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Investigación sobre el funcionamiento de la Administración de Parques Nacionales argentinos




Enviado por federicoast



    1. Análisis
      jurídico-institucional
    2. Análisis
      Económico – Financiero
    3. Propuesta
    1. Análisis
      jurídico-institucional.

    Objetivos.

    La Administración de Parques Nacionales es un
    organismo creado por la ley 22.351, con
    el objeto de preservar todas aquellas "áreas del
    territorio de la República que, por sus extraordinarias
    bellezas o riquezas en flora y fauna
    autóctona o en razón de un interés
    científico determinado, deban ser protegidas y conservadas
    para investigaciones
    científicas, educación y goce de
    las presentes y futuras generaciones" como consta en el
    artículo primero de su ley fundacional.

    Para cumplir con estos objetivos, la
    APN tiene a su cargo 33 áreas protegidas que se dividen
    entre 19 parques nacionales, 8 áreas protegidas de
    carácter mixto (parque nacional y reserva
    nacional), 2 áreas con categoría de monumento
    natural y 4 reservas naturales estrictas.

    Dicho organismo funciona como un ente autárquico
    dependiente de la Secretaría de Turismo de la Nación.

    El Decreto N° 1375/96, que aprueba la estructura
    organizativa del organismo, establece tres dependencias
    principales dentro de la APN: la Dirección Nacional de Conservación
    de Áreas Protegidas (DNCAP), la Dirección Nacional
    del Interior (DNI) y la Dirección Nacional de Coordinación Administrativa
    (DNCA).

    El organigrama
    aquí presentado ilustra la
    organización interna del organismo:

    Gestión administrativa.

    La Administración de Parques Nacionales se
    rige en su gestión
    administrativa, financiera, patrimonial y contable por las
    disposiciones de la Ley de Contabilidad.
    Esta ley prevé que la situación financiera y
    patrimonial del organismo debe ser controlada por la Auditoría General de la Nación
    a la que la Administración de Parques Nacionales eleva sus
    estados contables e informaciones financieras mensualmente. La
    Auditoría General de la Nación se ocupa de
    controlar que la APN utilice sus recursos de una
    manera transparente y eficaz.

    Organización del directorio.

    La ley 22.351 también establece la manera en la
    que debe organizarse el poder dentro
    del organismo. El directorio, responsable de hacer cumplir los
    objetivos de la APN que se mencionarán a
    continuación, se compone de la siguiente manera: un
    Presidente, un Vicepresidente, y cuatro Vocales, todos elegidos
    por el Poder
    Ejecutivo Nacional, por un período de 3 años,
    pudiendo ser redesignados.

    Algunas de las principales funciones del
    Directorio estipuladas en el artículo 23 son:

    • Aplicar y fiscalizar el cumplimiento de las normas legales
      y reglamentarias que rigen la actividad del
      organismo.
    • Formular el presupuesto
      anual de gastos y
      cálculo de recursos, que se
      elevará a la aprobación del Poder Ejecutivo
      Nacional.
    • Celebrar convenios con provincias, municipalidades,
      entidades públicas o privadas, sociedades
      del Estado o
      empresas del
      Estado o con participación mayoritaria estatal, ya sean
      nacionales, provinciales o municipales, para el mejor
      cumplimiento de sus fines.
    • Resolver la adquisición de bienes; la
      venta o
      permuta de inmuebles de su patrimonio
      propio; la venta de tierras en las Reservas Nacionales, previa
      desafectación, para ser destinadas a
      sistemas de
      asentamientos humanos o a actividades de servicio
      turístico, hasta un 5% de la superficie de cada reserva;
      y previa autorización del Poder Ejecutivo Nacional
      ampliar hasta un máximo del 10% el porcentaje citado
      anteriormente, y la venta de inmuebles del dominio privado
      del Estado afectados a su servicio. En todos los casos
      tendrán facultades para fijar condiciones, la base de la
      venta y percibir el precio.
    • Establecer cánones, tasas, patentes, aforos,
      derechos de
      pesca y caza
      deportiva, de construcción, de explotación y en
      general de toda otra actividad relativa a la competencia
      conferida al organismo a desarrollarse en los Parques y
      Reservas Nacionales, así como también los de
      ingreso a las áreas del sistema de la
      ley, pudiendo eximirlos a todos ellos, total o parcialmente, y
      designar agentes de percepción conforme a la
      reglamentación que dicte el Poder Ejecutivo Nacional al
      efecto.

    En pocas palabras, la dirección es responsable de
    administrar el presupuesto y asignar los recursos de modo que la
    APN cumpla con los objetivos establecidos en su ley
    fundacional.

    Cuerpo de Guardaparques.

    Por otro lado, una de las secciones más
    relevantes de la Administración de Parques Nacionales la
    constituye el cuerpo de Guardaparques. En efecto, el control y la
    vigilancia de los Parques Nacionales, Monumentos Naturales y
    Reservas Nacionales se encuentra a cargo del Cuerpo de
    Guardaparques Nacionales como servicio auxiliar y dependiente de
    la Administración de Parques Nacionales, a los fines del
    ejercicio de las funciones de policía administrativa. El
    Cuerpo de Guardaparques Nacionales cumple esta misión, lo
    que no implica interferir con las funciones que competen a otros
    organismos de seguridad del
    Estado como GENDARMERIA NACIONAL, PREFECTURA NAVAL ARGENTINA,
    POLICIA AERONAUTICA NACIONAL, POLICIA FEDERAL, las POLICIAS
    PROVINCIALES y del TERRITORIO NACIONAL DE LA TIERRA DEL
    FUEGO, ANTARTIDA E ISLAS DEL ATLANTICO SUD, éstas en
    cuanto a los delitos y
    contravenciones que son de su competencia.

    2. Análisis Económico –
    Financiero.

    Como se ha dicho anteriormente, la Administración
    de Parques Nacionales es un organismo dependiente de la
    Secretaría de Turismo y, por lo tanto, del Ministerio de
    Economía
    de la Nación. Si bien, dicho ente genera recursos propios
    a su funcionamiento, estos no alcanzan a cubrir los gastos que
    posee. Por lo tanto, es el Estado
    Nacional quien se hace cargo de los montos necesarios a
    través de las partidas correspondientes al presupuesto
    general de la Nación.

    Esto genera una dependencia muy clara de la APN con el
    Estado. A su vez, se acentúa aún más si
    notamos que las partidas del Tesoro Nacional son las que se
    "hacen cargo" de los gastos corrientes u operativos, es decir,
    aquellos necesarios para el funcionamiento del organismo, y no de
    gastos especiales.

    Según el artículo 25 de la Ley
    constitutiva de la APN los fondos necesarios para el pleno
    funcionamiento del organismo, así como también
    otros gastos extraordinarios (inversiones de
    capital, etc.)
    surgen principalmente de las siguientes fuentes:

    1. Con el producido de la venta, arrendamiento o
      concesión de inmuebles, instalaciones y bienes
      muebles.
    2. Con el producido de aforos y venta de madera
      fiscal y
      otros frutos y productos.
    3. Con los derechos de caza y pesca.
    4. Con los derechos de entrada y patentes.
    5. Con los derechos de edificación,
      construcciones en general, contribuciones de mejoras, como
      así con las tasas que se establezcan por retribuciones
      de servicios
      públicos.
    6. Con el producido de las concesiones para
      prestación de servicios.
    7. Con el precio que perciba el organismo por los
      servicios que preste directamente.
    8. Con el importe de las multas que se apliquen de
      acuerdo a dicha ley.
    9. Con las subvenciones, donaciones, legados,
      aportes y transferencias de otras reparticiones o de personas
      físicas o jurídicas.
    10. Con los intereses y rentas de los bienes que
      posea.
    11. Con los recursos de leyes
      especiales.
    12. Con las sumas que anualmente le asigne el presupuesto
      general de la Nación y con todo otro ingreso que derive
      la gestión de la
      ADMINISTRACION DE PARQUES NACIONALES.
    13. Con los recursos no utilizados del fondo,
      provenientes de ejercicios anteriores.

    Asimismo dichos fondos serán aplicados por la
    Administración de Parques Nacionales con los siguientes
    objetivos:

    1. La creación de Parques Nacionales, Monumentos
      Naturales y Reservas Nacionales.
    2. La adquisición de bienes necesarios para el
      cumplimiento de los fines de dicha ley.
    3. La promoción de actividades que concurran a
      asegurar la mejor difusión y conocimiento
      de los Parques Nacionales, Monumentos Naturales y Reservas
      Nacionales, tales como la realización de congresos,
      exposiciones, muestras, campañas de publicidad u
      otras que contribuyan al fin indicado. 
    4. La realización de cursos, estudios e
      investigaciones.
    5. Los gastos de personal,
      gastos generales e inversiones que demande el funcionamiento de
      la ADMINISTRACION DE PARQUES NACIONALES.
    6. El cumplimiento de toda otra actividad que deba
      realizar la ADMINISTRACION DE PARQUES NACIONALES, de acuerdo
      con las funciones y atribuciones que se le asignan por la
      ley.
    7. Atender erogaciones necesarias para preservar
      recursos
      naturales que puedan, en el futuro, integrar el sistema
      instituido por esta ley.

    Asimismo se le otorga a la APN la facultad de emplear
    sus disponibilidades financieras en la adquisición de
    títulos de la deuda
    pública, letras de Tesorería u otras emisiones
    de valores
    públicos, mientras no se dé a los fondos el destino
    expresado por la ley.

    Ahora bien, a continuación tomaremos como caso
    representativo el Presupuesto del organismo para el año
    98, donde podremos ver cuales son los principales rubros tanto en
    la parte de Ingresos como en
    la parte de los Gastos, como también la
    clasificación económica de los mismos.

     Para ver la tabla
    seleccione la opción "Descargar" del menú
    superior

    Si miramos detenidamente la información provista en los cuadros
    podremos apreciar que, del total de lo presupuestado (casi 29
    millones de pesos), solamente el 30% de los recursos (algo
    más de diez millones de pesos) proviene de la propia APN.
    Mientras tanto, el Estado Nacional aporta más de 16
    millones de pesos, siendo el resto de lo presupuestado un
    millón y medio de pesos de crédito
    externo. Como se puede ver, el Estado cumple un rol fundamental
    para el buen funcionamiento de la APN. Este se hace cargo
    básicamente del pago de las remuneraciones de
    todo el personal del organismo, siendo este rubro el de mayor
    peso dentro de la estructura de gastos (entre el 50% y 60% del
    total del Presupuesto).

    El importante peso que tienen las remuneraciones en el
    presupuesto es bastante lógico, ya que, por un lado la
    propia estructura del organismo hace que el capital humano
    sea un factor de suma importancia y, por el otro, la APN depende
    el Estado, y como tal, posee una excesiva carga de personal, algo
    que es moneda corriente en el sector
    público.

    Si quisiésemos aumentar la eficiencia del
    organismo de manera tal que, con una reestructuración
    seria de por medio, lográsemos una baja importante en los
    gastos por remuneraciones, podríamos plantear entonces la
    idea de una independencia
    económico-financiera con respecto al Estado. No obstante,
    esto es algo difícil de llevar a cabo, ya que hay que
    buscar cómo reemplazar todos los fondos estatales por
    recursos genuinos.

    Por otro lado, el destino de los recursos propios de la
    APN es, principalmente, el de los bienes de consumo, los
    servicios no personales, los bienes de uso y los costos de
    transferencias.

    Así como el Estado Nacional se hace cargo de casi
    la totalidad de los gastos corriente u operativos de la
    Administración de Parques Nacionales, es solo a
    través del propio organismo o a través del
    crédito externo que se realizan inversiones directas
    (formación bruta de capital fijo).

    A continuación, en el siguiente cuadro, podremos
    ver el origen de los recursos que permiten a la APN los gastos
    mencionados anteriormente:

    RECURSOS POR RUBROS

     Para ver la tabla
    seleccione la opción "Descargar" del menú
    superior

    Al ver la composición de los recursos se pueden
    realizar algunos comentarios. Por un lado, reafirmar, ahora visto
    desde el lado de los recursos, la importancia que tiene el Estado
    en el funcionamiento del organismo. Aquí se puede ver muy
    claramente, algo que ya dijimos anteriormente, que es que dicha
    importancia recae sobre los gastos operativos y son realmente
    escasos a la hora de aportar fondos para la inversión.

    Por otra parte, podemos apreciar que la fuente
    más importante (por no decir casi la única) de
    generación de recursos propios de la APN son los derechos,
    tanto de caza y pesca, como los de entrada y patentes.
    Ningún otro rubro genera recursos
    significativos.

    Por último, cabe mencionar la relativa
    importancia que tienen las ventas
    ocasionales de activos. Si bien
    estas generan ingresos de importancia, queda más que claro
    que no puede ser costumbre dicha práctica como modo de
    generar recursos para el mantenimiento
    del organismo.

    3.
    Propuesta.

    Antes de realizar alguna propuesta, deberíamos
    plantearnos claramente cuáles son nuestros objetivos. En
    medio de la crítica
    situación en que se encuentra el Estado Nacional,
    supondremos que nuestro principal objetivo
    será mejorar el equilibrio
    fiscal, en lo posible, sin que esto signifique un empeoramiento
    del servicio ofrecido por la APN. Por otro lado, nos
    preguntaremos si es justo que la APN se encuentre en la
    órbita del Estado Nacional o si fuese preferible que se
    hicieran cargo los gobiernos provinciales.

    En este punto, nos enfrentamos con un problema que no
    hace tanto al ámbito económico pero que debemos
    plantearnos para decidir qué tipo de propuesta
    podría realizarse. ¿Es deseable para el país
    contar con Parques Nacionales?

    Una respuesta negativa a este interrogante
    eliminaría el problema de raíz ya que, en ese caso,
    la APN podría ser suprimida directamente sin que esto
    implicara perjuicio alguno para nuestra sociedad. Sin
    embargo, insistimos en que es razonable, útil y necesaria
    la existencia de los Parques Nacionales y, por lo tanto,
    éstos deben continuar con sus servicios. Ahora bien,
    debemos estudiar cuál es la mejor forma de que puedan
    seguir funcionando de la manera más eficiente para el
    conjunto de la sociedad. Es decir, brindando el mejor servicio
    posible al menor costo para el
    Estado.

    Hemos llegado a la conclusión de que los Parques
    Nacionales no están siendo bien administrados en la
    actualidad. La APN es un nicho de ineficiencia donde no se
    cumplen ni siquiera las reglamentaciones que ella misma dicta.
    Por ejemplo, el reglamento del organismo establece que todos los
    Parques deben contar con un Plan de Manejo
    anual donde se detallen los objetivos específicos que se
    propone realizar el Parque para ese período así
    como las obras previstas. Sin embargo, un informe de la
    Auditoría General de la Nación señala que,
    en el año 2000, un 60% de las áreas protegidas no
    habían presentado su Plan de Manejo. Así como
    ésta la Auditoría encontró una importante
    cantidad de violaciones al reglamento y concluye sugiriendo que
    la APN se encuentra en un estado anárquico que plantea
    serios riesgos para
    la adecuada protección de los recursos naturales de todos
    los argentinos.

    Con estos objetivos en la mira, hemos elaborado dos
    propuestas alternativas tendientes a asegurar el cumplimiento de
    los objetivos de la APN.

    Propuesta de déficit cero.

    En el año 1998 que estamos analizando, la APN
    presenta un presupuesto deficitario que debe cubrir con unos 16
    millones y medio de pesos de Aportes del Tesoro Nacional
    además de financiamiento
    local y externo.

    Partiendo del supuesto de que en un país donde
    muchos de sus habitantes sufren de desnutrición, pareciera incorrecto que el
    Estado deba dedicar varios millones de pesos a financiar Parques
    Nacionales que, bien administrados, podrían ser
    fácilmente superavitarios.

    Por lo tanto, la primera propuesta consiste en tomar las
    medidas pertinentes para asegurar que la APN se financie
    totalmente con recursos propios, sin necesidad de recurrir a las
    arcas del Estado Nacional. Cabe acotar que esta
    proposición no modifica en su esencia al organismo sino
    que apunta a incrementar su eficiencia vía una mejor
    asignación de recursos. Pretendemos transformar a la APN
    en una empresa
    pública que se guíe por criterios de rentabilidad
    al igual que las compañías del sector
    privado.

    ¿Cómo lograr que la APN sea
    rentable?

    Para alcanzar este objetivo, sugerimos proceder a un
    ajuste de la tarifa que, a los niveles actuales, es relativamente
    baja. Principalmente, el gobierno nacional
    podría aprovechar el importante flujo de turistas
    extranjeros que ha recibido nuestro país luego de la
    devaluación. Estos turistas vienen desde
    los más diversos países, deseosos de conocer las
    bellezas naturales de los Parques y, probablemente,
    estarían dispuestos pagar más que los 5$ que cuesta
    la entrada aproximadamente. Es decir, que proponemos una discriminación tarifaria, instrumento
    practicado en los Parques de muchos países del mundo (por
    ejemplo en Ecuador), que
    permita incrementar los ingresos hasta lograr un equilibrio
    presupuestario. Dado el tipo de cambio
    favorable para los extranjeros, éstos podrían
    abonar sin problemas
    mucho más de 5$ y esos nuevos ingresos permitirían
    que APN dejara de ser deficitaria. De este modo, el peso del
    financiamiento recaería sobre los turistas. En ese caso,
    desaparecerían todos los cuestionamientos acerca de la
    utilidad del
    organismo dado que éste se financiaría
    completamente con recursos propios funcionando como una empresa del
    Estado. Nuestra propuesta apunta, precisamente, a transformar la
    APN en una empresa pública para el mercado del
    turismo.

    Fundamentalmente, buscamos la implementación de
    un esquema del tipo "el que usa, paga" para que no sean los
    escasos recursos con los que cuenta hoy el Estado los que deban
    financiar los Parques que sólo puede disfrutar una
    minoría de la población de nuestro país así
    como turistas extranjeros. Es decir que estaríamos
    transfiriendo de los Parques a aquellos que los utilizan, o sea,
    los consumidores.

    Por otro lado, otra propuesta para alcanzar el
    equilibrio sería realizar un ajuste de gastos eliminando
    todos aquellos que sean evitables. Sin embargo, somos plenamente
    conscientes de los múltiples problemas políticos
    que habitualmente impiden que se adopte esta solución. El
    ajuste parece una quimera en un Estado tan burocrático y
    corrupto como el argentino.

    Descentralización de la APN.

    La segunda propuesta de reforma es más radical
    que la primera pues consiste en la descentralización de la
    Administración de Parques Nacionales. Esto significa que
    los Parques pasarían a depender directamente de las
    provincias, encargándose éstas de su
    explotación y mantenimiento.

    Esta solución podría significar una
    ventaja o una desventaja para las provincias dependiendo del
    grado de seriedad y profesionalismo con el que encaren la
    administración de los Parques.

    Sin dudas, podría ser un buen negocio si los
    Parques fueran manejados como empresas con el lógico
    objetivo de obtener beneficios. Esto permitiría engrosar
    las arcas públicas provinciales gracias al turismo. Para
    alcanzar este objetivo, proponemos emplear el mismo criterio que
    en el caso del "déficit cero". Es decir que podrían
    incrementarse las tarifas de ingreso, posiblemente cobrando algo
    más a los turistas del exterior.

    Por otro lado, si las provincias decidieran manejar los
    Parques del mismo modo en que habitualmente administran sus
    recursos, la propuesta sería evidentemente un mal negocio
    para todos. Para las provincias porque sus gastos
    aumentarían aunque no así sus ingresos y, para la
    población en general porque, probablemente,
    empeoraría la calidad de los
    servicios prestados por el personal de los Parques.

    Entonces, para evitar estos inconvenientes, no
    debería llevarse a cabo una "descentralización
    salvaje". La APN no debería desaparecer por completo sino
    que debería transformarse en un organismo regulador de la
    actividad de los Parques. Es decir, que el personal de la APN
    tendría la función de
    controlar que las distintas provincias administren sus Parques de
    modo que se cumplan los objetivos científicos y medio
    ambientales que se planteó, en sus comienzos, la APN. Esto
    significa que las provincias ahora cuentan con plena libertad para
    determinar los aspectos relativos al precio de la entrada a cada
    Parque y otras cuestiones que hacen al turismo. Esto es lo que el
    Estado Nacional les delega. Sin embargo, el gobierno central
    conserva bajo su órbita las cuestiones de medio ambiente
    y los fines científicos que son también parte
    importante de los Parques. La APN tendrían la
    función de controlar que las provincias administren los
    Parques de modo que sigan cumpliéndose estos objetivos.
    Clarificaremos esto con un ejemplo. Supongamos que la provincia
    de Neuquén desea subir la entrada al Parque Lanín a
    un monto de 20$. En este caso, la APN no tendría ninguna
    objeción que realizar a tal iniciativa pues ha delegado en
    el gobierno de Neuquén todas las cuestiones que hacen al
    financiamiento del Parque. Es el visitante quien debe decidir
    cuánto está dispuesto a pagar para contemplar esas
    bellezas naturales. Sin embargo, supongamos ahora que el gobierno
    de Neuquén decidiera talar los árboles
    del Parque Lanín. En ese caso, la APN debería
    impedir tal iniciativa pues viola los objetivos que se ha
    planteado desde un principio el organismo y que consisten en la
    protección del medio ambiente.

    Ahora bien, para evitar cualquier tipo de gasto por
    parte del Estado Nacional, la APN pasaría a financiarse
    con recursos aportados por las provincias que surgen del
    superávit obtenido por la administración de los
    Parques. De todos modos, la APN estaría
    convirtiéndose en un organismo muy pequeño y sus
    costos de funcionamiento deberían ser extremadamente bajos
    de modo que podría ser financiado sin problemas por todas
    las provincias que cuentan con Parques Nacionales en su
    territorio. La cuantía del aporte que cada provincia hace
    estaría en proporción con la cantidad de visitantes
    que reciban los Parques de su territorio. La formación de
    los Guardaparques también quedaría bajo la
    órbita de la APN y se financiaría con los aportes
    de las provincias.

    Ahora bien, quizás no todas las provincias
    estarían dispuestas de recibir los Parques para
    administrarlos. Algunas podrían aducir que no cuentan con
    los recursos necesarios u otros motivos que les impedirían
    administrarlos con eficiencia.

    En estos casos, proponemos que el gerenciamiento de los
    Parques de las provincias que no lo aceptaran pase a manos
    privadas. No estamos proponiendo privatizar los Parques
    Nacionales sino tan sólo darlos en concesión por un
    cierto período de tiempo contra
    el pago de un canon al Estado Nacional. Los gerenciadores
    tendrían a su cargo las decisiones que hacen a la
    explotación turística de los Parques pero deben
    someterse al estricto control de la APN en todo lo que hace a las
    cuestiones medioambientales y científicas.

    ¿Cuál es la ventaja de esta
    propuesta?

    Que el Estado Central se desentiende lo máximo
    posible de los Parques Nacionales y que ya no tiene el compromiso
    de financiarlos. Esto es una gran ventaja pues, en los tiempos
    que corren, el Estado no está en condiciones de
    despilfarrar los limitados recursos con los que cuenta. La
    descentralización permitirá que el Estado nunca
    más deba destinar recursos a los Parques y hasta le
    permitiría obtener algunos ingresos por las concesiones.
    Sin embargo, debemos aclarar que todos estos beneficios dependen
    de un manejo serio de la APN como ente regulador. Si la APN
    realiza responsablemente su tarea de controlar que las provincias
    y los gerenciadores privados cumplan con el buen mantenimiento de
    los Parques, esta propuesta descentralizadora puede ser
    útil y beneficiosa para todos. Pero si la APN cae en la
    inacción y no vela por que se cumpla la normativa vigente,
    los costos habremos de pagarlos todos pues nuestros hermosos
    Parques caerán en el deterioro y la degradación. El
    país correrá también el riesgo de perder
    así importantes ingresos turísticos porque ya los
    extranjeros no desearán venir a conocer las bellezas de
    nuestros Parques Nacionales.

    Federico Ast

    Licenciado en Economía (UBA) y estudiante de
    Filosofía (UBA)

    Carlos Saumell

    Estudiante de Economía (UBA)

    Este trabajo fue
    realizado en 2002 para la materia
    Finanzas
    Públicas, de la Facultad de Ciencias
    Económicas de la Universidad de
    Buenos
    Aires.

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