Fundamentos para la construcción de un modelo de formación para el Cooperativismo rural
- Fundamentos sociológicos
de la educación. Sus características en el medio
rural - La formación de los
adultos, fundamentos desde la Psicología y la
Andragogía - Psicología del
adulto - Características del
adulto en situación de aprendizaje - Fundamentos
Didácticos necesarios a tener en cuenta en el
modelo - Fundamentos Económicos
del modelo. El aprendizaje organizativo y su carácter de
sistema - Conclusiones
- Referencias
Bibliográficas - Bibliografía
Para el análisis de una concepción del
proceso de
formación para el cooperativismo rural, las cualidades a
formar y los principios de
este proceso, se debe partir de unas bases teóricas y unos
fundamentos para la definición de un sistema de
formación. Estos tienen su origen en teorías
y concepciones que desde algunas ciencias de la
educación dan respuesta al problema
planteado.
El objetivo del
presente estudio radica en expresar las ideas esenciales que han
servido de marco
teórico a este trabajo y que
sustentan los aportes del mismo.
En los análisis realizados pudimos constatar que
los principales fundamentos de la propuesta están
enmarcados en varias ciencias
directamente vinculadas a las de la educación, como la
sociología educativa, Psicología de la
Educación,
Economía,
Didáctica y la Andragogía
como disciplina
científica que estudia el proceso de formación del
adulto, la selección
de estas bases partió del marco teórico
desarrollado en esta investigación y la recopilación
bibliográfica realizada a tales efectos.
Fundamentos
sociológicos de la educación. Sus
características en el medio rural.
Desde el punto de vista sociológico se parte del
análisis realizado por la sociología educativa de
la relación entre cultura social
y educación donde se puede observar que en el comportamiento
de cada individuo
existe una parte no aprendida, o sea, lo puramente intuitivo,
temperamental y biológico, todo lo demás, desde los
hábitos a las ideas y los sentimientos, incluyendo las
actitudes, es
decir, la cultura, es el resultado de un aprendizaje.
Los patrones de conducta que
definen una cultura se trasmiten de unos miembros a otros, en
esto consiste la educación, dicha tarea se realiza porque
el grupo social
ejerce enorme presión y
también porque "el comportamiento de los seres humanos es
muy flexible y se adaptará al ambiente
cultural". (1)
En este sentido la sociología nos ofrece la
fundamentación del papel del ambiente cultural en las
influencias de la educación del individuo, que el clima social es
tarea importante que determinan en gran medida el comportamiento
y carácter futuro de la persona
formada.
Es por ello que las funciones
sociales de todo proceso de formación son: la de preservar
la cultura, suscitar cambios en la sociedad
(progreso, desarrollo) y
capacitar a los individuos para crear cultura; en estos se
produce el proceso de socialización del individuo. Para V.
Cesario, la socialización comprende "todo cuanto activa o
pasivamente concurra en la inserción del individuo en los
grupos
sociales y más particularmente, desde el punto de
vista sociológico, se refiere a todo elemento de la
compleja relación existente entre la estructura
social y la formación de la
personalidad". (2)
Este constituye un concepto
analítico que se refiere al hecho de que todo individuo
partiendo de sus rudimentarios instintos biológicos pero
con una plasticidad que le dispone al aprendizaje y a la
formación de hábitos, es llevado a la
adquisición de un comportamiento concreto que
viene determinado por las normas del
grupo.
Este proceso se da a lo largo de la vida abarcando tres
aspectos fundamentales:
- Uno vertical, referido a los agentes (familia y
educadores de todo tipo) que inciden en la persona para
configurarla. - Otro horizontal, constituido por la interacción con los grupos de pares
y con los grupos correspondientes al propio status. - Otro proyeccional, en tanto que el sujeto se forma en
vista de los valores
que deberá desempeñar en el futuro.
Por ello en el proceso de socialización del
individuo se pueden observar dos subprocesos: uno de
enculturación aculturación y otro de
personalización.
La sociología recoge también el
análisis de que la culturización de los individuos
se lleva a cabo no solo por medio de cauces institucionales, sino
también simultáneamente y de un modo continuo en la
vida, a partir de la atmósfera cultural
que de modo constante respiran los individuos.
Por ello Coombs en 1966 (3) propone distinguir tres
tipos de educación a nivel de la sociedad:
- Educación Formal: Sistema
educativo escolar. - Educación Informal: El proceso de aprendizaje
a partir de las experiencias cotidianas y de los
estímulos del ambiente cultural. - Educación no Formal: Es un caso intermedio
entre los dos anteriores pues son diversos modos de enseñanza realizados fuera del currículo (cursillos, ciclos de
conferencias, enseñanza artesanal y por medios no
convencionales)
En el caso del problema de esta investigación
estos argumentos son de vital importancia en tanto nos permiten
esclarecer el papel del contexto cultural del individuo y de su
relación con otros miembros del grupo correspondientes a
su status, la relación entre la formación que a
nivel de las instituciones
educativas recibe el mismo y las particularidades que debe poseer
un proceso de formación tan concreto como el dirigido al
cooperativismo rural, además de que permite argumentar que
en el proceso de formación que proponemos, el sistema debe
estructurarse teniendo en cuenta una relación
dialéctica entre la educación formal, informal y no
formal.
Esto último nos permite deslindar que si la
educación formal se caracteriza por ser intencional en su
actitud,
consciente en su actividad, formativa en sus propósitos,
sistemática en su realización y limitada en su
duración, ejercida además por personal
preparado para llevarla a cabo, y la educación informal no
es institucional, es mas espontánea y ambiental, que
actúa casi siempre a nivel emocional, cuyos canales mas
conocidos pueden ser la ideología, la subcultura de los grupos, y
otros, y la educación no formal es mediadora entre los
antes expuestos, es posible a nivel de la formación para
el cooperativismo rural, teniendo en cuenta las
características identitarias del medio rural, elaborar un
sistema formativo que abarque los tres tipos de educación
y que se complementen.
Uno de los fundamentos sociológicos fundamentales
de este trabajo lo constituye la repercusión de las
circunstancias ambientales en la educación en tanto en el
problema que analizamos esto constituye una situación
problémica en tanto incide en el sentido de pertenencia e
identidad del
cooperativismo rural.
Teniendo en cuenta esto, podemos asumir que el ambiente
viene determinado no por la serie de sus circunstancias
objetivas, sino por la necesidad del individuo que se mueve
dentro de él, las motivaciones de las personas son el
verdadero factor constitutivo de un ambiente, pues este interesa
en tanto es operante y lo es en la medida en que el individuo se
dispone a reaccionar ante él; por ello es que el entorno
condiciona la educación del individuo, acerca de esto J.
Dewey señaló: "El medio ambiente
consiste en aquellas condiciones que promueven o dificultan,
estimulan o inhiben las actividades, características de un
ser vivo (…) El medio particular en que vive el individuo lo
lleva a ver y sentir una cosa mejor que otra, le lleva a tener
ciertos planes para que pueda actuar con éxito
con los demás, fortalece algunas creencias y debilita
otras como condición para merecer la aprobación de
los otros". (4)
A partir de aquí y asumiendo que
básicamente nuestro trabajo se mueve en el medio rural es
importante analizar el papel de éste en el proceso
educativo.
El medio rural y el medio urbano, como ambientes
distintos, determinan resultados diversos en la educación.
El campo y la ciudad constituyen dos sistemas
ecológicos distintos de los que brotan posibilidades
diversas para la configuración de los individuos que en
ellos se desarrollan. Las condiciones de vida operan sobre la
psicología individual, crean subculturas diferentes y
engendran variados modelos de
comportamientos.
En el campo, en el contexto rural, está mas
arraigada la familia, la
tradición, la uniformidad de ideas y actitudes, el
conservadurismo, el control social.
En este medio cada cual trata al otro no solo en función de
su rol social, sino también de su identidad personal y de
su historia en la
comunidad, la
vida es mas regular y uniforme lo que puede permitir un conocimiento
mas profundo. A esto se agrega la influencia del grupo social que
puede ser determinante en el proceso de
educación.
El individuo contacta con la sociedad a través de
grupos, siendo mas fuerte la interacción del grupo sobre
el individuo que viceversa, pues el grupo moldea
psicológicamente a sus miembros y la comunidad moldea
sociológicamente (culturalmente) a los grupos. Por ello en
el proceso de formación es necesario tener en cuenta que
cada individuo se encuentra inserto en grupos primarios (hogar,
familia, amigos, vecindad) que actúan sobre él de
manera inmediata y personal. Pero lo que estos grupos primarios
dan a los individuos lo han tomado de los grupos secundarios en
los que a su vez se hallan integrados (escuela, grupo de
trabajo, asociaciones, y en general grupos que conforman la
sociedad). En estos grupos secundarios circula una subcultura que
le es característica y que inocula a los grupos primarios
y, a través de estos, a los individuos.
En el proceso de formación para el cooperativismo
rural es necesario tener en cuenta la dialéctica entre
ambos grupos para lograr eficiencia en el
sistema.
Para ello se hace necesario puntualizar el influjo real
de la educación como catalizadora de las fuerzas que
mueven la sociedad y como instrumento condicionador de los
individuos desde los propósitos ansiados por los sectores
de la sociedad. Los sociólogos coinciden en reconocer el
papel preponderante que ejerce la educación en la
configuración de un determinado tipo de sociedad o proceso
social.
Desde las teorías
sociológicas las funciones de la educación que
contribuyen a estructurar el modelo que desarrollamos en este
trabajo son:
- Función de trasmisión de pautas
culturales de comportamiento (propagar la cosmovisión
del proceso, su escala de
valores y
cómo entender y realizar acciones de
cambios y consolidación del proyecto
social. - Función de conservación de la
organización social. Preservar la idea original del
proceso cooperativo y de sus características en este
caso. - Función de socialización. Como lograr
que el individuo se adapte a las características del
cooperativismo en el medio rural, que lo haga consciente y
actúe de acuerdo con esta realidad. - Función de homogenización. El proceso
formativo si bien ejerce un proceso diferenciador en la
sociedad también tiende a constituir un todo social
compacto y uniforme, puesto que hay cierto número de
ideas, sentimientos y prácticas que el proceso formativo
debe inculcar indistintamente.
Teniendo en cuenta estas funciones y buscando los
fundamentos de este trabajo es necesario puntualizar cómo
en este marco educativo se desarrollan los valores de identidad y
sentido de pertenencia a la cultura cooperativa en
el sector rural, pues hacia esto debe dirigirse nuestro proceso
de formación.
Así podemos extraer de la sociología, como
la identidad cultural de un pueblo se conforma a través de
su historia y del conjunto de obras que la explican, como sus
mitos, sus
costumbres, su producción artística, sus
monumentos, lengua y las
tradiciones orales, en resumen su patrimonio
cultural, por ello la identidad cultural es el sentimiento que
experimentan los miembros de la colectividad representando
la memoria, la
conciencia
colectiva del grupo, respecto a la cual cada persona se orienta
de manera mas o menos consciente y extrae espontáneamente
determinados comportamientos y actitudes que todos consideramos
significativos.
La consolidación de la identidad de un proceso
que se hace y se deshace, tiene múltiples formas y es
complementaria por su carácter individual, colectivo,
nacional y cosmopolita.
Al hacer un análisis de identidad es necesario
tener en cuenta los principales factores que en ella influyen,
ellas son:
- El factor histórico (que condiciona la
memoria
histórica o conciencia histórica) - El factor lingüístico (la lengua como
señal de identidad) - El factor político ( el ejercicio de una
conciencia política) - El factor psicológico ( la forma de compartir
rasgos comunes que conforman la personalidad
básica o carácter social)
En el caso que nos ocupa, que está dirigido a
lograr una identidad en el sector del cooperativismo rural a
través de las influencias del proceso de formación,
éste debe ser abordado desde diversas perspectivas, pero
teniendo en cuenta los factores que marcan una pauta en las
vertientes de formación.
En el proceso de formación para el cooperativismo
rural es necesario atender el hecho de que en los procesos de
consolidación identitario debe atenderse a la importancia
de preservar la memoria histórica, o sea antecedentes y
evolución del cooperativismo en cualquier
país, su significado y aportes positivos al desarrollo en
este sector de la economía, lo cual debe desarrollarse
como proceso abierto y dinámico que permite la
apropiación e incorporación de nuevos
valores.
En la comunidad rural la identidad al sector cooperativo
rural ha de expresar su diversidad y dinámica. Cada comunidad en sí porta
y genera valores particulares de la cultura material y espiritual
que caracteriza, en sus rasgos mas generales, a los individuos
que la integran. La autoconciencia de ellos como grupo social,
constituye su identidad.
En la misma medida en que cada persona involucrada en
este proceso se reconoce como ser activo que puede modificar su
entorno, que tiene una historia común con otros hombres,
que su modo de vida tiene tanto de sus antecesores como de
sí mismo y que los símbolos que él ama significan igual
para otros, se siente parte de un esfuerzo colectivo que se
expresa en el sentido de la identidad y genera un sentido de
pertenencia al espacio que lo rodea y al grupo, a un momento
histórico, a un espacio territorial dado.
Al analizar este concepto social es necesario atender a
la dialéctica de que en la medida que se marca el sentido
de identidad de una comunidad, también se expresa su
diferencia de los demás, esto es aparentemente
contradictorio, pero visto dialécticamente permite la
construcción de la diferenciación en el mismo
proceso de construcción de la identificación. La
identidad presupone sentimientos de pertenencia,
satisfacción y orgullo por esa pertenencia, compromisos y
participación en las prácticas sociales y
culturales propias.
Es por ello que la identidad local constituye un espacio
que adquiere significado porque las personas se vinculan a
él gracias a procesos simbólicos y afectivos que
permiten la construcción de logros y sentimientos de
pertenencia.
Si la identidad cultural es, ante todo, ese conjunto de
sentimientos que experimentan los miembros de la colectividad, en
este caso los miembros de la cooperativa rural, entonces el
proceso formativo dirigido a esto debe valorar en primera
instancia, el sentido de pertenencia, cohesión y arraigo
de esa comunidad, pues a partir de aquí es que tienen
sentido y necesidad los proyectos de
formación y proporcionan la inspiración de las
acciones que en este sentido se desarrollan.
La formación
de los adultos, fundamentos desde la Psicología y la
Andragogía.
El proceso de formación para el cooperativismo
rural que es objeto de nuestro trabajo se centra en el
significado que el mismo tiene como factor de desarrollo de la
entidad cooperativa a partir del valor de
identidad del campesino a
esta estructura
socio económica y el sentido de pertenencia que este debe
generar, sin embargo, el mismo se mueve en un contexto
esencialmente de personas adultas que son los sujetos principales
de él y que son los que influyen en otras edades para
lograr la continuidad del movimiento.
Estando centrado entonces este proceso formativo en los
adultos, es necesario estudiar las bases teóricas que
sustentan este particular proceso desde lo que nos ofrece la
Andragogía como disciplina científica dirigida a la
formación de la persona adulta.
Partimos de reconocer que la Andragogía, del
latín andros (persona mayor) ago (conducir) estudia la
realidad y determina las normas para dirigir el proceso formativo
del adulto, también partimos de que el adulto (adultus,
que significa crecer de manera permanente desde el punto de vista
bio- psico- social) y que la adultez permite la capacidad de
procrear, de participar en el trabajo
productivo y de asumir responsabilidades inherentes a su vida
social, por lo que el adulto actúa con independencia
y toma sus propias decisiones. Es por ello que en la adultez se
ha alcanzado el mayor crecimiento y desarrollo y la persona
adulta entonces es capaz de tomar decisiones y de auto
dirigirse.
Sobre la base de estos elementos todo proceso formativo
dirigido al adulto debe tener en cuenta ciertos aspectos que son
vitales como:
La relación del medio social con el proceso y
actividad andragógica se explica en tanto podemos
comprender las características psicológicas del
adulto esenciales para diseñar un proceso de
formación como el que pretendemos.
La adultez, como etapa de integración biológica,
psicológica y social es el momento de alcanzar la plenitud
vital, pues en la adultez tenemos la capacidad de procrear, de
participar en el trabajo productivo y de asumir responsabilidades
inherentes a la vida social, para actuar con independencia y
tomar nuestras propias decisiones con entera libertad.
Los rasgos más destacados del adulto
son:
- La vida autónoma en lo económico y en
lo social. - Poseer un concepto de sí mismo como capaz de
tomar decisiones y auto dirigirse. - Jugar un papel social que conlleva responsabilidades
desde el punto de vista económico y cívico. - Forma parte de la población económicamente activa y
cumple una función productiva. - Actúan independientemente en sus
múltiples manifestaciones en la vida. - La inteligencia
sustituye a la instintividad.
Además de estas características generales,
el adulto se manifiesta en la actualidad de forma contestataria y
conflictiva, cuestionante, rechazante de actitudes paternalistas,
dinámico, buscador de una calidad de
vida humana con fuertes exigencias de que se le respete su
posibilidad de crecerse como personas y se le acepte como
crítico, racional y creativo.
Las experiencias del adulto y sus responsabilidades son
de tal magnitud que lo separan sustancialmente del mundo del
niño, los adultos tienen experiencias diferentes y
están organizados en forma diferente.
Las características de esta etapa del desarrollo,
la adultez, de orden psicológico influyen decisivamente en
el comportamiento de su aprendizaje, este ocurre cuando la
persona esta preparada para aprender, pues el
conocimiento se construye a partir de lo que la persona ya
sabe y depende tanto del propósito y del interés
del individuo, como del grado de desarrollo de las capacidades
intelectuales
inherentes a la persona. Así el aprendizaje
comienza cuando en la mente del individuo surge un problema, una
respuesta inconclusa o un estado de
confusión e incertidumbre, comienza también cuando
la persona acepta el reto de lo desconocido, de lo controvertible
y se lanza a buscar soluciones.
Algunas características psicológicas
especiales del aprendizaje en los adultos se resumen
en:
- Conocimiento útil. El adulto quiere
respuestas que se relacionen directamente con su vida, las
probabilidades residen en que él adapte las experiencias
de su vida, mediante estimaciones cuantitativas y experiencias
vitales que le permitan hacer nuevas consideraciones. En la
medida en que el adulto pueda obtener conocimientos aplicables,
participará mas en el proceso, de lo contrario
desistirá. - La experiencia. Los adultos son manidos a
aprender a medida que ese aprendizaje satisface sus necesidades
de experiencia e intereses. La orientación adulta al
aprendizaje está centrada en la vida, por lo tanto las
necesidades apropiadas por el aprendizaje adulto son
situaciones reales. La experiencia es el recurso más
rico del aprendizaje del adulto, pues los adultos tienen una
tremenda necesidad de autodirección por lo que el rol
del facilitador es comprometerse a un proceso mutuo de
indagación, en lugar de trasmitir sus conocimientos y
evaluar según este. - Funcionamiento psicológico. El adulto
no aprende como el niño, lo cual se debe a un distinto
funcionamiento psicológico y al tipo de actividad que
realizan, lo cual repercute en sus formas de aprender y
también en la metodología didáctica que se debe
emplear.
Algunas de las condicionantes del aprendizaje de los
adultos que nos encontramos con mayor frecuencia son:
- Forman grupos heterogéneos en: edad,
intereses, motivación, experiencia y
aspiración. - El papel del estudiante es marginal o
provisional. - El interés gira en torno al
bienestar, al ascenso laboral o a la
autoestima. - Los objetivos
son claros y concretos, elegidos y valorizados. - Los logros y éxitos serán deseados
intensamente o con ansiedad. - Existe preocupación por el
fracaso. - Posible susceptibilidad e inseguridad
ante las críticas. - A menudo arrastra el peso de experiencias de
aprendizaje frustrantes que le convencen que no es capaz de
adquirir conocimientos nuevos. - Fuentes de conocimientos heterogéneos, a veces
contradictorios. - Mayor concentración en clases, lo cual
favorece el aprovechamiento del tiempo. - Posee mecanismos de compensación para superar
las deficiencias. - Necesita alternancia y variabilidad para su relativa
capacidad de un esfuerzo intelectual prolongado.
A partir de aquí es necesario atender en el
proceso de facilitar el aprendizaje del adulto que este tiene
mucho bagaje histórico, cultural y social como
consecuencia de pertenecer enteramente a un ámbito
determinado y se encuentra integrado en unas formas de vida
determinadas, participa en el aprendizaje contando con un elevado
sentido práctico de la vida y con amplia experiencia y
construye su propio conocimiento con ayuda de un mediador, este
facilitador tiene que ser entonces un incentivador del
aprendizaje.
Con respecto a estas características y al
carácter de transformación que tiene el proceso de
formación del adulto, Paulo Freire
plantea: "El hombre
existe en el tiempo. Está "dentro", esta "fuera", hereda,
incorpora, modifica. Porque no es prisionero de un tiempo
reducido a un hoy permanente que lo aplasta, emerge de él.
Se empapa en él, se temporaliza. En la medida en que
realiza esta inmersión en el tiempo, liberándose de
su unidimensionalidad, discerniéndolo, sus relaciones con
el mundo se impregna de un sentido consciente… Al reducirse a
una sola de las dimensiones de que participa (lo natural y lo
cultural) la primera por su aspecto biológico, la segunda
por su poder creador,
el hombre puede
ser eminentemente transformador". (5)
Y es que en todo lo planteado por diversos
investigadores, lo señalado especialmente por Freire y lo
argumentado en este trabajo, se observa una regla que es esencial
en el proceso de formación dirigido a adultos que es el
papel transformador del aprendizaje en su medio, o sea, no basta
con que se conozca, el mismo requiere para elevar la
motivación y ansiedad por conocer el aspecto
transformación.
Características del adulto en
situación de aprendizaje.
En general en la persona adulta el proceso de
aprendizaje consciente se dirige hacia aquellas actividades que
exige su rol ó a actividades de desarrollo de ese rol, por
lo que existe siempre en un proceso formativo en esta etapa una
experiencia aprovechable de la que debe partir el mismo, esto se
complementa con que el interesado en aprender desea la
aplicación inmediata del conocimiento.
Teniendo en cuenta esto, las principales funciones
andragógicas son:
- Mantener, consolidar y enriquecer los intereses del
adulto para abrir nuevas perspectivas de vida. - Orientar, mostrar nuevos rumbos de carácter
prospectivo porque educarse es progresar. - Instruir, actualizar al adulto, renovar sus
conocimientos para continuar aprendiendo y desarrollar el
conocimiento y la creatividad. - Proyección humana: pues permite interpretar
variables de
lo que fuimos, somos y seremos.
De ahí que la actividad andragógica en
general se caracteriza por la confrontación de
experiencias, racionalidad, capacidad de abstracción del
adulto, integración y aplicabilidad.
El hecho Andragógico. Sus
fundamentos.
Para ejecutar la actividad andragógica es
necesario que se produzca el hecho Andragógico que es el
proceso de orientación individual y social para lograr el
desarrollo de capacidades en el adulto.
El hecho Andragógico es real puesto que el adulto
es una realidad biopsicosocial, es objetivo puesto que el adulto
es susceptible de educabilidad y es concreto porque la sociedad
lo exige para su propia supervivencia y desarrollo.
El hecho Andragógico se basa en cuatro aspectos
fundamentales del proceso formativo que son:
Aprender a conocer: donde se desarrollan
habilidades, hábitos, destrezas, actitudes y valores que
le permitan al adulto adquirir las herramientas
de la comprensión como medio para entender el mundo que le
rodea, vivir con dignidad,
comunicarse con los demás y valorar las bondades del
conocimiento y la investigación.
Aprender a aprender: que permite al adulto crear
métodos
para el estudio y aprendizaje propios para que pueda transformar
la información, seleccionándola y
procesándola eficientemente y comprender la estructura y
significado del conocimiento a fin de que lo pueda discutir,
negociar y aplicar. Esto constituye una herramienta que le
permite una formación y aprendizaje continuo.
Aprender a hacer: encaminado a desarrollar la
capacidad del adulto de innovar, crear estrategias,
medios y herramientas que le permitan combinar la teoría
con la práctica con el comportamiento socio cultural,
desarrollar la aptitud para trabajar en equipos y la capacidad de
iniciativa y de asumir los riesgos.
Aprender a ser: donde se desarrolla la integridad
física,
intelectual, social, afectiva y ética de
la persona en su calidad de
adulto, de trabajador, de miembro de familia, de estudiante, de
ciudadano.
El proceso de formación para el cooperativismo
rural, y el modelo que proponemos deben estar atravesados por
estas cuatro vertientes de la formación del adulto que
permiten caracterizar este y delimitar los principios o reglas en
la que debe dinamizar. La actividad andragógica que este
proceso debe producir ha de conducir a que los adultos que
allí se formen o aprendan puedan:
- Apreciar el carácter utilitario que tienen las
nuevas experiencias. - Transformar las habilidades y destrezas
aplicándolas a nuevas situaciones. - Utilizar convenientemente el proceso lógico y
dialéctico del pensamiento. - Continuar el proceso de
autorrealización. - Integrar positivamente el medio sociocultural en que
vive a su cultura, profesión u oficio y a su actividad
social. - Ser consciente de su rol cívico.
Para lograr este proceso, el hecho Andragógico
debe ser portador por su naturaleza de
métodos activos de
aprendizaje tanto para la educación formal como no formal
e informal.
Para algunos teóricos dentro de los
métodos activos de aprendizajes en contextos
andragógicos el más común y de mejores
resultados es el método de
proyectos, que se concibe como un plan de
actividades con objetivos educativos, de acuerdo a un cronograma
de trabajo para ser desarrollado en condiciones reales, en
contextos socio laborales y culturales tangibles, concretos. Este
método debe conducir al desarrollo de la innovación, de relación con la
práctica y con formas de organización flexibles, abiertas, no
jerárquicas, orientados (en su conjunto) a la
solución de problemas
específicos.
Estas características corresponden a la variante
didáctica principal del aprendizaje del adulto que es el
"proyecto de aprendizaje". Este representa didácticamente
una alternativa que se presenta no como orientadora del
conocimiento específico de una materia, sino
de un comportamiento orientado en torno a los
problemas.
Fundamentos
Didácticos necesarios a tener en cuenta en el
modelo.
Desde el análisis Andragógico realizado y
sus bases psicológicas se deducen un conjunto de reglas
didácticas que junto a fundamentos esenciales de esta
disciplina deben ser tenidos en cuenta en la construcción
del modelo de formación para el cooperativismo
agropecuario.
Teniendo en cuenta la teoría de la actividad y
los aportes que hace el enfoque histórico cultural, cuyo
principal exponente es Vigotski, existen aspectos que son de
vital significado para la conformación de una estructura
didáctica para este modelo; así la
conformación de los componentes y relaciones de este
modelo deben depender de que se parta de la premisa Vigotskiana
de que el desarrollo individual de todos los miembros de una
sociedad logren su inserción social como sujetos de la
historia y trabajen para el desarrollo integral de la
personalidad desde la esencia, origen, naturaleza, conocimiento y
realidad del hombre.
Aquí es muy necesario atender en el proceso
formativo y a su estructura didáctica, al papel de la
personalidad y el crecimiento que se da a través de la
formación, al respecto se señala " El crecimiento
de la persona en el proceso educativo se caracteriza por el
desarrollo de su autoestima, de su seguridad
emocional, sus intereses, etc. así como su capacidad para
comunicarse con otros, aspectos esenciales para que el propio
aprendizaje se caracterice como una función personalizada,
estrechamente vinculada a la experiencia del escolar y a sus
intereses." (6)
En el orden metodológico (o sea la dirección del proceso formativo) y basados
en la teoría de Vigotski y sus seguidores, es necesario
atender a que los componentes de este proceso se dinamizan
teniendo en cuenta que el aprendizaje hay que colocarlo en el
centro de la atención a partir del cual se debe
proyectar el proceso pedagógico. Esto supone utilizar lo
que esté disponible en el sistema de relaciones más
cercano del estudiante para propiciar sus intereses y un mayor
grado de participación e implicación personal en
las tareas de aprendizaje, de esta forma la enseñanza
entonces debe coadyuvar al proceso de transformación
social y personal.
Otro elemento a tener en cuenta en el enfoque
didáctico es utilizar al máximo las posibilidades
educativas que brinda cualquier situación de
instrucción que al concebirse debe estar vinculada a la
vida de la sociedad, en el contexto socio histórico del
que aprende.
Por ello el contenido del proceso formativo debe estar
marcado por ciertos principios que rigen un nuevo tipo de
enseñanza basado en estos principios, ellos
son:
El del carácter científico del proceso
de enseñanza: ascensión dialéctica de lo
abstracto a lo concreto a partir de generalizaciones no solo
empíricas sino también teóricas.
El de la enseñanza que desarrolle: que
tiene su base en atender las posibilidades de desarrollo del
estudiante (zona de desarrollo periférico), o sea promover
acciones que faciliten esos ritmos de desarrollo.
El del carácter consciente: que la
expresión de las abstracciones verbales sea una
consecuencia de la asimilación de los procedimientos de
la actividad del sujeto cognoscente.
El del carácter objetal: que señala
las acciones que son necesarias para la formación de
conceptos y la representación del contenido primario en
forma de modelos conocidos de tipo material, gráfico o
verbal.
También es importante destacar que del enfoque
histórico cultural y de su concepción de
aprendizaje se desprende la importancia que tiene la actividad
conjunta entre los aprendices y la relación de
cooperación entre estos y el profesor.
Aquí entonces se señala como función
fundamental del facilitador lo de orientador y guía del
aprendizaje, cuya esencia es potenciar sus posibilidades,
convertir en realidad las potencialidades de su zona de
desarrollo próximo. En este aspecto queda claro como
dentro de los componentes personales del proceso formativo se
debe lograr una interacción que permita la
comunicación para que se produzca la
trasformación; aquí juega un importante papel ese
guía y orientador que debe ante todo poseer competencia
profesional y gran calidad humana y la capacidad de lograr una
adecuada relación con los que aprenden, aspectos todos a
tener en cuenta en la caracterización del facilitador del
proceso de formación para el cooperativismo.
Otro elemento que desde el punto de vista
didáctico nos da pautas para el modelo que construimos es
el papel del método como componente esencial que dinamiza
el proceso en sí mismo, por ser esencia y visto como lo
interno que se manifiesta en los modos de actuación de los
que facilitan el aprendizaje y los que aprenden. Por las
características del modelo que analizamos, el
método, teniendo en cuenta los principios antes
mencionados y las concepciones andragógicas que esbozamos,
debe ser un método dinámico, activo,
problémico y por proyectos, adecuados a los intereses y
necesidades del que aprende, que en este caso es una persona
adulta enmarcada en un interés específico que es la
cooperativa rural, este debe caracterizarse como señala
Freire por ser dialógico.
Fundamentos
Económicos del modelo. El aprendizaje organizativo y su
carácter de sistema.
Atendiendo al objeto y campo de esta
investigación, o sea, el proceso de formación para
el cooperativismo rural es necesario que los fundamentos
anteriormente expuesto se integren de forma dialéctica con
el fundamento económico del proceso que estudiamos, pues
visto desde la economía de la educación, debemos
estudiar los bienes
educacionales de este proceso social, los recursos y su
empleo para
logrear su desarrollo.
En este análisis de los fundamentos
económicos es necesario valorar este proceso educativo
calculando y comprobando su contribución al desarrollo
económico general., o sea, las repercusiones de la
educación para el cooperativismo en la formación de
un "capital humano",
por el aumento de la productividad y
el valor de esa inversión así como las condiciones
que pueden hacer mas rentable este proceso.
Según la economía clásica, los
factores de producción son tres: recursos
naturales, el trabajo y el capital. Pero
se ha visto que muchos autores demuestran que la educación
es más importante que el capital, lo que equivale a decir
que la educación es un auténtico capital a efectos
de la producción, por eso se le ha llamado un capital
humano.
Esto nos permite decir que si se dispone de un capital
humano capacitado en educación general y en lo
específico del cooperativismo agropecuario esto
permitirá aplicar al desarrollo de la vida
socioeconómica de la cooperativa una notable cantidad de
conocimientos, de tal modo que esto conduzca al incremento de la
productividad en volumen y
calidad. Además si los miembros de la entidad están
cualificados, necesitarán menos mandos intermedios
cualificados.
La educación debe ser vista en la entidad
cooperativa en sus dos vertientes: como consumo y como
inversión, ello permite de un lado el perfeccionamiento de
los individuos (educación como consumo) pero al mismo
tiempo en la entidad se mira como pieza potenciadora del
fenómeno económico y por eso la cuida y la
desarrolla (educación como inversión).
La educación como consumo es algo que satisface
un derecho y una necesidad individual, la educación como
inversión es un medio que producirá bienes materiales
(por lo que debe ser adecuadamente planificado por la entidad
cooperativa).
Estos elementos es necesario verlos en el llamado
aprendizaje organizativo, en la entidad como organismo que se
desarrolla y aprende, pues de la misma forma que los individuos
son agentes de acciones organizativas, también son agentes
del aprendizaje organizativo, esto ocurre cuando los individuos,
actuando con sus imágenes,
detectan una contradicción entre los resultados y las
expectativas que confirman o rechazan una teoría
organizativa en uso. Así el aprendizaje en este marco, no
es un proceso aislado o solitario, sino que implica la
creación de interpretaciones socialmente construidas de
los hechos y conocimientos que llegan a la organización a
través del ambiente, o que son generados por
él.
El aprendizaje de la organización es algo
más que la suma del aprendizaje de algunos de sus
miembros, supone por tanto el procesamiento social de la
información, socialización en la cultura y
desarrollo de nuevas metas, estructuras,
estrategias o ambiente.
Como plantea Serge en su libro "La
Quinta Disciplina"… "ya no basta con tener una persona que
aprenda para la organización… ya no es posible otear el
panorama y ordenar a los demás que sigan las
órdenes del gran estratega. Las organizaciones
que cobrarán relevancia en el futuro serán las que
descubran como aprovechar el entusiasmo y la capacidad de
aprendizaje de la gente en todos los niveles de la
organización". (7).
El aprendizaje en el puesto de trabajo y su
vínculo directo con los intereses misión y
visión de la organización se está
configurando como un paradigma de
formación organizacional, es necesario que el medio de
trabajo se transforme en medio educativo. Las nuevas formas
derivadas de este
paradigma por y en situaciones de trabajo son: nuevos desarrollos
de la función tutorial en la entidad, de formación-
acción,
de la formación integrada en el trabajo y en la
producción, o sea, nuevas formas de formación cada
vez más ligada a las situaciones de trabajo.
Derivado de aquí se puede hablar de aprendizaje
organizativo que es el proceso a través del cual la
organización aprende a partir de la conversión del
conocimiento individual en conocimiento organizativo que se da a
través del ciclo continuo de generar, integrar,
interpretar, actuar, generar, esto quiere decir que en el proceso
de aprendizaje organizativo se logra el mismo de la forma
siguiente:
- Generación de información, o sea,
captar información externa y creación de nuevas
ideas alrededor de ella. - Integración de la información dentro
del contexto organizativo, o sea, la información
recopilada del exterior o producida internamente solo puede ser
interpretada adecuadamente si se tiene en cuenta el marco
organizativo en que se suscita. - Interpretación colectiva de la
información, esta es generada e integrada en la
organización por todas las personas que conforman la
misma. - La información es utilizada para la
acción.
A partir de aquí se genera nueva
información, reiniciándose el ciclo de
aprendizaje.
Dentro del concepto de aprendizaje organizativo debe
destacarse el de sistema de aprendizaje, que es empleado por
primera vez por Schon (1971) y posteriormente lo utilizaron otros
autores como Argyris y Schon (1978) y Shrivastava (1981 y 1983)
quienes establecen distintas tipologías del sistema de
aprendizaje. Este concepto alude los mecanismos a través
de los cuales el aprendizaje es perpetuado en la
organización. Los sistemas de aprendizajes engloban
aquellos sistemas formales y prácticas informales de la
organización que permiten la integración entre el
aprendizaje individual y el organizativo, contribuyendo a que lo
aprendido por los individuos se traslade al plano de la
organización convirtiéndose en visiones y
conocimientos organizativos.
En el proceso de modelación de la
formación para el cooperativismo rural se tuvieron en
cuenta una serie de teorías que sustentan sus fundamentos,
los principales teóricos son Andor- Egg, el Grupo
Andragógico de Nothinghane, Paulo Freire, Vigotsky y su
escuela de enfoque histórico cultural, Carlos
Álvarez en la didáctica y Argyris y Schon en el
orden del aprendizaje organizativo. Estas bases teóricas
nos permiten asumir para este trabajo unos fundamentos de orden
sociológicos, andragógicos, psicológicos,
didácticos y económicos.
Para la conformación del modelo es necesario
atender desde la sociología al papel determinante de la
educación en la configuración de la sociedad que se
concreta en la trasmisión de pautas culturales de
comportamiento, conservación de la organización
social, socialización y homogenización, para
cumplir las funciones de estas de preservar, desarrollar y crear
cultura.
Un fundamento sociológico vital de este modelo lo
constituye la repercusión de las circunstancias
ambientales (especialmente las necesidades y motivaciones del
individuo) que en el medio rural (que es el que nos ocupa) se
manifiestan a través de la psicología individual,
creando un modelo propio de comportamiento que se basa en mayor
arraigo a la familia, a las tradiciones, la uniformidad de ideas
y actitudes; aquí las relaciones sociales se dan desde la
identidad personal del individuo y su historia en la comunidad e
influye determinantemente en la conformación de una
identidad desde lo histórico, lo lingüístico,
lo político y lo psicológico. Esta identidad
presupone sentimientos de pertenencia, compromisos y
participación en las prácticas sociales y
culturales propias de una dialéctica entre la cultura del
país y lo autóctono y tradicional del
individuo.
El papel e influencia de los grupos sociales es vital
para la fundamentación del modelo en tanto es necesario
atender la relación entre los grupos sociales, y la
interacción dialéctica entre los grupos primarios
(hogar, familia, vecindad) y los secundarios, para lo que ejerce
una gran influencia la relación entre la educación
formal, no formal e informal, base del sistema que debe
plantearse para dar estructura al modelo que
proponemos.
Este modelo está dirigido esencialmente a
personas adultas que son los sujetos principales de la
formación en las cooperativas
agropecuarias, de esta forma los fundamentos de la
psicología del adulto y la Andragogía son de vital
importancia para conformarlos. Por ello es necesario atender a
que el ser humano adulto posee autonomía, tiene concepto
de sí mismo, es capaz de tomar decisiones, se autodirige,
es independiente y posee responsabilidad económica y cívica;
por tanto su aprendizaje requiere que desde su propio
conocimiento y experiencia él tenga claro su
propósito e interés por desarrollar sus capacidades
intelectuales.
En el proceso de orientación de la
formación de personas adultas debe atenderse a que el
conocimiento que se adquiera debe ser útil y partir de la
experiencia acumulada, pues a través del hecho
andragógico el sujeto debe aprender a conocer, aprender a
aprender, aprender a hacer y aprender a ser, en este se destacan
métodos activos de aprendizaje, esencialmente el
método de proyectos y el dialógico; por ello el
facilitador de aprendizaje de la persona adulta debe tener mucho
bagaje histórico, cultural y social y participar en el
aprendizaje con un elevado sentido práctico y con amplia
experiencia, debe ser incentivador de aprendizaje.
El proceso formativo por tanto se relaciona con el
contexto, brindando éste las posibilidades educativas para
efectuar la instrucción y el aprendizaje debe ser colocado
en el centro de la atención, para efectuar adecuados
procesos de comunicación entre los sujetos que
aquí intervienen; el método constituye el
componente didáctico que dinamiza el proceso en la
relación de lo afectivo con lo cognitivo.
En el orden económico el modelo se fundamenta a
partir del significado que damos al desarrollo del "capital
humano" en la entidad cooperativa agropecuaria, pues desde los
procesos educativos se obtiene una notable cantidad de
conocimientos que inciden en el incremento de la productividad de
la misma, por eso todo el proceso educativo organizacional debe
verse como consumo por el perfeccionamiento del individuo, pero
también como inversión, pues éste es
potenciador de la entidad.
En las organizaciones en general y en las cooperativas
en particular debe darse un aprendizaje organizativo que es
más que la suma de los aprendizajes individuales de sus
miembros, suponiendo mas allá de eso, el procesamiento
social de la información, socialización de la
cultura y desarrollo de nuevas metas, estructuras y estrategias,
por ello el medio de trabajo se transforma en medio educativo por
excelencia y el aprendizaje está ligado a situaciones de
trabajo a través de un sistema de aprendizaje.
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Autor:
Dr. PEDRO ALFONSO ALEMAN
Doctor en Ciencias de la Educación. Master en
Ciencias Económicas Profesor de la Universidad de Pinar
del Río, Cuba. Investigador del Centro de Estudios de
Ciencias de la Educación