- Hipótesis de la
investigación - Objetivos
- Presentación del objeto
de estudio - Historia de la
televisión - La TV
argentina - Los medios en
cuestión - Telefé – Juntos es
mejor - Artear – canal 13 –
El tibio solcito - Multimedios a los que
pertenecen - ¿A qué
denominamos audiencia o público? - ¿Cómo la
audiencia consume la TV? - ¿Cómo
se organiza el ser humano? - Enfoque
del encuadre psicológico - Los
medios en este proceso - Televisión
vs. Televidente - ¿Canal 13 vs.
Telefé? Ó ¿Suar vs.
Villarruel? - ¿Cómo
se organiza un canal de TV? - Es solo
cuestión de marketing - Programas en el
ojo de la tormenta - El
rating - La
Cámara de Control de medición de
audiencias - Ibope
- La
publicidad - La
publicidad y los medios - La
publicidad y la TV - ¿Cómo
se publicita en TV? - El
Comité Federal de
radiodifusión - Entrevistas
- Conclusión
sobre los aspectos del trabajo - Conclusión
sobre lo vivido - Bibliografía
- Anexos
Todos sabemos lo que es tener un programa
favorito, por el cual esperamos con mucha ansiedad y hasta
arreglamos nuestras actividades en base a el, con el objetivo de
verlo.
Pero… ¿Qué pasa por nuestra mente
cuando lo esperamos a la hora prometida y comienza mucho tiempo
después?; sí, nosotras sentimos lo mismo, y esto es
lo que nos llevó a interesarnos y por ende investigar
sobre la guerra mediática entre las dos potencias de
la
televisión de aire:
Telefé (Canal 11) y Artear (Canal 13).
La base central del conflicto se
registra en los constantes cambios de horario con el fin de
"superar" al competidor, sin tener consideración de
nosotros, la muchas veces olvidada audiencia.
Como buenas telespectadoras también sentimos
furia cuando sucede esto, y es, como mencionamos anteriormente,
el incentivo para realizar esta investigación; pero… a pesar de
nuestros sentimientos, no nos debemos olvidar que para conocer la
verdad de la historia se deben analizar
las dos caras de la moneda.
Los invitamos a conocer la magia (¡con sapos y
brujas!) de la televisión
argentina.
El constante cambio de
horarios en la franja prime time (de 20 a 24 Hs.) de
Telefé Y Artear incide negativamente en los
teleespectadores y en los anunciantes que publicitan sus productos en
los canales televisivos en cuestión.
– A continuación se expondrán los objetivos a
comprobar por el trabajo de
investigación:
– Comprobar la incidencia negativa de la guerra horaria
entre Canal 13 y Telefé en los telespectadores dentro de
la franja horaria de las 20 a 24 hs (Prime time).
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
– Apreciar los aspectos más importantes de la
conformación horaria por los cuales se rigen los seres
humanos.
– Identificar la influencia de la televisión en el encuadre
psicológico espacial – temporal de los seres
humanos.
– Observar la evolución de la televisión y su
importancia en la vida cotidiana actual.
– Reconocer los actores principales del conflicto
horario entre los canales televisivos.
– Identificar los programas que
están en el ojo de la tormenta y analizar sus
características.
– Verificar las razones por las cuales actúan
manipulando los horarios y los contenidos.
– Diferenciar los aspectos que delimitan la guerra
mediática de la personal entre
los protagonistas.
– Apreciar la importancia que tiene para ellos el
televidente y como creen que reaccionan frente a los cambios
horarios.
– Analizar las consecuencias de la incertidumbre horaria
para los anunciantes que pautan en los medios
tratados.
– Interpretar la postura del COMFER frente a los
aspectos relacionados con la publicidad y los
contenidos.
PRESENTACIÓN DEL OBJETO DE
ESTUDIO
Como se menciono anteriormente, la principal variable
dentro de esta investigación es el televidente, y lo que
se intentará demostrar a lo largo de este trabajo es la
incidencia negativa que produce sobre ellos el constante cambio
de horarios en la programación televisiva de los canales en
estudio.
Al comenzar a recabar información que nos amplíe el
panorama nos surgieron muchos interrogantes, que ahora, son base
de nuestros objetivos a cumplir; algunos de ellos
son…
¿Qué pasa con las personas cuando
organizan sus actividades en base a los horarios de los programas
y estos cambian continuamente?, ó ¿cuáles
son las verdaderas intenciones de los responsables de esta
situación?, ¿el rating es tan importante para la
vida de un canal de TV?, ó ¿qué pasa con los
anunciantes que desean que la gente vea la publicidad de sus
productos en determinado horario y esta aparece mucho más
tarde?… estas como tantas son preguntas que surgen de nuestro
propio sentimiento como televidentes, como consumidoras de
productos televisivos que lejos están de entretener y
divertir y cerca de lucrar y de cruzar la delgada línea
roja que delimita las acciones
éticamente correctas.
Nuevamente los invitamos a descubrir junto a nosotras un
mundo poco explorado, les ofrecemos mostrarles la verdadera magia
de la televisión.
Debemos comenzar situándonos en los antecedentes
de este medio masivo de comunicación para observar el vertiginoso
crecimiento de la misma y los distintos aportes a la sociedad, y
por consecuente con la cultura a
través del tiempo.
Para comprender mejor esto, vamos a comenzar por los
orígenes de la televisión en el mundo, y luego
más específicamente en la Argentina.
Ahora, retrocedamos en el tiempo…
La historia del desarrollo de
la televisión ha sido en esencia la historia de la
búsqueda de un dispositivo adecuado para explorar imágenes.
El primero fue el llamado disco Nipkow, patentado por el inventor
alemán Paul Gottlieb Nipkow en 1884. Era un disco plano y
circular que estaba perforado por una serie de pequeños
agujeros dispuestos en forma de espiral partiendo desde el
centro. Al hacer girar el disco delante del ojo, el agujero
más alejado del centro exploraba una franja en la parte
más alta de la imagen y
así sucesivamente hasta explorar toda la imagen. Sin
embargo, debido a su naturaleza
mecánica el disco Nipkow no funcionaba
eficazmente con tamaños grandes y altas velocidades de
giro para conseguir una mejor definición.
Los primeros dispositivos realmente satisfactorios para
captar imágenes fueron el iconoscopio, que fue inventado
por el físico estadounidense de origen ruso Vladimir Kosma
Zworykin en 1923, y el tubo disector de imágenes,
inventado por el ingeniero de radio
estadounidense Philo Taylor Farnsworth
poco tiempo después. En 1926 el ingeniero escocés
John Logie Baird inventó un sistema de
televisión que incorporaba los rayos infrarrojos para
captar imágenes en la oscuridad. Con la llegada de los
tubos y los avances en la transmisión radiofónica y
los circuitos
electrónicos que se produjeron en los años
posteriores a la I Guerra Mundial,
los sistemas de
televisión se convirtieron en una realidad.
Emisión de
programación
Las primeras emisiones públicas de
televisión las efectuó la BBC en Inglaterra en
1927 y la CBS y NBC en Estados Unidos en
1930. En ambos casos se utilizaron sistemas mecánicos y
los programas no se emitían con un horario regular. Las
emisiones con programación se iniciaron en Inglaterra en
1936, y en Estados Unidos el día 30 de abril de 1939,
coincidiendo con la inauguración de la Exposición
Universal de Nueva York. Las emisiones programadas se
interrumpieron durante la II Guerra Mundial, reanudándose
cuando terminó.
En España, se
fundó Televisión Española (TVE), hoy
incluida en el Ente Público Radiotelevisón
Española, en 1952 dependiendo del ministerio de
Información y Turismo. Después de
un periodo de pruebas se
empezó a emitir regularmente en 1956, concretamente el 28
de octubre. Hasta 1960 no hubo conexiones con Eurovisión.
La televisión en España ha sido un monopolio del
Estado hasta
1988. Por mandato constitucional, los medios de
comunicación dependientes del Estado se rigen por un
estatuto que fija la gestión
de los servicios
públicos de la radio y la
televisión a un ente autónomo que debe garantizar
la pluralidad de los grupos
sociales y políticos significativos.
A partir de la década de 1970, con la
aparición de la televisión en color los
televisores experimentaron un crecimiento enorme lo que produjo
cambios en el consumo del
ocio de los españoles.
A medida que la audiencia televisiva se incrementaba por
millones, hubo otros sectores de la industria del
ocio que sufrieron drásticos recortes de patrocinio. La
industria del cine
comenzó su declive con el cierre, de muchos
locales.
En México, se
habían realizado experimentos en
televisión a partir de 1934, pero la puesta en
funcionamiento de la primera estación de TV, Canal 5, en
la ciudad de México, tuvo lugar en 1946. Al iniciarse la
década de 1950 se implantó la televisión
comercial y se iniciaron los programas regulares y en 1955 se
creó Telesistema mexicano, por la fusión de
los tres canales existentes.
Televisa, la empresa
privada de televisión más importante de habla
hispana, se fundó en 1973 y se ha convertido en uno de los
centros emisores y de negocios
más grande del mundo, en el campo de la
comunicación, ya que además de canales y
programas de televisión, desarrolla amplias actividades en
radio, prensa y
ediciones o espectáculos deportivos.
La televisión ha alcanzado una gran
expansión en todo el ámbito latinoamericano. En la
actualidad existen más de 300 canales de televisión
y una audiencia, según número de aparatos por
hogares (más de 60 millones), de más de doscientos
millones de personas.
A partir de 1984, la utilización por Televisa del
satélite Panamsat para sus transmisiones de alcance
mundial, permite que la señal en español
cubra la totalidad de los cinco continentes. Hispasat, el
satélite español de la década de 1990, cubre
también toda Europa y América.
En 1983, en España empezaron a emitir cadenas de
televisión privadas TELE 5, Antena 3 y Canal +. En 1986
había 3,8 habitantes por aparato de televisión, en
la actualidad ha bajado a 3,1. A finales de los años
ochenta, había en Estados Unidos unas 1.360 emisoras de
televisión, incluyendo 305 de carácter educativo, y más del 98% de
los hogares de dicho país poseía algún
televisor semejante al nivel español. Hay más de
8.500 sistemas ofreciendo el servicio de
cable, con una cartera de más de 50 millones de abonados.
En la actualidad en todo el mundo, la televisión es el
pasatiempo nacional más popular; el 91% de los hogares
disponen de un televisor en color y el 42%, de un equipo grabador
de vídeo. Los ciudadanos españoles invierten, por
término medio, unas 3,5 horas diarias delante del
televisor, con una audiencia de tres espectadores por
aparato.
Durante los años inmediatamente posteriores a la
II Guerra Mundial se realizaron diferentes experimentos con
distintos sistemas de televisión en algunos países
de Europa, incluida Francia y
Holanda, pero fue la URSS, que comenzó sus emisiones
regulares en Moscú en 1948, el primer país del
continente en poner en funcionamiento este servicio
público. Cerca del 98% de los hogares en la URSS (3,2
personas por receptor) y en Francia (2,5) posee televisor, siendo
el porcentaje de 94 en Italia (3,9) y 93
en los hogares de Alemania
actualmente parte de la reunificada República Federal de
Alemania (2,7).
Televisión en el espacio
Las cámaras de televisión a bordo de las
naves espaciales estadounidenses transmiten a la tierra
información espacial hasta ahora inaccesible. Las naves
espaciales Mariner, lanzadas por Estados Unidos entre 1965 y
1972, envió miles de fotografías de Marte. Las
series Ranger y Surveyor retransmitieron miles de
fotografías de la superficie lunar para su análisis y elaboración
científica antes del alunizaje tripulado (julio de 1969),
al tiempo que millones de personas en todo el mundo pudieron
contemplar la emisión en color directamente desde la
superficie lunar.
Desde 1960 se han venido utilizando también
ampliamente las cámaras de televisión en los
satélites
meteorológicos en órbita. Las cámaras
vidicón preparadas en tierra
registran imágenes de las nubes y condiciones
meteorológicas durante el día, mientras que las
cámaras de infrarrojos captan las imágenes
nocturnas. Las imágenes enviadas por los satélites
no sólo sirven para predecir el tiempo sino para
comprender los sistemas meteorológicos globales. Se han
utilizado cámaras vidicón de alta resolución
a bordo de los Satélites para la Tecnología de los
Recursos
Terrestres (ERTS) para realizar estudios de cosechas, así
como de recursos minerales y
marinos.
Así, la televisión ha evolucionado
rápidamente, ahora, gracias a los avances en los medios de
transmisión contamos con la televisión por
cable, la televisión satelital y la televisión
vía Internet, lo que nos une
aún más con el resto del mundo.
La señal de
televisión
La señal de televisión es una compleja
onda electromagnética de variación de
tensión o intensidad, compuesta por las siguientes partes:
1) una serie de fluctuaciones correspondientes a las
fluctuaciones de la intensidad de luz de los
elementos de la imagen a explorar; 2) una serie de impulsos
de sincronización que adaptan el receptor a la misma
frecuencia de barrido que el transmisor; 3) una serie
adicional de los denominados impulsos de borrado, y 4) una
señal de frecuencia modulada (FM) que transporta el
sonido que
acompaña a la imagen. Los tres primeros elementos
conforman la señal de vídeo y se describen
más adelante.
Las fluctuaciones de intensidad o tensión
correspondientes a las variaciones de la intensidad de la luz,
suelen llamarse señal de vídeo. Las frecuencias de
dicha señal oscilan entre 30 millones y 4 millones de Hz,
dependiendo del contenido de la imagen.
Los impulsos de sincronización son picos
pequeños de energía
eléctrica generados por los correspondientes
osciladores en la estación emisora. Estos impulsos
controlan la velocidad del
barrido horizontal y vertical tanto de la cámara como del
receptor. Los impulsos de sincronismo horizontal se producen a
intervalos de 0,01 segundos y su duración es
prácticamente la misma.
Los impulsos de borrado anulan el haz de electrones en
la cámara y en el receptor durante el tiempo empleado por
el haz de electrones en volver desde el final de una línea
horizontal hasta el principio de la siguiente, así como
desde la parte inferior del esquema vertical hasta la parte
superior. La sincronización y estructura de
estos impulsos resultan extremadamente complejas.
Cámaras de
televisión
La cámara de televisión se asemeja a una
cámara fotográfica normal por cuanto va equipada
con una o varias lentes y un mecanismo de enfoque de la imagen
formada por la lente sobre una superficie sensible. Estas
superficies forman parte de tubos electrónicos llamados
tubos tomavistas, capaces de transformar las variaciones de la
intensidad de la luz en variaciones de la carga o corriente
eléctrica. El tubo tomavistas original fue el
iconoscopio, utilizado durante mucho tiempo para televisar
películas. En el caso de escenas con un nivel de
luminosidad bajo, como en las salas o habitaciones normalmente
iluminadas, se utiliza el orticón de imagen de alta
sensibilidad o vidicón.
Transmisión de
televisión
Si se exceptúan los circuitos especiales
necesarios para producir los pulsos de sincronización y
borrado del barrido y los diferentes equipos especiales que se
utilizan para examinar o controlar las señales
desde la cámara de televisión, todo el resto del
sistema de transmisión de televisión recuerda al de
una emisora de radio de AM. El equipo de sonido no se diferencia
en nada del utilizado en las emisiones de frecuencia modulada, y
la señal de sonido a veces se emite desde una antena
independiente, constituyendo de hecho una unidad de
emisión totalmente independiente.
Canales
Sin embargo, la emisión de televisión
presenta una serie de problemas
específicos que no existen en las emisiones normales de
sonido, siendo el principal el del ancho de banda. Modular una
onda electromagnética implica generar una serie de
frecuencias denominadas bandas laterales que corresponden a la
suma y a la diferencia entre la frecuencia de radio, o portadora,
y las frecuencias moduladoras. En las emisiones normales, donde
la señal sólo utiliza frecuencias hasta de 10.000
Hz, o 10 kHz, las bandas laterales ocupan poco espacio en el
espectro de frecuencias, lo que permite asignar a las distintas
emisoras frecuencias de portadora con una diferencia tan
pequeña como 10 kHz sin que se produzcan interferencias
apreciables. Por el contrario, la gama de frecuencias de una sola
señal de televisión es de unos 4 millones de Hz, o
4 MHz, por lo que tales señales ocupan un espacio 400
veces mayor que la gama completa de frecuencias utilizada por una
estación de radio en las emisiones AM
corrientes.
A fin de disponer de un número suficiente de
canales para dar cabida a una serie de emisoras de
televisión en una misma zona geográfica, es preciso
utilizar frecuencias de transmisión relativamente elevadas
para las portadoras de televisión. En Estados Unidos, por
ejemplo, el número de canales asignados a las emisiones de
televisión asciende a 68. Esta cifra se desglosa en 12
canales en la banda de frecuencias muy elevadas (VHF) y 56 en la
banda de las ultraelevadas (UHF).
Emisión de alta
frecuencia
La utilización de las altas frecuencias para la
emisión de televisión plantea una serie de
problemas muy distintos a los de la emisión ordinaria de
sonido. El alcance de las señales de radio de baja
frecuencia es muy amplio, alcanzando centenares e incluso
millares de kilómetros. Las señales de alta
frecuencia, por el contrario, poseen un alcance relativamente
limitado y a menudo no cubren mucho más de la distancia
visible entre estaciones debido a la curvatura de la tierra.
Así pues, mientras que la zona de servicio de una emisora
normal de radio puede tener un radio muy por encima de los
160 km, la de la emisora de televisión está
limitada a unos 56 km, dependiendo de la altura de las
antenas
emisora y receptora. La cobertura total para un país de
cierta extensión requiere muchas más estaciones de
televisión que la radiodifusión
ordinaria.
Otro de los problemas con los que choca la
utilización de altas frecuencias para la emisión de
televisión consiste en que a dichas frecuencias, las
ondas de radio se
comportan casi como ondas luminosas y se reflejan en objetos
sólidos, como montañas o edificios. A menudo,
alguno de estos reflejos de una emisora se captan en un
determinado punto de recepción, originando imágenes
múltiples en la pantalla del receptor por haber viajado
las señales reflejadas diferentes distancias y por tanto,
por haber llegado al receptor en distintos tiempos.
El problema de las señales reflejadas, así
como el de la recepción de las señales de
televisión a distancias superiores al alcance normal, han
quedado resueltos en gran medida merced a la utilización
de antenas receptoras especiales con una ganancia muy elevada
para amplificar señales débiles. La mayoría
son además direccionales, y presentan una gran ganancia
para señales que se reciben en una determinada dirección y muy baja para las que inciden
en las demás direcciones. La orientación correcta
de la antena direccional permite seleccionar una de las
señales reflejadas y eliminar las otras, suprimiendo
así las imágenes múltiples en un punto
concreto.
Televisión por
satélite
Además del cable y las estaciones repetidoras
terrestres, el satélite artificial constituye otro medio
de transmisión de señales a grandes distancias. Un
repetidor de microondas en
un satélite retransmite la señal a una
estación receptora terrestre, que se encarga de
distribuirla a nivel local.
Los problemas principales de los satélites de
comunicaciones
para la transmisión son la distorsión y el
debilitamiento de la señal al atravesar la atmósfera.
Tratándose además de distancias tan grandes se
producen retrasos, que a veces originan ecos. Ciertos
satélites repetidores de televisión actualmente en
órbita están concebidos para retransmitir
señales de una estación comercial a otra. Ciertas
personas han instalado en sus hogares antenas parabólicas
que captan la misma transmisión, eludiendo a menudo el
pago de las tarifas por utilización de la
televisión por cable, aunque ya se están efectuando
transmisiones codificadas para evitar este fraude.
La pantalla
La pantalla está formada por un recubrimiento de
la parte interior del tubo con alguno de los muchos tipos de
productos químicos conocidos como sustancias
fosforescentes, que presentan la propiedad de
la luminiscencia al estar sometidos a un bombardeo de un haz de
electrones. Cuando el tubo está encendido, el haz de
electrones es perceptible en la pantalla en forma de un
pequeño punto luminoso.
En el cinescopio representado en la figura 3, el barrido
del haz de electrones se consigue mediante dos parejas de placas
deflectoras. Si una de las placas tiene carga positiva y la otra
negativa, el haz se aparta de la negativa y se acerca a la
positiva. La primera pareja de placas del tubo representada en el
esquema desplaza el haz hacia arriba y hacia abajo y la segunda
pareja lo hace lateralmente. En el receptor se generan los
voltajes oscilantes de barrido y se sincronizan perfectamente con
los del emisor mediante los impulsos de sincronismo de
éste. Así, al sintonizar una emisora en el
receptor, el ritmo y secuencia de barrido del cinescopio quedan
ajustados automáticamente a los del tubo tomavistas en el
emisor. En los cinescopios actuales, la deflexión se
consigue mediante los campos magnéticos de dos pares de
bobinas que forman un anillo deflector por fuera del tubo. Las
corrientes de deflexión provienen de un generador en el
receptor, sincronizado con el emisor.
La señal de cámara del emisor se amplifica
en el receptor y se aplica a la rejilla de control del
cinescopio. Cuando la rejilla se hace negativa por efecto de la
señal, la rejilla repele los electrones; y cuando la
señal negativa se hace lo suficientemente intensa, no pasa
ningún electrón y la pantalla queda a oscuras. Si
la rejilla se torna ligeramente negativa, algunos electrones la
atraviesan y la pantalla muestra un punto
de leve luminosidad que corresponde al gris de la imagen
original.
A medida que el potencial de la rejilla se va acercando
al del cátodo, la pantalla muestra un punto brillante que
corresponde al blanco en la imagen original. La acción
concertada del voltaje de exploración y el de la
señal de cámara hace que el haz de electrones
describa un trazo luminoso en la pantalla que es la reproducción exacta de la escena original.
La sustancia fosforescente de la pantalla continúa
brillando durante un breve lapso después de haber sido
activa por el haz de electrones, de forma que los diferentes
puntos se entremezclan formando una imagen continua.
El tamaño del extremo del tubo del cinescopio
determina el tamaño de la imagen en la pantalla. Los
cinescopios se fabrican con pantallas que tienen una medida en
diagonal (desde la esquina inferior izquierda hasta la superior
derecha) entre 3,8 y 89 cm. Ya se han construido pantallas
de cristal líquido, o LCD, para los televisores. La
fabricación de tubos de grandes dimensiones resulta
costosa y difícil y además corren mayor riesgo de rotura.
Para obtener una imagen muy grande con tubos relativamente
pequeños se suele proyectar la imagen sobre pantallas
translúcidas u opacas. Estos cinescopios de
proyección trabajan con tensiones muy altas para producir
imágenes notablemente más luminosas que las que
generan los tubos normales.
Televisión en color
La televisión en color entró en
funcionamiento en Estados Unidos y otros países en la
década de 1950. En México, las primeras
transmisiones en color se efectuaron en 1967 y en la
década siguiente en España. Más del 90% de
los hogares en los países desarrollados disponen
actualmente de televisión en color.
Color compatible
La televisión en color se consigue transmitiendo,
además de la señal de brillo, o luminancia,
necesaria para reproducir la imagen en blanco y negro, otra que
recibe el nombre de señal de crominancia, encargada de
transportar la información de color. Mientras que la
señal de luminancia indica el brillo de los diferentes
elementos de la imagen, la de crominancia especifica la tonalidad
y saturación de esos mismos elementos. Ambas
señales se obtienen mediante las correspondientes
combinaciones de tres señales de vídeo, generadas
por la cámara de televisión en color, y cada una
corresponde a las variaciones de intensidad en la imagen vistas
por separado a través de un filtro rojo, verde y azul. Las
señales compuestas de luminancia y crominancia se
transmiten de la misma forma que la primera en la
televisión monocroma. Una vez en el receptor, las tres
señales vídeo de color se obtienen a partir de las
señales de luminancia y crominancia y dan lugar a los
componentes rojo, azul y verde de la imagen, que vistos
superpuestos reproducen la escena original en color. El sistema
funciona de la siguiente manera.
Formación de las señales de
color
La imagen de color pasa a través de la lente de
la cámara e incide sobre un espejo dicroico refleja un
color y deja pasar todos los demás. El espejo refleja la
luz roja y deja pasar la azul y la verde. Un segundo espejo
dicroico refleja la luz azul y permite el paso de la verde. Las
tres imágenes resultantes, una roja, otra azul y otra
verde, se enfocan en la lente de tres tubos tomavistas (orticones
de imagen o plumbicones). Delante de cada tubo hay unos filtros
de color para asegurar que la respuesta en color de cada canal de
la cámara coincide con los colores primarios
(rojo, azul y verde) a reproducir. El haz de electrones en cada
tubo barre el esquema de imagen y produce una señal de
color primario. Las muestras de estas tres señales de
color pasan a un sumador electrónico que las combina para
producir la señal de brillo, o blanco y negro. Las
muestras de señal también entran en otra unidad que
las codifica y las combina para generar una señal con la
información de tonalidad y saturación. La
señal de color se mezcla con la de brillo a fin de formar
la señal completa de color que sale al aire.
Televisión
antigua
La aparición de la televisión
desplazó rápidamente la radio del salón al
dormitorio, el cuarto de baño o la cocina. Este equipo de
audiovisuales, presentado por Decca en la 19ª Feria Nacional
de Radio y Televisión en Londres en 1952, combinaba la
radio y la televisión en un solo mueble. El tamaño
de la pantalla permitía a grupos numerosos
presenciar programas de éxito.
El primer canal de televisión porteño se
lo debemos al empecinado apuro de Eva
Perón, quien los albores de la década de los
cincuenta emplaza al entonces zar de la radiofonía, Jaime
Yankelevich, a que rápidamente dotara al país de
ese novedoso medio de comunicación. El pope de radio
Belgrano, notable empresario
radial en su origen, marcho a EEUU y se trajo unos equipos
suficientes para complacer la ansiedad activa de la primera
dama.
Un transmisor de 42kilovatios, cinco metros de antena y
siete mil televisores fueron puntapié inicial de la TV
argentina. La primera imagen fue la de evita con la
conocidísima foto de la sonrisa, el rodete y el prendedor.
Formalmente su nacimiento se produjo el 17 de Octubre de1951 con
un programa muy especial: el acto por el día de la lealtad
en Plaza de Mayo, presidido por el general Perón.
Muchos espacios fueron prácticamente loteados y
cedidos anunciantes con poder de
decisión sobre los mismos. El estado
mantenía la titularidad del servicio, pero en su seno
comenzaban a desarrollarse importantes movimientos privados
autónomos.
Concebida mediante el decreto 15.460 del 25 de noviembre
de 1957, durante el gobierno de Pedro
Aramburu, nació la TV privada. En Bs. As la primera
emisora de estas características -canal 9- surgió
el 09 de junio de 1960.
El avance de la cultura audiovisual sobre las costumbres
recibió un fuerte espaldarazo, entrado los años 90,
con la masificacion del cable, que cambia radicalmente la manera
de ver TV. Anteriormente, con escasos cuatro canales capitalianos
y sin control remoto a mano se veía televisión de
manera mas o menos lineal. Se elegía un programa y se lo
observaba de principio a fin.
La TV abierta comienza a mutar y están pasando
cosas que conviene observar:
_ Se descentraliza aceleradamente la
programación
_ la programación dejo de ser un valor estable.
Se mueve constantemente, terminan las largas temporadas con
programas inamovibles. Los ciclos cambian de un canal a otro sin
complejos
_Los presupuestos
son cada vez más ajustados.
A partir de 1947 algunos sostienen que las radios y
varios diarios, con excepción de La Prensa, La Nación
y Clarín, habían sido comprados por el
Gobierno.
Muchos creen que esto no es verdad, que el gobierno de
Perón no compró las radios. Que eran sociedades
anónimas particulares, totalmente independientes del
Gobierno. Sus titulares eran amigos de Perón. Eso lo hace
cualquier gobierno. Ningún gobierno del mundo le da
licencias al enemigo. La radio El Mundo y la cadena eran de
Haynes. La cadena de Splendid era de Peralta Ramos, la gente de
La Razón. En Radio Belgrano está Jorge Antonio.
Eran todas cadenas privadas. El que estatiza las radios es la
Revolución
Libertadora.
La televisión argentina nació con una
extraña mezcla de propiedad estatal y privada. Ni 100%
estatal, ni 100% privada. La propiedad indiscutida de la
señal es del Estado, no existen plazos de
concesión, la legislación oscila entre inexistente
y confusa.
A partir de 1974, poco tiempo había para pensar
sobre la necesidad de televisión en color. Los contratos a los
artistas eran por tiempo limitado, no se encaraba nada ambicioso,
no se invertía en mantenimiento.
Una lógica
consecuencia era recurrir a los enlatados. Aunque sólo
existían pocas series en horarios centrales (Ladrón
sin destino, Dos tipos audaces, Kung Fu) en las noches se
proyectan diversos ciclos de cine: Cine estelar y Los Oscar del
Cine (C9), La segunda de la noche (C13), Premier 70 (C11) y Cine
sin cortes (C7). Se iba desarrollando un lento pero inexorable
desplazamiento de la producción nacional.
Es complejo analizar la programación del
año; en el verano por los cortes los ciclos
aparecían y desaparecían, rotaban de horario; los
programas fuertes de la temporada, que comenzaban entre marzo y
mayo, tuvieron suerte diversa: algunos duraron todo el
año, otros fueron interrumpidos por las nuevas
autoridades, algunos comenzaron con la televisión
estatizada, figuras como Tato Bores y Mirtha Legrand
desaparecieron abrupta y conflictivamente de las pantallas,
comenzaban a aparecer nombres "no recomendados" en una nueva
etapa de la televisión, tan íntimamente ligada a
los avatares políticos. Algunos contratos se respetaban,
otros no, algunos programas fueron levantados a cambio de
mantener un prudencial silencio y cobrar todo el año
(promesas en general incumplidas).
Un fenómeno que se desarrollaría
fuertemente al final de la década comenzó este
año: las miniseries. La emisión de QB VII, dentro
del ciclo Antes que en el cine fue un suceso: 3.629.000
televidentes; sólo fue superado por transmisiones de
fútbol internacional; el primer programa de ficción
en audiencia (Porcelandia) tuvo 1.714.500 televidentes; entre los
programas emitidos en el primer semestre le siguió Kung
Fu, El chupete, La noche de los grandes, Hupumorpo y en 10°
puesto Alguien como usted, con Irma Roy, una de las pocas
actrices identificadas desde sus comienzos con el peronismo.
La tradicional telenovela de las tardes casi no tuvo
representantes: Enséñame a quererte de Marcia
Cerretani (enero a junio) y Juntos hoyŠ y aquí de
Vito De Martini, el único nuevo encarado por las nuevas
autoridades (desde setiembre).
Dos clásicos del género se
mantuvieron muy activos: Abel
Santa Cruz (hiperactivo diríamos), en un momento con
cuatro ciclos semanales en el aire (y muy exitosos) y Alberto
Migré, con el galardonado Dos a quererse y el no tan
exitoso Mi hombre sin
noche.
Otros programas unitarios fueron ¡Qué
viudita es mi mamá! con Leonor Manso, Hay que vivir,
producido por Eddie Williams y protagonizado por su esposa Iris
Lainez (grabado originalmente para el extranjero), Cachilo (con
un perro como protagonista y Betiana Blum trocando de sus roles
de malvada a buena) y Mi hijo Damián (con Bisutti y
Laplace),
todos sin demasiada repercusión.
Dos programas de jerarquía fueron Historias de
medio pelo, con autores rotativos provenientes del teatro
(Somigliana, Cossa, Halac) y Una mujer en la
multitud, dirigido por María Herminia Avellaneda y
protagonizado por Norma Aleandro, que se mantuvo en pantalla dos
años. En el Teatro de Jorge Salcedo, con libretos de
Adellach, Lizarraga y otros, el recio y limitado actor encarnaba
semana a semana personajes con distinta
profesión.
Un sketch y un par de personajes inolvidables se
gestaron este año: Ricardo Espalter y Enrique Almada dando
vida al Toto Paniagua y el profesor de
buenos modales, acompañados por Katia Iaros, dentro de
Hupumorpo. Además de los ciclos de los clásicos
Sofovich y Cammarota, hubo otras ofertas en humor, aunque sin
gran trascendencia: Revisterema, escrita por Golo, ex libretista
de Pepe Biondi; una nueva temporada de La tuerca, con nuevos
libretistas y por canal 9; dos ciclos con Juan Carlos Altavista
(La pensión de Minguito y Las aventuras de Minguito
Tinguitella), un fallido ciclo con Alberto Olmedo: Alberto Vilar
el indomable, con libreto de Víctor Sueiro (años
antes de resucitaciones y ángeles) y Humberto "Coquito"
Ortiz; se evidenció que en una comedia lineal, con
libretos que debían respetarse, sin posibilidades de
improvisar, sin la presencia orientadora de los hermanos
Sofovich, el genio del cómico rosarino no funcionaba a
toda máquina; Monoblock con libretos de Meyrialle y De
Cecco y El gran Marrone con libretos del "zar de la revista
porteña", Carlos A. Petit. Un intento renovador fue Humor
y nada más, creación de Ricardo Parrota (quien,
como "Pepe Muleiro" años después venderá
muchos libros de
cuentos de
gallegos); por las pantallas de canal 7, el nuevo director Juan
Carlos Rousselot decidió levantarlo por "su humor procaz".
Garrafa, Humor a toda máquina, Bienvenido humor, El mundo
de Chirolita y El sangarropo completaron el año con muchos
programas humorísticos y poco humor.
A título de reseña los ciclos de teatro
adaptado para televisión: Teatro alegre, adaptaciones de
Marcelo Devoto y Gregorio Santos Hernando; Teatro de verano,
Teatro de humor y Humor a la italiana (ambas con Darío
Vittori por el 9), Osvaldo Pacheco presenta: teatro en familia y Teatro
de Pacheco (nuevos títulos por problemas de derechos), La comedia
brillante con Taibo y Bredeston y Teatro para sonreír con
puesta y protagónico de Javier Portales.
Ciclos con mayores pretensiones fueron: Gran teatro,
Teatro argentino con puesta de Carlos Muñoz, El teatro
popular de Teresa Blasco (textos escritos especialmente para
televisión) y La Casa, el Teatro y usted, con puesta de
Fernando Heredia, repertorio muy variado, intérpretes que
cobraban el cachet mínimo y utilidades para la Casa del
Teatro.
Los Circulares de Mancera, ahora los domingos por el 11,
el resucitado Sábados continuados, conducido por Daniel
Guerrero, Silvio Soldán y Leonardo Simmons, Feliz domingo
con Orlando Marconi y Soldán demostraban que los programas
ómnibus de fin de semana seguían dando batalla; una
nueva temporada de Buenas tardes, mucho gusto, Odol pregunta con
su conductor emblemático, Cacho Fontana, y en las tardes
de lunes a viernes Estrellas al mediodía, Almorzando con
las estrellas (conducido por el muy laborioso Orlando Marconi),
Radio, cine y teatro en TV (nuevo título para una vieja
idea, con Jorge Jacobson y Juan Alberto Mateyko), Teleshow (con
un grupo de
periodistas y conductores no muy conocidos por entonces:
Hernán Rapela, Laly Cobas, Alfredo Garrido y Víctor
Sueiro) y Siesta, con Sueiro, Perla Caron y Borocotó
Junior, fueron lo más visto de un año no muy
destacado.
Para los chicos el debut de "la" conductora de la
década: Julieta Magaña y Este es mi mundo. Muy
pobre la oferta
musical, con Los consagrados, con músicos de diversos
géneros. El Tango Club
conducido por Héctor Larrea, Luna de tango con Antonio
Carrizo, Ventana a Buenos Aires y
Tangueado conformaban el póker tanguero. La oferta de
folklore se
reducía a Argentinísima y Folklorísimo.
Café
con Parry y Séptimo piso representaban a los tradicionales
shows, muy venidos a menos comparando con su glorioso pasado
(desde Tropicana hasta Casino).
El deporte se
circunscribía a la emisión de partidos en diferido,
los lunes a la noche y a Coche a la vista. El mundial de
fútbol disputado en Alemania Federal fue cubierto por
Canal 7 con un equipo encabezado por su sobrio relator, Mauro
Viale (la gente cambia en cuanto a sobriedad se refiere) y
Enrique Macaya Márquez.
El 20 de julio de 1974 varias entidades sindicales
firmaban una solicitada apoyado la estatización de los
canales: Sindicato
Argentino de Televisión, Asociación Argentina de
Actores, Sindicato de Prensa (Capital
Federal), Sindicato Argentino de Músicos,
Asociación Argentina de Telegrafistas, Radiotelegrafistas
y Afines, Sindicato Unico de Trabajadores del Espectáculo
Público, Sindicato Unico de la Publicidad, Unión
Argentina de Artistas de Variedades y Sociedad Argentina de
Locutores.
El 23 de julio de 1974 los canales 9 y 11 fueron copados
transitoriamente por pequeños grupos armados
pertenecientes al Sindicato Argentino de Televisión,
mientras el personal, ajeno a los hechos, deliberaba.
El 30 de julio los propietarios se comprometieron a
vender los bienes muebles
e inmuebles de los canales 9, 11 y 13 y de las productoras
Telecenter (proveedora de contenidos del 9) y Proartel
(proveedora del 13).
Al día siguiente varios sindicatos se
reunieron con el líder
radical Ricardo Balbín; a dicha reunión no
concurrió el Sindicato Argentino de Televisión, muy
cuestionado por la toma inconsulta de los canales una semana
antes.
Para finalizar este apartado cabe destacar que sin Tato
Bores ni Mirtha Legrand no se podría escribir la historia de la
televisión argentina. Una palabra los unificó
en 1974: "elitismo". Tal el término utilizado "off the
record" por las nuevas autoridades de los canales para disponer
el levantamiento de Dele crédito
a Tato y Almorzando con Mirtha Legrand.
Es de suma importancia, también, conocer los
orígenes y las principales características de los
medios que van a ser analizados a lo largo del
trabajo.
Veamos juntos una síntesis
explicativa:
Telefe es la cadena líder de Televisión
Abierta de Argentina con los
programas de entretenimientos más vistos y una de las
más destacadas productoras de Contenidos de Latinoamérica (Telefe Contenidos).
También cuenta con una de las más creíbles
divisiones de Noticias
(Telefe Noticias).
En su alcance global es la principal productora y
exportadora de Contenidos del país – tercera distribuidora
de América
Latina -, con presencia en 80 naciones.
También cuenta con una señal satelital
(Telefe Internacional) que llega a más de 3 millones de
abonados en todo el mundo.
Su plataforma de negocios incluye la producción
cinematográfica (Telefe Cine) con las películas
más exitosas de los últimos años, como
así también la producción de discos (Telefe
Música) y
espectáculos teatrales (Telefe Teatro).
La fuerte capacidad técnico-operativa con
estándares internacionales ha permitido crear
recientemente Telefe Servicios que
ofrece una amplia gama de soluciones y
todo tipo de desarrollos tanto a nivel local como
internacional.
El Grupo Telefe, incluye 8 estaciones televisivas en el
interior del país que solidifican su liderazgo en
la diversidad geográfica y como referentes regionales. Son
las señales de Canal 8 de Córdoba, Canal 13 de
Santa Fe, Canal 5 de Rosario, Canal 11 de Salta, Canal 8 de
Tucumán, Canal 7 de Neuquén, Canal 8 de Mar del
Plata y Canal 9 de Bahía Blanca.
El Grupo Telefe, también es marca
líder en Radio, a través de Radio Continental en AM
y FM (Hit) y su Cadena de emisoras a nivel nacional.
Radio Continental es una de las más prestigiosas
señales radiofónicas con audiencia de alta calidad y fuerte
presencia en el campo argentino.
Con Telefe, sus canales del interior propios y
asociados, los cable operadores de todo el país y la
cadena de Radio Continental, el Grupo Telefe tiene una cobertura
de casi el 100 % a nivel nacional.
ARTEAR –
CANAL 13 – EL TIBIO SOLCITO
El 1º de octubre de 1960 comenzó a
transmitir Canal trece de Buenos Aires y fue el 11 de enero de
1990 cuando se integró al Grupo Clarín. Así
quedó inaugurada una nueva etapa privada en la
televisión argentina.
En ese momento nació Artear Argentina, una empresa que,
desde el principio, marcó claramente sus metas en el
mercado
argentino; excelencia, innovación y calidad que se ven
sustentadas, cada día, en Canal trece:
• Por talentosas figuras consagradas por sus |
• Por programas nuevos e innovadores que |
• Por productoras nacionales independientes |
• Por un equipo periodístico |
• Por un grupo humano confiable, capacitado y |
Tecnológicamente, Canal trece fue la
compañía pionera en: transmitir la
programación en estéreo estableciendo el que hoy es
el estándar de la industria, iniciar la práctica de
transmitir en un segundo canal de audio SAP con el idioma
original del programa y en convertir a digital su planta de
producción para generar programas de máxima calidad
técnica.
También fue el primero en implementar el sistema
"ghost cancelling" que permite recibir imágenes sin
fantasmas, en
incorporar experimentalmente el sistema "close caption" que
permite seleccionar un subtitulado de un programa favoreciendo,
especialmente, a los televidentes hipoacúsicos y en
desarrollar los Primeros Centros de Arte
Electrónico y de Efectos de Sonido de Argentina dentro de
un canal de televisión.
Realizó además la primera
transmisión experimental de televisión en alta
definición y, hasta la actualidad, contribuye a instaurar
la norma de la "Televisión del Futuro".
Canal trece le brinda, constantemente, a su
público interesantes opciones enriquecidas por la
presencia de artistas y eventos
exclusivos siempre presentes en su pantalla.
Año tras año, junto a Unicef, Artear con
mucho orgullo y satisfacción demuestra que siempre puede
haber "Un sol para los chicos".
Deseosos, en cada emisión, de batir un nuevo récord
en recaudación y con la colaboración desinteresada
de la gente y los famosos "Un sol para los chicos" lleva
más de diez años en el aire demostrando que siempre
hay un espacio para ayudar.
La imagen institucional del Artear Argentina es la
principal responsabilidad del Departamento de
Comunicación e Imagen de Canal trece. En esta área,
un equipo de redactores creativos, diseñadores gráficos, editores, fotógrafos,
productores, locutores, especialistas en prensa y medios y un
Centro de Arte Electrónico reconocido mundialmente, son
los encargados de desarrollar la estrategia de
comunicación del canal, crear, producir y realizar las
campañas institucionales, generar y organizar los
lanzamientos de programación y las presentaciones de
prensa y, también, promocionar diariamente todos los
programas en la pantalla y en los distintos medios.
El multimedio se expande en otras actividades graficas
(libros, revistas), telecomunicaciones (telefonía
celular en el interior, sistemas satelitales), negocios
financieros e inmobiliarios, además de conservar radio
mitre, tener una participación protagónica en papel
prensa y en la agencia DyN.
Adrián Suar, desde el 95 aporta audiencia con
productos renovados como Poliladron y desde el 96 con Verdad
Consecuencia, de menor impacto en el 97 con Carola Casini y
Rodolfo Rojas DT y remontando con fuerza
Gasoleros en el verano del 98.
MULTIMEDIOS A
LOS QUE PERTENECEN
Es muy importante (e interesante) conocer que
agrupaciones o multimedios (dueños de diversos medios)
contienen a los canales televisivos que estudiamos; si bien ya
hicimos un recorrido por la historia y las principales
características de los mismos, es necesario conocerlos en
profundidad, ya que ello nos dejará entrever sus
respectivas ideologías.
El grupo que contiene a Telefé se denomina
ADMIRA (ex Telefónica Media de Telefónica de
España), y se compone de lo siguiente:
Medios |
Editorial García |
TV |
Canal Telefé. |
Medios |
Torneos y Competencias (Ver Grupo Torneos y |
Medios |
Radio Continental (AM |
Productoras |
Patagonik Film Group SA. |
Digitales e |
Provedor Internet: Advance y |
Telecomunicaciones |
Telefónica de |
Otros |
Sprayette. |
Ahora bien, el multimedio que contiene a Artear (Canal
13) se denomina GRUPO CLARÍN y se compone de lo
siguiente:
Medios |
Arte Gráfico Diario Página /12. Su |
TV |
Artear SA. Multicanal SA. |
Productoras |
Pol – Ka |
Emisoras |
Radio Mitre SA. |
Digitales e |
Clarín Global PRIMA. |
Otros |
GC Gestión Compartida |
En la actualidad estos grupos multimedios monopolizan y
al mismo tiempo personifican la comunicación en la
Argentina en los diferentes medios de
comunicación.
Cada vez más, estos grupos se asocian con
determinadas personas, que generalmente son los que poseen mayor
capital accionario, que les otorgan determinados atributos que
diferencian un grupo de otro, y hasta los enfrentan; tal es el
ejemplo del grupo que contiene a Telefé y el que contiene
a Artear, provocando y originando diferentes ideologías y
canales de comunicación.
Sin embargo, estos grandes "gigantes" no son conocidos
por la mayoría de las personas, y lamentablemente, cada
vez más los medios nacionales pasan, por medio de
transacciones millonarias, a manos extranjeras.
¿A QUE
DENOMINAMOS AUDIENCIA Ó
PÚBLICO?
Aunque parezca un concepto
"trillado" o conocido relativamente por todos, es necesario que
definamos en pocas palabras este término que será
el protagonista de nuestro show y lamentablemente la
"víctima" de las estrategias de
los canales de TV.
Podemos definirlo de una simple forma:
Es un conjunto de espectadores que se comportan de
manera similar frente a un mismo estímulo, en este caso la
televisión, dependiendo de diferentes variables como
por ejemplo la edad, las preferencias culturales, la
personalidad, las conductas, etc.
También podemos definirlo simplemente como un
conjunto de personas que reciben información de un medio
masivo de comunicación.
La audiencia de un medio -en un lugar y tiempo
concretos- equivale al total de personas que perciben los
estímulos difundidos por ese medio o soporte.
Los mensajes difundidos mediáticamente tienen una
audiencia, que se corresponde, en el mejor de los casos, con la
del soporte donde se insertan. En este sentido, los mensajes
habrán de estar orientados hacia esa audiencia concreta,
considerando sus gustos y necesidades; claro que ni los perfiles
de audiencia que declaran los diferentes soportes se concretan lo
suficiente como para convertir la comunicación de masas en
otra más personal o íntima -y, en consecuencia,
persuasiva-, ni los soportes tienen una audiencia
homogénea en cuanto a preferencias y hábitos de
consumo en general.
Los canales viven gracias a su audiencia y a los
anunciantes que pagan por espacios de publicidad, pero desde hace
ya un tiempo, estos no son tenidos en cuenta.
Roger Silverstone en su libro
"televisión y Vida cotidiana" aclara que la audiencia se
desplaza y se difunde por la posición que ocupa dentro de
esa multiplicidad de tiempos y espacios. Y en efecto, la
posición de la audiencia en estas múltiples
temporalidades y especialidades es esencial. También las
audiencias poseen diferentes grados de libertad para
construir una relación con los textos individuales del
medio o con el medio en su conjunto. Algunos individuos pueden
sentirse profundamente conmovidos (para bien o para mal) por lo
que ven y oyen en la televisión y otros pueden ignorar
esas imágenes y sonidos.
Las teorías
de la mediación son aquellas que dan prioridad al medio
mismo como el sitio crítico partiendo del cual se
construye la audiencia, que es el producto o la
relación de los medios (influencia a largo
plazo).
Se distinguen 4 niveles de mediación.
- Tecnología: cambios imperceptibles pero
acumulativos y fundamentales ocurren en la relación de
la audiencia con los medios, y en cada uno de estos, por obra
de su recepción y lectura,
pero no directamente como resultado de estas actividades.
Tales cambios sobrevienen como resultado de una
inmersión más o menos total en una cultura
tecnológicamente modificada y modificable. La
televisión desdibuja los límites entre lo ficticio y lo
real.Thampson dice que los medios nunca fueron
considerados centrales para la operación de la
ideología.Sostiene que la ideología constituye el
respaldo de la crítica de los medios en la sociedad
moderna. - Ideología: Por la capacidad de la ideología para legitimar, disimular,
unificar, fragmentar y reificar, las audiencias se incorporan y
deben incorporarse a una cultura esencialmente
"falsa". - Cultura: George Gerbner realizo un trabajo sobre la
relación televisión audiencia. Este trabajo se
basa en lo que llamó Análisis del cultivo. El
análisis del cultivo toma por eje las consecuencias
comunes y duraderas que trae la circunstancia de crecer con la
televisión y vivir con ella: El cultivo de supuestos, de
imágenes y de concepciones estables, resistentes, y
compartidos por muchas personas, que reflejan las
características y lo intereses institucionales del medio
mismo y de la sociedad en general. La televisión a
llegado a ser el ambiente
simbólico común que interactúa con la
mayor parte de lo que pensamos y hacemos. - Texto: relación entre el texto y el
espectador: el "efecto" que generaba fue reemplazado por la
"interpretación", ya que la audiencia no
recibía una "influencia" sino que era "llamada". El
texto se considero el sitio donde ejercía el poder
ideológico, con distintos grados de "lucha". El texto
mismo se empezó a considerar una tecnología que
despliega su magia ideológica por los mecanismos y las
maquinaciones de su discurso.
El autor plantea dos tipos de espectadores, activos y
pasivos. De esto surgen diferentes opiniones como:
- Paticia Palmer: la televisión es una fuente de
estimulo y de recursos para la creatividad.
Por eso, la autora prefiere el termino "animada" en lugar de
"activa". La palabra "animada" implica una actividad de tipo
social y simbólica antes que una actividad cognativa o
psicológicamente funcional. El adjetivo "animada" se
refiere a la eyección que hacen los niños
de sus programas favoritos y a las actividades que despliegan
ante el televisor. - John Fiske: el análisis de la relación
sobre el espectador y la televisión se refiere
más precisamente a la relación entre los textos
televisivos y los placeres que obtienen las audiencias de
ellos. Los sentidos
que el espectador decide extraer de los textos y los sentidos
producidos subculturalmente desde la experiencia social traen
consigo el placer de producir los propios sentidos, el placer
de no someterse a los sentidos impuestos.
Así se termina llegando a la conclusión
que la idea de teleespectador activo y pasivo no puede sostenerse
por el termino actividad ya que poseen diferentes y variados
significados para cada persona.
Obviamente, los medios necesitan datos
estadísticos concretos que les indiquen como responde esa
audiencia a los mensajes o productos que el canal emite o
difunde; esta información se obtiene a través de
los Índices de Audiencia.
En los últimos años, la competencia
existente en el sector audiovisual ha necesitado crear sistemas
eficaces para medir la audiencia de un programa. Primero se
utilizó el panel postal, luego se pasó a las
encuestas a
domicilio o por teléfono, y, hoy en día, son los
audímetros, los que miden la hora precisa de todos los
cambios que se realizan en el receptor de radio o
televisión (encendido, cambio de canal o de emisora,
apagado). Los hay de dos tipos: el audímetro casero pasivo
—sólo detecta los receptores encendidos en cada
casa— y el audímetro individual activo, que consiste
en un aparato con diferentes teclas que usa cada miembro de la
casa para indicar su utilización personal del receptor.
Dentro de este segundo tipo, también los hay con sensor de
encendido que detecta la persona que lo utiliza.
¿CÓMO LA AUDIENCIA CONSUME A LA
TV?
Es necesario analizar ahora como se establece la
relación entre la televisión y la audiencia;
veremos todas las características que favorecen esta
relación.
La televisión es una manera rápida y
fácil de mantenerse al día: actualidad política, hechos
policiales, resultados deportivos, moda precios,
pronostico del clima, vida
privada de personalidades, desfiles, debates. Nunca hasta ahora
el planeta había sido tan pequeño, recorrible en
apenas una hora.
También, aunque la información es
indispensable, su exceso expone a trastornos de conducta. Por
ejemplo cantidad enorme de datos sobre anorexia,
multiplico en forma alármate el numero de casos, porque
enseño a enfermarse; el lujo de detalles en la descripción de delitos,
enseña a delinquir.
– La TV, es primordialmente, un medio de:
- Información
- Entretenimiento
- Evasión
La televisión es parte fundamental de la cultura
de este siglo y su influencia.
La presencia del televisor es tan esperable en la
realidad cotidiana, que no nos separamos de ella. Nuestra
realidad incluye la televisión, por cierto no es algo
inerte, sino un personaje de papel protagónico en el seno
de la familia que
interviene, emite opiniones, ideologías, conceptos y
creencias.
La televisión es un medio domestico (se mira, se
ignora, se discute, en casa) ya que forma parte de nuestra
cultura hogareña y constituye además un instrumento
que nos permite integrarnos en una cultura del consumidor a
través de la cual construimos y exhibimos nuestra
condición humana y doméstica.
Silverstone plantea tres dimensiones de
domesticidad:
1) Hogar:
Es el lugar al pertenecemos. Es una manifestación
de un investimiento de sentido en el espacio. Es una
reivindicación que hacemos en un lugar. Es un espacio
construido a través de relaciones sociales, internas y
externas, permanentemente cambiantes, tanto en lo que se refiere
a su fuerza como a su importancia.
David Seamon considera que el hogar es el producto de la
presencia física.
La familiaridad, los ritos, el control y el descanso.
Jennifer Manson dice que el hogar es el punto de
intersección y de articulación de las realidades y
los sentidos públicos y privados. Además incluye
relaciones de sexo y
poder.
La televisión y los demás medios
constituyen una parte del hogar, son parte de su
idealización, parte de su realidad.
La televisión también ofrece
imágenes del hogar, de la actividad casera y domesticidad
y se puede considerar que esto ofrece un recurso (si bien
ideológico en alto grado) para la formación de una
identidad
individual y domestica en el seno del propio hogar.
2) Familia
"Hoy la televisión es parte integrante de la casa
familiar, casi un miembro mas de la familia" (Gunter y
Svenneyig).
Willson y Pahl sostiene que la familia se puede
considerar como un grupo de acción, una fuente de solidaridad
social y de charla y también como una fuente muy
útil de ayuda material cuando hay que afrontar problemas.
Las familias además proporcionan a sus miembros
identidades sociales, que en su mayoría están
formadas por los medios, principalmente la TV.
Se pueden considerar insertas en un conjunto más
amplio de relaciones sociales, así como la actividad misma
de ver televisión se inserta en las relaciones sociales de
la familia.
Televisión y familia.
A la televisión se la comienza a considerar como
un foco de las actividades familiares y también como un
recurso. Esta puede ser y es usada como compañía,
forma de evasión, mediadora, señaladota de las
fronteras individuales dentro de la familia, referente para
programar otras actividades, premio o castigo, elementos de
negación.
Los medios se convierten en el foco de gran parte de la
vida emocional de las familias ya que estas se sienten incapaces
de vivir sin ellos porque le brindan remedios para la soledad, se
las utiliza con el fin de crear buenos sentimientos y para
definir las relaciones
humanas.
Mientras la familia se basa en lazos de parentescos, las
casas se basan en una cuestión de proximidad. Es mas, las
casas pueden considerarse unidades económicas: son
sistemas de recursos. La casa es o puede ser una economía moral porque
es una unidad económica que participa a través de
las actividades productivas y reproductivas de sus miembros, de
la economía publica y al mismo tiempo, es en si misma una
compleja unidad económica por derecho propio. La
economía moral es lo que logran de un modo o de otro sus
miembros como resultado en sus esfuerzos por conservarla como una
entidad social y cultural.
Lo domestico es una categoría que incluye el
hogar la familia y la casa y es una expresión de la
relación entre la esfera publica y privada.
En los ámbitos o niveles mencionados el ser
humano toma contacto con la televisión y con los
demás medios de comunicación.
Cabe destacar que el medio de comunicación que
más consumen las personas es la TELEVISIÓN, y no es
extraño, ya que podemos definirnos como animales visuales
u "homo videns", dentro de una cultura en la cual "una imagen
vale más que mil palabras".
Ahora bien, una vez aclaradas las funciones que
cumple la TV para la audiencia debemos centrarnos en un concepto
clave que refiere directamente al problema en estudio: como
el hombre
organiza sus actividades, en que se basa ¿tendrá
algo que ver la TV?, ¿influirán negativamente en
este proceso los
cambios de horario?… eso ya lo veremos.