No es fácil hablar de un concepto de
comunicación en el período del
Frente Nacional ya que no existe ningún tipo de
referencia que oriente a cerca de esto.Los medios de
comunicación de la época no tienen nada de
particular, ya que era muy normal ver el sesgo que
existía en cada uno de ellos. Su ideología partidista respondía
al gobierno
de turno y al pacto de "hacerse pasito" entre ellos que no
pudo haber permitido una fiscalización real de los
periodistas que vivieron el período (1958-1974). Si
hubo veeduría de los medios,
pudo haber existido en los de naturaleza
independiente.En mi opinión, el concepto de
comunicación que primó en el ciclo del Frente
Nacional fue marcadamente político. La ausencia del
discurso
político real y de las funciones de
los partidos como opositores y fiscalizadores de las políticas de Estado,
hace que el respeto
por la política como actividad real se pierda
por parte de los ciudadanos comunes y corrientes. La
política tradicional se convierte en el imperativo,
logrando que los dos partidos "reales" sean los dueños
del Estado y se repartan los cargos y los frutos de su
trabajo.La expresión se convierte en colores
azul o rojo, y la que no lo sea no existe; debe concentrarse
en el fuero interno.El afán de recuperar el control de
la sociedad y
la nación hace que el país se
convierta en un matrimonio de
partidos, cimentado en la reforma constitucional de 1957, que
marca la
forma de hacer comunicación y de emitir la información.La propaganda
política se convierte en una compra de votos para
lograr clientes
que voten por los candidatos, todo gracias al abstencionismo
electoral.A raíz del inicio del Frente Nacional,
Colombia
busca venderse como el país y la sociedad ideal, que
desarrolla casi completamente una estabilidad
política; esto en comparación con lo que
sucedía anteriormente, cuando si un conservador se
atrevía a hablar con un liberal era excomulgado por
serle infiel a su doctrina.Es muy importante hablar del manejo de imagen que se
hizo entre partidos. Cuando se firmó el pacto, el
dirigente liberal y su homólogo del partido
conservador aparecieron, de la noche a la mañana como
los mejores amigos y los mejores cristianos por haber dejado
atrás los pasados rencores, pero el que realmente se
desangró fue el pueblo. Por más que hubiera
existido un pacto de no agresión entre dirigentes y
políticos de uno y otro partido, quienes fueron
inducidos a la guerra que
desató el período de la violencia
no firmaron un pacto, habían sido las verdaderas
víctimas y los rencores seguían existiendo. Por
este motivo no es raro ver cómo los ancianos y las
personas a las cuales les tocó vivir la violencia
llaman a los conservadores "godos", y siguen guiándose
por los colores para elegir a sus representantes. Todo fue
imagen.No hubo una comunicación real, y eso se
refleja en todas las consecuencias que este período
trajo para la vida política y democrática de
nuestro país; pues en la
comunicación hay una regla y es que, para que
exista comunicación debe haber confianza y
credibilidad entre los interlocutores- CONCEPTO DE
COMUNICACIÓNPara hablar de la historia
del Frente Nacional, es necesario dirigirse diez
años más atrás, y llegar hasta la
época denominada la "Violencia", la cual
comenzó en 1948 y originó una gran ruptura
entre los tejidos políticos y sociales del
país.Después del asesinato de Jorge
Eliécer Gaitán, los conservadores buscan
disuadir a los adeptos del partido liberal, ya que como
mayoría, podrían llegar a ganar la
elecciones y controlar el poder.
No logran la persuasión de los liberales, y
entonces deciden aniquilarlos físicamente usando
la violencia, para así lograr convertir al partido
conservador en un partido de mayorías.Este período de la violencia, desconocido
en el exterior deja después de una larga guerra
civil en la que no mueren los políticos ni sus
familias, sino sólo el pueblo, aproximadamente
350.000 muertos.Después de derrocar la dictadura del Rojas Pinilla en 1957, una
junta militar toma el mando del país, y se produce
un acuerdo entre los dirigentes de los partidos para
lograr que el país se conduzca a través de
la democracia representativa.Para esto se reunieron Laureano Gómez,
jefe del partido conservador, y Alberto Lleras Camargo,
jefe del liberal, y convinieron un acuerdo que permitiera
garantizar la estabilidad de los partidos, sin temor a no
acceder a cargos públicos o a ser derrocados por
un golpe de Estado.Así se crea el pacto llamado el "Frente
Nacional", fenómeno único en el mundo,
creado para que durara veinte años, pero que en
sentido estricto duró 16 años (1958-1974),
y que fue concebido como un pacto de no agresión
entre los partidos, además de asegurar la paridad
en los puestos del Estado. El principio firmado por los
dos dirigentes de los partidos tenía como premisa:
"Sentar las bases para una política conjunta de
los partidos, encaminada a terminar con la dictadura y
devolver al país al pleno imperio de las instituciones", además se buscaba
recuperar la conducción de la sociedad
civil.En el proceso del Frente Nacional se da un
fortalecimiento de la rama ejecutiva, disminuyendo
así las atribuciones del Congreso y de los entes
judiciales, privilegiando la opción de la
coerción y de la represión para lograr el
orden, todo representado en los militares.Los presidentes que se repartieron el poder en
el período del Frente Nacional fueron: Alberto
Lleras Camargo (1958-1962), Guillermo León
Valencia (1962-1966), Carlos Lleras Restrepo (1966-1970)
y Misael Pastrana Borrero (1970-1974); entre 1974 y 1982
dos liberales fueron jefes de Estado (Alfonso
López Michelsen y Julio César Turbay
Ayala), pero se mantuvo la paridad de cargos en las
instituciones judiciales, políticas y
administrativa.- RESEÑA
HISTÓRICA. - CONTEXTO.
- DESARROLLO DEL
TRABAJO
Mientras que el período conocido como la
"Violencia" favoreció un gran retroceso en la
representación de la efectividad del Estado, se considera
que, además de las implicaciones que un sistema como el
Frente Nacional trajo consigo, existieron varios movimientos y
varias situaciones paralelas a este ciclo que contribuyeron con
su desarrollo,
tanto positiva como negativamente.
Este "pacto de no agresión" hecho por los
partidos más importantes y representativos de nuestro
país, si no los únicos, acarreó, como lo
dicen las politólogas Ana María Bejarano y Renata
Segura Bonett, un derrumbe parcial del la figura del Estado, por
su falta de presencia en muchos lugares, así como de
autoridad.
Así, se crean grupos
guerrilleros que crecen en los campos y movimientos de protesta
social que ven totalmente lejos sus intereses de los que promulga
el
Estado.
Comienzan las sucesivas reformas administrativas y
constitucionales; la utilización del erario público
para ganar clientela frente a la apatía del electorado,
que fue la más grande en toda la historia del país,
alcanzando el 70%.
Aparece la ANAPO (Alianza Nacional Popular) que se
concibe como una amenaza populista a la paridad de los partidos
políticos (1970-1974). Además, se revelan una
gran cantidad de liberarles y forman un movimiento
disidente que, junto con la ANAPO, trataron de crear
oposición al régimen, el MRL (Movimiento
Revolucionario Liberal), en el cual participaron los antiguos
militantes de la izquierda, del movimiento estudiantil, del
sindicalismo
colombiano y de las organizaciones
agrarias.
Estos dos movimientos no duraron mucho tiempo ni
tuvieron la oportunidad de hacerlo, ya que en el ciclo del Frente
Nacional todo movimiento o pensamiento
que fuera contrario al sistema era censurado y no existía.
Así, el MRL se integró al liberalismo
oficial.
El Frente Nacional propició, además, una
gran crisis en la
universidad
pública, ya que se comenzó a norte- americanizar la
Universidad nacional, creó sublevaciones de los
estudiantes, que habían sido claves en el derrocamiento
del dictador Rojas Pinillas, y que a partir del comienzo del
Frente, llegaron a ser tratados como
subversivos.
Los movimientos reivindicatorios obreros fueron
excluidos por el "sectarismo clasista", ya que fueron
considerados enemigos del proceso.
Así el Estado y los partidos tradicionales
ampliaron las exclusiones políticas, sociales y de
expresión, pero, así mismo, estos sectores
discriminados se auto- excluyeron y se separaron de la
política tradicional.
Lejos de la vida política estaban los nuevos
escritores, contemporáneos al movimiento, que buscaron
generar una narrativa joven y diferente en las ópticas y
en los medios expresivos, frente a los otros escritores,
más antiguos, como Gabriel García
Márquez y Manuel Mejía Vallejo, entre
otros.
Esos escritores con nombres como Isaías
Peña Gutiérrez, Roberto burgos, Germán
Santamaría, Hugo y Roberto Ruiz, Enrique Posada, Policarpo
Varón, Arturo Álape, entre muchos más, y que
extrañamente no figuran dentro de la historia oficial de
nuestro país y de sus movimientos literarios, usaron
lenguajes atemperados heredados por Juan Rulfo con
los que, según Peña Gutiérrez, "se
adentraron en las dimensiones invisibles de la Violencia",
época que les tocó vivir, y frente a la que
relacionaron el pacto del Frente.
La época de la "Violencia" trajo consigo una
cultura de la
que nacieron leyendas,
fantasmas,
modos de pensar y de vivir, los cuales se reflejaron en la
literatura.
Dentro del desarrollo de la literatura pesó el
hacho de que, en todo el período del Frente Nacional, el
país se hubiera mantenido en estado de sitio, figura
política que, además de reprimir y entorpecer el
desarrollo normal del país, reprimió las formas de
expresión, asunto que no les permitió a los
literatos de esta época ser más francos, sinceros y
críticos.
Por el contrario de la narrativa, la poesía
esquivó los temas sociales y de coyuntura; y de la
violencia vivida después de 1958 sólo quedan coplas
de campesinos que tuvieron que soportarla en carne
propia.
El Nadaísmo, movimiento surgido en 1958, buscaba
provocar a la burguesía de la época,
rebelándose en sus cuentos y
poemas frente
a las creencias religiosas, políticas y culturales de la
época, venidas todas de una tradición. La esencia
del movimiento la explicó uno de sus integrantes,
Jotamario: "El nadaísmo nació en medio de una
sociedad que, si no había muerto, apestaba. Apestaba a
cacuchas de regimiento, apestaba a sotanas sacrílegas,
apestaba a factorías que lanzaban por sus chimeneas el
alma de sus
obreros, apestaba al pésimo aliento de sus discursos,
apestaba a incienso de sus alabanzas pagadas, apestaba a las
más sucias maquinaciones políticas, apestaba a
cultura de universidad, apestaba a literatura rosa, apestaba a
jardín infantil, apestaba a genocidios, apestaba a
miserias, apestaba a torturas, apestaba a explosiones, apestaba a
pactos".
Frente a estos hechos que marcaron a los diferentes
escritores, la poesía y la literatura de los años
setenta, fueron marcadamente apolíticas y apartidistas,
todo esto, frente a la ilegitimación de estas
figuras.
Aunque la violencia después del 58 no fue de
partidos, se comenzó una lucha entre los militares y los
grupos guerrilleros, asunto que generó aún
más desplazamiento del campo a la ciudad, e impulsó
el crecimiento de los cordones de miseria y de los barrios
marginales en las grandes ciudades, asunto que aún sigue
siendo un flagelo de descomposición social en nuestras
ciudades hoy en día.
Como conclusión a este apartado, y frente al
contexto del país en ese entonces, el pacto del Frente
Nacional buscó menguar la confrontación que
había existido entre políticos tradicionales azules
o rojos, y lo logró; pero abrió aún
más la grieta social, lo cual produjo nuevas
enemistades.
2.3 ANÁLISIS.
Las implicaciones que le trajo el Frente Nacional a la
vida cotidiana y política de los colombianos,
además del abstencionismo electoral que generó la
competencia
interpartidista por la repartición del poder y del control
social, la ilegitimación de la política y de las
instituciones estatales cooperó para que, como pasa ahora,
comenzara a implantarse un sistema ciudadano de apatía
hacia la política, además de la ineficacia de la
democracia.
El Frente Nacional ha sido considerado como el "lunar
negro" de la historia de Colombia, ya que por su proceso de
crecimiento clientelista, los entes representativos del Estado
como lo son el Congreso, el Concejo y las Asambleas, se
convirtieron en el escenario ideal para el crecimiento de la
corrupción. A esto contribuyó
también el hecho de que todo el protagonismo se lo hubiera
llevado el Ejecutivo, y que no hubiera permitido que el Congreso
y los otros entes representativos cumplieran con su papel;
además de la real inhabilidad de hacerlo, porque en un
matrimonio bipartidista no podría haber existido en
realidad algún tipo de oposición. Así, la
incredulidad de la sociedad colombiana en el Estado y en la
política se convirtió en una constante.
El Congreso y los demás entes de la rama
legislativa no fueron los únicos que sufrieron el
"autoritarismo" generado por el Frente Nacional; la rama judicial
fue un espacio de la vida gubernamental que no tuvo una responsabilidad real frente a todas las funciones
que debería cumplir en una democracia , por lo cual el
Estado no logra cumplir con su deber de proteger a los
ciudadanos, y ellos lo notan.
El Frente Nacional pone en un hilo a la política
real del país, inclusive a la democracia, ya que por su
sistema no permite la existencia de una oposición real,
como ya lo había expuesto antes, logrando así que
la vida política se convirtiera en una sala de visitas en
la que no había espacio para la discusión de temas
que realmente interesaran a la sociedad, y mucho menos, si eran
intereses que convenían más al matrimonio entre
partidos.
El Frente Nacional se convirtió además en
una contradicción frente a la democracia de nuestro
país, ya que "castró" la posibilidad de elegir un
representante con el que los ciudadanos lograran identificar sus
intereses; son precisamente los partidos políticos los que
legitiman una democracia real por la efectividad de los ideales
en los que está cimentado para lograr hacerle una
oposición leal a los políticos de turno.
Es muy obvio que, además del problema que
causó el Frente, como Colombia no tiene un proyecto de
nación,
cada representante puede llegar a hacer cosas que pueden no ser
muy adecuadas al contexto de nuestro país, y como no
existe un proceso, esos planes pueden cambiarse y crear en
nuestra sociedad, en la economía y en la
política, un gran traumatismo. Eso es lo que ha venido
pasando desde que se concibe nuestro país, ya que en su
inicio, desde la guerra de independencia,
el proyecto fue económico (tabaco y café).
¿Acaso fue por el Frente Nacional que
comenzó la crisis de los partidos políticos en
Colombia?. La pregunta puede sonar estúpida y la respuesta
obvia, pero el problema que quiero plantear va más
allá. Actualmente en Colombia existen 78 "partidos
políticos" legales, y cada año en las elecciones se
postulan a concejales, congresistas y hasta a presidentes,
extraños y folclóricos personajes que, en vez de
generar más opciones de elección, generan en muchos
ciudadanos cada vez más apatía frente a la
política y frente a sus deberes de esta naturaleza, todo
por la falta de seriedad.
Yo no digo que el hecho de que haya candidatos de
movimientos políticos diferentes al liberal y al
conservador quiere decir que no hay seriedad política, y
que los políticos independientes no tienen derecho a hacer
una carrera en el Estado, pues estaría
convirtiéndome en adepto del fenómeno del Frente
Nacional; en mi opinión el hecho de que existan tantos
movimientos que, como debe ser en un partido real, no tienen ni
un proyecto histórico, ni un proyecto político, ni
un proyecto económico, deslegitima aún más
la vida de ciudadano, necesaria para que exista un proyecto de
Estado- Nación que se convierta en un proceso
real.
¿Con el Frente Nacional se acabó el
discurso político?
Me queda una inquietud: ¿fue acaso el Frente
Nacional el que situación la política en un negocio
de clientelismo?, porque si fue este fenómeno el
responsable de esta situación podríamos concluir
que gracias a él aparecen en vísperas de las
elecciones candidatos, que más que políticos, se
convierten en humoristas y payasos de los habitantes de nuestro
país, que sólo ven en la carrera política,
un negocio.
4.
BIBLIOGRAFÍA.
- Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2002. ©
1993-2001 Microsoft Corporation. - PEÑA, Isaías. "La literatura del Frente
Nacional". Revista
Mosaico2, Bogotá. Vol. 1 #1. Sept – dic
1984. - BEJARANO, Ana María y SEGURA, Renata. "El
fortalecimiento selectivo del Estado durante el Frente
Nacional". Controversia. #169. Noviembre 1996. - ARCILA, Mauricio. "El Frente Nacional: una historia
de enemistad social". Anuario Colombiano de Historia Social y
de la Cultura. # 24. 1997. - El Tiempo, Bogotá. 6 de agosto de
1978.
POR
NATALIA HERNÁNDEZ ZULUAGA
MEDELLÍN, COLOMBIA
UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA
FACULTAD DE COMUNICACIÓN SOCIAL