjo
    33 000 toneladas y alcanzó un rendimiento de 871 kg/ha,
    indicador que la sitúa dentro de los más bajos
    rendimientos del mundo.

    En los Lineamientos Económicos del Tercer
    Congreso del Partido Comunista de Cuba (Cuba, 1986) se
    refirió a la necesidad de aumentar los volúmenes y
    la calidad del tabaco entregado a la industria, de
    modo que se satisfagan las necesidades de esta, crear reservas
    para asegurar la estabilidad del mercado externo y garantizar los
    programas
    científicos en la producción tabacalera.

    La calidad de nuestro tabaco en rama permite alcanzar en
    el mercado internacional un precio
    promedio de 2 500 dólares por tonelada, lo que representa
    un ingreso de 21.5 millones de dólares anuales por este
    concepto. Sin
    embargo, la mayor entrada de divisas recae
    sobre la comercialización de los tabacos torcidos. A
    partir de 1996 se diseñaron tres nuevas marcas de tabaco
    torcido, respaldadas con un sólido criterio de calidad,
    ellas son "Cuaba", "Vegas Robaina" y "Trinidad", las que unidas a
    las tradicionales y a la insigne "Cohiba" brindan al cliente una gama
    de productos en
    diferentes formatos, envases y precios. En
    1998 se comercializaron más de 140 millones de unidades,
    lo que ofreció un beneficio aproximado de 240 millones de
    dólares. (Cuba, 1999).

    Exigencias
    hídricas del cultivo del tabaco
    .

    El tabaco pertenece a la familia
    Solanácea, género
    Nicotiana el cual comprende tres subgrupos y catorce secciones de
    mas de 65 especies entre los cuales se destacan: Nicotiana
    Rústica y la Nicotiana Tabacum, siendo esta a la que
    pertenecen todas las variedades de tabaco cultivadas en Cuba y la
    gran mayoría de las cultivadas en otras partes del mundo
    (Espino, 1982).

    Las condiciones climáticas y de suelo tienen un
    marcado efecto en el rendimiento y calidad del tabaco tal como lo
    señalan Shafer et al, (1961) y Matsujama et al, (1983).
    Estos autores coinciden en señalar que los rendimientos y
    la calidad de la hoja de tabaco se encuentran íntimamente
    relacionados con la variedad, las condiciones climáticas y
    de suelo, labores y atenciones culturales y técnicas
    empleadas para el curado y fermentación de la hoja. En algunos
    países las condiciones de clima y suelo son
    consideradas como factores limitantes del rendimiento del tabaco,
    así tenemos que Shesgairi, (1967) plantea que dichas
    condiciones limitan el cultivo del tabaco en la India, mientras
    que Roman, (1978), las señala para las condiciones de
    Polonia.

    Las condiciones de clima, suelo y variedad hace que
    tengamos en Cuba diversas zonas tabacaleras con
    características específicas a nuestro mercado,
    tanto interno como externo. De lo anteriormente expuesto se
    deduce que en cada caso debemos observar políticas
    de riego diferentes con vistas a satisfacer las exigencias del
    cultivo y de la industria (Juan, 1982).

    Llanos, (1969) demostró que las hojas se producen
    más finas y con menos nerviaciones cuanto mayor es la
    humedad relativa, en cuanto a la temperatura
    encontró que la óptima para el crecimiento del
    tabaco es entre 20 y 27 °C y por debajo de 15 °C el
    desarrollo es
    lento.

    El agua constituye uno de los factores imprescindibles
    para el desarrollo de una agricultura
    con un alto nivel técnico. En aquellas regiones donde el
    humedecimiento natural del suelo resulta irregular en el
    año, la aplicación artificial del agua a los
    cultivos contribuye a asegurar las cosechas e incrementar los
    rendimientos.

    El agua constituye un factor limitante en la
    obtención de altos rendimientos, por lo que su
    aplicación controlada puede determinar el nivel de
    producción a alcanzar. Se puede afirmar que entre los
    factores agrotécnicos, el riego contribuye de forma
    decisiva al logro de altos rendimientos siempre que la agrotecnia
    utilizada esté en correspondencia con éste. Al
    cultivo del tabaco no se le aplican grandes volúmenes de
    agua, siendo muy sensible a la falta de ésta, y su exceso
    le es perjudicial en cuanto a los rendimientos y a la
    calidad.

    Muchos autores de diversos países productores de
    tabaco han realizado estudios del régimen de riego en
    semilleros y en plantación. Generalmente plantean que en
    los semilleros la etapa más crítica
    es la que corresponde a los primeros 15 días posteriores a
    la siembra, en esta etapa deben efectuarse riegos diarios con
    dosis pequeñas, pues la superficie del suelo debe estar lo
    suficientemente húmeda para lograr una buena
    germinación de las semillas ( Guzmán,
    1983).

    El manejo del agua en semilleros es un elemento
    determinado en la obtención de posturas de calidad, por lo
    que en áreas dedicadas a éstas, debe existir una
    adecuada armonía entre una correcta utilización del
    riego y una relación adecuada entre los diferentes
    factores ambientales y fitotécnicos.

    Akehurst,( 1973) plantea que los semilleros lleva mayor
    frecuencia de riegos en las fases iniciales de éste,
    siendo los mismos más espaciados en la medida en que las
    posturas de tabaco se acercan al periodo de cosecha, y que un
    buen manejo del agua evitará un exceso de humedad y la
    proliferación de enfermedades fungosas, por
    lo que es necesario tener presente factores tales como: fase del
    semillero, tipo de suelo, topografía, ubicación del semillero
    y condiciones climáticas.

    Juan, (1981) plantea que durante la fase de semillero
    deben darse dos riegos ligeros por día, uno a media
    mañana y el otro a media tarde. Sin embargo Donev y
    Fetvadgiev, (1983) plantean que regar una sola vez al día
    es suficiente porque los resultados obtenidos son superiores que
    al hacerlo dos veces con la misma norma y además se reduce
    la fuerza de
    trabajo
    utilizada.

    Durante la segunda y tercera fase del semillero, regar a
    intervalos es preferible a los riegos diarios, pues se estimula
    el desarrollo de las raíces (Histier y
    Gisquet,1961).

    Los semilleros según Akehurst,(1973) deben
    regarse ligeramente una horas antes del arranque de las
    plántulas a fin de lograr que el sistema radical
    de las plantas se afecte lo menos posible.

    En la fase de plantación el tabaco no requiere
    mucha agua y cuando se le suministre se hará como una
    verdadera necesidad, pues la experiencia ha demostrado que es
    preferible que las plantas estén un poco faltas de agua
    a que crezcan con extremada lozanía por haber sido regadas
    excesivamente. En esto se requiere una adecuada programación del riego, pues muy
    frecuentemente dañan el cultivo; también cuando
    ocurre un déficit de agua

    durante la mitad del ciclo vegetativo, se reduce el
    desarrollo vegetativo, las hojas son más pequeñas y
    disminuyen los requerimientos de agua del cultivo en su fase
    final (Todoroski, 1975).

    Tradicionalmente el hombre a
    luchado y lucha aún, por obtener de cada campo de cultivo
    el máximo de rendimiento posible y en este sentido ha
    encaminado todos sus esfuerzos y recursos materiales.

    Experimentos agrícolas han demostrado que la
    humedad que posee el suelo durante las primeras fases de su
    desarrollo tiene una influencia importante en la calidad y
    rendimiento de la cosecha (Pacheco, 1984).

    Por ejemplo muchos investigadores informan sobre los
    efectos beneficiosos de la irrigación o lluvia sobre el
    rendimiento y características físicas y
    químicas del tabaco.

    Trabajos realizados por Vodoloroski, Bikov y Sautich,
    (1957); Zlatev, (1970); Todoroski,(1975) y Kelly,(1977);
    Doorembos, (1978) y Kassan, (1979), plantean que con un buen
    manejo del agua de riego se obtienen altas y estables
    cosechas.

    El número de riegos que se aplican depende de
    muchos factores tales como: año climático,
    variedad, tipo de suelo, forma de cosecha, época de
    trasplante, técnica de riego utilizada, etc. y oscila
    normalmente en las diferentes zonas tabacaleras de Cuba entre 5 y
    8 riegos.

    En trabajos realizados por Zlatev, (1978) indica que el
    riego es una importante medida fitotécnica en el tabaco,
    por lo que no regar en el momento oportuno es una causa de los
    bajos rendimientos.

    Por otra parte Gerveb,(1972) expresa que mantener una
    humedad óptima en el suelo en estaciones en que hay
    sequía, incrementa los rendimientos del tabaco en un 50 –
    60 % en comparación con plantas no irrigadas y que en
    estaciones húmedas el efecto del riego sobre las cosechas
    baja considerablemente.

    Las experiencias de Shaumarski, (1973) indican que en el
    tabaco oriental el riego incrementa las cosechas en un 13 – 45 %.
    Ayers y Spencer, (1970) indican que manteniendo un nivel
    óptimo de humedad en el suelo para la cosecha en todas sus
    fases no solo aumentará el rendimiento, sino
    también el porcentaje de productos agrícolas de
    alta calidad, se mantiene el vigor y la salud de las plantas y con
    mayor resistencia a
    plagas y enfermedades.

    Los resultados de Leonov et al, (1968) indican que para
    obtener tabaco de alta calidad, el régimen de riego debe
    ser determinado teniendo en cuenta la capacidad de
    absorción del suelo, el crecimiento y desarrollo de las
    plantas ya que una humedad mayor aumenta el tiempo de
    crecimiento de las hojas, se atrasa la maduración, se
    acumulan menor contenido de cuerpos de valor, se degrada la
    calidad y produce menor contenido de hojas oscuras.

    Pérez, (1946) señala que en el cultivo del
    tabaco bajo tela es necesario aumentar el número de riegos
    con el objetivo de
    que las capas que se cosechen sean claras, finas, ligeras y
    puedan satisfacer las exigencias del mercado. Para los suelos sueltos
    resulta perjudicial demorar el primer riego, pues afecta el
    crecimiento del tabaco, y en las zonas donde los suelos son muy
    permeables y secantes, se aplicarán riegos frecuentes,
    generalmente cada 8 ó diez días.

    Se plantea por Chouteau, (1984) que los riegos que se
    practican en los veranos secos permiten obtener un aumento en los
    rendimientos de un 30 – 40 %, esta tendencia se acentúa en
    las hojas altas (aumento de un 50 %), los riegos influyen en las
    características físicas del tabaco fermentado, con
    hojas más grandes, menos densas y de color mas claro y
    menos verdosas. El efecto de la composición química fue
    relativamente débil y en la mayoría de los casos el
    riego por aspersión bajó los contenidos de
    alcaloides y nitrógeno total.

    En años muy secos la irrigación aumenta su
    valor unitario y total, los rendimientos motivados por el riego
    fueron del 175 % al ser comparados con las áreas no
    regadas. La respuesta de la irrigación depende del
    estado de la
    sequía ya que el agotamiento de los niveles de humedad del
    suelo pudiera afectar el desarrollo potencial total de la
    cosecha.

    Miles, (1957) encontró que el tabaco irrigado dio
    un aumento significativo en producto, precio por quintal y valor
    sobre el tabaco no irrigado.

    Cuando el nivel de humedad en el suelo es óptimo
    (100 – 50 % de la capacidad de campo) cerca del sistema radical,
    el crecimiento y desarrollo de la planta es óptimo.
    Pistarius, (1969) plantea que el regadío no es aconsejable
    en el periodo en que las plantas se están restableciendo y
    que siempre es necesario para el crecimiento y para lograr altos
    rendimientos y decide en la calidad. Concluye afirmando que la
    irrigación debe comenzarse cuando se haya consumido
    alrededor del 50 % de la humedad disponible.

    El riego excesivo provoca una disminución en el
    rendimiento y acelera la maduración así como
    aumenta el contenido de azúcar,
    potasio, eleva la alcalinidad de la ceniza, disminuye el
    contenido de nitrógeno, de nicotina y de cloro (Miles,
    1965 y Krishnamurthy et al, 1991).

    Según investigaciones realizadas por Mora, (1965)
    encontró que con excesivas aplicaciones de agua (13 riegos
    con un total de 585 mm) se obtiene un aumento de la materia verde
    pero no en el peso de tabaco seco, y con 6 riegos se han obtenido
    muy buenos resultados.

    Según Baulev, (1966) citado por Iordanov, (1969)
    recomiendan de 2 – 3 riegos para el tabaco negro y aplicarlos
    desde la formación de los botones hasta el principio de la
    floración.

    Juan,(1976) elaboró recomendaciones para el riego
    del tabaco Virginia, señalando que la norma de
    riego para este tipo de tabaco oscilaba entre 110 hasta 254
    metros cúbicos por hectárea y que el número
    de riegos oscilaba normalmente de 6 a 8. Miles,(1965)
    señala que el tabaco tipo Virginia,
    respondió al riego con un aumento significativo del
    rendimiento y valor de la producción, en
    comparación con el tabaco no irrigado.

    Por ejemplo, experimentos
    concluidos por Zlatev, (1978) en las condiciones de Bulgaria
    señalan que el número de riegos a aplicar en el
    tabaco depende del régimen de las lluvias, recomendando un
    nivel de la humedad del suelo para el tabaco tipo Virginia del 80
    – 60 % de la capacidad de campo.

    Se acepta que cuando a un cultivo determinado se le
    aplica durante el ciclo vegetativo una cantidad de agua que
    coincida con las necesidades biológicas de la especie y
    variedad, debe obtenerse un rendimiento máximo si los
    demás factores que inciden en la obtención del
    mismo no resultan limitantes. Cuando el regadío cumpla con
    esta condición se dice que se ha aplicado un
    régimen de riego biológicamente adecuado (Pacheco,
    1984).

    Se plantea por Carorenuto, (1981) que las exigencias
    hídricas del tabaco representa una problemática
    bastante amplia y siempre actual, por lo que el tabaco mantiene
    su potencialidad productiva por efecto del agua, si la humedad es
    mantenida constantemente en un nivel superior al 50 % del agua
    útil, y que una humedad inferior, causa en la planta
    problemas en
    su desarrollo a consecuencia de los síntomas del estrés
    hídrico, a su vez, el periodo de máximo
    requerimiento de agua del tabaco se encuentra entre los 50 – 70
    días después del trasplante.

    Un déficit agudo durante el periodo de
    crecimiento afecta el peso de las hojas y su composición
    química y un déficit de agua ligero en la
    maduración es deseable.

    Según Agens et al, (1970) manteniendo un nivel
    satisfactorio de humedad en el suelo para la cosecha en todas sus
    fases, no solamente aumentará el rendimiento sino
    también el porcentaje de productos agrícolas de
    alta calidad; además, la planta es más resistente a
    plagas y enfermedades.

    Mora et al, (1977) reportaron que un buen manejo del
    riego además de influir sobre los rendimientos,
    evitará un exceso de humedad y la proliferación de
    enfermedades fungosas.

    Zlatev, (1979) afirma que los tabacos orientales son
    cultivados sin irrigación, esta se practica solamente
    durante los años de sequía, siendo el
    régimen de riego óptimo aquel en el que el
    porcentaje de humedad durante el periodo de activo crecimiento
    (30 días después del trasplante – primera cosecha)
    no desciende por debajo del 60 – 75 % de la capacidad de
    campo.

    Se plantea por Juan, (1985) que en el tabaco Negro
    tapado
    en las condiciones de Cuba cuando se realiza un manejo
    adecuado del riego, no solo aumenta los rendimientos, sino
    también se mejora la calidad del tabaco.

    En la actualidad, en la problemática del riego
    del tabaco, uno de los objetivos
    fundamentales lo constituye la reducción de la norma
    total, el logro de cosechas de alta calidad y rendimientos
    más estables, así como aumentar la efectividad
    económica del riego. En tal sentido se plantea por
    diferentes autores que el régimen de riego alterado en el
    tabaco se caracteriza por la supresión del riego durante
    las diferentes fases del cultivo, reduce el número de
    riegos a aplicar, estudia los periodos de mayores exigencias
    hídricas, aplica normas de riego reducidas y busca un
    mayor efecto económico del agua. También
    señalan que suspender el riego en la etapa de crecimiento
    reduce el rendimiento y afecta la calidad de la hoja, así
    como alterar el régimen de riego tiene como objetivo
    fundamental lograr un ahorro del
    agua sin provocar variaciones significativas en el rendimiento y
    calidad del tabaco.

    Juan,(1985) encontró diferencias significativas
    para la cosecha total y los diferentes grupos de clases
    de tabaco en miles de hojas / ha y de pesos / ha para el riego
    alterado en el tabaco tapado, siendo la variante más
    económica la que se regó por surcos alternos al
    final del segundo periodo vegetativo y durante el tercer periodo
    vegetativo, pues produjo en comparación con el
    régimen que se utiliza actualmente, una disminución
    de la norma total de riego en un 15 % y del costo de
    producción en 43 pesos / ha con una mejor calidad del
    tabaco.

    En el riego del tabaco, cualquiera que sea la
    solución que se utilice, debe permitir su
    aplicación oportuna, aplicar la norma de riego en cantidad
    y uniformidad, así como evitar el encharcamiento y la
    erosión.

    En la actualidad para la determinación del
    momento de riego así como la cantidad de agua a aplicar se
    utiliza el pronóstico de riego, esto puede realizarse por
    dos métodos: el gravimétrico, Juan y García,
    (1982) y el bioclimático (Rey et al, 1982).

    El pronóstico de riego por el método
    gravimétrico se fundamenta en la determinación del
    momento de riego por la vía directa, con el empleo de la
    barrena. En el método bioclimático, el momento de
    riego se realiza sobre la base de un balance de humedad del
    suelo, los coeficientes bioclimáticos del cultivo, las
    lluvias y la evaporación.

    Refiriéndose a estos aspectos, el Grupo de
    Pronóstico del Instituto de Investigaciones de Riego y
    Drenaje expresa que la determinación del momento de riego
    según la humedad presente es un método muy
    común en todo el mundo, con muchas variantes que van desde
    el uso de la sonda de neutrones, tensiómetros, resistencia
    eléctrica, etc. hasta la determinación
    gravimétrica de la humedad del suelo; es el más
    exacto en dependencia de la calidad que tenga la
    determinación de la humedad y su representatividad, con el
    inconveniente que implica la inversión de valiosos recursos.
    También plantea que los métodos biológicos
    se basan en el estado de
    las plantas, y en ellas se observa la respuesta de determinados
    órganos para determinar el momento de riego; es poco
    seguro y de
    uso limitado. Al referirse al método bioclimático
    se plantea que este tiene en consideración las necesidades
    de agua de la planta a lo largo de su ciclo vegetativo y que el
    mismo se basa en las relaciones entre el consumo de agua por la
    planta y algún elemento climático y concluye
    expresando que los avances crecientes en las investigaciones de
    riego han permitido que en el mundo estos métodos sean
    cada vez mas usados.

    Juan et al, (1985) plantean que el pronóstico de
    riego en ocho Empresas de Pinar
    del Río permitió incrementos de la cosecha desde
    100 hasta 240 Kg / ha, lo que posibilitó un aumento de los
    rendimientos de 11.2 y 20 % para las variedades de tabaco negro
    Criollo, Corojo y C-30 y de 9 a 27 % para el tabaco de
    tipo Virginia y Burley con utilidades y rentabilidad
    suplementarias de 529 pesos / ha – 156 % y 109 pesos / ha – 35 %
    para las variedades Corojo-Criollo respectivamente. En el
    cultivo del tabaco existen dos métodos de riego: Gravedad
    y Aspersión. El método por gravedad tiene dos
    técnicas: el riego por surcos, utilizando la guataca y el
    riego por mangueras.

    El método por aspersión tiene como
    técnica fundamental la media presión en
    la que utilizan aspersores con medio alcance
    (InstructivoTécnico, 1979). La mayoría de las
    superficies dedicadas a la producción en las variedades de
    tabaco negro utilizan el método de riego por gravedad. No
    obstante Juan, (1977) al estudiar el método de riego por
    aspersión en el tabaco negro tapado por encima y por
    debajo de la tela plantea, que si se utiliza una adecuada
    fitotecnia se obtiene una buena cosecha tanto en
    rendimiento

    como en calidad. Este autor en 1982 llega a la
    conclusión, de que no existen diferencias en los valores de
    producción y los valores de
    categorías al comparar el riego por aspersión con
    el riego tradicional con mangueras, pero sí en el
    rendimiento agrícola en favor del riego por
    aspersión.

    En el segundo encuentro Provincial Tabacalero, (1981) se
    recomienda utilizar en zonas donde la topografía es
    accidentada, el riego por aspersión en plantaciones hasta
    los 35-45 días y en el resto del ciclo utilizar la
    gravedad para evitar la erosión.

    En los últimos años ha despertado mucho
    interés
    el nuevo sistema de riego localizado o riego por goteo, que
    más que un método de riego es una nueva
    concepción entre la hidroponía y los riegos
    tradicionales (Cabrera et al, 1979).

    Trabajos realizados por Juan, (1979) encontró que
    haciendo un buen uso de la aspersión en el tabaco negro
    rapado se obtienen buenos rendimientos y buena
    calidad.

    Las investigaciones hoy día tratan de esclarecer
    para los distintos cultivos la relación existente entre
    el agua que
    consumen y el rendimiento que ofrecen para distintos niveles de
    abastecimiento hídrico. Una vez conocida dicha
    relación, la misma puede usarse para programar los
    rendimientos en consonancia con el abastecimiento de agua que se
    planifique, sin embargo esta relación agua – rendimiento,
    no es una relación sencilla y tiene gran complejidad su
    determinación.

    Los cultivos agrícolas consumen el agua durante
    un periodo de tiempo que conocemos como periodo o ciclo
    vegetativo, a través del cual se suceden varias fases de
    su desarrollo, esto presupone que el agua de riego debe
    suministrarse paulatinamente durante un periodo más o
    menos largo donde se satisfacen (según se planifiquen) las
    necesidades hídricas de cada fase de su
    desarrollo.

    La sensibilidad de los cultivos a la deficiencia de agua
    no resulta igual diferentes grados de respuesta de la planta en
    rendimiento a determinados déficits de agua en etapas
    distintas de su desarrollo (Paheco, 1984).

    El periodo de máxima demanda de
    agua es generalmente el momento de máximo crecimiento del
    cultivo, ya que un déficit hídrico durante este
    periodo afecta notablemente los rendimientos (Rey et al,
    1982).

    La práctica actual del regadío en muchas
    regiones y países del mundo (incluido el nuestro) aplica
    un régimen de riego que dista mucho del
    biológicamente adecuado, pero el déficit
    hídrico que se produce no descansa generalmente sobre
    bases científicas que justifican su aplicación,
    más bien es el resultado de problemas organizativos, en
    indagaciones y criterios subjetivos.

    Conocer la relación agua rendimiento para cada
    cultivo resulta doblemente importante porque su
    característica es que el rendimiento de los cultivos no se
    reduce en la misma proporción en que reducimos el agua
    aplicada, y esto, además, tiene un apreciable valor
    económico.

    Cuando se conocen los momentos en que el agua de riego
    no incide significativamente en el rendimiento de las plantas
    pueden eliminarse riegos, aplicarse aquellos con un menor
    volumen, lo
    que ocasionará un notable ahorro de agua (Pacheco,
    1984).

    El estudio de diferentes regímenes de riego
    reviste gran importancia, ya que un riego adecuado aumenta las
    cosechas, iguala o mejora la calidad del producto y es buen
    estabilidad de los rendimientos (Juan, 1984; Cordero, Juan y
    González, 1987; Contreras, Cruz y León,
    1988).

    Un adecuado manejo del riego garantiza una adecuada
    regulación de la temperatura del suelo, estimula y
    favorece considerablemente el desarrollo del sistema radical, lo
    cual trae como consecuencia que la planta absorba una mayor
    cantidad de elementos nutritivos. Además, el uso del riego
    en proporciones adecuadas, evita la propagación de plagas
    y enfermedades, determina el número de hojas en la planta,
    el tamaño de éstas, así como las
    demás propiedades físico – químicas de la
    hoja, de las cuales va a depender el rendimiento y la calidad del
    cultivo en cuestión.

    Existen por tanto métodos y técnicas de
    riego que tienen la misión de
    convertir el agua destinada al riego desde el estado de corriente
    de agua al estado de humedad del suelo. Mediante ello se
    deberá mantener en el suelo el régimen
    hídrico necesario y los relacionados con los
    regímenes de aireación, nutrición,
    salinización y térmico; garantizar, conjuntamente
    con la agrotecnia, una alta fertilidad del suelo y obtener los
    rendimientos más altos de las cosechas; crear en la capa
    activa del suelo la humedad necesaria de modo que esté
    distribuida uniformemente en toda su superficie; garantizar una
    alta productividad del
    trabajo durante el riego; no destruir la estructura del
    suelo y realizar el régimen de riego necesario con un alto
    coeficiente de aprovechamiento del agua (C.A.A.) en el campo.
    C.A.A.= 0.95-1.00 (Aidarov,et al, 1985).

    Cuando se riega utilizando el método de riego por
    gravedad por acción
    de la gravedad, el agua se distribuye directamente sobre la
    superficie del campo por escurrimiento natural. El riego por la
    acción de la gravedad tiene una ventaja fundamental e
    indiscutible y consiste en que para su práctica no
    requiere de gastos
    adicionales de energía y no se necesitan máquinas
    especiales ni materiales deficitarios. Utilizando la
    técnica de riego por surcos no se interrumpen las
    demás labores al permanecer seca la tierra
    entre los surcos, de ahí que se cumpla que este sistema en
    cultivos intensivos requiere de frecuentes cuidados; el
    asentamiento de la superficie del suelo es menos acusada, la
    tierra no
    forma costra y solo se agrieta parcialmente, por lo que es muy
    interesante este sistema en las tierras arcillosas
    (reducción de las pérdidas por evaporación);
    el uso de los caudales reducidos disminuye el peligro de
    erosión, cosa que permite la utilización de
    pendientes acusadas; prescindiendo del riego por
    aspersión, el riego por infiltración lateral es
    obligado en aquellos cultivos en línea que precisan ser
    aporcados (Deloye y Rebour, 1974).

    Este sistema de riego superficial es técnicamente
    imperfecto, de ahí sus desventajas que radican en la
    necesidad de trabajo manual; la
    dependencia de las condiciones del relieve, la
    destrucción de la estructura del suelo, la dificultad de
    la regulación del grado de humedad y su uniformidad en el
    suelo y la restricción en la mecanización de los
    procesos de la
    agricultura (Aidarov, 1982).

    Cuando se riega utilizando el método de riego por
    goteo, el agua se suministra en pequeñas dosis (gota a
    gota) a la zona donde se encuentra la masa principal del sistema
    radical de la planta.

    Resultados de un experimento de riego por goteo llevado
    a cabo en la Estación Experimental del tabaco Negro
    (inédito) demostraron que se pueden obtener buenos
    rendimientos cuando se usa un lateral con goteros por dos hileras
    de plantas con un considerable ahorro de agua.

    En Francia, Rolland, (1974) en ensayos de
    riego por goteo señala que en un caso los rendimientos y
    calidad fueron equivalentes a los obtenidos con las
    técnicas de riego tradicionales, en otros, los
    rendimientos resultaron un 20 % superiores a los obtenidos con la
    técnica tradicional y la calidad mejoró
    considerablemente.

    Oliver, (1977) recomienda utilizar el riego por goteo en
    lugares donde hay escasez de
    agua.

    ELEMENTOS DEL
    RÉGIMEN DE RIEGO EN EL CULTIVO DEL TABACO.

    Uno de los elementos de suma importancia para la
    determinación de la cantidad de agua a aplicar a la planta
    lo constituye la evapotranspiración del cultivo,
    ésta no es más que la transpiración por
    parte de la planta y la evaporación desde la superficie
    del suelo que incluye el agua de constitución. La misma se encuentra
    influenciada por el clima, el suelo, la planta, la filotecnia y
    técnica de riego empleada.

    Según Doorembos et al, (1976) para el cálculo de
    la evapotranspiración existen diferentes métodos y
    fórmulas, se puede determinar de forma indirecta mediante
    el uso de fórmulas empíricas en las que intervienen
    elementos del clima tales como: temperatura del aire, horas
    luz, humedad
    relativa, déficit de saturación,
    evaporación, radiación
    solar, velocidad del
    viento y otros. Las investigaciones de Juan et al, (1985)
    demuestran que el uso consuntivo en el Tabaco Negro Tapado
    en las condiciones de la Habana alcanzó un promedio de 223
    mm y para el tabaco Criollo de Sol de 202 mm,
    otros trabajos como los de Cordero et al, (1985) establecieron
    para el tabaco una evapotranspiración de 227 mm para el
    ciclo de 82 días con un promedio de 3 mm /
    día.

    Para el tabaco Oriental, Zlatev, (1978) plantea
    que la evapotranspiración de éste es baja para el
    primer periodo vegetativo, máxima en el periodo de
    crecimiento y tiene un descenso durante la
    recolección.

    El periodo de máximo requerimiento de agua para
    el tabaco se encuentra entre los 50 y 70 días
    después del trasplante. Un déficit agudo durante el
    periodo de crecimiento activo afecta el peso de las hojas y su
    composición química y un déficit ligero
    durante la maduración es deseable porque se restringe el
    crecimiento de las hojas jóvenes (Doorembos et al, 1979;
    Juan et al, 1990 y Rajvajah et al 1992).

    Las investigaciones realizadas en Cuba por Juan, (1985)
    establecen que para el Tabaco Negro Tapado en las
    condiciones de la Habana, la máxima demanda de agua ocurre
    entre los 30 y 60 días con un promedio diario de 3.1 mm, y
    que durante las etapas de 0 – 30 y de 60 – 84 días la
    planta tiene la menor exigencia hídrica.

    Por otra parte Cordero et al, (1985) establecieron que
    para el Tabaco Criollo las mayores exigencias
    hídricas se registraron en la etapa de activo crecimiento
    del cultivo con una demanda hídrica de 3.1 mm / día
    (41%) entre los 40 -70 días después del
    trasplante.

    Otros elementos que conforman el régimen de riego
    lo constituyen las normas totales y parciales, además de
    los intervalos de riego para el cultivo. En el periodo de activo
    crecimiento (30 – 70 días) se deben utilizar
    láminas de 15 – 25 y 30 – 35 mm a intervalos de 6 – 8
    días; de 9 – 11 y 12 – 15 días para los suelos
    ligeros, medios y
    pesados respectivamente y en la mayoría de los casos la
    cantidad de agua a aplicar es de 20 – 50 cm (Chouteau,
    1970).

    El tabaco Burley en Bulgaria se cultiva en
    condiciones de riego y en años normales se realizan 4
    riegos con una norma de 400 m³/ha. Cuando el tabaco se
    cultiva en suelos ligeros, se realizan de 8 – 9 riegos con normas
    de 250 a 300 m³/ha. Este tabaco se desarrolla bien cuando
    durante su ciclo vegetativo se le aplica una norma total de 3500
    – 3600 m³/ha. Por su parte, Cruz y Juan, (1992) recomiendan
    para este tipo de tabaco y en las condiciones de Pinar del
    Río, aplicar 7 riegos con una norma total de 1386
    m³/ha.

    Juan, (1976) plantea que para el Tabaco Tapado
    regado por aspersión se utilizan de 7 – 8 riegos con una
    norma total de 1651 m³/ha con normas parciales desde 100 –
    375 m³/ha; las normas más pequeñas se aplican
    en la fase de enraizamiento y recolección y las mayores en
    la fase de crecimiento activo.

    Para las condiciones de Pinar del Río, la norma
    total promedio para las variedades de tabaco negro Criollo y
    Corojo
    es de 1430 m³/ha y normalmente las siembras que
    se efectúan a finales de Diciembre reciben de 7 a 8 riegos
    con normas que oscilan desde 110 – 320 m³/ha, cuando se
    utiliza el riego por aspersión e intervalos de 8 y 10
    días.

    Juan, (1985) indica que las normas parciales de las
    variedades Hicks 187, Virginia 315 y Speight G-28
    oscilan desde 100 – 150 m³/ha; el número de riegos es
    normalmente de 6 a 8 y que para el Pelo de Oro
    de acuerdo a las exigencias de la industria y a las
    características de esta variedad, las normas totales y
    parciales son de 1460 y 140 – 320 m³/ha y el
    número de riegos de 5 -6.

    Juan y Cordero, (1985) plantean que en las condiciones
    de Pinar del Río para un 75 % de probabilidad de
    la lluvia el número de riegos para el tabaco
    Criollo oscila entre 7 y 9,con una distribución de 3-4; 1-3 y 1-2 para las
    diferentes etapas del cultivo al considerar un nivel de humedad
    en el suelo de 80 -75 -65 % de la capacidad de campo y una norma
    parcial y total de 140 a 200 m³/ha y de 1536
    m³/ha.

    También recomiendan para las plantaciones
    tardías en la variedad Criollo de 7 – 8 riegos con
    una norma total de 1363 m³/ha y una distribución de
    los riegos de 2-4; 1-3 y 0-1 para las diferentes etapas del
    cultivo.

    CONCLUSIONES.

    -. De forma general, el cultivo del tabaco no requiere
    de aplicación de grandes volúmenes de agua, pero es
    muy sensible a la escasez o exceso de la misma, por lo que esta
    afecta el rendimiento y el valor de la cosecha.

    -. Aplicar un régimen de riego adecuado,
    incrementa los rendimientos y mejora la calidad de la
    producción.

    -. En el cultivo del tabaco se pueden aplicar los
    métodos de riego superficial, por aspersión y
    localizado, no debiendo subestimar el uso perspectivo del riego
    por gravedad en virtud de su larga tradición y menor
    consumo de energía, siendo necesario introducirle
    modificaciones que permitan elevar la productividad del regador,
    una mayor eficiencia del
    uso del agua y no provocar la erosión de los
    suelos.

    -. Por la respuesta positiva del riego por goteo en
    cuanto al ahorro del agua, fuerza de trabajo y energía, es
    recomendable su aplicación inmediata en el cultivo del
    tabaco para la obtención de capas.

    BIBLIOGRAFIA.

    – Aidarov,I.P.; Golovanov,A.I.: Mamaiev,M.E. el riego.
    Editorial MIR. Moscú. Editorial Científico
    Técnica, La Habana, 1985.

    – Akehurst, B.B. El tabaco. La Habana, Instituto Cubano
    del Libro, 1973. P
    97-98.

    – Ayers, H. D.; Spencer. V. Y. Prácticas del
    regadío en Ontario. Departament of Agriculture and food;
    1970.

    – Cabrera, A. I. Riego por goteo. Boletín de
    Reseñas. Serie Riego y Drenaje. Vol. 1 No 1,
    1979.

    – Carotenuto, R. La exigencia hídrica del tabaco.
    Annali tabaco 8: 101-108,.1981.

    – Carruthers, I. Como cuidar la inversión del
    riego. Revista CERES
    No 106, 1993.

    – Chouteau, M. Factours de la production du tobac.
    Bergerac, Institut Experimental du Tobac de Bergerac
    1973.

    – Cid, L. G. Aspectos generales sobre la
    infiltración del agua en los suelos. CIDA. Junio,
    1988.

    – Contreras , G. A.; Cruz, L. R.; León, S. L. E.
    Respuesta del tabaco Virginia de la variedad Spehigt G-28 a
    diferentes niveles de humedad del suelo. Revista Voluntad
    Hidráulica No79: (7-9), 1988.

    – Cordero, P. L.; Juan, G. R. Régimen de riego
    del tabaco negro al sol de la variedad H.16-50 en las condiciones
    de Pinar del Río. Vol. Hidráulica. Vol. 9. No 3.
    1988.

    – Cordero, P. L.; Juan, G. R.. Régimen de riego
    del tabaco negro variedad Corojo en las condiciones de Pinar del
    Río. Informe
    técnico I. I. R. D. Ciudad de la Habana. 1987.

    – Cordero, P.; Juan, G. R. y González, C. E.
    Respuesta del tabaco negro variedad Criollo a diferentes niveles
    de humedad del suelo. Ciencia y
    Técnica de la Agricultura Tabaco. 8 (1), 1985.

    – Cruz, L. R.; Juan, G. R. Régimen de riego
    óptimo del tabaco Burley de las variedades Ky-17 y Burley
    –37. Cultivos Agroindustriales Vol.2(2):
    49-61,1992.

    – Dehoguez, E. Metodología para el diseño
    de los sistemas de riego
    superficial. Folleto IIRD. Ciudad de La Habana, 1990.

    – Deloye, M. Y Rebourt, M. El riego. Instituto Cubano
    del Libro. La Habana, 1974.

    – Donev, N. y Fetvadgiev, L. V. La producción de
    tabaco. 3 Editorial Plovdiv, Jristo G. Danov. 1973.

    – Doorembos, J. A. Las necesidades de agua de los
    cultivos. Roma. FAO. No 33,
    (24) .1976.

    – Guzmán, P. Respuesta de los semilleros
    tradicionales de tabaco a diferentes manejos de agua. Primer
    Encuentro Técnico de Riego del Tabaco. La Habana. MINAGRI,
    1985.

    – Histier, H. y Girguet, P. La production du tabac.
    Principies et Methodv. 2 ed. París, Deuxieme Edition
    Reveu, et Augumentee, 1961.

    -Iordanov, V. E. Estudio comparativo entre el riego por
    aspersión y por surcos en el cultivo tabaco negro variedad
    Criollo. La Habana, Empresa Cubana
    del Tabaco, 1969.

    -Insructivo técnico de riego por
    aspersión. La Habana. Ciencia y técnica de la
    Agricultura, La Habana.1979.

    – Juan, G. R. Régimen de riego alterado y
    técnicas de riego en el cultivo del tabaco negro tapado.
    Tesis al grado
    de Dr. en Ciencias.
    Bulgaria. 1984.

    – Juan, G. R. Estudio comparativo del riego por
    aspersión en el tabaco negro tapado, regado por encima y
    por debajo de la tela. Agrotecnia de Cuba .9 (1): 113-143,
    1977.

    – Juan, G. R. Influencia del régimen de riego
    alterado y la técnica de riego sobre el crecimiento,
    desarrollo y rendimiento del tabaco negro tapado en la
    República de Cuba. Instituto Superior Agropecuario Vasil
    Kalarov, Plovdid. Tesis de
    Grado, 1984.

    – Juan, G. R. Recomendaciones sobre el riego del tabaco
    de las variedades que se cultivan en Cuba. Voluntad
    Hidráulica 67:35-40. 1985.

    – Juan, G. R. Respuesta del tabaco negro tapado a
    diferentes regímenes de riego y a las técnicas de
    tuberías perforadas y manguera. Agrotecnia de Cuba. 14
    (1): 103 –119, 1982.

    – Juan, G. R. y García, R. E. Pronóstico
    de riego para el cálculo del régimen de riego del
    cultivo del tabaco por el método gravimétrico. I.
    I. R. D. La Habana, 1982.

    -Juan, G. R.; Cordero, P. L. Régimen de riego del
    tabaco negro de la variedad criollo. Ciencia y técnica de
    la agricultura Serie Riego y Drenaje. Vol. (8) N0 1
    .1985.

    – Juan, G. R.; Piedad Alvarez y Cruz L. R.
    Correlación de la evapotranspiración del tabaco
    Virginia con los elementos del clima. Agrotecnia de Cuba.
    Vol.22(1): 65-73.1990.

    – Klay, M. Surface irrigation. Sistem and practice.
    Cranhild Inshlite of technology. Oxford, 1986.

    – Krishnamurthy, S. V; Rajkannan, B. Effcet of the
    irrigation methods and regimens at different growth phases on
    yiel of tobacco. Agriculture Science Digest. India. Vol. 11 (3):
    148-150, 1991.

    – Llanos, M. Influencia del clima sobre la calidad del
    tabaco. Actualidad Tabacalera No 39, 1969.

    – Matsujama, J. Y. Effect of enviroment conditions of
    the growth of tobacco plant Hatano. Japón Exp. Sta. Bul.
    71:93-110, 1973.

    – Miles, J. D.; Sparrow, l. N.; Stancel, J R. The
    irrigation on flue-cured tobacco. Irrigat 15 (2): 16-20,
    1965.

    – Mora, B. J.; Ortiz, R. C. El cultivo del tabaco en los
    valles de Oaxaca. Tabacos Mejicanos. Folleto de
    divulgación número 5, 1977.

    – Mora, B. R. El cultivo del tabaco aromático de
    los valles de Oaxaca. Folleto de divulgación. Tabacos
    Mejicanos. 1977.

    – Norma Ramal 709. Metodología para pronosticar
    el momento de riego por el método bioclimático.
    Ciudad de la Habana I. I. R. D.1988.

    – Olliver, J. El riego por goteo en el cultivo del
    tabaco. Ciencia t técnica de la Agricultura. 54:33-36,
    1977.

    – Pacheco, S. J. Agua aplicada y rendimiento
    agrícola. Revista Bohemia. La Habana (92-93),
    1984.

    -Pavón, M. C. Manual de Técnicas de Riego
    II. Facultad de Riego y Drenaje. ISCAH. La Habana,
    1985.

    -Pistarius,J.J. Relaciones entre agua, suelo. Planta y
    su aplicación práctica en la irrigación.
    Rhodesian tobacco. 9(2):16-27, 1969.

    – Rajvaiah, C. V.; Krishnamurthy, S. Effecto of methods
    of irrigation on yield and quality of cigar fller tobacco (N.
    Tabacum). Indian Journal of Agriculture Science. Vol. 62 (1):
    16-19, 1992.

    -Rey, G. R.: Delibaltov, Y. Metodología para
    pronosticar el momento óptimo de riego en los cultivos
    agrícolas cubanos. Método bioclimático. La
    Habana, CIDA, 1982.

    – Rodríguez, A. Menos agua y más cara.
    Artículo publicado en Granma. 18 de Marzo del
    2000.

    – Rolland, L. E. Análisis de la técnica de riego por
    goteo y su aplicación con agua de diferentes calidades.
    Serie FAO. Riego por goteo 14: 4-31, 1974.

    – Shaumarski, N. Influencia del riego,
    fertilización, densidad de
    siembra y desbotone en el rendimiento del tabaco oriental.
    Bulgarki Tiutum 18 (6): 28-23, 1973.

    – Soderbaum, P. Economía, ambiente y
    política
    del uso del suelo. Revista CERES No 106, 1993.

    – Todoroski, P. D. Results obtained whish tobacco
    irrigation. Tutum 25 (5 – 6): 205 – 207,
    1975.

    – Trusov, V. I. ; Díaz, L. R.
    Características de las precipitaciones en Cuba. Editorial
    Academia. !983.

    – Volodoroski, H, I. ; Bikov, I. P.; Sautich, Z. M.
    Dinámica del proceso de
    crecimiento y formación de la cosecha de tabaco en las
    diferentes condiciones de suministro de agua. Fundamentos
    biológicos del riego en la agricultura. Moscú.
    Editorial Kolos. 1957.

    – Zlatev, G. Estudio sobre la evapotranspiración
    y el régimen de riego del tabaco oriental Bashi-Balf,
    Plovdid, Instituto del Tabaco y sus derivados. 1970.

    – Zlatev, G.; Demitrov, D.; Dimitrov, Z.; Kostyonev, S.
    y Gerbev. B. Influencia de la irrigación sobre la cantidad
    y calidad de los tabacos Orientales. Plovdiv. Instituto del
    Tabaco. Plovdid. Bulgaria. 1979.

     

     

    Autor:

    MSc. Ing. Ricardo Cruz Lazo *.

    ricardo[arroba]af.upr.edu.cu

    Ing. Luis E. León
    Sánchez.*

    leon[arroba]af.upr.edu.cu

    MSc. Ing. Rene Hernández
    Gonzalo.*

    * Profesores Asistentes Universidad de
    Pinar del Río. Cuba.

    UNIVERSIDAD DE PINAR DEL RIO.

    FACULTAD DE FORESTAL Y AGRONOMIA.

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter