En su Carta
Encíclica Evangelium vitae, el Papa Juan Pablo II alerta
sobre lo que él llama la "libertad
perversa", aquella que nos confiere "poder absoluto
sobre los demás y en contra de los demás", y de la
cual resulta, sigue diciendo, una "cultura de
la muerte". La
preocupación del Santo Padre nace de la realidad de que
"grandes sectores de la opinión
pública justifican ciertos crímenes contra la
vida ajena y propia en nombre de la libertad individual". El
origen de esta "libertad perversa" se encuentra en una
concepción de la libertad que "exalta al individuo
aislado de forma absoluta y no da cabida a la solidaridad ni a
la apertura y el servicio hacia
los demás". En resumen, el Santo Padre está
diciendo que cuando un individualismo extremista se interpreta
como libertad, el resultado es la "cultura de la muerte".
Con esta concepción de la libertad, la
convivencia social se deteriora profundamente. Si la
promoción del propio yo se entiende en
términos de autonomía absoluta, se llega
inevitablemente a la negación del otro, considerado como
enemigo de quien defenderse. De este modo la sociedad se
convierte en un conjunto de individuos colocados unos junto a
otros, pero sin vínculos recíprocos: cada cual
quiere afirmarse independientemente de los demás, incluso
haciendo prevalecer sus intereses. Sin embargo, frente a los
intereses análogos de los otros, se ve obligado a buscar
cualquier forma de compromiso, si se quiere garantizar a cada uno
el máximo posible de libertad en la sociedad. Así,
desaparece toda referencia a valores
comunes y a una verdad absoluta para todos; la vida social se
adentra en las arenas movedizas de un relativismo absoluto.
Entonces todo es pactable, todo es negociable: incluso el
primero de los derechos fundamentales, el
de la vida.
La cultura de la muerte y especialmente el suicidio es
un tema tan amplio que no tiene fronteras definidas, ya que
abarca una extensa cantidad de temas que están
íntimamente relacionados entre sí, como: el aborto, la
eutanasia, la
eugenesia, el terrorismo,
la
clonación, etc. Todo esto esta relacionado con la
perdida del sentido y valor de la
Vida. La defensa de la Vida sé a visto relegada por otros
factores como: las exigencias de la sociedad actual, el bienestar
económico, el bienestar egoísta propio, la fama, el
materialismo,
etc.
Todos estos factores afectan a la juventud
especialmente. Hoy en día la juventud se ve envuelta en el
mundo de las drogas,
alcohol, el
del aislamiento de los nuevos medios masivos
de comunicación y del sexo
promiscuo, entre otros, causando la perdida de valor y sentido de
la Vida. Esa perdida de sentido lleva a un razonamiento equivoco
que plantea ¿para qué seguir viviendo? si no tengo
por que vivir ¿porque entonces no termino con mi vida?
Estos razonamientos terminan en algunos casos en la perdida de
una Vida, el "Suicidio".
Podemos definir suicidio como el acto voluntario de dar
fin con la propia vida. Los que apoyan el suicidio y las otras
formas de atentar contra la Vida se apoyan en la errónea
teoría
de la libertad individual analizada claramente en la
Encíclica Evangelium vitae.
A continuación vamos a abordar y desarrollar el
tema especialmente en como afecta al adolescente. Vamos a definir
y a generalizar a que clases
sociales y edades afecta mayoritariamente, que los lleva a
tomar la decisión, los factores que influyen, los
síntomas, la clasificación y las
características psicológicas, y abolir las falsas
creencias que existen sobre el tema, etc.
Creemos conveniente partir del significado de la palabra
suicidio. Deriva del latín y se compone de dos
términos: sui, de sí mismo y caedere, de matar, lo
que sería "matarse a sí mismo".
El suicidio se trata de todo caso de muerte mediante una
acción,
producida por la víctima misma y ante la cual tiene
absoluta consciencia del resultado a producirse.
Existen diversos tipos de clasificación de
suicidas, los dos más comunes están descriptos a
continuación.
- El altruista, en el que la
motivación hacia la muerte está originada por
una rígida estructuración en la sociedad en la
que se vive. La muerte en sí misma no es tan importante
como preservar el "honor". - El egoísta, en el cual el individuo se
orienta más por sus intereses particulares que por los
de su grupo de
referencia. No interesa lo que los demás
opinen - El anómico, que se produce ante una
confusión de valores sociales, que lleva a una crisis
individual acerca del sentido de la existencia.
Otros autores clasifican al suicidio
según:
- El origen: puede ser psicótico,
neurótico, psicodisplásico o filosófico.
En el psicótico la persona se
halla desconectada de la realidad y de lo que pasa en su
entorno. Sufre alucinaciones y tiene ideas ilógicas no
aceptadas por los demás. El neurótico se
caracteriza por manifestaciones teatrales con escasa
intención real de suicidio. En el
psicodisplásico, el psicópata dirige la
agresividad hacia sí mismo. El filosófico se
produce en personas que sienten un vació en su
existencia. - La forma: puede ser impulsivo, obsesivo y
refléxico. El primero se lleva a cabo
súbitamente, sin avisos previos de la intención.
El obsesivo se produce por una idea de autodestrucción,
que resulta imposible rechazar. El refléxico se
caracteriza por un análisis detenido de la idea de suicidio,
siendo más frecuente en personas deprimidas.
En general, esta vez sin diferenciar los tipos
anteriormente expuestos, existen factores, denominados de
riesgo que
pueden dar indicios sobre la posibilidad de una conducta
suicida en un individuo. Algunos de ellos son:
- Ideación suicida: es el más
importante indicador de suicidio, pues se refiere a la
existencia misma de la idea. - Intentos previos: aumenta el riesgo de suicidios en
un futuro. - Plan y método: entre más estructurado
sea el plan y
más peligroso el método, mayor es el
riesgo. - Sexo: si bien los intentos de suicidio son
más numeroso en mujeres, el 75% de los consumados
corresponde a los hombres. - Edad: las tasas de suicidio van aumentando con la
edad, aunque las tentativas son mayores en personas
jóvenes. - Estado civil: está más presente en
las personas viudas, solteras y separadas que entre las
casadas. - Pérdidas recientes: muerte de familiares,
desaparición de un miembro de la
familia, corte de relaciones amorosas, etc. - Trastornos psicopatológicos
Particularmente, el suicidio entre los adolescentes
ha tenido un aumento dramático en los años
recientes, especialmente en los países desarrollados donde
el modelo de
trabajo, la
sociedad relajada y otros factores sociales han roto el modelo de
familia y
modificado la escala de
valores. Inclusive según datos de la
ONU en ciertos
países como EEUU, el suicidio es la cuarta causa de muerte
más frecuente para los jóvenes de entre 15 y 22
años de edad, y la sexta causa de muerte para los de entre
5 y 14 años.
Los adolescentes experimentan fuertes sentimientos de
estrés,
confusión, dudas sobre sí mismos, presión
para lograr éxito,
inquietudes financieras y otros miedos mientras van creciendo.
Para algunos adolescentes, el divorcio, la
formación de una nueva familia con padrastros y
hermanastros, o las mudanzas a otras nuevas ciudades pueden
perturbarlos e intensificarles las dudas acerca de sí
mismos.
En algunos casos, el suicidio aparenta ser una
"solución".
La depresión
y las tendencias suicidas son desórdenes mentales que se
pueden tratar. Hay que reconocer y diagnosticar la presencia de
esas condiciones tanto en niños
como en adolescentes y se debe desarrollar un plan de
tratamiento. Cuando los padres sospechan que el niño o el
joven puede tener un problema serio, un examen
psiquiátrico puede ser de gran ayuda. Cabe aclarar que no
es tan solo necesario un tratamiento medico, sino el afectivo,
este es el mas importante. Hay que darles las herramientas
necesarias al adolescente para que se sienta útil,
valorado, en fin que su vida tenga sentido.
Muchos de los síntomas de las tendencias suicidas
son similares a los de la depresión. Los padres deben de
estar conscientes de las siguientes señales
que pueden indicar que el adolescente está contemplando el
suicidio. Los psicólogos de niños y adolescentes
recomiendan que si el joven presenta uno o más de estos
síntomas, los padres tienen que hablar con su hijo sobre
su preocupación y deben buscar ayuda profesional si los
síntomas persisten.
Los síntomas más comunes son los
siguientes:
- Cambios en los hábitos de dormir y de
comer. - Retraimiento de sus amigos, de su familia o de sus
actividades habituales. - Actuaciones violentas, comportamiento rebelde o el escaparse de la
casa. - Uso de drogas o del
alcohol. - Abandono poco usual en su apariencia personal.
- Cambios pronunciados en su personalidad.
- Aburrimiento persistente, dificultad para
concentrarse, o deterioro en la calidad de su
trabajo escolar. - Quejas frecuentes de dolores físicos tales
como los dolores de cabeza, de estómago y fatiga, que
están por lo general asociados con el estado
emocional del joven. - Pérdida de interés
en sus pasatiempos y otras distracciones. - Poca tolerancia de
los elogios o los premios. - El adolescente que está contemplando el
suicidio también puede: Quejarse de ser "malo" o de
sentirse "pésimo" - Lanzar indirectas como: "No les voy a seguir siendo
un problema", "No me importa nada", "para qué me voy a
molestar". - Poner en orden sus asuntos; por ejemplo, regalar sus
cosas favoritas, limpiar su cuarto, tirar papeles o cosas
importantes, etc. - Ponerse muy contento después de un
período de depresión.
Si el niño o adolescente dice, "Me quiero matar"
o "Me voy a suicidar", hay que tomarlo muy en serio y hacer una
consulta a un psiquiatra de niños y adolescentes o a otro
médico para que evalúe la situación. A la
gente no le gusta hablar de la muerte. Sin embargo, puede ser muy
útil el preguntarle al joven si está deprimido o
pensando en el suicidio. Esto no va a "ponerle ideas en la
cabeza", por el contrario, esto le indicará que hay
alguien que se preocupa por él y que le da la oportunidad
de hablar acerca de sus problemas.
Con la ayuda de la familia y con tratamiento
profesional, los niños y adolescentes con tendencias
suicidas se pueden recuperar y regresar a un camino más
saludable de desarrollo.
Siendo el suicidio un tema tabú en nuestra
sociedad, parece existir una tendencia a ocultar el hecho y
asumir que es un fenómeno poco frecuente. Si bien es
cierto que en términos de proporciones no posee las mismas
magnitudes que otras problemáticas (Infección por
HIV, maltrato
infantil, abuso y acoso sexual),
no por esto podríamos decir que es una conducta que no se
presenta entre algunos miembros de la población.
Por otra parte, las reacciones emocionales de las
personas ante el
conocimiento de un suicidio suelen pasar desde la
estupefacción y sorpresa macabra hasta la
consumación de otro suicidio. Así mismo,
también se tiende a buscar culpables para poder dar una
explicación lógica
y aceptable a la muerte de alguien. En ese mismo sentido,
también existen falsas creencias que podrían
reconfirmar la actitud de
negación y censura hacia el suicidio.
Algunos Mitos sobre el
suicidio:
- Ocho de cada diez personas que se suicidan,
habían advertido que lo iban a hacer. - El suicidio se produce sin previo aviso. Los
estudios realizados muestran que las personas suicidas
proporcionan muchos indicios y advertencias sobre sus
intenciones suicidas. - Las personas suicidas están decididas a
morir. La mayoría de las personas suicidas
están indecisas entre vivir o morir; lo que hacen es
apostar por la muerte dejando que sean los otros los que los
salven. Casi nadie se suicida sin que los otros sepan
cómo se sienten. - Una vez que una persona está en estado
suicida ya lo estará siempre. Las personas que
desean quitarse la vida están en estado suicida
sólo por un tiempo. - La mejoría después de la crisis
suicida viene a significar que el riesgo de suicidio se ha
superado. Son muchos los suicidios cometidos al cabo de 3
meses de comenzada la mejoría, cuando la persona tiene
la suficiente energía como para poner sus ideas y
sentimientos mórbidos en práctica. - El suicidio es mucho más frecuente entre
los ricos o, a la inversa, se presenta casi exclusivamente
entre los pobres. El suicidio no es una enfermedad de ricos
ni la maldición de los pobres. El suicidio está
representado proporcionalmente en todos los niveles de la
sociedad. - El suicidio se hereda o está en la
familia. Es un patrón individual. - Todas las personas suicidas son enfermas mentales
y el suicidio es casi siempre la actuación de una
persona psicótica. Los estudios realizados sobre
cientos de notas de verdaderos suicidios indican que, aunque la
persona suicida es extremadamente infeliz y se halla alterada,
no es necesariamente un enfermo mental. De hecho, hay evidencias
de pensamiento
racional y de estar en contacto con la
realidad. - Ser miembro de un grupo religioso en particular,
es un buen predictor de que la persona no considere el
suicidio. Es un error creer que la fuerte
prohibición que existe dentro de la religión
católica, es un freno eficaz para evitar la
actuación suicida de una persona. Además, que una
persona se identifique con una religión particular no es
una representación de sus creencias
particulares. - El motivo del suicidio se puede establecer
fácilmente. La verdad es que es muy difícil
entender por qué una persona decide suicidarse. Por
ejemplo, un revés en la situación
económica precedido de la actuación suicida, no
es una causa que explique fácilmente el
suicidio. - Todos los que comente suicidio están
deprimidos. Esta falacia radica en el hecho de que muchos
de los signos de
las actuaciones suicidas frustradas son ignorados porque la
persona no actúa como si estuviera deprimida. Muchas de
las personas que se suicidan no están deprimidas. De
hecho, algunas personas se muestran calmadas y en paz consigo
mismas. - Una persona con una enfermedad física terminal, no
contempla la posibilidad del suicidio. Teniendo en cuenta
las condiciones de padecimiento tanto físico como
moral,
propios o de los seres amados, el suicidio es una posibilidad
que frecuentemente pueden contemplar, en miras de darle fin lo
antes posible la sufrimiento, aun cuando la muerte se perciba
como un hecho inminente. - El suicidio es influido por las estaciones del
año, la latitud y las condiciones climatológicas
en general o los días de la semana. No hay datos
suficientes para sostener estas creencias. - Pensar en el suicidio es algo más bien
raro. Estimaciones hechas sobre estudios hechos con
muestras no clínicas, sugieren que la idea del suicidio
esta presente desde un 40% hasta un 80% de la población.
Esto significa que han pensado al menos una vez en la vida en
la idea del suicidio. - (Especialmente presente entre terapeutas):
Preguntarle a una persona sobre sus ideas de suicidio,
especialmente si está deprimida, puede llevar a que la
persona realice un intento, que no se hubiese dado si no se le
hubiese preguntado. Uno de los principales aprendizajes en
la labor clínica, es indagar con profundidad sobre la
ideación y su estructura.
Además, el hacer la pregunta es conceder
tácitamente un permiso a la persona para que hable sobre
algo que puede considerar como un secreto inconfesable. De
hecho, muchas personas se siente más aliviadas al poder
exponer sus ideas sobre el suicidio. - Las personas que realizan intentos con medios de
baja letalidad, no están considerando seriamente la
idea de matarse. Aquí se confunde la letalidad con el
intento. Algunas personas no están bien informadas sobre
la letalidad del método que van a emplear, como puede
ser la utilización de píldoras. El método
empleado no necesariamente está en consonancia con la
intención subyacente.
Para Concluir resulta extraño ver los resultados
a la pregunta en un salón de chat local
(Canal #Tucumanos, Día 25/05/04, 8.24Pm, 492 Usuario en
línea) ¿Qué es el
suicidio?
"El suicidio es un derecho al que puede optar una
persona, ya que la vida es un derecho y no una obligación"
Estudiante de Psicología UNT, 20
Años
"Es una salida fácil para algunos, pero es la
más cobarde. Es una forma de no afrontar los problemas, y
de no saberse valorar" Estudiante de Ingeniería UNSTA, 21 Años
Aquí vemos claramente dos posturas y como la
cultura de la muerte influye en el pensamiento de
la juventud. La primera postura es altamente sorprendente a
primera vista, pero luego de un análisis mas detenido
concluimos que es un pensamiento acorde a lo que los medios y la
sociedad nos invita a pensar. Esto se debe a la concepción
moderna del mundo en la que por la falta de valores
morales, se confunde la Vida como un derecho o pertenencia
natural ante la ausencia de Dios en la vida cotidiana. Dios nos
da el grandioso don de la Vida, por lo tanto el es Él
único que no la puede quitar.
La segunda opinión es un poco mas conservadora,
mas acorde a la sociedad de Tucumán donde el suicidio no
es un caso muy común, pero no la rechaza totalmente sino
que deja abierta la posibilidad, que en todo caso será
condenada por la sociedad, pero una posibilidad al
fin.
El suicidio afecta a todas las edades especialmente a
los jóvenes y no diferencia clases sociales. Puede ser
masivo o personal, tanto en forma privada o publica.
Creemos que el suicidio puede ser evitado. Con información y ayuda cualquier persona que
haya considerado esa opción como salida a sus problemas
puede revertir su situación. El suicidio no es una
solución a los problemas, es evitar los problemas y
dejarlos sin solución.
Solo con solidaridad, voluntad y apertura al servicio de
los demás podemos revertir la situación.
No hay dejar que nuestras juventudes y nuestro "futuro"
pierdan el valor y sentido de la Vida.
– Microsoft
Enciclopedia Encarta 2003
– Encíclica Evangelium Vitae
– Pagina Web:
www.aciprensa.com
sección: links católicos: defensa de la
vida, documentos
apostólicos.
– Textos varios de Psicología, Facultad de
Psicología, UNT
– Paginas varias de Internet
Autor:
Maximiliano Iosa De Magdalena
Colegio FASTA Ángel M. Boisdron
Materia: Lengua y
Literatura
VI
Profesora: Fabiana Salomón de Robles
Fecha: Mayo de 2004
Lugar: San Miguel de Tucumán, Tucumán,
Argentina
En cumplimiento del programa de
Metodología de la Investigación