En el presente trabajo, nos
sumergiremos en el profundo y apasionante mundo del alma.
Indagando y analizando distintas versiones de un tópico
que se ha estudiado durante miles de años. Pero esta
humilde investigación esta destinada ha demostrar
como en diferentes regiones y épocas el ser humano se ha
visto a si mismo como un ser diferente, un ser con conciencia, un
ser con alma.
A lo largo de este estudio, se intentará
relacionar temas pertenecientes a disciplinas como la antropología (civilización egipcia,
maya, atlante), la religión (vedas,
Fu-Hi, hinduismo, cristianismo,
esoterismo) y la filosofía (teosofía, Grecia
antigua, ciencia
moderna).
Deseo agregar que decidí no tocar el tema de la
psicología
transpersonal ya que me iba a exceder demasiado, pero en un
futuro no muy lejano con gusto les mandaré un resumen de
la visión del alma desde la psicología
transpersonal, ya que dicha disciplina
retoma el concepto de alma
pero con diferentes términos: mi-mismo, self, conciencia
de unidad, experiencias cumbre y conciencia transpersonal.
Capítulo 1:
CIVILIZACIONES ANTIGUAS
Desde los comienzos de la humanidad, distintos pueblos
han observado la naturaleza
humana con una peculiar visión. A continuación,
vamos a ver tres pueblos distintos: egipcios, mayas y
atlantes.
Egipcios: La filosofía del faraón
Akhenatón plantaba la igualdad del
hombre ante el
creador, Amon Ra, el hombre a
imagen de
Dios. Como Jesús, él dijo que Dios se encuentra en
el corazón
del hombre. Su religión era idéntica a la Maya e
Hindú, ya que creían que la vida es un proceso de
perfeccionamiento de Dios para aumentar la conciencia del hombre
y que este comprenda la razón de su existencia, del animal
al superhombre, experimentando la angustia para descubrir la paz;
la depresión
para sentir la felicidad; la pobreza para
valorar la riqueza; el miedo para aprovechar el amor; la
venganza para sentir el gratificante perdón. Para ellos el
cielo y el infierno residen en el alma humana (concepto similar
al cristianismo moderno), nosotros somos los que elegimos que
camino seguir, ese es el libre albedrío, ese es el
poder del
alma. Creían que cuando el hombre se desapegue de los
bienes
materiales y
descubra que la enfermedad es un estado mental,
se convertirá en un superhombre espiritual, que no pierde
al morir. Mayas: Al igual que otras religiones de la humanidad,
veían a la vida como un proceso de perfeccionamiento
eterno de Dios. Pasando por 9 niveles, el alma, la chispa divina
del creador, retorna a él. El primer nivel es la Tierra, la
materia; el
segundo es la Semilla, la vegetación; el tercero es el Cerebro reptil,
la autonomía, independencia;
el cuarto es el Cerebro mamífero, donde aparece las
emociones y
relaciones sociales; el quinto es el Cerebro humano, la vida
inteligente, la razón, el pensamiento,
la comprensión de la vida; el sexto es la Mente colectiva,
en el que se entiende el significado de la vida; el
séptimo es la Mente Solar, el fin del sufrimiento; el
octavo es la Mente Galáctica, donde se logra la
comprensión del todo; y finalmente el noveno y
último paso es Hunab Kú, Dios Universal.
Decían que la vida es un eterno proceso de
perfeccionamiento, por el cual el alma, a través de la
reencarnación (Caput Sigil) logra incorporarse a la gran
conciencia universal, Dios. Creían que la muerte era
una transición a otro estado, un cambio del
cuerpo astral-alma, debido a que el ser es inmortal, ya que para
ellos la vida es un proceso inagotable y repetitivo.
Su filosofía era similar a la Teosofía, el
Esoterismo y la Metafísica. Ya que creían que el
ser humano poseía tres cuerpos: Widil Lil, el cuerpo
físico; Pixán, el cuerpo astral-alma, los
sentimientos, la vida; Inhán, el espíritu, el dios
interno. Viendo a los demás como espejos de uno mismo, se
sentían parte de un solo ser vivo, miembros de una red de mente colectiva.
Para ellos Dios era un organismo gigantesco, todo entreconectado
por las ondas de amor (la
energía mater de la ciencia
moderna).
Atlántida: Este continente se
habría hundido alrededor del 10.960 a. C. La
destrucción de la civilización atlante se
habría debido a que empezaban a caer en el materialismo y en
los placeres corporales, descendiendo de una espiritualidad
extrema a una ignorancia peligrosa. En cambio, la humanidad
actual transcurre un proceso inverso. Supuestamente, esta
misteriosa civilización habría alcanzado un nivel
tecnológico y espiritual superior al actual.
Poseían una escuela de
misterio de Nacaal, donde se enseñaba la intuición,
la religión del conocimiento.
Este es el origen de los seguidores de Horus, de Quetzatcoatl,
los sumerios y los escenios (secta judía de la cual
Jesús fue miembro). En las escuelas secundarias se
enseñaba alquimia y ciencias
esotéricas, entre otras cosas. En el centro de la isla se
encontraba una gran pirámide, el templo sagrado de
Incanitlón. Dentro de la gran pirámide se hallaba
un cubo de cristal de cuarzo, que flameaba una luz blanca hacia
la punta de la pirámide. Este creaba un vórtice
energético que desintegraba los muertos, esta
práctica se utilizaba con el fin de liberar el alma del
cuerpo físico, astral y el ego, además de evitar
que seres queridos atrajesen magnéticamente al
espíritu. Al liberarse el espíritu, este se
dirigía hacia el Devachan, el cielo, un mundo de
fantasía creado por el individuo, un
paraíso en total libertad.
A continuación, vamos a indagar distintas
visiones del ser desde el paradigma
religioso antiguo.
Filosofía Védica: No
existe nada estable y permanente en todo el Universo. Todo
es una serie de
movimientos incesantes, modificándose
eternamente. Existe una estabilidad aparente, una secuencia y un
orden y esta es motivada por un poder sublime que nos gobierna,
Dios. La única manera de comprender esto, es
internándose en la esencia de las cosas, ir mucho
más allá de lo físico. Todas las almas se
modifican sin cesar porque Dios no se cansa de darnos
oportunidades. Somos un conjunto de cuerpos sutiles y tenemos un
alma inmortal. Reencarnamos muchas veces como proceso de aprendizaje del
alma. Brahama es el Dios creador, el principio inteligente.
Él existió siempre y como manifestación suya
son los Universos. Así, el Universo actual
es apenas uno, en la larga serie sin comienzos de sucesivos
universos; Dios es uno pero se manifiesta en forma trina: Brahama
es el espíritu divino, Vishnu es el alma humana y Shiva es
el cuerpo material; Todos los seres, de todos los reinos y estados
están permanentemente unidos e entrelazados en el Universo
infinito. Las devas son los dioses, espíritus puros o
ángeles que nos protegen, orientan y ayudan. La naturaleza
y el Universo, visible e invisible, es mucho más que un
organismo vivo, es una poderosa jerarquía de seres vivos,
supra-humanos, Devas, humanos y subhumanos. Y en la cima
está Brahama, el Padre. Los seres vivos que surgen en los
primeros momentos del Universo, son tipos superiores
desarrollados en un Universo anterior. Es el progreso logrado con
maestros y seres superiores que colaboran incesantemente para la
elevación de las almas. En la visión Védica,
tipos superiores de seres siempre estuvieron presentes guiando el
desarrollo de
los tipos inferiores a ellos. No era necesario que existieran en
el plano físico, podrán ayudar desde el plano
astral. La práctica del Yoga como camino interior es muy
necesaria para el crecimiento del espíritu. La fuente de
todo conocimiento y de toda experiencia está realmente en
nuestro propio ser. El reino de los cielos está dentro
nuestro, Dios reside en nuestro interior.
Los obstáculos que se interponen en nuestra
evolución son básicamente dos: la
estupidez humana y la distracción (concepto similar al
Budismo). Un
hombre que está en un camino espiritual debe cambiar no
sólo de vida interior, sino también cambiar todas
sus actitudes en
relación al resto del Universo.
La filosofía de Fu-Hi: Dios
es único, creador de todo lo existente. Es Tao, el
principio primordial. La Naturaleza es su manifestación
más tangible. La muerte no
existe, el alma sobrevive porque es inmortal. Los antecesores de
los hombres son ahora espíritus protectores a quienes
debemos recordar y honrar. La reencarnación explica la
razón de la vida y sus inconvenientes. La vida física no es
importante, lo importante es la vida del espíritu. El
objetivo final
es la unión del hombre con Dios. Debemos perdonar las
ofensas, nunca devolver el mal recibido. El cuerpo con sus
meridianos y chakras es sólo el vehículo del
alma.
Los antiguos pueblos de la China,
los Mayas, los
Hindúes y los Egipcios tenían conocimiento de la
existencia de siete centros de energía del cuerpo humano,
estos son los denominados Chakras.
Continuando con Fu-Hi, también creía que
los valores
morales están por encima de todo. La virtud es obra
del libre albedrío y se aumenta con buenos ejemplos. Los
dos caminos para alcanzar a Dios son: Oración y ayuno.
La familia es
la base de la sociedad, por
lo tanto debemos respetarla y honrarla. Ser limpio de
corazón y amar a tu prójimo como a uno mismo.
Resulta increíble como se repite en las mismas creencias
en las diferentes religiones del
planeta.
Yoga: Antigua filosofía
hindú de una antigüedad de mas de cinco mil
años, y cuyo objetivo es lograr el equilibrio
entre el cuerpo y el alma. Los ejercicios posturales y de
respiración combinados con la
meditación son esenciales. Esta antiquísima
filosofía de la India,
mediante la cual grandes sabios de este admirable país,
fueron experimentando en su propio ser, prácticas y
ejercicios psicosomáticos especiales basados en muy
estrictos principios
éticos y morales, controlados durante milenios, y con los
cuales fueron corrigiendo defectos de comportamiento
y de disciplina individuales, alcanzando una eficiente
evolución hacia lo moral y
espiritual. Con esta filosofía lograron como última
instancia su propósito de mejoramiento en el desarrollo de
la vida cotidiana, al alcanzar su meta de percibir la Verdad
Absoluta y establecer su Unidad con el Absoluto o Brahman. Esto
es lo que los sabios de la India llaman en sánscrito:
Mutki o Moksha, que significa liberación de este Universo
de lo dual y cambiante, para ascender a la Divina Unidad. A
partir de este pensamiento, Yoga no sólo es una
filosofía, sino también reglas de vida muy
prácticas y concretas, que conforman por sí mismas
una verdadera ciencia y un arte de vivir que
tienden a perfeccionar y purificar el Ser.
Para el Raja Yoga el dios interno se llama Ishvara, el
cual organiza septentrionalmente al hombre. Según las
antiguas religiones del oriente, el Brahmanismo, la Vedanta y el
Budismo, el ser esta constituido por siete planos: cuerpo
físico, cuerpo vital (ki), el cuerpo etérico (doble
etérico), el cuarto plano es Kama, el alma animal o cuerpo
de deseo (pasión y lujuria), el quinto es Buddhi
(conciencia y sabiduría). Y se establece una estrecha,
confusa y dramática interacción entre esos planos instintivos y
pasionales que desde su centro imantan a la débil mente
inferior, poniéndola a su servicio,
tomándola esclava del deseo, y el plano manásico
inferior. Los dos juntos, Kama y manas, componen el 95 % del
hombre, la pasión animal más la mente humana. Y por
último, el séptimo plano es la inteligencia
universal. Como dice Taimni (ciencia de la Yoga): "El
espíritu no es solamente el trasfondo constante de la
conciencia que ilumina la mente en todas sus actividades, sino
que también es la oculta fuerza
matriz del
deseo en todas sus formas y manifestaciones. Atma es el
corazón de la existencia separada, en el campo de la
manifestación".
Bhagavad Gita (canto del Bienaventurado):
"Él es el Eterno… Sus manos y sus pies están en
todas partes, sus cabezas, sus ojos y sus caras se encuentran por
todos los sitios a donde dirijamos la mirada, su oído todo
lo oye; llena en su inconmensurabilidad todo el Universo, es el
Ser Universal. Él es el origen de los sentidos y de
sus propiedades, pero carece de ellos; Él no está
ligado a nada, pero es el fundamento de todo; Él se
manifiesta en los modos de ser, aunque no está limitado
por ellos. Él es todo lo que hay en nosotros y fuera de
nosotros. Él es lo interior y lo exterior, lo lejano y lo
próximo, lo móvil y lo inmóvil. Él es
tan abstracto que no podemos llegar a conocerlo. Es indivisible y
es Uno, más se manifiesta en diversas formas,
mostrándose como uno de los seres existentes; de Él
se originan eternamente todos los seres y también
eternamente vuelven a Él. Es la luz de las luces, de un
resplandor superior a las tinieblas de nuestra ignorancia; es el
conocimiento y el objeto del conocimiento y habita en el
corazón de todos los hombres"…
Recordemos que para la religión hindú,
Dios esta en todo el Universo, ya que la vida es un drama
cósmico en el cual Dios desempeña todos los papeles
a la vez.
Cristianismo: En la filosofía
cristiana se destacan numerosos pensadores que se preocuparon por
el problema antropológico. Entre ellos, se encuentran
San
Agustín (354-430).
Para San Agustín, la razón es un
instrumento valioso para conocer la verdad pero sólo si es
guiada por la fe. La razón sin la fe es ciega y nos puede
llevar por caminos equivocados. San Agustín busca una
verdad eterna, inmutable, y esta verdad no puede alcanzarse sin
la luz de la fe en Dios, que trasciende toda inteligencia y que
hace posible nuestra inteligencia. La fe no puede ser probada por
medio de la razón. Por la fe podemos comprender la
realidad. San Agustín afirma la existencia del alma. El
alma es una iluminación interior, es algo íntimo
y racional. Y además, dice: "No te diferencias del animal
más que por el entendimiento; no te envanezcas de otra
cosa. ¿Presumes de fuerza? Te vencen las bestias
¿Presumes de velocidad? Te
vencen las moscas ¿Presumes de hermosura?
¿Cuánta belleza hay en las plumas del pavo real?
¿Por qué eres entonces mejor? Por la imagen de
Dios. ¿Dónde está la imagen de Dios? En la
mente, en el entendimiento."
Citando al filósofo Francisco Bertelloni,
podríamos afirmar que: Hace siglos e incluso recientemente
hubo pensadores cristianos y evolucionistas sociales que hablaron
de evolución, de un incremento cualitativo de distintos
grados del ser en la realidad que culminaron en la
aparición del hombre. Pero, en última instancia,
esa evolución se daba a partir de potencialidades creadas
y así dispuestas por Dios, es decir, para que
evolucionaran hasta culminar en el hombre como momento
cualitativamente distinto del resto de la realidad.
Además, el cristianismo se acerca a la
filosofía griega cuando define al humano como irrepetible
e unitario. Por una parte, el cristianismo se opone a cualquier
intento de diluir el destino último de la persona en una
suerte de destino colectivo o común. Por la otra, se opone
también al dualismo. El hombre no es un alma que usa un
cuerpo. Cuerpo y alma no son dos sustancias yuxtapuestas, sino
que constituyen una realidad unitaria: esa unidad es la persona.
El alma no puede existir sin el cuerpo y el cuerpo no puede vivir
sin el alma. Cuando el hombre muere, el alma se separa del
cuerpo; pero esa existencia transitoria separada es considerada
como "antinatural", pues el cristianismo sostiene que el alma
volverá a su estado natural de unidad natural con el
cuerpo en la resurrección de la vida futura. Una
concepción fundamental del cristianismo es que la vida
futura no consiste ni en un alma separada, ni en un
espíritu común a todos los hombres, sino en la
resurrección del cuerpo unido al alma y en la vida
individual. Por eso, la antropología cristiana insiste en
el carácter unitario y personal de esa
unidad. Y es irrepetible en el hecho de que Dios se hizo hombre,
lo cual es algo único.
Para la tradición cristiana, la dignidad de la
persona humana consiste en que ella e un alfa sin omega, un
comienzo sin fin.
Tomás de Aquino insistió en que, al morir
el hombre, el alma no muere con él; porque el alma no
sólo vivifica al cuerpo, sino que también es capaz
de vivir sola: es forma del cuerpo y al mismo tiempo es
sustancia. Es como si comparáramos al alma con el
navegante y al cuerpo con el barco. Cuando el navegante navega en
su barco es como el alma que está en su cuerpo, pero
cuando el navegante no está en su barco, sigue siendo
navegante: "nauta sine navio". Sin embargo, lo propio del alma,
como lo propio del navegante, es estar en su barco, que es su
cuerpo.
Si seguimos moviéndonos en el terreno
teológico, vemos que a pesar de que los animales
también poseen alma, no sobreviven a la muerte como los
hombres. Para definir esta diferencia deberíamos recurrir
al evangelio, más concretamente a la antropología
teológica de san Pablo. Pablo inaugura la idea de que el
hombre es una unidad de tres elementos, no de dos: el cuerpo, el
alma y el espíritu. El alma es el lugar en el que se da el
conflicto
entre las pasiones y la vida recta. El alma, que sabe y quiere,
sabe lo que debe hacer, pero sola no puede. Su voluntad es
débil, insiste Pablo. Tampoco es principio de verdadera
vida. Recién el espíritu es principio de
inmortalidad, es lo que mantiene el vínculo entre el
hombre y Dios y ese vínculo hace posible la
resolución de los conflictos del
alma y la inmortalidad humana. El hombre se vincula con Dios a
través del espíritu. Pablo parece estar diciendo
que el hombre tiene un plus respecto del resto de la
creación: ese plus es el espíritu. Al considerar al
espíritu como personal, el cristianismo se diferencia de
otras tradiciones, sobre todo de las orientales que conciben una
suerte de espíritu común a toda la humanidad.
Tomás de Aquino afirma que esa suerte de inmortalidad
común es imposible porque terminaría con los
premios y los castigos en la vida futura. Por ello, dice, hay que
demostrar filosóficamente que el espíritu es
individual. La proposición que afirma que el
espíritu es universal o común e contraria a la fe,
porque si nos inmortalizamos de modo colectivo, no hay manera de
sostener el bien y mal, el cielo y el infierno. Curiosamente,
para Tomás, una idea que es contraria al cristianismo no
sólo es falsa por su oposición, sino también
porque es filosóficamente falsa.
"Y dijo Dios: Hagamos al ser humano a nuestra imagen,
como semejanza nuestra."
Mitología griega: En
Protágoras, una obra del filósofo griego Platón,
puede leerse un mito que se
refiere al origen de los seres vivientes. En este mito se
muestra por
qué, para los griegos antiguos, el ser humano es superior
a los demás animales: "Era el tiempo en que
existían los dioses, pero aún no existían
los seres mortales. Cuando llegó el momento de sacarlos a
la luz, Zeus ordenó a los dioses Epimeteo y Prometeo que
distribuyesen entre todos seres las cualidades que pudieran
convenirles, Epimeteo se encargó de la distribución, y Prometeo, de inspeccionar
la tarea una vez realizada. Epimeteo atribuyó a unos la
fuerza sin la velocidad; a los más débiles, los
dotó de ligereza; a algunos les concedió armas defensivas.
A los más pequeños, les dió alas y viviendas
subterráneas. Luego se ocupó de abastecer a todos
los seres mortales con lo necesario para defenderse de las
inclemencias climáticas. A algunos les dió pieles
gruesas para el frió; a otros, pieles resistentes al
calor. A
continuación, procuró distintos tipos de alimentos para
cada especie: a unos, las hierbas de la tierra; a
otros, los frutos de los árboles; a otros, las raíces. Pero
Epimeteo, que no era muy sabio, había consumido todas las
propiedades y se había olvidado de la especie
humana.
Llegó Prometeo a realizar la inspección.
Vió a todas las especies convenientemente equipadas, pero
al hombre lo vió desnudo, descalzo, sin lecho, sin
defensas. Y era el día marcado para salir a la luz desde
el seno de la tierra. Prometeo, ante la dificultad, y queriendo
salvar al hombre, robó a los dioses Hefesto y Atenea la
sabiduría técnica y el fuego y se los regaló
al ser humano. Así, el hombre entró en
posesión de la sabiduría útil a la vida.
Puesto que el hombre participaba de lo divino, se
distinguió entre todos los seres por su culto a los
dioses. Empezó a construir altares e imágenes
divinas. Enseguida, adquirió el arte de articular sonidos
y palabras e inventó la habitación y el vestido, el
calzado y la cama, y los alimentos sacados de la
tierra.
En un principio, los hombres vivían dispersos: no
había ciudades. Eran destruidos por los animales salvajes,
siempre más fuertes que ellos. Buscaron, pues, reunirse y
salvarse mediante la construcción de ciudades; pero, una vez
reunidos, se peleaban entre ellos porque no poseían la
técnica política.
Entonces Zeus, temiendo que la especie humana
desapareciera del todo, envió a Hermes para que llevara a
los hombres el pudor y la justicia, para
que en las ciudades hubiese armonía."
Einstein: "Mi religión consiste en
una humilde admiración del espíritu superior
ilimitable que se revela a sí mismo en los menores
detalles que somos capaces de percibir con nuestras mentes
frágiles y endebles. Esta convicción profundamente
emocional de la presencia de un poder razonador superior que se
revela en el universo incomprensible, forma mi idea de Dios".
Albert
Einstein.
"Todo está determinado… por fuerzas sobre las
que no tenemos ningún Control. Tan
determinado para un insecto como para una estrella. Los seres
Humanos, los vegetales o las partículas cósmicas…
todos bailamos al Ritmo de una tonada misteriosa que toca en la
distancia un gaitero Invisible." Albert Einstein.
Capítulo 3:
CIENCIA Y FILOSOFÍA
Cardenal Newman: "No somos más
nuestros de lo que es nuestro lo que poseemos. No nos hicimos a
nosotros mismos, no podemos ser superiores de nosotros mismos. No
somos nuestros propios dueños. Somos propiedad de
Dios. ¿No consiste nuestra felicidad en ver así las
cosas? ¿Existe alguna felicidad o algún consuelo en
creer que somos nuestros? Es posible que los jóvenes y los
prósperos piensen así. Es posible que éstos
piensen que es una gran cosa hacerlo según su voluntad,
como ellos suponen, no depender de nadie, no tener que pensar en
nada invisible, ahorrarse el fastidio de tener que reconocer
continuamente, de tener que rezar continuamente, de tener que
referir continuamente todo lo que hacen a la voluntad de otro.
Pero a medida que pase el tiempo, éstos, como todos los
hombres, descubrirán que la independencia no fue hecha
para el hombre que es un estado antinatural, que puede sostenerse
por un momento, pero no puede llevarnos a salvo hasta el
fin."
Maine de Biran: "Un hombre
envejece; siente en sí mismo esa sensación radical
de debilidad, de fatiga, de malestar, que acompaña a la
edad avanzada; y, sintiendo esto, imagina que, simplemente,
está enfermo, engaña sus temores con la idea de que
su desagradable estado obedece a alguna causa particular, de la
cual, como de una enfermedad, espera rehacerse. ¡Vaya
imaginaciones! Esta enfermedad es la vejez; y es
una enfermedad terrible. Dicen que el temor a la muerte y a lo
que sigue a la muerte es lo que induce a los hombres a entregarse
a la religión cuando envejecen. Pero mi propia experiencia
me ha convencido de que, aparte tales terrores e imaginaciones,
el sentimiento religioso tiende a desarrollarse a medida que la
imaginación y los sentidos se excitan menos y son menos
excitables, nuestra razón halla menos obstáculos en
su labor, se ve menos ofuscada por las lágrimas; los
deseos y las distracciones en que solía absorberse; por lo
cual Dios emerge como desde detrás de una nube; nuestra
alma siente, ve, se vuelve hacia el manantial de toda luz; se
vuelve, natural e inevitablemente, hacia ella; porque ahora que
todo lo que daba al mundo de las sensaciones su vida y su encanto
ha empezado a alejarse de nosotros, ahora que la existencia
fenoménica ha dejado de apoyarse en impresiones interiores
o exteriores, sentimos la necesidad de apoyarnos en algo
permanente, en algo que nunca pueda fallarnos, en una realidad,
en una verdad absoluta e imperecedera. Sí, inevitablemente
nos volvemos hacia Dios; porque este sentimiento religioso es por
naturaleza tan puro, tan delicioso para el alma que lo
experimenta, que nos compensa de todas las demás
pérdidas."
Teosofía: Según esta
disciplina, el ser humano es pluridimensional, ya que posee siete
cuerpos por cada plano de existencia. El físico (mineral),
etérico (vegetal), astral (animal), mental (hombre),
causal (sabio), búdico (iniciado) y átmico (Dios).
El cuerpo físico es materia; el etérico, vida; el
astral, conciencia; el mental, memoria; el
causal, pensamiento; el búdico, contemplación; y el
átmico, identificación con la divinidad. El ser
humano es en esencia el Atman o espíritu, que se refleja a
través del alma (causal) en el cuerpo físico y cuyo
objetivo es la evolución de la autoconsciencia, que le
permite construir o desarrollar un tipo de vehículo sutil
superior (búdico), como paso previo al logro de su meta
evolutiva (Atman). El alma lo interpenetra en su totalidad. La
mónada es la chispa divina, el Dios interior, el cual se
manifiesta trinamente (voluntad, sabiduría y creatividad).
ESFERAS SERES ESTADOS DE CONCIENCIA CUERPOS
1. Divinos Logoica Triplicidad divina: Padre, Hijo,
espíritu santo: Universo-
Hombre- Alma –
2. Monádica Mónada humana Triplicidad
monádica: Poder, conocimiento-amor y
creatividad –
3. Espiritual Hombre, que es Espíritu- voluntad
(inmortal) Átomo
4. Intuicional Hombre, que es Espíritu-
intuición (inmortal) Intuicional
5. Mental Hombre que tiene Espíritu- mente
(inmortal) Causal-mental
6. Astral o
emocional Hombre que tiene Deseos y emociones
(mortal) Astral
7. Físico Hombre que tiene Vitalidad
(mortal) Físico
Microcosmos: … "Los humanos son por
origen materia primordial, una antiquísima porción
de niebla cristalina, ni más ni menos material que la que
compone cualquier nebulosa: una extraña composición
inestable de partículas subatómicas.
Obsérvense como una radiante, inestable, informante e
indestructible composición de elementos que ora son ondas
vibrantes, ora ínfimas e infinitas burbujas de
energía que duran una millonésima de
fracción de segundos, para adoptar enseguida otra forma.
Un tramo de la Fuerza en su aspecto más intimo: radiante,
potente, inconsciente, mutable e imperecedero. ¿Has
pensado alguna vez en tu cuerpo de esa manera? En esta
condición el ser es inmortal. Es la visión de lo
inmanifestado lo que da al hombre la justa percepción
de las cosas manifestadas, meditando sobre la vacuidad de lo
lleno, y la plenitud de lo aparentemente vacío. El hombre
es una masa de átomos que gravita a gran velocidad, este
parece sólido, ya que es imposible hundir el dedo entre la
carne y el hueso. No obstante, esa solidez es una ilusión.
Tome una criatura infinitamente pequeña que se
ubicaría a alguna distancia de un cuerpo para observarlo.
Vería soles arremolinados, nebulosas en espiral, estelas
brillantes semejantes a la Vía Láctea. En las
partes blandas del cuerpo, como la carne, las moléculas
aparecen dispersas mientras que en las sustancias duras, como los
huesos, ellas
serian densas y darían la impresión de una pila
compacta de estrellas"… Jacobo Feldman y Lobsang Rampa indagan
en esta poética descripción de la naturaleza
humana la teoría
metafísica del Microcosmos.
Además, también uno podría ser el
centro del Universo o de la realidad misma como diría
Descartes, ya
que si medimos la distancia de nosotros (centro) hacia cualquier
punto de los confines del cosmos el resultado es el mismo,
infinito. siguiendo la línea de comparación entre
el macrocosmos y el microcosmos, Carl Sagan dijo: "la
exploración del universo es un proceso de
autodescubrimiento".
Max Planck (premio Nobel Física
1918): "La materia concreta es mera apariencia. En
mi carácter de Físico y como hombre que ha dedicado
su vida a la ciencia auténtica, a la investigación
de la Materia, me creo a salvo de la sospecha de un fantasioso
irresponsable. Por ello, y a raíz de mis exploraciones en
el campo atómico, declaro lo siguiente: No existe la
materia en sí. Toda materia nace y permanece
únicamente en virtud de una Fuerza que pone en
vibración las partículas intraatómicas y las
mantiene vinculadas semejando al más pequeño
sistema solar del
mundo. Siendo que en el Universo no existe fuerza inteligente ni
fuerza eterna (abstracta) alguna (la humanidad nunca pudo
inventar un "perpetum mobile"), debemos admitir detrás de
la Fuerza mencionada la presencia de un Espíritu
consciente inteligente, o sea que el fundamento esencial de la
materia es dicho espíritu. Ya que según vimos la
Materia no existe sin este Espíritu, lo real, cierto y
efectivo no es la Materia visible y transitoria, sino el
Espíritu invisible e inmortal. Pero siendo que no puede
haber espíritu en sí por pertenecer cada
espíritu a un ser, debemos forzosamente admitir seres
espirituales. Ahora bien: como a su vez los seres espirituales no
pueden ser por sí mismos, sino que deben ser creados, no
vacilo en denominar a ese misterioso Creador como lo han nombrado
todos los pueblos cultos de la Tierra en los pasados milenios:
Dios".
Filosofía y ciencia moderna:
La mayoría de los Filósofos antiguos, desde Anaxágoras
hasta Epicuro, Lucrecio y finalmente hasta Galileo, creían
en los Atomos con alma propia (Cosmogénesis I, de H. P.
Blavatsky).
Para Gottfied Wilhelm Leibwitz (1646 – 1716) la materia
no era inactiva y muerta, sino todo es movimiento
animado, energía activa: "Las partículas
elementales son fuerzas vivas, las que no actúan
mecánicamente sino por un principio propio; son unidades
espirituales".
Ernst Haeckel (1834 – 1919): "Las discusiones sobre las
particularidades de los Atomos podemos aclararlas con la
suposición de que estas pequeñísimas
partículas, en su calidad de
centros de fuerza, están dotadas con alma, que da a cada
Atomo su sentido y movimiento".
Lord Ernest Rutherford (Premio Nobel 1908), luego de
haber publicado en 1911 su teoría de que el átomo
consta de un núcleo central, con carga positiva, y
electrones con carga negativa, que giran alrededor del
núcleo de una especie de nube, compara el átomo con
el sistema solar.
Así como giran los planetas
alrededor del Sol, en órbita elíptica, así
también giran con increíble velocidad los
electrones alrededor del núcleo del
átomo.
El conocido físico Murray Gell-Mann, del
Instituto Tecnológico de California, quien se
dedicó durante los últimos años al
desintegrador de átomos más grande del mundo (una
máquina de 200.000 millones de electro-voltios que
está en Weston, Estado de Illinois, dijo en una
disertación: "Creo que la Física de las
Partículas se encuentra donde se encontraba la
Física Atómica a principios de este siglo. Tenemos
un esquema de las estructuras,
pero no existe aún una teoría completa de las
interacciones que nos permita comprender lo que está
sucediendo en el fondo de todo. En un experimento llevado a cabo
por los Físicos de Princeton se demostró la
violación de otra ley: la de
Simetría. Algunos teóricos llegaron a especular
sobre la posibilidad de que se trataba de una quinta fuerza
natural…. Estamos en el umbral de un acontecimiento
increíble".
Muchos conocen al Dr. Gustav Stromberg a través
de sus publicaciones, que aparecieron en el transcurso de sus 30
años de trabajo en el Observatorio Mount Wilson en
California. Otros lo conocen por su libro "The
Soul of the Universo" (El alma del Universo), con prólogo
de su amigo Albert Einstein. Stromberg se apoyaba en sus investigaciones
sobre datos
científicos y en su concepto de que un mundo espiritual
dirige y guía el desarrollo de las formas vivientes y de
la denominada materia inanimada. Stromberg suponía que
toda Vida, toda Materia, tiene su origen en un mundo inmaterial y
queda arraigado con aquel mundo. Pensaba en campos estructurales,
que dan la forma a la materia inanimada y a los seres vivientes.
Cuando se publicó su libro en 1940, su concepto sobre
campos organizados como fuerzas conductoras de las formas
aún no había sido confirmado en ensayos de
laboratorio.
Luego el Dr. H. S. Burr, de la Universidad de
Yale, demostró en una serie de ensayos la realidad de la
teoría de Stromberg. H. S. Burr constató: "Debemos
suponer que el campo
eléctrico de un organismo es más esencial que
éste mismo, determinando la estructura
biológica".
Estas deducciones, como cita J. Crenshaw, "Fate" Nro.
254, son de una enorme importancia para nuestros Biólogos
y otros científicos, porque si las mismas son correctas,
significaría esto que toda materia animada, en todos sus
estadios de crecimiento, es mantenida en su forma a través
de un campo de fuerza eléctrico, que debe poseer una
inteligencia propia, que deja el cuerpo al desintegrarse el
mismo. Stromberg decía que estos campos venían de
un mundo inmaterial y también volvían hacia
allí. El desarrolló un mundo de formas
físicas como estructuras de energías, provenientes
de un mundo no físico, que tiene su propia estructura
inmaterial.
La estructura y la composición del organismo
viviente es conducida, según su opinión, por:
"Sistemas de ondas
inmateriales" o por "Campos de Vida", con la propiedad de
construir, con ciertos tipos de moléculas, formas
altamente organizadas de plantas y
animales. Stromberg creía que los campos estructurales
tienen su origen en un plan infinito,
creado por el "Alma del Universo" y que aquel mundo inmaterial es
el dominio de
Dios y el hogar del alma inmortal del hombre, una vez que
dejó su cuerpo físico, lugar donde puede seguir su
desarrollo espiritual y ético, fuera de espacio y tiempo,
hasta que haya cumplido su misión,
para la cual ha sido creado.
Jakob Lorber (1800 – 1864), cuando tenía 40
años comenzó a recibir de su "Voz Interior"
revelaciones que coinciden sorprendentemente con los
descubrimientos que conocidos Físicos han realizado 100
años más tarde. De su inmensa obra queremos citar
solamente algunos conceptos contenidos en su libro "Productos
Naturales": "Si han sido descubiertas fuerzas que actúan
dentro o sobre la materia, ellas no son muertas, sino vivas e
inteligentes. Tal como puede reconocerse una fuerza a
través del efecto, también es posible reconocer la
inteligencia de una fuerza a través de la regularidad de
su efecto. De esta conclusión será comprensible que
toda la materia está constituida en realidad de nada
más que inteligencias, que son guiadas a través de
Inteligencias Superiores, según ordenamiento y
necesidad".
En otra parte dice Stromberg: "Allí donde Uds.
descubren en una gota de agua bajo el
microscopio,
infusorios (animales de una sola célula,
como primitivas formas de vida, el mundo animal ya se encuentra
sobre el milésimo escalón de su desarrollo. El
primer escalón está formado por los infinitamente
pequeños habitantes del éter y son más o
menos lo que Uds. llaman los átomos y sus
partículas, encontrándose sobre un punto por
trillones. Se forman estos "animalitos atómicos" a
través de la fusión de
los rayos solares, que se encuentran en el espacio. Su forma es
esférica y su alimentación es la
esencia de la luz. Su vida dura solamente la trillonésima
parte de un segundo".
Es muy fácil deducir que estos "animalitos
atómicos", cuya vida solamente tiene tan corta
duración, son los "Mesones", descubiertos en 1937 en los
rayos cósmicos por el Físico japonés Hedeki
Yukawa. En el año 1952, Yukawa recibió el Premio
Nobel por el descubrimiento de los "Mesones", cuya vida el
calcula en una trillonésima parte de un segundo. Con
profundidad espiritual se refiere al tema William Walter
Atkinson, autor de una serie de libros
estimulantes de carácter mental, como así
también sobre yoga y temas metapsíquicos, en su
obra "El realismo de la
confianza", al decir: "La Naturaleza Matriz", cuando comienza a
revelar sus actividades, opera sobre el desarrollo de la idea en
la Mente Infinita o Espíritu. Los cambios, alteraciones y
combinaciones de la energía que evoluciona, producen
partículas infinitesimales de algo que no es propiamente
energía ni materia y que, no obstante, posee las
cualidades características de ambas. Estas
partículas están en íntima vibración,
como todas las cosas creadas de energía o materia. En cada
una existe la posibilidad de vida y mente. Estas
partículas rodease unas a otras y constituyen universos en
miniatura, que tienen una unidad de actividad y se forman en una
partícula mayor, constituyendo lo que la ciencia llama
electrón, protón y neutrón, que percibimos
como fin de la agrupación del átomo
(Aclaración: el núcleo del átomo es un
pequeño grupo de
protones y neutrones íntimamente unidos. La carga positiva
de los protones está compensada por un enjambre de
electrones negativos que gira alrededor del núcleo a tal
velocidad que las partículas forman como una
partícula sólida, del mismo modo que el ventilador
que gira a altas velocidades se nos parece como un círculo
sólido).
Conviene tener en cuenta que este proceso es puramente
mental en su carácter, porque es crecimiento y
evolución de la idea de la Naturaleza formada en la Mente
Universal.
Con el origen del átomo, aparece la materia. La
materia que las mentes poco cultivadas consideran como la
substancia más real en la Naturaleza, no es más que
el resultado del pensamiento creativo de la mente Universal o
Espíritu".
El padre del proyecto espacial
de los Estados Unidos,
Dr. Wernher von Braun, publicadas en la revista "Zait"
Febr. 66: "Más conocemos la complicidad de la estructura
de los átomos, el sentido de la vida o el plano
fundamental de la Vía Láctea, más debemos
sorprendernos de las maravillas de la Creación; a pesar de
toda la ciencia del mundo necesitamos la creencia en
Dios".
Pero, las teorías
modernas son el legado de la filosofía antigua, desde la
manifestación de Aristóteles acerca de que la materia y el
espíritu son uno solo, hasta Descartes y la duda
metódica. Se podría afirmar que Descartes dijo que
menos la existencia de Dios y del espíritu, todo puede
ponerse en duda. "La idea por la cual concibo un Dios soberano,
eterno, infinito, inmutable, omnisciente, omnipotente y
universal, creador de todas las cosas, que están fuera de
él; esa idea, digo, tiene ciertamente en si más
realidad objetiva que aquellas otras que me representan
sustancias finitas".
Siguiendo esta línea, Hegel
manifestó que el mundo material es un producto de la
conciencia suprahumana.
Como dijo Jacobo Feldman: "Existe una luz que funda y
sustenta el Universo, y que nosotros no podemos ver. Existe un
sonido que
llena el universo y que nosotros no podemos captar con nuestros
oídos. Existe una presencia que impregna el universo y que
nosotros no podemos percibir con nuestros sentidos. Existe un Yo
que es la raíz y el fundamento de nuestras pequeñas
yoes, que nosotros no podemos conocer a través de nuestra
mente perceptiva. Y esta luz, esta presencia, este sonido, este
Yo, cuya invisible realidad es más intensa, es Dios mismo,
el Uno, el real. ¿Hemos pensado que dada la estructura
íntima del universo, todo es luz, que sus invisibles
átomos son luz pura? Nuestro cuerpo es luz, el aire que
respiramos es luz, las cosas que tocamos son luz, el pensamiento
es luz, la emoción que nos embarga, nuestras palabras,
nuestros movimientos… La vida misma es Luz. Somos seres de luz
en un universo luminoso. El Dios en nosotros es el
espíritu de amor y verdad, de justicia y sabiduría,
de bondad y poder, ha de ser nuestra única fe, que firme
como una roca nos sirve de apoyo; nuestra sola esperanza, que
nunca nos engañará, aunque todo perezca. Todo es
ilusión, hermanos. Somos vacío, nada, todo, aquello
que juega repetidamente por eones al ser y no ser, desaparecer y
emerger, proyectarse y reabsorberse en el seno de lo absoluto. Y
eso soy yo, eso eres tú, eso somos todos, eso es
Dios."…
Parece increíble que las tradiciones sagradas
hayan visto a la realidad como una ilusión (Maya), cuando
en la actualidad sabemos que el Universo es una ilusión
óptica,
compuesto por la interacción de átomos de luz
regidos por una energía mater desconocida, esta fuerza
creadora es el Dios omnipresente de todas las religiones del
mundo.
"El hombre ha inventado numerosas máquinas,
pero olvida que él mismo es una máquina mucho
más compleja que todas las que ha creado.."
"La realidad es infinitamente diversa, escapa a las
deducciones ingeniosas del pensamiento abstracto, no soporta la
clasificación estrecha y exacta, la realidad tiende al
fraccionamiento perpetuo, a la variedad infinita". Fedor
Dostoierski
Einstein reconoció que la conciencia no puede ser
adecuadamente considerada en los mismos términos que los
fenómenos físicos: "Creo que la moda actual de
aplicar los axiomas de la ciencia a la existencia humana, no es
solo un grandísimo error, sino que tiene además
algo de maligno".
Thomas Huxley, conocido biólogo, manifestó
lo siguiente: "Es para mi evidente que en el Universo hay una
tercera realidad, la conciencia, que no es materia ni
energía, sino una modificación de estas
dos".
El premio Nobel de física Niels Bohr:
"Es evidente que ni en la física ni en la química podemos
encontrar algo que posea, siquiera un vestigio de conciencia. La
conciencia tiene que ser parte de la naturaleza o, más en
general, de la realidad; lo cual significa que, por entero
separado de las leyes de la
física y de la química según se expresan en
la teoría cuántica, tenemos también que
considerar la existencia de leyes de una clase por
completo diferente".
El viejo marco
teórico es incapaz de armonizar las dos físicas
nuevas, la Relatividad y la Física Cuántica. Esto
indica la medida de un cambio en el paradigma científico.
Tal vez ese cambio de paradigma sea la psicología
transpersonal. Tal vez, en un futuro cercano volvamos a ver a la
conciencia como la veíamos antes, como el alma
humana.
Año Cero (revista): América
Ibérica (editorial).
Atlantis and lost Lemuria: W. Scott Elliot.
Bhagavad Gita.
Diálogos, Timeo y Critias: Platón.
El testamento de Lobsang Rampa: Lobsang
Rampa.
Filosofía, Formación ética y
ciudadana: G. Schujman & E. Herszkowich.
In Joannis evangelium tractatus: San
Agustín.
La Atlántida: Geoffrey Ashe.
La materia concreta no existe: Sigurd von
Wurmb
Las Razas Adámicas: Etel Schulte.
Las Sagradas Escrituras.
Las profecías mayas: Edi. Kier
Protágoras: Platón.
Reportaje a dios: Jacobo Feldman.
Teosofía: Annie Besant.
Un mundo feliz: Aldous Huxley.
Gabriel Mahdi
Doctor en Metafísica y en
Parapsicología