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La promoción del desarrollo productivo



Partes: 1, 2

    1. Entendiendo a las Pymes, las
      microempresas y la cooperación
      empresarial
    2. Las instituciones y las
      políticas de apoyo a la mipyme
    3. El
      Desarrollo productivo local
    4. Anexo
    5. Bibliografía

    I.
    Introducción

    Los conceptos de competitividad
    y búsqueda de competitividad han adquirido una
    dimensión política y
    económica sin precedentes, casi como elementos de
    supervivencia en un país y en una sociedad que
    atraviesa una de las peores, sino la peor crisis
    estructural de su historia, socavando
    fundamentalmente la confianza publica, los lazos de solidaridad
    social y la visión de futuro.

    A grandes rasgos, creemos que los profundos cambios
    estructurales que hemos atravesado desde comienzos de los `90,
    que comenzaron por lo económico, pero que impactaron
    transversalmente lo social, lo cultural, lo político, y lo
    institucional,
    aún no terminan de ser calibrados por
    su magnitud, y es poco seguramente, todo lo que ya se ha dicho y
    escrito al respecto, porque probablemente serán las
    próximas generaciones las que revisen el tema con mas
    objetividad.

    Al mismo tiempo, desde
    los centros de poder, se ha
    instalado el tema de la
    globalización como un emergente y una síntesis
    superadora de todas las revoluciones industriales,
    tecnológicas y culturales acontecidas hasta el momento, en
    donde el planeta es una "gran aldea global" y todos somos
    ciudadanos de un mundo en supuesta igualdad de
    condiciones y oportunidades.

    Sin embargo parece existir un hilo conductor, un
    elemento "coordinador" y se lo ha denominado "competitividad",
    que es en efecto un elemento nuevo y "disciplinador", y al
    que todos estamos sometidos por igual.

    La competitividad es apreciada también como un
    elemento de supervivencia y dependerá de cada contexto en
    particular, ya sean países, regiones u organizaciones,
    la estrategia para
    enfrentar la cuestión. La pregunta que nos surge es
    entonces: ¿ Cómo enfrentar y como alcanzar esos
    "estándares" económicos o socialmente
    válidos, combinando en forma equilibrada crecimiento
    económico y desarrollo
    social? , sobre todo en un mundo con tantas y tan profundas
    asimetrías entre sociedades
    desarrolladas y sociedades emergentes.

    En este documento de trabajo, se
    intenta analizar algunos aspectos específicos acerca de
    las importantes transformaciones acontecidas alrededor del mundo
    de la producción y del trabajo que no pueden ni
    deben ser ponderadas únicamente desde una perspectiva
    económica, fundamentalmente al nivel de los territorios,
    en donde prevalecen las confluencias históricas, políticas,
    culturales, económicas y sociales que constituyen
    idiosincrasias y culturas locales, generalmente no percibidas ni
    entendidas desde los centros de poder y de
    decisión.

    Este material, aun en forma acotada, intenta
    desentrañar algunas de las claves que nos presenta la
    cuestión de la promoción de desarrollo,
    particularmente por parte de los operadores locales.

    Asimismo tiene un carácter interdisciplinario por naturaleza, y
    pretende simplemente ser un disparador de discusiones dentro y
    fuera del marco de la Universidad y de
    la cátedra, fundamentalmente porque nos sentimos
    profundamente involucrados por el impacto de estos cambios, en
    particular en las carreras de Ciencias
    Sociales, en donde el individuo es
    protagonista principal individual o colectivamente de su momento
    histórico.

    Nuestra pretensión es recorrer brevemente algunos
    conceptos vinculados a la problemática de las pymes y las
    microempresas, así como también abordar la
    cuestión del desarrollo local, a partir de presentar una
    experiencia institucional concreta.

    Asimismo se dejara planteado el tema de los roles que
    asume o debe asumir el Estado y
    las organizaciones de apoyo, como re-articuladores del tejido
    productivo ante los nuevos desafíos
    tecnoproductivos.

    Resulta oportuno decir aquí, que deseamos que
    éste material permita motivar la discusión dentro
    del ámbito de la Universidad Publica, y también en
    la comunidad en la
    que se encuentra inserta.

    Es de nuestro interés
    proponer el debate y la
    reflexión sobre las políticas y las organizaciones
    de apoyo al desarrollo
    económico y productivo, fundamentalmente en los
    ámbitos locales, porque es allí donde se juega el
    enorme desafío de construir organizaciones capaces de
    evolucionar, madurar y generar aprendizajes, que permitan de cara
    al futuro, enfrentar contextos complejos tanto en el orden
    nacional como internacional, y consiguientemente operar en un
    mundo que nos muestra todo su
    progreso, pero también sus desigualdades y
    contradicciones.

    Esta sistemátizacion de una experiencia
    institucional tiene su origen en el Seminario de
    Gestión
    Institucional de la Maestría en Economía y Desarrollo
    Industrial de la UNGS, que con sucesivos aportes y correcciones,
    describe un caso testigo de evolución institucional en un organismo de
    apoyo, o "agencia local de desarrollo" ubicada en el Conurbano
    Bonaerense, que ha contribuido con aciertos y con errores en la
    construcción y aprendizaje
    institucional.

    El documento examinara en su primer parte la
    cuestión del sector de las pymes y las microempresas en el
    escenario mundial de los últimos años, tanto en las
    economías desarrolladas como en las denominadas
    emergentes. También se describirán las
    potencialidades que ofrece el desarrollo de las conductas
    asociativas.

    En la segunda parte, serán descriptos brevemente
    los principales enfoques conceptuales, antecedentes y
    experiencias considerados por la literatura especializada, en
    materia de
    políticas específicas orientadas al desarrollo
    productivo. Asimismo se analizaran distintos enfoques acerca de
    las organizaciones de apoyo que han ido evolucionando en nuestro
    país, sus antecedentes, su grado de maduración y
    sus perspectivas futuras.

    La tercer parte, nos introducirá a la
    cuestión del desarrollo local, describiendo en forma
    sistemática un caso testigo de evolución
    institucional en un organismo de apoyo, o "agencia local de
    desarrollo" ubicada en el Conurbano Bonaerense, que ha
    contribuido con aciertos y con errores en la construcción
    y aprendizaje institucional.

    El documento contiene también dos anexos que
    describen experiencias exitosas de desarrollo
    asociativo.

    I.1 Antecedentes.

    Del artesano a la fábrica
    actual

    El artesano fue el antecesor directo de la
    producción industrial en serie, y la calidad de sus
    productos
    estaba íntimamente ligada a sus habilidades en el oficio,
    debido a que su sistema de
    producción estaba organizado en unidades donde no
    existía la división del trabajo.

    El artesano concentraba en su dominio las
    cuestiones elementales de la producción, tales como:
    diseñar, elegir las materias primas, confeccionar las
    herramientas y
    elementos de trabajo y dominar la técnica de esas
    herramientas. A lo sumo su familia y sus
    hijos participaban de sus secretos y sus técnicas
    de trabajo, que asumía así, una forma
    indivisa.

    Los sistemas
    productivos fueron evolucionando y el hombre se
    encontro ante la necesidad de producir mas unidades y elevar la
    eficiencia, lo
    que llevó a efectuar una división del trabajo, se
    fueron constituyendo empresas, con un
    tamaño cada vez mayor y el trabajo se
    fue dividiendo en diferentes especialidades.

    Esta división del trabajo produjo beneficios con
    respecto al sistema anterior, pero a su vez se produjo la
    primer ruptura, al perderse la unidad conceptual que tenía
    el artesano con respecto al producto.

    Con la división del trabajo dentro de la empresa y la
    especialización en distintas áreas, el producto
    comienza a ser el resultante de un conjunto de ideas concebidas
    desde distintos sectores, en consecuencia la salida de un
    producto es el resultado de un conjunto de actividades
    fragmentadas tanto en responsabilidad como en
    ejecución.

    En la actualidad, el análisis de la situación productiva
    de una empresa, su
    gestión de la producción y su entorno, nos permite
    conocer los factores que inciden en la calidad del producto, en
    la tecnología y en el mantenimiento
    de equipos e instalaciones.

    Estos factores le permiten a las empresas mejorar su
    competitividad, mejorar la calidad de sus productos, tener
    flexibilidad, contar con mejores recursos
    humanos, producir mejoras constantes en los diseños y
    reducir los costos, que son
    en definitiva las actuales exigencias de los mercados.

    En rigor, y apreciado en perspectiva histórica,
    la evolucion de los sistemas productivos y de las empresas,
    principalmente las industriales, tuvo en la segunda guerra
    mundial un elemento catalizador y promotor de cambios. En los
    EEUU, y en virtud de las exigencias del estado de
    guerra, los
    sistemas productivos debieron reorganizarce para cumplir con las
    demandas. Por ejemplo la utilización del control
    estadístico por parte de las empresas, permitió
    la producción de artículos militares de bajo
    costo y en gran
    cantidad, convirtiéndose en el país con mayor
    producción industrial, pero manteniendo la división
    del trabajo característica de la
    organización taylorista-fordista.

    I.2 La empresa como
    sistema

    Un sistema, en su concepción más simple es
    un conjunto de elementos vinculados entre sí, de manera
    tal, que un cambio en
    cualquiera de sus elementos afecta de alguna manera a los
    demás.

    Un sistema es abierto cuando interactua con su entorno,
    por lo que "una empresa es un sistema abierto que intercambia con
    el medio en el aprovisionamiento de la materia prima,
    en su relación con el mercado, en su
    relación con el estado, en su relación con la
    comunidad que lo rodea", etc.

    No obstante un sistema es mas que un conjunto de
    elementos vinculados, mas bien los elementos constituyen sus
    propios mecanismos que absorben insumos tanto del interior como
    del exterior, transformándolos y generando rendimientos
    determinados.

    (Por ejemplo, una planta industrial esta formada por
    elementos relacionados entre sí: departamentos, puestos de
    trabajo, tecnologías, insumos, materia prima
    etc.)

    Si analizamos su evolución histórica, las
    organizaciones de producción se remontan a dos corrientes
    desarrolladas hace aproximadamente un siglo, por un lado,
    Frederick Taylor
    desarrolló un modelo,
    conocido como "Administración
    científica",
    sobre la base de la tecnología
    que le proveyó la revolución
    industrial. Taylor, en su amplio análisis del sistema
    laboral,
    desarrollo este modelo, cuyo núcleo central
    contenía conceptos como la especialización de los
    puestos de trabajo, la detallada descripción de las tareas, la
    repetición de las actividades con muy poca o ninguna
    variación y la supresión del trabajo intelectual
    entre los operarios.

    Por la misma época, el sociólogo
    alemán Max Weber
    desarrollo el modelo que se conoció como "burocracia",
    que contenía principios de
    organización, tales como: sistemas de
    "relaciones jerárquicas" y "cadena de mando" como
    mecanismos fundamentales de coordinación.

    Para Weber las
    organizaciones deben ser gobernadas por un sistema claro y
    consistente de reglas escritas y procedimientos,
    que deben cubrir todos los puestos, tanto los operativos como los
    directivos. A su vez los operarios deben estar capacitados para
    cumplir con sus tareas y por lo tanto la competencia
    técnica debe ser la base para la asignación de los
    puestos y la promoción.

    Este tremendo salto que significaron estas ideas en
    comparación con las formas de organización
    anteriores se dieron en llamar "la burocracia
    mecánica"
    que surgió emergente de la
    fusión
    de las corrientes descriptas, con las que se alcanzaron niveles
    de rendimiento nunca antes obtenidos, mejorando a la vez el
    desempeño individual y la
    coordinación entre unidades de las
    organizaciones.

    Este modelo de organización industrial, que llega
    hasta nuestros días, ha permitido un enorme incremento de
    la producción industrial a lo largo del siglo XX, con
    indicadores
    altísimos de productividad,
    pero a su vez, se necesitaron grandes esfuerzos para mantener
    la
    motivación y la creatividad de
    la gente, que no ha podido ser suficientemente aprovechada a
    causa de la limitación y monotonía del
    trabajo.

    No obstante, como este modelo se desarrolló en
    buena parte del siglo en contextos estables y situaciones
    previsibles, se apelo casi exclusivamente a las motivaciones
    económicas.

    El presente encuentra a los sistemas productivos con
    contextos de alta incertidumbre, particularmente en las
    economías menos desarrolladas, y las palabras como
    globalización, regionalización y
    desarrollo local implican nuevos desafíos de competencia,
    de incesante desarrollo tecnológico, de comunicaciones
    cada vez más ágiles y con señales
    del mercado altamente inestables y complejas.

    Por lo visto, somos testigos de numerosos y
    trascendentales cambios en los escenarios, en el orden
    tecnológico, en el orden social y cultural que afectan el
    comportamiento
    de las sociedades, y estos cambios a su vez repercuten en el
    quehacer de los sistemas productivos, citemos algunos de
    ellos:

    • Los productos tienen ciclo de
      vida más cortos.
    • Los clientes son
      más exigentes, con tendencia a demandar
      mercancías con cero defecto y dispuestos a cambiar de
      proveedor.
    • El avance tecnológico a nivel mundial, es cada
      vez mas acelerado.
    • La competencia internacional es muy dinámica e impacta en nuestros
      potenciales mercados.
    • Los productos deben expandirse más allá
      de las fronteras, con la consecuente exigencia de adaptabilidad
      y riesgo.

    En estas circunstancias, se hace necesaria la adopción
    de políticas y medidas de carácter permanente que
    propicien el fortalecimiento de los sistemas productivos
    alrededor de la cuestión de la competitividad, la calidad
    y la productividad.

    El sector de las pymes, no es ajeno a estos cambios de
    escenario y lo ha venido demostrando con distintas estrategias a lo
    largo de los últimos años, algunas de
    carácter defensivo y otras de carácter proactivo,
    mediante la adopción de tecnologías apropiadas, con
    la adopción de políticas comerciales
    específicas y con modelos de
    gestión de la producción que dan cuenta de esta
    nueva realidad.

    I.3 El cambio de paradigma

    Debemos entender el concepto de
    cambio de paradigma,
    como el resultante del resquebrajamiento del paradigma vigente
    (viejo), en el cual se originan los elementos constitutivos del
    nuevo paradigma, que surge y se instala definitivamente cuando el
    viejo paradigma entra totalmente en crisis. El cambio implica
    asumir nuevos códigos, modelos, formas de
    actuación, valores,
    reglas, leyes, etc.
    vigentes hasta un determinado momento
    histórico.

    Una mirada al pasado nos permite observar que entre los
    fenómenos sociales de posguerra, el de mayor relevancia e
    impacto fue el de la "masificación del consumo", que
    fue un disparador revolucionario desde el punto de vista de
    cómo abordar la producción, hasta entonces
    concebida en términos taylorista- fordista", o modo de
    producción industrial basado en las economías de
    escala, que
    permitía producir en serie y reducir los
    costos.

    Boyer (1989) destaca como rasgos más
    representativos del fordismo:
    "Alta división del trabajo, aplicable en industrias de
    producción continua, especialmente bienes de
    consumo semiduradero, de gran escala, que posibilita la
    caída del costo unitario y por lo tanto precios
    menores para el consumidor, para
    productos estandarizados que exigen una alta inversión en equipos especializados
    posibilitando el empleo de
    obreros de baja calificación que se especializan en tareas
    rutinarias". Las industrias fordistas son altamente jerarquizadas
    y con tendencia hacia la integración vertical, basadas en que los
    beneficios obtenidos por la escala de producción y de
    comercialización absorben los extracostos
    de producción, buscando minimizar los costos de
    transacción (Williamson O. 1991). Estas industrias
    requieren de mercados crecientes, producen para almacenar y
    realizan más desarrollo de producto que investigación. La innovación se hace con base en la
    diferenciación, apoyada en fuertes presupuestos
    de publicidad.(OECD
    1992)

    La forma de organización taylorista-fordista se
    basa en el predominio de tecnologías en las cuales se
    concibe al hombre como
    una prolongación de la máquina, todo en función de
    lograr un proceso
    más eficiente.

    El paradigma fordista-taylorista ha entrado en la
    segunda mitad del siglo XX en un proceso de crisis, a pesar de
    mantenerse en los pliegues del sistema industrial. Este cambio
    esta relacionado con el cambio de las necesidades sociales, donde
    la individualidad, en oposición a la masividad, ha
    generado demandas más específicas, con
    requerimientos propios, y en un marco donde la globalidad de los
    mercados a acercado a las sociedades por intermedio de la
    comunicación y también por la enorme velocidad de
    cambio tecnológico. De hecho, las empresas deben enfrentar
    consumidores mas informados y exigentes, que de acuerdo con su
    posición económica requieren productos y servicios
    diferenciados o personalizados.

    Esta nueva concepción se concentra en torno a nuevos
    conceptos de gestión, tales como especialización
    flexible, capacidad de innovación y capacidad de
    aprendizaje.

    Las variables "no
    precio" juegan
    en este nuevo marco un rol trascendente, y la calidad, el
    diseño,
    el tiempo de entrega, el empaque, la
    armonización de los sistemas productivos con el medio ambiente
    y la información comienzan a ser factores claves
    en la producción de bienes y servicios, que influyen
    decisivamente en la competitividad empresarial.

    Asimismo, la organización de la producción
    trasciende las fronteras de la empresa individual, son los
    sistemas productivos los que aparecen como competitivos, y los
    conglomerados de empresas o clusters,
    adquieren ventajas competitivas por sobre los sectores
    industriales tradicionales. Estos conglomerados representan
    concentraciones industriales complementarias e interdependientes,
    que atraviesan sectores industriales y empresas de distinto
    tamaño, y que además incluyen proveedores de
    componentes, servicios, productores de bienes finales, etc. El
    sistema de distritos industriales que existe en el centro y norte
    de Italia, es un
    ejemplo claro de las ventajas que se obtienen, y regiones como el
    Véneto y toda Italia central, hoy en día viven con
    niveles de pleno empleo y hace no mas de veinticinco años
    eran pobres y carecían de industrias. (Saba,
    1997)

    Un punto central en este paradigma es que sus ventajas
    competitivas no son estáticas y no dependen por ejemplo de
    la cantidad o calidad de los recursos
    naturales, sino que son dinámicas y juegan un rol
    importante la calidad, el diseño y los servicios de pre y
    post venta,
    (Alavi,1990).

    En este sentido podemos decir que una determinada
    localidad o región no esta sujeta a una determinada
    capacidad competitiva, sino que puede crear y desarrollar sus
    propias ventajas competitivas, tomando como base de
    sustentación la cooperación y articulación
    de sus actores.

    II.
    Entendiendo a las pymes, las microempresas y la
    cooperación empresarial.

    En casi todas las economías desarrolladas, el
    resurgimiento de las pymes tiene rasgos característicos
    que tienen que ver básicamente con las grandes
    transformaciones en el escenario mundial, como el incremento de
    los flujos financieros internacionales, la constitución de bloques regionales, el
    crecimiento de la competitividad de los países emergentes,
    el colapso de los estados como planificadores de la
    economía y la difusión de la información
    tecnológica entre otros (Bianchi,1996). Por cierto en el
    "resurgimiento de la pymes" en los países
    industrializados, la literatura económica viene
    señalando una convergencia de factores tecnológicos
    y de mercado de tipo estructural.

    En muchos países las grandes empresas
    históricamente amenazaron la existencia de las pymes, pero
    su presencia también constituyó para las empresas
    locales un "desafío" de supervivencia y en muchas
    ocasiones un estimulo para la aparición de nuevas formas
    de identidad
    cultural y pertenencia a su comunidad.

    Pero a partir de la segunda mitad del siglo en las
    grandes firmas internacionales, la tendencia es de una
    reorganizacion productiva muy profunda , donde se preserva un
    nucleo central de competencias, con
    trabajadores cualificados y estables, rodeados de una amplia
    oferta de
    proveedores perifericos y externos, que dependen de las
    fluctuaciones de la demanda
    (Morgenstern, 2000)

    Así es que por ejemplo la experiencia europea nos
    muestra la existencia de firmas especializadas organizadas en
    redes, pymes
    medianas que operan en procesos de
    Internacionalización, subcontratación
    etc.

    Particularmente, podemos mencionar que en los
    últimos veinticinco años las pymes europeas
    comienzan a ser mas protagonistas como consecuencia de la ruptura
    de los modelos empresarios centralizados dejando espacios en esta
    fragmentación para su aparición. También
    surgen simultáneamente los espacios regionales de gobierno, y
    crecientemente los territorios dejan de ser considerados un mero
    soporte físico de radicación, para pasar a ser
    agentes transformadores
    de la economía local.

    Otro rasgo que explica este resurgimiento lo brinda una
    corriente teórica denominada "teoría
    de los nichos", que sugiere que la economía genera un
    numero de espacios de mercado que no son favorables para la
    producción a gran escala ( E. Penrose, 1959)

    Si nos ocupamos de relacionar estos conceptos con lo
    mencionado precedentemente en cuanto a la revalorización
    de los espacios locales, se nos presentan evidencias mas
    que contundentes de la existencia de pequeños mercados que
    no son atractivos para las grandes empresas, por su singularidad,
    por su ubicación geográfica etc.

    Otra de las enormes transformaciones en las
    economías desarrolladas que ha influido en este
    surgimiento de las pymes, tuvo que ver con el comportamiento de
    los mercados, con una demanda crecientemente selectiva, producto
    de un aumento generalizado del nivel de vida de las sociedades
    mas desarrolladas, modificando su comportamiento como
    consumidores, que exigen calidad, variedad, satisfacción
    como clientes etc. En este sentido, no podemos omitir realizar
    una referencia al rol que le cabe a los medios de
    comunicación, a través de la publicidad, que de
    algún modo también se "globalizo", generando
    exigencias de producto y de servicios, convirtiendo a la gente en
    consumidores pasivos. ( N. Chomsky 1998)

    II.1 Las pymes en las economías
    emergentes

    1. En los países menos desarrollados o
    "economías emergentes" los factores que explican la
    creación y evolución de las microempresas y las
    pymes no necesariamente son los mismos, y se requiere una
    contextualizacion o ponderación particular. Es indudable
    que casi todos los fundamentos que la literatura brinda para
    explicar la reemergencia de la pymes en las economías
    desarrolladas, de algún modo tienen validez y pueden
    explicar el comportamiento de las pymes en las economías
    de los países en desarrollo. No obstante, para quienes
    hemos transitado este proceso de aprendizaje y comprensión
    de la cuestión del desarrollo productivo partiendo desde
    las experiencias y evidencias concretas combinadas con el estudio
    sistemático de la cuestión teórica, este
    análisis nos permite involucrar los aspectos relativos a
    la evolución histórica, las cuestiones relativas al
    comportamiento de los actores sociales y los rasgos
    idiosincrásicos propios y específicos de cada
    contexto, y así explicar algunos comportamientos en
    particular.

    En primer lugar debemos señalar el enorme impacto
    de las políticas de ajuste estructural (macroeconomicas y
    regulatorias), surgidas desde el llamado "Consenso de Washington"
    a comienzos de los ‘90, aplicadas en nuestra
    economía, y muy similarmente en casi todas las
    economías latinoamericanas, modificando substantivamente
    las condiciones imperantes hasta entonces, particularmente en los
    niveles locales, verificándose que la mayoría de
    los sistemas productivos existentes (pymes, microempresas,
    infraestructura, comercios, etc.), no estaban preparados para un
    cambio tan abrupto de escenario.

    2. En segundo lugar es preciso comentar la
    cuestión del concepto usualmente utilizado para definir a
    la pyme,
    particularmente, el empleado para definirla desde los organismos
    gubernamentales centralizados, porque ha sido de una utilidad
    relativa, sobre todo en los primeros años del proceso de
    ajuste estructural, debido a que, por ejemplo el carácter
    que se pudo apreciar como mayoritario en las coronas
    industrializadas del Gran Buenos Aires
    (GBA), se asemeja mas a una configuración de micro,
    pequeña y mediana empresa, (mipyme) especialmente en el
    área metropolitana sur. Este mismo proceso es semejante en
    los otros conglomerados industriales que circundan a otras
    grandes ciudades del país.

    Además, es conveniente precisar que todo ese
    tejido industrial se caracteriza por haber tenido un crecimiento
    mas bien aleatorio, particularmente en las décadas de
    economía cerrada y de sustitución de importaciones y
    no han tenido un patrón único de desarrollo, sino
    que más bien responde a circunstancias sesgadas por las
    distintas coyunturas políticas y económicas del
    país.

    Como señala Jorge Kats,
    "la evolución del sector
    manufacturero argentino tiene un componente local
    idiosincrásico fuerte, que le otorga ciertas
    particularidades, no correspondiéndose claramente con el
    modelo fordista periférico"
    (Kats,1983)

    Adolfo Dorfman, aporta una descripción que
    permite comprender algunas de las influencias que operaron como
    disparadores del fenómeno de creación de empresas
    desde principios del siglo "En
    primer lugar cabe observar que, a pesar de tener algunos
    elementos comunes, la influencia de la guerra de 1914 fue
    marcadamente diferente de la que cupo a la gran crisis en el
    desenvolvimiento industrial argentino. Mientras durante aquella
    los establecimientos industriales surgían sin plan ni método,
    desapareciendo en buena medida pocos años mas tarde, la
    crisis posibilitó la aparición de industrias de
    otro tipo, apoyadas en general sobre responsabilidad
    técnica y capital
    suficiente, las empresas industriales entonces fundadas o
    ampliadas, lo fueron de acuerdo a normas
    preestablecidas basadas en un conocimiento
    mas intimo de las condiciones del mercado interno; enraizadas mas
    sólidamente en la realidad del momento económico
    argentino, supieron aprovechar y propiciar medidas de diversa
    índole, sobre cuyo respaldo perduraron"

    Las características que adopta la creación
    y evolución de una pyme pueden ser explicadas, por las
    determinadas particularidades idiosincrásicas que
    adoptó nuestra industria
    nacional a lo largo del siglo, enmarcadas en determinadas
    condiciones del contexto en cada etapa, con lo que
    podríamos pensar que sin un contexto protegido, muchas de
    ellas no hubieran surgido como lo hicieron, al calor de
    mercados cautivos, en ciertos casos prebendarios, como lo fueron
    los proveedores del estado. De todos modos, aun con estas
    particularidades de creación y evolución, es
    indudable que el desarrollo de las pymes es un emergente de una
    "cierta cultura del
    trabajo industrial"
    que en otras economías del
    subcontinente no se presentaron, pero que aquí se forjo en
    las últimas décadas del siglo pasado, con todas sus
    implicancias socioculturales y fue heredado por las siguientes
    generaciones.

    Desde los años ’60, fue generendose una
    profunda transformación de las características de
    las pequeñas y medianas empresas, el cambio generacional,
    la presión
    competitiva y la mayor facilidad para acceder a nuevas
    tecnologías han sido señalados como factores
    motorizantes de este cambio en las conductas
    empresariales.

    3. Este conjunto de factores fue promoviendo a su vez
    "procesos de aprendizaje no convencionales" constituyendo un
    sendero madurativo propio y desarrollando capacidades
    especificas.

    De todas maneras, las micro, pequeñas y medianas
    empresas que fueron conformando las concentraciones industriales,
    en términos territoriales, no rompieron con la lógica
    fordista y propiciaron los aprendizajes tecnológicos
    necesarios en orden a la atención que fue demandando la actividad
    industrial.

    Para describir estos efectos del aprendizaje, Nooteboom
    define a la percepción, la interpretación y la evaluación
    como categorías que condicionan el
    conocimiento en un doble sentido, que interactuan en un medio
    natural y social, dándole un carácter
    "tácito". Es lógico pensar, que nuestras pymes
    tuvieron recorridos idiosincrásicos en sus procesos de
    maduración y aprendizaje, prevaleciendo cierto
    "aislamiento", aunque perteneciendo a un mismo sistema de
    industrias, (por ejemplo las localizadas en el GBA, o en otros
    conglomerados industriales del país), con muy poco
    intercambio de información y escasa cultura de red, con actitudes de
    "autosuficiencia", sin preocuparse demasiado por el tamaño
    del mercado, la escala con la que operaban, los costos de
    transacción etc. Este comportamiento fue funcional con un
    contexto de economía cerrada, provocando que los procesos
    de aprendizaje, aún los del tipo adaptativo, se
    desarrollaran muy lentamente.

    La configuración que asumió el desarrollo
    industrial argentino, tiene su costado positivo y su costado
    negativo, ya que al no haber seguido un patrón madurativo
    "ortodoxo", tal como en las economías desarrolladas, se
    incrementó la brecha tecnológica en todo ese
    período, pero a su vez se evidencia que esta
    configuración alumbró una "cultura industrialista"
    cuyos rasgos idiosincrásicos se consolidaron aún
    con todos los riesgos que
    esto implica, con el deseo implícito de mantener estas
    condiciones protegidas, con cierto consenso y complicidad, aunque
    en forma "tácita, al interior del sistema industrial, que
    se manifestaba cooperativamente (podemos recordar que en
    ocasión del primer intento de apertura, hacia finales de
    los ’70, los productos importados eran descalificados por
    su supuesta "baja calidad"), asumiendo un mecanismo de defensa y
    autoconvencimiento de que la producción nacional era
    mejor.

    "Acaban así juntándose lo
    peor de varios mundos: una tecnología suboptima de
    producción y una ingeniería domestica dedicada a resolver
    los problemas
    intrínsecos de una escala inadecuada y una división
    social del trabajo inmadura"

    (Kats y Kosacoff, 1988)

    Otro aspecto rescatable del desarrollo de esta "atmósfera industrial
    heterodoxa" (o a la argentina), podemos distinguirlo no solo en
    el aprendizaje
    tecnológico de las organizaciones productivas, sino
    también en los entornos socioeconómicos y
    culturales que generaron, como por ejemplo la valorización
    por parte de las familias de la educación
    técnica para sus hijos, fundamentalmente los de la
    clase
    trabajadora.

    Esta conformación de la concentración
    industrial que describe a la mayoría de los conglomerados
    del país parece no responder a la definición
    clásica ofrecida por Alfred Marshall de un distrito
    industrial: "como una
    concentración de empresas de pequeña
    dimensión, localizadas en un espacio limitado, que
    conviven la misma "industrial atmophery" y que están
    especializadas en un sector predominante".

    De todas maneras, una mirada más atenta de la
    literatura nos indica que no hay "modelos standard", mas bien
    existen sistemas socio-productivos con diferentes
    características adoptadas en orden a evoluciones
    histórico-económicas y socialmente diferentes.
    (Dini, 1992)

    II.2 La microempresa como
    creación de cultura y valor

    1. Explicar el fenómeno microempresarial nos
    introduce en la cuestión de preguntamos cuales fueron los
    factores que operaron en la decisión de creación
    empresas en un contexto como el que hemos intentado describir
    precedentemente, a su vez, al guiarnos por los enfoques
    teóricos, advertimos que existen conceptos mas que
    precisos para definir la cuestión de la empresarialidad:
    "Un empresario es
    una persona que
    detecta una oportunidad en el mercado, reúne los recursos
    necesarios para desarrollar la iniciativa y percibe la demanda
    del medio" (Mason, 1999)

    En esta línea, Colin Mason explica que la
    constitución de una empresa no es necesariamente
    sinónimo de un "acontecimiento empresarial", pero si lo es
    la innovación.

    Los diferentes factores que operan en el proceso de
    decisión de emprender pueden ser económicos,
    culturales, psicológicos, creativos, por necesidad de
    aprender, por satisfacción personal etc. La
    empresarialidad no nace, se desarrolla a partir de una gran
    cantidad de experiencias combinadas.

    En este sentido, debemos reconocer dos formas de
    concepción: un tipo de emprendimiento que genera empleo
    pero no riqueza
    , con el espíritu del "empresariado
    social". Y otro tipo de emprendimiento que genera riqueza pero
    no empleo
    , (en el sentido masivo), pero que su paulatina
    inserción en el sistema económico formal, agrega
    valor y
    consecuentemente impulsa la creación de empleos en su
    entorno (proveedores, clientes, etc.)

    La caracterización del sector microempresarial
    puede hecerse en forma paradigmática: "es un agente económico de pequeña
    dimensión cuya organización de la
    producción, y su relación con el mercado es de
    carácter formal, no obstante lo cual posee un perfil
    específico signado por la información imperfecta,
    el escaso desarrollo tecnológico, la falta de
    tecnologías de gestión, las limitadas redes de
    comercialización, y las escasas posibilidades de acceso al
    crédito".

    Dentro de esta caracterización, su tamaño
    es otro componente a ponderar, si bien la relación
    facturación – personal ocupado, aunque
    legítima, nos remite a una simplificación, por
    cuanto existen empresas de pequeño tamaño pero con
    un contenido tecnológico de punta (capital intensivo), que
    las habilita para desarrollarse exitosamente en contextos
    altamente competitivos.

    Otro de los aspectos a considerar respecto de la
    caracterización de la microempresa es su relacionamiento
    con otros agentes y su "cultura de red" (instituciones
    no gubernamentales, educativas, programas de
    fomento, agentes municipales, etc.). En este sentido deben
    tenerse en cuenta las diferencias que pueden existir entre
    regiones donde se desarrollan, haciéndolo desde una
    perspectiva dinámica, de modo que se interpreten
    determinados condicionantes históricos, socioculturales e
    institucionales, que pueden inducir o inhibir las conductas
    emprendedoras.

    Esta percepción de las distintas formas que puede
    asumir el desarrollo de la microempresa debe involucrar el
    impacto sobre el hombre concreto y su
    entorno, la trascendencia de la pequeña dimensión
    como agente económico en el espacio local, y la incidencia
    social y cultural que rescata valores un tanto perdidos, tales
    como la cooperación, la solidaridad, las redes
    económicas locales y el trabajo asociado.

    2. La constitución de espacios tendientes a
    estimular y facilitar el fenómeno emprendedor y el
    funcionamiento de microempresas debe realizarse con suma
    responsabilidad, porque lo cierto es que no todas las actividades
    que surgen y se desarrollan tienen potencial real de crecimiento.
    Solo es posible establecerlo a partir de un diagnóstico particularizado donde se puedan
    fijar las posibilidades concretas de expansión, la mejora
    de la calidad, de la competitividad y la consecuente
    generación de empleo. Se debe trabajar en la
    identificación adecuada del potencial individual o grupal
    de crear una microempresa, sobre todo en aquellos segmentos menos
    informados y procurar su transformación en sujetos
    dinámicos, impulsando su gradual "nivelación" y su
    paulatina inserción o reinserción
    socioeconómica.

    El apoyo institucional debe estar orientado a ayudar a
    identificar oportunidades, motivar su realización, validar
    los proyectos en el
    medio y procurar los recursos necesarios.

    Para alcanzar este tipo de objetivos,
    deben articularse la mayor cantidad de sistemas institucionales
    posibles tendientes a la formación de sujetos capaces de
    operar adaptándose a los diferentes sistemas
    socioculturales que existen dentro de nuestro país. Estos
    sistemas institucionales tendrán la responsabilidad de
    identificar los potenciales proyectos individuales, y articular
    todos los mecanismos de apoyo posibles para que una microempresa
    en cualquier punto de nuestra geografía, crezca, se
    fortalezca y aporte a una cultura del trabajo que le devuelva
    dignidad y
    multiplique la riqueza.

    Actualmente se plantea otra discusión acerca del
    rol de la micro y la pequeña empresa y el lugar que ocupa
    en la dimensión local como factor determinante de
    generación de empleo. A tal punto que es objeto de debate
    de los organismos internacionales, de las Naciones Unidas,
    de organizaciones no gubernamentales, nacionales e
    internacionales y de los organismos de crédito. Asimismo
    se incluye en las agendas de los gobiernos, tanto en los
    países centrales como en las economías
    emergentes.

    3. La capacitación y la formación
    permanente constituyen un factor dinámico y determinante
    para alcanzar en mejores condiciones el éxito
    de los emprendimientos productivos, especialmente en el
    fortalecimiento de las capacidades innovativas de los individuos.
    Se puede observar que el sistema
    educativo formal aun no provee adecuadamente los elementos
    que sostienen la relación escuela – mundo del
    trabajo
    , y recién ahora están apareciendo en
    forma programatica las propuestas que signifiquen para los
    alumnos reconocer en la conducta
    emprendedora una opción laboral. Asimismo, la lentitud
    para adaptar sus estructuras y
    sus programas a los cambios en el sistema económico y
    productivo, tanto para el nivel medio como para la educación de los
    adultos, no permite promover con fuerza el
    estimulo al desarrollo de las capacidades
    emprendedoras.

    En este sentido, un desafío significativo en el
    campo del diseño de las políticas gubernamentales
    es fortalecer la articulación escuela – mundo del
    trabajo,
    asociando la promoción de las conductas
    empresariales con el progreso de una región determinada,
    como sistema virtuoso inclusión social.

    Además, el aumento de las capacidades
    emprendedoras como instrumento del desarrollo local, genera
    procesos de aprendizaje que desbordan la dimensión
    estrictamente pedagógica e interactúan en forma muy
    rica y diversa promoviendo individual y colectivamente
    "ambientes" proactivos que operan eficazmente en orden a las
    necesidades de movilización del potencial
    humano.

    La promoción exitosa de la microempresa y las
    capacidades emprendedoras ira en aumento en función de
    contextos con externalidades más favorables, es decir con
    un ambiente
    institucional, un ámbito sociocultural y un marco de
    consenso adecuado. A lo que debe sumarse un adecuado manejo de
    los instrumentos técnicos de apoyo, el conocimiento de las
    categorías socioeconómicas existentes, la
    máxima capacidad de divulgación y la gestión
    participativa.

    Nuestro proceso de desarrollo, con indicadores
    débiles de integración productiva y participación ciudadana, nos ha llevado a
    padecer el proceso de desindustrialización y la paulatina
    pérdida y desaparición de competencias
    laborales, con escasas respuestas institucionales, limitando
    las posibilidades de reinserción de los individuos que
    fueron siendo excluidos del modelo. Es por ello que las
    estrategias de desarrollo de capacidades emprendedoras deben
    realizarce en forma constante y sistemática, de modo que
    tengan un impacto real en el medio y no se transformen en
    instrumentos con escasa o nula influencia en la actividad
    económica y con el riesgo de seguir engrosando ese
    "ejercito de reserva" que es el microemprendimiento de
    subsistencia que no incorpora aprendizajes ni genera nuevas
    capacidades.

    II.3 La cooperación empresaria, la
    asociatividad y las alianzas estratégicas.

    En nuestro país las experiencias de la
    cooperación empresaria parecen haber surgido como una
    estrategia de respuesta frente a los nuevos escenarios y la
    adopción de diferentes formas de cooperación, en
    muchos casos espontaneas e intuitivas se constituyeron
    principalmente a partir de la dinámica que fueron
    adoptando los mercados, cuya expresión más
    evidente, aunque no única, fueron los procesos de
    internacionalización del sistema
    económico.

    Si observamos con atención lo ocurrido en las
    pymes de los países desarrollados como respuesta a la
    globalización de los mercados, es decir la
    eliminación paulatina de barreras internacionales al
    comercio, la
    irrupción masiva de las tecnologías de la
    información, y la volatilidad de la demanda entre otros,
    advertimos que las empresas pymes, a modo de respuesta
    "defensiva" redefinieron radicalmente las interacciones
    existentes con el resto de los agentes económicos e
    institucionales ( Bessant,1991)

    En este sentido, estas mismas señales en los
    países en desarrollo han significado que muchas pymes,
    aunque con distinto grado de percepción, fueron
    advirtiendo que su propia subsistencia dependía tanto de
    las tareas a emprender en el campo de la reconversión
    productiva, como de una profunda transformación cultural
    que implica en un sentido shumpeteriano, innovar y tomar riesgos,
    pero a su vez desarrollarse en un nuevo espacio de consenso, es
    decir producir una saludable articulación, individualidad
    – competidores , sin apartarse de los rasgos centrales de
    la organización capitalista.

    El nuevo concepto de cooperación fue ganando
    adeptos, en parte por una sistemática difusión del
    tema, pero también fue surgiendo la necesidad de conocer
    cada vez mas acerca de esta practica organizacional, sobre sus
    beneficios y también sobre los riesgos que implica
    "asociarce para emprender". La cooperación como estrategia
    empresarial fue tomando forma, como un proceso en el cual, las
    relaciones interempresarias permiten alcanzar mejoras en la
    competitividad, más alta rentabilidad,
    disminución de riesgos y de costos de coordinación,
    entre otros.

    En términos técnicos "los acuerdos de cooperación entre empresas
    constituyen un fenómeno de relevancia creciente que
    responde a una nueva estrategia empresarial frente a los cambios
    en la organización industrial. Dichos acuerdos implican,
    por un lado el mantenimiento de la
    personalidad jurídica independiente de las empresas,
    quedando por tanto excluidas las fusiones y, por
    otro, el establecimiento de formulas de colaboración en
    proyectos, nacionales o transnacionales, de investigación,
    producción y comercialización" ( Costa
    Campi, Teresa. 1989)

    Las tendencias en materia de cooperación, no
    obstante tardan en madurar en nuestro medio, aun demostrando ser
    una metodología importante para desarrollar
    estrategias defensivas frente a la internacionalización de
    la economía, pero también para crecer en
    condiciones más que difíciles. Entre las formas de
    cooperación que se han adoptado, tal vez imprecisamente,
    se encuentran las modalidades mas conocidas como el outsourcing, las
    redes, la tercerización o el benchmaking.

    Veamos para una mejor comprensión una
    tipología que fundamenta la importancia de los acuerdos
    empresariales construida por Mariti y Smiley, (1982) Se orientan
    a:

    1. Mejorar la competitividad a partir de un aumento de
      la flexibilidad y del uso de un patrimonio
      colectivo de tecnología e
      información.
    2. Producir conocimientos en un sentido amplio
      (investigación precompetitiva común, actividades
      comunes de ingeniería y de desarrollo), efectuar las
      adaptaciones de los desarrollos a escala
      industrial.
    3. Participar en un circuito de transferencia de
      tecnología y de innovación de
      productos.
    4. Penetrar en mercados externos aprovechando la red de
      comercialización del socio.
    5. Aumentar la especialización
      productiva.
    6. Producir bienes a partir del uso de licencias,
      subcontratación, empresas comunes etc.

    Asimismo, otro factor al que se le debe asignar suma
    importancia para el establecimiento de relaciones de
    cooperación es la "confianza entre los actores",
    siendo el proceso de socialización local y la mirada en el medio
    global lo que permite al empresario crear nuevos vínculos.
    (Johanisson,1999)

    Las relaciones de confianza permiten la
    aproximación de variados recursos que no se limitan al
    ámbito empresarial exclusivamente, sino que involucran
    relaciones implícitas o explícitas entre diversos
    agentes económicos, como las empresas manufactureras y de
    servicio, las
    instituciones gubernamentales, las universidades, las ong’s,
    etc. En este sentido, resulta ilustrativo comentar que una de las
    fortalezas del modelo italiano del Norte, es precisamente las
    relaciones de confianza que existe entre los empresarios en los
    ámbitos locales, permitiéndoles potenciar las
    acciones
    empresariales, realizando la mayoría de sus acuerdos en
    variados ambientes "informales" (club, bares, restaurantes,
    etc.)

    Los acuerdos de colaboración/cooperación
    que las empresas pueden realizar, se corporizan a través
    de la adopción de prácticas comunes concertadas
    entre dos o más empresas independientes a lo largo del
    tiempo, que apuntan a llevar a cabo proyectos comunes de distinto
    tipo. "Son instrumentos utilizados
    por las firmas para crear nuevas competencias y recursos en un
    proceso que implica aceptar un riesgo común en vistas a
    compartir una ganancia esperada." (Bourgeois y
    Monateri,1994)

    Los obstáculos

    Si bien es cierto que siempre existieron diversas formas
    de relaciones interempresariales, debe admitirse que en nuestro
    país, el contexto empresarial forjado a partir de una
    economía cerrada durante tantos años, ha inhibido
    la conformación de una la "cultura de red", influyendo en
    el proceso de aprendizaje de las empresas, particularmente las
    pymes. Es por ello que las nuevas relaciones que surgen a la
    luz de un
    escenario más abierto y competitivo produce en las firmas
    impactos increméntales positivos sin demasiado riesgo para
    su tradicional individualidad involucrándolas en un
    proceso de "transición de su cultura empresarial" para
    llegar a otras formas de cooperación más
    complejas.

    El principal problema, se sustenta en lo profundo y
    arraigado en la cultura no cooperativa de
    la gran mayoría de los pequeños y medianos
    empresarios, que como señalábamos precedentemente,
    en algún momento adoptaron complicidades regresivas,
    frente a la evidencia de los cambios tecnológicos, pero
    siempre manteniendo un comportamiento individualistas en
    relación al mercado, a sus competidores, a sus clientes,
    etc.

    Indudablemente, este sendero no cooperativo que
    caracterizo el aprendizaje de las empresas en general y de las
    pymes en particular durante décadas, ha impactado de
    diversas formas y los nuevos desafíos que se plantean, a
    partir de los turbulentos cambios de escenario, inevitablemente
    va configurando un nuevo orden con la consecuente
    construcción de nuevas respuestas estratégicas y
    nuevas pautas culturales y de conducta.

    A modo de ejemplo, podemos citar que en un relevamiento
    realizado en un distrito del área metropolitana sur del
    GBA, (Lomas de Zamora), uno de sus indicadores, permitió
    apreciar que a partir de 1990, un alto porcentaje de las pymes
    encuestadas, realizó inversiones en
    tecnología, (Nacional, Importada o por Desarrollo propio),
    en donde el proceso de decisión, de búsqueda de
    información y de análisis de viabilidad
    técnico-económico se produjo a partir de sus
    propios indicadores y necesidades, su propio "termómetro" o intuición de las
    nuevas señales de competitividad, confirmando que
    nuevamente reprodujeron sus prácticas aisladas, propias de
    los ambientes no-cooperativos de las décadas
    pasadas.

    Las estrategias

    Las posibilidades de generar respuestas empresarias
    tanto individual como en forma asociativa para enfrentar la nueva
    situación, pueden asumir diversas formas, individualmente
    poniendo en marcha la reestructuración de los procesos
    productivos, promoviendo el mejoramiento continuo de la calidad,
    incrementando la capacitación de sus recursos humanos,
    profesionalizando la gestión, mejorando los mecanismos de
    control,
    etc.

    Asimismo las estrategias asociativas permiten realizar
    acuerdos con otras empresas, por ejemplo de
    comercialización, de manufactura,
    de uso de licencias, de investigación y desarrollo
    tecnológico o de subcontratación.

    Estas estrategias, que generalmente son las recomendadas
    como respuestas empresarias frente a los cambios, implican para
    los empresarios asumir determinados riesgos y enfrentar nuevas
    situaciones que indudablemente los alejan del paradigma y la
    "cultura" en la que se han desempeñado tradicionalmente, y
    es esperable encontrar conductas reacias y cierta desconfianza,
    pero a la vez los pone frente a una oportunidad que no solo
    compromete lo mas importante para un empresario: su capital y sus
    activos
    específicos, sino que los involucra en aspectos
    concernientes a sus relaciones en el ámbito de la
    producción.

    Una de las claves para romper esa cultura del
    aislamiento, probablemente sea la generación de ambientes
    proactivos a la cooperación, e inducir nuevos espacios
    para el aprendizaje acerca de los beneficios de adoptar
    estrategias asociativas como forma de enfrentar el desafío
    competitivo. Johannisson, (1997)

    "En un contexto de mercado abierto las
    pymes solo pueden ser competitivas si operan en relaciones de
    cooperación, es decir si están seguras de encontrar
    otras firmas poseedoras de una especialización
    complementaria" (Bianchi, 1996)

    En nuestro país aún son escasas las
    experiencias que se registran en materia de cooperación
    empresarial, no obstante, resulta útil mencionar que estas
    van adoptando diversas formas, aunque incipientes, que dejan
    entrever efectivamente un cambio de actitud en
    muchas empresas pymes, respecto de realizar este tipo de
    acuerdos, que en todo caso no siempre asumen
    características de "manual", sobre
    todo al principio, pero que a medida que los protagonistas van
    "confiándose recíprocamente", (y esto conlleva la
    sintonía personal también), aparecen en escena
    más fuertemente las herramientas formales para la
    construcción de un proyecto
    común.

    Por cierto, existen variadas formas de
    cooperación: de recursos financieros, humanos o
    tecnológicos con un fin determinado, que se pueden plasmar
    a través de organizaciones independientes, estableciendo
    conexiones estables o simplemente, consistir en el intercambio de
    servicios o personas.

    2da Parte.

    1. Las
      instituciones y las políticas de apoyo a las
      mipymes

    1.1 Los estímulos a las políticas de
    competitividad, sobre todo en el ámbito de las
    economías emergentes aparecen casi como un desafío
    hacia la teoría dominante, señalando a la vez el
    ocaso de las políticas industriales
    tradicionales.

    Las recomendaciones orientadas a "nivelar el campo de
    juego"

    mediante la corrección de las fallas de mercado claramente
    identificadas y el apoyo a las actividades productivas en
    general, a través de la mejora de la operación de
    los mercados, plantean sin lugar a dudas que "las
    instituciones están llamadas a tener un rol
    significativo"
    . ( W. Perez, 1997)

    Esto implica vincular muy íntimamente las
    propuestas de políticas e instrumentos con las demandas de
    las empresas y con las necesidades dinámicas de
    mejoramiento competitivo en un territorio determinado, asumiendo
    que es necesario darle un carácter acumulativo en cuanto a
    la articulación y vinculación operativa de los
    instrumentos, con un horizonte de aplicación de mediano y
    largo plazo y privilegiando el desarrollo de acciones colectivas
    o grupales empresariales. (Gatto, F. 1997)

    Las Instancias territoriales y locales mixtas o privadas
    que se hacen cargo de las funciones de
    apoyo al desarrollo económico constituyen un conjunto de
    temáticas y problemáticas que podríamos en
    principio ubicar alrededor de las cuestiones de estrategia
    institucional de los gobiernos locales, pero sin dudas, dichas
    instancias no son independientes de la dinámica local y de
    la estructura
    productiva que se desarrolla en particular.

    En los países en desarrollo en general y en el
    nuestro en particular, los gobiernos locales tienen el enorme
    desafío de ser cuidadosos con la compatibilidad de los
    incentivos y
    con sus propias limitaciones administrativas, ya que en general
    el estado, el mercado y la comunidad local plantean mecanismos de
    coordinación altamente imperfectos. El estado puede jugar
    un papel clave en la coordinación que permita el paso al
    desarrollo económico y productivo, y la clave puede ser
    descifrar cuales factores pueden potencialmente predisponer al
    estado a implicarse en el desempeño económico de
    los actores. Entre estos factores hemos encontrado que los fallos
    institucionales mas frecuentes están dados por la
    incapacidad para forjar compromisos creíbles, que
    garanticen los derechos de propiedad, que
    atenúen los conflictos
    distributivos entre los diferentes grupos
    sociales, que equilibren las desigualdades en la distribución del poder, y que coordinen la
    gestión de los bienes públicos y los recursos
    comunes, como forma de conducir al un desarrollo económico
    equitativo.

    En su mayoría, las teorías
    sobre desarrollo institucional nos plantean que en los
    países en desarrollo, las instituciones no son maduras
    como para garantizar un desarrollo coherente con su entorno y su
    evolución es parcial, pero sin embargo, la mayor
    deficiencia institucional que limita el desarrollo
    económico se relaciona con el mercado financiero, pues es
    en el mercado financiero donde se consiguen los fondos necesarios
    para pasar de una visión de corto plazo a una de largo
    plazo. Un deficiente desempeño institucional
    limitaría entonces este desarrollo.

    Las instituciones actúan como garantía de
    transparencia económica, y en otros casos el gobierno
    actúa como catalizador que genera apoyo al sector privado.
    La experiencia en los países en desarrollo es acotada, por
    cuanto el papel del estado y sus instrumentos de apoyo, como por
    ejemplo el financiamiento, esta generalmente sujeto a
    intereses políticos o a orientaciones no
    rentables.

    Para Douglas North, esta persistencia de instituciones
    disfuncionales a través del tiempo, tiene que ver con una
    interacción generada entre modelos mentales
    de los miembros de la sociedad y los incentivos estructurales,
    así como también esta trayectoria de desarrollo
    institucional tiene que ver con los acuerdos políticos a
    los que la sociedad llega. En los países en desarrollo,
    esta barrera política a una mejor institucionalidad esta
    directamente vinculada con los conflictos de distribución
    y con las asimetrías en las negociaciones de poder.
    (North, D. 1990).

    En consecuencia la coordinación colectiva y la
    heterogeneidad social son elementos clave para limitar o no el
    desarrollo institucional, mas aun si se da la existencia de
    ganadores y perdedores entre grupos
    sociales.

    Si tomamos por caso a los municipios, podemos comenzar a
    plantear la cuestión diciendo que para los gobiernos
    locales, los conflictos de distribución se ahondan si la
    estrategia institucional es deficiente, así como
    también esa misma debilidad institucional perjudica
    cualquier tipo de acción
    conjunta entre los niveles del gobierno central, los gobiernos
    locales y las organizaciones de la sociedad
    civil.

    En parte, la heterogeneidad social y su reflejo en la
    heterogeneidad de los diferentes grupos de poder que operan en el
    nivel local obstruyen o directamente eliminan gran parte de las
    posibilidades de acuerdos.

    El problema de la distribución también se
    puede palpar a partir de los escasos o nulos procesos de descentralización que existen y las fallas
    institucionales son mas graves a nivel local, aun cuando en
    general en los debates acerca del rol del Estado versus el
    Mercado, la cuestión en general se ignora o pasa a segundo
    plano. Aquí es preciso señalar que la
    ubicación relativa de un territorio, es decir, si forma
    parte de un conglomerado o si se encuentra en una zona rural, va
    a constituir a la provisión de bienes públicos como
    algo crucial, (los caminos, la electricidad, el
    riego, la educación, la salud publica,
    la higiene etc.) y
    entonces la gestión eficiente de los recursos de propiedad
    común estará vinculada en forma directa a la
    estrategia institucional.

    El problema es entonces que no existen instituciones
    locales con suficiente capacidad de gestión o como sucede
    generalmente, los programas de desarrollo son débiles, mal
    diseñados o mal administrados por una burocracia central,
    descoordinada respecto de las instancias locales o en ocasiones
    poco transparente, y por lo tanto no puede ser responsable o
    sensible a las necesidades de una comunidad local
    determinada.

    El mismo problema para la gestión de los recursos
    locales de propiedad común lo tienen las organizaciones
    comunitarias locales, (ong's, asociaciones de la sociedad civil,
    etc.), debido generalmente a una importante fragmentación
    social, que en Argentina en los últimos tiempos se ha
    profundizado, con lo que se que inhiben o retrasan las distintas
    formas de cooperación para el desarrollo de instituciones
    comunitarias, sobre todo si la sociedad local es
    heterogénea (por caso los grandes aglomerados urbanos) o
    con acervos histórico-culturales particulares.

    No obstante, existen evidencias respecto de que las
    instituciones a nivel local refuerzan mejor los acuerdos y las
    normas de cooperación cuando el régimen de
    propiedad subyacente no es demasiado desigual y por lo tanto los
    beneficios generados se comparten mas igualitariamente entre los
    actores. Los estudios sobre el caso de las regiones italianas
    permiten establecer que las relaciones de confianza y las normas
    de reciprocidad son más efectivas cuando las redes
    sociales son más horizontales, es decir, cuando comprenden
    personas con similar estatus y poder. (Bardham, P, 1999). En
    nuestro país, estas situaciones son mas factibles en
    algunas comunidades del interior.

    Entonces, si gran parte de la teoría de la nueva
    economía institucional se centra en los fallos del
    gobierno, en particular en su incapacidad garantizar los derechos
    de propiedad, también deben plantearse otro tipo de fallos
    institucionales, no menos importantes, como son los conflictos de
    distribución entre los distintos grupos sociales y las
    desigualdades en la distribución del poder y los recursos.
    Estas fallas, pueden evidentemente retrasar o directamente
    bloquear el funcionamiento institucional que permita un
    desarrollo más equitativo, que resalta mas aun al nivel de
    los gobiernos locales con una gestión de los bienes
    públicos por lo general, altamente ineficiente.

    Si observamos el comportamiento de las estructuras
    institucionales en las sociedades mas desarrolladas, advertimos
    la existencia de instituciones de tipo legal y corporativa, con
    el fin de reducir las incertidumbres en la interacción
    social y disminuir los costos de transacción, para que los
    actores puedan obtener beneficios a partir de las mejoras de
    productividad. Estas instituciones incluyen derechos de propiedad
    minuciosamente definidos, garantías y contratos
    formales, marcas,
    responsabilidad limitada, leyes de bancarrota, y estructuras de
    gobierno que limiten los problemas de oportunismo ex-post
    (Williamsom, 1985).

    En cambio en los países menos desarrollados,
    estructuras como las anteriormente descriptas, no existen o han
    sido mal o débilmente desarrolladas, y los estados son
    débiles para actuar como garante de estos derechos e
    instituciones. Asimismo, nos muestra por ejemplo que el progreso
    del Sudeste asiático, se produjo bajo formas de liderazgo de
    familias empresariales chinas, es decir con un contexto socio
    histórico particular que ha facilitado el progreso
    industrial, alrededor de organizaciones más colectivistas,
    o de redes basadas en clanes, que con sus particulares formas
    pueden a veces proveer de una alternativa viable a las leyes y
    los contratos y a los derechos de propiedad.

    Un estudio sobre empresarios chinos en Hong Kong,
    Taiwan, Singapur e Indonesia, ha demostrado como a través
    de redes sociales especificas o clanes, construyen un sistema
    dependiente del control patrimonial de los individuos clave,
    bonos de
    obligación personal y directrices vinculantes.
    (Redding,1990)

    En las organizaciones basadas en los clanes, la
    congruencia de los objetivos, y por lo tanto el menor
    oportunismo, se logra mediante procesos de socialización,
    y la evaluación
    de desempeño tiene lugar a través de la
    apreciación de señales sutiles, que solo pueden ser
    observadas por otros miembros del clan. Es decir que en
    determinados contextos socio históricos la
    evaluación de desempeño puede parecer ambigua
    respecto de las organizaciones burocráticas o de las
    relaciones de mercado, y no parece verificable por una tercera
    parte que ejerza la autoridad.

    La necesidad de la existencia de instituciones locales
    que sean capaces de reducir los costos de transacción, y
    no trabar el desempeño de los distintos agentes
    económicos constituyen ciertamente un desafío y mas
    aun en los países menos desarrollados, donde en general,
    estas instituciones funcionan de manera ineficiente o son
    inexistentes y por ende los conflictos de distribución del
    ingreso antes mencionados son producto de impedimentos
    institucionales.

    Así como la eficiencia y la equidad de un
    orden social dependen en gran medida de su sistema institucional
    y subordinadamente, de la calidad de sus organizaciones,
    también lo son porque van a influir en la estructura de la
    producción, incluso negativamente, tendiendo a perpetuar
    el subdesarrollo
    a causa de las incertidumbres de largo plazo, y de la
    evolución de los conocimientos y habilidades del conjunto
    de la sociedad.

    Esto se explica porque las organizaciones son entidades
    diseñadas por sus creadores para alcanzar objetivos,
    dentro de un marco de oportunidades que existen en el entorno y
    la interacción entre todos los actores, va a delimitar el
    potencial de oportunidades, ya sean económicas o
    políticas. Ciertamente son tareas que implican grados de
    incertidumbre, por lo que se debe invertir en información,
    y esta cuestión va a depender del particular contexto
    institucional, convirtiéndose en un factor decisivo para
    generar propuestas de desarrollo a largo plazo en una sociedad
    determinada.

    Las señales que brinda todo marco institucional
    no son unívocas, y contienen elementos contradictorios, es
    decir en economías muy productivas podemos encontrar
    instituciones que generan comportamientos ineficientes. Y cuando
    comparamos países desarrollados y países en
    vías de desarrollo la cuestión pasa por cierta
    dinámica, orientación o punto de
    equilibrio dado. Lo importante va a ser saber si el tipo de
    conocimiento disponible juega como un elemento dinamizador o como
    un obstaculizador del desarrollo. Y dado que el cambio social es
    altamente dependiente de las representaciones mentales o modelos
    subjetivos de los actores, si se incentiva un modelo inadecuado
    de conocimientos, sé tendera a perpetuar el statu quo
    institucional.

    1.2. Perfil y caracteristicas de las organizaciones
    de apoyo

    Las politicas para las pymes reconocen distintos
    enfoques entre los que podemos mencionar el denominado de
    "política industrial activa" cuyo carácter
    principal es la selección
    de ramas de actividad buscando una especialización
    productiva, en donde las pequeñas empresas forman parte de
    una red de
    producción. Este esquema ha sido el seguido por los
    países del sudeste asiático y resulta de una
    combinacion de políticas macroeconómicas de
    incentivos generales a la inversión con políticas
    sectoriales de promoción industrial, sin inclinarse por un
    determinado segmento de empresas, pequeñas, medianas o
    grandes. Este modelo permite diseñar instrumentos de
    política para apoyar a las empresas de menor escala
    productiva, en orden a su tamaño, buscando eliminar
    barreras de entrada para el surgimiento de nuevas empresas y para
    modernizar y mejorar la gestión de las existentes. (Berry,
    A. 1995)

    En el caso de Japon en donde tambien se implementaron
    acciones de política industrial activa en cuatro grandes
    área: la modernización y el mejoramiento
    estructural, la rectificación de desventajas de las
    actividades empresariales, la ayuda a empresas unipersonales de
    escala reducida y la adecuación de instrumentos de
    política
    económica para los pequeños negocios. Para
    ello se diseñaron diferentes tipos de instituciones tales
    como la Corporación de Pequeños Negocios, Centros
    Regionales de Apoyo a la Pequeña Empresa, la Oficina de
    Asesoría Especial para la Prevención de Quiebras,
    el Sistema de Mutualidades de Prevención de Quiebras y la
    Corporación Japonesa de la Pequeña Empresa,
    combinando en todas ellas la prestación de servicios de
    apoyo y el correspondiente acceso a recursos financieros, con
    base en la ley básica
    para la pequeña y mediana empresa, que entró en
    vigencia en 1963. (Berry, 1995).

    Otro enfoque lo constituye el denominado "de apoyo a las
    empresas de menor escala" sin tener en cuenta consideraciones de
    especialización productiva. Se diseñan
    políticas complementarias creando programas de
    financiamiento, construyendo parques industriales, suministrando
    capacitación, transfiriendo tecnología, regulando
    las relaciones
    laborales, todas acciones que tienden a promover y mejorar el
    desempeño de la pequeña empresa. En Estados Unidos se
    utiliza esta politica de apoyos específicos a la pyme sin
    que se busque una especialización productiva o sectorial y
    se basa principalmente en las acciones del Small Business
    Administration, (SBA), una agencia federal que reporta
    directamente de la presidencia de los Estados Unidos, cuyo
    objetivo
    principal es la financiación de los pequeños
    negocios, mediante diferentes líneas de crédito
    para capital de
    trabajo e inversión en activos a largo plazo y
    tasa de
    interés de mercado. Los créditos los otorga unan entidad financiera
    local con una garantia del SBA, brindando apoyo al empresario que
    solicita el préstamo. La SBA otorga también
    préstamos en montos inferiores para solicitantes que no
    están en capacidad de asegurar un préstamo
    garantizado.

    Existe también un programa de
    asistencia administrativa y técnica, de carácter no
    financiero, que brinda asesoría y capacitación,
    prestado por una red conformada por el Cuerpo de Ejecutivos
    Retirados, Pequeños Institutos de Empresa y
    Pequeños Centros de Desarrollo de Empresas, combinando el
    apoyo de la SBA con los las entidades educativas y los esfuerzos
    de los gobiernos estatales y locales.

    Las Agencias Locales de Desarrollo, presentes en casi
    todas las comunidades, promueven los pequeños negocios,
    canalizando recursos de las ciudades, condados y departamentos.
    Organizan eventos de
    capacitación, proveen apoyo financiero y ayudan a
    identificar fuentes de
    apoyo técnico. Los directores de estas agencias provienen
    del sector empresarial privado, de manera que la
    organización interna responde a las necesidades de los
    usuarios. Además existe un programa de ayuda a la mujer
    empresaria, brindando asesoría en el establecimiento de un
    nuevo negocio, en la identificación de fuentes de
    crédito y en los trámites necesarios para acceder
    al capital. (Berry, 1995)

    1.3. La promoción del desarrollo a nivel
    microeconómico de sistemas de carácter
    genérico que apoyen la transformación productiva de
    la economía y la transición hacia nuevas
    tecnologías y nuevas formas de inserción en los
    mercados tanto nacionales como internacionales, necesita contar
    con actores institucionales que estén en condiciones de
    ejecutar programas y proyectos, pero que a su vez sean capaces de
    reconocer necesidades específicas, con una adecuada
    percepción de los acervos culturales e
    idiosincrásicos, principalmente a nivel de los
    territorios.

    No obstante, es común encontrarse con la ausencia
    de una adecuada "decodificación" entre los
    organismos promotores de desarrollo y los agentes
    económicos individuales que inevitablemente se constituye
    en un cuello de botella, que impide acercar en tiempo y forma
    conceptos y herramientas que fortalezcan el desarrollo de
    capacidades para enfrentar y entender entornos cambiantes y
    dotarlos de flexibilidad suficiente para adaptarse.

    "la creación y el fortalecimiento
    de organismos de apoyo son condición indispensable para
    lograr un proceso dinámico de cambio tecnológico y
    modernización y para consolidar nuevos patrones de
    inserción en los mercados mundiales de bienes y
    servicios. ( J. Katz, 1993)

    Asimismo, resulta útil rescatar el concepto de
    partnership local, que representa las operaciones de
    los gobiernos locales a favor de la creación de un
    ambiente más favorable para el desarrollo productivo,
    demostrando que las acciones en el territorio no pueden
    individualizarse a partir de simples actos administrativos, y
    deben ser consideradas las características, los valores y
    las diversidades locales. (Bianchi, 1997)

    En este punto seguramente aparecen algunas
    controversias, puesto que también se implementan
    políticas de apoyo a cargo de organismos centralizados de
    gobierno (nacionales y provinciales), que a nuestro juicio no
    desarrollan suficientemente una ingeniería institucional
    capaz de reconocer las lógicas territoriales, ni tampoco
    las características de los entornos institucionales,
    políticos y culturales específicos, y finalmente no
    garantizan el impacto adecuado de las acciones. (Véase la
    experiencia del IDEB)

    En el diseño de estrategias de apoyo para mejorar
    el desempeño de la micro, pequeña y mediana empresa
    se deben apreciar en principio dos planos, el de las condiciones
    internas y el de las condiciones de entorno.

    Respecto de las condiciones internas, deben estimularse
    cambios positivos en la gestión de la pyme, desarrollando
    nuevas capacidades en sus recursos humanos y en las habilidades
    de dirección, introduciendo mejoras en los
    procesos y rutinas de trabajo, reordenando la organización
    interna de los recursos para alcanzar niveles superiores de
    productividad y de competitividad.

    Las condiciones de entorno, por tratarse de
    condicionamientos exogenos deben partir de ayudar a reconocer las
    principales tendencias en la economia, como la apertura y la
    desregulación ocurrida en la decada pasada, el proceso de
    privatizaciones y los procesos de
    integración que se han dado a partir de la configuracion
    de bloques
    económicos. Estos fenómenos deben ser
    comprendidos y asimilados por las pyme, pues constituyen un marco
    de referencia obligado en el cual se desarrollan los
    negocios.

    Entendemos que las politicas orientadas a la asistencia
    deben tener especialmente en cuenta que no todas las empresas
    están en igualdad de condiciones y que el acceso a la
    información y a los recursos es desigual, debido a la
    existencia de fallas de mercado, asi como tambien de fallas
    institucionales. (Williamson 1991).

    Otra cuestion importante es que dada la diversidad de
    empresas, se observa en general la coexistencia de firmas con
    distintas trayectorias empresariales, capacidades organizativas,
    tecnológicas y estrategicas, (Nelson, R. 1991). Este
    conjunto de factores anteriormente señalados, conducen a
    respuestas heterogéneas entre las empresas, y deben ser
    estudiadas y comprendidas para el diseño de estrategias de
    apoyo a la pyme, de manera que se puedan evitar distorsiones y se
    proteja a la pyme no solo en sus etapas iniciales, sino de
    cambios bruscos en la economía, tales como las crisis
    financieras internacionales o las devaluaciones, como ha ocurrido
    en nuestro pais y en países vecinos (La crisis de Mexico,
    la crisis brasileña, la crisis rusa, etc.)

    Las politicas de apoyo al sector deben propiciar las
    condiciones para que se puedan articular las pyme con las grandes
    empresas, nacionales e internacionales, especialmente a
    través de redes de subcontratación o como
    proveedores de bienes y servicios, o bien asociándolas
    para expandir más el comercio intrarregional y poder
    incursionar con éxito los mercados
    extrarregionales.

    La posibilidad de propiciar un entorno favorable para el
    desarrollo exitoso de negocios exigira a los hacedores de
    politica, ya sea en el ambito local, provincial o nacional
    implementar un conjunto de reglas de juego equilibradas, de
    manera que el ambiente en que se desenvuelven dichos negocios no
    sea discriminatorio para las pymes. En este sentido el marco
    regulatorio debe ser revisado y modificado cuando las
    cirscunstancias asi lo requieran. Además deben orientarse
    acciones proactivas para lograr el desarrollo de mercados
    específicos, como por ejemplo el de servicios no
    financieros, en los cuales no se ha alcanzado un funcionamiento
    adecuado.

    La propuesta efectuada por el BID para
    corregir este tipo de situaciones requiere actuar en los
    siguientes aspectos básicos: Marco macroeconómico,
    regulatorio y de políticas e incentivos, sistema
    financiero, sistema de innovación y tecnología;
    recursos humanos; sistemas de apoyo técnico, gestión
    empresarial y cooperación entre las firmas;
    infraestructuras físicas y territorio.
    (Llisterri J. J. y Gatto F. 1997)

    El diseño institucional de entidades de apoyo a
    pyme tiene como principal desafío lograr un funcionamiento
    de tipo empresarial, con eficiencia y rapidez en sus respuestas,
    en contacto con las necesidades de sus clientes, (las empresas
    pyme) y con capacidad para responder a las demandas diferenciadas
    de distintos entornos locales, y para desarrollar contactos y
    redes con otras instituciones y empresas de servicios privadas y
    publicas, que complementen su oferta de servicios (Gibb,
    1998).

    En este punto se observa que el éxito
    institucional puede estar en el conocimiento de personas e
    instituciones expertos en la solución de diferentes
    problemas, o sea que la construcción de diferentes redes
    eficientes a nivel local será requisito indispensable,
    más no suficiente para brindar programas de apoyo exitosos
    en el futuro. Se resalta la importancia del conocimiento de la
    realidad local pues no tenerlo en cuenta puede llevar a visiones
    reduccionistas que ignoran las dificultades y potencialidades de
    las empresas en un determinado entorno.

    La cuestión del aprendizaje
    institucional

    Es otro aspecto que cobra relevancia en el desarrollo de
    organizaciones de apoyo, y debe ser considerado como un factor
    clave en la implementación de las políticas
    especificas. Es preciso adoptar aquí el concepto que Lall
    denomina el elemento "tácito" o firm especific, como algo
    que no se puede comprar en el mercado, pero que constituye un
    elemento diferenciador.

    Si bien es cierto que la definición de Lall esta
    planteada en el sentido de creación de ventajas
    competitivas de la firma, se tomará el concepto en su
    aproximación al desarrollo de procesos de aprendizaje en
    las instituciones, como un elemento dinámico que permite a
    la organización operar a partir de saberes no codificados
    pero con capacidad de resolución de problemas, de vincular
    situaciones, de interacción con otros recursos humanos, es
    decir, este conocimiento tácito permite efectuar una
    representación mental compleja del proceso de trabajo
    (Novick,1997). Esta definición de carácter
    conceptual nos ayuda a comprender que una "combinación de elementos codificados y
    tácitos en el desarrollo institucional van a incidir
    decisivamente sobre la eficiencia en la implementación de
    las acciones".

    Esta característica, es decir "los
    elementos tácitos del aprendizaje institucional"
    conforma una serie de activos intangibles, difíciles de
    transferir y por lo tanto limitan la capacidad de acción
    de las instituciones que intentan abordar la
    implementación de políticas, porque no logran
    "decodificar" la trama productiva donde pretenden actuar y los
    resultados son escasos. Es así que el perfil institucional
    de este tipo de operadores se ira constituyendo en un elemento
    clave, porque debe poseer ciertos atributos que le
    permitirán percibir distintas señales, tanto las
    provenientes del entorno como las de la firma individual y
    así propiciar una aceleración en la
    evolución y aprendizaje de la firma respecto de la
    adopción de mejores prácticas.

    Es por esto que las experiencias exitosas de
    diseño de políticas no siempre pueden extenderse en
    forma automática como modelos de desarrollo institucional,
    de lo contrario bastaría con copiar la experiencia de
    Rafaela.

    "Aunque sea posible copiar una
    política exitosa, es imposible copiar el aprendizaje
    institucional que permite llevarla adelante"

    Los actores

    Otro aspecto importante es la interrelacion necesaria
    entre el plano gubernamental y el privado para implementar
    políticas de apoyo, complementados con la
    participación de múltiples actores (organismos
    locales, universidades, cámaras empresarias, etc.). Esta
    cuestión resulta decisiva para alcanzar los objetivos,
    pero a la vez, una escasa madurez del dialogo puede
    complicar el proceso de construcción del consenso
    necesario.

    El consenso es una instancia de confluencia social,
    política y cultural con especificidades en cada caso y a
    pesar de la variada y abundante cantidad de argumentos en favor
    de la construcción institucional para estimular el
    desarrollo de ventajas competitivas dinámicas a nivel
    local, es preciso advertir que en mas de una oportunidad de
    diluyen muchos recursos del estado, muchos esfuerzos de
    concertación y se provoca un inevitable desgaste de los
    actores si no se tiene en cuenta la necesidad de continuidad en
    las políticas, independientemente de la coyuntura
    política. Pero sin dudas, lo más difícil de
    reconstruir es ese "esfuerzo institucional, aprendizaje
    y maduración colectiva"
    , que propicia el espacio
    asociativo en los ámbitos locales.

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