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Vínculos familiares del fóbico




Enviado por noralilianaf



    1. Fobia y
      familia
    2. Estrés crónico y
      fobias
    3. Marco
      teórico
    4. Conclusión
      personal
    5. Bibliografía

    I –
    INTRODUCCIÓN

    DEFINICIÓN

    Fobia, según el diccionario,
    deriva de la palabra griega phobos que significa horror o temor.
    Este elemento entra en la formación de ciertas voces
    compuestas (hidrofobia, anglofobia) para indicar
    repulsión. Es una apasionada o enconada aversión
    hacia algo, un temor angustioso y obsesionante.

    Los episodios fóbicos son aquellos "durante
    los cuales sobreviene una sensación de terror intenso
    acompañado de una serie de síntomas físicos
    que presenta una variedad de un paciente a otro"
    (1)

    Benedikt, psiquiatra austríaco describió
    por primera vez este cuadro en 1870, habla de la "PATSCHWINDEL" o
    miedo a las plazas públicas y Wesphal en 1871 le da el
    nombre de agorafobia (agora: del griego plazas
    públicas y phobos: escape, o nombre del dios que provoca
    miedo y pánico)

    Psicológicamente fobia hace referencia a aquellas
    conductas de evitación o huída, de carácter irracional, ante algún
    objeto o situación que produce un fuerte miedo. Estas
    conductas deben tener cierta regularidad.

    SINTOMATOLOGÍA
    FÍSICA

    Nivel cardiológico: taquicardias

    Nivel respiratorio: diseñas o ahogos

    Nivel neurológico: vértigo, mareos,
    visión borrosa, zumbidos en los oídos, oleadas de
    calor o
    frío

    Nivel muscular: flojedad y hormigueo en brazos y
    piernas

    SINTOMATOLOGÍA
    PSICOLÓGICA

    Sensaciones de despersonalización
    (sensación de dejar de ser uno mismo)

    Sensaciones de desrealización (sentir el mundo
    irreal como si fuera un sueño)

    ALGUNAS CAUSAS DESENCADENANTES

    • Pérdida importante o amenaza de
      sufrirla
    • Situación sorpresiva y chocante
    • Cambio, a veces forzoso, de residencia
    • Enfermedad prolongada,
      hospitalización
    • Cuidado de un progenitor muy enfermo durante largo
      tiempo
    • Realización de un gran esfuerzo en el plano
      laboral
    • Pasaje de un ciclo vital a otro

    (1) Brafman, L " Libro de las
    fobias"", Ed. Hispano Americana, dic.1998, Argentina,
    Pág.3

    Generalmente la sintomatología se manifiesta
    después de alguno de estos hechos, aunque muchas veces
    debamos remontarnos muchos años atrás para rastrear
    cuál fue el factor desencadenante.

    Estos pacientes sufren "miedo al miedo". Temerosos de
    que los ataques de pánico se repitan, evitan concurrir a
    lugares públicos, aislándose
    progresivamente.

    Cuando el vértigo sobreviene, los invade una
    imperiosa

    necesidad de huir pero sin meta ni destino, lo que tiene
    incidencia en todos los aspectos de su vida (familiar, laboral,
    social)

    I I
    – FOBIA Y FAMILIA

    Es innumerable la cantidad de fobias que existe como
    también difícil determinar las causas que las
    provocan. Existen muchos interrogantes con respecto a este tema
    ¿hay características personales que favorecen el
    desarrollo de
    esta patología potencial? ¿cómo se relaciona
    el paciente fóbico con su pareja o familia?
    ¿cómo afecta al entorno familiar este trastorno de
    uno de sus miembros? ¿qué conexión existe
    entre las primeras experiencias infantiles y las
    fobias?

    La hipótesis de este trabajo es que
    encontramos en el fóbico una necesidad de afecto
    insatisfecha que se remonta al primer vínculo
    (protovínculo) y a las experiencias infantiles tempranas.
    El hecho desencadenante es sólo un episodio que funciona
    como disparador del síntoma. En la fobia conviven las dos
    ansiedades básicas: el miedo al ataque y el miedo a la
    pérdida
    . Los fóbicos no poseen matrices de
    aprendizaje
    adecuadas para enfrentar obstáculos. A través del
    síntoma huyen, se evaden de una realidad que no pueden
    soportar.

    En general la autodiscriminación a que se somete
    el fóbico surge de sospechar intenciones ocultas en la
    mirada de los otros., se siente constantemente observado, con
    vergüenza, culpa y un gran estado de
    angustia. Cree ser el único en el mundo a quien esto le
    sucede y trata de ocultarlo a su entorno más cercano. Por
    su parte, la familia da
    opiniones, trata de ayudar, pero inadecuadamente pues apela a lo
    racional y trata de estimular una visión optimista del
    problema, generando en el sujeto enojo y resentimiento por
    sentirse incomprendido.

    En los episodios fóbicos, los pacientes sienten
    un deseo irrefrenable de volver a su hogar, lugar que consideran
    seguro.
    Generalmente son hombre y
    mujeres que ocupan un lugar fuerte dentro de su grupo
    familiar, son los que tienen más responsabilidades, tanto
    en su familia de origen como en la que luego forman, repitiendo
    complejos mecanismos de asunción y adjudicación
    de roles.

    A través de los grupos y sesiones
    terapéuticas se descubren sensaciones de pánico
    vividas durante la infancia que
    fueron reprimidas. Son pacientes con personalidades de base
    sumamente ansiosas, que establecen, o bien vínculos de
    extrema dependencia, imposibilitados de estar solos, con estados
    de profunda angustia, o por el contrario tratan de escapar de
    ésta siendo omnipotentes y excesivamente
    independientes.

    Según John Bowlby, la respuesta de un individuo a su
    principal figura afectiva determina en gran medida su sentimiento
    de seguridad o
    ansiedad. Una madre sobreprotectora que muestra al
    niño un mundo lleno de peligros genera, al igual que una
    madre física o
    emocionalmente ausente, un estado de inseguridad y
    ansiedad permanentes. Para este autor la ausencia de "figuras
    protectoras" hace que el sujeto recurra a la
    internalización que tiene de ellas, que de no haberse
    realizado de manera adecuada, tendrá como consecuencia
    dificultades vinculares. Él dice que los sujetos que han
    sufrido un temprano abandono, por temor a que éste se
    repita pueden tornarse hiperadaptables o plantear excesivas
    demandas que de no ser satisfechas provocan ira y en la
    mayoría de los casos destruyen el
    vínculo.

    En la historia de los pacientes
    fóbicos también puede haber una prematura
    separación de su madre (situaciones de adopción o
    función
    materna ejercida por otra persona) que no
    habría permitido la configuración del primer
    vínculo: lo que Freud
    llamó masa de dos y René Spitz
    díada madre-hijo.

    Por ejemplo en una pareja donde la mujer juzga
    desconsiderado a su marido, éste puede, o bien sentir esta
    exigencia como ilimitada o captar que se trata de un pedido de
    afecto. Satisfacerla significaría para él una
    renuncia a sus propias necesidades. Este estado de
    insatisfacción de ambos, instala el conflicto,
    sobreviene la agresividad y determina el alejamiento: en una
    verdadera profecía autocumplida el fóbico
    vuelve a ser abandonado.

    Si el rol del hombre en la pareja es el de protector y
    es él quien padece estos síntomas, se produce una
    inversión de roles que viola el contrato
    implícito de la pareja.

    Este trastorno se da con mayor frecuencia en las mujeres
    y se maneja como hipótesis que lo
    que en un hombre podría desencadenar en un infarto, en
    una mujer se
    canalizaría en una crisis de
    pánico, un "infarto emocional".

    "Las personas unidas por vínculos amorosos a
    individuos sensibles al rechazo, necesitan que se las ayude a no
    dejarse abrumar por las exigencias del compañero ni a
    intimidarse ante los arrebatos de cólera.
    Deben aprender a cuidar de ellas mismas sin experimentar
    sentimientos de culpa, al tiempo que
    siguen mostrándose sensibles a las carencias de su
    pareja"(2)

    Puede surgir esta enfermedad en un contexto
    familiar sofocante por causas diversas como: un secreto
    familiar
    de gran peso afectivo, dificultades para expresar
    las emociones,
    ignorar la importancia de una pérdida, vínculos
    basados en la enfermedad (familia
    hipocondríaca).

    Según Luigi Onnis, estos grupos familiares
    presentan las siguientes características:

    * Aglutinamiento: confusión de roles y
    funciones

    * Sobreprotección: la enfermedad impide la
    pelea

    * Rigidez: resistencia al
    cambio

    * Evitación del conflicto: baja tolerancia al
    mismo

    PÁNICO Y
    ANGUSTIA DE SEPARACIÓN

    Pánico (del griego) dios Pan, dios pastoril,
    mitad hombre y mitad macho cabrío que infundía
    terror a quien lo veía estando en soledad,

    "El pánico se produce cuando
    la(…)no cuidándose ya cada individuo sino de sí
    mismo, sin atender para nada a los demás. Rotos así
    los lazos recíprocos surge un miedo inmenso e
    insensato"(3)

    "El dolor es pues la verdadera
    reacción ante la pérdida del objeto y la angustia
    la reacción al peligro que tal pérdida trae
    consigo"(4)

    En "Inhibición, síntoma y angustia" Freud
    enumera las distintas situaciones en que se produce la angustia
    infantil: cuando el niño está solo, cuando se halla
    en la oscuridad, cuando encuentra una persona extraña en
    lugar de la que le es familiar. En síntesis:
    falta de la persona amada (la madre o la que desempeña ese
    rol).

    Entre los quince y los veinticuatro meses durante la
    fase de reacercamiento, la conciencia de la
    separación de su madre produce en el deambulador una
    intensa ansiedad. Se ha observado que niños
    de esta edad ante situaciones de miedo reaccionan
    quedándose inmóviles, comportamiento
    que también se ve en los sujetos que sufren episodios de
    pánico.

    DUELO
    PATOLÓGICO

    Según el Diccionario del psicoanálisis, el trabajo de
    duelo es "un proceso
    intrapsíquico, consecutivo a la pérdida de un
    objeto de fijación, y por medio del cual un sujeto logra
    desprenderse progresivamente de dicho objeto"(5).

    Cuando se sufre una pérdida, en la primera etapa
    se produce una fase de hiperactividad motriz y mental, cuyo fin
    es encontrar a la persona perdida. El impulso hacia el
    reencuentro es inconsciente, va más allá de lo
    racional porque se sigue buscando lo perdido aunque se sepa que
    es inútil. Luego sobreviene un período de
    frustración, una fase de resignación por la
    pérdida y una reestructuración o
    reorientación afectiva. Este no es un proceso lineal, sino
    que cuando el esfuerzo por reestablecer el vínculo no
    tiene éxito,
    tarde o temprano se debilita, aunque por lo general no cesa.
    Cuando hay una fijación en la primera fase el duelo es
    crónico.

    Según Bowlby, a intervalos cada vez más
    prolongados se renueva el esfuerzo por reestablecer el
    vínculo: las punzadas de aflicción y quizás
    la imperiosa necesidad de buscar vuelven a experimentarse
    entonces. Esto significa que la conducta de apego
    permanece constantemente alistada y que, en determinadas
    condiciones, se reactiva.

    Freud se refiere a ciertos procesos en
    los cuales se produce una identificación de cierta parte
    del yo del sujeto con la persona perdida. La ambivalencia que
    siente el sujeto lo lleva a una pérdida de la autoestima,
    porque ha internalizado los reproches. Describe su yo
    "como indigno de toda estimación,
    incapaz de rendimiento valiosos alguno y moralmente condenable.
    Se dirige amargos reproches, se insulta y espera la repulsa y el
    castigo (…) compadece a los suyos por ligarse a una persona tan
    miserable"(6)

    SÍNDROME DEPRESIVO Y SÍNDROME
    FÓBICO

    Similitudes

    Se pueden encontrar similitudes entre el síndrome
    depresivo y el síndrome fóbico, a saber:

    • Forma de interacción vincular y rol ocupado como
      depositario de exigencias o como caja de resonancia de la
      angustia de los miembros de la familia de origen.
    • Facilidad para establecer relaciones
      dependientes.
    • Trastornos del sueño y de alimentación.
    • Hostilidad reprimida que se vuelca sobre sí
      mismos.
    • Reacción ante situaciones de
      pérdida.
    • Fantasías de suicidio

    Pueden haber diferentes pautas de conducta en una
    familia con un hijo fóbico: los padres pueden sentirse
    tiranizados por las demandas constantes del sujeto y por su
    conducta agresiva cuando éstas no son
    satisfechas.

    Con respecto a los tratamientos hay muchas teorías, desde las prácticas
    conductistas que buscan producir un cambio sin
    investigar las razones, hasta el abordaje psicoanalítico
    que busca ahondar en la raíz profunda del
    síntoma.

    Considero que los grupos de fóbicos, así
    como otros grupos de autoayuda son importantísimos, el
    encontrarse con gente que sufre la misma problemática
    tranquiliza al paciente que siente que no es el único que
    está atravesando esta dificultad.

    ESTRÉS
    CRÓNICO Y FOBIAS

    Numerosas teorías, referencias
    bibliográficas, experiencias clínicas y de
    experimentación sugieren que el estrés
    crónico es campo predisponente para la aparición de
    diferentes trastornos mentales.

    Aunque el ser humano nace desconociendo el miedo, cuenta
    con las estructuras
    cerebrales y los componentes genéticos necesarios para su
    percepción e interpretación. El miedo es una
    emoción decisiva para la supervivencia pero puede
    convertirse en una sensación dramática y
    angustiante deviniendo en una fobia.

    Las pulsiones de autoconservación permiten
    responder a las necesidades básicas para mantener la vida,
    pero serán necesarios aprendizajes y funciones para
    que el sistema nervioso
    reciba señales
    del medio interno o del medio ambiente
    y las procese. Es con nuestra carga hereditaria, con la
    congénita, con las consecuencias de cómo fuimos
    recibidos y a partir de la formación de nuestros primeros
    vínculos que "negociamos" nuestra existencia con nosotros
    mismos, con nuestros contemporáneos y con todo lo que
    desde el afuera nos rodea, a fin de mantener lo que Claude
    Bernard llamó "la constancia de las condiciones vitales
    en
    el medio interno", lo que Walter Cannon
    denominó "homeostasis".

    El miedo, ese sentimiento de inquietud causado por un
    peligro, tiene cierta adecuación a la realidad pues sirve
    para advertirlo, se fija en el sistema nervioso
    central. El niño, a través del contacto con los
    adultos con los que establece sus primeros vínculos
    significativos, irá obteniendo señales que
    constituirán una amplia gama: desde los miedos necesarios
    para su protección hasta los que serán nocivos y
    provocarán comportamientos que lo limiten. Pero si algunos
    de esos adultos son personas muy aprehensivas, los mensajes le
    provocarán un estado de alerta casi permanente.

    Si durante el transcurso de la infancia, en la que se
    completa el desarrollo del sistema nervioso
    y se establece la integración del aparato psíquico, el
    niño vive reiteradas experiencias estresantes provocadas
    por el miedo, se producirá una adaptación negativa
    con efectos colaterales adversos sobre la función neuronal
    y la conducta, que podría desencadenar en el futuro
    padecimiento de fobias.

    En el bagaje inconsciente de este niño conocedor
    de la ansiedad y la angustia, quedarán señales
    indelebles de estos datos
    emocionales, haciéndolo un ser excesivamente temeroso e
    inseguro. Del estrés agudo pasará poco a poco a la
    espera en tensión, pero la acción
    será inhibida, llegando incluso a no permitirle una
    reacción ante una verdadera situación de peligro.
    El trastorno fóbico se considera una de las
    patologías del estrés sostenido o
    crónico.
    Emergente de una estructura
    familiar determinada, con vínculos establecidos de manera
    particular, la posible consecuencia será:

    Estrés crónico >>
    miedo >> fobia

    La formación de síntomas fóbicos
    tiene su origen en un trabajo psíquico que se ejerce con
    el fin de liberar esa angustia, en este caso por
    desplazamiento al objeto fobígeno. Todo ello en un
    intento de atemperar el displacer, recobrar la homeostasis. Que
    el intento no sea totalmente exitoso ya que la fobia tampoco
    genera placer, no implica que no sea medianamente un logro. La
    ligadura con el objeto generador de la fobia será menos
    inquietante que la derivación somática de la
    angustia libre. Sin embargo, la persistencia del síntoma
    generará un círculo vicioso. La ansiedad y la
    angustia serán renovadas, este proceso al desarrollarse
    inundará distintas áreas de la vida del sujeto
    llevándolo a un empobrecimiento progresivo de sus
    posibilidades de desenvolvimiento. Esto se ve ilustrado
    claramente en el tan conocido historial clínico de
    Juanito. En éste Freud relata la fobia de un niño
    de cinco años. Juanito, hijo mayor de una familia burguesa
    de cuatro miembros, comienza a sentir miedo a salir a la calle
    por temor a la mordedura de los caballos., lo que va
    incrementándose hasta que su padre comienza a hacerlo
    tratar por su amigo, el famoso psicoanalista,
    manteniéndose en contacto epistolar. La
    interpretación de esta conducta es que el niño
    siente un intenso afecto por su madre, siente miedo de perderla y
    quedándose en casa puede lograr tener más contacto
    con ella. En el inconsciente de Juanito su padre no sólo
    rivaliza con él por el amor de su
    madre sino que le impide llegar a una relación más
    íntima con ella. La figura del padre le genera temor y
    canaliza su agresividad desplazándola hacia otro objeto:
    los caballos.

    MARCO
    TEÓRICO

    Para Freud a partir de las fantasías se pueden
    discernir nexos para la causación de los síntomas,
    Las fantasías inconscientes son estadios previos al
    síntoma y tienen una vinculación con la vida sexual
    del sujeto. Un síntoma es considerado como una
    formación de compromiso entre las exigencias pulsionales
    provenientes del ello y la represión del
    superyó.

    Enrique Pichón Riviere psicoanalizó a una
    paciente que padecía "fobia al diván". Ella
    aceptaba acostarse en éste cuando su transferencia era
    positiva. En una de esas ocasiones, escuchar el estallido de un
    neumático provocó su alejamiento del diván y
    sirvió como detonante para que ella reviviera una
    agresión sexual sufrida de pequeña y nunca
    comentada hasta entonces. Este autor, al tratar el tema del
    vínculo, afirmó que toda neurosis es la
    lucha directa o indirecta con un tercero que todos tenemos. La
    tarea del tratamiento es descubrir como aquél
    actúa, trabaja e influye.

    Posición esquizo-paranoide y
    posición depresiva

    Según Melanie Klein, el término
    posición se refiere al conjunto de ansiedades y defensas
    que aparecen durante las primeras fase de la existencia, resurgen
    en los primeros años de la infancia y, bajo determinadas
    condiciones, a lo largo de toda la vida adulta.

    Durante los primeros cuatro meses de vida se desarrolla
    la posición esquizo-paranoide, en la cual las
    pulsiones agresivas coexisten con las pulsiones libidinales.. El
    objeto es parcial (especialmente el pecho materno) y se halla
    escindido en objeto bueno y objeto malo. Los
    procesos psíquicos determinantes son la
    introyección y la angustia de naturaleza
    persecutoria (destrucción por el objeto malo). El yo, muy
    poco integrado, no puede tolerar la angustia y utiliza como
    medios de
    defensa la escisión (splitting), la
    negación y el control omnipotente del
    objeto. Los primeros objetos introyectados constituyen el
    núcleo del superyó.

    Le sigue la posición depresiva que
    comienza alrededor del cuarto mes y se supera progresivamente
    durante el primer año de vida. Se reactiva en el adulto en
    etapas de duelo y estados depresivos. El
    niño es capaz de aprehender a la madre como objeto total
    (bueno y malo). La angustia depresiva tiene como núcleo la
    fantasía de destruir y perder a la madre, y esta angustia
    se combate mediante diversos modos de defensa: defensas
    maníacas
    más o menos adecuadas:
    repetición, inhibición de la
    agresividad
    y se supera cuando el objeto amado es
    introyectado en forma estable y aseguradora.

    Melanie Klein dice que el bebé, manojo de
    instintos contrapuestos, nace con un yo rudimentario que
    permitirá organizar sus primeras experiencias. Todo hecho
    que viva el sujeto se entenderá a través de la
    actividad proyectiva e introyectiva de este yo. La
    presencia del otro: el objeto, será fundamental
    desde lo frustrante y lo gratificante. Este objeto será
    cargado por el sujeto de amor y de odio
    y es el soporte para esta actividad fantaseada. En la
    satisfacción el bebé proyectará e
    introyectará lo bueno, y en la frustración lo malo.
    Si este objeto no fue introyectado debidamente, en otras
    experiencias vividas por ese sujeto predominará el
    instinto de muerte..

    El objeto fóbico, desde mi punto de vista,
    significa el objeto malo, es el que puede hacer daño.
    El sujeto revive los miedos básicos: miedo al
    ataque
    y miedo a la pérdida y siente que debe
    huir ante su presencia, revive las situaciones de desamparo y
    desprotección, se siente indefenso ante este objeto malo
    que puede atacarlo.

    Para Pichón Riviére, las dos posiciones
    estudiadas por Melanie Klein van juntas, habiendo predominio de
    una de ellas. Él dice que ante el miedo a lo nuevo, alo
    desconocido, cuando estas dos ansiedades son muy elevadas
    provocan una resistencia al cambio.

    "La posición depresiva nunca se
    elabora completamente, siempre tenemos ansiedades relacionadas
    con la vivencia y la culpa y situaciones de pérdida que
    reavivan situaciones depresivas. Los objetos externos buenos de
    la vida adulta siempre simbolizan y contienen aspectos del primer
    objeto bueno interno y externo, de modo que cualquier
    pérdida de la vida posterior, reaviva la ansiedad de
    perder el objeto interno y con ella todas las ansiedades sentidas
    originalmente durante la posición depresiva. Si durante la
    posición depresiva el bebé ha podido establecer un
    objeto interno bueno, suficientemente afianzado, las situaciones
    anteriores de ansiedad depresiva no lo conducirán a la
    enfermedad, sino a una elaboración fructífera cuyas
    consecuencias son mayor enriquecimiento y creatividad.

    Cuando la posición depresiva no
    se ha elaborado suficientemente, no se ha afianzado la creencia
    en el amor y la creatividad del yo y en su capacidad para
    recuperar interna y externamente objetos buenos, el desarrollo
    posterior es menos favorable. El yo se siente acosado y la
    ansiedad constante de perder totalmente las situaciones internas
    buenas, está empobrecido y debilitado, su relación
    con la realidad es frágil, y hay un temor y a veces una
    verdadera amenaza de hacer una regresión a la psicosis"(7)

    Freud se manejaba siempre con el dualismo, dos
    términos en oposición, que es lo que da origen al
    conflicto. Éste es fundante del aparato
    psíquico, el cual no está dado al nacer y se va
    configurando en la interacción con otras personas, en
    primer lugar con la madre. Para que una persona pueda aprender
    tiene que tener cierto grado de frustración, lo cual le
    permite incorporar la capacidad de espera complejizando el
    psiquismo.

    OBSESIONES Y
    FOBIAS

    Según el diccionario del Psicoanálisis, la
    neurosis obsesiva "constituye
    uno de los grandes cuadros de la clínica
    psicoanalítica" siendo sus
    síntomas "llamados
    compulsivos: las ideas obsesivas, la realización de actos
    indeseables, los ceremoniales conjuratorios" y el
    tipo de pensamiento
    del sujeto está "caracterizado por la rumiación mental, la
    duda(…) que conducen a inhibiciones del pensamiento y la
    acción"(8)

    En este Diccionario se define la histeria de angustia
    como "una neurosis cuyo
    síntoma central es la fobia con el fin de subrayar su
    similitud estructural con la histeria de
    conversión"(9)

    Según Freud las fobias son neurosis
    traumáticas, con una etiología especial, se enlazan
    con los síntomas de la histeria. En ellas el estallido
    emotivo es siempre la angustia, son típicas y
    monótonas. Según el objeto de la angustia se pueden
    distinguir dos grupos: las fobias comunes, es decir, el miedo
    exagerado por algo, común a la mayoría de las
    personas y las fobias ocasionales, que son las que emergen en
    situaciones especiales, agorafobia y demás fobias
    de locomoción. Esta angustia no deriva de ningún
    recuerdo. Las fobias forman parte de las neurosis de angustia
    cuyo síntoma principal es el
    estado

    emotivo, acompañado de otros síntomas.
    Freud habla de la "acumulación de la tensión genésica
    provocada por la abstinencia e irritación genésica
    frustrada"(10)

    Freud plantea una ecuación etiológica que
    llama series complementarias. Hay un factor
    constitucional
    que tiene que ver con lo genético, con
    lo hereditario, que se articula con experiencias
    infantiles, "con vicisitudes en el
    desarrollo de la libido que puede quedar fijada, por situaciones
    de intensa frustración o intensa gratificación, a
    una fase de su desarrollo" (11), configurando el
    factor disposicional que se articula a su vez con el
    factor actual. "A mayor monto de lo
    disposicional, un factor actual puede desencadenar la
    enfermedad"(12). Ante cada crisis entran en juego la
    fortaleza del yo, de los vínculos, la capacidad de
    aprendizaje, el factor disposicional, lo que permite una
    adaptación activa a la nueva exigencia.

    Así, Ana Quiroga define la matriz o modelo de
    aprendizaje
    como "la modalidad
    con la que cada sujeto organiza y significa el universo de su
    experiencia(…) Esta matriz o
    modelo es una estructura interna, compleja y contradictoria y se
    sustenta en una infraestructura biológica. Está
    socialmente determinada e incluye no sólo aspectos
    conceptuales sino también afectivos, emocionales y
    esquemas de acción(…);(…) sintetiza y contiene en cada
    aquí y ahora nuestras potencialidades y nuestros
    obstáculos" y no es "una estructura cerrada, sino una
    gestalt-gestaltung, una estructura en movimiento,
    susceptible de modificación salvo en los casos de extrema
    patología" (13)

    Las situaciones de crisis desencadenan las ansiedades
    básicas: miedo al ataque y miedo a la
    pérdida.
    Esta pérdida nos pone en una nueva
    situación, si no estamos instrumentados, si no poseemos
    las herramientas
    necesarias, se produce una inmovilidad, en vez de responder
    activamente a la situación resolviéndola, se
    producen escapismo, fuga, conductas antisociales, conductas
    delictivas.

    La necesidad de reparación nos remonta a un
    pasado arcaico, al registro que
    tenemos de nuestras primeras condiciones de existencia, base y
    fundamento de nuestro grupo interno, de donde surge
    nuestra interpretación de lo real. Estas condiciones se
    articulan y modifican en una trayectoria de experiencias. Lo
    nuevo requiere
    desestructuración-reestructuración. Si el
    sujeto no tiene una apoyatura y su mundo interno no posee
    la configuración necesaria, se revive el primer abandono,
    es decir ese factor desencadenante hace renacer las primeras
    situaciones de desamparo.

    Desde la internalización de la represión
    se vive el propio pensamiento como peligroso, lo que lleva al
    aislamiento, a reforzar la relación deseo-miedo. En
    el encuentro con el otro aparece, por un lado, la necesidad de
    encontrarse y también la inhibición: el temor al
    destino de esa necesidad de encuentro.

    En la vida intrauterina no se registra la carencia, se
    mantiene la unidad con la fuente de satisfacción. En el
    origen de la
    vida de cada sujeto hay una fantasía narcisista, la no
    discriminación cuerpo propio-cuerpo materno
    fomenta esa fantasía, la cual también se apoya en
    un proceso defensivo ante la ansiedad intolerable de estar
    separado: presencia-ausencia del objeto. Para Winnicot, la
    capacidad de estar a solas significa no tener que recurrir
    a un apoyo e interlocutor externos pues éstos ya tienen
    presencia y operatividad interna.

    El obstáculo surge cuando se moviliza esta
    fantasía de con-fusión, fantasía de
    fusión, ser uno con el objeto. No hay
    diferenciación yo-no-yo, sujeto-objeto. En
    este momento aparecen temores de naturaleza fóbica, quedar
    atrapados por el objeto o que éste ataque.

    El sostén es el que brinda al sujeto la
    posibilidad de adquirir niveles de representación, de
    pensamiento y la
    organización de sus experiencias. Esta apoyatura
    vincular cumple una función yoica.

    La función materna, la que descifra la necesidad
    y da acceso a la gratificación aportan a la constitución de la subjetividad. Esta
    función es depositaria de la hostilidad del bebé
    cuando éste se siente frustrado y proyecta su odio hacia
    ella. Si la madre tolera, sin excesiva carga de angustia,
    permitirá que el bebé se desprenda de los elementos
    que no puede procesar, compensado por la imagen de bondad,
    aleja al perseguidor y lo puede controlar, se siente internamente
    acompañado por un objeto bueno, ese apoyo externo se
    vuelve interno y se estructura el yo. Las nuevas estructuras
    vinculares son herederas de la función vincular
    primaria
    .

    CONCLUSIÓN
    PERSONAL

    En este período de grandes crisis, que van desde
    lo macro-social influyendo en lo micro (núcleo familiar),
    es impensable pensar que esta situación no tenga
    consecuencias sobre los millones de seres que nacen día a
    día en todo el mundo. Este contexto de grandes presiones
    incide en todos los aspectos de nuestra vida.

    Un bebé nace en un núcleo familiar
    especial, rodeado por su madre y otros adultos que llevan sus
    propias cargas hereditarias, su propia historia, y es a
    través de ellos que recibe un cúmulo de
    experiencias que se transmitirán en gestos, actitudes,
    situaciones.

    Vivimos una etapa de violencia y
    agresividad que se trasluce en la vida cotidiana. Sólo
    basta pasar unas horas en una escuela
    observando el desarrollo de los vínculos entre los chicos,
    en una empresa donde
    la violencia se ejerce aprovechando el miedo al desempleo, o
    simplemente experimentar la peligrosa aventura de salir a la
    calle temiendo hasta de la persona inocente que se nos
    cruza.

    Por ello es fundamental salvar nuestro pequeño
    mundo, defenderlo en este momento tan doloroso, fortaleciendo
    nuestros propios vínculos, reservando un lugar donde
    podamos ser nosotros mismos, buscando el equilibrio
    necesario para atemperar el duro camino que transitamos. Tal vez
    sea ésta la salida posible para el desarrollo de seres
    humanos con la fortaleza psíquica adecuada para afrontar
    la difícil experiencia de vivir en estos
    tiempos.

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    Material extraído de INTERNET

     

    Nora Liliana Frezza

    Psicóloga social

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