"Cada fracaso enseña al
hombre algo
que necesita aprender"
Charles Dickens
La historia comienza en los
últimos años del siglo XVII, cuando están
empezando a germinar los brotes de la Revolución
Francesa. En medio de tremendas injusticias y abusos por
parte de la nobleza, los campesinos y artesanos toman buena nota
de las injurias, conocedores de que el tiempo de la
venganza está
cerca.
Una de estas víctimas inocentes es el doctor Manette,
al que un noble manda encarcelar durante años en una de
las oscuras celdas de la Bastilla hasta convertirse en un
símbolo de la opresión soportada por el pueblo de
Francia.
Cuando al fin recupera la libertad, el
doctor Manette viaja a Londres donde su hermosa hija Lucía
intentará hacerle olvidar todas sus penurias.
Cuando Lucía contrae matrimonio con un
apuesto joven y la vida parece sonreírles, en París
estalla la revolución
con una inusitada violencia y
la familia
Manette se verá obligada a viajar a Francia donde los
fantasmas del
pasado les deparan una desagradable sorpresa.
Considerada un clásico de la literatura inglesa del siglo
XIX, trata paralelamente las realidades de Inglaterra y de
la Francia revolucionaria.
Dickens toma como punto de referencia la revolución
francesa para mostrar los problemas
sociales y políticos de Inglaterra, ya que
temía que la historia se repitiera en su país natal
cuando él escribía esta novela.
Aquí, Inglaterra se presenta como la confianza, la
tranquilidad, el futuro asegurado, mientras que Francia se vuelve
más y más peligrosa a medida que avanza el relato.
Los actos de violencia realizados por el pueblo francés
están dentro de las escenas más memorables del
libro.
Dickens, en el libro, describe dos ciudades, una que
entendía y conocía y la otra que no entendía
ni conocía. Lo notable es que su descripción sobre la que no conocía
es casi mejor que la que sí conocía.
Historia de dos ciudades es la historia pero con el
sentimiento agregado, es el relato que te atrapa y te sumerge en
los hechos revolucionarios de Francia en el siglo XVIII.
La mirada lúcida de Dickens describe admirablemente
ambientes, caracteres de la época y el país sobre
que se escribe. No alcanza, sin embargo, a comprender el
significado profundo y la importancia del proceso del
que se ha convertido en intermediario.
El terror se le impone, y ante la sangre
caóticamente derramada retrocede y rechaza. Su
visión de la insurrección de las masas es
apocalíptica y, en definitiva, condenatoria.
Dickens logra en su obra retratos graves y emotivos sobre las
injusticias descargadas sobre el pueblo inerme en el anterior
régimen feudal.
Su bondad y generosidad se vuelcan sobre las tragedias y las
humillaciones personales, condenando el orden derrocado, sus
lujos vanos levantados sobre el nombre de los siervos, su
ausencia de humanidad y fraternidad.
"Todas las referencias sobre el pueblo francés, antes y
durante la revolución, están hechas sobre la base
de aseveraciones de testimonios de confianza. Tengo la esperanza
de haber podido agregar alguna novedad al popular y pintoresco
modo de comprender ésa época tan terrible, aunque
es díficil poder
más que lo que al respecto dice el filosófico y
maravilloso libro de Carlyle" ¹
Historia de Ciudades es una novela de aventuras, de aquellas
en que la intriga se retuerce y desmesura para decidir los
caminos y los pasos de sus protagonistas. Herederos del drama y
la tragedia, organizados con ambos elementos los novelones del
siglo pasado eran expresiones de una época en la que el
leer y escribir eran parte indisoluble de la misma aventura.
¹ Declaraciones hechas por Dickens a un periódico
local en la presentación de su obra "Historia en dos
Ciudades"
Ambientada en la época de la Revolución
Francesa, con el telón de fondo del terror popular y el
funcionamiento incesante de la guillotina, ésta obra nos
relata las vicisitudes y el calvario con final feliz de una noble
familia y del
descendiente de una familia noble, asediados por la infamia y la
villanía de hombres codiciosos y de negro corazón,
curiosamente representados por un marqués déspota,
padre del héroes de la novela, en un
extremo; y por las furias desatadas una de las cuales se hace
llamar "La venganza" en el otro.
Podemos confirmar que Dickens pertenecía a una
corriente literaria de carácter Romántico, pues se
adentraba en la psicología de sus
personajes y lograba expresar lo que ellos hubieran dicho,
sentido o actuado si existieran en realidad, manejaba el amor como
una fuente importante en sus obras, aunque al final terminaba
pisoteándolo o viceversa – como es el caso de
ésta historia – y logrando que el lector entendiera
su sentir.
No podemos hablar sobre una completa libertad de pensamiento
que ejercía el autor debido a que en aquellos tiempos el
oponerse al gobierno o
atentar contra las creencias religiosas, podían haber
terminado con su vida, como mencionamos anteriormente, Dickens se
apoyo en la época que vivía Francia en aquel
momento para montar toda una obra de su natal Inglaterra sin
tener que poner en riesgo su
vida.
Podemos considerar la lectura
como una obra excelente, pues su narración adentra al
lector completamente a la historia y lo hace participe de
ella.
La calidad de la
obra ha sido tal que ha rebasado las expectativas de cualquier
persona,
incluso fue la base para la realización de la
película del mismo nombre dirigida por: Jack Conway,
protagonizada por Rolland Colman y Elizabeth Allan, y que fue
acreedora al premio de la Academia en 1936 como mejor
película.
Novelista inglés
y uno de los escritores más conocidos de la literatura
universal. En su extensa obra, combinó con maestría
narración, humor, sentimiento trágico e
ironía con una ácida crítica
social y una aguda descripción de gentes y lugares, tanto
reales como imaginarios. Nació el 7 de febrero de 1812, en
Portsmouth, y pasó la mayor parte de su infancia en
Londres y Kent, lugares que aparecieron con frecuencia en sus
obras.
Comenzó a asistir a la escuela a los
nueve años de edad, pero sus estudios quedaron
interrumpidos cuando su padre, un pequeño funcionario
afable pero despreocupado, fue encarcelado, en 1824, por no pagar
sus deudas.
El joven Charles se vio obligado, pues, a mantenerse por
sí mismo, y entró a trabajar en una fábrica
de tintes. Esta desagradable experiencia, que más tarde
describiría, sólo levemente alterada, en su novela
David Copperfield (1850), le produjo una sensación de
humillación y abandono que le acompañó
durante el resto de su vida.
Entre 1824 y 1826 asistió de nuevo a la escuela, aunque
la mayor parte de su educación fue
autodidacta. Entre sus libros
favoritos se encontraban los de algunos de los grandes novelistas
del siglo XVIII, como Henry Fielding y Tobias Smollet, cuya
influencia se puede percibir con claridad en sus propios
escritos.
En 1827 consiguió un trabajo como
secretario legal y, tras estudiar durante un breve periodo de
tiempo el oficio, se convirtió en periodista en el
Parlamento, lo cual le habituó a realizar precisas
descripciones de hechos, cualidad que aplicaría
posteriormente a su obra narrativa. En esa época
conoció a María Beadnell, y se enamoró de
ella, pero su familia lo rechazó como pretendiente de la
joven, por lo que, tras cuatro años de relaciones, se
separaron. Para entonces, él ya estaba trabajando como
reportero en una publicación de su tío, The Mirror
of Parliament, y para el
periódico liberal The Morning Chronicle.
En diciembre de 1833, Dickens publicó, bajo el
seudónimo de Boz, la primera de una serie de breves y
originales descripciones de la vida cotidiana de Londres en The
Monthly Magazine, una revista que
editaba su amigo George Hogarth.
Tras ello, un editor de la ciudad le encargó un
volumen de
nuevas notas en este estilo, que debían acompañar a
las ilustraciones del famoso artista George Cruikshank. El
éxito
de este libro, titulado Los apuntes de Boz (1836), le
permitió al novelista casarse con Catherine Hogarth en ese
mismo año, y le animó a preparar una
colaboración similar, esta vez con el conocido artista
Robert Seymour.
Cuando Seymour se suicidó, otro artista, H. K. Browne,
apodado Phiz, que realizaría más tarde muchas de
las ilustraciones de los últimos trabajos de Dickens,
ocupó su lugar. El resultado de esta colaboración
fue Papeles póstumos del club Pickwick (1836-1837),
una obra en un estilo muy próximo al de los cómics,
cuyo éxito consolidó la fama del novelista, e
influyó notablemente en la industria
editorial de su país, pues su innovador formato, el de una
publicación mensual muy poco costosa, marcó una
línea que siguieron otras editoriales.
La fama que le había producido este curioso proyecto se vio
ampliada por las siguientes novelas que fue
publicando.
Hombre de enorme energía y talento, se
dedicó a otras muchas actividades. Editó los
semanarios Household News (1850-1859) y All the Year Round
(1859-1870), escribió dos libros de viajes,
Notas americanas (1842) e Imágenes de Italia
(1846), administró asociaciones caritativas y luchó
porque se llevaran a cabo reformas sociales.
En 1842, impartió seminarios en los Estados Unidos en
favor de un acuerdo internacional sobre propiedad
intelectual y en contra de la esclavitud. En
1843 publicó Canción de Navidad, que
se convirtió rápidamente en un clásico de la
narrativa infantil. Las actividades extraliterarias de Dickens
incluían la gestión
de una compañía teatral que funcionó hasta
la subida al trono de la reina Victoria, en 1851, y las lecturas
de sus obras en Inglaterra y en Estados Unidos. Sin embargo,
todos estos éxitos se vieron empañados por sus
problemas
familiares. La incompatibilidad de caracteres y la
relación del autor con la joven actriz Ellen Ternan,
llevaron a la disolución del matrimonio, en 1858, fruto
del cual habían nacido diez hijos. Murió el 9 de
junio de 1870 y fue enterrado cinco días más tarde
en la abadía de Westminster.
Charles Dickens, Historia en dos ciudades
Editores Unidos Mexicanos, 14ª. Edición
1999
W Dexter, Charles Dickens: Su vida
Biografía de Charles Dickens
http://www.unex.es,
España
2004
Trabajo que presentan los Alumnos:
Alarcón Vicencio Martha Daniela
Hernández Meneses Azucena
Hernández Zapata Armando
Morales Camarillo Gabriela Areli
Samperio Duarte Ulises Emmanuel©